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Jorge Tomás Acuña


El Alma Inmortal
Desde la oscuridad mortal hacia la luz de la divindad.

Registro de Propiedad Intelectual 259.725


ISBN 978-956-8878-26-9

Editorial Dhiyo
Almirante Simpson 7 Providencia Santiago de Chile
+ 5695835517

Responsable editorial: Antonia Cabezas


Diseño portada: Pablo Pinto

Quedan reservados todos los derechos. Sin la autorización escrita del autor
o del editor, queda prohibida la reproducción parcial o total de esta obra por
cualquier medio_ mecánico, electrónico y/u otros_ y su distribución mediante
alquiler o préstamo públicos.

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Jorge Tomás Acuña

El Alma Inmortal
Desde la oscuridad mortal hacia la luz de la divindad

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¡… El hombre, para evolucionar, necesariamente •ene
que reconstruirse a sí mismo
y no puede hacerlo sin sufrir, porque él es:
EL MÁRMOL Y EL ESCULTOR
DE SU PROPIA OBRA UNIVERSAL.
Y para descubrir su verdadero rostro,
•ene necesariamente que destrozar
a mar•llazos su propia SUSTANCIA …!

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E S O T E R I S M O
Y
H E R M E T I S M O

DESDE LA OSCURIDAD MORTAL


HACIA LA LUZ DE LA DIVINIDAD

En busca de los misterios del hombre,

lo que somos, Dios, el alma, la vida,

la muerte y el universo.

Una investigación Esotérica,

Hermética, Religiosa y Filosófica

de los orígenes del hombre

y su Tránsito a través del Velo de la

Diosa Isis y las nuevas Logias de

los Misterios de esta Era.

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AGRADECIMIENTOS

La verdad es que debo agradecer a todo el universo,


porque juntos somos la unidad, el binario y el ternario;
y, también, por haberme dado la oportunidad de estar
aquí en estos momentos de la existencia del mundo; y
especialmente, debo agradecer a mi maestro y padre
terrenal Raúl y a mi madre Marcela a quienes elegí como
instrumentos de existencia para reencarnar y con•nuar
con mi obra en este mundo mortal.
A mis hijos, Jorge Gustavo; Felipe Andrés y Carlos
Eduardo, en quienes he depositado mis más profundas
inquietudes, respecto de mi existencia universal.

“En este Universo, todo está creado,


Nada puedo crear;
Solamente hago llegar el Conocimiento
Que me fue entregado,
Por aquellos elevados Maestros
Que Transitan por el Universo”

Dióscoros de Alejandría

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EL AUTOR

Jorge Tomás Acuña Gu•érrez, es Master en Esoterismo,


Herme•smo y Alquimia; estudioso de la doctrina
simbólica, filosófica, Rosacruz, Teoso•a y de la filoso•a
esotérica de la sanación.
Nació en San•ago el 08 de Junio de 1950, bajo el
influjo de los poderes de la constelación de Pólux y Castor
(Géminis) y el Poder del simbolismo del Tigre Chino.
Es la razón de su capacidad para asimilar y descubrir
el simbolismo universal y su manifestación en el
Microuniverso y en el mundo mortal.
En la actualidad •ene 65 años de edad y más de la
mitad de su vida, la ha dedicado al estudio de la filoso•a y
las ciencias ocultas.
Fué profesor e Instructor de Docencia y doctrina
Masónica; ha par•cipado en cursos de Oratoria y dirigido
variados seminarios de Esoterismo, Herme•smo y
Alquimia.
Es autor de temas de Simbología, Ritos y Mitos
Esotéricos, Hermé•cos y de Simbología Egipcia.
Es Maestro y fundador de la Logia Alquímica de Estudios
Filosóficos, “Anaxágoras N° 212.
Durante 40 años ha ocupado diferentes cargos
direc•vos en diferentes ins•tuciones filosóficas.
Por sus capacidades y estudios docentes ha sido
dis•nguido e Iniciado en Siete oportunidades y en
diferentes grados del Herme•smo, Esoterismo y Alquimia.
En la actualidad, ha decidido entregar el conocimiento
recibido de aquellos maestros que habitan en recónditos
lugares de los universos, para cooperar con el despertar
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y la evolución de la humanidad y con la nueva raza que
se encuentra ingresando a los planos de este universo
material.

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PRÓLOGO DEL AUTOR

Para confeccionar esta inves•gación hermé•ca y


esotérica del Ser Humano, lo que somos, el alma, la vida,
la muerte, su tránsito por el universo o, su tránsito a
través del Velo de Isis, he tenido que olvidarme de los
diferentes grados que existen en algunas ins•tuciones
iniciá•cas, religiosas y filosóficas y que podrían enseñar,
gradualmente, parte de estos temas. Ello en consideración
a que tengo el convencimiento de que el conocimiento no
•ene grados ni edad y puede haber profanos e iniciados
que en determinado momento, y de acuerdo con su
evolución cósmica, podrían obje•vamente entrar en el
análisis y estudio de estos conocimientos filosóficos de
suma importancia para los •empos modernos.
Los temas •enen una correlación que abarca desde el
conocimiento del hombre mortal, profano, y va avanzando
en cada una de las etapas de la evolución, haciendo
paralelos con diferentes disciplinas, ya sean esotéricas y
hermé•cas, lo que permite tener una visión más amplia
en su relación con otro •po de filoso•as y religiones. Esto
nos permite comprender cuál es la visión de cada una de
ellas y sus propios conceptos del tema de inves•gación.
Este tema no es fácil plantearlo, porque, para escribir
estas líneas, hay que vivir cada paso de la inves•gación
y transportarse a épocas milenarias y al universo infinito,
para lograr comprender lo que los an•guos Sacerdotes
Egipcios, Hierofantes y muchos otros maestros dejaron
en sus escritos, en los Jeroglíficos y, por consiguiente, en
su infinita e ilimitada sabiduría.
Nunca está demás reiterar que la verdadera simbología,
sea esta Masónica, Esotérica, Hermé•ca, Alquímica,
Rosacruz, Religiosa, etc., es ciencia velada al hombre
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común. Ella es el verdadero conocimiento de nuestros
orígenes universales; en ella se encuentra impreso el
origen de nuestra existencia terrenal y cósmica y es el
punto de par•da del verdadero conocimiento cien•fico.
Es por ello que debemos seguir escudriñando en los
símbolos masónicos, religiosos y filosóficos el verdadero
conocimiento de aquella inmanente luz que emana de
la verdad universal, para descubrir, entre las cenizas del
pasado, el fuego y la luz que se encuentra velada al ojo
mortal para, finalmente, con esa luz, iluminar el verdadero
sendero para los seres humanos que vienen detrás de
nosotros.
La ciencia ha descubierto muchos secretos y misterios,
pero nunca llegará a descubrir el misterio más grande
que existe en nuestro universo y que es Dios, El Gran
Arquitecto, el Gran Hacedor etc.; como tampoco podrá
descubrir ¡Jamás!, la verdad sobre la Vida y La Muerte,
porque esto solo lo pueden ver aquellos iniciados que
penetran la Luz y que transitan a través del fuego iniciá•co
en busca de la verdadera sabiduría.
Todos los temas tratados en esta inves•gación, se
encuentran en la bibliogra"a que se entrega al final de esta
obra y en apuntes personales de estudio del autor y, por
consiguiente, muchos de estos conceptos son opiniones
personales de él y no representan, necesariamente, las
interpretaciones de las Religiones, la Masonería o algunas
escuelas filosóficas sino, que son conceptos desarrollados
a través de 38 años de estudios de la filoso"a esotérica
oriental, hermé•ca, alquímica y masónica.

EL AUTOR

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INTRODUCCCIÓN

El Análisis, el Estudio y la Inves•gación de la simbología


esotérica y hermé•ca, necesariamente nos llevan a
transitar por el Universo, para descorrer el velo de
aquellos símbolos espirituales, materiales y conceptuales
que vieran, en épocas milenarias, la gran mayoría de los
filósofos y maestros que, con su sabiduría, cooperaron a
transformar la humanidad en algo mejor, a través de su
propia evolución, y fueron ellos los que nos enseñaron
cómo descubrir nuestra propia divinidad a través de
aquellos profundos conceptos que emanan de recónditos
lugares de los universos.

La simbología Masónica, necesariamente, nos hace


transitar por el Universo.

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Analizar significa descorrer el velo, estudiar las partes de
un todo hasta llegar a conocer sus principios o elementos
que lo conforman y con ello buscar respuestas en donde
no las hay, recorrer con nuestra conciencia aquello que
es desconocido y penetrar en nuestra Alma inmortal para
ver la Luz y la Inteligencia representadas en el fuego,
en los símbolos y alegorías de conceptos abstrusos y de
imágenes que revolotean al compás de la armonía de los
grandes y pequeños Misterios.

El misterio esotérico del fuego

Hoy, el temor más grande que existe en los misterios de


los seres humanos, es la Muerte, y este casi ha terminado,
porque muy pronto entraremos en un periodo de
conocimiento y seguridad, que socavará la base de todos
nuestros temores.
Respecto del temor a la muerte, o del tránsito desde
la oscuridad mortal hacia la Luz de la divinidad, poco
se puede hacer excepto elevar el tema a un nivel más
espiritual y, en este sen!do, enseñar a los seres humanos
y a los iniciados a morir y, a transitar desde la oscuridad
hacia la Luz.
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Existe una técnica de morir, así como existe una de
vivir; pero, ésta se ha perdido en Occidente y casi en su
totalidad en el Oriente, excepto en algunas agrupaciones
formadas por ciertos conocedores, como los Monjes
Lamas.
Quizás consideremos esto más adelante y la idea de
encarar este tema pueda permanecer en la mente de los
iniciados que lo lean. Así, al estudiar, leer y pensar, tal vez
obtengan las respuestas que se encuentran veladas por el
esoterismo y el herme•smo milenario.
En las esferas conocidas, la Luz solo responde a la
PALABRA. Sabemos que esta luz desciende y se concentra
en la materia, que es la oscuridad; sabemos que, desde
su punto de enfoque escogido, ilumina su propia esfera;
sabemos, también, que la luz asciende y deja en la
oscuridad aquello que en •empo y espacio ha iluminado:
la materia mortal.

A este descenso y ascenso los hombres le llaman vida,


conciencia y muerte; a esto, aquellos que transitan por el
Sendero de la Iniciación, le llaman muerte, ex¬periencia y
vida: Porque el Alma Inmortal se encuentra prisionera en
la oscuridad de la materia mortal.

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“...EL HOMBRE ESTÁ CONDENADO A SER LIBRE,
CONDENADO, PORQUE EL HOMBRE
NO SE HA CREADO A SÍ MISMO,
Y SIN EMBARGO, UNA VEZ LANZADO A VIVIR,
ES RESPONSABLE DE TODO CUANTO HACE...”

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CAPÍTULO I LA UNIVERSALIDAD DEL HOMBRE

¿QUIÉNES SOMOS REALMENTE?

Desde que era un niño, tengo la impresión de que


algo no está de acuerdo con mi origen y el de nuestra
existencia; y son muchos los seres humanos que •enen la
sensación, la impresión de que se encuentra incompleto
todo el conocimiento que se nos ha entregado y que
todo eso no concuerda con la realidad de nuestra vida o
existencia; falta algo en esta historia que no se ha dicho
y que nuestra conciencia puede captar con toda ni•dez y
claridad. Pero, al hablar de conciencia, debe entenderse
que ella es la conexión de nuestra Alma con el centro
del universo o Dios, Yahvé, Ala, el Gran Arquitecto del
Universo o como cada uno desee llamar a La divinidad,
que es UNA SOLA.
Pareciera que hay un grupo de seres y organizaciones
internacionales que •enen una opinión y un enfoque
muy claro de esta situación, y que han planificado una
estrategia de vida para la humanidad, que no se encuentra
en armonía con la verdadera realidad de la existencia
universal del hombre.
Es por esta razón, que pienso que nosotros somos
los verdaderos creadores de nuestra propia existencia a
través de nuestro libre albedrío, y que no necesitamos
que otros seres nos digan cómo dirigir nuestros des•nos,
los del planeta y del universo.
Debemos tener claro que nuestra expansión de
conciencia, a la que percibimos como la Unidad y el
tránsito por la eternidad, sin principio ni fin; es decir,
sin espacio ni •empo, es la que nos deja fuera de estas
maquinaciones para poder retornar al Universo original,
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dejando de lado este universo paralelo que hemos
creado, en donde la maldad, la corrupción, el desprecio
por la vida y la destrucción del planeta han sido la base
para transformarnos en esclavos de la mente oscura y
material que rige en estos momentos los des•nos de la
humanidad.
¿Quién es el hombre? ¿De dónde viene? ¿A dónde
va? Por toda respuesta solamente podemos decir que el
hombre, como ser espiritual, procede de la divinidad y a
la divinidad debe volver.
Pero las preguntas de dónde y a dónde, señalan limites
del ámbito mortal y abarcan una modesta página de la
historia humana y se refiere al nacimiento en la materia
densa de algunos hijos del hombre y cómo debe retornar
a la divinidad.
¿Pero, qué hay más allá de este nacimiento? ¿Qué hay
más allá de la oscuridad de la noche terrestre? ¿O; es que
falta que llegue la Luz del día para que las Tinieblas se
disipen?
Lo que sí está claro es que el hombre procede de Dios
y a Dios debe retornar; pero, aquel ser que vuelve a Dios,
no es precisamente un hombre; porque, aquel destello de
luz diseminado en la oscuridad del espacio exterior que
emana de la divinidad al comienzo de su manifestación,
aquella par•cula de su propio ser transmutada en vida, y
que es un Alma Inmortal, es mucho más que un hombre
mortal.
El hombre es una etapa de su evolución cósmica; y el
mineral, el vegetal y el animal que en él están contenidos,
son solamente pequeñas etapas de su embrionaria vida
en la matriz de la naturaleza de Dios.
La vida del ser humano es la etapa en que el espíritu
y la materia luchan por el predominio del universo
arquitectónico. Cuando llega el fin de esa lucha, el espíritu
se erige en señor de la materia, en dueño de la vida y
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de la muerte; entonces, el Alma entra en evolución y
en ese segundo de existencia deja de ser un hombre
y se transforma en un Superhombre, como lo definía
Nietzsche, o en un Dios en Acción, dueño y señor del
universo, como lo define el autor de este libro.
Para asimilar lo anterior debemos, antes que nada,
comprender que el universo es todo lo que existe, que
este universo es mental y es el Todo, y que nosotros somos
dioses en acción. Por lo tanto, liberémonos de las an•guas
formas de pensamiento, seamos originales y construyamos
un nuevo universo, fundamentado en la Gran Ley que
gobierna los des•nos de todos los mundos y universos, y
que conforman esa miríada de almas que transitan desde
el espíritu a la materia, para posteriormente, en su afán
evolu•vo, ascender penosamente por el sendero de los 7
cielos y de los 7 planetas, hasta el centro de los universos.
Por otro lado, existen muy pocos planetas en los
universos que pueden albergar vida compleja, y la Tierra
es el único en donde puede exis•r la vida humana, ya
que todas las otras esferas que giran en torno a nuestra
estrella, no son aptas para albergar a la humanidad,
porque las caracterís•cas geológicas y atómicas que las
conforman hacen imposible nuestra existencia en ellos.
También debemos comprender que la Tierra es un ser
que •ene vida al igual que nosotros. Ella necesita respirar
y también regenerarse, y es por ello que no debemos
permi•r que sea destruida, porque la Tierra es la esencia
de nuestra existencia terrenal, de ella somos sus vástagos,
y en ella también habitan muchos avatares que •enen
relación con la divinidad y con nuestra propia existencia.
Es importante dejar establecido y aclarar que mucho se
ha hablado de la teoría de Darwin, la que, a través de una
evolución lineal, nos dice que nos hemos transformado
en un ser inteligente y que nuestros orígenes vienen de
los an•guos primates que poblaron la •erra hace millones
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de años. ¡Esto no es verdad! Es parte del engaño de las
religiones y de quienes desean que no conozcamos nuestra
realidad. Nosotros somos seres humanos, nacimos seres
humanos y moriremos como humanos, y es importante
explicar que nuestro ADN humano es un concepto que
transita a través de todo el universo, y es transportado
por el soplo divino y sembrado en todo lo que existe,
en todos los sistema solares de ésta y de todas las
galaxias y constelaciones que existen más allá de nuestra
comprensión. Tal vez, restos de nuestra humanidad
primigenia, originaria, se encuentren en estos momentos
en una verdadera encrucijada por su existencia; pero
nosotros poco podemos hacer al respecto.
El ser humano no es de la Tierra, es un ser divino del
universo, que puede elevarse a través de la inmortalidad
de su alma a planos insospechados de evolución. Eso es
lo que algunos seres que poblaron la Tierra en épocas
pretéritas han tratado de evitar, que el ser humano logre
elevarse más allá de esta tercera dimensión.
Por otro lado, hemos llegado a un punto en la evolución
del hombre, en que los primeros pensamientos que nos
vienen a la mente son preguntas tales como: ¿Quién soy
yo en realidad? ¿Qué es lo que está pasando en estos
momentos con la humanidad? y ¿Cuál es la realidad de
lo que estamos experimentando? ¿Existe algo más allá
de todo esto? ¿Por qué tenemos la sensación de que la
historia de la humanidad es aparente y poco real? ¿Quién
dirige toda esta vorágine de hechos y acontecimientos
que nos afectan y que hacen que los seres humanos se
comporten como animales? ¿Alguna vez en nuestras vidas
nos hemos puesto a pensar en que es lo que somos?
Por supuesto que la respuesta está dada, y no hay lugar
a dudas respecto a que somos creadores, que hemos
creado un universo paralelo y eso es real; pero, al margen
de esto, ¿qué somos realmente?
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La verdad es que tenemos varias respuestas a estas
interrogantes: ¿Podríamos ser una par•cula sub atómica?
¿Un electrón creando vida? y si vamos más allá, ¿Somos un
número en el universo? Y si es así ¿porque no podríamos
ser PI….? ; Es decir: Números y Geometría. No olvidemos
que los pitagóricos avanzaron bastante en este tema y
lo contemplaron secretamente en sus inves•gaciones
y enseñanzas de la vida y la muerte, estudios que
denominaron “La Geometría Sagrada”.

Podríamos ser Pi; es decir, números y geometría universal

También somos el pensamiento de Dios, del Gran


Hacedor, del Gran Arquitecto del Universo, somos su
mente y estamos en su mente y por eso es que somos
mortales por el Cuerpo e Inmortales por nuestra propia
esencia.
Podemos especular de mil maneras y dar mil respuestas
de nuestra existencia; pero, todavía no sabemos en
dónde se inició la vida; pero conocemos, al menos en
rasgos generales, la elaborada historia que ha dado como
resultado nuestra aparición en la Tierra. Los registros
fósiles muestran que hace 550 millones de años, durante
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el período Cámbrico, surgió una enorme variedad de seres
reptantes y acuícolas.
En los siguientes 200 millones de años, apareció la
vegetación con una fauna muy variada de enormes
dimensiones. Y después de la ex•nción de los dinosaurios,
se abrió el camino para la línea evolu•va de los mamíferos,
de donde se cree surgió el ser humano.
Hoy se acepta que el ser humano tuvo su origen en
África, Esta hipótesis fue ra•ficada por el descubrimiento
en 1924 del niño de Taung, un Austrolopithecus africano
de 2 millones de años de an•güedad aproximadamente y
en al año 2000 fue descubierto el Orrorintusgenensis, que
vivió en Kenia hace 6 millones de años; por otro lado, el
Homoergaster (Homoerectus) vivió entre 1 y 3 millones
de años a. de C. y fue el primer homínido de dimensiones
y proporciones similares a las del ser humano actual.
El hombre de Pekín aparece entre el 600.000 y el
200.000 a. de C. y entre el 127.000 y el 100.000 a. de C.
fue la época del hombre del Neandertal.
Hace 40.000, el homo sapiens moderno, también
llamado hombre de Cromagnon, emigró de África a
Europa, pero éste ya vivía alrededor del año 100.000 a.
de C. en lo que hoy es Israel, siendo más alto, esbelto y
resistente que el hombre de Neandertal.
Entre el año 12.000 y el 3.000 a. C., aparece en el
Oriente una gran revolución tecnológica, cien•fica y de
conocimientos que no eran normales para la capacidad
intelectual de los seres que habitaban esas zonas.
Aparecieron los primeros conjuntos de templos, que eran
observatorios, en donde se guardaban los instrumentos y
elementos de los dioses o Anunnaki.
De acuerdo con nuestra historia tradicional, nunca se
nos habría pasado por la mente pensar en la posibilidad de
que extraterrestres pudieran venir a colonizar el planeta,
pero este fue un hecho real y podemos adivinar fácilmente
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que estas revoluciones tecnológicas,de hace unos 12.000
años, no fueron producto de la iluminación de los hombres
de Cromagnon, sino de la enseñanza de los Anunnaki.
Estos seres, con posterioridad al diluvio, fechado en el
año 9.792 a.de C., comenzaron a dejar sus enseñanzas, a
los seres humanos modificados gené•camente por ellos,
y que a todas luces no habrían sido miles, sino unos pocos
seres, a los que u•lizaron para explotar la •erra y sacar
lo minerales que ellos necesitaban. Los datos entregados
respecto de este tema son los que aporta Zcharia Sitkin
en su libro El 12º Planeta.
En resumen, los extraterrestres llegaron a la Tierra hace
450.000 años y habrían manipulado gené•camente a los
seres que habitaban en ella con la finalidad de crear un
Homo sapiens que les sirviera como trabajador primi•vo
en las minas del sur de África
Los extraterrestres provenían del Planeta Nibiru,
cuya órbita se inicia, probablemente en la Galaxia de
Andrómeda y que cruza el sistema solar cada 3.657 años.
Su gran poder gravitacional produce terremotos, tsunamis
y ac•vidad volcánica a nivel mundial.
En el año 21.312 a. C., su paso por las proximidades
de nuestro planeta provocó la inversión de los polos,
produciéndose un giro en 72º. En aquella época, el Sol
aparecía por el Occidente (Oeste) y su ocaso era por el
Oriente actual (Este). Además provocó el hundimiento de
la Atlán•da en el océano Atlán•co y el hundimiento de los
con•nentes que exis•an en el océano Pacífico y que se
atribuyen a los resto de la Lemuria, quedando solamente
la Isla de Pascua y la larga faja de •erra que se desplazó
y adosó a la cadena montañosa de la cordillera de los
Andes y que ahora se llama Chile. A esta región algunos
escritores la consideran los restos de la Lemuria. En todo
caso, en el extremo sur de Chile exis•eron los úl•mos

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seres humanos que hablaban la lengua de la Lemuria y se
les denominaba “Kaweskar” o “Patagones”.
Producto del paso del 12º Planeta por la órbita de la
Tierra y la variación del eje magné•co de esta, se produjo
un desplazamiento de norte a sur y ello ocasionó el
deshielo de la Antár•ca, provocando el llamado Diluvio,
que eliminó a casi toda la humanidad. Los Anunnaki se
fueron en forma silenciosa, en el 1.600 a. C., dejando a
los sobrevivientes del diluvio, que eran sus descendientes,
organizados como Sumos Sacerdotes, reyes, cien•ficos y
sabios. Esta es la única explicación posible que existe de
aquel salto evolu•vo que tuvimos y que nos ahorró 10
millones de años.
Es cierto que hubo mitos y leyendas e invenciones
respecto de la verdad del ser humano, pero lo importante
de ello es que fueron verdades mal interpretadas, mal
contadas y muy mal traducidas por los expertos, que
fueron cien•ficos, sacerdotes y reyes con prejuicios y una
mala apreciación de la realidad de la vida en esa época.
Respecto de la manipulación gené•ca, ésta se explica
en las tablillas de Sumer, en donde se describe cómo
esta manipulación gené•ca dio un brillante resultado:
“El Hombre modelo, Adapa, que en el Génesis bíblico,
traducido del hebreo an•guo, se llama Adán”.
Este modelo se logró inseminando con la esperma
o semen de un joven astronauta Anunnaki, el huevo
femenino de una hembra primi•va Erectus o Cromagnon y
depositándolo en el útero de la esposa de Enki, la que dio
a luz a Adapa, quien fue educado intelectualmente como
hijo adop•vo de Enki, y considerado como un dios. Eva fue
concebida con el mismo procedimiento y los duplicados
fueron hechos, después, en grandes can•dades.
Hoy somos los Homo sapiens, muy imperfectos, pero
con discernimiento, razón, voluntad, inteligencia y con un
Alma inmortal que nos legaron los Anunnaki.
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La Verdad es que hay múl•ples respuestas para lo que
en realidad somos y es por nuestro libre albedrío que
podemos especular en estas materias.
Hoy existen algunas organizaciones que piensan que
se encuentran facultadas para obrar detrás de lo que
aparenta ser el hombre y la humanidad. Por supuesto
que hay un grupo de seres con un enfoque muy claro
y que ha decidido llevar adelante un plan para realizar
cambios sustanciales en la vida del planeta; Solo hay un
pequeño problema con esto y es que han decidido llevar
a cabo un plan que no está en armonía con el universo
creador de nuestra propia existencia.
El plan que estas organizaciones •enen en mente lleva
una gran sorpresa para los seres humanos, porque su
intención es destruir la humanidad, para crear algo que
no •ene alma, conciencia ni espíritu. Esta intención se
enfrentará con la mentalidad actual del ser humano, que,
como todos sabemos, está comenzando a despertar y a
centrarse en las cosas importantes y a expresarse a través
de su propia esencia o sustancia, es decir: a través del
Espíritu.

27
LA INFLUENCIA
DE LAS RELIGIONES EN AMÉRICA

América nace como la alterna•va de este mundo


para la reencarnación de una nueva raza que tendría la
misión, en esta zona geográfica y planetaria, de regir los
des•nos espirituales de la Tierra; pero casualmente es
aquí en donde los colonizadores trataron de exterminar
a los pueblos originarios y de mantener en la absoluta
ignorancia, a través de las religiones, a las civilizaciones
más avanzadas y en vías de desarrollo.
América es una diadema de la Tierra, ella es Flor de
Sabiduría An•gua y a través de su alma fluye la Luz de
su Espíritu. Con este se liberará, tarde o temprano, de
las caretas del egoísmo, la corrupción, las ambiciones
polí•cas desmedidas y de la manipulación de la mente
externa de los seres humanos.
Por otro lado, las redes de las fuerzas oscuras y de
ideologías utópicas que han envuelto a América en esta
úl•ma centuria, serán rasgadas por la Espada Flamígera,
trayendo a todos los pueblos y seres humanos la libertad
espiritual, la igualdad en derechos, la fraternidad, la luz
del conocimiento y la jus•cia.
Las religiones han tenido un papel importante en
todo esto, porque, desde el descubrimiento de América,
han tratado de civilizar y sacar de la ignorancia a estos
esforzados pueblos, entregándoles conocimientos a
través del Espíritu y la conciencia; pero la religión Católica
también ejerció una violencia extrema durante los oscuros
años de la Santa Inquisición.
Es por ello que, para no olvidarnos de este pasaje de la
historia, recordaremos algunos de ellos:
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Con fecha 28 de enero de 1569, el Cardenal de Sagunto,
Inquisidor General, escribía al Licenciado Servando de
Cerezuela, residente en Oropesa, al mismo •empo que
lo nombraba Inquisidor de las Provincias del Perú, y le
expresaba lo siguiente:
“Entre otras cosas que S. M. ha mandado componer en
el nuevo mundo de las indias para servicio de Dios y suyo
y aumento de nuestra religión cris•ana, ha ordenado que
se plante en ellas, el Santo Oficio de la Inquisición, como
cosa que ha parecido muy conveniente y que en estos
reinos lo es”
Extracto del libro: “Historia del Santo Oficio de la
Inquisición en Lima”, del autor don J. T. Medina.
Según el libro La Masonería en Chile, Bosquejo
Histórico de la Colonia, La Independencia y la República,
Primera Parte hasta 1900, página 20, hace mención
de las instrucciones del Rey de España, que envía a los
gobernantes del Perú y Chile, en donde les dispone que se
adopte la mejor vigilancia posible, para que en las colonias
no se introduzcan especies y/o libros que hagan alusión
a la libertad de las colonias Anglo-Americanas, Libertad,
que como sabemos y lo cuenta la historia, era propiciada
por altos miembros de la masonería de Europa.
Ante esta situación, el Rey le enviaba una nota al
Gobierno de Chile, haciéndole ver que en el Puerto y
Ciudad de Guayaquil se había introducido un reloj con
una inscripción y pintura alusiva a la libertad de Francia
y es por ello que previene al Gobierno y a la iglesia,
para que adopten las medidas per•nentes para que se
prohíban tales alhajas, ropas o estampas que tengan esas
inscripciones.
Hacia el año 1751, aparecen los indicios de un nuevo
delito, no contemplado hasta esos momentos: “El Delito
de Francmasonería”, y esto se debió a que el rey,
Fernando VII, por decreto de 02 de julio de 1751, prohibió
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el ejercicio de la masonería en toda la extensión de su
reino, bajo pretexto de que sus doctrinas eran peligrosas
para el estado y la religión, y pronunció la pena de muerte
contra todo individuo que la profesase.
¿Cómo es posible que una religión sea par•cipe de
estos horrendos crímenes de lesa humanidad, solamente
porque su pensamiento difiere de la doctrina de esa
religión? Por supuesto que hoy ese pensamiento tendría
el carácter jurídico de “Asociación Ilícita” y, a todas luces,
el cerebro de tales atrocidades y los seguidores de estos
crímenes, serían condenados a cadena perpetua.
Es importante recapitular en la historia de algunos
Papas para entender la ac•tud del rey de España:
Cuando las logias masónicas se extendieron por
Europa en los inicios del siglo XVIII, las condenas papales
no se hicieron esperar. Es así como el Papa Clemente XII,
en su bula In Eminen• del 24 de abril de 1738, condenó
y prohibió las sociedades, reuniones, asociaciones o
agrupaciones denominadas Liberi Muratori, de Masones
u otros nombres, por ser “perniciosas para la seguridad
de los estados y la salvación de las almas”.
Otros Papas, como Benedicto XIV, Pío VII, León XII, León
XIII y Pío X, reprodujeron las condenas contra la masonería
y las sociedades secretas, argumentando prác•camente
los mismos fundamentos de la bula del Papa Clemente XII.
Haciendo un paréntesis, podemos decir que el paso del
•empo, sin embargo, ha provocado que la masonería no
solo sea aceptada más o menos por el Va•cano, y aquí cabe
una pregunta: ¿Ella se encuentra ac•va en los escalafones
de poder del Va•cano? Esto es una gran incógnita; pero
no olvidemos que el primer hecho que provocó que la
opinión pública conociese estos secretos fue el caso de
una Logia italiana, fundada por el empresario Licio Gelli.
Por esa Logia, pasaron muchos hombres ligados a las
finanzas y el poder del Va•cano, al igual que personalidades
30
de la polí•ca y las finanzas de Italia y La•noamérica, los
que acabaron envueltos en di•ciles situaciones polí•cas,
religiosas y, fundamentalmente, de carácter é•co.
Del mismo modo, y con•nuando con el Santo Oficio
de la Inquisición, en el Libro “Los Precursores de la
Independencia”, de la editorial Imprenta, Litogra•a
y Encuadernación Barcelona, año 1909, de San•ago
de Chile, del historiador don Miguel Luis Amunátegui
Aldunate, expresa: “…. que los libros en el año 1793, eran
la luz y la voz que no se fa•gaba, y a los cuales no se les
acobardaba con el mar•rio. Por eso, se les perseguía sin
descanso, en el mar, en la •erra, en la •enda del mercader,
en las casas par•culares. La autoridad Eclesiás•ca se unía
con la autoridad civil para la proscripción, no solo de los
escritos condenados por mo•vos religiosos, sino que
también polí•cos”.
A todas estas disposiciones, dictadas día a día
desde España, y cuidadosamente cumplidas por los
representantes de la Corona en América, hay que agregar
la colaboración incansable y eficaz prestada a la causa del
rey en contra de las nuevas ideas, por el Tribunal del Santo
Oficio de la Inquisición.
Es así como, a pesar de todas las precauciones
dispuestas por la corona de España en América, la idea
masónica logró introducirse en la América española a
través de los más ín•mos pensamientos de un médico
francés, llamado Diego Lagrange, que se avecindó en la
capital del Perú.
En aquella época, los miembros del santo Oficio
rivalizaban en celo con los representantes del rey en la
persecución, no solo de los herejes en materias religiosas,
sino de todas aquellas personas que, por sus palabras o
acciones, se salían de las rígidas reglas que era preciso
observar.

31
Los calabozos se llenaban y era necesario vaciarlos,
para dar cabida a nuevos acusados o sospechosos. Se
hacía, con tal objeto, un auto de fe, y algunos de los
detenidos eran quemados vivos, otros eran ahorcados y
otros desterrados. De esta forma, se obtenía espacio en
las mazmorras, para las nuevas víc•mas.
Pero no podría dejar de resumir la obra de conversión
o, como el catolicismo llamó en su época, la “Obra
de Civilización” que dejaron en América las órdenes
misioneras más importantes a par•r del año 1516.Entre
estas se dis•nguieron los Franciscanos, los Domínicos,
los Agus•nos, los Mercedarios, los Hospitalarios y los
Betlemitas.
Todas estas órdenes tomaron parte ac•va en la tarea
común y mientras los unos adoctrinaban, los otros se
entregaban de preferencia a la predicación o al cuidado
de enfermos o a la enseñanza.
Los Jesuitas, llegaron más tarde, a fines del siglo XVI, y
fueron expulsados en 1767, pero durante este período se
caracterizaron por su férrea vocación de servicio, la cual
nunca decayó, como sucedió con la casi totalidad de las
otras misiones.
Pienso que no podemos desconocer que estas misiones
realizaron una labor encaminada a educar y enseñar
las costumbres de las civilizaciones más avanzadas de
Europa, aún en contra de sus métodos, en algunos casos
extremos; pero, en aquella época, representaron una
avanzada de nuevas ideas, tecnología y educación más
modernas y acorde con los nuevos •empos que se vivían.
Estas cumplieron con su misión a cabalidad. Esta América
no sería la misma si no hubieran exis•do estos sacrificados
misioneros de la religión Católica, muchos de los cuales
dieron sus vidas por evangelizar a esos pueblos primi•vos.
Hoy día, el hábito que existe en la sociedad de América
es ver la imperfección donde existe la perfección.
32
Contemplemos la perfección en la vida que existe por
doquier. No nos dejemos afectar o perturbar por la
creación mental de seres que transitan por la oscuridad
mortal. Siempre debemos ver la perfección, porque detrás
de cada sombra aparente se encuentra esa esplendorosa
Luz inmanente que irradia su sabiduría inmortal desde el
centro de los universos.
Las religiones son buenas para los hombres; pero ellas
deben servir al hombre y al Alma de los pueblos y de
aquellos que desean evolucionar a través del espíritu de
la divinidad. Las religiones no deben u•lizar la mente de
los hombres para mantenerlos en la ignorancia, porque
las divinidades son reales, existen en este universo y hay
que presentarlas a los seres humanos, sin la careta del
antropomorfismo.
La divinidad, como la plantean algunas religiones, no es
de algunos elegidos. La divinidad transita por el universo
en todo momento y en todo lugar. Ella nos acompaña en
las penas y las alegrías. La divinidad está en nosotros y
con nosotros, porque al estar dentro de ella somos la
divinidad. Por lo tanto, ¿Cuál es el temor de enseñar que
tenemos un alma inmortal y que el espíritu de Dios anida
en nuestra alma? ¿Cuál es el temor de explicar que la
reencarnación o la Transmigración de las Almas existen
y que sin ella no evolucionaremos y nunca llegaremos
al Dios eterno o al Sol Central de los Universos o Paraíso
Terrenal? ¿Por qué no decir que cuando la carne se muere,
nunca más vuelve a la vida? ¿Por qué se evita enseñar
que el cuerpo es el vehículo del alma inmortal que es la
esencia, y es ella la que resucita al tercer día y se eleva a
la casa del padre o Dios? ¿Por qué engañar a los incautos
ofreciéndoles religiones salvadoras, cuando cada uno es
el que se debe salvar, transitando por el sendero del Amor
y la Bondad, que es la Gran Ley del Universo?

33
Es por ello que la divinidad quiere que tú la pongas
a trabajar, esto abre el flujo de la energía divina del
universo, la inteligencia y la sustancia, y esto se manifiesta
a través de nuestra propia evolución cósmica. Y esto
especialmente para los Iniciados.
Las religiones son importantes en la vida de América,
del mundo y de los pueblos; pero las ins•tuciones
filosóficas también lo son, ya que cada una transita por
un sendero diferente en la enseñanza de los elevados
principios morales y universales que ellas sustentan,
base fundamental para la evolución del hombre y de la
humanidad.
La masonería es una ins•tución esencialmente
Iniciá•ca, é•ca y humanista, con•a en el progreso del
hombre y por ello en el de la humanidad, porque reconoce
en este hombre su facultad natural de perfeccionarse y de
trascender.
Es por ello que busca alcanzar estos obje•vos a
través del estudio racional y cien•fico de la evolución
histórica del hombre, considerando, dentro de las etapas
socioculturales, el con•nuo progreso de la civilización, las
diversas filoso•as y múl•ples credos religiosos, el anhelo
permanente de vivir y prac•car el régimen de libertad
en sus más variadas transformaciones de jus•cia social,
de Tolerancia, y por el desarrollo cada vez más amplio
e irrestricto, de una Educación integral durante todas las
fases de la vida.
Sin estos postulados, ella no podría cumplir con los
obje•vos de su propia creación y menos con la docencia
que en ella se imparte, como obje•vo de evolución
universal.
La Masonería nunca ha sido atea o agnós•ca, lo
que pasa, es que, como en todas las religiones,
estas ins•tuciones filosóficas también se encuentran
conformadas por hombres, y cada uno de ellos •ene un
pensamiento diferente para abordar el conocimiento.
34
En estas no existe el dogma•smo religioso. La mente
es libre para interpretar las enseñanzas y la divinidad
de acuerdo con su propia evolución; y es por ello que
Dios creó al ser humano con El Libre Albedrío, que es la
esencia de la libertad del ser humano para pensar, para
poder elevarse más allá de esta vida mortal, más allá de
este universo y para transitar por el sendero rumbo a los
confines de la divinidad.
¿Cómo es posible que algunas religiones sigan tratando
de destruir a la masonería, después de tantos siglos?
¿Cómo es posible que no se comprenda lo que es la
conciencia del Alma, de los pueblos y de la humanidad? No
olvidemos que el hombre es un paradigma del universo.

