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Editorial Dhiyo
Almirante Simpson 7 Providencia Santiago de Chile
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Jorge Tomás Acuña
El Alma Inmortal
Desde la oscuridad mortal hacia la luz de la divindad
3
4
¡… El hombre, para evolucionar, necesariamente •ene
que reconstruirse a sí mismo
y no puede hacerlo sin sufrir, porque él es:
EL MÁRMOL Y EL ESCULTOR
DE SU PROPIA OBRA UNIVERSAL.
Y para descubrir su verdadero rostro,
•ene necesariamente que destrozar
a mar•llazos su propia SUSTANCIA …!
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E S O T E R I S M O
Y
H E R M E T I S M O
la muerte y el universo.
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AGRADECIMIENTOS
Dióscoros de Alejandría
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EL AUTOR
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PRÓLOGO DEL AUTOR
EL AUTOR
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INTRODUCCCIÓN
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Analizar significa descorrer el velo, estudiar las partes de
un todo hasta llegar a conocer sus principios o elementos
que lo conforman y con ello buscar respuestas en donde
no las hay, recorrer con nuestra conciencia aquello que
es desconocido y penetrar en nuestra Alma inmortal para
ver la Luz y la Inteligencia representadas en el fuego,
en los símbolos y alegorías de conceptos abstrusos y de
imágenes que revolotean al compás de la armonía de los
grandes y pequeños Misterios.
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“...EL HOMBRE ESTÁ CONDENADO A SER LIBRE,
CONDENADO, PORQUE EL HOMBRE
NO SE HA CREADO A SÍ MISMO,
Y SIN EMBARGO, UNA VEZ LANZADO A VIVIR,
ES RESPONSABLE DE TODO CUANTO HACE...”
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CAPÍTULO I LA UNIVERSALIDAD DEL HOMBRE
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seres humanos que hablaban la lengua de la Lemuria y se
les denominaba “Kaweskar” o “Patagones”.
Producto del paso del 12º Planeta por la órbita de la
Tierra y la variación del eje magné•co de esta, se produjo
un desplazamiento de norte a sur y ello ocasionó el
deshielo de la Antár•ca, provocando el llamado Diluvio,
que eliminó a casi toda la humanidad. Los Anunnaki se
fueron en forma silenciosa, en el 1.600 a. C., dejando a
los sobrevivientes del diluvio, que eran sus descendientes,
organizados como Sumos Sacerdotes, reyes, cien•ficos y
sabios. Esta es la única explicación posible que existe de
aquel salto evolu•vo que tuvimos y que nos ahorró 10
millones de años.
Es cierto que hubo mitos y leyendas e invenciones
respecto de la verdad del ser humano, pero lo importante
de ello es que fueron verdades mal interpretadas, mal
contadas y muy mal traducidas por los expertos, que
fueron cien•ficos, sacerdotes y reyes con prejuicios y una
mala apreciación de la realidad de la vida en esa época.
Respecto de la manipulación gené•ca, ésta se explica
en las tablillas de Sumer, en donde se describe cómo
esta manipulación gené•ca dio un brillante resultado:
“El Hombre modelo, Adapa, que en el Génesis bíblico,
traducido del hebreo an•guo, se llama Adán”.
Este modelo se logró inseminando con la esperma
o semen de un joven astronauta Anunnaki, el huevo
femenino de una hembra primi•va Erectus o Cromagnon y
depositándolo en el útero de la esposa de Enki, la que dio
a luz a Adapa, quien fue educado intelectualmente como
hijo adop•vo de Enki, y considerado como un dios. Eva fue
concebida con el mismo procedimiento y los duplicados
fueron hechos, después, en grandes can•dades.
Hoy somos los Homo sapiens, muy imperfectos, pero
con discernimiento, razón, voluntad, inteligencia y con un
Alma inmortal que nos legaron los Anunnaki.
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La Verdad es que hay múl•ples respuestas para lo que
en realidad somos y es por nuestro libre albedrío que
podemos especular en estas materias.
Hoy existen algunas organizaciones que piensan que
se encuentran facultadas para obrar detrás de lo que
aparenta ser el hombre y la humanidad. Por supuesto
que hay un grupo de seres con un enfoque muy claro
y que ha decidido llevar adelante un plan para realizar
cambios sustanciales en la vida del planeta; Solo hay un
pequeño problema con esto y es que han decidido llevar
a cabo un plan que no está en armonía con el universo
creador de nuestra propia existencia.
El plan que estas organizaciones •enen en mente lleva
una gran sorpresa para los seres humanos, porque su
intención es destruir la humanidad, para crear algo que
no •ene alma, conciencia ni espíritu. Esta intención se
enfrentará con la mentalidad actual del ser humano, que,
como todos sabemos, está comenzando a despertar y a
centrarse en las cosas importantes y a expresarse a través
de su propia esencia o sustancia, es decir: a través del
Espíritu.
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LA INFLUENCIA
DE LAS RELIGIONES EN AMÉRICA
31
Los calabozos se llenaban y era necesario vaciarlos,
para dar cabida a nuevos acusados o sospechosos. Se
hacía, con tal objeto, un auto de fe, y algunos de los
detenidos eran quemados vivos, otros eran ahorcados y
otros desterrados. De esta forma, se obtenía espacio en
las mazmorras, para las nuevas víc•mas.
Pero no podría dejar de resumir la obra de conversión
o, como el catolicismo llamó en su época, la “Obra
de Civilización” que dejaron en América las órdenes
misioneras más importantes a par•r del año 1516.Entre
estas se dis•nguieron los Franciscanos, los Domínicos,
los Agus•nos, los Mercedarios, los Hospitalarios y los
Betlemitas.
Todas estas órdenes tomaron parte ac•va en la tarea
común y mientras los unos adoctrinaban, los otros se
entregaban de preferencia a la predicación o al cuidado
de enfermos o a la enseñanza.
Los Jesuitas, llegaron más tarde, a fines del siglo XVI, y
fueron expulsados en 1767, pero durante este período se
caracterizaron por su férrea vocación de servicio, la cual
nunca decayó, como sucedió con la casi totalidad de las
otras misiones.
Pienso que no podemos desconocer que estas misiones
realizaron una labor encaminada a educar y enseñar
las costumbres de las civilizaciones más avanzadas de
Europa, aún en contra de sus métodos, en algunos casos
extremos; pero, en aquella época, representaron una
avanzada de nuevas ideas, tecnología y educación más
modernas y acorde con los nuevos •empos que se vivían.
Estas cumplieron con su misión a cabalidad. Esta América
no sería la misma si no hubieran exis•do estos sacrificados
misioneros de la religión Católica, muchos de los cuales
dieron sus vidas por evangelizar a esos pueblos primi•vos.
Hoy día, el hábito que existe en la sociedad de América
es ver la imperfección donde existe la perfección.
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Contemplemos la perfección en la vida que existe por
doquier. No nos dejemos afectar o perturbar por la
creación mental de seres que transitan por la oscuridad
mortal. Siempre debemos ver la perfección, porque detrás
de cada sombra aparente se encuentra esa esplendorosa
Luz inmanente que irradia su sabiduría inmortal desde el
centro de los universos.
Las religiones son buenas para los hombres; pero ellas
deben servir al hombre y al Alma de los pueblos y de
aquellos que desean evolucionar a través del espíritu de
la divinidad. Las religiones no deben u•lizar la mente de
los hombres para mantenerlos en la ignorancia, porque
las divinidades son reales, existen en este universo y hay
que presentarlas a los seres humanos, sin la careta del
antropomorfismo.
