Está en la página 1de 14

Oráculo de Delfos

El oráculo de Delfos, situado en un gran


recinto sagrado consagrado al dios Apolo, fue
uno de los principales oráculos de la Antigua
Grecia. Estaba ubicado en el valle del Pleisto,
junto al monte Parnaso, cerca de la actual villa
de Delfos, en Fócida (Grecia), a 700  m sobre
el nivel del mar y a 9,5  km de distancia del
golfo de Corinto.

De las rocas de la montaña brotaban varios


manantiales que formaban distintas fuentes.
Una de las fuentes más conocidas y más
antiguas era la fuente Castalia, rodeada de un
bosque de laureles consagrados a este mismo
dios.
Ubicación de Delfos (Δελφοί) en Grecia, entre otros
La leyenda y la mitología cuentan que en el
santuarios de la región.
monte Parnaso se reunían las musas, diosas
menores del canto y la poesía, junto con las
ninfas de las fuentes, llamadas náyades. En estas reuniones, Apolo tocaba la lira y las divinidades cantaban.

Originariamente tenía el nombre de Pita y alcanzó gran notoriedad en el mundo helénico desde mediados
del siglo VIII a. C.

Índice
Etimología
Delfos
Pita
Orígenes del santuario
Funcionamiento del oráculo en época clásica
Pitia o Pitonisa
Oráculos de Creso
Sibila
El recinto del santuario o témenos
Las divinidades
El ónfalos
Historia del santuario
Apogeo
Catástrofes en el siglo IV a. C.
Siglo III y siglo II a. C.
Decadencia
Fin del culto
Las excavaciones
Véase también
Referencias
Bibliografía
Enlaces externos

Etimología

Delfos

Hay diversas propuestas acerca del origen del topónimo de Delfos. Una de ellas propone que viene de
Delfino (Δελφινης), que era el nombre del dragón mitológico que custodiaba el oráculo antes de la llegada
de Apolo.1 ​También se ha escrito que su origen parte de un mito según el cual Apolo se convirtió en delfín
para atraer a un barco cretense, del que quería utilizar a la gente como sacerdotes; los cretenses
desembarcaron y fundaron Crisa y se les encargó ser sacerdotes del templo y que adorasen al dios bajo el
nombre de "Apolo Delfinio" para rememorar su conversión en delfín.2 ​ Al templo de Apolo se le llamó
igualmente Delfinion (Δελφίνιoν).

Pita

El santuario se construyó en el lugar conocido en la Antigüedad como Pito, nombre que en griego presenta
dos formas (ambas femeninas): Πυθώ, -οῦς y Πυθών, -ῶνος (Homero. Il. 2.519 y 9.405; Od.8.80). Este
nombre (que carece de etimología aceptada) se relaciona con el de la gran serpiente o dragón que, según la
mitología, vigilaba el oráculo primitivo (véase el siguiente apartado). En la Antigüedad se intentó dar una
etimología al nombre de Pito que lo relacionara con las funciones del santuario. A estos intentos de
etimología popular se refieren su relación con el verbo "pythomai" (πύτωμαι) = "pudrir", que se
relacionaría con el hecho de que Apolo habría dejado pudrirse a la serpiente tras haberla matado; o con el
verbo pynthanomai (πυνθάνομαι) = "informarse, aprender" que se referiría a las funciones del propio
oráculo.

Del término "Pitón" provienen los de "pitia" (Πυθία) o "pitonisa", nombre de las sacerdotisas del templo,
que interpretaban las respuestas.

Véase "Pitia o Pitonisa"

Orígenes del santuario


Hay testimonios de ocupación humana cercana al emplazamiento del santuario de Delfos de época arcaica
desde el Neolítico, concretamente en una gruta del macizo del Parnaso. Ya en época micénica y en el
mismo emplazamiento del santuario hubo primero (c. 1400 a. C.) una pequeña aldea que fue abandonada
en algún momento entre 1100 y 800 a. C. El santuario propiamente dicho apareció después de esta fecha
con un altar, al que siguió un primer templo.
Una tradición relatada por Diodoro Sículo indica que
un pastor observó como sus cabras se comportaban de
un modo extraño cuando se aproximaban a una grieta
de donde surgían vapores. Después, el pastor se acercó
a ese mismo lugar y empezó a profetizar. Cuando la
noticia se extendió, muchas otras personas llegaron al
lugar para realizar también profecías, pero a menudo
durante el trance saltaban a la grieta y desaparecían por
ella. Por ello se decidió nombrar a una mujer para que
profetizase por todos, a la que construyeron un trípode
para que estuviera segura.3 ​ Estrabón también
menciona los vapores subterráneos que inspiraban a la Restos del templo de Apolo.
Pitia y el trípode en la que se situaba.4 5​ ​

Por otra parte, el nombre de Pito se relaciona en la mitología con el de una gran serpiente o dragón Pitón
hijo de la diosa Gea (la Tierra) que vigilaba un oráculo consagrado a su madre, o bien era compartido por
Poseidón y Gea. Una tradición indica que Gea cedió a Temis su parte y esta lo regaló a Apolo. Por otra
parte, Poseidón intercambió la suya con Apolo por Calauria.6 ​ Sin embargo, la versión más difundida dice
que, con el fin de establecer su propio oráculo con el que guiar a los hombres, Apolo mató a Pitón con su
arco y tomó posesión del oráculo. Para establecer el culto del nuevo santuario desvió un barco de
sacerdotes cretenses (cf. Himno Homérico a Apolo).

