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PAPELES DEL EXILIO 2022, N°6

LA ORGANIZACIÓN MUNDIAL DE LA SUTILEZA

La Organización Mundial de la Salud, dirigida por el comunista etiope


Tedros Adhanom, se ha negado en reiteradas ocasiones a admitir  que el
COVID-19 pueda haber sido creado en un laboratorio en China. Incluso, se ha
encargado de condenar cualquier señalamiento que responsabilice al régimen
chino sobre el particular.

Así pues, la OMS, parece olvidar que la cepa original del virus que
contagió a medio mundo y sembró muerte y ruina en muchos países surgió en
Wuhan, China.

Por otra parte, en relación con la aparición hasta ahora, de 13 variantes


del virus en diferentes puntos del planeta (unas de mayor peligrosidad que
otras), ha sido tratada con “guantes de seda" por la OMS, al señalar cada
variante con letras del alfabeto griego, para "no estigmatizar" a los países en
que aparecieron tales mutaciones del virus original.

Por ejemplo, las variantes identificadas por primera vez en Reino


Unido, Sudáfrica, Brasil e India, fueron designadas con las letras alfa, beta,
gamma y delta respectivamente; consideradas variantes de "preocupación"
para distinguirlas de las variantes "de interés"
ubicadas en Perú y Colombia, nombradas con las letras Lambda y Mu.

Inclusive, la "delicadeza" de la OMS, se extendió al hecho de omitir la


décimo tercera letra griega, para designar la siguiente variante encontrada en
varios países, pues "Xi”, es un apellido (chino) y en consecuencia fue llamada
"O" "ómicron".

Por ello, en su afán de promover la impunidad y el igualitarismo,


odiosas fuentes de miseria y opresión, el órgano mundial en materia de salud
ha sido transformado por los comunistas en la "Organización Mundial de la
Sutileza".

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