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SEMANA 6

MÓDULO 4
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ECONOMIA ARGENTINA
UNIDAD 4

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UNIDAD 4
LOS GOBIERNOS PERONISTAS (1946-1955)
En 1943 un grupo de militares nacionalistas dio un golpe de estado y derrocó al presidente
Castillo. Dentro de este grupo se destacó el coronel Juan Domingo Perón, quien, desde la
secretaría de Trabajo y Previsión, llevó adelante una política tendiente a mejorar la legislación
laboral y social (vacaciones pagas, jubilaciones, tribunales de trabajo).

El apoyo popular a Perón lo condujo al gobierno en las elecciones de 1946. Fue reelecto en
1952, luego de la sanción de una nueva Constitución en 1949.

Durante sus dos presidencias (1946-1952 y 1952-1955) Perón se convirtió en el líder del
movimiento peronista e impulsó una política que combinaba el impulso de la industria, el
empleo, las comunicaciones y los transportes, con la acción social desarrollada por Eva Perón,
su esposa, quien dirigió la Fundación Eva Perón y fundó el Partido Peronista femenino, luego
de la extensión a las mujeres del derecho al sufragio. La acción social se manifestó a través de
la construcción de hospitales, escuelas, hogares para niños y ancianos, y ayuda económica
para los más pobres.

Durante la segunda posguerra, la situación económica fue muy favorable para el país y
permitió al gobierno mejorar sustancialmente las condiciones de los trabajadores. Por otra
parte, el gobierno restringió las libertades públicas, monopolizó los medios de información y
limitó la acción de la oposición. La relación entre esta y el gobierno fue progresivamente
conflictiva y violenta. En 1954, se sumó un fuerte enfrentamiento de Perón con la Iglesia.

En 1955, toda la oposición se unió para apoyar el golpe militar que derribó a Perón. Poco
después, se restableció la Constitución de 1853.

Fin del Nacimiento –


Presidente Periodo Vicepresidente
mandato fallecimiento
PERÓN, Juan QUIJANO,
1946-1951 Concluye
Domingo Hortensio
1895-1974
PERÓN, Juan TEISSAIRE,
1951-1955 Depuesto
Domingo Alberto

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4.3 El segundo gobierno de Perón (1952-1955)

Cuando Perón asumió su segundo mandato (4 de junio de 1952,), la crisis


económica deterioraba las bases de sustentación del peronismo. Entonces
apeló a movilizar su respaldo popular y atenuar los controles represivos. La
crisis política en curso se agravó con la muerte de Eva Perón, el 26 de junio de
1952. Con esta pérdida, Perón se vio privado de un significativo sostén político
y de una figura fundamental para el logro de consenso entre los sectores más
necesitados de la población.
A partir de 1953, la situación política se tornó muy inestable. Las denuncias
sindicales, la corrupción en el gobierno y las investigaciones abiertas
culminaron con el suicidio de Juan Duarte. El 15 de abril, en una concentración
convocada por la CGT en Plaza de Mayo, mientras el presidente hablaba a la
multitud, estallaron artefactos que provocaron la muerte de siete personas y
casi cien heridos. El repudio de los asistentes culminó con el incendio y
destrucción del Jockey Club y las sedes principales de la UCR y del PS.
Sin embargo, el presidente no se mostró dispuesto a prolongar la política
represiva sobre la oposición y promovió una “conciliación pacífica”.
Una nueva instancia electoral puso a prueba la relación entre el gobierno y la
oposición. El gobierno convocó a elecciones para reemplazar al fallecido
vicepresidente Quijano y para elegir representantes del Congreso. Los comicios
del 25 de abril de 1954, reiteraron los resultados que dieron el triunfo a Perón
en 1951. El gobierno seguía contando con un considerable apoyo popular.
Las relaciones del peronismo con la Iglesia se habían desarrollado en un marco
de cordialidad, entre 1944 y 1946. En 1954, se inició un severo enfrentamiento
entre el gobierno peronista y la iglesia, cuyo pico se alcanzó en junio de 1955.
El conflicto tuvo connotaciones políticas e ideológicas y se había iniciado con la
crítica gubernamental a las actividades políticas de algunos clérigos,
adquiriendo niveles institucionales.
Perón respondió al cerco político opositor con una serie de medidas
repudiadas por la iglesia. Desde diciembre de 1954 hasta mayo de 1955, logró
la sanción de las leyes que establecían el divorcio absoluto, la equiparación de
hijos legítimos y extramatrimoniales. Facultó a los gobiernos provinciales y a la
municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires para permitir la apertura y
funcionamiento de prostíbulos. Derogó la enseñanza religiosa en la educación
pública, suprimió las festividades religiosas y eliminó las subvenciones a la
enseñanza privada confesional. Todas estas medidas iban a ser coronadas en
1955 con la aprobación de un proyecto de ley que introducía la separación
entre la iglesia y el estado.

