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Se c c ió n d e O br a s d e Po l ít ic a y D e r e c h o

L A T E O R IA D E LA S F O R M A S D E G O B IE R N O E N LA
H IS T O R IA D E L P E N S A M IE N T O P O L ÍT IC O
Traducción cié N O R B E R T O B O B B IO
J o s é F. F e r n á n d e z S a n t i l l An

L a te o r ía d e las fo r m a s d e g o b ie r n o
e n la h is to r ia d e l p e n s a m ie n t o
p o lít ic o
Año académico 1975-1976

F O N D O D E C U L T U R A E C O N Ó M IC A

M É X IC O
l’riiiK'ia e d ic ión en italiano, 1976
1*1 iincra e dición en español, 1987
( )c'(ava re im p re sió n, 2000
Sc-!'iinda edición, 2001
( iiarta reim p re sió n , 2006
PRÓLOGO
' .‘..p

lio h h io , No ib ert o
I.a te o rí a de las fo r m a s de g o b ie r n o e n la h is to r i a
El curso de este año está dedicado a las teorías de las form as de
ck‘1 iKMisamiento p olític o . Año a c a d é m i c o 1975-1976 / gobierno. E n los años anteriores tuve la o p o rtu n id ad de decir que
Norhei to B o b bio ; trad, de José F. F e r n á n d e z San tillán . si una razón de ser tiene un curso de filosofía política, diferente
2 'e d . — México :F C E , 2001.
193 p. ; 23 X 16 c m — (Colee. Política y D erech o) a los cursos de h isto ria de las doctrinas políticas y de ciencia po­
I íliilo o rig in a l La te o ri a de lle fo rm e di g o v e rn o lítica, es el estudio y el análisis de los llam ados "'temas recu rren ­
nella sloria del p e nsiero politico i';':
ISBN 968-16-6467-1 |
tes''. E ntiendo p o r "'recurrentes" los tem as que han sido p ropues­
4JÍ "iOÍ/ tos y discutidos p o r la m ayor p a rte de los escritores políticos
I l' sl a d o 2. Política I. F e r n á n d e / Santillán, José F., (de m an era p a rtic u la r p o r quienes han elaborado o delineado teo­
!i II. S e i . 111. t.
rías generales o parciales de la política) y que, p o r tanto, form an
I ( .IA69 B6318 Dewey 335.4 B663t p a rte de u n a teo ría general de la política. El conocim iento de estos
tem as recu rren tes tiene una doble im portancia: p o r una p a rte sirve
p a ra u b icar algunas categorías generales (com enzando p o r la cate­
goría m ism a de lo "político"') que perm iten analizar y determ in ar
los diversos aspectos del fenóm eno político, com pararlos en tre ellos,
c o n stru ir sistem as conceptuales aceptablem ente coherentes y com ­
prensivos; p o r o tra p arte, perm ite establecer entre las diversas
! h \íi ¡hucK hi iiiu n d iü l pa ra len g u a esp a ñ o la teorías políticas, que han sido sostenidas en diferentes épocas, afi­
nidades y diferencias.
Disello de poi tada; R/4, Vicente Rojo C a m a
Uno de estos tem as recu rren tes es la tipología de las form as de
gobierno. Casi no hay e sc rito r político que no haya p ropuesto y
( ()iiK‘iilai ios y sug eren cias; e ditoi'ia l@ fo n d o d e c u ltu ra e c o n o m ic a .c o m
w w w .f o n d o d e c u lt iii a e c o n o m i c a . c o m
defendido u n a cierta tipología de las form as de gobierno. No tengo
l eí (SS)S227-4672 Fax (55)5227-4694 necesidad de su b ray ar la im p o rtan cia de estas tipologías, sea p o r­
que m ediante ellas han sido elaborados y continuam ente discutidos
I iliilo OI Í5.>inal:
/ a I col 1(1 (¡elle f o r m e d i G o v e m o n e l l a S í o r i a d e l p e n s i e r o P o litic o . algunos conceptos generales de la política, com o oligarquía, dem o­
Anno A e ea dem ico 1975-1976 cracia, despotism o, gobierno m ixto, etc., sea porque ellas consti­
" ' I‘i7(i, (i. Cìiappichelli E ditore, T urin
tuyen uno de los aspectos p o r m edio de los cuales u n a teoría puede
ser caracterizada y com parada m ejo r con otras.
I) k. (' > l ‘^S7, l'ONix) DI'. Ciii/ruRA E c o n ó mic a Si se considera la sociedad política (en una prim era definición)
( .iiifU-ra Pieat ho-Ajuseo 227; 14200 México, D. F.
com o la form a m ás intensa y vinculadora de organización de la
Se pioliib e la i c'pi ()ducei()n total o parcial de esta o b ra vida colectiva, la p rim era indicación que cualquier observador de
iiK luido el (listMio tipográfico y de p o rt a d a — ,
M M ( nal hie re el me dio , e le c tic niic o o me c á nic o .
la vida social está im pulsado a hacer, es que existen varias m a­
Mil el ( o nse niim iiM ilo p o r e sc rito de l e d ito r. neras de d a r fo rm a a esta organización según los lugares y el
tiem po. La p reg u n ta a la que responde la tem ática de las form as
ISM N I h ó 4 o 7 - 1 ( .s e g u n d a e d i c i ó n )
de gobierno es la siguiente: '"¿cuáles y cuántas son estas m an eras?''
IS h N l ( v 2 7 V /- 7( j ) i in ie r a e d i c i ó n )
El objetivo dcl curso de este año es exam inar algunas respuestas
1111| > ■ II M(‘\it ' r i i i i l c d n i M ('\ic( parlicLilarnicnle si)’iiirieiil¡vas a esta pregunta, desde la filosofía
PR Ó L O G O

griega h a sta los um brales de la edad contem poránea. De cada uno


de estos periodos serán exam inados solam ente algunos autores que IN T R O D U C C IÓ N
considero ejem plares. No tengo necesidad de a d v ertir una vez m ás
que la exigencia en la que se in sp ira este curso no es histórica sino
conceptual. Como no tengo conocim iento de que en sede histórica, Antes de iniciar la exposición y el com entario de algunas de las
es decir desde el pu n to de vista de la h isto ria de las ideas, se haya m ás conocidas teorías de las form as de gobierno, conviene hacer
hecho sem ejante cosa, la recopilación de m ateriales que derivará
algunas consideraciones generales sobre el tem a.
de estas lecciones p o d rá c o n stitu ir un in stru m en to ú til de tra b a jo
La p rim era consideración es que generalm ente cualquier teoría
tam bién p a ra los historiadores.
de las form as de gobierno presenta dos aspectos: uno descriptivo
y o tro prescriptivo. En su función descriptiva el estudio de las
form as de gobierno se resuelve en una tipología o en una clasifi­
cación de los diversos tipos de constitución política que de hecho,
es decir, en la experiencia h istórica y m ás precisam ente en la ex­
periencia histórica conocida y analizada p o r el autor, se presentan
a la vista del observador. El escrito r político en este caso se com ­
p o rta com o un botánico que después de h ab er observado y estu­
diado atentam ente un cierto núm ero de plantas, las divide de
acuerdo con las diferencias o las une según las afinidades, y al
final llega a clasificarlas bajo un cierto orden. Las p rim eras gran­
des clasificaciones de las form as de gobierno, como las de Platón
y A ristóteles, son de este tipo. Dicho de o tro m odo: derivan de
los datos recabados de la observación histórica, y reflejan la va­
riedad de las form as en las que se organizaron las ciudades griegas
de la edad hom érica en adelante.
Sin em bargo, no hay tipología que solam ente tenga una función
descriptiva. A diferencia del botánico que no se pone o tro proble­
m a m ás que el de la descripción y no m anifiesta alguna preferencia,
en tre una u o tra especie descrita, el escrito r político no se lim ita
a describir; generalm ente se p lantea otro problem a, que es el de
indicar, de acuerdo con un criterio de selección que n atu ralm en te
puede cam b iar de a u to r a autor, cuál de las form as de gobierno
descritas es buena, cuál m ala, cuál m ejo r y cuál peor, y eventual­
m ente tam bién cuál es la óptim a y cuál la m ás incorrecta. En o tra s
palabras: no se lim ita a describir, o sea, a m an ifestar un juicio
de hecho, sino que sin darse cuenta exactam ente asum e tam bién
o tra función, la de expresar uno o m ás juicios de valor, la de orien­
ta r las preferencias ajenas, en una p alab ra la de prescribir. Como
se sabe, la propiedad de cualquier juicio de valor con base en el
cual decim os que cierta cosa (una acción, un objeto, un individuo,
una form ación social, etc.) es buena o m ala, es la de ex tern ar u n a
10 IN T R O D U C C IÓ N IN T R O D U C C IÓ N

preferencia con el o bjeto de m odificar el com portam iento ajeno Considero ú til decir todavía m ás sobre el uso axiológico. Frente
en el sentido que n osotros deseam os. a la variedad de las form as de gobierno son posibles tres posicio­
Puedo decir lo m ism o al señ alar que una tipología puede em ­ nes: a) todas las form as existentes son buenas; b) todas las fo r­
p learse de dos m odos. Al p rim ero lo llam o "sistem ático ”, al segun­ m as son m alas, y c) e n tre las form as de gobierno algunas son
do "axiológico". El uso sistem ático de una tipología tiene lugar buenas y o tra s son m alas. En térm inos generales se puede decir
cuando ésta se utiliza p a ra d a r orden a los datos recopilados; el que la p rim era posición es la de una filosofía relativista e histori-
uso axiológico es aquel que se da a la m ism a tipología cuando es cjsta según la cual cada form a de gobierno es adecuada p ara la
em pleada p a ra establecer e n tre los tipos o las clases ordenadas sis­ situación histórica concreta que la ha producido (y que no podría
tem áticam ente un cierto orden de preferencia, que tiene el objetivo p ro d u cir o tra diferente) : en la conclusión de C ie n c ia n u e v a , Vico
de su scitar en los dem ás u n a actitu d de aprobación o desaproba­ habla de "u n a etern a república n atu ral, en cada una de su especie
ción, y en consecuencia, repito, de o rie n ta r una preferencia. ó p tim a ”. Un ejem plo de la segunda posición la verem os en Platón,
H ab ría que p reg u n tarse cóm o es posible que el esc rito r político según el cual todas las form as de gobierno reales son m alas, en cuan­
(y en general el científico social) se com porte o se pueda com por­ to son una degeneración de la única form a óptim a que es la ideal.
ta r de m anera diferente del botánico (y en general del científico La tercera posición es la m ás frecuente: habiendo sido teorizada en
de la n a tu ra le z a ). El problem a es b a sta n te com plejo, pero se puede una o b ra que ha hecho época en la h isto ria de la filosofía política,
d a r una respuesta m uy sim ple: el criterio con el cual el científico en la P o lític a de Aristóteles, podem os llam arla aristotélica.
social y el de la naturaleza a fro n ta n el objeto de su investigación Todavía hay necesidad de agregar que una axioiogía en general
está influido p o r el hecho de que el p rim ero considera que puede no se lim ita a distinguir lo bueno (en sentido absoluto) de lo
in terv en ir directam ente en el cam bio de la sociedad, m ientras que m alo (en sentido absoluto), sino tam bién se preocupa p o r esta­
el segundo no estim a p o d er hacerlo en el cam bio de la naturaleza. blecer m ediante un juicio com parativo un orden, una jerarq u ía,
El uso axiológico que yo hago de cualquier concepto e stá e stre ­ o m e jo r dicho un orden jerarquizado, en tre las cosas que son ob­
cham ente vinculado a la idea de que un cam bio en la e stru c tu ra je to de evaluación. Lo m ism o sucede con el uso axiológico de las
de la realidad a la que tal concepto se refiere no solam ente es tipologías de las form as de gobierno, con la consecuencia de que
deseable sino tam bién posible: un juicio de valor presupone que las form as buenas no son todas buenas en el m ism o grado, pues
las cosas que yo evalúo pueden ser diferentes de lo que son. M ien­ hay algunas m ejores que otras, al tiem po que no todas las form as
tra s un juicio de hecho no pretende m ás que d a r a conocer un m alas lo son en el m ism o grado, pues hay algunas peores que otras.
cierto estado de cosas, el juicio de valor asp ira a m odificar el M ediante el juicio de valor com parativo, una axioiogía de las
estado de cosas existente. Se puede decir lo m ism o de o tro m odo: form as de gobierno term in a p o r ser la sistem atización de éstas
m ien tras una teoría sobre algún aspecto de la n aturaleza es u n a en un orden jerarquizado, que p o r m edio de una escala de prefe­
teoría y basta, alguna que se refiera a cierto aspecto de la realidad rencias perm ite p a sa r no sim plem ente de lo bueno a lo m alo, sino
histórica y social casi siem pre es tam bién una ideología, es decir, de lo m ejo r a lo peor m ediante el m enos bueno y el m enos malo.
un conjunto m ás o m enos sistem atizado de evaluaciones que debería R esulta superfluo hacer n o ta r que la posibilidad de establecer una
inducir en quienes la escuchan la preferencia de un estado de cosas escala de preferencias, sobre todo cuando los elem entos p o r o rd en ar
en lugar de otro. Para concluir y p a ra llevar la com paración e n tre el son m uchos, tiene p o r efecto una gran variedad de tipologías: dos
científico de la naturaleza y el de la sociedad h a sta sus últim as tipologías que concuerdan en juzgar com o buenas ciertas form as y
consecuencias, y m o stra rla con toda claridad, ninguno de nosotros se com o m alas algunas otras, pueden diferenciarse al establecer euá-
so rp ren d ería si un investigador social, que de acuerdo con el ideal les son en tre las buenas las m ejores y entre las m alas las peores.
científico del n a tu ra lista debería solam ente describir, explicar y tal P or encim a del juicio de valor com parativo, una axioiogía puede
vez prever, p resen tara un proyecto de reform a de la sociedad, mien- com prender tam bién juicios de valor absolutos. E sto significa que
Iras que m iraríam os con cierta desconfianza com prensible a un una tipología de las form as de gobierno puede llegar a una tom a
lísico qiic nos prcscnlara un proyecto de reform a de la naturaleza. de posición tal que le perm ita indicar la form a óptim a y la peor.
12 IN T R O D U C C IÓ N
IN T R O D U C C IÓ N 13

No son raro s los casos de escritores políticos que hayan elaborado


de una form a de gobierno a otra. Con la siguiente consecuencia:
una teoría de la óptim a república o del óptim o E stado (al lado
las diversas form as de gobierno no constituyen únicam ente distin­
del p e o r). Por lo m enos se pueden distinguir tres m aneras de hacer
tas form as de organizar la vida política de un grupo social, sino
un m odelo del óptim o E stado:
tam bién son estadios o m om entos diferentes y sucesivos —general­
a) Se puede c o n stru ir un m odelo de óptim o E stado m ediante la
m ente uno concatenado con otro, uno derivado com pletam ente del
idealización de una form a histórica. Así sucedió, p o r ejem plo, como
desarrollo de o tro — del proceso histórico. Como verem os, en la
verem os, con Atenas y sobre todo con E sp a rta en la antigüedad
antigüedad clásica una teoría de las form as de gobierno se resuelve
(y no solam ente en la antigüedad), con la república rom ana, con­
frecuentem ente, aunque de m anera m ás o m enos m ecánica, en una
siderada p o r algunos de los grandes escritores políticos com o un
concepción cíclica de la historia, o sea, en una concepción de la
m odelo de E stado del que se debería descubrir el secreto de su
h isto ria de acuerdo con la cual u n a form a de gobierno se disuelve
fo rtu n a y de su fuerza, con la república de Venecia en el Renaci­
p a ra tra n sm u ta rse en o tra, h a sta d a r lugar a u n a serie de etapas
m iento, con la m onarquía inglesa en la época m oderna. Se po d ría
de desarrollo o de decadencia que rep resen tan el curso fatal de las
agregar que el p rim er E stado socialista del m undo, la Unión So­ cosas hum anas. Hegel nos proporciona un ejem plo sorprendente
viética, h a desem peñado la m ism a función en cuanto es conside­
del uso histórico de una teo ría de las form as de gobierno, o m e­
rado com o Estado-guía p o r los p artid o s com unistas de los E stados
jo r dicho de la transform ación de un uso sistem ático en un uso
que todavía no han sido tran sfo rm ad o s p o r una revolución.
h istórico de la m ism a tipología. E ste a u to r retom a la célebre tri­
b ) O tra m anera de c o n stru ir un m odelo de óptim a república
partició n de las form as de gobierno hecha p o r M ontesquieu —m o­
consiste en com binar en una síntesis ideal los diversos elem entos n arquía, república, despotism o— y hace de ella los tres m om entos
positivos de todas las form as buenas p a ra elim inar los vicios y
fundam entales del desarrollo histórico, al considerar al despotism o
conservar las virtudes. Se tra ta del ideal, del que verem os tan to s com o la form a de gobierno típica del m undo oriental, a la república
ejem plos en el curso de las lecciones, del llam ado E stado m ixto,
del rom ano y a la m onarquía del m oderno.
cuya m ás exitosa teorización se debe al h isto ria d o r Polibio.
Debe agregarse que generalm ente en el uso histórico de una
c) Finalm ente, la construcción de la óptim a república puede ser
tipología de ninguna m anera es irrelevante la distinción en tre for­
confiada a la elaboración intelectual pu ra, a b stra íd a com pleta­
m as buenas y form as m alas, porque la m ala com o degeneración de
m ente de la realidad histórica, o incluso a la im aginación, a la
la buena abre la p u e rta a la nueva form a buena, la cual, a su vez,
visión poética, que se com place en diseñar E stados ideales que ja ­
corrom piéndose crea las condiciones p a ra un cam bio siguiente.
m ás existieron y que nunca existirán. Se tra ta del pensam iento
C uando la m o narquía —que es la form a buena— decae en la
utópico que en todos los tiem pos, especialm ente en épocas de gran­
tira n ía —que es la form a m ala— nace com o reacción la aristocracia,
des crisis sociales, h a tenido apasionados e inspirados creadores.
que es a su vez u n a form a buena, la cual al decaer en oligarquía
M ientras las dos form as anteriores de óptim a república son ideali­
genera la dem ocracia y así sucesivam ente. En resum en, la form a
zaciones de la realidad, la u topía se sale de la h isto ria y proyecta
m ala funge com o etapa de paso obligado de una form a a o tra y
su construcción en un lugar y en un tiem po im aginarios.
p o r consiguiente desem peña un papel positivo (a p esar de su ne-
E stas consideraciones in tro d u cto rias no e starían com pletas si no
gatividad su stan cial), no en sí m ism a sino considerada com o un
indicáram os el hecho de que adem ás del uso sistem ático y del m om ento de una totalidad. Tam bién se p o d ría decir, aunque es
axiológico de la tipología de las form as de gobierno, éstas pueden u n problem a que señalo solam ente, que cuando una tipología es u sa­
tener, y de hecho han tenido, o tra función que llam o '"uso h istó ­ da históricam ente, es decir, p a ra tra z a r las líneas de u n a filo­
rico''. E ntiendo p o r ""uso histórico" el que han hecho algunos sofía de la historia, readquiere una función m eram ente descriptiva
autores de la tipología de las form as de gobierno p a ra delinear una y pierde todo carác te r prescriptivo. Cuando lo que es axiológica-
verdadera y propia filosofía de la historia; en térm inos sim ples, m ente negativo se tra n sfo rm a en históricam ente necesario, el juicio
para tra z ar las líneas dcl desarrollo histórico que tra n sita ría de de realidad es su p erio r al de valor.
acuerdo con ini esquem a, que naturalm ente cam bia según el autor.
I. U N A C É L E B R E D I S C U S I Ó N

Una h isto ria, com o la que estam os delineando, de las tipologías


de las form as de gobierno puede p a rtir de una discusión señalada
p o r H eródoto en sus H is to r ia s (libro III, §§ 80-82), en tre tres p e r­
sonajes persas, Otanes, Megabyzo y Darío, sobre la m e jo r form a
de gobierno que debería ser in sta u rad a en Persia después de la
m u erte de Cam bises. E ste episodio, p u ram en te im aginario, h ab ría
sucedido en la segunda m itad del siglo vi a.c.; pero el n a rra d o r,
H eródoto, escribe sus historias un siglo después. De cualquier
m odo, lo que im p o rta es re sa lta r lo avanzada que estaba la refle­
xión de los griegos sobre los asuntos de la política un siglo an­
tes de las grandes sistem atizaciones teóricas de Platón y A ristóteles
(que pertenecen al siglo iv a.c.). El fragm ento verdaderam ente es
ejem plar, porque, como verem os, cada uno de los tres personajes
se p resen ta com o defensor de una de las tres form as de gobierno,
que podríam os llam ar ''clásicas'' no sólo porque nos han sido
tran sm itid as p o r los escritores clásicos, sino p orque se han vuelto
verdaderas y propias categorías de la reflexión política de todos
los tiem pos (y p o r tan to , en cuanto clásicas son tam bién m oder­
nas). E stas tres form as de gobierno son: el gobierno de m uchos,
de pocos y de uno, o sea, dem ocracia, aristocracia y m onarquía.
Aunque en el pasaje en cuestión todavía no son em pleados todos
los térm inos con los cuales estas tres form as de gobierno serán
legadas p o r la tradición que llega h a sta nuestros días, y dado lo
ejem p lar del fragm ento y su brevedad, conviene citarlo en su to ta ­
lidad:

Cinco días después de que los ánimos se habían calmado, los que
se habían sublevado contra los magos deliberaron acerca de los acon­
tecimientos todos; y fueron pronunciados discursos, ciertamente in­
creíbles para algunos de los griegos, y sin embargo, fueron pronun­
ciados.
Otanes propuso entregar el poder al pueblo persa y argumentó
su propuesta de la siguiente manera: “Me parece que ninguno de
nosotros debe ser hecho monarca: sería una cosa desagradable e in­
justa; pues visteis la insolencia de Cambises hasta dónde se levantó
y también habéis participado de la insolencia del mago. Pero, ¿cómo
podría ser cosa ordenada un gobierno monárquico, si al monarca
le está permitido hacer lo que quiera sin responder ante nadie? La
monarquía Ikh ía salir incluso al mejor de los hombres de su norma
15
16 U N A C É L E B R E D IS C U S IÓ N U N A C É L E B R E D IS C U S I Ó N 17

natural, cuando tuviese tal poder. La posesión de grandes riquezas público es fácil que nazcan graves enemistades personales: cada uno
genera en él la prepotencia, y desde el inicio la envidia le es con­ de ellos quiere ser el jefe y hacer prevalecer su opinión, por eso ellos
natural; y teniendo esas dos cosas tiene toda la maldad: en efecto llegan a odiarse recíprocamente; de aquí brotan las facciones, y de
realiza las acciones más reprobables, unas dictadas por la prepoten­ las facciones el delito. Del delito se llega a la monarquía, que por
cia, otras por la envidia. Parecería razonable que el monarca-tirano ello se m uestra como el m ejor gobierno. Y a la vez, cuando el pueblo
fuese un hombre sin envidia, desde el momento en que tiene todo. gobierna, es imposible que no se origine la corrupción en la esfera
Pero se ha hecho al contrario de esto para con los súbditos, pues pública; la corrupción no genera enemistades, sino sólidas amistades
odia a los pocos buenos que han quedado, se complace con los peo­ entre los malvados: los que actúan contra el bien común lo hacen
res, presta gran atención a las calumnias. Y lo más absurdo de todo: conspirando; y tal cosa existe hasta que alguno, habiéndose puesto
si en efecto lo admiras mesuradamente, está apesadumbrado, porque al frente del pueblo, calma a los tales. Y de entre ellos éste es
no es muy bien honrado; y si alguno lo honra mucho, está mo­ entonces admirado por el pueblo; y siendo admirado, aparece siendo
lesto como con un adulador. Pero ahora diré lo que es más grave: monarca. Y también por esto es claro que la monarquía es la mejor
trastorna las leyes patrias, viola mujeres y m ata por capricho. ^ forma de gobierno. Y para, resumiendo todo, decirlo en pocas pala­
''En cambio el gobierno del pueblo lleva en prim er lugar el más bras: ¿De dónde ha habido libertad para nosotros y habiéndola otor­
bello de los nombres, iso n o m ía (igualdad de derechos políticos); y gado quién? ¿Acaso de parte del pueblo o de la oligarquía o del mo­
narca? Tengo, por tanto, la opinión de que nosotros, habiendo sido
en segundo lugar, nada hace de aquellas cosas que un monarca hace.
liberados por un solo hombre, debemos m antener el régimen monár­
Pues por sorteo se ejercen los cargos públicos, los magistrados son quico y conservar nuestras buenas instituciones patrias. Pues no hay
obligados a rendir cuentas del ejercicio del poder, toda decisión es cosa mejor." *
sometida al voto popular. Propongo, pues, que nosotros rechacemos
la monarquía para dar el poder al pueblo; pues todo es posible
para el mayor número." Ésta fue la opinión de Otanes. El fragm ento es tan claro que no necesita m uchos com entarios.
Pero Megabyzo exhortaba a entregarse a la oligarquía, diciendo La observación m ás interesante que debe hacerse es que cada
esto: "Lo que Otanes dijo para abolir la monarquía, eso también uno de los tres interlocutores, m ientras m anifiesta un juicio posi­
queda dicho por mí; pero lo que aconsejaba: conferir el poder al tivo de una de las tres constituciones, patentiza un juicio negativo
pueblo, se ha apartado de la mejor opinión, pues nada hay más de las o tras dos: Otanes, p a rtid a rio del gobierno p o p u lar (que no
obtuso y prepotente que una multitud inepta. Y ciertamente, de nin­
es llam ado ''dem ocracia'", que com o verem os tiene en general en tre
guna manera es aceptable que unos hombres, huyendo de la inso­
lencia de un tirano, caigan en la insolencia de un irresponsable popu­ los grandes pensadores políticos un significado negativo, esto es,
lacho. Pues si aquél hace algo, lo hace dándose cuenta; pero a éste ni de m al y no de buen gobierno), condena la m onarquía. Megabyzo,
siquiera le es posible darse cuenta. Pues, ¿cómo podría darse cuenta defensor de la aristocracia, rep ru eb a ta n to al gobierno de uno solo
quien no ha sido instruido, ni ha visto ningún bien, y se precipita, com o al gobierno del pueblo. Por últim o, Darío, sim patizante de
lanzándose sin inteligencia sobre los acontecimientos, semejante a un la m onarquía, censura tan to al gobierno del pueblo com o al go­
tormentoso río? Así pues, válganse de la democracia aquellos que
piensan hacer daño a los persas; pero nosotros, habiendo elegido a bierno de pocos (por lo que usa el térm ino que e sta rá destinado
un grupo de los mejores hombres, invistamos a éstos con el poder, ya a volverse de uso com ún p a ra in d icar el gobierno de pocos en su
que en ellos estaremos nosotros mismos y es natural que de los form a negativa, el de o lig a rq u ía ). Como ha sido señalado p o r in té r­
mejores hombres sean las mejores decisiones." Así pues, Megabyzo p retes anteriores, el hecho de que cada constitución sea presentada
aportaba esa opinión. com o buena p o r quien la sostiene y com o m ala p o r quien apoya
Y Darío exponía el tercero su opinión, diciendo: "'Lo que dijo una de las o tra s dos, tiene com o consecuencia que en el debate
Megabyzo acerca del gobierno popular me parece haberlo dicho co­
rrectamente, no así lo concerniente a la oligarquía. Pues propuestas ya esté p resente la clasificación com pleta, com o será p resen tad a
tres cosas y siendo todas muy buenas en principio, es decir, la mejor p o r los pensadores sucesivos, de acuerdo con los cuales las cons­
democracia, la mejor oligarquía y la mejor monarquía, afirmo que tituciones no son tres sino seis, porque a las tres buenas corres­
ésta es muy superior. Pues nada mejor podría aparecer que un solo ponden tres m alas respectivam ente. La diferencia con la que las
hombre, el mejor; ya que, utilizando tal criterio, adm inistraría inta­ seis constituciones son presentadas en el debate expuesto p o r He-
chablemente al pueblo; así también se mantendrían más en silencio
los planes políticos contra los hombres malévolos. * P a r a la tr a d u c c ió n al e s p a ñ o l d e e s t e f r a g m e n to m e a p o y o e n H e r ó d o to ,
Va \ una oligarc|uía, entre quienes practican la virtud para el bien H i s t o r i a s , II, d n a m , M cx ic o , 1976, pp. 50-53. [t.]
UNA C ÉLE BR E D IS C U S IÓ N UNA CÉLEBR E D IS C U S IÓ N 19
18

ródoto y en las clasificaciones siguientes (como la aristo télica), No carece de interés considerar brevem ente los argum entos
reside en que en la narració n de H eródoto, que es un discurso de adoptados respectivam ente p o r los tres interlocutores p ara exaltar
tipo prescriptivo (véase la in tro d u cc ió n ), a cada constitución p ro ­ una constitución y denigrar las o tras dos, porque algunos de estos
puesta como buena corresponden las o tras dos en su form a m ala, argum entos son de m anera sorprendente una m anifestación de
m ientras en A ristóteles, que desarrolla un discurso m eram ente los "tem as recu rren tes" sobre los que he deseado llam ar la atención
descriptivo, a cada constitución buena corresponde la m ism a cons­ desde las prim eras líneas del curso. El co n traste entre m onarquía
titución en su form a m ala. Tal diferencia puede ser aclarada por considerada en su aspecto negativo (o sea com o tiranía) y gobierno
los dos cuadros siguientes: del pueblo, así como fue expuesto p o r Otanes, es el co n traste en­
tre un gobierno irresponsable, y p o r tan to n a tu ralm en te a rb itra rio
H e ró d o to ("al m onarca le está perm itido hacer lo que quiera sin responder
ante n ad ie"), y un gobierno fundam entado en la igualdad frente
M onarquía Aristocracia Democracia a las leyes ("el m ás bello de los nom bres, isonom ía") y en el
control del pueblo ("toda decisión es som etida al voto p o p u la r"),
Otanes — + y en consecuencia ni irresponsable ni arb itra rio . Así pues, al tirano
Megabyzo — + — se le atribuyen algunos vicios como la "prepotencia", la "envidia",
Darío 4- — — y la "m aldad", que constituyen un ejem plo b astan te claro de una
fenom enología de la tiran ía que llega, con diversas variaciones
A ris tó te le s sobre el tem a, h asta nuestros días. Todavía m ás: m ientras la tira ­
nía es caracterizada p o r a trib u to s psicológicos, el gobierno del
pueblo sobre todo lo es p o r un in stitu to , el sorteo de los cargos:
Monarquía +
Aristocracia este in stitu to reposa en la idea de la absoluta igualdad de los suje­
+ —

Democracia + — tos, p o r lo que desde el inicio, como se ve y com o se p o d rá ap reciar


m ejo r m ás adelante, los dos conceptos —el de gobierno po p u lar
y el de igualdad— se llam an uno al otro. Ú nicam ente si se tiene
Conviene decir que, en ú ltim a instancia, la clasificación en seis presente la igualdad de los sujetos el sorteo no es un procedim ien­
constituciones (de las que tres son buenas y tres son m alas) deriva to a rb itra rio , ya que como los sujetos son iguales uno vale lo
del cruzam iento de dos criterios de clasificación; uno responde a m ism o que el o tro y p or tan to no im p o rta el sujeto sobre el cual
la p regunta ¿ q u ié n gobierna?" y o tro a ''¿ c ó m o gobierna?" (y se caiga la elección, pues el resultado no cam bia.
entiende cóm o gobierna aquél o aquéllos designados respectiva­ P or lo que respecta a las consideraciones de Megabyzo, debe in­
m ente p or la respuesta a la pregunta ''¿ q u ié n ?"). Esto se puede dicarse que tam bién el gobierno p o p u la r está caracterizado p o r
observar en el cuadro siguiente (en él se em plea la term inología atrib u to s psicológicos ("irresponsable"). Pero m ás in teresan te es
utilizada p or P o lib io ): que de los dos gobiernos rechazados, uno (el gobierno popular)
¿C óm o? es juzgado peor que el otro (el gobierno m onárquico); esta com ­
I---------------------------------------------------- --- paración nos ofrece un ejem plo b astan te claro de la graduación
Bien Mal de las constituciones tan to en el bien como en el m al, de la que se
habló en la introducción (no solam ente hay gobiernos b u e n o í y
Uno monarquía tiranía m alos sino gobiernos que son m ejores o peores que o tro s ). Lo que
falta en el análisis de Megabyzo es una caracterización específica
¿Q uien? Pocos aristocracia oligarquía del gobierno p ropuesto como el m ejor, a diferencia de lo que hem os
o c l o e m e ia
observado en el discurso de Otanes, en el que el gobierno po p u lar
M uchos d e m o c r a c ia
es distinguido m ediante la indicación de un in stitu to específico
20 U N A C É L E B R E D IS C U S IÓ N

com o el sorteo. Del gobierno de pocos, su defensor se lim ita a


decir con una verdadera y p ro p ia declaración de principio que
II. P L A T Ó N
''d e los m ejores hom bres sean las m ejores decisiones''.
En el discurso de D arío aparece p o r p rim era vez la condena al
gobierno de pocos, porque Otanes criticó el gobierno tiránico, m as
E n v a r i a s obras Platón (428-347 a.c.) habla de las diversas form as
no al oligárquico, y Megabyzo consideró el gobierno de pocos como
el m ejor. El p u n to débil de la oligarquía es la facilidad con la de constitución, pero lo hace en p a rtic u la r en los tres diálogos de
q' 3 el grupo dirigente se escinde en facciones contrapuestas, es la R e p ú b lic a , el P o lític o y las L e y e s , Aquí me detengo en especial
decir, la falta de una sola dirección, indispensable p ara la unidad en el estudio que hace de las form as de gobierno en la R e p ú b li­
del Estado. En cam bio, el p u n to débil del gobierno p o p u lar es p re ­ ca, en la que dedica a n uestro tem a dos libros, el octavo y el no­
cisam ente lo opuesto: no la discordia de los buenos sino el acuerdo veno, y term ino con un señalam iento al P o lític o .
de los m alvados (las "sólidas am istades en tre los m a lv a d o s"). Como se sabe, el diálogo de la R e p ú b lic a es una descripción de
No la separación de lo que debería e sta r unido sino la conspira­ la república ideal, que tiene como fin la realización de la justicia
ción de lo que debería e sta r dividido. Aunque p o r razones opuestas, entendida como la atribución a cada cual de la tarea que le com ­
ta n to el gobierno de pocos com o el de m uchos son m alos. Pero pete de acuerdo con las propias aptitudes. E sta república es una
precisam ente a causa de su corrupción ellos generan en c o n traste com posición arm ónica y ordenada de tres clases de hom bres: los
la única form a de gobierno buena que es la m onarquía, la que por gobernantes-filósofos, los guerreros y los que se dedican a los tra ­
tan to no es solam ente m ejor que las o tras constituciones en abs­ bajos productivos. Pero este E stado no ha existido h asta ahora
tracto, sino es tam bién, debido a la corrupción de las o tra s dos, en ningún lugar, como lo declaran dos interlocutores al final del
necesaria y p o r tan to inevitable. El argum ento de Darío en favor libro décim o:
de la m onarquía debe tenerse presente: la superioridad de la m o­
—Entiendo, tú hablas del Estado que nosotros fundamos y discu­
narq u ía sobre las o tras constituciones depende de que ella obedece timos y que no tiene realidad, más que en nuestros discursos, pues
a una necesidad histórica, y es la única capaz de aseg u rar la e s ta b i­ yo no creo que en la tierra se encuentre en algún lugar.
lid a d del poder. No carece de im portancia que nos encontrem os —Pero quizá en el cielo está el ejemplo para quien quiera verlo y
desde el inicio con este tem a de la "estabilidad", porque, como apegarse a él para gobernar a sí mismo (592 b).*
verem os, la capacidad de una constitución de d u ra r, de no c o rro m ­
perse fácilm ente, de no degradarse, de no convertirse en u n a cons­ Los E stados que existen, los E stados reales, son, aunque en di­
titución opuesta, es uno de los m ás im p o rtan tes —si no el p rinci­ ferente grado, corruptos. M ientras el óptim o E stado es uno solo,
pal— criterios que se em plean p a ra distinguir las constituciones y no puede ser m ás que uno porque una sola es la constitución
buenas de las m alas. perfecta, los m alos E stados son m uchos, de conform idad con el
principio expuesto en uno de los diálogos de que "una sola es la
form a de la virtud, m ientras son infinitas las del vicio" (445 c ) .
De esto se deriva que la tipología de las form as de gobierno en
la R e p ú b lic a , en co n traste con lo que h asta ahora hem os visto
desde la p rim era discusión sobre el tem a, sea una tipología com ­
pu esta únicam ente p o r form as m alas, aunque no todas igualm eiíte
m alas, y ninguna buena. M ientras en el diálogo presentado p or
H eródoto ta n to las form as buenas com o las m alas son, de acuerdo

* P a ra la tr a d u c c ió n d e lo s fr a g m e n to s d e P la tó n e n e s t e c a p ítu lo m e s ir v o
de: P la tó n , "La r e p ú b lic a o d e lo ju s to " , e n D iá lo g o s , 20' cd ., E d ito r ia l Po-
rrú a , M c x ic o , 1984. l i.|

21
PLATÓN 23
22 PL A T Ó N

—Digo que una de las formas de gobierno es precisamente la forma


con los diversos puntos de vista de los tres interlocutores, form as que examinamos [es decir la constitución ideal], y que podríamos
históricas, que son abordadas p o r Platón am pliam ente en el libro llamar con dos nombres: si entre todos los regidores uno tiene el
octavo, son m alas, pues no concuerdan en cuanto form as histó­ mando sobre los demás, la podríamos llamar monarquía; si el mando
ricas con la constitución ideal. Por ah o ra la única form a buena está en manos de varias personas, aristocracia.
está m ás allá de la historia. Como verem os en seguida, la idea —Es verdad.
—Por consiguiente, estos dos aspectos constituyen una sola forma:
dom inante desde A ristóteles h asta Polibio es que la h isto ria es
que uno o varios tengan el mando da lo mismo, pues nada cambia­
una continua sucesión de form as buenas y m alas, de acuerdo con ría en las leyes fundamentales del Estado, una vez educados y eleva­
el siguiente esquem a: dos de la manera que señalé (445 d).
+ - + - + -
E n esencia, tam bién p ara Platón las form as de gobierno son
E n cam bio, según Platón, en la h isto ria se suceden solam ente seis, pero, de ellas, dos sirven p a ra designar la constitución ideal
form as m alas y como verem os u n a m ás m ala que otra. La cons­ y cu atro p a ra indicar las form as reales que se alejan en m ayor o
titución buena no form a p a rte de esta sucesión, es un m odelo, y m enor m edida de ésta. De las c u atro constituciones co rru p tas, la
como tal no im p o rta si se encuentra al principio o al final. E sta segunda, la tercera y la c u arta corresponden estrictam en te a las
idea se puede re p re se n ta r así: form as degradadas de las tipologías tradicionales: la oligarquía
es la form a c o rru p ta de la aristocracia, la dem ocracia de la "poli-
+ ] ------------ C+ teia" —que es com o A ristóteles llam a al gobierno del pueblo en
su form a buena— y la tiran ía de la m onarquía. La tim ocracia (de
De cualquier m anera es p aten te que Platón, com o todos ios ti m é que significa honor) es un concepto introducido p o r Platón
grandes conservadores, que siem pre tienen u n a visión benévola p a ra designar una form a de transición en tre la constitución ideal
hacia el pasado y una m irada llena de m iedo hacia el fu tu ro , tiene y las tres form as m alas tradicionales. Platón se pregunta: ''¿N o
u n a concepción pesim ista (K ant d irá terrorífica) de la historia. es quizá ésta [la tim ocracia] una form a de gobierno que se en­
La h isto ria no como progreso indefinido, sino al c o n trario com o c u en tra e n tre la aristo cracia y la oligarquía?" (547 c). En su época
regreso definido; no com o progreso de lo bueno hacia lo m ejor, la tim ocracia está rep resen tad a en p a rtic u la r p o r el gobierno de
sino como regreso de lo m alo hacia lo peor. P latón vivió en una E sp arta, del que Platón fue a d m ira d o r y que tom ó com o m odelo
época de decadencia de la gloriosa dem ocracia ateniense y p o r p a ra delinear su república ideal. Precisam ente el gobierno timo-
tan to investiga, analiza, denuncia, los fenóm enos de la degradación crático de E sp a rta es el m ás cercano a la constitución ideal: su
de la p o lis , m ás que los de su esplendor. Él, com o todos los gran­ vicio, y p o r ta n to su elem ento de corrupción, está en h o n ra r m ás
des conservadores, es un h isto ria d o r (y un m oralista) de la deca­ a los guerreros que a los sabios (547 e). O tra observación que
dencia de las naciones, m ás que de su grandeza. F rente a la con­ conviene h acer es la siguiente: m ientras en las tipologías tra d i­
tin u a degradación de la historia, la salida no puede e sta r m ás que
cionales, que verem os, las seis form as se alternan, ya que después
fuera de ella, en un proceso de sublim ación que significa, con
de la form a buena viene la m ala que le corresponde, en Platón,
respecto a lo que acontece en la historia, un cam bio radical (tanto
una vez que se presen ta la form a ideal, que en el libro octavo es
que despierta la sospecha de que la h isto ria no sea capaz de acogerlo
identificada con la aristocracia, aparecen las o tras cuatro form as
y so p o rta rlo ). degeneradas en m om entos de decadencia, de suerte que no h ay
Las constituciones co rru p tas que Platón exam ina am pliam ente
altern an cia sino u n a continua, gradual y necesaria caída h asta el
en el libro octavo son, en orden decreciente, estas cuatro: timo-
grado ínfim o que es el últim o eslabón de la cadena. En la rep re­
cracia, oligarquía, dem ocracia y tiranía. Se observa inm ediatam ente
sentación tradicional el m ovim iento es ascendente y descendente;
que en esta enum eración faltan dos form as tradicionales: m o n ar­
en la platónica solam ente es descendente. La tim ocracia es la dege­
quía y aristocracia. Pero en un fragm ento que conviene citar, estas
neración de la aristocracia, considerada como la form a perfecta y
dos form as son atrib u id as indiferentem ente a la constitución ideal:
24 PL A T Ó N PLATÓN 25

d escrita en el E stado ideal; la oligarquía lo es de la tim ocracia El h o m br e t im o c r á t ic o

y así sucesivam ente. La tiran ía es la form a ínfim a con la cual la


degradación toca el fondo. Platón no dice si exista ni cóm o lograr Semejante hombre es duro con los esclavos, y ni siquiera se preocu­
el ascenso. ¿Es posible tra n sfo rm a r al tiran o en rey-filósofo? Es lo pa de ellos como acontece con quien recibió una educación perfecta;
es indulgente con los hombres libres, y sumiso a las autoridades,
que Platón personalm ente in ten ta en sus viajes a Siracusa al rela­ deseoso del mando, amante de los honores; mas aspira a m andar no
cionarse con los tiranos del lugar; m as su em presa fracasó en en virtud de la propia palabra, o por cualquier otra virtud del género,
diversas ocasiones. sino por la propia actividad bélica, por su talento militar, y paralela­
Platón p resen ta el discurso sobre las cuatro form as co rru p tas mente tendrá la pasión de la gimnasia y de la caza (549 a ) .
de la siguiente m anera:

Las constituciones de las que hablo y que tienen un nombre propio El h o mbr e o l ig á r q u ic o
ante todo son: la que es exaltada por muchos, es decir, la de C p ta
y Esparta [se trata de la forma tim ocrática]; en segundo lugar viene —Entréganse más y más por entero a la pasión de allegar riquezas, y
la llamada oligarquía, gobierno lleno de problemas infinitos; luego cuanto más aumente el favor de que las riquezas gozan, más decrece
está la democracia, que es opuesta a la anterior; por último encon­ el de la virtud. El oro y la virtud, ¿no son, en efecto, como dos pesos
tramos a la muy noble tiranía, superior a todas las demás, pues es puestos en una balanza, que puede subir uno de ellos sin que el
la gangrena extrema del Estado (544 c). otro baje?
—Si.
P ara caracterizarlas. Platón ubica las p articu larid ad es m orales —Por consiguiente, la virtud y las gentes de bien serán menos esti­
(es decir los vicios y las virtudes) de las clases dirigentes respec­ madas en un Estado, en la misma proporción en que más se estime
tivas. Recordem os que la prim era distinción de las form as de go­ en él a los ricos y a las riquezas.
bierno nace de la respuesta a: ''¿quién gobierna?" E n v irtu d de —Evidentemente.
—Pero buscamos aquello que estimamos, y descuidamos aquello que
este criterio de distinción, la respuesta de Platón es que en la despreciamos.
aristo cracia gobierna el hom bre aristocrático, en la tim ocracia el —Sin duda.
hom bre tim ocrático, en la oligarquía el hom bre oligárquico y así —Así, los ciudadanos, de hombres deseosos de supremacía y hono­
sucesivam ente. res que antes eran, dan en avaros y codiciosos. Todos sus elogios,
toda su admiración son para los ricos; sólo para éstos son los em­
—Ya examinamos al hombre conforme a la aristocracia, y no por pleos: basta ser pobre para verse despreciado (550 y 551 a).
casualidad dijimos que es bueno y justo.
—En efecto lo examinamos.
—¿Y no te parece que ahora convenga analizar los tipos inferiores, El h o m br e d e m o c r á t ic o
o sea, el tipo de hombre prepotente y ambicioso que correspondería
a la constitución espartana, luego el oligárquico, el democrático y el —¿Cuáles serán las costumbres, cuál será la constitución de este nue­
tiránico, de manera que al conocer cuál sea el tipo más alejado de vo gobierno? Ahora mismo veremos un hombre que se le asemeja, y
la justicia lo podamos contrastar con el más justo? (545 a). podremos calificarlo de hombre democrático.
—Ciertamente.
Cada uno de estos hom bres, que representa un tipo de clase —En prim er lugar, todo mundo es libre en este Estado; respíranse
dirigente y en consecuencia una form a de gobierno, es descrito en él la libertad y la liberación respecto de toda molestia; cada cual
con gran eficacia m ediante el señalam iento de su pasión dom inan­ es dueño de hacer lo que le plazca.
te, que es p a ra el tim ocrático la am bición, el deseo de honor, p a ra —Así dicen.
el oligárquico el ansia de riqueza, p ara el dem ocrático el deseo —Mas donde quiera que se tiene ese poder, claro está que cada
ciudadano dispone de sí mismo y escoge a su antojo el género de
inm oderado de libertad (que se tran sfo rm a en lib e rtin a je ), p a ra vida que más le acomoda (557 b).
el tiránico la violencia. Presento algunos fragm entos que m uestran
estas clesc riprioncs:
26 PLATÓN PL A T Ó N 27

El h o mbr e t ir An i c x ) En cuanto a la razón p o r la que tiene lugar el cam bio, ésta debe
buscarse sobre todo en la corrupción del principio en el que todo
. . . el jefe del pueblo, al encontrar que la muchedumbre está dis­ gobierno se inspira. Para una ética com o la griega, acogida y de­
puesta a obedecer, no puede abstenerse de derram ar sangre ciudada­ fendida p o r Platón, del "ju sto m edio", la corrupción de un princi­
na; bajo falsas acusaciones; precisamente de acuerdo con la costum­
bre de sus semejantes, arrastrando a la gente ante los tribunales, se pio está en su exceso: el honor del hom bre tim ocrático se co­
mancha de homicidios, privando de la vida a un hombre, y prueba con rrom pe cuando se tran sfo rm a en am bición inm oderada y deseo de
la lengua y con sus terribles labios la sangre del prójimo; a algunos poder; la riqueza del oligárquico, cuando se vuelve avidez, ava­
manda al exilio, a otros los condena a muerte, m ientras por otra parte ricia, ostentación descarada de bienes que provoca la envidia y
exige el pago de las deudas y diseña otra forma de repartir la tierra; la revuelta de los pobres; la lib ertad del dem ocrático, cuando se
¿no es quizá necesario, incluso fatal, para semejante hombre morir a
manos de sus enemigos o transform arse en tirano y de hombre trans­ convierte en licencia, creer que todo esté perm itido, que toda regla
formarse en lobo? (565 e). pueda ser transgredida im punem ente; el poder del tirano, cuando
se vuelve a rb itra rie d a d , y violencia. Valga p ara ejem plificar este
¿Cómo y de qué m an era se da el paso de u n a constitución a tem a una fam osa página (a p ropósito de la corrupción de la de­
o tra? P ara d escribir el cam bio Platón subraya el acercam iento de m ocracia) :
las generaciones; el paso de u n a constitución a o tra parece coin­
cidir con el paso de u n a generación a otra. E n consecuencia, el —¿Cuál es el bien que se propone la democracia?
—La libertad. Entra en un Estado democrático, y por todas partes
cam bio no solam ente es necesario, y en cierto sentido fatal, sino oirás decir que no hay ventaja preferible a ésa, y que, por este mo­
tam bién m uy rápido. La transform ación es la necesaria y fatal tivo, todo hombre que haya nacido libre establecerá su morada en
consecuencia de la rebelión del hijo co n tra el padre, y del cam bio ese estado mejor que en cualquier otra parte.
de costum bres que deriva de ello (cam bio que es em peoram iento —No hay lenguaje más común que ése.
c o n tin u o ), especialm ente en el paso de la aristo cracia a la tim o cra­ —¿No es ese amor a la libertad llevado al exceso (y esto es lo
que yo quería decir), acompañado de extremada indiferencia para
cia y de la tim ocracia a la oligarquía. E n seguida presento u n ejem ­ todo lo demás, lo que acaba por perder a ese gobierno y por hacer
plo de este análisis basado en las generaciones (se tra ta del paso necesaria la tiranía?
del p ad re tim ocrático al hijo o lig árq u ico ): —¿Cómo?
—Cuando un Estado democrático, devorado por ardiente sed de
—Primeramente, el hijo quiere im itar al padre, y seguir sus huellas; libertad, es atendido por malos coperos que se la sirven pura y le
pero luego, viendo que su padre se ha aplastado contra el Estado hacen beber de ella hasta la embriaguez, entonces, si los gobernantes
como un barco contra un escollo; que, después de haber prodigado no llevan su complacencia hasta darle tanta libertad como quiere,
sus bienes y su persona, ya al frente de los ejércitos, ya en a l ^ n otro los acusa y castiga, so pretexto de que son traidores que aspiran
puesto eminente, es llevado a presencia de los jueces, calumniado por a la oligarquía.
impostores, condenado a muerte, a destierro, a la pérdida de su honra —Evidentemente.
o de su hacienda... —Trata con el mayor desprecio a aquellos que todavía conservan
—Naturalmente. respeto y sumisión respecto de los magistrados; les reprocha ser
—Viendo —digo— caer sobre su padre tantas calamidades que con gente de poco valer, esclavos voluntarios. Así en público como en
él comparte, despojado de su patrimonio y temiendo por su vida, arroja privado, encomia y honra la igualdad que confunde a los magis­
esa ambición y esos elevados sentimientos del trono que en su alma trados con los ciudadanos. ¿Es posible que no se extienda a toda la
les había erigido. Humillado por el estado de indigencia en que se libertad en un Estado así?
halla, no piensa más que en allegar bienes, y, gracias a un trabajo —¿Y cómo no ha de extenderse?
asiduo y a un sórdido ahorrar, acaba por enriquecerse. ¿No crees —¿Que no penetre en el seno de las familias, y que, finalmente,
que entonces hará subir al espíritu de avaricia y de concupiscencia el espíritu de independencia y de anarquía no llegue a los mismos
al mismo trono de donde han expulsado a la ambición; que hará de animales?
él su rey sumo, poniéndole la diadema y el collar y ciñéndole la —¿Que quieres decir con eso?
cimitarra? (553 b-c). —ÓiiicM'o decir que los padres se acostumbran a tratar a sus hijos
como a ¡p^uíiles suyos, a temerles, incluso; los hijos, a igualarse con
28 PLATÓN PLATÓN 29

sus padres, a no tenerles respeto ni temor, porque de no ser así su Sin em bargo, si se ven las cosas con cuidado, notarem os que
libertad padecería; que los ciudadanos y los simples habitantes, in­ hay dos form as de discordia que a rru in a n a la ciudad: una es
cluso los extranjeros, aspiran a los mismos derechos. la discordia dentro de la clase dirigente, o tra la que existe entre la
—Así ocurre.
—Y, viniendo a cosas de menos monta, los maestros en ese estado, clase dirigente y la clase dirigida, entre gobernantes y gobernados.
temen y miman a sus discípulos; éstos, por su parte, se burlan E n la descripción platónica de las form as c o rru p ta s de convivencia
de sus maestros y de sus ayos. En general, los jóvenes quieren ir de política, am bas se pueden apreciar. En el paso de la aristocracia
par con los viejos, y hombrearse con ellos, bien en palabras, bien a la tim ocracia, y de la tim ocracia a la oligarquía, la discordia
en obras. Los viejos, por su parte, descienden a los modales de los d estructiva es del p rim er tipo; al contrario, en el paso de la oli
jóvenes, y hacen estudio de la imitación de sus maneras, con el
temor de pasar plaza de gentes de carácter áspero y despótico (562 garquía a la dem ocracia, es del segundo. En efecto, los prim eros
c-e, 563 a-b). dos cam bios son m odificaciones in tern as de la clase dirigente; el
tercero es el cam bio del p o d er de una clase a otra, utilizando la
¿Cómo se m anifiesta la corrupción del E stado?, esencialm ente term inología antigua (que llega h asta R ousseau), del dom inio de
con la discordia. El tem a de la discordia com o causa de disolución los ricos al dom inio de los pobres.
del E stado es uno de los grandes tem as de la filosofía política de Es bien conocido lo que la teoría platónica del E stado como
todos los tiem pos; tem a recu rren te com o ta n to s otros, sobre todo gran hom bre le debe a la teoría del hom bre en general. La filoso­
p o r la reflexión política que considera que los problem as del E s­ fía platónica es un claro ejem plo, un auténtico pilar, de la teoría
tado no e x p a r te p o p u l i (porque desde este p u n to de vista el p ro ­ orgánica de la sociedad, es decir, de la teo ría según la cual la
blem a fundam ental es la libertad) , sino e x p a r te p r in c ip is , desde sociedad (o el E stado) es concebida com o un verdadero organism o
la óptica de quienes detentan el poder y tienen la m isión de con­ a im agen y sem ejanza del cuerpo hum ano. Como en la república
servarlo. Para quienes ven que el problem a político e x p a r te p r in - ideal, a las tres clases que com ponen orgánicam ente el E stado co­
c ip is , y Platón ciertam ente es uno de éstos, quizá uno de los m ás rresponden las tres alm as individuales, la racional, la pasional y
im portantes, el tem a fundam ental no es la lib ertad (del individuo la apetitiva, así tam bién las form as de gobierno pueden ser distin ­
con respecto al E stado) sino la unidad (del E stado en relación con guidas con base en las diferentes alm as que las sostienen. Sobre
los individuos). Si la unidad del E stado es el p rim er bien, la dis­ este tem a no hay m ás que una observación. Si no se du d a que la
cordia es el m al; la discordia es el inicio de la disgregación de la constitución ideal está dom inada p o r el alm a racional, tam bién es
unidad. De la discordia nacen los m ales del desm em bram iento del indudable que la constitución tim ocrática, que prefiere al guerrero
cuerpo social, la escisión en p artes antagónicas, el choque de las que al sabio, está determ inada p o r el alm a pasional. Las o tras tres
facciones, en sum a, el peor de los m ales, la anarquía, que represen­ form as están dom inadas p o r el alm a apetitiva: el hom bre oligár­
ta el fin del E stado, o la situación m ás favorable p a ra la consti­ quico, el dem ocrático y el tiránico están, aunque en diverso grado,
tución del peor de todos los gobiernos, la tiranía. El tem a de la deseosos de bienes m ateriales, todos se vuelven hacia la tierra. El
discordia com o m alestar, como enferm edad, del E stado (la c o rru p ­ fragm ento m ás notable en el cual se m u estra la aparición del cri­
ción del E stado frecuentem ente es com parada con la enferm edad terio de distinción de las diversas form as, con base en las diferentes
del cuerpo debido a la sem ejanza que Platón establece en tre el alm as, describe el nacim iento del hom bre tim ocrático del hijo re­
cuerpo del individuo y el del E stado) es frecuente: belde del h om bre aristocrático:

—Animo, intentemos señalar la manera en que la timocracia deriva Nuestro joven que escucha y observa todo esto y por otra parte ^oye
de la aristocracia; ¿no es verdad que toda constitución cambia de­ los discursos de su padre, viendo la conducta de él, la compara con
bido a quienes tienen la autoridad en ella, cuando entre ellos brota la de los demás, se siente atraído por una y otra parte, del padre
la discordia, mientras hasta que el gobierno conserva la armonía, aun­ que riega y cultiva lo que en su alma es el aspecto racional, de los
que sea pequeño, necesariamente permanece inalterado? (545 d). otros que en su alma riegan y cultivan el aspecto concupiscente e
impulsivo. No siendo por naturaleza malo, pero habiendo frecuen­
tado malas compañías, atraído por una y otra parte, constituye en
PL A T Ó N .^1
30 PL A T Ó N
—No por causalidad creemos que la monarquía sea una de nuestras
sí mismo un carácter medio, y confía a la parte media del alma, pre­
potente y ambiciosa, el gobierno de sí mismo, convirtiéndose en un constituciones políticas.
hombre arrogante y deseoso de honores (550 a-b). H y ^yo°diría que después de la monarquía se puede citar el domi­
Bajo este ru b ro la tim ocracia tam bién aparece como una form a nio de pocos.
cualitativam ente diferente de las otras; se tra ta de una verdadera —¿No°crees que el tercer tipo sea el gobierno del número, la lla­
forma interm edia entre la perfecta y las más im perfectas. Aunque mada democracia?
no es perfecta, es m enos im perfecta que las que le siguen. Con
—A h o r ï^ ^ S ^ q u e son tres, ¿no se volverán cinco, dando lugar a
respecto a la p a rte del alm a, las tres últim as pertenecen a la m ism a
especie, m ientras la tim ocracia lo hace a una especie diversa; en otros dos nombres todavía?
este sentido la diferencia entre ésta y aquéllas no solam ente es de - E n un cierto modo, cuando contemplan el carácter violento o
grado sino de cualidad. , voluntario, la pobreza y la riqueza, la legalidad y la ilegalidad, y a
Por lo que toca a las tres últim as, el criterio de distinción al dividir en dos formas cada una de las dos prim eras, de manera q
a la monarquía la llaman con dos nombres tiranía y gobierno real.
que recurre Platón está basado en la diferencia entre varios tipos
de necesidades o deseos (el térm ino griego es e p i t h u m i a ) , que en — ef^Éstado que es regido comúnmente por pocos, es llamado
cada una de ellas está preferentem ente satisfecho. Son tres las es- aristocracia y oligarquía.
liecies de deseos: necesarios, superfluos e ilícitos. El hom bre oli­ —Precisamente. ^ , __ _
gárquico se distingue p o r ten d er a la satisfacción de deseos nece­ —En cambio, la democracia, sea con la fuerza o con el consens ,
sarios, el dem ocrático de deseos superfluos y el tiránico de deseos sea que mande el pueblo sobre los poseedores, sea que c u s t o d i e ce­
losamente las leyes o que las viole, jamás ha usado otro nombre (291
ilícitos. Platón define de la siguiente m anera los dos prim eros:
d-e—292 a).
No hay razón para llamar deseos necesarios a aquellos que no es C om parada con la tipología de la R e p ú b lic a , é s ta es m enos o ri­
en nuestro poder suprim ir ni reprimir, y que, por otra parte nos
resulta provechoso satisfacer [ . . . ] En cuanto a aquellos de que es ginal La única diferencia fren te a la tipología canónica de las
fácil deshacerse, si se pone uno a ello desde muy pronto, y cuya seis form as de gobierno, tres buenas y tres m alas, es que en el
presencia, lejos de producir en nosotros algún bien, es a menudo P o lític o la dem ocracia tiene un solo nom bre; lo que quiere <^cir
causa de grandes males, ¿qué otro nombre les conviene m ejor que el que a diferencia de las o tras form as se p resen ta solam ente b ajo
de deseos superfluos? (558 d-e—559 a). u n aspecto. Aunque tam bién el gobierno p o p u lar tiene una version
buena y o tra m ala (si bien el nom bre es uno solo), com o puede
Siguiendo con los ejem plos: el deseo de com er es necesario,
m ientras el de platillos refinados es superfino. Los deseos ilícitos ap reciarse en el siguiente pasaje:
son una especificación de los requerim ientos no necesarios, y son - E n la monarquía tenemos el gobierno real y el tiránico; se ha dicho
propios del tirano, aunque todo hom bre los posee (mas pueden que en el gobierno de pocos está la aristocracia de nombre a p u r a i
ser disueltos con la educación). La diferencia eiitre el hom bre co­ y la oligarquía; en cuanto al gobierno de muchos que originalmente
mún y el tirano es que tales deseos ilícitos (o "violentos", o " tu ­ se supuso simple, es llamado democracia aunque es necesario ad­
m ultuosos", como tam bién se les llam a) tu rb a n al p rim ero en el m itir que es doble.
—Explícate, ¿con qué criterio lo dividiremos.''
sueño, el segundo los desencadena despierto. —Con un criterio semejante a los demás, a pesar de que çste
M ientras la R e p ú b lic a es la descripción de la ó ptim a c o n stitu ­ nombre ahora tiene dos sentidos. Una forma indica el g o b ie r n o ^
ción, el r o lilic o es la búsqueda, el estudio y la descripción del óp- las leyes, la otra señala el gobierno opuesto a las leyes (el P olítico,
limo gobcinanle, e l rey-filósofo, el que posee la ciencia del buen 302 d).
l'obicino. A(|uí solaiiuMilc nos interesa un fragm ento en el que
Inm ediatam ente después. Platón ab o rd a el problem a de la com ­
IMalón pre.seiila sus icieas sobre las lorm as de gobierno. Dado que el
paración dc‘ la s d i v e r s a s form as de gobierno p ara juzgar su m ayor
p a s a j e (.‘s bivvt’ lo exponem os e n su totalidad:
32 PL A T Ó N

O m enor bondad (o m aldad); y sostiene la tesis de que si bien es


cierto que la dem ocracia es la peor de las form as buenas, sin em ­
bargo es la m ejor de las form as m alas, en co n traste con la m o n ar­ IIL A RISTÓ TEL ES
quía, que es la m ejor de las form as buenas m ientras que la tiran ía
es la peor de las form as m alas (véanse los fragm entos 302 d-e, y
303 a-b ). De m anera que si ponem os en fila las seis form as en orden La TEORÍA clásica de las form as de gobierno es la expuesta p o r Aris­
decreciente, las tres prim eras, las buenas, deben e sta r colocadas tóteles (384-322 a.c.) en la P o lític a , tan es así que dicha teoría ha
con cierto orden (m onarquía, aristocracia, dem o cracia), y las m alas sido repetida d u ran te siglos sin grandes variaciones. Tam bién en
en el orden inverso (dem ocracia, oligarquía, tira n ía ). La dem ocra­ este caso A ristóteles parece h ab er fijado p ara siem pre algunas ca­
cia está al m ism o tiem po al final de la serie de las buenas y al tegorías fundam entales de las que nosotros, herederos, continua­
principio de la serie de las m alas, al tiem po que la m onarquía mos sirviéndonos p ara com prender la realidad. La P o lític a está di­
está al principio de la serie de las buenas y la tiran ía al final de la vidida en ocho libros, de los cuales dos —el tercero y el cu arto —
serie de las m alas. E n tre o tras cosas esta disposición puede servir están dedicados a la descripción y a la clasificación de las form as
p ara explicar p o r qué la dem ocracia tiene un solo nom bre: al ser de gobierno (el prim ero tra ta del origen del E stado; el segundo
la peor de las form as buenas y la m ejor de las m alas, no p resen ta critica las teorías políticas anteriores, especialm ente la platónica;
en sus dos versiones la diferencia que en cam bio m u estra el go­ el quinto ab o rd a los cam bios de las constituciones, o sea, el paso
bierno de uno solo que en su versión buena es el m ejo r y en su de una form a de gobierno a otra; el sexto se aboca en p a rtic u la r
m odalidad m ala es el peor. O rdenem os las seis form as según sean a las diversas form as de dem ocracia y oligarquía, que son las dos
deseables: m onarquía, aristocracia, dem ocracia positiva, dem ocra­ form as de gobierno en las que A ristóteles se detiene con m ayor
cia negativa, oligarquía, tiranía. Es evidente que las dos dem o­ atención en toda la obra; en el séptim o y el octavo escribe sobre
cracias constituyen un c o n tin u u m , m ientras que las dos form as la m ejor form a de constitución).
de gobierno de uno solo están en los dos extrem os de la escala. El térm ino que A ristóteles usa p a ra indicar lo que h asta entonces
Debemos re salta r o tro aspecto, aunque p o r el m om ento sola­ se llam aba '"forma de gobierno" es p o lité ia , que habitualm ente es
m ente lo m encionem os porque es un tem a que tocarem os frecuen­ traducido com o ''constitución". Para apegarm e al uso hablaré en
tem ente; se tra ta del criterio o los criterios con base en los cuales este capítulo de "constituciones". Lo prim ero que debe resaltarse
Platón distingue las form as buenas de las m alas. Léase nuevam ente es que en la P o lític a hay m uchas definiciones de "constitución"
el fragm ento citado y se verá que los criterios sustancialm ente son de las que conviene p a rtir. Una de ellas se encuentra en el tercer
dos: violencia y consenso, legalidad e ilegalidad. Las form as bue­ libro:
nas son aquéllas en las que el gobierno no está fundam entado en
la violencia y p o r ende lo está en el consenso, en la voluntad La constitución es la estructura que da orden a la ciudad estable­
ciendo el funcionamiento de todos los cargos y sobre todo de la
de los súbditos; o son aquellas que actúan de acuerdo con leyes es­ autoridad soberana (1278 b).
tablecidas y p o r ta n to no de m anera a rb itra ria .
La traducción que utilizo (la de C. A. Viano, publicada en la
colección "Classici politici" de la Utet, 1955) * quizá sea un poco
redundante. A ristóteles se lim ita a decir que la constitución,^ la
p o lité ia , es "taxis tön archon", es decir, "ordenam iento de las ma-

* P a ra la tr a d u c c ió n a l e s p a ñ o l d e lo s p a s a j e s d e A r is tó te le s e n e s t e
c a p ít u lo m e a p o y o en : A r is t ó t e le s , P o litic a , L a ter za , B a r i, 1983; A r is tó te le s ,
Iái P o lític a , E d ito r a N a c io n a l, M é x ic o , 1967; A r is tó te le s , L a P o lític a , E d ito r a
N a c io n a l, M a d rid , 1977, y A r is tó te le s , É t i c a N i c o m a q u e a , u n a m , M c x ic o ,
1983. (T.l ■

33
34 A R IS T Ó T E L E S A R IS T Ó T E L E S 35

g istra tu ra s" (o con o tra expresión, de los "cargos públicos")* Una ponen y se agregan las tres m alas (o sea, la tiran ía, la oligarquía
definición de este tipo corresponde g r o s s o m o d o a lo que nosotros y la dem ocracia). La sim plicidad y la claridad de esta tipología
hoy entendem os p o r "constitución". (Digo g r o s s o m o d o porque en son de tal naturaleza que no sería necesario ningún com entario
la actualidad en una constitución ponem os algo m ás.) Cuando h a­ si no fuese p a ra hacer una consideración term inológica. "M onar­
blam os de la constitución italiana, francesa o china, lo hacem os quía", propiam ente, significa gobierno de uno solo, m as en la tipo­
de la ley fundam ental de un E stado, es decir, de las leyes que es­ logía aristotélica quiere decir gobierno bueno de una persona, al que
tablecen cuáles son los órganos del E stado, cuáles sus funciones, corresponde la tiran ía com o m alo. Al co ntrario, "oligarquía",
cuáles sus relaciones recíprocas, etc. E n sum a, p a ra decirlo como que de hecho significa gobierno de pocos, quiere decir gobierno
A ristóteles, el "ordenam iento de las m a g istratu ras". m alo de pocas personas, al que corresponde la "aristo cracia" com o
A ristóteles no se cansa de llam ar la atención del lector respecto bueno. El térm ino "oligarquía", en efecto, h a conservado a través
a que hay m uchas constituciones diferentes y en consecuencia una de los siglos su significado peyorativo original: hoy tam bién se
de las p rim eras tareas del estudioso de la política es describirlas habla de "oligarquía" en sentido negativo, p a ra indicar grupos res­
y clasificarlas. A ristóteles ab o rd a el problem a en el § 7 del te rc er tringidos de p oder que gobiernan sin el consentim iento po p u lar
libro, en un p asaje que p o r su im portancia h istó rica debe citarse (y p o r ta n to en contraposición a la "d em o cra c ia "). E n cuanto a la
com pleto: "aristo cracia", que significa gobierno de los m ejores, es el único
de los tres térm inos que designan a las form as buenas que en sí
Ya que constitución y gobierno significan lo mismo y el órgano m ism o tiene un significado positivo. D urante siglos ha conservado
de gobierno es el poder soberano de la ciudad, es necesario que el u n significado m enos negativo que la oligarquía; pero ha perdido
poder soberano sea ejercido por u n a persona o unos p o c o s o la m a ­ el original de gobierno de los m ejores (en el lenguaje político
yoría. Cuando el uno, pocos o la mayoría ejercen el poder en vista
del interés general, entonces forzosamente esas constituciones serán de la época m oderna, h abitualm ente los gobiernos " a risto c rá ti­
rectas, mientras que serán desviaciones los que atienden al interés cos" están form ados p o r grupos restringidos que se tran sm iten
particular de uno, de pocos o de la mayoría [ . . . ] Tenemos la cos­ p o r herencia el p o d er). La m ayor novedad, y se puede decir extra-
tumbre de llamar m o n a rq u ía al gobierno unipersonal que atiende ñeza, term inológica, es el uso de ''p o l i t i a ' p a ra la constitución ca­
al interés general, y aristoc ra cia al gobierno de pocos [ . . . ] cuando se racterizada p o r ser un gobierno de m uchos y bueno. H ablo de
propone el bien común; cuando es el mayor número el que gobierna
atendiendo al interés general recibe el nombre común a todas las rarezas porque, com o se ha visto anteriorm ente, " p o l i t i a ' (trad u c­
constituciones p o litia [ . . . ] Las degeneraciones de las mencionadas ción de " p o l ité i a ”) significa ni m ás ni m enos constitución y p o r
formas de gobierno son: la tiranía de la monarquía, la oliga rq u ía de ta n to es un térm ino de género y no de especie. Cuando hoy se
la aristocracia, y la d e m o c ra c ia de la politia. La tiranía, en efecto, quiere u sa r una p alab ra griega p a ra indicar el gobierno de m uchos
es una monarquía orientada hacia el interés del monarca, la oligar­ se dice "p o liarq u ía" (por ejem plo la usa el politòlogo R obert Dahl
quía hacia el de los ricos y la democracia hacia el interés de los
pobres. Pero ninguna de ellas atiende al provecho de la comunidad p a ra n o m b ra r a la dem ocracia p lu ralista de los E stados Unidos de
(1279 a-b). N orteam érica). No es que los griegos no conociesen este térm ino
(por ejem plo se encuentra en Tucídides, VI, 72, pero tiene un sen­
Son pocos renglones pero en ellos está p resente con gran con­ tido peyorativo de m ando m ilitar de m uchos que crea desorden y
cisión y sim plicidad la célebre teoría de las seis form as de gobierno. confusión). Más grande es el desconcierto que crea en el lector
Es evidente que esta tipología es pro d u cto del uso sim ultáneo de el uso del térm ino genérico " p o l itia ” o "constitución" p a ra indicar
los dos criterios fundam entales de q u ié n gobierna y c ó m o gobierna. una de las seis posibles constituciones, ya que en la É tic a n ic o m a -
Si se tom a en cuenta q u ié n , las constituciones se distinguen se­ q u e a , A ristóteles, al re p e tir la clasificación de las form as buenas
gún si el po d er del gobierno reside en una sola persona (m onar­ y m alas, usa el térm ino "tim ocracia" p a ra indicar la tercera form a
quía) , en pocas personas (aristocracia) o en m uchas ( p o l i t i a ) . Con buena, que fue utilizado p o r Platón p a ra designar a la p rim era de
base en el criterio de c ó m o , las constituciones son buenas o m alas, las c u atro f o r m a s de gobierno que derivan de la form a buena. Ci­
y com o consecuencia a las tres p rim eras form as buenas se c o n tra ­ tam os tocio t‘l In n ’niento:
A R IS T Ó T E L E S 37
36 A R IS T Ó T E L E S