Funcionamiento del oráculo en época clásica


Lo cierto es que ningún autor de la Antigüedad, ni siquiera Plutarco en su obra Diálogos píticos, ha dejado
ninguna descripción completa sobre cómo se realizaba una consulta, que además debió ser cambiante a lo
largo de los siglos, por lo que la información sobre ello consiste en una recopilación de fuentes de
diferentes épocas que a menudo contienen divergencias entre sí.

Pitia o Pitonisa

Se sabe que la elección de este personaje se hacía sin ninguna


distinción de clases. A la candidata solo se le pedía que su vida y
sus costumbres fueran irreprochables. El nombramiento era vitalicio
y se comprometía a vivir para siempre en el santuario. Durante los
siglos de apogeo del oráculo fue necesario nombrar hasta tres
pitonisas para poder atender con holgura las innumerables consultas
que se hacían por entonces. Sin embargo, en los tiempos de
decadencia solo hubo una, suficiente para los pocos y espaciados
oráculos que se requerían.

Según Diodoro Sículo, originalmente la pitia era una joven virgen,


pero a raíz del rapto y violación de una de ellas por un joven de
Tesalia se decretó que desde entonces no podría escogerse ninguna Cílice de figuras rojas con la
representación de una consulta al
con menos de cincuenta años, aunque deberían seguir vistiendo
oráculo de Delfos realizada por
como una doncella.3 ​
Egeo. Hacia 440-430 a. C. Berlín,
Altes Museum.
Los consultantes tenían una entrevista con ella unos días antes del
oráculo. Este hecho está perfectamente documentado en las noticias
que dan los autores de la Antigüedad. El oráculo se celebraba un
día al mes, el día 7 que se consideraba como la fecha del
nacimiento de Apolo. Por otra parte, en invierno no había oráculo,
porque se creía que Apolo en esa época viajaba al país de los
hiperbóreos.

Los días de consulta, la Pitia se purificaba en la fuente Castalia. A


continuación realizaba ofrendas a Apolo. Después, los sacerdotes
vertían agua fría sobre una cabra. Si esta tiritaba, era una señal de
que Apolo estaba receptivo a las consultas. Entonces se realizaba el
sacrificio de la cabra en el altar de Apolo.

Los consultantes eran de todo tipo, desde grandes reyes hasta gente
pobre. En primer lugar se purificaban con agua de las fuentes de
Delfos y a continuación se establecía un orden de consulta. El
derecho de preferencia del que gozaban algunos de ellos se
denominaba promanteia. Una vez establecido el orden se pagaban
las tasas correspondientes, luego ofrecían un sacrificio en el altar
que había delante del templo y por último el consultante se
presentaba ante la Pitia y hacía sus consultas oralmente, según se
cree.

Se conoce muy poco sobre el rito que se seguía en el oráculo. Se


sabe que la Pitia se sentaba en un trípode que estaba en un espacio
llamado «áditon», al fondo del templo de Apolo Pitio. Αδυτων La pitia, pintura de Jacek
significa "fondo del santuario" y τo αδυτoν significa "lugar sagrado Malczewski (1917). Museo Nacional
de acceso prohibido". de Cracovia.

Diversos autores tardíos como Diodoro Sículo, Estrabón, Plutarco,


Pausanias, Lucano, Orígenes y San Juan Crisóstomo describieron, con algunas diferencias entre sí, el
proceso mediante el cual la pitia recibía la inspiración. La imagen dominante que transmiten estas
descripciones es que el trípode de la Pitonisa o Pitia se hallaba sobre una grieta muy profunda de la roca.
Por esa grieta emanaban unos gases que hacían que la mujer entrara en trance y su cuerpo se agitara.
Algunos autores consideraban, en cambio, que la grieta era el espacio físico al que descendía la pitia para
profetizar. Según Pausanias, algunos creían que era el agua de la fuente Casotis la que hacía profetizar a la
pitia. Luciano menciona que además masticaba hojas de laurel, lo que ayudaba a alcanzar ese estado
psicosomático.

Una vez inspirada, la pitia daba respuestas (el verdadero oráculo) y posiblemente —aunque las fuentes no
son claras en este aspecto— un sacerdote las interpretaba y escribía en forma de verso, que después se
entregaba al consultante.

Se estima que este y otros sistemas de adivinación eran considerados por los griegos de la Antigüedad
como medios válidos y útiles de tener una conexión con sus divinidades, por lo que el oráculo fue
respetado durante más de mil años.

