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Una labor que exige humildad

DISCURSO

¿Le ha pasado alguna vez que durante la predicación de casa en casa ha


salido el amo o ama de casa, furioso y nos ha insultado y tratado muy mal?
¿Verdad que es una situación muy desagradable y muchas veces injustificada?
DEBEMOS cuidar nuestra reacción, intentar calmarnos y sobre todo ser
apacibles aunque nos cueste controlarnos.
No es fácil mantener la compostura en una situación como esa
Ser apacible es un auténtico desafío cuando alguien nos provoca o si nos
vemos sometidos a mucha presión.
Veamos un texto que podemos aplicar en la predicación, pues el ministerio
cristiano puede convertirse en una verdadera prueba de humildad.
Leamos 1 PEDRO 3:8,9
8 Por último, estén todos unidos en su forma de pensar y demuestren empatía, cariño
fraternal, tierna compasión y humildad.
 9 No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto. Al contrario, devuelvan una
bendición, porque para eso fueron llamados, a fin de que hereden una bendición.
La humildad es una hermosa cualidad que nos permite aguantar situaciones
desagradables.
En la predicación abordamos a desconocidos sin haber sido invitados,
sabiendo que algunos nos tratarán con muy poca amabilidad. Se necesita
humildad para seguir predicando a pesar de semejante trato.
Vivimos en un mundo hostil, y siempre nos vamos a topar con personas que
no quieren escuchar el mensaje, pero eso no es una excusa para dejar de
esforzarnos por ser humildes a la hora de predicar.
Pongamos el ejemplo de una hermana que salió un día a predicar…
Ella dice que en la casa donde predico, la señora y su esposo la insultaron y la
echaron de su propiedad
La hermana reacciono de muy buena manera, se limitó a sonreír y a decir que
tal vez podrían conversar en otro momento…
Su reacción de esta hermana impresionó tanto a la pareja, que cuando otra
hermana los visitó, la escucharon y aceptaron su invitación para ir al Salón del
Reino.
Una vez allí, se encontraron con la hermana a la que habían tratado tan mal,
pero ella los saludó y les dio más testimonio.
¿Se dan cuenta? Nosotros también podemos ablandar a quienes no son
receptivos mostrando “genio apacible y profundo respeto”
El conocimiento que hemos adquirido de la biblia nos ha servido para ser
mejores personas…

Hemos logrado hacer cambios en nuestra personalidad, pero eso no es razón
para menospreciar a quienes aun no la estudian, ni nos justifica para referirnos
a ellos en términos despectivos.

La biblia nos invita a hacer todo lo contrario, “no hablar perjudicialmente de


nadie’

Leamos el consejo que se encuentra en TITO 3:2

2 que no hablen mal de nadie, que no sean conflictivos, que sean razonables y que
siempre sean apacibles con todos los hombres.

Cuando somos humildes de corazón, tal y como Jesús nos enseño, causamos
un efecto reanimador en el prójimo y añadimos atractivo a nuestro mensaje.

Así es que, recordemos hermanos, la humildad nos ayuda a progresar en


territorio difícil, puede ablandar a los que no son receptivos y atrae a otros al
mensaje del Reino.

Pero lo más importante de todo es que agrada a Jehová,

quien “da bondad inmerecida a los humildes” (1 Ped. 5:5).

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