S o n t r e s la s f o r m a s d e g o b i e r n o a s í c o m o t r e s s o n la s d e s v i a c i o n e s Una confirm ación de este orden se en cuentra en la É tic a n ic o ­


c o r r e s p o n d i e n t e s . T a l e s f o r m a s s o n : la m o n a r q u í a , la a r i s t o c r a c i a y m a q u e a , E n el fragm ento an terio rm en te citado se lee, después del
la t e r c e r a e s la q u e s e b a s a e n e l c o n s e n s o y q u e c o n v i e n e l la m a r la listado de las seis form as de gobierno:
t i m o c r a c i a , a u n q u e m u c h o s a c o s t u m b r a n d e n o m i n a r l a " p o lit ia " [ . . . ]
L a d e s v i a c i ó n d e la m o n a r q u í a e s la t i r a n í a [ . . . ] e n c a m b i o d e la De ellas la mejor forma es la monarquía, la timocracia es la peor
a r i s t o c r a c i a s e p a s a a la o l i g a r q u í a p o r m a l d a d d e q u i e n e s m a n d a n (1160 a).
[ . . . ] d e la t i m o c r a c i a s e p a s a a la d e m o c r a c i a (1 1 6 0 a - b ) .
Y poco m ás adelante:
De cualquier m anera, el uso de un térm ino genérico como *'po-
litia \ o im propio como "tim ocracia", confirm a lo que habíam os Sin embargo la democracia es la desviación menos mala. En efecto,
advertido en Platón, es decir, que a diferencia de lo que sucede con poco se desvía de la correspondiente forma de gobierno (1 1 6 0 b).
las dos prim eras form as p ara las que existen dos térm inos consa­
grados p o r el uso p ara indicar respectivam ente la form a buena y la Al establecerse de esta m anera el orden jerárquico, se aprecia que
m ala, p ara la tercera en el uso com ún existe solam ente el térm ino la m áxim a diferencia está en tre la m o n arq u ía (la m ejo r c o n stitu ­
"dem ocracia". En consecuencia, una vez que se le ha adoptado ción de las buenas) y la tiran ía (la peor de las m alas), y, al con­
p ara indicar exclusivam ente la form a m ala como hace A ristóteles trario , la m ínim a diferencia se en cu en tra entre la politia (la peor
(contrariam ente a lo que hará, como verem os poco m ás adelante, de las buenas) y la dem ocracia (la m ejo r de las m alas). Esto
P o lib io ), no queda un térm ino igualm ente consagrado p o r el uso explica p o r qué las dos form as de la dem ocracia pueden h ab er sido
p ara señalar la form a buena. llam adas con el m ism o nom bre, ya que estando una al final de la
Como se dijo en la introducción, el uso axiológico de una tipo­ p rim era serie y o tra al principio de la segunda son tan parecidas
logía no solam ente im plica la distinción entre form as buenas y que pueden confundirse. M ientras en tre lo m ejor y lo peor la dis­
m alas, sino tam bién una je ra rq u ía entre las diversas form as, o sea, tancia es grande e irresoluble, en tre lo m enos bueno y lo menos
la distinción entre form as m ejores y peores. El orden jerárq u ico m alo hay una vía continua que im pide tra z a r entre uno y otro una
acogido p o r A ristóteles no parece diferente del sostenido p o r Pla­ clara línea de dem arcación.
tón en el P o lític o , que expuse al final del capítulo anterior. El c ri­ Es necesaria todavía una observación acerca de la distinción
terio de jerarquización es el m ism o: la peor form a es la degene­ en tre form as buenas y m alas: ¿qué c riterio utiliza A ristóteles para
ración de la m ejor, en consecuencia, las degeneraciones de las distin g u ir unas de otras? Recuérdese lo que dije en la ú ltim a parte
form as que siguen a la m ejo r son paulatinam ente m enos graves. de la lección sobre Platón, en referencia a la distinción que plan­
Con base en este criterio el orden jerárq u ico de las seis form as tea en el P o lític o , El criterio de A ristóteles es diferente: no es el
es el siguiente: m onarquía, aristocracia, politia, dem ocracia, oli­ consenso o la fuerza, la legalidad o la ilegalidad, sino principal­
garquía y tiranía. Digámoslo con las palabras de A ristóteles: m ente el interés com ún o el individual. Las form as buenas son
aquéllas en las cuales los gobernantes ejercen el poder teniendo
E s e v id e n t e c u á l d e e s t a s d e g e n e r a c io n e s s e a p e o r y c u á l v e n g a in ­ p resen te el interés público, en las m alas los gobernantes ejercen
m e d i a t a m e n t e d e s p u é s d e e lla . E n e f e c t o , p e o r n e c e s a r i a m e n t e e s el p o d er de acuerdo con el interés individual. Tal criterio está ínti­
la c o n s t i t u c i ó n d e r iv a d a p o r d e g e n e r a c i ó n d e la p r i m e r a y m á s d iv in a m am ente vinculado con el concepto que A ristóteles tiene de la p o lis
d e la s f o r m a s . A h o r a b i e n , la m o n a r q u í a o e s t a l s o l a m e n t e d e
(o del E stado, en el sentido m oderno de la p a la b ra ). La razón por
n o m b r e , p e r o n o e n r e a lid a d , o e s t a l p o r q u e q u i e n r e i n a s o b r e s a l e
e x t r a o r d i n a r i a m e n t e p o r e n c i m a d e l o s d e m á s , d e m a n e r a q u e la t i r a ­
la cual los individuos se reúnen en la ciudad y form an una com u­
n ía , q u e e s la p e o r d e g e n e r a c i ó n , e s la m á s a l e j a d a d e la v e r d a d e r a nidad política no es solam ente la de vivir en com ún, sino tam bién
c o n s t i t u c i ó n . E n s e g u n d o lu g a r e s t á la o l i g a r q u í a ( d e la q u e l a a r i s t o ­ la de "'vivir bien'" (1252 b y 1280 b ). P ara que el fin de la "vida
c r a c i a e s m u y d i f e r e n t e ) , m i e n t r a s la d e m o c r a c i a e s m á s m o d e r a d a b u en a'' pueda ser realizado es necesario que los ciudadanos persi­
(1 2 8 9 a - b ) .
gan todos ju n to s o m ediante sus gobernantes el interés común.
Cuando los gobernantes aprovechan el p oder que recibieron o con­
A R IS T Ó T E L E S A R IS T Ó T E L E S 39
38

q u ista ro n pa ra lu c h a r p o r in ter e se s p a r tic u la re s, la co m u n id a d d e lo s tie m p o s h e r o ic o s "que era h e r ed ita r ia y e sta b a b a sa d a en


p o lític a se d es v ía d e su o b je tiv o , y la fo r m a p o lític a q u e a s u m e e s e l c o n s e n s o d e lo s s ú b d ito s ” ; la e sp a rta n a , en la q u e el p o d er s u ­
u n a fo r m a co rr u p ta o d e g e n era d a c o n r e sp e c to a la pu ra, e s d ecir, p r e m o se id e n tific a co n el p o d er m ilita r y e s p erp etu a ; el rég im en
en referen cia al o b jetiv o . A r istó teles d is tin g u e tre s tip o s d e rela­ d e lo s “e x im io s ”, e s d ecir, d e lo s “ tir a n o s e le c tiv o s ”, de lo s je fe s
c io n e s d e p o der: la d el p a d re so b r e el h ijo , la d el a m o so b re e l su p r e m o s d e u n a ciu d a d q u e era n e le g id o s pa ra u n c ie r to p e rio d o
esc la v o y la d el g o b e rn a n te so b r e el g o b ern a d o . E sta s tre s fo r ­ o d e m a n era v ita lic ia si h u b ie ra g ra v es c o n flic to s en tr e fa c c io n e s
m a s de p o d er se d istin g u e n a p a r tir d el tip o d e in ter és q u e p e r si­ o p u es ta s; o la m o n a rq u ía d e m u c h o s p u e b lo s b árb a ro s. M e d eten g o
g uen . E l p o d er p a tro n a l e s e je r c id o p a ra b e n e fic io d el a m o , el d e m a n era e sp e c ia l en e sta ú ltim a p o r q u e in tro d u c e u n a ca teg o ría
p a ter n a l de lo s h ijo s , y el p o lític o de lo s g o b er n a n tes y g o b ern a ­ h is tó r ic a d e stin a d a a te n e r en lo s s ig lo s su b se c u e n te s u n gran éx ito ,
d o s. D e e s to s e d eriva la sig u ie n te co n c lu sió n : la m o n a rq u ía d e s p ó tic a , o, r a tio n e lo c i, de " d e sp o tism o o r ie n ta l”
(so b r e el q u e tra ta r em o s fr e c u e n te m e n te ). Las c a r a c te rístic a s e sp e ­
Es evidente que todas las constitu cion es que contem plan el interés c ífic a s d e e s te tip o d e m o n a rq u ía so n d o s: a ) el p o d er s e eje rce
com ún son constitu cion es rectas en cuanto se apegan a la ju sticia tir á n ica m e n te y p o r e s te m o tiv o s e a s e m e ja a l p o d er d el tira n o ,
absoluta, m ientras que las que contem plan el interés de los gober­ y b ) sin em b a rg o , e l p o d er e je r c id o c o n tira n ía e s le g ítim o p o r­
nantes están erradas y son degeneraciones con respecto a las cons­
q u e e s a c ep ta d o , y lo es d e b id o a q u e “e s to s p u e b lo s b á rb a ro s,
tituciones rectas (1279 a ).
s ie n d o m á s s er v ile s q u e lo s g r ieg o s, y lo s p u e b lo s a s iá tic o s s o n m á s
C om o s e h a d ic h o , la im p o rta n c ia h is tó r ic a d e la teo r ía a r is to ­ s er v ile s q u e lo s e u r o p e o s y so p o r ta n sin d ific u lta d u n p o d er d e s­
té lic a d e la s s e is fo r m a s d e g o b ier n o es en o r m e . P ero n o co n v ie n e p ó tic o so b r e ello s " (1285 a ) . E sta s d o s c a ra c te rística s h a c en q u e
so b re v a lu a r la im p o r ta n c ia d e ella d e n tro d e la o b ra a r isto té lic a , ta l tip o d e m o n a rq u ía n o se a s e m e je a la tira n ía , p o r q u e lo s tir a n o s
q u e es m u ch o m á s rica en o b se rv a c io n e s y d e te r m in a c io n e s d e " d o m in a n so b re s ú b d ito s d e s c o n te n to s d e su p o d e r ”, y p o r ta n to
lo q u e p u ed a p a recer en u n a tip o lo g ía . I n c lu s o se p u ed e d ecir q u e e se p o d er n o e stá fu n d a m en ta d o en e l c o n s e n so , en sen tid o e s tr ic to
el é x ito h is tó r ic o d e la c la sific a c ió n , fá c ilm e n te c o m p r e n sib le a u n ­ n o e s " le g ítim o ”, y al m is m o tie m p o se d is tin g u e d e la s m o n a r ­
q u e c o m o to d o s lo s e sq u e m a s red u c to r a fr e n te a u n a rea lid a d h is ­ q u ía s g r ieg a s p o r q u e d o m in a so b r e p u e b lo s “s e r v ile s ”, so b re lo s
tó r ic a c o m p le ja , c o m o la d e la s c iu d a d es g rieg a s, y su s e v o lu c io ­ c u a le s e l p o d er n o p u ed e se r e je r c id o m á s q u e d e sp ó tic a m e n te . E l
n es y r e v o lu cio n e s, te rm in ó p o r fa v o re cer la le ctu r a s im p lista d e p o d er d e s p ó tic o , p r e cisa m e n te en g r ieg o d é s p o ta s , es el q u e eje rc e
la P o lític a y p o r d e scu id a r la c o m p le jid a d d e su s a r tic u la c io n e s e l a m o so b re lo s e sc la v o s , y q u e c o m o se h a v is to e s d ifer e n te ta n to
in te r n a s. C ada u n a d e la s s e is fo r m a s es a n a liza d a p o r A r istó teles d el p o d er p a tern a l, e s d ecir, d el q u e el p a d re e je rc e so b re lo s h ijo s,
e n su e sp e c ific id a d h is tó r ic a y s u b d iv id id a e n m u ch a s e sp e c ie s c o m o d e l p o lític o , o sea , d e l p o d er q u e el g o b e rn a n te e je rc e so b re
p a r tic u la r e s, cu y a d e te r m in a c ió n m u es tr a a l e sq u e m a g e n era l m u ­ u n p u e b lo lib re. E l p o d er d e s p ó tic o es a b s o lu to y se e je rc e en
c h o m e n o s ríg id o de lo q u e h a sid o e n tre g a d o a la tr a d ic ió n d el in ter é s d el a m o , e s d ecir, d e q u ie n lo p o se e , a d ifer e n c ia d el p a ­
p e n s a m ie n to p o lític o ; o c a sio n a lm e n te el e sq u e m a p a r ece ta m b a lea r­ te rn a l q u e s e d e te n ta en b e n e fic io de lo s h ijo s , y d el p o d er c iv il
s e a l p a sa r d e u n a su b e s p e c ie a o tra . C o n sid ér ese p o r e je m p lo la q u e s e d e sem p e ñ a en fu n c ió n ta n to d e q u ien g o b ier n a c o m o de
p rim er a fo r m a d e g o b ie rn o , la m on a rq u ía . Al in icia r el e stu d io d e q u ie n e s g o b er n a d o . C om o s e sa b e, A ristó te le s ju s tific a la e sc la ­
é sta A r istó te le s dice: v itu d c o n b a s e en la c o n sid e r a c ió n d e q u e h a y h o m b r es e sc la v o s
p o r n a tu ra leza ; a s í c o m o h a y h o m b r es d e e s te tip o , ta m b ién h a y
Ante todo es necesario establecer si la m onarquía constitu ya un solo p u e b lo s e sc la v o s p o r n a tu ra leza (lo s “p u eb lo s s e r v ile s ” d e la s g ra n­
género o si se distinga en géneros diferentes; es fácil darse cuenta d e s m o n a r q u ía s a s iá tic a s ). S o b re p u eb lo s e sc la v o s p o r n atu ra leza
de que la m onarquía com prende m uchos géneros en cada un o de
e l p o d er n o p u ed e ser d ifer e n te a l d el a m o so b re lo s e sc la v o s , o
los cuales el m ando se ejerce de m anera diferente (1285 a ).
sea , n o p u ed e s e r m á s q u e “ d e s p ó tic o ”. T al p od er, a u n q ue sea d e s­
H ech a e sta a cla ra ció n , el d is c u r so so b re la m o n a rq u ía se a r ticu la p ó tic o , e s p e r fe c ta m e n te le g ítim o p o r q u e e s el ú n ic o a co rd e c o n
m e d ia n te la d is tin c ió n d e va ria s e sp e c ie s d e m o n a rq u ía , co m o : la la n a tu ra leza d e c ie r to s p u eb lo s; a s í c o m o el p o d er d el a m o so b re
40 A R IS T Ó T E L E S A R IS T Ó T E L E S 41

los esclavos, pese a que es extrem adam ente duro, es el único com ­ m anera es el genérico criterio num érico, sino uno con m ucho más
patible con ellos. Tan es verdad, que estos pueblos aceptan dicho cuerpo: la diferencia en tre ricos y pobres.
poder "sin dificultad", o m ejo r dicho sin lam entarse (la tra d u c ­
ción latina m edieval dice '*sine t r i s t i t i a ' ) , m ientras que los tiranos, Hay democracia si los libres y los pobres, siendo en número mayor,
son señores del poder; hay oligarquía si lo son los ricos y los más
a diferencia de los déspotas orientales, tienen p o r sujetos pueblos
nobles que constituyen la minoría (1290 b ).
libres y dom inan sobre súbditos "descontentos". P or tanto, sin
co n tar con su consenso (y p o r esto la tiran ía es u n a form a co rru p ta Que la oligarquía sea el gobierno de pocos y la dem ocracia el de
de gobierno a diferencia de cualquier tipo de m o n a rq u ía ). m uchos puede depender solam ente del hecho de que generalm ente
P ara apreciar cuán grande es la diferencia en tre el esquem a ge­ los ricos en toda sociedad son m enos que los pobres; pero lo que
neral de las seis form as de gobierno y el análisis p articu lar, distingue una form a de gobierno de o tra no es el núm ero, sino la
nada m ejo r que ver m ás de cerca la form a llam ada, a falta de o tra condición social de quienes gobiernan, no un elem ento cu an tita ­
denom inación m ás apropiada, ‘‘p o l i t i a ”. En el esquem a la p o litia tivo sino uno cualitativo. Como p ru eb a de lo an terio r léase el si­
corresponde a la tercera form a, es decir, debería ser la co n stitu ­ guiente fragm ento:
ción caracterizada p o r el p o d er de m uchos que se ejerce en función
del interés com ún; m as si uno lee la definición que A ristóteles da de Lo que diferencia a la democracia y a la oligarquía es la pobreza y
ella, se com prueba que es algo totalm ente distinto: la riqueza, de suerte que donde dominan los ricos, por muchos o
pocos que sean, habrá necesariamente una oligarquía, y donde do­
En general la politia es una mezcla entre la oligarquía y la democra­ minan los pobres la democracia, aunque como se ha dicho suceda
cia; y comúnmente se suelen llamar politias los gobiernos que tien­ que los ricos sean pocos y los pobres muchos, porque los que se
den más bien a la democracia y aristocracia que aquellos que se enriquecen son pocos mientras todos tienen parte de la libertad
orientan a la oligarquía (1293 b). (1280 a).

Obsérvese, la p o litia es una mezcla de oligarquía y dem ocracia. Así pues, decíam os que la politia es una mezcla de oligarquía
¿Pero de acuerdo con el esquem a a b stracto la oligarquía y la de­ y dem ocracia. Ahora que se ha aclarado en qué consisten la oli­
m ocracia no son dos form as c o rru p tas? En consecuencia, el p rim er garquía y la dem ocracia, estam os en posibilidades de entender m e­
problem a que nos presenta la constitución llam ada ‘‘p o l i t i a ' es que jo r esta mezcla: esta com binación es un régim en en el que la unión
una form a buena puede ser resultado de u n a m ezcla en tre dos de los ricos y pobres debería rem ediar la m ayor causa de tensión
form as m alas. En segundo lugar, si la p o litia no es, com o debería en toda sociedad, que es precisam ente la lucha en tre quien no
serlo de acuerdo con el esquem a, el gobierno del pueblo o la dem o­ tiene y quien tiene. Es el régim en que debería asegurar m ejor que
cracia en su form a correcta, sino que se tra ta de una m ezcla entre cualquier o tro la "paz social".
oligarquía y dem ocracia, ello quiere decir que —y entram os p ro p ia­
En la mayor parte de las ciudades se proclama vivamente la poli­
m ente al segundo problem a— el gobierno bueno de m uchos que tia, y se pretende realizar la sola unión posible entre los ricos y los
aparece en el tercer lugar del esquem a general es un espacio vacío, o pobres, entre la riqueza y la pobreza (1294 a).
sea, es una idea a b stra c ta a la que no corresponde concretam ente
ningún régim en que haya existido o exista históricam ente. El p ro ­ A ristóteles tam bién se ocupa de la m anera en que se mezclan los
blema se com plica (pero a la vez se vuelve m ás in teresan te desde dos regím enes p a ra p ro d u cir un tercero m ejor que am bos. P ar­
el punto de vista histórico) p o r el hecho de que co n trariam en te al ticularm ente se detiene en tres rubros, que son m uy interesantes
esquem a general, una vez m ás, ni la oligarquía es p a ra A ristóteles, desde el punto de vista de lo que hoy se llam aría "ingeniería po­
como lo da a entender el significado del térm ino, el gobierno de lítica": 1. Se concillan disposiciones que serían incom patibles:
pocos, ni la dem ocracia el del pueblo. El criterio que A ristóteles m ientras en las oligarquías se establece una pena p ara los ricos
U t i l i/a para distinguir la oligarquía y la dem ocracia de ninguna que no p articip an en las actividades públicas y no hay un prem io
42 A R IS T Ó T E L E S A R IS T Ó T E L E S 43

p a ra lo s p o b re s si to m a n p a rte en e lla s , a l c o n tra rio e n la s d e m o ­ U na v ez c o n fr o n ta d o co n la rea lid a d h is tó r ic a e l id ea l é tic o del


cra cia s n o se c o n c ed e n in g ú n p r e m io a lo s p o b re s q u e in te rv ie n en p u n to m e d io se r esu elv e en el fa m o so e lo g io d e la " cla se m e d ia ” *
en lo s a s u n to s p o lític o s y n o se fija n in g u n a p e n a a lo s r ico s q u e n o (para q u ien c o m o n o s o tr o s a n d a en b u sc a d e " tem a s rec u rren tes ,
p a rticip a n . C om o d ice A r istó te le s, la c o n c ilia c ió n p o d ría c o n s is tir é s te e s u n o d e e llo s ):
"en a lg o in ter m e d io y c o m ú n ”, p o r e je m p lo , e sta b le c e r im a le y q u e
e stip u le u n a p e n a p a ra lo s r ic o s q u e n o p a r tic ip en y xm p re m io Es evidente entonces que la com unidad política m ejor es la de la
clase m edia, y que pueden tener un gran gobierno aquellas ciudades
pa ra lo s p o b res q u e sí lo h agan . 2. S e to m a el " m ed io ” en tr e lo s
donde la clase m edia sea num erosa y m uy superior a am bos extre­
o r d e n a m ie n to s e x tr em o s d e lo s d o s reg ím en es: m ie n tra s e l o lig á r­ m os, y si no, a uno u otro, pues agregándose produce la nivelación
q u ico s o la m e n te a trib u y e e l d er ech o d e p a r tic ip a r en la s a sa m b le a s y evita la aparición de los excesos contrarios (1295 b ).
a q u ien es tie n e n u n in g r e so m u y a lto , el rég im en d e m o c r á tic o r eco ­
n o c e ta l d erech o p a ra to d o s, in c lu so p a ra lo s d e s p o s e íd o s, o d e La razón fu n d a m en ta l p o r la q u e la s c iu d a d es m e jo r g o b ern a ­
cu a lq u ie r m a n era a u n p a ra q u ie n es tie n e n u n in g r e so ex ig u o . E l d a s so n a q u ella s en la s q u e p r ed o m in a la c la se m e d ia es la m a y o r
p u n to m e d io en e s te c a so c o n s is te en d is m in u ir lo s a lto s req u eri­ esta b ilid a d . Al r es p e c to A ristó te le s señ a la p o c o m á s a d ela n te:
m ie n to s e x ig id o s en el rég im en d e lo s r ic o s y e n a tm ien ta r la s
Que el régim en interm edio es el m ejor resulta obvio, ya que sólo
e stip u la c io n e s e sta b le c id a s en el rég im en d e lo s p o b re s. 3. S e a d ­ él está libre de sediciones, pues donde es num erosa la clase m edia se
m ite lo b u en o de lo s d o s s is te m a s le g is la tiv o s: m ie n tra s e n la originan con m enos frecuencia revueltas y revoluciones entre los
o lig a rq u ía lo s ca rg o s se a tr ib u y en p o r e le c c ió n a u n q u e so la m e n te ciudadanos (1296 a ).
a q u ie n es tie n e n u n d e te r m in a d o in g r e so , en la d e m o cr a cia lo s car­
g o s se so rtea n en tr e to d o s in d ep en d ie n tem e n te d e l in g re so . E n e ste L lam o la a te n c ió n so b re e s te tem a : la e sta b ilid a d . A su n to v erd a ­
ca so to m a r lo b u en o de ca d a s is te m a sig n ific a co n ser v a r e l m é to d o d era m en te c en tr a l en la h is to r ia de la s r efle x io n es so b re el "buen
d e e le c c ió n d el rég im en o lig á r q u ic o y e x clu ir lo s r e q u is ito s d e in ­ g o b ie r n o ”, p o r q u e u n o de lo s c riter io s fu n d a m en ta le s c o n b a se en
g r es o q u e e s u n a c a ra c te rístic a d el d e m o cr á tic o . lo s cu a le s s e a c o stu m b r a d is tin g u ir (in clu so h o y ) el b u en g o b ier n o
E l id ea l q u e in sp ira e ste rég im en d e la " m ez cla ” e s el d e la “m e ­ d el m a lo e s si é s te e s y en q u é m e d id a " e sta b le ” . Lo q u e h a ce bu en a
d ia c ió n ”, q u e es la a m b ició n d e to d a la é tic a a r isto té lica . La la m ez cla de d em o c ra cia y o lig a r q u ía , si p o r ella se en tie n d e u n a
" m e d ia c ió n ”, c o m o se sa b e, e stá fu n d a m en ta d a en el v a lo r e m in e n ­ c ie r ta fo r m a p o lític a a la q u e c o r r e sp o n d e d ete rm in a d a estru ctu ra
te m e n te p o s itiv o de lo q u e e stá en m e d io d e d o s e x tr em o s. N o p o r s o c ia l ca ra cteriza d a p o r la p rep o n d era n c ia de u n a c la se n i rica ,
ca su a lid a d A r istó teles h a b la de e s te id ea l en e l sig u ie n te fra g ­ c o m o la q u e p re v a le en la s o lig a r q u ía s, n i p ob re, c o m o la q u e p re­
m en to : d o m in a en la s d e m o cr a cia s, es p r e cisa m e n te q u e ella e stá m e n o s
e x p u e sta a ca m b io s r e p en tin o s q u e so n la c o n sec u e n c ia de lo s c o n ­
Si en la É tic a se ha explicado satisfactoriam en te que la vida feliz flic to s s o c ia le s , lo s q u e a su v ez se d eriv a n de la d iv is ió n d e m a sia d o
es la que de acuerdo con la virtud ofrece m enos im pedim entos, y el m a rca d a en tr e la s c la se s co n tr a p u es ta s.
térm ino m edio es la virtud, la interm edia será la vida m ejor, por T a m b ién m e d e tu v e en la “p o l i t i a ” p o r o tra razón: es el p r o d u c­
estar al alcance de cada cual el térm ino m edio (1295 a ).
to de u n a " m ez cla ”. La id ea d e q u e el b u en g o b ie rn o es el fru to
In m e d ia ta m e n te d e sp u é s el cr iter io d el p u n to m e d io s e a p lic a a de u n a c o m b in a c ió n de fo rm a s de g o b ier n o d ifere n tes es u n o de lo s
las c la se s q u e co m p o n en la so cied a d : g ra n d es te m a s d el p e n sa m ie n to p o lític o o c cid en ta l q u e, c o m o v ere­
m o s, lle g a h a s ta n u e str o s d ía s. S o b re el tem a d el " g o b iern o m i^ to ”
En todas las ciudades hay tres partes: los m uy ricos, los m uy pobres, to d o gran e sc r ito r p o lític o ten d rá a lg o q u e d e cir en fa v o r o en
y tercero, los interm edios entre éstos. Ahora bien: p u esto que se co n tr a , y su fo r m u la c ió n m á s e x ito s a es en u n cia d a p r e cisa m e n te
reconoce que lo m oderado es lo m ejor y lo interm edio, obviam ente, p o r e l e sc r ito r q u e ex a m in a r é en el c a p ítu lo sig u ie n te , P o lib io .
lam bién en el caso de los bienes de fortuna, la propiedad interm edia
es la mcji)r de todas, y a que es la m ás fácil de som eterse a la *No puede tomarse el concepto “clase” en sentido marxista, es decir, de
razón (1295 b). acuerdo con el papel que ocupa en las relaciones de producción, [t .]
P O L IB IO 45

ñas y tres m alas; 2. Las seis form as de gobierno se suceden una a


IV . P O L IB IO o tra según cierto ritm o, y p o r tan to constituyen un proceso cíclico
que se repite en el tiem po, y 3. Además de las seis form as tra d i­
cionales, existe una séptim a, de la cual la constitución ro m an a es
J u n to con los textos de Platón y A ristóteles, la antigüedad clásica un ejem plo, que en cuanto síntesis de las tres form as buenas es la
nos legó un te rc er escrito fundam ental p a ra la teo ría de las form as m ejor constitución. Con la p rim er tesis Polibio confirm a la teoría
de gobierno, el libro VI de las H is to r ia s de Polibio. Un texto cuya tradicional de las form as de gobierno; con la segunda precisa en
a u to rid a d no es m enor (piénsese en nu estro M aquiavelo) que la de un esquem a com pleto, si bien rígido, la teoría de los ciclos (o, para
los dos prim eros. A diferencia de Platón y A ristóteles, Polibio (que u sar la m ism a p alabras griega, de a n a c id o s i s ') que ya h abía sido
vivió en el siglo i i a.c.) no es un filósofo sino u n histo riad o r. expuesta p o r Platón; con la tercera, p resen ta p o r p rim era vez de m a­
Griego de nacim iento, fue dep o rtad o a Rom a después de la con­ n era com pleta la teoría del gobierno m ixto (en la ‘‘p o l i t i a ' de
q u ista de Grecia, y se relacionó con los círculos m ás altos de la A ristóteles vim os una form a espuria de esta form a, p o r lo m enos
ciudad, especialm ente con el am biente de los Escipión. Escribió en referencia a la teorización clásica que será precisam ente la de
en griego la prim era gran h isto ria (apologética) de Rom a antes de Polibio). De estas tres tesis, la p rim era rep resen ta el uso sistem á­
la de Tito Livio. Al te rm in a r victoriosam ente las guerras púnicas, tico de la teoría de las form as de gobierno, la segunda el histo-
Rom a se acercó a la cum bre de su fuerza. Después de n a rra r los riográfico, la tercera el axiológico. Dicho de o tro m odo: con sus
acontecim ientos de la b atalla de Cannas (216 a.c.), Polibio se de­ diversas tesis, Polibio establece definitivam ente la sistem atización
tiene precisam ente en el libro VI, p a ra h acer una exposición deta-* clásica de las form as de gobierno. Expone, en cierne, una filosofía
liada de la constitución rom ana, con lo cual elaboró un verdadero de la h isto ria de acuerdo con la cual el desarrollo histórico acontece
tra ta d o de derecho público rom ano en el que se describen las di­ según cierto orden, que se verifica p o r la sucesión p red eterm i­
versas m ag istratu ras (los cónsules, el senado, los tribunos, la o r­ nada y recu rren te de las diversas constituciones; expresa la pre­
ganización m ilitar, e tc .). Se dice explícitam ente la razón p o r la cual ferencia p o r una constitución frente a todas las dem ás, p o r la cons­
el h isto ria d o r se detiene a d escribir la constitución del pueblo del titución m ixta con respecto a las sim ples.
que está n arra n d o la historia: Comenzam os p o r la p rim er tesis que, después de todo lo que
hem os visto h asta aquí, no p re se n ta m ayores dificultades y p o r
La constitución de un pueblo debe considerarse como la prim er
causa del éxito o del fracaso de toda acción (VI, 2).* ta n to no requiere m uchos com entarios. Polibio inicia la exposi­
ción rem ontándose a la tipología tradicional:
Con base en esta prem isa, él quiere d em o strar la im portancia que
tuvo la excelencia de la constitución rom ana en el éxito de la po­ La mayoría de los que quieren instruirnos acerca del tema de las
lítica de u n pueblo que en "m enos de cincuenta y tre s añ o s”, como constituciones, sostienen la existencia de tres tipos de ellas: llaman
a una reino, a otra aristoc ra cia y a la tercera d e m o cra cia (VI, 3,
se lee en el m ism o parágrafo, venció a todos los o tro s E stados al las cursivas son mías).
hacerlos caer b ajo su dom inio.
Polibio p resen ta algunas consideraciones sobre las constitucio­ La única observación que debe hacerse es term inológica: Polibio
nes en general antes de a b o rd a r la rom ana. Tales consideraciones llam a dem ocracia a la tercera form a que A ristóteles llam ó “p o li­
constituyen u n a de las m ás com pletas teorías de las form as de t i a ', es decir, usa el térm ino "dem ocracia'' con una connotación
gobierno que la h isto ria nos transm itió. E n esta teo ría sobre todo positiva a diferencia de Platón y Aristóteles. Como era de espe­
expone tres tesis que m erecen ser expuestas aunque sea brevem en­
rarse, poco después ab o rd a las form as corruptas:
te: 1. Existen fundam entalm ente seis form as de gobierno, tres bue­
* Para la traducción al español de los textos de Polibio me apoyo en: No todo gobierno de una sola persona ha de ser clasificado inme­
Polibio, H istorias, 43, Credos, Madrid, 1981. [t .] diatamente como reino, sino sólo aquel que es aceptado libremente
y ejercido más por la razón que por el miedo o la violencia. Tam-
44
46 P O L IB IO P O L IB IO 47

poco debemos creer que es aristocracia cualquier gobierno de pocos El prim ero que se forma por un proceso espontáneo y n a tu ra l es el
hombres; sólo lo es la presidida por hombres muy justos y pruden­ gobierno de uno solo, y de él deriva, por una preparación y una
tes, designados por elección. Paralelamente, no debemos declarar enmienda, el reino. Pero se deteriora y cae en un mal que le es c on ­
que hay democracia allí donde la turba sea dueña de hacer y de­ gèn ito, me refiero a la tiranía, de cuya disolución nace la a r isto ­
cretar lo que le venga en gana. Sólo la hay allí donde es costumbre cracia. Cuando ésta, por su naturaleza, vira hacia la oligarquía, si
y tradición ancestral venerar a los dioses, honrar a los padres, reve­ las turbas se indignan por las injusticias de sus jefes, nace la d e ­
renciar a los ancianos y obedecer a las leyes [ . . . ] Hay que afirmar, m ocracia. A su vez, la soberbia y el desprecio de las leyes desem­
pues, que existen seis variedades de constituciones: las tres repeti­ bocan, con el tiempo, en la oclocracia (VI, 4, las cursivas son mías).
das por todo el mundo, que acabamos de mencionar, y tres que
derivan de éstas: la tiranía, la olig arq uía y la oclocracia (VI, 4, las H ay m uchas observaciones que h acer sobre este fragm ento. Ante
cursivas son mías).
todo las etapas del proceso histórico son las siguientes: reino, ti­
Hay dos observaciones que hacer: u n a sim plem ente term inoló­ ranía, aristocracia, oligarquía, dem ocracia y oclocracia. E n segundo
gica y o tra m ás sustancial. Polibio, al u sa r el térm ino ''dem ocracia" lugar, el proceso histórico d esarro lla ciclo p o r ciclo u n a tendencia,
p a ra la form a buena de gobierno popular, introduce u n a nueva en ú ltim a instancia degenerativa, com o la descrita p o r Platón; pero,
p alab ra (que a decir verdad no tuvo m ucho éxito y sólo fue tra n s ­ a diferencia del ciclo platónico, en el que la form a que sigue es
m itida en el lenguaje culto) p a ra n o m b ra r al gobierno p o p u lar degenerada con respecto a la a n te rio r en un proceso continuo, el
en su form a co rru p ta: ''oclocracia'', de o k h lo s , que significa m ul­ ciclo polibiano se desenvuelve m ediante una altern an cia de cons­
titu d , m asa, chusm a, plebe, y que bien corresponde a n u estro "go­ tituciones buenas y m alas, en la cual, p o r lo dem ás, la constitución
bierno de m asa'' o "de las m asas", cuando el térm ino "m asa" (am ­ buena que sigue es m enos buena que la buena a n te rio r y la m ala
bivalente) es utilizado en su sentido peyorativo que le es asignado siguiente es m ás m ala que la m ala precedente. E n o tras palabras,
po r los escritores reaccionarios (en expresiones com o "la rebelión la línea decreciente del ciclo platónico es continua, la del ciclo
de las m asas", la "sociedad de m asas", etc.). E n cam bio, la obser­ polibiano está fragm entada p o r una alternancia de m om entos bue­
vación m ás sustancial se refiere al criterio que Polibio usa p a ra nos y m alos, aunque a final de cuentas tiende a declinar. Además
distinguir las constituciones buenas de las m alas. Es un criterio de la diferencia en tre los procesos continuo y alternado, tam bién
que no concuerda con el aristotélico sino con el platónico. (Por hay u n a con respecto al pu n to final que p a ra Platón es la tiranía,
lo dem ás parece que Polibio no recabó ninguna de las tesis de Aris­ m ien tras que p a ra Polibio es la oclocracia. No se puede d e ja r pasar,
tóteles, sino que tuvo como fuente a Platón. Él m ism o cita a Pla­ aunque es un argum ento que m erecería tra ta rs e p o r separado,
tón en el § 5, sucesivo al que estam os exam inando.) Como hem os la contraposición en tre esta concepción regresiva de la h isto ria y la
visto, el criterio aristotélico se basa en la diferencia en tre interés progresiva que caracteriza a la edad m oderna —p o r lo m enos del
público y privado. Tal diferencia no aparece en el texto de Polibio. R enacim iento en adelante, de acuerdo con la cual lo que viene
No se puede decir que en el fragm ento citado el c riterio de dis­ después en ú ltim a instancia es, si no inm ediatam ente, m ejo r de lo
tinción en tre las form as rectas y las co rru p tas esté m uy claro o que aconteció p rim ero (recuérdese la fam osa m etáfora de los ena­
por lo m enos sea m uy explícito; pero de cualquier m an era no es nos sobre los hom bros de los gigantes)— , en tre u n a concepción,
el del interés. Los criterios esbozados son dos: p o r u n lado la com o la platónica, p a ra la cual la h isto ria procede de lo m ejor
contraposición entre el gobierno fundam entado en la fuerza y hacia lo peor y una, com o la m oderna, según la cual la h isto ria se
el basado en el consenso; p o r otro, la sem ejante pero no idéntica m ueve de lo bueno hacia lo m ejor; en sum a, en tre una teoría del
contraposición entre gobierno ilegal, y en consecuencia a rb itra rio , regreso indefinido y o tra del progreso indefinido. Una terc era ob­
y gobierno de las leyes. Son dos criterios que ya encontram os en el servación es que esta concepción de la h isto ria es fatalista dado
P o lític o de Platón. que el paso de una form a a o tra parece e sta r predeterm inado y
Una vez definidas las seis form as, Polibio las dispone inm edia­ ser necesario, incuestionable y n a tu ra l ya que estas tran sfo rm acio ­
tam ente en orden cronológico, o sea, m u estra la teo ría de los ciclos, nes están inscritas en la naturaleza de las cosas, o sea, en la n a tu ­
ram bicn aquí citam os todo el pasaje: raleza m ism a de los gobiernos, los cuales no pueden d e ja r de su­
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frir el proceso de cam bio, y tam bién, m ás específicam ente, debido de Polibio deriva del restringido cam po de observación de las
a que cada uno no puede tran sfo rm arse m ás que en cierto tipo de ciudades griegas, la de Vico se m ueve en to d a la h isto ria de la
gobierno y no en otro. N ótese en el fragm ento citado la insistencia hum anidad. La teo ría polibiana de los ciclos se deduce de la his­
en expresiones com o "n atu ral", "congènito'', "naturaleza". P ara to ria de las ciudades griegas en el periodo de su crecim iento, flo­
m o stra r de m anera definitiva que el germ en de la degeneración es recim iento y decadencia; y vale solam ente p a ra e sta pequeña y
inherente a toda constitución, Polibio utiliza la com paración del específica p a rte del m undo. Las grandes m onarquías asiáticas están
orín p ara el hierro y de la carcom a p ara la m adera, en el siguiente fu era y perm anecerán fuera de la h isto ria europea tam bién d u ran te
fragm ento: los siglos siguientes, com o verem os, h a sta Hegel: ellas no re p re ­
sentan el principio del m ovim iento y del desarrollo, sino de la
El orín, para el hierro, y la carcoma y ciertos gusanos, para la ma­ inm ovilidad y de la invariabilidad (que no debe confundirse con
dera, son enfermedades congénitas que llegan a destruir estos mate­ la "estab ilid ad ").
riales incluso cuando no sufren ningún daño externo. De modo no La tesis principal de la teo ría polibiana de las constituciones
distinto, con cada una de las constituciones nace una cierta enfer­ es p o r m ucho la referente al gobierno m ixto; Polibio h a pasado
medad que se sigue de ella naturalmente. Con el reino nace el des­
mejoramiento llamado despotismo; con la aristocracia, el mal llama­ a la h isto ria del pensam iento político com o el teórico p o r exce­
do oligarquía, y con la democracia germina el salvajismo de la fuerza lencia del gobierno m ixto. No es difícil d escubrir el nexo entre la
bruta. Y es inevitable que con el tiempo todos los regímenes polí­ idea del gobierno m ixto y la teoría de los ciclos: esta teo ría m ostró
ticos citados anteriormente no degeneren en sus inferiores, según el que todas las form as sim ples, ta n to las consideradas trad icio n al­
razonamiento que acabo de apuntar (VI, 10). m ente rectas como las co rru p tas, son de breve duración porque
están destinadas p o r su m ism a n aturaleza a tra n sfo rm a rse en u n a
Queda por decir lo que acontece al final del ciclo, o sea, cuando form a diferente. E sto significa que todas las constituciones sufren
la degradación de las constituciones ha tocado el fondo (que es la de un vicio grave, el de la falta de estabilidad: vicio grave porque
oclocracia). En Platón, en el libro V III de la R e p ú b lic a , la pregunta u n a constitución es generalm ente m ás apreciada en cuanto m ás
había quedado sin respuesta. En cam bio Polibio contesta de m a­ éstable sea. ¿Cuál es el objetivo de una constitución? Si se repite
nera m uy precisa (de acuerdo con la respuesta esbozada p o r el m is­ la definición aristotélica, se puede decir que su objetivo es poner
mo Platón) : al final del p rim er proceso el curso de las c o n stitu ­ orden en las m a g istratu ras, o sea, establecer quién debe gobernar
ciones regresa al punto de p artida. De la oclocracia se regresa con y quién debe ser gobernado, y p e rm itir un desenvolvim iento regu­
un salto hacia atrás al reino, de la form a peor a la m ejor. La con­ la r y ordenado de la vida civil. Ahora bien, el desarrollo regular
cepción polibiana de la h isto ria es cíclica, es decir, según ella la y ordenado de la vida civil no puede llevarse a cabo si el sistem a
histo ria es una continua repetición de acontecim ientos que regre­ político de una ciudad es som etido a cam bios continuos. Uno de
san sobre sí m ism os, o sea, el "eterno reto rn o hacia lo m ism o". los tem as recu rren tes de la filosofía política es el del o rden (m u­
Después de haberse detenido am pliam ente p ara describir an alítica­ cho m ás el del orden que su contrario, la lib e rta d ). La teo ría de
m ente los seis m om entos sucesivos (y fatales) concluye: los ciclos indica que las constituciones com unes son inestables;
debido a que son inestables, incluso las consideradas trad icio n al­
Ésta es la rotación de las constituciones; ésta es la ley natural por
la cual las formas políticas se transforman, decaen y regresan al m ente buenas, son, aunque parezca paradójico, m alas. Desde el
p u n to de p a rtid a (VI, 10, las cursivas son mías). p u n to de vista del valor suprem o del orden garantizado p o r la
estabilidad se puede h acer u n a distinción entre constituciones búe-
Tam bién en este caso no se puede d ejar de m encionar o tra gran nas y m alas. E sta distinción puede establecerse si se observa lo
teoría cíclica de la historia, la de los cursos y recursos de Giam­ que unas y o tras tienen en com ún: ser constituciones sim ples en
b a ttista Vico, aunque los m om entos, el ritm o y la dim ensión his­ las cuales quien gobierna es el rey (o el tira n o ), o los m ejores (los
tórica son com pletam ente diferentes, como verem os en el capítulo m ás ricos) o el pueblo (o la plebe). La tesis de Polibio considera
dcdicado cspccílicainciitc a el. Baste decir que m ic n tia s la teoría que todas las constituciones sim ples, p o r el hecho de serlo, son
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m alas (incluso las rectas). ¿Cuál es el rem edio?; el gobierno m ixto, en el gobierno, y el pueblo a su vez lo es p o r el senado. Al rep re­
es decir, una constitución que sea producto de un arreglo entre sen ta r el rey al principio m onárquico, el pueblo al dem ocrático y
las tres form as clásicas. Polibio no term in a de en u m erar las tres el senado al aristocrático, re su lta u n a nueva fo rm a de gobierno
form as buenas (en el fragm ento citado anteriorm ente) cuando que no coincide con las tres form as co rru p ta s po rq u e es recta.
agrega a m anera de anticipación un concepto que d esarro llará Polibio encuentra la razón de la excelencia del gobierno m ixto en
m ás am pliam ente en los parágrafos siguientes: el m ecanism o de control recíproco de los poderes, o sea, en el p rin
cipio del "equilibrio". E ste p u n to es extrem adam ente im portante:
En efecto, es evidente que debemos considerar óptima la consti­ el tem a del equilibrio de los poderes (que en la época m oderna se
tución que se integre de las características de las tres formas cita­ vuelve el tem a central de las teorías "constitucionalistas" con el
das (VI, 3).
nom bre de b a la n c e o f p o w e r ) es uno de los tem as dom inantes en
El ejem plo histórico con el que co rro b o ra la idea de que la m ejor to d a la trad ició n del pensam iento político occidental. Aun cuando
constitución será la que "se integre de las características de las la teo ría del gobierno m ixto, que observam os ya bien fo rm ada en
tres form as citadas" es el de la E sp a rta de Licurgo. Aquí no im ­ Polibio, no debe ser confundida con la m oderna teo ría de la sepa­
p o rta el hecho de que existan m uy diferentes interpretaciones de ración y equilibrio de poderes (que será enunciada p o r M ontes­
la constitución de E sp arta, ni discutir si la in terp retació n de Po­ quieu en u n a teo ría fam osa), es u n hecho que am bas cam inan
libio es correcta. Lo que interesa, p ara los fines de n u estro análi­ paralelam ente. E sto se confirm a en la continuación del discurso
sis, es que p a ra Polibio la constitución de E sp a rta es excelente; cuando Polibio expone con detalle los principios en los que se ins­
y lo es porque es m ixta. Desde el inicio del siguiente fragm ento p ira la constitución rom ana.
es clara la relación entre gobierno m ixto y estabilidad: Polibio enuncia la tesis de la excelencia del gobierno m ixto p o r­
que considera com o u n ejem plo adm irable de tal especie de go­
Licurgo llegó a comprender que todas las transformaciones enume­ bierno la constitución ro m an a en la cual "los órganos [ . . . ] que
radas se cumplen natural y fatalmente, y así consideró que cada va­ p a rtic ip a b an en el gobierno de la cosa pública eran tre s" (los cón­
riedad de constitución simple y basada en un principio único resulta sules, el senado y los com icios del pueblo), con la siguiente conse­
precaria: degenera m u y p r o n to en la fo r m a c o rr u p ta que la sigue cuencia:
naturalmente (VI, 10, las cursivas son mías).
Si nos fijáramos en la potestad de los cónsules, nos parecería una
Polibio da una definición, que se volvió clásica, del gobierno constitución perfectamente monárquica y real, si atendiéramos a la
m ixto y de su funcionam iento en la descripción del rem edio que del senado, aristocrática, y si consideráramos el poder del pueblo,
Licurgo tuvo que establecer p a ra resolver el inconveniente de la nos daría la impresión de encontrarnos, sin duda, ante una demo­
"inseguridad": cracia (VI, 12).

Licurgo [ . . . ] promulgó una constitución no simple ni homogénea, E l concepto del control recíproco de los poderes y del conse­
sino que juntó en una las peculiaridades y las virtudes de las cons­ cuente equilibrio está ta n estrecham ente ligado a la idea del go­
tituciones mejores. Así evitaba que alguna de ellas se desarrollara bierno m ixto que regresa al final de la exposición de la consti­
más de lo necesario y derivara hacia su desmejoramiento congènito; tución rom ana. El p arág rafo final del libro VI com ienza así:
neutralizada por las otras la potencia de cada constitución, ninguna
tendría un sobrepeso ni prevalecería demasiado, sino que, equili­
Ya que en tal modo cada órgano puede o b sta c u liza r o c olab ora r 6on
brada y sostenida en su nivel, se conservaría en este estado el má­ los otros su unión parece adaptable a todas las circunstancias, tanto,
ximo tiempo posible, según la imagen de la nave que vence la fuerza
que resulta imposible encontrar una constitución superior a ésta.
del viento contrario (VI, 10).
Y term in a de la siguiente m anera:
El arreglo de las tres form as de gobierno consiste en que el
rey es frenado poi el pueblo que tiene una adecuada participación
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m alas (incluso las rectas). ¿Cuál es el rem edio?; el gobierno m ixto, en el gobierno, y el pueblo a su vez lo es p o r el senado. Al rep re­
es decir, una constitución que sea producto de un arreglo entre sen ta r el rey al principio m onárquico, el pueblo al dem ocrático y
las tres form as clásicas. Polibio no term in a de en u m erar las tres el senado al aristocrático, re su lta u n a nueva fo rm a de gobierno
form as buenas (en el fragm ento citado anteriorm ente) cuando que no coincide con las tres form as c o rru p ta s p o rque es recta.
agrega a m anera de anticipación un concepto que d esarro llará Polibio en cu en tra la razón de la excelencia del gobierno m ixto en
m ás am pliam ente en los parágrafos siguientes: el m ecanism o de control recíproco de los poderes, o sea, en el p rin
cipio del "equilibrio". E ste p u n to es extrem adam ente im portante:
En efecto, es evidente que debemos considerar óptima la consti­ el tem a del equilibrio de los poderes (que en la época m oderna se
tución que se integre de las características de las tres formas cita­ vuelve el tem a cen tral de las teorías "constitucionalistas" con el
das (VI, 3).
nom bre de b a la n c e o f p o w e r ) es uno de los tem as dom inantes en
El ejem plo histórico con el que corro b o ra la idea de que la m ejor to d a la trad ició n del pensam iento político occidental. Aun cuando
constitución será la que "se integre de las características de las la teo ría del gobierno m ixto, que observam os ya bien fo rm ada en
tres form as citadas" es el de la E sp a rta de Licurgo. Aquí no im ­ Polibio, no debe ser confundida con la m oderna teo ría de la sepa­
p o rta el hecho de que existan m uy diferentes interpretaciones de ración y equilibrio de poderes (que será enunciada p o r M ontes­
la constitución de E sp arta, ni discutir si la in terp retació n de Po­ quieu en u n a teo ría fam osa), es u n hecho que am bas cam inan
libio es correcta. Lo que interesa, p a ra los fines de n u estro análi­ paralelam ente. E sto se confirm a en la continuación del discurso
sis, es que p a ra Polibio la constitución de E sp a rta es excelente; cuando Polibio expone con detalle los principios en los que se ins­
y lo es porque es m ixta. Desde el inicio del siguiente fragm ento p ira la constitución rom ana.
es clara la relación entre gobierno m ixto y estabilidad: Polibio enuncia la tesis de la excelencia del gobierno m ixto p o r­
que considera com o u n ejem plo adm irable de tal especie de go­
Licurgo llegó a comprender que todas las transformaciones enume­ bierno la constitución ro m an a en la cual "los órganos [ . . . ] que
radas se cumplen natural y fatalmente, y así consideró que cada va­ p a rtic ip a b an en el gobierno de la cosa pública eran tre s" (los cón­
riedad de constitución simple y basada en un principio único resulta sules, el senado y los com icios del pueblo), con la siguiente conse­
precaria: deg enera m u y p r o n to en la fo r m a c o rr u p ta que la sigue cuencia:
naturalmente (VI, 10, las cursivas son mías).
Si nos fijáramos en la potestad de los cónsules, nos parecería una
Polibio da una definición, que se volvió clásica, del gobierno constitución perfectamente monárquica y real, si atendiéramos a la
m ixto y de su funcionam iento en la descripción del rem edio que del senado, aristocrática, y si consideráramos el poder del pueblo,
Licurgo tuvo que establecer p ara resolver el inconveniente de la nos daría la impresión de encontrarnos, sin duda, ante una demo­
"inseguridad": cracia (VI, 12).

Licurgo [ . . . ] promulgó una constitución no simple ni homogénea, El concepto del control recíproco de los poderes y del conse­
sino que juntó en una las peculiaridades y las virtudes de las cons­ cuente equilibrio está tan estrecham ente ligado a la idea del go­
tituciones mejores. Así evitaba que alguna de ellas se desarrollara bierno m ixto que regresa al final de la exposición de la consti­
más de lo necesario y derivara hacia su desmejoramiento congènito; tución rom ana. El p arág rafo final del libro VI com ienza así:
neutralizada por las otras la potencia de cada constitución, ninguna
tendría un sobrepeso ni prevalecería demasiado, sino que, equili­ Ya que en tal modo cada órgano puede o b sta c u liza r o c o labo rar 6on
brada y sostenida en su nivel, se conservaría en este estado el má­
los otros su unión parece adaptable a todas las circunstancias, tanto,
ximo tiempo posible, según la imagen de la nave que vence la fuerza
que resulta imposible encontrar una constitución superior a ésta.
del viento contrario (VI, 10).
Y term in a de la siguiente m anera:
El arreglo de las tres form as de gobierno consiste en que el
rey es frenado p o r el pueblo que tiene una adecuada participación
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Cuando [ . . . ] uno de los órganos constitucionales, empieza a engreír­ con la teo ría de los ciclos? ¿No existe quizá u n a contradicción
se, a promover altercados y se arroga un poder superior al que le en tre la afirm ación categórica de que los ciclos de las constituciones
corresponde, es notorio que, no siendo alguna parte autónoma, como son u n hecho n a tu ra l y p o r tan to im postergable y la afirm ación
ya se ha explicado, y al caber la posibilidad de que cualquier acción
pueda ser desviada o impedida, ninguna de las partes excede su com­ tam bién categórica de que los gobiernos m ixtos son estables? Desde
petencia y sobrepasa la medida. En consecuencia todos permanecen hace tiem po quienes han analizado el libro VI de Polibio han su b ra­
en los límites prescritos: por una parte están impedidos en cualquier yado esta contradicción: verdaderam ente es extraño, se afirm a,
impulso agresivo, por otra parte temen desde el inicio la vigilancia que quien teorizó la fatalidad del cam bio dedicó al m ism o tiem po
de los otros (VI, 18). algunas páginas a la descripción y exaltación de una constitución
cuya característica es la de evitar el cam bio. La existencia de una
Con estas afirm aciones Polibio concluye perfectam ente el dis­ constitución com o la rom ana, que se form ó lentam ente m ediante
curso que inició cuando dijo que la p rim era causa del éxito o fra ­ "grandes luchas y agitaciones" y precisam ente porque lo hizo por
caso de un pueblo debe buscarse en su constitución. E n efecto, lo m edio de la creación de un com plejo sistem a de poderes c o n tra ­
que Polibio m u estra claram ente p a ra a firm a r la excelencia de una puestos, no estuvo su jeta a degeneraciones, ¿no desm iente ab ierta ­
constitución es lo que hoy se llam aría su "m ecanism o". La teoría m ente la teoría de los ciclos? La contradicción es m ás ap aren te
de Polibio es una teoría de los m ecanism os constitucionales, que que real: que las constituciones m ixtas sean estables no quiere
perm iten una form a de gobierno estable, y p o r ello preferible a decir que sean eternas, sim plem ente que d u ran m ás que las sim ­
cualquier otra. A bien entender, hoy no estam os igualm ente dis­ ples (por lo dem ás el p rim er m odelo de constitución m ixta, el
puestos a considerar que la p rim er causa del éxito o fracaso de espartano, cuando Polibio escribió, era un m ero recuerdo h istó ­
un pueblo sea su constitución; ah o ra tendem os a tra sla d a r el aná­ rico ). Lo que distingue las constituciones m ixtas de las sim ples
lisis del sistem a político al sistem a social subyacente, de la an ato ­ no es el hecho de que no estén som etidas a cam bios, ni tam poco
m ía de las instituciones políticas a la anatom ía, com o diría Marx, que estén exentas de la m uerte que golpea a todas las co n stitu ­
de la sociedad civil, de las relaciones de p o d er a las relaciones de ciones com o a todas las cosas vivientes, sino es un ritm o diferen­
producción. Pero la preferencia p o r las instituciones d u ra rá un te y una razón diversa del cam bio. No es casualidad que inm edia­
largo tiem po, y, com o verem os, no le será ex trañ a a Hegel. tam ente después de h a b er enunciado la ley de los ciclos históricos
Más bien, es conveniente hacer una com paración ráp id a con la Polibio escriba en referencia al E stado rom ano:
" p o l itia ” de A ristóteles que es concebida como u n a form a a n ti­
cipada de gobierno m ixto. Según A ristóteles, la superación del En lo que, particularm ente, atañe a la constitución romana, es prin­
conflicto entre las dos p artes antagónicas no sobreviene, com o p a ra cipalmente a partir de este método [es decir con la ley de los ciclos,
Polibio, a nivel institucional, sino que se p resen ta en la sociedad, por la que "las formas políticas se transforman, decaen y regresan
al punto de partida'"] como llegaremos a entender su formación, su
cuando es la ocasión, m ediante la form ación de una fu e rte clase desarrollo y su culminación, y, al propio tiempo, la decadencia que
m edia que tiene un interés propio, de clase, p o r la estabilidad. El de ello derivará (VI, 9).
equilibrio aristotélico antes de ser institucional es social, y sola­
m ente es institucional si prim ero es social. E n este sentido la No hay duda de que desde el inicio Polibio está consciente de
teoría aristotélica de la politia m ás que una teo ría del gobierno que tam bién el E stado rom ano, a p esar de su excelencia, está su­
m ixto es la concepción de una sociedad sin grandes desequilibrios je to a la "ley n a tu ra l" del nacim iento, crecim iento y m uerte, y
de riqueza. que p o r ta n to el m érito del gobierno m ixto es su m ayor estabilidad,
La presencia sim ultánea de los tres poderes y su m utuo control no su p erpetuidad.
preserva a las constituciones m ixtas de la degeneración a la que Por lo que hace al ritm o del cam bio, como se ha dicho, es m ás
están expuestos los gobiernos sim ples, porque im pide los excesos lento que el de las constituciones sim ples porque m ediante el m e­
que p or reacción provocan la oposición y llevan al cam bio. Pero canism o de la contem porización de las tres p artes que integran la
entonces, ¿cómo se concilia la estabilidad de los gobiernos m ixtos sociedad los conflictos que provocan en las constituciones sim-
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pies los cam bios constitucionales y el paso brusco y violento de una ban consolidadas. Una y o tra se refuerzan m utuam ente: la cons­
form a a otras, son resueltos d en tro del sistem a político, y si se titución rom ana es la m ejo r de las constituciones porque es un
producen cam bios son, diríam os hoy, sistém icos y no extrasistém i- gobierno m ixto; pero al m ism o tiem po el gobierno m ixto es el m e­
cos, graduales y no violentos, no producen el desequilibrio intem ­ jo r de los gobiernos porque es el pro d u cto secular de Roma.
pestivo que genera la revolución sino un desplazam iento del equi­ Después de h ab er expuesto la aco stu m b rad a teoría de las seis
librio interno que es reabsorbido con u n reasentam iento del m ism o form as, Cicerón escribe:
equilibrio en un grado diferente. La razón que explica p o r qué
tam bién las constituciones m ixtas decaen y m ueren, es que se A mi parecer de las tres prim eras formas es preferible la monarquía,
pero es superior a ella la compuesta e q u ilib ra d a m e n te [a e q u a tu m e t
p resen ta un desplazam iento tal del equilibrio e n tre las p artes en te m p e r a tu m ] p o r las tres fo r m a s m e jo re s de c o n stitu c ió n (I, 45, las
favor de una sola que la constitución cesa de ser m ixta y se vuelve cursivas son mías).
sim ple. A juzgar p o r lo que Polibio escribe sobre la ciudad de
Cartago, tam bién regida p o r un gobierno m ixto, pero destinada a Obsérvese el uso de la expresión “a e q u a tu m e t t e m p e r a t u m ” que
ser d e rro ta d a p o rque ya hab ía caído en m anos de u n gobierno reclam a el tem a polibiano del equilibrio. ¿Cuál es la razón de la
dem ocrático (en el sentido peyorativo del té rm in o ), m ientras Rom a excelencia de este tipo de constitución?
e stab a destinada a la victoria porque el equilibrio de los tre s
poderes no había sido ro to todavía en favor de uno solo de ellos, Conviene que haya en el gobierno algo de eminente y real, y que
se p o d ría decir que existe una especie de ciclo d en tro de las cons­ otros poderes sean atribuidos y concedidos a la autoridad de los
tituciones m ixtas, que da lugar a un c ic lo e n e l c ic lo , con la conse­ notables, y que ciertas cuestiones sean reservadas al juicio y deseo
cuencia de que no todas las constituciones m ixtas pueden ubicarse de la m ultitud (I, 45).
en el m ism o plano, sino que deben distinguirse, según prevalezca
¿Cuáles son las consecuencias?
una u o tra p a rte de la ciudad, en constituciones m ixtas con carác­
te r m onárquico, a risto crático o dem ocrático. Quizá se pueda aven­ En prim er lugar tal constitución presenta una cierta igualdad, de
tu ra r la hipótesis, aunque no m anifestada del todo, de que tam bién la que difícilmente pueden prescindir por largo tiempo los ciuda­
de este "'ciclo en el ciclo" PoHbio haga un uso adem ás de descrip­ danos libres, en segundo lugar tiene e sta b ilid a d [ fir m itu d in e m ] (I,
tivo tam bién axiológico, al establecer u n a ponderación en tre los 45, las cursivas son mías).
diversos tipos de constituciones m ixtas, y al d a r su preferencia a
la constitución m ixta de c arácter aristocrático, com o la ro m an a de D espués de lo que se ha dicho sobre Polibio, me parece inútil
sus tiem pos, y al co nsiderar la constitución m ixta de c arác te r de­ in sistir en la im portancia de la idea de ''estab ilid ad " p a ra la asig­
m ocrático com o el principio del fin. De acuerdo con e sta hipótesis, nación de un valor positivo a una constitución. De cualquier m odo,
la m e jo r constitución m ixta sería aquella en la cual, de las tre s el fragm ento de Cicerón es una confirm ación acreditada, y tam ­
p artes que la com ponen, prevaleciera la que e stá en m edio (o sea bién u n a corroboración de que la excelencia del gobierno m ixto
la p a rte a ris to c rá tic a ): un buen ejem plo de la p rim acía de la "m e­ reside en ú ltim a instancia en el hecho de que asegura la estabili­
dianía". dad que las o tras form as de gobierno no logran garantizar; esto se
deriva del siguiente fragm ento que reproduce sintéticam ente el
An e x o ciclo polibiano:
y'

En la R e p ú b lic a (alrededor de 50 a.c) de Cicerón, la excelencia Mientras las prim eras tres formas de gobierno fácilmente caen en
del gobierno m ixto y el elogio de la constitución ro m an a corren los defectos contrarios, de suerte que del rey deriva el tirano, de los
notables las facciones, del pueblo la turba y el desorden, y estas
paralelam ente. Cuando Cicerón escribió su libro u n siglo después mismas formas cambian en formas nuevas, en contraste eso general­
de Polibio, la idea de que el gobierno m ixto fuese el m ejo r y la mente no sucede en una forma de gobierno como ésta, compuesta
conccptual¡/ación de la constitución rom ana com o m ixta ya e sta ­ y moderadamente mixta [ . . . ] En efecto no hay motivo de cambio
56 P O L IB IO

[causa c o n v e r sio n isl allí donde cada uno está sólidamente colocado
en su lugar y no se pone en condiciones de precipitar y caer (I, 45).
V. IN T E R M E D IO
Una vez m ás hay una relación estrecha en tre constitución m ixta
y estabilidad: cuando el gobierno está com puesto y cada p a rte
Ll a m o ''in term ed io '' a estas breves consideraciones sobre el m e­
cum ple su función den tro del todo, no hay c a u s a c o n v e r s io n is , es
dievo, o sea, a los m uchos siglos que separan la época clásica de
decir, no hay u n a razón p o r la cual el gobierno degenere y de la
M aquiavelo, a quien dedico el capítulo siguiente. Ya dije que me
degeneración nazca una form a de gobierno com pletam ente nueva.
detengo en este e x c u r s u s histórico en algunas etapas que considero
Una vez m ás, en u n texto clásico de filosofía política, el elogio de
esenciales en la h isto ria de las teorías de las form as de gobierno,
la estabilidad corre paralelam ente con el m iedo al cam bio, especial­
es decir, en algunas teorías ejem plares. E n el curso de la filoso­
m ente cuando éste lleva a la “tu r b a e t c o n f u s i o ” del gobierno po­
fía política m edieval no hay etapas verdaderam ente fundam entales
pular.
p a ra el desarrollo de la teoría de las form as de gobierno. Aquí me
lim ito a p re se n ta r algunos m otivos de esta carencia y a darle una
explicación.
No se puede p a sa r p o r alto u n a razón externa que puede haber
influido en la larga pausa de la h isto ria que exponem os sin téti­
cam ente. El texto canónico de esta historia, la P o lític a de A ristó­
teles, no era conocido p o r los escritores cristianos de los prim eros
siglos: sum ergido en la crisis de la civilización antigua, fue des­
cubierto a finales del siglo x iii. La R e p ú b lic a de Cicerón no fue
conocida h a sta principios del siglo xix. Cuando el texto aristotélico
fue recuperado, su lectura tuvo am plias repercusiones, ta n grandes
que la célebre clasificación de las form as de gobierno fue repetida
al pie de la letra, aunque la realidad h istó rica era m uy diferente
de la que había originado las observaciones y las distinciones de
los autores griegos. R ecurro a un ejem plo m uy significativo: una
de las obras políticas m ás im p o rtan tes del alto m edievo ciertam ente
es el D e fe n s o r p a c is de M arsilio de P adua (1324). Lo que M arsilio
escribió en el capítulo v iii dedicado a la clasificación de las cons­
tituciones es una p u ra y sim ple repetición, p o r no decir tra d u c ­
ción, del fragm ento aristotélico ya citado:

Existen dos géneros de partes gobernantes o gobiernos: una tempe­


rada y la otra viciada. Llamo junto con Aristóteles [ . . . ] bien tem­
perado el género en el que el gobernante gobierna para beneficio
común, de acuerdo con la voluntad de sus súbditos; mientras eL gé­
nero viciado es el que no concuerda con esto. Cada uno de estos
géneros se divide a su vez en tres especies: el temperado en monar­
quía real, aristocracia y politia, el viciado en las tres especies opues­
tas de la monarquía tiránica, oligarquía y democracia.

57
58 IN T E R M E D IO I N T E R M E D IO 59

P ero q u isiera a d u cir u n a razón m ás p r o fu n d a , a u n q ue lo h a g o n os; e l E sta d o e s el in s tr u m e n to de ta l c o n s tr ic c ió n . Q u ienes tie ­


c o n m u ch a ca u te la , y a q u e se tra ta d e u n a g e n er a liza c ió n q u e n e ­ n e n u n p o d er ta n te rrib le p e r te n e ce n p o r n a tu ra leza a la raza de
c es ita r ía m a y o re s p ru e b a s. G ran p a rte d e la s te o ría s m e d ie v a le s d el lo s a m o s , a s í c o m o q u ie n es e stá n d e s tin a d o s a o b e d e c er fo r m a n la
E sta d o , o p o r lo m e n o s la s d e lo s p rim er o s s ig lo s, a n ter io r es a la raza d e lo s sie r v o s. V im o s en el c a p ítu lo d ed ic a d o a A r istó teles
gran e s c o lá s tic a (q u e r eto m a la s te s is a r is to té lic a s ), tie n e n u n a q u e e l rég im en e n el q u e la re la c ió n en tr e g o b e r n a n tes y g o b ern a ­
co n c e p c ió n n e g a tiv a d el E sta d o . L lam o c o n c e p c ió n n eg a tiv a d el d o s se co m p a r a c o n la q u e e x is te en tr e a m o s y e sc la v o s e s la m o ­
E sta d o a la q u e c o n sid e ra q u e la tarea e se n c ia l d el E sta d o e s n a rq u ía d e sp ó tica : n in g u n a o tr a c o sa m á s q u e m o n a rq u ía d e sp ó ­
p o n er r em ed io a la n a tu ra leza m a lv a d a d el h o m b re , y e n la cu al tic a es el rég im en d e scr ito en el fr a g m e n to de Isid o r o . S e en tie n d e
el E sta d o e s v is to so b re to d o c o m o u n a d u ra n e c e s id a d y es c o n s i­ qu e en u n a te o r ía d el E sta d o c o m o é sta n o h a y a lu g a r p a ra u n a
d era d o p r ep o n d er a n te m en te en su a s p e cto rep re siv o (cu y o s ím b o lo d e la s fo rm a s d e g o b ie rn o , q u e p r e su p o n e , c o m o s e h a v is to en
es la e s p a d a ). La c o n c e p c ió n g riega d el E sta d o era m u y d istin ta . rep etid a s o c a sio n e s , la o b s e rv a c ió n d e q u e h a y m u ch a s fo r m a s de
B a ste reco rd a r q u e p a ra A r istó teles el fin d el E sta d o n o es so la ­ g o b ier n o y d e q u e en tr e e lla s h a y b u en a s y m a la s . D o n d e to d a s
m e n te p e r m itir la v id a c o le c tiv a sin o h a cer p o s ib le q u e q u ie n es v iv e n la s c o n s titu c io n e s so n m a la s (y s o n n e c es a r ia m e n te a s í) , d o n d e
ju n to s ten g a n u n a "vida b u e n a ”. Para q u ie n p o s tu la la n a tu ra leza to d a s la s c o n s titu c io n e s s o n d e s p ó tic a s , d o n d e el E sta d o , p o r el
m a lv a d a d el h o m b re (el h o m b r e d e sp u é s d e la ca íd a , e l h o m b r e s o lo h e c h o d e se r lo , n o p u ed e d e ja r de se r d e s p ó tic o , d o n d e, en
d e l p ec a d o o r ig in a l), la ta rea d el E sta d o n o es p r o m o v e r el b ien , o tr a s p a la b ra s. E sta d o y d e s p o tis m o s o n u n u m e t id e m , n o h a y
s in o ú n ic a m en te te n e r a le ja d o el d e sen ca d en a m ie n to de la s p a s io ­ lu g a r p a ra d is tin c io n e s s u tile s d e la s fo r m a s de g o b ie r n o en g é n e ­
n es, q u e h a ría im p o sib le cu a lq u ie r tip o d e c o n v iv e n c ia p a c ífica , m e ­ ro s, e sp e c ie s y su b e sp e c ie s.
d ia n te el u s o d e la esp a d a de la ju stic ia . La sa lv a ció n d el h o m b r e S e p o d ría o b je ta r q u e P la tó n ta m b ié n te n ía u n a c o n c e p c ió n n e­
n o es p r o m o v id a p o r el E sta d o sin o p o r la I g le sia . Para d ar u n a g a tiv a d e lo s E sta d o s e x is te n te s, p u es so ste n ía q u e to d o s era n m a ­
id ea de lo q u e h e lla m a d o c o n c ep ció n n eg a tiv a d el E sta d o , c ito lo s c o n r e s p e c to a la rep ú b lica id e a l, m a s p r e c is a m e n te P la tó n
a u n a u to r q u e r esu m e en su s o b ra s e n c ic lo p é d ic a s e l p e n sa ­ c o n tr a p o n ía lo s E sta d o s e x is te n te s a l E sta d o ó p tim o , y en c o n se ­
m ie n to c r is tia n o de lo s p rim e ro s sig lo s, Isid o r o d e S e v illa (550­ cu en cia , a u n q u e sea p o r d e d u cc ió n ra cio n a l, te n ía la id ea d el E s ­
6 3 6 ), q u ien en su s S e n te n c ia s d ic e q u e p o r v o lu n ta d d iv in a la p en a ta d o b u en o . U n fr a g m e n to c o m o el d e I sid o r o n o co n tr a p o n e el
de la serv id u m b re fu e d ecla ra d a a l g én ero h u m a n o p o r e l p e c a d o E sta d o m a lo al b u en o . A quí el c o n tr a ste es o tro: n o es en tr e E s ­
d el p rim e r h o m b re. C uan do D io s n o ta q u e a a lg u n o s h o m b r es n o ta d o s b u e n o y m a lo , sin o en tre E sta d o e Ig lesia . E l gran tem a
le s v ie n e b ie n la lib erta d , m is e r ic o r d io sa m e n te le s im p o n e la e s ­ d e la p o lític a m e d ie v a l es la d ic o to m ía E sta d o -Ig le sia , n o el d e la
c la v itu d . Y a u n q ue el p e ca d o o rig in a l es a b su e lto a to d o s lo s fie le s v a r ied a d h is tó r ic a d e lo s E sta d o s. La sa lv a ció n de lo s h o m b r es
g ra cia s al b a u tism o , sin em b a rg o D ios, en su eq u id a d , h a d ifere n ­ n o era tarea d e l E sta d o , c o m o pa ra lo s e sc r ito r e s g r ieg o s y c o m o lo
c ia d o la v id a de lo s h o m b r es, e s ta b le c ie n d o q u e a lg u n o s fu e s e n será p a ra lo s e sc r ito r e s p o lític o s q u e in a u g u ra n la tr a d ic ió n d el
s ie r v o s y o tr o s a m o s , de m a n era q u e el a r b itrio d e a c tu a r m a l de iu s n a tu r a lis m o m o d er n o , c o m o H o b b es, sin o d e u n a in s tit u c ió n
lo s sier v o s sea d e ten id o y lim ita d o p o r la p o te s ta d d e q u ien d o m in a. d ifer e n te d el E sta d o , su p e rio r a é s te y en c ie r to s a s p e c to s in c lu so
¿ S i n a d ie tu v ie s e te m o r , q u ién im p ed ir ía el m a l? P or e s to s o n a n tité tic a d el E sta d o , u n a in s titu c ió n q u e tie n e la tarea ex tra o rd i­
e le g id o s p rín c ip es y reyes, p ara q u e c o n e l te r r o r sa lv e n d el m a l n a ria d e llev a r a lo s h o m b r es h a c ia el rein o d e D io s. N o r e sis to
a su s p u e b lo s y en v ir tu d d e la s le y es lo s o b lig u e n a v iv ir c o n r e c ­ la te n ta c ió n , a u n q u e m e a d ela n to a lg u n o s s ig lo s, p ero p erm a n e zco
titu d . en la m is m a tr a d ic ió n d e p e n sa m ie n to , d e c ita r u n cé le b r e fra g­
C reo q u e es d ifíc il en co n tr a r u n a e x p o s ic ió n m á s in c is iv a y sin ­ m e n to e n el q u e la c o n tr a p o s ic ió n e n tre lo s d o s rein o s n o p o d ría
tética de la c o n c e p c ió n n eg a tiv a d el E sta d o : c o m o la razón d e ser d e fin id a c o n m a y o r fu erza. S e tra ta d el e sc r ito S o b r e la a u to ­
SCI' d cl E sta d o es la m a ld a d h u m a n a , el p o d er d e lo s g o b e r n a n tes r id a d s e c u la r (1 5 2 3 ), de L utero:
no p u ed e reg irse m ás q u e co n el terror. L os h o m b r es n o s o n natu-
ra liu ciilc b u en o s, cii c o n sec u e n c ia d eben ser o b lig a d o s a se r b u e ­
60 IN T E R M E D IO IN T E R M E D IO 61

Al reino de la tierra, es decir, bajo la ley, pertenecen todos aquellos c ia m o s en la c o n c ep ció n n e g a tiv a d el E sta d o q u e ca ra cteriza a
que no son cristianos. En efecto, siendo pocos los verdaderos cris­
a lg im o s e sc r ito r e s c ristia n o s: ta m p o c o en M arx h a y xma v erd a d era
tianos y m enos aún los que se portan según el espíritu cristiano.
D ios ha im puesto, por encim a de la condición de cristianos y del te o r ía d e la s fo rm a s d e g o b ier n o . S i to d o s lo s E sta d o s p o r e l só lo
reino de Dios, otro régim en, y los ha puesto bajo la espada, h e c h o d e s er lo so n " d icta d u r a s”, c u a lq u ie r E sta d o v a le p o r o tro .
de m anera que aunque lo harían con gusto, no puedan ejercer su H a s ta q u e e x is ta el E sta d o h a b rá el d o m in io de la fu erza , la co a c­
m aldad y, donde lo hagan, no estén sin tem or, o con serenidad y ció n , la r ep resió n , la v io le n c ia d e la c la se q u e d e te n ta el p o d er
despreocupación; p r e c is a m e n te c o m o c o n lazos y c aden as se ata a so b re la q u e n o lo tien e, etc. S e co m p re n d e q u e M arx n o ve en el
u n a b e stia salva je y fe ro z, a fin d e q u e no p u e d a m o rd e r n i ata ca r
E sta d o el fin d e la h isto r ia : el E sta d o e s tá d e stin a d o a d esa p a recer
se g ú n su in s tin to , aunque lo haría de buena gana; m ientras im ani­
m al m anso y dom éstico no tiene necesidad de ello, siendo apacible p a ra d a r lu g ar, c u a n d o y a n o h a ya c la se s c o n tr a p u e sta s, a la so ­
aun sin lazos ni cadenas (Martín Lutero, S c r itti p o litic i, U tet, p. 403). c ie d a d s in E sta d o . P ero m ie n tra s pa ra lo s e sc r ito r e s c r is tia n o s la
sa lv a ció n d el in d iv id u o e stá en o tra so c ie d a d q u e co rre p a ra lela
Para en c o n tr a r en la h is to r ia o tra c o n c e p c ió n n e g a tiv a d el E s ­ a l E sta d o e x tr a e c c le s ia m n u lla s á lu s ”) , pa ra M arx la s o lu c ió n
ta d o c o m p a r a b le a la de lo s p r im er o s p en sa d o re s c r is tia n o s e s n ec e­ e stá e n la te r m in a c ió n d el E sta d o , o sea , en la so c ie d a d q u e y a n o
sa rio lleg a r a M arx. A e ste a u to r d ed ic a r é u n c a p ítu lo , p ero p u ed o é s té b a sa d a en la s re la c io n es de fu erza , en la so c ie d a d q u e p od rá
a d ela n ta r q u e p a r te d e u n a c o n c e p c ió n n eg a tiv a d e la h is to r ia , p o r ser in sta u ra d a cu a n d o d esa p a rezca la d iv isió n d e c la se s. E n u n a
lo m e n o s h a s ta e l m o m e n to de la r esu r rec ció n m e d ia n te la rev o ­ c o n c ep ció n n eg a tiv a d el E sta d o n o p u ed e d eja r d e e x is tir la a fir­
lu c ió n , es d ecir, in ic ia d es d e u n a c o n c ep ció n d e la h is to r ia d e m a c ió n de u n m o m e n to p o s itiv o , e s d ecir, d e u n a e n tid a d q u e se
a cu e rd o c o n la cu a l to d a s la s s o cie d a d es q u e h a n e x is tid o h a sta co n tr a p o n e a l E sta d o , y q u e al h a c e rlo lo d o m in a y al fin a l lo d e­
a h ora (sa lv o la s p r im itiv a s ) e stá n d iv id id a s en c la se s a n ta g ó n ic a s, rro ta. Para lo s a u to re s c r is tia n o s e s te m o m e n to p o s itiv o es la Ig le ­
y a fir m a q u e la c la se d o m in a n te tie n e n e c e s id a d d e u n a fu erza sia , p a ra M arx la so c ie d a d sin cla ses; para lo s p r im e r o s u n a fo r ­
rep resiv a , en la q u e c o n s is te p r e cisa m e n te e l E sta d o , p a ra m a n ­ m a de v e rd a d ero a n ti-E sta d o , para el seg u n d o el n o -E sta d o . P ara
ten e r e l d o m in io . E l p u n to d e p a r tid a d e M arx n o e s el h o m b r e c o m p le ta r el m a r co d e la s c o n c e p c io n e s n e g a tiv a s d el E sta d o , d e s­
m a lv a d o , y m u ch o m e n o s p o r q u e e stá m a n ch a d o p o r el p e c a d o d e q u e p o c o a n te s rec o r d é a P la tó n , se d eb e a gregar q u e la s o lu ­
o rig in al; e s, p o r d e cirlo a sí, la so c ie d a d m a lv a d a en su co n ju n to , c ió n p la tó n ic a d el E sta d o n eg a tiv o n o es n i el a n ti-E sta d o n i el
p o rq u e la d iv isió n d el tra b a jo h a p r o d u cid o la d iv isió n d e c la se s , y n o -E sta d o , s in o el E sta d o id ea l, q u e es la s u b lim a ció n d el E sta d o ,
é sta p e r p e tú a la d e sig u a ld a d en tre lo s p r o p ie ta r io s y lo s d e s p o s e í­ el su p e r-E sta d o , la so cie d a d o rg a n iza d a d e m a n era q u e la s d e sig u a l­
d o s. S e tra ta d e u n p u n to de p a r tid a q u e tie n e c o m o c o n sec u e n c ia d a d es en tr e lo s m ie m b ro s de la co m u n id a d e sta ta l, la s d e sig u a ld a ­
el r e c o n o c im ie n to de la n e c es id a d d e u n d o m in io fé rre o , p o rq u e d es d e la s q u e tie n e su o rig en el E sta d o c o m o p u ro d o m in io , sea n
sin él la c la se d o m in a n te n o p o d ría m a n te n e r su p o d er. T a m b ién e sta b le c id a s p a ra siem p r e y p er p e tu a d a s. E n o tra s p a la b r a s, n o es
para M arx, el E sta d o n o p u ed e ser c o n s er v a d o sin terro r, c o n la la e lim in a c ió n de la d iv isió n de la so c ie d a d en c la se s s in o su eter ­
d ifere n c ia d e que e s te terro r n o se v u elv e n e c es a r io p o r la m a l­ n iz a ció n .
d a d de lo s s ú b d ito s, sin o p o r la s c o n d ic io n e s o b je tiv a s d e la s re­ T a m b ién se p u ed e dar u n a ex p lic a c ió n filo s ó fic a d el e sc a s o in ­
la c io n e s d e p r o d u cc ió n q u e h a n d a d o o r ig en a u n a s o c ie d a d d e te rés de lo s e sc r ito r e s c r is tia n o s p o r la c la sific a c ió n d e la s fo rm a s
d e sig u a le s q u e n o p u ed e se r m a n te n id a m á s q u e c o n la fu erza . N o de g o b iern o : el p r o b le m a cen tr a l d e lo s e sc r ito r e s p o lític o s d e lo s
p o r c a s u a lid a d M arx h a b la d e " d icta d u ra d e la b u r g u e s ía ” p a ra in ­ p r im e r o s sig lo s d e sp u é s d el c r is tia n is m o e s a n te to d o m o ra l. S e
d ica r el E sta d o b u rg u és y de " d icta d u ra d el p r o le ta r ia d o ” p ara tra ta d e l p r o b le m a d e la r ela c ió n en tr e el E sta d o , cu a lq u ie ra q u e
señ a la r al E sta d o en el q u e la c la se d o m in a n te será el p r o le ta r ia d o . sea su fo r m a h istó r ic a , y la ju stic ia . S a n A g u stín p r e se n tó el p r o ­
D icho de o tr o m o d o: d e sig n a al E sta d o , cu a lq u ie r fo r m a q u e a su ­ b le m a c o n g ra n cla rid a d — a l q u e to d o el p e n sa m ie n to p o lític o
m a, con un tér m in o q u e siem p re ha in d ic a d o u n p o d er e x clu siv o m e d ie v a l tr a ta rá d e d a r u n a r es p u es ta — cu a n d o se p reg u n tó :
y absKjhito. En su m o m en to v e rem o s q u e, c o n r e sp e c to a la teo ría
(.lo las lt)im a s de g o b iern o , la c o n sec u e n c ia es la m ism a q u e ap re­
62 IN T E R M E D IO IN T E R M E D IO 63

