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Al príncipe se le retiraron sus títulos militares luego de que un juez de Nueva York falló que una demanda civil

en contra
suya era procedente. ¿Qué pasará ahora?

Andrés solía ser un apuesto piloto de helicópteros y héroe militar que cautivó a millones de británicos durante la guerra
de las Malvinas. A los entusiastas de la realeza les gustaba decir que era el favorito de su madre, la reina Isabel II.

Pero por estos días, el príncipe, de 61 años, acumula descrédito y repulsión mundial por las acusaciones de que violó a
una adolescente en 2001.

El príncipe ha negado repetidas veces las acusaciones. Pero la semana pasada, lo que alguna vez fue su fastuosa vida real
se hizo añicos de manera irreparable luego de que un juez federal de Manhattan dictaminó que un caso civil relacionado
con las denuncias de abuso sexual podía proceder.

La reacción del palacio de Buckingham fue rápida y punitiva. Apenas un día después, la madre del príncipe, de 95 años
de edad, lo despojó de sus títulos militares y mecenazgos reales. De ahora en adelante, el príncipe ya no usará el título
de “Su Alteza Real”, un símbolo de su estatus como integrante principal de la familia real. The Sun, un popular periódico
sensacionalista británico, resumió la situación: Andrés había sido “efectivamente desterrado”.

Sobre el caso se cierne la amistad del príncipe con el exfinancista y convicto agresor sexual Jeffrey Epstein, quien, según
la acusadora, Virginia Giuffre, la “traficó” al príncipe. Epstein se suicidó en su celda de prisión en 2019.

El caso ha conmocionado de manera profunda a la familia real, que ya estaba golpeada por el escándalo y la rencorosa
salida del príncipe Enrique y su esposa Meghan. El momento no podría ser peor: este año la reina Isabel está a punto de
celebrar su septuagésimo aniversario en el trono, y la monarquía —el símbolo y unificador de una nación por lo general
descontenta— ha estado intentando pulir y renovar su marca para las generaciones futuras.

Las acusaciones contra Andrés plantean cuestiones sobre la clase, el privilegio y la masculinidad tóxica y también
desnudado un rostro cambiante del país en la era #YoTambién, o #MeToo.

Y, aunque la monarquía ha sobrevivido a otras crisis —guerras, abdicaciones, revoluciones, reyes homicidas— la más
reciente también ha hecho patente que incluso una institución resiliente y venerable puede resultar afectada por el mal
comportamiento y el mal juicio de sus integrantes.

¿Quién es Andrés?

Andrés nació el 19 de febrero de 1960. Asistió al internado de Gordonstoun en Escocia, alma mater de su padre. El
príncipe parece haber heredado la vena aventurera de su padre, y procedió a tener una distinguida carrera militar.

Andrés nunca ha sido considerado como un aspirante al trono, su ajetreada soltería —vinculada a actrices y modelos,
entre otras— fue combustible para los tabloides, y le valió el apodo de “Randy Andy” (Andy Lujurioso), además de una
reputación de príncipe mujeriego.

Cuando se casó con Sarah Ferguson en 1986, se convirtió en duque de York. El matrimonio terminó en divorcio una
década después en medio de acusaciones de infidelidad. Pero la pareja, que tuvo dos hijas, la princesa Beatriz y la
princesa Eugenia, no se distanció. Continúan compartiendo una casa en Royal Lodge, una residencia cerca del castillo de
Windsor.

Si bien cuando era joven Andrés fue conocido como un libertino, obtuvo respeto tras capacitarse como oficial naval y
servir como piloto de helicóptero durante la guerra de las Malvinas. Su apetito por el riesgo quedó en evidencia en 2012,
cuando, con el objetivo de recaudar fondos para fines caritativos, descendió en rapel por el Shard, un icónico rascacielos
de Londres, desde el piso 87.
Antes de verse envuelto en el escándalo, los deberes reales del príncipe Andrés incluían fungir como representante de
comercio para Gran Bretaña, papel que lo llevó a la órbita de los más ricos. Fue benefactor de decenas de obras de
caridad y tenía ocho títulos militares británicos.

Los observadores de la realeza lo veían como el favorito de la reina, tal vez debido a una personalidad bromista y un
historial militar significativo que recuerda a su padre.

¿Por qué está en problemas Andrés?

Los problemas de Andrés son en gran parte el resultado de su asociación con Epstein, quien estaba cumpliendo una
condena por cargos federales de tráfico sexual al momento de su muerte, y Ghislaine Maxwell, quien recientemente fue
declarada culpable de conspirar con Epstein para reclutar, engañar con fines de pederastia y abusar de niñas menores
de edad. Las acusaciones contra Andrés surgieron en 2015 durante una demanda federal contra Epstein en Florida. Una
de las acusadoras, Giuffre, aseguró que el príncipe la había violado cuando ella tenía 17 años.