La divinidad, como la plantean algunas religiones, no es
de algunos elegidos. La divinidad transita por el universo
en todo momento y en todo lugar. Ella nos acompaña en
las penas y las alegrías. La divinidad está en nosotros y
con nosotros, porque al estar dentro de ella somos la
divinidad. Por lo tanto, ¿Cuál es el temor de enseñar que
tenemos un alma inmortal y que el espíritu de Dios anida
en nuestra alma? ¿Cuál es el temor de explicar que la
reencarnación o la Transmigración de las Almas existen
y que sin ella no evolucionaremos y nunca llegaremos
al Dios eterno o al Sol Central de los Universos o Paraíso
Terrenal? ¿Por qué no decir que cuando la carne se muere,
nunca más vuelve a la vida? ¿Por qué se evita enseñar
que el cuerpo es el vehículo del alma inmortal que es la
esencia, y es ella la que resucita al tercer día y se eleva a
la casa del padre o Dios? ¿Por qué engañar a los incautos
ofreciéndoles religiones salvadoras, cuando cada uno es
el que se debe salvar, transitando por el sendero del Amor
y la Bondad, que es la Gran Ley del Universo?
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Es por ello que la divinidad quiere que tú la pongas
a trabajar, esto abre el flujo de la energía divina del
universo, la inteligencia y la sustancia, y esto se manifiesta
a través de nuestra propia evolución cósmica. Y esto
especialmente para los Iniciados.
Las religiones son importantes en la vida de América,
del mundo y de los pueblos; pero las ins•tuciones
filosóficas también lo son, ya que cada una transita por
un sendero diferente en la enseñanza de los elevados
principios morales y universales que ellas sustentan,
base fundamental para la evolución del hombre y de la
humanidad.
La masonería es una ins•tución esencialmente
Iniciá•ca, é•ca y humanista, con•a en el progreso del
hombre y por ello en el de la humanidad, porque reconoce
en este hombre su facultad natural de perfeccionarse y de
trascender.
Es por ello que busca alcanzar estos obje•vos a
través del estudio racional y cien•fico de la evolución
histórica del hombre, considerando, dentro de las etapas
socioculturales, el con•nuo progreso de la civilización, las
diversas filoso•as y múl•ples credos religiosos, el anhelo
permanente de vivir y prac•car el régimen de libertad
en sus más variadas transformaciones de jus•cia social,
de Tolerancia, y por el desarrollo cada vez más amplio
e irrestricto, de una Educación integral durante todas las
fases de la vida.
Sin estos postulados, ella no podría cumplir con los
obje•vos de su propia creación y menos con la docencia
que en ella se imparte, como obje•vo de evolución
universal.
La Masonería nunca ha sido atea o agnós•ca, lo
que pasa, es que, como en todas las religiones,
estas ins•tuciones filosóficas también se encuentran
conformadas por hombres, y cada uno de ellos •ene un
pensamiento diferente para abordar el conocimiento.
34
En estas no existe el dogma•smo religioso. La mente
es libre para interpretar las enseñanzas y la divinidad
de acuerdo con su propia evolución; y es por ello que
Dios creó al ser humano con El Libre Albedrío, que es la
esencia de la libertad del ser humano para pensar, para
poder elevarse más allá de esta vida mortal, más allá de
este universo y para transitar por el sendero rumbo a los
confines de la divinidad.
¿Cómo es posible que algunas religiones sigan tratando
de destruir a la masonería, después de tantos siglos?
¿Cómo es posible que no se comprenda lo que es la
conciencia del Alma, de los pueblos y de la humanidad? No
olvidemos que el hombre es un paradigma del universo.
35
EL HOMBRE UN PARADIGMA
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mundos. Esta fuerza vital, descendiendo gradualmente
del cerebro (el cual era el mundo superior) y penetrando
en las flores de loto, una por una, dio nacimiento a los
mundos inferiores. Pero, cuando al final ese fuego
espiritual penetró en el centro más bajo, en ese segundo
fue creado el mundo •sico y su fuego, que se encuentra
ubicado en la base de la espina dorsal.
Cuando el mundo retorne a él nuevamente, y el logos
vuelva a ser supremo en conciencia, será porque re•ró la
vida de estos siete centros, comenzando por los inferiores,
llevándola, nuevamente al cerebro. Así, el sendero de
la evolución de todos los seres vivientes es elevar este
fuego, cuyo descenso hizo posible su manifestación en
estos mundos inferiores y cuyo ascenso les pondrá, otra
vez, en armonía con los mundos superiores o la divinidad.
La Sangre de cada hombre es individual. Cristalizada,
forma figuras geométricas que difieren en cada persona.
La historia del Alma humana está escrita en su sangre.
La posición de esta ocupa en la evolución sus esperanzas
y sus temores y se encuentra impresa en las formas
etéricas que fluyen a través de su corriente sanguínea.
Hasta que la sangre roja no entra en el cuerpo, el alma
del hombre no puede entrar en él; sólo ronda alrededor
del cuerpo al que está unida por un hilo de naturaleza
eléctrica.
El hígado es la clave de la sangre roja. En los misterios
cris•anos, la herida del hígado de Jesús por la lanza del
Centurión, es un hecho especialmente mís•co, en tanto
que Prometeo, el amigo del hombre, encadenado en las
alturas del Monte Cáucaso, con el buitre que devoraba
su hígado, es el mismo mito, pero expresado en el
simbolismo de los an•guos griegos.
Es interesante, también, hacer notar la relación que
existe entre las palabras Live (Vida) y Liver (Hígado),
porque tener un hígado (Liver) es vivir (to live). Siguiendo
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este detalle, podemos notar que la palabra live deletreada
al revés se convierte en evil, que significa mal, y la palabra
lived significa vivido y leída al revés, se convierte en devil,
que significa Diablo.
Esta peculiar relación no sólo se encuentra en inglés,
sino también, con ligeras variantes, en otros varios
idiomas.
Rojo es el color de la sangre y la clave del hígado, y su
efecto sobre los animales y el ser humano es muy notable:
Irrita, excita y en algunos casos realmente produce la
locura. Es por esta razón que se usa en la capa de los
toreros. El torero mueve su capa frente al toro y consigue
comúnmente irritarlo.
Durante la ira y el odio, el aura astral del hombre se ve
veteada con rojas llamas que "enen gran parecido con los
rayos, y es por esta razón, que se dice que el poder rojo es
derivado de la luz blanca del sol.
Así como el rojo es el color del cuerpo, el amarillo es
considerado el color del Alma. Por esta razón, los Buddhas
y los salvadores del mundo son representados con un halo
o aureola dorada que los rodea.
Esta Luz es como un hábito amarillo que rodea el cuerpo
de todos los seres iluminados o muy evolucionados;
también es la luz que da fe que la oscuridad existe y, sobre
la que escribió San Juan.
Esta Luz, fluyendo del tercer ventrículo, representa
el Shekinah de los Judíos, que se encuentra sobre el
propiciatorio, como un pacto entre Dios y el Hombre.
El amarillo es vitalizador, un dador de vida. Es por ello
que el Sol con sus rayos dorados y su personificación –
El Cristo – son, ambos, dadores de vida. El Cristo, no se
refiere a Jesús, sino al Logos Crís"co, como concepto de
creación, manifestado a través del Espíritu, la Energía y la
Materia.
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El azul el más elevado de los tres colores primarios, es
el color dado al Padre. Es un color sedante, que tranquiliza
y de especial valor para algunas religiones.
LA CIENCIA PROFANA
50
La ciencia del mundo material permite al hombre
crear, y hasta cierto punto dominar su entorno •sico. Y la
filoso•a evolu•va es la fuente del impulso a la fraternidad,
que permite a los hombres convivir en las complejidades
de la civilización en una era enmarcada en la ciencia y el
espacio.
Pero, por otro lado, la meta•sica nos permite descubrir
ese punto de encuentro común para los descubrimientos
de la ciencia y de la filoso•a y ello hace posible el intento
humano de correlacionar lógicamente estos dominios
separados, pero independientes, del pensamiento de una
filoso•a bien equilibrada que nos pueda dar estabilidad
y también la seguridad, a toda la humanidad, de que
las religiones existentes serán para hacer evolucionar al
hombre por sobre su pequeñez mortal.
Todos sabemos de sobra que el conocimiento se
encuentra aquí; es decir, todo se manifiesta a los ojos de
los que quieren ver y oír; nada es secreto en el universo,
solamente se debe transitar a través de la Gran Ley, y el
resto se les dará por añadidura.
