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1. TEXTO
Se leyó la carta tres veces dos con la RV60 y una en la NVI. El pasaje en varias
versiones: NTV, LBLA, Septuaginta, BJ, RV60.
3. IDENTIFICAR TEMA
4. TRANSFONDO HISTÓRICO
5. CONTEXTO TEMATICO
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Fernando Pérez Morales 19 / 06 / 2010
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8. DIAGRAMAR EL PASAJE
9. INTERPRETAR EXEGETICAMENTE
Los ataques que vendrán no son fantasiosos ni tampoco irreales son verdaderas
asechanzas hacia las vidas de los hombres para despedazarles utilizando la
calumnia como una arma letal.
No es una lucha contra cualquier tipo de seres pues la Palabra utiliza nombres con
rangos: Principados, potestades, gobernadores que se mueven en una esfera
espiritual a la cual la humanidad en su carne no tiene acceso.
Al final Dios esta interesado en que quedemos bien parados y firmes. Se exhorta a
levantarse στητε como una realidad no se trata de una exhortación de animo
solamente hay urgencia en vestirse.
Primero hay que estar bien fajados con la verdad y este termino αληθεια es tener la
realidad divina presente, Cristo es la verdad y debemos ceñirnos a esa verdad,
Dios es la verdad, la Palabra es la verdad, la vida eterna, la resurrección eso es la
verdad que nos fue dada y entonces hay que amarrarla bien para enfrentar la vida
correctamente.
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Hay que tener disposición en caminar con el evangelio que nos fue entregado no
solo para recibirlo y ser afectados por el sino llevarlo a todos lados donde
andemos, que la firmeza de los pasos sean en las buena nuevas.
Nuestra cabeza debe recibir la salvación en todas sus dimensiones evitando así
ser confundidos por el diablo.
Estamos en un mundo que lucha con Dios impulsado por las huestes demoniacas,
cada día se trata por parte del diablo de colocarnos en derrota y frustración. Pero
dios en su bondad nos ha dado una salida no solo para pasar la situación sino
para vencer, arrebatar y ganar el terreno perdido
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Ante esto nos preguntamos cómo iglesia: ¿Qué hacer? ¿Por dónde empezamos a
cambiar esta situación? Nuestras autoridades seculares han tomado acciones
pero aún así no funcionan las cosas. Y creo que por allí debemos empezar.
La autoridad es una cobertura para los que están bajo su sombra, el problema es
hasta donde alcanza esta autoridad a librarnos o protegernos de los embates del
mundo.
La carta a los Efesios deja claro que existe una autoridad sobre todo lo creado y
que esa misma autoridad ha delegado a su iglesia facultades inimaginables de
poder.
Necesitan recibir fortaleza del Señor hay que arrebatar este beneficio que les
pertenece por derecho legal. Así como la ciudadanía en aquel entonces protegía a
sus allegados, el lazo con Dios nos otorga derechos en su poderío manifiesto,
estamos hablando de un atributo de Dios: Poder, tal vez al imaginarnos un mundo
vacio y en desorden cuando de repente alguien con su voz comienza a generar y
crear montañas, ríos, plantas, animales y todo aquello maravilloso que podemos
ver en cada parte de la Creación nos demos cuenta de Su poder. Este poder
intrínseco es al que el apóstol nos anima acercarnos para ser fortalecidos, es a
una persona no a una acción a la que tenemos que recurrir es de esa persona de
donde surge la vida y la muerte, es en esa fuerza por la cual es sustentada mi
suerte.
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En una ciudad donde pareciera que cada día uno está a expensas del destino, de
los humanos “fuertes y poderosos”, se nos exhorta a ir a la raíz de la vida y a
reclamar lo que por derecho de nacimiento nos corresponde. Dejando atrás los
temores que puede imprimir una gran urbe en nuestra mente, con sus múltiples
filosofías e intereses hedonistas.
Hay que vestirse o arroparse como lo haría un jugador de futbol americano antes
de saltar al emparrillado, es cierto que se siente capaz de estar en el terreno de
juego, tal vez se lo merece pero antes hay que prepararse para la ocasión con
cada una de las partes de su uniforme, necesita proteger su pecho, sus rodillas,
los riñones, tener agarre en los pies, proteger sus hombros, su cabeza, etc. El no
sabrá hasta sentir dolor cuando la parte desprotegida ha sido agredida en el fragor
de la batalla. Ahora se ha convertido en un problema que hay que solucionar, hay
que restaurar esa zona si esto fuera posible, ir a la banca un tiempo, dejar en
serios problemas al equipo.
El Espíritu nos ordena “vístanse” de todo lo que les voy a entregar no se apoyen
en su propia prudencia, sencillamente obedezcan mi dirección, esto nos asegurara
que al final del conflicto sobre nuestras vidas estaremos en la capacidad de
permanecer de pie, firmes.
Suena un poco paranoico todo esto, pero no es así, esta palabra fue revelada a un
varón de Dios que se movía en la esfera espiritual profunda y sobrenatural. Fue
testigo de cosas imposibles de imaginar o ver a no ser porque Dios las muestre.
Nos instan a poner nuestros cinco sentidos en esta situación pues hay una
persona interesada en destruirnos y utilizara engaños, astucia, asechanzas,
intrigas, acusaciones, como un león hambriento estará acechándonos día y noche
esperando el menor indicio de debilidad o un descuido para despedazarnos,
trabajara minando poco a poco nuestra vida natural hasta separarnos de la fuerza
vital que nos mantiene, buscará por todos los medios desprestigiarnos ante los
ojos de Dios, de las personas y aún de nosotros mismos. El diablo tiene una labor
que hacer y no desistirá a menos que estemos preparados para hacerle frente, no
viene solo, ni tampoco a reclutado a débiles humanos carnales, aún cuando los
usa para sus fines, tiene un ejército más poderoso pues conoce en ocasiones más
que nosotros la identidad y fuerza cedida por Jesús en la cruz a su pueblo.
