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Lógica I.

Conectivos proposicionales.
Marı́a Fernanda Pallares

En la sección 1.4. del libro de Molina se presenta el concepto de argumento


válido y se incluyen los dos siguientes ejemplos:

Todos los hombres son mortales


Sócrates es hombre
Sócrates es mortal

Todos los perros tienen plumas


Sócrates es un perro
Sócrates tiene plumas

Estas dos inferencias tienen algo en común: elementos del lenguaje que
permiten exhibir una determinada forma. Como veremos, existen determina-
das formas inferenciales que garantizan la validez de las mismas y algunos
elementos lingüı́sticos son los responsables de que ello ocurra. En los casos
vistos, la palabra Todos es una de las que juega un papel en la validez. Lo
que haremos a continuación es revisar un primer grupo de elementos del len-
guaje natural que son importantes en el análisis de la corrección lógica de un
grupo importante de inferencias y que son objeto de análisis en la lógica pro-
posicional. Esta se dedica, justamente, a precisar el significado de elementos
como estos que desempeñan un papel en la deductividad de ciertos argu-
mentos. Algunos de esos elementos del lenguaje natural son “y”, “o”, “no”,
“Si...entonces”, “...si y solamente si...” y sirven para componer enunciados
complejos a partir de enunciados más simples. Más adelante veremos otros
elementos del lenguaje (como todos o algunos) que también desempeñan un
rol en la corrección lógica de otro grupo de inferencias.
Comencemos entonces a estudiar las condiciones de verdad de expresio-
nes complejas de acuerdo a la presencia de estos elementos del lenguaje que

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habitualmente son denominados conectivos proposicionales o conectores ora-
cionales.

1. Conjunciones.
Examinemos cómo estas partı́culas del lenguaje mencionadas más arriba
se usan en determinados contextos, comenzando por el papel de la“y”. Con-
sideremos las dos siguientes oraciones:

Juan estudia Filosofı́a

Pedro estudia Letras

podemos, a partir de ellas, construir expresiones más complejas de diver-


sas formas:

Juan estudia Filosofı́a y Pedro estudia Letras

Juan estudia Filosofı́a, pero Pedro estudia Letras

Pedro estudia Letras, aunque Juan estudia Filosofı́a.

En cualquiera de estos casos, estamos usando enunciados complejos que


serán verdaderos si y solo si Juan estudia Filosofı́a es verdadero y Pedro
estudia Letras también es verdadero. Véase que en los últimos dos casos no
ocurre el elemento lingüı́stico “y”. Es decir, un enunciado complejo que es
verdadero si ambos enunciados que lo componen son verdaderos y solamente
en ese caso, puede ser el resultado de diversas formas de composición que
usan diferentes recursos del lenguaje y no necesariamente (o solamente) con
el uso de la “y”. Llamamos conjunciones a las expresiones complejas que
tienen este comportamiento. Desde el punto de vista lógico, las tres oraciones
expresan lo mismo. Entonces:

Una conjunción es verdadera si y solo si ambos componentes son


verdaderos.

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Por otro lado, podrı́amos estar frente a una expresión que incluye una
“y”pero en la cual no se está expresando una conjunción. Por ejemplo, en el
caso

Juan y Pedro son hermanos

aparece el elemento “y” pero no se está expresando una conjunción. ¿Por


qué no es esta una conjunción? Recordemos que nuestras unidades más sim-
ples son los enunciados, expresiones que son o verdaderas o falsas. Las co-
nectivas proposicionales hacen su trabajo usando justamente esas unidades
básicas y es claro que el nombre Juan no es un elemento del lenguaje que pue-
da ser evaluado en términos de verdad o falsedad. Por lo tanto, a la hora de
examinar un texto, es razonable ante una expresión, preguntarse si la misma
es susceptible de ser considerada verdadera o falsa. Debemos considerar “y”
como un mero indicador de que tal vez se esté expresando una conjunción,
pero no necesariamente. Lo mismo para las restantes formas de composición
de enunciados complejos que veremos a continuación.

2. Negaciones.
Pasemos a otro tipo de construcción produciendo un enunciado complejo
solamente a partir de uno más simple (y no dos). Por ejemplo, la oración Juan
no estudia Filosofı́a será verdadera si y solamente si Juan estudia Filosofı́a
es falsa. Cuando dos enunciados tienen este comportamiento se dice que uno
es la negación del otro.