A todas luces, pareciera que la ciencia desea el
conocimiento y la esencia del hombre para destruirlo y
modificarlo gené•camente para fines económicos, para
esclavizarlo en la materia y evitar su evolución cósmica;
pero, todos sabemos que eso no lo podrá hacer nunca,
porque lo único que creará esta ciencia, es un ser sin
ALMA, con las mismas caracterís•cas de los antropoides
que habitaron la Tierra hace millones de años a los que,
como sabemos, su ADN fue modificado gené•camente,
para hacer de ellos una raza de dioses esclavos.
Por otro lado, la distancia que existe entre la Ciencia y
el descubrimiento de Dios es un abismo infinito, porque
para lograr descubrir nuestra esencia, la ciencia debe
recorrer el sendero de las 10ª dimensiones del Hombre
Inmortal, con sus respec•vas encarnaciones, descubrir
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el ves•bulo exterior, cobijarse bajo el Atrio y Tocar a las
Puertas de cada Templo de cada una de esas dimensiones,
esperar que estas se abran al influjo de la magia, analizar
cien•ficamente las energías que las conforman, cómo
funciona cada una de ellas y cómo afectan a la vida en
cada dimensión; para finalmente descubrir la verdad:
“Que el hombre es Dios en Acción.”
Y esto nunca lo podrá descubrir un Mortal y menos un
cien•fico Ateo o agnós•co.
EL MACROCOSMOS Y EL MICROCOSMOS
54
Un Día de Platón
Las Constelaciones
Las Eras
El Círculo Zodiacal
LA VIDA
60
Lo anterior nos permite ir más allá del Espacio y el
Tiempo, a la esfera inmediatamente superior, puesto que
si en realidad estos conceptos son como se han explicado,
entonces también hay que definir su naturaleza universal.
Por lo tanto, no son materia, tampoco energía, en
consecuencia podríamos determinar que son Energías
Dinámicas, dimensiones generadas especialmente por el
macro y el Microuniverso, para crear vidas conscientes,
las que viajan a través del Espíritu, Éter, Quinta Esencia,
Akasha, Alkahest y/o Electromagne•smo, abarcando
todo lo que con•ene el Macro universo Arquitectónico y
el Microuniverso material, corrigiendo los errores en las
formas de Ser de estos Universos y manteniendo el Orden
establecido a par•r de su propia creación.
Por lo tanto, conforme con lo expuesto, podemos
resumir que la conciencia de Dios o Gran Arquitecto Del
Universo, se manifiesta en tres estados o Logos, en donde
el Primero, que es el Espíritu, es la manifestación rela•va
de lo absoluto; y de él emana el Segundo Logos o la
energía universal y de ambos procede el Tercer Logos, la
materia, el Espíritu Santo, y de este nacen los siete modos
de voluntad, cuya manifestación !sica a los ojos y sen•dos
humanos, son las siete fuerzas o modos de vibración de la
materia, reales y concretos, creadores de toda vida en el
mundo visible como fuerzas de la naturaleza y portadoras
de esa vida eterna que todo lo anima y que son:
63
“EL HOMBRE RECIBIÓ DE LA VIDA
Y DE LA LUZ,
SU ALMA Y SU INTELIGENCIA;
SU ALMA LE VINO DE LA VIDA,
Y LA INTELIGENCIA DE LA LUZ”
64
CAPÍTULO II INTERPRETACIONES FILOSÓFICAS,
RELIGIOSAS Y ESOTÉRICAS SOBRE EL ALMA INMORTAL
70
Aristóteles, por otra parte, rechazó este dualismo
y concibió al hombre como una unidad sustancial,
cons•tu•vo de lo más esencial del universo. Con el
judaísmo y el Cris•anismo se fusionan la visión bíblica y la
del Aristotelismo y neoplatonismo.
Por otra parte, los problemas referentes al alma más
estudiados, por la filoso•a, aparte de su existencia y
naturaleza, son los del origen y unión con el cuerpo y su
des•no.
En cuanto al origen del alma, hay dis•ntas teorías,
pero nos limitaremos a inves•gar solamente aquellas que
•enen relación con la religión y la filoso•a esotérica y
hermé•ca.
72
La Sangre, cuyo movimiento celular permite la
circunvolución de la respiración, muestra su caracterís•ca
dis•n•va de la Vida Animal. La palabra néfesch ( )שפנaparece
un total de 754 veces en las Escrituras Hebreas (desde el
Génesis hasta Malaquías) y su equivalente griego psykhe
105 veces en las Escrituras Griegas (Mateo a Revelación) y
nunca está asociada a la inmortalidad que le dan algunas
corrientes religiosas, filosóficas o de otra índole. Pero,
muy notablemente, hay cientos de textos bíblicos que la
asocian con la muerte; de hecho, hay 13 textos donde se
menciona como “néfesch muerta” (alma muerta).
Y no •enen que ver psykhe y la palabra en
la"n ánima, palabras que se relacionan con el
término español “animal”, haciendo lógica la
expresión “animal racional” para el ser humano con la
palabra espíritu (gr. pneuma).
Así, el Alma se define por la interacción inseparable de
tres movimientos en la materia viva que lo integran y que
son: La Mente/Corazón (principio psicológico consciente-
inconsciente del Yo mismo o movimiento pneumá•co),
la Sangre (principio del cuerpo animal o carnal o
movimiento linfá•co) y la Vida (principio de la ac•vidad-
hábito o movimiento dinámico). Sin estos tres elementos,
el alma está Muerta. De esta interpretación religiosa, nace
la importancia de valorar tanto el alma humana como el
alma de un animal.
Reforzando la valoración é•ca, se puede definir que la
parte más delicada del alma se encuentra en contacto con
la mente-corazón, hasta la parte más resistente de ella
que es la vida.
“En masonería el Alma se encuentra relacionada con la
Conciencia-Espíritu, y nunca con la Mente-Pensamiento,
porque entonces sería un alma racional y no espiritual.”
El basár (carne) es un concepto que no se opone a rúaj
(soplo) pero se yuxtaponen. Una traducción aceptable
73
sería “mi persona”, que se puede tocar, experimentar.
Cuando Pablo dice: “Vuestros cuerpos son templo del
Espíritu (en gr. pnéuma) (1 Cor. 6,19)” o bien “Ustedes
son el templo... (1 Cor. 3-17)”, con ello resalta el aspecto
experimental del concepto alma.
El Magisterio Católico
La Teología Cris•ana
75
Un cordero o una oveja sola o res•tuida al rebaño por
el Buen Pastor.
Una paloma, a veces volando, a veces junto a un vaso
vacío imagen del cuerpo abandonado por el espíritu y
otras veces posada en un florido jardín representación del
Paraíso.
Una mujer saliendo de un cuerpo inanimado.
Visión Cabalís!ca
77
1.- Nefesh.
2.- Ruaj.
3.- Neshamá.
4.- Jaia.
5.- Iejidá.
El primero, Nefesh, es conceptualmente sangre, lo que
se descompone junto al cuerpo (por lo que no debemos
tomar o comer la sangre de un animal, porque nos
impregnamos de su ins•nto animal).
El segundo, Ruaj, es el que se eleva y desciende.
Este permanece junto al cuerpo en espera de su total
descomposición para iniciar el ascenso (por eso los judíos
no se creman, porque su Ruaj sufre esa destrucción y no
puede elevarse).
El tercero, la Neshamá, es la disposición, la intención,
la voluntad de mejorar.
El cuarto Jaia (vida), muere y vive en el cuerpo.
El quinto Iejidá (único) es único de cada cuerpo.
Estos niveles representan las diferentes vibraciones
de luz que emanan desde Dios al hombre y estos •enen
estrecha relación con sus acciones.
En el nivel de Iejidá, la luz es muy sublime y unificado
en el nivel Jaia es la fuerza vital de todo lo que viene
después.
Neshamá, de la palabra Neshimá que significa aliento
porque este nivel es como un soplo en la boca de Dios.
(Espíritu)
Ruaj es el alma de luz que se de•ene en el nivel llamado
Nefesh, que está en la sangre de un ser humano "sico y,
por lo tanto actúa como puente en lo espiritual y "sico.
