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partir de la segunda llegada de europeos, hace más de medio


milenio, a lo que iba a llamarse América, la historia comenzó a ser
de veras mundial. Pero ello se hizo sobre la esclavización de aboríge-
nes y un poco más tarde de negros traídos de África. Unos y otros se rebela-
ron desde el primer momento contra las espantosas condiciones en que se los
colocó y sobre las cuales se edificó el mundo occidental. Tales rebeliones
condujeron a fuertes movimientos, como la sublevación en 1780 de los her-
manos Katarí en el Alto Perú (hoy Bolivia) y la de Túpac Amaru en Perú.
Dichos movimientos fueron cruelmente aplastados. En 1791 comenzó la re-
vuelta de esclavos en Saint Domingue (hoy Haití), la cual se convirtió en
lucha por la independencia, que fue proclamada en enero de 1804. Se trató
de la primera emancipación de un país de nuestra América. La revista Casa
de las Américas dedicó la entrega 233 (octubre-diciembre de 2003) a cele-
brar los doscientos años de esa independencia auroral. En esta ocasión, la
revista ha dedicado una entrega doble a conmemorar el bicentenario del
inicio de las luchas emacipadoras en Hispanoamérica. Aunque tales luchas
se adelantaron en unos casos y se retrasaron en otros, el número y la intensi-
dad de las que surgieron en aquel año explica que tomemos la fecha de 1810
para englobarlas a todas. Se trató de esfuerzos magnos, pero que no consi-
guieron su necesario propósito. De hecho, en el siglo XIX, para completar las
hazañas de seres como Bolívar, San Martín e Hidalgo, figuras como Francisco
Bilbao y José Martí advirtieron que era menester que nuestros países procla-
maran su segunda independencia. Los textos que aparecen a continuación
abordan sus temas con la certidumbre de que esa independencia, que será la
definitiva, avanza: está naciendo la América por la que pelearon nuestros
primeros libertadores.
Con este número doble la revista Casa de las Américas arriba a sus cin-
cuenta años de vida. Ninguna forma mejor de conmemorar la fecha que
abordando con visión presente el grande e inconcluso batallar de nuestros
pueblos en pos de su verdadera emancipación.
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BICENTENARIO

ANÍBAL QUIJANO

La crisis del horizonte de sentido


colonial/moderno/eurocentrado*

N
o es sin inquietud que recibo esta honrosa distinción y escu-
cho las palabras no solamente cordiales, sino también gene-
rosas, con las cuales el profesor Julio Mejía Navarrete aca-
ba de presentarme ante ustedes. Quien ha dedicado sus trabajos y
sus días a tratar de entender y de explicar este mundo y este tiem-
po, ante todo para ayudar a las víctimas del poder, a los humillados
y ofendidos, a subvertirlo y liberarse de él, no podría evitar pregun-
Revista Casa de las Américas Nos. 259-260 abril-septiembre/2010 pp. 4-15

tarse por el significado de este reconocimiento, por si se trata, qui-


zá, de una señal de que algo, en efecto, se mueve en dirección de
esos cambios. En todo caso, quiero decir que es por esa esperanza
que hoy acepto y agradezco la distinción que esta universidad ha
tenido a bien otorgarme.
Y algo se mueve, sin duda. El mundo transita hoy al borde mismo
de un filoso trayecto entre un patrón de poder que ahora muestra
sus más violentas entrañas, y un nuevo horizonte histórico que pug-
na por su plena constitución.
Sin embargo, a partir del colapso de las torres financieras en los
* Esta es una versión algo revisada, de Estados Unidos, a mediados del último otoño del Norte, un torren-
la transcripción de mi presentación te de cifras y de informaciones que revelan espectaculares escán-
oral en la Universidad Ricardo Palma,
dalos financieros ocupa virtualmente todo el cauce de la subjetividad
el 15 de marzo de 2009, al recibir el
Doctorado Honoris Causa de dicha mundial inmediata, en torno a algo que todos nombran como una
universidad. crisis del «capitalismo» o, de otro modo, el «sistema». Y aunque