De dos enunciados en los cuales uno es la negación del otro, se cumple que
uno es verdadero si y solo si el otro es falso.

Existen casos en que no aparece la palabra “no”, pero un enunciado es la


negación del otro, por ejemplo1 :

1
Este ejemplo sobre la negación de proposiciones que expresan relaciones asimétricas es extraı́do del libro
Un primer curso de Lógica de Miguel Molina. Quienes quieran profundizar el análisis lógico de los enunciados,
es recomendable especialmente el capı́tulo 5 de ese libro, “Conectivos lógicos y lenguaje natural”,

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La mesa es más ancha que la puerta.

La puerta es al menos tan ancha como la mesa

Ante la duda de si un enunciado es la negación del otro, una estrategia es


chequear que no puedan ser ambos verdaderos y que no puedan ser ambos
falsos. Por ejemplo, Todos los polı́ticos son corruptos es la negación de Al
menos un polı́tico no es corrupto (donde entran en juego los elementos todos
y Al menos un). En este par de enunciados, no pueden ser falsos los dos ni
verdaderos los dos. Por lo tanto, cada uno es la negación del otro. En cambio,
Al menos un polı́tico no es corrupto y Al menos un polı́tico es corrupto pueden
ser verdaderos las dos. Por lo tanto, no pueden ser uno la negación del otro.

3. Disyunciones.
Revisemos ahora otra de las partı́culas que nos interesan. En este caso, la
“o” que ocurre, por ejemplo, en la oración: Juan estudia Filosofı́a o Pedro
estudia Letras. Consideraremos que esta oración resultará falsa en el caso en
que las oraciones más simples consideradas sean falsas. Cuando las condi-
ciones de verdad de un enunciado complejo son estas, decimos que se está
expresando una disyunción.

Una disyunción es falsa si y solo si ambos enunciados que la componen son


falsos.

Véase que, considerando estas condiciones de verdad, no se impide que


puedan ser ambos verdaderos. Es claro que hay situaciones en las cuales
queremos dejar claro el carácter excluyente, es decir, que no pueden ser ambos
verdaderos, pero cuando hablamos a secas de disyunción, consideramos estas
condiciones de verdad presentadas.

4. Condicionales.
Las expresiones de tipo “Si A entonces B” (donde A y B indican el lugar
de enunciados) tienen usos muy diversos con diferentes relaciones entre lo que

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expresan sus enunciados componentes. Presentemos algunos ejemplos:

1. Si para de llover, tenés que salir a la rambla.


2. Si hubiese parado de llover, entonces habrı́amos ido a la rambla.

En ellos se expresan órdenes (caso 1) o se presentan expresiones en modo


subjuntivo (caso 2). Ninguno de estos condicionales puede ser adecuadamen-
te abordado por la lógica proposicional que estamos estudiando. Nuestra
herramienta de trabajo es pertinente cuando las expresiones complejas usan
enunciados como componentes, tales como:

Si sopla el viento, entonces la zona de la rambla está fresca.

Estamos ante un tipo de expresión que se comporta de la siguiente forma:

Un condicional es falso si y solo si el antecedente es verdadero y el


consecuente falso.

Podemos estudiar estas condiciones de verdad en los cuatro casos que


corresponden ante la expresión Si Juan gana la loterı́a, entonces compra una
casa:

Caso 1: Juan gana la loterı́a es verdadero y Juan compra una casa es


verdadero.
Caso 2: Juan gana la loterı́a es verdadero y Juan compra una casa es
falso.
Caso 3: Juan gana la loterı́a es falso y Juan compra una casa es verda-
dero.
Caso 4: Juan gana la loterı́a es falso y Juan compra una casa es falso.

Según las condiciones de verdad presentadas, el caso 2 es el único en el


que se considerarı́a que la expresión es falsa. No son obvios los casos 3 y 4.
¿Por qué considerar como verdaderos los condicionales cuando su antecedente
es falso? ¿Por qué es razonable hacer esa elección en un determinado marco
teórico para el estudio de expresiones condicionales? Veamos.

