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Originariamente tenía el nombre de Pita y alcanzó gran notoriedad en el mundo helénico desde mediados
del siglo VIII a. C.
Índice
Etimología
Delfos
Pita
Orígenes del santuario
Funcionamiento del oráculo en época clásica
Pitia o Pitonisa
Oráculos de Creso
Sibila
El recinto del santuario o témenos
Las divinidades
El ónfalos
Historia del santuario
Apogeo
Catástrofes en el siglo IV a. C.
Siglo III y siglo II a. C.
Decadencia
Fin del culto
Las excavaciones
Véase también
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos
Etimología
Delfos
Hay diversas propuestas acerca del origen del topónimo de Delfos. Una de ellas propone que viene de
Delfino (Δελφινης), que era el nombre del dragón mitológico que custodiaba el oráculo antes de la llegada
de Apolo.1 También se ha escrito que su origen parte de un mito según el cual Apolo se convirtió en delfín
para atraer a un barco cretense, del que quería utilizar a la gente como sacerdotes; los cretenses
desembarcaron y fundaron Crisa y se les encargó ser sacerdotes del templo y que adorasen al dios bajo el
nombre de "Apolo Delfinio" para rememorar su conversión en delfín.2 Al templo de Apolo se le llamó
igualmente Delfinion (Δελφίνιoν).
Pita
El santuario se construyó en el lugar conocido en la Antigüedad como Pito, nombre que en griego presenta
dos formas (ambas femeninas): Πυθώ, -οῦς y Πυθών, -ῶνος (Homero. Il. 2.519 y 9.405; Od.8.80). Este
nombre (que carece de etimología aceptada) se relaciona con el de la gran serpiente o dragón que, según la
mitología, vigilaba el oráculo primitivo (véase el siguiente apartado). En la Antigüedad se intentó dar una
etimología al nombre de Pito que lo relacionara con las funciones del santuario. A estos intentos de
etimología popular se refieren su relación con el verbo "pythomai" (πύτωμαι) = "pudrir", que se
relacionaría con el hecho de que Apolo habría dejado pudrirse a la serpiente tras haberla matado; o con el
verbo pynthanomai (πυνθάνομαι) = "informarse, aprender" que se referiría a las funciones del propio
oráculo.
Del término "Pitón" provienen los de "pitia" (Πυθία) o "pitonisa", nombre de las sacerdotisas del templo,
que interpretaban las respuestas.
Por otra parte, el nombre de Pito se relaciona en la mitología con el de una gran serpiente o dragón Pitón
hijo de la diosa Gea (la Tierra) que vigilaba un oráculo consagrado a su madre, o bien era compartido por
Poseidón y Gea. Una tradición indica que Gea cedió a Temis su parte y esta lo regaló a Apolo. Por otra
parte, Poseidón intercambió la suya con Apolo por Calauria.6 Sin embargo, la versión más difundida dice
que, con el fin de establecer su propio oráculo con el que guiar a los hombres, Apolo mató a Pitón con su
arco y tomó posesión del oráculo. Para establecer el culto del nuevo santuario desvió un barco de
sacerdotes cretenses (cf. Himno Homérico a Apolo).
Pitia o Pitonisa
Los consultantes eran de todo tipo, desde grandes reyes hasta gente
pobre. En primer lugar se purificaban con agua de las fuentes de
Delfos y a continuación se establecía un orden de consulta. El
derecho de preferencia del que gozaban algunos de ellos se
denominaba promanteia. Una vez establecido el orden se pagaban
las tasas correspondientes, luego ofrecían un sacrificio en el altar
que había delante del templo y por último el consultante se
presentaba ante la Pitia y hacía sus consultas oralmente, según se
cree.
Una vez inspirada, la pitia daba respuestas (el verdadero oráculo) y posiblemente —aunque las fuentes no
son claras en este aspecto— un sacerdote las interpretaba y escribía en forma de verso, que después se
entregaba al consultante.
Se estima que este y otros sistemas de adivinación eran considerados por los griegos de la Antigüedad
como medios válidos y útiles de tener una conexión con sus divinidades, por lo que el oráculo fue
respetado durante más de mil años.