El hombre, un paradigma del universo

35
EL HOMBRE UN PARADIGMA

El Hombre es una idea Platónica, es un concepto que


vive en nuestras mentes y en nuestros libros y se compone
de los estudios realizados por los Fisiólogos, los Psicólogos
y los Sociólogos y, especialmente por los Filósofos del
Período de la Escolás•ca Medieval, a quienes considero
como los iniciadores de la escolás•ca, y me refiero a los
filósofos árabes del Medioevo.
Por lo tanto, no existe este Ser Humano, Hombre, por
doquier, como se piensa a menudo y en forma general.
Lo que existe en esta esfera finita son individuos, que
difieren del Ser Humano, porque estos son un suceso, ya
que Actúan, Aman, Sufren, Luchan y Mueren.
Me atrevería a decir que El Individuo es un Ser que
refleja lo Par•cular y que sus pies se encuentran pegados
a este mundo mortal, en donde su mente se encuentra
absorbida por lo material.
Por otra parte, el Ser Humano es un ser Espiritual,
Múl•ple en sus actuaciones, que refleja lo Universal y
solo sus pies se encuentran pegados a la Tierra, por ser un
mortal, pero su Alma Inmortal es del Universo.
Es por ello que el ser humano es un conjunto indivisible
de complejidad suma, de donde no se puede obtener
ninguna representación simple de él; porque no existe
método alguno capaz de comprenderle simultáneamente
en su totalidad y menos comprender su composición y
las partes en su relación con el Universo, con el mundo
exterior que lo rodea y la sociedad a la cual pertenece.
Cada uno de nosotros está formado por una procesión
de fantasmas, en medio de los cuales avanza una realidad
desconocida; realidad de la que solo hemos comprendido
ciertos aspectos de nosotros mismos, porque tampoco
36
hemos sido capaces de percibirnos como un conjunto
de tejidos, órganos, fluidos y conciencia, en donde las
relaciones entre el Cerebro y la Conciencia, la Razón y la
Inteligencia, aún, son un misterio para la ciencia.
El ser humano debe ser la medida del todo; en cambio
es un extraño en el mundo que él mismo ha creado, ya que
ha sido incapaz de organizar esta sociedad para sí mismo,
porque para ello, debe poseer la Conciencia Moral, la
Verdad y el Conocimiento de su propia naturaleza, y
eso no lo ha descubierto; y menos, el conocimiento del
universo en donde se encuentra inserto.
A menudo sucede que la ciencia nos divide y nos
subdivide y le da una importancia exagerada a una
parte cualquiera de nuestra anatomía a costa de las
demás, debiendo, esta ciencia, considerar al hombre
en su conjunto: Anatómico, Fisicoquímico, Fisiológico,
Meta•sico, Axiológico, Religioso, Ar•s•co, Intelectual,
Económico y Social.
El hombre, tal como lo conocemos, está lejos de ser
el hombre concreto, el hombre real. Es un esquema
compuesto de otros esquemas, construidos por las
técnicas de cada ciencia; porque es el cadáver disecado
para los anatomistas; la mente para los Psiquiatras y los
Psicólogos; la Conciencia observada para los religiosos
de la vida espiritual; y para los economistas es ese
ser consumista que debe incesantemente adquirir los
productos fabricados por las industrias, de las que es
esclavo, para que estas puedan seguir funcionando, en un
torbellino de conceptos de materialismo y de sociedad
global, en donde este hombre actualmente se encuentra
inserto.
Pero, también, es el Padre de Familia, es el Trabajador
incansable, es el Poeta, el Filósofo, el Genio, el Héroe, el
Religioso y no solamente el ser prodigiosamente complejo
analizado por las técnicas cien•ficas, sino, también, somos
37
las tendencias, las conjeturas y las aspiraciones de toda la
humanidad.
Hay que reconocer, además, que el hombre es materia y
como tal un ser viviente y un foco de ac•vidades mentales,
en donde su presencia en el prodigioso vacío del espacio
infinito, es real, como también es real su pertenencia a las
regiones de la materia inanimada, a través de la cual se
puede desarrollar y elevar en toda su magnitud universal.
Del mismo modo, este hombre social también
pertenece a otro mundo, un mundo que, aunque se halla
dentro de sí mismo, se ex•ende más allá del espacio y del
•empo. Y, desde ese mundo, con la Mente y su Voluntad
indomable puede viajar por ciclos infinitos:
El ciclo de la Belleza: contemplado por los sabios,
los ar•stas y los poetas. El ciclo del Amor: que inspira
el heroísmo y la renunciación. El ciclo de la Evolución
Suprema: que recompensa a aquellos que buscan
apasionadamente el principio de todas las cosas.
Este es el hombre; un ser que trata de conquistar su
propia universalidad.
Como Micro universo, está creado a escala del Macro
universo, y también de las montañas terrestres, los
océanos y los ríos. Pertenece a la superficie de la Tierra,
igual que las plantas y los animales, y, como ser sociable,
se siente a gusto con ellos y con su entorno.
También está ligado a las Artes en donde él es el
creador; a las ciencias, donde es su descubridor; a las
maravillas mecánicas, a la ciudad, a su familia, que es su
universo, y a su grupo de amistades y a todos a quienes
ama con su Alma imperecedera.
Este hombre, que hemos definido precedentemente,
es real, •ene enormes capacidades, y en él aún existen
muchas incógnitas de su realidad.
Nosotros debemos aprovechar nuestras propias
capacidades en el bien de la sociedad toda, para hacer de
38
ella un centro de filantropía y, a través de esta, construir
el verdadero Templo Interior que necesitamos para vivir
nuestra existencia universal.

EL HOMBRE Y SU ANATOMÍA OCULTA Y HERMÉTICA

Como lo expresamos anteriormente, el cuerpo


humano aparece como un ser extremadamente
complejo, y al mismo !empo como una maravillosa
asociación de diferentes razas de células, cada una de las
cuales comprende billones de individuos. Estos individuos
viven sumergidos en humores, formados de sustancias
químicas fabricadas por los órganos, y por otras sustancias
fabricadas por los alimentos.
De un extremo a otro del cuerpo, estos individuos se
comunican por medio de mensajeros químicos, es decir,
por medio de sus secreciones.
Además se encuentran unidos por el sistema nervioso.
Sus asociaciones, reveladas por la técnica cien"fica, son
de una complejidad enorme. Sin embargo, esas inmensas
mul!tudes de individuos se comportan como un solo ser,
perfectamente integrado.
El hombre, ante todo, funciona como un proceso
químico y consiste de un incesante movimiento de
sustancias. Estas formas químicas que crea nuestro
organismo son permanentes y transitorias y su existencia
depende de la recepción y distribución permanente de
energías y líquidos que varían de acuerdo con la calidad
y can!dad de las sustancias que animan el cuerpo. Por lo
tanto, la energía circula por la materia sin cesar, a través
de todas las células del cuerpo, como un ancho río que
viene del mundo exterior y que vuelve a él. Durante su
paso, esta, cede a los tejidos la energía que necesita, así
39
como los productos químicos y minerales que construyen
nuestra estructura ósea y nuestros órganos internos y
externos.
Nuestro organismo está formado con los mismos
elementos que conforman el Universo, por lo tanto, no
debería sorprendernos encontrar dentro de nosotros
mismos, las leyes corrientes de la Física y de la Química,
tal como existen en el Mundo Cósmico.
La ausencia de estas leyes impediría el desarrollo de
toda vida en el planeta, puesto que somos una parte del
Universo Material y, como tal, nos comportamos. Estas
leyes y energías hacen que seamos un ser diferente,
creado a imagen y semejanza del supremo hacedor; por
lo tanto, somos polvo cósmico que viaja por el universo
en busca de su des•no; es decir, nos encontramos a medio
camino entre la materia y las estrellas.
Por otro lado, es importante aclarar que las glándulas
sexuales •enen otras funciones más importantes que las
de impulsar al hombre a través del ins•nto,que perpetúa
la especie en la vida primi•va. También sirven para
intensificar todas las ac•vidades fisiológicas, mentales
y espirituales. Ningún eunuco ha llegado, jamás, a
ser un gran filósofo, un gran sabio, ni siquiera un gran
criminal. Los tes•culos y los ovarios poseen funciones
de suma importancia. Al igual que los Cromosomas que
engendran las células macho o hembra. Al mismo •empo,
secretan en la sangre ciertas sustancias que imprimen
las caracterís•cas masculinas o femeninas en nuestros
tejidos, humores y conciencia, y dan a todas nuestras
funciones su carácter de intensidad. El tes•culo engendra
la audacia y el esfuerzo supremo. El ovario ejerce una
acción análoga en el organismo de la mujer; Pero su
acción solo existe en una parte de su vida, porque en la
menopausia la glándula se atrofia y se producen cambios
considerables en la anatomía de la mujer.
40
La vida más corta de los ovarios, a la mujer de cierta
edad le impide mantener su capacidad para procrear, a
diferencia del hombre cuyos tes•culos con•núan ac•vos
hasta edad muy avanzada.
Las diferencias que existen entre el hombre y la mujer
no provienen de la forma par•cular de sus órganos, de
la presencia del útero, de la gestación o del modo de su
educación. Ellas, al igual que el hombre, son de naturaleza
más fundamental, determinadas por la estructura misma
de los tejidos y por la impregnación en todo el organismo
de sustancias químicas especificas secretadas por el
ovario.
La ignorancia del funcionamiento del cuerpo de la
mujer, que es fundamental, ha llevado a las promotoras
del feminismo a creer que ambos sexos debían tener la
misma educación, los mismos derechos y las mismas
responsabilidades. En realidad, la mujer difiere
profundamente del hombre.
Todos sabemos que en la Escuela de los Misterios de
Isis y Osiris se enseñaba que el Cuerpo Humano estaba
dividido en tres partes, y, en analogía con esta aseveración,
se dice que el Macro universo está compuesto de tres
mundos: El Mundo de Arriba, El Mundo del Medio y
el Mundo de Abajo, y que las religiones lo interpretan
como: El Cielo (el Bien), La Tierra (campo neutral) y El
Infierno (el mal), en donde el cielo es el mundo superior,
y que correspondería al cerebro, a la Mente del hombre y
todo lo que nos hace pensar, hasta llegar a la conexión con
nuestra Alma Inmortal.
La Tierra cons•tuiría el lugar en donde habita el ser
humano y todos los seres vivientes del planeta; es la
línea divisoria entre el cielo y el infierno. Se encuentra
conectada al Cielo por el Arco Iris de siete colores, que es
el puente por donde descienden los Dioses, manifestados
en la materia a través de las vibraciones del universo u
41
octavas de Luz, y que corresponden a los Siete Rayos que
se estudian en la Psicología Trascendental.
Por otro lado, las aberturas que existen en las montañas
y por donde sale, periódicamente, fuego, llamas y materia
candente, cons•tuyen la conexión con el infierno, que es
la oscuridad, la maldad en su máxima expresión.
Aquí, en este campo intermedio, es donde se produce
la gran lucha entre el bien y el mal, eterna lucha por la
evolución espiritual del hombre y que se ve neutralizada,
normalmente, por el libre albedrío de este ser humano
inserto en el materialismo, el que muchas veces •ende
a optar por la vía del placer y la oscuridad, relegando a
segundo plano su verdadera esencia.
Ahora, en el mundo de Abajo o Infierno, como lo
interpretan las religiones, y que corresponde al Mal,
a la Mente Bruta del individuo, se encuentran todos
los poderes destruc•vos del ser humano. Ahí vive en
los tormentos de la oscuridad, que son la ambición, la
ignorancia, la supers•ción, la corrupción, la animalidad
sexual, conceptos que analógicamente, cons•tuyen las
verdaderas llamas infernales, que destruyen su esencia
universal y que evitan que pueda descubrir su divinidad
interior y con ello acceder a su evolución cósmica.
A todas luces, esto que se ha expresado es un mito
anatómico enseñado desde hace milenios en todas las
religiones y escuelas filosóficas; pero, al descorrer este
velo, nos damos cuenta de que lo expresado corresponde
de acuerdo con la filoso•a Hermé•ca, a las tres cámaras
del Cuerpo Humano, desde donde irradia su poder a través
de los tres mundos o principales centros energé•cos y
que son: El Cerebro, El Corazón y el Sistema Reproductor.
Y estas son, también, las tres cámaras de la Pirámide y el
lugar de las iniciaciones.
Del mismo modo, en estas cámaras moran La Unidad,
El Binario y El Ternario, que corresponden al Padre, al
42
Hijo y al Espíritu Santo de las religiones, los cuales son
simbolizados por las tres letras de: AUM.
La transmutación, regeneración y evolución de estos
centros energé!cos, se producen por la repe!ción de la
Palabra Perdida, la que cons!tuye el gran secreto de la
Orden Masónica.
A través de los centros nerviosos de nuestra columna
vertebral, se distribuye al cuerpo humano una corriente
de par"culas que en su desplazamiento hace posible la
evolución de estos centros de energía cósmica.
En el Cerebro, se encuentran varias cámaras, bóvedas o
galerías, las que !enen su correspondencia en las bóvedas
y arcos de los templos, en donde el Tercer Ventrículo, que
es una cámara abovedada de Iniciación, corresponde a
la Cámara del Rey de la Gran Pirámide. Cada órgano del
cuerpo humano se encuentra reproducido en el cerebro.
En la filoso$a hermé!ca, todos estos conocimientos se
enseñan a través de la ley de la analogía.
En el cerebro, también, existen dos formas embrionarias,
una masculina y otra femenina que representa el Yin y el
Yang de la China; una de estas formas !ene como órgano
de expresión a la Hipófisis o glándula Pituitaria, que es
la glándula endocrina principal de los vertebrados, y las
hormonas que segrega controlan el funcionamiento de
casi todas las demás glándulas endocrinas del organismo.
Este es el polo femenino o centro nega!vo, que !ene a
su cargo la expresión de la energía $sica.
En la an!güedad, se conocía a esta glándula, por los
siguientes nombres: La retorta de los alquimistas; La boca
del Dragón; La Virgen María; El Santo Grial; El Cuarto
Creciente Lunar; La Isis de Egipto; Radha de la India y la
Boca del Pez.
En el extremo opuesto del tercer ventrículo del cerebro
se encuentra la glándula Pineal, Polo masculino, posi!vo,
la cual !ene forma de piña y esta sería la razón del porqué
43
de su nombre. En los seres humanos, esta estructura se
desarrolla hasta el sép•mo año de vida, momento en que
es algo mayor que un garbanzo. Es interesante observar,
que los hindúes enseñan que la glándula pineal, es el
“Tercer Ojo”.
Se dice que en la an•güedad, hace millones de años,
esta glándula era un órgano de orientación a través del
cual se accedía al conocimiento espiritual ¿Esto sería el
origen del “Oráculo de Delfos”? Lamentablemente, con la
aparición de los sen•dos materiales y la caída del hombre
en el materialismo, esta fue perdiendo esta capacidad
divina y durante la época de la Raza Lemur, se re•ró al
lugar que actualmente ocupa en el cerebro.
Es importante expresar, que el escritor Manly P. Hall,
en su libro la Anatomía Oculta del hombre (Pag., 26),
expresa que en este tercer ventrículo del cerebro, existe
una pequeña simiente como arenisca (Alma) la que se
encuentra conectada con el Arca del Rey que se halla en la
Gran Pirámide. Se supone que en el Tercer Ventrículo se
encuentra el si•al del Alma y se dice que el Aura que rodea
la cabeza y el cuerpo de los Santos y Sabios, representa el
resplandor dorado que irradia este tercer ventrículo.
La verdad es que es muy di!cil asegurar esto, ya que en
otras disciplinas filosóficas, se enseña que la casa del Alma
se encuentra en el ventrículo izquierdo del corazón que
corresponde al 4to. Chacra, y donde experimentamos las
más grandes sensaciones de Amor, Odio, penas y también
alegrías.
La Espina Dorsal es una cadena de treinta y tres
segmentos, que protege en su interior a la médula espinal
y ella conecta el Cielo y la Luz en la parte superior, y en la
inferior, la oscuridad.
Esta escalera de huesos juega un importante simbolismo
en las religiones de la an•güedad. Generalmente se la
menciona como un camino o escalera en espiral y en
44
otras oportunidades la llaman La serpiente, y otras la
Vara o Cetro.
Los hindúes enseñan que hay tres dis!ntos canales
o tubos en el sistema espinal y los llaman Ida, Pingala y
Sushumna. Estos canales conectan los centros inferiores
genera!vos del cuerpo con el cerebro. Los griegos los
simbolizaban a través del caduceo o Báculo Alado de
Hermes, que consis"a en un bastón largo que termina,
en su parte superior, con una perilla o bolita, que
corresponde al centro de la médula oblonga. A cada lado
de esta perilla se encuentran las alas arqueadas, que se
u!lizan para representar los dos lóbulos cerebrales. Arriba
de este báculo suben alterna!vamente, y en forma de
espiral, dos Serpientes, una negra y otra blanca, las que
representan El Ida y Pingala.
Los an!guos hindúes tenían una leyenda concerniente
a la diosa Kundalini, la que expresa que ella descendió
del cielo, por medio de una escalera o cuerda, hacia una
pequeña isla que se halla flotando en el inmenso océano.
Si relacionamos esta leyenda con la embriología, es
evidente que la escalera o cuerda representa el cordón
umbilical y la islita no es otra cosa que el Plexo Solar.
Cuando la escalera es cortada y se desconecta del cielo,
la diosa huye aterrorizada a refugiarse en una caverna,
que es el Plexo Sacro, en donde ella se oculta totalmente
a la vista de todos los hombres. Kundalini es una palabra
sánscrita cuyo significado es: “Una fuerza Serpen!na o
gas enroscado”.
Esta fuerza, según enseñan los sabios orientales, puede
ser dirigida hacia arriba a través del canal espinal central y,
cuando se encuentra con el cerebro, abre el centro de la
conciencia espiritual y la percepción interna, llevando con
ello a la iluminación espiritual.
A lo largo de la espina dorsal existen cierto número de
nervios, ganglios y plexos, cada uno de los cuales !ene
una interpretación esotérica en el simbolismo religioso y
45
filosófico. Por ejemplo, sabemos que los an•guos Judíos
llamaban al plexo sacro y al ganglio sacro coxígeo, “Las
ciudades de Sodoma y Gomorra”.
También existe un pequeño plexo en la región de los
riñones, llamado plexo sagitario, al que en la an•güedad
llamaron “La Ciudad de Tarso”, en donde San Pablo luchó
con las bes•as.
En el esoterismo, se enseña que las flores del Loto
son centros nerviosos de la espina dorsal. En el fondo
son como polos nega•vos del cuerpo humano, que dan
tes•monio de los siete grandes centros posi•vos de
conciencia localizados en el cerebro. Estos siete centros
funcionan por medio de los otros centros que se hallan en
la espina dorsal y en la misma forma, aproximadamente,
en que los siete espíritus ante el trono funcionan por
medio de los cuerpos planetarios.
El caminar errante de los Hijos de Israel en el desierto,
el peregrinaje de los mahometanos a la Meca, los
interminables peregrinajes de los Santos Hindúes que
se pasan la vida yendo de un templo a otro, representan
el peregrinaje del Fuego Espiritual, llamado Kundalini, a
través de los centros nerviosos que se hallan a lo largo de
la espina dorsal.
Siguiendo ciertas instrucciones par•culares, la fuerza
es llevada a estos centros, uno tras otro, hasta que estas
aéreas se convierten en una especie de flores luminosas,
de las cuales dimanan rayos de luz, semejando los pétalos,
de la flor del loto. Cada uno de estos lotos •ene diferente
número de pétalos de acuerdo con las ramificaciones
nerviosas que dependen de él.
Se dice que cuando el Logos se encontró en condiciones
de crear el universo material, entró en estado de profunda
meditación, concentrando el poder de su pensamiento en
los siete centros, semejantes a flores, (Chakras) de los siete

46
mundos. Esta fuerza vital, descendiendo gradualmente
del cerebro (el cual era el mundo superior) y penetrando
en las flores de loto, una por una, dio nacimiento a los
mundos inferiores. Pero, cuando al final ese fuego
espiritual penetró en el centro más bajo, en ese segundo
fue creado el mundo •sico y su fuego, que se encuentra
ubicado en la base de la espina dorsal.
Cuando el mundo retorne a él nuevamente, y el logos
vuelva a ser supremo en conciencia, será porque re•ró la
vida de estos siete centros, comenzando por los inferiores,
llevándola, nuevamente al cerebro. Así, el sendero de
la evolución de todos los seres vivientes es elevar este
fuego, cuyo descenso hizo posible su manifestación en
estos mundos inferiores y cuyo ascenso les pondrá, otra
vez, en armonía con los mundos superiores o la divinidad.
La Sangre de cada hombre es individual. Cristalizada,
forma figuras geométricas que difieren en cada persona.
La historia del Alma humana está escrita en su sangre.
La posición de esta ocupa en la evolución sus esperanzas
y sus temores y se encuentra impresa en las formas
etéricas que fluyen a través de su corriente sanguínea.
Hasta que la sangre roja no entra en el cuerpo, el alma
del hombre no puede entrar en él; sólo ronda alrededor
del cuerpo al que está unida por un hilo de naturaleza
eléctrica.
El hígado es la clave de la sangre roja. En los misterios
cris•anos, la herida del hígado de Jesús por la lanza del
Centurión, es un hecho especialmente mís•co, en tanto
que Prometeo, el amigo del hombre, encadenado en las
alturas del Monte Cáucaso, con el buitre que devoraba
su hígado, es el mismo mito, pero expresado en el
simbolismo de los an•guos griegos.
Es interesante, también, hacer notar la relación que
existe entre las palabras Live (Vida) y Liver (Hígado),
porque tener un hígado (Liver) es vivir (to live). Siguiendo
47
este detalle, podemos notar que la palabra live deletreada
al revés se convierte en evil, que significa mal, y la palabra
lived significa vivido y leída al revés, se convierte en devil,
que significa Diablo.
Esta peculiar relación no sólo se encuentra en inglés,
sino también, con ligeras variantes, en otros varios
idiomas.
Rojo es el color de la sangre y la clave del hígado, y su
efecto sobre los animales y el ser humano es muy notable:
Irrita, excita y en algunos casos realmente produce la
locura. Es por esta razón que se usa en la capa de los
toreros. El torero mueve su capa frente al toro y consigue
comúnmente irritarlo.
Durante la ira y el odio, el aura astral del hombre se ve
veteada con rojas llamas que "enen gran parecido con los
rayos, y es por esta razón, que se dice que el poder rojo es
derivado de la luz blanca del sol.
Así como el rojo es el color del cuerpo, el amarillo es
considerado el color del Alma. Por esta razón, los Buddhas
y los salvadores del mundo son representados con un halo
o aureola dorada que los rodea.
Esta Luz es como un hábito amarillo que rodea el cuerpo
de todos los seres iluminados o muy evolucionados;
también es la luz que da fe que la oscuridad existe y, sobre
la que escribió San Juan.
Esta Luz, fluyendo del tercer ventrículo, representa
el Shekinah de los Judíos, que se encuentra sobre el
propiciatorio, como un pacto entre Dios y el Hombre.
El amarillo es vitalizador, un dador de vida. Es por ello
que el Sol con sus rayos dorados y su personificación –
El Cristo – son, ambos, dadores de vida. El Cristo, no se
refiere a Jesús, sino al Logos Crís"co, como concepto de
creación, manifestado a través del Espíritu, la Energía y la
Materia.

48
El azul el más elevado de los tres colores primarios, es
el color dado al Padre. Es un color sedante, que tranquiliza
y de especial valor para algunas religiones.

LA CIENCIA PROFANA

Por lo general trato de hablar y escribir a través de un


lenguaje sencillo, que se encuentre al alcance de todos,
especialmente para aquellos que saben pensar. Es por
esta razón que ahora hablaré a la inteligencia, a la razón
escép!ca, a la ciencia sin fe, para superarla con las mismas
armas que emplea.
El pensamiento humano durante el siglo XX, y este siglo
XXI ha avanzado en forma ver!ginosa y ha desarrollado
una idea enteramente suya. Esta idea ha sido la “Ciencia”,
con la que los hombres han creído descubrir lo absoluto
de los universos. Esta ciencia se ha lanzado en un callejón
sin salida, en donde la mente no !ene ningún porvenir;
porque la idea nueva en cualquier campo, viene siempre
de lo alto y es ins!tuida por el genio.
Los seres humanos, sin embargo, captan estas ideas;
las observan, las descomponen, las viven y pasan a la vida
de cada ser y a las leyes que se han impuesto, sin saber
muchas veces cuál fue el obje!vo de aquella ciencia, sus
ideas y sus descubrimientos.
Así, la idea desciende y, cuando se ha fijado en la
materia, ha agotado su ciclo y cuando la humanidad ha
u!lizado todo el potencial de esta idea, la arroja a un lado
para absorber en su alma individual e inmortal un nuevo
soplo divino, un nuevo concepto universal.
La ciencia humana ha dado al mundo en este úl!mo
siglo, máquinas como jamás tuvo pero que, sin embargo,
siguen siendo máquinas.
49
La ciencia actual, diferente de la de hace milenios, pasó
como un huracán destructor de toda fe y pensamiento
divino y ha impuesto a la humanidad la máscara del
escep•cismo, con un rostro sin alma.
Pero mi pregunta es más osada: ¿Y para qué sirve
el saber, si en lugar de evolucionar, destruye la fe, la
esperanza y el amor? Y con ello, más aún, no logran
comprender ¿cuál es el sen•do de la vida.?
La ciencia de lo humano corre el riesgo de no concluir
nunca, y como dicen los agnós•cos modernos “Ignoramus
et Ignorabimus”(Desconocemos y Desconoceremos) todo
lo que la ciencia no ra•fique como aceptable, y ello a
todas luces quiere decir fracaso.
La misión de la ciencia no puede ser solo la de
mul•plicar las comodidades materiales humanas o, a
través de los trasplantes de órganos, evitar la muerte
corporal e impedir con elementos cien•ficos y con leyes
abstrusas, la destrucción de la vida en gestación.
¡……No destruyan nuestra existencia, no sofoquen la
Luz interior de su alma inmortal, que es la única felicidad
y estrella de luz de esta vida Mortal…..! ¿No lo En•enden?
La ciencia por si misma no vale nada y, para que tenga
valor, debe ir de la mano con la filoso•a.De lo contrario,
vale tan solo como un bienestar material de vida y es por
esta razón que pienso que ella adolece de un defecto
de origen y este es, que esta se encuentra dirigida
exclusivamente a la conquista del bienestar material del
hombre. La verdadera ciencia debe tener un solo obje•vo
y no es otro que: “hacer mejores a los hombres”.
Los cien•ficos, a través de siglos, han tratado de
descubrir la esencia del ser humano y su conexión con la
divinidad; pero esto es realmente imposible de determinar
con números y experimentos mortales. La ciencia •ene un
límite y ese límite lo dicta el centro del universo o Dios.

50
La ciencia del mundo material permite al hombre
crear, y hasta cierto punto dominar su entorno •sico. Y la
filoso•a evolu•va es la fuente del impulso a la fraternidad,
que permite a los hombres convivir en las complejidades
de la civilización en una era enmarcada en la ciencia y el
espacio.
Pero, por otro lado, la meta•sica nos permite descubrir
ese punto de encuentro común para los descubrimientos
de la ciencia y de la filoso•a y ello hace posible el intento
humano de correlacionar lógicamente estos dominios
separados, pero independientes, del pensamiento de una
filoso•a bien equilibrada que nos pueda dar estabilidad
y también la seguridad, a toda la humanidad, de que
las religiones existentes serán para hacer evolucionar al
hombre por sobre su pequeñez mortal.
Todos sabemos de sobra que el conocimiento se
encuentra aquí; es decir, todo se manifiesta a los ojos de
los que quieren ver y oír; nada es secreto en el universo,
solamente se debe transitar a través de la Gran Ley, y el
resto se les dará por añadidura.
A todas luces, pareciera que la ciencia desea el
conocimiento y la esencia del hombre para destruirlo y
modificarlo gené•camente para fines económicos, para
esclavizarlo en la materia y evitar su evolución cósmica;
pero, todos sabemos que eso no lo podrá hacer nunca,
porque lo único que creará esta ciencia, es un ser sin
ALMA, con las mismas caracterís•cas de los antropoides
que habitaron la Tierra hace millones de años a los que,
como sabemos, su ADN fue modificado gené•camente,
para hacer de ellos una raza de dioses esclavos.
Por otro lado, la distancia que existe entre la Ciencia y
el descubrimiento de Dios es un abismo infinito, porque
para lograr descubrir nuestra esencia, la ciencia debe
recorrer el sendero de las 10ª dimensiones del Hombre
Inmortal, con sus respec•vas encarnaciones, descubrir
51
el ves•bulo exterior, cobijarse bajo el Atrio y Tocar a las
Puertas de cada Templo de cada una de esas dimensiones,
esperar que estas se abran al influjo de la magia, analizar
cien•ficamente las energías que las conforman, cómo
funciona cada una de ellas y cómo afectan a la vida en
cada dimensión; para finalmente descubrir la verdad:
“Que el hombre es Dios en Acción.”
Y esto nunca lo podrá descubrir un Mortal y menos un
cien•fico Ateo o agnós•co.

EL MACROCOSMOS Y EL MICROCOSMOS

El Universo existe, es real, es Espíritu, también es


Mente; pareciera Absoluto en algunos momentos y
también Rela•vo; además •ene energía y una distribución
arquitectónica. A esta organización, la denominamos
Macrocosmos; Pero, si nos internamos en la sustancia
misma de este Ser, nos encontraremos inevitablemente
con el Microcosmos al que nosotros los Seres Humanos
representamos en esta esfera finita.
Pero, el microcosmos, el Hombre, es un concepto
que vive en nuestras mentes y se compone de los
estudios realizados, por los Fisiólogos, los Psicólogos y los
Sociólogos y especialmente, por los Filósofos del Período
de la Escolás•ca Medieval.
Me atrevería a decir que El Individuo es un ser mortal
y el Ser Humano es un ser Espiritual, que refleja lo
Universal; pero, su Alma Inmortal es del Universo con el
que •ene una in•ma relación.
Con•nuando con el tema, analizaremos, porqué existe
esa ín•ma relación entre el Ser Individuo y/o Humano
con el Universo mismo. En otras palabras, al relacionar
52
al Macrocosmos (Universo) con el Microcosmos (El Ser
Humano) podemos determinar sin lugar a dudas que
se rigen por las mismas leyes y que se manifiestan de la
misma forma; y, a través de la expansión de la conciencia
del ser humano, juntos son La Unidad, El Binario y El
Ternario.
Finalmente, llegamos al punto en donde es
necesario definir conceptos fundamentales: ¿Qué es
el Macrocosmos? Si nos remi•mos solo al concepto del
diccionario profano, podemos decir que: “Es todo lo
creado”, pero existen otras respuestas a este misterio; Por
lo tanto, par•remos por lo complejo:
El Universo es un ser que •ene vida propia, y como
tal se comporta y significa “Uno en lo Diverso”, al mismo
•empo, •ene Mente, y si •ene mente, todo habría
par•do de un Principio o Ley, por lo tanto también es
Pensamiento y siendo así, entonces es Espíritu.
Del mismo modo, si •ene mente y es pensante, •ene
Movimiento o Devenir, es decir, Voluntad, Energía.
Los aspectos enunciados anteriormente no •enen
ningún valor si no exis•era una Estructura o Forma que
contenga esta energía manifestada a través del espíritu,
es decir: La Acción o, dicho en otras palabras, La Materia.
Resumiendo, podemos decir en pocas palabras y
más simples que, el Universo es vida por doquier y Él se
manifiesta a través de una trilogía que es:
1º ESPÍRITU: Pensamiento – Principio o Ley; del cual
se deriva el Segundo.
2º ENERGÍA: Voluntad – Movimiento o devenir; y del
segundo se deriva el Tercero.
3º MATERIA: Acción – Estructura o forma.
Temas que analizaremos más adelante y en detalle.
Por lo tanto, nosotros nos relacionamos,
sociológicamente, con todo lo que existe y •ene vida en
el universo y, a esta relación la denominaremos Sociología
Universal, como un concepto esotérico.
53
Desde otro punto de vista, podemos decir que el
microcosmos está cons•tuido como el macrocosmos, en
donde el átomo es un verdadero sistema planetario, con
todos sus movimientos, cuyo centro lo cons•tuye el Sol, el
núcleo central de densidad máxima en torno al cual giran,
siguiendo una órbita semejante a la planetaria, uno o más
electrones según la naturaleza del sistema, que es lo que
define al átomo y le da su individualidad química.
Este sistema solar, con todos sus planetas, podría
considerarse, como el átomo de una química astronómica
cuyas combinaciones y reacciones producen aquellas
nebulosas que vemos aparecer y desaparecer en los
confines del universo •sico.
De lo anterior, se desprende que nosotros los seres
mortales dependemos directamente del Macrocosmos, o,
sí se quiere, estamos directamente relacionados a través
de uno en lo diverso; una sola energía diversificada y un
solo Gran Pensamiento Creador.
Por lo tanto, existe una ín•ma relación entre los Ritmos
y Vibraciones del Universo y las propias del Hombre – En
su Mediodía en Punto – porque esto es el ordenamiento
de un conjunto de elementos, cosas y pensamientos
Universales distribuidos armónicamente, que existen para
dar paso a la realidad del Universo como obje•vo de su
creación.
Todos sabemos que nuestro universo se encuentra
dividido en doce partes, a las que llamamos Constelaciones,
y que cada una de estas lleva el nombre de los doce signos
del Zodiaco, y que se les puede denominar como las
Doce Columnas Universales.
A con•nuación, la relación que existe entre el Ser
Humano y el Universo:

54
Un Día de Platón

Es el período en que nuestro Sistema Solar completa


el Círculo alrededor de todas las Constelaciones y que
corresponde a las Doce Columnas; este equivale a 25.920
años Solares.
LAS CONSTELACIONES QUE RECORRE NUESTRO
SISTEMA SOLAR EN 25.920 AÑOS.

Las Constelaciones

Son cada una de las casas o estaciones zodiacales.

Las Eras

Si nosotros dividimos los 25.920 años Solares por las


Doce Columnas o Constelaciones, tenemos el resultado de
2.160 años solares y a este Período se le denomina ERA,
período en que todo el sistema solar demora en pasar de
una Constelación a otra o de una Columna a la otra.

El Círculo Zodiacal

Si este Círculo que !ene 360° lo dividimos por las 12


(doce) Constelaciones, obtendremos: 360°: 12 = 30°;
entonces Cada Constelación !ene un valor de 30°; por
lo tanto: Si una Era = 2160 años: 30° esto es = 72 años,
equivalente a 1°.

Resumiendo podemos decir sin equivocarnos que:


1° Grado de nuestro cinturón Universal equivale a 72
años terrestres.
55
72 es exactamente la duración de la Precesión de los
Equinoccios.
72 es iniciá•camente el ritmo Equinoccial.
72 es la pulsación que •ene el ser humano normal
adulto en 1 Min.
25.920 años, corresponden exactamente al total de las
respiraciones humanas en 24 Horas, es decir, tenemos en
nuestro movimiento respiratorio, un Múl•plo exacto de la
vibración Cósmica en 1 día de Platón.
Los conceptos que se han planteado son reales, reflejan
la realidad cósmica del hombre y su existencia inmortal,
es y será la verdadera manifestación del universo, porque
el Universo es Dios y es la presencia Todopoderosa,
Omnisciente, Omnipresente, Matemá•ca, Geométrica,
simétrica, Infinita y eterna.
Demás esta decir que nosotros, los humanos, somos
el Universo y vivimos con Él y en Él; porque somos la
divinidad que ha caído en la materia mortal.

LA VIDA

En todos los seres vivos reside el origen de la


ley fundamental de la vida, que es: “La lucha por la
supervivencia”.
Lo que nos debería hacer hermanos, nos torna
inevitablemente rivales. El patrimonio común obtenido
a través de largas transformaciones, es limitado y la
sustancia que cons•tuye un organismo es óp•mo
material de nutrición para otro. De ahí que la guerra
por la existencia, es la correspondencia mutua de la
destrucción del hombre, es la rivalidad de la armonía y la
consonancia entre los órganos más o menos complejos y
56
evolucionados, armados con todos los instrumentos de
ofensa y defensa de la vida. Tal es, indiscu•blemente, la
ley del planeta a nivel animal.
Pero el hombre actual, en su interior, ha comenzado a
elevarse por sobre la condición animal y está percibiendo
una diferencia notable entre la bes•a y el ser humano.
El horror que siente la mayoría de los seres humanos
ante las formas de vida feroz y agresiva, se halla en
proporción con su grado de evolución. Pero los hombres
con mente animal, que son inferiores y que transitan por
la vida como un animal pensante, pero irracional, pueden
sen•rse sa•sfechos en medio de su forma de vida brutal e
inhumana, porque para ellos significa la expresión normal
de su propia naturaleza.
Los seres más evolucionados, aunque •sicamente, de
un cuerpo orgánico semejante, no pueden menos que
sen•r un rechazo hacia tales formas de pensamiento y
de sistemas de vida que aún existen en el planeta, en
donde muchos de ellos se encuentran en la duda de si
aceptar una vida inhumana y bes•al, o bien luchar por la
civilización y la humanidad.
Recién a par•r del siglo XX, el estado mental humano
comenzó a centrarse en las cosas importantes y a
expresarse a través de su propia esencia o sustancia. Por lo
tanto, tenemos una incógnita que dilucidar, que aclarar:
¿… Los seres humanos que cooperan con la evolución
de la humanidad, deben concentrarse en la conciencia
que empieza a despertar, o con•nuar en los movimientos
y pensamientos superficiales que nos destruyen…?
¿…Qué es más importante, el dinero o el Amor…? Ambos,
juntos, no son realidad; ambos son opuestos.
Es por esta razón que, en la Era presente, hay que
terminar con la Gran Obra por la que hemos venido a esta
vida; Porque la edad de Oro del Género Humano no está
detrás de nosotros, se encuentra adelante y consiste en
57
el perfeccionamiento de la Sociedad y en el advenimiento
del principio generador del universo: “El Espíritu”, aquel
que nuestros padres no han visto y que nuestros hijos y
los hijos de nuestros hijos llegaran, algún día, a ver con sus
propios ojos.
Por lo tanto, es a todos nosotros a quienes corresponde
trazar ese sendero de vida para la sociedad, Integrando
en cada uno la Humanidad, cul!vando y desarrollando
completamente nuestra naturaleza humana espiritual,
elevándonos moralmente y educándonos respecto de todo
lo que cons!tuye la nobleza, la grandeza y la dignidad de
la vida para proyectarla, no importa con cuanto sacrificio,
en la humanidad.
Pero al referirnos a la vida, como un concepto profano,
esotérico y hermé!co, la podemos definir desde el punto
de vista de muchas disciplinas filosóficas o concepciones
religiosas, aunque personalmente considero que es:
“La Fuerza o ac!vidad interna sustancial, mediante la
que se desarrolla el ser que la posee”. En otras palabras
es la unión del alma divina e inmortal con el cuerpo mortal
o vehículo de evolución cósmica. Pero esta respuesta o
definición es muy simple y llevaremos este tema hasta
el universo, para comprender más profundamente su
verdadero significado.
El Plan Mental Rector del Universo, que se manifiesta
a través de un conjunto armónico de conocimientos
puros y racionales, de las naturales condiciones de
entendimiento que rigen las formas, es un Arque!po que
traducido e!mológicamente quiere decir: “Tipo o forma
de Gobierno universal”.
Del mismo modo, este Universo que es todo Armonía
y vida por doquier, no puede ser producto del azar, ya
que todas sus manifestaciones se reflejan a través de
ciertas estructuras establecidas por los tres estados de
conciencia, que son las tres formas de voluntad, a las que
también se les puede llamar los Tres Logos Universales.
58
El Gran Hacedor, Gran Arquitecto del Universo, Dios,
Yahvé, Ala, Jehová, Yo Soy, El Innominado, etc., o como cada
uno desee llamarle, que dio su Esencia y la Voluntad de
Ser a cada cosa, también le dio la idea abstracta de su Plan
de Vida y de su finalidad, expresada en las grandes leyes
naturales, es decir: el ADN (Acido Desoxirribonucleico)
y también le entregó la idea concreta para que pudiera
desarrollarse como un sistema de vida en la materia, idea
que se encuentra expresada en leyes químicas, •sicas,
mecánicas, biológicas, é•cas, esté•cas y morales, como se
expresó anteriormente, especialmente en los Arque•pos
universales, que son el modelo soberano y eterno (ADN)
que con•ene las instrucciones gené•cas que sirve de
ejemplo para la creación de la vida, la inteligencia,
el entendimiento y la voluntad entre todos los seres
vivientes, el que viene impreso en el Alma inmortal de
cada ser.
La esencia o espíritu; la energía o voluntad y la
manifestación que es la materia, son tres elementos
que funcionan a través del Principio Hermé•co de
Correspondencia, ya que la unión de esos tres elementos
universales, cons•tuyen la vida y el principio divino
e Inteligente por excelencia; en otras palabras, la Ley
Ternaria que domina la totalidad de la Creación.
Todo ser o cosa, para exis•r y para tener vida, necesita
de un Espíritu, de la Energía o voluntad de existencia y
también de una matriz material para hacer manifiesta
dicha experiencia, y, finalmente, de una vida universal o
ideación (Alma), que le dé una forma a la matriz material
según su modo.
Este modo ha de ser necesariamente un arque•po o
pensamiento, pues nada puede exis•r en el universo sin
antes haber sido pensado.
Ej. “…Una flor de cinco pétalos no puede existir sin que
previamente se haya dado en el cosmos el pensamiento
del radio llevado cinco veces sobre la circunferencia….”
59
El suponer que algo puede ser un hecho sin haber antes
exis•do como un principio mental universal, es contrario a
todo el Orden y Ley de la Naturaleza, ya que este principio
encierra la verdad de que todo en el universo es Mental,
porque este, es la realidad sustancial que se oculta detrás
de todas las manifestaciones y apariencias que conocemos
bajo los nombres de: Universo Material, Fenómenos de la
Vida, Materia, Energía etc.
En pocas palabras, todo cuanto es sensible a nuestros
sen•dos materiales, es Espíritu, el que en sí mismo
es incognoscible e indefinible, pero, que puede ser
considerado como una Mente Infinita, Universal y
viviente, y eso se debe, a que todo el mundo fenoménico
o universal es una creación mental de Él.
Si analizamos esta realidad universal, podemos
determinar que este y todo el Universo Arquitectónico
que con•ene en su interior, es Mente, Energía y Luz y
como tal se comporta de acuerdo con su naturaleza. Es
por esta razón que podemos, entonces, definir que es la
vida en su interior y no cabe la menor duda de que esta, y
todos los seres reales que en este universo habitan, son
conceptos universales, al igual que las ideas de cada uno
de nosotros que emi•mos, al crear conceptos abstractos
e ideas que conformarán posteriormente estructuras
materiales para sa•sfacer nuestras necesidades de vida.
Del mismo modo, si todo es un concepto cósmico,
entonces debemos entender que los principios por los
que se rige el universo y los valores de los seres humanos
son también conceptos, por lo tanto, cuando se habla de
los Seres Humanos, o Los Maestros Ascendidos, Profetas,
Santos y otras en•dades espirituales Universales que
vienen en nuestra ayuda, solo estamos hablando de
vibraciones, octavas de luz que son abstractas y por ende
su comportamiento en el Universo es como tal.

