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EL BÚHO QUE SE CONVIRTIÓ EN SER HUMANO1

Tradición oral chayahuita

H ace mucho tiempo un búho se convirtió en ser humano. Un

hombre se había ido a mitayar2 dejando a su esposa que estaba


embarazada en casa. Entonces la mujer dio a luz a su hijita.
Después, cuando estaba sentada, oyó al búho que estaba
cantando. Entonces la mujer le dijo:
—Si tú fueras un ser humano, me ayudarías en traerme la leña para
hacer la candela y poder calentarme.
Después de un momento el búho vino a la casa trayendo la leña y la
entregó a la mujer, diciendo:
—Toma la leña, vecina. Haz la candela y caliéntate.
La mujer se asustó pero no le dijo nada. (Era una mujer que vino
trayendo la leña pero realmente no era mujer. Era un búho convertido en
mujer.) Sin decir nada estaba mirándola, por eso él quiso dormir allá.
—Vecina, permíteme dormir contigo —y la mujer contestó:
—Ven pues, duerme conmigo.
Entonces durmieron juntos ahí; pero a medianoche, el búho convertido
le metió un dedo en el ojo de su hijita y la bebita lloraba. La madre le dijo:
—¿Qué le has hecho a mi hijita; por qué llora?
—No le hice nada. Llora porque le saqué un isango3 de su párpado
—dijo mintiendo.
Cuando la mamá dormía en profundo sueño, la mujer que dormía con
ella le sacó el ojo a la bebita y se lo comió. También le sacó el ojo a la mamá
y se lo comió.
Pero un jovencito se levantó y subió al techo de la casa. Allí se escondió y
estaba mirando todo. Vio que su mamá y su hermanita se habían muerto por
esa mujer que dormía con su mamá. Amaneció esa mujer sola y se quedó allá.
1 Tomado de Mashocoro´sa topiso´. Leyendas de los chayahuita.
2 Mitayar: cazar.
3 Isango: es una especie de arácnido pequeñito. (Ambas notas provienen del texto original).
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Después de un rato, el jovencito oyó a su papá quien estaba viniendo.
Bajándose del techo, corrió para contarle lo que había pasado.
La mujer que les había sacado los ojos estaba ahí todavía. Ella agarró
una piedra y la puso en su hamaca y estaba cuidándola como a su hijita.
Cuando el hombre llegó a su casa, vio a la mujer.
—Marido, he dado a luz a mi bebé, una mujercita —le dijo y entonces
se levantó y agarró su vasija de barro—. Me voy a recoger agua para cocinar
la carne. Cuando esté cocida, la comeremos —le dijo. Mientras tanto, el
hombre hizo hervir la brea y estaba esperando su regreso. Cuando la mujer
llegó del río, le dijo:
—Mujer, ven. Te voy a pintar tu cara para irnos a la fiesta —dijo, y a
la vez agarró una tabla doble—. Mete tus uñas aquí. Tengo miedo porque
son muy largas.
Entonces la mujer metió sus uñas, cerró sus ojos y levantó la cara.
Mientras quedó así, el hombre agarró la brea que estaba hirviendo y la echó
en su cara. Cuando hizo eso, la mujer brincó y gritó con tanta desesperación:
—¡Marido, marido! —dijo.
El hombre agarró la candela y encendió la casa (para que no se escapara
la mujer). Se alejó un poco de la casa y escuchó el incendio. Y la mujer
antes de morir pronunciaba estas palabras: «Huitina4 chispa, sachapapa5
chispa, camote chispa» y así murió. (Por su muerte crecerían estos tubérculos
de sus ojos.) Esto es uno de los cuentos de los antepasados chayahuitas.
4 Huitina: es una especie de planta de tubérculo comestible.
5 Sachapapa: es la papa de la selva. (Ambas notas provienen del texto original).
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EL BÚHO QUE SE CONVIRTIÓ EN SER HUMANO
A partir de la lectura de la tradición chayahuita, responde:
1. Lee el poema “Garza Tibi” de la poeta amazónica Ana Luisa Ríos. Imagina que tú
pudieras convertirte en algún animal, ¿qué animal serías? y ¿por qué? Dibújalo en tu
cuaderno.
Garza Tibi
Creo que soy una garza tibi,
lo dicen mis pies que corren a tu encuentro
y el hambre de tu mirada, pez descubierto.
Me cutipó la garza tibi, el curandero lo sabe,
mamá la miraba mucho cuando saltaba en su vientre.
Me confundo en el paraje del monte,
luego hago piruetas en una pata, como si nadie lo viera, para comer los
peces saltarines
o luchar altiva sin bajar la cabeza.
Vuelo raudamente cuando descubro el peligro
y descubro un universo en tu mirada de tigre,
me elevo con la gracia de las burbujas cristalinas
y vuelo con el ruido de los caminantes.
Al final de los tiempos, los ancianos
pescarán en las cochas
con anzuelos y arpones buscarán paiches, gamitanas y zúngaros,
[luego me llamarán garza blanca,]
y descubrirán en las constelaciones
mis huellas que adorarán el final de los tiempos.
Ana Luisa Ríos (2019). Anen. Conjuro al viento. Lima: Apogeo Editorial

2. Los relatos orales suelen explicar el origen de determinados animales o accidentes


geográficos. ¿Qué crees que pretende explicar este relato?

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