Los trabajos arqueológicos y geológicos realizados en el siglo xix por los primeros excavadores en la zona
del templo de Apolo no encontraron debajo del templo la grieta profunda de que se habla en la leyenda
pero, tras una revisión de la geología del lugar a finales del siglo xx, se ha encontrado que justo debajo del
templo de Apolo se cruzan dos fallas geológicas y que por las fisuras que hay en las rocas ubicadas bajo el
templo se pueden filtrar gases como etano, metano y etileno que podrían provocar que una persona entrara
en un estado parecido al trance.7
Oráculos de Creso
Creso (560-546 a. C.) fue el último rey de Lidia. Se cuenta (en Heródoto: Historia I, 53 y en Cicerón:
Sobre la adivinación II, 115, 11) de él que en una ocasión envió una consulta al oráculo, pues se estaba
preparando para invadir el territorio persa y quería saber si el momento era propicio. El oráculo fue así: ἤν
στρατεύηται ἐπὶ Πέρσας, μεγάλην ἀρχήν μιν καταλύσειν / Croesus Halyn penetrans magnam pervertet
opum vim / "Creso, si cruzas el río Halys (que hace frontera entre Lidia y Persia), destruirás un gran
imperio". La respuesta se interpretó como favorable y dando por hecho que el gran imperio era el de los
persas. Pero el “gran imperio” que se destruyó en aquel encuentro fue el suyo, y Lidia pasó a poder de los
persas. Esto es un ejemplo de la ambigüedad en las respuestas. Muchas de ellas fueron recogidas por
autores clásicos. En realidad el oráculo no trataba de adivinar los hechos, sino de dar buenos consejos, cosa
que no era demasiado difícil, ya que en el santuario se disponía de la última noticia y de los últimos
acontecimientos del mundo conocido.
Según Jenofonte, ante una consulta del mismo rey acerca de cómo podría pasar el resto de su vida del
modo más felizmente posible se le respondió: "Si te conoces a ti mismo, Creso, realizarás la travesía
felizmente".8 Esta máxima se basa en la idea que para conseguir la felicidad y la autoestima hay que
conocer los propios límites y aceptarlos.
Sibila
Según algunas tradiciones, la primera pitia o pitonisa que actuó en el oráculo de Delfos se llamaba Sibila, y
su nombre se generalizó y se siguió utilizando como nominativo de esta profesión. Ni Homero ni Hesíodo
hablan de las sibilas; su nombre aparece por primera vez en el siglo vi a. C. y es el filósofo Heráclito de
Éfeso (544-484 a. C.) el primer informador de estos personajes. Se pensaba que las sibilas eran oriundas de
Asia y que en cierto modo sustituyeron a las antiguas pitias.
Una cerca sagrada llamada períbola rodeaba todo el enclave del santuario. En la esquina sureste del recinto
comenzaba la vía sacra que iba subiendo montaña arriba, serpenteando y pasando por delante de pequeñas
edificaciones llamadas tesoros y de diversos monumentos, hasta llegar al templo del oráculo, templo de
Apolo y continuando hasta el estadio en lo más alto. El peregrino accedía por la puerta principal de esta vía
sagrada.
En el valle pueden verse cientos de olivos plantados, cuya extensión llega hasta el golfo de Corinto. Se dice
que es el mayor olivar del mundo.
Los llamados tesoros (gr. θεσαυρυς, pronúnciase "tesaurus") eran pequeñas capillas donde se guardaban
los exvotos y las donaciones que frecuentemente eran muy ricas y valiosas, verdaderas joyas. Se sabe que
existían todas estas capillas:
Tesoro de Siracusa
Tesoro de Cirene
Tesoro de Cnido
Tesoro de Sifnos
Tesoro de Sición
Tesoro de Tebas
Tesoro de Corinto
Tesoro de los etruscos
Tesoro de los atenienses
(que es el único restaurado).
Las divinidades
Apolo Pitio era el dios
principal del santuario. Pero
en los meses de invierno
tomaba protagonismo el dios Plano del santuario de Apolo Pitio
Dioniso porque Apolo se
marchaba al paraíso
septentrional. Por esta razón se hizo una ornamentación distinta en los tímpanos del gran
templo. En el tímpano del este se esculpió la tríada apolínea (Apolo, Artemisa y Leto) y en el
del oeste el tiaso, que era la reunión de fieles que celebraban el culto a Dionisos.