60
Lo anterior nos permite ir más allá del Espacio y el
Tiempo, a la esfera inmediatamente superior, puesto que
si en realidad estos conceptos son como se han explicado,
entonces también hay que definir su naturaleza universal.
Por lo tanto, no son materia, tampoco energía, en
consecuencia podríamos determinar que son Energías
Dinámicas, dimensiones generadas especialmente por el
macro y el Microuniverso, para crear vidas conscientes,
las que viajan a través del Espíritu, Éter, Quinta Esencia,
Akasha, Alkahest y/o Electromagne•smo, abarcando
todo lo que con•ene el Macro universo Arquitectónico y
el Microuniverso material, corrigiendo los errores en las
formas de Ser de estos Universos y manteniendo el Orden
establecido a par•r de su propia creación.
Por lo tanto, conforme con lo expuesto, podemos
resumir que la conciencia de Dios o Gran Arquitecto Del
Universo, se manifiesta en tres estados o Logos, en donde
el Primero, que es el Espíritu, es la manifestación rela•va
de lo absoluto; y de él emana el Segundo Logos o la
energía universal y de ambos procede el Tercer Logos, la
materia, el Espíritu Santo, y de este nacen los siete modos
de voluntad, cuya manifestación !sica a los ojos y sen•dos
humanos, son las siete fuerzas o modos de vibración de la
materia, reales y concretos, creadores de toda vida en el
mundo visible como fuerzas de la naturaleza y portadoras
de esa vida eterna que todo lo anima y que son:

Electricidad - Calor - Cohesión - Gravitación - Luz -


Magne!smo y Sonido.

A lo expresado precedentemente, le sacaremos el velo


y lo llevaremos a las dimensiones del universo:
61
El sistema estelar de Sirio es la sexta dimensión
(6D) de nuestro Macro Universo y es la que crea
las construcciones geométricas de luz, par!endo de las
formas "sicas de la 3D que representa al mundo material
en donde vivimos, las que se encuentran configuradas
por los pensamientos y sen!mientos arque$picos de la
4D y los patrones crea!vos de la 5D.
Por lo tanto, estos son los campos morfo gené!cos
que dan forma y vida a los seres orgánicos y que
materializan las modificaciones o transformaciones que
experimenta cada ser viviente y que se manifiestan a
través de los patrones "sicos de toda vida existente en el
Macro Universo y en todo el Cosmos.
Consecuentemente, debemos estar de acuerdo, en
que todos los avances de la ciencia y la civilización nacen
a través de la mente interior de la humanidad y es ella
la verdadera creadora de todo lo que existe. Ninguna
civilización podrá progresar si la mayoría de los seres
humanos, de cualquier generación que sean, dedican sus
energías e intereses a la búsqueda del materialismo y de
los deseos de la sensualidad más grosera, creada por la
mente externa del individuo.
Pero también, hay que reconocer que la felicidad que
se origina en el tránsito por la vida, es el fin úl!mo del
hombre y es imposible manifestar esta sensación divina
cuando nos encontramos completamente solos. La vida
en solitario es fatal para la felicidad. Los seres humanos
pueden disfrutar ampliamente de la vida y la felicidad
si la comparten con otros seres humanos; porque fuimos
creados para vivir en sociedad, para vivir y permanecer
en parejas, sin ambigüedades de sexualidad, en nuestras
vivencias del amor.
Debemos reconocer que la vida interior del hombre es
creadora por excelencia y cada ser !ene la responsabilidad
de elegir, a través de su libre albedrío, si esta existencia
62
será espontánea y azarosa o controlada y construc•va.
Las ideas pueden originarse en los es•mulos del mundo
exterior, que es la sociedad, pero los ideales nacen
solamente a través de la mente interior; es decir: A través
del Alma y del Espíritu del Hombre Inmortal.

63
“EL HOMBRE RECIBIÓ DE LA VIDA
Y DE LA LUZ,
SU ALMA Y SU INTELIGENCIA;
SU ALMA LE VINO DE LA VIDA,
Y LA INTELIGENCIA DE LA LUZ”

64
CAPÍTULO II INTERPRETACIONES FILOSÓFICAS,
RELIGIOSAS Y ESOTÉRICAS SOBRE EL ALMA INMORTAL

MI ALMA INMORTAL EN EL UNIVERSO

Trato de entender los conceptos, las ideas y cosas que


no son comprensibles para los seres humanos y lo intento
una y otra vez y, aunque el Alma, la Vida, La Muerte, El
Hombre, El Universo y Dios no los comprendamos, insisto
y trato de encontrar una jus•ficación natural a los actos,
pensamiento y sen•mientos de los profanos, e iniciados.
Pero tengo esa percepción intrínseca, ín•ma de mi Alma,
que todos son conceptos del Universo y de nuestra mente
mortal y es por ello que tengo todo el derecho, por el
solo hecho de exis•r, de tener mi propia opinión de esos
grandes misterios, y mi pensamiento es tan válido como
el pensamiento de Dios o Gran Arquitecto del Universo,
creador de la Vida, la Muerte, el Alma, el Hombre y de
Todo lo que existe.
Tal vez existan errores de conceptos, es muy probable
que la verdad sea una especulación del razonamiento
del hombre y también una irrealidad, pero en lo más
profundo de mi Alma, percibo que estos pensamientos
son parte de la verdadera realidad de los universos y de
nuestra Alma Inmortal.
Es muy probable que lo que vais a leer en estas líneas
no esté de acuerdo con vuestros pensamientos, pero
estuve reflexionando y pensando seriamente y por
mucho •empo, en cómo debo ser “YO” para plantear este
tema y mi respuesta fue: “Como yo deseo ser”.
Y al margen de esa reflexión, también me pregunté
cómo debo pensar, y la respuesta percibida a través de
65
mi conciencia fue que: “Debo pensar y actuar, como YO
percibo la Vida, La Muerte, El Alma, El Universo”.
Y es por ello que mi conciencia ha hecho posible
que perciba que en el principio del Universo y del Todo
había luz silencio y mucha paz. Sabíamos que exis!amos,
sabíamos que éramos Mente y Pensamiento, Conciencia y
Espíritu, estábamos presentes, fluctuábamos (crecíamos
y disminuíamos), éramos miles de millones de Almas
fluorescentes, emi!amos resplandores de colores que se
entrelazaban unos con otros.
Cada uno de nosotros llevaba en sí una parte de Dios
o del Gran Arquitecto del Universo. Éramos millones de
células delicadas que sin tener forma ni estructura, nos
dividíamos reiteradamente hasta cons#tuir una nueva
Alma, sin posibilidad de crear una nueva vida. Teníamos
una consistencia frágil, esférica y una figura hermosa
descendiendo del universo a grandes velocidades hacia la
materia.
Los conceptos anteriores hacen imposible que la ciencia
o la filoso%a alcancen una comprensión sa#sfactoria de
esta ac#tud del Alma evolu#va de la conciencia humana.
Y es esta la razón por la que el Alma del Ser humano es
hija del universo y se le puede llegar a conocer solamente
a través del discernimiento cósmico, del descubrimiento
de nuestra Divinidad interior y de nuestra verdadera
expansión de conciencia.
El concepto de Alma y de un espíritu que reside en un
cuerpo mortal no es nuevo en este planeta, ya que ha
aparecido frecuentemente en los diversos sistemas de
creencias de los seres que han habitado la Tierra.
Por otro lado, para escribir y hablar del Alma, hay
que sen#rla, hay que percibirla dentro de nuestro
cuerpo mortal y yo percibo dos aspectos diferenciados
de mi personalidad, el primero es mi cuerpo mortal y el
segundo es mi alma inmortal, ambos unidos a través de
66
la conciencia cósmica de la inmortalidad del ser humano
y de los universos matemá•cos, geométricos, simétricos,
infinitos y eternos, en donde mi cuerpo es el vehículo
de mi existencia y ella, mi alma, es la verdadera existencia
que ha recorrido los universos eternos sin espacio ni
•empo.
Yo Soy la vida, desde la Raza de los Dioses,
convergiendo en la raza hiperbórea y la Lemuria;
luchando por la existencia universal durante la raza
Atlante y reconstruyendo la divinidad en esta quinta raza
aria de nuestros •empos. Nada ni nadie puede sen•r lo
que yo siento respecto de mi alma, porque ella es la guía
que envuelve toda mi existencia terrenal y universal; y a
través de ella he transitado por eones de •empo y nadie
puede definir mejor que yo lo que ella siente dentro de
este cuerpo mortal.
Hace milenios transité por el universo; y yo era una
esfera de plata que se desplazaba a velocidades increíbles,
con millones de esferas idén•cas a la que yo pertenecía y
en un momento, todas y cada unas de ellas, se ubicaron
en fila y penetramos a este planeta •erra, a través de
los espacios universales que para ellas se encuentran
abiertos.
Como lo expresé anteriormente, muchos seres
humanos confunden el Alma con el espíritu y viceversa,
pero desde hace milenios, tanto en Oriente como en el
Medio Oriente y en Asia, los Maestros y Sacerdotes de las
Escuelas de los Misterios y de los Templos, enseñaban que
ambas eran dos cosas diferentes y fundamentales para la
vida que rige en todo el universo.
Demás está decir que todo es vida, y vida es el Alma,
que no debe confundirse con el cuerpo humano, y por
lo tanto nuestra Alma es una parte indisoluble de Dios,
y es por ello que nada hay de inerte en los universos,
nada hay de vacío en los espacios cósmicos, hasta en lo
67
que nosotros, los mortales, llamamos vacío, hay vida, de
diferentes caracterís•cas y de acuerdo con las potencias
y/o divinidades de los diferentes planos o dimensiones,
ella es el motor de todo lo que existe, es la acción que
impele a los seres a evolucionar y a transitar por el
sendero, rumbo a sus orígenes.
Por otro lado, la masonería enseña que cuando
desencarnamos, nos dirigimos hacia el Oriente Eterno
y como fórmula de Dios tenemos al Gran Arquitecto del
Universo, por lo tanto esa es una enseñanza Panteísta,
que expresa que el universo es la divinidad, y es por ello
que en el Oriente Eterno debería estar el Gran Sol Central
desde donde todo irradia y se crea y, si es así, entonces
sería la Grande Alma del Universo y, El Alma Inmortal de
los seres humanos sería un Sol que es el espejo de aquel
Sol que rige en el centro de los universos, por esta razón,
es que considero esta teoría personal, como una gran
aproximación a la realidad mortal del ser humano.
La verdad es que este tema es el verdadero universo,
porque el universo y la creación “se fundamenta en
miríadas de Almas que bajan y remontan penosamente
el camino de los siete cielos y de los siete planetas, como
decía Hermes”. En otras palabras, es la involución y la
evolución de toda existencia Universal.
El hombre es hijo de sus obras; es lo que quiere ser; es
la imagen de Dios y la que él se forma es la realización de
su ideal. Si su ideal carece de base, todo el edificio de su
inmortalidad se derrumbará; por lo tanto, la filoso•a no
es el ideal, sino es ella la que debe servir de base al ideal.
Lo conocido es para nosotros la medida de lo desconocido;
lo visible nos hace apreciar lo invisible; las sensaciones
son a los pensamientos, lo que los pensamientos a las
aspiraciones.
La ciencia es una trigonometría celeste; en donde
Uno de los lados del Triángulo absoluto, es la naturaleza
68
some•da a nuestras inves•gaciones; el otro o número
dos, es nuestra ALMA INMORTAL que abraza y refleja
la naturaleza; y el Tercero de los lados; es lo absoluto, la
divinidad en donde se agranda y fortalece nuestra Alma
Inmortal.
Observemos, no prejuzguemos; ejercitemos nuestras
facultades espirituales, no corrompamos nuestro propio
pensamiento de libertad; construyamos el sendero y
el dominio de la vida en la vida; veamos la verdad en la
verdad.
Todo es posible para aquel que quiere solamente lo
que es verdadero. Porque la verdad llana y genuina, es
el esplendor que produce la comprensión y el Saber de lo
que significa El Osar, Hacer y Callar, para permanecer en
la naturaleza del Alma.
Muchas religiones, orientales y algunas occidentales,
han percibido que el hombre es divino en su ascendencia
o linaje, como también humano en su herencia y es por
ello que esa sensación de la presencia interior del Alma,
además de la omnipresencia exterior de la Deidad, por
largos siglos ha formado parte de muchas creencias o
dogmas en donde los hombres han creído y pensado,
por mucho •empo, que existe algo que crece dentro
de la naturaleza humana algo vital que está des•nado
a perdurar más allá del corto tramo de esa vida que se
encuentra fuera del Espacio-Tiempo, en la Eternidad o en
la Unidad y que a todas luces lo trasciende.
La Masonería, las religiones y la filoso#a, no se
encuentran ajenas a estos conceptos y a esta percepción
de lo que significa el Alma inmortal y, a través de ella nos
damos cuenta de que nuestro cuerpo mortal solamente
es el vehículo de esa Alma y que la verdadera divinidad
se encuentra oculta en el interior de una Caverna.
Es por ello que, buscando entre las cenizas del pasado,
trataremos de descorrer el velo esotérico de la realidad
69
del Alma, penetrando en los Misterios de la Filoso•a, el
Esoterismo y las Religiones, para tratar de descubrir, en el
arcano, lo que no podemos comprender o explicar y que
se encuentra oculto en el Santuario del Micro universo y
también del Macro universo.
Esta inves•gación, no es el estudio de religiones y
filoso•as, solamente nos limitaremos a exponer en
qué consisten ellas, para posteriormente presentar el
pensamiento y la percepción que tenían del Alma.
Por lo tanto, he aquí algunas doctrinas respecto del
concepto de ALMA INMORTAL.

EL ALMA SEGÚN LAS RELIGIONES CRISTIANAS

En el mundo occidental, la noción del alma se ha


establecido lentamente en la mente de la sociedad y
también en los adeptos de cada una de las religiones
como un concepto que es comparado con el espíritu y no
como algo tangible de la personalidad divina que emana
de lo más profundo de la creación humana.
Por otro lado, en el concepto del mundo griego, a par•r
de la concepción homérica de un único principio espiritual
denominado psyché, se llega a una definición más
completa, gracias al aporte de las religiones mistéricas. Es
así como en el orfismo existe la visión de que el hombre
se encuentra compuesto de dos elementos: uno terreno
(La Mente Pensamiento) y otro divino (Espíritu-Energía).
En esta concepción está el origen de la idea de la filoso•a
griega clásica de un alma inmaterial e inmortal. Platón es
quien dio una señal clara y consciente al mito órfico de
una Alma prisionera del cuerpo.

70
Aristóteles, por otra parte, rechazó este dualismo
y concibió al hombre como una unidad sustancial,
cons•tu•vo de lo más esencial del universo. Con el
judaísmo y el Cris•anismo se fusionan la visión bíblica y la
del Aristotelismo y neoplatonismo.
Por otra parte, los problemas referentes al alma más
estudiados, por la filoso•a, aparte de su existencia y
naturaleza, son los del origen y unión con el cuerpo y su
des•no.
En cuanto al origen del alma, hay dis•ntas teorías,
pero nos limitaremos a inves•gar solamente aquellas que
•enen relación con la religión y la filoso•a esotérica y
hermé•ca.

Las Enseñanzas Bíblicas Cris•anas

En la Biblia, el vocablo “alma” se da como traducción


de la palabra hebrea néfesch y la palabra griega psykhe.
Por el uso que se da al vocablo en la Biblia, queda claro
que el alma es la persona o el animal mismo a que se
hace referencia con el término, o la vida de que disfruta
la persona o el animal. Las creencias de que el “alma” es
la parte inmaterial o espiritual que sobrevive a la muerte
del cuerpo •sico, o de que es el principio vital, no son
enseñanzas bíblicas.
La Rúaj, es “viento” o “espíritu” en hebreo, y podemos
definir que en relación a la antropología, esel hálito de
vida, es el aliento de la divinidad cuando Dios inspiró sobre
el hombre su soplo de vida y, se convir•ó en ser viviente.
Según la Biblia “Dios habla hoy”, edición popular
comentada dice: “ El hombre vive mientras Dios no re•ra
su Rúaj” (Job 27, 3).
71
Como podemos ver el término marca fuertemente la
relación entre criatura y creador y la dependencia absoluta
de ella hacia Él.
La Rúaj recibe otros sen!dos en la Biblia, según los
contextos, como por ejemplo: la néfesch (‫ )שפנ‬significa
“garganta”, “fauces” (2 Samuel 16:14), “el que respira”
(Job 41:13, 20, 21). Néfesch viene de una raíz que significa
“respirar”, y en un sen!do literal se podría traducir como
“un respirador”. Exactamente la misma expresión hebrea
que se usa para la creación animal, a saber, néfesch
jaiyáh (alma viviente), se aplica a Adán cuando se dice que
después que Dios formó al hombre del polvo del suelo y
sopló en sus narices el aliento de vida, “el hombre vino a
ser alma viviente” (Gén. 2:7.).
En las instrucciones que Dios dio al hombre después de
crearlo, u!lizó de nuevo el término néfesch para referirse
a la creación animal: “Todo lo que se mueve sobre la
!erra en que hay vida como alma, literalmente, en donde
hay alma viviente (néfesch), (Génesis 1:30.).
A veces la palabra néfesch se u!liza para expresar el
deseo del individuo, que le llena y luego le empuja a
lograr su meta. Proverbios 13:2 dice sobre los que tratan
traidoramente porque su alma es violencia, es decir,
que son par!darios acérrimos de la violencia, y llegan a
ser en realidad la violencia personificada, de modo que
!ene que ver también con la interacción entre la mente
y personalidad ac!va de un individuo, a saber: “la vida”
(1Samuel 26:21).
Además, en el registro del Génesis 9:4 dice que la sangre
es Alma y Leví!co 17:11 dice que en la Sangre está el Alma,
a causa de que cada célula viva que compone la sangre
está capacitada para moverse en sí, diferenciando a los
seres animales de los vegetales que no !enen Sangre ni
células relacionadas en ella.

72
La Sangre, cuyo movimiento celular permite la
circunvolución de la respiración, muestra su caracterís•ca
dis•n•va de la Vida Animal. La palabra néfesch (‫ )שפנ‬aparece
un total de 754 veces en las Escrituras Hebreas (desde el
Génesis hasta Malaquías) y su equivalente griego psykhe
105 veces en las Escrituras Griegas (Mateo a Revelación) y
nunca está asociada a la inmortalidad que le dan algunas
corrientes religiosas, filosóficas o de otra índole. Pero,
muy notablemente, hay cientos de textos bíblicos que la
asocian con la muerte; de hecho, hay 13 textos donde se
menciona como “néfesch muerta” (alma muerta).
Y no •enen que ver psykhe y la palabra en
la"n ánima, palabras que se relacionan con el
término español “animal”, haciendo lógica la
expresión “animal racional” para el ser humano con la
palabra espíritu (gr. pneuma).
Así, el Alma se define por la interacción inseparable de
tres movimientos en la materia viva que lo integran y que
son: La Mente/Corazón (principio psicológico consciente-
inconsciente del Yo mismo o movimiento pneumá•co),
la Sangre (principio del cuerpo animal o carnal o
movimiento linfá•co) y la Vida (principio de la ac•vidad-
hábito o movimiento dinámico). Sin estos tres elementos,
el alma está Muerta. De esta interpretación religiosa, nace
la importancia de valorar tanto el alma humana como el
alma de un animal.
Reforzando la valoración é•ca, se puede definir que la
parte más delicada del alma se encuentra en contacto con
la mente-corazón, hasta la parte más resistente de ella
que es la vida.
“En masonería el Alma se encuentra relacionada con la
Conciencia-Espíritu, y nunca con la Mente-Pensamiento,
porque entonces sería un alma racional y no espiritual.”
El basár (carne) es un concepto que no se opone a rúaj
(soplo) pero se yuxtaponen. Una traducción aceptable
73
sería “mi persona”, que se puede tocar, experimentar.
Cuando Pablo dice: “Vuestros cuerpos son templo del
Espíritu (en gr. pnéuma) (1 Cor. 6,19)” o bien “Ustedes
son el templo... (1 Cor. 3-17)”, con ello resalta el aspecto
experimental del concepto alma.

El Magisterio Católico

Las definiciones dogmá"cas del Magisterio de la


Iglesia Católica tratan principalmente de las relaciones
entre alma y cuerpo y las principales son:
El hombre "ene una sola alma.
El alma (ánima intellec"va) existe en cada hombre
como individualmente dis"nta y es inmortal en esta
diversidad individual.
El alma (ánima intellec"va) es forma corporis por sí
misma.
Del Papa Juan XXIII: El alma puede tener la visión plena
de Dios, solo después de la muerte.
El alma es creada e infundida inmediatamente por Dios
en el momento de la concepción.
El alma no pertenece a la sustancia divina.
El alma no lleva una existencia pre-corporal.
El alma no "ene un origen material.
Ella cons"tuye el principio vital del hombre.
Es superior al cuerpo.
Su espiritualidad puede ser demostrada.
El Concilio Va"cano II supera el esquema alma-cuerpo
y habla de persona.”El hombre es uno en cuerpo y alma y
transciende en su interioridad a la totalidad de las cosas...”
El Papa Juan Pablo II, en una alocución dominical
publicada en L’Osservatore Romano (14/01/1990), dijo
que: “los animales poseen un soplo vital recibido de Dios”,
74
citando los Salmos 103 y 104, siéndoles reconocida, por
tanto, el alma sensi•va (griego pneuma, soplo, aire), sin
olvidar que el vocablo animal proviene del la•n ánima
(alma).
“Los animales poseen un alma y los seres humanos
deben amar y sen•rse solidarios con nuestros hermanos
menores”.

La Teología Cris•ana

La teología cris•ana, principalmente la teología


protestante alemana, se inspira en el Idealismo, corriente
basada sobre las Ideas en donde se llega a concebir el
alma como un concepto subje•vo.
Este mismo Idealismo influye, por el pensamiento de
Descartes, en algunas corrientes de la Iglesia Católica.
En efecto, Descartes, afirmando “pienso, luego existo”,
encierra la reflexión filosófica en el mundo de las ideas,
siendo considerado, por estos conceptos, como el padre
del idealismo.
El Realismo filosófico dio nacimiento al Empirismo,
al Marxismo, a la filoso#a existencialista, al existencialismo
cris•ano de Gabriel Marcel y al personalismo de Emmanuel
Mounier.
Desde el punto de vista de la iconogra#a, los primi•vos
cris•anos representaron en sus monumentos el alma
humana libre de las trabas de la carne y por medio de las
siguientes figuras simbólicas:
Un caballo corriendo como para conseguir el premio
en los juegos del circo.
Una nave bogando a velas desplegadas hacia un faro o
llegando al puerto.

75
Un cordero o una oveja sola o res•tuida al rebaño por
el Buen Pastor.
Una paloma, a veces volando, a veces junto a un vaso
vacío imagen del cuerpo abandonado por el espíritu y
otras veces posada en un florido jardín representación del
Paraíso.
Una mujer saliendo de un cuerpo inanimado.

EL ALMA SEGÚN LA RELIGIÓN JUDÍA

En realidad, lo que hay que decir primero, es que el


judaísmo considera que el espíritu del humano se va con
Dios, con el creador, y el cuerpo se convierte en polvo y
retorna a él y a la •erra, que es de donde salió. Y nada
más. No existen pormenores en cuanto a esto.
También es importante aclarar que en el Judaísmo, y
de acuerdo con la Torah, los seres humanos solo •enen
dos cualidades: cuerpo y espíritu o alma, ya que así fue
como Dios nos creó: Hizo un cuerpo de barro y luego le
insufló un Rúaj, que es el espíritu, aliento o suspiro, y
nada más.
Toda otra idea o pensamiento que exista para intentar
separar un alma de un espíritu y que el ser humano tenga
tres cualidades, traducidas en: Alma, Espíritu y Cuerpo,
surge del cris•anismo, para intentar jus•ficar la trinidad,
ya que el cris•anismo considera que si Dios dijo “hagamos
al hombre a nuestra semejanza” y Dios es trino, el humano
también debería ser trino. Pero eso es falso, es paganismo
mezclado con monoteísmo, una mezcla imposible.
De acuerdo con los escritos del Midrash, el humano
•ene cuatro etapas espirituales, y corresponden a los
cuatro momentos de Avelim, que significa, Dolientes en
Luto:
76
1) Aninut: Inmediatamente al morir. La Torah ordena
que se les dé sepultura de inmediato excepto en Shabat
y Shabat Shabatón. Igualmente el espíritu queda libre.
Si no va directamente con Dios es porque come•ó
transgresiones que le impiden estar preparado.
Y entonces •ene tres etapas para la Teshuba, que es el
arrepen•miento.
2) Shiba: Luto de los 7 días. 7 días se agregan al
Aninut para que el espíritu vea el producto de sus obras
(materiales) y se arrepienta. De acuerdo con el Talmud, el
espíritu vaga tres días en la •erra y luego sube a Dios.
3) Shloshim: Los treinta días.
4) Yorzeit: 11 meses menos un día, que corresponde
a un año hebreo, es decir la conmemoración del primer
aniversario de fallecimiento. El espíritu •ene incluso hasta
aquí para arrepen•rse. Para este entonces, el espíritu
habrá asimilado la muerte, arrepen•do y subido con Dios.
En el judaísmo no existe el infierno ni los cas•gos
divinos. El final de todo fallecido es Olám Habá que
corresponde al mundo venidero en Beit Hashem, que es
La Casa de Dios a la que tarde o temprano debemos llegar
al morir, después de 11 meses menos un día.

Visión Cabalís!ca

En el Génesis C.1- V. 2 aparece por primera vez la


palabra Ruaj (alma), que en ese momento no es más que
espíritu de Dios. Todo lo que Dios creó lo hizo con su Ruaj.
También al Hombre y la Mujer.
Sin embargo, en la Biblia aparecen cinco palabras que
significan alma, o que son traducidas como alma, pero
cada una corresponde a un nivel diferente del alma.

77
1.- Nefesh.
2.- Ruaj.
3.- Neshamá.
4.- Jaia.
5.- Iejidá.
El primero, Nefesh, es conceptualmente sangre, lo que
se descompone junto al cuerpo (por lo que no debemos
tomar o comer la sangre de un animal, porque nos
impregnamos de su ins•nto animal).
El segundo, Ruaj, es el que se eleva y desciende.
Este permanece junto al cuerpo en espera de su total
descomposición para iniciar el ascenso (por eso los judíos
no se creman, porque su Ruaj sufre esa destrucción y no
puede elevarse).
El tercero, la Neshamá, es la disposición, la intención,
la voluntad de mejorar.
El cuarto Jaia (vida), muere y vive en el cuerpo.
El quinto Iejidá (único) es único de cada cuerpo.
Estos niveles representan las diferentes vibraciones
de luz que emanan desde Dios al hombre y estos •enen
estrecha relación con sus acciones.
En el nivel de Iejidá, la luz es muy sublime y unificado
en el nivel Jaia es la fuerza vital de todo lo que viene
después.
Neshamá, de la palabra Neshimá que significa aliento
porque este nivel es como un soplo en la boca de Dios.
(Espíritu)
Ruaj es el alma de luz que se de•ene en el nivel llamado
Nefesh, que está en la sangre de un ser humano "sico y,
por lo tanto actúa como puente en lo espiritual y "sico.

78
EL ALMA SEGÚN LA RELIGIÓN MUSULMANA

El nombre Islam remite a la noción de sumisión.


Prac!car el Islam es prac!car el “some!miento a Alá”.
La vida islámica está gobernada por tres autoridades:
el Corán, el Hadiz, y la Sharia o ley religiosa. Esta úl!ma
está vigente en Pakistán, Arabia Saudita, Irán, Sudán y, en
menor medida, en Libia y Egipto.
El Corán o Alcorán, del cual se dice que fue revelado
a Mahoma por el Arcángel Gabriel, con!ene dichos en
árabe. Para muchos eruditos islámicos las traducciones no
hacen más que desfigurar su verdadero sen!do religioso.
La Hadiz o Sunna con!ene los actos, los dichos y la
aprobación silenciosa del Profeta, fijados en la forma de
hadices escritas.
La Sharia, o derecho canónico, está basada en principios
del Corán. Reglamenta la vida polí!ca, religiosa y social de
todo musulmán.
Todos los actos del hombre se clasifican en cinco
categorías legales:
Lo que se considera deber absoluto, que implica
recompensa por obrar o cas!go por no obrar.
Actos dignos de elogio o meritorios, que implican una
recompensa, pero ningún cas!go por omisión.
Actos permisibles, que en sen!do legal son indiferentes.

Acciones reprensibles, que se desaprueban, pero no se


cas!gan.
Actos prohibidos, por cuya realización se exige cas!go.

79
Las Cinco Columnas de la Fe

Fe en un solo Dios, Alá (Sura 23:16,117)


Fe en los ángeles (Sura 2:177)
Fe en muchos profetas, pero un solo mensaje, Adán fue el
primer profeta. Otros han sido Abraham, Moisés, Jesús, y
“el sello de los profetas”: Mahoma. (Sura 4: 136; 33: 40)
Fe en un día del juicio (Sura 15: 35 y 36)
Fe en la omnisciencia y presencia de Dios, y en que él
determina todo lo que sucede.
Sin embargo, el hombre •ene libertad de elección en
sus actos. (Las sectas islámicas se encuentran divididas
sobre el fundamento del libre albedrío.) (Sura 9:51)

El Alma y El Espíritu Según el Islam

Espíritu en árabe se dice “Ruh”, y según el uso en esa


lengua es:
“El Principio de la Vida”, gracias al cual el animal o ser,
ejerce la facultad sensi•va y el movimiento voluntario.
Metafóricamente, se aplica a ciertos asuntos que
producen excelentes frutos, como el conocimiento, siendo
este, además, representado como la vida de las Almas.
Finalmente, según el Islam, el Alma es el Soplo de Vida
en el Hombre, que pertenece a Allah; pero, vivifica al
hombre solo mientras dura su estancia temporal en él.

El Des!no del Alma

El Islam enseña que el hombre •ene un alma que pasa


al más allá. Según el Corán, el alma puede tener diferentes
80
des•nos, que pueden ser: o un jardín celes•al paradisíaco,
o el cas•go de un infierno ardiente. Los musulmanes
creen que el alma de un difunto pasa por una “barrera”
temporal (•empo intermedio entre la hora de la muerte
y la hora de la resurrección). El alma está consciente allí,
experimentando cas•go, si la persona ha sido impía (Falto
de piedad o falto de Religión), o disfrutando de felicidad
si ha sido fiel.
El des•no final podrá ser el paraíso lleno de arroyos y
jardines, donde se podrá disfrutar eternamente. O bien,
el infierno, lleno de fuego, donde no se probará sueño ni
más bebida que agua hirviente. (Sura 4: 57), (Sura 78: 21,
23-25, CA)

EL ALMA SEGÚN LAS RELIGIONES DE LA INDIA

Es muy di!cil hacer un resumen de lo que son las


religiones de la India y las fuentes de su conocimiento,
porque este país ha sido habitado por numerosas razas de
los troncos más diversos. A ello se suman las invasiones,
dominaciones extranjeras, y toda suerte de complicados
Avatares (Según la Religión Hindú, encarnación terrestre
de una deidad) históricos que conducen a un complejidad
de ideas religiosas y filosóficas.
Como orientación, podemos decir en general, que las
fuentes de las religiones de la India y su interpretación del
Alma, son muchas y de muy diverso carácter, en donde
abundan los textos escritos, generalmente de épocas
mucho más modernas que en otras civilizaciones, tales
como por ejemplo, la Religión Egipcia an•gua.

81
Sobre estos antecedentes religiosos e históricos,
presentaremos un resumen de la idea y de lo que estas
religiones enseñan a sus adeptos, su doctrina y los
verdaderos dogmas del Alma Inmortal.

EL ALMA SEGÚN LA RELIGION VÉDICA Y EL


BRAMANISMO

La religión Védica de la India es aportada por los arios


blancos, indoeuropeos, invasores de la India dravídica
(Perteneciente o rela!vo a la provincia Drávida del sudeste
de la India, al norte de Sri Lanka y en la zona pakistaní de
Brahui. Estas eran familias que no tenían ninguna relación
gené!ca con otras familias y a quienes se les denominaba
Tamiles.) Junto con el Budismo, estas religiones, hacen un
verdadero aporte básico a la Historia de las Religiones.
El brahmanismo puede considerarse como una especie
de derivación, o mejor dicho, es un aspecto especial de ella.
Jainismo e Hinduismo también proceden de su Tronco,
y se puede decir que la doctrina búdica, muy personal
y definida en otros aspectos, no pretende suplantar a la
religión Védica como credo, sino hallar una superación del
dolor de la existencia toda, que favorece tanto a hombres
como a dioses y que reconoce, sin comba!rla, la doctrina
védica fundamental.
El nombre deriva de los vedas, palabra que designa
composiciones en forma de himnos que se consideraban
reveladas por el dios Brahma, y consideradas por tradición
oral durante mucho !empo hasta que un sabio las recopiló
y son las que se encuentran en el actual estado. Este
hombre sabio, por ello, recibió el califica!vo de Veda-
Viasa o Vyasa, que significa Compilador de Vedas.
82
Escritos en épocas milenarias, los Vedas representan
en la historia del Espíritu humano una fase desconocida
que sirvió de punto de par•da a las principales ideas
dominantes de la an•güedad y que hoy todavía perduran
en algunas religiones modernas. Se piensa que estas
recopilaciones de himnos las entonaban las tribus que
descendieron hacia la India, procedentes, tal vez, de las
vastas estepas del Asia Central.
Veda significa “Ejemplo”, “Saber”, y sus composiciones
se escribieron en lengua sánscrita, por ello se le consideró
Sagrada.
La complicada literatura védica se agrupa en la siguiente
forma:
Los cuatro Samhitas, que son, El Rigveda (Veda de los
himnos); El Samaveda (Veda de las melodías); El Yajurveda
(Veda de la fórmula del sacrificio) estrechamente
relacionado con los Brahmanes y El Atharvaveda (Veda de
los magos Atharvanes) que es una colección de fórmulas
y encantamientos para la vida corriente.
Existe, también, una serie de comentarios védicos:
Los brahmanes (Comentarios, explicaciones, anécdotas,
etc.) y los Upanishads (que significa comunicaciones
secretas y que es una especie de filoso!a religiosa).
Lo Indios no solo fueron seres inclinados al mis•cismo,
sino también grandes aficionados a la filoso!a. Por
esta razón recordaremos en forma muy abreviada, su
pensamiento filosófico, ya que este es inseparable de las
formas religiosas.
El principio básico es que el mundo actual ha nacido
de la ignorancia y que esta ignorancia es creadora; por
esta razón, la misión de la religión consis•ría en liberarse
de la existencia a través del conocimiento espiritual. Esta
idea común a todos los indios fue desarrollada de manera
diferente por cada grupo y época y alcanzó su máxima
expresión en el Budismo.
83
Existen cinco escuelas ortodoxas de filoso•a religiosa,
que pueden resumirse de la siguiente manera ‫׃‬
Escuela Nyaya. Creencia Escolás!ca en un dios personal
y un mundo Atomís!co
Escuela Vaiceshika. Igualmente Atomís!ca y cuya
mayor preocupación recae en la diferenciación entre los
seres y los objetos individuales.
Escuela Sânkhya. Doctrina del Dualismo.
Escuela Purvamimamsa. Ritualismo politeísta que
pretende demostrar que los Vedas existen desde la
eternidad y que se iden!fican con el verbo creador.

Escuela U!aramimamsa o Vedanta. Teoría Monista.

Muchas de estas escuelas tuvieron poco desarrollo o se


ex!nguieron rápidamente, con excepción de la Vedanta y
la Sânkhya, escuelas que alcanzaron una enorme difusión
y aceptación dentro de la sociedad india.
Respecto de su concepción del Alma, manifiestan que
el Brahmán es el Ser, es decir Dios. Se le conoce, porque
él mismo indicó el camino, y este es que amándole se le
reconoce en todos los seres y finalmente en uno mismo,
y este es el principio para llegar a su propio ser que es el
Atman, que lo abarca todo.
El único objeto digno de conocimiento, es por lo tanto
el Atman, palabra que en un principio significaba Aliento,
luego Soplo de Vida, Alma, Ser.
Este es el fundamento del famoso panteísmo Indio,
que afirma que dios y el universo se iden!fican en un solo
ser. El Atman !ene su réplica cósmica, el Mahatman, la
Gran Alma del Universo.