4.3.1 Movimiento obrero y organizaciones empresarias

Movimiento obrero

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El movimiento obrero paso a ser dominado por organizaciones masivas que


representaban a más de la mitad de los trabajadores organizados. Hacia 1954,
las organizaciones obreras habían cuadruplicado su tamaño abarcando a la
mayoría de los gremios localizados fuera del sector agrícola.
Las organizaciones sindicales participaban en las negociaciones de las
convenciones colectivas, eran parte importante en la implementación de las
leyes laborales sancionadas por el gobierno, intervenían en mecanismos
creados para mediar en los conflictos entre el capital y el trabajo y
desarrollaban importantes funciones en el campo de la seguridad social.
Después de 1950, su papel comenzó a cambiar. La movilización obrera volvió a
incrementarse con motivo de la recesión de principios de los años 50. La
represión del estado insinuaba la ruptura de la alianza entre el movimiento
obrero y el estado.
Desde 1952, se incrementó la participación de los trabajadores en las
actividades sindicales. Por otra parte, la presión para resarcirse de las pérdidas
económicas se tradujo en el resurgimiento de los conflictos laborales en 1954.
El 19 de septiembre, cuando la suerte de Perón aún no estaba definida, la CGT
pidió a la clase trabajadora que se mantuviera en calma, sin intentar resistir el
golpe militar.
Las organizaciones empresarias
La mejora de los precios, el apoyo crediticio y el estímulo de las exportaciones
agropecuarias merecieron el reconocimiento y la disposición a colaborar con el
gobierno por parte de la SRA.
La Bolsa de Comercio manifestó su acuerdo con el nuevo rumbo de la política
económica. En líneas generales, los sectores dirigentes tradicionales
exhortaban al estado a retirarse de la economía, y confiaban en que el curso
de los acontecimientos del resultaría favorable.
En 1952, con la decisiva intervención de Perón, culminó su organización la
Confederación General Económica (CGE), expresión de la nueva burguesía
industrial, que articulaba los intereses del interior y los de la Capital Federal.
Al igual que dichos grupos, luego del armisticio celebrado con Perón tras su
reelección, aguardaban que el cambio de política económica fuera seguido por
la caída del presidente.

4.3.2 El cambio de rumbo de la política económica

La expansión económica comenzó a desvanecerse a fines de 1948. A pesar del


creciente papel del mercado interno y del proceso de industrialización, el país
estaba lejos de haber logrado el grado de autonomía económica buscado.
La producción industrial estaba estrechamente ligada a los ciclos económicos
mundiales y su crecimiento dependía, en el largo plazo, de que las

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exportaciones agropecuarias generaran divisas suficientes para cubrir las