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Hay ciertas precauciones que debemos tomar ante expresiones condiciona-
les ya que frecuentemente creemos que una expresión nos brinda una informa-
ción que en realidad no proporciona. (Es claro que esto sucede no solamente
con los condicionales). No debemos caer en el error de pensar que la oración
en cuestión nos brinda la información de que, si Juan no gana la loterı́a, en-
tonces Juan no compra una casa. No se está expresando en Si Juan gana la
loterı́a, entonces compra una casa que el ganar la loterı́a sea una condición
necesaria para que Juan se compre una casa y que solo si Juan gana la lo-
terı́a, entonces, se compra una casa. Pero sı́ se expresa que el ganar la loterı́a
es una condición suficiente para que compre una casa. Debemos interpretar
la oración Si Juan gana la loterı́a, entonces compra una casa como carente
de información sobre lo que sucede en el caso de que Juan no gane la loterı́a.
Veamos un ejemplo por el cual es interesante considerar las condiciones de
verdad dadas:

(∗) Para todo número natural x se cumple que: si x < 4 entonces x < 7.

Serı́a deseable que esta oración (que expresa algo que se cumple para
todos los elementos de un determinado conjunto) fuese verdad sea cual sea el
número en el lugar de x. Y es claro, al considerar las instancias especı́ficas,
tenemos casos como:

Si 3 < 4 entonces 3 < 7


Si 5 < 4 entonces 5 < 7
Si 8 < 4 entonces 8 < 7

Véase que no existe un número natural que, sustituyendo a x, haga que el


antecedente resulte verdadero y el consecuente falso. Es claro que para cual-
quier número natural mayor o igual que 4, el antecedente resulta falso (como
las dos últimas oraciones presentadas), pero lo que nos interesa es que, en
lo que refiere a números naturales, (∗) sea verdadera en cualquier caso. Para
ello es pertinente la elección de estas condiciones de verdad.

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5. Bicondicionales.
Finalmente, consideremos expresiones del tipo “... si y solo si...” comúnmen-
te denominadas bicondicionales como la siguiente:
Un ciudadano uruguayo puede obtener la libreta de conducir si y solo si
es mayor de 18 años.
esta oración puede comprenderse como la conjunción de los dos siguientes
condicionales:
Si un ciudadano uruguayo puede obtener la libreta de conducir entonces
es mayor de 18 años.
Si un ciudadano uruguayo es mayor de 18 años, entonces puede obtener
la libreta de conducir.
Agreguemos otros ejemplos:
Hoy es viernes si y solo si mañana es sábado
Dos triángulos T1 y T2 son iguales (o congruentes) si y sólo si verifican
alguno de los siguientes criterios: (a) cada lado en T1 tiene un lado igual
en T2, (b) un ángulo y los lados que lo forman en T1 tienen iguales en
T2 y (c) un lado y los ángulos que soporta en T1 tienen iguales en T2.
Cierto es que la expresión “...si y solo si...” tiene poco uso en el lenguaje
ordinario, pero sı́ es de vital importancia en lógica y matemática. Por ejemplo
en la Unidad 1, se ha usado esa expresión al establecer que un argumento es
lógicamente correcto si y solamente si no es posible que todas sus premisas
sean verdaderas y su conclusión sea falsa. Esta expresión nos ha permitido
demarcar, definir, una clase de argumentos y es de acuerdo a esta definición
que se puede determinar en cada caso, sobre cualquier argumento especı́fico,
si pertenece o no a esa clase, es decir, si es correcto o no desde el punto de
vista lógico. De forma similar, el último ejemplo sobre triángulos permite
determinar, dados dos triángulos, si son iguales o no.

Un bicondicional es verdadero si y solo si ambos componentes tienen el


mismo valor de verdad.

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Es importante tener presente que elementos del lenguaje tales como “y”,
“o”, “no”, “si...entonces”, “...si y solamente si...” son, entre otros, posibles
indicadores de que se están expresando conjunciones, disyunciones, negacio-
nes, condicionales o bicondicionales. Como hemos visto, por ejemplo, parece
razonable no considerar que la “y” es el único recurso del lenguaje para ex-
presar conjunciones ni que siempre tiene una función lógica, sino que es mejor
ser cautelosos y analizar en cada caso, si funciona como tal. Nuevamente, este
comentario se extiende para todos los conectivos.

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