El santuario de Atenea Pronea se encontraba en la terraza de Marmaria, hacia la parte de
abajo. Pronea significa "la que está antes del templo". En esta terraza había dos templos
dóricos, uno en honor a Atenea y otro para Artemisa, estaba también el tesoro eólico
(llamado tesoro de Masalia, actual Marsella) y el tesoro dórico. Allí estaba junto con estos
edificios el tholos o rotonda de columnas del siglo iv a. C., cuyas ruinas quedan aún en pie.
Durante el siglo v a. C. se estableció el culto a Asclepio (patrón importante de la medicina,
hijo de Apolo).
El ónfalos
El ónfalos es el ombligo del mundo. La leyenda cuenta que el dios Zeus mandó volar a dos águilas desde
dos puntos opuestos del Universo. Las águilas llegaron a encontrarse aquí, en Delfos, donde una piedra
cónica llamada ónfalos señala el lugar. La piedra, en forma de medio huevo, fue descubierta durante las
excavaciones cerca del templo de Apolo.
Estas piedras que representan el ombligo del mundo eran un símbolo del
centro, del lugar donde empezaría la creación del mundo. Al colocarlas en un
determinado espacio, lo sacralizaba y lo convertía en el centro religioso. En el
caso del ónfalos de Delfos, así fue y este santuario se convirtió en el ombligo o
centro religioso de toda Grecia.
La arqueología demuestra que en esta época ya era famoso el nombre de Apolo no solo en el lugar, sino en
tierras lejanas. Los exvotos sacados a la luz en las excavaciones son muy significativos: Renombre de
Apolo Pitio que era famoso en lugares remotos, caballos de Tesalia, trípodes del Peloponeso, soportes de
recipientes de Creta, etc.
Pasado el tiempo fueron aumentando las ofrendas, sobre todo los exvotos de bronce. Se han encontrado
escudos cretenses, cascos corintios, calderos con cabezas de grifos llegados desde Samos y el Peloponeso y
estatuillas diversas.
Apogeo
A finales del siglo vii a. C. ya se construyen templos especiales para Apolo y Atenea; son de piedra, con
columnas dóricas. Sus restos, pasado el tiempo, sirvieron para construir nuevos templos.
A comienzos del siglo vi a. C. tuvieron lugar dos acontecimientos que influyeron bastante en la evolución
del santuario de Delfos. Uno fue la instalación en Delfos de la anfictionía y el otro, la reorganización de los
Juegos Píticos.
La anfictionía era una liga religiosa que agrupaba 12 pueblos (no ciudades), casi todos de la Grecia central.
Tenía sus reuniones en el santuario de Deméter en Antela, cerca de las Termópilas. Como el oráculo de
Delfos tenía ya un renombre mayor que el de Deméter, trasladaron allí la sede de esta confederación, sin
por ello abandonar el otro santuario. Esta decisión dio lugar a las llamadas guerras sagradas que fueron tres.
Los Juegos Píticos tenían lugar al principio cada 8 años. Después lo acortaron a 4 y se alternaban con los
Juegos Olímpicos. Consistían en pruebas atléticas, hípicas y concursos líricos. En Delfos se construyó en
esta época un teatro y un hipódromo para la celebración de estos juegos, que se consideraban muy
importantes.
Hubo un gran enriquecimiento tras la primera guerra sagrada, en la que algunas ciudades griegas
compitieron por obtener el control y la autoridad del santuario, con lo cual conseguían un reconocimiento
de supremacía y prestigio sobre las otras ciudades y sobre algunos reinos extranjeros. Las aportaciones
fueron tanto por parte de los griegos como de los pueblos bárbaros. Hay que destacar el regalo que hizo
Creso (560-546 a. C.), último rey de Lidia, en esta ocasión: un león de oro sobre una base de lingotes de
oro más un cuenco de oro que pesaba un cuarto de
tonelada.
Catástrofes en el siglo iv a. C.
Siglo iii y siglo ii a. C.
Durante el periodo helenístico, iniciado con los sucesores de Alejandro Magno, se construyó un teatro
nuevo y un estadio nuevo.