importaciones de insumos y bienes de capital.
Hacia finales de la década de 1940, se había sustituido una porción sustancial
de las importaciones de las ramas livianas por lo que era necesario pasar a una
etapa distinta, privilegiando industrias de base y de materias primas y
combustibles industriales.
La redistribución del ingreso reposaba sobre los altos precios de los
productores agropecuarios en el mercado internacional. La nueva fase de la
coyuntura no podía sostener el proceso de redistribución, dando lugar a una
puja distributiva que provoco una aceleración de la espiral inflacionaria. Los
precios industriales sintieron el influjo negativo del aumento de los valores de
los insumos importados y comenzaron a incrementar sus precios. Esto generó
una severa distorsión de los precios relativos.
La inflación estructural estaba vinculada al carácter subdesarrollado de una
Argentina que continuaba preservando una base agroexportadora que ponía
límites precisos a su capacidad de expansión.
En el orden interno, se sumaba el déficit presupuestario motivado por el gasto
público originado en el ambicioso programa de obras públicas. La
incorporación al estado nacional de empresas nacionalizadas y la creación de
otras nuevas aumentaron la demanda de trabajadores, empleados y
administradores, haciendo del empleo público un instrumento de acción
política.
Para superar la crisis, Perón procedió a renovar el equipo económico con
funcionarios más técnicos que procurarían rectificar algunas de las
orientaciones oficiales sobre otras bases. Esto habría de genera problemas de
índole ideológica, jurídica y política.
A partir de 1952, el gobierno se vio en la necesidad de replantear y redefinir su
política agropecuaria. La política agraria se basó en la fijación de precios
básicos atendiendo al costo de producción, las condiciones del mercado
mundial y la estabilidad de precios en el mercado interno.
El IAPI cumplía ahora un rol diferente. La inversión de las tendencias
coyunturales y la caída de los precios agropecuarios pusieron freno a la
distribución de ingresos del campo a la ciudad y el organismo comenzó a
derivar recursos a las actividades agrícolas.
No obstante, los intentos para revertir la difícil situación agraria durante los
últimos años del gobierno peronista, no se obtuvieron logros significativos. En
su conjunto la producción agropecuaria pampeana disminuyó en el periodo no
sólo por cuestiones climáticas, se sumó un proceso de escasa inversión y
deterioro de las condiciones productivas.

4.3.3 El plan de estabilización de 1952

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Entre 1949 y 1952 el sector industrial experimento un desarrollo más lento que
en el periodo anterior. La situación económica a principios de 1952 era por lo
tanto crítica: escasas reservas e insuficiencia de saldos exportables se
combinaban con la necesidad de incrementar la importación de bienes de
capital e insumos industriales, y todo ello en momentos en que los precios
internacionales de los bienes agropecuarios estaban en baja y se producía un
serio deterioro de los términos de intercambio.
El objetivo de controlar más estrictamente el déficit y contener la inflación
impulso un cambio de política en materia de tarifas públicas.
El Plan de Estabilización de 1952 contemplaba la implementación de una serie
de medidas de emergencia destinadas fundamentalmente al control de la
inflación y la recuperación del sector externo, y centradas en la restricción del
consumo, el fomento del ahorro y el aumento de la productividad.
1. La inversión pública se redujo a partir de 1952: el gasto del gobierno bajó y
el déficit fiscal disminuyó.
2. Se aplicó una política monetaria mucho más restrictiva.
3. Se retrasaron las tarifas públicas y el aumento de los subsidios a los bienes
básicos.
4. Se creó una Comisión Nacional de Precios y Salarios.
5. Se instauró un sistema de negociaciones bianuales para ajustes de salarios.
6. Aumentaron las exportaciones: se restringió la faena de animales, y se
asignaban a las cámaras frigoríficas para la exportación, las matanzas de un día
de la semana; así también se prohibió el consumo de carne vacuna los días
viernes.
7. El IAPI revirtió su política y comienza a dar a los productores precios
superiores a los vigentes en el mercado internacional.
8. Se comenzó a dar prioridad a la importación de maquinarias agrícolas.
El objetivo de contener la inflación fue alcanzado prontamente. La deuda
publica disminuyó y el sector externo comenzó a recuperarse, a pesar de que
los términos de intercambio continuaran cayendo.
Después de dos años de un superávit comercial provocado por el Plan de
Estabilización y por la gran cosecha de 1952-1953, en 1955 reapareció el déficit
comercial, debido a que las importaciones comenzaron a recuperarse de su
deprimido nivel de 1953-1954: la recuperación de la demanda de productos
industriales locales se traducía en mayores necesidades de insumos, de los
cuales una buena parte eran importados.
La situación estaba agravada por el comportamiento de las exportaciones ya
que la Argentina no solo disminuyó sus ventas al exterior, sino que también el
dólar en 1955 tenía menos valor que en 1920.

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Los controles cambiarios o los préstamos exteriores eran solo una solución
temporaria al problema externo argentino. Para superar de manera
permanente ese problema debía aplicarse una combinación de dos políticas:
incentivar a las exportaciones y alentar la producción local de maquinarias e
insumos industriales (sobre todo de combustibles); pero producir localmente
acero y más petróleo, por ejemplo, demandaría grandes inversiones iniciales y
una cuantiosa inversión de bienes de capital, la presión sobre la balanza de
pagos sería entonces aún mayor hasta que esas inversiones rindieran sus
frutos.