Los trabajos arqueológicos y geológicos realizados en el siglo  xix por los primeros excavadores en la zona
del templo de Apolo no encontraron debajo del templo la grieta profunda de que se habla en la leyenda
pero, tras una revisión de la geología del lugar a finales del siglo xx, se ha encontrado que justo debajo del
templo de Apolo se cruzan dos fallas geológicas y que por las fisuras que hay en las rocas ubicadas bajo el
templo se pueden filtrar gases como etano, metano y etileno que podrían provocar que una persona entrara
en un estado parecido al trance.7 ​
Oráculos de Creso

Tradicionalmente se conocen dos oráculos dados al rey Creso:

Creso (560-546  a.  C.) fue el último rey de Lidia. Se cuenta (en Heródoto: Historia I, 53 y en Cicerón:
Sobre la adivinación II, 115, 11) de él que en una ocasión envió una consulta al oráculo, pues se estaba
preparando para invadir el territorio persa y quería saber si el momento era propicio. El oráculo fue así: ἤν
στρατεύηται ἐπὶ Πέρσας, μεγάλην ἀρχήν μιν καταλύσειν / Croesus Halyn penetrans magnam pervertet
opum vim / "Creso, si cruzas el río Halys (que hace frontera entre Lidia y Persia), destruirás un gran
imperio". La respuesta se interpretó como favorable y dando por hecho que el gran imperio era el de los
persas. Pero el “gran imperio” que se destruyó en aquel encuentro fue el suyo, y Lidia pasó a poder de los
persas. Esto es un ejemplo de la ambigüedad en las respuestas. Muchas de ellas fueron recogidas por
autores clásicos. En realidad el oráculo no trataba de adivinar los hechos, sino de dar buenos consejos, cosa
que no era demasiado difícil, ya que en el santuario se disponía de la última noticia y de los últimos
acontecimientos del mundo conocido.

Según Jenofonte, ante una consulta del mismo rey acerca de cómo podría pasar el resto de su vida del
modo más felizmente posible se le respondió: "Si te conoces a ti mismo, Creso, realizarás la travesía
felizmente".8 ​ Esta máxima se basa en la idea que para conseguir la felicidad y la autoestima hay que
conocer los propios límites y aceptarlos.

Sibila

Según algunas tradiciones, la primera pitia o pitonisa que actuó en el oráculo de Delfos se llamaba Sibila, y
su nombre se generalizó y se siguió utilizando como nominativo de esta profesión. Ni Homero ni Hesíodo
hablan de las sibilas; su nombre aparece por primera vez en el siglo  vi a. C. y es el filósofo Heráclito de
Éfeso (544-484 a. C.) el primer informador de estos personajes. Se pensaba que las sibilas eran oriundas de
Asia y que en cierto modo sustituyeron a las antiguas pitias.

El recinto del santuario o témenos


La descripción bastante exacta de cómo fue el recinto sagrado se conoce gracias a las informaciones de
Pausanias en el siglo ii y a la confirmación de esos escritos hecha por las excavaciones arqueológicas.

Una cerca sagrada llamada períbola rodeaba todo el enclave del santuario. En la esquina sureste del recinto
comenzaba la vía sacra que iba subiendo montaña arriba, serpenteando y pasando por delante de pequeñas
edificaciones llamadas tesoros y de diversos monumentos, hasta llegar al templo del oráculo, templo de
Apolo y continuando hasta el estadio en lo más alto. El peregrino accedía por la puerta principal de esta vía
sagrada.

En el valle pueden verse cientos de olivos plantados, cuya extensión llega hasta el golfo de Corinto. Se dice
que es el mayor olivar del mundo.

Los llamados tesoros (gr. θεσαυρυς, pronúnciase "tesaurus") eran pequeñas capillas donde se guardaban
los exvotos y las donaciones que frecuentemente eran muy ricas y valiosas, verdaderas joyas. Se sabe que
existían todas estas capillas:

Tesoro de Siracusa
Tesoro de Cirene
Tesoro de Cnido
Tesoro de Sifnos
Tesoro de Sición
Tesoro de Tebas
Tesoro de Corinto
Tesoro de los etruscos
Tesoro de los atenienses
(que es el único restaurado).

En la terraza que se extendía delante


del templo de Apolo estaba situado
el altar de los sacrificios. Se
construyó además un teatro (en el
siglo IV  a.  C.) y un estadio, con
7000 plazas para espectadores, para
los juegos píticos (evento iniciado
en el 582 a. C.). También había un
hipódromo, que aún está sin
localizar.

Al aire libre y salpicadas por todo el


recinto se hallaban las estatuas de
mármol o de bronce, regalos de
reyes o de ciudades, en
agradecimiento a los servicios
prestados por el oráculo.

Las divinidades
Apolo Pitio era el dios
principal del santuario. Pero
en los meses de invierno
tomaba protagonismo el dios Plano del santuario de Apolo Pitio
Dioniso porque Apolo se
marchaba al paraíso
septentrional. Por esta razón se hizo una ornamentación distinta en los tímpanos del gran
templo. En el tímpano del este se esculpió la tríada apolínea (Apolo, Artemisa y Leto) y en el
del oeste el tiaso, que era la reunión de fieles que celebraban el culto a Dionisos.
El santuario de Atenea Pronea se encontraba en la terraza de Marmaria, hacia la parte de
abajo. Pronea significa "la que está antes del templo". En esta terraza había dos templos
dóricos, uno en honor a Atenea y otro para Artemisa, estaba también el tesoro eólico
(llamado tesoro de Masalia, actual Marsella) y el tesoro dórico. Allí estaba junto con estos
edificios el tholos o rotonda de columnas del siglo iv a. C., cuyas ruinas quedan aún en pie.
Durante el siglo v a. C. se estableció el culto a Asclepio (patrón importante de la medicina,
hijo de Apolo).