Sin la justicia, ¿qué serían en realidad los reinos si no bandas de gobierna com o el p ad re sobre los hijos; en el p o litic u s gobierna
ladrones?, ¿y qué son las bandas de ladrones si no pequeños reinos? com o el m arido sobre la m ujer, y en el d e s p o ti c u s lo hace como
[ . . . ] Por ello, inteligente y veraz fue la respuesta dada a Alejandro el am o sobre los esclavos. R egresa a la distinción tam bién a risto ­
Magno por un pirata que había caído en su poder, pues habiéndole télica entre el poder ejercido en interés de los súbditos (el poder
preguntado el rey por qué infestaba el mar, con audaz libertad el
pirata respondió: por el mismo motivo por el que tú infestas la p a te rn a l), el que favorece ta n to a quien tiene el p o d er como a
tierra; pero ya que yo lo hago con un pequeño bajel me llaman aquellos a quienes está dirigido (el p o d er conyugal), y el ejercido
ladrón, y a ti porque lo haces con formidables ejércitos, te lla­ en interés exclusivo de quien gobierna (el p o d er p a tro n a l). Por
man emperador (De c iv ita te dei, IV, 4).* lo que hace a la tiranía, Coluccio retom a la distinción en tre las dos
form as especificadas p o r B artolo: tiran o es tan to quien “in v a d it
Q uisiera re sa lta r p o r lo m enos u n a consecuencia de este p lan tea­ i m p e r i u m e t i u s t u m n o n h a b e t t i t u l u m d o m i n a n d i ” —y se tra ta
m iento ético del problem a político: el interés que el pensam iento del príncipe que conquista el po d er sin ten er el título ju sto , y p o r
político m edieval tuvo p o r la tir a n ía . Me atrevería a decir que de ta n to es el príncipe u su rp ad o r, ilegítim o, etc.— , com o quien “s u p e r b e
todos los grandes tem as políticos que form an la herencia del pen­ d o m i n a t u r a u t i n i u s titia m fa c it v e l iu r a le g e s q u e n o n o b s e r v â t"
sam iento clásico, quizá el de la tiran ía fue el m ás tra ta d o en los —y es el príncipe que, aun teniendo b ajo un título ju sto el poder,
um brales del pensam iento m oderno, antes de M aquiavelo. El tem a lo ejerce violando las leyes, abusando de sus privilegios, tra ta n d o
m aquiaveliano (¡y m aquiavélico!) p o r excelencia, el del "príncipe cruelm ente a los súbditos, etc. A ntitéticam ente, el príncipe legítim o
nuevo", es el clásico del tiran o , es decir, de la perso n a que con­ y ju sto , no tirano, es quien al m ism o tiem po tiene un ju sto títu lo
quista el p o d er de hecho y lo m antiene al ejercerlo de acuerdo con p a ra gobernar — “c u i iu r e p r in c i p a tu s d e la tu s e s t ”— , y gobierna
reglas que no son las de la m oral pública (o de la m oral relig io sa). ju sta m en te — “q u i i u s titia m m a n i s t r a t e t le g e s s e r v a t”. E stas ob­
Es el m ism o tem a, pero no tra ta d o como u n p roblem a m oral ni servaciones sobre la teoría del tiran o sirven tam bién como in tro ­
com o uno jurídico. El m ás célebre tra ta d o m edieval sobre la tiran ía ducción a M aquiavelo.
es de B artolo (1314-1357), D e r e g im in e c iv ita tis , el cual introduce
la distinción, destinada a te n er gran éxito, en tre el tira n o que lo
es porque ejerce abusivam ente el p o d er —llam ado " t y r a n n u s e x
p a r te e x e r c iti i”— y el tiran o que lo es p orque adquirió el poder
sin ten er derecho a él —llam ado " t y r a n n u s e x d e f e c t u t i t u l i \ Tal
vez el m ás com pleto de los tra ta d o s sobre el tiran o sea el de Co­
luccio S alutati, el T r a c ta tu s d e ty r a n n o (escrito al final del si­
glo xv), con el que este a u to r quiso resp o n d er a la p reg u n ta de
si César tuviese que ser considerado un tiran o y p o r ta n to si Dante
estaba en lo ju sto p o r h a b er colocado en el últim o nivel del in­
fierno a sus asesinos. Coluccio reto m a u n a clasificación de las
form as de gobierno o p r in c i p a tu s que ya se en cu en tra en Santo
Tom ás, Tolomeo da Lucca y Egidio Rom ano, y que deriva lejan a­
m ente de A ristóteles sin ser aristotélica en el pleno sentido de la
palabra. Las tres form as de p r in c i p a tu s son el r e g iu s , el p o litic u s ,
el d e s p o tic u s . Es interesante el criterio de distinción tom ado de
las relaciones fam iliares (así como fueron p resen tad as en el p rim er
libro de la P o lític a de A ristóteles): en el p r in c i p a tu s r e g iu s el rey

* P a ra la tr a d u c c ió n d e e s t e fr a g m e n to m e apoyo en : San A g u s tín , L a


c i u d a d d e D io s , P o r rú a , M é x ic o , 1984. [t .]
M A Q U IA V E L O 65

cu an titativ a (m as no sólo c u a n tita tiv a ), pero es sim plificada: los


V I. M A Q U IA V E L O E stados están regidos p o r uno o p o r varios. E sta es la diferencia
verdaderam ente sustancial: los 'V ario s'' pueden ser pocos o m u­
chos, de allí que en el ám bito de las repúblicas se distingan las
Con M aquiavelo inician m uchas cosas im p o rtan tes en la h isto ria aristo cráticas y las dem ocráticas; p ero esta segunda distinción ya
del pensam iento político, incluso una nueva clasificación de las no está b asada en una diferencia esencial. Dicho de o tro m odo:
form as de gobierno. M aquiavelo ab o rd a las form as de gobierno o el p oder reside en la voluntad de uno solo, y se tiene el p rinci­
ta n to en el P r ín c ip e com o en los D is c u r s o s s o b r e la p r im e r a d é c a ­ pado, o el p o d er radica en una vo lu n tad colectiva, que se expresa
d a d e T ito L iv io . Me ocuparé de am bas obras, advirtiendo que en un colegio o en una asam blea, y se tiene la república en sus
tam bién respecto al tem a que nos atañe, el estudio resiente la diversas form as. La diferencia e n tre la voluntad de un colegio res­
diferencia en tre los dos escritos: el p rim ero es de política m ili­ tringido, com o puede ser el de u n a república aristo crática, y la
tante, el segundo de teo ría política, m ás separado de los aconteci­ de u n a asam blea popular, com o puede ser la de u n a república de­
m ientos de la época. m ocrática, no es tan relevante com o la diferencia e n tre la voluntad
La novedad de la clasificación de M aquiavelo con respecto a la del soberano único, que es la de u n a perso n a física, y la de un sobe­
catalogación clásica, aparece desde las prim eras p alab ras con las rano colectivo, que es la voluntad de una persona ju ríd ic a (de una
que se abre el P r ín c ip e , dedicadas precisam ente a n u estro tem a: “p e r s o n a f i c t a ”) . Lo que cam bia en el paso del p rincipado a la
república es la naturaleza m ism a de la voluntad; lo que cam bia en
Todos los Estados, todas las dominaciones que ejercieron y ejercen el paso de la república a risto crática a la república dem ocrática
imperio sobre los hombres, fueron y son repúblicas o principados.* solam ente es la diferente form ación de una voluntad colectiva. Una
voluntad colectiva, cualquiera que é sta sea, p a ra fo rm arse tiene nece­
Estos renglones tam bién son im p o rtan tes p a ra la h isto ria del sidad de que se respeten ciertas reglas de procedim iento (como
pensam iento político porque introducen la p alab ra, destinada a p o r ejem plo la de la m ayoría), que no se aplican a la form ación
ten er gran éxito. E stado, p a ra indicar lo que los griegos llam aron de la voluntad única del príncipe, en cuanto ésta se identifica como
p o lis , los rom anos re s p u b lic a , y un gran p en sad o r político fran ­ la de u n a persona física.
cés, Jean Bodin, m edio siglo después de M aquiavelo, llam ará r é p u ­ Independientem ente de estas consideraciones ju ríd icas, la dis­
b liq u e . R ecientem ente se ha escrito m ucho sobre el uso y la fo rtu n a tinción de M aquiavelo corresponde m ucho m ejo r a la realidad de
del térm ino E stado en la época de M aquiavelo e inm ediatam ente su tiem po que la clasificación de los antiguos. La teo ría de las fo r­
después, en Italia y fuera de ella. No me detengo en esto porque m as de gobierno form ulada p o r los griegos no nació de la cabeza
es un tem a ex trañ o al curso, pero p a ra quien q uiera saber un de los filósofos; fue p ro d u cto de la observación de las constitucio­
poco m ás del asunto le sugiero leer el capítulo iv de la D o ttr in a nes de las ciudades griegas, de sus características y de sus m u ta ­
d e llo s ta to , de A. Passerin d'E ntreves, titu lad o "Il nom e stato: ciones. Tenía u n a base h istórica com o puede apreciarse en los ejem ­
genesi e fo rtu n a di un neologism o" (G iappichelli, T urin, 1962, pá­ plos que ta n to P latón como A ristóteles tom an de e sta o aquella
ginas 47-60). constitución real cada vez que se les p resen ta la ocasión. No debe
Del fragm ento citado se desprende que M aquiavelo p resen ta u n a olvidarse que el m ism o A ristóteles, en una o bra que se perdió, re­
b ip artició n en vez de la trip artició n clásica aristotélico-polibiana. copiló 158 constituciones de su tiem po. La realidad política de J a
El principado corresponde al reino, la repiiblica ab arca ta n to la época de M aquiavelo había cam biado profundam ente. No podía
aristo cracia com o la dem ocracia. La diferencia continúa siendo escapar a quien había escrito de política que era '"más conveniente
ir tra s la verdad efectiva de las cosas que tra s su ap arien cia'', y
* Para la tr a d u c c ió n de los fragmentos de Maquiavelo en este capítulo
m e a p o y o en: N ic o lá s M a q u ia v e lo , E l p r ín c ip e , P o r r ú a , M é x ic o , 1970, y en: m ira con desconfianza a todos aquellos que ''se h an im aginado
N ic o lá s M aciiiia v elo , O b r a s p o lític a s . I n s t it u t o C u b a n o d e l L ib ro , La H a b a n a , com o existentes de veras a repúblicas y principados que nunca se
1971. |T . | han visto ni conocido" ( E l p r ín c ip e , XV). La E u ro p a del tiem po
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66 M A Q U IA V E L O M A Q U IA V E L O 67

de M aquiavelo ofrecía al observador desinteresado el espectáculo de tuosos". El fragm ento siguiente, del m ism o D is c u r s o , es todavía
los reg n a , com o el inglés, el francés, el español, que se habían m ás explícito:
form ado poco a poco después de la caída y disolución del im perio
rom ano, y que se estaban tran sfo rm an d o en grandes E stados te­ Respecto al Estado de Cosme, digo que ningún Estado puede vivir
rrito riales de los cuales nació el "E stad o m oderno", y el de las ordenadamente sino con verdadera monarquía o verdadera repú­
blica, porque todo régimen intermedio es defectuoso. La razón es
c iv ita te s , que crecían y extendían su dom inio en el te rrito rio cir­
clarísima: la monarquía, como la república, sólo tienen un camino
cundante que com prendía o tras ciudades m enores regidas p o r se­ para desintegrarse; para aquélla convertirse en república, para ésta,
ñores tem porales y electivos, p o r colegios o consejos de notables o en monarquía. Los Estados intermedios tienen dos vías: una la que
representantes, o p o r am bos, y de las cuales Ita lia exhibía en tiem ­ les conduce hacia la monarquía, y otra la que les lleva hacia la re­
pos de M aquiavelo ejem plos conspicuos, com o las repúblicas de pública, y de aquí su inestabilidad (p. 530).
Génova, Venecia y Florencia. Tam poco debe olvidarse que con res­
pecto a la h isto ria pasada, el cam po de las reflexiones de M aquia­ El fragm ento tam bién es in teresan te p o r o tra razón: en la distin ­
velo no fueron las ciudades griegas sino la república rom ana: u n a ción n eta e n tre principados y repúblicas no hay lugar p a ra "los
h isto ria secular y gloriosa que parecía hecha a pro p ó sito en su E stados interm edios". Y no hay lugar p a ra ellos, es decir, p a ra
desarrollo dividido principalm ente, salvo los prim eros siglos, en u n a los E stados que no son ni principados ni repúblicas, p orque estos
repúbhca y un principado, p ara co nfirm ar la tesis de que los E s­ E stados sufren del m al que es característico, com o hem os visto ya
tados son precisam ente como quería dem ostrarse, o repúblicas o en diversas ocasiones, de los m alos E stados, o sea, la inestabilidad.
principados. Una tesis de este tipo parece co n trad ecir la teo ría del E stado m ixto,
La p rueba de que esta distinción no fue una diferenciación tri­ del cual, a p esar de todo, M aquiavelo, ad m ira d o r de la república
vial o puram ente libresca, se encuentra en el hecho de que Ma­ rom ana, es, en la m ism a línea de Polibio, un p artid ario . Tam bién,
quiavelo la retom ó en diversas ocasiones y se sirvió de ella p a ra com o se h a dicho, una de las razones de la excelencia del E stado
com prender la realidad de su tiem po. Me lim ito a c ita r un frag­ m ixto es la estabilidad. Ahora parece que, p a ra M aquiavelo, los E s­
m ento de un escrito m enor, D is c u r s o s o b r e la r e fo r m a d e l E s ta d o tados estables son los sim ples, principado o república, m ientras
d e F lo r e n c ia h e c h o a in s ta n c ia s d e l P a p a L e ó n X : la inestabilidad sería una característica de los "E stados in term e­
dios". E stos E stados son inestables p o r la m ism a razón p o r la cual
La causa de los frecuentes cambios de instituciones en Florencia, en los p a rtid a rio s del E stado m ixto, com o Polibio, son inestables
consiste en no haber sido nunca ni republicanas ni monárquicas con las form as sim ples, es decir, porque en ellos y no en las form as
las cualidades genuinas de cada una de estas formas de gobierno; sim ples se produce m ás fácilm ente el paso de u n a form a a o tra.
porque se llama monarquía sólida aquella en que la deliberación es
de muchos y la ejecución de uno, y no puede ser república duradera É sta no es la única contradicción entre el M aquiavelo h isto ria d o r
aquella en que no se satisface la opinión de la mayoría, pues al des­ y teórico de la política y el M aquiavelo político y consejero de
atenderla, se arruina el régimen republicano (cito de T u tte la opere, príncipes. Mas, ¿se tra ta verdaderam ente de u n a contradicción?
Milán, Mondadori, 1950, vol. ii, p. 526).* ¿Los "E stados interm edios" y los "gobiernos m ixtos" son la m ism a
cosa? Creo que no. E n efecto, se puede sostener que no todas las
La cita no deja lugar a dudas sobre la im p o rtan cia que M aquia­ com binaciones en tre las diversas form as de gobierno son buenas,
velo atribuye a la distinción. Se tra ta de u n a distinción verdade­ es decir, son verdaderos y propios gobiernos m ixtos. No es sufi­
ram ente esencial, tan es así que un E stado bien ordenado no puede ciente m ezclar u n a form a de gobierno con o tra p a ra ten er un go­
te n er m ás que una u o tra constitución. Cada u n a de las dos fo r­ bierno m ixto; hay com binaciones que tienen éxito y o tras que no lo
m as, hoy se diría, tiene su p ro p ia "lógica", que debe ser resp etad a tienen. Una com binación puede ser una síntesis bien lograda de
si no se quiere c rear confusiones, y d a r origen a E stados "defec- constituciones opuestas y entonces será su p erio r a las c o n stitu ­
" E s te e s c r it o s e e n c u e n tr a e n e s p a ñ o l en: N ic o lá s M a q u ia v e lo , O b r a s p o ­ ciones sim ples; pero tam bién puede ser una contam inación de cons­
li lir a s , p. 261. [t.] tituciones que ni^ pueden e sta r ju n tas, y entonces una constitución
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sim ple será superior. Como verem os m ás adelante, el gobierno m ix­ El criterio de distinción entre estas dos especies de principados
to que M aquiavelo identifica en el E stado rom ano es una república, es claro: hay príncipes que gobiernan sin interm ediarios, cuyo
com puesta, com pleja, form ada p o r diversas partes que m antienen poder es absoluto con la consecuencia de que los súbditos son con
relaciones de concordia y discordia entre ellas. En cam bio, el E s­ respecto a él "siervos", incluso aquellos que p o r concesión gra­
tado interm edio que él critica no deriva de una fusión de diferen­ ciosa del soberano lo ayudan como m inistros; hay príncipes que
tes partes en un todo que las trasciende, sino de un acuerdo p ro ­ gobiernan con la interm ediación de la nobleza, cuyo poder no
visional entre dos p artes en conflicto que no lograron en co n trar depende del rey sino que es originario. E sta segunda especie de
una constitución u n ita ria que las abarque y supere. De cualquier príncipes ya no tiene un poder absoluto, porque lo com parte con
m anera, este discurso sobre la reform a del E stado de Florencia los "barones", aunque conserva sobre todos un poder em inente.
está dem asiado vinculado a la coyuntura h istórica que tra ta como P ara la p rim era especie de principado M aquiavelo retom a el tra d i­
p ara ser com parado s ic e t s im p lic ite r con el discurso teórico sobre cional concepto de m onarquía despótica, del que había hablado
las form as de gobierno en general, que M aquiavelo expone en los A ristóteles, es decir, el de la m onarquía en la cual la relación entre
D is c u r s o s . dom inante y dom inado es sem ejante a la que existe entre am o y
Una vez diferenciados los E stados en principados y repúblicas, el esclavo. La distinción inm ediatam ente es aclarada p o r los ejem plos
P r ín c ip e se aboca al estudio de los prim eros: que siguen:

L o s e j e m p l o s d e e s t a s d o s c l a s e s d e g o b i e r n o s e h a lla n h o y e n e l
D e j a r é a u n l a d o e l d i s c u r r i r s o b r e la s r e p ú b l i c a s p o r q u e y a e n o t r a
G r a n T u r c o y e n e l r e y d e F r a n c ia . T o d a la m o n a r q u í a d e l T u r c o
o c a s i ó n lo h e h e c h o e x t e n s a m e n t e . M e d e d i c a r é s ó l o a l o s p r i n c i p a ­
e s t á g o b e r n a d a p o r u n s o l o s e ñ o r , d e l c u a l lo s d e m á s h a b i t a n t e s s o n
d o s , p a r a ir t e j i e n d o la u r d i m b r e d e m is o p i n i o n e s y e s t a b l e c e r cómo
s i e r v o s [ . . . ] E n c a m b i o , e l r e y d e F r a n c ia e s t á r o d e a d o p o r u n a
p u e d e n g o b e r n a r s e y c o n s e r v a r s e ta le s p r in c ip a d o s (c a p . i i ) .
m u lt it u d d e a n tig u o s n o b le s q u e t ie n e n s u s p r e r r o g a tiv a s , q u e so n
r e c o n o c id o s y a m a d o s p o r s u s s ú b d ito s y q u e s o n d u e ñ o s d e u n
Aquí solam ente me detengo en la clasificación de los principados. E s t a d o q u e e l r e y n o p u e d e a r r e b a t a r l e s s in e x p o n e r s e ( i b i d . ) .
La p rim era distinción tra ta d a en el libro es entre principados he­
reditarios, en los cuales el poder se tran sm ite con base en u n a ley El ejem plo del Turco es interesante: con la categoría de la
constitucional de sucesión, y principados nuevos, en los que el m o n arq u ía despótica tam bién se retom a la idea del despotism o
poder es conquistado p o r un señor que antes de co n q u istar aquel oriental, que como se ha visto A ristóteles la conocía perfectam ente.
E stado no era ''príncipe'" (como sucedió en Milán, p ara to m a r el E sta idea co n tin u ará hasta Hegel (e incluso más a d e la n te ). Siem^
ejem plo con el que el m ism o M aquiavelo inicia el discurso sobre pre hay un E stado del O riente, no europeo, que es útil para de­
los principados nuevos, gracias a Francisco S fo rz a ). El libro está m o stra r la existencia de una form a de gobierno, pro p ia de los
dedicado casi com pletam ente a los principados nuevos. Lo que "pueblos serviles". En A ristóteles era Persia, en M aquiavelo T ur­
preocupa a M aquiavelo es establecer las prem isas que le perm itan quía, en el siglo x v iii China.
invocar al últim o, en la fam osa exhortación final, el ''p rín cip e nue­ E n cuanto a los principados nuevos, a los que se dedica la m ayor
vo'', que deberá redim ir Italia del "dom inio b á rb a ro ", el novel p a rte del libro, M aquiavelo distingue cuatro especies de acuerdo
'‘Teseo", el "redentor". con el diverso m odo de co nquistar el poder: a) p or virtud; h) por
En cuanto a los principados h ereditarios, los hay de dos especies: fo rtu n a; c) p o r m aldad (es decir p o r violencia), y d ) p or el con­
senso de los ciudadanos. E stas cuatro especies se disponen en lia-
L o s p r in c ip a d o s [ s e e n tie n d e lo s h e r e d ita r io s d e lo s q u e h a b la e n
e s t e c a p ít u lo ] d e q u e se g u a r d a m e m o r ia h a n s id o g o b e r n a d o s d e d o s rejas antitéticas: virtud-fortuna, fuerza-consenso. Como se sabe,
m o d o s d is tin to s : o p o r u n p r ín c ip e q u e e lig e d e e n tr e s u s s ie r v o s , los conceptos de v irtu d y de fo rtu n a son centrales en la concepción
q u e lo s o n t o d o s , l o s m i n i s t r o s q u e lo a y u d a r á n a g o b e r n a r , o p o r m aquiaveliana de la historia. M aquiavelo entiende p or virtud la
u n p r ín c ip e a s i s t i d o p o r b a r o n e s q u e , n o a la g r a c i a d e l s e ñ o r , s i n o capacidad personal de dom inar los acontecim ientos y de realizar,
a ki a n t ig ü e d a d d e s u lin a j e , d e b e n la p o s i c i ó n q u e o c u p a n ( c a p . i v ) .
incluso recurriendo a cualquier medio, el fin deseado; por lortuna.
Il
70 M A Q U IA V E L O M A Q U IA V E L O 71

entiende el curso de los eventos que no dependen de la voluntad c o n stru irá la figura del jefe carism àtico. D iferente es el caso del
hum ana. Hoy diríam os el m om ento subjetivo y el objetivo del m o­ príncipe que conquista el E stado "p o r m aldad", o "p o r un cam ino
vim iento histórico. P ara M aquiavelo lo que uno consigue no de­ de perversidades y delitos" (cap. v iii). É ste es el tiran o en el sen­
pende del todo ni de la v irtu d ni de la fo rtu n a, es decir, traducido tido tradicional de la p alab ra, com o p o r lo dem ás resu lta de uno
a p alab ras nuestras, ni todo p o r el m érito personal, ni todo p o r el de los dos ejem plos que M aquiavelo presenta, el de Agatocles,
favor de las circunstancias, sino p o r u n a y o tra causa en igual rey de S iracusa (el o tro ejem plo es de un contem poráneo, Liverotto
proporción: da F erm o). Pero obsérvese aten tam en te que tam bién en este caso
el juicio de M aquiavelo no es m oralista. El criterio p a ra distin­
Sin embargo, y a fin de que no se desvanezca nuestro libre albe­ guir la buena política de la m ala es el éxito; el éxito p a ra un p rín ­
drío, acepto por cierto que la fortuna sea juez de la mitad de nues­ cipe nuevo se m ide p o r su capacidad de conservar el E stado (una
tras acciones, pero que nos deja gobernar la otra mitad, o poco
menos (cap. xxv). vez m ás e n tra en escena el valor de la e sta b ilid a d ). La utilización
del criterio del éxito com o única m edida del juicio político perm ite
La diferencia en tre los principados adquiridos p o r v irtu d y los a M aquiavelo d istinguir tam bién, d en tro de la categoría del tirano
logrados p o r fo rtu n a está en que los prim eros d u ra n m ás, los se­ m alvado, al buen tiran o del m alo. Bueno es el tiran o que como
gundos, en los cuales el príncipe nuevo llega m ás que p o r los p ro ­ Agatocles, a p esar de h a b er conquistado el E stado m ediante delitos
pios m éritos personales p o r circunstancias externas favorables, son terrib les, logró conservarlo. Mal tiran o es Liverotto da Ferm o que
lábiles y están destinados a desaparecer en corto tiem po. logró m an ten er el E stado solam ente un año, luego de lo cual tuvo
El principado "p o r m aldad" (m ediante crím enes) nos perm ite el m ism o fin que sus adversarios. ¿E n qué consiste la diferencia
p re sen ta r o tra consideración: en la distinción m aquiaveliana entre en tre los dos príncipes? "Creo que depende —com enta M aquiavelo
principado y república no sólo desaparece la trip a rtic ió n clásica, con u n a de aquellas frases que lo hicieron al m ism o tiem po fam oso
sino que ya no aparece, p o r lo m enos directam ente, la duplicación y cruel— del buen o m al uso que se hace de la crueldad." Los dos
de las form as de gobierno en buenas y m alas. Al m enos p o r lo príncipes fueron crueles, pero la crueldad de uno fue usada, p ara
que se refiere a los principados, que es la m ateria del P r ín c ip e , los fines del resultado, que es lo único que cuenta en política, bien,
M aquiavelo no introduce la distinción en tre principados buenos y de m an era útil p a ra la conservación del E stado; la crueldad del
m alos, o sea, no repite la distinción clásica en tre príncipe y tirano. o tro no sirvió p a ra el único objetivo al que un príncipe debe apegar
Como se h a visto, él distingue los diversos tipos de principado sus acciones, que es m an ten er el poder. Cedo la p alab ra a Ma­
con base en el diferente m odo de adquisición, y si bien uno de quiavelo:
éstos, el que adquiere el p o d er "p o r m aldad", corresponde a la
clásica figura del tirano, n u estro a u to r lo considera u n príncipe Llamaría bien empleadas a las crueldades (si a lo malo se le puede
com o todos los dem ás. La verdad es que todos los príncipes n u e­ llam ar bueno) cuando se aplican de una sola vez por absoluta ne­
cesidad de asegurarse, y cuando se insiste en ellas, pero, por el con­
vos, si se observa la figura del tiran o ilegítim o, o sea, la del tiran o trario, se trata de que las prim eras se vuelvan todo lo beneficiosas
e r d e fe c tu titu li, son tiranos, y no solam ente el príncipe m alvado. posible para los súbditos. Mal empleadas son las que, aunque poco
E n el sentido m oderno de la p alab ra son tiran o s p o rq u e su p o d er graves al principio, con el tiempo antes crecen que se extinguen.
es de hecho y su legitim ación se presenta, cuando es el caso, sola­
m ente ante un hecho consum ado. Precisam ente p o rq u e todos los Una proposición de este tipo es un claro ejem plo del conocido
príncipes nuevos son en cierto sentido tiranos, ninguno es verda­ principio m aquiavélico "el fin ju stifica los m edios". ¿Cuál es el fin
deram ente tirano. E n el discurso m aquiaveliano su figura no tiene de u n príncipe? Es m an ten er el poder. El juicio sobre la bondad
ninguna connotación negativa. Más aún, los príncipes nuevos p o r o m aldad de un príncipe no p a rte de los m edios que utiliza, sino
virtud son alabados como los fundadores de E stados, son aquellos solam ente del resu ltad o que, no im portando los m edios de que se
grandes protagonistas del desarrollo histórico que Hegel llam ará valga, obtiene:
"individuos cósm ico-históricos", y en to rn o a los cuales Max W cber
72 M A Q U IA V E L O M A Q U IA V E L O 73

Trate, pues, un príncipe de vencer y conservar el Estado, que los a corrupción, que llegan a ser perniciosas. Las tres buenas son las
medios siempre serán honorables y loados por todos (cap. xviii). antes dichas; las tres malas son degradaciones de ellas, y cada cual
es de tal modo semejante a aquella de que procede, que fácilmen­
Como observam os, M aquiavelo, al m iciar el P r ín c ip e , señala que te se pasa de una a otra, porque el principado con facilidad se con­
vierte en tiranía; el régimen de los notables en Estado de pocos, y
ya en o tra ocasión discutió sobre las repúblicas extensam ente. Se el popular sin dificultad en licencioso. De suerte que un legislador
refiere al p rim er libro de los D is c u r s o s s o b r e la p r im e r a d é c a d a que organiza en el Estado una de estas tres formas de gobierno, la
d e T ito L iv io que ya había escrito cuando inició el P r ín c ip e (en establece por poco tiempo, porque no hay precaución bastante a
1513). El capítulo ii de este libro se titula: "De cuántas clases son impedir que degenere en la que es consecuencia de ella por la simi­
las repúblicas y a cuál de ellas corresponde la rom ana."' Como se litud que en este caso hay entre la virtud y el vicio (ed. cit., vol. i,
ve, hay u n a influencia polibiana. M aquiavelo, igual que Polibio, al 97-98).
a b o rd a r la h isto ria de Rom a, se detiene p a ra d escrib ir su consti­
E n la presentación de la tipología clásica, M aquiavelo ya plan­
tución, y p o r te n er que tra ta r con una constitución p a rtic u la r em ­
tea la sucesión de las constituciones, que analizará extensam ente
pieza con un breve estudio de las constituciones en general. Pero
en las páginas siguientes, p a ra explicar, aunque brevem ente, siem ­
la influencia no es solam ente de Polibio. Como h a sido indicado
p re b ajo la guía de Polibio, las razones del paso de u n a form a a
y com entado en diversas ocasiones, el segundo capítulo de los
o tra. Se tra ta de la sucesión polibiana de acuerdo con la cual toda
D is c u r s o s es u n a paráfrasis, o incluso u n a traducción, del libro VI
constitución buena degenera en la correspondiente m ala, en el si­
de las H is to r ia s de Polibio. Que este capítulo sea una p aráfrasis y
guiente orden: gobierno de uno, de pocos y de m uchos. Desde el
tal vez una traducción casi literal de Polibio, no quiere decir que
p u n to de vista term inológico, debe indicarse que de los antiguos
éstas ta n discutidas páginas no contengan reflexiones originales.
y originarios térm inos griegos no quedó m ás que el de "tiran ía":
Pero ciertam ente la derivación es evidente y la sem ejanza entre los
los o tro s son térm inos latinos: principado, notables, gobierno de
dos textos im presionante. E n las páginas de M aquiavelo se reen­
pocos, gobierno popular, gobierno "licencioso" (que señala el go­
c u en tran los tres tem as enunciados y desarrollados p o r Polibio:
b ierno c o rru p to de m uchos: en o tro lugar p a ra indicar el E stado
la tipología clásica de las seis form as de gobierno, la teo ría de los
p o p u lar c o rru p to , dice sim plem ente "licen cia"). El paso de u n a
ciclos, y la del gobierno m ixto, ejem plificada, com o en Polibio, p or
constitución a o tra es u n a vez m ás m uy rápido. Cada u n a de
los gobiernos de E sp a rta y Roma. (Como Polibio, M aquiavelo dis­
las constituciones m encionadas d u ra "poco tiem po". Y p o r tan to , el
tingue a E sp a rta de R om a p o r el hecho de que aquélla obtuvo su
defecto de las constituciones sim ples es la inestabilidad. E ste de­
constitución de un legislador, Rom a p o r la fuerza de los aconteci­
fecto es ta n grave que incluso las constituciones que serían buenas
m ientos, p o r una tradición que se form ó paulatinam ente, casi p o r
p o r sí m ism as, en realidad son m alas p o r la falta de estabilidad.
naturaleza: M aquiavelo dice: "en distin tas ocasiones, al acaso y
E sta acentuación del aspecto negativo de las constituciones posi­
según los sucesos".) M aquiavelo, com o Polibio, enriquece las ob­
tivas es aún m ás fu erte que en Polibio. E n el fragm ento a n te rio r­
servaciones sobre las constituciones en general y la ro m an a en
m ente citado, M aquiavelo escribió que las constituciones aunque
particu lar, con un apunte de h isto ria universal que describe el
"buenas en sí m ism as", pero ta n "expuestas a corrupción", deben
surgim iento de los E stados de la condición prim itiva y salvaje
ser consideradas "perniciosas". P ara re a firm a r este concepto m ás
cuando los hom bres vivían "disperos y a sem ejanza de las bestias".
ad elante dice:
Comencem os p o r la tipología:
Todas estas formas de gobierno son perjudiciales; las tres que califi­
Algunos de los que han escrito de las repúblicas distinguen tres camos de buenas por su escasa duración, y las otras tres por la
clases de gobierno que llaman principado, notables y popular, y malignidad de su índole (p. 100).
sostienen que los legisladores de un Estado deben preferir el que
juzguen más a propósito. Otros autores, que en opinión de muchos
son más sabios, clasifican las formas de gobierno en seis, tres de En M aquiavelo, com o en Polibio, la clasificación de las consti­
ellas pésimas y oirás tres buenas en sí mismas; pero (an expuestas tuciones cam ina de la m ano con la indicación de su sucesión en el
74 M A Q U IA V E L O M A Q U IA V E L O 75

tie m p o . T a m b ién p a ra M aq u ia v elo e sta s u c e s ió n e stá p r e e sta b le ­ p u n to d e p a rtid a . É l d ed u ce q u e la s o lu c ió n m á s p ro b a b le es que


cid a y p e r m ite en u n cia r u n a v erd a d era y p r o p ia le y n atu ra l. E s la u n a v ez q u e ca e tan b a jo se co n v ie rta en fá c il p r e sa de u n E sta d o
le y n a tu ra l d e lo s c ic lo s h is tó r ic o s , la p o lib ia n a ''an a ciclo sis''. A q u í v e cin o m á s fu er te cu y a " o rga n iza ció n sea m ejor" . D e e sta m a n era
la cerc a n ía en tr e M aq u ia v elo y el h is to r ia d o r d e R o m a es ta n gra n d e n o se p r e se n ta el reg re so a lo s o r íg en es en el á m b ito d el m is m o
q u e la le y de lo s c ic lo s es p r e se n ta d a c a si co n la s m is m a s p a la b ra s E sta d o , sin o u n a tr a n sfe ren cia d el d o m in io d e u n E sta d o a o tro .
(c o m o si se tr a ta se de u n a tr a d u c c ió n ). P o lib io e sc r ib ió (lo rep e­ E s su p e r flu o seíia la r q u e u n a v is ió n de e ste tip o es m á s rea lista .
tim o s) : E fe ctiv a m e n te sirv e p a ra dar u n a im a g en m u ch o m á s c o n g r u en te
co n la d in á m ic a de la s fu erza s h is tó r ic a s q u e crean y d estru y e n lo s
Ésta es la rotación de las constituciones; ésta es la ley natural por E sta d o s, p o rq u e c o m p re n d e n o so la m e n te la s fu erza s in ter n a s sin o
la cual las formas políticas se transform an, decaen y regresan al
punto de partida. ta m b ié n la s ex tern a s.
D e cu a lq u ie r m a n era , la teo r ía d e lo s c ic lo s c o n fir m a la c o n ­
M a q u ia velo escrib e: c ep ció n e m in e n te m e n te n a tu r a lista q u e M a q u ia velo tie n e de la
h is to r ia . La ta rea d el h is to r ia d o r es reca b a r d el e stu d io de la h is ­
Tal es el círculo en que giran todas las naciones, ya sean goberna­ to r ia la s g ra n d es le y e s q u e en e lla reg u lan lo s a c o n te c im ie n to s.
das, ya se gobiernen por sí (p. 100). S ó lo q u ien es cap az de ex p lic a r p o r q u é la s c o sa s su ced en , e stá en
p o s ib ilid a d d e p rev er c ó m o a c o n tec erá n . Al en u n cia r la ley de la
S in em b a rg o , la te s is d e M aq u ia v elo n o e s u n a r ep e tic ió n to ta l r o ta c ió n P o lib io esc rib ió :
de la de P o lib io ; M a q u ia v elo e s u n e sc r ito r r ea lista . Q ue lo s c ic lo s,
o " círcu los" c o m o lo s lla m a , se rep ita n in fin ita m e n te n o tie n e n in ­ Quien domine esta doctrina con profundidad puede que se equivo­
gú n v ín c u lo c o n la rea lid a d , so b re to d o p a ra u n e sc r ito r q u e e s que en cuanto al tiempo que durará un régimen político, pero en
ca pa z d e c o n te m p la r u n a rea lid a d h is tó r ic a m u ch o m á s rica y v a­ cuanto al crecimiento de cada uno, a sus transformaciones y a su
desaparición es difícil que yerre (VI, 9).
riad a q u e la q u e p o d ía n o b se rv a r lo s g rieg o s. M aq u ia v elo p a r ece
creer en la s ec u e n c ia d e la s se is fo rm a s; p e ro n o e s tá ta n d is p u e s to T a m b ién M a q u ia velo cree q u e el h is to r ia d o r p u ed e p rev er lo s
a a d m itir la r ep e tic ió n in d is cr im in a d a d e la sec u e n c ia . C om o h e m o s a c o n te c im ie n to s fu tu r o s a c o n d ic ió n de q u e sea a g u d o y p r o fu n d o ,
v is to en d iv ersa s o c a sio n e s , el p u n to d é b il d e la te o r ía d el c ic lo p a ra p o d er ex p lic a r lo s s u c e s o s d el p a sa d o . Me lim ito a cita r d os
era el sig u ien te: ¿q u é c o sa su c ed e a l fin a l d e la p rim e ra sec u e n c ia , fr a g m e n to s (el p r o b le m a d e la c o n c ep ció n de la h is to r ia y de la
cu a n d o el p r o c e s o de d eg ra d a ció n lle g a a su té r m in o (en P la tó n c ie n c ia en M aq u ia v elo es d e m a s ia d o c o m p le jo p ara tra ta r lo a q u í) :
co n la tira n ía , en P o lib io c o n la o c lo c r a c ia ) ? P o lib io r es p o n d ió
sin d ific u lta d es: se p r o d u ce el reg re so al p r in c ip io , d e d o n d e v ie n e El que estudia las cosas de ahora y las antiguas, conoce fácilmente
la id ea d e la " rotación " . E n e ste p u n to M aq u ia v elo e s m u ch o m á s que en todas las ciudades y en todos los pueblos han existido y
p ru d en te. D esp u és d e en u n cia r la te s is d e l "círcu lo" agrega: existen los mismos deseos y los mismos humores; de suerte que,
examinando con atención los sucesos de la antigüedad, cualquier
Pero rara vez restablecen la misma organización gubernativa, por­ gobierno republicano prevé lo que ha de ocurrir, puede aplicar los mis­
que casi ningún Estado tiene tan larga vida que sufra muchas de mos remedios que usaron los antiguos, y, de no estar en uso, imagi­
narlos nuevos, por la semejanza de los acontecimientos {D iscursos,
estas mutaciones sin arruinarse, siendo frecuente que por tantos tra­
bajos y por la falta de consejo y de fuerza quede sometido a otro libro I, cap. xxxix, p. 181).
Estado vecino, cuya organización sea mejor (p. 100).
T a m b ién d e lo s D is c u r s o s :
E sta o b se rv a c ió n es to ta lm e n te d ig n a d e u n e sc r ito r q u e, d e b ie n ­
d o e sc r ib ir d e c o sa s p o lític a s, se h a b ía p r o p u es to ir tra s la " verd ad
Suelen decir las personas entendidas, y no sin motivo, que quien
desee saber lo porvenir consulte lo pasado, porque todas las cosas
efectiv a " . M a q u ia velo d u da d e q u e u n E sta d o q u e ca e a l n iv e l m á s del mundo, en todo tiempo, se parecen a las precedentes. Esto de­
bajo d e d ec a d e n c ia teng a la fu erza su fic ie n te p ara rem o n ta r se al pende de que, siendo obras de los hombres, que tienen siempre las
76 M A Q U IA V E L O M A Q U IA V E L O 77

m ism as pasiones, por necesidad ha de producir los m ism os efectos de ochocientos años de duración, con gran gloria suya y perfecta
(D isc ursos, libro III, cap. XLiii, p. 435). tranquilidad del Estado, [ . . . ]

E l s u p u e sto d e la fo r m u la c ió n d e le y es h is tó r ic a s es el r ec o n o ­ m ie n tra s S o ló n , que in s titu y ó en A ten a s u n g o b ie rn o p o p u la r “lo


c im ie n to d e la c o n s ta n c ia d e c ie r ta s c a r a c te rístic a s d e la n a tu ra leza h izo ta n de p o c a d u ra ció n , q u e a n te s de m o r ir v io n a c er la tira n ía
h u m a n a . E n a m b o s fr a g m e n to s M a q u ia v elo in s is te en e s te p u n to . de P is ís tr a to ”.
E n el p r im er p a sa je h a b la d e “m is m o s d eseo s" y d e " m ism o s h u ­ E l o b je tiv o q u e M aq u iav elo se p r o p o n e a l e lo g ia r el g o b ier n o
m o r e s ” y en el seg u n d o d e “m is m a s p a s io n e s ”. La r e p etic ió n d e lo m ix to es ex a lta r, c o m o lo h a b ía h e c h o P o lib io , la c o n s titu c ió n de
“m is m o ”, el r eto rn o d el sie m p r e igu al, e x p lic a e l m o v im ie n to d e la rep ú b lica ro m a n a , la q u e, a d ife r e n c ia de la esp a rta n a , p r o d u cto
la s c o n s titu c io n e s d e a cu erd o c o n u n o r d e n p r e es ta b le c id o . d el cereb ro d e u n leg isla d o r, se fo r m ó , c o m o se h a d ic h o , m e d ia n te
La c o m p r e n sió n d e la s le y es p r o fu n d a s de la h is to r ia n o so la ­ u n la rgo p r o c es o q u e d u ró s ig lo s, n o p o r v o lu n ta d d e u n le g isla d o r ,
m e n te sirv e pa ra p re v er lo q u e su ced erá , s in o ta m b ié n , a u n q u e s in o “r e b u s ip s is a c f a c t i s ”. D esp u és de la e x p u ls ió n d e lo s rey es,
p a rezca u n a c o n tr a d ic c ió n , p a ra p re v en irlo , e s d ecir, p a ra p o n er re­ R o m a se c o n v ir tió en u n a rep ú b lica , p ero c o n ser v ó la fu n c ió n rea l
m e d io al m a l, si e s u n m a l lo q u e la le y p e r m ite p rever. E n e l p ri­ c o n la in s tit u c ió n de lo s c ó n s u le s. P o r teinto:
m er fr a g m e n to , M aq u ia v elo n o so la m e n te d ice q u e q u ien ex a m in a
c o n d ilig en cia la s c o sa s p a sa d a s e s cap az d e p re v er la s fu tu r a s, sin o Los cónsules y el senado hacían la constitu ción rom ana m ixta de
ta m b ié n q u e u n a v ez h e ch a la p r e v is ió n e s p o s ib le p o n er le rem ed io . dos de los tres elem entos que hem os referido, principado y notables.
M a q u ia v elo a p lica a l p r o b le m a de la s c o n s titu c io n e s e sta d o b le p o ­ Faltaba, pues, dar entrada al pueblo. Llegó la nobleza rom ana a
hacerse insolente, por causas que después direm os, y el pueblo se
s ic ió n p r ev isió n -p rev en ció n . La s ec u e n c ia d e la s s e is c o n s titu c io n e s
sublevó contra ella. A fin de no perder todo su poder, tuvo que con­
d em u estra q u e to d a s so n “p e r ju d ic ia le s ”, n o s ó lo a q u ella s tra d i­ ceder parte al pueblo [ . . . ] Tan favorable le fue la fortuna, que
c io n a lm en te m a la s, sin o ta m b ién la s b u en a s a c a u sa d e su rá pida aun cuando la autoridad pasó de los reyes y de los notables al pue­
d eg en e ra c ió n . P er o el h o m b r e n o ser ía e l s e r p a r c ia lm e n te lib re blo por los m ism os grados y por las m ism as causas antes referidas,
q u e e s, n o d e te r m in a d o c o m p le ta m e n te p o r la " fortu na " (r eléa se sin em bargo no abolieron por com pleto el poder real para aum entar
el de los nobles, ni se privó a éstos de toda su autoridad para darla
. el p a s a je d el cap. x x v so b re e l h o m b re q u e n o es d ete r m in a d o c o m ­
al pueblo, sino que haciéndola m ixta, se organizó una república per­
p le ta m e n te p o r lo s e v e n to s p ero q u e ta m p o c o e s d e l to d o lib r e ), si fecta (pp. 101-102).
n o fu e s e ca p a z, u n a v ez d e s c u b ie r to el m a l, de in v e n ta r u n rem e­
d io . A sí p u es , el r em ed io a l fr a ca so d e la s c o n s titu c io n e s s im p le s N ó te s e en e l ú lt im o ren g ló n e l n ex o en tre el ser la rep ú b lica
e x is te , y e s — o tr a v ez u n a in sp ir a c ió n p o lib ia n a — el g o b ier n o ro m a n a " m ixta" y el se r " p erfecta" . Y tó m e s e en cu e n ta q u e la s
m ix to . E n e fe c to , in m ed ia ta m e n te d e sp u é s d e h a b er d ic h o q u e to d a s c o n s titu c io n e s q u e n o so n m ix ta s h a b ía n s id o lla m a d a s, p o c o a n te s,
la s c o n s titu c io n e s sim p le s so n " p e r ju d ic ia le s”, M a q u ia v elo c o n ­ " p ern icio sa s" y " p e r ju d ic ia le s”. C u an do la r e p ú b lica r o m a n a era
tin úa : a r isto cr á tic a , a u n q u e c o n ta b a c o n la p r e se n c ia d e lo s c ó n s u le s, n o
era p e r fe cta . S ó lo c o n la in s tit u c ió n d e lo s tr ib u n o s d e la p le b e,
Un legislador prudente que conozca estos d efectos, huirá de ellas, q u e r ep resen ta n e l e le m e n to p o p u la r, a lca n za , ju n to c o n lo c o m ­
estableciendo una que participe de todas, la cual será m ás firm e y
p le to d e la m e z cla d e la s tre s c o n s titu c io n e s sim p le s, la p e r fe cc ió n .
estable; porque en una constitu ción donde coexistan el principado,
los notables y el gobierno popular, cada uno de estos poderes vigila H e m o s v is to e n v a r ia s o c a sio n e s en q u é c o n s is te la p e r fe cc ió n de
y contrarresta los abusos de los otros (p. 100). u n g o b ie r n o m ixto : en la c a p a cid a d d e d u rar p o r larg o tiem p o ;
p er o n o d a ría m o s la im p o r ta n c ia ju s ta al in g e n io d e M a q u iav elo
E n c o n se c u e n c ia elo g ia a L icu rgo, q u ien : si n o n o s p e r ca tá ra m o s de q u e la v ir tu d d el g o b ier n o m ix to , en
su a n á lisis, h a c e de la c o n s titu c ió n de la rep ú b lic a ro m a n a o tra
[ . . . ] organizó de tal manera a Esparta, que, distribuyendo la auto­ co sa . E s lícc csa rio leer el im p o rta n te cap. iv titu la d o : “La d e su n ió n
ridad cnire el rey, los notables y el pueblo, fundó un régimen de más d cl p u eb lo y dcl sen a d o h izo lib re y p o d er o s a la rep ú b lica ro m a ­
'I
78 M A Q U IA V E L O M A Q U IA V E L O 79

na." La lectura de este capítulo produce una nueva observación. El p o r u n a p a rte y de los plebeyos p o r o tra, de los dos "h u m o res"
co n traste en tre las dos p a rte s antagónicas de la ciudad, los p a tri­ presentes en to d a república, la concepción del gobierno m ixto, es
cios y los plebeyos, p a ra decirlo como A ristóteles, los ricos y los decir, del gobierno en el cual las diversas p a rte s conviven aunque
pobres, una vez resuelto constitucionalm ente m ediante el gobierno en u n a situación de antagonism o perm anente, adquiere u n a p ro ­
m ixto, al m ism o tiem po a risto crático y popular, no g arantiza sola­ fundidad histó rica que la teo ría m eram ente constitucional del go­
m ente la duración de la constitución sino tam bién la lib e rta d in­ bierno m ixto no hab ía tenido h a sta entonces. El gobierno m ixto
te rn a del E stado. E n el siguiente fragm ento, que se h a vuelto cé­ ya no es solam ente u n m ecanism o institucional, es el reflejo (¡la
lebre, M aquiavelo hace u n a afirm ación que será considerada com o su p erestru ctu ra!) de u n a sociedad determ inada: es la solución po­
u n a anticipación de la concepción m oderna de la sociedad civil. lítica de u n problem a —el del conflicto e n tre las p a rte s antagó-
De acuerdo con tal afirm ación, no es la arm onía sino el conflicto, n ic a s - que nace en la sociedad civil.
el antagonism o, lo que establece las condiciones de la salud de los
E stados —en los siguientes siglos se d irá del progreso histórico—
y el p rim er requisito de la libertad:

Sostengo que quienes censuran los conflictos entre la nobleza y el


pueblo, condenan lo que fue prim era causa de la libertad de Roma,
teniendo más en cuenta los tumultos y desórdenes ocurridos que
los buenos ejemplos que produjeron, y sin considerar que en toda
república hay dos partidos, el de los nobles y el del pueblo. Todas
las leyes que se hacen en favor de la libertad nacen del desacuerdo
entre estos dos partidos [ . . . ] No se pueden, pues, calificar de no­
civos estos desórdenes, ni de dividida una república que en tanto
tiempo, por cuestiones internas, sólo desterró ocho o diez ciudada­
nos y mató muy pocos, no siendo tampoco muchos los multados;
ni con razón se debe llamar desordenada a una república donde
hubo tantos ejemplos de virtud; porque los buenos ejemplos nacen
de la buena educación, la buena educación de las buenas leyes, y
éstas de aquellos desórdenes que muchos inconsideradamente con­
denan. Fijando bien la atención en ellos, se observará que no pro­
dujeron destierro o violencia en perjuicio del bien común, sino leyes
y reglamentos en beneficio de la libertad pública (p. 104).

La im portancia de una afirm ación de este tipo —los "tim iu lto s"
que m uchos condenan no son la causa de la ru in a de los E stados
sino la condición p a ra que se prom ulguen buenas leyes en defensa
de la lib ertad — jam ás será exaltada suficientem ente: ta l asevera­
ción expresa claram ente una nueva visión de la h isto ria, que po­
dríam os llam ar ju sta m en te "m oderna", de acuerdo con la cual el
desorden, no el orden, el conflicto entre las p a rte s co n trap u estas,
no la paz social im puesta desde arrib a, la desarm onía, no la arm o­
nía, los "tu m u lto s", no la tran q u ilid ad derivada de u n dom inio
irresistible, son el precio que se debe p ag ar p o r el m antenim iento
de la libertad. Además, m ediante esta visión de la función bené­
fica del co n traste en tre las dos partes opuestas, de los patricios
B O D IN O 81

s u o im p e r a to r " . E sta fó r m u la in d ic a b a q u e e l rey s e h a b ía v u e lto


so b e ra n o , o sea , “s u p e r io r e m n o n r e c o g n o s c e n s ”. B o d in o d e fin e la
V IL B O B IN O
so b e ra n ía d e la sig u ie n te m an era:

E n l a é p o c a en q u e se fo r m a n lo s g ra n d es E sta d o s te r rito ria le s, Se entiende por soberanía el poder absoluto y perpetuo de un Estado
(libro I, cap. 8, en la edición italiana de los C lassici d elta p o lític a
la ob ra p o lític a m á s im p o rta n te es D e la r e p ú b lic a , d e J ua n B o d in o
de la Utet, a cargo de M argherita Isnardi Párente, p. 345).*
(1530-1596). A p arecid a en 1576, en fra n c és (u na e d ic ió n la tin a a p a ­
reció d iez a ñ o s m á s ta r d e ) , sin ex a g era ció n es la m á s a m p lia y s is ­ L o s a tr ib u to s d e la so b era n ía so n d o s: lo p e r p e tu o y lo a b so lu to .
te m á tic a o b ra de teo r ía p o lític a d e sp u é s d e la P o lític a d e A ristó ­ E s c la r o lo q u e s ig n ific a " p e r p e tu o ”, a u n q u e n o sea ta n e v id e n te
te le s. S e h a o b se rv a d o ta m b ié n q u e lo s d o s tr a b a jo s s e a s em eja n d ó n d e se p u ed a traza r la lín e a d e d em a rc a ció n e n tr e tupi p o d er
en la d iv isió n d e la m a te r ia estu d ia d a . L a o b r a d e B o d in o e stá p e r p e tu o y u n o q u e n o lo sea . D e la d ilu c id a c ió n q u e sig u e y d e lo s
d iv id id a en se is lib ro s (la d e A r istó teles en o c h o ) : en e l p rim ero e je m p lo s h is tó r ic o s m o s tr a d o s , p a re ce q u e p a ra B o d in o u n p o d er
B o d in o c o n c en tr ó el e s tu d io d e lo s p r o b le m a s g en era le s d el E sta d o n o p u ed e c o n sid e ra r se p e r p e tu o c u a n d o h a s id o a sig n a d o a u n a
(co r re sp o n d ie n te a la m a te r ia d el p rim er lib ro a r is to té lic o ); el p e r so n a o a u n c u e rp o p o r "un p e r io d o d e te r m in a d o ” . D e lo s m u ­
seg u n d o e stá d e d ic a d o a la s fo r m a s d e g o b ie r n o , a s í c o m o el te r ­ c h o s e je m p lo s e x p u e s to s, el m á s fa m ilia r es e l d el d ic ta d o r ro m a n o ,
cero y el cu a r to d e la P o lítica ', el sex to , q u e a b o r d a e l te m a ta m b ié n q u e B o d in o in te r p r e ta c o m o u n s im p le " c o m is a r io ” a l q u e se le
c lá sic o d el ó p tim o E sta d o , c o rr e sp o n d e a lo s ú ltim o s d o s lib ro s q u e a sig n ó u n a ta re a e sp e c ífic a — ^por e je m p lo c o n d u cir u n a g u erra o
cierra n la o b r a d e A r istó te le s. S in em b a rg o , B o d in o d e n in g u n a s o fo c a r im a rev u elta — , c u m p lid a la cu a l el p o d er ex tr a o rd in a r io se
m a n era e s u n a r is to té lic o . La sem eja n za e n la e stru ctu ra fo rm a l a g o ta . (E n e l tr a n sc u r so d e n u es tr a d is e r ta c ió n to c a r e m o s en rep e­
de la s d o s o b r a s n o d eb e h a ce r p e n sa r ta m b ié n e n u n p a r e cid o tid a s o c a sio n e s e l c o n c e p to d e d icta d u ra ; a q u í m e lim ito a lla m a r
su sta n c ia l. N o h a y te m a e n el q u e B o d in o n o p r e se n te, in c lu so c o n la a te n c ió n en la fig u ra d e la lla m a d a " d icta d u ra c o m is a r ia ” , q u e
v e h e m e n c ia , s o lu c io n e s d ifer e n te s d e la s q u e p r o p o n e A r istó te le s y u n o d e lo s m a y o r es e s tu d io s o s d e la d icta d u ra en la s d iv e rsa s é p o ­
su s s eg u id o r es m á s fie le s. ca s, Cari S c h m itt, d is tin g u e d e la d icta d u ra r ev o lu cio n a ria .) P o r
B o d in o p a só a la h is to r ia d el p e n sa m ie n to p o lític o c o m o e l te ó ­ " a b s o lu to ” s e e n tie n d e q u e el p o d er so b e ra n o p a ra se r ta l d eb e ser
rico d e la so b eran ía ; p e r o e s te c o n c ep to q u e ca ra c ter iz a la n a tu ­ le g íb u s s o lu tu s , es d ecir, d e b e e sta r d e slig a d o d e la o b lig a c ió n d e
raleza d el E sta d o c ie r ta m en te n o fu e d e scu b ie rto p o r B o d in o . o b e d e c e r a la s le y e s, se e n tie n d e a la s le y e s p o s itiv a s , o sea , a la s
" S o b era n ía ” s ig n ific a p u ra y sim p le m e n te " p o d er s u p r e m o ”, e s d a d a s p o r s u s p r e d e ce so re s y a la s q u e él p r o d u jo en tie m p o s a n ­
d ecir, p o d er q u e n o r ec o n o c e p o r en cim a d e sí m is m o n in g ú n o tr o . te r io re s. C on la s m is m a s p a la b ra s d e B o d in o ;
E n la e sc a la d e lo s p o d ere s, d e lo s q u e cu a lq u ie r s o c ie d a d je ra rq u i­
zad a e s tá c o n s titu id a , si se p a rte d e a b a jo h a c ia a rrib a , s e o b se rv a Quien es soberano de ninguna m anera debe estar sujeto al m andato
q u e e l p o d er in fer io r e stá su b o rd in a d o a l su p e rio r, e l q u e a su v ez de otros, debe poder dar leyes a los súbditos, y cancelar o anular
lo e stá a u n p o d er to d a v ía m á s elev a d o ; a l fin a l d e la e sc a la fo r ­ las palabras inútiles en ella para sustituirlas por otras, cosa que no
puede hacer quien está su jeto a las leyes o personas que ejercen
z o sa m en te e x is te u n p o d er q u e n o tie n e p o r e n c im a d e s í m is m o
poder sobre él (p. 359).
n in g ú n o tr o . E ste p o d er su p r em o , o s u m m a p o te s t a s , e s el p o d er
so b era n o ; d o n d e h a y u n p o d er so b era n o , h a y u n E sta d o . Y a lo s ju ­
C o n tra r ia m en te a lo q u e c o m ú n m e n te se cree, p o d er a b s o lu to
rista s m e d ie v a le s, c o m e n ta d o re s d el C o r p u s iu r is , d istin g u ie r o n la s
n o q u ier e d e cir d e n in g u n a m a n era p o d er ilim ita d o ; sim p le m e n te
“c iv i ta te s s u p e r io r e m r e c o g n o s c e n te s " : so la m e n te e s ta s ú ltim a s p o ­
s ig n ific a q u e e l so b e ra n o , sie n d o e l d e te n ta d o r d el p o d er d e h a ce r
seía n el r eq u is ito d e la so b er a n ía y p u ed en c o n s id e r a r s e E sta d o s
le y es v a le d e ra s p a ra to d o e l p a ís , n o e stá s o m e tid o a e sa s le y es ,
en el s e n tid o m o d er n o de la p alab ra . C u an d o so b r ev ie n e la ru p tu ra
en tr e lo s r e g n a p a rtic u la res y el im p er io u n iv er sa l, p a ra a fir m a r * P ara la tra d u cció n al e sp a ñ o l d e lo s fr a g m en to s d e B o d in o m e a p o y o en:
la in d ep en d e n c ia d e lo s re g n a , fu e a cu ñ a d a la fó r m u la “r e x in r e g n a J. B o d in o , L its s e is lib r o s d e la r e p ú b lic a , A guilar, M ad rid, 1973. [x.]

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82 B O D IN O B O D IN O 83

p orque "no es posible m andarse a sí m ism o". Como todos los Me he detenido en la definición que B odino ofrece de la sobe­
dem ás seres hum anos, el soberano está som etido a las leyes que ran ía porque, com o verem os m ás adelante, n u estro a u to r distingue
no dependen de la voluntad de los hom bres, es decir, a las leyes la titu la rid a d de la soberanía de su ejercicio, y e sta distinción in­
n atu rales y divinas. E n la escala ascendente de poderes, el poder cide en la teoría de las form as de gobierno. De hecho, rep resen ta
del soberano te rre n a l no es el últim o de los poderes p o rque enci­ el aspecto m ás original de la teo ría bodiniana de las form as de
m a de él está la s u m m a p o te s t a s de Dios, del que dependen las gobierno. E n c o n traste con la tradición, tam bién está la confu­
leyes n atu rales y divinas. O tros lím ites del p o d er soberano están tación —que Bodino p resen ta desde el inicio del estudio del tem a
dados p o r las leyes fundam entales del E stado, que hoy llam aríam os al que está dedicado todo el segundo libro— a dos tesis clásicas, la
constitucionales, com o en la m o n arq u ía lo es la ley que establece de la duplicación de las constituciones en buenas y m alas, y la del
la sucesión al trono: gobierno m ixto.
P ara Bodino las form as de E stado (Bodino dice é ta t, que el tra ­
El príncipe no puede derogar las leyes que se refieren a la estruc­ d u c to r italiano in te rp re ta como "régim en", p a ra d istinguir el "E s­
tura misma del reino y su estructura fundamental, en cuanto ellas tad o " o "régim en" del "gobierno" com o verem os m ás adelante)
están vinculadas a la corona y a esta unidad inescindible (tal es
por ejemplo la ley sálica); cualquier cosa que haga un príncipe al son tres, y solam ente tres; es decir, las form as clásicas, m onarquía,
respecto, el sucesor está en pleno derecho de abolir todo lo que haya aristo cracia y dem ocracia.
sido hecho en perjuicio de las leyes en las que la misma m ajestad
soberana se basa y se fundamenta (p. 368). Afirmamos que no hay más que tres regímenes o tres formas de
Estado: la monarquía, la aristocracia, la democracia. Ya hemos dicho
O tro lím ite del p o d er soberano está dado p o r las leyes que regu­ que monarquía se llama al Estado en el que uno sólo tiene la sobe­
ranía, y el resto del pueblo está excluido de ello; democracia o ré­
lan las relaciones privadas en tre los súbditos, en p rim er lu g ar las gimen popular aquel en el cual todo el pueblo o su mayoría reunida
de propiedad: en asamblea tiene el poder soberano; aristocracia aquel en el cual
una minoría, reunida en cuerpo, tiene el poder soberano y da la ley
Si el príncipe soberano no tiene el poder de sobrepasar los límites al resto del pueblo, sea en general o en particular (p. 544).
de las leyes naturales, establecidas por el Dios del cual es imagen,
podrá tom ar los bienes de otros sólo por un motivo justo y razona­ In m ediatam ente después de esta clasificación, Bodino se ap re­
ble; por compra, intercambio, confiscación legítima, o por la salva­
su ra a decir que las form as de E stado solam ente son tres, sea
ción del Estado [ . . . ] Al no subsistir las razones que he dicho, el
rey no puede posesionarse de la propiedad ajena y disponer de ella porque no tiene ningún fundam ento la distinción de las form as
sin el consenso del propietario (pp. 398-399). buenas de las m alas o porque jam ás ha existido la séptim a form a
que algunos escritores antiguos y m odernos (entre los m odernos
No tengo necesidad de su b ray ar la im p o rtan cia de e sta ú ltim a cita a M aquiavelo) han identificado erróneam ente con el gobierno
lim itación del p o d er "absoluto" del E stado: é sta sirve p a ra h acer m ixto. P or lo que se refiere a la distinción en tre form as buenas y
entender que la sociedad que Bodino contem pla está dividida en m alas, el principal argum ento adoptado p o r Bodino p a ra rechazar
u n a esfera pública y una privada, en la esfera del súbdito y la del la diferencia es que si se debiesen d istinguir las constituciones con
"burgués", que fu era del E stado está la sociedad civil, es decir, la base en sus defectos y virtudes, el núm ero de constituciones
de las relaciones económ icas, que tienen u n a tendencia p erm an en te que derivarían de esto sería infinito. Precisando su pensam iento,
a su straerse al p oder del E stado. La distinción e n tre la sociedad B odino explica que p a ra d a r definiciones válidas uno no se puede
de los privados, regulada p o r el derecho privado, que es u n derecho aten e r a "factores accidentales", sino que es necesario to m a r "dife­
en tre iguales, y la sociedad política, regulada p o r el derecho p ú ­ rencias esenciales y form ales". En sum a, la consideración de los
blico, que es un derecho en tre desiguales, acom paña la form ación E stados con base en sus virtudes y defectos d aría lugar a u n a ca­
del E stado m oderno, ¡y de ninguna m an era es, com o frecuente­ suística lan am plia que h aría im posible cualquier intento de orde­
m ente se dice, una invención de Hegel! nam iento sisU niíilico, haría caer al investigador "en un laberinto
'I
84 B O D IN O B O D IN O 85

infinito, cerrándole cualquier posibilidad de verdadera ciencia" E stado pierde su unidad y con ella la estabilidad. El E stado es uni­
(p. 544). A decir verdad, el argum ento es u n poco engañoso: en tario o no lo es. Como se aprecia, la razón p o r la cual B odino cri­
realidad los antiguos hab ían introducido la distinción en tre form as tica al E stado m ixto, es decir, al E stado dividido, es precisam ente
buenas y m alas con base en un criterio m uy preciso, com o el de lo co n trario de la razón que los p a rtid a rio s de esta fo rm a de E s­
la fuerza y el consenso, o el del interés com ún y el interés propio, tado esgrim ían p a ra ju stific a r su superioridad. Si el E stad o es ver­
es decir, no hab ían h ablado en general de las virtudes y defectos daderam ente m ixto, si en verdad el p o d er soberano pertenece a
de las constituciones, sino que hab ían buscado u b ic ar algunas dife­ diversos órganos, el E stado continuam ente será p resa de conflictos
rencias fundam entales, de las que se pudiese o b ten er u n a distinción que lo d esgastarán y m e rm a rá n su seguridad. La mezcla, m ás que
b asada en elem entos no accidentales. P or lo dem ás, el m ism o Bo­ ser g a ran tía de m ayor estabilidad, es la causa principal de inesta­
dino, contradiciéndose, re in tro d u c irá la distinción trad icio n al e n tre bilidad. Léase el siguiente juicio:
buen gobierno y m alo al h a b la r de las form as de gobierno (que
distingue, com o se h a dicho, de las form as de E sta d o ). E n cuanto Si se diese un día la soberanía a un monarca, otro día a la minoría
a la teoría del gobierno m ixto, el argum ento principal (que a m í del pueblo, y en el siguiente a todo el pueblo; si a fin de cuentas
la soberanía fuese concedida por turnos [ . . . ] en este caso no habría
me parece igualm ente engañoso) es el siguiente: "el p o d er real, el más que tres regímenes yuxtapuestos que n o p o d r í a n t e n e r u n a la r g a
aristo crático y el p o p u la r al reunirse no dan p o r resu ltad o m ás que v i d a , al igual que una mala familia en la que la esposa y el marido
u n a dem ocracia" (p. 547). E sta afirm ación es nueva y extraña, manden alternadamente y luego a su vez los sirvientes manden a
p o r lo que conviene escuchar la explicación que da el m ism o au to r: ambos (p. 547).

