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Reino Hachemita de Jordania

Por qué el príncipe Hamzah de Jordania está bajo arresto domiciliario y de qué se le acusa
Redacción
BBC News Mundo
4 abril 2021
Hazmazh
FUENTE DE LA IMAGEN,GETTY IMAGES
Pie de foto,
El príncipe Hamzah niega haber actuado de forma incorrecta y sostiene que no forma parte de ninguna
conspiración.
El príncipe Hamzah bin Hussein, exheredero al trono de Jordania, denuncia que está bajo arresto domiciliario
en el contexto de una serie de operaciones del gobierno contra los críticos del régimen.
Al exheredero jordano, hermanastro del rey Abdalá II, se lo acusa de intentar movilizar a líderes tribales contra
el gobierno, declaró Ayman Safadi, viceprimer ministro del país.
El príncipe Hamzah trabajó con "entidades extranjeras" para desestabilizar el Estado, aseguró Safadi, según la
agencia local de noticias Petra.
Pero el complot había sido "cortado de raíz", aseveró.
En unos vídeos que su abogado envió a la BBC, el príncipe Hamzah asegura que el jefe del Estado Mayor le
comunicó que no puede salir ni comunicarse con nadie por críticas al gobierno o al rey expresadas en
reuniones a las que supuestamente asistió.
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Asegura que también su familia y todo su personal han sido detenidos en el Palacio de al Salaam, en las
afueras de Amán, la capital jordana.
El sábado fueron detenidas otras 16 personas, entre ellas Bassem Awadallah, exministro de Finanzas del país,
y Sharif Hassan bin Zaid, miembro de la familia real.
Bassem Awadallah pictured in 2006
Bassem Awadallah, también detenido, ha sido una fuerza influyente en los asuntos económicos de Jordania
Awadallah, economista formado en Estados Unidos, ha sido un confidente del rey y una fuerza influyente en
las reformas económicas de Jordania.
A menudo se ha visto enfrentado a una burocracia gubernamental atrincherada que se resiste a sus planes,
sostienen los analistas.
Qué alega el príncipe
El príncipe Hamzah niega haber actuado de forma incorrecta y defiende que no forma parte de ninguna
conspiración.
"No soy la persona responsable de la ruptura de la gobernanza, de la corrupción y de la incompetencia que ha
prevalecido en nuestra estructura de gobierno durante los últimos 15 o 20 años y que ha ido empeorando... Y
no soy responsable de la falta de fe de la gente en sus instituciones", dice en uno de los videos.
"Se ha llegado a un punto en el que nadie es capaz de hablar u opinar sobre nada sin ser intimidado, detenido,
acosado y amenazado", asegura.
Familia real de Jordania
El rey Abdalá y su esposa, la reina Rania (en la foto, a la derecha), asistieron en 2004 a la ceremonia de boda
del príncipe Hamzah y la princesa Noor (a la izquierda) junto a la madre de Hamzah, la reina Noor (en el
centro).
Tensiones en la Casa Real
Las tensiones en el seno de la Casa Real eran visibles desde hace tiempo, según declaró a la BBC la periodista
jordana Rana Sweis.
"El antiguo príncipe heredero es visto como una figura popular. Tiene un parecido muy evidente con su padre,
el rey Hussein, y también es muy apreciado entre las tribus locales", asevera.
El príncipe Hamzah es el hijo mayor del difunto rey Hussein y de su esposa favorita, la reina Noor.
Fue nombrado príncipe heredero de Jordania en 1999 y era uno de los favoritos del rey Hussein, quien a
menudo lo describía en público como el "deleite de mis ojos".
Hazmah recibió una formación sólida. Se graduó en la escuela Harrow de Reino Unido y en la Real Academia
Militar de Sandhurst. También asistió a la Universidad de Harvard en Estados Unidos y sirvió en las fuerzas
armadas jordanas.
Sin embargo, tras la muerte del rey Hussein se le consideró demasiado joven e inexperto para ser nombrado
sucesor.
En su lugar, su hermanastro mayor, Abdalá, ascendió al trono y despojó a Hamzah del título de príncipe
heredero en 2004.
