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A. Etiología
La derivación portosistémica se refiere a una condición en la que la sangre no pasa por el
hígado y viaja desde la circulación portal hepática a la circulación sistémica a través de una o
más conexiones que pueden ocurrir a nivel microvascular o macrovascular.
Las derivaciones portosistémicas congénitas (CPSS) ocurren como resultado de un error en
el desarrollo embrionario donde los vasos primordiales desarrollan conexiones anormales o no
sufren atresia. Se ha demostrado que esto tiene una base genética en algunas razas, incluidos
el maltés, el perro lobo irlandés y el Cairn terrier. La herencia, evaluada mediante el análisis
genealógico y el apareamiento de prueba, parece ser compleja, ya sea digénica o poligénica
con expresión variable.
En raras ocasiones, las derivaciones intrahepáticas pueden deberse a que el conducto venoso
no se cierra. Esto se informa con mayor frecuencia en los perros lobo irlandeses (considerados
digénicos en esta raza). Las derivaciones de la división izquierda se pueden encontrar en
cualquier raza, pero no está claro con qué frecuencia representan una falla en el cierre del
conducto venoso, en comparación con otras malformaciones vasculares.
Los shunts adquiridos se desarrollan como resultado del aumento de la resistencia vascular
dentro del sistema porta, los sinusoides hepáticos o las venas hepáticas (frente a una presión
venosa central normal). La causa más común es la fibrosis/cirrosis hepática, aunque a veces se
encuentran otras afecciones, como trombosis de la vena porta, neoplasia periportal, fístula
arteriovenosa hepática y oclusión vascular hepática dinámica.
La displasia microvascular (MVD, que más recientemente se ha denominado hipoplasia de la
vena porta (PVH) sin hipertensión portal, se refiere al desarrollo anormal o ausencia de la
microvasculatura portal dentro del hígado. Como diferentes autores usan terminología diferente,
este espectro de condiciones será En lo sucesivo denominado PVH-MVD. PVH-MVD puede
ocurrir con o sin CPSS. Perros y gatos con PVH‐MVD primaria (pero sin CPSS) pueden
desarrollar derivaciones adquiridas dentro de los primeros años de vida debido a la hipertensión
portal crónica, en cuyo caso entran en una categoría denominada “hipertensión portal no
cirrótica”.
B. Clasificación y Anatomía
Las derivaciones portosistémicas se clasifican según tres criterios:
● congénita versus adquirida
● simple versus múltiple
● macroscópico versus microscópico.
Las derivaciones portosistémicas congénitas se clasifican además según su punto de origen
como extrahepáticas (que se originan en la vena porta hepática o uno de sus vasos de origen) o
intrahepáticas (que se originan en una de las ramas hepáticas de la vena porta). Las
derivaciones extrahepáticas se describen por su origen e inserción (p. ej., portocava,
esplenoacigótica). Recientemente se ha caracterizado en varios países un subconjunto de
derivaciones extrahepáticas que se insertan en la vena frénica o hepática. Las derivaciones
intrahepáticas generalmente se describen según la división de la vena porta de la que surgen
(izquierda, central y división derecha).
Un subconjunto de perros con CPSS tiene aplasia portal y no hay circulación portal demostrable
en el hígado. En estos casos, la derivación representa la única salida de la circulación portal,
insertándose directamente en la circulación venosa sistémica. Desafortunadamente, no existe
una opción quirúrgica para estos pacientes. Esta variante anatómica puede estar asociada a
otras malformaciones como interrupción de la vena cava caudal con continuación
ácigosa, situs inversus abdominal y segmentación del bazo.
Las derivaciones adquiridas suelen ser múltiples y generalmente extrahepáticas. Se han
identificado múltiples derivaciones intrahepáticas en pacientes después de la oclusión
trombogénica de derivaciones intrahepáticas, pero aún no se sabe.
si representan comunicaciones vasculares preexistentes o adquiridas.
Las derivaciones adquiridas tradicionales pueden ocurrir entre cualquier rama de la vasculatura
portal y sistémica, pero por lo general son pequeñas y tortuosas y se agrupan alrededor de las
caras craneal y caudal de los riñones, especialmente el riñón izquierdo. Las comunicaciones con
las venas ováricas remanentes pueden ocurrir en hembras esterilizadas; estos vasos
individuales pueden volverse particularmente grandes y notorios, especialmente en los gatos.