4.3.4 El Segundo Plan Quinquenal

Para lograr la “integración” de la industrialización argentina, el gobierno decide


lanzar su Segundo Plan Quinquenal. Aplicado a partir de 1953, era un plan de
mediano o largo plazo que complementaba el Plan de Estabilización de 1952.
En líneas generales se proponía:
1. Mantener el equilibrio de precios y salarios, y estimular el desarrollo
económico general.
2. Un programa de inversiones estatales y privadas destinado a resolver las
necesidades básicas del país en lo referente a materias primas, energía y
transporte, y bienes de capital.
3. Proseguir la política de sustitución de importaciones.
4. Fomentar el incremento de la productividad agrícola- ganadera.
5. Conceder un papel complementario al capital y al crédito extranjero como
factores de cooperación y estímulo al desarrollo económico.
6. Aumentar la capacidad de importación del país a partir de una decidida
política de exportaciones que generara las divisas necesarias.
7. Coordinar la participación de empresarios y trabajadores en la planificación
y ejecución de la política económica del país, determinar el papel de la
empresa privada frente al intervencionismo estatal, consolidar el
cooperativismo y frenar la intermediación artificial de las actividades
primarias.
Si el primer Plan Quinquenal significó un período de desarrollo y expansión, el
segundo trata más bien de aumentar la producción agrícola y de dotar al
sistema industrial de sólidas bases, además de promover el desarrollo de la
industria pesada y el autoabastecimiento de combustible.
La principal complicación del Segundo Plan Quinquenal fue el problema fiscal
que venía acarreando el peronismo. El cumplimiento de las metas previstas en
el Plan exigía un gran esfuerzo de financiación por parte del estado y los
recursos provendrían fundamentalmente de títulos de la deuda pública y, en
menor medida, de organismo públicos, como el IAPI. También se preveía la

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participación del capital privado, interno y externo, y a esto último estaba


destinada la Ley de Inversiones Extranjeras que se sancionó en agosto de 1953.

4.3.5 La ley de inversiones extranjeras

Hasta 1948 las inversiones extranjeras se hallaban reguladas de acuerdo a las


disposiciones emanadas por el Banco Central y a las normas acordadas en los
convenios internacionales de pagos firmados por el país desde la Segunda
Guerra Mundial.
La política implementada por el gobierno hasta el estallido de la crisis,
desalentó la radicación de capitales extranjeros.
Con la sanción de la Ley 14.222 en agosto de 1953, se implementó el primer
régimen integral de inversiones extranjeras, complementario de las
disposiciones vigentes, las cuales no se derogaron. La ley determinaba el tipo
de radicación y los sectores beneficiados. La materialización del aporte podía
abarcar dos formas: fondos de divisas a ingresar mediante transferencias
bancarias, o bienes físicos o inmateriales.
Los beneficios más importantes consistían en la posibilidad de remitir las
utilidades a partir del segundo año de la radicación, por un equivalente del 8%
anual del capital registrado y la repatriación de capitales, luego de 10 años, en
cuotas equivalentes al 10 o 20% anual. Por el art. 12, el Poder ejecutivo podía
eximir total o parcialmente del pago de derechos de aduana las maquinarias,
equipos y otros bienes vinculados a la puesta en marcha de la industria.
Con todo, la ley no conformó a las grandes empresas internacionales,
particularmente en cuanto a las transferencias de utilidades que, a juicio de
estas, no resultaban satisfactorias.

4.3.6 Los contratos petroleros

La empresa estatal YPF había desplegado una gran actividad durante la guerra.
Finalizada la guerra, la reposición y el incremento de los equipos de
perforación se convirtieron en los principales problemas de la empresa estatal.
Cuando los equipos de explotación petrolífera estuvieron disponibles, el país
no dispuso de las divisas suficientes para su importación. La producción de
combustible no se expandió conforme a las necesidades del país.
Las dificultades se tradujeron en un incremento de las importaciones. Mientras
tanto, algunas misiones técnicas norteamericanas arribaron al país con el
propósito de establecer convenios para la exploración y explotación de los
yacimientos petrolíferos nacionales.
En 1955 se efectivizó un precontrato con la California Argentina de Petróleo
S.A. (empresa estadounidense), cuya aprobación final quedaba en manos del
parlamento argentino. Por el contrato, la California se comprometía a una
inversión de U$S 13.500.000 durante un periodo de cuatro años para explotar
y explotar un área aproximada de 50.000 km2 en la provincia de Santa Cruz. El