78
EL ALMA SEGÚN LA RELIGIÓN MUSULMANA
79
Las Cinco Columnas de la Fe
81
Sobre estos antecedentes religiosos e históricos,
presentaremos un resumen de la idea y de lo que estas
religiones enseñan a sus adeptos, su doctrina y los
verdaderos dogmas del Alma Inmortal.
84
EL ALMA SEGÚN EL JAINISMO
1. No matar
2. Decir la verdad
3. No Robar
4. Prac•car la Cas•dad Absoluta y
5. Renunciar a todo Placer procedente de las cosas
externas.
El resto de los fieles deben mantener a estos Monjes y
procurar imitarles en lo posible.
En general, la concepción que esta religión •ene del
Alma Inmortal es idén•ca a la del Hinduismo, en donde
la Transmigración de las Almas o Metempsicosis, supone
que cuando el cuerpo muere, el Alma vuelve a reencarnar
en otro ser.
88
EL ALMA SEGÚN EL BUDISMO
93
Poco se sabe de la biogra•a de Lao-Tze: que fue
contemporáneo de Confucio, que su verdadero nombre
era Lao Tan, que nació en la China del Norte, en la ciudad
de Ku hsien, alrededores de la actual Ch`en-chow, fue
archivero real y luego se re•ró a P`ei, en donde fundó una
escuela y en esa recibió la visita de Confucio.
Sus pensamientos son los más elevados en su país y
también los más afines a la mentalidad europea. Toda su
doctrina gira alrededor del abstruso y elevado concepto
del Tao; Tao en chino significa camino, discurso, tratado y
en este libro puede tener un sen•do a fin con el Logos de
los Griegos. Tao, como se desprende del contexto del libro
y de los correspondientes comentarios, es el Principio y
la Energía Indefinible e Inefable creadora del mundo y de
todo lo que ha sido, es y será. Es una idea que se aproxima
a la de Dios Único y, quizás, también a la Natura Naturans
de la filoso•a del Medioevo.
En todas sus religiones, los an•guos Chinos, creían en
la existencia del Alma, su Inmortalidad y relaciones con
los vivos, sobre todo con sus descendientes. El Alma para
ellos, era doble: el Po y el Hun; después de la muerte, el
hun subía al cielo a prestar sus servicios en la corte divina,
mientras que el po, seguía habitando en el cadáver y
se alimentaba de las ofrendas que se le hacía y, en caso
de que le faltaran, se conver!a en un fantasma errante,
muy peligroso para los vivos, y que solo se calmaba,
cuando se le dedicaban sacrificios especiales. La fuerza
del po aumentaba con la categoría social del difunto, y
antes de desaparecer debía favorecer a la familia a la que
pertenecía.
Los emperadores y personajes importantes eran
enterrados en tumbas suntuosas y llenas de objetos de
arte, no faltando sus colosales retratos y hasta millares de
víc•mas.
94
Cuando alguien moría, un hombre subía al tejado de la
casa con el traje de ceremonia del difunto, miraba hacia
el Norte y llamaba tres veces a su Alma con el nombre
de la infancia. Luego se ves!a al difunto con su traje de
ceremonia y se le ponía en la boca un pedazo de Jade,
para preservarle de la corrupción.
107
“ PENSAR ES OBTENER
LA CONQUISTA SUPREMA
DE LA CONCIENCIA.
PORQUE EL PENSAMIENTO
ES EL ALIMENTO DE LA INTELIGENCIA.”
108
CAPÍTULO III EL ALMA SEGÚN LA FILOSOFÍA
111
EL ALMA SEGÚN LOS PITAGÓRICOS
115
Finalmente, el filósofo que Platón describe en el “Fedón
o del Alma” es un hombre de conocimiento profundo,
que ha llegado a comprender que:
119
EL ALMA SEGÚN DEMÓCRITO
122
CAPÍTULO IV EL ALMA SEGÚN LA FILOSOFÍA ÁRABE
DEL MEDIOEVO
GENERALIDADES DE LA FILOSOFÍA
ÁRABE DEL MEDIEOVO
123
sus obras no fueron difundidas en su mundo (el islámico
musulmán), y solo sobrevivieron en el pensamiento que
ayudaron a desarrollar.
Si queremos caracterizar brevemente a los más
importantes filósofos árabes, debemos dis•nguir entre la
filoso•a islámica del Oriente (Bagdad) y la del Occidente
(España).
A con•nuación, expondremos algunos filósofos
Árabes, y la concepción que tenían del Alma.
El Alma Humana
La É!ca
125
EL ALMA SEGÚN AL FARABI
El intelecto
Pensamiento de Algacel
130
El Pensamiento de Abentofail
134
CAPÍTULO V EL ALMA SEGÚN EL ESOTERISMO Y
HERMETISMO
135
Es por ello que el iniciado ante la pregunta ¿A dónde
vamos? Contesta:
136
EL ALMA INMORTAL SEGÚN HERMES TRISMEGISTOS
OTRAS VERSIONES
146
de los cien•ficos y de quienes estudian la psicología, las
religiones y la filoso•a.
Por lo tanto, el hombre, para evolucionar,
necesariamente •ene que reconstruirse y no puede
hacerlo sin sufrir, porque él es: EL MÁRMOL y EL
ESCULTOR de su propia Obra Universal y para descubrir
su verdadero rostro, •ene necesariamente que destrozar
a mar•llazos su propia SUSTANCIA.
151
“SABIDURÍA ES LA ESENCIA
EXTRAIDA DE TODO
EL CONJUNTO EXPUESTO
EN EL CONOCIMIENTO;
Y ES LO QUE EL ALMA COSECHA
DE SUS EXPERIENCIAS,
DURANTE SU PERMANENCIA
EN EL CUERPO MORTAL.”
152
CAPÍTULO VI LA ETERNIDAD, LA MUERTE, LOS
MISTERIOS Y LA INMORTALIDAD
VIVIR EN LA ETERNIDAD
155
LOS MISTERIOS
156
Eran los Misterios, según Herodoto, una sucesión de
símbolos, y la parte oral de los mismos una explicación
accesoria, o bien comentarios sagrados con tradiciones
independientes y cortas que encerraban teorías sobre
!sica y moral, en las que los planetas y elementos hacían
el papel de actores. Aquellos hombres que se dedicaron
al estudio de la ciencia y al cul"vo del arte, no pudieron
vencer los obstáculos que la ignorancia oponía al logro
de sus aspiraciones de perfección progresiva tanto en
el orden moral como en el intelectual, y tuvieron que
asociarse, para conseguirlo, llamándose iniciados y
denominando Misterios a los métodos comunica"vos que
dejamos apuntados y al conjunto mismo del caudal de sus
descubrimientos y de sus enseñanzas simbólicas.
Es evidente la alianza ín"ma que siempre ha
exis"do entre los sistemas filosóficos y el simbólico,
como lo prueban las alegorías que encontramos en
los monumentos de todos los "empos, en los escritos
simbólicos de aquellos elevados maestros de la filoso!a,
de los fundadores de todas las religiones y cultos, y en
los rituales de todas las ins"tuciones mís"cas y secretas,
raudal inagotable de principios invariables, inmutables
y uniformes, que conforman un conjunto armonioso y
perfecto de conocimientos.
En tal concepto debemos apreciar la importancia de
la enseñanza simbólica, por el uso constante que con ese
mo"vo hizo de ella la An"güedad y el influjo que no ha
dejado de ejercer en todos los siglos, como sistema de
instrucción y par"cipación misteriosa.
Fue en las Escuelas Iniciá"cas en las que se enseñaron
las verdades de las Religiones An"guas, la existencia de un
solo Dios, la inmortalidad del alma, los fenómenos de la
Naturaleza, las artes, las ciencias, la moral, la legislación, la
filoso!a, la beneficencia, lo que llamamos hoy meta!sica,
el magne"smo y otras muchas ciencias conocidas solo por
los iniciados.
157
A la filoso•a esotérica de la India se debieron los
Grandes Misterios de la civilización egipcia; después de
estos, los de Persia y Caldea, siendo la filoso•a egipcia, la
base de las enseñanzas de Pitágoras, Platón y tantos otros
maestros que transitaron por el sendero del conocimiento.