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unos proponen mecanismos para su recuperación de la especie misma y acaso de todas las formas de
y otros no titubean en proclamar su colapso final y vida en el planeta. Es difícil encontrar en la historia
definitivo, los lados del debate me parecen surgir de la humanidad ninguna circunstancia equivalente.
de una misma y común perspectiva. En esta, aque- De hecho, hasta donde conocemos nuestra histo-
llo que se nombra no es una cuestión a indagar, sino ria, nunca hemos estado en una encrucijada de esta
que es presentado como algo dado en la naturaleza naturaleza.
del mundo y en la naturaleza misma de esta socie- Por eso me parece no solo necesario, me parece
dad. Esto es, todo ocurre o parece ocurrir como inevitable, pensar que esta conjunción no es un acci-
un fenómeno natural. dente. Lo que ocurre con el clima no es simplemente
Si no nos defendemos de ser sumergidos en ese lo que ocurre con algo llamado «naturaleza», no es
turbión, para una gran parte de nosotros se hace más un fenómeno de la «naturaleza»; así como lo que
difícil descubrir por cuál fisura de este mundo, por ocurre con el capitalismo mundial hoy tampoco es
cuál ventana, podría verse, o por lo menos vislum- otro fenómeno natural paralelo. En ambos casos, de
brarse, cómo es que emerge, o no, lo que yo estoy maneras, sin duda, muy diferentes, pero en ambas
aquí llamando la esperanza de cambio. Y es sobre vertientes, encontramos ante todo la historia del po-
eso que me gustaría reflexionar en esta ocasión, abrir der y encontramos además la historia de un específi-
algunas de las cuestiones que podrían permitir ex- co patrón de poder que hoy día podemos recono-
plorar de nuevo esa perspectiva, tratar de ubicar los cer, como el profesor Mejía Navarrete nos lo acaba
otros elementos que sin duda allí mismo existen, qui- de recordar, la Colonialidad del Poder, constituida
zá, incluso, otro horizonte que está emergiendo. con América y Europa Occidental como sus dos iden-
No es probable que nuestra especie, homo sa- tidades históricas originales, desde fines del siglo XV.
piens, haya estado muchas veces en una situación No es, por consecuencia, solamente el capital ni
tan peculiar, tan históricamente excepcional, como solamente el capitalismo lo que está en este momen-
la que estamos viviendo, porque hay ahora una con- to en crisis, es todo un patrón de poder, y ese patrón
junción, no solo una convergencia, de eso que se de poder ha puesto en juego, además, la crisis de
llama la crisis climática global –el calentamiento glo- eso llamado «naturaleza» en nuestro planeta. Se tra-
bal es su forma más inmediata de identificar– y al ta de un poder muy específico, cuyas perspectivas
mismo tiempo la crisis de un entero patrón de po- actuales y cuyos procesos inmediatamente futuros,
der, cuya facha más visible y protuberante en esta como podemos vislumbrar ahora sin dificultad, co-
coyuntura es, sin duda, el capitalismo mundial, esa rren de manera creciente, a menos que tengamos al-
configuración históricamente excepcional en la que guna manera de detenerlo o de controlarlo, no solo
se asocian todas las formas de explotación social, la destrucción de nuestra casa común, el planeta, sino
en torno a la hegemonía del capital, y que se formó nuestra propia destrucción; no solo por la crisis pla-
y existe en tanto uno de los dos ejes fundacionales netaria, porque nos estamos matando entre noso-
mayores de tal patrón de poder. tros, cada vez más en favor y en función de lo que
En ese sentido, lo que hoy está en juego no es necesita hoy ese patrón de poder.
solamente la supervivencia del capitalismo mundial Esto significa que para poder explorar este con-
y, en especial, de sus víctimas, sino la supervivencia junto de cuestiones no es suficiente, ni pertinente,

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continuar empleando el modo hegemónico actual de que parece banal. En los colegios y las escuelas, no
producir conocimiento y de producir sentido. Es de- sé si aún hoy día los más niños, pero sin duda todos
cir, no es suficiente admitir que lo único que está en nosotros, nos acostumbramos a decir: «los espa-
crisis es algo llamado «capitalismo». Es cierto, el ca- ñoles vinieron a conquistar América». Esta frase es
pitalismo mundial, incluida su actual crisis, es el ele- falsa, palabra por palabra. No había tal cosa llama-
mento principal del nuevo sistema de explotación da España y obviamente no había América. Por tan-
social que es uno de los ejes centrales del actual pa- to, la idea de que España vino a conquistar Améri-
trón de poder. Pero, en la propuesta teórica sobre la ca es falsa. Pero nos acostumbramos a decir la frase
Colonialidad del Poder, capitalismo mundial es, pri- y a pensar espontáneamente en esos términos, es
mero, una categoría históricamente específica, en tan- decir, a entender de este modo los hechos y los
to una configuración conjunta de todas las formas procesos históricos de destrucción del mundo his-
históricas de explotación del trabajo –esclavitud, ser- tórico precolonial y de la emergencia de un nuevo
vidumbre, reciprocidad, pequeña producción mer- patrón de poder.
cantil simple y capital– para producir mercaderías Del mismo modo, nos es familiar la idea de que,
para el mercado mundial, en torno a la hegemonía en términos de riqueza y poder, el mundo se dife-
del capital. Pero esta estructura es también una ca- rencia entre el «Norte» rico y poderoso y el «Sur»,
tegoría histórica, es decir, siempre dinámica y cam- dominado, «pobre» o «subdesarrollado». Y esa di-
biante, y es de carácter diferente en cada período visión incluso nos parece realmente un asunto pro-
histórico determinado. No nos basta, en consecuen- pio de la geografía. Para contrarrestar esta idea, en
cia, nombrar la categoría, porque es todo el tiempo el anterior Foro Social Mundial en Nairobi, Kenya,
una cuestión histórica a indagar y a entender. un grupo decidió organizar lo que llamamos Global
Por otra parte, tal capitalismo mundial no agota Commons Foundation, para abrir de nuevo la cues-
el carácter históricamente específico del actual pa- tión de que hay un Sur global, un Global South,
trón de poder. Porque está inextricablemente articu- porque el Sur, si el término mienta la pobreza y la
lado al nuevo sistema de dominación social cuya dependencia, lo podemos encontrar en todas par-
base fundacional es la idea/imagen de «raza» como tes, incluso en el Norte. Sin embargo, aun cuando
forma de clasificación social básica. Ambos ejes decir que también hay Sur en el Norte es aparente-
fueron producidos en el mismo proceso, en el mis- mente una manera subversiva si nos colocamos en
mo movimiento histórico, conformando juntos, en la perspectiva eurocéntrica que da sentido a esos
una única configuración, el nuevo patrón de poder términos, si lo pensamos de nuevo encontraremos
que ahora nos habita y dentro del cual habitamos. que implica admitir, de todos modos, la idea de que
Ambos son recíprocamente dependientes, y am- realmente hay Norte y Sur en la distribución de
bos producen la intersubjetividad dentro de la cual poder en el planeta, que es la geografía que distri-
nos movemos, es decir, en mis términos, el hori- buye el poder, en lugar de percibir que se trata de
zonte de sentido que es hoy día aún dominante aun- la historia de la geografía del poder.
que está en crisis. Permítanme recordarles, con ese propósito, una
¿Qué quiero decir con el problema del horizonte legendaria anécdota que todos los peruanos sin duda
de sentido y de su crisis? Permítanme sugerir algo saben, quizá también los que no lo son. Francisco