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terreno de la concesión se otorgaba por un lapso de 40 años, prorrogable a


voluntad de la compañía por 5 años más. La empresa entregaría al estado el
50% de sus utilidades y vendería a YPF la producción a un precio en dólares
similar al de Texas. Gozaría de exenciones impositivas y del derecho de
importar libremente los bienes necesarios para sus actividades. Podría
rescindir el contrato sin costo alguno en tanto que el estado argentino, en caso
de incumplimiento, debía abonar una fuerte indemnización.
El contrato con la California fracasó. El proyecto de ley quedó estancando en
una comisión de diputados, sin ser tratado por ninguna de las Cámaras del
Congreso.
El acuerdo genera inmediatamente la crítica de los sectores nacionalistas del
mismo gobierno y el repudio de gran parte de la oposición. El discurso
antiimperialista que ayudó a Perón a llegar al gobierno, esta vez le juega en
contra.

4.4 El golpe de estado de 1955

Como consecuencia de la acumulación de episodios, la oposición estrecho filas


contra Perón.
La conspiración alentó la actividad política de masas contando con la
movilización de vastos sectores de la clase media. Con motivo de la procesión
de Corpus Christi, el 11 de junio de 1955, una manifestación multitudinaria que
desbordaba la Catedral y ocupaba la Plaza de Mayo, se desplazó luego hacia el
Congreso expresando consignas contra el gobierno. A esta manifestación
siguieron actos relámpagos opositores en distintas ciudades del país como
parte de una ofensiva contra el gobierno que culminó, el 16 de junio, con una
sublevación militar.
La Marina intentó matar a Perón mediante un ataque aéreo a la Casa de
Gobierno. Al no contar con el apoyo del Ejército y la Aeronáutica, el golpe
resulto frustrado. En el intento, hubo heridos y muertos, la mayoría civiles.
Tras el dramático episodio, grupos de civiles, a manera de venganza, quemaron
y saquearon varias iglesias y el edificio del Cura Arzobispal.
El Vaticano reaccionó excomulgando a Perón. El gobierno argentino era
presentado en los medios como dominado por elementos comunistas.
Perón se respaldó en las fuerzas armadas leales y desestimuló toda actividad
de sus partidarios tendientes a hacer justicia por mano propia. El ejército, pasó
a ser árbitro de la situación.
Perón intentó una política de conciliación, pero el llamado a la pacificación fue
rechazado por la oposición que interpretó el gesto conciliatorio como un
indicio de la debilidad del gobierno.
A mediados de agosto, el peronismo fue convocado a ganar las calles y
retomar la lucha. Perón “ofreció” su retiro al Partido Peronista y a la CGT con el
propósito de movilizar a los trabajadores en su apoyo y ampliar su espacio

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político a expensas de los opositores. El 31 de agosto, la CGT declaró un paro


general y convocó a los trabajadores a la Plaza de Mayo para pedir al
presidente la continuidad de su cargo. La amenaza publica, pareció conducir a
una guerra civil.
La respuesta de los conspiradores fue acelerar los preparativos del nuevo
golpe militar. El 16 de septiembre de 1955 un golpe de estado, denominado
“Revolución Libertadora”, derrocó a un gobierno legitimado por cuanta
compulsa electoral tuvo lugar desde 1946. Varios factores contribuyeron al
éxito golpista:
1. Los conspiradores se persuadieron de que Perón no apelaría a la
movilización de sus partidarios para enfrentar una sublevación militar.
2. Perón confió en las Fuerzas Armadas para defender su gobierno.
3. La cambiante política del gobierno peronista, desde junio de 1955, orientada
a buscar un compromiso con la oposición política y las clases dominantes,
resultó un fracaso.
El golpe reflejaba la necesidad de los círculos económicos dominantes de
acentuar la reorientación del rumbo económico adoptada por el gobierno a
partir de 1952. Desde el punto de vista político no se cuestionaban sólo sus
tendencias autoritarias o la ausencia de formas verdaderamente democráticas,
sino también la presencia en los círculos del poder de sectores sociales
“indeseables”. Sólo el derrocamiento del gobierno podía hacer posible los
cambios económicos y políticos que se consideraban necesarios.

Bibliografía
• Rapoport, M. cap. 4.

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