Los etolios (señores de Delfos) regalaron numerosas ofrendas en forma de columnas y estatuas. Pero los
donantes más generosos de esta época fueron los reyes de Pérgamo que en varias ocasiones ofrecieron
dinero y mano de obra para el mantenimiento del santuario. El rey de Pérgamo Átalo I regaló un conjunto
monumental para celebrar su victoria sobre los gálatas. La donación fue de tal calidad que los etolios de
Delfos junto con los componentes de la anfictionía mandaron erigir unas estatuas de Átalo I y de Eumenes
II sobre unos pilares y las colocaron junto a la fachada del templo. También Perseo de Macedonia regaló
una estatua con su efigie, pero más tarde su vencedor el general romano Lucio Emilio Paulo la mandó
quitar para sustituirla por una que le representaba a él.
Son de esta época las inscripciones epigráficas que cubrían los muros de los edificios y del muro poligonal.
Pueden leerse textos sobre los derechos honoríficos y sobre la liberación de esclavos. Apolo era quien
garantizaba dicha liberación, después de habérsele pagado la suma correspondiente. También es de esta
época la epigrafía del tesoro de los atenienses.
Decadencia
Comenzó el declive con la ocupación romana, durante el siglo i a. C. y continuó hasta el siglo iii d. C.
Durante este período el oráculo, respetado aún, fue sin embargo perdiendo prestigio y visitantes. En el
siglo i a. C. fue cuando se hizo la talla de una fuente rupestre en la pared de la garganta Castalia, allá donde
desde antiguo se encontraba el manantial sagrado.
Herodes Ático (101-177), político y orador griego, sofista y protector de las letras, además de poseer una
gran riqueza, donó parte de esta a Delfos para reconstruir las gradas del estadio. También mandó erigir
estatuas de su familia.
Pero ya por el siglo ii d. C. el santuario recibía visitantes que eran más curiosos que fieles. Los viajeros
llegaban allí para curiosear y no para utilizar el recinto como lugar sagrado. Pausanias fue uno de estos
visitantes que llegó en calidad de hombre culto y amante de las antigüedades y luego contó sus impresiones
como historiador. Ya en el año 87 a. C., Sila se había apropiado de muchas riquezas sagradas y de las
ofrendas hechas en metales preciosos, lo mismo que el emperador Nerón en el siglo i. En el siglo iv el
emperador romano Constantino I el Grande se llevó a Constantinopla una de las pocas piezas grandes que
aún quedaban: la columna serpentina que se levantaba exenta y que nadie consideraba de valor después de
que los focenses se llevaron 700 años antes su trípode de oro. Todavía se conserva.
En el siglo iii los hérulos, godos y bastarnos recorrieron en intensas campañas toda la Grecia Central, Ática
y el Peloponeso, arrasando y saqueando. En Delfos destruyeron algunas de las estatuas que quedaban en
pie y el resto se vino abajo después del edicto de Teodosio el Grande, emperador romano (c. 346-395), con
el que se pretendía acabar oficialmente con todos los "ídolos del paganismo", clausurando así
definitivamente el oráculo de Delfos, que cesó su actividad en el año 390. La desolación fue total al cabo
de los años y de los centenares de estatuas que antaño poblaron el recinto, no quedó ni una en pie.
Tras la ocupación romana y la imposición del monoteísmo cristiano, durante el siglo v de nuestra era, el
área de Delfos fue sede de un arzobispado, y para ello se desmanteló el oráculo, construyeron iglesias
utilizando como material el mármol de los monumentos; se construyó una basílica, y grandes edificaciones
religiosas, borrando así prácticamente toda evidencia del gran oráculo de Delfos. En el siglo xviii los
eruditos se plantearon la duda del lugar exacto en que habría estado el célebre santuario de Apolo. Por los
textos antiguos se tenía una idea, pero era casi imposible dar con ningún vestigio hasta que, gracias a un
hallazgo fortuito, empezaron los estudios sistemáticos y las excavaciones.
Las excavaciones
En 1676 Jacques Spon (francés) y George Wheler
(inglés) llegaron al emplazamiento del santuario,
convertido en un poblado llamado en ese momento
Castri. En su visita por el lugar se fijaron en unas
inscripciones en la iglesia de un monasterio que había
sido construido justamente sobre los muros del antiguo
gimnasio. En estas inscripciones leyeron la palabra
Delphi. Lo mismo les ocurrió en algunas casas del
poblado. En estos años no pasó de ser una noticia para
los historiadores; no hubo excavaciones.