Rey Abdalá II de Jordania
El rey Abdalá II de Jordania despojó a su hermanastro del título de príncipe heredero.
Esta medida se consideró un golpe para la reina Noor, que esperaba ver a su hijo mayor convertirse en rey.
Tras los últimos acontecimientos, la reina Noor envió oraciones por "la verdad y la justicia".
Una nueva crisis para el país
Esta es "una crisis de la realeza que parece haberse salido de control. Si bien la realeza jordana no es la
primera de las familias reales del mundo que experimenta esto este año", explica Frank Gardner, corresponsal
de la BBC para Asuntos de Seguridad.
El vídeo "recuerda al de la encarcelada princesa Latifa de Dubai", aunque "Jordania tiene algunos problemas
propios", señala.
Los videos secretos de la princesa Latifa de Dubái en los que asegura que es rehén de su propia familia
"Su economía, que ya estaba en entredicho antes de la llegada de la covid-19, está en mal estado y el
descontento de la población va en aumento", apunta el periodista.
campamento
En los últimos tiempos, Jordania tuvo que hacer frente a una crisis económica, a la de la covid-19 y, además,
recibió oleadas de refugiados por la guerra de Siria.
Jordania tiene pocos recursos naturales y su economía se ha visto muy afectada por la pandemia. También ha
absorbido oleadas de refugiados de la guerra civil en la vecina Siria.
El vídeo describe "un país atenazado por el miedo en el que cualquiera que critique al gobierno se arriesga a
ser detenido por la policía secreta", analiza Gardner.
Hasta ahora, las detenciones políticas de alto nivel eran poco frecuentes en Jordania, pero su poderosa
agencia de inteligencia ha adquirido poderes adicionales desde que comenzó la pandemia, lo que ha desatado
las críticas de diversos grupos de derechos civiles.
Reacciones internacionales
Pese a esta situación, potencias regionales como Egipto y Arabia Saudíita han expresado su apoyo al rey
Abdalá.
También lo hizo Estados Unidos, aliado de Jordania en su campaña contra el autodenominado Estado Islámico
y que describió al monarca como un socio clave.
"El rey Abdalá es un socio clave de Estados Unidos y tiene todo nuestro apoyo", precisó en un comunicado el
portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Ned Price, que agregó que su gobierno sigue de cerca
los informes y está en contacto con los funcionarios jordanos.
El secretario general de la Liga Árabe, Ahmed Abulgueit, expresó este domingo, también en un comunicado,
"la solidaridad total con las medidas que tomó el liderazgo jordano para mantener la seguridad del reino y
preservar la estabilidad" en el país.
Las monarquías del Golfo salieron en bloque para respaldar a Abdalá II, y "la seguridad y estabilidad" de su
reino.
El rey de Jordania escenifica la reconciliación con el príncipe Hamzah tras la tensión golpista
Abdalá II y su hermano y antiguo heredero asisten a la ceremonia del centenario de la fundación del país
árabe
En primera fila, a la derecha, el rey Abdalá II, por delante de Hamzah, en el centro en la segunda fila, este
domingo en un acto en Amán.
En primera fila, a la derecha, el rey Abdalá II, por delante de Hamzah, en el centro en la segunda fila, este
domingo en un acto en Amán.
YOUSSEF ALLAN / EFE
Juan Carlos Sanz
JUAN CARLOS SANZ
Amán - 11 ABR 2021 - 10:42Actualizado:12 ABR 2021 - 04:49 BOT
El rey Abdalá II y su antiguo heredero, el príncipe Hamzah bin Hussein, escenificaron juntos el domingo el
aparente fin de la crisis que ha amenazado con desestabilizar Jordania. Por primera vez desde que se
desencadenara hace una semana la tensión, con el desmantelamiento de una presunta trama golpista que se
cobró cerca de una veintena de detenciones, ambos asistieron en Amán junto con otros miembros de la
familia real a la ceremonia de conmemoración del centenario del reino hachemí. A falta de declaraciones
oficiales, su aparición en televisión equivalía a un mensaje de reconciliación familiar.