El ónfalos

El ónfalos es el ombligo del mundo. La leyenda cuenta que el dios Zeus mandó volar a dos águilas desde
dos puntos opuestos del Universo. Las águilas llegaron a encontrarse aquí, en Delfos, donde una piedra
cónica llamada ónfalos señala el lugar. La piedra, en forma de medio huevo, fue descubierta durante las
excavaciones cerca del templo de Apolo.

Estas piedras que representan el ombligo del mundo eran un símbolo del
centro, del lugar donde empezaría la creación del mundo. Al colocarlas en un
determinado espacio, lo sacralizaba y lo convertía en el centro religioso. En el
caso del ónfalos de Delfos, así fue y este santuario se convirtió en el ombligo o
centro religioso de toda Grecia.

En algunas monedas encontradas en el recinto se puede ver la imagen del


ónfalos, esquematizada y representada por un punto en el centro de un círculo.
La piedra mencionada se halla expuesta en el museo de Delfos. Ónfalos de Delfos que
se exhibe en el museo.

Historia del santuario


Por la arqueología y los escritos antiguos se sabe que en el siglo  viii a. C. hubo en este lugar de Delfos
edificios sagrados. Pausanias, el historiador griego del siglo  ii d. C., recoge la tradición y entre otras cosas
cuenta que los tres primeros templos fueron construidos, uno con laurel, otro con cera de abeja mezclada
con plumas y el tercero con bronce.

La arqueología demuestra que en esta época ya era famoso el nombre de Apolo no solo en el lugar, sino en
tierras lejanas. Los exvotos sacados a la luz en las excavaciones son muy significativos: Renombre de
Apolo Pitio que era famoso en lugares remotos, caballos de Tesalia, trípodes del Peloponeso, soportes de
recipientes de Creta, etc.

Pasado el tiempo fueron aumentando las ofrendas, sobre todo los exvotos de bronce. Se han encontrado
escudos cretenses, cascos corintios, calderos con cabezas de grifos llegados desde Samos y el Peloponeso y
estatuillas diversas.

Apogeo

A finales del siglo  vii a. C. ya se construyen templos especiales para Apolo y Atenea; son de piedra, con
columnas dóricas. Sus restos, pasado el tiempo, sirvieron para construir nuevos templos.

A comienzos del siglo vi a. C. tuvieron lugar dos acontecimientos que influyeron bastante en la evolución
del santuario de Delfos. Uno fue la instalación en Delfos de la anfictionía y el otro, la reorganización de los
Juegos Píticos.

La anfictionía era una liga religiosa que agrupaba 12 pueblos (no ciudades), casi todos de la Grecia central.
Tenía sus reuniones en el santuario de Deméter en Antela, cerca de las Termópilas. Como el oráculo de
Delfos tenía ya un renombre mayor que el de Deméter, trasladaron allí la sede de esta confederación, sin
por ello abandonar el otro santuario. Esta decisión dio lugar a las llamadas guerras sagradas que fueron tres.

Los Juegos Píticos tenían lugar al principio cada 8 años. Después lo acortaron a 4 y se alternaban con los
Juegos Olímpicos. Consistían en pruebas atléticas, hípicas y concursos líricos. En Delfos se construyó en
esta época un teatro y un hipódromo para la celebración de estos juegos, que se consideraban muy
importantes.

Hubo un gran enriquecimiento tras la primera guerra sagrada, en la que algunas ciudades griegas
compitieron por obtener el control y la autoridad del santuario, con lo cual conseguían un reconocimiento
de supremacía y prestigio sobre las otras ciudades y sobre algunos reinos extranjeros. Las aportaciones
fueron tanto por parte de los griegos como de los pueblos bárbaros. Hay que destacar el regalo que hizo
Creso (560-546 a. C.), último rey de Lidia, en esta ocasión: un león de oro sobre una base de lingotes de
oro más un cuenco de oro que pesaba un cuarto de
tonelada.

En la primera mitad del siglo  vi a. C. se hicieron unas


12 fundaciones de tesoros en torno al templo de
Apolo. Este viejo templo ardió en el año 548  a.  C. y
tras el incendio su reconstrucción fue lenta. Hasta el
año 505  a.  C. no se terminó el nuevo templo, más
grande que el anterior y cuya construcción se llevó a
cabo gracias a una familia llamada Alcmeónidas, de
Atenas. Según cuenta Heródoto, esta familia gestionó
la aportación de dinero en todo el mundo griego.

El Tesoro de los atenienses, situado dentro de la


acrópolis, fue reconstruido pieza por pieza. Las
ofrendas se almacenaban en edificios separados,
según la procedencia y región geográfica.