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Pizarro y su pequeña hueste salieron de Panamá en de una nueva geografía del poder, Norte y Sur. Y,
busca de ese legendario lugar donde abundaba el al mismo tiempo, el nacimiento de un nuevo hori-
oro, pero fueron combatidos y hostilizados a lo largo zonte de sentido, de una nueva perspectiva inter-
de todo el camino. Estamos hablando de los comien- subjetiva, que se hizo mundialmente hegemónica
zos de los años treinta del siglo XVI, y las poblaciones durante tan largo tiempo, hasta hacernos admitir que
de la costa del Pacífico al sur de Panamá ya habían esa división del poder era parte de la configuración
aprendido lo que significaban para ellas esas nuevas, natural de nuestro planeta. Oí una vez, en un deba-
extrañas y violentas gentes. Y las fueron acosando, te político en Lima, que la dominación del dólar en
hiriendo, matando. Eso impedía que la hueste de Pi- la América Latina era una función de la geografía.
zarro tuviera alimento suficiente y pudiera curar sus Empero, ¿qué había en el Norte a comienzos del
heridas y enfermedades; estaban, de hecho, comen- siglo XVI? Si ustedes ubican su mapa geohistórico,
zando a diezmar. Pizarro decide parar en esa peque- geopolítico, geocultural, con toda seguridad van a
ña isla al frente de Colombia, que pertenece a Co- encontrar que en el primer tercio del siglo XVI, lo
lombia, que se llama la Isla del Gallo, y desde ahí que llamamos hoy el Norte, no es que estuviera
envía un emisario a pedirle al gobernador de Pana- vacío de poblaciones, pero no era el asiento del
má, Pedrarias Dávila, que mande ayuda. Pero algu- poder y de la riqueza. Por el contrario, todo lo
nos de sus soldados han decidido enviar secreta- que tenía poder, todo lo que tenía riqueza, todo
mente un mensaje al Gobernador, para que, en vez lo que tenía gran productividad, la sede de todo lo que
de ayuda, mande una tropa que haga regresar a Pi- después hemos aprendido con el nombre de las
zarro y su reducida hueste a Panamá. Y ustedes re- «altas culturas», anteriores a ese momento, era el
cuerdan, sin duda, la célebre copla: «Mírelo bien, Sur. ¿Qué pasó después de la Isla del Gallo? Una
Señor Gobernador / mírelo bien por entero / que allá rápida, radical y violenta redistribución del poder,
va el recogedor / pero aquí queda el carnicero». Pe- es decir, del control, no solo de los recursos de pro-
drarias Dávila entiende obviamente el mensaje, y en ducción de riqueza, sino, en primer término, de la
vez de enviar ayuda para respaldar y permitir la con- configuración de las relaciones sociales y, como una
tinuidad de la empresa de Pizarro, mandó un grupo poderosa forma de control de las relaciones socia-
para hacerlo regresar. En efecto, el grupo armado les, una nueva intersubjetividad, un nuevo horizonte
llega a la Isla del Gallo y quiere forzar a Pizarro a histórico de sentido.
regresar con toda su diezmada tropa a Panamá. Pero Durante el período que llamamos Colonia, aquí
Pizarro mostró allí quién era. Se niega a regresar, en el Perú y en América, no había en los primeros
saca su espada, traza una raya en la arena de la isla, tiempos ejército profesional, ni policía profesional.
la cruza hacia el Sur, y lanza su famosa arenga: «Por Las poblaciones colonizadas se sublevaron muchas
allí, al Norte, los que quieran ser pobres. Por aquí, al veces, pero fueron finalmente dominadas y contro-
Sur, los que quieran ser ricos». Como todos recuer- ladas. ¿Qué las controlaba, si no había policía pro-
dan, ese era el capitán Francisco Pizarro, el con- fesional, no había ejército profesional? Los con-
quistador del Tawantinsuyo o Imperio de los Incas. quistadores y colonizadores traían algo mucho
Esa escena histórica ocurrió hace poco más de más poderoso que todo eso: un conjunto de ideas,
quinientos años. Nos permite mostrar el nacimiento de imágenes y de mitos, de formas de conocer,