En la ceremonia pública mostrada con detalle por la cadena estatal jordana, los dos hijos favoritos del rey
Hussein, fallecido en 1999, depositaron coronas de flores en el memorial del soldado desconocido y en el
mausoleo real del palacio de Raghdan, en la capital de Jordania. Los cerca de diez millones de jordanos
contemplaron de nuevo una imagen de rutinaria calma y estabilidad a toda prueba —que la monarquía lleva
un siglo intentando garantizar—, que parecía haberse desvanecido en los últimos días.
El decano de la casa real hachemí, el príncipe Hasan bin Talal, tío de los dos miembros de la realeza
enfrentados, ha oficiado como mediador para evitar una ruptura dinástica. Copresidió simbólicamente la
ceremonia a la derecha del monarca. Después de ejercer como heredero de su hermano, Hussein, durante 34
años, Hassan dio un paso atrás para ceder el trono a Abdalá, hijo de la segunda esposa del rey (la princesa
Muna, de origen británico), a cambio de un pacto de familia para que Abdalá designara luego como sucesor a
su medio hermano Hamzah, hijo de la cuarta y última esposa de Hussein, la reina Noor, de origen
estadounidense.
Abdalá II formuló una declaración oficial en la noche del miércoles para dar por enterrada “la secesión” en la
que estuvo involucrado su hermanastro. Pero ni el príncipe Hamzah —que ha jurado lealtad al rey, según un
comunicado de la casa real—, ni el monarca hachemí habían sido vistos hasta ahora en público tras el amago
de golpe. “No ha sido este el desafío más duro ni peligroso para la estabilidad de la nación, pero sí el más
doloroso. Me afecta la turbación, la pena y la ira que siento como hermano, jefe de la dinastía hachemí y líder
de este país”, rezaba el mensaje de Abdalá de Jordania, de 59 años, leído por un locutor en la televisión
estatal.
Al príncipe Hamzah, de 41 años, se le considera bajo arresto domiciliario en su palacio de Amán. La oficina de
la alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, advirtió el viernes al Gobierno
jordano sobre la falta de transparencia de la situación de “arresto de facto” que rodea al antiguo heredero del
trono y sobre las detenciones sin cargos de sospechosos de estar implicados en una trama para desestabilizar
al Estado. “Hamzah está bajo mi tutela, en su palacio junto con su familia”, precisó sin dar más detalles el
mensaje real televisado el miércoles. “Se ha comprometido ante la dinastía hachemí a permanecer leal”,
enfatizaba el comunicado.
Escenificada como trifulca familiar, como conspiración palaciega ocasional, la crisis de Jordania es, sin
embargo, sistémica. Tras el telón de papel cuché de la realeza hachemí se esconde una tasa de desempleo del
24% (del 50% entre los menores de 30 años), agravada por la presencia en el país de más de un millón de
refugiados sirios y por el desbocado auge de los contagios causados por la pandemia de la covid-19. Hace
menos de un mes se produjo una revuelta popular en el país árabe en la que apenas reparó la prensa
internacional. Ocho pacientes de covid-19 murieron en un hospital de la capital jordana por falta de suministro
de oxígeno. Tras las protestas presentó la dimisión el ministro de Sanidad, el tercer titular de la cartera que
renunciaba al cargo en un año.
Línea roja traspasada
Hamzah aprovechó el malestar social para reivindicarse como un defensor de los ciudadanos frente al
desgobierno. Salió de su palacio para visitar a los familiares de los pacientes fallecidos, antes incluso que el
actual príncipe heredero Hussein, primogénito de Abdalá y de su esposa Rania. En presencia de Hamzah se
llegó a criticar con extrema dureza la gestión del rey mientras él mantenía silencio. Para la mujabarat, el
servicio de inteligencia y seguridad interna jordano, se había cruzado una línea roja, de acuerdo con una
investigación llevada a cabo por la agencia Reuters.
