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Vístete de 

Mansedumbre

Annamarie Sauter: Cuando tienes un espíritu manso, se revela de maneras prácticas. Aquí
Nancy Leigh DeMoss con un ejemplo.

Nancy Leigh DeMoss: El correo electrónico puede ser un lugar en el que realmente mostramos
falta de mansedumbre. Necesitamos aprender a esperar, detenernos y pensar, antes de
presionar el botón de enviar. Necesitamos preguntarnos ¿Es esto realmente lo que Dios quiere
que yo diga?

Annamarie: Estás escuchando Aviva Nuestros Corazones con Nancy Leigh DeMoss en la voz de
Patricia de Saladín.

¿Te resulta difícil estar tranquila, poder pausar, rehusar defenderte cuando alguien está
enojado contigo? Estas son características de la mansedumbre que Dios puede desarrollar en
tu vida. Acompañaremos a Nancy en esta serie, La hermosura de la mansedumbre.

Nancy: Después de nuestro último día de grabación, una pareja de amigos y yo estábamos


cenando juntos esa noche. Una de las mujeres que había estado en la grabación se volteó
hacia mí y me dijo, “Estas sesiones sobre la mansedumbre me trajeron mucha convicción”.

Mientras la miraba le pregunté con toda sinceridad, “¿Cuáles puntos en particular tú


encontraste que especialmente te dieron convicción de pecado?”

Ella me miró y me dijo, “¡cada palabra que salió de tu boca!”

Ella lucía una mujer muy mansa. Pero Dios le estaba mostrando en su corazón que sus
respuestas iniciales no son mansas.

Ella me dio la siguiente sugerencia, “quizás ayudaría que tú le dejes saber a las mujeres,
cuando hables de nuevo sobre este tema que la mansedumbre no es algo que se produce de la
noche a la mañana en tu corazón, que es un proceso de santificación. Dios nos toma donde
nosotras nos encontramos y por el poder de Su Espíritu, nos conforma, nos moldea y nos da
forma”.

Así que aquí estoy yo para decirte que hay un proceso involucrado, y yo ciertamente sé esto
por experiencia propia en mi propia vida, yo estoy muy agradecida de que esta amiga me lo
recordara.

A través de esta serie, he estado refiriéndome en múltiples ocasiones a un libro, que yo espero
que puedas conseguir, La búsqueda de la mansedumbre y la quietud del Espíritu, escrito por
Matthew Henry, disponible está solo en inglés. Fue escrito hace más de 300 años.

No es un libro largo pero no puedes leerlo rápido. Las citas que he resaltado siguen trabajando
en mi vida con el paso del tiempo.

En la última sesión nosotras hablamos acerca de cómo Matthew Henry dice que la
mansedumbre nos permite gobernar y controlar nuestro enojo cuando hemos sido
provocadas, cuando otros hacen cosas que nos irritan y nos molestan.

Años atrás yo escuché una ilustración acerca de George Whitefield, quien fue uno de los
evangelistas británicos grandemente usado por Dios durante el avivamiento del siglo XVIII. En
un momento de su ministerio, Whitefield recibió una carta cruel, donde era acusado de mala
conducta.

George Whitefield respondió mostrando un espíritu de mansedumbre. Él dijo,

Le doy las gracias de todo corazón por su carta. [Esta es su respuesta por escrito.] En cuanto a
lo que usted y mis otros enemigos están diciendo contra mí, yo conozco peores cosas acerca
de mí mismo que lo que ustedes jamás podrían decir.

Con amor en Cristo, George Whitefield. 

Yo pensé, eso es un espíritu de mansedumbre. Él no trató de defenderse. No tomó represalias.


Él dijo, “Mira, si tú supieras lo que yo verdaderamente soy, hubieras hecho una lista aún más
larga”. Eso es un espíritu manso. Así que la mansedumbre nos permite gobernar y controlar
nuestro enojo cuando somos provocadas.

Pero la mansedumbre, de acuerdo a Matthew Henry, también nos permite soportar


pacientemente la ira de los demás hacia nosotros. Es en esto en lo que me quiero enfocarme
en el día de hoy—cuando otros están enojados contra nosotras, ¿cómo debemos responder?