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de explicar, que no solamente reprimían el previo Hay debates sobre eso, como es obvio. Algunos
imaginario, el previo patrón de memoria y de olvido, piensan que en el imperio chino ya estaba plantea-
el previo modo de producir explicación, conocimien- da la idea de «raza». Pero se trata de una confusión
to y sentido, lo reprimían imponiendo encima su pro- básica con la idea de superioridad-inferioridad en-
pia atmósfera, su propia mentalidad, su propio modo tre personas y grupos desigualmente ubicados en
de entender el mundo, su propio modo de ver, su las jerarquías de dominación social. Eso siempre
propio modo de impedir ver. Esto es, colonizando la existió junto con la dominación y con la desigual-
subjetividad, la intersubjetividad de los dominados. dad social. Nuestra especie, homo sapiens, tiene
Si se va al Cusco en la fiesta del Señor de los unos doscientos mil años, y la dominación, la ex-
Temblores y se escucha cantar a esta población que plotación, la desigualdad social, el conflicto, en nues-
sigue siendo indígena, que sigue siendo «india» en tra historia, tienen, pues, muchos miles de años.
términos coloniales, y cantar en quechua ese terri- El punto es este, sin duda alguna, el control de
ble himno al Señor de los Temblores, se puede re- unos sobre otros, el control sobre los intercambios
conocer cómo les fue introyectado un elemento de comportamiento que llamamos relaciones socia-
nuevo que se llama culpa, obviamente no preexis- les es muy viejo, y el colonialismo en particular tie-
tente en estas tierras antes de la famosa raya de ne miles de años, ha habido muchos imperios colo-
Pizarro en la arena de la Isla del Gallo. De eso es niales antes del de América, pero no encontramos
que estoy hablando aquí, y es aquí que quiero dejar en parte alguna de esa historia, este constructo
abierta esta cuestión. Quiere decir que la destruc- mental que hoy día reconocemos como raza, por-
ción del mundo histórico previo, la colonización de que no se refiere a la posición de superioridad-in-
la población sobreviviente, no solo implicaba la re- ferioridad en las jerarquías sociales. Habitualmente,
distribución de la riqueza, sino la constitución de un sobre todo en países como el nuestro, por ejem-
nuevo patrón de poder, desde finales del siglo XV plo, los ministros creen que son superiores o se
en adelante. Ese patrón del poder es lo que hoy día manejan como superiores con sus secretarias. Y los
hemos aprendido a re-conocer como la Coloniali- antiguos chinos se creían sin duda «superiores» a
dad del Poder. los demás habitantes del mundo. Allí se trata de un
Permítanme insistir. Se trata de un nuevo patrón «etnocentrismo», como dice la jerga de los antro-
de poder históricamente específico, constituido so- pólogos. Pero aquí no se trata de eso. Se trata de
bre dos ejes fundacionales: 1) Un nuevo sistema de aquello que se discutía tempranamente, a mitad del
explotación social que consistía y que consiste aún siglo XVI, en Valladolid, respecto de los «indios»:
en una configuración conjunta de todas las formas ¿qué son estos, son bestias, son humanos, son se-
históricas de explotación en torno, y bajo la hege- mibestias, semihumanos, tienen alma? Es decir, ¿per-
monía, del capital; 2) un nuevo sistema de domina- tenecen o no a nuestra especie? En nuestra jerga
ción social configurado sobre la base, y en torno a actual diríamos que se trata de una cuestión sobre
la idea-imagen de «raza», un constructo mental que una desigualdad básica en la estructura de la biolo-
no tiene precedente alguno en la historia. En los lí- gía de las personas, por lo tanto, de una diferencia
mites de esta ocasión quiero explorar, sobre todo, «natural». Unos no son humanos, o no lo son del
la significación de ese segundo eje. todo.

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Finalmente, tras el debate de Valladolid, el rey de de las demás formas de explotación en América,
Castilla-Aragón, de la futura España, decreta, como también se va eurocentrando la elaboración inte-
antes lo había hecho el Papa, que los «indios» son lectual, filosófica y teórica de las experiencias his-
humanos, pero que son paganos y deben ser cristia- tóricas dentro del nuevo patrón de poder. En ese
nizados. Sin embargo, en la práctica social de medio sentido, no hay cómo no admitir que sin la «raciali-
siglo, no solamente para los dominadores, sino para zación» de las relaciones sociales y de la clasifica-
sus administradores y sus víctimas, esa idea de que ción social básica de las gentes, sin esa dualización
los indios no son humanos o son a lo sumo semihu- de la población del nuevo patrón de poder entre
manos, ha ido calando profundamente, se ha ido pro- humanos y semihumanos, entre humanos «racial-
duciendo un proceso de «naturalización» de ese idea- mente» (esto es, «naturalmente») «superiores» e
imagen, y esta ya se ha convertido en un elemento «inferiores» entre sí, la secularización de la teología
central de las relaciones sociales entre los coloniza- cristiana medieval en la nueva filosofía eurocéntri-
dores y sus víctimas. Cuando se admite legalmente ca, difícilmente habría llegado al extremo de pro-
la humanidad de los nuevos colonizados, tal condi- poner el nuevo dualismo radical (entre «razón» y
ción es admitida en la práctica social en un nivel muy «naturaleza) cartesiano y su admisión como el fun-
bajo, muy próximo de eso que se llamará después damento mismo de la «racionalidad moderna», des-
«naturaleza». Se está imponiendo, en consecuencia, tinada a ser hegemónica no solo entre América y
un nuevo sentido histórico, un nuevo modo de en- Europa Occidental, sino en todo el mundo de la
tender no solo las relaciones entre las gentes y las Colonialidad eurocentrada del Poder, después de
experiencias entre ellas, sino las relaciones entre nues- la «revolución industrial/burguesa» y de la mundia-
tra especie y el resto del universo. lización del colonialismo europeo occidental.
La producción de la idea de «raza» y la «racializa- El nuevo dualismo radical cartesiano, victorioso
ción» de las relaciones sociales da lugar a una nue- sobre el monismo spinoziano, se convirtió en el fun-
va perspectiva intersubjetiva, que impregna todos damento mismo de la nueva perspectiva mental, in-
y cada uno de los ámbitos de la existencia social, y telectual, que emerge junto al eurocentramiento de
que orienta, define, legitima las nuevas relaciones la Colonialidad del Poder. En ese contexto y de ese
coloniales, en su materialidad y en su intersubjetivi- modo, tal «moderna racionalidad» no podía ser sino
dad, en el mismo movimiento histórico en el cual va una «colonial/moderna racionalidad».
emergiendo Europa Occidental como sede del con- Tal dualismo radical no tiene precedentes histó-
trol central del nuevo patrón de poder. Esto es, en ricos, lo mismo que la idea de «raza», que es una
el mismo proceso de eurocentramiento del nuevo de sus patentes experiencias fundacionales. Quizá
patrón de poder cuya base fundacional es la racia- lo más antiguo que podemos reconocer es el Fe-
lización de las relaciones en la nueva existencia so- dón de Platón, donde se establece una diferencia-
cial bajo el dominio colonial ibérico. ción muy profunda de dos dimensiones en cada in-
En el proceso de emergencia de la nueva identi- dividuo, lo que es tangible, material, y lo que no lo
dad, que se llamará después Europa Occidental, es. Pero en Platón ambas dimensiones siguen ac-
como sede central del control del nuevo patrón de tuando asociadas dentro de cada uno de nosotros,
poder y de la expansión del capital, sobre la base son diferentes, diferenciables, pero no separables.