Las aportaciones de exvotos y ofrendas, más las construcciones de


tesoros durante esta época, fueron cuantiosas:
Auriga de Delfos que se exhibe en el
Tesoro de Sifnos, en el 525  a.  C., con cariátides tan museo arqueológico de Delfos.
colosales como las de Gnido. Decoración y obras
maestras de la edad arcaica con relieves que
representan la Gigantomaquia. Sifnos es una de las islas griegas que se encuentran
alrededor de la isla de Delos, que fue en la Antigüedad una isla sagrada. Se dice que esta
isla tenía minas de oro y que quedaron bajo el mar después de un cataclismo.
Tesoro de Atenas o de los atenienses, ofrecido a raíz de la batalla de Maratón; llegó a ser el
más importante. Atenas ofreció después un pórtico para conmemorar el triunfo sobre los
persas en el cabo de Mícala y en el año 468 a. C. ofreció una palmera con dátiles de oro
tras la victoria que obtuvo el jefe militar Cimón, hijo de Milcíades contra los persas en la
desembocadura del río Eurimedonte. En este tesoro puede verse la epigrafía sobre el texto
que se refiere a la Pitaida, que era una procesión que los atenienses enviaban a Delfos
para conmemorar un hecho ocurrido en un lugar del monte Parnaso. Cuentan que en dicho
lugar cayó un rayo como señal divina. Toda la historia está escrita en la piedra como un
himno a Apolo, con anotaciones musicales entre las líneas.
En el 480 a. C., el tirano de Gela y Siracusa llamado Gelón derrotó a los cartagineses en la
ciudad de Himera en Sicilia. En agradecimiento donó al oráculo un trípode con una Niké
(una victoria) de oro.
Policelo, un príncipe siciliano, venció un año en los Juegos Píticos y tras esta victoria
ofreció al santuario de Delfos la escultura en bronce de una cuadriga que debió ser
imponente, de la cual se conserva el famoso auriga que fue encontrado en 1896.

Catástrofes en el siglo iv a. C.

Durante este siglo ocurrieron una serie de catástrofes que en


nada beneficiaron al santuario de Delfos:

En el 373  a.  C. hubo un terremoto que destruyó el


templo edificado por los Alcmeónidas.
Del 356 a. C. al 346 a. C. fue la tercera guerra sagrada
y la consecuencia fue destrucción y daños irreparables.
Los focidios lucharon contra los tesalios, beocios y
Filipo II de Macedonia, con la intención de obtener la
supremacía sobre el oráculo de Delfos. La guerra les
costó tanto que se apoderaron de los mejores tesoros
del santuario. Fundieron el oro y la plata y con ese
resultado pudieron pagar a sus soldados. Pero poco
después Filipo se hizo con la autoridad total del lugar
Orestes en Delfos; crátera con figuras
sagrado y obligó a los focios a ir restituyendo en
rojas, ca. 330 a. C. donaciones todo lo robado.
En el 339 a. C. ocurrió la cuarta guerra sagrada, cuando
el pueblo de los locrios se enfrentó contra Atenas y el
político Esquines seguidor de Filipo se enfrentó también contra la ciudad de Anfisa. Estos
hechos dieron lugar a la batalla de Queronea, en el 338, en la que fueron derrotados
atenienses y tebanos. Los macedonios tuvieron desde entonces la hegemonía de Grecia.

Siglo iii y siglo ii a. C.

Durante el periodo helenístico, iniciado con los sucesores de Alejandro Magno, se construyó un teatro
nuevo y un estadio nuevo.

Los etolios (señores de Delfos) regalaron numerosas ofrendas en forma de columnas y estatuas. Pero los
donantes más generosos de esta época fueron los reyes de Pérgamo que en varias ocasiones ofrecieron
dinero y mano de obra para el mantenimiento del santuario. El rey de Pérgamo Átalo I regaló un conjunto
monumental para celebrar su victoria sobre los gálatas. La donación fue de tal calidad que los etolios de
Delfos junto con los componentes de la anfictionía mandaron erigir unas estatuas de Átalo I y de Eumenes
II sobre unos pilares y las colocaron junto a la fachada del templo. También Perseo de Macedonia regaló
una estatua con su efigie, pero más tarde su vencedor el general romano Lucio Emilio Paulo la mandó
quitar para sustituirla por una que le representaba a él.

Son de esta época las inscripciones epigráficas que cubrían los muros de los edificios y del muro poligonal.
Pueden leerse textos sobre los derechos honoríficos y sobre la liberación de esclavos. Apolo era quien
garantizaba dicha liberación, después de habérsele pagado la suma correspondiente. También es de esta
época la epigrafía del tesoro de los atenienses.

Decadencia

Comenzó el declive con la ocupación romana, durante el siglo  i  a.  C. y continuó hasta el siglo  iii  d.  C.
Durante este período el oráculo, respetado aún, fue sin embargo perdiendo prestigio y visitantes. En el
siglo i a. C. fue cuando se hizo la talla de una fuente rupestre en la pared de la garganta Castalia, allá donde
desde antiguo se encontraba el manantial sagrado.

Los fondos para el mantenimiento del santuario, de sus


monumentos y de sus tesoros fueron menguando a grandes pasos;
la hierba crecía entre los edificios, de manera salvaje, la madera se
pudría y la suciedad empezaba a notarse. Hubo además un incendio
en el templo de Apolo que el emperador Domiciano (81-96) hizo
reparar. El escritor griego Plutarco (c. 46-125), que además fue
administrador de la anfictionía en los últimos años de su vida,
escribió por entonces sus Diálogos píticos y en este libro comenta
la impresión de abandono que le daba el santuario de Delfos.