En PVH-MVD, las derivaciones se consideran microscópicas y ocurren entre el portal hepático y
los sistemas venosos hepáticos, y por lo tanto evitan los sinusoides.
C. Fisiopatología
Los perros y gatos con derivación portosistémica suelen tener una masa hepática funcional
baja. El hígado no crece normalmente porque se ve privado de su suministro normal de sangre,
factores tróficos (como la insulina y el factor de crecimiento hepático) y nutrientes, o la función
del hígado se ve afectada como resultado de una hepatopatía primaria (en casos con
enfermedad adquirida). derivaciones porto-sistémicas).
Los niveles circulantes de estas sustancias fluctuarán según si el animal ha comido, la dieta y
otros factores que afectan el tiempo de tránsito gastrointestinal, la flora bacteriana o la
producción de amoníaco en el intestino. La hemorragia gastrointestinal es un factor de riesgo
conocido para el desarrollo de HE, y puede ser un problema particular en pacientes con
enfermedad hepática terminal e hipertensión portal, o perros con CPSS que desarrollan
ulceración gastrointestinal (ver más adelante).
El flujo sanguíneo anormal dentro de los sinusoides hepáticos da como resultado un deterioro
del suministro de sustancias vitales a los hepatocitos, lo que finalmente da como resultado daño
celular y muerte. El daño celular es seguido por la acumulación de lípidos dentro de los
hepatocitos, muerte celular y fagocitosis por macrófagos, que luego se unen para formar
lipogranulomas. Se ha observado fibrosis intersticial que eventualmente conduce a cirrosis en
algunos pacientes con SDPC, pero es mucho más probable que se observe en pacientes con
derivaciones portosistémicas adquiridas como resultado de una hepatopatía en etapa terminal
de otra etiología.
D. Signos clínicos:
Hipoglucemia pediátrica
Pequeña estatura corporal (enano de la camada)- retraso en el crecimiento
Inapetencia episódica
Vómitos, salivación
Poliuria y polidipsia
Urolitiasis por biurato de amonio (hematuria, estranguria y polaquiuria). Los signos
neuroconductuales de la encefalopatía hepática pueden ser inaparentes o incluir
ataxia, movimientos obsesivos en círculos y presión en la cabeza
Somnolencia o depresión
I. Pronóstico
J. Caso clínico
K. Etiología
La causa del síndrome es desconocida, sin embargo se sugieren como posibles agentes
causales:
● Clostridium spp → CON MUCHA FRECUENCIA→ Clostridium difficile
● Salmonella sp
L. Fisiopatología
Con DYP existe un aumento en el volumen del reflujo duodenogástrico, normalmente de 50 a
100ml/min. Este reflujo se ha considerado el resultado del aumento de la secreción de líquidos
intestinales y un descenso en la motilidad. Los meca- nismos de secreción de líquidos
intestinales incluyen exudación transmucosa pasiva, secundaria a inflamación mucosa y submu-
cosa y caracterizada por secreción de líquidos rica en proteínas y secreción de líquidos activa,
causada por aumento de nucleó- tidos cíclicos y caracterizada por líquido con un contenido alto
en electrólitos y bajo en proteínas. Los componentes de líquido en los intestinos de caballos con
DYP no se han caracterizado, pero probablemente surgen como consecuencia de una
combinación de secreción pasiva y activa. En algunos caballos, la natu- raleza hemorrágica del
reflujo gástrico implica un aumento de la permeabilidad capilar de la mucosa duodenal, mientras
que en otros caballos la naturaleza acuosa del reflujo, la presencia de perturbaciones de
electrólitos en suero493 y la ausencia de hipoproteinemia periférica son más consistentes con
un proceso secretor activo.
Otra fuente potencial del gran volumen de líquido secretado en el intestino delgado proximal y
enviado en reflujo al estómago es el páncreas. Normalmente existe movimiento oral periódico
del contenido duodenal en el estómago, que se ha observado endoscópicamente y se ha
documentado mediante recogida del contenido gástrico con y sin obstruc- ción pilórica.485 El
contenido duodenal tiene un gran compo- nente de agua, sodio y bicarbonato, así como sales
biliares del hígado. Estas secreciones, supuestamente, proceden del páncreas, así como del
hígado, y la anatomía patológica de cualquiera de estos órganos puede contribuir a la
fisiopatología en casos de DYP.