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Obviamente, si se revisa lo que ocurría en las que los portadores de la Inquisición, que van a quemar
ahora llamamos «altas culturas», en todas ellas y en a quienes no admiten sus creencias, sobre todo a
cualquier parte y durante miles de años, la gente las mujeres, pues la gran mayoría de quienes fueron
aprendió que podemos diferenciar entre dimensio- quemadas eran mujeres y no por accidente, obvia-
nes que no son lo mismo, pero nadie nunca propuso mente. Los conquistadores son autoritarios, jerár-
que se las pudiera separar como de naturaleza dife- quicos, represivos y patriarcales, esto es, en su pers-
rente. Esa propuesta por primera vez aparece en pectiva de sentido, la mujer es inferior al varón. Pero
Descartes. La razón es divina, nosotros somos por- a partir del siglo XVI, toda mujer de raza superior
tadores de la razón, por lo tanto tenemos algo de será, por definición, superior a todo varón de raza
divino, pero el resto de nosotros, el cuerpo, pues, no inferior. También las llamadas «razas inferiores» son
es divino, y el resto de lo que existe fuera de noso- jerarquizadas entre ellas, unas están más cerca de
tros tampoco es divino. Se trata, como podemos ver, la «naturaleza» y por supuesto, en especial, las mu-
de un nuevo y radical dualismo, que se hizo el funda- jeres de esas razas inferiores. Sobre todo después
mento del modo eurocéntrico de producir sentido, y de la conquista y colonización de África, los negros
que no solamente diferencia sino separa, como dos son considerados como muy próximos a la natura-
mundos externos entre sí, razón y naturaleza. leza, y sus mujeres como virtualmente naturaleza.
Hay propuestas diferentes que son producidas Un poco más arriba en esa escala están los llama-
en esa misma época. Spinoza trabaja en el mismo dos indios. Después de la Revolución Industrial,
momento, en la misma ciudad, pero él es un judío la nueva entidad histórica que se llamará después
sefardita, rechazado por su propia comunidad, ais- Europa Occidental parte a la conquista y coloniza-
lado, abandonado. Así, quien finalmente se impone ción del resto del mundo. Entonces los nuevos «eu-
en adelante como el gestor y productor de la teoría ropeos occidentales» redefinen las identidades his-
de la racionalidad, será Descartes. tóricas de los pueblos que conquistan y colonizan,
Hay una división, una dualización previa a la «ra- les imponen nuevas denominaciones, nuevas jerar-
cial», mucho más antigua, es una división entre las quías. Así se produce eso llamado Oriente, como el
diferencias de sexo en nuestra especie. No estoy «otro», aunque de todos modos inferior, de lo eu-
seguro de si la dominación patriarcal es tan univer- ropeo occidental. Los indios o los negros africanos
sal y permanente como hoy se insiste, sobre todo no tenían ninguna posibilidad de ser el otro, el Orien-
en el mundo llamado Occidental y cristiano; creo te de Occidente, son de partida muy inferiores.
que no, creo que las experiencias fueron mucho más Como ven, se está instalando un nuevo sentido
variadas, complejas y múltiples. Pero finalmente, histórico, que se va desarrollando en el curso de
incluso esta distinción previa que propone que hay expansión mundial de este patrón de poder, sobre
un sexo inferior, lo que hoy se debate como la cues- todo con el proceso de lo que llamamos Revolu-
tión del género, es totalmente redefinida a partir de la ción Industrial, en el centro-norte de la nueva iden-
producción e imposición de la idea de raza y de la ra- tidad histórica que reconocemos como Europa
cialización de las relaciones sociales. Occidental. Su experiencia colonizadora en el res-
Los conquistadores que vienen, recuerden quié- to del mundo contribuirá a producir lo que ellos lla-
nes son, son cristianos de la Contrarreforma, son marán después la «modernidad». Tal «modernidad»