84
EL ALMA SEGÚN EL JAINISMO

Respecto de esta Religión, en los antecedentes de su


existencia no se encuentra muy claro cual es el origen de
este movimiento y la reacción que provocó en la India;
se supuso an•guamente que esta se remontaba al Siglo
VIII a. de J. C., ligado a un profeta, pero que el verdadero
fundador sería un contemporáneo de Buda, aunque un
poco más viejo que este.
Hoy parece comprobado que se trata de Jina, nacido
18 años después que Buda. Vardhamana Jña•putra,
llamado Mahavaira (Gran Héroe) y Jina (Victorioso), nació
en el país de Magadha. Cuando murieron sus padres,
abandonó a su esposa y sus hijos, para conver•rse en un
asceta ambulante.
Después de trece años de ejercicios y de meditaciones,
renunció a sus ves•dos y se some•ó durante otros
doce a duras penitencias, que le permi•eron alcanzar
la victoria, es decir, el conocimiento de la esencia de la
existencia humana. Se le unieron numerosos discípulos
que propagaron su doctrina divididos en dos ramas:
Los Svetambaras (ves•dos de blanco) y Los Digambaras
(ves•dos de Aire o desnudos).
Según los Jainistas “Las cosas pueden ser”. Dicen
que se pueden atribuir a un mismo objeto cualidades
contradictorias según el punto desde el que se le considere,
y que las cosas pueden ser o no ser. La materia es eterna
según su sustancia pero sus formas son e!meras. El Karma
(Principio de Causa y Efecto) que nace de la conducta
del individuo es una sustancia material, como un polvo
que penetra en los poros del Alma y la embrutece; su
influencia es tan grande, que ciertos estados del Karma
determinan la clase de existencia futura del Alma.
85
Es preciso sacar de esta dificultad a cada uno de
los poros del Alma, desgastar el Karma mediante un
cuidadoso control de la conducta, para escapar al ciclo de
la Transmigración del Alma causado por el Karma, al que
se encuentran some•dos hombres y Dioses, para lograr
conver•rse en un “Jina”.
El Jainismo •ene ciertos ma•ces Ateos, pero no tantos
como se ha pretendido, pues creen en el Paramarman o
Ser Independiente. Sus monjes y monjas deben observar
rígidamente estas cinco reglas:

1. No matar
2. Decir la verdad
3. No Robar
4. Prac•car la Cas•dad Absoluta y
5. Renunciar a todo Placer procedente de las cosas
externas.
El resto de los fieles deben mantener a estos Monjes y
procurar imitarles en lo posible.
En general, la concepción que esta religión •ene del
Alma Inmortal es idén•ca a la del Hinduismo, en donde
la Transmigración de las Almas o Metempsicosis, supone
que cuando el cuerpo muere, el Alma vuelve a reencarnar
en otro ser.

EL ALMA SEGÚN EL HINDUISMO

El Bhagavadgita, fundamento del Hinduismo, consta de


setecientas estrofas del Mahabharata que es el verdadero
lazo de unión entre todos los hinduistas y fundamento de
su sen•do religioso.
86
El argumento fundamental del Mahabharata es la
lucha entre dos clanes emparentados, Los Pandavas
y Los Kauravas; pero, en esta religión forman parte los
dioses y hay numerosos pasajes de •po religioso, algunos
fundamentales para comprender las creencias esenciales.
Una de las principales ideas dominantes en la India
que ha permanecido a través del •empo, se refiere a la
Transmigración de las almas o metempsicosis, que supone
que cuando un ser humano muere, su alma vuelve a
reencarnar en otro ser que esta por nacer, en un animal o
en otro hombre. Si la vida que ha llevado era justa, volverá
a la existencia en una forma superior; si no observó toda
la rec•tud necesaria, se reencarnará en otro hombre
de clase, condición económica o casta inferior; si fue un
gran pecador, puede volver a este mundo bajo la nueva
envoltura de un animal inmundo.
El drama del pensamiento Indio es precisamente el
encadenamiento fatal de existencias sin reposo posible,
ya que todas sus existencias se encuentran ligadas, a las
miserias y sufrimientos de la vida mortal sin que exista la
esperanza de un fin y, sin que la muerte sea el remedio
supremo y defini•vo.
Para ellos el centro de ese universo es Dios, iden•ficado
con todas las cosas y confundiéndose con ellas (Panteísmo:
Doctrina de quienes piensan que la totalidad del universo
es el único Dios) y que conciben como la doble apariencia
de la “fuente del origen y de la destrucción de todo.”
Como una forma de profundizar en el tema, dado
la importancia del Alma en el Bhagavad-Gita, citaré
textualmente lo que expresa en el Capítulo IX El
Conocimiento más confidencial; Libro Nº 2 Pag., 428
inciso Tercero:
“Por lo común, a la gente no se la educa en lo que
se refiere a este conocimiento” “confidencial, sino que se
la educa en el conocimiento externo. En lo que respecta
87
a la “educación ordinaria”, la gente está ocupada en
muchísimos departamentos: “Polí•ca, Sociología, Física,
Química, Matemá•cas, Astronomía, Ingeniería, etc.”
“Hay muchos departamentos del conocimiento
por todas partes del mundo y “muchas Universidades
inmensas, pero, desafortunadamente, no hay ninguna
Universidad ni ins•tución educa•va en la que se imparta
la Ciencia del Alma Espiritual”. Sin embargo, “el Alma es
la parte más importante de este Cuerpo”; Sin la presencia
del Alma, el cuerpo carece de valor. Aún así, la gente le
está dando mucho énfasis a las necesidades corporales
de la vida, sin preocuparse por el Alma que es vital.
“El Bhagavad-Gita, especialmente desde el capítulo
II en adelante, recalca la importancia del alma”. En el
mismo comienzo, el Señor dice que este cuerpo es
perecedero y que el Alma no lo es (Antavanta ime deha
nityasyoktah saririnah). Esta es una parte confidencial del
Conocimiento, por el solo hecho de saber que el Alma
Espiritual es diferente de este cuerpo, y que su naturaleza
es inmutable, indestruc•ble y eterna. No obstante, eso no
da ninguna información posi•va acerca del Alma. A veces
la gente •ene la impresión de que el Alma es diferente
del cuerpo, y que cuando el cuerpo se termina, o cuando
uno se libera del cuerpo, el Alma permanece en un vacío
y se vuelve impersonal. Pero, en realidad eso no es cierto.
¿Cómo es posible que el Alma, que es tan ac•va dentro
de este cuerpo, se vuelva inac•va después de liberarse de
él? El Alma siempre es ac•va. Si es eterna, entonces es
eternamente ac•va, y sus ac•vidades en el reino espiritual
son parte más confidencial del conocimiento espiritual.
Aquí se indica, por lo tanto, que esas ac•vidades del Alma
espiritual son el rey de todo el conocimiento, la parte más
confidencial de todo el conocimiento….”

88
EL ALMA SEGÚN EL BUDISMO

Todos conocemos la vida y obra de Siddhartha


Gautama, y es por esta razón que nos dedicaremos,
preferentemente a analizar su verdad y su doctrina.
Buda siempre sin•ó una voz interior que le animaba a
perseverar en el camino de la verdad y la salvación.
Abandonó a sus padres, a su esposa y a sus hijos,
dejó palacio, riquezas y honores; marchó por el mundo
como asceta errante; hizo penitencia y pidió limosna para
mantener las mínimas necesidades de su enflaquecido
cuerpo; quedó casi esquelé•co, pero la revelación no
llegó.
Una noche, sentado bajo una higuera, llegó la
iluminación cuando menos lo esperaba y reconoció los
extraviados caminos de la transmigración de las Almas, las
causas del dolor humano y la vía para aniquilar el dolor;
entonces pronunció sus palabras más famosas‫׃‬
“Infa•gablemente he seguido el giro de muchos
nacimientos.
He buscado al arquitecto de la casa (Es decir, la causa
renacimiento).
Malo es el eterno renacer. Arquitecto de la casa, estás
descubierto.
No edificarás más casas. Tus pilares se han roto.
Y se ha desplomado el Techo de la casa.
El Corazón hecho libre, ha matado todo deseo”.
El budismo es un interminable laberinto boscoso de
filoso"a y de elevadas ideas religiosas, de novelesca
mitología, de pureza, sectas y divisiones; de escritos
contradictorios y muchas veces de falsas interpolaciones,
que han llevado a confundir la verdadera grandeza de su
doctrina. Su literatura es humanamente inagotable y se
89
encuentra escrita en numerosos y complicados idiomas.
Es la lógica consecuencia de una religión tan an•gua,
extendida por innumerables pueblos, de razas y maneras
de ser tan diferentes respecto de los intereses humanos y
de mil circunstancias más.
El Budismo dividido en numerosas sectas, depende
de dos tradiciones fundamentales, la septentrional y
la meridional, que •enen textos diferentes en idiomas
igualmente diversos.
El budismo septentrional o nórdico se basa en el
Vinaya-Pitaka, el Su•a-Pitaka y el Abhidhamma-Pitaka,
subdivididos en muchos libros y seguido de muchos
escritos posteriores. La meridional, se fundamenta en el
Tri-Pitaka, que con•ene por lo menos ocho libros básicos.
La literatura Tibetana, parte del Bkah-hgyur y del Bstan-
hgyur.
Buda nunca fundó una nueva religión, con nuevos
dioses o sistemas, su doctrina es una norma de conducta,
una manera de vivir, una solución para lo que las viejas
religiones dejaban en el vacio.
No combate a los dioses, lucha contra el encadenamiento
de las almas en las sucesivas reencarnaciones, fuentes
del dolor, pues el sufrimiento no lo sitúa en un mundo
de cas•gos infernales del más allá, sino que el lugar de las
penas es este mundo mortal.
El universo entero sufre porque existe. Los mismos
dioses deberían beneficiarse del descubrimiento de Buda,
pues no están libres de las reencarnaciones.
El mismo Buda resumió lo esencial de su doctrina, con
raíces en el Yoga y en el Sânkhya, en el famoso sermón que
dirigió a cinco monjes en Benarés, en donde les manifestó
las cuatro verdades fundamentales de su doctrina‫׃‬
La Primera, es la verdad del dolor‫ ׃‬En donde plantea
que todo es sufrimiento, del nacer al morir, estar junto a
quien se ama, y estar separado.
90
La Segunda, es la verdad del origen del sufrimiento‫׃‬
Se apoya en el ape!to de vivir que liga al hombre a la
existencia. Este ape!to se divide en tres deseos: El deseo
de los placeres de los sen!dos; el de volver a ser y el del
temor al dolor.
La Tercera, la verdad del cese del dolor‫ ׃‬Si se logra
destruir las pasiones y los deseos, se puede anular toda
clase de existencia.
La Cuarta, la verdad de anular el dolor o del noble
camino de los ocho senderos.
Esto que hemos planteado, no es una Religión sino que
una ac!tud respecto de ella y respecto de la existencia en
general.
Una semana después de la muerte del Gran Gautama
o Buda, sus discípulos, y muchos de los monjes que él
había ins!tuido, se reunieron en su primer concilio. Allí
se organizó la comunidad y se confirmo la tradición;
pero, también surgieron errores en materia de Fe y por
esta causa muchos se separaron de la doctrina común.
Querellas y divisiones se repi!eron frecuentemente
durante los primeros siglos; pero, cien años después
del primer concilio se reunió el segundo, con nuevos
rompimientos, por parte de aquellos que deseaban unas
reglas más suaves.
Todas estas disputas originaron variantes o sectas
Budistas que se conocen con el nombre de escuelas,
originadas y dirigidas, cada una, por un Maestro. Son
muchas, pero las verdaderamente importantes se reducen
a cuatro.
La Theravada, Que opina que nada existe ni es
permanente, y que hasta la personalidad es ilusoria; la
disciplina es muy rigurosa en esta escuela.
La Sarvas!vada, Esta doctrina, al contrario de la
anterior, cree que todo existe, incluso lo pasado no deja
de ser, pero niega la personalidad humana; las reglas
monacales son menos duras.
91
La Pudgalavada, Centra el principio de la existencia
del hombre en un Alma que subsiste de nacimiento
en nacimiento, aunque se anula durante la muerte; el
individuo es la suma de estas componentes.
La Mahasanghika, Esta doctrina que se subdividió en
muchas otras, cree esencialmente que Buda fue sobre
humano o divino, que nunca poseyó naturaleza de
verdadero hombre y que vino para enseñar.
Fundamentalmente, en el Budismo, el des!no de
ultratumba no !ene el mismo sen!do que en otras
religiones; porque mientras no se alcance la perfección,
se supone que el Alma del hombre es un Avatar, en otras
palabras, la reencarnación terrestre de alguna deidad;
semejante a lo descrito por el Hinduismo.
Cuando se alcanza el grado de Bodhisa"ava, se muere
defini!vamente a la existencia y se entra en el Nirvana,
que no es un paraíso búdico, sino que un estado en
que se pierde la propia personalidad, para iden!ficarse
eternamente con el principio supremo y absoluto del
universo y la divinidad. En el fondo es morir para siempre
a la falsa idea de la existencia y de la realidad mortal, para
renacer en Dios, vivir con él, formar parte de él, Ser el Dios
Mismo.

EL ALMA SEGÚN LAS RELIGIONES DE CHINA

EL ALMA SEGÚN CONFUCIO Y EL CONFUCIONISMO

El verdadero nombre de Confucio, la!nizado por el


misionero P. Ricci, fue el de Kon-Fu-Tze. La tradición
supone que vivió desde el año 551 al 497 a. de J. C.
Nació en el estado de Lu, actual Shantung, de padre
anciano y que fue educado en la pobreza más absoluta,
por su madre viuda.
92
Ocupó altos cargos administra•vos, que abandonó
para emprender una larga peregrinación de ciudad en
ciudad, durante la cual comenzó su magisterio rodeado
de algunos discípulos.
Su doctrina religiosa se expone en tres libros básicos:
El Shi King (Libro de los Versos), El Shu King (Libro de las
Historias) y el I King (Libro de las Transformaciones) que
no se deben a su mano, sino que fueron redactados por
sus discípulos después de la muerte del maestro, a par•r
de una recopilación de sus enseñanzas.
El con•nuador de su doctrina religiosa, fue Meng-Tze,
nombre la•nizado en Mencio, quien dio forma defini•va
al confucionismo.
Respecto del alma, ellos creían en la inmortalidad del
alma al igual que todas las religiones de China.

EL ALMA SEGÚN LAO – TZE Y EL TAOÍSMO

Lao-Tze fue, con Confucio, el más célebre de los


pensadores chinos, cuya fama, aunque deformada llegó
a Europa ya en •empos muy an•guos. Su doctrina
se halla resumida en un libro llamado El Tao Te King,
de conocimientos abstrusos y también de di!cil
interpretación, por lo que fue cómodamente adaptado
a sus propias ideas, tanto por los filósofos posteriores
chinos, como por los pensadores cris•anos (Maniqueos
y Nestorianos), por los filósofos occidentales modernos
y hasta por los Jesuitas de los Siglos XII y XVIII, que se
empeñaron en descubrir en el Taoísmo un reflejo del
Monoteísmo esencial y primi•vo y trazar paralelos con el
An•guo Testamento.

93
Poco se sabe de la biogra•a de Lao-Tze: que fue
contemporáneo de Confucio, que su verdadero nombre
era Lao Tan, que nació en la China del Norte, en la ciudad
de Ku hsien, alrededores de la actual Ch`en-chow, fue
archivero real y luego se re•ró a P`ei, en donde fundó una
escuela y en esa recibió la visita de Confucio.
Sus pensamientos son los más elevados en su país y
también los más afines a la mentalidad europea. Toda su
doctrina gira alrededor del abstruso y elevado concepto
del Tao; Tao en chino significa camino, discurso, tratado y
en este libro puede tener un sen•do a fin con el Logos de
los Griegos. Tao, como se desprende del contexto del libro
y de los correspondientes comentarios, es el Principio y
la Energía Indefinible e Inefable creadora del mundo y de
todo lo que ha sido, es y será. Es una idea que se aproxima
a la de Dios Único y, quizás, también a la Natura Naturans
de la filoso•a del Medioevo.
En todas sus religiones, los an•guos Chinos, creían en
la existencia del Alma, su Inmortalidad y relaciones con
los vivos, sobre todo con sus descendientes. El Alma para
ellos, era doble: el Po y el Hun; después de la muerte, el
hun subía al cielo a prestar sus servicios en la corte divina,
mientras que el po, seguía habitando en el cadáver y
se alimentaba de las ofrendas que se le hacía y, en caso
de que le faltaran, se conver!a en un fantasma errante,
muy peligroso para los vivos, y que solo se calmaba,
cuando se le dedicaban sacrificios especiales. La fuerza
del po aumentaba con la categoría social del difunto, y
antes de desaparecer debía favorecer a la familia a la que
pertenecía.
Los emperadores y personajes importantes eran
enterrados en tumbas suntuosas y llenas de objetos de
arte, no faltando sus colosales retratos y hasta millares de
víc•mas.

94
Cuando alguien moría, un hombre subía al tejado de la
casa con el traje de ceremonia del difunto, miraba hacia
el Norte y llamaba tres veces a su Alma con el nombre
de la infancia. Luego se ves!a al difunto con su traje de
ceremonia y se le ponía en la boca un pedazo de Jade,
para preservarle de la corrupción.

EL ALMA SEGÚN LA RELIGIÓN JAPONESA SINTOÍSMO

El japonés carece en absoluto de sen"do Teológico;


los japoneses no se preocupan de ahondar en los graves
problemas de la divinidad y del universo; poseen una
moral firme a su manera, pero que carece de Decálogo
o algo parecido; cree en la supervivencia (Inmortalidad)
del alma, aunque no manifiesta el menor interés por sus
detalles; la tolerancia religiosa fue siempre muy elevada, el
nipón respeta todo lo que piensa o dice su conciudadano
o el extranjero, y no "ene inconveniente en adoptarlo él
también, aunque con un verdadero convencimiento.
El Sintoísmo o Shinto, la verdadera religión japonesa,
deriva su nombre del chino shin-to, que a su vez procede
de shen-tao, y significa: “Vía de Espíritus”; se encuentra
por primera vez en el texto Nihongi, y se supone que nació
en el siglo VI sin un sen"do especial, solo para dis"nguir
la religión nacional de la exó"ca budista procedente de
China y Corea.
En Nipón se le llamó “Kami no Michi”, o “Camino de los
Sublimes”, “Vía de los Dioses”.
La palabra Kami, sirvió para designar a las divinidades
sintoístas, el Alma de los emperadores y de los héroes
difuntos; pero, su significado general, en la lengua
japonesa, es mucho más amplio, representa la parte
95
elevada de las cosas y, por lo tanto, puede significar el
gobierno, el gobernador, la capital, los cabellos, los tres
primeros versos de la estrofa, la primera década del
mes, y, en sen•do figurado, todo los que es superior e
incompresible para la inteligencia humana.
Aunque en su esencia el Shinto es muy sencillo, en
la prác•ca y a través de la historia ofrece dioses tan
numerosos, que en un recuento realizado el año 901
incluía 3132 divinidades; contrariamente a China, el
Japón siempre poseyó interminables listas de dioses y una
mitología opulenta.
El Sintoísmo carece de dogma•smo moral, ya que el
pueblo japonés se cree privilegiado entre todos, supone
que no necesita reglas para conocer la vía recta, ya que
habita en el país de los dioses. El origen divino del Japón,
hace que el patrio•smo esté saturado de celo religioso, y
que amar a la patria sea honrar a los dioses.
El sintoísta cree en la supervivencia del Alma, pero en
un grado que no se preocupa de analizar. El infierno de
la mitología no es necesariamente un lugar de cas•go
por acciones morales nega•vas. El alma sigue en las
proximidades de la tumba y del hogar, par•cipa en las
vicisitudes de la familia y no se aleja o vaga por lugares
de placeres o tormentos; de ahí la in•midad entre vivos y
difuntos mantenida a través del santuario familiar casero,
mitana-ya o “Casa del Alma”.
Si los amantes no consiguen realizar sus deseos en
esta vida, se suicidan juntos para unirse en ultratumba,
ya que sus familiares mantendrán unido su recuerdo y
los enterrarán en la misma fosa. El heroísmo japonés
encuentra su jus•ficación en esta doctrina del más allá:
“El héroe divinizado se convierte en Kami en el recuerdo
de sus semejantes”.
En remotas an•güedades tenemos recuerdo de
sacrificios humanos en los ritos funerarios, ya que se
96
sepultaban vivos los servidores, amigos, y familiares del
difuntos, para que le acompañaran, pero esta bárbara
costumbre, jun-shi “Morir Siguiendo”, se abolió en los
comienzos de nuestra era, por el Emperador Suinin,
aconsejado por Nomi-no Sukune, y las víc!mas humanas
se sus!tuyeron por estatuillas de barro.

EL ALMA SEGÚN LA RELIGIÓN EGIPCIA ANTIGUA

Los antecedentes que existen de la an!gua religión


egipcia, e incluso los referentes a su historiogra"a y cultura
excepcional, proceden íntegramente de dos fuentes‫׃‬
Escritos de an!guos autores griegos y los propios textos
egipcios.
Debemos comprender que los antecedentes que
recibimos en este siglo son abstrusos, un tanto
fragmentarios, y el número de datos que nos entregan no
son suficientes para reconstruir con bastante exac!tud el
fascinante mundo del An!guo Egipto.
Se dice, que a par!r de los descubrimientos del francés
Champollion y de la Piedra de Rose$a se pudo descifrar
los jeroglíficos que exis%an en templos, tablillas y papiros
encontrados en diferentes lugares del desierto.
Esta Piedra es una estela de basalto negro, descubierta
por las tropas francesas en 1799 cerca de la ciudad de
Rose$a, puerto en el brazo oeste del Nilo, próximo a la
ciudad de Alejandría. En la actualidad se encuentra en el
Museo Británico de Londres.
La piedra fue grabada en el año 197 a.C. y con!ene un
edicto elogiando al Faraón de Egipto, Tolomeo V.
Dado que la inscripción aparece en tres alfabetos
dis!ntos, el jeroglífico, el demó"co y el griego, quienes
lo estudiaron fueron capaces de descifrar el contenido en
97
sus gra•as jeroglífica y demó•ca, porque lo compararon
con la gra•a griega. Jean François Champollion, egiptólogo
francés, llegó en solitario a esta conclusión, al darse
cuenta de que en los textos jeroglíficos figuraban dos
cartuchos que encerraban los nombres de los soberanos,
el de Cleopatra y el de Tolomeo.
Hoy, después de 10.000 años, aún los egiptólogos
no son capaces de descifrar la verdadera ciencia velada
por los Hierofantes del an•guo Egipto, porque lo que
se ha descifrado tan fácilmente, como ellos lo plantean,
solamente corresponde al periodo Tolomeico, pero la
verdadera ciencia inefable, que dio a la Luz El Atlante
Tot Theu•, sigue esperando ser descubierta a través
de la Luz milenaria de la Alquimia Egipcia, mal llamada
herme•smo.
Comparto la opinión de los griegos, en el sen•do de
que el pueblo egipcio era el más religioso de su época;
realmente pocos grupos de hombres tenían tan arraigadas
las creencias religiosas y esto era compar•do desde el
faraón, hasta el úl•mo de los plebeyos.
No solo se trataba de la necesidad común de toda la
humanidad de explicarse el universo, la vida, la muerte,
dios y el des•no; sino también descubrir la verdadera
existencia humana a través de todos esos conceptos,
reforzados profundamente por las extendidas ideas de
ultratumba, cuyas prác•cas fueron muy intensas en la
gran civilización de esa parte del mundo.
Debemos comprender que la ciencia, la técnica y
cualquier manifestación y ac•vidad de la vida, siempre
llevaba indeleble el sello religioso y se resolvía dentro de
las normas de lo sobrenatural. La existencia, en sus fases
de vida y ultratumba, se concebía siempre como una
autén•ca religión, tal vez, mal comprendida en este siglo
XXI, en donde todas las naciones •enen como bandera de
lucha al Laicismo con el objeto de separar a la religión
98
del estado y, fundamentalmente, para que los hombres
puedan ser libres, a través de su libre albedrío.
En ese periodo (Año 10.000 al 3.000 a. de JC.), la ciencia,
la educación, especialmente la astronomía, las artes, la
medicina y el conocimiento, dependían directamente
de la religión y de los sumos sacerdotes y/o hierofantes
(Sacerdotes de Eleusis).
¿Cómo hablar de una religión tan hermosa, pisoteada y
profanada por los griegos, los romanos y posteriormente
por los egiptólogos ingleses y franceses?
En la an•güedad, todas las doctrinas de los dioses
de Egipto eran expresiones locales de una misma idea
con nombres y aspectos diferentes, y de eso no hay
duda, y no necesitan decirlo los griegos. Cuando se
produjo la unión de los dos reinos de Egipto, el imperio
resultante estaba formado por un mosaico de ciudades
estados, pobladas por comunidades humanas de etnias
y costumbres diferentes que arrastraban tras de si, a sus
an•guos dioses, que al reunirse dieron por resultado el
politeísmo que los caracterizaba.
En los estudios realizados a este pueblo, se ha podido
determinar que no todos los egipcios adoraban a todos los
dioses, sino que también, exis•a un gran porcentaje del
pueblo que era monoteísta, lo que producía una notable
reducción de politeísmo. Más tarde, los sacerdotes
filósofos, hicieron notables esfuerzos para reducir cada
vez más la pluralidad de los dioses a una unidad cada vez
más marcada.
Es así como Aton, Ra, Horus, Amón y otros se
iden•ficaron con el Sol, en donde todos representaban
el principio creador del universo. Por otra parte las
divinidades funerarias terminaron resumiéndose en
Osiris y posteriormente Osiris y el creador se unificaron
a su vez, como manifestaciones de una misma esencia y
única divinidad.
99
La Mitología Egipcia

Algunos egiptólogos, expresan que la mitología


egipcia es el conjunto de creencias que conformaban
la religión del an•guo Egipto. Estas creencias tuvieron
una influencia importante en el desarrollo de su cultura,
aunque nunca exis•ó entre ellos una verdadera religión,
en el sen•do de un sistema teológico unificado. La fe
egipcia estaba basada en una acumulación desorganizada
de an•guos mitos, culto a la naturaleza, a los astros e
innumerables deidades. En el más influyente y famoso
de estos mitos, el de Osiris, se desarrolla una jerarquía
divina y se explica la creación de la vida, la naturaleza y el
universo.

El Alma y el Ritual Funerario

Enterrar a los muertos era una cues•ón religiosa en


Egipto, y los rituales y el equipamiento funerarios egipcios
llegaron a ser los más elaborados que el mundo haya
conocido. Está demás decir, pero lo reitero, que la religión
del an•guo Egipto estuvo específicamente basada en la
magia ritual, lo que se puede percibir claramente en los
ritos aún ocultos de la evocación de los muertos.
Los egipcios creían que la fuerza vital estaba compuesta
de varios elementos psíquicos, el más importante de
los cuales era el ka. El ka o Alma, un doble del cuerpo,
acompañaba a este durante toda la vida y después de la
muerte se separaba del cuerpo para ocupar su lugar en
el reino de los muertos. El Alma, sin embargo, no podía
exis•r sin el cuerpo, por lo tanto debían hacerse los
esfuerzos necesarios para preservar el cadáver.
100
Los cuerpos eran embalsamados y momificados de
acuerdo con un método tradicional iniciado por Isis,
quien momificó a su marido, Osiris. Además, encima de la
tumba se colocaban las réplicas de madera o de piedra del
cuerpo para que sirvieran de sus•tutos en caso de que la
momia fuese destruida.
Cuanto mayor fuera el número de dobles escultóricos,
mayores eran las oportunidades de que la persona muerta
reencarnara. Como úl•ma medida, se erigían tumbas
sumamente complicadas para proteger el cadáver.
Al abandonar la tumba, las almas de los muertos eran
supuestamente acosadas por innumerables peligros, por
consiguiente, a los cadáveres se los enterraba con una
copia del Libro de los muertos. Parte de este libro, una guía
por el mundo de los muertos, consiste en encantamientos
ideados para superar estos peligros. Cuando se llegaba al
reino de los muertos, el ka o Alma era juzgada por Osiris,
el rey de los muertos, asis•do por 42 demonios. El Libro
de los muertos también con•ene instrucciones sobre la
conducta apropiada ante estos jueces.
Si los jueces decidían que el difunto había sido un
pecador, el alma era condenada a pasar hambre y sed o
a ser despedazada por terribles verdugos. Si la decisión
era favorable, el alma iba al reino celes•al de los campos
de Yaru, donde los cereales crecían dos veces más que
la altura de un hombre y la existencia era una versión
glorificada de la vida en la •erra. Todas las necesidades que
el alma pudiera tener en esta existencia paradisíaca, desde
muebles hasta material de lectura, había que colocarlas en
las tumbas. Como pago por la vida después de la muerte
y por su benevolente protección, Osiris requería que los
muertos realizaran tareas para él, tal como trabajar en
los campos de cereales.Se eximían de este deber, si en las
tumbas se les depositaba unas estatuillas denominadas
ushab•s, ya que éstas se transformaban en sus•tutos en
el Amen• o reino de los muertos.
101
Los egipcios creían en la trasmigración de las almas
o metempsicosis, y esta doctrina, se cree, fue llevada a
Egipto durante las grandes migraciones que exis•eron,
después de la gran catástrofe geológica que se produjo en
el planeta entre el año 9.500 al 8.864 a. de JC.
Muchos historiadores manifiestan que la religión
egipcia no creía en la Trasmigración de las Almas, ni en un
alma inmortal; entre otros Max Müller, quien expresa en
su libro Mitología Egipcia, página 174 Capitulo X La Vida
Después de la Muerte, Inciso Segundo:
“….Incluso en los primeros !empos prehistóricos,
se creía que el alma era inmortal, como muestran los
regalos de comidas, bebidas y adornos encontrados en
todas las tumbas de ese periodo….”; dejando entrever con
esta redacción, que no era verdad, pero él no fundamenta
ni explica cómo llegó a esa conclusión.
Exis!an varias ideas respecto del alma que
sobrevivieron hasta el nuevo imperio, entre otras y según
el mismo escritor y libro indicado anteriormente página
175 segundo inciso:
“….El alma del hombre era por lo general representada
como un pájaro con cabeza humana que salía aleteando
de su boca en la muerte. Un Primer término para alma
ka o kai, el símbolo jeroglífico con dos brazos levantados,
parece indicar que el alma con!núa viviendo en la
forma de una doble sombra del cuerpo. En el Nuevo
Imperio el alma del difunto es especial y dis!n!vamente
iden!ficada con la sombra, que se simbolizaba por la
silueta del cuerpo o el jeroglífico de un parasol. Algunos
teólogos muy tardíos pensaron dis!nguir los tres
sinónimos, doble, alma y sombra como diferentes partes
del alma y ocasionalmente incluso agregaron como
cuarto elemento el Alma Iluminada, o ikh. Nunca se logró
determinar hasta dónde el alma con!nuaba viva en el
cadáver, retornando según algunos creían, del dominio
102
de los muertos o Amen• después de su purificación o
momificación….”
Lo anteriormente expuesto, me da la impresión de una
tragedia griega o invento, para desviar la realidad del alma
y de lo expresado por Tot, ya que después que se re•ra el
espíritu del cuerpo, el alma, en casi todas las religiones,
permanece en el cuerpo mortal unida por medio de un
cordón o hilo vibrante, plateado y muy parecido a dos
números seis, conectados ambos por las extremidades
de sus horquillas hasta el tercer día. En ese momento se
rompe donde los 6 se unen, permaneciendo la mitad con
el cuerpo mortal y la otra mitad con el alma. En cuanto se
rompe ese cordón, el cuerpo mortal está completamente
muerto y el alma sale del ventrículo izquierdo del corazón,
cerca del ápice, y sube al cerebro, abandonando el cuerpo
mortal a través de la comisura de los huesos parietal y
occipital, dirigiéndose al centro del universo, luego de
traspasar las Columnas o El Velo de Isis.
En el “Ritual funerario Egipcio”, el alma buena
o purificada, juntamente con su espíritu superior o
increado, es más o menos víc•ma en el otro mundo
de la negra influencia de Apofis. Esta era una serpiente
indestruc•ble y poderosa a la que había que contener; sin
embargo, nunca sería aniquilada sino dañada o some•da,
ya que, de otro modo, el ciclo solar no podría llevarse a
cabo diariamente y el mundo perecería. Representa a las
fuerzas maléficas y a las •nieblas que habitan en el Más
Allá.
Pero si el Alma ha logrado el conocimiento final de los
misterios celes•ales, infernales, la gnosis, o la completa
reunión con el espíritu, en ese caso triunfaría de tal
enemigo; de lo contrario el alma no podría librarse de su
segunda muerte.
Esta muerte consiste en la disolución gradual de la forma
astral en sus elementos primi•vos; pero este tremendo
103
des•no puede evitarse mediante el conocimiento del
“Nombre Misterioso e Inefable” de los cabalistas, o sea,
la “Palabra Perdida”, entregada en la Iniciación.

El Libro de los Muertos

El Libro de los Muertos es una amplia colección de textos


funerarios de varias épocas y que con•enen fórmulas
mágicas, himnos y oraciones que, según los an•guos
egipcios, guiaban y protegían el alma (Ka) durante su viaje
a la región de los muertos (Amen•).
En estos textos también se indica que la felicidad en
el más allá dependía de la vida que hubiera llevado el
difunto en este mundo.
Los primeros textos religiosos conocidos, de carácter
funerario, se encontraron en jeroglíficos esculpidos en
los muros interiores de las pirámides de los faraones
de la V y VI Dinas"as del Imperio An•guo, a los que se
conoce como Textos de las Pirámides. Un famoso ejemplo
se encuentra en la pirámide de Unas (que reinó entre
los años 2428-2407 a.C.), úl•mo faraón de la V Dinas"a.
Durante el primer período intermedio y en el Imperio
Medio algunos individuos tenían estos textos pintados
en sus ataúdes, de ahí que también se conocieran como
Textos de los Ataúdes. Hacia la XVIII Dinas"a, los textos
empezaron a escribirse en papiros que se colocaban en
los sarcófagos. Estos papiros solían medir entre 15 y 30 m
y tenían ilustraciones en color.
Esta completa colección de textos mortuorios ha
superado tres estudios o revisiones crí•cas: la revisión
Heliopolitana, editada por los sacerdotes de Heliópolis,
con textos empleados entre la V y la XII Dinas"as; la
104
revisión de Tebas, de textos u•lizados entre la XVIII y
la XXII Dinas•as, y la revisión Saite, de textos u•lizados
desde la XXVI Dinas•a, hacia el 600 a.C., hasta el final de
la época Tolemaica, en el 31 a.C.
El •tulo de El Libro de los Muertos induce a confusión,
ya que los textos no forman un trabajo único con una
con•nuidad de los temas, y tampoco pertenecen a un solo
periodo. Los egiptólogos a menudo citan esta obra para
referirse a las dos úl•mas revisiones, en donde algunas
de sus partes han sido traducidas con diferentes •tulos
y errores de conceptos que no •ene nada que ver con
el origen de la Magia del An•guo Egipto y la verdadera
interpretación del Alma Inmortal.

EL ALMA SEGÚN LA RELIGIÓN MEDOPERSA

Pocos pueblos ofrecen tantas dificultades para la


inves•gación de sus ideas religiosas, como los medos
y persas cuya religión se reduce casi exclusivamente
a un importante texto llamado ʺAvestaʺ, referente a
Zarathustra. Es importante reconocer que, antes de la
existencia de este gran reformador, hubo otros credos, que
en parte aprovechó, transformándolos y desfigurándolos.
Los escritos sagrados atribuidos a Zarathustra forman
en el siglo III a. de J. C., veinte secciones de líneas cada
una y se conservaban en Alejandría. Por lo menos así lo
decía Plinio, tomando los antecedentes de Hermipo.
La tradición posterior afirma que Kavi Vishtaspa,
protector de Zarathustra, o su ministro Gimaspa, habrían
escrito el Avesta y el Zend con caracteres de oro en 12.000
pieles de buey, quienes lo depositaron en el tesoro real de
Shiz, mientras que una copia fue enviada a Persépolis,
105
en donde se quemó cuando Alejandro Magno mandó
incendiar el palacio.
Por las dificultades de poseer e interpretar el texto
sagrado, los seguidores de esta doctrina religiosa,
redactaron bajo el dominio musulmán, una especie de
resumen llamado Denkart
Estos libros sagrados, son muy di!ciles de interpretar
y para ello hay que recurrir a las fuentes griegas y la"nas
que en su mayoría no han llegado íntegras hasta nuestros
días, por lo que en vez de solucionar el problema de la
interpretación lo han complicado más aún.
También existen algunos fragmentos de una descripción
de Heródoto sobre la religión persa, pero fueron los
filósofos neoplatónicos, los que se interesaron mucho
más por las ideas de los persas. De sus escritos quedan
reliquias trasmi"das por Plutarco, Plinio y Diógenes
Laercio. Aga"as y Amiano Marcelino nos ofrecen otras
no"cias y también hay otras de escritores armenios, sirios
y árabes.
Respecto de las divinidades, la más popular fue Mitra,
originariamente un dios solar de la luz y del fuego,
derivado de los fenómenos del astro que alumbra nuestro
sistema planetario, al que se suponía en lucha con un toro
que representaba las fuerzas del mal.
Según los romanos, Mitra era un dios oriental que
sufre una pasión y muere para resucitar periódicamente,
como todos los dioses solares agrícolas. El Egipcio Osiris;
El Cananeo fenicio Adón o Adonis; el helénico Dionisio
Zagreb; el escandinavo Balder etc. Como es natural,
también se convir"ó en una divinidad de los muertos,
juez justo y sabio de los difuntos, ayudado por Sraosha
que significa obediencia y Rasnu que significa jus"cia, con
los que formaba una trinidad.
La personalidad de Zarathustra o Zoroastro, como
le llamaban los griegos, se pierde en la oscuridad de la
106
noche, como un caso común a todos los fundadores de
grandes religiones, que parten de viejas creencias de sus
pueblos, fundadas en interpretaciones de los fenómenos
naturales y que aprovechan y son elevados moralmente
hacia la divinidad sin perjuicio de comba•rlas.Debemos
aceptar la existencia de Zarathustra o Zoroastro, como
la de Buda y otros hombres que con su pensamiento
hicieron evolucionar a sus pueblos y también a toda la
humanidad.
Sobre su origen, nada se sabe y que ha dado lugar a
largas e inú•les discusiones que nos el caso analizar en
estas líneas en cuanto a su nombre nada se puede decir,
salvo que Zarathustra está compuesto de dos palabras‫׃‬
La primera, de un significado incierto y que podría
significar Viejo; y la segunda, Camello. Por lo tanto, dado
los conceptos Zarathustra significaría El Hombre de los
Camellos Viejos.
También es poco claro la época en que habría exis•do
Zarathustra. Tradicionalmente se le asocia al siglo VI a. de
J. C., pero los conceptos sociales y religiosos que emi•ó
en su época, encuadrarían en los conceptos de uno o dos
siglo antes de ella.
Para el Mazdeísmo, la muerte no era el fin, sino el
principio de la vida del Alma y la espera para la resurrección
del cuerpo y el juicio defini•vo en el final de los •empos.

107
“ PENSAR ES OBTENER
LA CONQUISTA SUPREMA
DE LA CONCIENCIA.
PORQUE EL PENSAMIENTO
ES EL ALIMENTO DE LA INTELIGENCIA.”

108
CAPÍTULO III EL ALMA SEGÚN LA FILOSOFÍA

No cabe duda que los conceptos filosóficos y los


grandes misterios Del Hombre, El Alma, La Vida, La
Muerte, El Universo y Dios, representan un quehacer
histórico y, en lo que al valor de ellos se refiere, debemos
recordar que sin la historia se queda uno como un niño
inexperto, abandonado a las ideas del entendimiento
vulgar y primi•vo.
Por otro lado, sin la historia de la sabiduría universal,
que no es sino la historia del error y la verdad, nunca se
aprenderá a es•mar el vigor de la inteligencia humana.
Es por ello que los invito a descorrer el velo del
alma, de acuerdo con la filoso•a, y recorrer el sendero
de la sabiduría, en donde queda de manifiesto que el
ser humano es y será siempre un ser que transita y se
encuentra a medio camino, entre la Materia y las Estrellas.