Sócrates nos dice que los fundadores de los Misterios
o grandes Asambleas de los iniciados eran hombres
de genio, quienes en las primeras edades del mundo
enseñaban bajo enigmas di•ciles de comprender. Es por
ello que antes de descender a las regiones desconocidas,
era necesario purificarse para no ser precipitados en
el abismo; porque solo a los exentos de las impurezas
del mundo les era permi!do gozar de la presencia de la
divinidad.
En el caos de las supers!ciones populares, solo los
Misterios pudieron liberar al hombre de la barbarie. De
ellos nacieron las doctrinas de Confucio y de Zoroastro,
las que fueron adoptadas, posteriormente, por San
Clemente de Alejandría como el complemento de todo
saber en donde eran estudiadas y aprendidas todas las
cosas, especialmente en los llamados Grandes Misterios.
En efecto, si hubieran limitado su enseñanza a la moral
únicamente, no habrían sido objeto de los elogios de
tantos hombres ilustres como Píndaro, Plutarco, Isócrates,
Diodoro, Platón, Sócrates, Aristóteles, Cicerón, Epicteto,
Marco Aurelio y tantos otros maestros y filósofos que
entregaron su sabiduría y grandeza, para la evolución de
la humanidad.
Nada se podía omi!r que pudiera realzar los Misterios
en la iniciación; llegando sus ceremonias a poseer un
encanto tan poderoso que no solo conjuraron los males
que amenazaban con destruirlos, sino que fue la causa de
que se apreciara como un honor, poco común, el favor de
ser iniciado.
158
Los Misterios conservaron el carácter de grandeza y
san•dad que los dis•nguía. Hasta mucho después de la
época de Cicerón causaban en el ánimo de los más osados
tan profundos respetos, que ni aun el parricida Nerón se
atrevió a penetrar en sus templos, y menos Constan•no, a
consecuencia del homicidio de sus parientes.
Eran, en general, fúnebres las ceremonias de los
Misterios y se representaban a través de la muerte y
resurrección mís•cas que aludían siempre a un personaje
divino o heroico. Variaban los pormenores según las
localidades, pero, en el fondo, la alegoría era igual en
todos ellos. En el fondo no era otra cosa que la exposición
de la Leyenda de Osiris (o bien la verdad revelada bajo
la forma de figuras alegóricas), que representaba al Sol
como principio del Bien, y a Tifón, o ausencia de aquel
astro, como causa del mal y de las •nieblas. En todas
las historias de dioses y héroes encontramos detalles
secretos que hacen referencia a las operaciones visibles
de la Naturaleza, pues solo inteligencias muy elevadas
pudieron considerar como divinos al Sol, la Luna, las
estrellas y al poder de la Naturaleza.
Inspirar al hombre piedad y hacerle soportable la vida y
sus pesares, eran atenciones preferentes de los Misterios,
dándole por recompensa el consuelo o la esperanza de
otra vida feliz y eterna. Cicerón decía que los Iniciados no
solo recibían la instrucción que les era necesaria para ser
felices en este mundo, sino que también adquirían por
medio de ella hermosas esperanzas para el momento de
la muerte. Sócrates decía también que era una dicha el
ser admi•do en los Misterios, porque se tenía por cierta
la inmortalidad. Y, en fin, Aristóteles aseguraba que los
Misterios no sólo proporcionaban a los iniciados consuelos
en esta vida, sino también la ventaja inapreciable de pasar,
al morir, a un estado perfecto de felicidad.
159
Sería fácil probar cuál era otro de los fines
recomendables de la iniciación, pues, según el mismo
tes•monio de los an•guos, ocupaba a los iniciados con
entusiasmo la idea de civilizar las hordas salvajes, mejorar
sus costumbres y que formasen parte de la sociedad; es
decir, hacer recorrer al hombre una vía digna de él. Eran
los Misterios de Eleusis, según Cicerón, un bien que Atenas
compar!a con los pueblos, porque era también misión de
sus iniciados realizar la empresa que acabamos de indicar
e inculcar la moral como base de la ins•tución.
Al poner en prác•ca los principios polí•cos y religiosos
de la ins•tución, enseñaban a los hombres sus deberes
recíprocos, los que se debían a los dioses y el respeto que
éstos exigían, obteniendo de este modo el derecho que
es necesario para poner en prác•ca el respeto a las leyes;
idea que Virgilio nos confirma de esta manera cuando nos
habla de las ceremonias de la iniciación: me enseñaron
allí, dice, “a respetar la jus•cia y a los dioses”.
Los Misterios no fueron simples purificaciones,
fórmulas o ceremonias arbitrarias, ni menos la manera de
recordar a los hombres el estado anterior a su civilización,
pues ya hemos dicho que inclinar al hombre a la piedad e
inspirarle el temor a una vida futura, fue en los primeros
•empos, si no desde su principio, uno de los fines de la
iniciación.
Mucho se ha escrito sobre el estado de barbarie
del hombre antes de los Misterios, alusión puramente
metafórica si no hiciera referencia a la ignorancia del
candidato y, en general, a la del hombre de aquella época.
Es indudable que los Misterios de Osiris e Isis, y todos los
que conocemos, lograron realizar el designio que se habían
propuesto, mejoraron la condición social del hombre y
perfeccionaron sus costumbres, ligándole a su especie
por medio de deberes sagrados y recíprocos. Fueron los
conceptos de esa ciencia y sabiduría An•gua los que se
160
esforzaron en crear una legislación sólida y duradera y,
a través de ella, enseñar aquella filoso•a que asegura al
hombre su felicidad, preserva a su alma del influjo moral
de las pasiones y conserva el orden en la sociedad. Era la
obra del genio, cuyo pedestal fue la ciencia y el estudio
incesante del hombre.
Esta sabiduría la representaban al iniciado por medio
de imágenes, que tenían relación con la felicidad del justo
y la desgracia del hombre malvado después de la muerte;
escogían los lugares más oscuros para presentar aquellas
imágenes en espectáculo, asis•endo a dramas que daban
el nombre de iniciación o Misterios y mo•vando con esto,
el despertar de la curiosidad del iniciado por el secreto de
las ceremonias y por las pruebas por las cuales pasaba, en
tanto que su atención recorría los diferentes objetos que
le rodeaban. Tal era la variedad de escenas, la belleza de
los adornos y las rápidas transformaciones, que llenaban
de profundo respeto la gravedad y dignidad de los actores,
y despertaban en ellos, a través de la augusta majestad
del ceremonial, la esperanza, el temor, la tristeza, o el
regocijo.
Los Hierofantes, Maestros y hombres inteligentes que
conocían la manera de hacer sen•r el efecto que deseaban,
emplearon con tal objeto los medios más oportunos. El
celo del secreto cubría sus ceremonias y acostumbraban
celebrar los Misterios en medio de la noche, haciendo
más imponente al iniciado el ceremonial iniciá•co.
Los recintos escogidos para las ceremonias eran
cavernas débilmente alumbradas, y árboles frondosos
rodeaban el exterior de los templos, porque se tenía el
propósito de hacer sen•r al alma, el temor saludable que
suelen inspirar los lugares mís•cos.
La palabra Misterias, según Demetrius Phalerus, era
una expresión metafórica y sinónima de la idea del pavor
que ocasiona la oscuridad y el silencio. Siendo la noche la
161
hora en que se prac•caban, recibieron también el nombre
de ceremonias nocturnas y según Apuleyo, en dicha hora
era también cuando tenían lugar las iniciaciones en los
Misterios de Samotracia y en los de Isis. (Iniciaciones
Lunares)
Nada pudo excitar más vivamente la curiosidad del
hombre que los Misterios. En ellos se enseñaban de modo
gradual, ciertas verdades que aumentaban su deseo de
con•nuar por el sendero, para llegar al fin a conocer el
grande objeto de la iniciación. Hierofantes y legisladores
se sirvieron de ella como de un resorte poderoso para
hacer adoptar al pueblo ciertos preceptos que hubiera
sido di"cil hacerle aceptar por la fuerza.