El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, general Yusef Huneiti, también rompió el tabú de inmunidad
que ampara a los miembros de la casa real, el pasado día 3 al visitar en su residencia al príncipe díscolo. Le
advirtió tajantemente de que se abstuviese de asistir a reuniones en las que se amenazaba a la monarquía.
Hamzah hizo sonar la alarma y llamó inmediatamente la atención internacional en un vídeo en el que afirmaba
estar bajo arresto domiciliario por su proximidad a corrientes críticas con el Gobierno jordano. El Ejército se
apresuró a negarlo todo. En la grabación, emitida por la BBC, arremetió contra “la incompetencia y la
corrupción que han prevalecido en el país durante los últimos 15 años”.
El antiguo heredero del trono siguió subiendo el tono de la disidencia hasta que fue acusado al día siguiente
por el Gobierno de formar parte de una conspiración con fuerzas extranjeras. La tensión que había estallado
en la habitualmente apacible y estable Jordania desencadenó una redada en la que fue detenido Sharif Hasan
bin Zaid, miembro de la realeza. También fue arrestado Bassem Awadallah, que fue jefe de la casa real, asesor
de Abdalá II y ministro de Finanzas antes de instalarse en Arabia Saudí, donde atesoró al príncipe heredero,
Mohamed Bin Salmán.
“La disputa de familia en la casa real hachemí puede darse por cerrada, pero ahora hay que hacer frente a las
causas que la han suscitado como la pobreza y la gestión de la pandemia”, argumenta el antiguo funcionario
de la casa real Jawad al Anani, citado por Reuters. La redada preventiva frente al presunto golpe incluyó
además a entre 14 y 16 sospechosos no identificados, entre ellos jefes tribales beduinos y antiguos integrantes
de las fuerzas de seguridad y el Ejército.
Hamzah parecía mostrarse dispuesto a seguir dando la batalla frente a la corrupción y el desgobierno el lunes
por la mañana. Por la tarde, su tío Hassan le hizo cambiar de opinión y por la noche firmó una carta en la que
juraba lealtad al rey Abdalá. Este domingo le acompañó, dos pasos por detrás, en segunda fila, ante la tumba
del padre común.
Homenaje conjunto a los antepasados
Tocados con la tradicional kufiya roja y blanca jordana, el rey Abdalá y el príncipe Hamzah recitaron juntos la
primera sura del Corán en señal de reconciliación y fraternidad. El homenaje a sus antepasados en el
centenario del reino cubrió de flores los mausoleos de los tres monarcas que ha tenido el país árabe: Abdalá I,
Talal y Hussein.
El actual heredero, príncipe Hussein bin Abdalá, era el único con uniforme militar, en un claro símbolo de su
relevancia. La escenificación de que la crisis se da oficialmente por concluida y de que Hamzah vuelve a ocupar
el lugar que le corresponde en la familia real no oculta que Jordania celebra su primer siglo en medio de una
de sus peores crisis internas.
El 11 de abril de 1921, el jerife Abdalá se convirtió en emir de Transjordania cuando las fuerzas británicas que
habían derrotado al Imperio Otomano en la Primera Guerra Mundial dividieron los territorios situados a
ambas orillas del río Jordán para crear también el Mandato sobre Palestina (actualmente Israel y Palestina). La
tutela británica se mantuvo hasta 1946, cuando, ya como rey, Abdalá I proclamó la independencia del Reino
Hachemí de Jordania.
Desde entonces, Jordania, que llegó a anexionarse la actual Cisjordania y Jerusalén oriental, ha sobrevivido a
tres guerras con Israel (1948, 1967 y 1973); enfrentamientos internos, como el sangriento Septiembre Negro
en 1970, cuando el Ejército aplastó y expulsó a las milicias palestinas que se habían hecho fuertes en el país, y
se ha mantenido a flote como un islote de estabilidad en medio de las trágicas convulsiones que han sacudido
Irak y Siria. La pandemia ensombrece ahora el inicio de su segundo siglo de existencia.
Jordania: de Abdalá a Hamzah, quién es quién en la familia real hachemita
Una conspiración para “desestabilizar” el país en la que supuestamente ha participado el medio hermano del
rey pone de relieve las diferencias en la hasta ahora monarquía más estable de Oriente Próximo
El rey Abdalá (sentado) entre su hermano Hamzah y su esposa, Rania, en febrero de 2000.