EL ALMA SEGÚN TALES DE MILETO

Este filósofo jonio vivió alrededor del año 585 a. C., en


una de las colonias griegas del lado occidental del Asia
Menor. Tuvo fama de poseer una cultura extraordinaria y
profunda como Astrónomo y matemá•co. No dejó nada
escrito, por lo que se puede decir que su pensamiento bien
podría corresponder a especulaciones de sus discípulos.
En cuanto al alma, la considera como dadora de vida,
movimiento y divina. Como en la época en la que vive,
todavía no se diferenciaba entre seres vivientes y no
vivientes. Tales atribuía vida al agua, porque, como el agua
se mueve sola, (véanse los mares o los ríos), esta debe
109
tener alma, puesto que el alma es lo que hace moverse las
cosas. Y también es divina (está llena de dioses) porque el
alma era divina para él. Así por lo tanto, el agua para Tales
es el origen de todo porque se encuentra llena de dioses
y por lo tanto, !ene vida propia. Y de forma parecida que
con el agua, razona para con las piedras imán, ya que como
estas se mueven solas, piensa que están vivas, o que “hay
algo vivo en ellas”.
Es probable que Tales de Mileto haya pensado que el
Alma se encuentra en el Todo y es posible que por estos
mo!vos, hubiera enseñado a sus discípulos que el agua
y todo lo que se movía estaba lleno de Dioses. Algunos
filósofos entre ellos Aristóteles, cuentan que Tales, supuso
que el Alma era algo capaz de producir movimiento.
Y pienso que no estaba muy equivocado, ya que el
Alma sí es portadora de movimiento, porque la evolución
y la razón intrínseca de ella son aquellos movimientos
cósmicos abstrusos del Universo y del ser humano que
no somos capaces de percibir.

EL ALMA SEGÚN HERÁCLITO DE EFESOS

Se sabe muy poco de la vida de Heráclito, llamado


“El Oscuro” por sus conciudadanos. Tampoco se ha
establecido con certeza ni la fecha de su nacimiento ni la
de su muerte. Pero, el apogeo de su pensamiento habría
ocurrido alrededor de los años 500 a. de C.
Las escasas informaciones que existen acerca de su
vida y de su obra nos han llegado a través de los escritos
de Diógenes Laercio.
Se han reunido 126 sentencias o fragmentos de una
obra que Diógenes le atribuye: De la naturaleza, y que
110
habría estado dividida en tres secciones: La Primera:
acerca del Universo; La Segunda: Acerca de la Polí!ca y la
Tercera: Referida a la Teología.
Es significa!vo el hecho que las 126 sentencias que
han llegado hasta nuestros días, quince de ellas incluyen
la palabra oír. Con esto Heráclito expresa la ac!tud
más ac!va que puede alcanzar el hombre sabio, porque
pensar consiste esencialmente en escuchar la armonía
que compenetra todas las cosas, haciéndolas una sola en
la unidad junto con el Alma inmortal.
Para una mejor compresión, tomaremos su pensamiento
de algunos fragmentos, y que !enen relación con el Alma:
“La sabiduría está separada de todo” (Frag. 108). Es
decir: no está en un alma en par!cular, aunque sea la de
Dios, sino que se encuentra en la unidad de todas las cosas.
No está en tu alma, pues por cualquier dirección que sigas
no encontrarás los límites de tu alma. Tan profundo es su
Logos (Frag. 45), que no está en mi alma, pues, si a!endes
no a mí, sino que al logos, estarás de acuerdo en que la
sabiduría consiste en que lo Uno es el Todo (Frag. 50); y
este no está en ninguna cosa par!cular pues en cada cosa,
en la medida en que es justamente una cosa par!cular La
naturaleza ama ocultarse (Frag. 123). El Principio de todo,
y la naturaleza descubierta (no oculta), está en la unidad
de todas las cosas; unidad que en la armonía del alma es
pura recepción y escucha.
Es di#cil el pensamiento de Heráclito, pero en el fondo
respecto del alma, quiere decir que la armonía y el alma
evolucionan a través de la unidad y que cuando se llega a
esa expansión de conciencia, en ese momento percibimos
que la unidad es parte del todo y por ello como almas en
su tránsito por el universo, par!cipamos del Todo.

111
EL ALMA SEGÚN LOS PITAGÓRICOS

Todos de una u otra forma hemos escuchado hablar de


Pitágoras, de su doctrina, de su escuela, y sin embargo,
todo lo que se sabe de él, es casi legendario. Contribuye a
esto, el hecho real que no dejó nada escrito. Hoy se sabe,
por ejemplo, que los versos de oro atribuidos a Pitágoras,
son el resultado del aporte de muchas generaciones de
pitagóricos y, fue Filolao el que más difundió las doctrinas
del maestro de Samos.
De Pitágoras sabemos que todas las cosas que cambian,
pueden expresar este cambio en términos numéricos.
Pero los números, sin embargo, son en!dades que
en cierta medida desmienten lo que nos dice el mundo
sensible. Todo, lo que a nuestros ojos parece real, es
justamente lo más ilusorio y la realidad profunda de las
cosas poco o nada !ene que ver con las percepciones que
nos entregan nuestros sen!dos.
Tal dis!nción está relacionada con otra mucho más
clara: La que hacían los pitagóricos entre el Alma y el
Cuerpo (Dualismo)
Hay que recordar respecto de estos conceptos, que
Pitágoras se encontraba embebido de una religión
de procedencia oriental (El Orfismo), que influyó
notoriamente en su filoso$a y en el es!lo de vida que
dispuso para sus discípulos.
Esta Escuela que fue importan%sima más adelante,
para entender muchas de las ideas de Platón, hace una
tajante separación entre el Cuerpo y el Alma y dice que el
Cuerpo (Soma) es la tumba (Sema) del Alma y que solo
por un cas!go ésta puede estar alojada en aquel, para
volver a otros cuerpos inferiores después de cada muerte.
Con esto se desprende que parece haber sido firme
doctrina pitagórica la llamada Transmigración de las Almas
112
(Metempsicosis, Palingenesia), según Aristóteles (De En.
A3, 407b20) y otros autores, la cual tendría su origen en el
oriente, quizás a través de los órficos.
No es posible una interpretación unívoca de esta idea,
pero parece probable que el alma (y en algún texto llega
a decir que el alma es un número) fuera concebida como
una emanación de lo divino y que antes de retornar
purificada a sus orígenes, debiera purgar sus culpas
en sucesivas encarnaciones, a la manera del Samsara
Brahmánico y Budista.
Una rigurosa ascesis puede abreviar este deambular,
también esto es coincidente con las teorías de las
religiones orientales. Sin embargo no existe nada claro
entre los escritos de los pitagóricos, que se entendería por
“Lo Divino”.
En todo caso, es imposible que el Alma Humana
reencarne en un Animal, porque esa es la razón de la
evolución del Ser Humano, avanzar y no retroceder en el
sendero que debe recorrer su alma inmortal; nunca un
alma humana reencarnará en algo inferior o cambiará de
Género, porque si fuere así, el karma dejaría de exis!r o
no exis!ría sencillamente y este es una Ley Universal, por
lo tanto el error de conceptos es de los pitagóricos.

EL ALMA SEGÚN PLATÓN

La Inmortalidad del Alma y su Naturaleza

En el Fedro o de la Belleza (Pag. 245c) existe un


argumento sobre la inmortalidad del alma, basado en la
idea, según Platón, de que el alma es el origen de todo
movimiento en donde la inmortalidad del alma, entendida
113
el alma como origen o primer principio del movimiento,
teoriza profundamente en el sen•do de que el alma es el
origen de la vida, el principio vital, y que sin ella no hay
vida posible; también, establece una equivalencia entre
vida y movimiento, siendo el origen de ellos el alma,
única realidad que •ene la capacidad de desplazarse sin
necesidad de la acción de una fuerza exterior:
Toda alma es inmortal. Pues aquello que está siempre
en movimiento es inmortal. Todo aquello que mueve a
otra cosa siendo, a su vez movido por otra cosa, cuando
cesa su movimiento cesa también su vida.
Sólo aquello que se mueve a sí mismo como un
movimiento eterno, nunca cesa de moverse, sino que es
la fuente y principio del movimiento para todas las otras
cosas que mueve; pues, el principio nunca tuvo un inicio
de su existencia, porque siempre estuvo ahí.
Y todo lo que comienza a exis•r nace a par•r del
principio, mientras que el principio mismo no procede de
nada. Si el principio proviniera de alguna otra cosa, dejaría
de ser principio.
Y puesto que no comenzó, tampoco será destruido.
Pues si el primer principio fuera destruido, no podría ya
originarse ninguna otra cosa a par•r de él, dado que todas
las cosas se originan a par•r de un primer principio. Así,
pues, el primer principio del movimiento es aquello que
se mueve a sí mismo.
Pero la afirmación de que la naturaleza del alma es
simple, no fue la úl•ma palabra de Platón. En el Fedro, y
posteriormente en el Timeo, nos presentará el alma con
una naturaleza tripar•ta, posición que se verá reafirmada
en el Timeo. ¿Se refiere Platón a una sola alma o a tres
almas dis•ntas?
La forma de referirse Platón al alma, en el Fedro, nos
permite afirmar que Platón no concibe la existencia de
tres almas dis•ntas en el hombre, sino la de una sola alma
114
que realiza tres funciones dis•ntas, y que es muy parecido
al concepto Rosacruz del Cosmos.
En el Fedro, en efecto, nos habla Platón de un alma
tripar•ta en el mito del carro alado. El alma es comparada
a un carro •rado por dos caballos y controlada por un
auriga.
Auriga es un esclavo que debía conducir la biga, que
era un vehículo liviano •rado por dos caballos.
El Alma es como un carro de caballos alados y un auriga
que forman una unidad.
Ahora bien; los caballos y aurigas de las almas de los
dioses son todos buenos y de excelente linaje los de las
otras almas, sin embargo, son mezclados. Pero, nuestro
auriga gobierna a la pareja que conduce, en donde uno
de sus caballos es bello y bueno y de padres semejantes,
y el otro es lo contrario en ambos aspectos; de ahí que
la conducción nos resulte dura y dificultosa (Pag. 246 a).
Pero; en “La República”, Platón expresa que la polí•ca se
funda en un análisis profundo del Alma Humana, de los
factores que intervienen en su formación, en la conducta
y en su des•no final.
El alma en Platón es suscep•ble de ser educada, y
en la buena o mala educación que reciba descansa la
conducta del individuo. Este hecho hace de Platón un
agudo pedagogo, un educador de primera calidad que
supo calibrar con exac•tud la importancia de la educación
en el seno de las sociedades civilizadas o polí•cas. Pero
él •ene la certeza de que no puede haber una buena
educación sin el conocimiento de la verdad, por lo que
él o los gobernantes, que deben ser educadores a la vez,
han de esforzarse en conocer la verdad (Enciclopedia de la
filoso!a de R. Conde Obregón Pag. 87 – 88)

115
Finalmente, el filósofo que Platón describe en el “Fedón
o del Alma” es un hombre de conocimiento profundo,
que ha llegado a comprender que:

“LA REALIDAD NO PERTENECE AL REINO DE LA MATERIA, SINO


QUE A LA DEL ESPÍRITU”

Y, en consecuencia, Platón ajusta su vida a este


concepto intelectual.
Haciendo un análisis de estas ideas de Platón, todos
!enen el derecho de expresar su punto de vista sobre
cualquier tema, aunque este sea una utopía, pero
respecto del Alma tengo la impresión de que ella se
puede manifestar de diferentes formas, producto del
materialismo o mis!cismo del vehículo donde ella se
encuentra inserta.
El auriga (Esclavo) representaría la parte racional del
alma, encargada de dirigir el conjunto hacia sus fines; el
caballo bueno representaría las tendencias nobles, y el
caballo malo representaría las tendencias más materiales.
A diferencia de lo que ocurría en el Fedón, donde el
alma no tenía ninguna relación con las pasiones, que
eran atribuidas exclusivamente al cuerpo, en el Fedro,
Platón atribuye al alma el origen de las pasiones, por lo
tanto sería parte de la vida emocional del hombre. Es un
avance importante en la interpretación psicológica de la
vida humana, tratando de dar cuenta de los constantes
conflictos a los que nos !ene habituado la experiencia.
No obstante, la dirección del conjunto le corresponde al
auriga, al Esclavo, es decir, a la parte racional del alma.
Esta posición pareciera que corrige el intelectualismo del
Fedón y nos ofrece otra visión, diferente de lo desarrollado
en la República, en la que el !po de hombre dependerá de
la naturaleza del alma y de su orientación.
116
El alma es una sola y pienso que no es Platón el que
se equivocó al plantear un Alma Tripar•ta, sino que las
traducciones del griego al la•n, inglés y español, no son
muy buenas y producen errores de conceptos y, además,
cada editorial le agrega y quita conceptos para hacer
más polémico el análisis. Pero me quedo con el concepto
de Platón de que, en realidad, el Alma no pertenece al
reino de la materia, porque a todas luces somos Dioses
Mortales.
La mayoría de los filósofos griegos fueron iniciados
en la escuela de los Misterios de Osiris e Isis en Egipto, y
la Religión del An•guo Egipto es muy clara respecto del
Alma y la Transmigración, tema que expondremos más
adelante.
Por otro lado, la mayoría de los filósofos griegos
estudiaron en Egipto y Asia y recorrieron parte del
mundo del Mediterráneo, enseñando el Herme•smo y
aprendiendo otras filoso•as de vida. Ellos no inventaron
la verdadera sabiduría; solamente son un referente de las
concepciones filosóficas de aquella época, extraídas de la
sabiduría de los an•guos egipcios.

EL ALMA SEGÚN ARISTÓTELES

Aristóteles definió la Psyche (el Alma) como “forma


específica de un cuerpo natural que en potencia •ene
vida”. (De Ánima, 412 al 420.) También la en•ende como
“la esencia de tal •po de cuerpo” (412b10). La forma o
esencia es lo que hace que un ente sea lo que es. Por esto
entendemos que el alma es lo que define a un cuerpo
natural. Por ejemplo, si el oído fuera un animal, su alma
sería el escuchar y su materia el propio órgano del oído.
117
Un oído que no tuviera la función de oír sería un oído solo
de palabra. En este caso, el alma configura la materia en
un cuerpo natural organizado.
Así se forma una unidad sustancial (compuesta de
materia y forma). Alma y cuerpo no son separables en el
viviente.
El alma es definida también por el estagirita como “la
entelequia primero de un cuerpo natural que en potencia
•ene vida” (412al 426). Con ello indica que el alma es
entelequia o acto primero del cuerpo vivo,en donde alma
y cuerpo están unidos simultáneamente. Pero, al ser el
alma el acto, puede decirse que esta •ene prioridad sobre
el cuerpo es decir •ene el fin en si misma.
En consecuencia el Alma es primera no en el •empo,
pero sí en importancia. Es la primera acción de donde
surgen las facultades y potencias del viviente. Aristóteles
señala, finalmente, que podrían darse operaciones del
alma que no dependieran de cuerpo alguno, porque es
perfecta y divina.
La visión dualista que plantea Aristóteles se desprende
del platonismo, que distorsiona la realidad y las
consecuencias llegan a un desprecio de las realidades
•sicas, del cuerpo humano y de la sexualidad, entre otras
cosas.
Se imagina el alma como algo independiente, parte de
lo divino y de lo bueno, como una hoja blanca me•da en un
pobre sobre material del cual urge liberarse. Sin embargo,
el monismo aristotélico permite entender al ser humano
como una dualidad conformada de cuerpo y alma, dando
el justo valor al cuerpo al no entenderlo como la prisión
del alma (como hacía Platón), sino como parte esencial de
lo que es el hombre.
Se en•ende que el Alma es la verdadera vida del
cuerpo, es el elemento esencial que anida en un vehículo
mortal para evolucionar a través del espíritu.
118
No existe otro concepto de evolución, y los seres
humanos somos los únicos que evolucionamos a través del
espíritu y cooperamos al movimiento del macrocosmos
a través de nuestra evolución cósmica, de la palabra y
de nuestros pensamientos, porque los seres humanos
somos Seres-ideas pensamientos y somos los arquitectos
del universo; porque con estos hemos creado un universo
paralelo de todo lo que existe y que !ene semejanza con
nuestros propios deseos y pensamientos.
Por supuesto que esta Alma es la que nos permite
conectarnos con el Meso cosmos como le llamaban los
griegos, “El Mundo de las Ideas Arque!picas”, y que
yo llamo “El Universo de las Ideas Arque!picas o del
Hombre Espiritual”.
Es necesario definir entelequia: Según Aristóteles, “Es
toda realidad que ha alcanzado o se encuentra en vías
de alcanzar su perfección”; esta es una palabra creada
por Aristóteles y en el fondo significa “Tener el fin en
si mismo”. Pero, en el ámbito exotérico, en español,
se u!liza como: “Cosa irreal”. Por lo tanto no hay que
equivocar los conceptos.
Respecto de Entelequia, según el libro “Breve
Historia de la Filoso#a” de Humberto Giannini Editorial
Universitaria y otros, no comparto la opinión del escritor,
en el sen!do que Aristóteles pensaba que la entelequia
era el acto primero entre cuerpo vivo y alma. Yo pienso,
que el alma es el ser, el fin del cuerpo mortal y también
el obje!vo de evolución cósmica y espiritual que ac!va y
perfecciona al hombre.

119
EL ALMA SEGÚN DEMÓCRITO

Se conoce con el nombre de atomistas especialmente a


dos pensadores: Leucipo y Demócrito.
Demócrito nació en Abdera (Tracia) y seguramente
fue discípulo de Leucipo, de quien se sabe muy poco.
A Demócrito se le atribuyen numerosas obras y se le
considera uno de los prolíficos autores presocrá•cos. Los
fragmentos conservados apenas reflejarían esa amplia
producción, de la que se conoce al menos un •tulo: Micro
Diacosmos.
La Tesis fundamental de Demócrito, y que ha dado
el nombre a la tendencia a que pertenece, es que el
universo está cons•tuido por una can•dad innumerable
de par•culas, que son indivisibles, de ahí su nombre
de átomos: indivisible. Y que, además, son eternas e
inmutables.
La teoría atomista, Demócrito también la aplica al
alma humana, a la que considera compuesta por átomos
más su•les y ligeros. Las sensaciones y el pensamiento
se explican también por las vibraciones de los átomos,
provenientes de los dis•ntos objetos y portadores de
pequeñísimas imágenes.
Es en Demócrito en donde el tema é•co alcanza una
mayor dimensión, al menos según los fragmentos que aún
se conservan. Hay una referencia a la vigilancia moral de
los dioses, pero más contundente es su afirmación de la
conciencia moral individual, de la vergüenza que uno siente
ante sí mismo al cometer alguna acción reprochable: “El
alma en paz da la felicidad y no la hacienda ni el oro”
(Frag. 244).
Por supuesto que Demócrito •ene razón, porque en el
alma se encuentra nuestra armonía interior y a medida que
120
vamos descubriendo su potencialidad divina, percibimos
que todo lo que deseamos se nos materializa como por
arte de magia. Y ella es la verdadera magia del universo.

EL ALMA SEGÚN SÓCRATES

Sócrates nació en Atenas en el año 470 a. de C., y


murió el 399, año en que fue acusado de negar a los Dioses
patrios y corromper a la juventud, afirmando la existencia
de seres demoníacos; un tribunal popular, luego de
escuchar su defensa, lo condenó a muerte. Después del
famoso discurso dirigido a sus discípulos, según el Fedón,
bebió la cicuta.
El primer problema que plantea Sócrates es el de su
existencia. No dejó nada escrito y las fuentes para su
conocimiento son Jenofonte, la Apología de Sócrates;y de
Platón sus escritos: La Apología, El Cri•ón, El Fedón y El
Banquete, y referencias aristotélicas. También aparece
en algunas comedias de Aristófanes.
Hasta nuestros días han llegado algunos relatos de él
entre otros: El Método de Sócrates, llamado Mayéu•ca;
el Concepto universal; La É"ca; y Dios y el alma que es el
tema que analizaremos:
Hay que reconocer que la cues"ón de Dios en el
pensamiento socrá"co no está muy clara en los escritos
que han llegado a hasta nosotros. Sabemos que al menos
externamente, rendía culto a los dioses del Olimpo,
aunque muere acusado de negarlos, y al parecer habría
afirmado la existencia de un ser superior y ordenador del
universo. No solo un ordenador del mundo #sico, sino que
también un legislador universal, que establece leyes no
121
escritas y que deben respetarse tanto o más que las leyes
humanas.
No me cabe la menor duda que, de lo que hablaba
Sócrates, era de los principios y leyes universales que hoy
figuran escritos, tanto en los libros sagrados, como en los
libros de Filoso•a Esotérica y Hermé•ca.
Sin embargo cuando se habla del dios de Sócrates, se
hace referencia, en primer lugar, a una suerte de presencia
interior o voz de la conciencia, que sirvió seguramente de
base a la acusación de obedecer a seres demoníacos.
En todo caso, Sócrates no estaba tan lejos de la realidad,
ya que se refería al Alma, a esa divinidad interior que
debemos conocer y que anida en nuestro cuerpo mortal.
Respecto del Alma, la mayoría de los escritores y
editoriales que hablan y transcriben los conceptos de
Sócrates, piensan que no es fácil establecer nada preciso
respecto de lo que en realidad pensaba del alma.
Por otro lado, según referencias de Jenófanes, este
expresaba que Sócrates sí sostuvo la existencia del Alma
y, más aún, que ella es “Lo que el hombre •ene de más
grande y mejor” y que se la “Infundió Dios”.

122
CAPÍTULO IV EL ALMA SEGÚN LA FILOSOFÍA ÁRABE
DEL MEDIOEVO

GENERALIDADES DE LA FILOSOFÍA
ÁRABE DEL MEDIEOVO

La importancia principal del pensamiento filosófico


árabe en la Edad Media, pienso que radica en la influencia
que tuvo en el desarrollo de la mentalidad de los filósofos
contemporáneos europeos que dieron forma a la
escolás•ca occidental (pensamiento filosófico y teológico
cris•ano), cuya formación y desarrollo fue heterogénea,
ya que acogió en su seno corrientes filosóficas no sólo
grecola•nas, sino también árabes y judaicas, lo que causa
en este movimiento una fundamental preocupación por
consolidar y crear grandes sistemas sin contradicciones
internas, que asimilasen toda la tradición filosófica
an•gua.
Es importante destacar que el contenido filosófico
de la escolás•ca se debe al deseo de los pensadores
medievales de tener un instrumento que le permi•ese un
mayor perfeccionamiento de la ciencia referente a Dios.
Este instrumento les es proporcionado por la filoso•a
aristotélica y platónica; pero siempre supeditando la
ciencia y la razón, a la religión y la fe. Es decir, todo el
desarrollo de respuestas por el método filosófico
busca jus•ficar la existencia de Dios y defender la Fe,
caracterís•ca muy propia de la filoso•a árabe medieval,
que, al igual que en la escolás•ca se ve enfrentada en su
momento a la separación y divorcio entre la razón y la fe,
así como entre filoso•a y teología. Por ello los pensadores
árabes fueron catalogados muchas veces de herejes y

123
sus obras no fueron difundidas en su mundo (el islámico
musulmán), y solo sobrevivieron en el pensamiento que
ayudaron a desarrollar.
Si queremos caracterizar brevemente a los más
importantes filósofos árabes, debemos dis•nguir entre la
filoso•a islámica del Oriente (Bagdad) y la del Occidente
(España).
A con•nuación, expondremos algunos filósofos
Árabes, y la concepción que tenían del Alma.

EL ALMA SEGÚN AL KINDI

Al Kindi fue miembro de la tribu árabe de Kinda, que


había jugado un papel importante en la historia temprana
del Islam (Kalam). Su linaje le valió el !tulo de “El Filósofo
de los Árabes” entre los escritores posteriores.
Al Kindi murió después de 866 d.C., y su muerte,
generalmente, se sitúa en el año 870. Su fecha de
nacimiento es más di•cil de precisar, pero se dice que ha
sido un estudioso bajo el califa Al Mamun, cuyo reinado
terminó en el año 833. Sin duda fue relacionado con la
corte del próximo califa Al Mutasim, que reinó entre los
años 833 y 842. Es por ello que, por lo general, se calcula
que nació alrededor del año 800 D. C., en Basora y se
educó en Bagdad. Su carrera filosófica la alcanzó bajo el
Califa Al Mutasim, a quien Al Kindi dedicó su obra más
famosa, “La Primera Filoso•a”.
Otros trabajos arrojan más luz sobre la psicología de
Al Kindi, es decir, la teoría del alma: “El Discurso sobre el
alma” consiste en supuestas citas de filósofos griegos, en
donde hay sustancias separadas usadas por Aristóteles en
“Categorías” para probar que el alma es inmaterial, y en
124
el“Sueño y Sueño” da cuenta de los sueños profé!cos, en
términos de la teoría de la imaginación de Aristóteles.

El Alma Humana

Al Kindi postula que el alma es una sustancia, al afirmar


que la esencia es algo que comparte un nombre y una
definición con esa sustancia. Por lo tanto, si el alma es la
esencia del ser vivo y el ser vivo es una sustancia, el alma
es también una sustancia.

La É!ca

Teniendo en cuenta que Al Kindi divide fuertemente


el alma racional del cuerpo y las facultades psicológicas
inferiores, y ve el alma racional como nuestro verdadero
“yo” o “esencia” y como la única parte de nosotros que
sobrevive a la muerte del cuerpo, no es de extrañar que
su pensamiento é!co sea también altamente intelectual.
Su texto “Disipar Tristeza”, como su #tulo lo indica,
es un trabajo dedicado a la consolación filosófica. Gran
parte del texto consiste en consejos prác!cos, máximas y
anécdotas que uno puede considerar cuando se enfrenta al
dolor del Alma o la tristeza. Propugna que se debe valorar
y velar por las cosas que son estables y duraderas, que no
se nos pueden quitar, y que son los valores familiares.
En la medida en que los deseos de uno son dirigidos
exclusivamente hacia el inteligible “mundo de la
inteligencia”, uno será invulnerable a la tristeza y es con
este argumento que concluye que la tristeza es innecesaria.

125
EL ALMA SEGÚN AL FARABI

Abu Nasr Muhammad Al Farabi nace en Wasil, el año


872, en el distrito de Farab, en Turquestán Occidental.
Hijo de una noble familia donde su padre fue un militar
de la corte turca. Al Farabi estudió, en Bagdad, gramá•ca,
filoso•a, matemá•cas, música y ciencias.
En el pensamiento de Al Farabi vemos argumentos
aristotélicos para probar la existencia de Dios: recibir su
movimiento de un Primer Motor, que es Dios. También
que las cosas de este mundo son con•ngentes, no
existen necesariamente. Vemos también influencias
neoplatónicas, pero Alcorán insiste en la unicidad de Dios.

El Orden Jerárquico según Al Farabi

Todos los nombres y atributos que se le dan a Dios


(un total de 99) no implican mul•plicidad. Pero esta
simplicidad del Uno divino plantea el problema del origen
de la mul•plicidad del mundo creado. Al Farabi hace
nacer la mul•plicidad a través de generaciones sucesivas,
en donde la creación la estructura en el siguiente orden
jerárquico:

El Ser Único, Causa 2ª, Intelecto, Alma, Forma,


Materia.

- El Ser Único es el Principio Divino y la Causa Primera de


todas las cosas. Es la Unidad. La Causa 2ª es la Inteligencia
de las esferas y el Primer Creado. Dios no piensa en la
mul•plicidad, sino que crea el Primer Creado y de este,
126
fuera ya de Dios, arranca la pluralidad. Desde aquí al final,
se encuentra la mul•plicidad.
- El Ser Único, la Causa 2ª y el Intelecto Agente, ni
son cuerpos ni se relacionan con las cosas corporales.
Mientras, el Alma, la Forma y la Materia no son cuerpos,
pero se relacionan con lo corporal.
- El Alma puede ser: Celeste, Racional, Sensi•va,
Vegeta•va.
- Las Formas pueden ser: Materiales e Inmateriales. Los
géneros de los cuerpos son: Cuerpo de las Esferas celestes,
Animal Racional, Animal Irracional, Vegetal, Mineral y los
cuatro Elementos.

La Concepción del hombre según Al Farabi.

El hombre está dotado de Intelecto y Alma. El alma es


una sustancia espiritual, simple, incorpórea, incorrup•ble
e inmortal, conformada por tres grados: el racional, el
sensi•vo y el vegeta•vo, donde lo racional encierra a los
otros dos.
- Sensi•vo: Funciones de nutrición.
- Vegeta•vo: Funciones de conservación y reproducción.
- Racional: Funciones aprehensivas. Consta de cinco
sen•dos exteriores y de cuatro sen•dos interiores. Son:
Imaginación (es•ma•va y cogni•va), Sen•do Común,
Discernimiento y Memoria.
La función nutri•va, localizada en el aparato diges•vo,
es la materia, de la función sensi•va, que es la forma,
localizada en los sen•dos corporales; esta, a su vez, es
la materia, de la función racional, que es la forma y sin
localización específica. El cuerpo humano refleja el orden
del Universo. La función específica del cuerpo es dirigida
por el corazón, que produce calor, indispensable para la
127
vida, produce un fluido que recorre el cuerpo y controla
las funciones del cerebro, este a los nervios, y estos a los
músculos.
El alma es el principio rector y es la forma del cuerpo
concreto. Niega la Transmigración y la Preexistencia.
Procede del Intelecto Agente o Donador de Formas y tras
la separación del cuerpo recibe un premio o un cas•go.

El intelecto

Es la parte más noble del alma humana. Al Farabi realiza


algunas dis•nciones:
a) Sen•dos pre filosóficos: Inteligencia (sen•do vulgar
y Razón. (Mutakallimies).
b) Sen•do meta"sico: Inteligencia Separada
c) Sen•dos pregnoseológicos: Luz Natural (especula•vo)
y Prudencia (Prác•co).
d) Sen•dos gnoseológicos:
- Intelecto en Potencia.
- Intelecto en Acto.
- Intelecto Adquirido.
- Intelecto Agente. (Intelecto Ac•vo)

El intelecto humano se puede dividir en intelecto


teórico o contempla•vo y en intelecto prác•co.

EL ALMA SEGÚN ALGACEL

Hacia mediados del siglo XI (1.058) nació en Tus,


ciudad del Khorasan, Al Gazali o Al Ghazâli (el Algacel de
los escolás•cos), quien adquirió gran celebridad entre sus
correligionarios como teólogo y como filósofo.
128
Hizo clases en la Universidad de Bagdad, luego en
Damasco, Jerusalén y Alejandría. Más tarde se re•ró a su
ciudad natal, y se dedicó
a la vida contempla•va de los Su•es (mís•cos), donde
escribió numerosas e importantes obras, cuyo obje•vo
era rehabilitar el islamismo como religión, afirmando y
defendiendo su superioridad sobre las demás religiones.
El más célebre de estos escritos teológicos es el llamado
“Restauración de las Ciencias Religiosas”, obra de
teología y moral dividida en cuatro partes, que trata de
las ceremonias religiosas, y de las prescripciones acerca
de las diferentes circunstancias de la vida, de los vicios y
de las virtudes. De aquí el nombre y pres•gio grande que
alcanzó entre sus correligionarios, que solían honrarle
con el epíteto de “ornamento de la religión” y con el de
“prueba del Islamismo”.
Habiendo abandonado su re•ro, Algacel volvió a dirigir
la universidad de Bagdad, y sus úl•mos años de vida se
re•ró de nuevo a Tus, donde fundó un monasterio de Su•es
y pasó el resto de sus días dedicado a la contemplación y
las prác•cas religiosas. Murió en el 1.111.

Pensamiento de Algacel

Algacel fue considerado como el restaurador de la fe


y como el teólogo más grande y mís•co del Islam. Entre
sus planteamientos se destaca la exposición sobre la
elevación del alma a la unión con Dios, que concuerda con
la ascensión del alma y mís•ca cris•anas.
Haciendo énfasis en sus escritos relacionados con la
Filoso•a, citaremos como el más importante: “Tahafut
al Falasifa” (Las Incoherencias de los Filósofos), tratado
en que expone los fundamentos y razones principales
129
que militan en favor del escep•cismo de los filósofos,
y mediante el análisis de 20 ideas (17 meta•sicas y 3
naturales). Allí concluye que las respuestas obtenidas por
medio del razonamiento filosófico no son demostraciones,
sino que un juego dialéc•co, y por ello postula que la
verdad sólo puede encontrarse en el mis•cismo o sufismo.
Este tratado fue traducido al la•n hacia fines del siglo XII
por el eclesiás•co español Domingo Gundisalvi, y vio la luz
pública en Venecia, a principios del siglo XVI, con el •tulo
de “Lógica et Philosophia Algacelis Arabis”.

EL ALMA SEGÚN ABENTOFAIL

Ibn Tufail, también conocido como Abentofail, nació en


Uadi-Ash, actual Guadix (provincia de Granada, España),
en el año 1.110 y fallece en Marrakech en 1.185, fue
médico, filósofo, matemá•co y poeta, contemporáneo de
Ibn Rushd (Averroes), de quien fue su maestro, y discípulo
de Avempace. Tuvo la fortuna de vivir en el periodo de
tolerancia filosófica que se vivió en los reinos de taifas
antes del predomino fundamentalista islámico. Par•cipó
en la vida cultural, polí•ca y religiosa de la corte de los
almohades en Granada en donde ejerció como ká•b
(secretario) del gobernador de Granada y posteriormente
wazir (visir) y médico del sultán almohade Abu Yaqub Yusuf,
quien le dis•nguió con su amistad, lo que aprovechó para
atraer a la corte a los sabios más eminentes de su época,
entre ellos al famoso Averroes, a quien le deja el cargo de
médico del sultán en 1.182, ejerciendo como visir hasta su
muerte, en 1.185.

130
El Pensamiento de Abentofail

Su filoso•a, como la de casi todos los filósofos islámicos


parte del platonismo; pero, adaptándose a la mís•ca
islámica y, como era habitual en la época, conjugando
las verdades reveladas por la religión con la especulación
filosófica.
Si bien escribió sobre medicina, meteorología y
astronomía, su figura y pensamiento quedó en el olvido
llegando a nuestros •empos poco de su obra, como:
Expugnación de Cafza en África y Risala Hayy Ibn Yaqzan
Fi asrar al-hikma al-mashriqiyya (Carta de Hayy Ibn Yaqzan
sobre los secretos de la sabiduría oriental), conocida
simplemente como “El filósofo autodidacta” que sigue de
cerca El régimen del solitario de Avempace. Esta úl•ma
se trata de un cuento alegórico que se convierte en una
parábola de la ascensión mís"ca del Alma y los caminos
por los que se llega a la Verdad, es una especie de novela
filosófica que recuerda algo al Cri•cón de Baltasar Gracián.

EL ALMA SEGÚN AVERROES

Ibn Rusd o Averroes, el más célebre comentarista


musulmán de Aristóteles, nació en Córdoba, en 1.126.
Su abuelo y su padre fueron jurisconsultos y jueces y él
abrazó la misma carrera, aunque estudió con gran interés
medicina, matemá•cas y filoso•a. Ya hemos visto cómo
Abentofáil lo introdujo en la corte del rey Yusuf, el cual
le confió numerosos encargos polí•cos que le obligaron
a viajar a menudo por España y Marruecos. Al Manzur,
sucesor de Yusuf, protegió también a Averroes, pero
131
cuando fue acusado de herejía corno otros sabios árabes
de la época, de promover la filoso•a y la ciencia griega,
con menoscabo de la religión islámica, fue desterrado a
Elisana (Lucena), cerca de Córdoba, de donde se le prohibió
salir. Más tarde fue enviado a Marruecos, donde murió
el 10 de diciembre de 1.198. Todas sus obras habían sido
destruidas por orden de Al Manzur. El Occidente la•no las
conoció a través de versiones hebreas.

La Doctrina del Intelecto de Averroes

La doctrina que la escolás•ca la•na consideró !pica


del averroísmo es la doctrina del intelecto. Mediante ella,
Averroes se aparta de la interpretación que domina la
filoso•a musulmana, desde Al Kindi a Abentofail.
Para ellos, el intelecto ac•vo es la úl•ma emanación
divina, y, por consiguiente, es una sustancia separada de
la materia, e incluso del alma humana, y que pertenece al
número de las sustancias divinas. El intelecto en potencia
o material es para ellos el verdadero intelecto humano,
la parte racional del alma. Este úl•mo pasa al acto por
obra del primero, convir•éndose así en intelecto ac•vo,
que, a su vez, después de perfeccionarse gracias al uso del
razonamiento discursivo, pasa a ser intelecto adquirido
(adeptus).
Esta doctrina, que con pocas variantes aparece
en los sistemas antes expuestos, sufre una modificación
sustancial por obra de Averroes: el intelecto material no
es el alma humana; y, no lo es por las mismas razones por
las que no lo es el entendimiento ac•vo, o sea, porque
las formas inteligibles que son su objeto potencial son
universales, eternas, indestruc•bles, y no lo serían si
132
siguieran la suerte del alma humana que es diversa en
diversos individuos y unas veces piensa y otras no, ni
tampoco piensa del mismo modo en todos.
Por los mismos mo•vos, también el intelecto adquirido
o especula•vo (Adeptus, specula•vus), que resulta de la
acción del intelecto ac•vo sobre el entendimiento material
o posible, es uno en todos los hombres y separado del
alma humana. Pero este úl•mo puede ser par•cipado por
las almas humanas en su mul•plicidad y mutabilidad, y
puede ser par•cipado por ellas en la forma de un hábito,
de una disposición o de una preparación (habitus,
disposi•o, prepara•o) que cons•tuye la perfección de las
almas mismas. Esta disposición y preparación cons•tuye
la perfección del alma humana: una perfección que sigue
las vicisitudes de la existencia, es decir, el nacimiento o la
muerte del alma misma, porque pertenece a la capacidad
de los sen•dos exteriores, porque se encuentra unida al
cuerpo.
En consecuencia, el entendimiento especula•vo puede
llamarse, por un lado, único, y por otro, múl•ple; por un
lado eterno, por otro generable y corrup•ble. En sí mismo
es único y eterno. Como disposición o preparación del
alma es múl•ple y se encuentra sujeto al nacimiento y a
la muerte.
Concluyendo, podemos decir que es importante
reconocer que la filoso•a árabe del Medioevo, •ene
todas las caracterís•cas de una escolás•ca, es decir, un
intento de hallar una vía de acceso racional a la verdad
revelada, caracterís•ca muy propia de la escolás•ca
cris•ana occidental. Por lo tanto, debemos comprender
que la verdad ha sido revelada al hombre por medio
de las Sagradas Escrituras, a través de las definiciones
dogmá•cas de las Religiones, especialmente la católica.
Por ello, los filósofos del Medioevo, primero árabes
y luego cris•anos, trataban por todos los medios de
133
acercarse a esa verdad, de comprenderla en cuanto
fuera posible a través del estudio del Neoplatonismo y
del Aristotelismo, pero siempre superponiendo la fe a la
razón.
Todo esto explica !a influencia y la penetración profunda
que el pensamiento árabe desarrolló en la escolás•ca
cris•ana a par•r de los siglos XIII y XIV; sin embargo, en
algunos puntos estas dos se manifestaron irreconciliables.
La síntesis de estas dos corrientes, llevada a cabo
por los más ilustres representantes del pensamiento
islámico: Avempace, Alfarabí y Averroes, da por resultado
la elaboración del principio de necesidad, en donde la
necesidad domina el mundo humano y divino: tal es la
convicción de los grandes filósofos musulmanes.
De esta necesidad, tampoco se libra el mundo de las
cosas finitas regido por una cadena de causas que, a través
de los acontecimientos del mundo y de los movimientos
de las esferas celestes, •ene por motor al Ser necesario,
es decir: El ser humano con su pensamiento materialista.
Del mismo modo, debemos reconocer que para los
filósofos árabes del Medioevo, el Alma tenía muy poca
importancia, ya que lo que existe de su pensamiento en
nuestros días, son pequeños fragmentos de sus ideas, con
excepción de Al Farabi, que profundizó en la concepción
del Alma. Debo decir que no comparto sus juicios y
pensamientos, ya que él la percibe como una sustancia
etérea y espiritual, (Concepto Religioso de ella),Alma que
según la mayoría de las disciplinas Esotéricas y Hermé•cas
y estudiosos del tema, es considerada como un pequeño
átomo que anida en nuestro cuerpo mortal, en donde se
encuentra el Espíritu y la Inteligencia de Dios.