Entre los iniciados era un es#mulo la idea de querer
imitar a la Divinidad, la cual, decían, oculta a nuestra
vista los resortes con que mueve el Universo, asegurando
que sus alegorías encerraban verdades importantes para
despertar el deseo de conocerlas.
Juraban guardar profundo secreto y cas•gaban con la
muerte al indiscreto que los revelaba o al no iniciado que
encontraban en el templo, privando, por úl•mo, al traidor
de toda par•cipación en los Misterios.
Al es#mulo del secreto se unía lo di"cil de la admisión
y los intervalos que tenían lugar en la sucesión de grados.
Los que aspiraban a la iniciación Solar, en los Misterios
de Osiris en Egipto y de Mithra en Persia, pasaban por
muchas y terribles pruebas. Empezaban por fáciles
ensayos y llegaban por grados a extremos peligrosos, que
amenazaban la vida del candidato. Se decía que nadie
podía obtener el #tulo de iniciado sin haber demostrado
en tales pruebas que era hombre virtuoso y estaba exento
del influjo de las pasiones.
Las pruebas de la iniciación eleusina eran menos
terribles, aunque severas, pues hacían la Iniciación por
intérvalos, en los cuales el iniciado permanecía como
162
estacionario, sin poder avanzar, períodos de •empo que
era necesario llenar al ascender de los Pequeños a los
Grandes Misterios, causando cierta incer•dumbre que
alarmaba casi siempre la curiosidad del candidato.
Pitágoras quiso poseer el secreto de la ciencia sagrada
de los Sumos Sacerdotes Egipcios, y fue iniciado en la
Escuela de los Misterios de Osiris e Isis en Egipto, pasando
por pruebas terribles, que supo vencer, y a través de la
instrucción recibida fue reconocido como un maestro y
digno representante de los misterios de Osiris e Isis.
Los Esenios, entre los judíos, no admi!an al aspirante
en sus Misterios sin haber antes pasado por las pruebas
de dis•ntos grados. Llegaban por la iniciación a ser
hermanos y se unían a los nuevos deberes que contraían
como miembros de una fraternidad religiosa que acercaba
más y más a los hombres, y en donde el pobre, el débil y
el poderoso podían par•cipar ligándose a través de una
verdadera hermandad.
En los Misterios de Orfeo se consideraba al iniciado
libre del imperio del mal y elevado a una existencia
superior y feliz; en los de Eleusis decían que sólo para
ellos ostentaba el Sol sus más vivos resplandores; igual
felicidad prome!an a los iniciados en los Misterios de
Cibeles y de A!s.
En los Misterios de Mithra era costumbre repe•r al
iniciado una leyenda sobre la jus•cia, recomendando a los
hombres una virtud de que daban ejemplo, y era mo•vo
de duelo en las ceremonias de la iniciación la supuesta
muerte del Sol, celebrando luego su resurrección con
las mayores muestras de regocijo. Estas ceremonias se
hicieron extensivas a las iniciaciones en los Misterios de
Adonis, que se prac•caban en la Fenicia.
Tales eran, de un modo general, los Misterios o
doctrinas an•guas que encontramos esparcidos en
fragmentos en libros sagrados de la an•güedad y que
163
misteriosamente han llegado a mis manos. Hoy, como
entonces, ocupa a un reducido número de seres humanos
el estudio de las teorías referentes a las leyes de la
naturaleza y sus misterios, teorías an•cipadas por los
an•guos y cuyo profundo saber debemos buscar, no en
sus obras filosóficas, sino en los símbolos que empleaban
para enseñar las grandes ideas.
Sin embargo, poco a poco fueron perdiendo los
Misterios su importancia primi•va, hasta desaparecer o,
por lo menos, ocultarse.
Y es por ello que Tot Tehu• “el atlante”, el dios
egipcio de la sabiduría y llamado por los griegos “Hermes
Trismegistos”, le decía a su hijo Tat:
“Día vendrá, ¡oh, hijo mío! En que los misterios
contenidos en los sagrados jeroglíficos egipcios no
vendrán a ser más que ídolos. El mundo entonces tomará
equivocadamente por dioses a los santos emblemas
de la ciencia, y acusarán a Egipto de haber adorado a
monstruos infernales. Pero, aquellos que de semejante
modo nos calumnien, adorarán a la Muerte en lugar de
adorar a la Vida; seguirán a la locura en vez de prac•car la
sabiduría; atacarán al amor y a la fecundidad; a manera,
de reliquias, llenarán sus templos con huesos de hombres
muertos y, en soledad y llanto malograrán a su juventud.
Sus vírgenes serán viudas antes de ser esposas, y ellas
se consumirán en el dolor porque los hombres habrán
despreciado y profanado los sagrados misterios de Isis”.
Thoth Tehu•
164
LA MUERTE Y LOS MISTERIOS
LA MUERTE Y LA INMORTALIDAD
170
Debemos aclarar que la Luna, los planetas y los
sistemas solares, •enen su propia individualidad especial,
exactamente igual que los hombres, animales, plantas.
Por el contrario, un átomo no •ene individualidad desde
el punto de vista de la materia mortal, o desde el punto
de vista externo; pero es indudable que, posee una
individualidad cósmica, una atracción (Magne•smo
– Fuerza Centrípeta – Energía en Contención) y una
repulsión (Electricidad – Fuerza Centrífuga – Energía en
Expansión), que son especialmente suyas y de acuerdo
con las caracterís•cas del ser universal al que se encuentra
ligado en forma indisoluble.
Lo expresado es complejo, porque los organismos o el
universo están compuestos de miríadas de átomos y que
cons•tuyen su propia individualidad.
Esta individualidad da expresión a una forma de creación
adecuada a cada ser de acuerdo a su naturaleza y cons•tuye
la apariencia personal o exterior. Estos conceptos deben
tenerse presente para lograr comprender en profundidad
el tema de la mortalidad y la inmortalidad.
Como un Principio general de expresión, toda
manifestación que se hace presente en la conciencia (la
conexión del Alma con la divinidad) de un sujeto y aparece
como objeto de su percepción, crea una forma externa
mediante esa idea o pensamiento y esto es lo que hace
que la humanidad se desarrolle y evolucione. De hecho,
cada forma orgánica que vemos a nuestro alrededor es la
expresión de los pensamientos e ideas de la naturaleza,
y estos pensamientos e ideas representan las cualidades
espirituales del ser que reacciona sobre la Luz Astral y
estas cualidades espirituales emanan del alma inmortal
del Ser Humano o Divino.
La Muerte, entonces, puede exis•r y ser una verdad
solamente en relación a la existencia material; pero,
cuando se enfrenta con las cualidades espirituales y la
171
fuerza mental que crearon esas formas, el cambio de
dimensión o de acción son las únicas realidades de la
muerte; por lo tanto, debemos seguir siempre adelante,
siempre hacia una expansión de conciencia evolu•va.
La eterna progresión geométrica es el himno de
la evolución y los ciclos de acción en la materia son
solamente intervalos de •empo asignados a las fuerzas de
la vida, a través del movimiento del péndulo. No es otra
cosa que el Principio del Ritmo el que encierra la verdad de
que todo se manifiesta en un determinado movimiento de
ida y vuelta; un flujo y reflujo, una oscilación del péndulo
entre los dos polos.
Hay siempre una acción y una reacción, un avance y un
retroceso, una ascensión y un descenso.
Esta ley rige para todo el universo, soles, mundos,
seres humanos, animales, mente, energía y materia. Y ella
también se manifiesta en la creación y en la destrucción,
en la muerte y en la inmortalidad, y en todo lo que existe.
El segundo concepto de este tema es la Inmortalidad,
es el polo opuesto de la muerte o mortalidad. Las formas
individuales y las caracterís•cas son las únicas cosas que
cambian y mueren. La Muerte, como hemos demostrado,
no es la ex•nción de los átomos de vida en el sen•do
literal de la palabra, sino que es, simplemente, un cambio
de dimensión, esfera o función. La muerte es el gran
término de un ciclo de la existencia de la vida en la materia
y el comienzo de otro; la mortalidad es el anuncio de un
estado de vida aun más elevado y, en consecuencia, la
precursora de la inmortalidad. Hay excepciones a la regla
general, aunque son pocas.