El rey Abdalá (sentado) entre su hermano Hamzah y su esposa, Rania, en febrero de 2000.
JOYCE TENNESON (GETTY)
María Porcel
MARÍA PORCEL
Madrid - 05 ABR 2021 - 23:20Actualizado:06 ABR 2021 - 03:25 BOT
El pasado fin de semana una noticia amenazaba con poner en un equilibrio aún más precario a la ya de por sí
tensa situación de Oriente Próximo y con desestabilizar a una familia de aparente perfección. Jordania, un
reino caracterizado por su estabilidad y por la cara amable que muestra al mundo en una región abarrotada de
complejidad, se enfrentaba a un posible golpe de Estado contra el que es su soberano desde hace más de dos
décadas, el rey Abdalá.
El conato fue rápidamente aplacado pero en él estaban implicados miembros de la propia familia real. El
Gobierno del país acusó a quien en su día fuera heredero al trono, el príncipe Hamzah, de estar detrás de la
intentona. En los últimos meses, Hamzah, de 41 años, se ha reunido con algunas de las tribus que manejan el
poder en el país por su descontento con la situación política y financiera del lugar, agravada por la pandemia.
Tanto la cúpula del Ejército como el Gobierno le acusan de ser parte de una trama contra la seguridad del país,
y de hecho el viceprimer ministro, Ayman Safadi, llegó a decir el domingo que se habían interceptado
“comunicaciones de Hamzah con una agencia de inteligencia extranjera sobre planes para desestabilizar
Jordania”.
El propio rey Abdalá ha tratado de calmar las aguas y ha querido lavar los trapos sucios en casa. El sábado fue
al palacio de Hamzah, su medio hermano, para resolver la cuestión con él y pedirle que no atentara contra “la
seguridad y estabilidad” del país. “Se habló directamente con el príncipe Hamzah para prevenir que fuera
manipulado [por terceros]”, dijo Safadi. Por su parte, el propio Hamzah contó en un vídeo que grabó para la
BBC que está bajo arresto domiciliario. En el metraje acusa a los dirigentes del país de “corrupción,
incompetencia y acoso a la disidencia”, pero niega ser parte de esa trama golpista.
El entonces príncipe Abdalá y su padre, el rey Hussein, en la boda del joven con Rania, en junio de 1993.
El entonces príncipe Abdalá y su padre, el rey Hussein, en la boda del joven con Rania, en junio de 1993.
MAHER ATTAR (SYGMA VIA GETTY IMAGES)
La cuestión es que todo está entremezclado en Jordania: la familia, la política y el poder. Los protagonistas de
esta historia vieron sus destinos unirse y separarse a mediados de los años sesenta, finales de los noventa y
también a mediados de los 2000. Pero, ¿quién es quién en esta historia y por qué sus vidas están
entrelazadas?
La reina Rania y el rey Abdalá II de Jordania, junto a tres de sus cuaatro hijos: Hashem (izquierda), Salma
(centro) y el príncipe heredero Hussein.
La vida adulta de los hijos de Abdalá II y Rania de Jordania
Abdalá II, el rey que heredó dos veces
Rania de Jordania, entre la tradición y la revolución
Así es Hussein bin Abdalá II de Jordania, anfitrión del príncipe Guillermo
Abdalá II de Jordania es el mayor hijo varón de Hussein, que reinó en Jordania desde el año 1952 (cuando aún
era menor de edad) y hasta febrero de 1999, cuando falleció a causa de un cáncer linfático. Hussein fue un
monarca muy querido y popular, de larga trayectoria, que siempre vivió con miedo a morir asesinado. De ahí
que nombrara heredero a su hermano Hassan, 12 años menor que él. De hecho, al final de la vida de Hussein,
cuando estaba siendo tratado de un cáncer en EE UU, Hassan fue regente: desde julio de 1998 a enero de
1999.