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es, en consecuencia, una producción eurocentrada, barato. ¿Cómo, en qué momento, quién o quiénes
pero dentro de la Colonialidad global del Poder. producen esta nueva tecnología social y convier-
En consecuencia, se trata de una colonial/moder- ten, de buen grado o con violencia, la fuerza de
nidad. trabajo vivo e individual en mercadería? Esa es to-
También quisiera explorar rápidamente esto, pues- davía una cuestión abierta. Pero allí es constituida
to que no tenemos demasiado tiempo. La experien- una nueva división del trabajo, que llamamos hoy
cia de la dominación colonial de Europa Occidental día capital. Pero ese capital en el Mediterráneo no
sobre el resto del mundo implica la expansión y pro- era hegemónico sobre las demás formas de explo-
fundización del nuevo patrón de poder constituido tación, sobre la esclavitud, sobre la servidumbre,
desde América. Junto con la «racialización» de la cla- sobre la reciprocidad, sobre la pequeña produc-
sificación social básica de la población mundial aho- ción mercantil simple. Aunque desde el siglo XIII el
ra colonizada, se expande también, se desarrolla, el capital mercantil comienza a expandirse hacia el
nuevo sistema de explotación social que se configura norte de la Península Itálica, sobre todo, a través
en torno a la hegemonía del capital. de los ríos, coexiste con todas las demás formas,
No sabemos aún con suficiente precisión cuán- sin ninguna configuración conjunta, lo que solo po-
do emergió el capital como relación social específi- drá ser producido con América y sobre la base de
ca. La cuestión está apenas planteada desde hace América, aunque su expansión será resultado del
muy poco, hay investigaciones en curso, pero no eurocentramiento del nuevo patrón de poder.
tenemos respuestas conclusivas. Por lo que hasta Con América, no solamente se impone la idea
aquí sabemos, este capital, como relación social de de raza como el criterio central de clasificación so-
control del trabajo, de la producción y la distribu- cial de la población del mundo, sino que además
ción del trabajo, por medio de la mercantilización se va estableciendo una nueva cuenca comercial
de la fuerza de trabajo, probablemente comenzó que va ganando predominio en lugar del Medite-
en algún lugar del Sur de lo que hoy llamamos la rráneo, para poder llevar la ingente producción des-
Península Ibérica y/o de la Península Itálica, en el de América por la nueva ruta que es el Atlántico:
Mediterráneo, entre los siglos IX y XI, por tanto, metales preciosos, oro, plata, cobre, etcétera, y
bajo hegemonía musulmana. La sociedad organi- vegetales preciosos, cacao, tabaco, papa, etcéte-
zada en la cuenca del Mediterráneo, bajo hegemo- ra, que son producidos como mercaderías para el
nía arábigo-musulmana, era un mundo culto, urba- nuevo mercado mundial por medio de la esclavi-
no, centro de investigaciones médicas, filosóficas, tud, de la servidumbre, de la pequeña producción
tecnológicas, científicas, matemáticas, y excepcio- mercantil, de la reciprocidad y del capital. Todas
nalmente rico y productivo eje del tráfico comercial esas formas de explotación o de control del trabajo
del mundo pre-América y pre-Europa Occidental, operan juntas, todas en una única estructura de pro-
el activo intercambio comercial desde lo que hoy ducción de mercaderías para el nuevo mercado
llamamos India, desde lo que hoy llamamos China, mundial. Es esto lo que va generando lo que hoy
desde Persia, desde Bagdad, El Cairo, etcétera. día llamamos Europa Occidental y la propia Espa-
Por eso, en la cuenca del Mediterráneo se necesi- ña. Entonces, América y Europa Occidental se pro-
taba urgentemente producir más, más pronto y más ducen recíprocamente en el mismo período, en el

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mismo momento de la historia, en un patrón de po- sistemas y las técnicas de observación, medición, de
der cuyos ejes centrales son, de una parte, la sub- experimentación que no son inventados entonces, son
jetividad y la intersubjetividad montadas sobre la un desarrollo de lo que venía desde antes, sobre todo
idea de raza y de la jerarquización intersexual, es desde el Mediterráneo bajo dominación musulmana.
decir, racista y sexista, y que invade e impregna Desde allí se origina eso que ahora se discute como
todos los ámbitos de la existencia social, desde el la cuestión de la modernidad y de la racionalidad. Es
imaginario, la memoria, la sensibilidad, la explica- un nuevo horizonte de sentido. Pero en el marco de
ción, el conocimiento; de la otra parte, todas las este patrón de poder, en el contexto y en el proceso
formas de explotación, de control del trabajo, en de la Colonialidad del Poder, ese nuevo horizonte de
torno a la hegemonía del capital y, en consecuen- sentido, la modernidad, no puede dejar de ser tam-
cia, de carácter capitalista, en su conjunto. Eso es bién colonial, no solo por su origen, sino por sus ele-
lo que podemos reconocer como el capitalismo mentos constitutivos que le son inherentes desde en-
mundial. Este no se hizo hegemónico ni mundial solo tonces hasta hoy.
y separado de las demás formas de explotación Todo horizonte de sentido, aunque sea dominan-
social. Y desde el siglo XVI no ha existido ni actua- te, es siempre heterogéneo en la historia. Su hege-
do nunca sino como predominante de esa configu- monía no implica que todos, en cada rincón del
ración global de producción de mercaderías para mundo, piensen exactamente del mismo modo, sien-
el mercado mundial. Entonces como ahora, a co- tan del mismo modo, entiendan del mismo modo,
mienzos del siglo XXI. expliquen del mismo modo. La hegemonía de un
La propia Revolución Industrial, como sabemos horizonte de sentido implica un eje de orientación
hoy por investigaciones específicas, fue el desarro- común, y en un poder colonial implica que ese eje
llo de las innovaciones tecnológicas hechas por los invade, coloniza, incluso, lo que no le pertenece, lo
esclavos negros en Martinica, Jamaica y Cuba, en reprime, lo humilla o lo disminuye.
la producción de tabaco, café y caña de azúcar. Este horizonte de sentido colonial/moderno/euro-
Porque antes de la Revolución Industrial, eso que centrado ha sido dominante hasta la Segunda Guerra
hoy llamamos Europa Occidental no tenía nada, li- Mundial. No dejó nunca de ser resistido y contes-
teralmente nada, que ofrecer al mercado mundial, a tado. Desde el propio período colonial, la resisten-
menos que alguien lo recuerde. Lo que ofrecía era cia se produce en América, sobre todo en lo que
lo que producía el trabajo no pagado de esclavos y hoy llamamos la América Latina, no solamente por-
siervos de América, metales preciosos que permi- que es la primera región donde se constituye la
tieron metalizar la moneda y monetizar el mercado, Colonialidad del Poder, sino también por el fracaso
tener por fin un mercado monetario estable y conti- ibérico respecto de la primera colonial/modernidad.
nuo, hacer realmente un nuevo mercado mundial, Después de la independencia en el siglo XIX, ya había
con nuevos minerales y vegetales preciosos. en América movimientos que resistían la manera
Hay, pues, todo un horizonte de sentido nuevo, eurocéntrica de ver el mundo.
pero el eje epistémico central de todo esto sigue sien- Si ustedes comparan cuidadosamente toda esta
do esa extraña combinación de dualismo radical y corriente llamada de los «estudios de subalterni-
racismo-sexismo, de una parte; y de otra, los nuevos dad», que se produce sobre todo entre los historia-