En realidad no se logra ni siquiera imaginar cómo puedan estar jun­ Sin em bargo, se p o d ría o b je ta r que los E stados que los antiguos
tas la monarquía, la señoría aristocrática y la democracia. Si la so­ y los m odernos han considerado m ixtos, han d u rad o m ás que los
beranía es, como demostramos, indivisible, ¿cómo se puede pensar otros. La resp u esta de Bodino a esta objeción es clara: los E stados
que pueda ser dividida entre el príncipe, los señores y el pueblo?
La prim er prerrogativa de la soberanía es la de dar leyes a los súb­ que los antiguos y m odernos han considerado m ixtos, en realidad,
ditos: ¿dónde estarían los súbditos que obedecen, si también ellos si sus constituciones son exam inadas con detenim iento y no se
tuviesen el poder de hacer leyes? ¿Quién podría dar la ley si al realiza un exam en m eram ente form al, de ninguna m an era son
mismo tiempo estuviese obligado a sufrirla? No hay más que con­ m ixtos, p o rq u e u n a de las p artes siem pre prevaleció sobre las otras.
cluir que, si ninguno tiene el poder exclusivo de dar leyes, sino Además, si de hecho u n a p a rte no hubiese dom inado sobre las
que tal poder espera a todos, el régimen del Estado es democrático
o tras, el E stado h a b ría term inado p o r caer m uy p ro n to en un
(p. 547).
conflicto destructivo de su unidad y de su m ism a n atu raleza de
T ratem os de en ten d er el razonam iento de Bodino: el p o d e r so­ E stado. A continuación B odino critica sutilm ente las constitucio­
berano consiste fundam entalm ente en el p o d er de hacer leyes, es nes antiguas de E sp a rta y Rom a, que, com o hem os visto en diver­
decir, de establecer norm as generales que involucran a to d a la co­ sas ocasiones, hab ían sido consideradas m odelos del E stado m ixto;
m unidad. Aquí hay dos opciones: o el pueblo no tiene el p o d e r de y censura tam bién a los escritores m odernos que han in te rp re ta d o
hacer leyes y entonces el E stado no es m ixto, sino que será a risto ­ com o E stado m ixto la república de Venecia. (P ara B odino la re­
crático si el poder de h acer leyes pertenece al senado, o m o n ár­ p ública ro m an a es un E stado dem ocrático, m ientras que la repúbli­
quico si pertenece al rey; o bien el p oder de hacer leyes pertenece ca de Venecia es uno aristocrático.) Bodino repite m uchas veces
al pueblo, y entonces el E stado es dem ocrático. E n el fragm ento a n ­ que el E stado dividido es un pésim o E stado. B aste la siguiente
terio rm en te citado la afirm ación m ás im p o rtan te es que la sobe­ c ita a p ro p ó sito del reino de D inam arca:
ranía, adem ás de los atrib u to s que ya hem os considerado, de lo
Ciertamente se puede decir que el rey y la nobleza de Dinamarca se
perpetuo y absoluto, tam bién tiene el de la "indivisibilidad". El dividen la soberanía; pero también se debe agregar que p r e c i s a ­
soberano, sea un m onarca o una asam blea, o tiene todo el p oder m e n te p o r e s to el E s ta d o n o tie n e p a z [ . . . ] y es u n a c o r r u p c ió n d e
o no tiene ninguno. Cuando el p oder está realm ente dividido, el E s t a d o }}¡ás q u e u n v e r d a d e r o E s t a d o . Bien afirmaba Heródoto que
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en r e a lid a d n o h a y m á s q u e t r e s f o r m a s d e E s t a d o , q u e j a m á s c e s a n e q u it a t iv a m e n t e e n t r e t o d o s lo s s ú b d it o s ; c o n g o b ie r n o a r is t o c r á t ic o
de s e r a g it a d a s p o r e l v ie n t o d e la s d is c o r d ia s y d e la t e m p e s t a d d e s i s o la m e n t e t a le s p r e r r o g a t iv a s s e d a n a lo s n o b le s o a lo s r ic o s .
la s g u e r r a s c iv ile s h a s t a q u e e l p o d e r n o q u e d e e n la s m a n o s d e u n o E s t a v a r ie d a d d e f o r m a s d e g o b ie r n o h a h e c h o c a e r e n e l e r r o r a
de lo s c o n t e n d ie n t e s (p . 5 62 , la s c u r s iv a s s o n m í a s ) . a lg u n o s l l e v á n d o l o s a p r e s e n t a r f o r m a s m i x t a s d e E s t a d o , s in d a r s e
c u e n t a d e q u e e l g o b ie r n o d e u n E s t a d o e s u n a c o s a m u y d if e r e n t e
d e s u a d m in is t r a c ió n y d e l m o d o d e g o b e r n a r lo (p . 5 70, la s c u r s iv a s
No podríam os im aginar contraposición m ás p ro fu n d a e n tre Bo­
so n m ía s ).
dino y los p a rtid a rio s del gobierno m ixto: el E stad o que p a ra
unos es el E stado p o r excelencia, p a ra Bodino es nada m enos u n a
E n este fragm ento B odino no habla de la diferencia en tre régi­
"corrupción de E stado"; y el E stado que p a ra los autores critica­
m en y gobierno con respecto a la dem ocracia; pero tra ta de ella
dos es un E stado "p erjudicial", p a ra u sa r el epíteto de M aquia­
en el capítulo que le dedica específicam ente (cap. v ii del libro I I ) .
velo, es decir, el E stado de constitución sim ple, p a ra B odino es al
Tam bién en este caso lam enta la confusión en la que cae A ristó­
co n trario , el "verdadero" E stado.
teles en tre el régim en de un E stado y su gobierno. Bodino sos­
E n realidad el c o n traste es m enos p ro fundo de lo que parece p or
tiene:
los fragm entos citados si se considera la distinción e n tre form as
de E stado y form as de gobierno, a la que ya he hecho alusión y que S i la m a y o r ía d e lo s c iu d a d a n o s e s s o b e r a n a p e r o e l p u e b lo c o n c e d e
ah o ra debe ser exam inada con m ás detenim iento. A nticipando la c a r g o s h o n o r a r io s , p r iv ile g io s y b e n e f ic io s s o la m e n t e a lo s n o b le s ,
conclusión, creo que se puede decir que el reconocim iento de que c o m o s e h iz o e n R o m a h a s t a la le y C a n u le y a , s e t e n d r á u n a d e m o ­
hay E stados com binados p a rte del análisis de los E stados his­ c r a c ia c o n g o b ie r n o a r is t o c r á t ic o ; s i e n c a m b io e l p o d e r e s t á e n
m a n o s d e la n o b le z a o d e lo s r ic o s , q u e s o n m in o r ía , y lo s c a r g o s ,
tóricos hecho p o r B odino, la distinción en tre la titu la rid a d de la
lo s h o n o r e s y lo s b e n e f ic io s s o n c o n f e r id o s p o r l o s s e ñ o r e s i n d if e ­
soberanía, que puede pertenecer, p o r ejem plo, a un m onarca (por r e n t e m e n t e t a n t o a lo s c iu d a d a n o s p o b r e s y h u m ild e s c o m o a lo s
lo que el E stado será m o n árq u ico ), y el ejercicio de la soberanía c iu d a d a n o s r ic o s , s in p r iv ile g io s p a r t ic u la r e s p a r a a lg u ie n , s e t e n d r á
que puede ser confiado p o r el rey a u n a asam blea aristo crática o u n a a r is t o c r a c ia c o n g o b ie r n o d e m o c r á t ic o . M á s a ú n : s i t o d o e l p u e ­
popular: esta distinción tiene com o consecuencia que u n E stado b lo o la m a y o r ía d e é l t ie n e la s o b e r a n ía y c o n f ie r e c a r g o s y b e n e f i­
c i o s a t o d o s s in p r iv ile g io s p a r t ic u la r e s , o in c lu s o lo s c a r g o s s o n
puede ser m onárquico-aristocrático, o m onárquico-dem ocrático, sin
d is t r ib u id o s e n t r e t o d o s lo s c iu d a d a n o s b a j o e l s i s t e m a d e s o r t e o , s e
que p o r esto sea un E stado m ixto. E n el m om ento en que B odino se p o d r á a f ir m a r q u e n o s ó lo e l r é g im e n d e a q u e l E s t a d o e s d e m o c r á ­
a p re su ra a h a b lar de la form a de E stado m onárquica y a distinguir t ic o , s in o t a m b ié n s u g o b ie r n o (p . 6 6 0 ).
en ella varios tipos históricos, m u e stra de nueva cuenta la dife­
rencia a la que atribuye ta n ta im portancia, y que considera "un ¿Qué causó la introducción de la distinción e n tre E stado y go­
secreto de E stado que todavía no ha sido tom ado en cuenta p o r bierno? P rodujo u n a tipología de las constituciones m ucho m ás
ninguno", en tre E stado (que la traducción italian a in te rp re ta com o rica que la que B odino había creído p re sen ta r al inicio de su es­
"régim en") y gobierno. Como se puede o b servar en el siguiente tudio con la trip artició n de las constituciones sim ples. De los frag­
fragm ento, la existencia de E stados com binados, expulsada p o r la m entos citados resu lta que las constituciones ya no son tres sino
p u e rta de la crítica al gobierno m ixto, vuelve a e n tra r p o r la ven­ seis: m o n arq u ía a risto crática y m o narquía dem ocrática, a risto cra ­
ta n a de la distinción en tre E stado y gobierno. cia aristo crática y aristo cracia dem ocrática, dem ocracia a risto c rá ti­
ca y dem ocracia dem ocrática. Si luego se considera que la form a
E l r é g im e n p u e d e s e r m o n á r q u ic o , p e r o c o n g o b ie r n o d e m o c r á t ic o ,
s i e l p r ín c ip e p e r m it e p a r t ic ip a r a t o d o s e n la s a s a m b le a s d e l o s de gobierno tam bién puede ser m onárquica, cuando el ejercicio del
E s t a d o s , e n la s m a g is t r a t u r a s , e n lo s o f i c i o s , e n la s r e c o m p e n s a s , s in p o d er es confiado a uno solo, se obtienen o tras tre s form as: m o­
im p o r t a r la n o b le z a , la s r iq u e z a s o e l m é r it o . E n c a m b io p u e d e s e r n a rq u ía m onárquica, aristo cracia m onárquica y dem ocracia m o n ár­
s ie m p r e m o n á r q u ic o , p e r o c o n g o b ie r n o a r is t o c r á t ic o , s i e l p r ín c ip e quica. Si se com binan las form as de E stado y las de gobierno, en
n o c o n rier e p o d e r o b e n e f ic io s m á s q u e a lo s n o b le s , a lo s n o t a b le s
to tal las constituciones posibles son nueve.
o a lo s m á s r ic o s , i g u a lm e n t e u n a s e ñ o r ía a r is t o c r á t ic a p u e d e t e n e r
u n g o b ie r n o d e m o c r á t ic o si h o n o r e s y r e c o m p e n s a s s o n a t r ib u id o s La distinción en tre el E stado y el gobierno será retom ada dos
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en realidad no hay más que tres formas de Estado, que jamás cesan equitativamente entre todos los súbditos; con gobierno aristocrático
de ser agitadas por el viento de las discordias y de la tempestad de si solamente tales prerrogativas se dan a los nobles o a los ricos.
las guerras civiles hasta que el poder no quede en las manos de uno Esta variedad de formas de gobierno ha hecho caer en el error a
de los contendientes (p. 562, las cursivas son mías). algunos llev án do los a p r e s e n ta r fo r m a s m ix ta s de E sta d o , sin darse
cuenta de que el gobierno de un Estado es una cosa muy diferente
de su administración y del modo de gobernarlo (p. 570, las cursivas
No podríam os im aginar contraposición m ás p ro fu n d a en tre Bo­
son mías).
dino y los p a rtid a rio s del gobierno m ixto: el E stad o que p a ra
unos es el E stado p o r excelencia, p a ra Bodino es n ada m enos una
E n este fragm ento B odino no habla de la diferencia en tre régi­
"corrupción de E stado"; y el E stado que p a ra los autores critica­
m en y gobierno con respecto a la dem ocracia; pero tra ta de ella
dos es un E stado "perjudicial", p a ra u sa r el epíteto de M aquia­
en el capítulo que le dedica específicam ente (cap. v ii del lib ro I I ) .
velo, es decir, el E stado de constitución sim ple, p a ra Bodino es al
Tam bién en este caso lam enta la confusión en la que cae A ristó­
c o ntrario, el "verdadero" E stado. teles en tre el régim en de un E stado y su gobierno. Bodino sos­
E n realidad el c o n traste es m enos profundo de lo que parece por
tiene:
los fragm entos citados si se considera la distinción en tre form as
de E stado y form as de gobierno, a la que ya he hecho alusión y que Si la mayoría de los ciudadanos es soberana pero el pueblo concede
a h o ra debe ser exam inada con m ás detenim iento. A nticipando la cargos honorarios, privilegios y beneficios solamente a los nobles,
conclusión, creo que se puede decir que el reconocim iento de que como se hizo en Roma hasta la ley Canuleya, se tendrá una demo­
hay E stados com binados p a rte del análisis de los E stados his­ cracia con gobierno aristocrático; si en cambio el poder está en
tóricos hecho p o r Bodino, la distinción en tre la titu la rid a d de la manos de la nobleza o de los ricos, que son minoría, y los cargos,
los honores y los beneficios son conferidos por los señores indife­
soberanía, que puede pertenecer, p o r ejem plo, a un m onarca (por rentemente tanto a los ciudadanos pobres y humildes como a los
lo que el E stado será m o n árq u ico ), y el ejercicio de la soberanía ciudadanos ricos, sin privilegios particulares para alguien, se tendrá
que puede ser confiado p o r el rey a u n a asam blea aristo crática o una aristocracia con gobierno democrático. Más aún: si todo el pue­
popular: esta distinción tiene com o consecuencia que u n E stado blo o la mayoría de él tiene la soberanía y confiere cargos y benefi­
puede ser m onárquico-aristocrático, o m onárquico-dem ocrático, sin cios a todos sin privilegios particulares, o incluso los cargos son
distribuidos entre todos los ciudadanos bajo el sistema de sorteo, se
que p o r esto sea un E stado m ixto. E n el m om ento en que B odino se podrá afirm ar que no sólo el régimen de aquel Estado es democrá­
a p re su ra a h a b la r de la form a de E stado m onárquica y a distinguir tico, sino también su gobierno (p. 660).
en ella varios tipos históricos, m u estra de nueva cuenta la dife­
rencia a la que atribuye ta n ta im portancia, y que considera "un ¿Qué causó la introducción de la distinción en tre E stado y go­
secreto de E stado que todavía no ha sido tom ado en cuenta p o r bierno? P rodujo una tipología de las constituciones m ucho m ás
ninguno", en tre E stado (que la traducción italian a in te rp re ta com o rica que la que B odino había creído p re sen ta r al inicio de su es­
"régim en") y gobierno. Como se puede o bservar en el siguiente tudio con la trip artició n de las constituciones sim ples. De los frag­
fragm ento, la existencia de E stados com binados, expulsada p o r la m entos citados resu lta que las constituciones ya no son tres sino
p u e rta de la crítica al gobierno m ixto, vuelve a e n tra r p o r la ven­ seis: m o n arq u ía aristo crática y m o n arq u ía dem ocrática, a risto cra ­
ta n a de la distinción en tre E stado y gobierno. cia aristo crática y aristo cracia dem ocrática, dem ocracia a risto c rá ti­
ca y dem ocracia dem ocrática. Si luego se considera que la form a
El régimen puede ser monárquico, pero con gobierno democrático,
si el príncipe permite participar a todos en las asambleas de los de gobierno tam bién puede ser m onárquica, cuando el ejercicio del
Estados, en las magistraturas, en los oficios, en las recompensas, sin p o d er es confiado a uno solo, se obtienen o tras tres form as: m o­
im portar la nobleza, las riquezas o el mérito. En cambio puede ser n a rq u ía m onárquica, aristocracia m onárquica y dem ocracia m o n ár­
siempre monárquico, pero con gobierno aristocrático, si el príncipe quica. Si se com binan las form as de E stado y las de gobierno, en
no confiere poder o beneficios más que a los nobles, a los notables to tal las constituciones posibles son nueve.
o a los más ricos. Igualmente una señoría aristocrática puede tener
un gobierno democrático si honores y recompensas son atribuidos La distinción en tre el E stado y el gobierno será retom ada dos
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s ig lo s d e sp u é s p o r R o u sse a u en e l C o n tr a to s o c ia l, c o n la d ifere n c ia tic a m e n te c o n lo s ch a rlata n es ja p o n e se s q u e d escu a rtiza n a u n n iñ o


d e q u e en R o u sse a u la so b e ra n ía r es id e e x c lu siv a m e n te en el p u e­ a la v is ta d e lo s e sp ecta d o re s, a rro ja n d e sp u é s al aire to d o s su s
b lo , e s d ecir, en e l c u er p o c o le c tiv o q u e e x p resa la v o lu n ta d g en era l, m ie m b ro s u n o tras o tr o , y h a ce n ca er a la cria tu ra v iv a y en tera.
y p o r ta n to p a ra él n o h a y m á s q u e u n a s o la fo r m a d e E sta d o , e l A d ife r e n c ia d e B o d in o , R o u sse a u n o rech aza la c a te g o r ía d el g o b ie r­
b a sa d o en la so b era n ía p o p u la r a la c u a l lla m a " r ep ú b lica ”; p er o n o m ix to p o r q u e la in terp reta n o c o m o d iv isió n d el E sta d o , co m o
la rep ú b lica p o p u la r p u ed e se r g o b e rn a d a de tr e s d ife r e n te s m a ­ lo h a c e B o d in o , sin o c o m o d iv isió n d el g o b ier n o . Q ue el g o b ier n o
n e ra s seg ú n si el e je r c ic io d el p o d er , el lla m a d o p o d er e je c u tiv o , se a e s t é d iv id id o de nin gu n a m a n era a fe c ta la u n id a d de la so b era n ía
c o n fia d o a u n o , a p o c o s o a m u ch o s . R o u sse a u ta m p o c o rep u d ia (o d el E s t a d o ). D e h e c h o la d iv isió n de lo s p o d er e s d el g o b iern o ,
la tr ip a r tic ió n c lá sica , p e ro y a n o la a d m ite en c u a n to a l p o d er d e a c u e rd o c o n R ou ssea u , es ta n n o rm a l q u e to d o s lo s g o b ie rn o s
le g is la tiv o , q u e p e r te n e ce sie m p r e y e x clu siv íu n e n te a l p u eb lo , y s o n m ix to s: “n o ex isten g o b ie r n o s s im p le s ” (cap . v i i d el lib ro I I I ) .
s í cu a n d o se tra ta d el p o d er e je c u tiv o , q u e p u ed e se r c o n fia d o s e ­ La b re v e referen cia a R o u s se a u n o s p e r m ite a cla ra r m e jo r la
g ú n lo s r eg ím en es a u n s o lo m a g is tr a d o , a u n g r u p o r es tr in g id o d e in n o v a c ió n d e B o d in o, q u e c o n s is te en un a in te r p r e ta c ió n d ifer en te
e llo s o a to d o e l p u eb lo . S u s p a la b ra s a cla ra n e sta p e r sp ec tiv a y d e l fe n ó m e n o , tan fr e cu en te en la s c o n s titu c io n e s de to d o s lo s
a l m is m o tie m p o p e r m ite n e n te n d er m e jo r la in n o v a c ió n d e B o ­ tie m p o s, d e la p resen cia sim u ltá n e a d e ó r g a n o s m o n o c r á tic o s y
din o: c o le g ia d o s , d e órga nos c o le g ia d o s re str in g id o s y c o le g ia d o s rep re­
s e n ta tiv o s d e la m a yo ría d el p u eb lo , es d ecir, de ó rg a n o s q u e re­
El soberano puede, en prim er lugar, confiar el dep ósito del gobierno p r e se n ta n e sp ec ífic a m e n te u n p r in c ip io c o n s titu c io n a l d ife re n te , m o ­
a todo el pueblo o a su mayoría, de suerte que haya m ás ciudadanos n á r q u ic o , a r isto c rá tic o o d e m o c r á tic o . L os te ó r ic o s d el g o b ie rn o
m agistrados que sim ples particulares. A esta form a de gobierno se
da el nom bre de de m o cracia. O puede tam bién reducir el gobierno, m ix to s o s tie n e n que se tra ta d e u n a d iv isió n d el p o d er so b era n o en
depositándolo en m anos de los m enos, de m anera que resulten m ás p a r te s d ife r e n te s del q u e ca d a u n a tie n e u n a so b era n ía lim ita d a .
ciudadanos que m agistrados. E sta form a tom a el nom bre de a r is to ­ E n ca m b io , B o d in o a firm a q u e se tra ta de u n E sta d o en el qu e el
cracia. Puede, por últim o, concentrar todo el gobierno en un m agis­ g o b ier n o o p o d er ejecu tiv o e stá reg u la d o c o n b a se en u n p r in ci­
trado único de quien los dem ás reciben el poder. E sta tercera form a p io d ife r e n te de aquel en el q u e se fu n d a el p o d er so b er a n o , y
es la m ás com ún y se llam a m o n a rq u ía o gobierno real {C ontrato
social, libro III, cap. iii) .* p o r ta n to e s te p o der c o n tin ú a r es id ie n d o en u n ó rg a n o (y p o r ta n to
el E sta d o e s sim p le ), a u n q u e lo s ó rg a n o s a lo s q u e es c o n fia d o el
A u n q u e la p r efe re n c ia p o lític a de R o u s se a u e s o p u e s ta a la d e p o d er e je c u tiv o o bed ecen a u n p r in c ip io d ife re n te . T ó m ese en cu en ­
B o d in o — e n c u a n to e l a u to r d el C o n tr a to s o c ia l id e n tific a la so b e ­ ta el e je m p lo a costu m b ra d o de la c o n s titu c ió n de la R o m a rep u ­
ran ía c o n la so b era n ía p o p u la r, m ie n tra s B o d in o c o n sid e r a q u e la b lica n a: p a ra lo s teó rico s d el g o b ier n o m ix to la rep ú b lic a ro m a n a
so b e ra n ía p u ed e r es id ir en el p u eb lo , en u n ú n ic o p r ín c ip e o en es u n E sta d o e n el q u e la so b era n ía e stá d iv id id a en tr e lo s c ó n ­
la c la se de lo s n o ta b le s e, in c lu so , cu a n d o d e b e ex p r esa r su p r e fe ­ su le s, e l sen a d o y los c o m ic io s p o p u la res; pa ra B o d in o es u n E s ­
ren cia , s e p r o n u n c ia e x p líc ita m en te p o r la m o n a rq u ía — la ló g ic a ta d o d e m o c r á tic o en el q u e el p o d er so b e ra n o resid e en el p u eb lo ,
d el d is c u r so r o u sso n ia n o e s id é n tic a a la d el a u to r D e la r e p ú b lic a . y q u e tie n e c o m o órgan o s e je c u tiv o s de la ú n ic a v o lu n ta d so b era n a
T a m b ién p a ra R o u s se a u u n a d e la s c a ra c te rística s d e la so b e ra n ía a lo s c ó n s u le s y al sen ad o . D ic h o d e o tro m o d o: se p u ed e o b serv a r
es la in d iv is ib ilid a d (a la q u e d ed ica u n c a p ítu lo a d h o c , ca p . i i d e l q u e u n o s v e n en el E sta d o m ix to u n e q u ilib r io de p o d e re s ig u a l­
lib ro I I ) . La so b era n ía o e s ú n ic a o n o lo es. R o u sse a u c ritic a s e ­ m e n te so b e ra n o s, B o d in o , q u e n o cree en la p o s ib ilid a d de q u e
v era m en te a lo s q u e d iv id en la so b era n ía y d e sp u é s d e h a c e rlo c o n ­ p o d er e s so b era n o s pu ed an c o e x is tir en u n ú n ic o E sta d o sin d estru ir ­
sid e ra n q u e p u ed en in teg ra rla en la u n ida d; y lo s co m p a r a s a r c á s­ lo , r ec o n o c e u n poder s o b r es a lie n te , q u e en d e fin itiv a es el v e rd a ­
d ero p o d er so beran o, y v a rio s o tr o s p o d ere s su b o r d in a d o s q u e n o
* P a r a la tra d u cc ió n d e e s t e fr a g m en to m e a p o y o en: J. J. R o u ssea u , “D u c o n s titu y e n el régim en sin o el g ob iern o ; n o el p o d er le g is la tiv o , q u e
co n tr a ct s o c ia l”, en Œ u v r e s c o m p le te s , i i i . B ib lio th è q u e d e la P léia d e, G alli­
m ard , P a rís, p. 403; y en: J. J. R o u ssea u , E l c o n tr a to so c ia l, P o rrúa , M éxico ,
e s el fu n d a m e n to de to d o s lo s d em á s p o d ere s, sin o el p o d er e je c u ­
1969, p . 35. [T.] tiv o , (|U f a clú a en n om b re y p o r cu e n ta d el p o d er le g is la tiv o .
f
90 B O D IN O B O D IN O 91

La d istin c ió n en tr e rég im en y g o b ier n o , en tre titu la r id a d d e la poder. E n efecto, ¿qué o tra cosa son la form a despótica y la tirá ­
so b er a n ía y e je r c ic io , tie n e o tra c o n se c u e n c ia im p o rta n te en el nica que él tom a en consideración en toda form a de E stado si no
c o n ju n to d e la te o r ía b o d in ia n a d e la s fo r m a s d e g o b ier n o . H a sta una corrupción de las respectivas form as "legítim as"? Pero enton­
a q u í h e m o s v is to q u e e sta d is tin c ió n sirv e p a ra c o m p r en d e r la ces lo que cam bia en la sistem atización de Bodino no es la p re ­
c o m p le ja rea lid a d d e lo s E sta d o s sin recurrir a la te o r ía d el g o ­ sencia o ausencia de las form as co rru p tas, sino p u ra y sim plem ente
b ier n o m ix to q u e B o d in o c o n sid e ra u n a fic c ió n . A sim ism o , h e m o s su reinterpretación. Repito: la corrupción no es del E stado sino del
v is to q u e B o d in o rech a za d e la s te o r ía s tr a d ic io n a les n o s o la m e n te gobierno. Veamos un poco m ás de cerca cuál es la diferencia entre
el c o n c ep to d e g o b ier n o m ix to , sin o ta m b ié n el d e la s fo r m a s d eg e­ m onarquía real y m onarquía tiránica: el rey es el m onarca que res­
n era d a s. Y b ien: la d is tin c ió n en tre rég im en y g o b ier n o le p e r m ite peta las leyes de naturaleza; el tiran o es el que no las respeta.
a B o d in o co m p re n d er, y p o r ta n to in clu ir en su s is te m a g en era l, el ¿No es ésta la diferencia en tre rey y tiran o que nos legó el pensa­
fe n ó m e n o d e la s fo r m a s d e g en era d a s, p o rq u e lo q u e c o n s titu y e m iento clásico? ¿Qué o tra cosa es el tiran o tal como lo define
e ste fe n ó m e n o n o e s u n v ic io d e la so b e ra n ía en c u a n to ta l, sin o d e Bodino si no el “ty r a n n u s e x p a r te e x e r c iti i” de la tradición? Léase
su e je rc ic io . C ada u n o d e lo s tres r eg ím en e s, m o n a rq u ía , a r isto cr a c ia el siguiente fragm ento de carácter un tan to convencional en el que
y d em o cr a cia , p u ed en a su m ir , d e a c u erd o c o n B o d in o , tre s d ifere n ­ Bodino contrapone en form a de an títesis el príncipe bueno al p rín ­
te s form a s: to d a m o n a rq u ía p u ed e ser rea l, d e s p ó tic a y tirá n ica; cipe m alo:
to d a a r isto cr a c ia p u ed e ser le g ítim a , d e s p ó tic a y fa cc io sa ; to d a
d em o c ra cia p u ed e se r le g ítim a , d e sp ó tic a y tirá n ica . A p r o p ó s ito d e La diferencia más clara entre un rey y un tirano es que el rey se
la s tres fo r m a s d e m o n a rq u ía , B o d in o a d v ie rte q u e n o se tra ta apega a las leyes de naturaleza, m ientras el tirano las transgrede.
de "tres d ifere n tes r eg ím en e s, sin o só lo d e u n a m a n era d ifer e n te d e
Uno cultiva la piedad, la justicia, mantiene la fe de la palabra dada;
el otro no reconoce Dios, fe, ni ley. Uno hace todo aquello que
eje rc er el g o b ier n o en u n . E sta d o m o n á rq u ico " (p. 5 7 0 ). Lo m is ­ considera útil en vista del bien público y para la tutela de los súb­
m o se p u ed e d ecir d e la s tr e s fo r m a s d e a r isto cr a c ia y d e la s tre s d e ditos; el otro no actúa más que en vista de su provecho personal,
d em o c ra cia . B o d in o es ex tr em a d a m e n te c la r o a l d e fin ir la s tre s por venganza o capricho [. . . ] Uno se complace de ser en ocasiones
fo r m a s d e m on a rq u ía : visto y escuchado directamente por los súbditos; el otro se esconde
de ellos como si fuese su enemigo. Uno toma muy en cuenta el
La monarquía real o legítima es aquella en la cual los súbditos obe­ amor de su pueblo, el otro su temor [. . . ] Uno es amado y vene­
decen a las leyes del rey, y éste a las leyes de naturaleza, quedán­ rado por todos los súbditos, el otro los odia a todos y es odiado por
doles a los súbditos la libertad natural y la propiedad de sus bienes. todos [ .. . ] Uno es honrado en vida y llorado en su muerte, el otro
La monarquía despótica es aquella en la cual el príncipe se ha hecho es difamado cuando está vivo y después de muerto tratan de olvi­
señor de los bienes y de las personas mismas de los súbditos por darlo (pp. 594-595).
derecho de armas y de guerra justa, y gobierna a los súbditos como
un jefe de familia a sus esclavos. La monarquía tiránica es aquella Además de las m onarquías legítim a y tiránica, Bodino habla de
en la cual el monarca transgrede las leyes de naturaleza, abusa de la despótica. El tem a de la m onarquía despótica no es nuevo: ya
los libres como si fueran esclavos, dispone de los bienes de los súb­
ditos como si fueran propios (p. 570). A ristóteles lo había tocado. Bodino, al igual que A ristóteles, con­
sidera que el elem ento característico del despotism o es la relación
M ás o m e n o s la s m is m a s fó r m u la s p u ed e n u s a r se p a ra d e scr ib ir amo-esclavo; déspota es quien gobierna a su pueblo com o el amo
la s tr es fo rm a s d e a r isto cr a c ia y la s tre s d e d em o c ra cia . ¿Q ué n o s al esclavo. Lo que cam bia con respecto a A ristóteles es la ju stifica­
su g ie ren e sta s d e fin ic io n e s d e E sta d o le g ítim o . E sta d o d e s p ó tic o y ción del p oder despótico: A ristóteles no había dudado al hablar^en
E sta d o tirá n ico ? N o s su g ie ren a lg o m u y sim p le: q u e B o d in o , d e s ­ la P o lític a , de acuerdo con su teoría de la diferencia n a tu ra l entre
p u és de n eg ar el r ec o n o c im ie n to a la d is tin c ió n en tr e fo r m a s recta s amos y esclavos, de pueblos natu ralm en te serviles. Después de si­
y co rr u p ta s en referen cia a la fo rm a d e E sta d o , in tro d u c e la d is ­ glos de cristianism o, una concepción de este tipo ya no era soste-
tin c ió n cu a n d o c o n sid e ra la m a n era en q u e el so b e ra n o , sea é s te niblc. La Justificación ad optada p o r Bodino es otra: en el frag­
el p rín c ip e, el c o n s e jo d e n o ta b le s o la a s a m b lea p o p u la r, e jer ce el m ento cilailo c‘l habla del despota como de quien se ha hecho señor
T

92 B O D IN O B Ü D IN Ü ttl

d e lo s p r o p io s s ú b d ito s " p o r d er ech o d e a rm a s y d e gu erra ju s ta ” . sus bienes m ás que en renta y durante el tiem po que peí iiuuii’»ph
E n o tr o fr a g m e n to rea firm a su p e n s a m ie n to a l p recisa rlo : con vida (p. 577).

V encidos los enem igos en guerra santa y justa, es adm isible que un E s te e je m p lo in tro d u c e u n c a so n u ev o y e x tr em a d a m e n te in ter e ­
rey se haga señor de sus personas y de sus propiedades por derecho sa n te e n la fe n o m e n o lo g ía d el d e sp o tism o : el d e s p o tis m o c o lo n ia l,
de guerra, gobernando a los nuevos súbd itos com o el jefe de fam ilia q u e tie n e lu g a r en la s r e la c io n es en tr e lo s e u r o p e o s lib r e s y lo s
dispone en calidad de am o, y por tanto con pleno arbitrio, de sus d e m á s p u e b lo s " s er v ile s” . D e e s to s e d eriv a q u e e l d e s p o tis m o d e
esclavos y de sus bienes (p. 572), a h o ra en a d e la n te n o so la m e n te e s “o r ie n ta l” s in o ta m b ié n o c ­
c id e n ta l”, d e sd e e l m o m e n to en q u e la s g ra n d es n a c io n e s d e o c c i­
C o n sid era d a c o m o la c o n se c u e n c ia d e u n a v ic to r ia en u n a g u erra d en te en tra n e n c o n ta c to c o n p u e b lo s d e o tr o s c o n tin e n te s c o n ­
ju s ta — o b sé rv e se c o n a te n c ió n , la gu erra d eb e se r " ju sta ”, e s d ecir, s id e ra d o s m e n o s c iv iliz a d o s. E n o tr a s p a lab ra s: la e x is te n c ia d e
d eb e ser a c ep ta d a c o m o la rep a ra ció n de u n d a ñ o — la e sc la v itu d p u e b lo s se r v ile s n o ju s tific a s o la m e n te el d e s p o tis m o en e l p r o p io
e s ju stific a d a en cu a n to e s c o n s id e ra d a c o m o u n c a stig o . E n su lu gar, s in o q u e o fr e ce u n a r g u m en to p a ra le g itim a r lo ta m b ié n s o ­
m o d a lid a d d e c a stig o , la e sc la v itu d y a n o e s u n h e c h o n a tu ra l sin o b re e llo s p o r p a r te d e p u e b lo s q u e ja m á s p o d ría n a d m itir u n ré­
la c o n se c u e n c ia d e u n a c to d e lib re v o lu n ta d (d e u n a v o lu n ta d m a l­ g im e n d e s p ó tic o p a ra sí m is m o s . A p a r tir de la é p o c a d e la s c o n ­
v ad a, q u e h a q u erid o e l m a l, en e s te c a so la g u erra in ju sta , y d eb e q u is ta s c o lo n ia le s , e l d e s p o tis m o y a n o e s tá s o la m e n te ca ra c teriza d o
su fr ir la s c o n s e c u e n c ia s ). N o d eriv a e x n a tu r a , s in o e x d e lic io . c o m o u n rég im en d e io s p u e b lo s n o e u r o p e o s, s in o q u e ta m b ié n ,e s
(T am b ién el rem er o co n d e n a d o a tra b a ja r en la s g a le ra s n o e s e s ­ le g itim a d o c o m o u n rég im en s o b r e lo s p u e b lo s n o e u r o p e o s de p a r­
cla v o p o r n a tu ra leza s in o e x d e lic to .) E n e l á m b ito d e la tr a d ic ió n te d e lo s p u e b lo s e u r o p e o s. S i e s v erd a d q u e h a y p u e b lo s a c o s ­
c lá sic a p e rm a n e ce el e je m p lo h is tó r ic o d e la s m o n a rq u ía s d e sp ó ­ tu m b r a d o s a s e r g o b er n a d o s d e sp ó tic a m e n te , n o h a y ra zó n p ara
tic a s h e c h o p o r B o d in o . E sta s m o n a rq u ía s s o n u n n u ev o ca p ítu lo q u e e llo s n o sea n g o b e rn a d o s d e la m is m a m a n era p o r p u e b lo s q u e
e n e l te m a d el d e s p o tis m o o r ie n ta l, q u e v e re m o s r ep ro d u cid o co n c o n sid e ra r ía n ile g ítim o u n g o b ie r n o d e s p ó tic o e je rc id o so b r e ello s:
p o c a s v a r ia cio n e s e n lo s s ig lo s p o ste r io r e s. B o d in o n o d e sa r r o lla e s te a rg u m en to , p e r o el e je m p lo d e l g o b ie rn o
e sp a ñ o l so b r e P erú n o d eja lu g a r a d u d a s a cerca d e la a m p lia ció n
Las m onarquías despóticas que hoy quedan son m uy pocas [ . . ] , sin
d e la c a te g o r ía h is tó r ic a d el d e s p o tis m o d e lo s r eg ím en es d e lo s
em bargo todavía se pueden encontrar un cierto núm ero de ellas, en
Asia, Etiopía, e inclu so en Europa, com o por ejem plo el señorío de p u e b lo s n o e u r o p e o s a lo s r eg ím en es s o b r e lo s p u e b lo s ta m b ié n
los tártaros y la M oscovia (p. 572). n o e u r o p e o s.
D e a c u erd o c o n la tr a d ic ió n , a p a re ce a s im is m o la d ife r e n c ia en tr e
A e s ta s a ltu ra s la c o n tr a p o s ic ió n en tr e la E u r o p a lib er a l y el r es ­ la m o n a r q u ía d e s p ó tic a y la tira n ía , y la su p e r io rid a d d e la p rim era
to d el m im d o e s p ra g m á tica ; d e sp u é s d e h a b er s o s te n id o q u e el s o b r e la seg u n d a , la cu a l c o n s is te e n q u e la m o n a rq u ía d e s p ó tic a
r ein o de E tio p ía e s "una a u tén tic a m o n a rq u ía d e s p ó tic a ”, agrega: e s d u ra e n e l e je r c ic io d e l p o d e r, p ero tie n e u n a ju s tific a c ió n y p o r
ta n to , en ú lt im a in sta n cia , e s leg ítim a ; la tira n ía a d em á s d e q u e
En cam bio los pueblos europeos, m ás ind óm itos y guerreros que los e s d u ra en e l e je r c ic io ta m b ié n e s ile g ítim a (se e n tie n d e q u e la
africanos, ja m á s h a n p o d id o tolera r m o n a rq u ía s d e sp ó tic a s (p. 575, c o m p a r a c ió n e s e n tr e e l d e s p o tis m o y la tira n ía e x d e f e c t u t i t u l i ) .
las cursivas son m ías).
V a le la p e n a le er e l s ig u ie n te p a s a je p o r la cla rid a d c o n la q u e e l
p r o b le m a e s e x p u e sto :
N o la s h a n p o d id o to le r a r p ero la s h a n im p u e sto a lo s p u eb lo s
c o n sid e r a d o s in fer io r es cu a n d o h a n p o d id o . C on d e sen v o ltu r a B o ­ Aunque es verdad que convertir en esclavos a los hom bres libres
d in o p r e se n ta el sig u ie n te ejem p lo : y adueñarse de lo que es propiedad ajena va contra la ley de natu­
raleza, tam bién es cierto que, por consen so de todos los pueblos, lo
A l d o m in a r e l r e in o d e l P e r ú e l e m p e r a d o r C a r lo s V s e c o n v ir lió e n que ha sido conquistado m ediante una guerra legítim a pasa a ser
u n m o n a r c a d e s p ó t ic o , d e s u e r t e q u e lo s s ú b d it o s n o d is p o n i li d e propiedad del vencedor y los vencidos se vuelven sus esclavos, de
94 B O D IN O

m anera que no se puede decir que una señoría conquistada de esa


form a equivalga sin m ás a una tiranía (p. 578).
V III. H O BBES
Y e ste otro ;

H o b b e s es el m á s g ra n d e filó s o fo p o lític o d e la é p o c a m o d er n a a n tes


En general se puede decir que deseando identificar el régim en des­
pótico con el tiránico se deberá afirm ar que n o existe diferencia q u e H eg el. E sc r ib e m u ch a s o b ra s p o lític a s de c a p ita l im p o r ta n c ia
entre el legítim o enem igo en guerra y el ladrón, entre el príncipe p a ra la c o m p r e n sió n d el E sta d o m o d er n o , d e la s cu a les la s p r in c i­
legítim o y el bribón, entre la guerra legalm ente declarada y la fuerza p a le s s o n L o s e le m e n to s d e la le y n a tu r a l y p o lític a (1640) (trad ,
ilegítim a y violenta, la que los antiguos llam aban piratería v saqueo ita lia n a a ca rg o d e A. P a cch i, La N u o v a Ita lia , F lo ren cia , 1968); D e
(p. 578).
c iv e (1642 y 1647) (trad , ita lia n a a ca rg o d e N . B o b b io , U tet, Tu­
rin, 195 9); L e v ia tá n (1651) (trad , ita lia n a , L aterza, B a rí, 1911, e n
La d ife re n c ia en la s ca u sa s rep er cu te a fin de c u e n ta s en lo s e fe c ­
d o s v o lú m e n e s ).* E n cu a n to a la s te s is q u e n o s in te r e sa n , se rela­
tos: m ie n tra s el d e s p o tis m o es e sta b le , la tira n ía es efím er a . La
c io n a d ir e cta m e n te c o n B o d in o , p e ro la s s o s tie n e c o n u n rig o r
razón de e sta d ifer en cia se ex p resa en u n fra g m e n to q u e n o n ec e­
to ta lm e n te d ife re n te, ta n es a s í q u e d e sp u é s de él n a d ie p u ed e y a
sita co m en ta r io s:
so ste n e r la s te s is tr a d ic io n a les sin to m a r en cu e n ta lo s a r g u m en to s
La razón por la que la m onarquía despótica dura m ás que las otras q u e a d o p tó p a ra c o n fu ta r la s. Al ig u a l q u e B o d in o , H o b b es n o a cep ta
reside en el hecho de que es m ás augusta, y que los súbditos depen­ d o s d e la s te s is q u e h a n ca ra c te riza d o d u ra n te sig lo s la te o r ía de
den com pletam ente, en lo que se refiere a la vida, la libertad y la la s fo rm a s d e g ob iern o : la de la d is tin c ió n en tr e fo rm a s b u en a s y
propiedad, del soberano que los ha conquistado a ju sto título, cosa m a la s, y la d e l g o b ie r n o m ix to . A m b a s c o n fu ta c io n e s d eriv a n co n
que abate com pletam ente cualquier rebelión, así com o el esclavo,
ló g ic a férre a d e lo s d o s a tr ib u to s fu n d a m en ta le s de la so b era n ía:
consciente de su condición, generalm ente se vuelve hum ilde, vil, de
carácter servil, tal com o se dice. En contraste los hom bres libres y e l ser a b so lu ta y el ser in d iv isib le . C o m o v e re m o s, d e l a tr ib u to
señores de sus bienes, si se trata de dom inarlos o de usurpar lo que d e l se r a b s o lu ta p r o v ien e la c rític a d e la d is tin c ió n en tr e fo r m a s
les pertenece, se sublevan rápidam ente, porque tienen un carácter b u en a s y m a la s, m ie n tra s q u e d el d e la in d iv is ib ilid a d d eriva la
generoso, alim entado por la libertad y no corrom pido por la escla ­ c r ític a d e l g o b ie r n o m ix to .
vitud (p. 579).
A sí c o m o pa ra B o d in o , ta m b ié n pa ra H o b b es el p o d er so b era n o
e s a b so lu to ; si n o lo e s, n o e s so b e ra n o . E l ser so b e ra n o y el ser
C om o se a precia, a d em á s d el esc la v o p e r g e n e r a tio n e m e stá ta m ­
a b s o lu to s o n u n u m e t id e m . A u n qu e p u ed a p a r ece r q u e u n a tr i­
b ién el p e r i n s titu íio n e m , es d ecir, el e sc la v o q u e n o n a ce ta l sin o
b u to c o m o " a b solu to " n o p e r m ita u n su p e r la tiv o , n o es d e sca b e ­
qu e a d q u iere esa co n d ic ió n , p o rq u e la e sc la v itu d le es im p u e sta
lla d o d e cir q u e e l p o d er so b era n o d e H o b b es e s m á s a b s o lu to q u e
y se a d a p ta a ella; y al a d a p ta rse al d o m in io d el a m o le da fu er ­
e l d e B o d in o . C om o h e m o s v is to , p a ra B o d in o el p o d er d e l so b e ­
za y e sta b ilid a d .
ra no, a u n sie n d o a b so lu to , en cu a n to n o e stá lim ita d o p o r la s ley es
p o s itiv a s , r e c o n o c e lím ite s (a d em á s d e la s le y e s c o n s titu c io n a le s
q u e n o e stá n en d is c u sió n ) en e l a p e g o a la s le y es n a tu r a les y d i­
v in a s, y en e l d erech o d e lo s p riv a d o s. F ren te a la ín d o le a b so lu ta
d el p o d er so b e ra n o c o m o la c o n c ib e H o b b es, a m b o s lím ite s d e sa p a ­
recen . P or lo q u e h a ce a la s le y es n a tu ra les y d iv in a s, n o e s q u e
H o b b es n ie g u e la e x is te n c ia d e é sta s, p ero a fir m a (c o r recta m en te )

* P a r a la tr a d u cc ió n a l es p a ñ o l d e lo s fr a g m en to s d e H o b b es m e a p o y o
en: T h o m a s H o b b es, L e v ia th a n , P en g u in B o o k s, In g la terra , 1981; T h o m a s
H o b b es, L e v ia tá n , E d ito r a N a c io n a l, M adrid, 1983; T h o m a s H o b b es, L e v ia -
tá n , F o n d o d e C u ltu ra E c o n ò m ic a , M éx ico , 1982. [x.]

95
96 HOBBES HOBBES »/

q u e e lla s n o so n c o m o la s le y e s p o sitiv a s; y n o lo s o n p o r q u e n o d e sd e el m o m e n to en q u e, te n ie n d o to d o s el d erech o so bre (otlu,


s e p u ed en h a ce r v a ler c o n la fu erza d e u n p o d er co m ú n . A sí p u es, cu a lq u ier c o s a e s al m is m o tie m p o m ía y tu y a, y p o r ta n lo iio os
n o s o n o b lig a to r ia s e x te rio r m e n te , sin o s ó lo lo s o n in ter io r m e n te , m á s m ía de lo q u e e s tu ya . S o la m e n te el E sta d o p u ed e garan tizar
e s d ecir, en c o n c ie n cia . D ic h o d e o tr o m o d o ; e l v ín c u lo q u e u n e a c o n su fu erza , q u e es su p e rio r a la de to d o s lo s in d iv id u o s ju n to s,
lo s s ú b d ito s c o n la s le y es p o s itiv a s , o sea , la s le y es p r o m u lg a d a s q u e lo m ío s e a e x clu siv a m en te m ío y lo tu y o sea s ó lo tu y o . E n
p o r el so b e ra n o , n o tie n e la m is m a n a tu ra leza q u e e l la z o q u e o tra s p a lab ra s: ú n ic a m en te el E sta d o p u ed e a seg u ra r la e x isten cia
rela cio n a a l so b e ra n o c o n la s le y es n a tu ra les, e s d ec ir, c o n la s d e la p r o p ie d a d p riva da .
d ic ta d a s p o r D io s. S i el sú b d ito n o o b se rv a la s le y e s p o s itiv a s p u e­ D e la ín d o le a b so lu ta d el p o d er e sta ta l deriva , c o m o s e h a d ich o ,
de se r c o n str eñ id o p o r la fu erza d el p o d er so b era n o ; si e l so b e ra n o la n eg a c ió n d e la d is tin c ió n en tre fo r m a s b u en a s y m a la s de g o ­
n o r es p e ta la s le y e s n a tu ra les, n a d ie p u ed e o b lig a rlo y c a stig a r lo b ier n o . E l ra zo n a m ie n to d e H o b b es e s rig u ro so : la d is tin c ió n en tre
(p or lo m e n o s en e s te m u n d o ) . E n c o n s ec u e n c ia , m ie n tra s la s le y e s fo rm a s b u en a s y m a la s p a r te d e la d is tin c ió n en tre so b e ra n o s q u e
p o s itiv a s so n p a ra lo s s ú b d ito s m a n d a to s q u e d e b en se r o b e d e c id o s e je rc en el p o d er d e a c u erd o c o n la s le y es y so b e ra n o s q u e g o b ier ­
a b so lu ta m e n te , la s le y es n a tu ra les s o n p a ra e l so b e ra n o so la m e n te n a n sin re sp e ta r la s le y es co n la s q u e e stá n o b lig a d o s; p ero si e l
reg la s de p r u d en cia q u e le su g ie ren co m p o r ta r se d e c ie r ta fo rm a so b e ra n o v e rd a d e ra m en te e s “le g ib u s s o l u t u s ”, s i n o e stá o b lig a d o
s i q u iere a lca n za r u n fin d eter m in a d o , p e ro n o le im p o n e n n ec e­ p o r n in g u n a le y q u e e s té p o r e n c im a de él, ¿ c ó m o es p o s ib le d is ­
sa ria m en te u n a co n d u cta en lu g ar d e o tra . M ien tra s e l ju ez de la tin g u ir a l so b e ra n o q u e r es p e ta la s le y es de a q u el q u e n o lo h ace?
c o n d u cta d el sú b d ito es el so b er a n o , d e la co n d u cta d el so b e ra n o E n o tr a s p a lab ra s: el m a l so b e ra n o e s q u ien a b u sa d el p o d er q u e
e l ú n ic o ju ez es él m is m o . P or lo q u e se r efier e a l d e r ec h o d e lo s se le h a c o n fia d o . ¿ P ero tie n e s e n tid o h a b la r d e a b u so d e p o d er
p r iv a d o s, B o d in o s o stie n e , c o m o h e m o s v is to , q u e la s r ela c io n es a llí d o n d e e x is te u n p o d er ilim ita d o ? D o n d e el p o d er e s ilim ita d o ,
en tr e lo s p r iv a d o s s o n reg u la d a s p o r u n d er ech o en el q u e e l s o ­ e l c o n c e p to m is m o d e a b u so se v u e lv e c o n tr a d ic to r io . E n to n c e s,
b era n o n o p u ed e in te rv en ir p o r q u e e s u n d er ech o q u e tie n e su fu e n ­ ¿ c ó m o se p u ed e d is tin g u ir al so b e ra n o b u en o d el m a lo , si y a n o
te p r in c ip a l en la v o lu n ta d d e lo s in d iv id u o s c o m o p a r tic ip a n te s o p er a el c rite r io , el ú n ic o criter io , q u e p e r m ite su d ifere n c ia ció n ?
d e la so c ie d a d d e la s re la c io n es e c o n ó m ic a s, q u e e s in d ep en d ie n ­ C o n v ien e d eja r la p a la b ra a l m is m o H o b b es, cu y a cla rid a d es in ­
te d e la so c ie d a d p o lític a . H o b b es n ieg a e s ta d ife r e n c ia en tr e la su p era b le;
e sfe r a p riv a d a y la p ú b lica ; u n a v ez c o n s titu id o e l E sta d o , e l c a m ­
p o d e la s re la c io n es p r iv a d a s, q u e en H o b b es c o in c id e c o n e l e s ­ Los antiguos escritores políticos introdujeron otras tres formas opues­
tas a éstas [se entiende a las tres formas clásicas de la monarquía,
ta d o d e n atu ra leza , se r es u e lv e c o m p le ta m e n te en la e sfe r a d e la s
la aristocracia y la democracia], es decir la anarquía (o sea la con­
r ela c io n es p ú b lic a s, e s d ecir, d e la s r e la c io n es d e d o m in io q u e fusión) en contraste con la democracia, la oligarquía (el poder
v in cu la n al so b era n o co n lo s sú b d ito s. E n e fe c to , la razón p o r la excesivo de pocos) en oposición a la aristocracia, y la tiranía con­
cu a l lo s in d iv id u o s sa le n d el e sta d o d e n a tu r a le za p a ra e n tra r e n traria a la monarquía. Pero éstas no son tres formas de Estado di­
el E sta d o , es q u e el d e n atu ra leza , n o reg u la d o p o r le y es p r o m u l­ versas de las prim eras, sino tres diferentes denominaciones, que les
da a las prim eras quien tenía odio por el gobierno o los gobernantes.
g a d a s y h e ch a s v a ler p o r u n p o d er co m ú n , se r es u e lv e e n u n e sta d o
Ciertamente los hombres no sólo tienen la costumbre de indicar
d e c o n flic to p er m a n en te (el fa m o so “b e llu m o m n i u m c o n tr a o m - con los nombres las cosas, sino de designar con ellos sus sentimien­
n e s " ) . M ien tras p a ra B o d in o la p ro p ied a d c o m o d er ech o d e g ozar tos, el amor, el odio, la ira, etc. De lo que se desprende que lo que
y d isp o n er d e u n a c o sa , ex clu y e n d o a c u a lq u ie r o tr o , e s u n d er e­ uno llama democracia, el otro denomina anarquía; lo que uno define
c h o q u e se fo r m a y d esa rr o lla en u n a e sfer a de re la c io n es p riv a d a s aristocracia, el otro indica como oligarquía, y lo que uno denomina
a n te s e in d ep en d ie n tem e n te d el E sta d o , p a ra H o b b es el d e rec h o
tirano, el otro le da el nombre de rey. De manera que con estos
nombres no se designan formas de Estado diferentes, sino única­
d e p r o p ie d a d e x is te so la m e n te en el E sta d o y m e d ia n te la tu te la mente las diferentes opiniones de los ciudadanos en referencia a las
q u e d e él h a ce ta l E sta d o : en el e sta d o de n a tu ra leza lo s in d iv i­ personas de los gobernantes (De cive, VII, 2).
d u o s tie n e n u n iu s in o m n ia , o sea , tie n e n u n d er ech o so b r e to d a s
la s c o sa s , lo q u e eq u iv a le a d ecir q u e n o tie n e n d er ech o a n a d a,
98 HOBBES HOBBES 99

E n e ste fr a g m e n to H o b b es h a c e u n a a fir m a ció n filo s ó fic a im ­ En segundo lugar, rey y tirano no difieren por la manera de adquirir
p o rta n te: n o e x iste n in g ú n cr iter io o b je tiv o p a ra d is tin g u ir a l b u en el poder. En efecto, si en un Estado democrático o aristocrático
rey d el tir a n o , etc. L os ju ic io s d e v alo r, o sea , lo s q u e u sa m o s un ciudadano se adueña por la fuerza del poder, en el momento en
p a ra d ecir q u e a lg o e stá b ien o m a l, so n ju ic io s su b je tiv o s q u e d e­
que haya logrado obtener el reconocimiento de los ciudadanos se
vuelve un rey legítimo; en caso que no lo obtenga queda como
p e n d en de la " o p in ió n ”. Lo q u e a u n o le p a re ce b u en o a o tr o le un enemigo, y no como un tirano {De cive, VII, 3).
p a rece m a lo : e sto su ce d e p o r q u e n o e x iste n in g ú n c riter io ra cio ­
n a l para d istin g u ir el b ien d el m a l. T o d o cr iter io es d e riv a d o d e T a m b ién e n e ste c a so el r a z o n a m ie n to h o b b e sia n o e s u n dilem a:
la p a sió n , n o de la razón . E l m o tiv o p o r el q u e n o e x is te n in g ú n o el p r ín cip e q u e c o n q u is ta el E sta d o p o r la fu erza (q u e para la
cr iter io o b je tiv o p a ra d is tin g u ir al rey d e l tir a n o se a cla ra p u n ­ te o r ía tr a d ic io n a l ser ía u n tir a n o p o r fa lta d e títu lo ) lo g ra c o n ­
tu a lm e n te en e ste seg u n d o fra g m en to : serv ar el p o d e r, c o n sig u e q u e lo s s ú b d ito s lo rec o n o z ca n y s e v u e l­
v e u n p rín c ip e le g ítim o q u e n o s e d is tin g u e d e cu a lq u ie r o tr o p rín ­
Las pasiones de los hombres no les perm itirán fácilmente conven­ c ip e le g ítim o , o n o lo g r a c o n s er v a r el p o d er p o rq u e lo s sú b d ito s
cerse de que el reino y la tiranía sean la misma forma de Estado.
Aunque prefirieron que el Estado estuviese sujeto a un solo indi­ co n tin ú a n s ié n d o le h o s tile s y e n to n c e s es u n e n e m ig o . N o ten g o
viduo en lugar que a muchos, piensan que no esté bien gobernado n e c e s id a d d e su b ra ya r la im p o rta n c ia d e e sta a fir m a c ió n , q u e re­
si no está regido según su juicio. Pero es necesario buscar con la sid e e n la e n u n cia c ió n d el p r in c ip io sig u ie n te: o el p r ín c ip e lo gra
razón y no con el sentimiento en qué cosa difiere el rey del tirano, le g itim a r in c lu so p o s t f a c t u m el p o d er y e n to n c e s e s u n p rín cip e
ya que no se distinguen por una mayor amplitud del poder que c o m o to d o s lo s d em á s, o n o lo g r a le g itim a r lo d e sp u é s d e c o n q u is­
uno tenga en lugar de otro, debido a que no se puede dar un poder
ta r lo y e n to n c e s n o es u n p r ín c ip e sin o u n e n e m ig o . La d ifere n cia
más grande que el poder soberano. Tampoco por el hecho de que
el prim ero tenga una autoridad limitada y el otro no, porque si una n o s e e sta b le c e en tr e p r ín c ip e b u en o y m a lo , s in o en tr e p rín cip e
autoridad es concedida con ciertos límites, quien la recibe no es y n o p r ín c ip e. N o m e en tr e te n g o en e s te m o m e n to en la le g itim a ­
rey, sino súbdito de quien la concede (De cive, VII, 3). c ió n p o s t f a c tu m , q u e e s lo q u e lo s ju r is ta s lla m a n a h o ra p rin cip io
d e e fe c tiv id a d , o sea , el p r in c ip io p o r el cu a l es le g ítim o el p o d er
E n e ste fr a g m e n to H o b b es, d e sp u é s d e c o n fir m a r q u e la d is tin ­ q u e lo g r a “e fe c tiv a m e n te ” im p o n e rs e , p o r q u e te n d re m o s o c a sió n
ció n en tr e el rey y el tir a n o es p a sio n a l y n o ra cio n a l, m a n ifie sta de h a b la r de e lla m u ch a s v e ce s d u ra n te la s le c c io n e s. P or a hora
q u e, si e l so b e ra n o es q u ien tie n e el p o d er su p r em o , n o p u ed e b a ste d ec ir q u e si n o se a c ep ta se el p r in c ip io d e e fe ctiv id a d , n in gú n
h a b er n in g u n a d ife re n c ia en tr e u n so b e ra n o y o tr o c o n r e s p e c to a p o d er sería , en ú ltim a in sta n cia , leg ítim o : n o s p o d em o s m o v er d e
la m a y o r o m e n o r c a n tid a d d e p od er. S i el rey tu v ie s e u n p o d er u n p o d er le g ítim o a o tr o , p ero fo r z o sa m e n te se lleg a rá a u n p u n to
lim ita d o co n r es p e c to al tira n o , n o sería u n v e rd a d ero rey; p ero si en el q u e n o s e n c o n tr e m o s c o n u n p o d er c o m o el de A tlan te q u e n o
su p o d er es ilim ita d o , n o e s p o s ib le q u e p u ed a ser d is tin g u id o d el r ep o sa m á s q u e en sí m is m o , e s d ecir, en su ca p a c id a d d e h a c erse
p o d er d el tira n o . U na vez m á s, el tira n o e s u n rey q u e n o cu e n ta v aler.
co n n u estra a pro b a ció n ; el rey e s un tira n o q u e tie n e n u es tr a ap ro­ C o m o h e m o s v is to , B o d in o n o s ó lo d istin g u ió el rein o de la ti­
b a c ió n . La fig u ra d el tira n o q u e a q u í H o b b es tie n e en m e n te es la ra nía, s in o ta m b ié n la m o n a rq u ía tir á n ica d e la m o n a rq u ía d e s ­
d el tira n o e x p a r te e x e r c itii: es c o m o si se d ije s e q u e a llí d o n d e el p ó tica . ¿Q ué lu g a r o c u p a la m o n a rq u ía d e sp ó tic a en el s is te m a h o b ­
p o d er n o tie n e lím ite s (p o rq u e si lo s tu v ie s e y a n o ser ía e l p o d er b e sia n o ? C om o d e c o stu m b r e , c ito u n p á rrafo e x trem a d a m en te
so b era n o ) n o tie n e sen tid o h a b la r d e e x c e s o d e p o d er, y p o r ta n to cla r o d el c a p ítu lo x x d e l L e v ia tá n :
n o tie n e c a so m en cio n a r u n a fig u ra de so b e ra n o q u e e sta r ía ca ­
racteriza d a p r e cisa m e n te p o r el e x c e so d e p o d er. Al c o n tin u a r c o n El dominio adquirido por conquista o victoria en la guerra es el que
el fr a g m e n to y a cita d o , n o s e n c o n tr a m o s d e in m e d ia to c o n la o tr a algunos escritores llaman despótico, de "despotes” que significa señor
o amo, y es el dominio del amo sobre su siervo (ed. cit., voi. i,
fo r m a de tira n ía , a q u ella e x d e f e c t u titu li: p. 166).
100 HOBBES HOBBES 101

N o h ay n ad a q u e d ecir so b re la d e fin ic ió n d el d e sp o tism o : p o r C o n firm a d o p o r e s te o tr o p a sa je:


d e s p o tis m o to d o s lo s e sc r ito r e s e n tie n d en la fo r m a d e d o m in io en
la q u e el p o d er d el p r ín c ip e so b re su s s ú b d ito s es d e la m ism a n a tu ­ No es por eso la victoria lo que proporciona el derecho de dominio
raleza q u e el p o d er d el a m o so b re su s e sc la v o s . E n ca m b io , c o n v ie n e sobre el vencido, sino su propio pacto. Ni está él obligado porque foe
conquistado, esto es, golpeado, pretendido, o puesto en fuga, sino
c o m e n ta r a u n q u e sea b re v e m en te la id e n tific a c ió n d el d e s p o tis m o porque viene y se somete al vencedor (ib id .) .
c o n el d o m in io o b te n id o m e d ia n te la c o n q u is ta y la v ic to r ia . B o d in o
ta m b ién h a b ía rela cio n a d o el d e s p o tis m o co n la co n q u ista , y co n la Lo q u e r e su lta c la r o d e e s to s fr a g m e n to s es q u e e l fu n d a m en to
v icto r ia , p ero h a b ía e sp e c ific a d o q u e d eb ía tr a ta rse de u n a g u erra d el p o d er d e s p ó tic o , la razón p o r la cu a l ta m b ié n p u ed e e n c o n ­
" ju sta ”. H o b b es ú n ic a m en te h a b la de c o n q u is ta y d e v icto ria : n o d ice trar e n c ie r ta s c ir c u n sta n c ia s su le g itim a c ió n , e s e l m is m o c o n s e n so
si la gu erra q u e se g an a d eb a ser ju sta . A u n qu e a p rim e ra v is ta la d e q u ie n se s o m e te . H a sta a h o ra h a b ía m o s v is to ju stific a d o el
o m is ió n p u ed e p a recer grav e, en rea lid a d H o b b es, n o só lo d esd e u n a d e s p o tis m o e x n a tu r a (A r is tó te le s ), y e x d e lic to (B o d in o ), a q u í lo
ó p tic a r ea lista , s in o ta m b ié n d e sd e el p u n to de v is ta d e la d o c tr in a v e m o s ju s tific a d o e x c o n tr a c tu . E sta te s is ta m b ién co m p a g in a p er­
g e n era l de la guerra ju sta , tie n e to d a la razón . E n e fe c to , ¿ c ó m o fe c ta m e n te c o n la ló g ic a de to d o e l s is te m a d el p e n sa m ie n to hob-
se p u ed e d istin g u ir un a gu erra ju sta d e u n a in ju sta ? A p esa r d e lo s b e sia n o . ¿P o r q u é lo s in d iv id u o s sa le n d el e sta d o d e n a tu ra leza y
in te n to s de lo s te ó lo g o s y de lo s ju r is ta s p o r e sta b le c e r a p r io r i d a n v id a c o n su s v o lu n ta d e s c o n c o rd a n te s al E sta d o civil? C om o
la s ju s tific a c io n e s d e la s g u erra s, d e h e c h o , é sta s so n siem p re , h a sta s e sa b e , la ra zó n q u e e sg r im e H o b b es es q u e el e sta d o de n a tu ra ­
q u e d u ra el c o n flic to en tre lo s d o s c o n te n d ie n te s, ju sta s en a m b a s leza , sie n d o u n e sta d o de guerra d e to d o s co n tr a to d o s, es u n e s ­
p a rtes. Lo q u e fin a lm e n te d e te rm in a la ju s tic ia de la g u erra es la ta d o e n el q u e n a d ie tie n e la g a r a n tía d e su vida: p a ra sa lv a r la
v ictoria : a llí d o n d e n o h ay u n trib u n a l su p e r io r a la s p a r te s q u e p u e­ v id a lo s in d iv id u o s co n s id e ra n n e c es a r io so m e te r s e a u n p o d er c o ­
da h a cer gan ar a q u ien tie n e razón , la tie n e el q u e ga na . E n lo s m ú n q u e sea ta n fu er te q u e p u ed a im p ed ir el u s o de la fu erza p ri­
tie m p o s de B o d in o y de H o b b es la gu erra en tr e E sta d o s era c o m ­ va da. D ich o d e o tr o m o d o : el E sta d o su rg e de u n p a cto q u e lo s
p ara d a c o n el d u elo: era un d u elo p ú b lic o m ie n tra s q u e é ste in d iv id u o s e sta b le c e n en tr e e llo s y q u e tie n e el o b je tiv o de o b ten er
b ie n p o d ía co m p a r a r se co n u n a g uerra p riv ad a. Y c o m o to d o s s a ­ la seg u rid a d d e la v id a m ed ia n te la su m is ió n recíp r o c a a u n so lo
b en , en el d u elo la so lu c ió n de u n a c o n tr o v e rs ia es co n fia d a a la p o d e r. E n n a d a e s d ifer e n te en cu a n to a c o n te n id o y o b je tiv o el
r es p u es ta de la s arm as: la v ic to r ia es la p r u eb a d e la ju stic ia . D e­ p a c t u m s u b ie c tio n is q u e se da e n tre el v e n c ed o r y e l v e n c id o . E l
cía , p o r ta n to , q u e H o b b es tie n e ra zó n cu a n d o h a b la ú n ic a m en te v e n c ed o r te n d ría el d er ech o de q u ita rle la v id a a l v en c id o , e l cual
d e c o n q u ista y d e v ictoria: si en tr e d o s c o n te n d ie n te s q u e n o r eco ­ pa ra p er m a n e cer v iv o ren u n c ia a su lib erta d . E n tre el v en ced o r
n o c e n p o r e n c im a de e llo s n in g ú n ju ez su p e r io r se d es en ca d en a y el v e n c id o tie n e lu g a r u n v e rd a d ero in te r c a m b io de p resta cio n es :
u n a guerra , la v ic to r ia e s el ú n ic o cr iter io p ara d is tin g u ir q u ién e l v e n c id o m e d ia n te su su m is ió n o fr e ce a l v e n c ed o r su s se r v ic io s,
tie n e razón y q u ién n o la tien e. P ero si la c o n q u is ta y la v ic to r ia e s d e cir, le p r o m e te serv irlo; el v e n c ed o r, p o r su p arte, o fr e c e a l
so n el o rig en d el E sta d o d e sp ó tic o , p ara H o b b es a q u élla s n o c o n s ­ v e n c id o su p r o te c ció n . T a n to en el p a c to q u e d a o rig en al E sta d o
titu y e n la ju stific a c ió n , el p r in c ip io d e le g itim id a d d e é ste . La v er­ c iv il c o m o en el q u e e x is te en tr e el v e n c ed o r y el v en cid o el b ien
d a d era in n o v a ció n fr en te a la teo ría tr a d ic io n a l d el d e s p o tis m o su p r e m o , a l q u e se ap eg a , en el p rim er c a s o , la v o lu n ta d d e lo s
es in tro d u c id a p o r H o b b es al en u n cia r el p r in c ip io de le g itim a c ió n in d iv id u o s q u e in te n ta n s a lir d el e sta d o de n atu ra leza , en el se ­
en el sig u ie n te fra g m en to : g u n d o , la v o lu n ta d d el v e n c id o , es la v id a. ^
C o m o se h a d ic h o , o tr a ca ra c te rístic a de la so b era n ía es la in d i­
Este dominio [se entiende el despótico] es adquirido por el vencedor
v is ib ilid a d , d e la q u e d eriva la seg u n d a te s is h o b b esia n a , q u e n o s
cuando el vencido, para evitar el inminente golpe de muerte, pacta
por palabras expresas o por otros signos suficientes de la voluntad in te r e sa co m en ta r: la c rític a de la te o r ía d el g o b ier n o m ix to . Co­
que mientras se le preserve la vida y la libertad de su cuerpo el m e n z a m o s co n la le ctu r a de u n fr a g m en to to m a d o d el D e c iv e :
vencedor usará de todo ello a su gusto (L eviatán, cap. xx, ed. cit.,
vol. I , p. 166).
102 HOBBES 103
HOBBES

Hay quienes consideran que es necesaria la existen cia de un poder q u e d io o rig en a la g uerra civ il, es d ecir, a la d is o lu c ió n d el E s­
soberano en el Estado; pero sostien en que, si este poder se deposi­ ta d o . H o b b es c o n s id e ra r e sp o n sa b le s de e sta d is o lu c ió n a q u ie n es
tase en las m anos de uno solo o de una asam blea, se daría lugar,
d e d iv er sa s m a n era s so stu v ie r o n q u e el p o d er so b er a n o d e b ía ser
para los otros, a u n E s ta d o d e o p re sió n servil. Para evitar esta
degeneración de los ciudadanos a esclavos del poder soberano, pien­ d iv id id o en tre el rey y el p a r la m en to . La d o ctrin a d o m in a n te en tre
san que pueda existir un E stado com puesto por las tres form as de lo s c o n s titu c io n a lis ta s in g les e s d u ra n te v a rio s sig lo s era q u e la m o ­
gobierno anteriorm ente descritas, pero al m ism o tiem po diferente n a rq u ía in g le sa fu e se u n a m o n a rq u ía m ix ta , y h a b ía sid o rep etid a
de cada una de ellas; llam an a estas form as de E stado m onarquía p o c o a n tes d e la gu erra c iv il en 1642 p o r el rey C arlos I, en u n a
m ixta, aristocracia m ixta o dem ocracia m ixta según cuál de las tres
d e su s c lá sic a s a firm a cio n es:
form as predom ina. Por ejem plo, si la designación de m agistrados y
las deliberaciones en torno a la guerra y la paz están en poder del La experiencia y la sabiduría de nuestros antepasados m odelaron
rey, la adm inistración de la ju sticia reside en los notables, la fijación este gobierno m ediante una com binación de form as [m onarquía,
de im puestos en el pueblo, y la facultad de prom ulgar leyes queda aristocracia, dem ocracia] para dar al régim en (en los lím ites perm i­
e n los tres, un E,stado recto ju stam en te es denom inado m onarquía
tidos por la providencia humana) las ventajas de las tres, sin los
m ixta. Aun adm itiendo que pueda existir un E stado de este tipo, no inconvenientes de cada una, a fin de que haya un equilibrio entre
se o b te n d r ía p o r ello u na m a y o r lib e r ta d para los ciudadanos. En
los tres e sta te s y que ellos cam inen juntos por su propia vía (de la
efecto m ientras todos los poderes estén de acuerdo entre ellos, la Answer to the N ineteen Propositions, que cito de L. D'Avack, "La
sujeción de todo ciudadano es tan grande que no podría ser mayor;
teoría della m onarchia m ista n e llln g h ilterra del Cinque e del Seicen­
si en cam bio nace algún disenso, rápidam ente se cae en la guerra to ”, R e v is ta In te rn a zio n a le d i filo s o fia d el d ir itto , 1975, p. 613).
civil y en el derecho de espada privada, lo que es peor que cualquier
sujeción {De cive, VII, 4, las cursivas son m ía s ). S o b re to d o en el p rim er fr a g m e n to d eb e o b serv a r se el señ a la ­
m ie n to a la lib erta d de lo s ciu d a d a n o s, en a rb o la d a c o m o a rg u m en to
P ara H o b b es, u n p u n to in a m o v ib le e s q u e el p o d er so b e ra n o n o
de lo s p a r tid a rio s d el g o b ie rn o m ix to . C om o h e m o s v is to , el argu ­
p u ed e ser d iv id id o m á s q u e a riesg o d e d estr u irlo . In c lu s o c o n s i­
m e n to tr a d ic io n a l en fa v o r d el g o b ier n o m ix to era el de la e sta b i­
d era c o m o u n a te o r ía s e d ic io sa a la q u e a fir m e q u e el p o d er s o b e ­
lid ad; m a s ta m b ié n in d ic a m o s q u e en M aq u iav elo a p arece u n se ­
ran o es d iv isib le , y q u e u n g o b ier n o b ie n o r d en a d o d eb ería p r o h i­
g u n d o , el de la g ara n tía d e la lib erta d . E n s ín te s is , la a p o lo g ía del
b irla . C uan do a b o rd a la s te o r ía s s e d ic io sa s en fa tiza c o n en erg ía su
g o b ier n o m ix to se b a sa en d o s a rg u m en to s: e x p a r te p r in c ip is , en
a rg u m en to:
la m a y o r e sta b ilid a d d el E sta d o ; p a r te p o p u li, en la m a y o r li­
Tam bién hay quienes subdividen el poder soberano para atribuir b er ta d de lo s ciu d a d a n o s. H o b b es to c a el te m a de la lib er ta d a llí
la facultad de declarar la guerra y de acordar la paz a una sola d o n d e recha za al g o b ie rn o m ix to c o n b a s e en el b in o m io serv i­
persona (que llam an rey), pero el derecho de im poner tributos no d u m b re-lib ertad ; p ero n o d e scu id a el a r g u m en to de la e sta b ilid a d ,
lo atribuyen a él sino a otros. Sin em bargo com o el dinero es el en cu a n to m u es tr a q u e la c o n sec u e n c ia in ev ita b le d el g o b ier n o m ix ­
nervio tanto de la p e r r a com o de la paz, quienes dividen la sobe­ to es la d is o lu c ió n d el E sta d o y la guerra c iv il. Para H o b b es , igu a l
ranía com o se ha dicho, o no la dividen de hecho, porque le dan el
q u e p a ra B o d in o , el in c o n v e n ien te d el g o b ie rn o m ix to es p r e c is a ­
poder efectivo a quien dispone de las finanzas y al otro solam ente
un poder nom inal, o si lo dividen disuelven el E stado, porque no se m e n te e l de llev a r a c o n se c u e n c ia s o p u e sta s a la s q u e se h ab ía n
puede hacer la guerra si es necesario, ni conservar la tranquilidad im a g in a d o su s p a rtid a rio s: en p rim er lu ga r a la in e sta b ilid a d q u e
pubhca, sin dinero {De cive, X II, 5). e s lo co n tra rio de la tan trilla d a e sta b ilid a d q u e le a tr ib u y ero n al
g o b ie r n o m ix to P o lib io y M a q u ia velo. U na c o n c ep ció n de e ste tip o
E l r a zo n a m ie n to h o b b e sia n o es d e u n a sim p licid a d ejem p la r: si n o p o d ía r efle ja rs e en el ju ic io so b re lo s g o b ier n o s m ix to s h is tó ­
e fe c tiv a m e n te el p o d er so b e ra n o e stá d iv id id o , y a n o e s so b e ra n o , r ic a m en te r e c o n o c id o s y p r in c ip a lm e n te en el g o b ier n o ro m a n o . E n
SI co n tin ú a sie n d o so b e ra n o q u iere d ec ir q u e n o e stá d iv id id o , lo el L e v ia tá n h a y u n p á rra fo d e d ic a d o a lo s E sta d o s q u e se d e sin ­
cu al sig n ific a q u e la d iv isió n so la m e n te es a p a ren te. S a b em o s m u y teg ra n p o r la fa lta d e u n p o d er a b so lu to ; la rep ú b lica ro m a n a es
bien cu á l es la situ a c ió n h is tó r ic a d e la q u e n a ce la r eflex ió n hob - el e je m p lo h is tó r ic a m e n te m á s sig n ific a tiv o de e s to s E sta d o s. Al
besia na: es la c o n tie n d a en tr e el rey y el p a r la m en to en Tnghitérra r es p e c to H o b b es escrib e:
104 HOBBES HOBBES 105