Matthew Henry sugiere que hay dos respuestas bíblicas. La primera es, algunas veces la
respuesta correcta, la mansa respuesta, que es no decir nada. Algunas veces dice George
Whitfield la mansedumbre requiere de nosotros, quedarnos en silencio. Proverbios capítulo 26
versículo 4 nos dice “No respondas al necio de acuerdo con su necedad, para que no seas tú
también como él”.

Tú, al igual que yo, seguro puedes pensar en momentos, o en relaciones—quizás en tu


matrimonio o con tus hijos o con tus compañeros de trabajo, con un amigo—donde alguien
dice algo. Están molestos contigo; te lo dicen. Tu respuesta natural es a igualar su tono, ¿no es
así? Responder acaloradamente.

Recuerda que nosotros dijimos que la mansedumbre no es botar humo, calentarte. Algunas
veces la mejor manera de manejar esto es no decir nada.

No hay mayor ilustración de mansedumbre, que la respuesta que vemos en Jesucristo mismo,
quedarte callada, en silencio, bajo los ataques de los demás. ¿Recuerdas lo que dice el pasaje
en Isaías 53? Dice que:

Él fue oprimido y afligido, pero no abrió su boca; como cordero que es llevado al matadero, y
como oveja que ante sus trasquiladores permanece muda, no abrió Él su boca. (v.7)

Hay momentos cuando la mansedumbre nos dirige a mantenernos calladas, a no decir nada.
Ahora, vamos a estar viendo en el resto de esta serie que hay momentos cuando la
mansedumbre nos guía a decir algo.

Hay momentos cuando el camino de la mansedumbre nos lleva simplemente a callar, a no


decir nada, a estar en silencio, a estar quieta, a dejar que sea Dios que venga en nuestra
defensa y a no defendernos a nosotras mismas.

Permíteme leerte algunas citas del libro de Matthew Henry. En lo relativo a este asunto de
quedarnos en silencio cuando otros están enojados con nosotras. Él dice,

Es mejor no decir nada que decir algo que provoque. Cuando nuestros corazones están
acalorados dentro de nosotras, es mejor mantenernos en silencio y abrazar la paz. Aquellos
que se sienten agraviados piensan que ellos tienen permiso de hablar, pero es mejor estar en
silencio que hablar mal y obrar mal y luego tener que arrepentirnos.

En otras palabras, mejor es no decir nada que decir algo que luego vas a tener que recoger y
pedir perdón a Dios y a la otra persona a la que le hablaste.

Él dice,

Nosotros, muchas veces, hemos sido lo peor por nuestro hablar, pocas veces por nuestro
silencio.

En otra cita, él dice,

Las cosas pueden ser mejor dichas cuando la pasión ha cedido.

En otras palabras, si tú vas a hablar, no hables mientras estés enojada. A propósito, esto se
relaciona con la disciplina de tus hijos, ahora, tú debes decir algo en el momento porque la
situación así lo requiere. Pero si es posible, mejor espera, espera hablar cuando puedas
manejar el enojo interno, porque la Escritura dice, en Proverbios capítulo 22 versículo 8 “, y la
vara de su furor perecerá”.

Luego aquí una cita que es tan poderosa. Él dice,

Es mejor ceder ante nuestro hermano en silencio, quien es, o será o pudiera ser, nuestro
amigo, en lugar de ceder al diablo a trav é s de hablar con ira, quien ha sido, y es, y siempre
ser á , nuestro enemigo ac é rrimo.  

Así que algunas veces la respuesta correcta y mansa ante la ira de los demás es no decir nada.

Luego, en otras ocasiones, la respuesta correcta es hablar. La mansedumbre nos dirige a dar
una respuesta suave—algunas veces a no decir nada —pero cuando sí hablamos, debemos
dar una respuesta suave y mansa.

Como he dicho, varias veces en las semanas pasadas mientras he estado trabajando en esta
serie, me he encontrado a mí misma siendo provocada. Yo no sé si yo lo estoy notando más o
si realmente me está pasando más, porque quizás Dios está creando justamente las
circunstancias para mí para poder practicar lo que estoy enseñando aquí.

Pero un día en particular mientras estaba trabajando en esta serie, recibí un correo electrónico
de una amiga que estaba molesta, ella estaba enojada. Se podía percibir el tono del correo,
¿sabes? Los correos pueden transmitir un tono, y el tono era acusatorio. Realmente, a mi
manera de verlo, era un ataque injusto. Era como, ¿De dónde vino esto?, me encontró fuera
de guardia.