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dores hindúes, desde Ranajid Guha en adelante, y «pos», primero el poshumanismo, después el po-
la comparan con la producción intelectual de la sestructuralismo, lo poscolonial o estudios posco-
América Latina desde fines de siglo XIX, sobre todo loniales, luego vendrá lo posmoderno, la posmo-
desde Martí en adelante, pasando por Vasconce- dernidad. Este callejón de los pos implica una
los, Haya, Mariátegui y otros, encontrarán que se tartajosa dificultad, de una crítica desde dentro del
mueven las mismas cuestiones y que las respuestas eurocentrismo, que no llega, sin embargo, a produ-
básicas son las mismas, aunque Guha y sus segui- cir realmente ninguna ruptura básica en la episteme
dores son profesionales en la investigación históri- racista/sexista que comenzó con «América» y se
co-social. Pero también, probablemente, encontra- desarrolló y se hizo mundialmente dominante en el
rán que el debate tiene, sobre todo, un origen y un curso y en el cauce de la expansión mundial del co-
sentido más bien identitario, incluso nacionalista, por lonialismo europeo occidental. Pero es una indica-
lo cual los supuestos epistémicos no son siempre, ción eficaz de que ese horizonte está en crisis.
ni necesariamente, antieurocéntricos, aunque la teo- Y otra vez, para hablar de nuevo desde el Sur,
ría histórica sea producida como una contestación desde la América Latina y el Caribe, en primer tér-
antihegemónica, y que no es por acaso que las ca- mino, pero también desde África, desde Asia, hoy
tegorías gramscianas de subalternidad y de hege- día va emergiendo todo un movimiento de la socie-
monía ocupan un lugar central. dad que ahora va rápidamente, y hay un nuevo de-
Por eso, con la solitaria excepción de Mariáte- bate, que no solo pone en cuestión los supuestos
gui, ninguno de los demás encuentra, descubre o epistémicos de este horizonte de sentido y por tanto
tropieza con un modo de romper o subvertir las su imaginario, su forma de producir patrones de
raigambres epistémicas de este horizonte de senti- memoria y olvido, su forma de producir explica-
do. Mariátegui queda muy aislado, condenado po- ción, conocimiento y sentido, sino produce, además,
líticamente desde la conferencia de 1929 de los comienza a producir en la práctica, otro horizonte
partidos comunistas latinoamericanos, y es intelec- posible que está en plena constitución. Porque en
tualmente enterrado por todo un período. Aunque este período se conjugan la protesta social de los
mitificado y glorificado por su nombre, sus descu- más dominados en la Colonialidad del Poder, de los
brimientos teóricos centrales no reaparecerán en el «indígenas», con la crisis de la naturaleza, pues, del
debate latinoamericano sino décadas después. planeta mismo. En esta conjunción, la lucha de los
Pasada la Segunda Guerra Mundial, después de indígenas por la supervivencia resulta ser también una
las experiencias del nazismo y frente a las del des- lucha por la supervivencia de la especie entera y, en
potismo burocrático, el predomino del eurocentris- fin, de las condiciones de vida en el planeta. En ese
mo, del horizonte de sentido colonial/moderno/euro- contexto, es la primera vez en estos quinientos años
centrado, no podía quedar indemne. Todo horizonte en que emergen una perspectiva y un discurso ne-
histórico de sentido es una combinación epistémi- cesariamente anticapitalistas y anticolonialidad del
ca/teórica/histórica/ética/estética/política. El actual- poder, que no tienen orígenes intelectuales o ético
mente hegemónico está en crisis abierta. Pero la filosóficos, sino en las más directas necesidades de
crisis del eurocentrismo se produce de un modo la sobrevivencia, porque en este mismo período han
muy curioso, nos metemos en el callejón de los pasado al predominio las más profundamente