M ientras el antiguo gobierno rom ano estaba form ado por el senado facultad nutritiva) ha dependido de una asam blea general, el poder
y el pueblo de Roma, de hecho ni el senado ni el pueblo tenían todo de conducta y m ando (que es la facultad locom otriz) ha depen­
el poder, cosa que causó prim ero las sed iciones de Tiberio Graco, dido de un hom bre, y el poder de hacer leyes (que es la facultad
Cayo Graco, Lucio Saturnino y otros; y, después, las guerras entre racional) ha dependido del consentim iento accidental de un tercero.
el senado y el pueblo bajo Mario y Sila, y de nuevo bajo Pom peyo E sto pone en peligro a la república, algunas veces por falta de buenas
y César, hasta la extinción de su dem ocracia y el establecim ien to de leyes, pero m ás a m enudo por carecer del alim ento necesario para
la m onarquía {Leviatán, cap. x x ix , ed. cit., vol. i, p. 265). la vida y el m ovim iento. Pues aunque pocos perciben que tal go­
bierno no es gobierno sino división del Estado en tres facciones,
No hace fa lta decir que Polibio y H obbes se refieren a periodos llam ándolo m onarquía m ixta, la verdad es que no se trata de un
diferentes de la h isto ria rom ana, y que p o r ta n to am bos pueden E stado independiente, sino de tres facciones independientes; no de
ten er razón; pero es un hecho que p a ra sostener la tesis de la ines­ una persona representativa, sino de tres. En el reino de Dios puede
tabilidad del gobierno m ixto, H obbes hace uso de un argum ento haber tres personas independientes sin ruptura de la unidad en el
Dios que reina; pero donde los hom bres reinan no puede perm itirse
histórico de la m ism a constitución que había sido exaltada com o una diversidad de opiniones. Y, por tanto, si el rey ostenta la re­
m aravilloso ejem plo de estabilidad. P or lo que se refiere al gran presentación del pueblo y la asam blea general ostenta tam bién esa
ejem plo de gobierno m ixto, el gobierno de E sp arta, H obbes utiliza representación, y otra asam blea representa una parte del pueblo, no
la o tra cara del dilem a (si v erdaderam ente el E stado es m ixto no son una persona ni un soberano, sino tres personas y tres soberanos.
es estable, si es estable ciertam ente no es m ixto) en un fragm ento A qué enferm edad en el cuerpo natural del hom bre puedo comparar
exactam ente esta irregularidad de un Estado, es cosa que no sé. Pero
en el que in te rp re ta la constitución esp a rta n a com o un gobierno he v isto a un hom bre que tenía a otro hom bre creciendo de su
aristocrático, de acuerdo con una antigua y sólida tradición: flanco, con cabeza, brazos, pecho y estóm ago propios. Si hubiese te­
nido a otro hom bre creciendo desde el otro flanco la com paración
El rey cuyo poder es lim itado no es superior a aquel o aquellos que podría entonces haber sido exacta {Leviatán, cap. x x ix , ed. cit.,
tienen el poder para lim itarlo; y quien no es superior no es suprem o, vol. I , p . 272).
esto es, no es soberano. En consecuencia, la soberanía estuvo siem pre
en esa asam blea que tenía el derecho de lim itarlo y, por consiguiente, P or si n o b a s ta s e n las c ita s a n te rio r es, la o p in ió n q u e H o b b e s
el gobierno no es m onarquía, sino dem ocracia o aristocracia, com o
tie n e d el g o b ie r n o m ix to se refu erza co n lo s ú ltim o s ren g lo n es; el
sucedió en la antigüedad con E sp a rta , donde los reyes tenían el privi­
legio de dirigir sus ejércitos, pero donde la soberanía radicaba en g o b ier n o m ix to es co m p a r a d o co n a lg o m o n str u o so . E n el rein o
los é fo ro s {Leviatán, cap. x ix , ed. cit., vol. i, p. 158). d el E sp ír itu , la u n ió n de las tres p e r so n a s g en era la T rin idad , p ero
en e l te rren a l, la u n ió n de la s tres p a r te s d el E sta d o da o rig en a
De la crítica hobbesiana del gobierno m ixto b ro ta o tro problem a m o n str u o s. ¿C uál es el b la n co v erd a d ero de la c rítica h o b b e sia n a ?
que ya he m encionado pero que es h o ra de in d icar to d a su im por­ S i se v u e lv en a le er a te n ta m en te lo s p rim er o s ren g lo n es, q u e p o r
tancia. Se tra ta de la sobreposición, e incluso de la confusión n o r­ lo d em á s r ep ite n c o sa s ya d ich a s en lo s fr a g m e n to s a n terio r m e n te
m alm ente no reconocida y p o r ta n to tra slad a d a sin sentido crítico c ita d o s , se o b serv a q u e la c rítica de H o b b es v a co n tr a la sep a ­
en tre teoría del gobierno m ixto y teo ría de la separación de poderes. r a ció n d e la s p r in c ip a le s fu n c io n e s d el E sta d o y de su a sig n a c ió n
Me ap resu ro a decir que de los fragm entos citados re su lta claro a ó rg a n o s d ifer e n te s. ¿E ra é sta la id ea o rig in a l d el g o b ier n o m ix to ,
que la crítica de H obbes al gobierno m ixto es al m ism o tiem po, e c o m o fu e d is e ñ a d a p o r lo s g rieg o s? E sta id ea n o n a c ió de la e x i­
incluso fundam entalm ente, u n a crítica a la separación de poderes. g en cia d e d iv id ir e l p o d er ú n ic o d el E sta d o , sin o p r e cisa m e n te del
¿G obierno m ixto y separación de poderes son la m ism a cosa? Sí c o n c e p to co n tr a r io , o sea , de la n e c es id a d de in teg ra r en la u n id a d
y no. Lo pueden ser, pero tam bién pueden no serlo. Antes de con­ la s d ife r e n te s c la se s q u e c o n stitu y e n un a so cie d a d co m p le ja . La s o ­
sid erar esto un poco m ás a fondo, conviene c ita r o tro fragm ento b r e p o s ic ió n d e la te o r ía d e la sep a ra ció n de p o d er es y de la d el
hobbesiano, de gran agudeza y perspicacia: g o b ie r n o m ix to , su c ed e ú n ic a m en te p o rq u e se b u sca h a c er c o in c i­
d ir la tr ip a r tic ió n d e la s fu n c io n e s p r in c ip a le s d el E sta d o , q u e de
A veces puede haber tam bién en el gobierno m eram ente civil m ás a cu e rd o con lo s p a rtid a rio s de la sep a ra ció n de p o d er es d eb erían
de un alma. Como cuando el poder de recaudar dinero (ciuc es la ser d iv id id a s, es d ecir, a trib u id a s a ó r g a n o s d ifere n tes, co n la d e s­
106 HOBBES HOBBES 107

a g r eg a ció n y u n ific a c ió n de la s c la se s q u e co m p o n en u n a so cie d a d m o n a rq u ía c o n s titu c io n a l, e s d ecir, d e u n s is te m a p o lític o b a sa d o


c o m p le ja y d e la s c u a le s, ca d a u n a , d e a c u erd o c o n lo s p a r tid a rio s a l m is m o tie m p o en la d o b le d is tin c ió n en tr e d o s p a r te s d el E s ­
d el g o b ie rn o m ix to , d eb ería te n e r su p r o p io ó rg a n o d e rep resen ­ ta d o , el p a r la m e n to y el rey, y en tr e d o s fu n c io n e s d el E sta d o , la
ta c ió n en el E sta d o c o m p u e s to , y, p r e cisa m e n te p o r e sto , “m ix t o ”. fu n c ió n le g is la tiv a y la e je cu tiv a , y en u n a c o r r e sp o n d e n c ia c a si
P ero ta l c o in c id e n c ia d e n in g u n a m a n era e s n ec esa ria . V e a m o s u n p e r fe c ta en tr e la s d o s d is tin c io n e s, en cu a n to el p o d er le g is la tiv o
p o c o m á s d e cerca e sta c u e stió n . S i s e a d m ite q u e la s fu n c io n e s em a n a d el p u e b lo q u e tie n e su r ep re sen ta ció n en el p a rla m en to
d el E sta d o so n tr e s — la le g is la tiv a , la e je c u tiv a y la ju d ic ia l— , la y el p o d er e je c u tiv o es d ele g a d o p o r el p a r la m e n to a l rey. U na
id e n tific a c ió n de la p rá ctica d e la d iv isió n de p o d er e s c o n la rea li­ c o n s titu c ió n de e s te tip o n o es u n g o b ier n o m ix to en e l se n tid o
d a d d el s is te m a p o lític o , lla m a d o “m ix t o ”, p u ed e d a rse s o la m e n te tr a d ic io n a l d e la p a la b ra (y p o r lo d em á s ta m p o c o L ock e lo c o n ­
si a ca d a fu n c ió n c o r r e sp o n d e u n a d e la s tre s p a r te s d e la so cie d a d sid e ra a s í); es u n a c o n s titu c ió n q u e se p o d ría lla m ar, d e a cu erd o
(rey, n o ta b le s, p u e b lo ), o sea , si se p u ed e c o n c e b ir u n E sta d o en c o n la in te r p r e ta c ió n b o d in ia n a , d em o c rá tic o -m o n á rq u ic a , o sea,
e l cu a l, su p o n g a m o s , al rey le sea c o n fia d a la fu n c ió n e je cu tiv a , al u n a c o n s titu c ió n en la cu a l la so b era n ía d el E sta d o p e r te n e ce al
sen a d o la ju d ic ia l y al p u eb lo la le g is la tiv a . P ero lo s p rim e ro s te ó ­ p u eb lo , y el g o b ie rn o , e n te n d id o c o m o e je r c ic io d el p o d er e je c u ­
r ico s d el g o b ier n o m ix to ja m á s so stu v ie r o n u n a id ea d e e ste tip o . tiv o , al rey.
E n to d o c a so , e l g o b ier n o m ix to p e r fe c to es e x a cta m en te lo o p u e s ­
to: e s a q u el g o b ie rn o en e l cu a l la m is m a fu n c ió n , e n tie n d o la
fim c ió n p rin cip a l, la le g is la tiv a , es e je rc id a h a b itu a l y c o n ju n ta ­
m e n te p o r la s tre s p a r te s q u e co m p o n en al E sta d o ; o sea , p a ra
p er m a n ec er fie le s a la c o n s titu c ió n q u e H o b b es tie n e en m e n te, al
m is m o tie m p o p o r e l rey, lo s lo r es y lo s c o m u n es . E n e l g o b ie rn o
m ix to n o h a y n in g u n a c o rr e sp o n d e n c ia n e c esa r ia en tr e la s tres
ftm cio n e s d el E sta d o y la s tre s p a rtes d e la so c ie d a d q u e se re in ­
te g ra n en el s is te m a p o lític o p r o p io d e l g o b ier n o m ix to . La d ifi­
c u lta d d e la id e n tific a c ió n a u m en ta s i se to m a e n c o n sid e ra c ió n el
h e c h o de q u e lo s te ó r ic o s d el g o b ier n o m ix to siem p r e h a b la ro n d e
tre s c la se s o E sta d o s en lo s q u e e stá d iv id id o el p o d er d e u n a s o c ie ­
d a d c o m p le ja , m ie n tra s lo s te ó r ic o s d e la sep a r a c ió n d e p o d er e s
fr e cu en te m en te red u jer o n a d o s la s fu n c io n e s b á s ic a s d el E sta d o ,
la le g is la tiv a y la e je cu tiv a . E n e s te c a so n o p u ed e d a rse la c o ­
r re sp o n d en cia e n tre lo s tre s p o s ib le s s u je to s d el g o b ie r n o (rey,
n o ta b le s y p u eb lo ) y la s fu n c io n e s d e l E sta d o ; a llí d o n d e la
a r tic u la c ió n d el p o d er d e l E sta d o c o n te m p la la m a n e ra e n q u e e stá n
d iv id id a s la s fu n c io n e s q u e le c o m p e te n a l E sta d o m á s q u e a lo s
p o s ib le s s u je to s d el p o d er e sta ta l, la in ter p r e ta c ió n m á s c o rre cta
d e la rea lid a d e s la b o d in ia n a , q u e v e en el E sta d o c o m p u e s to u n a
d is tin c ió n en tre E sta d o y g o b ie rn o , en lu g a r d e la te o r ía d e l g o ­
b ie r n o m ix to q u e o b serv a en e llo u n a c o m p o s ic ió n e n tr e la s d ife ­
r en te s c la se s so cia les .
La te o r ía p o lític a m á s im p o r ta n te q u e v ie n e d e sp u é s es la d e
J o h n L ock e, e x p u e sta en lo s D o s e n s a y o s s o b r e e l g o b ie r n o c iv il
(1 6 8 0 ). J u s ta m e n te L ock e p a sa a la h is to r ia c o m o el te ó r ic o d e la
V IC O 109

quía; ca m b ia n r a d ic a lm en te el tr a d ic io n a l (el le g a d o p o r A r istó te le s


y P o lib io , ta n s ó lo p a ra d ar lo s e je m p lo s m á s d e s ta c a d o s ), q u e
IX . V IC O
era m o n a rq u ía , a r isto cr a c ia y d e m o cr a cia . U no d e lo s p u n to s d e
p a r tid a de la c o n c ep ció n de V ico d e la h is to r ia es q u e, u n a v ez
q u e la h u m a n id a d sa lió d e la fa s e p r e e s ta ta l q u e c o rr esp o n d e
Y a h e te n id o o p o r tu n id a d d e n o m b ra r a G ia m b a ttista V ico a p ro ­
a l e sta d o de n a tu ra leza de lo s iu s n a tu r a lis ta s, la p rim era fo r m a de
p ò s ito d e la teo r ia c ic lic a d e P o lib io . T a m b ién la te o r ia d e la h is to ­
ria d e V ico e s c ic lica . A qu í p r e te n d o m o str a r q u é p a rte o c u p a la E sta d o fu e la rep ú b lic a a r isto cr á tic a , s eg u id a p o r la rep ú b lica p o ­
te o r ia tra d ic io n a l d e la s fo r m a s d e g o b ier n o en la c o n c e p c ió n g e­ p u la r para d e sem b o c a r en la m o n a rq u ía . P ero v a y a m o s e n o rden:
V ic o h a b la d e e sta s tre s fo r m a s d e E sta d o c o n lu jo d e d e ta lles en
n era l d e V ic o so b r e el d e sa r r o llo h is tó r ic o . Al r eto m a r la d is tin ­
u n a p a rte d e I I d i r i t t o u n iv e r s a le , d e la q u e, s ir v ié n d o m e de un a
c ió n , m u ch a s v e ce s m e n c io n a d a , en tre u s o s is te m á tic o , p r e sc r ip tiv o
tr a d u cc ió n d e l sig lo x ix , m u es tr o la s s ig u ie n te s d e fin ic io n e s:
e h is tó r ic o d e la te o r ía d e la s fo r m a s d e g o b ie r n o , d ig o in m ed ia ­
ta m en te q u e en la d o c tr in a d e V ico p r e v a le c e e l u s o h istó r ic o : El gobierno aristocrático o de los notables se basa en la conserva­
la te o r ía tr a d ic io n a l d e la s fo r m a s d e g o b ie r n o e s e m p le a d a p o r ción, en la tutela del Orden de los Patricios que lo ha constituido,
V ico p r in c ip a lm e n te p a ra trazar la s lín ea s d el c u r so h is tó r ic o q u e y es una máxima esencial de su política (es decir), sólo a los patri­
la s n a c io n e s tr a n sita n en e l a v a n ce d e la b a rb a rie a la civ iliz a c ió n . cios se les atribuyen los auspicios, los poderes, la nobleza, los
E n p a r tic u la r m e refie r o a la p rin c ip a l o b r a d e V ico , L a s c ie n z a matrimonios, los magistrados, los comandos y los sacerdocios [ . . . ]
Son condiciones del gobierno popular la paridad de los sufragios,, la
n u o v a , d e la q u e a p a re cie ro n d o s e d ic io n e s , lla m a d a s r es p e c tiv a ­
expresión libre de las opiniones y el acceso equitativo de todos a
m e n te, L a s c ie n z a n u o v a p r i m a (17 2 5 )* y L a s c ie n z a n u o v a s e c o n d a todos los honores, sin excluir a los más altos, en razón del censo,
(1 7 4 4 ). L a s c ie n z a n u o v a e sc r ita en ita lia n o , fu e p re ced id a p o r u n a o sea, del patrimonio [ . . . ] El carácter del reino o de la m onarquía
o b ra la tin a en tre s p a r tes titu la d a I I d i r i t t o u n iv e r s a le , c o m p u e s ta es la señoría de uno sólo en la cual reside el soberano y muy libre
e n tr e 1720 y 1723, q u e p u ed e se r co n sid e ra d a c o m o la p rim era e d i­ arbitrio de todas las cosas (D ell'unico p rin c ip io e d e ll'u n ic o fin e del
c ió n o e l p rim er e sb o z o d e la o b r a m a y o r. C ie rta m en te n o e s el d ir itto u n iv ersa le, trad. C. Sarchi, Milán, 1866, § 138, p. 134).*
m o m e n to d e d e cir en q u é c o n s is te la “n u ev a ” c ie n c ia q u e V ic o se
D e e s ta s d e fin ic io n e s p o d e m o s p r e se n ta r u n a p rim er a o b se r ­
p r o p u so escrib ir: m e lim ito a d ec ir q u e se tra ta fu n d a m en ta lm e n te
v a ció n : e l m u n d o h is tó r ic o q u e V ico h a ce o b je to d e su s r e fle x io n es
d e u n a filo s o fía d e la h is to r ia , u n in te n to g r a n d io so (el m a y o r a n ­
y d el q u e r e c o p ila p r in c ip io s y le y e s, es la h is to r ia de R om a . D e
te s d e l d e H egel) d e d es cu b rir la s le y es g en era le s q u e d e ter m in a n
la m e d it a c ió n d e la h is to r ia ro m a n a é l d ed u ce la le y de su c e s ió n
el cu rso h is tó r ic o u n iv e rsa l, y q u e, p o r ta n to , p e r m ite n c o m p r e n ­
d e lo s E sta d o s , q u e, c o m o d e c ía m o s , in v ie r te e n re la c ió n c o n la
d er e l s e n tid o d e la h isto r ia . (P ara d a r u n " s e n tid o ” a la h is to r ia
in d ic a d a p o r lo s e sc r ito r e s g rieg o s. Al in te rp r eta r la é p o c a a n tig u a
e s n e c es a r io d e scu b rir la " d irección " e n la q u e se m u ev en lo s h o m ­
d e lo s rey es d e R o m a c o m o im p e r io d o en e l cu a l se fo r m ó u n a
b re s q u e s o n su s a r tífic e s, y p a ra e n te n d er e sta d ir e cc ió n h a ce fa lta
r ep ú b lica a r isto cr á tic a , é sta se p r o lo n g a h a s ta la c o n c e s ió n d e lo s
su rca r la s d ifer e n te s e ta p a s d el m o v im ie n to h is tó r ic o , d escu b rir
d e r ec h o s p ú b lic o s a la p leb e, d e la cu a l su rg ió la rep ú b lic a p o p u la r ,
la s ra zo n es p o r la s q u e se d a el p a so de im a eta p a a o tra , y r eco ­
q u e d e b id o a lo s d e só r d en es d e la s fa c c io n e s y d e la g u erra c iv il
n o c e r el fin , e l te lo s , d e l m o v im ie n to g en era l.)
te r m in ó e n e l p r in c ip a d o d e A u g u sto , d ic h o en o tr a s p a la b ra s, en
L as p r in c ip a le s c a te g o ría s m e d ia n te la s c u a le s V ic o tra ta d e
la m o n a rq u ía .
c o m p r en d e r e l m o v im ie n to h is tó r ic o , si n o en su to ta lid a d , c o m o
S in em b a r g o , la s u c e s ió n d e la s tre s fo r m a s d e g o b ie r n o , q u e
v e re m o s m á s a d ela n te, p o r lo m e n o s e n su p a r te m á s im p o rta n te ,
a b a rca to d a la h is to r ia d e R om a, n o e s m á s q u e u n a p a r te de la
so n u n a v ez m á s la s tre s fo r m a s c lá sica s d e g o b ie r n o , q u e V ic o
h is to r ia u n iv er sa l. Lo q u e a tr a jo a V ic o y lo m o tiv ó p a ra rea lizar
d is p o n e en e l sig u ie n te orden: a r isto c ra cia , d e m o c r a cia y m o n a r ­
* P a r a la tr a d u cc ió n a l es p a ñ o l d e lo s fr a g m en to s d e V ico q u e s e e n cu en ­
* F x is tc u na tra d u cción al es p a ñ o l d e e s ta o b ra, p u b lica d a p o r el F o n d o tran en ila lia n o a n tig u o , c u en to co n el a u x ilio d el p ro fe so r M ic h ela n g elo B o ­
d e C u ltu ra E co n ó m ica , co n el títu lo L a p r im e r a c ie n c ia n u e v a , [ t . ) y er o y dcl cloclo r F iero M eag lia. [x.]
108
110 V IC O V IC O 111

in v e stig a c io n e s q u e c o n s titu y e n la m a y o r n o v e d a d d e su o b ra , fu e r es p e c tiv a m e n te m o n á s tica , e c o n ó m ic a y c iv il. La a u to rid a d q u e


el d e seo de c o n o c er lo s ''tiem p o s o scu ro s" , o sea , la s é p o c a s q u e se ca ra cteriza la v id a d el h o m b re p r im itiv o es la m o n á stic a , q u e e s
d iero n a n tes d e la h is to r ia n arrad a y e sc r ita . La c o n o c id a te s is d e d e fin id a de la sig u ie n te m an era:
V ico (a n tig u a p ero ren o v a d a en su im a g en y sig n ific a d o gen era l)
c o n sid e ra q u e el e sta d o p r im itiv o d el h o m b r e (q u e V ico p re sen ta La prim era autoridad jurídica que el hom bre tuvo en la soledad
puede ser llam ada m onástica o solitaria. Aquí entiendo igualm en­
d e sp u é s d el d ilu v io , p a ra h a ce r ca m in a r p a r a le la m e n te su h is to r ia te por soledad ya los lugares frecuentados, ya los deshabitados,
su p u es ta m e n te p r o fa n a c o n la sag ra d a ) fu e u n ''es ta d o ferino " . cuando en ellos el hom bre agredido y am enazado en su persona, no
T esis n o n u ev a , d ijo , p o rq u e el e sta d o b e s tia l d el h o m b r e p r im i­ puede recurrir al auxilio de las leyes [ . . . ] En virtud de esta auto­
tiv o h a b ía sid o d e scr ito p o r L u crecio en u n cele b é r rim o fra g m en to ridad m onástica, el hom bre deviene soberano en la soledad, de m a­
d el lib ro V d el D e r e r u m n a tu r a . .v u lv iv a g o v i t a m tr a c ta b a n t nera que cuando es agredido debe protegerse, consciente de su su­
perioridad sobre el asaltante porque lo supera en el sentim iento
m o r e f e r a r u m ”, v, v e rso 9 3 2 ), en el q u e V ico se in sp ir ó . La ca ra c­
de la justicia, lo m ata ejerciendo un derecho de superioridad o de
te r ís tic a d e e ste e sta d o en el q u e lo s h o m b r es s o n s e m e ja n te s a la s soberanía {D elV unico . . . , ed. cit., §§ 98 y 99).
b e stia s, es la fa lta d e to d a rela c ió n so c ia l y, p o r c o n sig u ie n te , la
c o m p le ta in e x is te n c ia d e c u a lq u ie r fo rm a de v id a a so cia d a , a u n de E n el e sta d o de n a tu ra leza d e sc r ito p o r H o b b es ta m b ié n cad a
la fa m ilia . (D ebe señ a la r se q u e a q u ello s q u e co m p a r a n la v id a h o m b r e v iv e p o r su cu e n ta y d eb e p ro cu ra r su d e fe n sa , p o r lo q u e
p r im itiv a d el h o m b re c o n la d e lo s a n im a le s, n o sie m p r e co n s id e ra n e s te e sta d o ter m in a en u n a gu erra de to d o s co n tr a to d o s; lo m is m o
a é s te o rig in a r ia m en te a so cia l, co n b a se en la o b se rv a c ió n d e q u e a c o n te c e c o n el e sta d o de n a tu ra leza ilu str a d o p o r R o u sse a u en
m u c h a s e sp e c ie s a n im a le s ta m b ién v iv en en g rup o . D e en tre lo s e l D is c u r s o s o b r e e l o r ig e n d e la d e s ig u a ld a d e n tr e lo s h o m b r e s ,
a u to re s q u e h a sta a q u í h e m o s a n a liza d o y q u e s o n p a rtid a r io s d e en el q u e el h o m b r e p r im itiv o , id e n tific a d o c o n el b u en sa lv a je ,
la a n terio r o p in ió n , p o d em o s cita r a P o lib io , q u ien d e sp u é s d e c o m ­ v iv e d e m a n era sim p le , ru d im en ta r ia , sin te n er c o n ta c to c o n su s
p a ra r la v id a p r im itiv a d e lo s h o m b r es c o n la d e lo s a n im a le s se m e ja n te s sin o tan s ó lo c o n la n atu ra leza , p u es es c o n c eb id o c o m o
d ice q u e e llo s fu ero n " rea grup ad o s c o m o lo s a n im a le s y sig u ie n d o e sta d o " m o n á stico " , p a ra u sa r la e x p r es ió n v iq u ia n a , o sea, a so cia l.
a lo s m á s v a le ro so s y fu ertes" , V I, 5.) D e jo la p a la b ra a l m is m o A un a sí n o se p u ed en p a sa r p o r a lto la s d iferen cia s: p a ra V ico el
V ico , q u e d e scr ib ió la v id a de lo s h o m b r es p r im itiv o s , a lo s q u e e sta d o sa lv a je es h is tó r ic o , e s to es, u n e sta d o q u e e stá en el o rig en
lla m a ta m b ién " b estia s" en u n fr a g m e n to m u y fa m o so : d e la v erd a d era h is to r ia de la h u m a n id a d ; p ara H o b b e s el e sta d o de
n a tu ra leza e s u n a h ip ó te sis ra cio n a l, es d ecir, la q u e d eriva de im a ­
Errando com o anim ales en la gran selva de la tierra [ . . . ] para g in ar q u é ser ía la v id a h u m a n a si n o h u b ie se u n p o d er c o m ú n para
vivir de las fieras que debieron existir en abundancia y para perse­ im p ed ir el d e s en ca d en a m ie n to de lo s in s tin to s , p ero ta m b ié n es
guir a las m ujeres que en tal condición debían ser salvajes, ariscas
el e sta d o a l q u e la h u m a n id a d reg resa ría ca d a v ez q u e se d e s in te ­
y esquivas, y tom ando en cuenta que ellos se desbandaban para en­
contrar alim ento y agua, las m adres abandonaban a sus crios, que grara la a u to rid a d d el E sta d o (a sí c o m o su c ed ió en la g uerra c iv il
crecían sin oír voz humana, y sin aprender las costum bres del hom ­ in g le sa y c o m o h a b itu a lm en te su c ed e en la s re la c io n es en tre lo s
bre, en consecuencia se encontraron en una situación absolutam ente E sta d o s q u e v iv en c o m o en u n e sta d o d e n a tu r a lez a ). E n cu a n to
b estial y ferina, en la cual las m adres, com o anim ales, apenas los al e sta d o de n a tu ra leza d el b u en sa lv a je de R o u ssea u , ta m b ié n se
am am antaban, los dejaban revolcarse desnudos en sus propios ex­ p u ed e p e n sa r q u e e s te a u to r lo c o n c ib ie s e c o m o u n a c o n d ic ió n
crem entos; apenas destetados eran abandonados para siem pre {La
scie n za n u o v a seconda, cap. 369). h is tó r ic a , o sea , c o m o el e sta d o en el q u e v iv ier o n p e r so n a s sa lv a ­
je s a n tes d e ser in flu id a s (y seg ú n R o u sse a u co rro m p id a s) p o / l a
C om o se a p recia, el e sta d o sa lv a je es u n a c o n d ic ió n to ta lm e n te civ iliz a ció n . P ero la d ifer e n c ia c o n r es p e c to al e sta d o fe r in o de
a so cia l, y a q u e aun la p rim era fo r m a d e v id a s o cia l, la fa m ilia , n o V ic o e stá en la e v a lu a c ió n q u e pa ra R o u ssea u es p o s itiv a — el
lo g r a c o n stitu ir se . E s u n e sta d o en el q u e el h o m b r e v iv e s o lo y e sta d o d el b u en sa lv a je es u n a c o n d ic ió n fe liz q u e la h u m a n id a d c o n ­
a is la d o . E n el D e lV u n ic o . . . (q ue es la p r im era p a r te de I I d i r i t t o tem p la con n o sta lg ia a u n q u e sep a q u e n o p u ed e regresa r a e lla — ,
u n iv e r s a le ) V ico d istin g u e tres tip o s de a u to rid a d a la s q u e lla m a m ie n tra s q u e para V ico es n eg a tiv a — el e sta d o sa lv a je es u n a c o n ­
112 V IC O V IC O 113

d ic ió n de ex trem a in felic id a d y d e te s ta b le p o r la p érd id a de to d o mente en poder de los padres, por lo que éstos tienen el derecho
s e n tid o relig io so . de vender al hijo [ . . . ] Los padres tienen la tutela de los hijos al
D e a cu erd o c o n V ico , la h u m a n id a d n o p a s ó d ir e cta m e n te d el igual que la tienen sobre su casa o sobre sus cosas. Así pueden dis­
poner de ellos, los pueden ceder a otros imperativamente, como cual­
e sta d o fe r in o a la c o n d ic ió n de la s ''rep ú b licas'' (s i se to m a el quier otra cosa de su pertenencia (D e lV u n ic o . . ed. cit., § 102).
se n tid o la tin o de so cie d a d civ il o p o lític a ). E ste e sc r ito r c o lo c a u n
e sta d o in ter m e d io en tre el fe r in o y la c o n d ic ió n d e la s rep ú b lic a s. E l fr a g m e n to te rm in a así:
T al e sta d o in ter m e d io ya n o es p r e h is tó r ic o , p ero ta m p o c o e s e s ta ­
ta l (o sea, es p r e e s ta ta l ) : el e sta d o de la s fa m ilia s, q u e es la s itu a ­ De manera que las familias fueron un primero y pequeño esbozo de
c ió n en la q u e se p r o d u cen la s p rim era s fo r m a s d e v id a a so cia d a , q u e los gobiernos civiles (ibid., § 103).
so n p r e cisa m e n te la s c o m u n id a d e s fa m ilia r es. V ico d e scr ib e in g e ­
n io s a m e n te la fo r m a en q u e se p a só d el e sta d o fe r in o a l d e la s Q ueda p o r d ec ir q u e, de co n fo r m id a d c o n la tr a d ic ió n a n tig u a .
fa m ilia s: d es p u é s de u n la rgo tie m p o se c o y á rid o , c o n el p rim er V ico e n tie n d e p o r so cie d a d fa m ilia r n o so la m e n te la fa m ilia n a ­
tr u en o y co n el p r im er rayo el h o m b re se a su s ta , a lza lo s o jo s y tu ra l, la fa m ilia en el se n tid o r es tr in g id o y m o d ern o de la p a la ­
''co n tem p la el cielo''. A sí a d q u iere u n a p rim era , a u n q u e to d av ía bra, sin o la so cie d a d q u e co m p r e n d e a d em á s de lo s h ij o s y lo s
va ga , c o n c ie n cia de la d iv in id a d . Con el te m o r a D io s n a c e la v er­ d e sc e n d ie n te s, ta m b ié n a lo s cr ia d o s, su b y u g a d o s p o r la a u to rid a d
g üen za de la v id a sa lv a je y p r in c ip a lm e n te d el " am or fís ic o rea li­ del p a d re y d e p e n d ie n te s de ella . S e tra ta de la m a sa de lo s lla ­
za d o sin m ás". E l h o m b re lle v a a la m u je r a la ca v ern a p ara e s ­ m a d o s " fám ulos" o " clientes" c o n s titu id a p o r q u ie n es to d a v ía n o
co n d er el c o n c u b in a to de lo s o jo s de su s s e m e ja n te s, e in s tit u y e h a n s a lid o d e la c o n d ic ió n a n im a l y q u e pa ra so b rev iv ir, cu a n d o
a q u ella rela ció n d u ra b le co n su co m p a ñ era q u e c o n fo r m a el m a ­ ya h a n su r g id o la s p r im era s fa m ilia s, se v en o b lig a d o s a s o m e te r se
tr im o n io d el q u e n a ce la v id a fa m ilia r. C on e sta d o c ta fá b u la V ico a ella s. Q u isiera lla m a r la a te n c ió n en el h e c h o de q u e u n a vez
q u iere d e m o stra r q u e la s in s tit u c io n e s c iv ile s, en p rim er lu g a r el m á s la n e c es id a d de u n a a u to rid a d s o cia l, en e s te c a so la d el p a ­
m a trim o n io (al q u e sig u e la sep u ltu ra d e lo s m u e r to s ), n a ce n d e d re de fa m ilia , n a ce d e u n a s itu a c ió n o b jetiv a de d esig u a ld a d : n o
la relig ió n , y q u e el p a so d e la v id a sa lv a je a la h u m a n a s e d a cu a n ­ s o la m e n te se tr a ta de la n a tu ra l en tr e el p a d re y el h ijo , sin o ta m ­
d o el h o m b r e co m ie n z a a alzar lo s o jo s al c ie lo . b ié n d e la d e sig u a ld a d so cia l en tre d o s c la se s de h o m b r es, q u ien es
E n d iv e rso s lu g a res V ico lla m a " esta d o de n a tu ra leza " a e sta s a lie ro n de la v id a sa lv a je y e m p r en d ie ro n la h u m a n a , y q u ien es p er­
p rim era fa se de la h is to r ia d e la h u m a n id a d (a q u í d is tin g o el tér­ m a n ec ie ro n en la c o n d ic ió n sa lv a je, y p o r c o n sig u ie n te p er te n e ce n
m in o " h istoria" d el de " p re h isto r ia " ). E n c o n se c u e n c ia , p a ra V ic o a u n a raza in ferio r , d e stin a d a a ser d o m in a d a y serv ir a lo s p o ­
el e sta d o de n a tu ra leza es u n e sta d o s o c ia l, c o n s titu id o p o r la fo r ­ d e r o s o s.
m a p r im itiv a y n a tu r a l de a s o c ia c ió n q u e e s la fa m ilia . E sto d ifie re Las fa m ilia s c o m o e sta d o in te r m e d io en tre el sa lv a je y el civ il
d el p e n sa m ie n to h o b b e sia n o . A sim ism o , en c o n tr a s te c o n H o b b es e s u n a de la s in n o v a c io n e s efe ctu a d a s p o r V ico en la d o ctrin a d o ­
y to d o s lo s iu sn a tu r a lis ta s, ta l e sta d o d e n a tu r a lez a n o e s e l e sta d o m in a n te , ta n to en la q u e reto m a la v e rs ió n a r is to té lic a q u e in ­
p r im itiv o de la h u m a n id a d , p o rq u e es u n a c o n d ic ió n en la cu a l e l ter p re ta el in ic io de la h is to r ia de la so c ie d a d c iv il a p a rtir d e la s
h o m b r e a l sa lir d el e sta d o a n im a l in icia la v id a so c ia l, a u n q u e sea fa m ilia s, c o m o en la d iv u lg a d a p o r la m a y o r p arte d e lo s iu s n a tu ­
u n a fo r m a de v id a a so cia d a q u e n o es to d a v ía e l E sta d o . C om o se r a lis ta s, d e a cu e rd o c o n la cu a l la h is to r ia id ea l etern a (p ara re­
h a señ a la d o , de a cu erd o c o n V ico d e sp u é s d e la a u to rid a d m o n á s­ to m a r u n a id e a d e V ico ) d e la h u m a n id a d e stá d iv id id a fu n d a m en ­
tic a sig u e la e co n ó m ic a (" eco n ó m ico " q u e v ie n e d e la p a la b ra ta lm e n te en d o s e sta d io s , el e sta d o de n a tu ra leza y e l E stá d o
g rieg a o ik o s q u e sig n ific a ca sa , lo m is m o q u e " fa m ilia " ). Y la d e­ civ il. C on e sta in n o v a ció n V ico q u iere d e m o stra r q u e la h is to r ia de
fin e d e la sig u ie n te m an era: la h u m a n id a d h a sid o m u ch o m á s c o m p le ja y v a ria d a d e lo q u e le
p a rece a q u ien n o h a p e n e tr a d o c o m o él en la in v e stig a c ió n d e
. . . nació la autoridad económica o familiar, por la cual los padres lo s tie m p o s o scu ro s. B a ste el sig u ie n te fra g m en to :
son soberanos en su familia. La libertad de los hijos cslá completa­
114 V IC O VICO \\s

Solam ente ahora podem os aquí pensar cuánto tiem po fue necesario seg u n d a . E l fin de la rep ú b lica pop iilai y c*l p a s o n In \ c w c i a Im
para que los hom bres de la condición de libertad natural anim al,
m a de E sta d o , el p rin cip a d o o m o n a rq u ía , a c o n U w |> o r h is n i i s n i n s
de la condición de libertad salvaje en la que nacieron, m ediante
un largo periodo de ciclópea disciplina fam iliar, se dom esticaran en ra zo n es q u e la s e sg r im id a s p o r lo s c lá sic o s en rcIci ciR ia a la miu i It*
los Estados que los obligaron a vivir ju n tos de m anera civil, obe­ n a tu ra l de to d a s la s d e m o cra cia s: la d eg ra d a ció n de la lih criad
deciendo naturalm ente a las leyes (L a scie n za n u o v a secon da, ed. en lic en cia , y d el a n ta g o n ism o cre a tiv o en c o n flic to d e str u c tiv o de
cit. lad. 523). fa c c io n e s y en gu erra civ il. P ara V ico , el p rin c ip a d o n o su rg e c o n ­
tra la s lib er ta d es p o p u la res, sin o pa ra p r o te g e rla s de las fa c cio n e s;
E l p a so d e la c o n d ic ió n fa m ilia r a la p rim era fo r m a d e E sta d o , se p o d ría d ecir, p a ra d efe n d er al p u eb lo de sí m is m o . E n el e lo g io
qu e es la rep ú b lica a r isto cr á tic a , se e fe c tu ó p o rq u e lo s e sc la v o s se q u e V ico h a ce de la fo rm a m o n á rq u ic a (q u e ta m b ié n es v á lid o pa ra
reb ela ro n . (T ra ta rem o s u n p o c o m á s a d ela n te e s te p u n to .) C on su tie m p o ), se d eb e to m a r en cu e n ta la id ea de q u e el rein o n o es
b a se en el p r in cip io q u e co n sid e ra q u e "el h o m b re s u je to n a tu ra l­ u n a fo rm a d ifer e n te de la r ep ú b lica p o p u la r, sin o q u e es la m ism a
m e n te a n sia sa cu d ir se la escla v itu d " , V ico e x p lic a p o r q u é lo s r ep ú b lic a p o p u la r p r o te g id a co n tr a su s m a le s, es el g o b ier n o p o p u ­
" fá m u lo s, d eb ie n d o siem p r e v iv ir en tal e sta d o ser v il, lu e g o d e u n la r llev a d o a su p e r fe cc ió n , in m u n iza d o c o n tr a su fá c il fa ta l d eg e­
larg o p e rio d o se fa stid ia ro n " y se a m o tin a ro n (lad . 5 8 3 ). La re­ n eració n ; al co n tr a r io , la r ep ú b lic a p o p u la r sí es v erd a d er a m en te
v u e lta de lo s cria d o s o b lig ó a lo s p ad res d e fa m ilia a u n ir se p ara u n a fo rm a a lte rn a tiv a fr en te a la r ep ú b lica a r isto c rá tic a . E n o tra s
d e fe n d erse y co n serv a r el d o m in io : la u n ió n d e lo s p a d res d e fa ­ p a la b ras: m ie n tra s la rep ú b lica a r isto cr á tic a y la p o p u la r so n a n ti­
m ilia c o n s titu y ó la p rim era fo rm a d e E sta d o ; y , c o m o q u ería d e­ té tic a s, la m o n a rq u ía co n r es p e c to al g o b ier n o p o p u la r gu a rda un a
m o s tr a s e , la p rim era fo r m a d e E sta d o es la rep ú b lic a a r is to cr á ­ rela ció n d e c o n tin u id a d .
tic a , en c u a n to u n ió n en u n c ie r to sen tid o p a r ita ria d e lo s je fe s d e E sta d ifere n c ia de p la n o s en lo s q u e se p re sen ta n la s tres fo r ­
fa m ilia . Con la p rim era fo r m a d e E sta d o se o r ig in a (d esp u és d e la m a s d e E sta d o es c o n fir m a d a p o r o tr a rep re se n ta ció n d el cu r so
a u to rid a d m o n á stic a y la eco n ó m ic a ) la fo r m a m á s c o m p le ja y h is tó r ic o de la h u m a n id a d q u e V ico to m a de u n a tra d ic ió n eg ip cia .
c o m p le ta de a u to rid a d a la q u e V ico d e n o m in a " a u to rid a d civil" . M e r efier o a la d iv isió n de la s e ta p a s de la h is to r ia en é p o c a de
A sí p u es, la rep ú b lica a r isto cr á tic a es la p rim er a fo r m a h is tó r ic a lo s d io s e s, d e lo s h é r o es y de lo s h o m b r es. C o rresp o n d e a la ép o c a
de a u to rid a d civ il. E n la rep ú b lic a a r isto cr á tic a la c o n d ic ió n d e d e lo s d io s e s la c o n d ic ió n fa m ilia r , ca ra cteriza d a c o m o h e m o s
d es ig u a ld a d q u e ju s tific a el d o m in io de u n a p a r te so b re o tra y a v is to p o r el s u r g im ie n to del s e n tim ie n to re lig io so y p o r la su b o r ­
n o e s la q u e d iv id e a lo s p a d r e s d e lo s fá m u lo s , s in o la q u e sep a ra d in a ció n rev er en te y tre m e b u n d a d el h o m b re p r im itiv o , d e sp erta d o
a lo s p a tric io s de lo s p le b e y o s, es d ecir, q u ie n es g o za n d e lo s d er e­ a p en a s d el s u e ñ o de la b e stia lid a d , a la s a d v e rten cia s d el cielo .
ch o s p riv a d o s y p ú b lic o s y q u ien es e stá n p r iv a d o s d e cu a lq u ie r La ép o c a de lo s h ér o es se id e n tific a co n la de las r ep ú b lica s a r is ­
c o n d ic ió n ju ríd ica . E l p a so d e la rep ú b lic a a r is to c r á tic a a la p o p u ­ to c r á tic a s, a la s q u e V ico lla m a ta m b ié n " so cied a d e s h e ro ica s" ,
lar se da p o r la m ism a razón p o r la q u e se e fe c tu ó el c a m b io d e la p o rq u e e stá n d o m in a d a s p o r h o m b r es fu er te s, b r u sc o s y v io le n to s
c o n d ic ió n de la s fa m ilia s a isla d a s al E sta d o de la s fa m ilia s u n id a s co n tr a lo s p r o p io s s u je to s , a lo s q u e n o le s g u sta m á s q u e lo q u e
en la p rim era fo rm a de rep úb lica : la reb elió n d e lo s s o m e tid o s c o n ­ e s líc ito y n o e s líc ito si n o lo q u e le s pa rece; p ero de cu a lq u ie r
tra lo s q u e d e te n ta n el p o d er p ara su p r o p io b e n e fic io , la lu c h a d el m a n era so n al m is m o tie m p o lo s v erd a d ero s fu n d a d o res d e lo s
o p rim id o p o r el r ec o n o c im ie n to d e su s d er ech o s (h o y se d iría la p r im e r o s E sta d o s , lo s g e n e ra d o res rea les d el gran c a m b io d el e sta ­
lu ch a de c la s e s ). C uando e sta lu ch a ter m in ó , o sea , cu a n d o lo s d o d e n a tu r a lez a al E sta d o civ il. T a n to la rep ú b lic a p o p u la r c o m o
p le b e y o s o b tu v ie ro n p rim ero el d er ech o de p o s e er , lu e g o el d e la m o n a rq u ía co rr e sp o n d e n a la é p o c a de lo s h o m b r es. D e e sto se
lo s m a trim o n io s s o le m n e s y le g ítim o s (lo s lla m a d o s “c o n n u b ia d e riv a q u e m ie n tra s la rep ú b lica a r isto cr á tic a c o n s titu y e en sí m is ­
p a t r u m ”) , y al fin a l lo s d er ech o s p o lític o s, q u e V ic o h a ce c o in c i­ m a u n g é n ero , la rep ú b lica p o p u la r y la m o n a rq u ía so n d o s e sp e ­
dir con la le x P u b lilia de 416 a.c. co n la cu a l, e sc r ib ió , "la rep ú b lica cie s d e u n o m is m o . La c o n c lu s ió n n o ca m b ia si se co n sid e ra q u e
Io m a n a d ec la ró el ca m b io de la a risto c ra cia al rég im en p o p u lar" V ico p ra ctica o tra d iv is ió n de lo s tie m p o s h is tó r ic o s. S e tra ta de la
(lad. 104), so b re v in o el p a so d e la p rim era fo rm a d e rep ú b lic a a la b a sa d a en la d istin ció n (ta m b ié n clá sic a ) en tre la s tres fa c u lta d e s
116 V IC O V IC O 117

d e la m e n te h u m a na: el se n tid o , la fa n ta sía y la razón; m ie n tra s la privilegios civiles estaban comprendidos dentro de las óhU-ik-h rol
nantes de los propios héroes, mientras que a los plebeyos, con.sUla=
rep ú b lica a r isto cr á tic a p e r te n e ce a la é p o c a en la cu a l p re v a lec e
rados de origen animal, solamente se les perm itía el gozo de la vida
la fa n ta sía en el h o m b r e, ta n to la rep ú b lica p o p u la r c o m o la m o ­ y de la libertad naturales. Los terceros son g o b ie rn o s h u m a n o s en
n a rq u ía se in sc rib e n en la ú ltim a é p o c a , la d e la razó n , en la ép o c a los cuales, debido a la homogeneidad de la naturaleza inteligente,
en la q u e e l h o m b r e a lca n za e l m o m e n to m á s a lto d e su h u m a n i­ que es propia de la naturaleza humana, las leyes tratan equitativa­
da d. F in a lm e n te, si se d is tin g u e to d a la h is to r ia d e la h u m a n id a d mente a todos, porque nacen libres en sus ciudades. Los gobiernos
en la s d o s g ra n d es fa se s d e la b arb a rie y la c iv iliz a c ió n , la s s o c ie ­ humanos son p o p u la re s cuando todos o la mayor parte constituyen
las fuerzas populares de la ciudad, gracias a las cuales ellos son los
d a d es h e r o ica s p e r te n e ce n a la é p o c a d e la b a r b a rie, m ie n tra s la señores de la libertad popular; son m o n a rq u ía s cuando los monarcas
rep ú b lica p o p u la r y la m o n a rq u ía rep resen ta n c o n ju n ta m e n te el igualan a todos los sujetos con sus leyes, y, siendo los únicos al tener
m o m e n to e n el cu a l el h o m b r e en tr a en la ép o c a d e la c iv iliz a ció n . en sus manos la fuerza de las armas, solamente ellos ocupan una
Q uiero d ecir q u e ta n to si se a d o p ta la tr ip a r tic ió n d e é p o c a s d e lo s posición civil especial (lad. 925-927).
d io s e s, d e lo s h é r o es y d e lo s h o m b r es , o la s d e se n tid o , fa n ta sía
y razó n, c o m o si se u tiliz a la b ip a rtic ió n e n tr e la b a rb a rie y la A d em á s, c o n sid e ro q u e es ú til rep ro d u cir en u n cu a d ro to d a s la s
c iv iliz a c ió n , la r ep ú b lica a r isto c r á tic a se u b ic a en u n a c a te g o r ía fig u ra s d e fin id a s h a s ta a q u í c o n la s d iv isio n e s c o rre sp o n d ien te s;
d ife r e n te d e a q u ella a la q u e p e r te n e ce n al m is m o tie m p o la re­ a d v ie rto q u e h e p u e s to en m e d io lo s c in c o m o m e n to s d el cu rso
p ú b lic a p o p u la r y la m o n a rq u ía . P ara te n e r u n a v is ió n c o m p le ta h is tó r ic o , a la izq u ierd a la s b ip a r tic io n e s y a la d erech a la s trip a r­
d eb e señ a la r se q u e la tr ip a r tic ió n d e la s é p o c a s n o c o in c id e c o n tic io n es :
la d e la s a u to r id a d e s, m o n á stic a , e c o n ó m ic a y c iv il, q u e h e m o s Pre­ Estado Autoridad
m e n c io n a d o a n ter io r m en te: e fe c tiv a m e n te s o n d o s m a n era s d ifere n ­ Fase historia salvaje monástica
te s d e o rd en a r el tie m p o h is tó r ic o . La tr ip a r tic ió n d e la s a u to ri­ preestatal
d a d es c o m p re n d e lo s cin c o m o m e n to s d el d e sa r r o llo h is tó r ic o , el Barbarie
e sta d o fer in o , el d e la s fa m ilia s, la rep ú b lic a a r isto cr á tic a , la p o ­
Estado Autoridad Época
p u la r y la m o n a rq u ía , y la s d iv id e d e la sig u ie n te m a nera: e sta d o
de las eco- de los
fe r in o (a u to r id a d m o n á s tic a ), e sta d o d e la s fa m ilia s (a u to r id a d familias nómica dioses
e c o n ó m ic a ), la s tre s fo r m a s d e E sta d o (a u to rid a d c iv il). La tr ip a r­
tic ió n d e la s ép o c a s s o la m e n te a b a rca cu a tr o d e lo s c in c o m o m e n to s Historia República Época
y a q u e d eja fu era al e sta d o fe r in o y la s d iv id e d e e s ta o tra m a n era: aristo­ de los
crática héroes
e sta d o d e la s fa m ilia s (ép o ca d e lo s d io s e s ) , rep ú b lica a r isto cr á ­
tic a (ép o c a d e lo s h é r o e s ), rep ú b lic a p o p u la r y m o n a rq u ía (ép o c a Fase
d e lo s h o m b r e s ). de los República Autoridad
C o n sidero q u e n o h a y m e jo r m a n era d e r esu m ir lo q u e h e d ic h o Estados popular civil
h a s ta a q u í q u e c ita r u n fr a g m e n to s in té tic o d e L a s c ie n z a n u o v a Civilización
s e c o n d a , titu la d o "Tre sp e zie d i govern i":
Monar­ Época
quía de los
Los primeros gobiernos fueron divino s, que los griegos llamaron "teo­ _ hombiDes
cráticos”, en los cuales los hombres creyeron que los dioses orde­
naban todo; fue la edad de los oráculos, la más antigua de todas
las cosas que se leen en la historia. Los segundos fueron g o b ie rn o s N o s e p u ed e cerrar el c a p ítu lo so b re V ico sin rea liza r a lg u n a
h ero ic o s o sea a risto c rá tic o s, lo que quiere decir ''gobierno de los c o m p a r a c ió n c o n la s te o r ía s a n ter io r es. S o b re to d o m e d e te n g o
notables'', que significa de los ''más fuertes" [ . . . ] En los cuales, en
en d o s p u n to s q u e m e p a recen e se n c ia le s p a ra r ec o n o c er la gran
virtud de la posesión de una naturaleza más noble, porque era con­
siderada de origen divino, como dijimos anteriormente, todos los y te m e ra ria e m p re sa v iq u ia n a fr en te a las de su s p r ed ece so res: la
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clirccción d el cu rso h is tó r ic o y la c a u sa d e lo s ca m b io s . D ije q u e b re e s te tem a : K. L o w ith , S ig n ific a to e f i n e d e lla s to r ia , E d izio n i di
una filo s o fía d e la h is to r ia e stá ca ra cteriza d a p o r la d ir ecc ió n q u e le C o m u n ità , M ilán, 1963.)
de al c a m b io y p o r la n a tu ra leza d e la s ca u sa s p o r la s q u e c o n s i­
La d e scr ip c ió n de la v is ió n h is tó r ic a d e V ico n o e stà co m p le ta
d era q u e é ste se p r o d u ce. P or lo q u e to c a a la d ir ecc ió n , se p u ed en
si n o se re sp o n d e ta m b ién a la s ig u ie n te p regu n ta: ¿q u é su c ed e
d is tin g u ir d o s m o d e lo s d e filo s o fía d e la h is to r ia , u n o seg ú n el cu a n d o el c u r so h is tó r ic o lleg a a l fin a l, e n el c a so e sp e c ífic o de la
cu a l la h is to r ia a van za en s e n tid o p r o g r es iv o (d e lo b u en o h a c ia
fo r m a d e E sta d o m o n á rq u ic o ? Las r e sp u e sta s p o s ib le s p o r lo m e ­
lo m ejo r ) y o tro q u e c o n sid e ra q u e la h is to r ia se m u ev e en se n tid o
n o s so n tres: la h is to r ia se d e tie n e , a v a nza h a c ia o tr a s fo rm a s
reg resivo (d e lo m a lo h a cia lo p e o r ). O tras c o n c e p c io n e s q u e a q u í
im p r e v is ta s, reg resa al p u n to de p a rtid a . La r es p u es ta de V ico es la
no n o s in te re sa n so n a q u ella s seg ú n la s cu a les la h is to r ia n o tie n e n i
tercera : u n a v ez c o m p le ta d o el p r im e r c u r so , la h u m a n id a d en tra
d ir ecc ió n , en cu a n to se m u ev e en to d a s sin u n a ra zó n p la u sib le ,
en u n a eta p a d e d e ca d en cia ta n g rav e q u e se ve o b lig a d a a c o ­
ni ca m b io , p o rq u e es esta cio n a ria y en c o n sec u e n c ia siem p r e es
m en z a r d e sd e e l p rin c ip io . D e sp u és d el " c u r so ” e stá el " recu rso ”.
ig u a l a sí m ism a .
Lo q u e q u iere d e cir q u e V ico tie n e u n a v is ió n p r o g r e s iv a y a la vez
La d ir e cc ió n de la filo s o fía d e la h is to r ia d e V ico se d istin g u e d e c íc lic a d e la h isto r ia . E n cu a n to p ro g r esiv a , e sta v is ió n de la h is to ­
la d e lo s a n tig u o s p o r q u e es p ro g resiv a , m ie n tra s q u e la d e é s to s , ria s e d is tin g u e de la d e lo s a n tig u o s; p ero en cu a n to c íc lica c o n ti­
c o m o h e m o s v is to en r ep etid a s o c a sio n e s, era reg resiv a . E je m p lo n ú a la tr a d ic ió n d e é s to s y se d ifer e n c ia de la s te o r ía s d el p r o ­
c lá sic o d e u n a c o n c ep ció n reg resiv a d el cu r so h is tó r ic o es la p la ­ g r e s o in d e fin id o (o sea , c o n tin u o , sin r eg r e sa r ), p ro p ia s de lo s
tó n ica , seg ú n la cu a l el p a so de u n a c o n s titu c ió n a o tr a se d a p o r m o d er n o s . A d em á s, d e b e m o s d ecir q u e el tem a d e la d eca d en cia , y
d eg en era cio n es s u c es iv a s, co n la c o n se c u e n c ia d e q u e la c o n s titu ­ p o r ta n to d el recu rso , le fu e su g erid o a V ico p o r la m is m a h isto r ia
c ió n sig u ie n te siem p r e es p e o r q u e la p re ced en te. P ero ta m b ién en de R o m a en la q u e se e je r c itó en un c o n tin u o y "m uy d e se sp e r a d o ”
la s c o n c e p c io n e s a r is to té lic a y p o lib ia n a (esta ú ltim a reto m a d a estu d io : la te r m in a c ió n d el im p er io r o m a n o ab re u n a n u ev a ép o c a a
p o r M a q u ia v e lo ), el cu r so de la s c o n s titu c io n e s , a u n q u e sig u ie n d o la q u e V ico d e d ic ó to d o u n lib ro d e su o b ra m a y or, la ép o ca
u n a lín ea q u eb ra d a y d is c o n tin u a , en ú ltim a in sta n c ia siem p r e se d el m e d ie v o , a la q u e lla m a n o p o r ca u sa lid a d de la "barbarie
m u ev e en el s e n tid o de la d e g e n e ra c ió n g rad u a l. E n c o n tr a ste , en q u e r eg r e sa ” o d e la " seg u n d a ” b a rb a rie co m p a ra d a c o n la "pri­
la c o n c e p c ió n de V ico su ced e to d o lo co n trario : el h o m b r e sa le g ra ­ m e r a ” b a rb a rie de la q u e n a c ió el p rim e r c u r so q u e fin a liz ó co n
d u a lm e n te d e l E sta d o sa lv a je p a ra rem o n ta r se h a sta la m á s e x ce ­ la d ec a d en cia d el E sta d o r o m a n o y c o n la s in v a sio n es de lo s b á r­
le n te d e la s fo rm a s de g o b iern o . C o n sid erem o s ú n ic a m en te la s tres b a ros. E n la é p o c a m e d ie v a l la h u m a n id a d reg resa a la co n d ic ió n
fo r m a s c lá sic a s de g o b ie rn o , m o n a rq u ía , a r isto cr a c ia y d e m o c ra cia . fa m ilia r , p a sa a tra v és d e la s r ep ú b lica s a r is to cr á tic a s, de la s q u e
H a sta a h o ra h e m o s v is to a u to re s q u e, a fin de d arles u n u s o h is ­ V ico d ice q u e e stá n d esa p a rec ie n d o (y p o n e lo s e je m p lo s de Gé-
tó r ic o , la s h a n d is p u e s to en u n o rd en d e c re c ie n te a p a rtir d e la n o v a , V en ecia , L uca y R a g u s a ), y c u lm in a co n la s rep ú b lica s p o ­
m e jo r p a ra lle g a r a la p eo r. V ico p re sen ta u n u s o h is tó r ic o o p u esto : p u la res (d e la s q u e v e d o s e je m p lo s en lo s P a íse s B a jo s y en S u iz a ) ,
p a rte d e la p eo r, la rep ú b lic a a r isto cr á tic a , q u e to d a v ía n o p e r te n e ce y so b re to d o c o n la s m o n a rq u ía s (n o h a y q u e o lv id a r q u e él era
a l m o m e n to de la razón to ta lm e n te d e sa rro lla d a , y lle g a a la m e ­ sú b d ito d e u n E sta d o m o n á rq u ic o ) co n te m p o r á n ea s a él. V ico c o n ­
jo r , a la q u e co n sid e ra m á s co n v e n ie n te p a ra su tie m p o . La c o n ­ te m p la el s eg u n d o c u r so , o el p r im er recu rso , y a q u í se d e tie n e su
c e p c ió n d e la h is to r ia d e V ico se in sc rib e c o n to d o d er ech o en la m e d ita ció n .
h is to r ia de la s te o r ía s d el p r o g reso , q u e co m ie n z a c o n la v is ió n c ris­ Q ueda e l p r o b le m a de la s c a u sa s d el c a m b io , e s d ecir, el d el
tia n a d el c u r so h is tó r ic o y c o n tin ú a c o n la v is ió n h u m a n is ta y p a s o d e u n a fa s e a o tra d el cu r so h is tó r ic o y el de la tr a n sic ió n
lu eg o ilu m in is ta , q u e sec u la riza la v is ió n c ristia n a p ero n o la rech a ­ d e u n c u r so c o m p le to al rec u r so . A e x ce p c ió n d el p a so d el e sta d o
za. (E s u n p r o b le m a m u y in ter e sa n te el d e lo s d ife r e n te s e sq u e m a s fe r in o a la c o n d ic ió n fa m ilia r, en e l q u e lo s m o tiv o s so n e x te rn o s
c o n c e p tu a le s co n lo s cu a le s lo s filó s o fo s h a n p e n s a d o la h isto r ia (el rayo d e J ú p ite r ), pa ra lo s c a m b io s de u n a fa se a o tra la s c a u sa s
d e la h u m a n id ad ; p ero es d em a sia d o c o m p le jo para a b o r d a r lo en so n parto de la so c ie d a d m ism a . Y c o m o se h a v is to son: la reb e­
e ste m o m en to . M e lim ito a in d ic a r u n lib ro m u y e s tim ú la m e s o ­ lió n de lo s lá m u lo s en el p a so d e la c o n d ic ió n fa m ilia r a la s repú-
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b lic a s a r isto cr á tica s; la lu ch a d e lo s p le b e y o s p o r el r ec o n o c im ie n to Pero si los pueblos se corrom pen en aquel últim o m al civil, que ni
aceptan un m onarca nacido en su propio país, ni perm iten que vengan
de su s d e rec h o s y d e la ig u a ld a d ju ríd ic a co n lo s p a tric io s en el
de fuera naciones m ejores para conquistarlos y conservarlos, en­
c a m b io de la rep ú b lic a a r isto cr á tic a a la rep ú b lica p op u la r, y, fi­ tonces la providencia aplica un rem edio radical para este m al extre­
n a lm en te, la s d isc o rd ia s y la gu erra civ il en el p a so de la rep ú b lica mo: [ . . . ] m ediante obstinadas fracciones y guerras civiles desespe­
p o p u la r a la m o n a rq u ía . E n tre la s c a u sa s de lo s p r im er o s d o s c a m ­ radas las ciudades se transform an en selvas, y éstas en m adrigueras
b io s h a y u n a c ier ta sem eja n za , a u n q ue la s c o n sec u e n c ia s so n d ife ­ de hom bres; de suerte que, d u ra n te largos siglo s de barbarie, dege­
ren tes: en el p rim er c a so la reb elió n de lo s o p r im id o s n o p ro d u ce neran las m alnacidas sutilezas de los ingenios m aliciosos, que con
la b a rba rie d e la re fle x ió n transform aron a los hom bres en bestias
u n E sta d o n u ev o en el q u e e llo s se c o n v ie rta n en lo s d o m in a d o ­
m ás feroces que la prim era barbarie del sentido (La scie n za n uo v a
res, sin o q u e p r o d u ce p o r el co n tra rio el fo r ta le c im ie n to d el d o m i­ seco nd a, ed. cit., lad. 1106, las cursivas son m ías).
n io d e lo s a n tig u o s a m o s, q u ien es se in teg ra n en a lia n za s para
c o n serv a r el p o d er (¡ca so v erd a d e ra m en te eje m p la r de la h etero- E n e s te c a m b io ta m b ié n tie n e n u n a im p o rta n c ia fu n d a m en ta l la s
g é n e sis de lo s fin e s !) . E n el seg u n d o , la su b le v a c ió n de lo s o p r i­ lu ch a s in tes tin a s ; p ero la d ifere n c ia c o n r e sp e c to a lo s c a m b io s
m id o s co n d u ce a la in s tit u c ió n d e un v erd a d ero E sta d o n u ev o , la a n ter io r es e stá en q u e la s m is m a s ca u sa s y a n o g en era n ig u a les
rep ú b lic a p o p u la r, q u e m o d ific a su sta n c ia lm e n te la v ie ja rela ció n e fe c to s , e s d ecir, u n c a m b io d en tr o d el cu rso , sin o u n e fe c to m u ch o
d e fu erza. Lo im p o rta n te es h a cer n o ta r q u e ta n to el p rim er c a m ­ m á s d rá stico : el p a so de un cu r so a o tr o . ¿C uál es el e le m e n to d is ­
b io c o m o el seg u n d o so n in te rp re ta d o s co m o m o v im ie n to s h a cia el tin tiv o ? É ste d eb e ser b u sc a d o en la sig n ific a tiv a e x p r es ió n "bar­
p r o g reso h is tó r ic o (n o h a cia el reg reso ) : e sto s ig n ific a q u e para b a rie d e la reflex ió n " . ¿Q ué sig n ific a "barbarie de la reflex ió n " ? S e
V ico la lu ch a , el a n ta g o n ism o , el c o n flic to , n o d eb en co n sid e ra r se e n tie n d e la razón q u e, al d eslig a rse d e u n a c o n c e p c ió n p rov id en -
c o m o fa c to r es d e str u c tiv o s, sin o , al co n tr a r io , d eb en in ter p r e ta r ­ c ia lis ta de la h is to r ia , p r eten d e co n ta r ú n ic a m en te c o n s ig o m ism a .
se c o m o m o m e n to s n e c es a r io s p ara el av an ce so cia l. Ya h e m o s v is to Al co n d e n a r la "barbarie de la reflex ió n " , m á s aún , al a cu sa rla de
q u e en M a q u iav elo flo r e ce la id ea de q u e la lu ch a de c la se s en tre ser la c a u sa p r in c ip a l d e la d e ca d e n c ia de la s n a c io n e s. V ico c o n ­
p a tric io s y p le b e y o s fu e u n a de la s razon es p o r las q u e R om a m a n ­ d en a la razón lib ertin a , y a n tic ip a d a m e n te la ilu m in is ta , q u e llev a
tu v o su lib erta d . C o n tin u a n d o la le cc ió n de M a q u ia v elo, V ico ex ­ h a sta la s ú ltim a s c o n sec u e n c ia s su p o te n c ia in d a g a d o ra y q u e tie n e
p r esa u n a c o n c ep ció n a n ta g o n ista de la h is to r ia , o sea , u n a de c o m o c o n s e c u e n c ia la d e sco n sa g r a c ió n de la n a tu r a lez a y la h is to ­
a cu erd o c o n la cu al el m o m en to su p u es ta m e n te n eg a tiv o (el de la ria, y p o r ta n to el reto rn o a la p rim era fa se en la q u e el h o m b re ,
lu ch a en tre p a rtes a n ta g ó n ica s) al fin a l tie n e u n resu lta d o p o s itiv o h a b ie n d o p e rd id o el s e n tid o de lo d iv in o y el te m o r d e D io s, c o ­
(la in s tit u c ió n de u n a fo rm a de co n v iv en cia h u m a n a su p er io r a la m ien za d e n u ev o a vagar p o r las se lv a s c o m o u n a fiera . Para
a n te r io r ). E n c ie r to sen tid o se p o d ría h ab la r de u n a c o n c ep ció n co n c lu ir , ¿ se p o d ría d ec ir q u e m ie n tra s en la s m u ta c io n e s p a r cia le s
d ia lé c tic a de la h is to r ia , cu a n d o se e n tien d a p o r ella q u e el cu r so e l b ie n b r o ta d el m a l, a q u í, en el c a m b io to ta l, d el m a l n a ce el
h is tó r ic o se m u ev e p o r a fir m a c io n e s y n e g a c io n e s, y en la cu al m a l, y q u e p o r c o n s ig u ie n te se d e s m ie n te la le y d e la d ia léctic a ?
lo s m o m e n to s n e g a tiv o s so n tan n e c es a r io s c o m o lo s p o s itiv o s . T am ­ S í y no: sí p o rq u e d el m a l d el e x ce so de razó n b r o ta el m a l de la
b ié n se p u ed e d ec ir q u e en el ca m b io de la rep ú b lic a p o p u la r a p érd id a de la razó n y d el reg reso al h o m b r e q u e es to d o s e n tid o
la m o n a rq u ía , d el m al n a ce el b ien , de las fa c c io n e s y de la g u erra y n ad a de razó n. N o , p o r q u e e ste d e c a im ie n to ra d ica l de u n a
c iv il d eriva la fo rm a m ás a lta de rég im en p o lític o , si b ie n la s p a rte s so c ie d a d q u e se h a v u e lto b á rb ara p o r e x c e so d e c iv iliz a ció n es
c o n te n d ie n te s y a n o so n la s c la se s a n ta g ó n ic a s, sin o q u e el c o n flic to n e c es a r io d e b id o a q u e el h o m b re, al reg resa r a la v erd a d era y
se p r e se n ta d en tro de las m is m a s p a rtes d o m in a n te s. g en u in a b a rb a rie, la d el " sen tido " , n o la d e la " reflex ió n" , e n c u e n ­
S e d eb e h a ce r u n a c o n sid e ra c ió n d ifer e n te c o n r es p e c to a las tra de n u ev o la s fu erza s n e c esa r ia s p a ra tr a n sita r u n a vez m á s el
c a u s a s d el c a m b io de to d o el cu r so , o sea, d el p a s o d el cu rso al la rg o c a m in o d e u n a n u eva c iv iliz a ció n (q u e la P ro v id en cia h ará
recu rso ; p ero a n tes c ito u n e sp lé n d id o fra g m e n to en el q u e V ico q u e sea su p e rio r a la a n terio r, para q u e el esfu er zo y la p en a de
p r e cisa m e n te d escr ib e la m u ta ció n de la ú ltim a fa se a la q u e h a rein ic ia r d e sd e el p r in c ip io n o sea n en v a n o ).
lle g a d o la civ iliz a ció n de un a rep ú b lica a la " b arbarie q u e ri‘ju’esa".
M O N T U SÜ U IE U 123

m o v im ie n to y las fo r m a s de la s so c ie d a d e s h u m a n a s, y cu y o d e sc u ­
b r im ie n to p e r m ite ela b o ra r u n a te o r ía de la so cied a d . L os p r im er o s
X . M O N T E S Q U IE U
ren g lo n es e stá n d e d ica d o s a la d e fin ic ió n d e ley:

La m a y o r o b ra d e M o n tesq u ie u (1689-1755), D e l e s p ír itu d e la s Las leyes en su significación m ás extensa, no son más que las rela­
ciones necesarias derivadas de la naturaleza de las cosas; y en este
le y e s , a p a re ció en 1748, p o c o s a ñ o s d e sp u é s de la seg u n d a ed ic ió n
sentido, todos los seres tienen sus leyes: la divinidad, el m undo
de L a s c ie n z a n u o v a d e V ic o (1 7 4 4 ). Al ig u a l q u e L a s c ie n z a n u o v a , m aterial, las inteligencias superiores al hom bre, los anim ales, el hom ­
D e l e s p ír itu d e la s le y e s e s u n a o b ra c o m p le ja , d e la q u e se p u ed en bre (trad. italiana de S. Cotta, Utet, Turín, 1952, vol. I, p. 55) *
d ar d iv er sa s in te r p r e ta c io n e s; c o m o L a s c ie n z a n u o v a , n o es u n a
o b ra de te o r ía p o lític a , a u n q u e c o n tie n e u n a q u e a n a lizaré en e sta s A u n qu e e sta d e fin ic ió n e s té al in ic io d el lib ro n o es n i cla ra ni
le c c io n e s. D e to d a s la s in ter p r e ta c io n e s de L a s c ie n z a n u o v a re sa lté p recisa ; p ero pa ra n u e str o s fin es se p u ed en reco ger d o s a fir m a ­
la q u e la c o n sid e ra c o m o u n a filo s o fía d e la h isto ria ; d e to d a s la s cio n es: a) to d o s lo s sere s d el c o sm o s (in clu id o D ios) e stá n g o b e r­
v e rs io n e s D e l e s p ír itu d e la s le y e s m e in ter e sa sub ra ya r, p a ra lo s f i­ n a d o s p o r le y es , y b) se tie n e u n a ley , o m e jo r d ich o se p u ed e
n es d el cu rso , la q u e la e n tie n d e c o m o u n a " teoría g en era l d e la e n u n cia r u n a ley , cu a n d o en tre d o s e n te s d el c o sm o s h a y r e la c io ­
so cied a d " . Al ig u a l q u e V ico , M o n te sq u ieu se p la n te a e l p r o b le m a n es n e c es a r ia s, de* m a n era q u e d a d o u n o de lo s d o s en tes n o p u ed e
d e si e x is te n le y e s g en era le s q u e d e te rm in en la fo r m a c ió n y el d eja r d e e x is tir el o tr o (el e je m p lo c lá sic o d e e sta rela ció n e s la
d e sa rro llo d e la so cie d a d h u m a n a en g en era l y d e la s so cie d a d es d e c a u sa lid a d , p o r la q u e se d ice q u e d o s e n te s fís ic o s so n u n o
h u m a n a s en p articu la r; p ero a d ifer en cia de V ico, M o n tes q u ieu se la c a u sa d e o tr o , cu a n d o d ad o el p r im ero n e cesa ria m en te sig u e el
m u ev e en u n h o r iz o n te d e in v e stig a c ió n m á s a m p lio : el á m b ito de s e g u n d o ). D e e sta s d o s a fir m a c io n e s, o sea , d e la d e fin ic ió n d e ley
la in fin ita er u d ic ió n de V ico en gran m e d id a es el m u n d o c lá sic o , c o m o e n u n cia c ió n de u n a rela ció n n e c esa r ia en tr e d o s o m á s e n te s
y s ó lo en u n a p o r c ió n m ín im a el m u n d o m ed ie v a l y m o d ern o co n (in c iso b ) y d e la c o n s ta ta c ió n d e q u e to d a s la s c o sa s e stá n g o ­
p a r tic u la r refere n c ia a lo s E sta d o s eu ro p eo s; en la v is ió n d e M on­ b e rn a d a s p o r le y es (in ciso a ) , M o n tesq u ie u in m ed ia ta m e n te in d ic a
te sq u ie u o c u p a n u n lu g a r p r e p o n d era n te lo s E sta d o s ex tra eu ro p eo s, u n a co n secu en cia : el m u n d o n o e stá g o b er n a d o p o r "una c ie g a fa ­
ta n e s a sí q u e u n a ca te g o ría fu n d a m en ta l d e su c o n str u c c ió n c o n ­ talidad " . T an es a sí q u e in m ed ia ta m e n te d e sp u é s de a cla ra r la
ce p tu a l, la d el d e s p o tis m o , fu e p r o d u cid a e sp e c ífic a m e n te p a ra dar teo r ía q u e p r e te n d e nega r, co n fir m a , c o m o refu erzo para la te o r ía
cu e n ta d e la n a tu ra leza d e lo s g o b ier n o s q u e n o p e r te n e ce n al m u n ­ q u e q u iere so ste n e r , la te s is in ic ia l so b re la e x is ten cia de le y es c o n
d o eu ro p e o . (T a n to p ara V ico c o m o p a ra M o n te sq u ieu , es el m u n d o e sta s p alab ras:
d e lo s p u e b lo s p r im itiv o s , d e lo s " salvajes" .) M as la d ife re n c ia
p rin cip a l e n tr e lo s d o s a u to re s es otra: la d im e n sió n d e V ico es Hay pues una razón prim itiva; y las leyes son las relaciones que
so b re to d o te m p o ra l (y p o r e llo la p re sen té , a riesg o d e dar u n a existen entre ellas m ism as y los diferentes seres, y las relaciones de
id ea lim ita d a , c o m o u n a filo s o fía d e la h is to r ia ), m ie n tra s la de estos ú ltim os entre ellos (p. 56).
M o n te sq u ie u es fu n d a m en ta lm e n te e sp a cia l y g e o g r á fica (y p o r e llo
p r e fie ro d e fin ir la c o m o u n a te o r ía g en era l de la s o c ie d a d ). E l in te ­ H a sta a q u í se d iría q u e M o n tes q u ie u p r eten d e p o n er se fr en te
rés p r im o r d ia l d e V ico b u sc a d es cifra r la s ley es m e d ia n te la s cu a le s a l m u n d o h u m a n o c o m o el fís ic o a n te el de la naturaleza; p e ro la s
se p r o d u jo y c o n tin ú a el d esa rr o llo h is tó r ic o de la h u m a n id a d ; el c o sa s en el m u n d o h u m a n o so n u n p o c o m ás co m p leja s p o r q u e
in ter é s e se n c ia l d e M o n tesq u ieu se d irige a ex p lic a r la v aried a d (u n a a fir m a c ió n d e e s te tip o p u ed e p a r ecer so rp ren d en te) " falta
d e la s so cie d a d es h u m a n a s y de su s r es p e c tiv o s g o b ie r n o s n o s o la ­ m u ch o pa ra q u e el m u n d o in te lig e n te se h a lle ta n b ien g o b e rn a d o
m e n te en el tie m p o sin o ta m b ién en el esp a cio . c o m o el m u n d o físic o " (p. 5 7 ). ¿P or q u é el m u n d o h u m a n o n o e stá
E s e v id e n te , d e sd e el p rim e r c a p ítu lo c o n el q u e se a bre la gran
* P ara la tra d u c ció n al esp a ñ o l d e lo s fr a g m en to s de M o n te sq u ieu en e s te
o bra, titu la d o "De la s le y es en general" , q u e el p r o b lem a d e M on ­ c a p ítu lo iTic a p o y o en: M o n tesq u ieu , D e l e s p ír itu d e la s le y e s, P orrúa , M é­
te sq u ie u es p r in c ip a lm e n te d escu b rir la s le y es q u e g o b ie rn a n el x ico , 1977. |T.|

