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Capítulo 14

EL MIEMBRO DE FAMILIA
EXCOMULGADO

CONTEXTO
La mujer de José había sido excomulgada reciente-
mente por su adicción al juego (cf. caso real del cap.
7). José estuvo de acuerdo con la decisión de la iglesia
pero, después del suceso, leyó su Biblia y descubrió que
Pablo dice: “con el tal ni aun comáis” (1 Co. 5:11).
La mujer de José estaba profundamente enojada por
la decisión de la iglesia y se sentía despreciada por la
decisión de su marido de votar con la congregación.
No obstante, ella no pensaba abandonarlo, ni él pen-
saba abandonarla (1 Co. 7:12-14). Aunque ahora José
se preguntaba si debería de evitar totalmente comer
con su mujer.
¿Cómo debe de tratar el miembro de la familia a
una persona que ha sido excomulgada?

CONCLUSIÓN
En un encuentro privado, un anciano explicó a José
que según las Escrituras estaba obligado a amar, servir

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LA DISCIPLINA EN LA IGLESIA

y cuidar a su mujer, inclusive entregando su vida por


ella como hizo Cristo por la Iglesia (cf. 1 Co. 7:14-15;
Ef. 5:25-30). El anciano separó la creación de la insti-
tución del matrimonio, y la gracia común de ella, de la
institución redentora de la iglesia local y la gracia es-
pecial de la misma. El hecho de que la mujer de José
hubiera sido excomulgada de la iglesia no anulaba sus
obligaciones matrimoniales.
El anciano le explicó que, en general, los miembros
de la familia de una persona disciplinada deben conti-
nuar cumpliendo con las responsabilidades de la vida
familiar (cf. Ef. 6:1-3; 1 Ti. 5:8). Sin duda, esto incluye
el deber de los niños de comer con sus padres, o de los
maridos para hacer lo propio con sus mujeres.
Aun así, el acto de excomunión de la iglesia coloca
una nueva responsabilidad en José y en cómo se rela-
ciona con su mujer. El mandato de Pablo ordenando a
los miembros de la iglesia que no comieran con los
miembros excomulgados, cumple por lo menos con
tres propósitos: proteger a los cristianos de la levadura
del pecado; evitar que los miembros expulsados pien-
sen que la iglesia los considera cristianos; y proteger el
testimonio de la iglesia en la comunidad. En los días
de la iglesia primitiva, compartir la comida con una
persona expresaba la prolongación de la comunión, del
cuidado y de la protección (por eso los líderes religiosos
censuraban que Jesús comiera con los publicanos y los
pecadores). Por eso Pablo no quería que los miembros
de la iglesia se relacionaran con los miembros excomul-

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El miembro de familia excomulgado

gados en manera alguna que pudiera expresar esta


clase de comunión cristiana compartida.
Por esta razón, José necesitará encontrar el equili-
brio entre mostrar su amor por su mujer —incluso de
forma romántica— y servirla hasta lo sumo, teniendo
claro al mismo tiempo que no puede decir ni hacer
nada que haga creer a su mujer que él la considera cris-
tiana. Al contrario, deberá continuar animándola hacia
la fe y el arrepentimiento.

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