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Es por esta razón y porque estamos día a día siendo acechados por estos crueles
enemigos que debemos de una vez por todas tomar la armadura de Dios. No
tomemos lo que nos parezca adecuado para la situación eso no es lo que se nos
enseña. Hay una voluntad específica de Dios para enfrentar a estos seres y la
detalla la Palabra.
Lo primero es estar listos, hay que hacer a un lado la comodidad, la pereza; una
batalla no se gana acostado hay que ceñirse para que las ropas no estorben el
movimiento, se necesita sentirse seguro y firme en los movimientos que se
realizaran, no debe haber algo que entorpezca las acciones que emprenderemos,
nos vamos a sujetar con la verdad, esa verdad es nuestro Señor Jesucristo la voz
del Padre, si vamos a la batalla con otra opción que no sea la verdad el diablo nos
despedazara porque nada podemos contra la verdad sino por la verdad, porque es
la verdad la que nos hace libres. Porque esa verdad es la que nos ha hecho
herederos es la que nos mantendrá hasta el fin. La verdad es quien direcciona
nuestras vidas, no las circunstancias, es la palabra como verdad de Dios a la cual
creemos y descansamos en ella.
En medio de una prueba podemos tropezar sino tenemos presente la verdad que
nos muestra Santiago en su primer capítulo, el diablo nos mentira calumniando a
Dios, buscando que miremos a las circunstancias, pero nosotros nos aferramos a
su Verdad y esa es la que al final nos hará estar firmes. En cuanto aflojemos un
poco las vestiduras estaremos en peligro de caer o tropezar.
Nuestro corazón ha sido seducido por una persona y se llama Jesús mientras
valoremos su gran salvación y estemos convencidos que Dios tiene pensamientos
de bien y no de mal para nosotros, no habrá nada que dañe nuestro corazón ni lo
aparte del camino, el único camino de vida en el cual hemos sido introducidos.
Hay que afirmar el calzado no andamos por el mundo con los zapatos
desabrochados tropezando por todos lados o descalzos llenos de ampollas que
nos impidan cumplir con nuestras funciones, pero muchos no hemos querido
caminar hacia una revelación mayor de Dios ni tampoco dispuestos a compartir
esta revelación con nadie. Es en el evangelio, las buenas nuevas quienes nos han
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Hay que tomar en todo momento como cada una de las armas que hemos
mencionado la fe, esa fe que nos protegerá contra las flechas que buscan
consumir nuestra vida con desesperanza, frustración e incredulidad. Debemos
detener con la fe del Hijo de Dios como la mostrada en la tentación en el desierto
después de su bautismo. Protegernos de esas flechas incendiarias, inflamadas por
un fuego infernal lleno de condenación, juicio y tormento. Es la fe en Él no en lo
que vemos, oímos, sentimos o pensamos lo que apaga estos dardos mortales.
Cuando usamos la fe el diablo no entiende una pizca lo que pasa, cuando Cristo
sube a la Cruz caminando en la fe del Padre y en contra de su voluntad humana
se consuma una victoria que hoy nos afecta en cada instante. Si permanecemos
en el Espíritu todos esos dardos no podrán hacer mella en nuestra vida. Vayamos
con certeza y convicción en lo que nos ha dado y prometido el Fiel y Justo.
En nuestra cabeza no puede haber otra cosa presente sino la salvación tan
grande que hemos recibido, y es tan grande porque jamás la hubiéramos obtenido
de otra manera sino hubiera sido planeada por la mente de Dios.
Vamos por la última arma espiritual: La palabra de Dios, esa palabra que nos ha
hecho tanto bien y nos lo seguirá haciendo. No podemos argumentar con el diablo
pues en lo natural nos lleva varios siglos de experiencia, en su necedad no le
ganaremos, está lleno de maldad por que el jugara a ganar y no consentirá en
darnos absolutamente nada sino el infierno.
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empuja hacia adelante y despedaza los argumentos del diablo. Es la voz de Dios
la que crea vida y genera cambios.
La intercesión de la que habla este pasaje es tan profunda que se insta a velar, es
un estado de constante de alerta, pues se sabe que no se predica lo propio sino
el misterio y la palabra revelada de Dios. Cuanto necesitamos interceder unos por
otros para que podamos llevar la palabra no solo con denuedo sino también
mostrando los misterios revelados por el Espíritu.
Estamos ante una batalla espiritual que se necesita ganar con armas dignas de un
Hijo de Dios, no podemos dejar un solo día sin vestirnos adecuadamente, nuestra
ciudad nos ofrece una valiosa oportunidad de caminar en estas verdades y
podemos andar cada día de nuestra vida en victoria.
El hombre que escribe esta carta sabía exactamente de lo que hablaba, estaba
escribiendo encarcelado pero sin odiar a los hombres sino preocupado por librar la
batalla adecuadamente para conquistar los corazones de los romanos y efesios
para su Señor.
Que mejor manera para ese entonces que tomar la imagen de los mejores
soldados del mundo los del imperio romano pues el Señor no estaba tomando esto
a broma o con paranoia hay una guerra nosotros estamos en ella y tarde o
temprano seremos probados en la fidelidad y obediencia a estas instrucciones.
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