A pesar de todo, la anfictionía continuaba reuniéndose, organizaba


los Juegos Píticos, levantaba algunas estatuas a los cónsules y
emperadores romanos y el oráculo seguía siendo consultado. Pero
las peticiones eran ya de otro estilo: ya no se le pedía consejo sobre
posibles enfrentamientos, reinados, gobernantes, etc., sino sobre
viajes, matrimonios y otros asuntos domésticos. El oráculo dejó de
influir en la política y el devenir de los pueblos. Su último momento
de algo de esplendor se dio bajo el gobierno de los Antoninos, en el
siglo ii de nuestra era. Los emperadores siguieron manteniendo una
Réplica de la columna serpentina. La
regular correspondencia con el oráculo. Esta correspondencia ha
original fue trasladada a
llegado hasta nuestros días grabada sobre los contrafuertes del
Constantinopla. Esta réplica fue
templo de Apolo.
erigida en Delfos en 2015.
El emperador romano Adriano (c. 76-138) también visitó Delfos.
Allí hizo levantar una estatua (que ha sido hallada en las
excavaciones) en homenaje a su favorito Antínoo, que había muerto ahogado misteriosamente en el río
Nilo.

Herodes Ático (101-177), político y orador griego, sofista y protector de las letras, además de poseer una
gran riqueza, donó parte de esta a Delfos para reconstruir las gradas del estadio. También mandó erigir
estatuas de su familia.

Pero ya por el siglo  ii  d.  C. el santuario recibía visitantes que eran más curiosos que fieles. Los viajeros
llegaban allí para curiosear y no para utilizar el recinto como lugar sagrado. Pausanias fue uno de estos
visitantes que llegó en calidad de hombre culto y amante de las antigüedades y luego contó sus impresiones
como historiador. Ya en el año 87  a.  C., Sila se había apropiado de muchas riquezas sagradas y de las
ofrendas hechas en metales preciosos, lo mismo que el emperador Nerón en el siglo  i. En el siglo  iv el
emperador romano Constantino I el Grande se llevó a Constantinopla una de las pocas piezas grandes que
aún quedaban: la columna serpentina que se levantaba exenta y que nadie consideraba de valor después de
que los focenses se llevaron 700 años antes su trípode de oro. Todavía se conserva.

En el siglo iii los hérulos, godos y bastarnos recorrieron en intensas campañas toda la Grecia Central, Ática
y el Peloponeso, arrasando y saqueando. En Delfos destruyeron algunas de las estatuas que quedaban en
pie y el resto se vino abajo después del edicto de Teodosio el Grande, emperador romano (c. 346-395), con
el que se pretendía acabar oficialmente con todos los "ídolos del paganismo", clausurando así
definitivamente el oráculo de Delfos, que cesó su actividad en el año 390. La desolación fue total al cabo
de los años y de los centenares de estatuas que antaño poblaron el recinto, no quedó ni una en pie.

Fin del culto


El recinto de Delfos nunca llegó a estar deshabitado. Después de que se hubo olvidado por completo la
razón de su existencia, sus ruinas se fueron recubriendo y se fue edificando toda una pequeña ciudad.

Tras la ocupación romana y la imposición del monoteísmo cristiano, durante el siglo  v de nuestra era, el
área de Delfos fue sede de un arzobispado, y para ello se desmanteló el oráculo, construyeron iglesias
utilizando como material el mármol de los monumentos; se construyó una basílica, y grandes edificaciones
religiosas, borrando así prácticamente toda evidencia del gran oráculo de Delfos. En el siglo  xviii los
eruditos se plantearon la duda del lugar exacto en que habría estado el célebre santuario de Apolo. Por los
textos antiguos se tenía una idea, pero era casi imposible dar con ningún vestigio hasta que, gracias a un
hallazgo fortuito, empezaron los estudios sistemáticos y las excavaciones.

Las excavaciones
En 1676 Jacques Spon (francés) y George Wheler
(inglés) llegaron al emplazamiento del santuario,
convertido en un poblado llamado en ese momento
Castri. En su visita por el lugar se fijaron en unas
inscripciones en la iglesia de un monasterio que había
sido construido justamente sobre los muros del antiguo
gimnasio. En estas inscripciones leyeron la palabra
Delphi. Lo mismo les ocurrió en algunas casas del
poblado. En estos años no pasó de ser una noticia para
los historiadores; no hubo excavaciones.

Pasados dos siglos, en 1840, un arqueólogo alemán


llamado Karl Otfried Müller trabajó en esta zona y Vista desde el teatro, donde se realizaban
descubrió entre las casas del poblado una parte del presentaciones artísticas y religiosas.
gran muro poligonal del recinto del santuario. El
descubrimiento fue una llamada a seguir trabajando.
Llegaron más arqueólogos franceses y alemanes, que
fueron poco a poco descubriendo indicios y vestigios
de la joya arqueológica que se escondía en aquel lugar.
Pero la tarea era muy difícil pues la presencia del
poblado impedía hacer excavaciones en serio.
Empezaron entonces los tratos y los proyectos para
trasladar a otro sitio todo el poblamiento de Castri,
hasta que en 1881 hubo una convención entre el
gobierno griego y el gobierno francés (muy interesado
en las excavaciones) para expropiar, trasladar y
reconstruir el nuevo emplazamiento, que es la ciudad
actual llamada Delfí. Tras varios años de Himno a Apolo. Este es uno de los himnos
negociaciones, entre 1892 y 1901 se realizó una gran délficos a Apolo, que estaba inscrito en una de las
actividad arqueológica dirigida por el jefe de la paredes del tesoro de los atenienses. Sobre las
Escuela Francesa de Atenas, Théophile Homolle. estrofas, pueden apreciarse las notas musicales (a
Fueron apareciendo piezas, restos de estatuas modo de cancionero).
criselefantinas (es decir, estatuas que tenían la cara, las
manos y los pies de marfil y el cabello de oro), piedras
de edificios, columnas rotas, etc. En años posteriores vinieron las restauraciones llevadas a cabo por la
Escuela francesa de Arqueología más una subvención del Ayuntamiento de Atenas y aportaciones
particulares de ciudadanos griegos. De esta forma vieron la restauración:

El tesoro de los atenienses que fue reconstruido pieza a pieza


El templo de Apolo, del que apenas se conservan algunas columnas
El estadio, que es el mejor conservado de la Antigüedad
El tholos
La fuente Castalia
El ágora romana
El altar de Quíos
Varias columnas

Muchas de las piezas fueron llevadas al museo de Delfos, entre otras el famoso auriga de bronce de tamaño
natural ofrendado por Policelo, la Esfinge de Naxos, los mellizos de Argos y una copia romana del ónfalos
que era la piedra en forma de huevo que señalaba el centro u "ombligo de mundo" en Delfos y que fue
encontrado durante las excavaciones hechas al templo de Apolo.

Un deslizamiento de rocas provocó graves daños al yacimiento arqueológico en 1935 así que, a partir de
1936 se volvieron a realizar excavaciones arqueológicas en el lugar, que pretendieron profundizar más que
las anteriores. Por otra parte, durante la Segunda Guerra Mundial y la posterior guerra civil griega muchos
objetos arqueológicos fueron enterrados en depósitos para preservarlos y no se desenterraron hasta 1952.

En la década de 1970 se excavó en la cueva Coricia, en la que se encontraron miles de figurillas. Otra
campaña de excavaciones tuvo lugar en la década de 1990. En ella se investigó acerca de los primeros
tiempos de Delfos y, entre otros hallazgos, se desenterró un hueso de león del siglo  vi  a.  C. También en
estas fechas se realizó un estudio geológico del lugar.

Véase también
Adivinación en la Antigua Grecia
Oráculo griego
Templo de Apolo en Delfos
Auriga de Delfos
Conócete a ti mismo

Referencias
1. GRAVES, Robert: Los mitos griegos, I, pág. 97. Alianza Editorial, Madrid, 2001, ISBN 84-
206-7262-9
2. Himno homérico (III) a Apolo (Εις Απόλλωνα), 440-502.
III: texto español (https://web.archive.org/web/20130306100542/http://es.scribd.com/doc/
22490346/Homero-Himnos) en Scribd; pág. 37.
III, 397 y ss.: texto inglés (http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus%3A
text%3A1999.01.0138%3Ahymn%3D3%3Acard%3D397), con índice electrónico, en
el Proyecto Perseus. En la parte superior derecha se encuentran los rótulos activos
focus (para cambiar al texto griego) y load (para el texto bilingüe).
III: texto bilingüe griego-inglés en Internet Archive; facsímil electrónico de la ed. de
1914 de Hugh Gerard Evelyn-White de obras de Hesíodo y de Homero en la Loeb
Classical Library.
Himno a Apolo Pitio (http://archive.org/stream/hesiodhomerichym00hesiuoft#pag
e/336/mode/2up).
Texto griego del Himno a Apolo Pitio (Εἲς Ἀπόλλωνα [Πύθιον]); en
Wikisource.
3. Diodoro Sículo, Biblioteca histórica XVI,26.
4. Estrabón IX,3,5.
5. Martin, Roland; Metzger, Henri (1977). «Cultos oraculares». La religión griega. Colección
EDAF universitaria. Madrid: Presses universitaires de France. p. 35. ISBN 84-7166-543-3.
6. Pausanias X,5,5-6.
7. Michael Scott, Delfos: historia del centro del mundo antiguo, pp.40-41, Barcelona: Planeta
(2015), ISBN 978-84-344-1941-4.
8. Jenofonte, Ciropedia VII,2,20-21.