122
124 M O N T E S Q U IE U M O N T E S Q U IE U 125

ta n b ie n g o b e rn a d o c o m o e l fís ic o ? P or la c o n d ic ió n in telig en te n a l ) , e l d er ech o p o lític o (a h o ra d e r e c h o p ú b lic o ) y e l d er ech o c iv il


d el h o m b r e q u e lo e m p u ja a d eja r d e o b se rv a r la s le y es d e la n a ­ (ta m b ié n lla m a d o a s í en n u e s tr o s d ía s ) .
tu ra lez a a s í c o m o la s q u e él m is m o se h a d a d o (c o m o v e re m o s un U na v ez c o n s ta ta d a la d is tin c ió n e n tr e im a le y n a tu ra l vm iversal
p o c o m á s a d e la n t e ). E l h e c h o d e q u e el h o m b r e, p o r su n a tu ra leza , y la s le y es p o s itiv a s p a r tic u la r e s, e l e s tu d io d e l m u n d o h u m a n o , a
n o o b ed ez ca la s le y es n a tu ra les tie n e c o m o c o n sec u e n c ia la d is tin ­ d ife r e n c ia d el d e la n a tu ra leza , r e q u ie re u n a m p lio c o n o c im ie n to
ció n ta ja n te en tr e el m u n d o fís ic o y el h u m a n o . T al c o n sec u e n c ia d e la s le y e s p o s itiv a s , e s d ecir, d e la s q u e c a m b ia n en e l tie m p o
e s la sig u ie n te: p a ra lo g ra r el r e sp e to de la s le y es n a tu r a le s, lo s y el e sp a cio . U na teo r ía g e n era l d e la s o c ie d a d (c o m o h e m o s lla m a ­
h o m b r es tie n e n q u e d a rse o tr a s . E sta s le y es s o n la s p o s itiv a s , e s d o a D e l e s p ír itu d e la s le y e s ) n o p u e d e s e r e la b o r a d a m a s q u e
d ecir, la s le y es q u e en to d a so c ie d a d p a r tic u la r s o n p u e sta s p o r la c o n b a s e e n e l e stu d io d e la s s o c ie d a d e s p a r tic u la re s. P re cisa m en te
a u to rid a d q u e tie n e la tarea d e c o n serv a r la c o h e sió n d el g ru p o . e l p r o p ó s ito d e M o n tesq u ie u e s c o n s tr u ir xma te o r ía g e n e ra l d e la
A sí p u es , m ie n tra s el m u n d o n a tu ra l s o la m e n te e s tá reg id o p o r so c ie d a d a p a rtir d e l ex a m e n d el m a y o r n ú m e ro p o s ib le d e s o ­
la s le y e s n a tu ra les (y p o r c o n s ig u ie n te e s m á s fá c il a n a liza rlo y c ie d a d e s h is tó r ic a s. ¿ P ero p o r q u é ta n ta s s o c ie d a d e s d ifer e n te s,
c o n o c e r su m o v im ie n to reg u la r y u n ifo r m e ), e l m u n d o h u m a n o ca d a cueil c o n su s le y e s, c o n s u s r ito s , c o n s u s c o stu m b r e s, si
e stá g o b er n a d o p o r la le y n a tu ra l q u e e s co m ú n a to d o s lo s h o m ­ la s le y e s n a tu r a les s o n xm iversales? E l in te n to p r im o r d ia l d e D e l
b re s y p o r la s le y es p o s itiv a s q u e, te n ié n d o se q u e a d a p ta r a la s e s p ír itu d e la s le y e s e s e x p lic a r ta l v a r ie d a d . La m u ltip lic id a d d e
d iv e rsa s fo rm a s d e s o c ie d a d , so n d ifer e n te s de p u eb lo a p u eb lo . la s le y e s e s u n te m a ta n v ie jo c o m o la r efle x ió n so b r e la s s o c ie ­
P or e s t o el e stu d io d el m u n d o h u m a n o e s m u ch o m á s c o m p lica d o , d a d es h u m a n a s (lo q u e e s ju s to d e e s t e la d o d e lo s A lp es se v u e l­
lo q u e ex p lic a p o r q u é la s c ie n cia s fís ic a s h a n a va n za d o m á s q u e v e in ju s to d e l o t r o ) . S e tra ta d e u n o d e lo s te m a s so b r e lo s
la s so c ia le s . c u a le s p u ed en s e r e x te rn a d a s la s m á s d ife r e n te s r e sp u e sta s, d e
L os d o s d ifer e n te s p la n o s en lo s q u e se p r e se n ta n lo s d o s tip o s h e c h o ca d a u n a d e e lla s ca ra c ter iza u n a d ife r e n te c o n c e p c ió n d e la
d e le y se a cla ra n en el s ig u ie n te fra g m en to : n a tu ra leza y d e l h o m b re . S e p u ed e r es p o n d e r q u e e s ta v a r ied a d e s
in c o m p r e n s ib le p a ra la m e n te h u m a n a p o r q u e e s c o s a d e im a in te ­
La ley, en general, es la razón humana en cuanto se aplica al go­ lig e n c ia su p e r io r q u e e n su in fin it a sa b id u ría h a c e q u e lo s d iv e r so s
bierno de todos los pueblos de la tierra; y las leyes políticas y civiles
h ilo s d e la s d ifer e n te s c iv iliz a c io n e s se c o n c en tr en e n u n a m is te r io ­
de cada nación no deben ser otra cosa sino casos particulares en que
se aplica la misma razón hum ana (p. 63). sa u n id ad ; s e p u ed e ta m b ié n r es p o n d e r q u e n o h a y u n a e x p lic a c ió n
r a cio n a l p o r q u e la h is to r ia c o n to d a s s u s ra reza s y s u s a berra ­
La r ela c ió n e n tre la le y n a tu ra l y la s le y es p o s itiv a s p a sa en tre c io n e s e s e l fr u to d e la lo c u r a h u m a n a o d e la p u ra casucilidad. La
u n p r in c ip io g en era l y su s a p lica c io n e s p rá ctic a s. La ley n a tu ra l se s o lu c ió n q u e M o n te sq u ie u d a a l p r o b le m a n o s e e n c u e n tr a en e sta s
lim ita a e n u n cia r u n p r in c ip io , c o m o p o r e je m p lo e l q u e la s r esp u esta s: la m u ltip lic id a d d e la s le y e s tie n e u n a razón y a p a rtir
p r o m e s a s d eb en ser cu m p lid a s; la s le y e s p o s itiv a s e sta b le c e n e v en ­ d e e lla p u ed en en c o n tr a r se la s ca u sa s a c o n d ic ió n d e q u e s e a p li­
tu a lm e n te y d e d ifer e n te m an era , de a c u erd o co n la s d iv e rsa s s o c ie ­ q u e a l e s tu d io d el m u n d o h u m a n o e l m is m o rig o r m e to d o ló g ic o
d a d es, la s m o d a lid a d es b a jo la s cu a le s se in ter c a m b ia n la s p r o m e­ y el e sp ír itu d e o b se rv a c ió n q u e lo s f ís ic o s e m p le a n en e l a n á lisis
sa s p a ra q u e sea n v á lid a s, la s sa n c io n e s q u e d eb en e sta b le c e r se d e l m u n d o n a tu ra l.
p ara q u ie n es n o la s m a n tie n e n co n el o b je to de h a cer m á s p r o b a b le Al r e su m ir la s c o n c lu s io n e s a la s q u e M o n te sq u ie u lle g a m e ­
su e je c u c ió n , etc . M o n te sq u ie u d istin g u e tre s e sp e c ie s d e le y e s p o s i­ d ia n te e l e x a m e n d e u n a e n o r m e c a n tid a d d e d a to s q u e le p r o ­
tiva s: la s q u e reg u la n la s re la c io n es en tr e lo s g ru p o s in d ep en d ie n ­ p o r c io n a n la filo s o fía p o lític a , la s n a r r a c io n es h is tó r ic a s y "^los
te s, p o r e je m p lo , en tr e lo s E sta d o s, la s q u e n o r m a n d e n tro d el te s tim o n io s d e lo s v ia je r o s , se p u ed e d e c ir q u e la s ca u sa s d e la v a­
g r u p o la s re la c io n es en tr e g o b er n a n tes y g o b e r n a d o s, y la s q u e, ried a d d e la s le y es s o n d e tr e s tip o s: fís ic a s o n a tu ra les, c o m o e l
ta m b ién d e n tro d el g ru p o, sa n cio n a n la s re la c io n es d e lo s g o b e rn a ­ c lim a y la m a y o r o m e n o r fe r tilid a d d el te rre n o , e c o n ó m ic o -s o ­
d o s, d e lo s c iu d a d a n o s o d e lo s p r iv a d o s, en tre e llo s . C o n stitu y en c ia le s, c o m o la s d ife r e n te s m a n era s q u e ca d a p u eb lo tie n e p ara
r es p e c tiv a m e n te el d erech o d e g e n te s (ah o ra d er ech o in tcrn acio - a lle g a rse lo s m e d io s d e s u b s is te n c ia , p o r lo q u e s e d is tin g u e n lo s
126 M O N T E S Q U IE U M O N T E S Q U IE U 127

p u eb lo s sa lv a je s (c a z a d o r e s ), b á rb a ro s (p a s to r e s ), c iv ile s (p rim ero a la de M a q u ia velo p o r q u e e s, c o m o la s tip o lo g ía s d e lo s a n tig u o s,


a g ricu lto res y d e sp u é s c o m e r c ia n te s ), y e sp ir itu a le s (la r e lig ió n ). trip a rtita , c o n la d ife r e n c ia d e q u e la tr ip a r tic ió n se o b tie n e c o n la
D esp u és d e e sta b rev e p r e se n ta ció n d e l sig n ific a d o d e to d a la in c lu sió n d e u n a fo r m a d e g o b ie r n o q u e en la s tip o lo g ía s a n tig u a s
o bra, a h o ra d eb e o b serv a r se cu á l e s el lu ga r q u e en ella o c u p a n u e s ­ era c o n s id e ra d a u n a fo rm a e sp e c ífic a d e m o n a rq u ía (y c o m o h e m o s
tro tem a , el de la s fo rm a s d e g o b iern o . A firm o in m ed ia ta m e n te q u e v is to ta m b ié n pa ra B o d in o ), o sea , e l d e s p o tis m o . M ás aún: si se
o c u p a u n lu g a r cen tra l: ta m b ién p a ra M o n te sq u ie u la s ca te g o r ía s p o n e a te n c ió n en la d e fin ic ió n d el d e s p o tis m o d e l fr a g m e n to cita d o ,
g en e ra le s q u e sirv en pa ra dar u n o rd en s is te m á tic o a la s d iv e rsa s n o s d a m o s cu e n ta d e q u e M o n te sq u ie u d e fin e e l d e s p o tis m o en lo s
fo r m a s h is tó r ic a s d e so cie d a d so n la s q u e co rr e sp o n d e n a lo s d ife ­ m is m o s té r m in o s en lo s q u e la tr a d ic ió n h a sta a h o ra h a d e fin id o
ren tes tip o s d e rég im en p o lític o . U na vez m á s la tip o lo g ía d e la s a la tira n ía , e n p a r tic u la r la tir a n ía e x p a r te e x e r c itii, e s d ecir, c o m o
fo r m a s de g o b ier n o a d q u ier e u n a gran im p o rta n c ia p a ra la c o m ­ e l g o b ie rn o d e u n o s o lo " sin le y e s n i fr e n o s ”. E n su m a , la ter cera
p r e n sió n (u so s is te m á tic o ), ev a lu a c ió n (u so p r e sc r ip tiv o ) y p a ra la fo r m a d e g o b ie r n o de M o n te sq u ie u e s, si se to m a en cu e n ta la teo ría
in te r p r e ta c ió n h is tó r ic a (u so h is tó r ic o ) d e la fe n o m e n o lo g ía so cia l. c lá sica , u n a d e la s fo r m a s m a la s o co rru p ta s. E n c o n se c u e n c ia , la ti­
Lo q u e ca m b ia en M o n te sq u ie u es el c o n te n id o d e la tip o lo g ía q u e p o lo g ía q u e e s to y ilu str a n d o e s m a rc a d a m en te a n ó m a la fr e n te a
y a n o co rr e sp o n d e n i a la c lá sica (la tr ip a r tic ió n c o n b a s e en el to d a s la s tip o lo g ía s q u e h e m o s v is to h a s ta aquí: la a n o m a lía c o n ­
" q u ién ” y e l "cóm o" ) n i a la m a q u ia v e lia n a (la b ip a rtic ió n en s is te en q u e c o m b in a d o s c r ite r io s d ife r e n te s, e l d e lo s s u je to s d el
p r in cip a d o s y r e p ú b lic a s ). E l seg u n d o lib ro co m ie n z a c o n u n ca ­ p o d er so b e ra n o q u e p e r m ite d is tin g u ir la m o n a r q u ía d e la rep ú ­
p ít u lo titu la d o "De la ín d o le de lo s tres d is tin to s g o b ie r n o s ” q u e b lic a , y el m o d o d e g ob ern a r, q u e c o n s ie n te d ifere n c ia r la m o n a r­
c o n v ie n e citar: q u ía d e l d e s p o tis m o . E n o tr a s p a lab ras: M o n te sq u ie u u tiliz a a m ­
b o s c r ite r io s tr a d ic io n a le s, p e r o lo s u s a a l m is m o tie m p o , o sea , e l
Hay tres especies de gobiernos: el rep ublican o, el m o n á rq u ic o y el p rim e ro p a ra d is tin g u ir la p rim e ra fo r m a d e la seg u n d a , m ie n tra s
d e sp ó tic o [ . . . ] Supongo tres definiciones, m ejor dicho, tres hechos: recu rre a l seg u n d o p a ra d ifere n c ia r la seg u n d a de la tercera. A de­
uno, que el gobierno republicano es aquel en que todo el pueblo, o
m á s d e q u e e s a n ó m a la , la tip o lo g ía d e D e l e s p ír itu d e la s le y e s
una parte de él, tiene el poder supremo; otro, que el gobierno mo­
nárquico es aquel en que uno solo gobierna, pero con sujeción a leyes p u ed e d ar la im p r e sió n d e q u e e s tá in co m p le ta : en e fe c to , a l h a­
fijas y prestablecidas; y por último, que en el gobierno despótico b la r d el d e s p o tis m o c o m o la ú n ic a fo r m a d egen era d a , d e ja en te n d er
el poder también está en imo solo, pero sin leyes ni frenos pues q u e la r e p ú b lica n o c o n o c e fo rm a s co rru p ta s. H a sta a h o ra h e m o s
arrastra a todo y a todos tras su voluntad y caprichos (p. 66). e n c o n tr a d o tip o lo g ía s q u e o n ieg a n la d is tin c ió n en tr e fo r m a s b u e ­
n a s y m a la s (co m o la s de B o d in o y H o b b es) o d u p lic a n to d a s la s
La d ifer en cia de e sta tip o lo g ía c o n re sp e c to a la s a n terio r es sa lta fo r m a s b u en a s (y n o s o la m e n te la m o n a rq u ía ) en o tr a s ta n ta s
a la v ista . Las d os p rim era s fo rm a s co rr e sp o n d e n a la s d o s fo r m a s m a la s . E n c o n tr a ste , M o n te sq u ie u a d o p ta el c riter io a x io ló g ic o , p ero
m a q u ia v elia n a s: e fe c tiv a m e n te la rep ú b lic a a b a rca ta m b ié n a q u í s o la m e n te lo a p lica a u n a d e la s fo r m a s. ¿ D eb em o s d ed u cir q u e
ta n to a la a r isto cr a c ia c o m o a la d em o c ra cia , seg ú n si s ó lo u n a la r ep ú b lica , sea a r isto cr á tic a o d em o c r á tic a , n o p u ed e d eg en erar?
p a rte d el p u eb lo o " to d o el p u e b lo ” ejerc e el p o d er. M o n tesq u ieu D ese a ría c ita r p o r lo m e n o s u n fr a g m e n to en e l q u e p a re ce q u e
lo d ice in m ed ia ta m e n te d esp u és: M o n tesq u ie u se co n tr a d ic e . S e tra ta d e u n p a s a je d el lib ro V II I
q u e tie n e p o r a r g u m en to la " c o rr u p ció n ” d e lo s p r in c ip io s d e lo s
Cuando en la república, el poder supremo reside en el pueblo en­
g o b ie r n o s. E n e s te lib ro tra ta el te m a d e la c o rr u p ció n ta n to d e
tero, es una democracia. Cuando el poder supremo está en manos
de una parte del pueblo, es una aristocracia (p. 66). la d e m o cr a cia c o m o d e la a r isto cr a c ia , y a p r o p ó s ito d e la seg u n d a
c o m en ta :
Lo q u e q u iere d ecir q u e ta m b ién p ara M o n te sq u ie u la d ifere n c ia
Si las democracias llegan a su perdición cuando el pueblo despoja
fu n d a m en ta l c o n re sp e c to al s u je to d el p o d er so b e ra n o e stá en tr e de sus funciones al senado, a los magistrados y a los jueces, las
cl g(jbicrno de u n o y el de m ás de u n o (n o im p o r ta si é s to s sea n monarquías se pierden cuando van cercenando poco a poco los pri­
p o c o s o m u c h o s); p ero la tip o lo g ía de M o n tesq u icit es d ilc ic n t e vilegios tic las ciudades o las prerrogativas de las corporaciones. En
128 M O N T E S Q U IE U M O N T E S Q U IE U 129

el prim er caso, se va al d e s p o tis m o d e todos; en el segundo, al des­ p e r io c h in o c o m o d e u n g o b ie r n o a d m ir a b le ”, y lo c o n c lu y e c o n


potism o de im o solo (p. 215). e s ta s p a la b ra s:

N ó te s e la ex p r esió n " d e sp o tis m o de to d o s ” q u e se co n tra p o n e China, pues, es un E stado despótico; y su principio es el tem or. Puede
a la ex p r es ió n " d esp o tism o de u n o s o lo ”. C om o se h a d ic h o , en ser que en las prim eras dinastías, cuando el im perio no era tein ex­
tenso, el gobierno se alejase un poco de este espíritu; hoy, no
e ste c a so se tra ta d e u n a e x p r es ió n im p ro p ia : e s u n h e c h o q u e, si
(p. 324).
es v erd a d q u e ta m b ién el g o b ier n o d e m o c r á tic o p u ed e su fr ir u n a
d eg en era ció n , llá m ese o n o a e sta fo r m a c o rr u p ta " d e s p o tis m o ”, P o r ta n to , la tip o lo g ía d e M o n te sq u ie u s e v u e lv e m á s cla ra si
de la m is m a m a n era q u e la fo r m a co rru p ta d el g o b ie rn o m o n á r ­ s e in te r p r e ta c o m o u n a r ep etic ió n d e la tr a d ic io n a l, p o r lo m e n o s
q u ico , la trip a rtic ió n p r in c ip a l d e la s fo rm a s d e g o b ie rn o en la d e M a q u ia v elo en a d ela n te, q u e c o n b a se en la s tr a n sfo r m a c io n e s
q u e ú n ica m en te ap arece c o m o fo r m a co rr u p ta la d e g e n er a c ió n de su fr id a s p o r la so c ie d a d eu r o p e a c la s ific a a to d o s lo s E sta d o s c o m o
la m o n a rq u ía e stá in c o m p leta . D ich a o r d e n a c ió n n o m u estra , c o m o rep ú b lica s o p r in c ip a d o s , c o n a lg o m á s: la in co r p o r a c ió n d e la
d ebería h a ce rlo , la gran v a r ied a d de g o b ie r n o s r ea lm en te in s titu i­ c a te g o ría q u e sir v e p a ra in c lu ir en e l e sq u e m a g en era l d e la s fo r ­
do s p o r lo s h o m b r es a lo larg o d e su h isto ria . m a s d e g o b ie r n o al m u n d o o r ien ta l. D eb e a greg a rse q u e M o n tes­
Al ex a m in a r la s d ifere n tes te o r ía s d e la s fo r m a s d e g o b ie rn o , q u ie u p u d o h a b er c o n fir m a d o su tip o lo g ía c o n e l e je m p lo d e la
siem p re m e h e p r eo cu p a d o p o r m o s tr a r su rela c ió n co n la rea lid a d h is to r ia p a s a d a , e sp e c ia lm e n te c o n la h is to r ia de R om a, q u e, c o m o
h is tó r ic a q u e su a u to r ten ía a la v ista , p a ra h a c e r e n te n d er q u e to d o s lo s g ra n d es e sc r ito r e s p o lític o s , d e P o lib io en a d e la n te, h a ­
ella s n o so n in v e n c io n es p u ra m e n te lib resca s. Al ig u a l q u e la s te o ­ b ía h e c h o o b je to d e su s r efle x io n es , p a r tic u la rm e n te en u n a o b ra
rías p re ced en tes, la de M o n te sq u ie u so la m e n te se ex p lic a , a p esa r e sc r ita a n tes q u e D e l e s p ír itu d e la s le y e s , titu la d a C o n s id e r a c io n e s
d e su a p a re n te a n o m a lía y su rea l lim ita c ió n , si s e le c o n sid e ra s o b r e la s c a u s a s d e la g r a n d e z a y d e c a d e n c ia d e lo s r o m a n o s (1 7 3 3 ).
c o m o u n a r efle x ió n so b re la h is to r ia d e su tie m p o y so b r e la h is ­ La h is to r ia ro m a n a p o d ía d iv id ir se en p e r io d o s d e la s ig u ie n te
to ria p a sa d a d e a cu erd o co n su p r o p ia in te rp re ta c ió n . D ije q u e m an era: la m o n a r q u ía d e la p rim e ra é p o c a de lo s " reyes d e R o m a ”,
fr en te a V ico la ob ra de M o n te sq u ieu se d is tin g u e p o r la gran im ­ la r ep ú b lica , p rim e ro a r isto c r á tic a y lu e g o d em o c rá tic a , d e l p e r io d o
p o rta n cia q u e co b ra en e lla el m u n d o e x tra eu ro p eo , e sp e c ia lm e n te r ep u b lica n o , y fin a lm e n te el d e s p o tis m o d e l p e r io d o d el im p er io .
el a siá tic o . Y b ien , el d e sp o tism o , q u e p o r p rim e ra vez e s ele v a d o (N ó te s e la d ifer e n c ia c o n r e sp e c to a V ic o , q u e en c u a n to id e n ti­
a ca teg o ría rep resen ta tiv a de u n a d e la s fo r m a s típ ic a s de g o b ie rn o fic a e l p e r io d o d el p r in c ip a d o co n el g o b ie r n o m o n á r q u ic o , q u e
(m ien tra s q u e h a s ta e n to n c e s el g o b ie r n o d e s p ó tic o h a b ía sid o p a ra V ic o e s la m e jo r fo r m a de g o b ier n o , d a u n ju ic io p o s itiv o d el
co n sid era d o en tr e la s s u b e sp e cie s d e la m o n a r q u ía ), se c o n v ie rte im p erio , a l m e n o s en lo s p r im e r o s sig lo s.)
en la ca te g o ría e se n c ia l para la c o m p r e n sió n d el m u n d o o r ie n ta l. C om p arad a c o n la s tip o lo g ía s a n te r io r es, la d e M o n te sq u ie u p re­
E s c o m o si se d ije s e q u e, u n a vez q u e se to m ó en cu e n ta al se n ta o tr a n o v e d a d , p u es es d e sa rro lla d a en d o s p la n o s d ifer e n te s,
m u n d o o r ien ta l, n o se p u ed e d eja r a u n la d o la c a te g o ría d el u n o lla m a d o d e la " n a tu ra leza ” de lo s g o b ie r n o s y e l o tr o d e lo s
d e s p o tis m o para d ise ñ a r u n a c o m p le ta y c o rr ecta tip o lo g ía d e la s " p r in cip io s”. H a s ta a h o ra la s d e fin ic io n e s d a d a s de lo s tr e s g o b ie r ­
fo rm a s de g o b iern o . M o n te sq u ieu e sta b a c o n v e n c id o d e q u e el n o s s o n la s q u e v a n d e a c u erd o c o n su " n a tu ra leza ”; p e ro lo s
m u n d o ex tra eu r o p eo , y e sp e c ia lm e n te el a s iá tic o , n o p o d ía ser c o m ­ m is m o s tre s g o b ie r n o s p u ed en ser d ifer e n c ia d o s ta m b ié n c o n b a se
p ren d id o c o n la s ca te g o ría s h is tó r ic a s q u e sirv iero n d u ra n te m ile ­ e n su s r e s p e c tiv o s " p r in cip io s”. M o n te sq u ie u m u es tr a la d ifere n c ia
n io s para en te n d er al m u n d o eu r o p e o . Para e je m p lific a r lo a n ter io r , en tr e n a tu ra lez a y p r in c ip io d e la s ig u ie n te m an era: ''
M o n tesq u ie u se ñ a la el d e s p o tis m o d e C hin a, q u e lo s ilu m in is ta s
Hay esta diferencia entre la naturaleza del gobierno y su principio:
ex a lta b a n c o m o e je m p lo d e b u en g o b ie rn o (en c u a n to era c o n s i­
que su naturaleza es lo que le hace ser y su principio lo que le hace
d era d o c o m o g o b ier n o " p a tern a l” y n o c o m o rég im en " d e s p ó tic o ” o obrar. La prim era es su estructura particular; el segundo las pa­
" p a tro n a l”) . M o n tesq u ieu d ed ica u n c a p ítu lo (cap . x x i d el lib ro siones hum anas que lo m ueven (p. 83).
V III ) a la c rítica d e " n u estro s m is io n e r o s q u e h a b la n d cl gran im'
130 M O N T E S Q U IE U M O N T E S Q U IE U 131

La " naturaleza" d e u n g o b ie r n o d eriv a d e su " estru ctu ra" , e s to Y m á s ad elan te:


e s, d e la c o n s titu c ió n q u e regu la en c ie r to m o d o , q u e c a m b ia de
fo rm a a fo rm a , q u ién g o b ier n a y de q u é m an era; p ero seg ú n M on ­ La virtud, en una república, es la cosa m ás sencilla: es el am or a la
te sq u ie u to d a fo rm a de g o b ier n o p u ed e ta m b ié n e sta r ca ra cteriza d a república; es un sentim iento y no una serie de conocim ientos, tanto
p o r la p a s ió n fu n d a m en ta l q u e lle v a a lo s sú b d ito s a o b ra r d e el últim o com o el prim ero de los ciudadanos pueden probar ese
a cu erd o c o n la s le y es e sta b le c id a s y en c o n se c u e n c ia p e r m ite du rar sentim iento. Cuando el pueblo tiene buenas m áxim as, las practica
m ejor y se m antiene m ás tiem po incorruptible que las clases altas;
a to d o rég im en p o lític o . E sta " p asión " fu n d a m en ta l, q u e M on ­
es raro que com ience por él la corrupción. M uchas veces, de la
te s q u ie u fre cu en te m en te lla m a el "resorte" { r e s s o r t) d el q u e to d o m ism a lim itación de sus luces ha sacado m ás durable apego a lo es­
g o b ier n o tie n e n e c es id a d p ara p o d er c u m p lir c o rr e cta m en te co n su tatuido. El am or a la patria m ejora las costum bres, y la bondad
ta rea , es el "prin cipio" . Q uiero a d v ertir q u e e sta te s is d el d iv er so de las costum bres aum enta el am or a la patria (p. 115).
p r in c ip io q u e in sp ira a lo s d ifer e n te s reg ím en e s ta m p o c o e s n u ev a,
y a q u e n o s h a c e reco rd a r in m ed ia ta m e n te a la tip o lo g ía p la tó n ic a E sta m a n era de en te n d er la v ir tu d p r o v o c ó en su s tie m p o s m u ­
q u e en p a rte e stá b a sa d a en la s d iv er sa s " p a sio n es" (p o d e m o s lla ­ ch a s c rític a s, c o m en z a n d o p o r V o íta ire, q u ien c o n sid e ra b a q u e la
m a rla s e x a cta m en te a sí) q u e im p rim e n u n ca rá c te r e sp e c ífic o a lo s v ir tu d era m á s id ó n ea p a ra lo s g o b ie r n o s m o n á rq u ic o s y e l h o n o r
d ifer e n te s g ru p o s d irig en te s, p e r so n ific a d o s en el h o m b r e tim o c r á ­ era m á s c o m p a tib le c o n lo s g o b ie r n o s r ep u b lic a n o s. S e p r eg u n ta b a
tic o , en el o lig á rq u ico , etc . U sa n d o el té r m in o de M o n te sq u ie u , en g en era l s i la v ir tu d n o fu e s e n ec esa ria p a ra to d a s la s fo r m a s de
" p rin cip io" , p o d e m o s d ecir q u e el p r in c ip io d e la tim o cr a c ia p ara g o b ie rn o .
P la tó n es el h o n o r, d e la o lig a r q u ía la riq u eza , d e la d em o c ra cia
la lib erta d y de la tira n ía la v io le n c ia . ¿C uáles so n lo s tre s p rin ­ Para entender m ejor los cuatro prim eros libros de esta obra hay
que tener en cuenta: 1? que lo que llam o virtud en la república es
cip io s de M o n tesq u ieu ? S o n lo s sig u ie n te s: la v ir tu d p a ra la rep ú ­
el am or a la patria, es decir, el am or a la igualdad. Ella no es una
b lica , el h o n o r p a ra la m o n a rq u ía y el m ie d o pa ra el d e s p o tis m o . virtud m oral ni cristiana, es la virtud política. Y ésta es el resorte
(U no so lo , el h o n o r, es co m ú n a P la tó n y a M on tesq u ieu ; p ero si que hace m over la república, com o el honor es el resorte que hace
se o b se rv a n a te n ta m en te la s d o s tip o lo g ía s, se d ed u ce q u e la p la ­ m over la m onarquía. Así pues, he llam ado virtud política al amor
tó n ic a e stá h e ch a e x p a r te p r in c ip is , la d e M o n te sq u ie u e x p a r te a la patria y a la igualdad (p. 51).
p o p u li. E sto se c o n sta ta en el c a so d e la tira n ía o d e s p o tis m o q u e
es ca ra c teriza d o p o r P la tó n co n b a se en la " p asión " d el tira n o y C om o h e m o s v is to , M o n te sq u ie u h a c e u so d el c o n c e p to d e ig u a l­
p o r M o n te sq u ieu en la " p asión " de lo s s ú b d ito s.) d a d p a ra p r e cisa r la id ea de la v ir tu d c o m o re so r te d e la s rep ú b li­
M o n te sq u ie u e n tie n d e p o r v ir tu d n o la v ir tu d m o r a l, q u e es u n a ca s. T al c o n c e p to d eb e ser su b ra y a d o p o rq u e sirv e p a ra d istin g u ir
d is p o s ic ió n m er a m en te in d iv id u a l, sin o u n a d e te r m in a c ió n q u e a la rep ú b lica (a q u í c o n v ie n e a greg ar la rep ú b lica d e m o cr á tica ) d e
v in cu la ín tim a m e n te el in d iv id u o al to d o d el q u e fo r m a p arte. E n la s o tra s fo r m a s de g o b ier n o , q u e en co n tr a ste e stá n b a sa d a s en
d iv e rsa s o c a sio n e s la lla m a "am or a la patria" , c o m o en el sig u ie n te u n a in s o lu b le d e sig u a ld a d en tr e lo s g o b e rn a n tes y lo s g o b er n a d o s,
fra g m en to : y ta m b ié n en u n a in s o lu b le d e sig u a ld a d en tre lo s m is m o s g o b e r­
n a d o s. E s im p o r ta n te e s te c o n c ep to , p o rq u e es la c o n d ic ió n m is m a
El tem or en los gobiernos despóticos nace espontáneam ente de las d el e je r c ic io d e la v ir tu d c o m o a m o r a la patria; se a m a a la p a ­
am enazas y de los castigos; el honor en las m onarquías lo favorecen tria en c u a n to es s e n tid a c o m o c o sa de to d o s, y es sen tid a a sí en
las pasiones, que son a su vez por él favorecidas; pero la virtud c u a n to to d o s se co n s id e ra n y so n ig u a les en tr e sí.
política es una renuncia a sí m ism os, lo m ás difícil que hay. Se
E s m e n o s fá c il en te n d er y d e fin ir el c o n c ep to de h o n o r (q u e el
puede definir esta virtud diciendo que es el am or a la patria y a
las leyes. E ste amor, prefiriendo siem pre el bien público al bien p r o p io M o n tes q u ie u n o d e f in e ) . E n tre lo s d iv e r so s fr a g m e n to s u n o
propio, engendra todas las virtudes particulares, que con siste en d e lo s m á s ilu str a tiv o s es el sig u ien te:
aquella preferencia (p. 104).
El gobierno m onárquico supone, com o ya hem os dicho, preem inen­
cias, catcgot ías y hasta una clase noble por su nacim iento. En la
132 M O N T E S Q U IE U M O N T E S Q U IE U 133

naturaleza de este gobierno entra el pedir honores, es decir, distin­ vez en la h is to r ia , u n d e s p o tis m o , la d icla d u ra ja co b in a , será Un
ciones, preferencias y prerrogativas; por eso hem os dicho que el m a d a el rég im e n d el "terror". Y d e sd e e n to n c e s la d icla d u r a rcvolu
honor es un resorte del régim en. La am bición es perniciosa en una cio n a r ia y e l te rro r será n c o n sid e ra d o s co m o fru to s dcl m ism o
república, pero de buenos efectos en la monarquía: da vida a este
e s ta d o d e n e cesid a d . Para S a in t-J u st y R o b esp ierre, el tci ror es
gobierno, con la ventaja de que en él es poco o nada peligrosa,
puesto que en todo instante hay m edio de reprim irla. Es algo sem e­ n e c es a r io p ara in sta u ra r (u na vez m á s u n a ca te g o ría de M o n tes­
jante al sistem a del universo, en el que hay dos fuerzas contrarias: q u ieu ) el rein o d e la v irtu d , o sea, la rep ú b lica d em o cr á tica . R o b e s­
centrípeta y centrífuga. El honor m ueve todas las partes del cuerpo p ie rre d irá en u n fa m o so d is c u r so q u e "el r es o r te d el g o b ier n o
político, y las atrae, las liga por su m ism a acción. Cada cual con­ p o p u la r en la r ev o lu ció n es al m is m o tie m p o la v i r t u d y el te r r o r :
curre al interés com ún creyendo servir al bien particular (p. 91).
la v ir tu d sin la cu a l el ter ro r es fu n e sto , el te rro r sin el cu a l la
v ir tu d e s im p o te n te " .
P or "honor", o m e jo r d ich o p o r " s en tim ie n to d el h on or" , se
H a s ta a q u í h e c o n s id e ra d o la tip o lo g ía d e D e l e s p ír itu d e la s le y e s
e n tie n d e a q u ella se n sa c ió n q u e n o s h ace realizar u n a c to d e te r m i­
a p a rtir de su u s o s iste m á tic o y en p a rte h isto r io g r á fic o . ¿P ero
n a d o p o r el d e se o d e te n er y m a n te n e r u n a b u en a rep u ta ció n . E n
q u é h a y d e su u s o p r e sc r ip tiv o ? D ich o de o tr o m o d o : ¿ cu á l e s el
co n tr a s te , la v irtu d rep u b lica n a n o s h a ce ob rar p o r el b ie n co m ú n .
id e a l p o lític o de M o n te sq u ie u ? Al r es p o n d e r e sta p reg u n ta en tra ré
E l h o n o r es u n re so r te in d iv id u a l (c o m o el in te r é s); p ero , in d e ­
e n la p a r te m á s im p o r ta n te d e su o b ra en té r m in o s h is tó r ic o s. N o
p e n d ie n te m e n te de la v o lu n ta d d el in d iv id u o , es ú til p a ra el b ie n
h a y d u d a de q u e d e la s tres fo r m a s d e g o b ie rn o q u e h e m o s d e sc r ito ,
co m ú n , en c u a n to llev a al c u m p lim ie n to d el p r o p io deber. (Lo im ­
M o n tesq u ie u p re fie re la m o n a rq u ía ; p ero la m o n a rq u ía q u e tie n e
p o r ta n te en to d a s o c ie d a d es q u e h a lla n " p asion es" y " resortes"
en m e n te e s la fo rm a de g o b ier n o q u e, m á s q u e d ife r e n c ia rse de
q u e in d u zca n al s ú b d ito a cu m p lir su d eb er, a n te to d o el d e o b e ­
la rep ú b lic a , se d istin g u e d el d e s p o tis m o p o r q u e el p o d er d el rey
d ecer a las ley es.) A d ifere n cia de la v ir tu d rep u b lica n a , q u e n o
e stá c o n tr o la d o p o r la s lla m a d a s ó r d e n e s o c u e rp o s in ter m e d io s.
p u ed e ten er lu ga r m ás q u e en u n a so cie d a d de ig u a les, el h o n o r
E n u n c a p ítu lo titu la d o "De la e x ce le n c ia d el g o b ie rn o m o n á rq u i­
p r e su p o n e u n a so cie d a d de d es ig u a le s, b a sa d a en la d ife re n c ia de
co", escrib e:
ra n g o s, en la p re sen cia d e ó rd e n e s o g ru p o s p r iv ile g ia d o s, a lo s q u e
se le s c o n fía n e x clu siv a m en te lo s ca rgo s p ú b lic o s y en tre lo s c u a ­ El gobierno m onárquico le lleva una gran ventaja al gobierno des­
le s se realiza la d is tr ib u ció n d el p o d er p ú b lic o en su s d ifer e n te s pótico. Estando en su naturaleza el príncipe tiene bajo él a varias
ex p r es io n e s. E l se n tim ie n to d el h o n o r n o es de to d o s y pa ra to d o s: órdenes que están vinculadas a la constitución, así el E stado es m ás
es el re so r te de a q u ello s a q u ien es el so b era n o c o n fía el cu id a d o fijo, la constitu ción m ás firm e, la persona de los que gobiernan
m ás asegurada (p. 134).
d el E sta d o , y q u e p r e cisa m e n te p o r e sto c o n s titu y e n c u e rp o s re s­
tr in g id o s y p r iv ile g ia d o s.
E sta c o n tr a p o s ic ió n en tre el d e s p o tis m o y la m o n a rq u ía m u e s ­
E l m ie d o , que es el reso r te d el d e sp o tism o , n o req u iere c o m e n ­ tra a é s ta c o m o la fo r m a d e g o b ier n o en la q u e e n tr e lo s s ú b d ito s
ta r io s p a rticu la res, p o rq u e en to d o c a so se c o m e n ta p o r sí m is m o . y el so b e ra n o h a y p o d er e s in te r m e d io s, o " con tra p o d eres" , q u e le
B a ste e n to n ce s u n a cita: im p id e n a l so b e ra n o a b u sa r d e su a u to rid a d . E sto s co n tr a p o d er e s
e stá n c o n s titu id o s p o r cu e rp o s p r iv ile g ia d o s q u e d e sa rro lla n fu n ­
Como la virtud en una república y el honor en una m onarquía, es
c io n e s e s ta ta le s, y en cu a n to ta le s h a ce n im p o sib le la co n c en tr a ció n
necesario el tem or en un gobierno despótico; pero en esta clase de
gobierno, la virtud no es necesaria y el honor hasta sería peligroso d el p o d er p ú b lic o en m a n o s d e u n o s o lo , q u e e s la c a ra c te rístic a del
(p. 93). g o b ie r n o d e s p ó tic o , y d an v id a a u n a p r im era (p ero n o ú n ica )
fo r m a d e d iv isió n d el p o d er, a la q u e d e n o m in o " d iv isió n h o r i­
A p ro v ech o la o p o rtu n id a d para lla m a r la a te n c ió n en la im p o r ­ zo n tal" p a ra d is tin g u ir la d e la v e rtic a l q u e v e rem o s u n p o c o m á s
ta n cia h is tó r ic a q u e, d e sp u és de m e d io s ig lo de la p u b lic a c ió n de a d ela n te. N o tie n e c a so h a b la r a q u í d e la im p o rta n c ia de la te o r ía
la o b ra de M on tesq u ieu , a d q u irirá el p r in cip io del m ie d o v in cu la d o d e lo s cu e rp o s in te r m e d io s en el d e sa rro llo d el E sta d o m o d ern o :
con \í\ ca te g o ría dcl d es p o tism o : al fin a l de e se sig lo , por pi im cra b a ste d ec ir q u e ella n o s ó lo se co n tra p o n e a la teo ría d el d espo -
134 M O N T E S Q U IE U M O N T E S Q U IllU 11%

tis m o , sin o ta m b ié n a la d e la rep ú b lica en u n cia d a p o r R o u ssea u , r i t u d e la s le y e s , es la q u e h a te n id o m ay or é x ito , a tnl ^indu «|iu-
p a ra q u ien , u n a vez c o n s titu id a la v o lu n ta d g e n era l q u e e s la titu ­ la s p rim e ra s c o n s titu c io n e s e sc r ita s, la n o r lc a m ci icaiia tlf 17/f»
la r e x c lu siv a d e la so b e ra n ía , m e d ia n te el p a c to so c ia l de ca d a y la fr a n c e sa d e 1791, se co n s id e ra n una a p lica c ió n de i-lla. Ya
c u a l c o n to d o s lo s d em á s, ya n o s e a d m ite n " s o cied a d e s p a r c ia le s ”, a l fin a l d el c a p ítu lo so b re H o b b es h a b ía m o s h e c h o m en ció n de la
in ter p u es ta s e n tre lo s in d iv id u o s y el to d o , y q u e c o n s titu y e n u n te o r ía d e la sep a ra ció n d e p o d ere s: aqu í re p etim o s q u e e sta te o ­
id e a l d e stin a d o a te n e r é x ito en la s d o c tr in a s lib er a le s d el sig lo x ix ría p u ed e se r co n sid era d a c o m o la in sp ir a c ió n m o d ern a d e la teoría
q u e n o so la m e n te v erá n en el d e s p o tis m o tr a d ic io n a l, sin o ta m ­ c lá sic a d el g o b ier n o m ix to . E n tre el g o b ier n o m ix to y e l go biern o ,
b ié n en la d icta d u ra ja c o b in a , u n tr is te e fe c to d e la su p r e sió n de q u e p a ra u tiliz a r la e x p r es ió n d e M o n tesq u ieu , lla m a ré " m od era­
lo s cu erp o s in ter m e d io s. A qu í m e lim ito a su b ra ya r la im p o rta n cia d o ”, e x is te vma u n id a d de in sp ira ció n : a m b o s d eriv a n d e la co n ­
q u e e sta id ea d el g o b ie rn o m o n á rq u ico , ca ra cteriza d o p o r la p re­ v ic c ió n d e q u e c o n el o b je to de q u e n o h a ya a b u so d e p od er, é ste
s en cia d e lo s c u er p o s in te r m e d io s, tie n e en la te o r ía d e M o n te s­ d e b e s e r d is tr ib u id o de m a n era q u e el p o d er su p r em o sea el e fe cto
q u ieu co n sid era d a en su a s p e c to p r e sc r ip tiv o , p o r q u e in tro d u c e d e u n a sa b ia d is p o s ic ió n de e q u ilib r io e n tre d ifere n tes p o d eres
en la tip o lo g ía d e lo s g o b ie r n o s u n a fig u ra n u ev a ca ra cteriza d a p a r c ia le s, y n o e s té c o n c en tr a d o en las m a n o s de u n o s o lo . R ecu ér­
p o r u n cr iter io e v a lu a tiv o , la fig u ra d el " g o b iern o m o d e r a d o ”. L éase d e n se la s e x p r e s io n e s q u e u tiliz a el p rim er te ó r ic o d el gob iern o
e s te p a sa je: m ix to , P o lib io , c u a n d o d ice q u e en u n g o b ie r n o m ix to "ninguna
d e la s p a r te s e x ced e su c o m p e te n c ia n i so b rep a sa la m e d id a ”; en ­
Parecería que la naturaleza humana se volviera con indignación y
co n tr a r em o s e x p r es io n e s se m e ja n te s en M o n tesq u ieu . S in em bargo,
se sublevara sin cesar contra el gobierno despótico. Pues nada de
eso: a pesar del amor de los hombres a la libertad y de su odio a la en tr e e l g o b ie r n o m ix to y el m o d era d o hay u n a d ife re n c ia e n cu a n to
violencia, la mayor parte de los pueblos se ha resignado al despo­ a la m a n era e n q u e se c o n c ib e e s ta d is tr ib u ció n de p o d eres. E l
tismo. Esta sumisión es fácil de comprender: para fundar un go­ g o b ie r n o m ix to d eriv a de u n a r e c o m p o sic ió n de la s tr e s form a s
bierno moderado es preciso combinar las fuerzas, ordenarlas, tem­ c lá sic a s , y e n c o n s e c u e n c ia d e u n a d is tr ib u ció n d el p o d er entre
plarlas, ponerlas en acción; darle, por así decirlo, un contrapeso, un la s tre s p a r te s q u e c o m p o n e n u n a so cie d a d , e n tre lo s d ifere n te s
lastre que las equilibre para ponerlas en estado de resistir unas a
otras. Es una obra m aestra de legislación que el azar produce rara p o s ib le s " s u je to s ” d e l p o d er, p a r tic u la r m e n te en tre la s d o s p a rtes
vez, y que en contadas ocasiones dirige la prudencia (p. 143). a n ta g ó n ic a s, lo s r ico s y lo s p o b res (lo s p a tr ic io s y lo s p le b e y o s);
e n ca m b io , e l g o b ie r n o m o d er a d o de M o n te sq u ieu d eriv a de la
C o m o ta m b ién lo s " g o b iern o s m o d e r a d o s ” p u ed en ser la s rep ú ­ d is o c ia c ió n d el p o d er so b e ra n o y d e su d iv isió n c o n b a s e en
b lic a s (c o m o se le e en el c a p ítu lo sig u ie n te a l q u e c o n tie n e el la s tr e s fu n c io n e s fu n d a m en ta le s d e l E sta d o , la le g isla tiv a , la e je ­
fr a g m e n to c ita d o ) , se p u ed e p e n sa r q u e la tip o lo g ía tr ip a r tita d e c u tiv a y la ju d ic ia l. N o s e ex clu y e q u e la s d o s d iv isio n e s p u ed an
la s fo r m a s d e g o b ier n o p o d ría se r su stitu id a , a l in tro d u c ir se el c o in c id ir , c u a n d o a ca d a u n a de la s tres p a r te s se le c o n fíe un a
u s o p r e sc r ip tiv o , p o r u n a b ip a r tic ió n en g o b ie r n o s m o d er a d o s e in ­ d e la s tr e s fu n c io n e s, p ero e sta c o in c id e n c ia d e n in g u n a m a n era es
m o d er a d o s (o d e s p ó tic o s ). E sto lo c o n fir m a el títu lo d el c a p í­ n ec esa ria . C ierta m en te a M o n te sq u ie u n o le in te r e sa d e m a nera
tu lo X d el lib ro III: " D istin ció n de la o b e d ie n c ia en lo s g o b ie r n o s p a r tic u la r e s ta c o in c id e n c ia . L o q u e lla m a la a te n c ió n a M o ntes­
m o d e r a d o s y en lo s d e s p ó ti c o s ”. E n to n ce s c o n v ie n e p re g u n ta rse q u ieu , d e m a n era fu n d a m en ta l, es la sep a ra ció n d e p o d er e s seg ún
u n a v ez m á s, ¿q u é e s lo q u e h a c e d e u n rég im en p o lític o u n g o b ie r n o la s fu n c io n e s, n o la d iv isió n b a sa d a en la s p a rtes c o n s titu tiv a s de
m o d era d o ? E l fra g m en to c ita d o es claro: la d is tr ib u c ió n d el p o d er la s o cie d a d . C uan do h a ce el e lo g io de la rep ú b lica ro m a n a , que
p a ra q u e n a d ie p u ed a a c tu a r a rb itra ria m e n te a l h a b er p o d er e s c o n ­ e s u n a p r á c tic a c o m ú n en lo s te ó r ic o s d el g o b ie rn o m ix to , n o”"lo
tr a p u e sto s. h a ce p o r q u e la c o n sid e r e u n g o b ie r n o m ix to , s in o p o r q u e la in ter­
E n M o n te sq u ie u , a l la d o de la d iv isió n h o r iz o n ta l d el p o d er h a y p r e ta c o m o u n g o b ier n o m o d era d o , e s d ecir, u n g o b ier n o b asa d o
ta m b ié n u n a d iv isió n q u e d e n o m in ó v ertica l; e sta seg u n d a fo rm a en la d iv isió n y c o n tr o l recíp r o c o de p o d eres:
d e d iv isió n c o n s titu y e la fa m o sa te o r ía de la sep a ra c ió n d e p o d er es
q u e, sin lu g a r a d u d a s, d e to d a s la s te o r ía s d el a u to r d e D el e sp t-
136 M O N T E S Q U IE U M O N T E S Q U IE U 137

Sabiam ente las leyes de Rom a dividieron el poder público entre un p o d ere s e stá la r es p u es ta d el c o n s titu c io n a lis m o m o d er n o co n tra
gran núm ero de m agistraturas que se sostenían, frenaban y m odera­ el p e lig r o rec u rren te d el d e s p o tis m o , c o m o r es u lta cla ro d el s i­
ban im a a otra; y en cuanto ellas tenían un poder lim itado cada
g u ie n te fra g m en to :
ciudadano se podía prevenir. De esta m anera el pueblo veía pasar
m uchos personajes, sin poderse habituar a alguno (C o nsideraciones
s o b re las cau sas d e la g ra n d eza y d eca de nc ia d e los rom a no s, ca­ Los príncipes que han querido hacerse tiranos, han com enzado siem ­
p ítulo X I ) . pre por reunir en su persona todas las m agistraturas (p. 278).

M o n te sq u ie u e x p o n e la te o r ía d e la sep a ra ció n d e p o d er e s en el La im p o rta n c ia q u e M o n te sq u ieu a trib u y e a la sep a ra ció n de


lib ro X I, q u e tr a ta d e la s le y es q u e fo r m a n la lib erta d p o lític a . E n p o d er e s, q u e ca ra cteriza a lo s g o b ie r n o s m o d er a d o s, c o n fir m a la
e ste ca p ítu lo , d e sp u é s d e d e fin ir la lib erta d c o m o "el d e rec h o d e t e s is d e a c u erd o c o n la cu a l la tr ip a r tic ió n d e la s fo rm a s d e g o ­
h a cer to d o lo q u e la s le y e s p erm iten " (lo q u e h o y se lla m a lib er ­ b ie r n o en rep ú b lica , m o n a rq u ía y d e s p o tis m o , q u e c o rr e sp o n d e al
ta d " n eg a tiv a " ), e n u n cia su sen ten cia : "La lib erta d p o lític a se en ­ u s o d e scr ip tiv o e h is tó r ic o d e la tip o lo g ía , se ve a c o m p a ñ a d a p o r
cu e n tr a en lo s g o b ie r n o s m o d era d o s" (cap . iv ) , y co n tin ú a : o tr a tip o lo g ía m á s s im p le c o n r e sp e c to a l u s o p r e sc r ip tiv o , q u e
d is tin g u e lo s g o b ie r n o s en m o d er a d o s y d e s p ó tic o s (p o r lo q u e lo s
Pero ella no se encuentra siem pre en los E stados m oderados; sería g o b ier n o s d e s p ó tic o s co m p re n d en ta n to la s m o n a rq u ía s c o m o las re­
indispensable para encontrarla en ellos que no se ab u sara d e l p o d e r, p ú b lic a s) .
es una experiencia eterna que todo hom bre que tiene en sus m anos
el poder a b u sa d e él, hasta que no encuentra lím ites [ . . . ] Para que
no se abuse del poder es necesario que, com o la naturaleza m ism a
de las cosas, el p o d e r fr e n e al p o d e r (p. 274, las cursivas son m ía s).

¿C uál e s el recu rso c o n s titu c io n a l q u e p e r m ite la rea liza c ió n d el


p r in c ip io , q u e p r e sc r ib e q u e "es n e c es a r io q u e el p o d er fren e al
p o der"? La r e sp u e sta d e M o n te sq u ie u , q u ien tie n e en m e n te la c o n s ­
titu c ió n in g le sa (n o o lv id e m o s q u e era la c o n s titu c ió n q u e te n ía
en tr e su s in sp ira d o re s a L o c k e ), e s ta ja n te: el c o n tr o l r ecíp r o c o
d e lo s p o d er e s es la d istr ib u ció n de la s tr es fu n c io n e s d el E sta d o
en ó r g a n o s d ifer en tes:

Cuando el poder legislativo y el poder ejecu tivo se reúnen en la


m ism a persona o el m ism o cuerpo, no hay libertad; falta la confian­
za, porque puede tenerse que el m onarca o el senado hagan leyes
tiránicas y los ejecu ten ellos m ism os tiránicam ente. N o hay libertad
si el poder de juzgar no está bien deslindado del poder legislativo
y del poder ejecutivo. Si no está separado del poder legislativo, se
podría disponer arbitrariam ente de la libertad y la vida de los ciu­
dadanos; com o que el juez sería legislador. Si no está separado del
poder ejecutivo, el juez podría tener la fuerza de un opresor. Todo
se habría perdido si el m ism o hom bre, la m ism a corporación de
próceres, la m ism a asam blea del pueblo ejerciera los tres poderes:
el de dictar las leyes, el de ejecutar las resolucion es públicas y el
de juzgar los delitos o los pleitos entre los particulares (p. 277).

N o m e e x tie n d o en e ste tem a , lo s te x to s p r e se n ta d o s so n b a sta n te


e lo c u e n te s. B a ste reco rd ar q u e en la te o r ía d e la sep a ra ció n d e
IN T E R M E D IO S O B R E E L D E S P O T I S M O 139

a n terio r , e l cr iter io d e d ifer e n c ia ció n e s la " d istr ib u c ió n d e p o d e ­


res", q u e e x is te en la m o n a rq u ía y q u e e stá a u s e n te e n lo s reg í­
X I. IN T E R M E D IO SO BR E EL D E S P O T IS M O
m e n e s d e s p ó tic o s . E s a sí c o m o e l fr a g m e n to c ita d o m u es tr a u n a
vez m á s la im p o r ta n c ia q u e M o n te sq u ie u o to r g ó a la sep a ra ció n de
p o d er e s, e s to es, a la in s tit u c ió n q u e h a c e d e u n g o b ie rn o u n ré­
C o n s i d e r o ú til e sta p a u sa p o r q u e, d e sp u é s d e lla m a r la a te n c ió n
g im e n " m od erado" .
so b r e la im p o rta n c ia de la c a te g o r ía d el d e s p o tis m o , q u e n o s sig u e
U na p ru eb a de la a m p litu d y a u to n o m ía d e la ca te g o ría d el d e s p o ­
y p e rsig u e d esd e A r istó teles en a d ela n te (v im o s q u e n o h a y a u ­
tis m o en M o n tes q u ie u se p u ed e e n c o n tr a r en la v a ried a d d e s­
to r q u e n o la to m e en c o n s id e r a c ió n ), n o es p o s ib le d eja r d e su b ra ­
crip tiv a d e su s a s p e c to s n a tu ra les, e c o n ó m ic o s, ju r íd ic o s, so c ia le s ,
y a r q u e s o la m e n te en la o b r a d e M o n te sq u ie u e l d e s p o tis m o se
r e lig io so s , etc.; en c o n tr a ste , en lo s a u to re s a n te r io r es el c riterio
v u e lv e u n a ca te g o ría v erd a d e ra m en te fu n d a m en ta l p a ra el a n á lisis de
c a r a c te r ístic o d el d e s p o tis m o era so b re to d o el p o lític o , en p ar­
la s so cie d a d es p o lític a s. C reo q u e n o h a y o b r a p o lític a en la q u e lo s
tic u la r la id e n tific a c ió n d e la re la c ió n e n tr e g o b er n a n tes y g o b e r­
reg ím en es d e s p ó tic o s sea n o b je to d e ta n ta s o b se rv a c io n e s p a r tic u ­
n a d o s c o m o la e x is te n te en tre a m o s y e sc la v o s. E n la o b ra de M on­
la res, in c lu so tan m in u c io sa s, c o m o en D e l e s p ír itu d e la s le y e s . E l
te s q u ie u a b u n d a n la s r efere n cia s al c o n c e p to d e e sc la v itu d , en
d e s p o tis m o e s c o n sid e ra d o b a jo to d o s lo s a s p e c to s, d e sd e la s ca u ­
p a r tic u la r d e e sc la v itu d p o lític a q u e es d is tin g u id a c u id a d o s a m en te
sa s n a tu ra les, e co n ó m ic o -s o cia le s, r elig io sa s, q u e lo d ete rm in a n , h a s­
de la c iv il y d e la d o m és tic a , p a ra d e fin ir e l d e s p o tis m o , c o m o
ta la s ley es p e n a les, c iv ile s, su n tu a r ia s, etc., q u e lo ca ra cteriza n . Ya
cu a n d o e sc r ib e q u e en lo s g o b ie r n o s d e s p ó tic o s "es m e n e s te r que
q u e la h is to r ia d e la n o c ió n d e d e s p o tis m o co m ie n z a c o n A ris­
la e d u c a c ió n sea serv il" (IV , 3 ) , o , a p r o p ó s ito d el e stu d io de la s
tó te le s , es in ter e sa n te leer lo q u e M o n tesq u ieu esc r ib e so b re la
m u je re s, q u e "en lo s E sta d o s d e s p ó tic o s la s m u je re s n o in tro d u c en
te s is a r isto té lica :
el lu jo ; p e ro e lla s m is m a s so n o b je to s d e lu jo , y d eb en ser esc la v a s
en d em a sía " (V II, a ) , o , so b re la s le y e s q u e reg u la n la e sc la v itu d
V isiblem ente aparecen las dudas de A ristóteles cuando trata de la
m onarquía. E stablece cinco especies: no las distingue por la forma civ il, q u e "en lo s p a ís e s d e s p ó tic o s , en lo s q u e y a se e n c u e n tra u n
de su constitución, sino por cosas que son accidentales com o los rég im en d e e sc la v itu d p o lític a , la e sc la v itu d civ il es m á s to le r a b le
vicios o las virtudes del príncipe; o bien por cosas extrañas, com o qu e en o tr o s lu ga res" (X V , 1 ). P ero la e sc la v itu d n o es m á s q u e
la usurpación de la tiranía o la transm isión de la tiranía de unas a u n o de lo s e le m e n to s , y n i siq u ie ra el m á s im p o rta n te , p a ra d is tin ­
otras m anos. A ristóteles pone entre las m onarquías el im perio de g u ir el r ég im en d e sp ó tic o . O tros fa c to r e s so n el c lim a (c a lu r o s o ), el
los persas y el reino de Esparta. Pero, ¿quién no ve que el uno es
tip o d e terre n o (lo s p a ís e s m á s fé r tile s s o n a q u ello s en lo s c u a ­
el im perio despótico y el otro una república? Los antiguos, que no
conocían la distribución de los tres poderes en el gobierno de uno le s es m á s fá c il q u e se e sta b le zc a u n rég im en d e s p ó tic o ), la e x te n ­
solo, no podían tener una idea exacta de la m onarquía (p. 295). sió n d el te r rito rio (el d e s p o tis m o es n e c es a r io en lo s E sta d o s m u y
g r a n d e s ), e l ca rá cter o el in g e n io de lo s h a b ita n tes (p riv a d o s de
A u n qu e sea b rev e e ste p a sa je n o s m u es tr a en q u é c o n s is te la en erg ía y p e r e z o s o s ) , el tip o de le y e s (n o le y es p r o p ia m en te d ich a s
n o v e d a d d e M o n tesq u ie u fr e n te a la tra d ició n : m ie n tra s A r istó ­ sin o u s o s y c o stu m b r e s q u e se tr a n sm iten o r a lm e n te ), la relig ió n
te le s, seg u id o p o r la m a y o r p a rte d e lo s e sc r ito r e s p o lític o s in c lu so (m ien tr a s el g o b ie r n o m o d er a d o es m á s c o n v e n ie n te p a ra la reli­
d e la ép o c a m o d ern a (p ié n se se en M a q u ia velo y B o d in o ), h izo d el g ió n cr istia n a , el d e s p ó tic o es m á s a d ec u a d o p a ra la m a h o m e ta n a ),
d e s p o tis m o u n a e sp e c ie d el g én ero m o n a rq u ía , M o n te sq u ie u e x p li­ etc . L éa se e s te p a sa je , d e u n o s c u a n to s r en g lo n e s, v erd a d e ra m en te
ca en e ste fra g m en to p o r q u é el d e s p o tis m o d eb e ser c o n sid e ra d o la p id a rio : "
c o m o u n a fo r m a de g o b ie rn o c o m p le ta m en te d ifer e n te d e la m o n a r ­
q u ía , y p o r ta n to n o s o fr e ce u n a razó n v á lid a d e p o r q u é en su Cuando los salvajes de Luisiana quieren fruta, cortan el árbol de
raíz y la cogen. He aquí el gobierno despótico (V, 13, p. 136).
tip o lo g ía el d e s p o tis m o a p a rece p o r p r im era v ez c o m o u n a fo r m a
a u tó n o m a , e s decir, c o m o u n a fo rm a d e g o b ier n o d ifer e n te ta n to
de la rep ú b lica c o m o de la m o n a rq u ía . C om o se v io en cl ca p ítu lo
138
140 I N T E R M E D IO S O B R E E L D E S P O T IS M O I N T E R M E D IO SO H K Is I I D l'S I 'iH IS M U MI

A qu í el d e s p o tis m o se rela c io n a c o n u n c o m p o r ta m ie n to q u e p er­ e l q u e p re p a ra e l c a m in o pa ra el d e s p o tis m o oiiiMilitl" n i ) Nu


te n e c e a la e sfe r a e c o n ó m ic a , y es e x p lic a d o a lg u n a s p á g in a s m á s e s o c io s o reco rd a r q u e, p o r ra zo n es de polc'inii ti |t<>llllt n, ni ininn
a d e la n te, en la s c u a le s M o n te sq u ie u s o s tie n e q u e en e s to s E sta d o s d el d e s p o tis m o o r ie n ta l h a s id o r es u c ita d o in c lu so f ii luichliuN <lhiN
"no se c o n str u y e n c a sa s m á s q u e p o r lo q u e d u ra u n a v id a , n o se en el c o n o c id o y d is c u tid o (y d is c u tib le ) lib ro d e Kiu I A. Wlllli»
p la n ta n á r b o le s, d e la tierra se sa ca to d o sin d e v o lv e rle nada; to d o g el. O r ie n ta l D e s p o tis m (1957, trad . ita lia n a , 1 96 8). La coiitiiipoNl
e s tá b a ld ío , to d o e stá d es ier to " (p. 1 4 0). (M o n tesq u ieu to m ó el c ió n en tr e la s s o cie d a d es p o lic é n tr ic a s , c o m o la s q u e se e sliih lc
e je m p lo d e lo s sa lv a je s d e L u isia n a — e je m p lo s q u e h a b ía h e ch o cier o n en E u r o p a , ca ra c teriza d a s p o r u n a fu e r te te n s ió n en tre
in v e stig a r V o lta ir e p o r su " im b ecilid a d " — d e la s in fo rm a cio n es de so c ie d a d c iv il y a p a ra to e sta ta l, y la s so c ie d a d e s m o n o cé n tric a s,
lo s m is io n e r o s. P ero C on rad o R o ss o r e c ie n te m e n te in d ic ó q u e lo s ca ra cteriza d a s p o r e l p r e d o m in io d el E sta d o so b r e la so cie d a d ,
" salva jes" n o eran ta n im b é c ile s — ^y s ó lo p o r p r e ju ic io s a rra ig a d o s c o m o la s q u e se fo r m a r o n y a sen ta r o n en lo s g ra n d e s im p er io s
e in tr a n sig e n tes lo s c o n s id e ra b a n ta le s — , d esd e el m o m e n to en q u e o r ie n ta le s, y c o m o sea en so c ie d a d e s ex tr a e u ro p ea s (c o m o a lg u n a s
h a b ía á r b o le s, c o m o lo s b a n a n o s, c u y o s fr u to s n o eran r ec o le c ­ d e la s g ra n d es c iv iliz a c io n e s d e la A m érica p r e co lo m b in a , y a e n u ­
ta d o s " co rta n d o el á rb o l d e raíz", c o m o lo m o str a b a el a r tíc u lo m era d a s en tr e lo s r eg ím en es d e s p ó tic o s p o r e l m is m o M o n tes­
" B anan ier" d e la E n c ic lo p é d ie .) q u ie u ), n o sería u n c o n c e p to p o lé m ic o s in o u n a rea lid a d h istó r ic a ,
La c o n tin u id a d en tr e M o n te sq u ie u y lo s c lá s ic o s c o n r es p e c to q u e d e b e a n a liz a r se c o n in s tr u m e n to s d e in v e s tig a c ió n d ifer e n te s
a la ca te g o ría d el d e s p o tis m o e stá en la d e lim ita c ió n h is tó r ic a y d e lo s q u e se h a n u tiliz a d o h a s ta a h o ra p o r q u ie n es la h a n a c ep ­
g e o g rá fica d e e sta fo r m a d e g o b iern o ; n u e s tr o a u to r h a b la d e "la ta d o . W ittfo g e l r eto m a a lg u n o s te m a s tr a d icio n a le s: e l ca rá c ter
p a r te d el m u n d o en q u e el d e s p o tis m o se h a n a tu ra liz a d o , p o r d e­ to ta l, n o c o n tr o la d o , y p o r ta n to a b s o lu to , d el p o d er d e s p ó tic o ,
cirlo a sí, q u e e s A sia" (p. 14 3). La id e n tific a c ió n en tr e e l d e sp o ­ e l ter ro r c o m o in s tr u m e n to d e d o m in a c ió n , y, c o r r e la tiv a m e n te, la
tis m o y el d e s p o tis m o " oriental" — q u e en c o n tr a r em o s e n H eg el s u je c ió n to ta l d el sú b d ito h a c ia el so b era n o ; la la rg a d u ra ció n , y
y en la m a y o r p a r te de lo s e sc r ito r e s d el sig lo x ix — e stá d e fin i­ fin a lm e n te la v in c u la c ió n en tr e rég im en d e s p ó tic o y teo c ra c ia . La
d a p o r M o n tes q u ieu e n to d a s su s p a r tic u la rid a d e s y, p o r d ec irlo in n o v a ció n d e W ittfo g e l c o n r e s p e c to a la tr a d ic ió n se r efier e a la
a sí, co n sa g ra d a . H e lv é tiu s, en su o b ra p r in c ip a l D e l ’e s p ir it (1 7 5 8 ), in ter p r e ta c ió n d el fe n ó m en o : lo s p o d e r o s ís im o s a p a r a to s b u ro c rá ­
a b o rd a a m p lia m e n te la c o n tr a p o s ic ió n en tr e g o b ie r n o s lib res y d e s ­ tic o s q u e s o n e l n er v io d el d e s p o tis m o , n a c en d e la n e c es id a d , en
p ó tic o s (so b r e to d o en lo s c a p ítu lo s x v i-x x i d e l te rce r d is c u r s o ), la q u e se e n c u e n tr a n lo s te r r ito r io s d e la s g ra n d e s e x te n s io n e s
p ero e n e l m o m e n to en el q u e to c a el p r o b le m a d e e ste c o n tr a ste a s iá tic a s, de u n a r eg la m en ta c ió n d e la irrig a c ió n , e s d ec ir, de u n a
o b se rv a q u e a l h a b la r d e d e s p o tis m o s e r efier e a " aq u el d e s e o reg u la r y reg u la d a (d esd e arrib a) d is tr ib u c ió n y c a n a liz a c ió n d el
d e sen fr en a d o d e p o d er a r b itra rio c o m o s e e je rc e en el O riente". a g u a d e lo s río s. Y a n o s e tra ta , c o m o en lo s e sc r ito r e s c lá sic o s ,
Al d is tin g u ir d o s e sp e c ie s d e d e s p o tis m o , e l q u e se im p o n e in te m ­ d e la n a tu ra lez a de lo s p u e b lo s ser v ile s, n i ta m p o c o , c o m o e n M on­
p e s tiv a m e n te co n la fu erza so b re u n a n a ció n v ir tu o sa , c o m o Gre­ te s q u ie u , d e l clim a y el terren o; e l E sta d o b u ro c r á tic o y d e s p ó tic o
cia , y e l q u e se in sta u ra c o n el tie m p o , e l lu jo y la d e b ilid a d d e d e la s so c ie d a d e s q u e el a u to r lla m a " h id r á u lic a s”, n a c e p o r ra zo ­
ca rá cter, p re ten d e d e te n e r se so b re to d o en e ste ú lt im o q u e ca ra c ­ n e s té c n ic a s, v in c u la d a s a su v ez c o n la n a tu ra leza d e l s u e lo y c o n
te riza a lo s E sta d o s o r ie n ta le s. A p ega do a la s o b s e r v a c io n e s de la fo r m a d e p r o d u cció n . C om o fo r m a de g o b ie rn o , el d e s p o tis m o
M o n te sq u ie u so b r e la rela c ió n en tre e l d e s p o tis m o y la relig ió n , e stá ca ra c te riza d o p o r el m o n o p o lio de la o r g a n iza ció n b u ro c r á tic a
N ico lá s-A n to in e B o u la n g e r e x p u so u n a in ter p r e ta c ió n r elig io sa , o q u e, fo r m a d o p o r ra zo n es o b je tiv a s en la s s o cie d a d es a g raria s, h o y
m e jo r d ic h o te o c rá tica , d e l d e s p o tis m o en su o b r a p ò s tu m a R e ­ s e a p lic a en la s so c ie d a d e s a lta m en te in d u str ia liz a d a s (es e v id e n te
c h e r c h e s s u r l ’o r ig in e d u d e s p o ti s m e o r ie n ta l (1 7 6 2 ). D e a cu erd o e l b la n c o p o lé m ic o co n tr a e l q u e s e d irige) y r ep resen ta la m á s
c o n e s te a u to r, el o rig en d e to d o s lo s m a le s d e la so c ie d a d re sid e terrib le a m e n a z a q u e ja m á s se h a lla p r e se n ta d o a la lib e r ta d del
e n e l g o b ie rn o de la relig ió n , es d ecir, en la te o c ra c ia , q u e en O rien­ h o m b r e.
te p r o d u jo lo s reg ím en e s d e sp ó tic o s : "De to d o s lo s v ic io s p o lític o s E n to d o s lo s a u to re s c ita d o s el " d e sp o tism o o r ie n ta l” siem p re
d e la te o c ra c ia — esc r ib e — h e a q u í el m á s g ra n d e y cl m á s fatal. fu e c o n sid e ra d o c o m o un a ca te g o r ía n ega tiva; M o n te sq u ie u u s ó la
IN T E R M E D IO S O B R E E L D E S P O T IS M O
IN T E R M E D IO S O B R E E L D E S P O T IS M O Mi
142

Hay un orden natural, esencial y general, que com prciulc In» Ifiy»»
ex p r es ió n " e sto s m o n str u o s o s g o b ie r n o s ” . S in em b a rg o , en el m is ­
constitutivas y fundam entales de toda sociedad; un orden «IpI «jiip
m o sig lo X V II I h u b o e sc r ito r e s q u e u sa ro n la m is m a ca teg o ría , m e las sociedades no pueden alejarse sin ser m enos sociedades, mIii
p a rece q u e p o r p rim era vez en la h is to r ia , c o n u n a co n n o ta ció n que el E stado p olítico tenga m enor consistencia.
p o sitiv a . E n p a rticu la r m e refier o a lo s fisió c r a ta s q u e p r o p u sie ro n
pa ra la reflex ió n de su s co n te m p o r á n eo s u n n u ev o tem a , el d el " d es­ Para c r itic a r d ir e cta m e n te a M o n te sq u ie u , q u e d e sea u n p o der
p o tis m o ilu s tr a d o ” (p o r la m a n era en la cu a l h a sid o e n te n d id o so b e ra n o d iv id id o . D u p o n t d e N e m o u r s s o s tie n e q u e la a u torid a d
el d e s p o tis m o en la tr a d ic ió n e sta ex p r esió n resu lta en sí m ism a qu e tie n e la ta re a d e " velar p o r to d o s m ie n tra s c a d a cu a l s e o cu p a
u n a c o n tr a d ic tio in a d ie c t o ) . La te s is fu n d a m en ta l d e la e sc u e la d e su s a s u n t o s ” d e b e ser ú n ica , y c o n sid e r a a b su rd a la id e a d e m u ­
fisio c rá tic a , cu y o m a y o r e x p o n e n te es F ra n ço is Q u esna y (1694­ ch a s a u to rid a d e s e n c o m p e te n c ia , p o r q u e si é s ta s s o n ig u a les el
1 7 7 4 ), es q u e la ú n ica e r a d a o d o m in io , p o r el q u e lo s h o m b re s se r e su lta d o e s la a n arq u ía , si e n c a m b io u n a p re v a lec e so b r e la s
d ebería n d e ja r g u ia r p ara ser fe lic es y p r ó sp e ro s, es el de la “f is is ”, o tr a s, é sta s o la e s la v e rd a d era a u to r id a d (n o h a y n a d a n u ev o b a jo
o sea , el de la n a tu ra leza . D e a c u erd o co n Q u esn ay (v éa se su e n ­ e l s o l, e s t e a rg u m e n to h a b ía s id o esg r im id o c a s i c o n la s m is m a s
sa y o D r o it n a tu r e l) y su s seg u id o r es, ta n to la n a tu ra leza c o m o la p a la b ra s p o r H o b b e s ). É l d ic e q u e la a u to rid a d so b e ra n a n o e stá
so c ie d a d h u m a n a e stá n reg id a s p o r le y es u n iv er sa le s y n ec esa ria s pa ra ela b o r a r le y es , p o rq u e la s le y es y a e stá n h e ch a s p o r e l cread or;
q u e la razón h u m a n a b ien a p lica d a es cap a z d e co n o cer . D esa fo r­ la s le y es d e l so b e ra n o so la m e n te d eb en ser a c to s d e c la ra tiv o s del
tu n a d a m en te el h o m b re c o r ro m p id o p o r la s p a s io n e s y p r e ju ic io s o r d en n a tu ra l, y en c o n s e c u e n c ia la s ó r d e n e s co n tr a r ia s a la s le y es
c a s i siem p re h a ig n o ra d o e sta s le y es d e la n a tu ra leza , y c o n su s n a tu r a le s "no so n le y es , sin o a c to s in s e n s a to s q u e n o d e b ería n ser
ley es p o s itiv a s b á rb a ras e in se n sa ta s le ha im p ed id o a la n atu ra leza o b lig a to r io s p a ra n a d ie ” (a q u í n u es tr o a u to r to m a la s c o n s e c u e n ­
a p lica r su sa b ia y b e n é fic a gu ía. E sta s le y es a h o ra h a n s id o d e scu ­ cia s ló g ic a s d el p o s tu la d o iu sn a tu r a lista d e a c u erd o c o n e l cual
b ie r ta s (o p o r lo m e n o s Q u esn a y y su s seg u id o res cree n h a b er lo e x is te n le y es n a tu ra les a x io ló g ic a m e n te s u p e r io re s a la s p o s itiv a s ,
h e c h o ). S ó lo es n e c esa r io q u e u n p r ín cip e ilu str a d o la s c o n o z ca p o r lo q u e u n a le y p o s itiv a c o n tr a r ia a u n a le y n a tu r a l “n o n e s t
pa ra a p lica r la s , y ejecu ta rla s; la s le y es p o s itiv a s , es d ecir, las le x " , p a ra d e c ir lo d e a c u erd o c o n lo s e sc r ito r e s e s c o lá s tic o s " s e d
im p u e sta s p o r la a u to rid a d so b era n a , q u e lo s fis ió c r a ta s lla m a n c o r r u p tio le g is ”) . P o r lo q u e r es p e c ta a la fo r m a d e g o b ie r n o , de
" a u to rid a d tu te la r ”, ú n ic a m en te d eb en ser u n a e je c u c ió n d e la s le ­ a cu erd o c o n D u p o n t d e N e m o u r s, la m o n a r q u ía h er ed ita r ia e s la
y e s n a tu ra les, n o d eb en ser le y e s c o n s titu tiv a s sin o ex clu siv a m en te ú n ic a q u e c o r r e sp o n d e al id ea l d el b u en g o b ie rn o , y en c o n s e c u e n ­
" d e cla r a tiv a s” . Para e sta b le c e r e ste c o n ju n to d e ley es, cu y a fu n ­ c ia d e sca r ta a la d em o cr a cia , a la a r isto c r a c ia y a la m o n a rq u ía
c ió n so la m e n te es r efleja r lo m á s fie lm e n te p o s ib le la s le y es n a tu ­ e le c tiv a . E s to e s a s í p o r q u e s ó lo en la s m o n a rq u ía s h e r ed ita r ia s,
ra les, b a s ta u n p r ín cip e ú n ic o y sa b io , al q u e se le p id e e x c lu siv a ­ q u e s o n " sim p les y n a tu r a le s ”, lo s so b e ra n o s so n v e rd a d e ra m en te
m e n te q u e ten g a la fu erza p ara h a ce rse o b e d ecer. M ás aún; m ie n tra s " d é s p o ta s ”, o sea , p u ed en d is p o n e r d e p le n o s p o d er e s (a p ie d e
el p rín c ip e sea el ú n ic o , m ien tra s m ás ilu str a d o y c o n c en tr a d o se a p á g in a e l a u to r e x p lic a c o n u n a e tim o lo g ía s in fu n d a m e n to q u e
su p o d er, la ca p a c id a d pa ra g o b ern a r d e a c u erd o co n la s ú n ica s " d é sp o ta ” e s q u ien p u ed e " d isp o n e r a su g u s to ” d el p o d e r ) .
le y e s q u e d e b e n reg u lar la so cie d a d h u m a n a será m a y o r, es d ecir, La o b ra en la q u e la te o r ía d el d é s p o ta b u en o es e x p u e s ta c o n
m ie n tra s m á s g o b ie rn e de a cu erd o c o n la s le y es n a tu r a les , e sta rá m á s v e h e m e n c ia es L 'o r d r e n a tu r e l e t e s s e n tie l d e s s o c ié té s p o li­
en m e jo r e s c o n d ic io n es p a ra h a cer resp e ta r "el o rd en n a tu ra l y tiq u e s (el títu lo y a d e p o r sí c o n s titu y e u n p r o g r a m a ), d e P a u l­
e s e n c ia l” de la s co sa s. D e e s te c o n ju n to de id e a s n a ce la n u ev a P ierre Le M ercier de la R iv ière (1720-1793, la o b r a a p a r e ció jen
fig u ra d el d é sp o ta b u en o ; b u en o en cu a n to n e c es a r io , ya q u e só lo 1 7 67 ). Al p r e g u n ta r se cu á l e s la m e jo r fo r m a d e g o b ie r n o resp o n d e:
el d é sp o ta , es d ecir, a q u el q u e log ra c o n cen tr a r en su p e r so n a el
p o d er su p r em o , p u ed e r esta b lec er el o rd en n a tu ra l su b v e r tid o p o r E s la que no perm ite que se pueda sacar provecho gobernando m al,
las m a la s le y es p o s itiv a s. C ito u n fra g m en to de la o b ra d e P ierre­ y que al contrario som ete a quien gobierna para que no tenga m ayor
S a m u el D up on t de N em o u rs (1739-1817), D e l'o r ig in e e t d e s p r o g r è s interés que el de gobernar bien (I, p. 239).
d ’u n e s c ie n c e n o u v e lle (1768 ):
144 IN T E R M E D IO S O B R E E L D E S P O T I S M O IN T E R M E D IO S O B R E E L D E S P O T I S M O 145

Ü n ica m e n te el g o b ie rn o d e u n o so lo p u ed e a lcan zar ta l n iv e l de p h ilo s o p h e s é c o n o m is te s s u r V O r d re n a tu r e l e t e s s e n tie l d e s s o c ié té s


p e r fe cc ió n , p o rq u e e x clu siv a m en te e ste g o b ie rn o p u ed e d eja rse g u iar p o litiq u e s , e n el q u e u n o de lo s te m a s m á s tr a ta d o s e s p r e cisa m e n te
p o r la ev id e n c ia , q u e es lo co n tra rio d el a r b itrio . D o n d e rein a la la c rític a d el d e s p o tis m o y la d e fe n sa d e la s ep a r a c ió n d e p o d er e s,
ev id e n c ia , d o n d e lo q u e el so b era n o d eb e m a n d a r n o e stá d icta d o q u e sin lu g a r a d u d a s e s id e n tific a d a p o r M ab ly c o n la tr a d ic io n a l
p o r su ca p rich o , sin o p o r el c o n o c im ie n to d e la s le y e s n e cesa r ia s fig u ra d el " g o b iern o m ixto " . P ara e s te a u to r n o se p u ed e e sta b le c e r
q ue reg u la n la so cie d a d , n o so n in d is p e n sa b le s m u ch o s p o d ere s en n in g u n a d ifer e n c ia e n tr e d e s p o tis m o leg a l y a rb itrario : e l d e fe c to
c o m p e te n c ia e n tr e ello s ; es c o n v e n ie n te u n so lo p o d er a la vez fé ­ d el d e s p o tis m o , d e cu a lq u ie r fo r m a q u e a d o p te , e s la c o n c en tr a ­
rreo y sa b io , es d e sea b le u n p o d er. E s p r e ciso p erd erle el m ie d o c ió n d el p o d er en la p e r so n a d e u n o so lo ; y la c o n c e n tr a c ig n d el
a la p ala b ra d e sp ó tic o ; d ice Le M ercier e n fá tic a m e n te q u e h a y qu e p o d er siem p r e es m a la . N o h a y m á s q u e u n re m ed io c o n tr a e l d e s­
p e rd erle el m ie d o a e sta p a la b ra g e n er a lm en te u sa d a p ara señ a la r p o tism o : el g o b ie rn o m ix to , q u e e s e l m is m o a l q u e M o n te sq u ie u
a lo s g o b ie rn o s a r b itra rio s e in h u m a n o s. P or c o n sig u ie n te , h a y de h a b ía lla m a d o " g ob iern o m o d era d o " . Al d e fe n d er e l g o b ie r n o m ix to
d e s p o tis m o s a d e sp o tism o s: M ably e x p r esa c o n g ra n cla rid a d la id e a recu rr en te d e q u e e l m e jo r
r em ed io p a ra e l a b u so d e p o d er e s d iv id ir lo , o sea , p o n er u n p o d er
Hay un despotism o legal, establecido natural y necesariam ente con c o n tr a o tr o p a ra q u e sea n g a r a n tiza d a s la e sta b ilid a d d e l rég im en
base en la evidencia de las leyes de un orden esencial, y hay un
y la lib er ta d d el c iu d a d a n o p o r el c o n tr o l r ecíp r o c o . C ito u n fra g­
despotism o arbitrario producido por la opinión que se presta a todos
los desórdenes, a todos los excesos, y que la ignorancia hace pro­ m e n to q u e re su m e m u y b ie n e s te co n c ep to :
picio.
En política los contrapesos no son instituid os para privar al poder
D e lo q u e él p r eten d e h a b la r cu a n d o e lo g ia al d e s p o tis m o c o m o legislativo y al ejecutivo de la acción que les es propia y necesaria,
sino para que sus actos no sean ni violentos, ni irreflexivos, ni apre­
ú n ic a fo rm a recta y sa b ia d e g o b ier n o n o es d el d e s p o tis m o a rb i­
surados, ni precipitados. Se crean poderes antagónicos para que las
tra rio , sin o d el legal; se tra ta d el d e s p o tis m o cu y o cr iter io n o es leyes tengan un poder superior al de los m agistrados y para que
la o p in ió n (ca m b ia n te y s u b je tiv a ), sin o la ev id e n c ia (u n c riterio todos los órdenes de la sociedad tengan protectores con los cuales
o b je tiv o , in d ep en d ie n te de n u estra s se n sa c io n e s, q u e en d o n d e q u ie ­ contar. Se form a un gobierno m ixto para que nadie se ocupe exclu­
ra y p a ra cu a lq u iera siem p re tie n e la m is m a a u to r id a d ). ¿A caso sivam ente de sus intereses personales, y para que cada m iem bro del
E u clid es, q u e d e scu b r ió u n a vez y para siem p r e la s reg la s d e la Estado, al ser obligado a conciliarios con los intereses personales
de los dem ás, trabaje a pesar suyo por el bien público.
g e o m e tría q u e d e sd e e n to n ce s to d o s se g u im o s sin reb ela rn o s, n o
es u n d é sp o ta ? P ero p r e cisa m e n te su d e s p o tis m o e s e l d e la e v i­
E l e je m p lo d e lo s a n tig u o s fu e la r ep ú b lic a ro m a na , e l d e lo s
d en cia , n o el de la o p in ió n ; el d e s p o tis m o d e la e v id e n c ia es la
m o d er n o s e s la m o n a rq u ía in g le sa . Y e fe c tiv a m e n te el fr a g m e n to
ú n ica m a n era de lib er a r n o s d el d e s p o tis m o de la o p in ió n , e s d ecir,
c o n tin ú a d e e s ta m a nera:
d el a rb itrio . C on cluy e n u estr o autor: fe liz la n a c ió n q u e g o za d el
b e n e fic io de u n d e s p o tis m o de la ev id e n c ia .
Por ejem plo en Inglaterra el rey no puede em itir alguna ley sin el
N o n o s h e m o s a leja d o , c o m o p o d ría p a recer, de M on tesq u ieu ; la parlam ento, y el parlam ento sin el rey: no debe concluirse por esto
ev a lu a c ió n p o sitiv a d el d e s p o tis m o rea lizad a p o r lo s fis ió c r a ta s y que los ingleses no tengan leyes. El rey, los pares y los com unes
llev a d a a su s ú ltim a s c o n sec u e n c ia s p o r Le M ercier de la R iv ière, únicam ente están obligados por esta constitución a acercarse para
es la a n títe sis a b so lu ta d el ju ic io q u e so b re el d e s p o tis m o , el "go­ que un decreto tenga fuerza de ley. N inguno de estos tres m iem bros
b ie rn o m o n str u o so " , h a b ía d ad o el a u to r de D e l e s p ír itu d e la s del cuerpo legislativo se sacrificará a los otros dos: el gobierno ^ e
consolida, la costum bre lo fortifica y la nación tiene leyes im par­
le y e s . Y es un a a n títe sis p o rq u e u n o d e lo s p u n to s in a m o v ib le s d e ciales e igualm ente respetuosas de la prerrogativa real, de la digni­
lo s d e fe n so r es d el d e sp o tism o , a u n q u e fu e s e le g a l, es la cr ític a dad de los pares y de la libertad del pueblo (ed. italiana de los
de la sep a ra ció n de p o d ere s, de lo s lla m a d o s " co n tra p eso s" . E n S c r itti p o litic i de Mably, a cargo de D. M affey, Utet, Turín, 1965,
1768 M ably (1709-1785) e sc r ib ió u n a c o n fu ta c ió n m u y p u n tu a l d e vol. I I , p. 179).
las tesis de Le M ercier en un lib ro titu la d o D o u te s p r o p o s c c s a u x
146 I N T E R M E D IO S O B R E E L D E S P O T I S M O