Pero yo estaba estudiando este tema y pude medir y sopesar mi respuesta. Ahora, mi impulso
natural—como quizás el tuyo en una

situación como ésta, sería si eres honesta—mi impulso natural fue responderle el correo. Y
cuán rápido y fácil es hacer eso -muy fácil –solo pulsar la tecla de enviar.

El correo electrónico puede ser un lugar donde nosotras realmente demostramos nuestra falta
de mansedumbre. Es necesario esperar antes de presionar la tecla de enviar y detenernos a
pensar, ¿es esto realmente lo que Dios quiere que yo diga?
Mi impulso natural fue defenderme, devolver el ataque y mostrarle a ella sus deficiencias. Pero
la respuesta mansa me llamaba a esperar. No respondas inmediatamente, deja que se enfríe.
Déjame enfriarme, deja que las cosas se calmen, y asegurarme de no responder con ira. Me di
cuenta de que cuando finalmente respondí—y en este caso esperé varios días . . .

Dadas las circunstancias, eso era lo correcto. Yo necesitaba esperar, dejar que las cosas se
calmaran. Y cuando respondí, tuve que asegurarme que no le estaba respondiendo de la
misma manera, sino que le respondía suavemente.

Matthew Henry usa un par de ilustraciones que muestran lo que pasa cuando tú respondes
con palabras suaves al enojo. Él dice que cuando nosotros respondemos con una respuesta
suave, es como derramar agua sobre la situación. “Mientras que el mal humor y la provocación
solo sería como echar aceite sobre la llama”.

Si tú hablas precipitadamente o de manera airada… Solo haces que las cosas . . . es como echar
líquido para encender sobre carbones calientes, hace que se enciendan rápidamente. En vez
de esto, es mejor derramar agua sobre estos… Amortigua el calor, y amortigua la llama.

Luego el usa esta otra imagen. Él dice, “cuando la ola del mar choca contra una roca, golpea y
produce sonido”. Tú puedes escucharlas chocando contra esas rocas y produciendo este
sonido fuerte y alto. “Pero la arena suave recibe esas mismas olas quietamente, y las retorna
sin dañarlas”.

Tú puedes ver esas olas viniendo hacia la orilla, pero sobre una arena suave, y no hay nada
contra las que ellas golpeen. Así que las olas solamente se devuelven. Es una imagen de lo que
sucede cuando nosotras respondemos con mansedumbre a las personas enojadas.

Eclesiastés capítulo 10 versículo 4 dice, “Si la ira del gobernante se levanta contra ti, no
abandones tu puesto, porque la serenidad suaviza grandes ofensas”.

Proverbios capítulo 25 versículo 15 , “Con la mucha paciencia se persuade al príncipe,


y la lengua suave quebranta los huesos”. Suavidad, bondad, paciencia.

Desde luego, nos hemos referido a Santiago capítulo 1 los versículos 19-20: “Esto sabéis, mis
amados hermanos. Pero que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira;
20 pues la ira del hombre no obra la justicia de Dios”.

Ahora, en el libro de Matthew Henry del que hemos venido hablando, él habla acerca de la
evidencia de la falta de mansedumbre y cómo ésta se manifiesta en las relaciones diarias. Solo
voy a mencionar tres de ellas, y mientras, dejemos que Dios escudriñe nuestros corazones y
nos muestre—“¿tengo yo un espíritu manso?”—he aquí algunas cosas que nos ayudarán a ver
esto.

Primeramente, en lo relativo a aquellos que están por debajo de nosotros—esto es, nosotros
como padres o maestros o empleados tenemos personas que están reportándose a nosotros o
personas que estamos dirigiendo, personas que están bajo nuestra autoridad—Si no somos
mansas, tendremos la tendencia a corregirlos rápidamente y seremos muy rápidas para
encontrar sus faltas.