Tras una desastrosa entrevista con la BBC, transmitida en noviembre de 2019, en la que trató de explicar su amistad con
Epstein —y que provocó una enorme reacción negativa cuando caracterizó las acciones del agresor sexual convicto
como “inapropiadas”— el príncipe anunció que se alejaría de forma indefinida de la vida pública. Durante la entrevista,
el príncipe dijo que “no recordaba” haber conocido a Giuffre.

Pero luego Andrés no pudo explicar una fotografía muy difundida que fue tomada en Londres y que lo mostraba con su
brazo alrededor de la cintura de la adolescente. Le dijo a la BBC que no recordaba ni siquiera que la fotografía “hubiera
sido tomada”. También hizo varias afirmaciones extrañas para evadir las denuncias de su acusadora, entre ellas que era
médicamente incapaz de sudar. Giuffre ha afirmado que el príncipe estaba sudando abundantemente durante uno de
sus encuentros.

En agosto de 2021, Giuffre presentó una demanda contra Andrés en un tribunal federal en Manhattan, Nueva York, en la
que reiteró sus acusaciones. Los abogados de Andrés intentaron que el caso fuera desestimado, pero el 12 de enero, un
juez permitió que la demanda procediera.

¿Cómo ha reaccionado la reina?

La semana pasada, tras el fallo sobre la demanda por abuso sexual, el palacio de Buckingham anunció que el príncipe
renunciaría a sus títulos militares y mecenazgos reales. A modo de reprimenda punzante, el palacio también afirmó que
el príncipe ya no utilizaría el título “Su Alteza Real”. La brusca declaración del palacio aseguró que Andrés “seguiría sin
asumir ninguna función pública” y que “está defendiendo este caso como un ciudadano privado”.

El lenguaje empleado por el anuncio del palacio pareció estar cuidadosamente calibrado para evitar que el príncipe haga
cualquier intento de rehabilitarse.

La decisión de privar a Andrés de sus títulos militares y el honorífico “Su Alteza Real” lo coloca en la misma posición que
su sobrino, Enrique, quien fue obligado a renunciar a ambas cosas luego de que él y su esposa se retiraron de los
deberes reales y se mudaron al sur de California en 2020.

¿Qué significa esto para la familia real?

La reina Isabel II cumplirá 70 años en el trono en febrero, fecha que le daría una oportunidad para replantear el relato
real luego de tres años de agitación incesante. Pero ahora el escabroso cuadro de una demanda por abuso sexual en un
tribunal de Manhattan podría ensombrecer las celebraciones. También existen riesgos más profundos y duraderos para
la monarquía en su intento de seguir siendo relevante en la era de TikTok.

La reina sigue siendo muy querida por el pueblo británico por su ética de trabajo y su prolongado servicio; 14 primeros
ministros han servido durante su reinado, empezando por Winston Churchill, y ha superado a la reina Victoria como la
monarca que más tiempo ha ocupado el trono en la historia británica. Pero los integrantes de la generación más joven
han crecido en un periodo en que la monarquía ha sido remecida por el escándalo y las acusaciones contra el príncipe
Andrés están contribuyendo a consolidar dicha percepción.

Tal como están las cosas, en un Reino Unido multicultural y en el resto del mundo, algunos ya se han sentido alienados
de la monarquía después de la partida de Meghan y Enrique. La sensación de que se trata de una familia anacrónica se
reforzó durante una explosiva entrevista con Oprah Winfrey en la que Meghan planteó el tema del racismo dentro de la
familia real.

La marginación de Andrés también reforzará el modelo real del príncipe Carlos, quien sucederá a su madre cuando
muera y quien ha estado impulsando una Casa de Windsor simplificada.

¿Cuáles son los próximos pasos en el caso contra Andrés?

Si ambas partes llegan a un acuerdo, lo que pondría fin a la demanda, es probable que Andrés no tenga que admitir
ninguna responsabilidad o delito, pero podría enfrentar costos financieros considerables. Bajo una providencia sobre
plazos previamente acordada en la demanda, los abogados de Giuffre y Andrés deben completar el descubrimiento legal
(el intercambio de documentos y la toma de declaraciones de los expertos) antes del 14 de julio. Si el caso va a un juicio
ante un jurado, podría conducir a la difusión pública de detalles vergonzosos y perjudiciales sobre el príncipe que
podrían socavar aún más a la monarquía.

Bibliografía

Dan Bilefsky es corresponsal de The New York Times en Canadá, con sede en Montreal. Antes ha estado destinado en
Londres, París, Praga y Nueva York. Es autor del libro The Last Job, sobre una pandilla de ladrones ingleses viejos
apodados “Los abuelos malos”. @DanBilefsky

Por Dan Bilefsky

17 de enero de 2022

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