E sta n o e s la ú ltim a v ez q u e n o s to p a m o s c o n el g o b ie rn o m ix to
in d ic a d o c o m o la m e jo r fo r m a d e g o b iern o ; lo e n c o n tr a r em o s en
X IL H EG EL
o tr a s o c a sio n e s . P ero ca d a v ez q u e lo e n c o n tr a m o s en n u e s tr o ca ­
m in o n o p o d e m o s d eja r d e r efle x io n a r e n la v ita lid a d d e la id ea ,
en su a d a p ta b ilid a d a la s m á s d iv er sa s c o n d ic io n e s h is tó r ic a s, en
D i j e q u e en V ico se en cu en tr a en lo fu n d a m en ta l u n a c o n c e p c ió n
la p e ren n e ex ig en cia q u e ex p r esa de u n c o n tr o l d el p o d er m e d ia n ­
h is tó r ic a de la s fo rm a s de g o b ie r n o , m ie n tra s q u e e n M o n tesq u ie u
te e l p o d er.
la h a y p r in c ip a lm e n te g e o g rá fica y esp a cia l; en H eg el — e l p e n sa ­
d o r e n el q u e co n v erg en , s e fu n d e n , en u n s is te m a o m n ic o m p r en ­
siv o y c o m p le jo , d o s m ile n io s de r e fle x ió n filo s ó fic a — se e n c u e n ­
tra n u n a y o tra . C om o h a s id o o b se rv a d o r e c ie n te m e n te ( S to r ia
u n iv e r s a le e g e o g r a fia in H e g e l, a c a rg o d e P. R o ss i, S a n so n i, F lo ­
ren cia , 1 9 75 ), "la a fir m a c ió n d e l fu n d a m en to g e o g rá fico d el p r o c es o
h is tó r ic o [ . . . ] c o n s titu y e u n o d e lo s b a s tio n e s d o c tr in a r io s d e la
filo s o fía h e g e lia n a de la h is to r ia ” (p. 6 ) . T a m b ién p o r e s te a s p e c to
la d eu d a q u e tie n e co n tr a íd a H eg el c o n M o n te sq u ie u (q u e é l d e fin e
c o m o "el a u to r d e la o b ra in m o r ta l”, en u n e s c r ito d e 1802) e s
en o rm e. P ero lo q u e en M o n te sq u ie u so la m e n te e s u n a in tu ic ió n ,
e n H e g el, b a jo lo s lin c a m ie n to s d e l g éo g ra fo a le m á n K arl R itter,
a u to r d e u n a g e o g r a fía " rela cio n a d a co n la n a tu ra leza y la h is to r ia
d el h o m b r e ”, p u b lic a d a en 1817, se v u e lv e u n a v e rd a d era te o r ía . E n
la s L e c c io n e s d e f ilo s o fía d e la h is to r ia , q u e r ep resen ta n la ú ltim a
fa s e d e la e v o lu c ió n d e su p e n s a m ie n to , H eg el d e d ic a u n c a p ítu lo
in tr o d u c to r io a la " base g e o g rá fica d e la h is to r ia d el m u n d o ”, e n e l
q u e e x p lic a q u e la h is to r ia d el m u n d o h a p a sa d o p o r tre s fa s e s ,
ca ra cteriza d a s p o r tre s d ifer e n te s tip o s d e a s en ta m ie n to s: el a lti­
p la n o c o n su s g ra n d es e ste p a s y lla n u ra s, q u e es e l p a is a je típ ic o
d e la A sia C entral, d o n d e n a c e n la s n a c io n e s n ó m a d a s (p rin cip a l­
m e n te d e p a s t o r e s ) , la lla n u r a flu v ia l, q u e ca ra cteriza la s tier ra s d el
In d o , d el G a ng es, d el T igris y d e l E u fr a te s, h a s ta el N ilo , d o n d e
"el te rre n o fé r til lle v a c o n s ig o e sp o n tá n e a m e n te el p a so d e la a gri­
c u ltu r a ”, y fin a lm e n te la z o n a c o s te r a , en la q u e s e d e sa rr o lla n la s
a c titu d e s d e l h o m b r e a l c o m e rc io y se fo r m a n n u ev a s ra zo n es d e
riq u eza y a l m is m o tie m p o n u ev a s c o n d ic io n e s d e p r o g r es o c iv il.
P ara d ar u n a id e a d el le n g u a je r ig u r o so e im a g in a tiv o d e H e g el
lé a se e l s ig u ie n te p a sa je : ^

En general el m ar origina una forma especial de vida. El elemento


indeterminado nos da idea de lo ilimitado y de lo infinito, y el hom­
bre sintiéndose en este infinito cobra ánimo para superar lo limi­
tado. El mismo m ar es lo que es infinito, y no admite delimitaciones
pacíficas ni en la ciudad ni en la tierra firme. La tierra, la lla-
147
148 HEGEL H EG EL 149

nura fluvial fija al hombre en el suelo; de esta manera su libertad que todos los E stados m onárquicos fueron fundados p o r pobla­
está restringida por un enorme conjunto de vínculos. Pero el mar ciones germ ánicas, p o rque en las "poblaciones germ ánicas, origi­
lo lleva más allá de estas limitaciones: el m ar despierta el ánimo;
invita al hombre a la conquista y a la rapiña pero también a la nalm ente, todo hom bre libre p o r el hecho de que se contaba con
ganancia y a la adquisición {L ezioni d i filo s o fía della storia, trad. él, to m ab a p a rte p o r pro p ia voluntad en la gesta de la nación" y
italiana, La Nuova Italia, Florencia, 1947, vol. i, p. 218). "el pueblo elegía al príncipe y tam bién decidía con su voto la paz
y la guerra, así com o todos los actos colectivos", agrega:
Como se observa, pastoreo, ag ricu ltu ra y com ercio, que rep re­
sentan tres fases del desarrollo de las sociedades hum anas, desde El sistema representativo es el de todos los modernos Estados eu­
el pu n to de vista económ ico, y, p a ra decirlo com o M ontesquieu, ropeos. No existió en las selvas alemanas, sino salió de ellas, e hizo
desde el p u n to de vista de la "m an era de sustentación", corres­ época en la historia universal. La continuidad de la cultura mundial
condujo el género humano, después del d e sp o tism o o rien ta l, y des­
ponden tam bién a tres zonas diferentes de la tie rra , y confirm an pués de que degeneró la re p ú b lica que había dominado el mundo, a
la im p o rtan cia que M ontesquieu le había a trib u id o a la "n atu raleza esta posición intermedia entre las dos anteriores —y son los alema­
del terren o " como elem ento determ inante de la diferenciación so­ nes el pueblo del que nació esta tercera y universal figura del es­
cial. Además, el hecho de que tres fases de la civilización corres­ píritu del mundo {La c o n stitu c ió n d e A lem a nia, que cito de la trad.
p ondan a tres diferentes zonas de la tie rra d em u estra que la evo­ italiana de C. Cesa, en S c r itti p o litici, Einaudi, Turín, 1972, p. 83).
lución de las sociedades hum anas no se p resen ta solam ente, com o
se h abía creído h a sta entonces, en m om entos sucesivos, y en el E n este fragm ento Hegel no está de acuerdo con M ontesquieu
m ism o espacio (como se ha visto el espacio de Vico, salvo el ocu­ en un p u n to secundario, allí donde dice que el sistem a represen­
pado p o r los pueblos salvajes, es esencialm ente E u ro p a), sino que tativo "no existió en las selvas de Alem ania" contradice u n a afir­
sobreviene tam bién m ediante un desplazam iento de á re a a área. m ación del a u to r de D e l e s p ír itu d e la s le y e s , quien escribió:
Dicho de o tro m odo: a un cam bio en el tiem po corresponde uno
Quien lea la admirable obra de Tácito sobre las costumbres de los
en el espacio, lo que acontece, com o el cam bio tem poral, en cierta alemanes, verá que los ingleses tomaron de ellos la idea del gobierno
dirección. La dirección en la que se da el paso de una civilización político; este bello sistema fue encontrado en los bosques (libro IX,
a o tra a través del espacio es la que va de O riente a Occidente, es cap. VI, ed. cit., vol. i, p. 291).
decir, la que corre en la dirección del Sol. ¿Se puede deducir de
esta idea de la dirección espacial de la civilización que ésta, una Pero la concordancia con M ontesquieu en referencia a las tres
vez que alcanzó la m adurez en E uropa, te n d rá su próxim a estación form as de gobierno y su sucesión h istó rica verdaderam ente es
en los E stados Unidos de N orteam érica, que hacía poco se había sorprendente. A p esar de ser breve el fragm ento citado es m uy claro:
liberado de la dom inación colonial, e iniciaba un rápido desarrollo p a ra el joven Hegel las form as de gobierno históricam ente rele­
económ ico y dem ográfico? Hegel no quiso hacer profecías pero en vantes son las m ism as de M ontesquieu, o sea, el despotism o (orien­
varios lugares afirm a que N orteam érica es el "país del fu tu ro " o ta l), la república (antigua) y la m o narquía (m oderna).
"aquel al cual en los tiem pos venideros [ . . . ] se o rie n ta rá el in te­ Si dam os un salto decenal y llegam os a una de las ú ltim as obras
rés de la h isto ria universal" { L e z i o n i . . ed. cit., I, p. 233). de Hegel, las L e c c io n e s d e f i lo s o fía d e la h is to r ia , apreciarem os la
La influencia de M ontesquieu sobre Hegel va m ucho m ás allá gran fidelidad que Hegel guardó a esta tipología. E n la p rim era
de la concepción geográfica del desarrollo histórico, pues tam bién p a rte de estas lecciones, de c arác te r in troductorio, hay un capítulo
e stá inm iscuida la m ism a tipología de las form as de gobierno. Hay dedicado al concepto de constitución, en el que Hegel explica que
un paso m uy significativo que toca este tem a en u n a o b ra del p ri­ "es la p u erta, p o r donde el m om ento ab strac to del E stado e n tra
m er periodo. L a c o n s ti tu c ió n d e A le m a n ia , escrita a finales del si­ en la vida y en la realid ad " (vol. I, p. 138), y que la determ inación
glo x v iii y principios del xix, en la que Hegel lam enta que Alema­ fundam ental, que indica el paso de la idea a b strac ta de E stado a
nia ya no sea un E stado e invoca, m aquiavélicam ente, al novel su form a concreta e h istó rica es "la diferencia entre quien gobierna
Tesco que le deberá d a r una nueva unidad. Después de sostener y quien os gobernado". Inm ediatam ente después agrega:
150 HEG EL HEGEL 151

Por tanto, justam ente las constituciones han sido distinguidas uni­ los reinos, toda la historia del mundo recorre estas formas; ante
versalmente en las clases de la monarquía, la aristocracia y la de­ todo observamos en todo Estado una especie de reino patriarcal,
mocracia. Donde sólo es necesario observar, en prim er lugar, que pacífico y guerrero. Esta prim era gestación de un Estado es despó­
la m o n a rq u ía m is m a tie n e q ue se r d istin g u id a en d e sp o tism o y m o ­ tica e instintiva; pero en la violencia y en la obediencia, en el miedo
n a rq u ía c o m o tal (p. 139, las cursivas son mías). a un dominador, está ya presente la voluntad. Más tarde se mani­
fiesta la particularidad: dominan aristócratas, esferas específicas,
No es necesario re p e tir que la separación en tre los dos conceptos democráticos e individuos. En estos individuos se cristaliza una aris­
tocracia accidental, y ésta se transform a en un nuevo reino, en una
de m o n arq u ía y despotism o, tradicionalm ente com prendidos en el monarquía. Por tanto, al final está la sumisión de estas particulari­
m ism o g e n u s , es uno de los rasgos característicos, si no el m ás dades a un poder, que forzosamente debe ser tal para que fuera de
im p o rtan te, de la tipología de M ontesquieu. Pero hay un fragm ento él las diferentes esferas tengan su autonomía, y éste es el poder
todavía m ás decisivo, que se en cuentra en una edición de las L e c ­ monárquico. De manera que se tiene que distinguir entre un prim ero
c io n e s d e f i lo s o fía d e la h is to r ia , a n te rio r a la edición trad u cid a y un segundo tipo de poder real (p. 147).
al italiano y que p o r ta n to traduzco directam ente del alem án:
El fragm ento es claro: las form as históricas de constitución p o r
La historia universal es el proceso mediante el cual se da la edu­ las cuales p asan todos los E stados y la pro p ia h isto ria del m undo
cación del hombre de lo desenfrenado de la voluntad natural a lo son tres: u n a p rim era form a de reino p a tria rc al, que corresponde
universal y a la libertad subjetiva. El Oriente sabía y sabe que sola­ a la categoría del despotism o; u n a fo rm a de E stado libre aunque
mente uno es libre, el mundo griego y romano que algunos son se tra te de una lib e rta d p a rtic u la rista, que es la república en sus
libres, el mundo germánico sabe que todos son libres. En consecuen> dos encarnaciones históricas, la a risto crática y la dem ocrática, y
cia la prim era forma que nosotros vemos en la historia universal es
el d e sp o tism o , la segunda es la d e m o cra c ia y la aristocracia, y la finalm ente u n a form a de reino ya no p a tria rc al y despótico, esto
tercera es la m o n a rq u ía (este fragmento corresponde a la pág. 273 es, un reino en el cual el rey gobierna en u n a sociedad que ah o ra
del vol. I de la traducción italiana y citado por mí de la edición ale­ está articu lad a en esferas relativam ente autónom as que es la m o­
mana, p. 169). n a rq u ía (precisam ente la m o n arq u ía en el sentido de M ontesquieu,
o sea, com o la form a de gobierno en la que el p o d er del rey es
P or encim a de la in terp retació n de estas form as históricas de las corregido p o r la existencia de órdenes relativam ente independientes
constituciones, basada en el principio de la lib ertad y de su exten­ que desem peñan funciones p úblicas). E ste fragm ento no es una
sión, que es propiam ente hegeliana, la tipología hegeliana no se sim ple repetición de la tipología de M ontesquieu. Lo nuevo en este
distingue de la de M ontesquieu, con tal que se reúnan en la única pasaje, fren te a to d a la tradición y al m ism o M ontesquieu, es el
categoría de la república los dos conceptos de dem ocracia y de a ris­ criterio con base en el cual se distinguen las tres form as. Obsérvese
tocracia, como lo hizo el a u to r de D e l e s p ír itu d e la s le y e s . No bien: ya no es el criterio del "quién" y del "cóm o", que incluso
solam ente la tipología hegeliana se asem eja a la de M ontesquieu, todavía fue adoptado p o r M ontesquieu; se tra ta de uno m ucho m ás
sino que es a d o p tad a com o esquem a general del proceso histórico rico en potencialidades explicativas, porque tom a en cuenta la es­
de m anera m ás clara y rigurosa que lo que se pueda e n co n trar en tru c tu ra de la sociedad en su conjunto. Efectivam ente las tres fo r­
la o b ra de M ontesquieu. Hay un fragm ento todavía m ás im p o r­ m as de gobierno corresponden a tres tipos de sociedad, la p rim era
ta n te que conviene citar: a u n a sociedad todavía indiferenciada y desarticulada en la que las
esferas p articu lares que com ponen u n a sociedad evolucionada, y
L a d i f e r e n c i a d e la s c o n s t i t u c i o n e s s e r e f i e r e a l a f o r m a e n q u e la que son las órdenes, los E stados o los estam entos, todavía no lian
t o t a l i d a d d e la v id a e s t a t a l l l e g a a m a n i f e s t a r s e . L a p r i m e r a f o r m a e s salido de la unidad in d istin ta inicial (como acontece en l a fam ilia,
e n la q u e e s t a t o t a l i d a d t o d a v í a e s t á p o c o d e s a r r o l l a d a , y s u s e s f e ­
q u e e s un todo q u e todavía n o e s t á c o m p u e s t o de n a r t e s relativa­
r a s p a r t i c u l a r e s n o h a n a lc a n z a d o s u a u t o n o m í a ; la s e g u n d a e s e n la
m e n t e a u t ó n o m a s ) ; la s e g u n d a e s u n a s o c ie d a d e n la c u a l c o m i e n ­
q u e e s t a s e s f e r a s , y c o n e l l a s l o s i n d i v i d u o s , s e v u e l v e n m á s lib r e s ;
f i n a l m e n t e la r c e r a e s e n la q u e e l l o s a l c a n z a n s n a i i í o n o n i í n , y zan a a |ia i e c c r la s e ste r a s ¡)a t t i c u l a r e s s in lo g r a r c o n ip le la m c n íc
e n la q u e s u a c l i v i d a d c o n s i s t e e n p i o d u c i r lo u n i v e r s a l . V c m h o s lo d o s s il a n i o i i o n n a I i t ' n l e a la í o í a i i d a t l , t's c l n io n ic M íío ele la L n iid a tl d i s -
152 HEGEL HEGEL 153

gregada y no recom puesta; la tercera es una sociedad en la que la titución bella y perfecta pueda ser im puesta a los pueblos m ás
u nidad se recom pone m ediante la articulación de las diversas p a r­ diferentes, y considera que es ab su rd o p reg u n tarse quién debe hacer
tes, es decir, en la que al m ism o tiem po hay u n idad y distinción la constitución p orque sería lo m ism o que "p reg u n tarse quién debe
y en la cual, p o r lo tan to , la u n idad es p erfectam ente com patible con hacer el esp íritu de un pueblo" { E n c ic lo p e d ia , § 540). De esta m a­
la lib e rta d de las diferentes p artes. Más aún: vive y actú a m e­ nera rechaza todo in ten to de ocuparse de la ó p tim a república, y,
diante el juego relativam ente autónom o de las p artes. Hegel se re­ al co n trario , considera que to d a discusión sobre la óp tim a form a
fiere a este tercero y últim o m om ento del desarrollo del E stado, al de gobierno es u n a p érd id a de tiem po. E n el m ism o capítulo so­
que corresponde históricam ente la m o n arq u ía m oderna (diferente b re la "constitución" que ya he citado se en cu en tra el siguiente
del despotism o an tig u o ), es decir, a la m o n arq u ía constitucional, fragm ento:
cuando habla de las "esferas p a rtic u la res" en u n "E stad o evolu­
cionado": L a p r e g u n t a s o b r e la m e j o r c o n s t i t u c i ó n f r e c u e n t e m e n t e e s p l a n t e a ­
d a n o s ó l o c o m o s i la t e o r í a r e l a t i v a f u e s e s i m p l e c u e s t i ó n d e l i b r e
c o n v e n c i m i e n t o s u b j e t i v o , s i n o t a m b i é n c o m o s i la a d o p c i ó n e f e c t i v a
E n u n E s ta d o e v o lu c io n a d o , e n e l q u e e s t o s a s p e c to s h a n d is tin g u id o
d e u n a c o n s t i t u c i ó n m e j o r , o d e la c o n s i d e r a d a ó p t i m a , p u d i e s e s e r la
y r e a liz a d o s u d e s a r r o llo , c a d a c u a l s e g ú n la s e x ig e n c ia s d e s u n a tu ­
c o n s e c u e n c i a d e u n a r e s o l u c i ó n t o m a d a a s í, d e m o d o e s t r i c t a m e n t e
r a le z a , e l l o s s e d e b e n a r t i c u l a r e n d i f e r e n t e s c l a s e s o E s t a d o s [ . . . ]
t e ó r ic o , e n s u m a c o m o s i la e s p e c ie d e to d a c o n s t it u c ió n n o d e p e n ­
P o r o t r a p a r t e e s t a s e s f e r a s s e d i v i d e n e n c l a s e s e s p e c i a l e s , e n t r e la s
d ie s e m á s q u e d e u n a s e le c c ió n lib r e , d e te r m in a d a p o r la r e fle x ió n
c u a l e s l o s i n d i v i d u o s s o n r e p a r t i d o s : e l l a s c o n s t i t u y e n l o q u e e s la
p r o f e s i ó n d e l in d i v i d u o . L a s d i f e r e n c i a s , q u e s e e n c u e n t r a n e n e s t o s (p . 140).
a s p e c to s , c ie r ta m e n te d e b e n c o n s titu ir s e e n e s fe r a s p a r tic u la r e s , o r ie n ­
ta d a s a o c u p a c io n e s c a r a c te r iz a d a s e s p e c íf ic a m e n t e . E n e s t o s e b a s a C iertam ente ustedes reco rd arán el debate en tre los tres p rín c i­
la d i f e r e n c i a e n t r e l a s c l a s e s q u e s e e n c u e n t r a n e n u n E s t a d o o r g a ­ pes persas con el que com enzam os nu estro curso. T om ándolo
n iz a d o . E l E s t a d o e s u n t o d o o r g á n i c o , y t o d a s e s t a s a r t i c u l a c i o n e s com o ejem plo de discusión ociosa sobre la m e jo r form a de go­
s o n n e c e s a r ia s e n é l c o m o e n e l o r g a n is m o ; a s í é l e s u n t o d o o r g á ­
bierno, Hegel continúa el fragm ento citado de esta form a:
n ic o d e ín d o le é tic a . L o q u e e s lib r e n o t ie n e e n v id ia , p u e s é l p e r m it e
a s u s m o m e n t o s c o n s t it u ir s e , y a p e s a r d e e llo lo u n iv e r s a l c o n s e r v a
D e e s t a m a n e r a t o t a lm e n t e in g e n u a tu v ie r o n c o n s e j o , s i n o lo s p e r ­
la f u e r z a p a r a m a n t e n e r u n i d a s e s t a s d e t e r m i n a c i o n e s ( p p . 1 3 6 -1 3 7 ).
s a s , a l m e n o s l o s g r a n d e s d e a q u e l p u e b l o [ . . . ] A l n o h a b e r a lg ú n
d e s c e n d i e n t e d e la f a m i l i a r e a l, e l l o s d i s c u t i e r o n s o b r e la c o n s t i t u ­
Se com prende que si la form a de gobierno es la e stru c tu ra po­ c i ó n q u e d e b í a s e r i n t r o d u c i d a e n P e r s ia ; y H e r ó d o t o , c o n i g u a l i n g e ­
lítica de una sociedad bien determ inada, to d a sociedad tiene su n u i d a d , n a r r a t a l d i s c u s i ó n y d e l i b e r a c i ó n (p . 140).
p ro p ia constitución y no puede ten er o tra. Una constitución no es
un som brero que se pueda poner a rb itra ria m e n te sobre cualquier Después de lo que dije h a sta aquí sobre Hegel, en cuanto co n ­
sociedad. El fragm ento citado term in a con estas consideraciones: tin u a d o r de M ontesquieu, puede p ro d u cir alguna sorpresa la cons­
tatació n de que cuando este a u to r ab o rd a sistem áticam ente, ta n to
É s te e s e l c u r s o a b s tr a c to p e r o n e c e s a r io d e l d e s a r r o llo d e E s ta d o s en los últim os parágrafos de la F ilo s o fía d e l d e r e c h o com o en las
v e r d a d e r a m e n t e a u t ó n o m o s , d e m a n e r a q u e d e b e t e n e r lu g a r e n e l l o s
L e c c io n e s d e filo s o fía d e la h is to r ia , el estudio de las d iferentes
c a d a v e z q u e a q u e lla d e te r m in a d a c o n s t it u c ió n , q u e n o d e p e n d e d e
la c a s u a l i d a d , s i n o q u e s o l a m e n t e e s la q u e s e a d e c ú a a l e s p í r i t u d e l
épocas de la h isto ria universal, estas épocas ya no son tres sino c u a ­
p u e b l o (p . 1 4 7 , l a s c u r s i v a s s o n m í a s ) . tro , el m undo oriental, el griego, el rom ano y el germ ánico.
P ara u n filósofo ta n sistem ático com o Hegel, que se mueve por
La estrecha dependencia que la constitución tiene con respecto tercias, esta ru p tu ra del esquem a tern ario , nada m enos que en la
al "esp íritu del pueblo" es una tesis que Hegel repitió incluso en división de las épocas de la h isto ria universal, debe h a b er sido un
o tra s obras (véase la E n c ic lo p e d ia , § 540, y tam bién L a c o n s t i t u ­ acto de sum isión forzosa ante las evidencias. Es claro que el esq u e­
c ió n d e A le m a n ia , ya citada, p. 131). Y es la razón p o r la que no se m a cu atern ario deriva de la división de la época antigua en m undo
cansa de polem izar co n tra el espejism o ilum inista de que una cons­ griego y rom ano. Hegel tuvo que ceñirse a esta distinción p or la
154 H EG EL HEGEL 111

reflexión sobre la época del im perio, que no puede ser puesta en­ y allí donde solam ente existen relaciones de derecho privndo no
tre paréntesis, com o si no hubiese existido, y de ninguna m anera existe todavía o ha dejado de existir un Estado. Tanto el univer^
puede resolverse en la categoría de la república dem ocrática o salism o a b stracto com o el particu larism o individual son caracte­
aristo crática, considerada com o la form a típica del m undo antiguo. rísticas que c o n tra sta n con la realidad concreta e histórica de un
P ara quien no tenía a disposición m ás que la trip artició n clásica E stado. De lo a n terio r p a rte la cru d a descripción del im perio ro ­
o la de M ontesquieu, el im perio sólo podía ser in te rp re ta d o como m ano que se puede leer en un p arág rafo de la F ilo so fía d e l d e ­
una form a de principado, com o lo había hecho Vico (pero éste pudo re c h o :
hacerlo p orque in terpuso en tre el principado del m undo antiguo
L a d i s o l u c i ó n d e l a t o t a l i d a d t i e n e t é r m i n o e n la in f e l i c i d a d u n i v e r ­
y las m onarquías del que le fue contem poráneo, la "b arb arie que
s a l, e n la m u e r t e d e l a v id a é t i c a , e n l a c u a l la s in d i v i d u a l i d a d e s
regresa" del m edievo, es decir, hizo te rm in a r con el im perio ro m a­ n a c i o n a l e s p e r e c e n e n la u n i d a d d e l P a n t e ó n y t o d o s lo s i n d i v i d u o s
no el p rim er curso de la h isto ria universal) o como u n a form a de s e c o n v ie r t e n e n p e r s o n a s p r iv a d a s e ig u a le s e n u n d e r e c h o fo r m a l;
despotism o, com o M ontesquieu, p a ra quien el curso histórico no o p o s i c i ó n q u e m a n t i e n e u n i d o s o l a m e n t e a u n a r b it r io a b s t r a c t o q u e
estab a ta n rígidam ente p redeterm inado com o p a ra Hegel. P ara s e a r r o j a e n lo m o n s t r u o s o (§ 3 5 7 ) .
Hegel ninguna de las dos interpretaciones era válida; p a ra él, el
m ovim iento histórico era continuo y p o r ta n to no podía ser cíclico, y Una vez in te rp re ta d o el im perio com o un largo periodo de tra n ­
p o r si fu era poco tam bién sostenía que toda form a estaba rigu­ sición e n tre u n a form a estatal y o tra, la h isto ria universal regresa
rosam ente vinculada a su espacio geográfico y a su tiem po h istó ­ a ser estu d iad a de acuerdo con un ritm o ternario. Ya que insistí
rico, p o r lo que no podía ser rep etid a dos veces. He aquí la nece­ m uchas veces en la im portancia histórica de la categoría del des­
sidad de ro m p er el esquem a tern ario e in tro d u cir u n a c u arta edad potism o, m e detengo únicam ente en la p rim era época, la que co­
que no puede ser reducida a ninguna de las tres form as históricas. rresponde al m undo oriental que tam bién p a ra Hegel es la época
Hegel com prende solam ente la época del im perio en el lapso his­ del despotism o. Procediendo de oriente a occidente, los Estados des­
tórico que llam a "m undo rom ano"; in te rp re ta este intervalo de póticos h an sido tres: el despotism o teocrático de China, la a ris­
tiem po com o una gran época de transición en tre el final del m undo tocracia teocrática de la In d ia y la m onarquía teocrática de Persia.
antiguo y el inicio del m oderno. En cuanto época de transición, Como se aprecia, p a ra Hegel el carác te r d eterm inante del régim en
la del im perio no corresponde a ninguna de las form as históricas despótico es la teocracia. El nexo en tre el despotism o y la teo­
de gobierno, y no lo hace porque no es propiam ente una form a es­ cracia se volvió un lugar com ún en tre los escritores ilum inistas,
tatal. En el análisis del m undo im perial de la R om a antigua, Hegel (recuérdese a B oulanger). En el p arág rafo de la F ilo s o fía d e l d e ­
re salta todos los aspectos que deben servir p a ra p oner en duda su r e c h o dedicado al m undo oriental, Hegel escribió:
form a estatal. De éstos subrayo sobre todo dos:
E s t e p r i m e r m u n d o c o n s t i t u y e la i n t u i c i ó n u n i v e r s a l , q u e d e r i v a d e
a) En cuanto dom inio que abarca a diversos pueblos, el im perio
l a t o t a l i d a d n a t u r a l p a t r i a r c a l , e n s í i n d i v i s a , s u s t a n c i a l , e n la q u e e l
carece de la determ inación característica de todo E stado, que es g o b ie r n o d e l m u n d o e s te o c r a c ia , e l s o b e r a n o ta m b ié n e s s u m o
su elem ento p o p u lar (o nacional), de acuerdo con la expresión he­ s a c e r d o t e o d i o s , la c o n s t i t u c i ó n d e l E s t a d o y la l e g i s l a c i ó n s o n a
geliana es u n a "universalidad a b strac ta " (m ientras un E stado, p o r la v e z r e l i g i ó n , a s í c o m o l o s p r e c e p t o s r e l i g i o s o s y m o r a l e s , o m e j o r
ser un verdadero E stado debe ser la im agen del esp íritu del pue­ s u s p r á c t i c a s , s o n i g u a l m e n t e l e y e s d e l E s t a d o y d e l d e r e c h o (§ 3 5 5 ) .
blo, es una universalidad c o n c re ta ). Una pru eb a de ello está en el
hecho de que en Rom a se erigió un tem plo p a ra todos los dioses Hegel tam bién llam a al m undo oriental "la época infantil de la
(el P a n te ó n ), m ientras cada pueblo tiene su Dios y su religión, y h isto ria": con ello quiere decir que con la época del despotism o
b) al conceder la ciudadanía indiscrim inadam ente a todos los súb­ el hom bre ingresa en la h isto ria (antes del surgim iento de la p ri­
ditos del im perio, este dom inio universal tra n sfo rm a a todos sus m era form a de E stado todavía no hay historia, solam ente prehis-
súbditos en personas iinídjcas form alm ente iguales, entre Ins cun~ tO! ¡a ). Ssii em bargo, aun siendo ya un m undo histórico, el dei
!es no nilercorreii o lía s iclaciones m ás q u e las de deix-elio ix ivado, d e s p o l isiiK) oricnlal es iin m undo <|ije no tiene un verdadero des
HEGEL HEGEL 157
156

arrollo histórico, com o dice Hegel es u n reino de la "duración que si los supiéramos tales, se podría comenzar a creer que nosotros
mismos no somos cristianos (XV, 5, ed. cit., vol. i, pp. 409410).
constante"', es decir, un reino sin cam bios sustanciales, u n a "his­
to ria sin h isto ria '', una "h isto ria ah istó rica'', un proceso "que no Queda p o r p re sen ta r el uso prescriptivo de la teo ría de las fo r­
es u n verdadero proceso'', porque todos los cam bios, aunque sean m as de gobierno en el pensam iento de Hegel, aunque h a b lar de
incesantes, "no producen avance" { L e z io n i d i filo s o fia d e lla s to r ia , "uso prescriptivo" en referencia a la filosofía política de Hegel sea
ed. cit., p. 276). La h isto ria com o proceso real, la h isto ria "h is­ sum am ente im propio. Como se ha dicho, Hegel rechaza plantearse
tórica", solam ente com ienza cuando la h isto ria universal se tra s ­ el problem a de la m ejo r form a de gobierno. El objetivo que se p ro ­
lada a Occidente. P or consiguiente, Hegel, al caracterizar al m undo pone al escrib ir una teo ría del derecho y del E stado, como se
oriental, no se separa de la tradición que siem pre ha contrapuesto m u estra en el fam oso prefacio de los L in c a m ie n to s d e filo s o fía d e l
a las civilizaciones estáticas de O riente la móvil y p ró sp era civili­ d e r e c h o , es "en ten d er lo que es la razón":
zación europea.
He m encionado al E stado oriental com o el p rim er ingreso del Así pues, este escrito, en cuanto contiene la ciencia del Estado, no
hom bre en la historia. Antes de la h isto ria está el hom bre n a tu ra l debe ser otra cosa más que el intento por comprender y presentar
o sea, el hom bre que todavía está y p erm anecerá fuera de la his­ al Estado como cosa racional en sí. En cuanto escrito filosófico, debe
estar muy lejos del construir un Estado como debe ser; la enseñanza
toria; p a ra Hegel este hom bre n a tu ra l prehistórico (el "salvaje" de que puede encontrarse en él no puede llegar a indicarle al Estado
los escritores ilum inistas) es el hom bre africano. Antes de h ab lar cómo debe ser, sino más bien de qué manera debe ser reconocido como
del m undo oriental, del que com ienza el curso histórico de la h u ­ universo ético'' (en la ed. italiana de Laterza, 1954, p. 16).
m anidad, Hegel dedica al África algunas páginas que hoy parece­
rían blasfem ias. El negro es el "h om bre en su inm ediatez", en "el E sto no q u ita que él sea p a rtid a rio de u n a d eterm in ad a form a
estado pedestre", es "el hom bre n a tu ra l en su to ta l b a rb a rie y de gobierno, que es la m o n arq u ía constitucional; pero si se revela
desenfreno", etcétera. En consecuencia: en repetidas ocasiones su preferencia p o r la m o n arq u ía c o n stitu ­
cional, no es porque ésta sea en a b strac to la m e jo r form a de go­
D e t o d o s e s t o s r a s g o s r e s u l t a q u e l o q u e c a r a c t e r i z a la í n d o l e d e l bierno, sino porque es la form a de gobierno que m ejo r corresponde
n e g r o e s e l d e s e n f r e n o . E s t a c o n d i c i ó n n o e s s u s c e p t i b l e d e a lg ú n al "esp íritu del tiem po". Ú nicam ente en este sentido m uy re strin ­
d e s a r r o llo o e d u c a c ió n : a s í c o m o lo s v e m o s h o y , h a n s id o s ie m p r e . gido se puede h ab lar, p a ra Hegel, de un uso prescriptivo de la
E n la i n m e n s a e n e r g í a d e l a r b i t r i o s e n s i b l e , q u e l o s d o m i n a , e l m o ­
teo ría de las form as de gobierno. E n realidad Hegel no pretende
m e n t o m o r a l n o t i e n e a lg ú n p o d e r p r e c i s o . Q u ie n q u i e r a c o n o c e r
m a n i f e s t a c i o n e s p a v o r o s a s d e la n a t u r a l e z a h u m a n a , p u e d e e n c o n ­
p re scrib ir nada; solam ente in ten ta c o n sta ta r cuál es la fase de
t r a r l a s e n Á f r ic a . L a s m á s a n t i g u a s n o t i c i a s s o b r e e s t a p a r t e d e l m u n ­ desarrollo a la que ha llegado la h isto ria universal, o, p a ra decirlo
d o d ic e n lo m is m o : p o r ta n to e lla n o t ie n e p r o p ia m e n t e u n a h is ­ con sus m ism as palabras, "com prender lo que es".
t o r i a (p . 2 6 2 ) . Sigam os paso a paso la evolución del pensam iento de Hegel con
respecto a este tem a: la p rim era o b ra en la que ab o rd a con p a r­
Pero com o la referencia a M ontesquieu en estas lecciones de tic u la r atención las form as de gobierno es la P r o p e d é u tic a filo s o ­
Hegel es constante, no olvidem os que el a u to r de D e l e s p ír itu d e la s fic a (en la que se recogen las lecciones elem entales que Hegel dictó
le y e s había sido igualm ente severo (para no decir cruel) al hacer en el liceo de N urenberg en 1812, y que puede ser considerada como
m ención de los negros. B asten estas dos afirm aciones (¡cuántas el p rim er intento, todavía m uy im perfecto, de sistem atización ge­
reflexiones se po d rían hacer sobre los prejuicios de los filósofos, es neral de la m ateria que co n stitu irá el objeto de la o b ra m ayor; los
decir, de quienes hacen consistir la dignidad de su saber en la au­ L in e a m ie n to s d e filo s o fía d e l d e r e c h o , 1821). E n estas lecciones
sencia de prejuicios!) : Hegel se rem o n ta literalm ente h a sta la tradición antigua y distingue
las seis form as de gobierno, tres buenas y tres m alas, en la term i­
N o n o s p o d e m o s c o n v e n c e r d e q u e D io s , q u i e n e s u n s e r m u y s a b i o ,
nología polibiana, b ajo el siguiente orden: dem ocracia, oclocracia,
h a y a p u e s t o u n a lm a , y s o b r e t o d o u n a l m a b u e n a , e n u n c u e r p o ta n
a r i s t o c r a c i a , oligarquía, m onarquía y despotism o (en el que debe
n e g r o [ . . . ] N o s e s i m p o s i b l e s u p o n e r q u e e l l o s s e a n I io n il^ ic s , p o r ­
158 HEGEL HEGEL 159

observarse que ah o ra el térm ino “despotism o” sustituye al tradicio­ grande, en u n E stad o que se h a b ría vuelto m ucho m ás grande que
nal “tira n ía ”) . A p ropósito de la m onarquía, dice: las viejas m onarquías europeas: los E stados Unidos de N orteam é­
rica (pero como se sabe Hegel lo consideraba com o un E stado en
E l m o n a r c a n o e s c a p a z d e e je r c e r d ir e c ta m e n te to d o e l p o d e r p a r a form ación, com o una “sociedad civil” que no h ab ía llegado todavía
g o b e r n a r , y c o n fie r e p a r c ia lm e n te e l e je r c ic io d e lo s p o d e r e s p a r ­
a la perfección del E s ta d o ). Una tercera observación se refiere a la ex­
tic u la r e s a lo s c o le g io s o c o r p o r a c io n e s p ú b lic a s , q u e e n n o m b r e d e l
r e y y b a j o s u c o n t r o l y d ir e c c ió n e j e r c e n d e a c u e r d o c o n la s le y e s
presión “sociedad civil” que quizá es u sad a aquí p o r p rim era
e l p o d e r q u e h a n r e c i b i d o . E n u n a m o n a r q u í a la l i b e r t a d c i v i l e s t á vez en el sentido específico que te n d rá en la o b ra m ayor, en la
m e jo r p r o te g id a q u e e n c u a lq u ie r o tr a c o n s titu c ió n { P r im e r c u r s o , cual el m om ento de la eticidad (que sigue en la esfera d e l espíritu
p a r á g r a fo 2 8 ). objetivo al del derecho y al de la m oralidad) e stá dividido en los
m om entos parciales de la fam ilia, la s o c ie d a d c iv il y el E stado; o
El carácter de la m o n arq u ía se aprecia m ejo r m ediante la com ­ sea, en el sentido de esfera interm edia e n tre la fam ilia y el E stado,
paración con su degeneración, el despotism o, definido como la en la que, con base en la disolución de la fam ilia, se fo rm an las
fo rm a de gobierno en la que el gobernante ejerce d ir e c ta m e n te el po­ clases sociales, precisam ente las clases cuya existencia constituye,
der de m anera a rb itra ria y en la cual los derechos de los individuos com o hem os visto, el c arác te r distintivo del E stado m oderno que
no están garantizados; en contraste, la m o n arq u ía es la form a de es diferente del despotism o antiguo. E n sum a Hegel quiere decir,
gobierno en la que el rey ejerce el po d er indirectam ente p o r m edio aunque sea con u n a ráp id a anotación, que allí donde la sociedad
de los llam ados “cuerpos interm edios” y en la cual, p o r consiguiente se h a articu lad o al dividirse en clases, es necesaria u n a co n stitu ­
—aquí aparece la connotación positiva— , “la lib ertad civil está m e­ ción diferente de la que convenía a las sociedades m ás sim ples,
jo r protegida que en cualquier o tra co n stitu ció n ”. En la o b ra si­ es decir, a sociedades en las que todavía no se h a dado la distinción
guiente, la llam ada E n c ic lo p e d ia d e H e id e lb e r g (que es de 1817), e n tre la esfera pública y la privada; o sea, es indispensable la for­
Hegel no habla de las form as de gobierno, pero en una glosa de m a de gobierno m onárquica, en el sentido específico que adquiere
1818, publicada recientem ente, se encuentra u n a anotación extre­ en M ontesquieu, esto es, u n gobierno del rey no directo sino m e­
m adam ente precisa (como com entario a los §§ 437439): diado p o r la presencia activa de cuerpos interm edios.
La idea de la m o n arq u ía constitucional es uno de los tem as cen­
M o n a r q u ía c o n s t i t u c i o n a l la ú n i c a c o n s t i t u c i ó n r a c i o n a l / C o n s t i t u ­
c i ó n a ) e n g r a n d e s E s t a d o s b ) d o n d e e l s i s t e m a d e la s o c i e d a d c i v i l
trales de los L in e a m ie n to s d e f ilo s o fía d e l d e r e c h o . E n esta obra
y a s e h a d e s a r r o lla d o /D e m o c r a c ia e n p e q u e ñ o s E s ta d o s . Hegel toca el p roblem a del E stado después de exponer sus ideas
sobre la fam ilia y la sociedad civil; el E stado del que h ab la es la
E n estos pocos renglones hay algunas cosas m uy im portantes: m o n arq u ía constitucional; la constitución e statal que p re sen ta com o
en p rim er lugar la expresión “m o n arq u ía co n stitu cio n al” seguida la constitución p o r excelencia del E stado m oderno es la de la m onar­
de u n juicio positivo; en segundo lugar, la afirm ación de que la quía constitucional. E n el § 273, Hegel, después de d istinguir los tres
superioridad de la m o n arq u ía constitucional no es absoluta sino poderes del E stado en legislativo, de gobierno y del príncipe o del
relativa y lo es b ajo dos condiciones: a) es la form a m ás conve­ soberano, concluye al decir que el E stado com puesto y articulado
niente p a ra los grandes E stados (m ientras la dem ocracia es m ás de esta m an era es la "m o n arq u ía constitucional”. Inm ediatam ente
adecuada p a ra los pequeños) , y b) es la form a de gobierno que m ejor después, en la anotación que sigue, precisa que "el perfecciona­
se ad ap ta a los pueblos en los que ya se h a desarrollado el sistem a m iento del E stado m ediante la m o n arq u ía constitucional es la ob ra
de la sociedad civil. Sobre la p rim era condición no hay nada n u e­ del m undo m o d ern o ”, confirm ando el concepto fu n d a m e n tal''d el
vo que decir: la idea de que la república fuese u n gobierno viable orden histórico en el que las diversas form as de gobierno se su­
sólo en los pequeños E stados había sido tam bién de M ontesquieu ceden, y la idea (que tam bién es u n ideal político) de las form as
y después de M ontesquieu de R ousseau (y era u n a idea tra d ic io ­ de gobierno m onárquico com o la ú lim a form a a la que h a llegado
n a l). La única observación pertinente (o im pertinente) es que en la h isto ria universal, y en consecuencia com o la form a "b u en a”
los tiem pos de Hegel ya había surgido una república en un E stado para su liompo, com o la form a de la que no se p o d ría dar, en el
158 HEG EL H EG EL 159

observarse que ah o ra el térm ino "despotism o" sustituye al trad icio ­ grande, en un E stado que se h a b ría vuelto m ucho m ás grande que
nal "tira n ía " ). A propósito de la m onarquía, dice: las viejas m onarquías europeas: los E stados Unidos de N orteam é­
rica (pero como se sabe Hegel lo consideraba com o un E stado en
El monarca no es capaz de ejercer directamente todo el poder para form ación, com o una "sociedad civil" que no h ab ía llegado todavía
gobernar, y confiere parcialmente el ejercicio de los poderes par­ a la perfección del E s ta d o ). Una tercera observación se refiere a la ex­
ticulares a los colegios o corporaciones públicas, que en nombre del
rey y bajo su control y dirección ejercen de acuerdo con las leyes presión "sociedad civil" que quizá es u sad a aquí p o r p rim era
el poder que han recibido. En una monarquía la libertad civil está vez en el sentido específico que te n d rá en la o b ra m ayor, en la
mejor protegida que en cualquier otra constitución {P rim er curso, cual el m om ento de la eticidad (que sigue en la esfera d e l esp íritu
parágrafo 28). objetivo al del derecho y al de la m oralidad) e stá dividido en los
m om entos parciales de la fam ilia, la s o c ie d a d c iv il y el E stado; o
El carácter de la m onarquía se aprecia m ejo r m ediante la com ­ sea, en el sentido de esfera interm edia e n tre la fam ilia y el E stado,
paración con su degeneración, el despotism o, definido como la en la que, con base en la disolución de la fam ilia, se fo rm an las
fo rm a de gobierno en la que el gobernante ejerce d ir e c ta m e n te el po­ clases sociales, precisam ente las clases cuya existencia constituye,
der de m anera a rb itra ria y en la cual los derechos de los individuos com o hem os visto, el c arácter distintivo del E stado m oderno que
no están garantizados; en contraste, la m o n arq u ía es la form a de es diferente del despotism o antiguo. E n sum a Hegel quiere decir,
gobierno en la que el rey ejerce el poder in directam ente p o r m edio a unque sea con u n a ráp id a anotación, que allí donde la sociedad
de los llam ados "cuerpos interm edios" y en la cual, p o r consiguiente se h a articulado al dividirse en clases, es necesaria u n a c o n stitu ­
—aquí aparece la connotación positiva— , "la lib ertad civil está m e­ ción diferente de la que convenía a las sociedades m ás sim ples,
jo r protegida que en cualquier o tra constitución". En la o b ra si­ es decir, a sociedades en las que todavía no se h a dado la distinción
guiente, la llam ada E n c ic lo p e d ia d e H e id e lb e r g (que es de 1817), en tre la esfera pública y la privada; o sea, es indispensable la fo r­
Hegel no habla de las form as de gobierno, pero en una glosa de m a de gobierno m onárquica, en el sentido específico que adquiere
1818, publicada recientem ente, se encuentra u n a anotación extre­ en M ontesquieu, esto es, u n gobierno del rey no directo sino m e­
m adam ente precisa (como com entario a los §§ 437-439): diado p o r la presencia activa de cuerpos interm edios.
La idea de la m o n arq u ía constitucional es uno de los tem as cen­
Monarquía constitucional la única constitución racional/Constitu­
trales de los L in e a m ie n to s d e f ilo s o fía d e l d e r e c h o . E n e sta obra
ción a) en grandes Estados h) donde el sistema de la sociedad civil
ya se ha desarrollado/Democracia en pequeños Estados. Hegel toca el problem a del E stado después de exponer sus ideas
sobre la fam ilia y la sociedad civil; el E stado del que hab la es la
E n estos pocos renglones hay algunas cosas m uy im portantes: m o n arq u ía constitucional; la constitución e statal que p re sen ta com o
en p rim er lugar la expresión "m onarquía constitucional" seguida la constitución p o r excelencia del E stado m oderno es la de la m o n ar­
de un juicio positivo; en segundo lugar, la afirm ación de que la quía constitucional. E n el § 273, Hegel, después de distinguir los tres
su p erio rid ad de la m onarquía constitucional no es absoluta sino poderes del E stado en legislativo, de gobierno y del príncipe o del
relativa y lo es b ajo dos condiciones: a) es la form a m ás conve­ soberano, concluye al decir que el E stado com puesto y articulado
niente p a ra los grandes E stados (m ientras la dem ocracia es m ás de esta m an era es la "m o n arq u ía constitucional". Inm ediatam ente
adecuada p a ra los pequeños ) , y b) es la form a de gobierno que m ejor después, en la anotación que sigue, precisa que "el perfecciona­
se ad ap ta a los pueblos en los que ya se ha desarrollado el sistem a m iento del E stado m ediante la m o n arq u ía constitucional es la ob ra
de la sociedad civil. Sobre la p rim era condición no hay nada nue­ del m undo m oderno", confirm ando el concepto fundam ental del
vo que decir: la idea de que la república fuese un gobierno viable orden h istórico en el que las diversas form as de gobierno se su­
sólo en los pequeños E stados había sido tam bién de M ontesquieu ceden, y la idea (que tam bién es un ideal político) de las form as
y después de M ontesquieu de R ousseau (y era u n a idea trad icio ­ de gobierno m onárquico com o la úlim a form a a la que h a llegado
n al). La única observación pertinente (o im pertinente) es que en la h isto ria universal, y en consecuencia com o la form a "b uena"
los tiem pos de Hegel ya había surgido una república cu un E stado para su (icinpo, com o la form a de la que no se p o d ría dar, en el
160 HEGEL H EG EL 161

m om ento que vive, u n a m ejor. En esta m ism a anotación Hegel gobierno m ixto (identificación que tam poco había hecho M ontes­
com para la form a de gobierno "m o n arq u ía constitucionaF ' con las quieu). E n efecto, inm ediatam ente después agrega:
form as de gobierno tradicionales (que, com o se ha visto, ya tenía
presentes en la P r o p e d é u tic a f i l o s ó fic a ) , y hace la siguiente ob­ Pero tales diferencias [es decir las que existen entre uno, pocos y
servación: muchos], simplemente cuantitativas, son, como se ha dicho, sola­
mente superficiales y no indican el concepto de la cosa; [ . . . ]
La antigua división de las constituciones en monarquía, aristocracia
y democracia tiene como base la unidad sustancial todavía indivisi­ p a ra decir con esto que el carác te r distintivo de la m onarquía
ble, que no ha llegado a su distinción interna (y a una organización constitucional no reside en el hecho de que gobiernen en los
desarrollada en sí) y, por tanto, a la profundidad y a la racionalidad diferentes niveles uno, pocos y m uchos, sino en el m ás sustancial
concreta. de que los poderes fundam entales del E stado estén divididos y sean
ejercidos p o r órganos diferentes. M uchas veces he llam ado la aten ­
De esta contraposición entre m onarquía constitucional y form as
ción acerca de la diferencia, que se acentúa históricam ente con la
clásicas, resu lta una vez m ás que el criterio fundam ental con base
form ación del E stado m oderno, en tre teo ría del gobierno m ixto y
en el cual Hegel distingue las diversas constituciones es el de la
teo ría de la división de poderes: en Hegel esta distinción llega a
m ayor o m enor com plejidad de la sociedad subyacente. Las form as
plena conciencia —en cuanto el fragm ento citado quiere d em o strar
clásicas sólo son convenientes p a ra las sociedades sim ples; única­
lo insuficiente, superficial y extrínseco de la identificación de la
m ente la m onarquía constitucional, que es la m o narquía entendida
m o n arq u ía constitucional, que es la m onarquía con poderes div¡
en el sentido que M ontesquieu la describió p a ra oponerla al des­
didos— con el gobierno m ixto, es decir, con el gobierno entendido
potism o, es la form a idónea p ara las sociedades com plejas, es decir, com o com binación de las form as sim ples, o sea, com o acercam ieiilo
p a ra las sociedades en las que las delim itaciones particu lares que extrínseco del gobierno de uno, el de pocos y el de m uchos.
constituyen la "sociedad civiF' son relativam ente independientes
fren te al sistem a estatal. Así pues, continúa:
La m o n a r q u ía c o n s t it u c io n a l : Hegel y Mo n t e s q u ie u *
Estas formas [entiende las simples, o sea, las tres formas clásicas],
que de tal manera pertenecen a diferentes totalidades, son red u cid a s
a m o m e n to s de la m o n a rq u ía c o n stitu c io n a l: el monarca es uno; El tem a de la m onarquía constitucional m erece alguna conside­
con el poder gubernativo intervienen los pocos y con el poder legis­ ración subsecuente, que nos p e rm ita p recisar m ejo r la índole de
lativo se presenta la multitud en general. la relación en tre Hegel y M ontesquieu bajo el doble aspecto de la
continuidad y de la diferencia en la continuidad. Por lo dem ás,
E stos renglones m erecen un com entario: en efecto, ¿qué re p re ­ ta n to lo p rim ero com o lo segundo fue subrayado de m anera ex­
senta la afirm ación de que las tres form as sim ples son "reducidas"' plícita p o r el m ism o Hegel.
a m om entos de la m onarquía constitucional sino una enésim a ap a­ La constitución m onárquica que Hegel describe en los L in e a ­
rición de la vieja idea del gobierno m ixto? No hay duda de que m i e n to s d e filo s o fía d e l d e r e c h o com o constitución "de acuerdo
la m anera en que Hegel p resenta en este breve fragm ento la m o­ con la razón'', se m u estra m ucho m ás articulada y com pleja que la
n arq u ía constitucional es de tal naturaleza que la hace aparecer m o n arq u ía com o es descrita en la tipología clásica de las form as
com o una reencarnación, o si se quiere com o la form a m oderna, de gobierno; de la m ism a m anera, la m onarquía que M ontesquieu
del gobierno m ixto entendido en su esencia de gobierno generado presen ta com o form a de gobierno "excelente'' es una constitución
p o r la com binación de las tres form as sim ples. Ya he subrayado en com pleja, y precisam ente en tal com plejidad consiste su rasgo dis­
dem asiadas ocasiones la extrao rd in aria vitalidad y el éxito excep­ tintivo frente a las o tras form as de gobierno. Así como M ontes­
cional de la teoría del gobierno m ixto, como p a ra in sistir aún m ás quieu considera que la m onarquía "m o d erad a'' es el tipo de régimen
ante esta nueva aparición; pero no conviene creer que Hegel desee
con estas palabras identificar la m onarquía constitucional con el Aiu’\<) (K‘ M ichelangelo Boveio,
162 HEGEL H EG EL 163

político conveniente p a ra las grandes naciones de la E uropa m o­ sim ple de la com unidad antigua se ha fragm entado, y una nueva
derna, de la m ism a form a Hegel afirm a, desde el p unto de vista u n idad no puede recom ponerse m ás que con base en las diferen­
de la m odernidad, que la m onarquía tradicional y las o tras fo r­ cias sociales y p o r ta n to com o un id ad com pleja.
m as de la tipología clásica pueden ser consideradas "indiferentes'', Tam bién p a ra M ontesquieu la m o n arq u ía con "leyes fundam en­
porque ah o ra son im practicables, o sea, no van de acuerdo con el tales" es la form a de gobierno adecuada p a ra los E stados m oder­
desarrollo de la h isto ria y de la sociedad, ya no están a la a ltu ra nos porque se basa en una sociedad diferenciada y p orque rep re­
de los tiem pos. Efectivam ente, se tra ta de constituciones "sim ples" senta la unificación de las diferencias. Exam inem os la relación
que se refieren a la "unidad indiferenciada" como e stru c tu ra de la unión-diferencias en M ontesquieu releyendo dos fragm entos que se
vida colectiva de la época antigua; m ientras la época m oderna refieren (el prim ero) al cuerpo político en general y a la m o n ar­
contem pla las diferencias y las articulaciones en la vida colectiva, quía (el seg u n d o ):
y en consecuencia, en cierto sentido, requiere u n a constitución
articu lad a como la m o n arq u ía constitucional. La novedad de la Lo que se llama unión en un cuerpo político es una cosa muy equi­
concepción hegeliana con respecto a la de M ontesquieu reside en vocada: la verdadera unidad es una unión armónica que hace que
la diferente m anera de considerar la sociedad m oderna y sus a r­ todas las partes, por antagónicas que puedan parecer, coincidan en
el bien general de la sociedad; como las disonancias en la música
ticulaciones. De acuerdo con Hegel, la vida social se ha diferenciado concurren al acuerdo total. Puede haber unión en un Estado donde
en una m ultiplicidad de aspectos y niveles p articu lares, pero sobre no se crea ver más que desorden {C onsideraciones so b re los ro m a ­
todo, p o r decirlo así, se ha "duplicado" en dos esferas diferentes nos, cap. I X ) .
con características opuestas: la sociedad civil y el E stado. Ello sig­
nifica que de la unidad sustancial indivisa de la com unidad p re ­ El gobierno monárquico supone, como ya hemos dicho, preemi­
m oderna no sólo se ha em ancipado el principio de la p articu larid ad nencias, categorías y hasta una clase noble por su nacimiento. En la
y subjetividad, sino que tal principio se ha vuelto el fundam ento naturaleza de este gobierno entra el pedir honores, es decir, distin­
ciones, preferencias y prerrogativas [ . . . ] El honor mueve todas las
de un nuevo y m oderno aspecto o dim ensión de la socialidad, p re ­ partes del cuerpo político, y las atrae, las liga por su misma acción.
cisam ente la sociedad civil. E sta sociedad civil es la esfera de la Cada cual concurre al interés común creyendo servir al bien par­
vida colectiva p r iv a d a , que funciona con base en los intereses p a r­ ticular {Del e sp ír itu de las leyes, III, 7).
ticulares de los individuos y se constituye en "sistem a" autónom o
m ediante su objetiva y recíproca dependencia. E ste sistem a es, en O bservam os que: 1) la referencia social del discurso de M ontes­
cuanto tal, una esfera diferente de la socialidad (de la vida colec­ quieu, en sus rasgos form ales y en la lógica de su funcionam iento
tiva) frente al Estado. En la sociedad civil —sede de la actividad (cada uno persiguiendo su propio interés hace el interés com ún),
económ ica, de la reproducción social y de su regulación jurídico- es análoga a la sociedad civil de Hegel; 2) pero tal referencia no es
ad m in istrativ a— los individuos se diferencian en grupos o "m asas contem plada com o sociedad civil en el sentido hegeliano de esfera
p articu lares", es decir, se desarrolla la división en posiciones o diferente del E stado, sino en térm inos inm ediatam ente políticos,
condiciones sociales (E stados, órdenes o congregaciones) diferentes p o r lo que las diferencias aparecen aquí como propias del cuerpo
y desiguales. Se puede decir esquem áticam ente que p a ra Hegel la político, y 3) es diferenciada de m an era diversa de la sociedad
m oderna vida colectiva se ha diferenciado en dos esferas: la p rim e­ civil de Hegel.
ra, la sociedad civil, es la de las diferencias sociales; la segunda, el Veamos este últim o p u n to que deriva directam ente de los an te­
E stado, es la de la unidad política en la que las diferencias so­ riores. La m o n arq u ía de M ontesquieu tiene un fundam ento que
ciales están articuladas y resueltas. Así pues, en una p rim era a p ro ­ presen ta dos aspectos que recíprocam ente se condicionan, uno ob­
ximación podem os afirm ar que la m onarquía constitucional com o jetivo, las desigualdades, y o tro subjetivo, el honor. La división en
constitución a r tic u la d a corresponde a la sociedad m oderna com o so­ estam entos o rangos evidentem ente está hecha p o r líneas horizon­
ciedad d ife r e n c ia d a , y que la división de poderes en la cual se tales, y las diferencias que b ro tan de esto son p reordenadas p ara
cstiLictura la constitución m oderna se im pone allí donde la unidad la acliviclad social e incluso la determ inan, son inm ediatam ente di­
164 HEG EL HEGEL 165

ferencias políticas: de aquí los privilegios y el principio del honor. Los m iem bros del E stado descrito por Hegel no actúan con base
En la sociedad civil de Hegel la división en grupos ante todo es en el privilegio, ni en general sustentándose en un principio p a r­
económico-social y es una división en líneas verticales, porque cada ticular, como sucede en la sociedad civil, sino inspirándose en el
grupo es, en el ám bito de la reproducción social, funcional para deber; y el deber p ara los individuos es el de "llevar una vida
el o tro y para el todo, y p o r ello los grupos están en principio universal": en ello reside tam bién su verdadera libertad. En otras
en el m ism o plano; en p rim er lugar las diferencias sociales que p alabras, p a ra Hegel la lib ertad consiste en obedecer a las leyes,
derivan de esto consisten sim plem ente en la p a rtic u la rid a d de la porque de esa m anera los individuos cum plen conscientem ente su
actividad de cada uno frente a los dem ás, pero tam bién en la "des­ tarea en y p ara la colectividad. En la visión de Hegel el E stado
igualdad de las fo rtu n as'', que "de hecho" es el resultado inevitable es, en general, el reino de la libertad, ya que en él cada cual, al
de la actividad social y de la m ism a división económ ica "funcio­ cum plir su deber, es consciente del fin que persigue y que las
nal". Pero precisam ente por esto la desigualdad no está precons- leyes prescriben, en lo que consiste el bien colectivo; m ientras que
titu id a y no tiene nada que ver con los privilegios del a n tig u o ré ­ la sociedad civil es el reino de la necesidad, en cuanto el objetivo
g im e n . En efecto, p ara Hegel, la abolición de los privilegios es una colectivo, que en ella es la subsistencia m aterial y el b ien estar de
conquista positiva de la Revolución francesa (cf. R e a lp h , ii, trad. todos, es alcanzado sin una intención consciente p o r p a rte de los
italiana, pp. 201-202, n o ta ). A decir verdad, en la visión hegeliana sujetos, quienes en la vida privada (o sea en cuanto m iem bros de
todavía sobrevive un residuo del principio del honor: me refiero la sociedad civil) persiguen individualm ente sus propios fines.
a la "dignidad de grupo" que Hegel atribuye a los m iem bros de las R ecuérdese que la lib ertad de la que habla M ontesquieu es muy
corporaciones. Mas la dignidad de grupo, como expresión inm e­ diferente. E n térm inos generales puede definirse como libertad
diata del principio de la particu larid ad , tiene sU validez efectiva en el "negativa", en cuanto lib ertad frente a la opresión y frente a los
ám bito de la sociedad civil, y no en el del E stado. Para Hegel el m o­ abusos; pero si intentam os tra d u c ir positivam ente este concepto,
to r de la acción política es el d e b e r en cuanto se dirige a lo uni­ al integrarlo a la e stru c tu ra je rá rq u ic a del E stado m onárquico des­
versal y no al interés vinculado a la posición social p a rtic u la r de crito p o r M ontesquieu, se verá claram ente cóm o la lib ertad "de
cada cual; se podría decir que en Hegel el deber sustituye al honor hacer lo que las leyes perm iten" en realidad consiste en la posibi­
como "reso rte" (principio en el sentido específico de M ontesquieu) lidad de a c tu a r con base en las prerrogativas del propio rango,
del E stado m oderno bajo la form a m onárquico-constitucional. La aseguradas y garantizadas p o r la ley. Dicho de o tro m odo: la con­
in terp retació n que Hegel da de la m onarquía de M ontesquieu como dición de la lib ertad en la m onarquía de M ontesquieu es que
form a de gobierno, ligada a in stitu to s prem odernos, se basa en este el privilegio sea asegurado. B ajo esta perspectiva debe ser visto el
conjunto de diferencias: tem a re c u rre n te del peligro p ara la m onarquía m oderada de caer
en el despotism o, bajo el cual M ontesquieu esconde su aversión
L a c i r c u n s t a n c i a d e q u e M o n t e s q u i e u r e c o n o z c a c o m o p r i n c i p i o d e la p o r el absolutism o. En este sentido debe tom arse la orientación
m o n a r q u ía e l h o n o r , se d e d u c e d e e s to : q u e é l e n t ie n d e p o r m o n a r ­ de la teo ría de la separación de poderes como in stru m en to de de­
q u ía n o la o r g a n i z a c i ó n p a t r ia r c a l o a n t i g u a n i la q u e s e h a d e s ­
fensa de la lib ertad co n tra los abusos. Aunque la interpretación
e n v u e l t o c o m o c o n s t i t u c i ó n o b j e t i v a , s i n o la m o n a rq u ía fe u d a l, e s
d e c ir , c u a n d o la s r e l a c i o n e s d e l d e r e c h o p o l í t i c o i n t e r n o s e h a n c o n ­
de este aspecto del pensam iento de M ontesquieu presente m uchas
c r e ta d o [ . . . ] e n p r iv ile g io s d e in d iv id u o s y c o r p o r a c io n e s . P u e s to dificultades, no hay duda de que la separación de poderes es con­
q u e e n e s t a o r g a n i z a c i ó n la v id a d e l E s t a d o s e a p o y a s o b r e u n a cebida com o un sistem a de "frenos" p ara alcanzar un "equilibrio":
p e r s o n a lid a d p r iv ile g ia d a e n c u y o c a p r ic h o e s c o lo c a d o g r a n p a r te el objetivo de este sistem a es lograr que ninguna potencia (pero
d e lo q u e d e b e s e r r e a liz a d o p a r a la e x i s t e n c i a d e l E s t a d o , la o b j e ­ especialm ente el rey) se vuelva tan fuerte (al a trib u irse las dife­
tiv id a d d e e s t o s s e r v ic io s n o se fu n d a m e n ta e n lo s d e b e r e s , s in o e n
rentes funciones del E stado) que afecte las prerrogativas y los pii-
la r e p r e s e n t a c i ó n y e n la o p i n i ó n y , p o r l o t a n t o , e n v e z d e s e r e l
d e b e r e s e l h o n o r lo q u e m a n t i e n e u n i d o a l E s t a d o {Filosofía d el vilegios de todas las dem ás (pero especialm ente de la nobleza).
derecho , § 273). Hegel, que si bien acepta el principio de la división de poderes y
su com prom iso con la libertad pública, y basado en su diferenle
166 HEGEL H EGEL 167

concepto de libertad, critica duram ente esa m anera de concebir la príncipe (o del m onarca, o del soberano) rep resen ta un agregado
división de poderes: frente al paradigm a de los poderes de M ontesquieu, quien tenden­
ciosam ente a trib u ía al m onarca el p o d er ejecutivo y no un poder
. . . [ la ] d iv is ió n n e c e s a r ia d e lo s p o d e r e s d e l E s ta d o [ . . . ] j u s t a m e n ­ u lte rio r y específico. En la constitución de Hegel el m onarca es
t e , e s d e c ir , s i h u b i e s e s i d o t o m a d a e n s u r e a l s i g n i f i c a d o p o d í a s e r la persona en la que todos los asuntos y los poderes particu lares
c o n s i d e r a d a c o m o la g a r a n t í a d e la l i b e r t a d p ú b l i c a [ . . . ] p e r o ta l
del E stado encuentran su unidad definitiva: él rep resen ta el m o­
c o m o la c o m p r e n d e e l e n t e n d i m i e n t o a b s t r a c t o s e e n c u e n t r a , p o r u n a
p a r t e , la f a l s a d e t e r m i n a c i ó n d e la a u t o n o m í a a b s o l u t a d e l o s p o d e ­
m ento de la decisión o resolución con respecto a cualquier cosa, cl
r e s e l u n o f r e n t e a l o t r o ; y p o r o t r a , la p a r c i a l i d a d d e c o n c e b i r s u m om ento de la ''p u ra voluntad sin m ás". E n el m odelo hegeliano
r e la c ió n r e c íp r o c a c o m o n e g a c ió n y m u tu a lim it a c ió n . E n e s t e p u n to la figura del m onarca expresa la p u ra y sim ple unidad del E stado,
d e v i s t a t a l p r i n c i p i o [ d e la d i v i s i ó n d e p o d e r e s ] s e c o n v i e r t e e n en cuanto esta unidad, p a ra no ser sim plem ente alegórica, debe
h o s t i l i d a d y t e m o r f r e n t e a c a d a p o d e r [ . . . ] c o n la r e s o l u c i ó n d e concretarse en la voluntad de una persona física específica.
o p o n e r s e a é l y e f e c t u a r c o n e s t e c o n t r a p e s o , u n e q u i l i b r i o g e n e r a l,
Pero el m odelo constitucional hegeliano no tuvo éxito: aunque
p e r o n o u n a u n id a d v iv ie n t e { F ilo s o fía d e l d e r e c h o , § 2 7 2 ).
Hegel haya captado perfectam ente el carácter, en m uchos aspectos
Al re a firm a r el principio de la unidad del E stado, Hegel esgrim e retrasad o , de la construcción de M ontesquieu, com o se sabe esta
argum entos de tipo hobbesiano co n tra la autonom ía absoluta (es ú ltim a es la que ha tenido la m ayor influencia en la h isto ria de las
ideas y en la h isto ria m oderna real, y no la hegeliana.
decir, la separación) de poderes:

C o n la a u t o n o m í a d e l o s p o d e r e s [ . . . ] s e p l a n t e a d e i n m e d i a t o ,
c o m o s e h a v i s t o e n g r a n d e la d e s t r u c c i ó n d e l E s t a d o , o b i e n e n
c u a n t o e l E s t a d o s e m a n t i e n e e s e n c i a l m e n t e , la l u c h a p o r l a c u a l u n
p o d e r s o m e t e a s í a l o tr o ; d e lo c u a l e lla o r ig in a e n p r im e r té r m in o
la u n id a d , d e c u a lq u ie r m o d o q u e s e a c a lific a d a , y a s í s a lv a ú n ic a ­
m e n t e lo e s e n c i a l : la e x i s t e n c i a d e l E s t a d o { i b i d . ) .