Muchas de las piezas fueron llevadas al museo de Delfos, entre otras el famoso auriga de bronce de tamaño
natural ofrendado por Policelo, la Esfinge de Naxos, los mellizos de Argos y una copia romana del ónfalos
que era la piedra en forma de huevo que señalaba el centro u "ombligo de mundo" en Delfos y que fue
encontrado durante las excavaciones hechas al templo de Apolo.
Un deslizamiento de rocas provocó graves daños al yacimiento arqueológico en 1935 así que, a partir de
1936 se volvieron a realizar excavaciones arqueológicas en el lugar, que pretendieron profundizar más que
las anteriores. Por otra parte, durante la Segunda Guerra Mundial y la posterior guerra civil griega muchos
objetos arqueológicos fueron enterrados en depósitos para preservarlos y no se desenterraron hasta 1952.
En la década de 1970 se excavó en la cueva Coricia, en la que se encontraron miles de figurillas. Otra
campaña de excavaciones tuvo lugar en la década de 1990. En ella se investigó acerca de los primeros
tiempos de Delfos y, entre otros hallazgos, se desenterró un hueso de león del siglo vi a. C. También en
estas fechas se realizó un estudio geológico del lugar.
Véase también
Adivinación en la Antigua Grecia
Oráculo griego
Templo de Apolo en Delfos
Auriga de Delfos
Conócete a ti mismo
Referencias
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VV.AA. (1992). Grecia, cuna de Occidente. Atlas culturales del mundo. Tomo II. Folio.
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Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre el oráculo de Delfos.
El oráculo (https://web.archive.org/web/20060225022412/http://www.espinoso.org/bibliotec
a/delfos.htm)
Religión en Delfos (https://web.archive.org/web/20060908161000/http://www.ffil.uam.es/hell
as/arcaismo/histo_ar/religion/relig1.html)
Apolo en Delfos (https://web.archive.org/web/20051221101247/http://www.ffil.uam.es/hellas/
Arcaismo/arqui_ar/santuar/3s.html)
PLUTARCO: Moralia, V, 27: Sobre la E de Delfos (Περί τού Εί τού έν Δελφοίς - De E apud
Delphos).
Texto (http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus:text:2008.01.0244), en el
sitio (http://www.perseus.tufts.edu) del Proyecto Perseus, de la traducción inglesa
corregida y editada por William W. Goodwin, y publicada en 1874; en la parte superior
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PLUTARCO: Moralia, V, 28: Sobre los oráculos de la Pitia (Περί του μη χραν έμμετρα νυν
την Πυθίαν - De Pythiae oraculis).
Texto (http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus:text:2008.01.0248),
también en Perseus, de la trad. inglesa corregida y editada por Goodwin, y publicada en
1874; en la parte superior derecha se hallan los rótulos activos focus (para cambiar a la
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PLUTARCO: Moralia, V, 28: Sobre la desaparición de los oráculos (Περί των εκλελοιπότων
χρηστηρίων - De defectu oraculorum).
Texto (http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus:text:2008.01.0252),
también en Perseus, de la trad. inglesa corregida y editada por Goodwin, y publicada en
1874; en la parte superior derecha se hallan los rótulos activos focus (para cambiar a la
traducción inglesa de Babbitt, de 1936, y al texto griego fijado por Bernardakis en 1891)
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William W. Goodwin (William Watson Goodwin, 1831 - 1912): clasicista
estadounidense, profesor de griego de la Universidad de Harvard.
Gregorius N. Bernardakis (Gregorios N. Bernardakis: Γρηγόριος Ν. Βερναρδάκης;
translit.: Grigorios N. Vernardakis; neolatín: Gregorius N. Bernardakis; 1848 - 1925):
filólogo y paleógrafo griego.
MARTIN, Thomas R.: An Overview of Classical Greek History from Mycenae to Alexander
(Panorama de la historia de la Grecia Antigua desde la época micénica hasta la de
Alejandro); texto inglés, con índice electrónico, en el Proyecto Perseus.
Apartado The Oracle at Delphi and Colonization (http://www.perseus.tufts.edu/hopper/te
xt?doc=Perseus%3Atext%3A1999.04.0009%3Achapter%3D5%3Asection%3D12) (El
Oráculo de Delfos y la colonización).
¿Cómo se consultaba el Oráculo de Delfos? (http://www.muyinteresante.es/historia/pregunt
as-respuestas/el-oraculo-de-delfos-241389885430).
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