134
CAPÍTULO V EL ALMA SEGÚN EL ESOTERISMO Y
HERMETISMO

EL ALMA SEGÚN LA MASONERÍA

En el “Manual del Maestro”, de Aldo Lavagnini en la


Pág. N° 19, Los Misterios de la Vida y de la Muerte, expone
dos interrogantes que analizaremos:
¿Qué es la Vida? ¿Qué es la Muerte?
La Muerte es el Alma Inmortal prisionera en la
materia y la Vida es el paso del alma hacia la Luz, hacia
una nueva existencia universal, a través de la evolución
cósmica del ser humano; pero esta realidad solo la puede
penetrar el Iniciado a través de su Luz interior, con el
ojo del discernimiento, y solo así se puede contestar en
forma sa!sfactoria este hondo misterio, impenetrable y
pavoroso para los profanos. Para su real entendimiento,
de nada sirven los postulados y dogmas de las diferentes
escuelas cien"ficas, filosóficas y religiosas.
El Alma Inmortal o la vida, es algo que se manifiesta
desde adentro hacia afuera. De otra manera no se puede
reconocer su in!ma esencia y su profunda causalidad, sino
que descubriendo su divinidad a través de la inteligencia,
en donde se hace patente la realidad invisible que se
esconde y expresa en la apariencia visible.
Cuando se sabe lo que es el Alma, se considera a la
muerte como una cesación aparente y, como lo dijimos
anteriormente, es un cambio real en la manifestación
exterior de ella, que nunca cesa, que nunca tuvo principio
y, siendo Eterna, es Inmortal e indestruc!ble, pues ella
sigue siendo vehículo e instrumento para nuevas e
infinitas expresiones de vida interior.

135
Es por ello que el iniciado ante la pregunta ¿A dónde
vamos? Contesta:

“A la conquista de la Inmortalidad del Alma”.

Respecto del “Manual del Maestro”, de Oswald Wirth,


en su pag. 107 expresa:
“Esta vida, refiriéndose al Alma Inmortal, es menos
e"mera, nosotros no concebimos de ella ni el principio ni
el fin; el Alma es divina y nos divinizamos par#cipando de
ella de una manera consciente.”
Depende, pues, de nosotros elevarnos hasta la
divinidad, tomando conciencia de nuestra verdadera
naturaleza inmortal. La Iniciación ha sido siempre el
camino del Santuario del Hombre-Dios.
Pero voy a retomar un concepto que es importante:
la masonería enseña que cuando desencarnamos, nos
dirigimos hacia el Oriente Eterno y, como fórmula para
evitar las diferencias religiosas entre los masones, al dios de
cada uno se le denomina “Gran Arquitecto del Universo”;
por lo tanto, a todas luces esa es una enseñanza Panteísta,
que expresa que el universo es la divinidad, es el todo
manifestado a través del universo arquitectónico material
y aquel universo que no vemos y que se encuentra en la
oscuridad. Es por ello que el Oriente Eterno debería ser
un Gran Sol Central desde donde todo irradia y se crea y,
si es así, entonces sería la Gran Alma del Universo.
Por otro lado, el Alma Inmortal de los seres humanos
también sería un Sol, porque si somos un Microuniverso
este debería tener un Gran Sol Central que sería el espejo
de aquel Sol que rige en el centro del Macro universo.
Es por esta razón que considero esta teoría personal
como una gran aproximación a la realidad mortal del ser
humano.

136
EL ALMA INMORTAL SEGÚN HERMES TRISMEGISTOS

Al analizar este tema desde el punto de vista hermé•co,


se puede decir que la inteligencia está en la razón, la razón
en el alma, el alma en el espíritu, y el espíritu en el cuerpo.
El espíritu, que ha penetrado en el cuerpo a través de las
venas, en las arterias y la sangre, hace mover a este ser
dotado de vida. De este modo, algunos seres humanos
han creído que la sangre era el alma y ello demuestra
que conocen mal la naturaleza. Lo más importante que
hay que saber, esque el espíritu debe ante todo retornar
al alma, y que entonces la sangre se coagula, las venas y
arterias se vacían y el ser perece.
Según Hermes, esta sería la muerte del cuerpo. Todo
depende de un solo principio y este principio surge de la
Unidad; el cuerpo es puesto en movimiento y después
vuelve de nuevo a ser principio, aunque la Unidad sea fija
e inmutable.
Es por ello que hay que considerar tres cosas, Primero:
Dios, el Padre, el Bien. Segundo: El Mundo; y Tercero: El
Hombre.
Es por esta razón que Dios con•ene al mundo, y el
mundo con•ene al hombre. El mundo es el hijo de Dios,
el hombre es como el vástago del mundo y Dios no ignora
al hombre, muy por el contrario, lo conoce y quiere ser
conocido por él.
La única salvación del hombre, según Hermes, es el
conocimiento de Dios; es la vía de la ascensión del alma
hacia el Centro del Universo, y a través de ahí únicamente
el alma se vuelve buena, no buena o mala, sino que
necesariamente buena, porque transita a través de la
evolución cósmica.
Al contemplar el alma de un niño; podemos ver que
la separación de ella con el universo todavía no se ha
137
realizado; su cuerpo es pequeño y no ha recibido el pleno
desarrollo. Es bella de ver y percibir, ya que aún no se
encuentra mancillada por las pasiones del cuerpo, y se
man•ene aún, casi fundida al alma del Universo. Pero,
cuando el cuerpo se ha desarrollado, la separación se
realiza, el olvido se produce en nuestra alma y deja de
par•cipar de lo bello y de la bondad de todo lo que existe.
Este olvido se convierte finalmente en los vicios mundanos
del materialismo.
Lo mismo sucede con los seres que desencarnan: El
alma vuelve a ella misma, el espíritu se re•ra en la sangre
y el alma en el espíritu; Pero, la inteligencia, purificada
y liberada de sus envolturas, y divina como es, por su
naturaleza, toma un cuerpo de fuego, y envuelta por el
alma inmortal, atraviesa el espacio y se dirige al centro de
los universos.
Este sistema de envolturas existe en los cuerpos
terrestres. La inteligencia completamente desnuda no
podría establecerse en un cuerpo de •erra, y este cuerpo
pasible no podría contener la inmortalidad ni la virtud de
su existencia.
La inteligencia toma al alma como envoltura; el alma,
que es divina, se envuelve con el espíritu y el espíritu se
expande en el Ser.
Cuando la inteligencia abandona el cuerpo terrestre,
esta, toma enseguida su túnica de fuego, que no puede
guardar cuando habitaba este cuerpo de •erra; porque la
conformación atómica de nuestro cuerpo no soporta el
fuego, ya que una sola chispa bastaría para quemarlo.
Es por ello, que el agua rodea la •erra y forma una
defensa que la protege contra la llama del fuego. Ella lo
toma como instrumento de su acción creadora.
La inteligencia Universal emplea todos los elementos;
pero, la inteligencia del hombre sólo los elementos
terrestres. Es por ello, que el Alma desprovista del fuego,
138
no puede construir obras divinas, porque se encuentra
some•da, tal como es, a las condiciones y capacidad de la
humanidad.
Las almas humanas, no todas, sino solo las almas
que •enen la virtud del amor al prójimo a través de sus
actos de amor y compasión, son divinas. Pero, una vez
separada del cuerpo y después de haber sostenido la
lucha de la devoción a la Bondad, que consiste en conocer
a Dios y en no dañar a ningún ser o persona, esa alma se
convierte en inteligencia.
Pero el alma hos•l a toda divinidad permanece en
su esencia y se cas•ga a sí misma buscando un cuerpo
terrestre donde encarnar, porque otro cuerpo no puede
recibir un alma humana y ésta no podría penetrar en el
cuerpo de un animal sin razón. Es por ello que una Ley
divina preserva al alma humana de tal afrenta.
El alma cambia su condición a través de la evolución,
para mejorar, pero nunca lo hace para empeorar esa
situación.
Siempre exis•rá una par•cipación común y jerárquica
en las almas: las de los dioses comunican con las de los
hombres y estas con las de los animales. Las Almas más
fuertes se cuidan de las más débiles; los dioses de los
hombres, los hombres de los animales sin razón; y Dios de
todos, pues supera a todos los demás y todo le es inferior.
El mundo está some•do a Dios, el hombre al mundo,
los animales al hombre, y Dios por encima de todo, lo
abarca todo.
Los Rayos de Dios son las energías; los Rayos del Mundo
son las creaciones; los Rayos del hombre son las Artes y
las ciencias.
Las energías actúan sobre el hombre a través del
Mundo y sus Rayos creadores; Las creaciones actúan a
través de los elementos; el hombre a través de las Artes y
las Ciencias.
139
Esta es la Economía Universal, consecuencia de la
Unidad, cuya inteligencia penetra todas las cosas;
pues, nada hay más divino y poderoso que la
inteligencia. Ella une a los dioses con los hombres y a los
hombres con los dioses.
Es por esta razón, dice Hermes, que el alma sin
inteligencia no podría hablar ni actuar. Cuando la
inteligencia abandona el alma, esta no ve nada ni oye
nada y por lo general, se parece a un animal sin razón.
Tal es el poder de la inteligencia; Pero esta inteligencia
nunca sostendrá al alma viciosa, porque ella se encuentra
apegada al cuerpo y la arrastra hacia la oscuridad de la
materia, hacia los vicios y sen•mientos materiales.Un
alma de estas caracterís•cas no •ene inteligencia y en esta
condición un hombre no puede, jamás, llamarse hombre.
El hombre es un Ser Divino que no debe compararse a
los animales terrestres, sino a los seres del cielo, llamados
dioses. O mejor, no temamos decir la verdad, el hombre
verdadero está por encima de estos o al menos los iguala;
porque, ninguno de los dioses celestes abandona su esfera
para venir a la Tierra, mientras que el hombre sube al cielo
y lo mide. Sabe lo que hay arriba y lo que hay abajo; conoce
todo con exac•tud y, lo que es más importante aún, no
•ene necesidad de abandonar la Tierra para elevarse.

EL ALMA SEGÚN LA TABLA DE ESMERALDA

“Es verdad, sin error, cierto y muy verdadero, que lo


que está arriba es como lo que está abajo, y lo que está
abajo es como lo que está arriba.
Para que se cumpla el milagro de la cosa única; y
puesto que todas las cosas provienen de la cosa única por
140
su mediación, de igual modo todas las cosas nacen de la
cosa única por adaptación”.
“Su padre es el sol; su madre es la luna; el viento la llevo
en su vientre; y la •erra es su nodriza. Este es el padre de la
perfección total o de la consumación del mundo entero”.
Su fuerza es integral si se convierte en •erra:
Separarás la •erra del fuego, lo su•l de lo denso,
suavemente, con mucha delicadeza. Asciende de la •erra
al cielo, y nuevamente desciende del cielo a la •erra y
recibe la fuerza de las cosas superiores e inferiores.
Así, posees la gloria del mundo entero y, por lo tanto,
toda oscuridad se alejará de •. Esta es la vigorosa fortaleza
de toda fortaleza, que vencerá todo lo su•l y penetrara
todo lo sólido. Así fue creado el mundo.
De esto derivaron todas las maravillosas adaptaciones
cuyo modelo es este.
Por ello, se me llamó Hermes, Tres Veces Grande, pues
poseo las tres partes de la filoso"a del mundo entero.
“Con esto concluye lo que he escrito sobre la operación
del sol”

OTRAS VERSIONES

En el léxico de Suidas se lee: los conceptos que aquí se


expresan de Hermes, corresponden a conceptos egipcios
de la época.
Thoth o Hermes Trismegistos era un sabio egipcio
anterior al faraón, fue llamado Trismegistos por los
griegos y significa tres veces muy grande, porque dijo que
en la tríada (trinidad) hay una sola divinidad:
“Así era la luz ideal de la luz ideal, y siempre era la
inteligencia luminosa de la inteligencia, y su unidad no
era otra cosa que el fluido envolviendo al universo fuera
de él, ni dios ni ángeles, ni ninguna otra esencia, pues, él,
141
es el señor de todas las cosas y el padre y el dios, y todo
depende de él y está en él, su verbo perfecto, generador y
creador, habiendo caído en la naturaleza generadora y en
el agua generadora, hizo el agua fecunda...”
Y habiendo obrado así, se levanto y dijo:
“yo te conjuro cielo, sabia obra del gran dios, yo te
conjuro gran voz del padre, que él pronunció la primera,
cuando hizo el mundo universal; yo te conjuro por el verbo,
hijo único del padre que abraza todas las cosas, a que seas
propicio, seas propicio”. Este fragmento, en la edición de
Patrizzi (Cap. xx pág. 51), se encuentra precedido de la
siguiente frase:

“No está permi•do comunicar tales misterios, a los


que no están iniciados. Escuchad con la inteligencia.”

EL ALMA SEGÚN LA PSICOLOGÍA


TRASCENDENTAL

La Psicología es el estudio cien!fico del comportamiento


humano y de los procesos mentales. El término “psicología”
proviene de las palabras griegas Psyche (Alma) y logos
(principio o estudio) y revela que la definición, en sus
orígenes, origen que corresponde a la filoso#a esotérica,
se refería al estudio del alma y que, posteriormente, en
Occidente, pasó a llamarse de la mente.
Haciendo un resumen de este tema, podemos decir
que la Psicología - como muy bien dicen en Oriente - los
occidentales la elevamos a símbolo máximo y, por ende,
como un elevado exponente, rela$vo a la Psiquis Humana.
(ALMA)
No dudamos que sea una Ciencia humana, humanista,
compleja, orgánica y abarcante, en donde se habla del
142
Psicoanálisis a par•r de la síntesis de S. FREUD, del Análisis
Transaccional y de todas las otras áreas de estudios que
enseña esta ciencia.
Pero en el Oriente, se habla de Psicología Trascendental,
que es equivalente a la Filoso•a Esotérica; en donde la
concepción de ella abarca a Dios, La Vida, la Muerte, el
Alma, el Hombre y el Universo. En otras palabras, es la
Masonería de Oriente.
Pero, el ser humano todo lo divide y subdivide en
diferentes conceptos, dogmas y doctrinas, y la verdad
es que todas las enseñanzas de la Filoso•a Esotérica y
Hermé•ca tratan de la evolución del ser humano y de las
enseñanzas que debemos adquirir para poder evolucionar
hacia la libertad. En otras palabras liberar nuestra Alma
inmortal de la materia a la que hemos llegado después
de la caída.
Pero me pregunto; ¿Quién •ene que evolucionar? ¿El
Ser Humano? Y ¿Cómo? ¿O será el Alma? ¡….Pero cómo
puede evolucionar el Alma…!
La Respuesta es: A través de nuestra Conciencia
Espiritual.
Pero si nuestra Alma Inmortal debe evolucionar a través
de la conciencia, ¿Qué significa conciencia para nosotros?
La verdad es que no debemos confundir el significado de
conciencia vulgar con la verdadera conciencia espiritual,
que es un concepto abstracto, a la que se refieren todos
los manuales, libros del Esoterismo y Herme•smo.
En otras palabras: “La Conciencia es la Luz Espiritual
que alumbra el Sendero de Perfección y ella es la guía
segura que se manifiesta en el Alma para evolucionar
hacia el Centro de los Universos”. Es la manifestación
más elevada del alma.
El hombre es un ser espiritual dotado de un Alma
Inmortal, que lo lleva por sobre todas las cosas a tratar
de que esta, junto a las otras, sea una sola para lograr
143
hacer de ella una Gran Alma, gran anhelo del hombre, en
su tránsito por la existencia a través de los milenios de
evolución. Pero, que junto a las otras Almas, ha construido
una sociedad en su aventura hacia el conocimiento y el
desarrollo humano.
El hombre, consciente o inconscientemente, •ene una
sola meta a través de su existencia y esta es la Libertad de
su Alma Inmortal, a través de la evolución de su Conciencia
Espiritual, meta que cons•tuye el verdadero des•no del
hombre y él es el único que puede construir el sendero por
donde debe transitar; sendero que junto a su conciencia
moral son la base de su universalidad. Esta alma Inmortal,
que es su divinidad y donde el se ha apoyado, lo guiará
en su evolución a través del Espacio-Tiempo para fundirse
con la Gran Alma del Universo.
Cuando la mente humana evoluciona suficientemente
como para razonar acerca del universo, el alma, la vida
y la existencia; cuando forja la elemental idea de causa
y efecto; cuando llega al estado de una conciencia
evolu•va, en que •ene idea del Ser y del No Ser; entonces,
invariablemente, concibe en su mente que algo subyace
en todo lo expresado.
Las primeras ideas del hombre son toscas, pero crece
en comprensión y constantemente mejora su concepto
de la causa fundamental de la vida y el Universo; pero
este hombre •ene la percepción de que existe un poder
Supremo a quien llamó FE, y a la manifestación de esta
fe la llamó Religión. Por ello creó fantás•cas teorías,
de acuerdo con la dirección de su pensamiento y sus
enseñanzas religiosas, e inventó dioses antropomorfos
sin número, para explicar lo que la mente y el sen•miento
le manifestaban, y que a todas luces es inexplicable.
Al cabo de un •empo, la idea acerca de estos conceptos,
se dividió en dos modalidades: la de los sacerdotes y la de
los filósofos.
144
La Primera: Los sacerdotes se contentaron con afirmar
que su Dios o Dioses, crearon todas las cosas, e inventaron
fantás•cos relatos para confirmar sus conceptos.
La Segunda: Los filósofos por lo general desecharon la
teoría de los sacerdotes e intentaron escrutar el enigma
por teorías propias, aunque por razones de seguridad y
prudencia, tuvieron generalmente que adaptarse a las
ideas religiosas prevalecientes, por lo menos en lo que a
las palabras concernía.
Después, los sacerdotes influidos por el razonamiento
de los filósofos, inventaron la Teología, como una forma
de explicar porqué y cómo un preconcebido Dios personal
creó el universo y cuál era la conclusión lógica de ciertas
teorías, par•endo de ciertas premisas básicas.
Luego apareció la Meta"sica o ciencia de la inves•gación
de la realidad de las cosas, la realidad comparada con
la apariencia, lo visto comparado con lo no visto, y lo
subje•vo dis•nto de lo obje•vo; en suma la inves•gación
del Absoluto.
La meta"sica procuró hallar al “Ser en cuanto Ser”,
mientras que la teología, sa•sfecha con adoptar una
Deidad, generalmente un Dios personal, intentó examinar
sus atributos a través de la naturaleza intrínseca y su
relación con el universo de que fue considerado creador.
Más tarde vino la Ciencia "sica, que intentó explicar
los enigmas del universo sobre una base puramente
material. Las teorías de los teólogos, filósofos, meta"sicos
y cien#ficos del mundo occidental han luchado
vigorosamente unas con otras y por un •empo estuvieron
muy apartadas entre si; pero los pensadores orientales
vieron en la teología, en la meta"sica y en la ciencia, la
variedad de aspectos del mismo punto y evitaron el
choque de conceptos.
También se puede expresar que la alta teología está
a punto de conciliarse con la meta"sica y la ciencia,
145
encontrándose hoy día de acuerdo en muchos puntos de
vista que an•guamente eran irreconciliables. El filósofo,
el teólogo, el meta•sico y el cien•fico han aceptado la
existencia de algo fundamental de la vida y el universo y
no han podido prescindir de esta idea, porque ella es una
necesidad lógica, impuesta por el intelecto humano.
Algunos pensaron que ese algo era extrauniversal,
creador independiente de la vida del universo; otros
pensaron que ese algo era la realidad de la vida y del
universo, dis•nto de la apariencia parcial de la realidad;
pero, ese algo no estaba aparte del Universo, sino que era
su ALMA INMORTAL.
Los teólogos le llamaron Dios; Los meta•sicos le
llamaron Mente, realidad, actualidad, verdad y nombres
similares; los cien•ficos le llamaron Materia o Fuerza y
hasta Fuerza-Materia. Y los filósofos le llamaron sustancia,
vida o Gran Arquitecto del Universo.
Pero todos estos conceptos, en sí, significan la misma
cosa y es el Absoluto, Dios, El Grande Arquitecto del
Universo, Yahvé, Jehová, o como quiera cada uno llamarle,
de acuerdo con el sen•r de su propia religión, y todas son
válidas.
No creemos necesario dedicar más espacio a este tema
de la afirmación de la mente humana, que se ve obligada a
pensar en un algo fundamental de la Cosa en Sí. Todos los
pensadores, cualquiera que sea su escuela, admiten esta
conclusión y todos los hombres la hallarán seguramente
en su propia alma.
En este siglo XXI estamos llegando al final de un gran
período de transición, y los reinos más su•les de la vida
nunca estuvieron tan cercanos; los fenómenos inusitados
y los acontecimientos inexplicables son ahora más
comunes que en épocas anteriores, y lo telepá•co, lo
psíquico y lo peculiar, atraen la atención de los escép•cos,

146
de los cien•ficos y de quienes estudian la psicología, las
religiones y la filoso•a.
Por lo tanto, el hombre, para evolucionar,
necesariamente •ene que reconstruirse y no puede
hacerlo sin sufrir, porque él es: EL MÁRMOL y EL
ESCULTOR de su propia Obra Universal y para descubrir
su verdadero rostro, •ene necesariamente que destrozar
a mar•llazos su propia SUSTANCIA.

EL ALMA INMORTAL SEGÚN LAS LEYES OCULTAS

En el libro “Las Leyes Ocultas”, Capítulo III, Las


Enseñanzas Hermé•cas, pág. 93, habla sobre el más
grande de todos los misterios: El Alma, y expresa:
“Engañada durante siglos, la humanidad, deslumbrada
por lo que tenía más a mano, lo materializó todo, y perdió
de vista el hecho de que nada que sea material, •ene ni
puede tener por sí solo vida, potencia, fuerza o energía. Lo
que es •sico depende totalmente de lo que se manifiesta
a través de él; de igual modo sucede con el imán; este no
es más que un acondicionado trozo de acero que, merced
a una carga de corriente eléctrica se convierte de pasivo
en ac•vo, y su fuerza de atracción y retención es energía
que pasó a ser fuerza magné•ca”.
Esta fuerza o energía, llamada Alma, existente en el
ser humano, •ene diversas denominaciones; se dice
que surgió de Dios, fuente eterna de todo cuanto existe,
y que es esencialmente buena, porque el mal no puede
exis•r por sí solo. Solo puede ponerla de manifiesto un
instrumento material, como el hombre, puesto que este
es de carne, y necesariamente su naturaleza pertenece
más a la Tierra y a sus elementos, que a la esencia del
reino superior.
147
Aunque este espíritu, fuerza, energía o alma es
fundamentalmente bueno y construc•vo, debido a que
proviene de la fuente primera, es gobernado por el
vehículo, o sea, por la criatura humana en la que esa alma
asienta su morada, y por la que se pone de manifiesto.
Es por ello que esta alma, que es espíritu, debe seguir
en ac•vidad, de acuerdo con los dictados del cuerpo
y de la mente humana, hasta que llegue el •empo en
que la mente se ilumine, reconozca sus posibilidades
espirituales y transmute lo •sico y denso, las potencias y
fuerzas mentales, las pasiones y emociones inferiores, en
las energías espirituales más su•les y elevadas, a las que
el Yo real y verdadero, el alma inmortal individualizada,
pueda dirigir.
Quienes así despiertan, viven y actúan en consonancia,
son los iniciados. Por medio de sus mentes iluminadas,
las almas que despertaron, llegan a ser maestras de sí
mismas y de los hombres capaces de realizar hazañas.
Todo el proceso natural, todo lo que ocurre diariamente,
se mueve en círculos o ciclos, y es el resultado de esos
movimientos. La salida del Sol anuncia el día; la puesta
del Sol trae consigo un período de descanso. La sucesión
de las estaciones es un movimiento cíclico y progresivo
que en su totalidad es regido por una ley absoluta.
La evolución del alma del hombre es regida por ciclos
parecidos, llamados encarnaciones. El hombre puede
necesitar largos periodos y muchas encarnaciones, antes
de aceptar la ley y armonizarse con ella.
El Alma Inmortal, que es una chispa de la esencia divina
o súper alma, es obligada por la ley divina, a reencarnar
una y otra vez, tal como los padres obligan al hijo a regresar
a la escuela, un periodo tras otro, hasta completar su
educación, con el fin de construir una individualidad
Consciente, libre de toda complicación, a par•r del
conocimiento que es producto de lo que experimentó el
Alma en todas sus vidas en el planeta.
148
EL ALMA SEGÚN EL CONCEPTO ROSACRUZ DEL
COSMOS

He dejado para el final de este capítulo, la concepción


del Alma, según los Rosacruces, porque pienso que este
pensamiento desde este punto de vista, hay que analizarlo
y leerlo varias veces, para lograr descorrer el velo, pero,
analizaremos una pequeña parte de este concepto.
La muerte se representa a través del espectro
esquelé•co de la muerte, con la Guadaña y el Reloj de
arena; el Esqueleto simboliza la parte permanente del
cuerpo; la Guadaña, representa el hecho de que esa parte
permanente que está a punto de ser recolectada por el
espíritu, es el fruto de la vida que ahora termina; y el Reloj
de Arena en su mano, indica que la hora no sonará, hasta
que haya pasado todo el curso en armonía con las leyes
universales.
Cuando llega ese momento, los vehículos se separan
y, como la vida en el mundo •sico ha terminado, ya no
es necesario para el hombre retener el cuerpo denso
(Material). Por otro lado, el Cuerpo Vital pertenece al
mundo •sico y se re•ra por la cabeza, dejando al Cuerpo
Denso inanimado (Sin vida).
Los vehículos superiores: Vital, de Deseos y Mental,
abandonan el cuerpo denso con un movimiento en
espiral, llevando consigo El Alma de un Átomo denso. No
es el Átomo en sí mismo, sino que las fuerzas que obran
a través de él. Debo aclarar que el Concepto del Alma,
según los Rosacruces, expresa que el Alma es el producto
espiritualizado del cuerpo y ellos la dividen en tres partes
es decir:
La ac•vidad del espíritu en el cuerpo denso que se
manifiesta como la Rec•tud es•mula el Crecimiento del
Alma Consciente.
149
Así también, La Memoria de las acciones realizadas
a través del cuerpo denso, tales como los deseos, los
sen!mientos e ideas de la mente, producen el crecimiento
del Alma Intelectual
Y finalmente, los más elevados deseos y emociones del
cuerpo de deseos, forman el Alma Emocional.
Esto no significa que existan tres Almas paralelas,
sino que son tres cualidades que los Rosacruces han
determinado que existen en el Alma; porque el Alma
Emocional aumenta la eficiencia del espíritu humano; El
Alma Intelectual, aumenta el poder del espíritu de vida
y El Alma Consciente aumenta la conciencia del espíritu
Divino.
El resultado de las experiencias del ser Humano durante
la vida que acaba de terminar se ha impreso sobre este
Átomo especial (Alma).
Mientras todos los otros átomos del cuerpo se han
ido renovando en un período de siete años, este Átomo
permanente ha subsis!do y ha permanecido estable, no
solamente a través de esta vida, sino que ha formado
parte de todas las reencarnaciones de todos los otros
cuerpos densos, materiales o cuerpos humanos.
A este átomo permanente se le llama Átomo Simiente
o Alma inmortal y se encuentra situado en el Ventrículo
Izquierdo del Corazón de todos los seres humanos, cerca
del ápice.
Al ocurrir la muerte, dicho átomo simiente sube
al cerebro, por medio del nervio neumogástrico,
abandonando el cuerpo humano al tercer día, junto con
los vehículos superiores a través de la unión de los huesos
parietal y occipital.
Cuando los vehículos superiores han dejado el Cuerpo
Humano o Denso, permanecen todavía conectados con él,
por medio de una especie de Cordón o hilo vibrante de
Plata, muy parecido a dos números seis unidos, el uno
150
derecho y el otro inver•do, conectados ambos por las
extremidades de sus horquillas.
Un extremo está unido al Corazón por medio del átomo
simiente y la ruptura de este, produce la paralización
del corazón. El cordón no se rompe hasta que toda la
información contenida en el cuerpo vital, haya sido
traspasada e impresa en el cuerpo de deseos.
No se debe Cremar, embalsamar ni realizar ningún
examen post mortem o herida antes de los tres días,
porque la cremación •ende a desintegrar el Cuerpo Vital,
el que debe permanecer intacto, hasta que la información
de la vida haya sido impresa.
Esta situación par•cular del alma, así como está
planteado por los Rosacruces, es, según mi punto de vista,
la más verosímil realidad del alma inmortal, además que
coincide con algunas religiones, en que el ser humano,
al morir, resucita al Tercer día, como se dice de Jesús el
Galileo.
Resumiendo, podemos decir que el Alma Inmortal o
átomo simiente sale por la unión de los huesos parietal
y occipital al tercer día y se dirige hacia el centro de los
universos, luego de traspasar el velo de Isis, que no es otra
cosa que el escudo electromagné•co que rodea nuestro
planeta.

151
“SABIDURÍA ES LA ESENCIA
EXTRAIDA DE TODO
EL CONJUNTO EXPUESTO
EN EL CONOCIMIENTO;
Y ES LO QUE EL ALMA COSECHA
DE SUS EXPERIENCIAS,
DURANTE SU PERMANENCIA
EN EL CUERPO MORTAL.”

152
CAPÍTULO VI LA ETERNIDAD, LA MUERTE, LOS
MISTERIOS Y LA INMORTALIDAD

VIVIR EN LA ETERNIDAD

¿Qué es la Eternidad? ¿Cuántos seres humanos han


logrado definir e interpretar lo que ella significa? ¿Y cómo
definir esa interpretación, dentro de la existencia mortal?
Respecto de este interesante tema debo llamar la
atención sobre una cita que figura en el Libro “La Luz en
el Sendero”, de Mabel Collins. En dicho libro aparece la
siguiente frase: “No vivas en lo presente ni en lo futuro,
sino en lo Eterno”
Esta sentencia ha dejado perplejos a muchos seres
humanos e iniciados, en vista de que las enseñanzas que
les entregaron sus maestros, siempre les representaban la
importancia de vivir en el presente y considerar el futuro
como campo para un desenvolvimiento más extenso a
par!r del ahora. Y esta sentencia pareciera contradecir
las anteriores enseñanzas.
Pero este tema es una parte de los puntos de vista
absoluto y rela!vo de nuestra existencia; porque vivir en el
presente, considerándolo como algo diferente del futuro,
o vivir imagina!vamente en el futuro, considerándolo
como separado del pasado y presente, es un error nacido
del punto de vista rela!vo de la vida. Es el an!guo error
que separa el !empo de la eternidad. El punto de vista
absoluto de este tema nos muestra que el !empo y la
eternidad son uno, y que estamos justamente ahora en la
eternidad, como lo estaremos siempre, porque somos la
unidad del Todo.
Desvanecido el error de que hay una ancha línea
fronteriza entre este !empo de vida mortal y la “eternidad”
en que entraremos al desencarnar, comprenderemos que
en la carne estamos en la eternidad, y que esta vida es
153
una parte infinitesimal de la existencia toda; porque, esta
es la Aurora del Gran Día de la Conciencia, y pretender
vivir como si este mezquino período de vida lo fuera todo,
es la mayor locura de la ignorancia de esta humanidad.
Pero, tampoco debemos caer en el opuesto extremo y
despreciar esta vida por el deseo de vivir en el futuro.
La eternidad es vivir en la unidad del Todo y se llega a
ella, o a la unidad, a través de una expansión de conciencia
evolu•va que nos permite mirar todo desde las alturas,
mirar todo desde arriba, como parte de un todo, y no
como un ser fragmentario que no ve más allá de la punta
de su nariz.
Esta vida por corta e insignificante que sea, comparada
con la vida entera, debe ser muy importante para
todos nosotros, porque ella es una etapa necesaria
para nuestra evolución y esta no debemos despreciarla.
Estamos donde estamos, porque es el mejor si•o para
nosotros en este grado de evolución, en donde todos
los fenómenos, cósmicos, !sicos y mentales de nuestra
existencia, producen transformaciones sucesivas de la
realidad primera, la que se encuentra some•da a un
perpetuo movimiento en donde estas pasan de lo simple
y homogéneo a lo complejo y heterogéneo.
No debemos malgastar esta vida en sueños futuristas,
porque tenemos muchas tareas que ejecutar, lecciones
que aprender en el Sendero y cumplir todos los deberes
de nuestro grado evolu•vo. “La vida actual no lo es todo,
pero es parte del todo”.
La dificultad de dis•nguir entre el presente y el
futuro, se desvanece al considerarla desde el punto de
vista absoluto. Cuando llegamos a ser completamente
conscientes de que lo eterno es lo único real y que el ahora
es toda la eternidad que somos capaces de alcanzar con
nuestra “conciencia”, entonces los términos rela•vos:
“Presente” y “Futuro” perderán su significado anterior
154
y veremos que el •empo y la eternidad de ayer, hoy y
mañana, sólo son manifestaciones ligeramente diferentes
del Gran Ahora Eterno, en el que vivimos en todos los
momentos de nuestra existencia.
Este vivir en lo eterno nos hace gozar y disfrutar a
cada momento en esta vida presente, permi•éndonos
contemplar el futuro sin temores ni angus•as,haciéndonos
sen•r la Conciencia del “Yo Soy Yo”, permi•éndonos
percibir las cosas en sus justas relaciones; en suma, da a la
vida una realidad que de otro modo carece y, hace que el
an•guo punto de vista rela•vo se desprenda de nosotros
como los marchitos pétalos de una rosa.
Como dice el Libro “La Luz en el Sendero”: “Allí no
puede florecer esta hierba gigantesca; esta mancha
de la existencia borra la atmósfera del pensamiento
eterno” Por esta razón, debemos matar todo sen•miento
de separación. Matemos el deseo de la sensación.
Matemos la Sed de Crecimiento material; sin embargo,
mantengámonos solos y aislados, porque nada de cuanto
•ene nuestro cuerpo, nada de cuanto •ene Conciencia
de la separación, nada de cuanto está fuera de lo Eterno
puede acudir en nuestro auxilio. Estudiemos la sensación
y observémosla, porque únicamente así podemos
comenzar a descubrir la ciencia del propio conocimiento
y colocar el pie en el primer peldaño de la escala.
Debemos crecer como crece la flor, inconscientemente,
pero ardiendo en ansias por entreabrir nuestra Alma a la
brisa que acaricia los prados.
Así es como debemos avanzar, abriendo nuestra Alma a
la conciencia de lo Eterno. Pero lo eterno debe desarrollar
su fuerza y su belleza, y no el deseo de engrandecimiento.
Porque en el primer caso florecemos con la lozanía de la
pureza y en el otro nos endurecemos con la avasalladora
pasión de la importancia personal.

155
LOS MISTERIOS

Según la enseñanza tradicional, la palabra Misterios


viene del griego teletai o perfección, y de teleuteia,
muerte. Este conocimiento no se entregaba a los
profanos, sino que exclusivamente a algunos elegidos y
era enseñado por medio de representaciones dramá!cas
y por otros procedimientos iniciá!cos, evidenciando así
el origen de las cosas, la naturaleza y el espíritu humano,
sus relaciones con el cuerpo y la manera de purificarse y
regenerarse para una vida más elevada.
Las ciencias #sicas, la medicina, las leyes de la música,
la adivinación, todo era enseñado por el mismo sistema, y
puede llamarse filoso#a a la iniciación de los asombrosos
arcanos de los verdaderos misterios y la instrucción en los
mismos. Esa iniciación se componía de cinco partes:
I- La purificación previa.
II- La admisión a la par!cipación en los ritos secretos.
III- La revelación epóp!ca.
IV- La inves!dura o entronización.
V- La amistad y comunión interna con Dios.
VI- El goce de la dicha que nace de las relaciones
ín!mas con seres divinos.
Platón llama epopteia, o vista personal, a esta
perfecta contemplación de las cosas que se conciben
intui!vamente, como verdades e ideas absolutas.
Considera también el acto de ceñir el iniciado la corona de
los misterios, como análogo al hecho de serle conferida a
cualquiera la autorización, por parte de sus instructores, o
de conducir a otros a la misma contemplación. Del quinto
grado nace la dicha más perfecta, y, según Platón, la más
completa asimilación posible de seres humanos con la
Divinidad.

156
Eran los Misterios, según Herodoto, una sucesión de
símbolos, y la parte oral de los mismos una explicación
accesoria, o bien comentarios sagrados con tradiciones
independientes y cortas que encerraban teorías sobre
!sica y moral, en las que los planetas y elementos hacían
el papel de actores. Aquellos hombres que se dedicaron
al estudio de la ciencia y al cul"vo del arte, no pudieron
vencer los obstáculos que la ignorancia oponía al logro
de sus aspiraciones de perfección progresiva tanto en
el orden moral como en el intelectual, y tuvieron que
asociarse, para conseguirlo, llamándose iniciados y
denominando Misterios a los métodos comunica"vos que
dejamos apuntados y al conjunto mismo del caudal de sus
descubrimientos y de sus enseñanzas simbólicas.
Es evidente la alianza ín"ma que siempre ha
exis"do entre los sistemas filosóficos y el simbólico,
como lo prueban las alegorías que encontramos en
los monumentos de todos los "empos, en los escritos
simbólicos de aquellos elevados maestros de la filoso!a,
de los fundadores de todas las religiones y cultos, y en
los rituales de todas las ins"tuciones mís"cas y secretas,
raudal inagotable de principios invariables, inmutables
y uniformes, que conforman un conjunto armonioso y
perfecto de conocimientos.
En tal concepto debemos apreciar la importancia de
la enseñanza simbólica, por el uso constante que con ese
mo"vo hizo de ella la An"güedad y el influjo que no ha
dejado de ejercer en todos los siglos, como sistema de
instrucción y par"cipación misteriosa.
Fue en las Escuelas Iniciá"cas en las que se enseñaron
las verdades de las Religiones An"guas, la existencia de un
solo Dios, la inmortalidad del alma, los fenómenos de la
Naturaleza, las artes, las ciencias, la moral, la legislación, la
filoso!a, la beneficencia, lo que llamamos hoy meta!sica,
el magne"smo y otras muchas ciencias conocidas solo por
los iniciados.
157
A la filoso•a esotérica de la India se debieron los
Grandes Misterios de la civilización egipcia; después de
estos, los de Persia y Caldea, siendo la filoso•a egipcia, la
base de las enseñanzas de Pitágoras, Platón y tantos otros
maestros que transitaron por el sendero del conocimiento.
Sócrates nos dice que los fundadores de los Misterios
o grandes Asambleas de los iniciados eran hombres
de genio, quienes en las primeras edades del mundo
enseñaban bajo enigmas di•ciles de comprender. Es por
ello que antes de descender a las regiones desconocidas,
era necesario purificarse para no ser precipitados en
el abismo; porque solo a los exentos de las impurezas
del mundo les era permi!do gozar de la presencia de la
divinidad.
En el caos de las supers!ciones populares, solo los
Misterios pudieron liberar al hombre de la barbarie. De
ellos nacieron las doctrinas de Confucio y de Zoroastro,
las que fueron adoptadas, posteriormente, por San
Clemente de Alejandría como el complemento de todo
saber en donde eran estudiadas y aprendidas todas las
cosas, especialmente en los llamados Grandes Misterios.
En efecto, si hubieran limitado su enseñanza a la moral
únicamente, no habrían sido objeto de los elogios de
tantos hombres ilustres como Píndaro, Plutarco, Isócrates,
Diodoro, Platón, Sócrates, Aristóteles, Cicerón, Epicteto,
Marco Aurelio y tantos otros maestros y filósofos que
entregaron su sabiduría y grandeza, para la evolución de
la humanidad.
Nada se podía omi!r que pudiera realzar los Misterios
en la iniciación; llegando sus ceremonias a poseer un
encanto tan poderoso que no solo conjuraron los males
que amenazaban con destruirlos, sino que fue la causa de
que se apreciara como un honor, poco común, el favor de
ser iniciado.