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conflictivas y violentas tendencias del actual patrón matizado dicen algunos, de producción, en que la
de poder, y las más tecnocráticas orientaciones y lí- fuerza viva de trabajo individual, virtualmente no
neas de la colonial/modernidad. Es decir, es la crisis existe, no está ahí. Por consecuencia, ahí no hay
del patrón de poder, como tal, lo que produce la más empleo en el sentido convencional, ahí se pro-
crisis de su horizonte hegemónico de sentido. duce desempleo, los demás trabajadores solo pue-
El capitalismo hoy día –voy a cerrar con esto– den conseguir empleo en los niveles medio y bajo,
sigue siendo capitalismo, pero mirando el debate por eso se habla de desocupación estructural, no
sobre la catástrofe financiera contemporánea, se pue- de coyuntura, y por eso la flexibilización y la preca-
de ver que hay algo que no llega al debate aún, el rización del empleo. Por eso también la reexpan-
hecho de que el capital ha entrado desde hace trein- sión de la esclavitud, de la servidumbre, de la pe-
ta y cinco años, aproximadamente, en una crisis de queña producción mercantil que en un momento fue
transición o en una crisis de disrupción de sus más el corazón mismo de la economía informal, y tam-
profundas raíces y fundaciones. ¿A qué me refiero? bién de la reciprocidad.
Esto es parte de la historia del debate social de la Estoy seguro de que muchos de ustedes saben,
América Latina. Fuimos nosotros en la América La- quizá incluso han vivido la experiencia, que los nue-
tina los que a mitad de los años sesenta del siglo XX vos artefactos electrónicos tienden a ser cada vez
comenzamos a descubrir que un cambio muy pro- más pequeños y cada vez más baratos en precio, y
fundo empezaba a ocurrir en la relación capital-tra- algunos pueden ser, y de hecho son, obsequiados.
bajo. Los estudios que hablaban de «marginalización» ¿Por qué? Porque el costo de producción indivi-
dan cuenta de eso. Una parte creciente de traba- dual de esos instrumentos desciende continuamen-
jadores expulsados en los momentos de contracción te y puede ser a veces menos que cero. Pero junto
de la producción no era recuperada en el momento de con el obsequio, usted además se registra, o puede
expansión, y esa proporción ha ido creciendo cons- registrarse, en un servicio que tiene que ir pagando
tantemente. ¿Por qué? mensualmente. Eso quiere decir que no es más el
Los estudios del famoso Grupo de Praga, desin- costo de producción lo que es el eje del mercado,
tegrado con la invasión de los tanques rusos en sino la especulación financiera. Por eso, el capital
1968, ayudaron a entender lo que implicaba o po- financiero existente hoy no es el viejo capital finan-
día implicar aquello que ya se nombraba entonces ciero que aparece siempre en toda crisis, pero siem-
como «revolución científico tecnológica», un deci- pre con duración corta, diez o quince años como
sivo cambio, una mutación, en las relaciones entre promedio; el de aquí ya lleva cuarenta años y no
el espacio y el tiempo y entre nosotros con ellos. tiene cara de irse, si no se lo echa. Cuanto más
Porque esa revolución científico-tecnológica per- inventivos o «creativos» son los mecanismos de
mitía prescindir cada vez más de fuerza de trabajo especulación, pueden permitir mayores ganancias.
individual viva. Pero, en ese momento –estamos Por tanto, la especulación financiera tiende a ser
hablando de los años sesenta–, era aún una ten- cada vez más desregulada y, en consecuencia, frau-
dencia incipiente, aunque observable. Hoy en día dulenta. En la gran crisis financiera actual, esa es
no es una tendencia, es una situación totalmente una parte necesaria de toda explicación: es un gi-
consumada. Hay un nivel ultratecnologizado, infor- gantesco fraude financiero, muy minuciosamente

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armado, pero estamos hablando de trillones de raza es un fenómeno de la naturaleza y no del poder.
dólares. En consecuencia, ese reclamo no tiene sentido, aun-
Jeremy Rifkin ha mostrado cómo el producto bruto que parezca muy progresista. «Raza» no existe, si
de todo el mundo puede pasar en solo una semana usted no cree en ella. Es lo mismo hoy día con el
por todos los intersticios de comunicación y transmi- capital financiero y la crisis. No se trata de si el Esta-
sión electrónicas en la ciudad de Nueva York. Y, como do es nacionalista o socialista, o es otra cosa.
todos podemos suponer, se trata de millones de mi- Hay un horizonte de sentido que emerge, que
llones de dólares. Ese dinero ¿es real? La gente pre- comienza a no creer, incluso a negar todo esto, por-
gunta a dónde se ha ido todo ese dinero en la recien- que ahora la supervivencia de todos está en juego,
te crisis financiera: son trillones de dólares, ¿a dónde a todos los niveles. Entonces empiezan a estar en
se van? Pero ese dinero no se va, ni se muere. Es cuestión el mercado y el lucro, y la idea de explota-
dinero ficticio, no tiene sentido. Entonces, no es más ción de la naturaleza, que nació asociada a la idea
el mismo viejo dinero que era un símbolo de las equi- de «raza», porque esta supone, precisamente, que
valencias entre productos en el mercado. El actual las «razas inferiores» lo son por «naturaleza» y es
capital financiero no trabaja con ese mismo dinero. «natural» que sean explotadas. Esa idea ha sido lle-
Por eso, a pesar de que Bush y Obama ahora invier- vada a cabo, agudizada y pervertida, sobre todo
ten de nuevo miles de millones de dólares para las en los trescientos años después de América, junto
grandes corporaciones financieras, ellas se siguen con América.
derrumbando. Ayer cayó la AIG, la mayor asegura- Hay, pues, un horizonte de sentido en quiebra y
dora universal, porque necesita más dinero, en con- otro horizonte de sentido que emerge, y estamos
secuencia la Bolsa cayó al día siguiente 13 % en Nueva en medio de eso de algún modo; si no somos capa-
York, y luego en todo el mundo. ¿Por qué? Crisis de ces de hacerlo visible, activo, realmente visible en
confianza, exactamente. Como mucha gente comienza el «otro mundo posible» que se busca y que se de-
a entender. El dinero es la sombra del poder. Si us- bate en los Foros Sociales Mundiales, escenarios
ted no cree, no existe o no se puede. Es como la centrales del debate de la resistencia y de las alter-
idea de «raza», nuestros compañeros víctimas del nativas, puede haber «otro mundo posible», pero
racismo han peleado por la democratización de las ese puede ser mucho peor, y en cierto modo co-
relaciones raciales. Pero eso no es posible en reali- mienza a serlo. Tenemos, pues, una opción todos
dad. Si usted pelea por la democratización de las aquí, una u otra posibilidad.
relaciones de «raza», entonces está aceptando que Gracias. c

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