M. Signos clínicos
● Molestia/Malestar abdominal
● Distensión del intestino delgado
● Reflujo enterogástrico excesivo sin obstrucción
● Febriles (temperatura rectal mayor que 38 °C) y deshidratados
● Presentan membranas mucosas inyectadas
● TRC prolongado
● Borborigmos intestinales disminuidos
● Taquicardia (>60 latidos por minuto [lpm])
● Taquipnea.
● Aunque el dolor abdominal normalmente remite después de descompresión gástrica, la
mayoría de los caballos siguen estando deprimidos, lo que tal vez es el signo clínico más
consistente y característico de la enfermedad. Si el líquido que se acumula en el tracto
intestinal proximal no se elimina periódicamente, los signos de dolor abdominal
reaparecen.
Pueden observarse elevaciones en enzimas hepáticas, espe- cialmente GGT, en caballos con
DYP, lo cual puede ser un medio útil para ayudar a diferenciar entre DYP y lesiones con
estrangu- lación del intestino delgado.494,495 Un estudio que examinó una gran serie de casos
de DYP retrospectivamente para determinar la prevalencia de daño hepático en caballos con
inflamación del intestino delgado demostró que los caballos con DYP tenían acti- vidades de
enzimas hepáticas significativamente más altas que el grupo de control de caballos con
obstrucción por estrangula- ción del intestino delgado (OEID).495 Más del 50% de los caba- llos
con EP tenía evidencia bioquímica de enfermedad hepática (GGT alta, aspartato
aminotransferasa [AST] o actividad ALP). Los caballos con DYP tenían un riesgo 12,1 veces
superior de tener una actividad de GGT elevada y un riesgo de 1,8 veces de tener una alta
actividad de AST que los caballos con OEID. La actividad de AST en caballos con EP estaba
comprendida entre 133 y 2.994UI/l (intervalo de referencia 215,8 a 365UI/l), GGT se situaba
entre 7 y 117UI/l (intervalo de referencia 6,2 a 19,1UI/l) y ALP estaba entre 86 y 1.103UI/l
(intervalo de refe- rencia 69,4 a 293,7UI/l). Las concentraciones de ácidos biliares raras veces
eran anómalas, lo que indicaba que la insuficiencia hepática era infrecuente. La evidencia
histopatológica de anato- mía patológica del hígado era una característica común en los
caballos con EP a los que se habían realizado biopsias o necrop- sias. En algunos casos se
observó necrosis centrilobulillar e inflamación.
O. Epidemiología
P. Diagnóstico
Los principales diagnósticos diferenciales para DYP incluyen obstrucciones del intestino
delgado simples o con estrangulamiento. La diferenciación puede ser extremadamente difícil en
algunos casos y puede retrasar la intervención quirúrgica en casos de obstrucción del intestino
delgado, para perjuicio del paciente. Los criterios utilizados para diferenciar entre DYP y
lesiones obstructivas incluyen grado de dolor, presencia de fiebre y cambios en parámetros
hematológicos y líquido abdominal.
Los caballos con DYP tienen una anamnesis de un inicio agudo de dolor abdominal moderado a
grave que a menudo es seguido por grados variables de depresión. La intubación naso- gástrica
produce un gran volumen de reflujo enterogástrico, que frecuentemente es de color
naranja-pardo, con un olor fétido. La palpación por el recto revela múltiples asas de intestino del
hígado distendido de forma moderada o leve. El volumen inicial de reflujo puede oscilar entre
apenas 4 a 5L hasta 32L. La duración del reflujo puede ser tan breve como 24 a 48h, pero
normalmente dura de 3 a 7 días.
La valoración del grado de distensión del intestino delgado y el grosor de la pared intestinal
pueden ser indicadores útiles. A menudo, los caballos con DYP presentan distensión
generalizada del intestino delgado, pero cuando se palpa por el recto, el intestino no se siente
tenso. En muchos casos de obstrucción del intestino delgado, el intestino se sentirá firmemente
distendido, lo cual no es una verdad universal. Puede usarse ecografía, ya sea transrectal o
transabdominal, para determinar el diámetro del intestino delgado, evaluar las contracciones y
medir el grosor de la pared del intestino. Con obstrucción aguda se pueden ver varios
segmentos de intestino delgado que tienen de 6 a 10cm de diámetro, no muestran contracción y
presentan un diámetro de pared de 3 a 5mm. Con DYP, el diámetro del intestino delgado puede
ser menor, y el grosor de la pared intestinal superar los 6 mm.