Existen dos fases dis•ntas en la vida inmortal, la
consciente y la inconsciente. Una se refiere a la Mente
y la otra a la materia; una a la Inteligencia y la otra a la
sustancia.
172
Hay un solo grado en la vida externa que puede
decirse que hereda la inmortalidad en el sen•do oculto
del término. Este grado incluye a aquellas almas que
son verdaderamente humanas y que •enen cualidades
de un alma tan elevada, que pueden progresar como
una individualidad, a través de un estado puramente
espiritual y que podemos expresarlo, solo parcialmente, a
través de la palabra, ya que la única forma de definir esta
explicación, sería transitando por el sendero de ella.
Ahora, comenzando en el punto más bajo de la
existencia toda, descubriremos sólo la expresión más
rudimentaria de las más simples funciones de la vida
orgánica y este se refiere Al Deseo de Vivir. A medida
que ascendemos, los órganos se mul•plican y el deseo de
vivir aumenta. Esta escala gradual se desarrolla hasta la
perfecta alma humana, donde encontramos un universo
en miniatura, absoluto y complejo dentro de sí mismo.
El átomo Deífico Central que controla este macro
universo ha viajado desde los más inferiores estados de
la evolución cósmica; ha conquistado todos los estados
por los que ascendió en su trabajoso y evolu•vo viaje; y,
en cada estado desarrolló desde dentro de sí mismo un
atributo complejo, correspondiente al estado espiritual
del alma, en virtud del cual polarizó y unió a los átomos
de vida y los anexo al ser humano, como una porción de
su imperio espiritual configurando así el medio para su
propia evolución.
Finalmente, este átomo Deífico se sienta en el Trono
espiritual del Rey del Microcosmos, capaz de pensar,
crear y desarrollar dentro de sí mismo todos los planos y
estados de la Divinidad.
Es, por lo tanto, una verdad hermé•ca, el declarar que
todas las cosas por debajo del hombre, son Mortales,
y todas las que se encuentran por encima de él, son
Inmortales. Solo el hombre, entre todas las maravillosas
173
creaciones de Dios, con•ene dentro de sí, las fuerzas de la
vida y la muerte; de mortalidad e inmortalidad. El hombre,
entonces, con•ene la promesa y la potencia de la vida y
cons•tuye en el plano espiritual las posibilidades de una
evolución infinita.
Para alcanzar la inmortalidad es necesario que el
átomo de vida, que es el alma, conquiste todos los
estados por debajo del ser humano, y luego, se exteriorice
sobre la Tierra como un ser humano individual para sufrir
las pruebas y someterse a las responsabilidades de una
racional consciente e individual lucha por la vida.
La naturaleza y calidad del alma, combinada con la
polaridad del ser humano, colocarán al individuo en las
condiciones y circunstancias exactas que se adapten
mejor para hacer surgir todas las cualidades latentes en
su interior. No es el Principio de Causa y Efecto, el que
determina la condición de un individuo en la vida, sino
que la naturaleza y la calidad del alma en conflicto o en
armonía con las condiciones del mundo externo en que
se desarrolla la sociedad toda. Este tumulto de vida, esta
incesante lucha entre lo material y espiritual es de vital
importancia para el desarrollo evolu•vo del alma, como lo
son, también, las luchas interiores a través de los estados
inferiores de esta misma alma.
El ser Humano posee todas las posibilidades de la
vida inmortal en un grado lo suficientemente potente
como para tener, casi siempre, éxito en su evolución
espiritual; sin embargo, existen algunas excepciones que
se mencionarán posteriormente.
Después que el ser humano ha pasado por el arduo
trabajo de la vida, se encuentra con la lucha de su Karma
en el reino del espíritu, y aquí puede hundirse para
siempre en la vorágine de la materia, porque no posee
realmente la inmortalidad, sino que solamente la promesa
o posibilidad de ella.
174
Después de haber pasado por los cuatro reinos
elementales, entra en el sexto estado del mundo del
alma, en donde esta se reúne con su alma gemela, su otra
mitad; y mientras no se realice, completamente, esta
unión, no hay y no puede haber inmortalidad real.
Antes de esto, él es solo una parte de sí mismo y •ene
el control, solamente, sobre la mitad de su naturaleza
espiritual.
La unión de las doses lo que forma el verdadero Ser
Espiritual Absoluto e Inmortal. Y como dice la an•gua
escritura Judía, “Y ellos dos serán una sola carne”.
De lo precedentemente expuesto, podemos determinar
que la reunión de las almas gemelas en el universo, es la
que confiere al ser humano el estado de la Inmortalidad.
Él ya no es humano, sino que es un Ser Divino y como
ser deífico posee los atributos de la evolución cósmica y
eterna, Y, también, de la Vida Inmortal.
¿QUÉ ES LA MUERTE?
175
La muerte es la destrucción de la forma y, para
comprender esta afirmación, hay que tener presente
los siete principios del hombre, su cons•tución y
significación, que han estado presentes en todos los
temas anteriormente expuestos:
TRIADA SUPERIOR
1. Una esencia divina o conciencia
2. Un espiritu o voluntad (inmortal)
3. Una mente (divina)
TÉTRADA INFERIOR
1. Un elemento pasional (emocional)
2. Un elemento vital (personalidad)
3. Un elemento etéreo (mortal)
4. Un cuerpo !sico (material)
182
CAPÍTULO VII TRANSITANDO POR EL VELO DE LA
DIOSA ISIS Y LAS LOGIAS DE LOS MISTERIOS
CONCLUSIONES
195
Entonces: ¿Cuál es la causa de que salgan
incesantemente, Almas ignorantes y perversas?
Las respuestas a estas y otras interrogantes que
aparezcan después de haber leído estas líneas las deben
encontrar, mis queridos lectores, a través de su propia
evolución y de su meditación consciente, que es la única
forma de encontrar las respuestas a estos temas tan
profundos y abstrusos.
Por supuesto que puedo aproximar una opinión de
acuerdo a mis conocimientos iniciá•cos, pero ello no
significa que sea la verdad absoluta, porque todos los
que transitamos por este mundo material, solo veremos
verdades a medias, medias verdades, ya que la realidad se
encuentra velada para los seres mortales.
Sin duda alguna, la evolución a través del conocimiento
iniciá•co modifica sustancialmente las caracterís•cas del
alma, pero, hay otro aspecto que es importante para que
las almas sean más elevadas, y esto es que ellas deben
transitar a través del sendero que rige la Gran Ley del
Universo, y que no es otra cosa que el AMOR. Nadie
evolucionará espiritualmente solo con desearlo sin hacer
una labor profunda en favor de sus semejantes.
Pero no hay que olvidar que existe otra Gran Ley y me
refiero a la Ley del Karma o de Causa y efecto, que es
sumamente importante para el desarrollo evolu•vo de
las almas. Nada escapa a esta ley.
Por otro lado, la filoso!a del conocimiento y la
sabiduría, •enen su punto de par•da en la afirmación de
que el Absoluto “ES”. No pretende explicar el cómo y el
porqué de “El Absoluto”. Afirma simplemente que “ES”. Y
el Alma es parte del Absoluto, por lo tanto, también “ES”.
Tal vez exis•rá algún Ateo o Agnós•co que tendrá miles de
respuestas, y las considero todas validas, porque ellas son
el resultado de la evolución de cada pensador y ello •ene
un gran valor.
196
Respecto de la pregunta:¿Cuál es la causa de que salgan
incesantemente, Almas ignorantes y perversas?
Se dice: que la causa y el efecto pertenecen al plano
rela•vo de causa acción, y evidentemente el Absoluto
trasciende el plano rela•vo de la existencia del alma
humana.
Es por ello que todo lo que nos rodea •ene una causa,
y que a su vez es causa de sucesivos efectos. Todo lo que
vemos, sen•mos u oímos, es término de la serie de causas
y efectos.