158
Los Misterios conservaron el carácter de grandeza y
san•dad que los dis•nguía. Hasta mucho después de la
época de Cicerón causaban en el ánimo de los más osados
tan profundos respetos, que ni aun el parricida Nerón se
atrevió a penetrar en sus templos, y menos Constan•no, a
consecuencia del homicidio de sus parientes.
Eran, en general, fúnebres las ceremonias de los
Misterios y se representaban a través de la muerte y
resurrección mís•cas que aludían siempre a un personaje
divino o heroico. Variaban los pormenores según las
localidades, pero, en el fondo, la alegoría era igual en
todos ellos. En el fondo no era otra cosa que la exposición
de la Leyenda de Osiris (o bien la verdad revelada bajo
la forma de figuras alegóricas), que representaba al Sol
como principio del Bien, y a Tifón, o ausencia de aquel
astro, como causa del mal y de las •nieblas. En todas
las historias de dioses y héroes encontramos detalles
secretos que hacen referencia a las operaciones visibles
de la Naturaleza, pues solo inteligencias muy elevadas
pudieron considerar como divinos al Sol, la Luna, las
estrellas y al poder de la Naturaleza.
Inspirar al hombre piedad y hacerle soportable la vida y
sus pesares, eran atenciones preferentes de los Misterios,
dándole por recompensa el consuelo o la esperanza de
otra vida feliz y eterna. Cicerón decía que los Iniciados no
solo recibían la instrucción que les era necesaria para ser
felices en este mundo, sino que también adquirían por
medio de ella hermosas esperanzas para el momento de
la muerte. Sócrates decía también que era una dicha el
ser admi•do en los Misterios, porque se tenía por cierta
la inmortalidad. Y, en fin, Aristóteles aseguraba que los
Misterios no sólo proporcionaban a los iniciados consuelos
en esta vida, sino también la ventaja inapreciable de pasar,
al morir, a un estado perfecto de felicidad.

159
Sería fácil probar cuál era otro de los fines
recomendables de la iniciación, pues, según el mismo
tes•monio de los an•guos, ocupaba a los iniciados con
entusiasmo la idea de civilizar las hordas salvajes, mejorar
sus costumbres y que formasen parte de la sociedad; es
decir, hacer recorrer al hombre una vía digna de él. Eran
los Misterios de Eleusis, según Cicerón, un bien que Atenas
compar!a con los pueblos, porque era también misión de
sus iniciados realizar la empresa que acabamos de indicar
e inculcar la moral como base de la ins•tución.
Al poner en prác•ca los principios polí•cos y religiosos
de la ins•tución, enseñaban a los hombres sus deberes
recíprocos, los que se debían a los dioses y el respeto que
éstos exigían, obteniendo de este modo el derecho que
es necesario para poner en prác•ca el respeto a las leyes;
idea que Virgilio nos confirma de esta manera cuando nos
habla de las ceremonias de la iniciación: me enseñaron
allí, dice, “a respetar la jus•cia y a los dioses”.
Los Misterios no fueron simples purificaciones,
fórmulas o ceremonias arbitrarias, ni menos la manera de
recordar a los hombres el estado anterior a su civilización,
pues ya hemos dicho que inclinar al hombre a la piedad e
inspirarle el temor a una vida futura, fue en los primeros
•empos, si no desde su principio, uno de los fines de la
iniciación.
Mucho se ha escrito sobre el estado de barbarie
del hombre antes de los Misterios, alusión puramente
metafórica si no hiciera referencia a la ignorancia del
candidato y, en general, a la del hombre de aquella época.
Es indudable que los Misterios de Osiris e Isis, y todos los
que conocemos, lograron realizar el designio que se habían
propuesto, mejoraron la condición social del hombre y
perfeccionaron sus costumbres, ligándole a su especie
por medio de deberes sagrados y recíprocos. Fueron los
conceptos de esa ciencia y sabiduría An•gua los que se
160
esforzaron en crear una legislación sólida y duradera y,
a través de ella, enseñar aquella filoso•a que asegura al
hombre su felicidad, preserva a su alma del influjo moral
de las pasiones y conserva el orden en la sociedad. Era la
obra del genio, cuyo pedestal fue la ciencia y el estudio
incesante del hombre.
Esta sabiduría la representaban al iniciado por medio
de imágenes, que tenían relación con la felicidad del justo
y la desgracia del hombre malvado después de la muerte;
escogían los lugares más oscuros para presentar aquellas
imágenes en espectáculo, asis•endo a dramas que daban
el nombre de iniciación o Misterios y mo•vando con esto,
el despertar de la curiosidad del iniciado por el secreto de
las ceremonias y por las pruebas por las cuales pasaba, en
tanto que su atención recorría los diferentes objetos que
le rodeaban. Tal era la variedad de escenas, la belleza de
los adornos y las rápidas transformaciones, que llenaban
de profundo respeto la gravedad y dignidad de los actores,
y despertaban en ellos, a través de la augusta majestad
del ceremonial, la esperanza, el temor, la tristeza, o el
regocijo.
Los Hierofantes, Maestros y hombres inteligentes que
conocían la manera de hacer sen•r el efecto que deseaban,
emplearon con tal objeto los medios más oportunos. El
celo del secreto cubría sus ceremonias y acostumbraban
celebrar los Misterios en medio de la noche, haciendo
más imponente al iniciado el ceremonial iniciá•co.
Los recintos escogidos para las ceremonias eran
cavernas débilmente alumbradas, y árboles frondosos
rodeaban el exterior de los templos, porque se tenía el
propósito de hacer sen•r al alma, el temor saludable que
suelen inspirar los lugares mís•cos.
La palabra Misterias, según Demetrius Phalerus, era
una expresión metafórica y sinónima de la idea del pavor
que ocasiona la oscuridad y el silencio. Siendo la noche la
161
hora en que se prac•caban, recibieron también el nombre
de ceremonias nocturnas y según Apuleyo, en dicha hora
era también cuando tenían lugar las iniciaciones en los
Misterios de Samotracia y en los de Isis. (Iniciaciones
Lunares)
Nada pudo excitar más vivamente la curiosidad del
hombre que los Misterios. En ellos se enseñaban de modo
gradual, ciertas verdades que aumentaban su deseo de
con•nuar por el sendero, para llegar al fin a conocer el
grande objeto de la iniciación. Hierofantes y legisladores
se sirvieron de ella como de un resorte poderoso para
hacer adoptar al pueblo ciertos preceptos que hubiera
sido di"cil hacerle aceptar por la fuerza.
Entre los iniciados era un es#mulo la idea de querer
imitar a la Divinidad, la cual, decían, oculta a nuestra
vista los resortes con que mueve el Universo, asegurando
que sus alegorías encerraban verdades importantes para
despertar el deseo de conocerlas.
Juraban guardar profundo secreto y cas•gaban con la
muerte al indiscreto que los revelaba o al no iniciado que
encontraban en el templo, privando, por úl•mo, al traidor
de toda par•cipación en los Misterios.
Al es#mulo del secreto se unía lo di"cil de la admisión
y los intervalos que tenían lugar en la sucesión de grados.
Los que aspiraban a la iniciación Solar, en los Misterios
de Osiris en Egipto y de Mithra en Persia, pasaban por
muchas y terribles pruebas. Empezaban por fáciles
ensayos y llegaban por grados a extremos peligrosos, que
amenazaban la vida del candidato. Se decía que nadie
podía obtener el #tulo de iniciado sin haber demostrado
en tales pruebas que era hombre virtuoso y estaba exento
del influjo de las pasiones.
Las pruebas de la iniciación eleusina eran menos
terribles, aunque severas, pues hacían la Iniciación por
intérvalos, en los cuales el iniciado permanecía como
162
estacionario, sin poder avanzar, períodos de •empo que
era necesario llenar al ascender de los Pequeños a los
Grandes Misterios, causando cierta incer•dumbre que
alarmaba casi siempre la curiosidad del candidato.
Pitágoras quiso poseer el secreto de la ciencia sagrada
de los Sumos Sacerdotes Egipcios, y fue iniciado en la
Escuela de los Misterios de Osiris e Isis en Egipto, pasando
por pruebas terribles, que supo vencer, y a través de la
instrucción recibida fue reconocido como un maestro y
digno representante de los misterios de Osiris e Isis.
Los Esenios, entre los judíos, no admi!an al aspirante
en sus Misterios sin haber antes pasado por las pruebas
de dis•ntos grados. Llegaban por la iniciación a ser
hermanos y se unían a los nuevos deberes que contraían
como miembros de una fraternidad religiosa que acercaba
más y más a los hombres, y en donde el pobre, el débil y
el poderoso podían par•cipar ligándose a través de una
verdadera hermandad.
En los Misterios de Orfeo se consideraba al iniciado
libre del imperio del mal y elevado a una existencia
superior y feliz; en los de Eleusis decían que sólo para
ellos ostentaba el Sol sus más vivos resplandores; igual
felicidad prome!an a los iniciados en los Misterios de
Cibeles y de A!s.
En los Misterios de Mithra era costumbre repe•r al
iniciado una leyenda sobre la jus•cia, recomendando a los
hombres una virtud de que daban ejemplo, y era mo•vo
de duelo en las ceremonias de la iniciación la supuesta
muerte del Sol, celebrando luego su resurrección con
las mayores muestras de regocijo. Estas ceremonias se
hicieron extensivas a las iniciaciones en los Misterios de
Adonis, que se prac•caban en la Fenicia.
Tales eran, de un modo general, los Misterios o
doctrinas an•guas que encontramos esparcidos en
fragmentos en libros sagrados de la an•güedad y que
163
misteriosamente han llegado a mis manos. Hoy, como
entonces, ocupa a un reducido número de seres humanos
el estudio de las teorías referentes a las leyes de la
naturaleza y sus misterios, teorías an•cipadas por los
an•guos y cuyo profundo saber debemos buscar, no en
sus obras filosóficas, sino en los símbolos que empleaban
para enseñar las grandes ideas.
Sin embargo, poco a poco fueron perdiendo los
Misterios su importancia primi•va, hasta desaparecer o,
por lo menos, ocultarse.
Y es por ello que Tot Tehu• “el atlante”, el dios
egipcio de la sabiduría y llamado por los griegos “Hermes
Trismegistos”, le decía a su hijo Tat:
“Día vendrá, ¡oh, hijo mío! En que los misterios
contenidos en los sagrados jeroglíficos egipcios no
vendrán a ser más que ídolos. El mundo entonces tomará
equivocadamente por dioses a los santos emblemas
de la ciencia, y acusarán a Egipto de haber adorado a
monstruos infernales. Pero, aquellos que de semejante
modo nos calumnien, adorarán a la Muerte en lugar de
adorar a la Vida; seguirán a la locura en vez de prac•car la
sabiduría; atacarán al amor y a la fecundidad; a manera,
de reliquias, llenarán sus templos con huesos de hombres
muertos y, en soledad y llanto malograrán a su juventud.
Sus vírgenes serán viudas antes de ser esposas, y ellas
se consumirán en el dolor porque los hombres habrán
despreciado y profanado los sagrados misterios de Isis”.

Thoth Tehu•

164
LA MUERTE Y LOS MISTERIOS

“Los muertos viven y se mueven en medio de nosotros


de un modo mucho más real y efec•vo de lo que pudiera
describir la imaginación más audaz. Es muy dudoso que
ellos permanezcan en sus tumbas como prisioneros. Hasta
parece cada vez más evidente que nunca se han dejado
encerrar allí. Debajo de las losas, en donde creemos que
están encerrados, sólo queda un poco de cenizas que ya
no les pertenecen, que han abandonado sin pesar, y de
las que probablemente no quieren acordarse. Todo lo que
fue, de ellos mismos, permanece con nosotros...”
De esta forma se expresa en su obra “Sen•ers dans la
Montagne” el escritor Mauricio Maeterlinck.
Al pensar así, en nuestros días, el autor de “El Templo
sepultado y del Templo Resucitado” no hace, en efecto,
sino que comentar las enseñanzas tradicionales de los
•empos an•guos, cuando aún estaban en todo su sublime
esplendor los primi•vos Misterios iniciá•cos.
“El hombre -dice el iniciado Plutarco, en “Isis y Osiris”,
es un compuesto, y se equivocan los que piensan que
únicamente se compone de dos partes, imaginándose que
el entendimiento es una parte del alma. No menos yerran
los que consideran al alma como una parte del cuerpo.
La inteligencia, en efecto, es tan superior y está tan por
encima del alma como el alma, a su vez, es superior y está
por encima del cuerpo. Ahora bien, esta unión del alma
con la inteligencia cons•tuye la razón y la unión del alma
con el cuerpo, la pasión.
Esta úl•ma unión es el origen del placer y del dolor,
mientras que la otra lo es de la virtud y del vicio. De estas
tres partes tan ín•mamente asociadas en esta vida, “La
Tierra ha generado la vida humana y le ha dado el cuerpo;
La Luna le ha dado el alma y el Sol su inteligencia”.
165
Al sobrevenir, pues, la muerte •sica, las tres partes
(cuerpo, alma e inteligencia) de que antes constaba el
hombre quedan reducidas a dos, y más tarde, al sobrevenir
la segunda muerte o muerte psíquica, dichas dos partes
se reducen a una.
La primera muerte •ene lugar en la región o reino
de Deméter, y de aquí el nombre de telein que se dio a
los Misterios, que corresponde, como ya lo expresamos
anteriormente, al sustan•vo teleutai, que significa
muerte. Por eso, los atenienses consideraban a los
difuntos como víc•mas consagradas a Deméter (La Luz en
el periodo es•val).En cuanto a la segunda muerte, ella se
verifica en la Luna o región de Perséfone (La oscuridad del
periodo invernal).
Hermes, o sea la Sabiduría, preside a ambas muertes,
arrancando súbita y violentamente el alma del cuerpo,
pero, además, en la segunda muerte, Perséfone o
Proserpina va separando suavemente, a lo largo de un
gran período de •empo, al entendimiento del alma.
Existen doctrinas que expresan que las almas, la
racional y la irracional, al abandonar el cuerpo, vagan una
temporada por la región situada entre la Tierra y la Luna,
porque en semejante región (Hades) aquellos que han sido
injustos y disolutos sufren en ella el cas•go merecido por
sus faltas, al par que los buenos son allí detenidos también
hasta que quedan purificados de cuantas manchas ha
recibido el alma por su unión con el cuerpo.
Cual gente enferma en convalecencia, viven estas
úl•mas almas en la región más apacible del aire,
comúnmente llamada Pradera o Jardín de Hades
(Campos Elíseos), en donde con•núan por un •empo fijo,
previamente señalado a cada una.
Después de esta residencia restauradora, y como si el
ser regresase feliz a su país natal, después de errante y
angus•osa peregrinación o cruel des•erro en la materia, a
166
lo largo de la vida, experimenta una inefable sensación de
gozo, tal y como principalmente la reciben los que están
iniciados en los Sagrados Misterios, gozo mezclado con el
asombro de verse cada uno rodeado de aquel ambiente
propio que durante su vida aquí abajo anheló... “Yo sé
bien -añade Plutarco en otro Diálogo, dirigiéndose a su
discípulo- que tú estás demasiado bien instruido en las
doctrinas recibidas de nuestros sabios antecesores y las
sagradas orgías de Dionisos para prestar oídos a cuantos
desgraciados traten de persuadirte como a otros de que
el alma, una vez liberada del cuerpo, ni sufre males ni es
consciente..”.
Siguiendo la senda trazada por las ideas anteriores,
Orígenes, en su Epístola sexta a los Romanos, dice: “Existe
en el hombre una división triple, a saber:
1°, el cuerpo, o la carne, porción más inferior de
nuestra naturaleza, en la que la an!gua serpiente inscribió
la ley de la oscuridad y la maldad, y por cuyo influjo nos
vemos tentados a cometer acciones que atentan contra
los Principios Universales.
2°, el espíritu, según el cual somos la semejanza de la
naturaleza divina y en el que el Creador, del molde mismo
de su propia Mente, grabó con su dedo la ley eterna
de jus!cia, a través de la cual todos estamos unidos
hipostá!camente (por la San#sima Trinidad) a Dios y
hechos uno con Él.
3°, el alma, o intermediario entre el cuerpo y el
espíritu, y que, al igual que en una república dividida
en dos bandos, !ene que unirse al uno o al otro, puesto
que se ve contrariamente solicitada por los dos, siendo
libre de elegir, de tal modo que acaba por conver!rse en
espiritual, si toma el par!do del espíritu, y en material si
se entrega a la carne y a sus concupiscencias (En la moral
católica, deseo de bienes terrenos y, en especial, ape!to
desordenado de placeres deshonestos)”.
167
Respecto de esta alma, dice Platón (Leyes, X) que es
nuestro principio motor, y habiendo sido engendrada
antes que el cuerpo, no sólo actúa sobre todos los sen!dos,
sino que administra igualmente los cielos. Dirige, pues,
el alma todas las cosas en los cielos, en la !erra y en el
mar, y sus atributos son querer juzgar, permanecer en su
natural estado de alegría, confianza y amor, o caer en el
miedo, la tristeza, el odio, juntamente con todos aquellos
otros movimientos que están unidos a estos sen!mientos
primi!vos... Siendo ella, por sí misma, una diosa, toma
siempre por aliado al Nous, o Dios Interior, disciplinando
todas las cosas correcta y felizmente, pero cuando se
sumerge en Annoia -o sea el no-nous, el nous nega!vo
obra en sen!do absolutamente contrario en el todo. No
hay por qué añadir que todo esto no son sino glosas de
los textos budistas, y que en ello, como diría Bacon, se ve
que el genio del pasado era infinitamente más agudo que
el nuestro.
Zenón de Elea, el fundador del estoicismo, enseñaba
también que existen en la naturaleza dos cualidades, que
son eternas: la una ac!va, masculina o Espíritu Divino, y
la otra pasiva, femenina y completamente muerta por sí
misma cuando no la cobija aquel espíritu.
Pitágoras, exponiendo también la pura filoso#a de
Siddhartha Sakya-Muni o el Buddha, afirmaba que el
Ego o Nous era coeterno con Dios, mientras que el alma,
para llegar hasta esta divina excelencia, tenía que pasar
por varios estados -los rupa-lokas o mundos de la forma
hindúes.
La metempsicosis era tan solo dicha sucesión de
estados ascendentes, a lo largo de los cuales el thumos o
cuerpo de carne, y hasta el Phren o cuerpo psíquico, eran
iluminados a través de tales ciclos de sucesivo refugio
en la materia o ascenso hacia moradas divinas a las que
los buddhistas llaman zion, y los cabalistas gnós!cos, la
denominan la Sión o La Jerusalén Celes!al.
168
Las personificaciones o cristalizaciones meta•sicas
de las acciones buenas o malas del hombre, que los
buddhistas denominan skandas o tendencias, arreglan o
condensan, después de la muerte del cuerpo material,
un cuerpo etéreo o astral, duplicado real de lo que fuera
moralmente el hombre en dicho cuerpo •sico. De aquí los
sufrimientos del ya nuevamente nacido hasta que logre
desprenderse de todo pensamiento o pasión terrenos.
Es ella, dice Plutarco, purísima en su origen, no
mezclándose sino lo estrictamente necesario con el
cuerpo, cada alma, !ene en sí una porción mayor o menor
de razón, porque sin ella el hombre no puede ser hombre;
pero, asimismo cada alma, a su vez, se ve modificada
por la parte en que se mezcla con la carne mediante el
deseo, y por medio del dolor y del placer se convierte en
irracional. No todas las almas, sin embargo, se mezclan
con el cuerpo de igual modo: algunas se introducen por
completo dentro del mismo, y por eso toda estructura en
esta vida es mero deseo o pasión; otras, por el contrario,
sólo se mezclan parcialmente con el cuerpo, quedando
fuera de él su parte más pura, flotando por encima de
aquél, y tocando o cobijando a la porción superior de
la cabeza del hombre, semejante a un hilo salvador que
sos!ene así a la parte del alma sumergida en la materia,
o sea en el cuerpo mortal.
El ser humano común piensa que aquella está dentro
de su cuerpo, tal cual una imagen reflejada en el espejo
parece estar en su espejo mismo, pero el hombre
inteligente, por el contrario, sabe bien que semejante
Protector está fuera de su cuerpo, y le considera como un
verdadero dios, un espíritu puro.
En cuanto a la suerte del alma, después de la primera
muerte que le separó del cuerpo, y la segunda, que
le privó posteriormente de su espíritu, Plutarco sigue
enseñándonos que aun separada el alma del Espíritu como
169
del cuerpo, conserva durante largo •empo, aún, el molde
o forma anterior del organismo que perdiera, de tal suerte
que puede llamársela con jus•cia su ídolo o imagen.
La Luna es el elemento propio de estas almas, porque
en ella acaban por disolverse, los cuerpos de los que
han muerto en las sustancias componentes de la Tierra.
Aquellos, sin embargo, que durante su vida en la materia
han sido virtuosos, honestos, viviendo una existencia
pacífica y filosófica, sin mezclarse en las pasiones
tumultuosas del mundo, se deciden pronto, y no haciendo
ya uso de las pasiones materiales se desvanecen en su
elemento lunar originario.
Todas estas cosas, por supuesto, no eran, ni podían
ser patrimonio del vulgo, sino que exclusivo de aquellas
mentes bastante evolucionadas en la ciencia y en la virtud,
quienes eran los que podían recibir las enseñanzas de los
Misterios.

LA MUERTE Y LA INMORTALIDAD

La Mortalidad o Muerte como concepto universal,


significa cambio de forma y función. No puede haber
ex•nción absoluta en el sen•do estricto de la palabra. Los
átomos son inmortales, eternos e indestruc•bles, pero un
universo o un organismo viviente que está compuesto de
infinito número de átomos puede ser destruido, disuelto
y perderse para siempre; Es decir, perderse como un
todo orgánico, pero no perderse en lo que se refiere a
sus partes atómicas. El ser mental que unió esos átomos
pierde su fuerza durante el proceso de cambio o muerte;
en consecuencia, la muerte es simplemente un cambio de
polaridad.

170
Debemos aclarar que la Luna, los planetas y los
sistemas solares, •enen su propia individualidad especial,
exactamente igual que los hombres, animales, plantas.
Por el contrario, un átomo no •ene individualidad desde
el punto de vista de la materia mortal, o desde el punto
de vista externo; pero es indudable que, posee una
individualidad cósmica, una atracción (Magne•smo
– Fuerza Centrípeta – Energía en Contención) y una
repulsión (Electricidad – Fuerza Centrífuga – Energía en
Expansión), que son especialmente suyas y de acuerdo
con las caracterís•cas del ser universal al que se encuentra
ligado en forma indisoluble.
Lo expresado es complejo, porque los organismos o el
universo están compuestos de miríadas de átomos y que
cons•tuyen su propia individualidad.
Esta individualidad da expresión a una forma de creación
adecuada a cada ser de acuerdo a su naturaleza y cons•tuye
la apariencia personal o exterior. Estos conceptos deben
tenerse presente para lograr comprender en profundidad
el tema de la mortalidad y la inmortalidad.
Como un Principio general de expresión, toda
manifestación que se hace presente en la conciencia (la
conexión del Alma con la divinidad) de un sujeto y aparece
como objeto de su percepción, crea una forma externa
mediante esa idea o pensamiento y esto es lo que hace
que la humanidad se desarrolle y evolucione. De hecho,
cada forma orgánica que vemos a nuestro alrededor es la
expresión de los pensamientos e ideas de la naturaleza,
y estos pensamientos e ideas representan las cualidades
espirituales del ser que reacciona sobre la Luz Astral y
estas cualidades espirituales emanan del alma inmortal
del Ser Humano o Divino.
La Muerte, entonces, puede exis•r y ser una verdad
solamente en relación a la existencia material; pero,
cuando se enfrenta con las cualidades espirituales y la
171
fuerza mental que crearon esas formas, el cambio de
dimensión o de acción son las únicas realidades de la
muerte; por lo tanto, debemos seguir siempre adelante,
siempre hacia una expansión de conciencia evolu•va.
La eterna progresión geométrica es el himno de
la evolución y los ciclos de acción en la materia son
solamente intervalos de •empo asignados a las fuerzas de
la vida, a través del movimiento del péndulo. No es otra
cosa que el Principio del Ritmo el que encierra la verdad de
que todo se manifiesta en un determinado movimiento de
ida y vuelta; un flujo y reflujo, una oscilación del péndulo
entre los dos polos.
Hay siempre una acción y una reacción, un avance y un
retroceso, una ascensión y un descenso.
Esta ley rige para todo el universo, soles, mundos,
seres humanos, animales, mente, energía y materia. Y ella
también se manifiesta en la creación y en la destrucción,
en la muerte y en la inmortalidad, y en todo lo que existe.
El segundo concepto de este tema es la Inmortalidad,
es el polo opuesto de la muerte o mortalidad. Las formas
individuales y las caracterís•cas son las únicas cosas que
cambian y mueren. La Muerte, como hemos demostrado,
no es la ex•nción de los átomos de vida en el sen•do
literal de la palabra, sino que es, simplemente, un cambio
de dimensión, esfera o función. La muerte es el gran
término de un ciclo de la existencia de la vida en la materia
y el comienzo de otro; la mortalidad es el anuncio de un
estado de vida aun más elevado y, en consecuencia, la
precursora de la inmortalidad. Hay excepciones a la regla
general, aunque son pocas.
Existen dos fases dis•ntas en la vida inmortal, la
consciente y la inconsciente. Una se refiere a la Mente
y la otra a la materia; una a la Inteligencia y la otra a la
sustancia.

172
Hay un solo grado en la vida externa que puede
decirse que hereda la inmortalidad en el sen•do oculto
del término. Este grado incluye a aquellas almas que
son verdaderamente humanas y que •enen cualidades
de un alma tan elevada, que pueden progresar como
una individualidad, a través de un estado puramente
espiritual y que podemos expresarlo, solo parcialmente, a
través de la palabra, ya que la única forma de definir esta
explicación, sería transitando por el sendero de ella.
Ahora, comenzando en el punto más bajo de la
existencia toda, descubriremos sólo la expresión más
rudimentaria de las más simples funciones de la vida
orgánica y este se refiere Al Deseo de Vivir. A medida
que ascendemos, los órganos se mul•plican y el deseo de
vivir aumenta. Esta escala gradual se desarrolla hasta la
perfecta alma humana, donde encontramos un universo
en miniatura, absoluto y complejo dentro de sí mismo.
El átomo Deífico Central que controla este macro
universo ha viajado desde los más inferiores estados de
la evolución cósmica; ha conquistado todos los estados
por los que ascendió en su trabajoso y evolu•vo viaje; y,
en cada estado desarrolló desde dentro de sí mismo un
atributo complejo, correspondiente al estado espiritual
del alma, en virtud del cual polarizó y unió a los átomos
de vida y los anexo al ser humano, como una porción de
su imperio espiritual configurando así el medio para su
propia evolución.
Finalmente, este átomo Deífico se sienta en el Trono
espiritual del Rey del Microcosmos, capaz de pensar,
crear y desarrollar dentro de sí mismo todos los planos y
estados de la Divinidad.
Es, por lo tanto, una verdad hermé•ca, el declarar que
todas las cosas por debajo del hombre, son Mortales,
y todas las que se encuentran por encima de él, son
Inmortales. Solo el hombre, entre todas las maravillosas
173
creaciones de Dios, con•ene dentro de sí, las fuerzas de la
vida y la muerte; de mortalidad e inmortalidad. El hombre,
entonces, con•ene la promesa y la potencia de la vida y
cons•tuye en el plano espiritual las posibilidades de una
evolución infinita.
Para alcanzar la inmortalidad es necesario que el
átomo de vida, que es el alma, conquiste todos los
estados por debajo del ser humano, y luego, se exteriorice
sobre la Tierra como un ser humano individual para sufrir
las pruebas y someterse a las responsabilidades de una
racional consciente e individual lucha por la vida.
La naturaleza y calidad del alma, combinada con la
polaridad del ser humano, colocarán al individuo en las
condiciones y circunstancias exactas que se adapten
mejor para hacer surgir todas las cualidades latentes en
su interior. No es el Principio de Causa y Efecto, el que
determina la condición de un individuo en la vida, sino
que la naturaleza y la calidad del alma en conflicto o en
armonía con las condiciones del mundo externo en que
se desarrolla la sociedad toda. Este tumulto de vida, esta
incesante lucha entre lo material y espiritual es de vital
importancia para el desarrollo evolu•vo del alma, como lo
son, también, las luchas interiores a través de los estados
inferiores de esta misma alma.
El ser Humano posee todas las posibilidades de la
vida inmortal en un grado lo suficientemente potente
como para tener, casi siempre, éxito en su evolución
espiritual; sin embargo, existen algunas excepciones que
se mencionarán posteriormente.
Después que el ser humano ha pasado por el arduo
trabajo de la vida, se encuentra con la lucha de su Karma
en el reino del espíritu, y aquí puede hundirse para
siempre en la vorágine de la materia, porque no posee
realmente la inmortalidad, sino que solamente la promesa
o posibilidad de ella.
174
Después de haber pasado por los cuatro reinos
elementales, entra en el sexto estado del mundo del
alma, en donde esta se reúne con su alma gemela, su otra
mitad; y mientras no se realice, completamente, esta
unión, no hay y no puede haber inmortalidad real.
Antes de esto, él es solo una parte de sí mismo y •ene
el control, solamente, sobre la mitad de su naturaleza
espiritual.
La unión de las doses lo que forma el verdadero Ser
Espiritual Absoluto e Inmortal. Y como dice la an•gua
escritura Judía, “Y ellos dos serán una sola carne”.
De lo precedentemente expuesto, podemos determinar
que la reunión de las almas gemelas en el universo, es la
que confiere al ser humano el estado de la Inmortalidad.
Él ya no es humano, sino que es un Ser Divino y como
ser deífico posee los atributos de la evolución cósmica y
eterna, Y, también, de la Vida Inmortal.

¿QUÉ ES LA MUERTE?

Deseo en este espacio, explicar el significado del


"tulo del libro y, especialmente, lo que normalmente
entendemos como la vida y la muerte, Lo que expondré
a con•nuación es exactamente lo que se ha planteado
anteriormente, pero sin el velo del esoterismo o
herme•smo, en otras palabras, el tránsito del alma desde
la materia, en donde se encuentra prisionera, inserta en
el Cuerpo Humano, y su tránsito por el Sendero Evolu•vo
hacia la Luz, el Centro del Universo, Paraíso Terrenal,
Walhalla, Espíritu de Dios o del Gran Arquitecto del
Universo, y/o como cada uno desee llamarle de acuerdo
con su pensamiento religioso.

175
La muerte es la destrucción de la forma y, para
comprender esta afirmación, hay que tener presente
los siete principios del hombre, su cons•tución y
significación, que han estado presentes en todos los
temas anteriormente expuestos:

Los Siete Principios del Hombre

TRIADA SUPERIOR
1. Una esencia divina o conciencia
2. Un espiritu o voluntad (inmortal)
3. Una mente (divina)

TÉTRADA INFERIOR
1. Un elemento pasional (emocional)
2. Un elemento vital (personalidad)
3. Un elemento etéreo (mortal)
4. Un cuerpo !sico (material)

La materia es la forma agrupada según fuerzas y energías


universales, siendo los cuatro elementos inferiores del
hombre, los que cons•tuyen su personalidad. En otras
palabras, la muerte es la destrucción de los cuatro
vehículos materiales del hombre, que se denominan la
176
Tétrada Inferior, expuesta en el esquema, y que pasan a
la materia de sus respec•vos planos cósmicos.
Según esto, la individualidad del hombre o Alma queda
libre sin sus ves•mentas mortales.
Es•mo que esta apreciación no parece osada o
imprevista después de comprendido todo lo que antecede
en esta inves•gación, además de ser del conocimiento
y del dominio público, el hecho de que la muerte es la
destrucción de la parte material del hombre con la
preexistencia de la parte espiritual.
Pero, podría ser de otro modo:
El Gran Misterio de la vida y la muerte en el universo,
merece una explicación más detallada, para que sea
comprendido en toda su magnitud, porque al sacarle el
velo al esoterismo y a los símbolos, nos damos cuenta
de que ellos representan verdades ocultas, verdades
cien•ficas de la vida, la muerte, el Alma y el universo;
pero, no debemos desconocer que todo está descubierto,
nada hemos de descubrir, solo debemos recordar lo que
nuestra conciencia interior nos dicta, ya que a través
de ella estamos conectados con la Unidad, con el mezo
cosmos, la mente universal y, también, con el infinito del
universo que es vida universal.
Para descubrir en parte el gran misterio de la vida y la
muerte, analicemos el Mito de Osiris:

Consideremos un Grano de Trigo.

El producto de un grano de Trigo (Osiris) sembrado en


la •erra (Isis), semejante a él, es al mismo •empo Causa
y Efecto. Alegóricamente puede ser considerado, a veces,
como Padre, y a veces como Hijo.
Este encierra en él, el germen reproductor. Así, pues,
es al mismo •empo Padre e hijo, Espíritu vivificador y
reproductor. Está depositado en el seno de la •erra (Isis),
177
que es su madre, y que se convierte en su mujer, pues
ellos cumplen juntos y unidos en un abrazo, el acto de
generación.
Ella es también su hermana, porque exis•endo
homogeneidad en toda fecundación, la •erra (Isis) es
hermana del principio contenido en el grano (Osiris).
A pesar de la potencia (Divinidad) generadora del grano,
este se encuentra en relación con la potencia (Divinidad)
generadora de la Tierra (Isis): Cuando el grano se hincha,
se ablanda, fermenta y descompone.
Los elementos químicos y de cons•tución atómica que
lo cons•tuyen emprenden un combate entre la vida y la
muerte. La muerte triunfa, toda unión se interrumpe y el
grano cae en podredumbre. Pero el germen que parecía
condenado a prisión perpetua en la estrecha envoltura
que lo contenía, ese germen (Alma), se abre paso, se
esfuerza, atraviesa el seno de la •erra y lucha contra la
•erra desér•ca (la oscuridad) (Seth).
El desierto (Seth o Tiphón, hermano de Osiris) lo
quiere exterminar; pero en una lucha •tánica se esfuerza,
atraviesa la •erra fér•l (Isis) y eclosiona rumbo a la
universalidad (Horus). Su nacimiento cuesta la vida a su
Padre (Osiris), que es el grano, cuya sola destrucción ha
hecho posible la existencia de su Hijo (Horus).
Esta es la verdadera enseñanza que deja la Leyenda
de Osiris, la que representa la concepción de la vida y
la muerte humana y es el proceso cuando el hombre
implanta un espermatozoide en el óvulo de la mujer,
manifestándose en ella el mismo principio de la Leyenda
y que también corresponde a la concepción de toda vida
en el Universo.
Este es uno de los grandes misterios y el secreto
supremo, que nos permite conocer la eterna lucha y las
victorias alterna•vas de los dos agentes de la naturaleza,
des•nados a poner en evidencia que la vida y la muerte
178
son ambas en el Principio y ambas también en el término
de todo lo que existe, y que no puede exis•r el uno sin
el otro, y que ambos emanan de una misma Potencia o
Divinidad.
Es indudable que podemos ver la destrucción del
cuerpo •sico por medio de la putrefacción. Pero, el caso
es que la destrucción del cuerpo •sico comienza después
de muerto el ser humano. Antes ha faltado en el cuerpo,
aquello que lo anima, el alma inmortal, dejándonos un
cadáver sin alma y sin espíritu.
Por lo tanto, al hombre muerto le falta el calor, el
magne•smo, la electricidad, la vitalidad personal, la
emoción, el pensamiento y, esencialmente, su alma
inmortal. Es decir, es un cascaron vacío, un cadáver, un
cuerpo en donde imperan solamente las fuerzas químicas
de los elementos componentes, y de donde desapareció
el plan de vida que mantenía la forma en relación con
el medio ambiente; y entonces, se disgrega y vuelven sus
elementos químicos a la •erra de donde procedían para
seguir realizando el ciclo eterno de la materia.
Los cuerpos de índole material se van disgregando
después de la muerte en orden inverso de cómo fueron
tomados en el proceso de Involución individual (La Caída
en la Materia). Y es lógico que así sea, ya que los elementos
inferiores se subordinan a los elementos superiores del
universo.
El Alma después de dejar el cuerpo •sico, vive en el
plano etéreo o astral un determinado •empo universal;
entonces con este cuerpo su•l se desplaza a la velocidad
de la Luz y se traslada por el universo como la electricidad
(Energía en Expansión), hacia el Sol Central que en la
masonería se denomina Oriente Eterno.
Tras la disgregación de este cuerpo elemental que
es la forma, el alma vuelve a su primi•va fuente en el
universo, quedando libre de la materia, en donde se
179
encuentra impregnada de la esencia abstracta de todas
las experiencias vividas en esta vida terrenal.
Esta individualidad o Alma formada por la Triada
superior, vive en los planos mentales superiores del
Espíritu, en donde no existe el mal y menos los
sen•mientos de maldad, odio o rencor.
Anulado o muerto el cuerpo •sico, el alma entra en
la Cuarta Dimensión, en donde no existe la noción del
espacio-•empo que tenemos en esta tercera dimensión o
plano de la materia. El alma ejecuta acciones, en donde
no existe el •empo y se manifiesta a través de energías
y fuerzas que la conducen al Ves•bulo para presentarse
a las Puertas del Umbral. De ello tenemos la asombrosa
clarividencia de Wagner, cuando Gumersindo conduce a
Parsifal al Reino del Grial o mundo espiritual, y después
de haber traspuesto el umbral del más allá dice: “Aquí el
Tiempo es Espacio”.
Magna revelación, clave de las acciones hiper•sicas.
Tiempo y Espacio son una sola realidad: No es el •empo
el que pasa; somos nosotros los que transitamos por el
universo con la su•lidad y las vibraciones de la cuarta
dimensión, en donde la única realidad que existe es la
condición del pensamiento y la palabra.

¿CÓMO DEBEMOS MORIR?