Puede intentarse el cultivo del reflujo para Clostridium y Salmonella sp. Tal vez resulte difícil; sin
embargo, dadas las especiales condiciones requeridas para cultivos anaerobios, así como la
expulsión intermitente de Salmonella sp. en el tracto gastrointestinal de caballos normales.
También, el gran volumen de reflujo en estos casos puede diluir la población bacteriana hasta el
punto de que es difícil aislar números bajos de bacterias.
Q. Tratamiento
Como el agente o los agentes causantes de DYP son desconocidos, el tratamiento sigue siendo
empírico y consiste en tratamiento de sostén agresivo. La producción continua de reflujo
enterogástrico requiere descompresión gástrica cada 1 a 2h para aliviar el dolor y para prevenir
la rotura gástrica. Pueden recogerse aproximadamente de 4 a 8 l de líquido gástrico maloliente
durante la descompresión. El estómago debe descomprimirse frecuentemente, con
independencia de si el caballo está mostrando o no signos de dolor abdominal, ya que estos
signos pueden estar enmascarados por una depresión grave o por la administración de
analgésico o medicaciones antiinflamatorias. Los caballos no deben recibir nada por vía oral
hasta que se haya recuperado la función del intestino delgado, reco- nocida clínicamente por el
cese o reducción del reflujo nasogás- trico a 1 a 2l en un período de 4h y aumento en la
frecuencia de borborigmos. El tiempo necesario para descompresión gástrica varía con cada
paciente individual. Las exploraciones rectales repetidas después del primer día de tratamiento
revelarán inconsistentemente asas distendidas del intestino delgado, dependiendo de la
frecuencia de eliminación del reflujo y de la gravedad de la lesión inicial. La ecografía puede
revelar intestino delgado lleno de líquido cuando dicho intestino no es discernible por palpación
rectal. Las asas de intestino delgado se visualizan muy frecuentemente en la zona del flanco
ventral, cerca de la ubre o el prepucio; por tanto, esta zona debe examinarse en todos los casos
de sospecha de distensión del intestino delgado.
Los AINE deben usarse con prudencia para no enmascarar los signos clínicos de una posible
lesión quirúrgica. La meglumina de flunixina puede usarse en una dosis de 0,25 a 0,5 mg/kg
cada 6 h para reducir los efectos desfavorables de metabolitos del ácido araquidónico.
Los caballos con DYP pueden tener que mantenerse sin comer durante varios días y a menudo
se encuentran en un estado hipermetabólico; por tanto, rápidamente desarrollan un balance
energético negativo y equilibrio de nitrógeno negativo. En estos caballos, debe considerarse
soporte nutricional parenteral. Se han administrado soluciones parenterales que contienen
glucosa, soluciones de aminoácidos en equilibrio, emulsiones de lípidos, electrólitos y minerales
traza en equilibrio y vitaminas a caballos adultos con una diversidad de trastornos intestinales,
entre ellos DYP. Es posible aportar una parte de los requisitos nutricionales del caballo (de
8.000 a 12.000kcal/día) con soluciones de glucosa-aminoácidos que son de coste moderado. El
argumento para este tratamiento es que a través de la provisión nutricional complementaria a un
caballo anoréxico y gravemente enfermo, el proceso de curación se facilitará, se reducirán las
complicaciones y puede acortarse la duración de la hospitalización. Así, el coste global de
proporcionar suplemento nutricional, enteral o parenteral, a caballos con DYP puede verse
compensado por recuperaciones más rápidas y reducción de los requisitos frente a otros
tratamientos costosos.