D entro del m odelo hegeliano el principio de la división de pode­


res asum e un significado nuevo: tal principio no re p re se n ta un
artificio inventado p a ra prevenir el peligro de los abusos de poder,
no es algo m ecánico o in strum ental, sino orgánico; m ás aún, es el
principio de organización del cuerpo político, m ediante el cual las
esferas p articu lares son reconducidas a lo universal. E n sum a,
la división de poderes, en lo que consiste el carác te r constitucional
del E stado, es p a ra Hegel la form a racional de la unidad política
en la diferenciación propia de la vida social m oderna.
Cabe señalar que los poderes com prendidos en la constitución
descrita p o r Hegel no corresponden estrictam en te con los exam ina­
dos p o r M ontesquieu. E fectivam ente Hegel distingue: p oder del
príncipe, del gobierno y legislativo; el p oder judicial no está p re ­
sente en esta división porque no es in te rp re ta d o p o r Hegel com o
u n verdadero p oder constitucional, sino com o u n a actividad ad ­
m in istrativ a directam ente funcional p a ra el o rden civil m ás que
p a ra el político. En consecuencia, Hegel ubica la adm inistración
de la ju sticia en el plano de la sociedad civil. En cam bio, el poder del
M ARX 169

positiva de su gran predecesor y antagonista, Hegel. Por lo que se


X III. M A R X refiere a la relación entre sociedad civil y E stado, la posición de
M arx es a n titética a la de Hegel: p ara Hegel, el E stado es lo " ra ­
cional en sí y p ara sí", y el "Dios te rre n a l" es el sujeto de la histo ­
¿E x is t e una teo ría de las form as de gobierno en el pensam iento po< ria universal; en sum a es el m om ento final del E sp íritu objetivo, y
lítico de M arx? C iertam ente una p regunta de este tipo no es habitual com o tal es la superación de las contradicciones que se m ani­
en tre los innum erables estudiosos que se han ocupado del pensa­ fiestan en la sociedad civil; p ara Marx, al contrario, el E stado no
m iento político de Marx, los cuales han m anifestado casi siem pre la es o tra cosa m ás que el reflejo de estas contradicciones, no es su
tendencia a poner el acento en la teoría general del E stado de índole superación sino su perpetuación. Por lo dem ás, no sólo p a ra Hegel
m arxista en vez de analizar sus aspectos particu lares a la luz de la sino p a ra la m ayor p a rte de los filósofos clásicos, el E stado rep re­
trad ició n del pensam iento político presente. Y, sin em bargo, creo que senta un m om ento positivo en la form ación del hom bre civil. El
d a r una respuesta a esta p regunta reviste cierto interés p a ra com ­ fin del E stado es la ju sticia (P latón), el bien com ún (A ristóteles),
p re n d e r en térm inos generales la teoría política m arxista y poder así la felicidad de los súbditos (Leibniz), la lib ertad (K ant), la m á­
evaluar su validez actual. xim a expresión del e t h o s de un pueblo (H egel). H abitualm ente el
Como de costum bre utilizo la distinción entre uso descriptivo, his­ E stado es considerado com o la salida del hom bre de la condición
tórico y prescriptivo de la tipología. Comienzo p o r el uso descrip­ de b arb arie, o del estado de naturaleza caracterizado p o r la gue­
tivo: en ningún lugar de su inm ensa ob ra aparece algún interés rra de todos co n tra todos, com o el dom inio de la razón sobre la
de M arx p o r la tipología de las form as de gobierno, que h asta pasión, de la reflexión sobre el instinto. G ran p a rte de la filosofía
ah o ra hem os visto siem pre presente en los escritores políticos de política es u n a exaltación del E stado; en contraste, M arx considera
P latón a Hegel. Se puede ad u cir una razón extrínseca de esta au ­ al E stado com o un p u ro y sim ple i n s t r u m e n t o de dom inación, tiene
sencia en el hecho de que Marx, a pesar de que se propuso escribir u n a concepción que yo llam o t é c n i c a del E stado p a ra oponerla a
en sus prim eros años "una crítica de la política" y que m ostró in­ la prevaleciente concepción é t i c a de los escritores anteriores, de los
terés p o r la teoría política al com entar algunos parágrafos sobre que el m áxim o rep resen tan te ciertam ente es el teórico del "E stado
el E stado de la F i l o s o f í a d e l d e r e c h o de Hegel (se tra ta del escrito ético". Muy brevem ente los dos elem entos principales de esta con­
de juventud. C r í t i c a d e l a f i l o s o f í a d e l d e r e c h o p ú b l i c o d e H e g e l , cepción negativa del E stado en M arx son: a ) la consideración del
escrita en 1843 y publicada p o r p rim era vez en 1927), no escribió E stado com o p u ra y sim ple su p erestru c tu ra que refleja la situación
ninguna o b ra dedicada expresam ente al problem a del E stado, tan de las relaciones sociales determ inadas p o r la base social, y b ) la
es así que la teoría política m arxista debe ser deducida de pasajes, identificación del E stado con el a p arato o los ap arato s de los que
generalm ente breves, tom ados de obras de econom ía, historia, po­ se vale la clase dom inante p a ra m an ten er su dom inio, razón p o r
lítica, lite ra tu ra , etc. La única ob ra general sobre el E stado es la la cual el fin del E stado no es un fin noble, com o la justicia, la
de Engels, E l o r i g e n d e l a f a m i l i a , l a p r o p i e d a d p r i v a d a y e l E s ­ libertad, el bienestar, etc., sino p u ra y sim plem ente es el interés
t a d o (1884), aunque el problem a que allí se tra ta es en gran p a rte específico de una p a rte de la sociedad, no el bien com ún, sino el
el de la form ación histórica del E stado y no el de la organización bien p a rtic u la r de quien gobierna que, com o hem os visto, siem pre
del poder político, que es el problem a central de la teoría política h a hecho co nsiderar un E stado que sea expresión de una form a
clásica. Además, m e parece que una razón intrínseca del escaso c o rru p ta de gobierno. Por lo que hace al p rim er punto, me lim ito
interés de M arx (y del m ism o Engels, aunque escribió una o b ra al siguiente fragm ento:
com pleta sobre el E stado) p o r la tipología de las form as de go­
L a v id a m a t e r ia l d e lo s h o m b r e s , q u e d e n in g u n a m a n e r a d e p e n d e
bierno radica en su característica concepción negativa del E stado.
d e s u p u r a v o lu n t a d , s u m o d o d e p r o d u c c ió n y la s r e la c io n e s q u e se
Ya indiqué en el capítulo v lo que entiendo p o r concepción negativa c o n d i c i o n a n m u t u a m e n t e , s o n la b a s e r e a l d e l E s t a d o , y c o n í i n ú n n
del E stado. Aquí preciso que la concepción negativa del E stado en s i é n d o l o e n t o d o s l o s e s t a d i o s e n l o s q u e t o d a v ía s o n n e c e s a r i a s la
M arx resu lta m ás evidente si se com para con la extrem adam ente d i v i s i o n d e l í r a b a j o y la p r o p ie d a d p r iv a d a [ . . . ] E s l a s r e l a c i o n e s

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170 MARX M ARX 171

reales de ninguna manera son creadas por el poder del Estado; más bierno, y sobre todo la distinción e n tre form as buenas y malas,
bien ellas son el poder que crea el Estado {Ideologia tedesca, Edi­ pierde gran p a rte de su im portancia; en una concepción negativa clcl
tori Riuniti, Roma, 1958, p. 324).* E stado, éste, cualquiera que sea la form a de gobierno, es siem pre
m alo. Lo que cuenta para M arx y Engels (lo m ism o que p ara Lcnin)
E n la ob ra siguiente, publicada en 1845, L a s a g r a d a fa m ilia , en
es la relación real de dom inio, que es la que hay entre la clase dom i­
polém ica con B runo B auer, M arx escribe:
nan te y la dom inada, cualquiera que sea la form a institucional
Sólo la s u p e r stic ió n p o lític a imagina todavía hoy que la vida civil con la que esté revestida esta relación. P or tan to , l a form a ins­
deba estar integrada al Estado, mientras al contrario es el Estado, titucional, cualquiera que sea, no cam bia sustancialm ente l a rea­
en realidad, el que está comprometido en la vida civil (Editori Riu­ lidad de la relación de dom inación que hunde sus raíces en la base
niti, Roma, p. 131). real de la sociedad, es decir, en las relaciones de producción. Desde
el p u n to de vista de las relaciones reales de dom inación, no de las
E stá claro que aquí M arx entiende p o r '"superstición po lítica'' aparentes (como están establecidas en las constituciones form ales,
toda concepción que p o r so b restim ar al E stado term inó p o r h a ­ o de cualquier m anera en las e stru ctu ras in stitu c io n a les), todo
cerlo un '"Dios terren al", al que debem os sacrificar incluso la vida E stado es una form a de despotism o. P ara d a r un ejem plo vcase cl
en nom bre del interés colectivo, que sólo el E stado falsam ente re­ siguiente fragm ento que se puede leer en una de las obras mar-
presenta. Si se to m a esta expresión en su significado profundo, xistas m ás ricas en destellos de teoría política:
se p o d ría decir que la teo ría del E stado de M arx rep resen ta el fin
de la superstición política (aunque no hay que olvidar a M aquia­ C i e r t a m e n t e la d e r r o t a d e l o s i n s u r r e c t o s d e j u n i o h a b í a p r e p a r a d o ,
velo, p a ra quien el E stado era, al igual que p a ra M arx, p u ra y a l l a n a d o , e l t e r r e n o e n q u e p o d í a c i m e n t a r s e y e r i g i r s e la r e p ú b lic a
sim plem ente u n in stru m en to de p o d e r). P resentam os la cita m ás b u r g u e s a ; p e r o , a l m is m o tie m p o , h a b ía p u e s t o d e m a n if ie s t o q u e en
E u r o p a s e v e n t i l a b a n o t r a s c u e s t i o n e s q u e l a d e la « r e p ú b l i c a o m o ­
conocida:
n a r q u ía » . H a b í a r e v e l a d o q u e a q u í r e p ú b l i c a b u r g u e s a e q u i v a l í a a
d e s p o t i s m o i l i m i t a d o d e u n a c l a s e s o b r e o t r a s {El 18 b ru m a rio de L u is
El conjunto de estas relaciones de producción es la estructura eco­ B o n a p a rte , c a p . i ) . *
nómica de la sociedad, la base real, sobre la que se eleva una super­
estructura jurídica y política y a la que corresponden formas sociales
determinadas de conciencia {Per la c ritic a della e c o n o m ía polític a, Después de lo que dije sobre el ''despotism o" com o categoría
P re fa zio n e, Editori Riuniti, Roma, p. 11).** histórica, e sta equiparación del concepto "república" con el de
"despotism o" suena extraña; pero de ninguna m anera lo es si s e
P or lo que se refiere al segundo punto, b aste el fam oso frag ­ tiene p resente que en este contexto "república" indica la form a
m ento del M a n ifie s to d e l P a r tid o C o m u n is ta (1848) : de gobierno, que com o tal es p u ra y sim plem ente el revestim iento
exterior, y "despotism o" señala la naturaleza de la relación real de
En sentido propio, el poder político es el poder de una clase orga­ dom inación, que se sirve de la form a institucional m ás adecuada
nizado para oprim ir con él a otra (cap. ii) .*** p a ra hacerse valer. Se puede observar que precisam ente en el e s c r i ­
to del que tom e la cita, M arx identifica una verdadera form a de
Como ya m o stré en el capítulo v, en una concepción negativa gobierno diferente del E stado representativo, o sea, el llam ado "bo­
del E stado el problem a de la diferenciación de las form as de go- n ap artism o ". E sta observación, aunque im p o rtan te y que debe te­
* P a r a la tr a d u c c ió n a l e s p a ñ o l d e e s t e fr a g m e n to m e a p o y o en : C. M a rx nerse m uy presente, no llega tan lejos p a ra poder dem ostrar que
y F . E n g e ls , La ideología alemana, E d ic io n e s d e C u ltu r a P o p u la r , M é x ic o , sea erró n ea la tesis de la irrelevancia de las form as de gobierno.
1977. [T .]
** P a r a la tr a d u c c ió n d e e s t e p a s a j e m e a p o y o en : C. M a r x , C ontribución
¿Qué es el "b o n ap artism o "? En un pasaje escrito algunos años m á s
a la crítica de la economía política, C o m u n ic a c ió n , M a d r id , 1970. [t .] tard e, Engels, después de re a firm a r la tesis de que el E stado es
*** P a r a la tr a d u c c ió n d e e s t e fr a g m e n t o m e b a s o en : C. M a r x y F. E n g e ls ,
“M a n ifie s to d e l P a r tid o C om u n ista'", C. M a r x y F . E n g e ls , Obras escogidas, * P a ra la ( la d u c c ió n d e e s l e fr a g m e n to m e a p o y o en: C. M a rx , "El d ie ­
P r o g r e s o , M o s c ú , 1973. [ t .] c io c h o h n n n a r io d e L u is B o n a p a r te " , ibid. [r.J
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el E stado de la clase m ás poderosa, agrega que en tiem pos excep­ papeles en el ám bito del m ism o E stado burgués. I'.u electo, Marx
cionales en los que las clases antagónicas tienen fuerzas casi iguales, considera que la novedad del gobierno b o n ap artista c’sla el hecho
el poder estatal puede asum ir el papel de m ediador entre las clases de que el poder ejecutivo cobra prepondcraiici;» sol)iv el legisla­
y a d q u irir una cierta ''au to n o m ía" fren te a am bas, y entre los tivo (lo que sucedió p o r ejem plo en Italia con el aclvi-niiniento del
ejem plos destaca ''el bo n ap artism o del prim ero y especialm ente del fascism o que desautorizó al p arlam ento para cxallai el |>otief del go­
segundo im perio que se valió del p ro letariad o co n tra la burguesía bierno y en p a rtic u la r del jefe del gobierno). M ieiilras en el E s­
y de la burguesía c o n tra el p ro letariad o " (L 'o r ig in e d e lla fa m ig lia , tado representativo el centro del poder estatal es el pailam ento,
d e lla p r o p ie tà p r iv a ta e d e llo s ta to . R inascita, Rom a, 1950, p. 172.)* del que depende el poder ejecutivo, en el E stado b o n ap artista el
Lo que Engels dice en este fragm ento sobre el b o napartism o hace poder ejecutivo m argina al poder legislativo y se apoya en el es­
p en sar en la m an era en la que fue in te rp re ta d a m uchas veces en pantoso cuerpo p a ra sita rio ” de la burocracia. Sin em bargo, este
el pasado la figura del tiran o clásico, considerado precisam ente cam bio de papeles no m odifica la naturaleza del !■ stailo que siem ­
com o aquel que tom a el p oder en un m om ento de graves conflictos pre es un E stado de clase y es, en cuanto E stado, el p o rta d o r de
sociales y se erige como á rb itro p o r encim a de las p artes en con­ un poder despótico. Para confirm ar la escasa relevancia de las fo r­
flicto. E n realidad, si se lee atentam ente el ensayo de M arx sobre m as de gobierno en la teo ría del E stado de Marx creo que no se
el golpe de E stado que llevó al p oder a Luis B onaparte (2 de di­ puede ad u cir una frase m ás elocuente que ésta:
ciem bre de 1851), resu lta difícil ver en la figura del sobrino de
N apoleón un á rb itro p o r encim a de las partes. Aun el d ictad o r es Por tanto, Francia sólo parece escapar al despotismo de una clase
para reincidir bajo el despotismo de un individuo (cap. vil).
un in stru m en to de la clase dom inante, la cual en m om entos de peli­
gro renuncia a su poder directo y se pone en m anos del salvador Lo que cam bia es el titu la r del p o d er político, m as no la n a tu ­
(la figura del bon ap artism o frecuentem ente ha sido citada en las raleza despótica del E stado. El E stado, cualquier E stado, p o r su
interpretaciones del fascism o). Me parece decisivo este pasaje: índole, en cuanto E stado, es despótico: al cam biar la fo rm a de go­
Por tanto, cuando la burguesía excomulga como socialista lo que bierno se m odifica la m an era de ejercer el poder, pero no la sus­
antes ensalzaba como liberal confiesa que su propio interés le ordena tancia de éste. En sum a, la categoría del despotism o, que h a sta
esquivar el peligro de su autogobierno, que para poder imponer la ah o ra indicó un tipo de E stado y com únm ente (con excepción
tranquilidad en el país tiene que imponérsela ante todo a su parla­ de los fisiócratas) un tipo degenerado de E stado, en el lenguaje de
mento burgués, que para m antener intacto su poder social tiene que M arx adquiere un sentido general y sirve p a ra indicar la esencia
quebrantar su poder político; que los individuos burgueses sólo pue­
den seguir explotando a otras clases y disfrutando apaciblemente de m ism a del E stado.
la propiedad, la familia, la religión y el orden bajo la condición E n el lenguaje m arxista el térm ino que ha tenido m ás éxito p ara
de que su clase sea condenada con las otras clases a la misma nuli­ indicar el dom inio de u n a clase sobre o tra no es ta n to "despo­
dad política; que, para salvar la bolsa, hay que renunciar a la corona tism o ”, que hem os visto lo usa M arx en los fragm entos citados,
(cap. iv). sino "d ic ta d u ra ” : las expresiones “ d ic ta d u ra de la b u rg u esía” y
" d ic tad u ra del p ro le ta ria d o ” se h an vuelto com unes en la teoría
P or consiguiente, con el ascenso del d ictador al p oder la b u r­ política m arxista p a ra designar respectivam ente al E stado burgués
guesía renuncia al p oder político, pero no al p o d er económ ico; se y al proletario. Parece que M arx usó p o r prim era vez la expresión
p o d ría decir que en ciertos m om entos de graves tensiones sociales, “d ic ta d u ra del p ro le ta ria d o ” en la c arta a Joseph W eydem cycr el
el único m edio que le queda a la clase dom inante p a ra m an ten er
5 de m arzo de 1852, en la que se reconoce el m érito de h a b er de­
su p o d er económ ico es la renuncia m om entánea, es decir, h a sta
m ostrado:
que el orden sea restablecido, a su poder político directo. Más que
u n a nueva form a de gobierno, el bo n ap artism o es un cam bio de . . . 1 ) q u e la e x i s t e n c i a d e l a s c l a s e s s ó l o v a u n i d a a d e t e r m i n a d a s
f a s í ’s l i i s l ó r i c a s d e d e s a r r o l l o d e la p r o d u c c i ó n ; 2 ) q u e la lu c h a d e
* P a r a la t r a d u c c ió n d e e s t e f r a g m e n to m e b a s o en : F. E n g e ls , ‘'E l o r ig e n
d e la fa m ilia , la p r o p ie d a d p r iv a d a y e l E sta d o " , ib id . [t .] c l a s e s t o i u l i i e e , n e c e s a r i a m e n t e , a la d i c t a d u r a d c l p r o l e t a r i a d o ; 3 ) q u e
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e s t a m i s m a d i c t a d u r a n o e s d e p o r s í m á s q u e e l t r á n s i t o h a c i a la nación que deriva de la fo rm a de producción, en cierto sentido


a b o l i c i ó n d e t o d a s la s c l a s e s y h a c i a u n a s o c i e d a d s i n c l a s e s * es indiferente p a ra la fo rm a de gobierno. E n o tra s palabras: la
eventual discontinuidad de las form as de gobierno no coincide con
E sta carta fue considerada p or Lenin en E l E s ta d o y la r e v o ­ la continuidad de la relación de dom inación, desde el m om ento
lu c ió n(1917) como uno de los docum entos m ás significativos de en que ésta siem pre encuentra, h a sta que no cam bian las relacio­
la teoría m arxista del Estado, y com entada con estas palabras: nes sociales, o sea, las relaciones subyacentes b a jo las form as po­
M a r x is t a s ó l o e s e l q u e h a c e e x t e n s i v o e l r e c o n o c i m i e n t o d e la lu c h a
líticas, la form a de gobierno adecuada p a ra su sustancia.
d e c l a s e s a l r e c o n o c i m i e n t o d e la d i c t a d u r a d e l p r o l e t a r i a d o . E n e l l o El desinterés de M arx p o r las form as de gobierno es confirm ado p o r
e s t r i b a la m á s p r o f u n d a d i f e r e n c i a e n t r e u n m a r x i s t a y u n p e q u e ñ o su filosofía de la h isto ria que prescinde com pletam ente de las for­
(o g r a n ) b u r g u é s a d o c e n a d o ( e d ic ió n d e S a m o n á e S a v e lli, 1972, m as de gobierno p a ra d eterm in ar las etapas del desarrollo histórico,
p á g in a 39).^^" a diferencia de las filosofías de la h isto ria an terio res (hasta H egel).
Ya en el siglo x v iii, en la m ism a o b ra de M ontesquieu, se expuso un
El com entario de Lenin concluye de la siguiente m anera:
criterio diferente con respecto a los diversos m om entos del d esarro ­
A d e m á s , la e s e n c i a d e la t e o r ía d e M a r x s o b r e e l E s t a d o s ó l o la llo h istórico prescindiendo com pletam ente de las form as de gobierno
a s i m i l a q u ie n h a y a c o m p r e n d i d o q u e la d i c t a d u r a d e u n a c l a s e e s y tom ó en cuenta exclusivam ente la variedad de los sistem as eco­
n e c e s a r ia , n o s ó lo p a r a to d a s o c ie d a d d e c la s e s e n g e n e r a l, n o s ó lo nóm icos: m e refiero a la distinción en tre pueblos salvajes (cazado­
p a r a e l p r o l e t a r i a d o d e s p u é s d e d e r r o c a r a la b u r g u e s í a , s i n o t a m ­ res) , b á rb a ro s (pastores) y civilizados (ag ricu lto res), que el m ism o
b i é n p a r a t o d o e l p e r i o d o h i s t ó r i c o q u e s e p a r a e l c a p i t a l i s m o d e la
M ontesquieu adoptó y com entó, sin relacionarla con la trip artició n
s o c ie d a d s in c la s e s , d e l c o m u n is m o . L a s fo r m a s d e lo s E s t a d o s b u r ­
g u e s e s s o n e x t r a o r d i n a r i a m e n t e d i v e r s a s , p e r o s u e s e n c i a e s la m i s ­
de las form as de gobierno:
m a: to d o s e s o s E sta d o s so n , b a jo u n a fo r m a o b a jo o tr a , p e r o , e n
ú l t i m a i n s t a n c i a , n e c e s a r i a m e n t e , u n a d i c t a d u r a d e la b u r g u e s í a . L a La diferencia entre los pueblos salvajes y los pueblos bárbaros es
tr a n s ic ió n d e l c a p ita lis m o al c o m u n is m o n o p u e d e , n a tu r a lm e n te , p o r que los prim eros son pequeñas naciones dispersas, imposibilitadas
m e n o s d e p r o p o r c io n a r u n a e n o r m e a b u n d a n c ia y d iv e r s id a d d e fo r ­ de reunirse por unas u otras razones, y los segundos son también
m a s p o l í t i c a s , p e r o la e s e n c i a d e t o d a s e l l a s s e r á , n e c e s a r i a m e n t e , pequeñas naciones que pueden reunirse. Los pueblos salvajes son ge­
u n a : la d i c t a d u r a d e l p r o l e t a r i a d o (p . 4 0 ) . neralm ente cazadores, los pueblos bárbaros suelen ser pastores (li­
bro XVIII, cap. 11).
P ara nuestros fines este fragm ento es im p o rtan te porque, aun
si se adm ite que "las form as de los E stados burgueses son e x tra ­ E n 1767 apareció la o b ra del escocés Adam Ferguson, E n s a y o s o b r e
o rdinariam ente diversas", y que la transición al com unism o "no la h is to r ia d e la s o c ie d a d c iv il, basado en gran p a rte en M ontes­
puede, naturalm ente, p o r m enos de pro p o rcio n ar una enorm e a b u n ­ quieu, que describía el desarrollo de la hum anidad en los tres m o­
dancia y diversidad de form as políticas", reconoce que a p esar m entos de las naciones salvajes, b á rb a ras y civiles, y se refería en
de ello el E stado esencialm ente siem pre es una d ictad u ra de clase, p rim e r lugar a las instituciones económ icas, y con p a rtic u la r m en­
en el p rim er caso de la burguesía, en el segundo del proletariado. ción a la propiedad. El nacim iento de la econom ía en el siglo x v í i i
Como se aprecia, lo que indiqué con respecto a las frases en las y de la sociología en el x ix contribuyó a observar la h isto ria dcl
que usé el térm ino "despotism o" es válido tam bién p a ra las frases progreso civil de la hum anidad m ás desde la perspectiva del sis­
en las que utilicé el térm ino considerado su sinónim o, aunque el tem a económ ico o del sistem a social que desde la óptica del siste­
significado de los dos es m uy diferente (pero p a ra ello véase el ca­ m a político. El criterio adoptado p o r M arx p a ra dividir las diversas
pítulo siguiente), "d ictad u ra": la relación fundam ental de dom i­ épocas históricas es, com o bien se sabe, el de la evolución de las
relaciones de producción, según la cual la hum anidad pasó de la
C. M a rx y F. E n g e ls , '‘C a rtas" , ib id . [t .] sociedad esclavista a la feudal, de la feudal a la burguesa, y estaría
** P a ra la tr a d u c c ió n al e s p a ñ o l d e e s t e y el s ig u ie n t e fr a g m e n t o m e
a p o y o en L en in : "E l E s ta d o y la r e v o lu c ió n " , V. I. L e n in , O b r a s e s c o g id a s ,
destinada a tra n s ita r de la sociedad burguesa a la socialista (luego
P r o g r e s o , M o sc ú , 1980. [t.J conuinisfa). Lo que queda en M arx de las filosofías de la h isto ria
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precedentes es la in terp retació n sustancialm ente eurocèntrica de Y esta constitución gentilicia, con todas sus puerilidades y con toda
la historia, que relega al m undo oriental en un lugar aparte, carac­ su simplicidad: jes una constitución maravillosa! (Rinascita, p. 98).
terizado p o r la inm ovilidad. Como se sabe, M arx considera al lado
En consecuencia:
de los m odos de producción esclavista, feudal y capitalista, al
''m odo de producción asiático", del que escribe: De esta manera aparecían los hombres y la sociedad antes de que
apareciera la división en clases diferentes. Y si comparamos su si­
El organismo productivo simple de estas comunidades autosuficien- tuación con la de la inmensa mayoría de los hombres civilizados de
tes [habla de las comunidades agrícolas indias] que se reproducen hoy, la distancia es enorme entre el proletariado y el pequeño cam­
constantemente de la misma manera, y, cuando por el azar son des­ pesino de hoy y el miembro libre de la antigua ge n s (p. 99).
truidas, se reconstruyen en el mismo lugar y con el mismo nombre,
nos da la pauta para entender el secreto de la in m u ta b ilid a d de las He aquí la form a en que Engels describe idílicam ente la vida
so cied ad es asiáticas, que contrasta radicalmente con la disolución
constante y la reforma permanente de los E s ta d o s asiáticos y con el de los pueblos prim itivos (retom a el tem a del siglo x v iii de ca­
incesante cambio de las dinastías (II capitale, I, 2, Rinascita, p. 58). rá c te r roussoniano del "buen salv aje"):

Por lo que respecta al E stado y su evolución, el libro de Engels Sin soldados, gendarmes o policías, sin nobles, rey, lugartenientes,
prefectos o jueces, sin prisiones y procesos, todo sigue su curso re­
ya citado sobre el origen de la fam ilia y del E stado, que resum e y gular. Todo litigio o pleito son decididos por la colectividad de aque­
am plía las conclusiones a las que llegó el antropólogo n o rteam e­ llos a los que la cosa interesa, por la g e ns o tribu, o por las g e n te s
ricano Lewis M organ en el libro L a s o c ie d a d a n tig u a (1877), p re ­ [ . . . ] Aunque los asuntos comunes fuesen mucho más numerosos
senta una línea evolutiva de la h isto ria de la hum anidad dividida de lo que son hoy (la administración es común a una serie de fa­
en tres m om entos. En origen el hom bre se reunió en grupos gen­ milias y es comunista; el suelo es propiedad de la tribu, sólo los
tilicios que tuvieron una organización com unitaria y fam iliar, no huertos son confiados provisionalmente a las administraciones do­
mésticas) , sin embargo no es necesaria ni la sombra de nuestro vasto
conocieron ni la propiedad ni la división del tra b a jo y no tuvieron y complicado aparato administrativo. Los interesados deciden y en
nada que ver con el tipo de organización social basada en la divi­ la mayor parte de los casos la costumbre secular regula cualquier
sión de clases antagónicas y en la dom inación de una clase sobre cosa. No puede haber pobres y necesitados: la administración co­
o tra que conocem os con el nom bre de "E stado". P or consiguiente, m unista y la ge ns conocen sus obligaciones para con los viejos, los
en un principio se encuentra la fase que podem os llam ar "p rees­ enfermos y los incapacitados de guerra. Todos son iguales y libres,
incluso las mujeres (p. 98).
tatal", que corresponde al estado de n atu raleza de los iu sn a tu ra ­
listas, a la condición fam iliar de Vico, a la época de los salvajes Presenté todo este pasaje porque las características que Engels
de M ontesquieu y sus seguidores. Luego viene la fase estatal que atribuye a las sociedades p rim itivas son las m ism as que to d a la
todavía dura y que, con respecto a la fase p reestatal, es b ajo cierto trad ició n m arx ista asigna a la sociedad sin E stado que deberá
aspecto una época de decadencia, de la que la hum an id ad p o d rá realizar el com unism o; o sea, la falta de un p oder coactivo y re­
salir únicam ente al d ar un salto cualitativo de la fase estatal a la presivo ("sin soldados, gendarm es", etc.), la ausencia del a p arato
de disolución del E stado, es decir, a la fase posestatal m ediante el adm in istrativ o ("no es necesaria ni la som bra", etc.) —aquella ca­
llam ado "E stado de transición" que extinguirá pau latin am en te las rencia de a p arato adm inistrativo que según Lenin p o d rá realizarse
instituciones políticas. En el siguiente fragm ento se c o n stata que cuando aún la cocinera pueda a ten d e r los asuntos de E stado— , la
Engels, sugestionado p o r M organ, que exaltó la libertad, la igual­ falta de leyes y su sustitución p o r las costum bres ("la costum bre
dad y la frate rn id a d de las antiguas g e n s , consideró a la m an era de secular regula cualquier c o sa " ), y finalm ente la lib ertad y la igual­
R ousseau el paso de las sociedades prim itivas a la sociedad divi­ dad de todos ("todos son iguales y lib res").
dida en clases como una decadencia y p o r consiguiente com o el En consecuencia, la fase e statal es in term edia en tre la fase p re ­
inicio de un largo periodo de corrupción: estatal irrem ediablem ente superada y la posestatal que debe venir.
¿Pci'o c(')nu) se articu la esta larga fase del E stado? T anto Vico com o
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Hegel, para dar los ejem plos m ás destacados de una filosofía de la decir que M arx tom ó de la experiencia de la Com una la idea de
histo ria que abarca todo el curso histórico de la hum anidad, p a r­ que el E stado proletario, es decir, el E stado como "dom inación
tieron de una fase p reestatal (la condición fam iliar p ara Vico, los organizada del p ro letariad o ", co n tra p o n d ría a la dem ocracia rep re­
salvajes del África negra para Hegel); pero cuando tuvieron que sentativa del E stado burgués la dem ocracia directa, es decir, la
reco rrer la fase del E stado, utilizaron, p ara dividir las épocas, la participación de los ciudadanos en las diversas sedes en las cuales
distinción de las form as de gobierno (república aristo crática, re­ se ejerce el poder, no filtra d a a través de rep resen tan tes p o r muy
pública dem ocrática, m onarquía: Vico; despotism o, república, m o­ librem ente elegidos que hayan sido. La dem ocracia d irecta fue el
narquía: H egel). Engels, no. Leamos este pasaje: ideal de Rousseau, quien al c ritic a r el sistem a representativo b ri­
tánico, afirm ó que el pueblo inglés "piensa que es libre y se enga­
E l E s t a d o , e n c u a n t o n a c i ó d e la n e c e s i d a d d e f r e n a r l o s a n t a g o n i s ­ ña, lo es solam ente d u ran te la elección de los m iem bros del P arla­
m o s d e c la s e , p e r o a l m is m o a p a r e c ió e n m e d io d e l c o n f lic t o d e e s t a s m ento: ta n p ro n to como éstos son elegidos, vuelve a ser esclavo, no
c l a s e s , e s , p o r r e g la g e n e r a l , e l E s t a d o d e la c l a s e m á s p o d e r o s a ,
e c o n ó m ic a m e n t e d o m in a n te q u e , p o r su m e d ia c ió n , se v u e lv e ta m b ié n
es n ad a" { C o n tr a to so c ia l, H I, 15). Es probable que M arx tuviese
p o lít ic a m e n t e d o m in a n te y d e e s t a m a n e r a a d q u ie r e u n n u e v o in s ­ en m ente la dem ocracia en el sentido roussoniano cuando en su
t r u m e n t o p a r a s o m e t e r y e x p l o t a r a la c l a s e o p r i m i d a . A s í c o m o e l ob ra juvenil. C r ític a d e la filo s o fía d e l d e r e c h o p ú b lic o d e H e g e l,
E s ta d o a n tig u o fu e s o b r e to d o e l E s ta d o d e lo s p o s e e d o r e s d e e s ­ co n trap u so el ideal de la dem ocracia, que dice es "el enigm a re­
c la v o s p a r a m a n te n e r s o m e t id o s a é s t o s , a s í ta m b ié n e l E s ta d o fe u d a l suelto p o r todas las constituciones", al ideal hegeliano de la m onar­
f u e e l ó r g a n o d e la n o b l e z a p a r a m a n t e n e r s o m e t i d o s a l o s c a m p e ­
quía constitucional. C iertam ente, al hacer el elogio del gobierno de
s in o s , s ie r v o s o v in c u la d o s , ig u a lm e n te e l m o d e r n o E s ta d o r e p r e s e n ­
t a t i v o e s e l i n s t r u m e n t o p a r a la e x p l o t a c i ó n d e l t r a b a j o a s a l a r i a d o
la Com una, ejem p lar aunque fuese efím ero, M arx tiende a resaltar
p o r p a r t e d e l c a p i t a l (p . 1 7 2 ). sobre todo el ejercicio directo del pueblo en los diversos niveles
del p o d er estatal, en las diferentes funciones gubernam entales.
De los tres tipos de E stado que Engels enum era sólo el tercero, Efectivam ente, después de decir que la Com una fue la antítesis
el E stado representativo, puede ser considerado com o u n a form a directa del Im perio (es decir de la form a de E stado que le sugi­
de gobierno, los otros dos, el esclavista y el feudal, no son tipos de riero n las páginas sobre el "b o n a p a rtism o " ), enum era algunos rasgos
E stado caracterizados p o r su form a de gobierno, sino p o r el tipo del breve gobierno de la Com una que le parecieron una innova­
de sociedad de la que son reflejo, o m ejor dicho del tipo de rela­ ción radical fren te a las form as de gobierno anteriores. E stos rasgos
ciones de producción (la relación entre am o y esclavos o en tre no­ son: 1) supresión del ejército perm anente, sustituido p o r el pueblo
bleza y cam pesinos), que ellos, en cuanto E stados, tienen la m isión arm ado; 2) elección p o r sufragio universal de los consejeros m u­
de perp etu ar. Me parece que no hay necesidad de re a firm a r que nicipales, responsables y revocables en cualquier m om ento, y tra n s­
en la teoría m arx-engelsiana del E stado las tipologías de las fo r­ form ación de la Com una en un lugar de tra b a jo , al m ism o tiem po
m as de gobierno, que d u ran te siglos fueron utilizadas p a ra señalar ejecutivo y legislativo; 3) privación a la policía de sus atribuciones
el ritm o de la historia, perdieron todo valor. políticas y su conversión en in stru m en to responsable de la Com u­
P ara term in ar, ¿existe en M arx un uso prescriptivo de la teo ría na; 4) lo m ism o p a ra la adm inistración pública, con una d rástica
de las form as de gobierno? En o tras palabras: ¿se p resen ta en reducción de los sueldos (a salarios de o b rero s); 5) disolución y
M arx, al m enos p a ra el fu tu ro E stado, el problem a de la "m e jo r" expropiación de todas las "iglesias en cuanto entes poseedores";
form a de gobierno? Aunque tan to Marx como Engels siem pre fue­ 6) a p e rtu ra g ra tu ita p ara el pueblo de todos los in stitu to s de ense­
ron m uy avaros al d a r indicaciones sobre la condición del E stado ñanza, y 7) m agistrados y jueces elegidos, responsables y revoca­
fu tu ro , se pueden to m ar algunas sugerencias, y efectivam ente han bles com o todos los dem ás funcionarios públicos. El ejem plo de
sido tom adas (piénsese en el Lenin de E l E s ta d o y la r e v o lu c ió n y la C om una de París debería haberse extendido a todos los entes
de los escritos y discursos de los prim eros m eses de la revolu­ locales franceses, de suerte que el viejo gobierno centralizado dicia
ción), de las páginas que M arx escribió sobre la experiencia de paso al "autogobierno de los productores". De his com unas debe­
gobierno de la Com una de París (m arzo-mayo de 1871). Se suele rían haberse dirigido hacia el centro los delegados de las provincias
180 M ARX M ARX 181

p a ra tr a ta r asuntos de interés nacional, pero de tal m anera que no cía p ro le ta ria ”, incluso el “E stado (fuerza especial p ara la represión
se pudiese re c o n stitu ir un p arlam en to central soberano, sino que de una determ inada clase) ” en “algo que ya no es p ropiam ente un
solam ente se form ase una sede de reunión de los delegados locales E sta d o ” (ed. cit., p. 50).
p a ra la discusión de los asuntos nacionales. Me parece que los p rin ­ C iertam ente p ara M arx la m ejo r form a de gobierno es, a dife­
cipales tem as de la "m ejo r" form a de gobierno de acuerdo con rencia de todos los escritores anteriores, la que perm ite el proceso
M arx pueden ser resum idos de la siguiente m anera: a) supresión de extinción de cualquier posible form a de gobierno, es decir, que da
de los llam ados "cuerpos separados" (como el ejército y la p o lic ía ), lugar a la transform ación de la sociedad e statal en una sociedad
y su transform ación en m ilicias populares; b) transform ación de no estatal. A esta form a de gobierno corresponde el E stado que Marx
la adm inistración pública, de la "b u ro cracia" (contra la que M arx llam a “ E stado de tra n sició n ” (o sea, de transición del E stado al
escribió desde su ju v en tu d páginas feroces), en cuerpo de agentes n o -E stad o ), y desde el pu n to de vista del dom inio de clase es el
responsables y revocables al servicio del p o d er popular; c) am plia periodo de la "d ic tad u ra del p ro le ta ria d o ”. P ara decirlo con las pala­
ción del principio de elección y p o r ta n to de la representación b ra s que M arx usa en la C r ític a a l p r o g r a m a d e G o th a :
(siem pre revocable) a o tras funciones com o la del juez; d ) elim i­
nación de la prohibición de m andato im perativo (que era un ins­ E n t r e la s o c ie d a d c a p it a lis t a y la c o m u n is t a e s t á e l p e r io d o d e la
t r a n s f o r m a c ió n r e v o lu c io n a r ia d e u n a e n o tr a . A é l c o r r e s p o n d e u n
titu to clásico de las prim eras constituciones liberales) e institución p e r io d o p o lít ic o d e t r a n s ic ió n , c u y o E s t a d o n o p u e d e s e r o t r o m á s
p a ra todos los elegidos del m andato im perativo, es decir, de la q u e la d ic ta d u ra revoluc io n a ria d e l p r o le ta ria d o *
obligación de atenerse a las instrucciones recibidas p o r los electo­
res b a jo la pena de revocación (allí donde existe la prohibición O con las p alab ras de Engels (todavía una ú ltim a c ita ), quien
de m an d ato im perativo, com o en n u e stra constitución, artículo 67, en la introducción a una reedición de los escritos m arxistas sobre
el elegido puede d e ja r de ser reelegido pero no puede ser revocado la guerira civil en F rancia concluye con estas palabras:
d u ra n te todo el periodo que dure la legislatura),* y e) am plia des­
centralización, de m anera que se reduzca al m ínim o el poder cen tral Ú lt im a m e n t e la s p a la b a r s d ic t a d u r a d e l p r o le t a r ia d o h a n v u e lt o a
s u m ir e n s a n t o h o r r o r a l f i l i s t e o s o c ia ld e m ó c r a t a . P u e s b ie n , c a b a ­
del E stado.
l le r o s , ¿ q u e r é is s a b e r q u é fa z p r e s e n t a , e s t a d ic t a d u r a ? M ir a d a la
H an sido vertidos ríos de tin ta sobre estas sum arias indicaciones C o m u n a d e P a r ís : ¡h e a h í la d ic t a d u r a d e l p r o le ta r ia d o ! ( c it a d o d e
de Marx. B aste decir aquí que lo que M arx propone no es ta n to C. M a r x y F . E n g e ls , II p a r tito e l'in te rn a zio n a le , R in a s c it a , R o m a ,
la dem ocracia directa, en el sentido estricto de la palabra, o sea, la 1 948, p . 1 4 2 ).* *
form a de dem ocracia en la que cada cual p articip a personalm ente
en la deliberación colectiva (com o sucede en el referén d u m ), sino
la dem ocracia electiva con revocación de m andato, esto es, la form a
de dem ocracia en la que el elegido tiene u n m andato lim itado p o r
las instrucciones recibidas de los electores y es rem ovido de su
cargo en caso de inobservancia. Las indicaciones sum arias pero
agudas de M arx fueron hechas célebres p o r la inspiración que de
ellas sacó Lenin en el fuego de la revolución: un capítulo de E l
E s ta d o y la r e v o lu c ió n está dedicado a com entar las páginas m ar-
xistas sobre la Com una. E n estas páginas Lenin ve "en principio
la grandiosa sustitución de un tipo de institución p o r instituciones
d iferen tes”, o sea, u ñ a dem ocracia "realizada integral y coherente­
* P a r a la tr a d u c c ió n d e e s t e p a s a j e m e a p o y o en : C. M a rx, " C r ític a d e l
m en te” p a ra tra n sfo rm a r la “dem ocracia b u rg u esa” en "dem ocra- p r o g r a m a d e G o th a ”, e n C. M arx y F. E n g e ls , o p . c it. [T .]
** I iilr o d u c c ió n d e F. E n g e ls a C. M a r x , "La g u e r r a c iv il e n F r a n cia " ,
* S e r e f ie r e e l a u to r a la c o n s t it u c ió n it a lia n a . [E .] ihid. (T.)
IN T E R M E D IO S O B R E LA D IC T A D U R A 183

a d p o p u l u m , y el im p e r i u m m ilitia e , que e ra el m ando ejercido


X IV . IN T E R M E D IO SO BR E LA D IC T A D U R A fu e ra de los m uros y en cuanto ta l e stab a caracterizado p o r la
disolución de cualquier lím ite de índole constitucional. Lo excep­
cional del po d er del d ictad o r ten ía su contrapeso en la temporeili-
C o m o vim os en el capítulo an terio r, “despotism o” y "d ic ta d u ra ” dad: el d ictad o r era nom brado solam ente m ien tras d u ra ra su m i­
son usados, en el lenguaje m arxista, com o sinónim o en las dos sión e x trao rd in aria que no p asab a de seis m eses o perm aneciera
expresiones "despotism o de clase” y "d ic tad u ra de clase”; pero, en su cargo el cónsul que lo había nom brado. Así pues, el dictador
com o hem os advertido, "d ic ta d u ra ” term inó p o r prevalecer; ta n es era u n m agistrado ex traordinario, pero perfectam ente legítim o,
así que hoy no sólo en el lenguaje com ún sino tam bién en el téc­ porque su institución estaba prevista en la constitución y su p oder
nico, de los tre s térm inos que la trad ició n nos legó p a ra señalar ex trao rd in ario lo ju stificab a el "estado de necesidad” (jurídica­
u n gobierno absoluto, exclusivo, personal, m oral y ju ríd icam en te m ente el "estado de necesidad” es u n “hecho n o rm ativ o ”; es decir,
reprobable, " tira n ía ”, "despotism o” y "d ic ta d u ra ”, los prim eros un hecho que suspende una situación ju ríd ica a n te rio r o que da
dos cayeron en desuso y al c o n trario el tercero es utilizado y apli­ lugar a u n a condición ju ríd ica n u e v a ). Las características de la dic­
cado continuam ente en las m ás diferentes situaciones. Se com enzó ta d u ra ro m an a pueden ser resum idas brevem ente de la siguiente
a h a b la r de d ictad u ra a p ropósito del fascism o italiano, del nazis­ m anera: a) estado de necesidad con respecto a la legitim ación;
m o alem án, del estalinism o, y luego p au latin am en te de todos los b ) c arác te r excepcional de los poderes que consiste sobre todo
regím enes —h a sta el de los coroneles griegos o el del general Pino­ en la suspensión de las g aran tías constitucionales o rd in arias; c ) uni­
chet en Chile— en los que el régim en constitucional a n te rio r fue dad de m ando (el d ictad o r siem pre es una perso n a cuyo p oder
destru id o p o r m edio de la fuerza y, después de la conquista del sustituye a cualquier form a de p o d er colegiado), y d ) tem poralidad
E stad o p o r p a rte de un grupo arm ado, el p o d er continúa ejercién­ del cargo. De esta m an era la d ic ta d u ra es una m a g istra tu ra mono-
dose p o r m edio de la violencia al su p rim ir todas las libertades ci­ crática, con poderes ex trao rd in ario s pero legítim os (o sea, co n sti
viles y políticas. E n 1936 Elie Halévy podía definir la época en que tucionales), y lim itad a en el tiem po. E stas características nos per­
vivía com o "la era de las tira n ía s”, pero hoy ninguno u saría esta m iten d istin g u ir conceptualm ente la d ic ta d u ra de la tira n ía y del
expresión p a ra n o m b ra r las dos décadas que co rren en tre las dos despotism o, que en el lenguaje com ún frecuentem ente son confun
grandes guerras m undiales: aquellos regím enes que Halévy llam a­ didos: la tira n ía es m onocrática, tiene poderes ex traordinarios
b a (quizá m ás ap ropiadam ente de acuerdo con el uso histórico) pero no es legítim a y tam poco es necesariam ente tem poral; e
" tira n ía s ”, ah o ra h an pasado a la h isto ria con el n om bre de "dic­ despotism o es m onocrático, tiene poderes excepcionales, es legítim o
tad u ras". pero no tem p o ral (al c o n trario es un régim en de larga duración)
Tam bién " d ic ta d u ra ” es un térm ino, com o tira n ía y despotism o, E stas tres form as tienen en com ún la índole m onocrática y el
que nos llega de la antigüedad clásica, si bien del m undo rom ano c arác te r absoluto del poder; pero la tiran ía y la d ictad u ra se diferen­
y no del griego. E n Rom a se llam ó "d ic ta d o r” a un m agistrado cian con base en la legitim idad (la d ictad u ra tiene u n a p latafo rm a
ex traordinario, in stitu id o alrededor del año 500 a.c. y que duró de legitim idad de la que la tiran ía adolece); despotism o y dicta­
h a sta finales del siglo ii d.c., que era nom inado p o r uno de los d u ra se distinguen con respecto al fundam ento de legitim idad (que
cónsules en condiciones ex traordinarias, com o u n a situación de gue­ es histórico-geográfico p a ra el despotism o, el estado de necesidad
r r a { d ic ta to r r e i p u b lic a e g e r u n d a e c a u sa ) o el apaciguam iento de p a ra la d ic ta d u ra). Por últim o, la d ic ta d u ra se distingue ta n to de
u n a rebelión { d ic ta to r s e d it io n is s e d a n d a e c a u s a ) . Dado lo excep­ la tira n ía com o del despotism o p o r la tem poralidad. ■"
cional de la situación, al d ictad o r se le oto rg ab an poderes ex trao r­ Precisam ente la n aturaleza tem p o ral de la d ic ta d u ra hizo que
dinarios que consistían sobre todo en la disolución de la distinción siem pre fuese diferenciada de la tira n ía y del despotism o com o una
e n tre el i m p e r i u m d o m i, que era el m ando (soberano) ejercido form a p o s itiv a de gobierno, y que p o r ta n to jam ás haya sido con­
d en tro de los m uros de la ciudad, y en cuanto tal som etido a lí­ fundida con las form as co rru p ta s o negativas, com o puede ser de­
m ites que hoy llam aríam os constitucionales, com o la p r o v o c a tio mos! lad o por estas rápidas referencias históricas, para las que me
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184 IN T E R M E D IO S O B R E LA D IC T A D U R A IN T E R M E D IO S O B R E LA D IC T A D U R A 185

sirvo de dos autores ya conocidos, M aquiavelo y Bodino, y tam bién conforme a las leyes. Así se ve que durante larguísimo tiempo, todos
de R ousseau (que es el gran ausente de nu estro cu rso ). los dictadores hicieron en Roma gran bien a la república (ib id ,).
En un capítulo de los D is c u r s o s (cap. xxxiv del libro I ) , titulado
significativam ente "La au to rid ad d ictatorial benefició y no dañó E n el capítulo v ii hice m ención del ejem plo que B odino p resenta
a la república rom ana", M aquiavelo p rim eram ente critica a los del d ictad o r rom ano p a ra distin g u ir el p o d er soberano del que
que sostuvieron que la d ictad u ra fue la causa "con el tiem po de la no es soberano con base en la característica de la perpetuidad.
tiran ía de Rom a". La causa de la tiran ía (se refiere a César) no fue Como uno de los rasgos de la soberanía es la p erp etu id ad , el dic­
la d ictad u ra en sí m ism a, sino que se debió a la prolongación de los ta d o r rom ano, en cuanto e ra u n m agistrado p o r tiem po determ i­
cargos de dictador m ás allá de los lím ites de tiem po establecidos: nado, no podía llam arse d eten tad o r del p o d er soberano (que en
es conocido que Sila fue el prim ero en hacerse a trib u ir una dic­ cam bio p ertenecía a quien o a quienes nom inaban al d ictad o r).
ta d u ra especial (r e i p u b lic a e c o n s titu e n d a e ) y perp etu a (que desem ­ Cito textualm ente:
peñó de 82 a 79 a .c .), y César se hizo nom inar d ictador p o r tiem po
indeterm inado en 48 a.c. y en 46, d ictad o r anual p o r la duración De ello deriva que el dictador romano no era ni príncipe ni magis­
trado soberano, como muchos han escrito, y no disponía más que
de diez años. Al desaparecer su carácter peculiar que era la tem po­ de una comisión con un fin determinado, conducir una guerra, re­
ralidad, la función de la d ictad u ra se m odificó. M aquiavelo tuvo prim ir una revuelta, reform ar el Estado o instituir nuevos magis­
plena conciencia de este carácter y lo resaltó con su acostum brada trados; m ientras la soberanía no está limitada, ni en el poder, ni en
agudeza: las tareas ni por tiempo determinado (libro I, cap. viii).

La dictadura era un cargo temporal y no perpetuo; nombrábase dic­ Bodino, al igual que M aquiavelo, respondió a quienes oponían
tador para resolver determinado conflicto y hasta que desapareciera; a la b ondad de esta m a g istra tu ra el ejem plo de Sila, que "no se
su poder alcanzaba a determ inar por sí mismo los remedios al u r­ tra ta b a ni de una ley ni de u n a d ictad u ra, sino de u n a cruel tira ­
gente peligro, a ponerlos en práctica sin necesidad de consulta, y a
castigar sin apelación; pero no podía hacer cosa alguna que a lterase nía", y a p e sa r de ello el m ism o Sila renunció al cargo después
las in s titu c io n e s del E sta d o , como lo sería privar de su autoridad al de c u atro años y siem pre perm itió que los trib u n o s se opusieran
senado o al pueblo, o derogar la antigua constitución política para librem ente. Al h a b la r de "com isión p a ra u n fin preciso", B odino
establecer otra nueva (D iscorsi, libro I, cap. xxxiv). resaltó que u n a de las características de la d ic ta d u ra no es sola­
m ente la lim itación tem poral, sino tam bién la que existe en cuanto
Sobre todo en este fragm ento M aquiavelo subraya, com o ya lo a la extensión del poder, y que e sta lim itación consiste en el hecho
indicó Cari Schm itt (L a d itta tu r a , trad . italiana, L aterza, B ari, de que el dictador, com o bien lo observó M aquiavelo, ejerció su
1971, p. 19), un aspecto del poder del d ictador que a b o rd a rán todos p o d er en el ám bito de la función ejecutiva y no en la legislativa.
los defensores de esta institución, esto es, que el d ictad o r no puede R ousseau dedicó todo u n capítulo del C o n tr a to s o c ia l a la dic­
hacer nada que "alterase las instituciones del E stado", lo que quie­ ta d u ra ; p a rte de la ju s ta consideración de tipo general (Rousseau,
re decir que su poder está lim itado p o r la función ejecutiva y no se a diferencia de los escritores de política y de h isto ria, com o Ma­
extiende a la legislativa. En o tras p alabras: el d ictad o r tiene el quiavelo y Bodino, siem pre p a rte de posiciones de principio) de
p oder de suspender m om entáneam ente las leyes vigentes, pero no que las leyes no pueden prever todo y que p o r ta n to es posible que
tiene la capacidad de m odificarlas y m ucho m enos de cam biar se p resen ten casos excepcionales en los que sea conveniente suspen­
la constitución del Estado. Como se indicó, el juicio de M aquia­ der m om entáneam ente su efecto. Él afirm a: "E n estos casos raro s
velo sobre la d ictad u ra rom ana es altam ente positivo: y m anifiestos, se provee a la seguridad pública p o r un acto p a r­
ticular, que entrega el cargo en m anos del m ás digno." E sta dele­
Y es notorio que el dictador, cuando llegó a serlo por legal nombra­
gación puede suceder en dos form as: al a u m en tar la a u to rid a d del
miento y no por autoridad propia, siempre hizo bien a Roma. Per­
judican a las repúblicas las magistraturas creadas y la autoridad gobierno legítim o, y en este caso no se alte ra la au to rid ad de las
concebida por procedimientos extraordinarios; pero no si lo han sido leyes, sino lan sólo la form a de su adm inistración; o, cuando el
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peligro sea tal que el a p arato de las leyes constituya u n obstáculo bién la d ic ta d u ra soberana (que S ch m itt llam a así p o rq u e el dicta­
p a ra la acción, al n o m b ra r un jefe suprem o (y es el caso del dic­ do r en este caso tiene el p o d er soberano y no solam ente el de un
tad o r) que “haga callar las leyes y suspenda tem poralm ente la au­ com isario) nace de un estado de necesidad, y se propone ser desde
to rid ad so b eran a” : el inicio u n p o d er excepcional y p o r su índole tem p o ral (y p o r
esto, a p e sa r de todo, le queda el nom bre de " d ic ta d u ra ”); pero
La suspensión así de la autoridad legislativa no la deroga. El ma­ la m isión que se le atribuye o que se atrib u y e es m ucho m ás am ­
gistrado que la hace callar, no puede hacerla hablar; la domina sin
plia: no es solam ente rem ed iar u n a crisis parcial del E stado, como
representarla. Puede hacerlo todo menos dar leyes (libro IV, cap. v).
puede ser u n a g u erra o u n a rebelión, sino resolver im a crisis total,
Como se aprecia, R ousseau insiste p articu larm en te en el carácter es decir, la que pone en tela de juicio la existencia del E stado, com o
m eram ente ejecutivo de la d ictad u ra al decir que el d ictad o r puede puede ser u n a g u erra civil, que se suele lla m a r "revolucionaria”.
h acer callar a las leyes (o sea, puede suspender tem poralm ente su M ientras el d ictad o r com isario perm anece d en tro de los lím ites de
validez); pero no puede hacerlas h ab lar, esto es, no tiene el p oder la constitución, el d ictad o r soberano pone en juego to d a la consti­
de em itir nuevas leyes. En efecto, concluye, el d ictad o r puede hacer­ tución preexistente y se atribuye la ta re a ex tra o rd in a ria de crear una
lo todo “m enos d a r leyes”. El o tro pu n to en el que R ousseau se nueva; el d ictad o r com isario es c o n s ti tu id o , el d ictad o r soberano
detiene es la tem poralidad. E n la conclusión del capítulo escribe: es c o n s titu y e n te ] el p rim ero recibe su p o d er de la a u to rid a d cons­
titu id a, el segundo es el p ro d u cto de u n a a u to in v estid u ra (o de una
Por lo demás, cualquiera que sea la manera como se confiera esta investidura sim bólicam ente, pero sólo sim bólicam ente, p o p u la r). El
im portante comisión, conviene fijar su duración con un término muy caso que S chm itt cita com o ejem plo de d ic ta d u ra soberana es el
corto e improrrogable. En las crisis en las cuales la dictadura se de la Convención nacional que decidió el 10 de o ctu b re de 1793
impone, el Estado perece o se salva en breve tiempo. Pasada la ne­
cesidad urgente, la dictadura conviértese en tiránica o inútil (ib id .). suspender la constitución de 1793 (que ya no volvió a regir) y e sta­
bleció que el gobierno provisional francés fuese "revolucionario”
La h isto ria de la d ictad u ra “ejecutiva”, com o la hem os visto en h a sta que no se hubiese alcanzado la paz. El gran h isto ria d o r de la
M aquiavelo, B odino y R ousseau, no es m ás que una p a rte de la Revolución francesa, George Lefebvre, p re sen ta sistem áticam ente
h isto ria de esta m a g istra tu ra . A hora es necesario, en la segunda los elem entos esenciales del "gobierno revolucionario”, con el que la
p a rte de esta h isto ria, h acer referencia a la lectu ra m arx ista p a ra revolución respondió al peligro externo e interno, al escrib ir que
a c la ra r el concepto de dictadura. Como ya indiqué en el capítulo este gobierno "fue concebido ju ríd icam en te com o u n régim en p ro ­
sobre Bodino, Cari S chm itt p a rte de la definición de la d ictad u ra visional destinado a te rm in a r apenas fuese ap ro b a d a la nueva
com o “com isión” y de la contráposición que el m ism o B odino es­ co n stitu ció n ”, y "tam b ién fue u n régim en de guerra, encam inado
tablece e n tre p e rp etu id ad del p o d er soberano y tem p o ralid ad del a defender la revolución c o n tra el enem igo in tern o y ex tem o p o r
p o d er d ictatorial, p a ra así llam ar a la d ic ta d u ra trad icio n al “dic­ m edio de disposiciones excepcionales que suspendieron los dere­
ta d u ra com isaria”, y distinguirla de o tra form a de d ic ta d u ra que se chos del hom bre y del ciu d ad an o ” (L a r iv o íu z io n e fr ú n c e s e , trad.
desarro lla con la Revolución francesa a la que llam a "so b e ra n a ” en italiana, E inaudi, T urín, 1958, p. 364). No hay duda sobre la con­
cuanto no es solam ente com isaria o ejecutiva. S chm itt explica que, tin u id ad e n tre la d ic ta d u ra clásica o com isaria y la d ictad u ra
m ien tras la d ic ta d u ra com isaria se lim ita a suspender concreta­ soberana, y en este caso revolucionaria (porque u n a d ic ta d u ra sobe­
m ente la constitución p a ra defender su existencia, "la d ictad u ra ra n a puede ser tam bién co n trarrev o lu cio n aria): tam bién esta se­
soberana ve en todo el ordenam iento existente u n estado de cosas gunda p resen ta m uy claram ente las dos características de ser ex­
que debe ser cam biado com pletam ente con su acción”, y p o r ta n to cepcional y tem poral, aunque se tra te de u n a tem poralidad cuyos
"no suspende u n a constitución vigente apoyándose en u n derecho lím ites no e stán preestablecidos. P or lo dem ás, el c a rá c te r excep­
em anado de ella, y p o r ello m ism o constitucional, sino que tiende cional y tem p o ral son dos a trib u to s íntim am ente vinculados: una
a c re a r u n a condición en la que sea posible im poner u n a consti­ situación excepcional p o r principio es considerada com o tem poral.
tución au tén tica según su propio c rite rio ” (o p . c it., p. 149). T am ­ Un gobierno excepcional, com o p o r ejem plo uno revolucionario,
188 IN T E R M E D IO S O B R E LA D IC T A D U R A IN T E R M E D IO S O B R E LA D IC T A D U R A 189

al surgir siem pre es un gobierno provisional (aunque de hecho lo anuncia directam ente la teoría m arxista y leninista de la dicta­
provisional está destinado a prolongarse en el tiem po, o sea, a dura, es el que nos hacen d a r los desafortunados antecesores de
tran sfo rm arse, aunque parezca un juego de palabras, en algo p ro ­ una revolución ya no burguesa sino socialista e igualitaria, Babeuf,
visional p e rm a n e n te ). Lo que distingue la d ictad u ra soberana de la B u o n arro ti y com pañeros, los pro tag o n istas de la Conspiración de
com isaria es ante todo la p érd id a del c arác te r m onocrático: la dic­ los iguales (9-10 de septiem bre de 1795). En el libro F ilip p o B u o ­
ta d u ra jacobina, aunque sobresale la figura de R obespierre, no es n a r r o ti e i r iv o lu z io n a r i d e lV O tto c e n to , el h isto ria d o r A. G alante
la d ictad u ra de una persona, sino de un grupo revolucionario, con­ G arrone escribe que, de acuerdo con el estado actual de las inves­
cretam ente del Com ité de salud pública. E sta disociación en tre el tigaciones, parece que los Iguales se decidieron " p o r un gobierno
concepto de d ictad u ra y el de p o d er m onocrático, que se p resenta revolucionario de pocos hom bres, apoyados p o r el pueblo e inves­
p o r m edio de la in terp retació n del gobierno provisional revolucio­ tido de poderes dictatoriales, debido al peligro inm inente de la
nario com o dictadura, indica el paso del uso clásico del concepto insurrección, h asta in stitu ir una condición constitucional estable"
al uso m arxista, engelsiano y leninista, que in tro d u jo y divulgó la (E inaudi, T urín, 1951, p. 312). De acuerdo con S chm itt, una d icta­
expresión ''d ic ta d u ra de la burguesía" y "d ic tad u ra del p ro le ta ria ­ d u ra concebida de esta m anera evidentem ente es una d ictad u ra so­
do", con lo cual no entiendo el dom inio exclusivo de una persona berana. El m ism o au to r, al tr a ta r de p recisar el pensam iento de
ni tam poco de un grupo de personas, sino el de to d a u n a clase so­ B u o n arro ti (que se volverá al final de su vida el h isto ria d o r y
cial. La segunda y m ás im p o rtan te característica que distingue a la teórico de la secta, con el libro C o n s p ir a tio n p o u r V é g a lité d ite d e
d ictad u ra com isaria de la soberana es la am p litu d del poder, que B a b u e f, 1830, que recientem ente se tra d u jo al italiano, con una in­
ya no es solam ente un poder circunscrito a la ejecución de un m an­ troducción de G. M anacorda, E inaudi, T urín, 1971), escribe que
dato aunque sea extraordinario, sino que se extiende al p o d er de en este p en sad o r era m uy clara "la idea de que después de la revo­
in tro d u cir nuevas leyes e incluso una nueva constitución, si bien en lución debe h ab er un periodo tra n sito rio en el que los poderes son
el caso específico del gobierno revolucionario francés éste tiende asum idos de m anera d ictato rial p o r los pocos hom bres que enca­
a presen tarse com o u n a dictad u ra en el sentido clásico de la p ala­ bezaron la revolución; y que, p o r ten er que ser ésta una revolución
b ra , y en consecuencia como un gobierno que no cancela sino no sólo política sino tam bién social, e incluso la ú ltim a de las
suspende excepcional y provisionalm ente las garantías constituciona­ revoluciones, la d ictad u ra revolucionaria debe d u ra r h a sta que se
les. Tam bién es necesario decir que p o r m ucho que la diferencia en­ hayan establecido y consolidado las nuevas instituciones igualita­
tre la d ictad u ra com isaria y la soberana —que es la diferencia ria s" (p. 313). En un breve texto de B u onarroti, presentado p or
en tre la d ictad u ra clásica y la m oderna, en tre una d ictad u ra cons­ G alante G arrone com o anexo, las tesis de la d ictad u ra p a ra el
titucional y constituida, y una extraconstitucional y constituyente— pueblo (¿o s o b r e el pueblo?) son m o strad as de una m anera tan
sea clara en ab stracto , de hecho los lím ites en tre una y o tra no son clara que parecen (a quien piense en tan to s acontecim ientos de la
fáciles de establecer siem pre. Me parece indudable que desde el h isto ria del m ovim iento obrero h a sta Lenin) provocadoras. T ra­
p u n to de vista de la dictad u ra clásica, la d ictad u ra soberana, sea duzco un fragm ento de un enorm e significado:
revolucionaria o contrarrevolucionaria, ya no es u n a d ictadura, sino
una form a de gobierno diferente a la que los clásicos dieron el Para superar estas dificultades [o sea las que se le presentan a la
revolución] es necesaria la fuerza de todos. P e r o e s t a f u e r z a g e n e r a l
nom bre (considerado com o un nom bre odioso y p o r ta n to m al e s n u la s i n o e s tá d ir ig id a p o r u n a v o lu n ta d fu e r te , c o n s ta n te , ilu m i­
aceptado p o r los dictadores m odernos) de "tira n ía ". C uando el n a d a e i n m u t a b l e [ . . . ] ¿Puede tenerse la libertad al día siguiente
dictador, aprovechándose del p oder que le fue conferido, se adueña de la insurrección? No, sólo se puede tener una esperanza bien fun­
de un po d er m ayor que el que le fue atribuido, se ap ro p ia del p o d er dada [ . . . ] S o n n e c e s a r i a s m u c h a s r e f o r m a s a n t e s d e q u e la v o l u n t a d
g e n e r a l p u e d a s e r e x p r e s a d a y r e c o n o c i d a . Antes de que estas refor­
soberano, p a ra un e scrito r clásico ya no es un d ictad o r sino un
mas sean realizadas el pueblo no puede percibir ni declarar la vo­
tiran o (Sila y César, de acuerdo con lo que dijim os de M aquiavelo, luntad general (pp. 495-496, las cursivas son mías).
son ejem plos válidos).
Un paso adelante en la h isto ria de la d ictad u ra m oderna, que
190 IN T E R M E D IO S O B R E LA D IC T A D U R A

Y é sta es la conclusión:
NOTA
A s í p u e s , la e x p e r ie n c ia h a d e m o s t r a d o : 1) q u e e l r e y y lo s p r iv ile g ia ­
d o s s o n m a lo s d ir e c t o r e s d e la r e v o lu c ió n p o p u la r ; 2 ) q u e e l p u e b lo
e s in c a p a z d e r e g e n e r a r s e p o r s í m i s m o y d e d e s ig n a r a la s p e r s o n a s
q u e d e b e n d ir ig ir s u r e g e n e r a c ió n ; 3 ) q u e a n t e s d e p e n s a r e n u n a Doy las gracias sinceram ente a la d octora A driana Pistoi, quien
c o n s t i t u c i ó n y e n le y e s f ij a s e s n e c e s a r i o e s t a b l e c e r u n g o b i e r n o r e ­ tom ó m is lecciones con sus apuntes constantes y cuidadosos p a ra
f o r m a d o r o r e v o l u c i o n a r i o c o n b a s e s d i f e r e n t e s d e la s d e u n a l i b e r ­ p ro porcionarm e de esta m anera gran p a rte del m aterial que u tili­
t a d r e g u l a r y p a c i f i c a . ¿ C ó m o s e o r g a n iz a r á e l g o b ie r n o r e v o lu c io ­ cé p a ra elab o rar este escrito. Tam bién doy las gracias a m i asis­
n a r io d e lo s s a b i o s p a r a lo g r a r h a c e r lo s a g r a d a b le s a l p u e b lo ? E s
tente, el do cto r M ichelangelo Bovero, p o r la contribución que brin d ó
im p e r a t iv o d a r a e s e g o b ie r n o u n a o r g a n iz a c ió n id ó n e a p a r a la s
f u n c io n e s q u e d e b e c u m p lir . E s t a s f u n c io n e s s o n d e n a tu r a le z a d if e ­ p a ra a cla ra r los conceptos expuestos en el curso, sea con sus lec­
r e n t e : d e b e d ir ig ir t o d a la f u e r z a n a c io n a l c o n t r a l o s e n e m ig o s e x ­ ciones com plem entarias, sea con el punzante estím ulo de sus co­
t e r n o s e in t e r n o s ; c r e a r y e s t a b le c e r la s in s t it u c i o n e s p o r m e d io d e m entarios a m is lecciones.
la s c u a le s e l p u e b lo s e r á im p e r c e p t ib le m e n t e c o n d u c id o a e j e r c e r N. B.
r e a lm e n t e la s o b e r a n ía ; p r e p a r a r la c o n s t i t u c i ó n p o p u la r q u e d e b e
c o m p le t a r y c o n c lu ir la r e v o lu c ió n (p p . 4 9 7-49 8, la s c u r s iv a s s o n m í a s ) .

Si el fragm ento no fuese suficientem ente claro, nad a m ejo r que


esta ú ltim a m isión: "p re p a ra r la constitución", que puede ser to ­
m ada com o u n a confirm ación de la índole específica de la d icta­
d u ra soberana, es decir, de la d ictad u ra que asum e p o r sí m ism a
el p o d er fundam ental, del que dependen todos los dem as poderes,
y en consecuencia es el p o d er soberano p o r excelencia, el p o d er
constituyente. Pero el com entario no e sta ría com pleto si no se
dijese que algunas frases, com o en la que se habla de u n a voluntad
''ilu m in ad a" o en la que se denom ina "sabios" a los hom bres del
gobierno revolucionario, nos sugieren relacionar la idea de la dic­
ta d u ra revolucionaria con la del despotism o ilu strad o , que, com o
hem os visto, había tenido efecto en tre algunos "sabios" de la época
ilum inista. Me parece indudable que hay u n nexo e n tre el despo­
tism o en su sentido positivo y la d ictad u ra que siem pre tuvo u n a
connotación positiva; en cam bio, dejo con m ucho gusto al juicio
del " trib u n a l de la h isto ria " (como h u b iera dicho Hegel) que lo
haya tam b ién con la "tiran ía".

191
ÍN D IC E

7
P r ó l o g o ...................................
9
I n t r o d u c c i ó n .............................
15
I. U n a c é le b r e d is c u s ió n
21
II. P l a t ó n .............................
25
El hom bre tim ocrático .
25
El hom bre oligárquico . 25
El hom bre dem ocrático.
26
El hom bre tiránico . .
33
III. A r i s t ó t e l e s ...............................................
44
IV. P o l i b i o ....................................................
54
Anexo ....................................................
57
V. I n t e r m e d i o ..............................................
64
VI. M a q u i a v e l o ..............................................
80
V II. B o d i n o ....................................................
95
V III. H o b b e s ....................................................
108
IX . V i c o ..........................................................
122
X. M o n t e s q u i e u .........................................
138
XI. I n t e r m e d i o s o b r e e l d e s p o ti s m o . .
147
X II. H e g e l .........................................................
La m onarquía constitucional: Hegel y ]>/Iontesquieu . 161

168
X III. M a r x ..............................................
182
XIV. I n t e r m e d i o s o b r e la d ic ta d u r a .
191
N o ta
191
- ;-l
V
“’ ' " - Vi ,

ÍN D IC E ’

P r ó l o g o ............................................................................................. 7

I n t r o d u c c i ó n ....................................................................................... 9

I. U na c é le b r e d i s c u s i ó n .................................................... 15

II. P l a t ó n ................................... .............................................. 21


El hom bre tim o c r á tic o .................................................... 25
El hom bre o l i g á r q u i c o .................................................... 25
El hom bre d em o crático .................................................... 25
El hom bre t i r á n i c o .......................................................... 26

III. A r i s t ó t e l e s ............................................................................33

IV. P o l i b i o ................................................................................. 44
A n e x o ................................................................................. 54

V. I n t e r m e d i o ............................................................................57

VI. M a q u i a v e l o ............................................................................64

V II. B o d i n o ................................................................................. 80

V III. H o b b e s ................................................................................. 95

IX . V i c o ....................................................................................... 108

X. M o n t e s q u i e u ......................................................................122

X I. I n t e r m e d i o s o b r e e l d e s p o ti s m o . ..............................138

X II. H e g e l ......................................................... ............................ 147


La m o n arq u ía constitucional: Hegel y M ontesquieu . ,161

X III. M a r x ....................................................................................... 168

XIV. I n t e r m e d i o s o b r e la d i c t a d u r a .........................................182

N o t a ................................................................................................... 191
19 .-?
E ste lib r o se te r m in ó d e im p r im ir y e n c u a ­
d ern a r en el m es d e e n e r o d e 2 0 0 6 en Im p re­
sora y E n cuad ern a dora P rogreso, S. A. d e C. V.
( i e p s a ) , C alz. d e San L o r e n z o , 244; 0 9 8 3 0
M éx ico , D. F. Se tiraron 3 0 0 0 ejem p la res.
O TRO S T ÍTU LO S D E LA

SECCIÓN DE POLITICA Y DERECHO

A lm in o , J o áo . L a e d a d p r e s e n t e . T i e m p o , a u t o n o m í a y r e p r e s e n t a c i ó n e n la
p o lític a ,
B ro d ie, B ern a rd . G u e r r a y p o l í t i c a ,
B u rk e, E d m u n d o . T e x t o s p o l í t i c o s .
C am p, R o d er ic Ai. L a f o r m a c i ó n d e u n g o b e r n a n t e .
C am p, R o d eric Ai. L í d e r e s p o l í t i c o s d e M é x ic o . S u e d u c a c i ó n y r e c l u t a m i e n t o .
C árdena s d e O jed a, O lga. T o x i c o n o m í a y n a r c o t r á f i c o ,
C arly le, A lex a n d er J a m e s. L a l i b e r t a d p o l í t i c a . H i s t o r i a d e s u c o n c e p t o e n
la E d a d M e d ia y e n lo s t i e m p o s m o d e r n o s ,
C laval, P au l. E s p a c i o y p o d e r ,
C olliard , C laude-A lbert. I n s t i t u c i o n e s d e r e la c io n e s i n t e r n a c i o n a l e s .
C ollier, D av id . E l n u e v o a u t o r i t a r i s m o ,
C o n n ell-S m ith , G ord on. L o s E s t a d o s U n id o s y la A m é r i c a L a t i n a ,
C o n n ell-S m ith , G ord on. E l s i s t e m a i n t e r a m e r i c a n o ,
D a vis, J. C. U to p ia y la s o c i e d a d id e a l. E s t u d i o d e la l i t e r a t u r a u t ó p i c a i n ­
g le s a , 1516-1700,
D E R E C H O e c o n ó m i c o in t e r n a c i o n a l ,
D eu tsc h , K arl W o lfg an g. L a s n a c i o n e s e n c r is is ,
D e u tsc h , K arl W o lfga ng . P o lític a y g o b ie r n o ,
D u v erg er, M a urice. L o s p a r t i d o s p o l í t i c o s ,
F ig g is, J o h n N e v ille. E l d e r e c h o d i v i n o d e l o s r e y e s y t r e s e n s a y o s a d ic io n a le s .
F in er, S. E. P o lític a d e a d v e r s a r i o s y r e f o r m a e le c to r a l.
G a rcía R o b les, A lfo n so . 338 d í a s d e T la te lo lc o ,
G leije se s, P iero . L a c r i s i s d o m i n i c a n a ,
H a m ilto n , A lex an der; J a m e s M a d iso n y J o h n Jay. E l f e d e r a l i s t a ,
H eller , H erm a n n . T e o r í a d e l E s t a d o ,
H er m et, G uy. ¿ P a r a q u é s i r v e n la s e le c c io n e s ?
H o fs ta d te r , R ich ard . L a t r a d i c i ó n p o l í t i c a n o r t e a m e r i c a n a y lo s h o m b r e s q u e
la f o r m a r o n ,
H o b b es , T h o m a s, L e v i a t á n ,
H o u n , F ra n k lin W illin gto n . B r e v e h i s t o r i a d e l c o m u n i s m o c h in o ,
H u g h es, C h arles E v a n s. L a S u p r e m a C o r te d e E s t a d o s U n id o s ,
H u m b o ld t, G u illerm o de. E s c r i t o s p o l í t i c o s .
J U S T I C I A e c o n ó m i c a in t e r n a c i o n a l . ^
K elly , R o b ert. E l m o d e l o c u l t u r a l e n la p o l í t i c a n o r t e a m e r i c a n a ,
K rip p en d o rf, E k k en a . E l s i s t e m a i n t e r n a c i o n a l ,
K rip p en d o rf, E k k en a . L a s r e la c io n e s in t e r n a c i o n a l e s .
L acro ix, B ern a rd . D u r k h e i m y l o p o l í t i c o .
L achs, M a n fred . E l d e r e c h o d e l e s p a c io u l t r a t e r r e s t r e .
L ip set, S ey m o u r M. P o lític a d e la s i n r a z ó n .
L ira G on zález, A n drés. E l a m p a r o c o l o n ia l y e l j u i c i o d e a m p a r o m e x i c a n o .
L ó p e z P in a , A n to n io . L a c o n s t i t u c i ó n d e la m o n a r q u í a p a r l a m e n t a r i a ,
M a g u ir e , J o h n M . M a r x y s u t e o r í a d e la p o lític a ,
M a n n , F. A. E l a s p e c t o le g a l d e l d in e r o ,
M a n g a b e ir a , U n g e r R o b e r to . C o n o c i m i e n t o y p o lític a .
M a n s fie ld , H a r v e y . M a q u ia v e lo y lo s p r i n c i p i o s d e la p o l í t i c a m o d e r n a . U n
e s t u d i o d e lo s D i s c u r s o s d e T i t o L iv io ,
M a y e r, J a c o b P e te r . T r a y e c t o r i a d e l p e n s a m i e n t o p o lític o ,
M o o n e y , M ic h a e l. L o s h u m M u is ta s y la p o lític a ,
N eu m a n n , Franz. B e h e m o th .
N o v o a M o n r e a l, E d u a r d o . N a c i o n a l i z a c i ó n y r e c u p e r a c i ó n d e r e c u r s o s n a ­
t u r a l e s a n t e la le y in t e r n a c i o n a l .
O s m a n c z y k , E d m u n d o J a n . E n c i c l o p e d i a m u n d i a l d e r e l a c io n e s i n t e r n a c i o n a ­
le s y N a c i o n e s U n id a s ,
P a in e , T h o m a s . L o s d e r e c h o s d e l h o m b r e ,
P la m e n a tz , J. P. C o n s e n t i m i e n t o , l i b e r t a d y o b lig a c ió n p o lític a .
R e y e s H e r o le s , J e s ú s . E l l i b e r a l i s m o m e x i c a n o . (3 v o ls .)
R o th , D a v id F. y W ils o n F r a n k L. E s t u d i o c o m p a r a t i v o d e la p o lític a ,
R o w a t, D o n a ld C a m e r o n . E l O m b u d s m a n . E l d e f e n s o r d e l c iu d a d a n o ,
R u s to w , D a n k w a r t A le x a n d e r . F i l ó s o f o s y e s t a d i s t a s ,
S a b in e , G e o r g e H . H i s t o r i a d e la t e o r ía p o lític a .
S a r to r i, G io v a n n i. L a p o lític a . L ó g ic a y m é t o d o e n la s c ie n c ia s s o c ia le s .
S c h le ife r , J a m e s T. C ó m o n a c ió ' ‘L a d e m o c r a c i a e n A m é r i c a ” d e T o c q u e v i l l e ,
S e a r a V á z q u e z , M o d e s to . T r a t a d o g e n e r a l d e la o r g a n i z a c i ó n i n t e r n a c i o n a l ,
S k in n e r , Q u e n tin . L o s f u n d a m e n t o s d e l p e n s a m i e n t o p o l í t i c o m o d e r n o . E l
R e n a c im ie n to ,
S k o c p o l, T h e d a . L o s E s t a d o s y la s r e v o l u c i o n e s s o c ia le s .
S m ith , T o n y . L o s m o d e l o s d e i m p e r i a l i s m o . E s t a d o s U n id o s , G r a n B r e t a ñ a
y e l m u n d o t a r d í a m e n t e i n d u s t r i a l i z a d o d e s d e 1815,
S o le r , S e b a s tiá n . L a s p a l a b r a s d e la le y ,
S o r e n s e n , M a x. M a n u a l d e D e r e c h o I n t e r n a c i o n a l P ú b lic o .
T o llo , M a n u e l. L a p o l í t i c a e x t e r i o r d e M é x ic o (1970-1974).
T o c q u e v ille , A le x is d e. L a d e m o c r a c i a e n A m é r ic a .
V a r g a s C a rr eñ o , E d m u n d o . A m é r i c a L a t i n a y e l d e r e c h o d e l m a r ,
W a ld h e im , K u r t. E l d e s a f í o d e la p a z .
W ich, R ic h a r d . L a c r i s i s p o l í t i c a c h in o - s o v ié tic a .
Z a c k lin , R a lp h . E l d e r e c h o d e l m a r .
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curso impartido por Norberto Bobbio en la Fa­
cultad de Ciencias Políticas de la Universidad de
Turín durante 1975-1976. Bobbio concibe la filo­
sofia politica corno la disciplina dedicada a estu­
diar los temas recurrentes que integran una teoría
general de la política.
Entre estos temas destaca la tipología de las formas de gobierno. El
autor analiza el tema en los pensadores más representativos, desde la
Grecia clásica hasta la época contemporánea; Platón, Aristóteles, Poli­
bio, Maquiavelo, Bodino, Hobbes, Vico, Montesquieu, Hegel, Marx.
Bobbio se refiere al doble uso de esta tipología: el sistemático, que
consiste en ordenar los datos recopilados, y el axiológico, que jerar­
quiza y valora dichos datos. La teoría de las formas de gobierno en la
historia del pensamiento politico contempla ambas perspectivas y pre­
senta una visión histórica y conceptualmente rigurosa del pensamiento
político.

Norberto Bobbio (18 de octubre de 1909), filósofo y jurista, profesor de filosofía


del derecho y filosofía política, es uno de los más reconocidos pensadores contem ­

poráneos en el tema de la democracia y los conflictos internacionales. En los años


setenta fom entó el debate en la izquierda italiana para favorecer su transformación
dentro de una línea democrática; fia incursionado también en el estudio del papel de
los intelectuales en la política.

Del mismo autor, el f ce ha publicado: El futuro de la demacrada; Thomas Hobbes;


El existenaahsmo; Estado, gobierno y sociedad: por una teoría general de la política;
Liberalismo y democracia; Perfil ideológico del siglo xx en Italia; Sociedad y Estado en
la filosofía política moderna (con Michelangelo Bovero); Ni con Marx ni contra Marx;
La izquierda en la era del Karaoke (FCE-Argentina), y una antología a cargo de José
Fernández Santillán titulada Norberto Bobbio: el filósofo y la política.

III

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