Bibliografía
AMANDRY, Pierre (1985). Delfos, monumentos arqueológicos e historia. Editorial Guías
arqueológicas de Grecia.
BAILLY, M.A. (1915). Dictionnaire Grec-Français. París: Librairie Hachette et Cie.
CICERÓN, Marco Tulio. (1999). Sobre la adivinación. Sobre el destino. Timeo.
Introducciones, traducción y notas de Ángel Escobar. Madrid: Editorial Gredos. ISBN  978-84-
249-2249-8.
GRIMAL, Pierre. Profesor de la Sorbona (1986). Diccionario de mitología griega y romana.
Ediciones Paidós Ibérica, S.A. ISBN 84-7509-166-0.
HERÓDOTO. Traducción y notas de C. Schrader. Introducción de F. Rodríguez Adrados.
Revisión: M. Jufresa Muñoz (1986 [1ª edición, 4ª reimpresión]). Historia. Libros I-II. Madrid:
Editorial Gredos. ISBN 978-84-249-3482-8.
PAUSANIAS. Introducción, traducción y notas de María de la Cruz Herrero Ingelmo.
Revisión: Francisco Javier Gómez Espelosín (1994). Descripción de Grecia. Obra completa
en tres tomos. Tomo III: Libros VII-X. Madrid: Editorial Gredos. ISBN 978-84-249-1662-6.
PLUTARCO. Introducción, traducción y notas de F. Pordomingo y J. A. Fernández Delgado.
Revisión: P. Boned Colera (1995). Obras Morales y de Costumbres. Moralia. Tomo VI.: Isis y
Osiris. Diálogos Píticos (La E de Delfos. Los Oráculos de la Pitia. La desaparición de los
Oráculos). Madrid: Editorial Gredos. ISBN 978-84-249-1791-3.
SCOTT, Michael (2015). Delfos: historia del centro del mundo antiguo. Planeta. ISBN 978-84-
344-1941-4.
SEIGNOBOS, Ch. (1930). Historia Universal Oriente y Grecia. Madrid: Editorial Daniel
Jorro. ISBN 84-7509-166-0.
VV.AA. (1992). Grecia, cuna de Occidente. Atlas culturales del mundo. Tomo II. Folio.
Ediciones del Prado. ISBN 84-7838-164-3.

Enlaces externos
Wikimedia Commons alberga una categoría multimedia sobre el oráculo de Delfos.

El oráculo (https://web.archive.org/web/20060225022412/http://www.espinoso.org/bibliotec
a/delfos.htm)
Religión en Delfos (https://web.archive.org/web/20060908161000/http://www.ffil.uam.es/hell
as/arcaismo/histo_ar/religion/relig1.html)
Apolo en Delfos (https://web.archive.org/web/20051221101247/http://www.ffil.uam.es/hellas/
Arcaismo/arqui_ar/santuar/3s.html)
PLUTARCO: Moralia, V, 27: Sobre la E de Delfos (Περί τού Εί τού έν Δελφοίς - De E apud
Delphos).
Texto (http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus:text:2008.01.0244), en el
sitio (http://www.perseus.tufts.edu) del Proyecto Perseus, de la traducción inglesa
corregida y editada por William W. Goodwin, y publicada en 1874; en la parte superior
derecha se hallan los rótulos activos focus (para cambiar a la traducción inglesa de
Frank Cole Babbitt, de 1936, y al texto griego fijado por Gregorius N. Bernardakis en
1891) y load (para cotejar las dos traducciones y para obtener el texto bilingüe).
PLUTARCO: Moralia, V, 28: Sobre los oráculos de la Pitia (Περί του μη χραν έμμετρα νυν
την Πυθίαν - De Pythiae oraculis).
Texto (http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus:text:2008.01.0248),
también en Perseus, de la trad. inglesa corregida y editada por Goodwin, y publicada en
1874; en la parte superior derecha se hallan los rótulos activos focus (para cambiar a la
traducción inglesa de Babbitt, de 1936, y al texto griego fijado por Bernardakis en 1891)
y load (para cotejar las dos traducciones y para obtener el texto bilingüe).
PLUTARCO: Moralia, V, 28: Sobre la desaparición de los oráculos (Περί των εκλελοιπότων
χρηστηρίων - De defectu oraculorum).
Texto (http://www.perseus.tufts.edu/hopper/text?doc=Perseus:text:2008.01.0252),
también en Perseus, de la trad. inglesa corregida y editada por Goodwin, y publicada en
1874; en la parte superior derecha se hallan los rótulos activos focus (para cambiar a la
traducción inglesa de Babbitt, de 1936, y al texto griego fijado por Bernardakis en 1891)
y load (para cotejar las dos traducciones y para obtener el texto bilingüe).
William W. Goodwin (William Watson Goodwin, 1831 - 1912): clasicista
estadounidense, profesor de griego de la Universidad de Harvard.
Gregorius N. Bernardakis (Gregorios N. Bernardakis: Γρηγόριος Ν. Βερναρδάκης;
translit.: Grigorios N. Vernardakis; neolatín: Gregorius N. Bernardakis; 1848 - 1925):
filólogo y paleógrafo griego.
MARTIN, Thomas R.: An Overview of Classical Greek History from Mycenae to Alexander
(Panorama de la historia de la Grecia Antigua desde la época micénica hasta la de
Alejandro); texto inglés, con índice electrónico, en el Proyecto Perseus.
Apartado The Oracle at Delphi and Colonization (http://www.perseus.tufts.edu/hopper/te
xt?doc=Perseus%3Atext%3A1999.04.0009%3Achapter%3D5%3Asection%3D12) (El
Oráculo de Delfos y la colonización).
¿Cómo se consultaba el Oráculo de Delfos? (http://www.muyinteresante.es/historia/pregunt
as-respuestas/el-oraculo-de-delfos-241389885430).

Obtenido de «https://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Oráculo_de_Delfos&oldid=145157054»

Esta página se editó por última vez el 3 ago 2022 a las 15:09.

El texto está disponible bajo la Licencia Creative Commons Atribución Compartir Igual 3.0;
pueden aplicarse
cláusulas adicionales. Al usar este sitio, usted acepta nuestros términos de uso y nuestra política de privacidad.
Wikipedia® es una marca registrada de la Fundación Wikimedia, Inc., una organización sin ánimo de lucro.

También podría gustarte