Los agentes procinéticos también pueden ser útiles en casos de DYP. De los procinéticos
disponibles, la lidocaína es la que se usa más frecuentemente.507 Se ha demostrado que una
dosis de carga de un bolo intravenoso lento de 1,3 mg/kg seguido por una infusión continua de
0,05mg/kg/h acorta el tiempo de reflujo y reduce la estancia en el hospital de los caballos con
DYP.508 Esto puede hacerse mediante la reducción del tono simpático, la acción como un
agente analgésico o la reducción de la infil- tración de granulocitos en la pared intestinal. Su
empleo debe reservarse para caballos en los que se ha descartado una lesión quirúrgica, ya
que puede enmascarar muy eficazmente el dolor intestinal. Los caballos deben vigilarse
frecuentemente durante la infusión y verificarse otros signos de complicaciones, como laminitis,
rutinariamente. La metoclopramida, el lactobionato de eritromicina y la cisaprida también se
usan en casos de DYP.507 La eficacia de procinéticos en esta enfermedad es un asunto
debatido, principalmente porque requiere un intestino sano para poder ejercer un efecto. Puede
encontrarse un análisis más en profundidad de los agentes procinéticos en el apartado sobre
íleo gastrointestinal de este capítulo.
El tratamiento médico es suficiente en la mayoría de los casos de DYP. En pacientes con reflujo
nasogástrico prolongado (>7 días), las pérdidas excesivas de líquido que no pueden corre- girse
con tratamiento convencional con líquidos o con datos clí- nicos y de laboratorio que sugieren
claramente una obstrucción intestinal, debe considerarse la posibilidad de cirugía. Los animales
con casos graves de DYP pueden desarrollar infarto de un segmento del intestino delgado que
requiere extirpación quirúrgica. La cirugía se usa para realizar el diagnóstico y potencialmente
para aliviar el reflujo enterogástrico al proporcionar una ruta alternativa para el líquido que se
acumula en el intestino del ganado. En la entrada a la cavidad abdominal, el intestino delgado
dilatado es visible inmediatamente. Después de determinar la extensión del intestino enfermo,
se sitúa un segmento de yeyuno normal distal y lateral al intestino enfermo proximal de un modo
isoperistáltico, lo más proximal posible al intestino afectado sin extenderse al intestino que no
puede extirparse de la cavidad abdominal. Entonces puede realizarse una pequeña
anastomosis de 1 a 1,5 cm suturada manualmente entre los dos segmentos de intestino.509 Así
se proporciona un estoma adecuado para descompresión intestinal directa mientras se
compromete mínimamente la capacidad digestiva y absorbente del intestino delgado. Las
complicaciones potenciales de este procedimiento incluyen desarrollo de una incarceración
intestinal a través del asa que se forma y el desarrollo de adherencias en el intestino delgado.
R. Pronóstico
S. Complicaciones
Las complicaciones de DYP incluyen peritonitis séptica, infarto de miocardio y renal, neumonía
por aspiración, adherencias del intestino delgado proximal y laminitis. El pronóstico de
supervivencia de la agresión intestinal inicial es bueno en casos de DYP. La muerte y las
pérdidas de función por esta enfermedad están relacionadas más comúnmente con las
complicaciones secundarias como laminitis y adherencias intra- abdominales. En un informe, se
produjo laminitis en el 28% de los caballos con DYP, y los factores asociados fueron alto peso
corporal y reflujo gástrico hemorrágico.510 La profilaxis de la laminitis se incorpora
rutinariamente en el tratamiento médico y puede consistir en una diversidad de tratamientos,
ninguno de los cuales ha demostrado ser eficaz. Estos tratamientos incluyen AINE, trinitrato de
glicerilo tópico y DMSO (200 mg/kg suministrados como una solución al 10% en solución salina
normal). Los caballos que recibieron heparina como un tratamiento profi- láctico para laminitis
tuvieron menos probabilidad de desarrollar laminitis clínica que aquellos que no recibieron
heparina según un estudio.510
T. Caso clínico
V. Fisiopatología
Gatos más susceptibles: Gatitos (3 - 16 meses), 2 años y mayores de 10
años
Perros actúan como fuentes diseminadores de la infección por su estrecho
contacto con los gatos, y así aumentando las variantes recombinantes del
virus
Transmisión: Oral y contacto indirecto con arena contaminada con el
virus, (vía transplacentaria puede ser posible)
W. Signos clínicos
Signos inespecíficos
• Fiebre crónica que no responde, de origen desconocido.
• Anorexia, depresión y pérdida de peso inexplicable.
• Alteraciones de la reproducción o mortalidad neonatal de los gatitos.
Signos de derrame
• Distensión por líquido abdominal.
• Edema del escroto.
• Disnea por derrame pleural.
BB. Pronóstico