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Consejo de Formación en Educación Curso de Historia de la Historiografía I

Instituto de Profesores Artigas Prof. Ma. Guadalupe López Filardo

UNIDAD I: ESPECIFICIDAD Y ALCANCES DE LA HISTORIOGRAFÍA

Concepto de historiografía

Al reflexionar acerca del “trabajo sobre las ideas en el tiempo”, el historiador británico
J.G.A. Pocock aportó, de manera tan sucinta como precisa, lo que entiende por historia e
historiografía, al detenerse en lo que denomina una “fórmula posible”. “…Localizo a otros en el
tiempo social: esto es historia; estudio cómo otros se localizan a sí mismos en el tiempo (el
estudio de la historiografía”.1

Benedetto Croce por su parte, define la Historia de la historiografía, como la “historia


del pensamiento histórico”, advirtiendo que “el valor que rige la historiografía es el valor del
pensamiento y no del sentimiento”.2

Jesús Bentancourt Díaz, en un documento del Departamento de Historiología de la


FHCE, al referirse a qué debía entenderse por Historia de la Historiografía destaca que se trata
de una materia que “sigue la evolución del saber y la metodología históricos en la obra de sus
principales cultores. Muestra el progreso de nuestra actividad científica, descubre la visión del
mundo histórico, característica de cada etapa de la civilización, pone en contacto con las
fuentes deliberadas, profundizando en las posibilidades y las intenciones de cada autor.”3
Precisa a su vez este autor, que el concepto en sí puede ser identificado “desde dos puntos de
vista”, deteniéndose particularmente en el segundo, por cuanto supone valorar la materia
“como una evaluación del género”. De esta manera, y poniendo el caso de un historiador de la
antigua Grecia, Bentancourt Díaz argumenta sobre la necesidad (a la hora de iniciar el abordaje
del mundo griego), de “ver cómo relataron su historia los propios griegos, y cómo se concibió
esa historia (…) en la Edad Media, el Renacimiento, etc.” (…) llamando “historia de la
historiografía” a esta forma de “enfocar el problema”. 4

Complementa estas observaciones fundamentando la importancia de todo buen


estudio historiográfico. En tal sentido sintetiza este tópico en cuatro razones básicas: “el hecho
histórico no se revela de pronto y de manera definitiva [además de que] (…) cada época encara
el pasado desde una perspectiva distinta”; “una obra de Historia no perece”; “nos pone en
contacto con las fuentes primarias” y es a la vez “un doble documento: sobre el tema que
desarrolla y sobre la época en que fue escrita”. Tras estas consideraciones Bentancourt Díaz
culmina su reflexión señalando que: “en este sentido, el estudio historiográfico es el remate y
el resumen de los distintos campos del saber histórico.”5

Al discurrir sobre algunas confusiones que suelen darse entre historiografía, teoría de la
historia, historiología o aún historia de la historiografía (por lo demás todas actividades

1
Pocock, J.G.A. El trabajo sobre las ideas en el tiempo. En Curtis, Lewis Jr. (Comp) (1986). El taller del
historiador. México: FCE, p. 172.
2
Croce, B. (1955). Teoría e historia de la historiografía. Buenos Aires: Ediciones Escuela, pp. 141 y 30.
3
Bentancourt Díaz, J. (1986). Memorándum sobre el Departamento de Historiología. En Serie Auxiliares
del Curso de Teoría y Metodología de la Historia, Nº 1, Montevideo: FHCE (abril, 1986), p. 2.
4
Bentancourt Díaz, J. (1992). ¿Qué es la historia? Montevideo: FHCE, pp. 32-33.
5
Ibid, pp. 38-40.
diferentes)6, el teórico español Julio Aróstegui pone en evidencia que ante la variada gama de
actividades que pretenden englobarse dentro de la historiografía, cabe responder que ésta
solamente debiera pretender “designar la tarea de la investigación y escritura de la Historia”,
pues añade que – en su más sencilla acepción – la palabra significa “escritura de la Historia”.
No obstante, “el uso de la expresión historiografía para designar la función disciplinar de la
investigación y escritura de la Historia, va siendo progresivamente aceptado, aunque haya
quien no lo crea, en el amplio campo de los historiadores, lo que es una buena noticia.”7

A estos conceptos cabe agregar los señalamientos que desde nuestro medio aportara
más recientemente Carlos Zubillaga, para quien, en un sentido amplio, “la historiografía deja
de ser encarada como una sumatoria de aportes individuales, para ser advertida como un
clima, un estado de opinión, un campo propicio para multiplicar las interrogantes desde donde
esclarecer el pasado en tanto tiempo vivo aún.” En cuanto a la historia de la historiografía
añade la necesidad de considerarla “como una Historia más, capaz de contribuir al mejor
conocimiento de la experiencia social y no reducirse a un saber iniciático sólo útil para los
integrantes del gremio.”8

6
Independientemente de lo cual Aróstegui manifiesta que “sería una falsa impresión la de que la
palabra historiografía es universalmente mal empleada (…) importantes historiadores, de reconocida
solvencia, influencia y persistente dedicación (…) la han utilizado siempre en su sentido correcto.”
7
Aróstegui, J. (1995). La investigación histórica: teoría y método. Barcelona: Crítica, pp. 27-28.
8
Zubillaga, C. (2003). Historia e historiadores en el Uruguay del siglo XX. Montevideo: FHCE, p. 9.

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