Siempre he tenido la idea que debemos morir


tranquilos, libres, exentos de todo materialismo y elevados
a través de una expansión de conciencia espiritual que
nos conecte absolutamente con la Unidad.
Las circunstancias •sicas y psicológicas del momento
de la muerte son de una gran trascendencia. Pensemos
lo que en esencia supone el acto augusto de abandonar
180
el instrumento de manifestación terrenal, para entrar en
el sendero que nos conducirá hacia el Oriente Eterno o
Paraíso Terrenal, en donde toda manifestación es escasa y
cuyo recorrido será un conjunto de resultados, de acuerdo
con los efectos de las causas y según nuestras acciones en
esta vida mortal.
Dijimos que en el cuerpo •sico es donde se decide el
des•no del Hombre, porque el cuerpo de este es el más
grande y misterioso de todos los seres que habitan el
universo.
Toda la vida •sica y las Iniciaciones en las escuelas de
los misterios son una preparación para esa otra vida más
luminosa y etérea de los reinos su•les del espíritu.
La vida •sica es corta e insignificante en comparación
con la vida del macrocosmos; y, sin embargo, ciegos por
el materialismo nos complacemos en cul•var pasiones
y deseos inferiores, rehuyendo todo sacrificio, que es
la verdadera clave que abre las Puertas del Templo del
Espíritu.
Debemos morir exentos de todo pensamiento
materialista y a través de la expansión de Conciencia que
demuestre la evolución de nuestra Alma Inmortal.
La familia, en el momento de la muerte, debe guardar
un moderado respeto al ser que está desencarnando, no
perturbándolo con gritos, llantos y expresiones dolorosas
que se encuentran fuera de •empo.
Exis•endo la confianza y la fe en el solemne trance, el
dolor debe ser elevado y silencioso. Las desesperaciones
de úl•ma hora solo son una señal de falta de confianza
y expresiones del deseo egoísta de mantener a nuestro
lado y para nuestro bienestar al ser que se va. No lo
atormentemos, ayudémosle con Fraternidad y Amor a
bien morir, porque él se encuentra ascendiendo hacia la
Divina Luz, Gran Alma del Universo que desde ese centro
irradia.
181
Debemos morir tranquilos, para obrar armónicamente
y sin dificultad en los mundos hiper•sicos del Universo.
Para ello, hay que llegar al momento de la Muerte con
un concepto firme y op•mista, que solo puede ser fruto
de la meditación y estudio iniciá•co de la vida. Morir es
dejar la forma y volar en esencia, entonces se percibe la
única realidad y cesa el mundo de las apariencias, de las
cosas temporales y entramos en el Universo de las cosas
eternas y absolutas.
Debemos morir espiritualmente elevados, con la Mente
y la Conciencia puestas en la meta de ese sendero que
entonces empezamos a recorrer; de todas formas, hay
que dar al que se encuentra a punto de morir palabras de
Luz que le mantengan o le sugieran la idea del más allá,
como un mundo de mayor bienestar que este; el querer
eludir la idea de la muerte en el momento en que esta
es inminente, es contraproducente porque dificulta el
tránsito.
Una vez que la muerte es inevitable, el ser que se
encuentra desencarnando se da perfectamente cuenta
de que la hora está llegando y percibe muy bien que su
viaje a través de la Luz ha comenzado y que los lugares
que conocía ya no le conocen y los lugares que ahora se
encuentra recorriendo le son desconocidos.

182
CAPÍTULO VII TRANSITANDO POR EL VELO DE LA
DIOSA ISIS Y LAS LOGIAS DE LOS MISTERIOS

EL VELO DE ISIS COMO CONCEPTO HERMÉTICO

La oscuridad es la materia. Nuestra esfera, llamada


Tierra, Gaia, Uran•a etc., se encuentra simbólicamente
manifestada bajo la concepción de todo lo nega•vo y
la oscuridad que se manifiesta en todo el Universo. Por
otra parte, todo lo que existe en la materia se encuentra
prisionera de una fuerza que se denomina Magne•smo
y que se manifiesta a través de la Fuerza Centrípeta,
que es inseparable de la Materia y de las esferas del
Macrocosmos.
Por el contrario, y como polo opuesto, se encuentra
la Luz, el Mediodía en Punto, el Sol en lo más Alto de
nuestra elíp•ca, y que se manifiesta a través del Sol que
es la luz, la Electricidad que emana del universo y que
corresponde a la energía en expansión que se manifiesta
a través de la Fuerza Centrífuga de todo el Universo, es
la Luz que Ilumina, y que corresponde a todo lo posi•vo
que existe en él, como también es una parte del Espíritu,
energía su•l que penetra toda vida que existe en los
lugares más recónditos de los Universos.
Es di•cil representar el tránsito de la oscuridad a la
Luz; solamente podemos dar algunas guías y lo haremos
descorriendo el Velo de Isis:
En múl•ples meditaciones, y desde que leí por primera
vez el libro del Aprendiz de Oswald Wirth, me encontré
con la Isis Negra, Diosa de los Misterios, sentada sobre
la Piedra Cúbica e instándome a adivinar lo que estaba
oculto, no pocas veces me pregunté qué significaba
183
el Velo de Isis y aquellas palabras que han perdurado a
través de los Siglos y que expresaban:

“Ningún Mortal hasta este momento


ha descorrido mi velo”
“Porque la materia es un espeso muro interpuesto”
“Entre el mundo terrestre y el mundo de los espíritus”

Hoy, según mi parecer, ha dejado de ser un misterio,


ya que algunas de las respuestas han sido dadas por la
filoso"a hermé#ca y esotérica y por la ciencia.
En todas las épocas, los filósofos hermé#cos han
tenido el convencimiento, basado en miles de años de
experiencia, de que a través del #empo, desde la caída
del género humano en el mundo sensible y por efecto
de la separación de los Principios Universales, fue
densificándose el cuerpo "sico y la mente del hombre
que le permi$a percibir claramente las cosas invisibles del
universo.
Hoy, y a través de siglos de experimentos, los cien$ficos
han tratado de descubrir los símbolos de la naturaleza
humana; pero solo han visto las formas "sicas, porque
el alma inmortal huye a toda inves#gación cien$fica y La
Matriz de la Divinidad no sa#sface a las incógnitas de las
ciencias modernas.
Hay quienes niegan la existencia del alma; pero, para
ver al Ser Humano real que habitó en el cadáver, se
necesitan los ojos no corporales de su propia evolución
y, para descubrir esa verdad cifrada en las escrituras
hierá#cas de los papiros egipcios an#guos, es preciso
poseer la facultad de la intuición, de la conciencia, la
razón y también de la mente.
La ciencia moderna admite una fuerza suprema,
un principio invisible, pero niega la existencia de un
184
Ser supremo, de una Divinidad personal e interior.
Lógicamente es muy discu•ble la diferencia entre ambos
conceptos, porque, en este caso, fuerza y esencia son
idén•cas. La razón humana no puede concebir una fuerza
interior suprema e inteligente sin iden•ficarla con un ser
también supremo e inteligente del universo. Jamás el
vulgo tendrá idea de la omnipotencia y omnipresencia
de Dios o Gran Arquitecto del Universo, sin atribuirle a
sus gigantescas proporciones, las cualidades humanas,
conocidas como antropomorfismo.
En el Aire están las Almas gobernadas por la Luna
(Magne•smo). Este es un fragmento del Libro Sagrado
•tulado: “La Virtud del Mundo”, dado a conocer por Isis
a su hijo Horus.
Después de leer estas líneas extraídas del Poimandres
de Hermes (Thoth Tehu•), les expresaré mi punto de vista
de lo que significa el Velo de Isis:
Isis, según los egipcios, representaba a la Naturaleza
manifestada en las Esferas del Universo, la Tierra que
engendra, la matriz de toda vida y ella como esposa de
Osiris, en la •erra, representaba a la Luna y al poder
Divino de la vida; era ella la que tenía en su poder la
llave que abría las puertas del umbral para que las almas
inmortales pudieran dirigirse al centro de los universos.
Y, he aquí la pregunta clave:
¿Ella fue la Diosa Anunnaki, que en su vientre daba la
vida y producía la transformación gené•ca de aquellos
seres primi•vos que habitaban la Tierra?
Ella representaba el poder divino de la vida, y era la
clave de la existencia de los hombres. ¿A qué hombres se
referían estos escritos?, no creo que a los dioses.
Ella representaba el poder de las vidas pasadas y futuras
de los seres mortales. ¿Los escritos an•guos se referían a
que las vidas pasadas eran la de un Cromagnon? Y, ¿Las
vidas futuras se referían a un Hombre-Dios, regenerado
185
gené•camente con un alma inmortal y con capacidad
para reencarnarse?
Pero hay otras interrogantes y respuestas:
¿Qué significan las siguientes palabras que se
encuentran impresas en el mito de Osiris?.
“Cuando Isis encuentra los restos de su esposo Osiris
diseminados en los 4 puntos cardinales, ella reconstruye
el cuerpo y se funde en él, haciéndose fecundar de forma
sobrenatural por su difunto esposo y ayudada por su
hermana Ne!is esposa de Seth, vuelve a enterrarlo. Isis
engendra a su hijo Horus al que protege con solicitud
y Osiris resucita y vuelve siendo Dios del Más Allá”.
¿La fecundación en forma sobrenatural, se refiere a la
fecundación ar•ficial, para producir una transformación
gené•ca de un ser diferente que surge de la unión entre
Osiris e Isis? Entonces ¿Horus era Adapa o el Adán de las
religiones?
Isis siempre llevaba una Luna sobre su cabeza, porque,
según los egipcios, esta representaba a la Materia y ella
es la materia; La Luna Llena es la vida que viene de Dios
y la Luna Nueva era la Oscuridad que representaba a la
Muerte; es por ello que Isis tenía en sus manos la Llave
y clave para descorrer este velo; pero la relación que
tenía ella con la transmigración de la almas y el velo,
radica en que el Alma es un átomo, que se encuentra
en el ventrículo izquierdo del Corazón del Ser Humano y
cuando el espíritu divino se re•ra, el alma al tercer día
sale del cuerpo a través de la fisura que existe entre el
Parietal y el Occipital y se dirige al universo para reunirse
con las potencias (Dioses).
En su camino hacia el centro del universo, se
encontrará con el Ves•bulo Exterior, punto de reunión de
las Almas, y desde ese lugar se dirigirá al umbral, el que
se encuentra representado "sicamente por un Campo
Electromagné•co que se genera a través de la rotación
186
y de la energía interior de la Tierra y la Luna, energías
vibratorias (Octavas de Luz) que poseen todos las esferas
del universo y también los cuerpos humanos y sin las
cuales, nada exis•ría.
Para hacer más comprensible lo expuesto, reiteraremos
que las octavas de Luz o vibraciones, medidas en Hertz,
son parte de toda vida del universo; y es por ello que es
necesario recordar que la conciencia de Dios se manifiesta
en tres estados, o Logos, en donde: El Primero es el
espíritu que es la manifestación rela•va de lo absoluto y
de él emana El Segundo Logos, que es la energía, y de
ambos procede El Tercer Logos o materia y de este nacen
los siete modos de voluntad, cuya manifestación !sica a
los ojos y sen•dos humanos, son las siete fuerzas o modos
de vibración, reales y concretos, creadores del mundo
visible, como fuerzas de la naturaleza que representan a
Isis y portadoras de esa vida eterna que todo lo anima y
que son: Electricidad, Calor, Cohesión, Gravitación, Luz,
Magne!smo y Sonido; en otras palabras, El Septenario de
la Vida.
Toda vida en el planeta con•ene estas siete fuerzas
vibratorias u octavas de luz (Hertz); pero el alma humana,
específicamente cuando el ser es nega•vo, materialista
y vive en el mundo del deseo, producto del Campo
Magné•co, el alma se carga con energía material y esto
le impide traspasar ese campo magné•co que se produce
alrededor de la Tierra y próximo a la Luna (Isis). Por lo
tanto esta alma se devuelve a la Tierra y se reencarna
nuevamente en otro cuerpo o vehículo, en donde deberá
con•nuar trabajando en su evolución para acceder al
centro del universo.
Del mismo modo, si el alma se ha dedicado a hacer el
bien, transitando a través de los principios universales,
de una elevada evolución espiritual, entonces esta alma
será cargada con la electricidad que trasmite la Luz del
187
Sol y ella produce la desmaterialización del ser. El alma,
transformada en energía nuclear, traspasará rápidamente
el escudo magné•co de la Tierra y se dirigirá al Sol Central
a unirse con las potencias en el centro del universo. Es
importante aclarar que el Amor es la energía creadora de
toda vida y de los más elevado valores.
Al cargarse el alma de esta energía, se produce una
expansión de conciencia producto de una elevada
evolución. Entonces asis•mos al fenómeno de la
disgregación de la materia, que es la propiedad de los
cuerpos viejos de cargarse de radioac•vidad, energía
que imprime al átomo un peso atómico mayor, con un
máximo de condensación.
El alma o átomo simiente representa así una enorme
can•dad de energía condensada, que se puede liberar
perturbando el equilibrio interno del sistema núcleo
electrónico de los átomos, con que se encuentran
organizados en el microcosmos, como también nuestro
átomo simiente o alma. Esta concentración de energía
eléctrica en los átomos significa aceleración de velocidad,
lo que permite al átomo traspasar el umbral y dirigirse
por el Sendero, hacia el centro de los universos.
Demás está decir que la velocidad del átomo cargado
con magne•smo, se reduce al mínimo, impidiéndole
traspasar el Campo Magné•co de la Tierra, que lo obliga a
retornar para reencarnarse en otro cuerpo, pasando este
•po de almas de un cuerpo a otro.
A esta acción, los egipcios la denominaban
Transmigración de las Almas o Metempsicosis.Es por esta
razón que el des•no del hombre es elevarse por encima
de él mismo, más allá de la Luna, más allá de la órbita
de los planetas más lejanos, más allá de esta y otras
estrellas, para volver al Centro del Universo que es su
autén•co hogar, en el Sol Central, en las profundidades de
los Universos.
188
LAS NUEVAS LOGIAS DE LOS MISTERIOS

Otro tema que deseo compar•r con mis lectores se


refiere a las Logias de los misterios que, en la actualidad,
han entrado secretamente en funcionamiento. Muchos
se preguntarán qué •ene que ver con el •tulo del tema;
pero ellas son la esencia que, a través de los rituales de
iniciación, predispone al alma inmortal para evolucionar,
a través del conocimiento iniciá•co, y le entrega la fuerza
para acceder a una real expansión de conciencia que le
permita retornar a sus orígenes.
En la actualidad habría tres Logias de los An•guos
Misterios que se encontrarían funcionando. La Logia
de los Misterios más an•gua de todas se encontraría
funcionando en Sud América; otra de ellas se estaría
organizada en Europa; y otra en el Oriente, Con•nente
Asiá•co.
Estas logias aparecen en la humanidad, para traer la luz
y cooperar con los iniciados para comba•r la oscuridad que
se apodera de todo el mundo y que es: “El poder mental
mal calificado que destruye valores y que incen•va a la
maldad y a la corrupción y que lleva a los pueblos a un
estado de inmoralidad, barbarie y anacronismo”.
Este •po de males que asolan a la humanidad en
cada cambio de Era, requieren una respuesta inmediata
y es por ello que la misión de estas logias es entrar en
funcionamiento a principios de esta era, obje•vo primario
al que se habría dado cumplimiento en estos primeros
años del cambio de era.
Ellas han elaborado una Planificación Estratégica, con
miras a su difusión Universal, mediante documentos y
libros entregados a algunos elegidos, sin entrar en una
propaganda al mundo profano. Para ello han considerado
los siguientes aspectos, basados en la experiencia de
189
los Maestros Elegidos que fueron designados para esta
misión. Sus obje•vos principales, a grandes rasgos, serían:

1. Asegurar su funcionamiento hasta la completa


evolución de la 6ª Sub Raza Raíz
2. Instruir mediante la Luz de los Misterios a las
respec•vas generaciones de iniciados que tendrán la
misión de dirigir los des•nos futuros de estas Logias.
3. Recopilación, selección y traducción de todos
los conocimientos de Inspiración Crís•ca de la sabiduría
universal, que sirvieron como guía para la Quinta Raza
raíz.
4. Recopilación, selección y traducción de todos los
conocimientos psíquicos y cien!ficos de las 4ª y 5ª Razas
Raíces.
5. Retomar el desarrollo de las ciencias verdaderas, y
el contacto con el Espíritu de la Divinidad, perdido en las
4ª y 5ª Razas Raíces, con el objeto de restablecer el Hilo
de Plata a modo de Antakarana, en la 6ª Raza Raíz, esencia
de la mente cósmica.
Una vez que los maestros designados para erigir y
organizar las Columnas de sus Templos se re•ren de
este plano mortal, designarán a su Lugarteniente para
mantener estas Logias ac•vas y en funcionamiento a
par•r del Segundo Decenio iniciá•co de esta nueva Era,
período que se entenderá como de exclusiva planificación
y estudio, con miras al obje•vo universal de ella.
Los Maestros Elegidos, que debían determinar cómo
se iba a ayudar a esta humanidad, se reunieron en una
Cámara Secreta, y determinaron que en el Siglo XXI de
esta nueva era, se hacía imprescindible crear tres Logias
de los Misterios, encaminadas a instruir abiertamente
a sus iniciados en las ciencias filosóficas guardadas por
milenios en lo más profundo de la mente universal, con el
objeto de realizar un cambio radical a la conciencia de la
190
Humanidad, a través de la docencia que deberán realizar
los Maestros designados, que fueron seleccionados y
preparados profundamente en los misterios universales.
Esto se fundamenta en los elevados conocimientos que
ha adquirido la 6ª Sub Raza Raíz (Índigo) que se encuentra
en evolución permanente, lo que los obligó a reestructurar
la prác•ca y el ejercicio docente que es necesario traspasar
a esta savia renovadora del universo, con el objeto de
prepararlos para enfrentar, espiritualmente, con elevados
conocimientos filosóficos, Simbólicos, Alquímicos,
Esotéricos y Hermé•cos, los cambios que se producirán
en el futuro y que, en parte, se encuentran afectando
gravemente a las sociedades actuales de la humanidad.
Dentro de los conocimientos, que se trasmi•rán se dará
especial importancia a la expansión de la conciencia en
la construcción de la verdadera arquitectura del hombre
inmortal, y la de su propio Templo interior en el tránsito
por el sendero evolu•vo.
Los Maestros Elegidos determinaron, también que,
para que la humanidad logre evolucionar (Despertar,
Morir y Nacer), es necesario enfrentar a esta al Fuego
de la Naturaleza (La Inteligencia); porque, la evolución
espiritual nace solamente del choque de dos fuerzas
contrarias y la naturaleza enciende este fuego secreto
en el instante preciso, para provocar las más extrañas
situaciones y dificultades de toda índole, actuando
directamente en el plano mortal, en donde se encuentra
la inercia, las dudas, la desorientación, la desorganización,
la resistencia mental y que, unidas a las pruebas que se
van manifestando en la vida, cons•tuyen la única forma
de evolucionar a través del despertar del Alma de la
Humanidad.
El concepto “Despertar”, que es parte de la evolución
del hombre, no es posible definirlo con palabras, ya que
es algo que ocurre dentro de cada ser: “Es una vivencia
191
interior y muy personal”. Podría pensarse que la idea
de despertar es algo nuevo, sin embargo se encuentra
señalada en forma específica en las filoso•as y doctrinas
Esotéricas y Hermé•cas más an•guas que se conocen.
Desde hace unos 12.000 años antes de J.C., y hasta
comienzos del Siglo recién pasado, los iniciados de todo el
mundo han repe•do el mensaje del “Despertar” millares
de veces, destacándose en innumerables documentos,
desde la escritura cuneiforme, pasando por el Papiro,
hasta las comunicaciones satelitales de la ciberné•ca de
esta era de globalización y del espacio; y sin embargo,
su trascendental importancia ha pasado inadver•da para
aquellos que duermen sin posibilidad aún de evolucionar.
El hombre fue creado para desenvolverse en cierto nivel
de existencia, mientras que el conocimiento Hermé•co y
Esotérico proviene de un nivel mucho más elevado, lo que
impide que todos tengan acceso a este despertar.
El acceso a ese conocimiento sólo lo obtendrán aquellos
seres humanos que se encuentren preparados para
recibir esta verdad y que hayan alcanzado esa evolución
con esfuerzo y voluntad.
Por estos mo•vos, estas logias de los misterios jamás
tratarán de convencer a nadie, porque todo lo que existe
en ellas es un conocimiento prohibido para el ser Humano
y desde las épocas más remotas siempre se ha tratado
de mantenerlas ocultas, presentando este conocimiento
con aforismos, alegorías y parábolas, para que solo unos
cuantos elegidos, que se encuentren preparados para
ello, puedan tener acceso a esa verdad universal, para
diseminarla como los granos de trigo a través del viento
que fluye por los campos de la eternidad.
Es importante establecer que los propósitos de la
Naturaleza de estas Logias, no incluyen, bajo ninguna
circunstancia, el despertar de grandes masas humanas;
pero, sí, el de un pequeño porcentaje de seres humanos
192
que podría estar de acuerdo con esos propósitos de la
divinidad. Como ejemplo debemos recordar que casi
todos los Libros Sagrados expresan que: “Muchos serán
los llamados, pero muy pocos los elegidos”, y esas
palabras nos muestran esa verdad en toda su tremenda
realidad.
Por lo tanto, podemos definir que este “Despertar”, a
través de la par"cipación en las logias de los misterios,
como parte de la evolución del hombre, puede ocurrir
solamente para el beneficio espiritual de este, y va en
contra de los intereses y los beneficios del mundo material
en que nos encontramos insertos.
Este es uno de los aspectos más importantes que los
Maestros designados deben hacer entender, a los que
serán miembros de estas logias de los misterios; porque
“El despertar”, como medio de evolución, es necesario,
solamente, para sí mismo. A nadie le interesa que
despierte y evolucione y ninguna potencia ni divinidad
está obligada a ayudarlo, muy por el contrario, las mismas
fuerzas destruc"vas del universo que man"enen en la
oscuridad y en la ignorancia a la humanidad, se oponen
a su despertar y evolución.
Finalmente, es importante dejar establecido que estas
Logias de Los Misterios, que se encontrarían organizadas,
no pertenecen a ninguna Ins"tución conocida, porque son
Logias Independientes, creadas para cumplir una misión
especifica en el planeta y la Humanidad y después del
cumplimiento de su misión, se abaten las columnas de
sus Templos y de ellas no queda más que la obra realizada,
y que fue el origen de su propia existencia
Si ninguna Potencia Divina está dispuesta a ayudar al ser
humano a despertar, este no puede vivir esperando que
Dios, El Gran Hacedor o el Gran Arquitecto del Universo o
alguien, se compadezca de él y le dé lo que necesita para
esa evolución. El principio y la acción se encuentran en
193
nuestra inteligencia y en nuestro libre albedrío y es por esta
razón que debemos borrar de nuestra mente el concepto
mís•co de la iluminación y de posibles prebendas mágicas
en el sendero espiritual.

CONCLUSIONES

Cada uno en su concepción personal, en su


pensamiento o en su creencia, es dueño de creer en algo
o sencillamente, de no creer en nada.
Pero aquellos que desean infundir en la mente de
los seres humanos, y especialmente de la juventud, la
negación de la existencia de una vida superior, cometen
un grave error; porque ellos se están apoyando en la
autoridad de su saber o del ascendiente de su posición
social, polí•ca, filosófica o religiosa y siembran en la
sociedad el germen de la desconfianza, la turbación de los
pensamientos y la disolución de la evolución cósmica en
el ser humano.
Existe una doctrina que asegura no ser materialista,
porque admite la existencia de un principio inteligente
fuera de la materia, y comparto esos conceptos, en
atención a que esta doctrina es la absorción en el Todo
universal o, también llamado Panteísmo, que es la
doctrina que enseña que el universo, como un Todo, es
el verdadero Dios.
Además, según esta doctrina, cada individuo al
momento de nacer, se apropia de una par"cula o átomo
de este principio, que cons•tuye su alma inmortal, la que
da la vida, la inteligencia y el Sen•miento.
A la muerte del individuo, esa alma vuelve a sus
orígenes, a ese centro común y se funde en el infinito del
espíritu, como lo hace una gota de agua al penetrar en la
inmensidad de los océanos.
194
Esta doctrina, y no cabe dudas, es preferible al
materialismo puro, puesto que admite algo evolu•vo y
espiritual; en atención a que el otro no admite nada.
Es por ello que podemos analizar esta doctrina, a través
de algunas interrogantes:
Todas estas gotas de agua procedentes de la lluvia y
que cayeron al océano, que hipoté•camente son Almas,
deberían tener propiedades idén•cas, como deben ser las
partes de un Todo.
Pero ¿Por qué las Almas, si proceden de ese gran
océano que se evaporó producto de la acción del Sol y
se transformaron en nubes, para posteriormente caer al
océano como gotas de lluvia, se asemejan tan poco?
¿Por qué el genio al lado de la estupidez? ¿Las virtudes
más sublimes al lado de los vicios más degradantes y
vergonzosos? ¿La bondad, la dulzura, la mansedumbre,
al lado de la maldad, de la crueldad y la barbarie? ¿Cómo
difieren tanto, unas de otras, si pertenecen a un todo
homogéneo?
Podemos decir que es el conocimiento el que las
modifica; pero, entonces, ¿De dónde proceden las
cualidades innatas, las inteligencias esclarecidas y
precoces, los ins•ntos buenos y malos?
La cultura, el conocimiento y especialmente la
evolución, sin duda alguna, han cooperando a modificar
las cualidades intelectuales y morales del alma.
Pero aquí surge otra interrogante, ¿Quién da al alma
ese conocimiento para hacerla evolucionar?
Por otra parte, el alma, cuando desencarna y vuelve
al Todo Universal, del que salió, y sin haber dejado de
evolucionar en toda su vida retorna al Todo como un
elemento más perfecto, de lo que se deduce que ese
Todo con el •empo transcurrido debe encontrarse
profundamente modificado y mejorado.

195
Entonces: ¿Cuál es la causa de que salgan
incesantemente, Almas ignorantes y perversas?
Las respuestas a estas y otras interrogantes que
aparezcan después de haber leído estas líneas las deben
encontrar, mis queridos lectores, a través de su propia
evolución y de su meditación consciente, que es la única
forma de encontrar las respuestas a estos temas tan
profundos y abstrusos.
Por supuesto que puedo aproximar una opinión de
acuerdo a mis conocimientos iniciá•cos, pero ello no
significa que sea la verdad absoluta, porque todos los
que transitamos por este mundo material, solo veremos
verdades a medias, medias verdades, ya que la realidad se
encuentra velada para los seres mortales.
Sin duda alguna, la evolución a través del conocimiento
iniciá•co modifica sustancialmente las caracterís•cas del
alma, pero, hay otro aspecto que es importante para que
las almas sean más elevadas, y esto es que ellas deben
transitar a través del sendero que rige la Gran Ley del
Universo, y que no es otra cosa que el AMOR. Nadie
evolucionará espiritualmente solo con desearlo sin hacer
una labor profunda en favor de sus semejantes.
Pero no hay que olvidar que existe otra Gran Ley y me
refiero a la Ley del Karma o de Causa y efecto, que es
sumamente importante para el desarrollo evolu•vo de
las almas. Nada escapa a esta ley.
Por otro lado, la filoso!a del conocimiento y la
sabiduría, •enen su punto de par•da en la afirmación de
que el Absoluto “ES”. No pretende explicar el cómo y el
porqué de “El Absoluto”. Afirma simplemente que “ES”. Y
el Alma es parte del Absoluto, por lo tanto, también “ES”.
Tal vez exis•rá algún Ateo o Agnós•co que tendrá miles de
respuestas, y las considero todas validas, porque ellas son
el resultado de la evolución de cada pensador y ello •ene
un gran valor.
196
Respecto de la pregunta:¿Cuál es la causa de que salgan
incesantemente, Almas ignorantes y perversas?
Se dice: que la causa y el efecto pertenecen al plano
rela•vo de causa acción, y evidentemente el Absoluto
trasciende el plano rela•vo de la existencia del alma
humana.
Es por ello que todo lo que nos rodea •ene una causa,
y que a su vez es causa de sucesivos efectos. Todo lo que
vemos, sen•mos u oímos, es término de la serie de causas
y efectos.
Esto quiere decir que •ene una serie de causas
precedentes que se pierden de vista en lo Pasado, y una
serie de efectos subsiguientes que se pierden de vista en
lo porvenir (Futuro). Y aquí nace la otra pregunta: ¿En
dónde empieza y en dónde se termina la serie de causas
y efectos en el Absoluto? Respecto de esta pregunta,
podemos señalar que el secreto es que todas las cosas
comienzan y terminan en el Absoluto.
Es por ello que el intelecto humano es completamente
incapaz de formarse un claro concepto de una cosa sin
causa, como es su alma inmortal, porque el intelecto está
en el plano rela•vo y en este mundo de rela•vidad todo
•ene su causa y no podemos formarnos una idea de una
cosa que trasciende enteramente nuestra sensación y
experiencia. Por lo tanto, no podemos concebir una cosa
sin una causa.
Los filósofos o pensadores que opinan que todo
ha de tener una causa, como es el caso de la pregunta:
¿Cuál es la causa de que salgan incesantemente, Almas
ignorantes y perversas?, no pueden menos que admi•r
que ha de haber una causa sin causa, o si no, reconocer
que la serie de causas y efectos es infinita; pero, entonces
tropezamos con la dificultad de que una cosa sin principio
no puede tener causa y en ese momento falla la Ley de
Causa y Efecto.
197
En resumen, el intelecto humano es totalmente
incapaz de resolver este asunto, y cuanto más lo intenta,
más confundido queda. Es la vieja pregunta del niño:
¿Quién Hizo el Mundo y cuál es la causa de que exista? La
contestación del adulto es: Dios; El niño replica: ¿Y quién
hizo a Dios y porque? Como vemos, es simplemente llevar
este asunto un grado más atrás.
Hasta el materialista que no cree en Dios, afirma
que la materia ha exis•do siempre y no puede explicar
el por qué la materia no •ene una causa, cuando todas
sus manifestaciones demuestran una serie de causas y
efectos.
El materialista forja el concepto de una de las
manifestaciones del Absoluto y lo llama Materia, pero
niega otra manifestación del Absoluto llamada Mente; en
resumen, el intelecto está obligado a admi•r que hay algo
sin causa y debe darse por vencido, porque pertenece
al plano rela•vo, y en su mente no puede concebir al
Absoluto.
Pero, no podemos negar que en el Absoluto se
encuentran todas las respuestas y es por ello que las
Estrellas son nuestra familia. Ellas han sembrado en la
Tierra. Ahora estas semillas están creciendo y emergiendo.
Cada uno de ustedes es un pequeño fragmento de
una Estrella. Cada uno de ustedes con•ene una memoria
codificada de la totalidad de su Estrella; porque, en
realidad, cada Estrella se encuentra contenida en una sola
Estrella, es decir: No hay más que una Estrella y ella es la
Fuente o la Unidad de todo lo que existe.
Vean en ustedes mismos lo que realmente son...
brillantes y transparentes, seres de Luz… irradiando un
arco iris del más puro y verdadero Amor. Un fragmento
del todo. En realidad, ESTO ES EL TODO, y una vez que se
den cuenta de que son un Ser sin límites, descubrirán, a
través de la expansión de su propia conciencia, que todas
198
las formas de separación que existen en la vida no son
más que una ilusión. Ustedes son el Aire, ustedes son
el agua, también son la Tierra y todas las formas de vida
sobre ella. Ustedes son los universos estrellados y el vasto
infinito del espacio •empo.
Las formas humanas no son más que los instrumentos
elegidos para evolucionar en la materia y amplificar
la creación para hacerla infinita. Ellos son la definición
que les permite expresar su inherente inmensidad, su
Divinidad.
Sus cuerpos •sicos, emocionales, mentales, astrales
y etéricos están, actualmente, pasando por poderosas
transformaciones. Esto es similar al an•guo proceso
alquímico en el cual el plomo era conver•do en oro.
Podría ser llamado la nueva cristalización de la materia.
No olviden que las Estrellas (los Soles) no están fijas;
ellas vibran y rotan, cantan y hacen girar sus des•nos,
dando luz a un nuevo sistema de estrellas en una constante
armonía universal de evolución y regeneración cósmicas.
Así, mis queridos lectores, no permitan quedarse fijos en
definiciones auto-creadas por los límites de la ignorancia.
Ríndanse al conocimiento no conocido del presente,
déjense llevar por la perfección que se manifiesta día a
día en sus vidas, a través de las energías de los universos
matemá•cos, geométricos, simétricos, infinitos y eternos.
Dar término a esta inves•gación no es fácil, puesto que
este tema no •ene fin y es el comienzo de un conocimiento
infinito, donde nuestra razón no es capaz de discernir. Es
por ello que los trazos esculpidos en este libro solo son
una pincelada en el cuaderno de un pensador. Es por esta
razón que puedo decir que aún quedan muchos conceptos
que analizar, tal como la realidad de nuestro planeta, que
se encuentra fraccionada por las barreras del Espacio –
Tiempo; en donde la unidad aparece como pulverizada
en el detalle. También vemos el Infinito resquebrajarse,
199
dividirse y corromperse en lo Finito, lo Eterno en lo Caduco
y lo Absoluto en lo Rela•vo.
Pero se dice que nuestra Alma Inmortal debe recorrer
el camino inverso, para retornar desde la materia por el
sendero, para encontrar aquel camino Infinito que nos
llevará al Sol Central y que nuestra razón no es capaz de
discernir.
El obje•vo de este viaje es muy simple: No consiste
en dar al hombre una nueva Conciencia Cósmica o una
conciencia que le haga sen•r que es indestruc•ble y
Eterno, sino que este viaje representa una Fuerza y un
retorno a la Energía y al Espíritu, que es el origen de su
existencia universal; por lo tanto, como ser del Universo
también le corresponde una misión importante en el
funcionamiento orgánico de nuestro Macrocosmos.
Pero no podemos dejar de pensar que el des•no del
Ser Humano pasa por un afán de trascender y un anhelo
de hacer de su existencia un ideal concreto de absoluta
perfec•bilidad y, que este ideal solo se puede llevar a la
prác•ca a través de la evolución cósmica, en donde se nos
da la oportunidad, a cada uno, de auto - determinarse y/o
asumir la liberación de nuestra Alma Inmortal que tanto
deseamos y buscamos.
Para finalizar, deseo expresar que el trabajo de
todos los seres humanos debe comenzar por adquirir el
conocimiento de sí mismo, del Mundo y del Universo al
que pertenecemos y la respuesta de porqué debemos
acceder al conocimiento del Universo Es porque nosotros
nos Movemos, Pensamos, Sen•mos, Creamos y también
somos Infinitos como Él.
Pero esta verdad no la puede enseñar ningún Maestro,
Pastor o Sacerdote; porque ella se encuentra en nosotros
mismos y, cada uno la •ene que descubrir en su propia
Alma Inmortal.

200
Lo que habéis leído, no es más que un simple esbozo de
una parte de la Existencia del Ser Humano y la forma como
se relaciona con el universo cósmico o Macro universo en
su tránsito hacia la divinidad.
AMIGOS MÍOS; La simbología esotérica y hermé!ca
es la Luz que emana de la milenaria masonería, ¡…
NO LE TEMÁIS; PENETRAD ESA LUZ...!, y todos juntos
elevémonos por sobre nuestra pequeñez mortal para
evolucionar junto al universo y descubrir los misterios
que nos rodean; porque nosotros somos los constructores
del sendero, somos los que construimos paso a paso el
sendero para los que vienen detrás de nosotros.
Hoy las Puertas del Templo se encuentran cerradas
y nosotros somos los poseedores de las verdaderas Claves
para abrir esas Puertas.

¡… ESTIMADOS LECTORES: PENETRAD LOS


MISTERIOS, ELLOS OS ESPERAN
DESDE HACE MILENIOS….!

201
BIBLIOGRAFÍA

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Y EL POIMANDRES; Editorial, Edicomunicaciones S.A., Ed.
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BOSQUEJO HISTÓRICO, Editorial Soc. Imp. Y Lit. Universo.
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SECRETA. Biblioteca Orientalista, Ed. Año 1911, Barcelona,
España.

204
ÍNDICE

Agradecimientos Pág. 9
El Autor Pág. 11

Prólogo del Autor Pág. 13

Introducción Pág.15

CAPÍTULO I LA UNIVERSALIDAD DEL HOMBRE

¿Quiénes Somos Realmente? Pág. 19


La Influencia de Las Religiones en América Pág. 28
El Hombre un Paradigma Pág. 36
El Hombre y su Anatomía
Oculta y Hermé•ca Pág. 39
La Ciencia Profana Pág. 49
El Macrocosmos y el Microuniverso Pág. 52
La Vida Pág. 56

CAPÍTULO II EL ALMA SEGÚN LAS RELIGIONES

Mi Alma Inmortal y el Universo Pág. 65


El Alma Según Las Religiones Cris•anas Pág. 70
El Alma Según La Religión Judía Pág. 76
El Alma Según La Religión Musulmana Pág. 79
El Alma Según Las Religiones de la India Pág. 81
El Alma Según Las Religiones Védicas
y el Brahmanismo Pág. 82
El Alma Según el Jainismo Pág. 85
El Alma Según el Hinduismo Pág. 86
El Alma Según el Budismo Pág. 89
205
El Alma Según Las Religiones
de La China Pág. 92
El Alma Según Confucio y El Confucionismo Pág. 92
El Alma Según Lao – Tze y El Taoísmo Pág. 93
El Alma Según La Religión Japonesa
Sintoísmo Pág. 95
El Alma Según La Religión
Egipcia An•gua Pág. 97
El Alma Según la Religión Medopersa Pág. 105

CAPÍTULO III EL ALMA SEGÚN LA FILOSOFÍA

El Alma Según Tales de Mileto Pág. 109


El Alma Según Heráclito de Efesos Pág. 110
El Alma Según Los Pitagóricos Pág. 112
El Alma Según Platón Pág. 113
El Alma Según Aristóteles Pág. 117
El Alma Según Demócrito Pág. 120
El Alma Según Sócrates Pág. 121

CAPÍTULO IV EL ALMA SEGÚN


LA FILOSOFÍA ÁRABE DEL MEDIOEVO

Generalidades de la Filoso•a
Árabe del Medioevo Pág. 123
El Alma Según Al Kindi Pág. 124
El Alma Según Alfarabí Pág. 126
El Alma Según Algacel Pág. 128
El Alma Según Abentofail Pág. 130
El Alma Según Averroes Pág. 131

206
CAPÍTULO V EL ALMA INMORTAL
SEGÚN EL ESOTERISMO Y HERMETISMO

El Alma Según La Masonería Pág. 135


El Alma Inmortal Según
Hermes Trismegistos Pág. 137
El Alma Según La Tabla Esmeralda Pág. 140
El Alma Según La Psicología Trascendental Pág. 142
El Alma Inmortal Según Las Leyes Ocultas Pág. 147
El Alma Según El Concepto
Rosacruz del Cosmos Pág. 149

CAPÍTULO VI LA ETERNIDAD, LA MUERTE, LOS MISTERIOS


Y LA INMORTALIDAD

Vivir En La Eternidad Pág. 153


Los Misterios Pág. 156
La Muerte y Los Misterios Pág. 165
La Muerte y La Inmortalidad Pág. 170
¿Qué Es La Muerte? Pág. 175
¿Cómo Debemos Morir? Pág. 180

CAPÍTULO VII TRANSITANDO POR EL VELO DE ISIS


Y LAS LOGIAS DE LOS MISTERIOS

El Velo De Isis Como Concepto Hermé•co Pág. 183


Las Nuevas Logias De Los Misterios Pág. 189
Conclusiones Pág. 194
Bibliogra•a Pág. 202

207
208

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