Nosotras somos más conscientes de las deficiencias de los demás que de las evidencias de
gracia en sus vidas. Entonces lo que sucede es que las personas que están por debajo de
nosotras piensan que nunca pueden complacernos. De seguro algunos de tus hijos se siente
así.
Si no somos mansas, vamos a ser rápidas para corregir y rápidas para encontrar faltas en
aquellos que están por debajo de nosotras. Matthew Henry dice,

Cada pequeño fracaso no necesita ser censurado [o señalado o corregido]. En vez de esto debe
ser pasado por alto, y si la falta debe ser reprobada y corregida, pudiera ser hecho sin enojo.
No necesita ruido y algarabía. Mientras estás gobernando a otros, aprende a gobernarte a ti
mismo. 

Esta es una buena palabra para padres, maestros, líderes.

Y luego la falta de mansedumbre se muestra a sí misma cuando nosotros nos molestamos con
otros que están por encima de nosotros, y comenzamos a desahogarnos contra esas
autoridades, contra nuestros líderes. Esto fue lo que hicieron Miriam y Aarón contra Moisés.
Ellos estaban molestos y se desahogaron. Ellos expresaron rápidamente su hostilidad, su
desacuerdo con Moisés.

Matthew Henry dice aquí,

Si todo no está como ellos pensaban [si todo no está como nosotras pensamos que debe
estar], se irritan, y se molestan y sus corazones se acaloran, encuentran falta en todo lo que les
dicen o les hacen.

Un espíritu en quietud nos reconciliará con la posición en la cual estamos y en todas las
dificultades que podamos enfrentar, lo cual repercutirá para bien en nuestro estado actual,
aunque nos encontremos con muchos inconvenientes.

Es la falta de mansedumbre que hace que los que han sido colocados por la Providencia divina
bajo el yugo se impacienten debajo del yugo.

Así que cuando nosotras nos encontremos en circunstancias donde estamos bajo autoridad, la
falta de mansedumbre nos va a hacer rápidas en desahogarnos, rápidas en enojarnos, en vez
de recibir la circunstancia y la situación.

Y luego generalmente la falta de mansedumbre nos hará contenciosas con nuestros iguales.
Matthew Henry dice,

Es por la falta de mansedumbre que somos tan impacientes con las contradicciones de
nuestras opiniones, nuestros deseos, nuestros planes.

Tiene que ser a nuestra manera y somos impacientes si las cosas no van de la manera que
nosotros queremos. Él dice: “tenemos que tener la última palabra, correcto o incorrecto, y
todo debe hacerse a mi manera”. Esto nos hace contenciosas y personas con las que es difícil
convivir.

Hay una gran ilustración de esto en Génesis capítulo 13 en la vida de Abraham ¿tú recuerdas
como Abraham subió (su nombre en ese momento era Abram) pero tú recuerdas como
Abraham subió de Egipto, él y su esposa y todo lo que él tenía y Lot, su sobrino, iba con él al
Neguev?

Y dice la Escritura,

Y Abram era muy rico en ganado, en plata y en oro. 3 5 Y también Lot que andaba con Abram,
tenía ovejas, vacas y tiendas. Y la tierra no podía sostenerlos para que habitaran juntos,
porque sus posesiones eran tantas que ya no podían habitar juntos. [Así que la prosperidad
creo tensión entre ellos].

Había tensión. Había contienda entre los dos grupos de hombres. Así que qué hace Abram?
Versículo 8:

Hubo, pues, contienda entre los pastores del ganado de Abram y los pastores del ganado de
Lot. . 8 Y Abram dijo a Lot: Te ruego que no haya contienda entre nosotros, ni entre mis
pastores y tus pastores, porque somos hermanos.” (vv. 1–8)

Lo que Abram está diciendo es, “yo no me voy a remangar las mangas. Yo no me voy a colocar
mis guantes de pelea. Yo me voy a retirar. Yo no voy a entrar en esta batalla. Yo no voy a dejar
que haya contienda.”

Él tomó un rol de pacificador. Él toma la posición del manso.

“Y Abram dijo a Lot (versículo 8): Te ruego que no haya contienda entre nosotros, ni entre mis
pastores y tus pastores, porque somos hermanos.”

¿No es esto lo que deberíamos estar haciendo en nuestros hogares? ¿No es esto lo que
deberíamos estar haciendo en nuestras iglesias? ¿Por qué nos estamos dividiendo? ¿Por qué
estamos teniendo estas contiendas? ¿Por qué estamos teniendo estos desacuerdos?

“Nosotros somos hermanos. No voy a permitir que haya contienda”. Y entonces él valida sus
palabras con sus acciones.