Hussein se casó en cuatro ocasiones y tuvo hasta 12 hijos de esos matrimonios. Del primero, entre 1955 y
1957 con la princesa Dina, solo tuvo una hija, Alia. Del segundo, con la princesa Muna (a quien se unió en
1961), nacieron otros cuatro. El primero fue un varón, Abdalá, en enero de 1962. Cuando el niño tenía solo un
año, Hussein decidió designarle heredero y apartar del camino al trono a su hermano Hassan. Sin embargo, en
1965, con un Abdalá todavía niño, decidió que prefería tener a alguien adulto tras de sí por si moría. Y volvió a
nombrar a Hassan.
Hussein se divorció de Muna y se volvió a casar. Fue en 1972 con otra princesa llamada Alia, como su hija, con
quien tuvo tres hijos. Ella murió en un accidente de helicóptero en 1977, y entonces Hussein se casó con quien
fue su esposa durante dos décadas y hasta su muerte, la célebre reina Noor. Con ella tuvo cuatro hijos, siendo
el mayor de ellos Hamzah, que pronto se convirtió en el favorito de los monarcas y por el que Noor siempre
apostó para una futura sucesión.
La situación se mantuvo en calma durante tres décadas. En 1992 Hussein pensó en abdicar a favor de su
hermano Hassan, pero al final prefirió esperar. Todo se complicó en enero de 1999. Entonces Hussein acusó a
Hassan de haber lanzado difamaciones contra su mujer y sus hijos, de hacer daño a la familia y a la corona y de
haber intrigado y abusado de su poder. “En medio del sufrimiento, postrado en la cama del hospital, me
preguntaba por qué tenías tanto interés en reformar el Ejército”, llegó a decir en 1999, poco después de
abandonar el centro médico en el que estaba siendo tratado de cáncer.
Entonces llegó la hora de tomar una decisión: aunque Hamzah era el preferido del rey y de Noor, todavía tenía
18 años, estaba estudiando en la academia militar de Sandhurst (Reino Unido) y Hussein no se decidió. Un año
antes el monarca había hablado con tribus y mandatarios locales para que Hamzah fuera el sucesor, pero el
pacto no llegó a cerrarse y tampoco trascendió. Así que el elegido fue, no sin sorpresa, Abdalá.
Hamzah de Jordania y su primera esposa, Noor, en su boda, en mayo de 2004. Junto a ellos los padres de la
novia (a la izquierda) y la madre del novio, Noor, su cuñada Rania y su hermano Abdalá.
Hamzah de Jordania y su primera esposa, Noor, en su boda, en mayo de 2004. Junto a ellos los padres de la
novia (a la izquierda) y la madre del novio, Noor, su cuñada Rania y su hermano Abdalá.
SALAH MALKAWI
Apenas una semana después de todos estos movimientos, Hussein falleció. Entonces Abdalá juró ante el
parlamento de la nación respetando, eso sí, el deseo de su padre: que su heredero fuera Hamzah. De hecho, la
primera disposición legal del ya convertido en rey Abdalá II fue un decreto real por el que nombraba a Hamzah
heredero.
Sin embargo, cinco años después, en noviembre de 2004 (apenas seis meses después de que Hamzah se
casara y empezara a formar su propia familia), Abdalá le retiró ese privilegio y apostó por la sucesión directa
para evitar conflictos y problemas. Cinco años después, en 2009, nombró de manera formal príncipe heredero
a su hijo, llamado Hussein (en honor a su abuelo), que entonces ya tenía 10 años y que este junio cumplirá los
27.
Noor se mantuvo al margen, pero nunca le gustó la decisión de que Abdalá fuera rey, ni tampoco de que
Hamzah fuera después retirado de la sucesión. Además, con los años su halo de glamur también se vio
eclipsado por el de Rania, la archiconocida esposa de su hijastro. Noor había reclamado para su amado
Hamzah todos los derechos dinásticos. Igual que ahora, cuando parece haber intentado traicionar a su
hermano, también ha alzado su voz por él: “Rezo para que prevalezca la justicia para todas las víctimas
inocentes de estas perversas calumnias”.

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