Universidad Simón Bolívar

Yeimer Giovanny Hernandez Sierra

Catedra Bolivariana: Ciudadanía y Democracia
DETERIORO SOCIAL EN COLOMBIA DESENCADENADO POR EL

CONFLICTO ARMADO INTERNO

La guerra en Colombia ha sido una constante a lo largo de nuestra historia, somos

un país marcado por más de 50 años de conflicto armado entre los diferentes actores que en

él se ven involucrados, dicho conflicto ha traído consigo un desencadenamiento de

violencia directa, ya sea física, verbal o psicológica en contra la población colombiana en

general, con graves violaciones de los derechos humanos enmarcados en los postulados del

Derecho Internacional Humanitario (DIH).

En medio siglo el conflicto colombiano ha alcanzado niveles de crueldad e

intensidad inimaginables, los colombianos nos hemos convertido en seres indiferentes ante

la violencia, hemos sido presas del terror y del miedo, pero también nos hemos encargado

de re victimizar a quienes la han tenido que vivir de manera directa.

Son miles de casos en los que civiles han sufrido de manera las consecuencias

aberrantes de vivir en un país con violencia, han sido testigos de asesinatos de padres frente

a sus hijos, secuestro de familiares, desapariciones forzadas, torturas, reclutamiento infantil,

violencia sexual y múltiples masacres, son las victimas las que hoy en día revelan la verdad

de su sufrimiento tras años de guerra, un país desangrado por la violencia.

Esta guerra lo único que ha traído consigo es muerte, tristezas y un gran índice de

pobreza al pueblo colombiano, nuestros campos y tierras han sido convertidos en

escenarios de terror. En los últimos 54 años miles de personas han perdido la vida por

cuenta del conflicto armado interno en Colombia, los actores armados involucrados han

utilizado su ingenio más oscuro con el fin de dañar la sociedad en general, han diseñado
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desde artefactos explosivos dirigidos a estructuras de la fuerza pública pero que terminan

por acabar todo a su paso, hasta la sevicia, la utilización de la castración, la desaparición, y

el empalamiento de mujeres, todas estas formas de violencia han vulnerado de manera

directa los derechos fundamentales de todas las personas víctimas de estos grupos al

margen de la ley. No hay cabida para dudar que este tipo de actos violentos fueron

planeados y ejecutados de manera premeditada y calculadora.

El deterioro social causado por el conflicto armado interno en nuestro país ha traído

consigo consecuencias sobre nuestra población, en especial sobre los niños y niñas víctimas

de la guerra, ellos ha tenido que pasar desde muy temprana edad, por momentos que quizás

nunca desaparezcan de su memoria, y no bastando con ello han sido desplazados de sus

tierras y han tenido sufrir el impacto negativo de vivir en un país en conflicto, niños y niñas

han fallecido tras caer en campos minados, o por haber quedado en medio de fuegos.

Son nuestros niños, niñas y adolescentes quienes han vivido esta guerra de manera

cruda y dramática, han sufrido violaciones sexuales, amputaciones de sus miembros por las

llamadas minas antipersonas, han tenido que vivir la destrucción de sus familias,

reclutamientos ilícitos y muchas otras manifestaciones de violencia a las cuales han sido

sometidos, no bastando con esto, aquellos que logran escapar del campo a la ciudad se

enfrentan a múltiples humillaciones, discriminaciones raciales o de clase, hasta el punto de

ser llamados desplazados, todo ello sumado al deterioro de su calidad de vida y el hambre,

provocan que su niñez sea vivida de forma precaria.

Pero no solo son estas las consecuencias del conflicto armado en Colombia, puesto

que este también ha generado graves problemas sociales, económicos, políticos y

culturales, desafíos que a diario deben librar el Estado y sus entidades así como también las
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comunidades afectadas, entre las principales consecuencias están: violación a los derechos

fundamentales como la vida y la libertad de toda persona, la inseguridad que ha generado la

violencia en el país, por lo que no es un atractivo para que empresas del exterior deseen

invertir en la economía colombiana, han surgido nuevos grupos al margen de la ley y

bandas criminales, estas han conllevado a que en los últimos años la guerra no solo se viva

en zonas apartadas del país, sino que se ha desplazado a los cascos urbanos, provocando

que sea aún más atenuante este escenario de crueldad y muerte.

Es inadmisible ver como los miembros de nuestra fuerza pública son cobardemente

asesinados, donde su vida tiene un precio ante el llamado “plan pistola” dejando niños

huérfanos, esposas viudas y madres con un dolor insuperable, solo porque la cultura de

violencia en la que hemos crecido los ha vuelto objetivo militar de los grupos al margen de

la ley, nuestra fuerza pública también es una más de las víctimas de la violencia en

Colombia.

No podremos erradicar del todo el conflicto interno colombiano sino se acaba con las

causas que lo generan, la disputa del poder y de la tenencia de las tierras, la exclusión política, los

llamados discursos de guerra y paz en los que se refugian los candidatos políticos para simpatizar

con la población, todo ello genera desigualdad social, diferencias ante los diversos pensamientos

de la sociedad, un ambiente de odio y pobreza cultural que día a día lo único que traerá consigo es

hacer que la brecha social crezca aún más, que esa tan anhelada paz que soñamos jamás sea

posible, que se invierta más en armas que en mejoras sociales para la población, que sea la guerra

y su financiación el centro de interés del Estado.