Esto quiere decir que •ene una serie de causas
precedentes que se pierden de vista en lo Pasado, y una
serie de efectos subsiguientes que se pierden de vista en
lo porvenir (Futuro). Y aquí nace la otra pregunta: ¿En
dónde empieza y en dónde se termina la serie de causas
y efectos en el Absoluto? Respecto de esta pregunta,
podemos señalar que el secreto es que todas las cosas
comienzan y terminan en el Absoluto.
Es por ello que el intelecto humano es completamente
incapaz de formarse un claro concepto de una cosa sin
causa, como es su alma inmortal, porque el intelecto está
en el plano rela•vo y en este mundo de rela•vidad todo
•ene su causa y no podemos formarnos una idea de una
cosa que trasciende enteramente nuestra sensación y
experiencia. Por lo tanto, no podemos concebir una cosa
sin una causa.
Los filósofos o pensadores que opinan que todo
ha de tener una causa, como es el caso de la pregunta:
¿Cuál es la causa de que salgan incesantemente, Almas
ignorantes y perversas?, no pueden menos que admi•r
que ha de haber una causa sin causa, o si no, reconocer
que la serie de causas y efectos es infinita; pero, entonces
tropezamos con la dificultad de que una cosa sin principio
no puede tener causa y en ese momento falla la Ley de
Causa y Efecto.
197
En resumen, el intelecto humano es totalmente
incapaz de resolver este asunto, y cuanto más lo intenta,
más confundido queda. Es la vieja pregunta del niño:
¿Quién Hizo el Mundo y cuál es la causa de que exista? La
contestación del adulto es: Dios; El niño replica: ¿Y quién
hizo a Dios y porque? Como vemos, es simplemente llevar
este asunto un grado más atrás.
Hasta el materialista que no cree en Dios, afirma
que la materia ha exis•do siempre y no puede explicar
el por qué la materia no •ene una causa, cuando todas
sus manifestaciones demuestran una serie de causas y
efectos.
El materialista forja el concepto de una de las
manifestaciones del Absoluto y lo llama Materia, pero
niega otra manifestación del Absoluto llamada Mente; en
resumen, el intelecto está obligado a admi•r que hay algo
sin causa y debe darse por vencido, porque pertenece
al plano rela•vo, y en su mente no puede concebir al
Absoluto.
Pero, no podemos negar que en el Absoluto se
encuentran todas las respuestas y es por ello que las
Estrellas son nuestra familia. Ellas han sembrado en la
Tierra. Ahora estas semillas están creciendo y emergiendo.
Cada uno de ustedes es un pequeño fragmento de
una Estrella. Cada uno de ustedes con•ene una memoria
codificada de la totalidad de su Estrella; porque, en
realidad, cada Estrella se encuentra contenida en una sola
Estrella, es decir: No hay más que una Estrella y ella es la
Fuente o la Unidad de todo lo que existe.
Vean en ustedes mismos lo que realmente son...
brillantes y transparentes, seres de Luz… irradiando un
arco iris del más puro y verdadero Amor. Un fragmento
del todo. En realidad, ESTO ES EL TODO, y una vez que se
den cuenta de que son un Ser sin límites, descubrirán, a
través de la expansión de su propia conciencia, que todas
198
las formas de separación que existen en la vida no son
más que una ilusión. Ustedes son el Aire, ustedes son
el agua, también son la Tierra y todas las formas de vida
sobre ella. Ustedes son los universos estrellados y el vasto
infinito del espacio •empo.
Las formas humanas no son más que los instrumentos
elegidos para evolucionar en la materia y amplificar
la creación para hacerla infinita. Ellos son la definición
que les permite expresar su inherente inmensidad, su
Divinidad.
Sus cuerpos •sicos, emocionales, mentales, astrales
y etéricos están, actualmente, pasando por poderosas
transformaciones. Esto es similar al an•guo proceso
alquímico en el cual el plomo era conver•do en oro.
Podría ser llamado la nueva cristalización de la materia.
No olviden que las Estrellas (los Soles) no están fijas;
ellas vibran y rotan, cantan y hacen girar sus des•nos,
dando luz a un nuevo sistema de estrellas en una constante
armonía universal de evolución y regeneración cósmicas.
Así, mis queridos lectores, no permitan quedarse fijos en
definiciones auto-creadas por los límites de la ignorancia.
Ríndanse al conocimiento no conocido del presente,
déjense llevar por la perfección que se manifiesta día a
día en sus vidas, a través de las energías de los universos
matemá•cos, geométricos, simétricos, infinitos y eternos.
Dar término a esta inves•gación no es fácil, puesto que
este tema no •ene fin y es el comienzo de un conocimiento
infinito, donde nuestra razón no es capaz de discernir. Es
por ello que los trazos esculpidos en este libro solo son
una pincelada en el cuaderno de un pensador. Es por esta
razón que puedo decir que aún quedan muchos conceptos
que analizar, tal como la realidad de nuestro planeta, que
se encuentra fraccionada por las barreras del Espacio –
Tiempo; en donde la unidad aparece como pulverizada
en el detalle. También vemos el Infinito resquebrajarse,
199
dividirse y corromperse en lo Finito, lo Eterno en lo Caduco
y lo Absoluto en lo Rela•vo.
Pero se dice que nuestra Alma Inmortal debe recorrer
el camino inverso, para retornar desde la materia por el
sendero, para encontrar aquel camino Infinito que nos
llevará al Sol Central y que nuestra razón no es capaz de
discernir.
El obje•vo de este viaje es muy simple: No consiste
en dar al hombre una nueva Conciencia Cósmica o una
conciencia que le haga sen•r que es indestruc•ble y
Eterno, sino que este viaje representa una Fuerza y un
retorno a la Energía y al Espíritu, que es el origen de su
existencia universal; por lo tanto, como ser del Universo
también le corresponde una misión importante en el
funcionamiento orgánico de nuestro Macrocosmos.
Pero no podemos dejar de pensar que el des•no del
Ser Humano pasa por un afán de trascender y un anhelo
de hacer de su existencia un ideal concreto de absoluta
perfec•bilidad y, que este ideal solo se puede llevar a la
prác•ca a través de la evolución cósmica, en donde se nos
da la oportunidad, a cada uno, de auto - determinarse y/o
asumir la liberación de nuestra Alma Inmortal que tanto
deseamos y buscamos.
Para finalizar, deseo expresar que el trabajo de
todos los seres humanos debe comenzar por adquirir el
conocimiento de sí mismo, del Mundo y del Universo al
que pertenecemos y la respuesta de porqué debemos
acceder al conocimiento del Universo Es porque nosotros
nos Movemos, Pensamos, Sen•mos, Creamos y también
somos Infinitos como Él.
Pero esta verdad no la puede enseñar ningún Maestro,
Pastor o Sacerdote; porque ella se encuentra en nosotros
mismos y, cada uno la •ene que descubrir en su propia
Alma Inmortal.
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Lo que habéis leído, no es más que un simple esbozo de
una parte de la Existencia del Ser Humano y la forma como
se relaciona con el universo cósmico o Macro universo en
su tránsito hacia la divinidad.
AMIGOS MÍOS; La simbología esotérica y hermé!ca
es la Luz que emana de la milenaria masonería, ¡…
NO LE TEMÁIS; PENETRAD ESA LUZ...!, y todos juntos
elevémonos por sobre nuestra pequeñez mortal para
evolucionar junto al universo y descubrir los misterios
que nos rodean; porque nosotros somos los constructores
del sendero, somos los que construimos paso a paso el
sendero para los que vienen detrás de nosotros.
Hoy las Puertas del Templo se encuentran cerradas
y nosotros somos los poseedores de las verdaderas Claves
para abrir esas Puertas.
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BIBLIOGRAFÍA
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ÍNDICE
Agradecimientos Pág. 9
El Autor Pág. 11
Introducción Pág.15
Generalidades de la Filoso•a
Árabe del Medioevo Pág. 123
El Alma Según Al Kindi Pág. 124
El Alma Según Alfarabí Pág. 126
El Alma Según Algacel Pág. 128
El Alma Según Abentofail Pág. 130
El Alma Según Averroes Pág. 131
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CAPÍTULO V EL ALMA INMORTAL
SEGÚN EL ESOTERISMO Y HERMETISMO
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