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Muchas actividades humanas impactan en los suelos contaminándolos.

Se considera que un suelo está


contaminado cuando la cantidad de alguno de sus componentes se encuentra en una concentración que
resulta nociva para el funcionamiento del suelo y los seres vivos que se encuentran en este. Si se dan niveles
altos de biodisponibilidad, tanto de elementos metálicos esenciales como no esenciales pueden resultar una
amenaza para la salud y la vida.

Solemos prestar poca atención a las plantas, quizá porque son seres que no se pueden mover, y no las vemos
expresarse ni comunicarse con otros seres. No obstante, existen plantas asombrosas que viven en ambientes
extremos de los que no pueden huir; un ejemplo de ello son las plantas que acumulan los metales pesados que
estamos estudiando. Para lograrlo, estas plantas han desarrollado dos estrategias: excluir los metales o
acumularlos en sus tejidos aéreos. La mayor parte de las especies que toleran la presencia de metales
impiden su entrada por la raíz y su transporte a los tejidos fotosintéticos.
¿Cómo logran esto?
Las raíces de las plantas están formadas por capas, la capa más externa de la raíz está formada por la
epidermis, la cual forma los pelos radiculares. La epidermis transporta activamente minerales que la planta
necesita, desde el suelo hacia las células epidérmicas. La elevada concentración de minerales disueltos
(solutos) atrae agua hacia las células por ósmosis. Se ubica la corteza que permite el flujo del agua en masa
debido a la porosidad de las paredes celulares de las células vegetales. Por debajo de la corteza está la
endodermis que rodea al cilindro vascular. La pared celular de cada célula endodérmica contiene una banda
de material seroso e impermeable llamada banda de Caspari, que obliga pasar al agua, por ósmosis, a través
de la membrana celular y no de las porosidades de las paredes celulares, como ocurre en la corteza. Las
células de la endodermis regulan qué sustancias entran al cilindro vascular, excluyendo aquellas que
pudieran resultar dañinas para la planta. Este es el mecanismo que emplean las plantas exclusoras para
impedir el ingreso de metales pesados al cilindro vascular y, por tanto, el transporte de estas sustancias a
los tejidos aéreos. El periciclo, que es la capa que rodea el exterior del cilindro vascular recibe el agua y los
minerales que la endodermis ha dejado pasar y transporta activamente los minerales al interior del cilindro
vascular, formado por el floema y la xilema. La banda de Caspari tiene un papel fundamental, pues evita que
los minerales necesarios escapen de la planta. En cuanto a las plantas acumuladoras, se sabe que la
tolerancia a los metales se basa en múltiples mecanismos, como la unión a la pared celular, el transporte
activo de iones hacia la vacuola y la formación de complejos con ácidos orgánicos o péptidos. Uno de los
mecanismos más importantes para la desintoxicación de metales en plantas parece ser la quelación de
metales por proteínas de bajo peso molecular, como las metalotioneínas y los ligandos peptídicos, las
fitoquelatinas3. La quelación es el proceso por el cual un compuesto químico se une con firmeza a los iones
metálicos.

Existen distintas plantas las cuales descontaminan los suelos contaminados mediante procedimientos como la
fitorremediación. Ciertas plantas absorben, acumulan, metabolizan, volatilizan o estabilizan contaminantes
presentes en el suelo, aire, agua o sedimentos como: metales pesados, metales radioactivos, compuestos
orgánicos y compuestos derivados del petróleo. Estas plantas benefician mucho a nuestra naturaleza,
podemos recuperar suelos que están contaminados descontaminarlos y crear biohuertos.

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