“¿No está toda la tierra delante de ti? Te ruego que te separes de mí: si vas a la izquierda, yo
iré a la derecha; y si a la derecha, yo iré a la izquierda.” (v. 9)  

¡Qué espíritu de humildad! ¡Qué espíritu de mansedumbre! “Mira, toda la tierra está delante
de ti. Elige la parte que quieras y yo tomaré lo que sobre”. Y Lot eligió la parte que parecía la
mejor, porque Lot no tenía un espíritu manso. Lot era un hombre arrogante y orgulloso.

Y Abram dijo, “Bien. Yo tomaré lo que sobre.” ¿Pero, quién obtuvo la bendición? Abram
obtuvo las promesas de Dios, la tierra de Dios, el linaje a través del cual vendría el Mesías.

La Escritura nos dice en 1era a los Corintios capítulo 6 que es terrible que los cristianos vayan a
la corte unos contra otros. Puede ser una corte de divorcio. Puede ser todo tipo de causas.
¿Por qué no sufrís más bien el agravio?

¿Por qué vamos a los tribunales? ¿Por qué están litigando entre ustedes ante la ley?

Yo estuve hablando con una pareja de amigos que se involucraron en un trato comercial, un
negocio donde había toda clase de promesas y cosas que ellos esperaban en el proceso pero
que no se llevaron a cabo no se realizaron. Era un material perfecto para una demanda legal. Y
estos dos hombres profesaban ser creyentes.

Pero mi amigo dijo que él quería ir; que él quería demandar. Y habría obtenido un buen dinero
si él demandaba, y podría haber obtenido lo que se le había prometido. Pero la esposa de mi
amigo le dijo a él sabiamente, “yo no me siento bien acerca de esto. Esta no es la manera de
Dios. No es bíblico”. Y este hombre tomó la posición de humildad, escuchó a su esposa, pero lo
más importante, escuchó al Señor, y le dijo, “Estás en lo correcto. No vamos a demandar”
Ellos perdieron una gran cantidad de dinero que pudo haber sido potencialmente ganado de
vuelta en la demanda. Pero Dios honra la mansedumbre. “Bienaventurados los mansos”.
Aquellos que han tomado el camino más difícil, el camino más bajo, el camino de la humildad.
“Porque ellos heredarán la tierra” (Mateo 5:5).

Algunas de ustedes saben que cada día en AvivaNuestrosCorazones.com nosotros tenemos la


transcripción del programa del día; y luego al final de la transcripción hay un espacio donde los
radioescuchas pueden escribir sus comentarios a lo que escucharon. Espero que tú puedas ir a
la página web y puedas escribir tus comentarios acerca del programa de hoy.

No hace mucho tiempo, una mujer escribió en el blog acerca de una dificultad, un matrimonio
conflictivo en el que ella se encontraba. Otra oyente vio el comentario y escribió en respuesta
a esta persona lo siguiente, yo pienso que ilustra bellamente el poder de la mansedumbre.
Esta oyente escribió, “una cosa que te puede ayudar”— y recuerda que ella está escribiendo a
la oyente que se encuentra en el matrimonio difícil.

Una cosa que te puede ayudar a pacificar esta situación es solamente decir “lo siento”. Muy a
menudo le arrojamos muchas palabras a esta frase, cuando con tan solo una disculpa humilde
pudiéramos hacer que las cosas vuelvan a estar bien. Con menos palabras y más amor, tratar
de encontrar lo que aprecias de tu esposo y enfócate en eso. Él está herido, y ésta es la razón
de su mal temperamento y de sus luchas.

Tú no puedes arreglarlo todo por él. Pero si tú te niegas a pelear, él va a tener que calmarse
eventualmente. Puedes ofrecerle un masaje en el cuello cuando su temperamento no esté tan
explosivo. Y trata de relajarlo. Él probablemente esté asustado de perder el control.

Pero él necesita conocer la paz. Ora por él en tu corazón mientras tratas de calmar su tensión.

¿Puedes ver aquí el camino de la mansedumbre? “Yo verdaderamente creo –dijo ella– que en
la mayoría de los casos el ciclo puede ser roto por uno de los dos”, esto es lo que Abraham hizo
con Lot. Él rompió el ciclo diciendo, “mira, nosotros no vamos a luchar con relación a esto.
Toma todo lo que quieras”.

Ella continúo diciendo en actitud de oración,

Escucha sus necesidades y haz lo que tú puedas. Nuestro matrimonio es totalmente diferente
ahora que hace un año atrás. Pero fue después de 16 años de pelear. Seguro, yo pensaba que
estaba en lo correcto en la mayoría de las circunstancias, pero tuve que madurar y ver que hay
una mejor manera. Me tomó mucha oración y humildad y leer buenos materiales que me
enseñaron que yo estaba errada en la manera en cómo estaba manejando las cosas. Pero valió
la pena No hay manera de ser como Cristo aparte del sufrimiento. En Hechos capítulo 14
versículo 22 dice que “Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino
de Dios”. Muchos ejemplos pueden ser dados, tanto de la Biblia como en biografías, de
hombres y mujeres de Dios. Dios refina sus joyas a través del fuego de la prueba del
sufrimiento. Yo me encogía ante la idea del sufrimiento. Ahora he empezado a ver la belleza de
esta herramienta del Señor para perfeccionarnos como nada más puede hacerlo.

A través del sufrimiento y de las personas difíciles, mi corazón ha sido hecho mejor por Su
gracia. 

Existe verdaderamente una belleza producida través del fuego que nada más puede producir.
Estoy orando por ti y espero que esto te ayude. 
Estas son buenas palabras. Estas son palabras sabias. Vístete de humildad. Vístete de
mansedumbre. Esto va a involucrar fuego algunas veces, sufrimiento, dificultad, privación,
personas difíciles. Pero es la manera en que Dios nos forma, nos moldea y hace que como el
oro cuando es probado, nuestra fe sea hallada en alabanza para que Dios pueda ser glorificado
en nuestras vidas.

Annamarie: Si todas nosotras pudiéramos crecer en mansedumbre, ¿te imaginas la alegría que
esto traería a los hijos, a los esposos en todo lugar? Nancy Leigh DeMoss está en medio de una
serie llamada, La hermosura de la mansedumbre, muchos hogares serían transformados si las
mujeres aprendiéramos a ser mansas de espíritu.

Nancy, pienso que muy probablemente pocas de nosotras nos hemos expuesto anteriormente
a una serie que nos hablara acerca de la mansedumbre.

Nancy: Estás en lo correcto, éste no es exactamente el tema más popular que nosotros
pudiéramos tratar. Al principio cuando comenzamos Aviva Nuestros Corazones, yo hice un
compromiso de enseñar toda la Palabra de Dios —fuera ésta popular o no.

Cuando nosotros transmitimos programas con temas prácticos o de necesidad—programas


acerca del matrimonio o de cómo ser padres— las personas inevitablemente responden. Ellos
ordenan los recursos. Ellos apoyan nuestro ministerio financieramente. Pero cuando nosotros
profundizamos en la Palabra de Dios sobre un tema como la mansedumbre, que no todo el
mundo está preguntando o pidiendo querer saber sobre esto, usualmente no tenemos mucha
respuesta particularmente en el aspecto financiero.

Es por eso que estoy tan agradecida por las personas que aportan financieramente cada mes
para Aviva Nuestros Corazones pueda poder llegar a tantas mujeres. Estas personas oran por el
ministerio, comparten el mensaje de Aviva Nuestros Corazones con otras personas y proveen
apoyo financiero cada mes. De manera que este apoyo nos permite continuar en el aire y
enseñar toda la Palabra de Dios y no solamente los temas que se consideran más populares.

¿Has considerado tú el ser parte de este grupo de personas? Puedes contactarnos en


AvivaNuestrosCorazones.com y conocer más acerca de lo que puedes hacer para comenzar a
ser una patrocinadora regular.

Annamarie: ¿Es posible poder confrontar a alguien y ser mansa al mismo tiempo? Nancy va a
discutir sobre esto la próxima vez. Por favor acompáñanos en Aviva Nuestros Corazones.

Aviva Nuestros corazones con Nancy Leigh DeMoss es un ministerio de alcance de Life Action
Ministries.

Todas las Escrituras fueron tomadas de la Biblia de las Américas, a menos que se cite otra
fuente.

Tomado de: Aviva Nuestros Corazones

Todos los Derechos Reservados

Disponible sobre el Internet en: http://www.avivanuestroscorazones.com

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