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Efectos del cannabis y los cannabinoides sobre la salud

Al hablar de los efectos del cannabis sobre la salud, se tiende a mostrar los efectos
adversos que tiene como toda sustancia –incluyendo las medicinas–, y a describirlo
exclusivamente como “sustancia de abuso”. Sin embargo, y a pesar de que puede ser
objeto de uso problemático y dependencia química al igual que algunos medicamentos y
otras sustancias lícitas e ilícitas, el cannabis y los cannabinoides también tienen efectos
beneficiosos.
Un aspecto que también se debe considerar cuando se habla de los efectos es la relación
daño-beneficio, vale decir, la comparación entre la magnitud del beneficio y de los
efectos adversos. Por ejemplo, cuál es la importancia de la sequedad de boca en el
tratamiento con cannabinoides de una epilepsia refractaria con riesgo de vida? Y de la
somnolencia pasajera en el curso del acompañamiento de una quimioterapia por cáncer?
Es preciso aclarar que no es lo mismo hablar de los efectos del cannabis que de los
cannabinoides aislados, los principios activos más importantes de la planta. Es que la
planta también contiene otros compuestos, los terpenos, que además de ser responsables
del aroma de la planta, tienen efectos que complementan o modulan los de los
cannabinoides.
A pesar de que la búsqueda de placer es un componente importante de la salud mental,
no se tratarán aquí los efectos buscados en el uso no-médico.
Los efectos del cannabis pueden ser clasificados según distintas variables:
PROPIOS DE “LA SUSTANCIA”
a. Beneficiosos – Perjudiciales
b. Buscados – No deseados
En sentido estricto no podemos hablar de “la sustancia”, pues se trata de una planta. En
todo caso serían “las sustancias”, pues son muchos los compuestos que ingresan al
organismo cuando se consume cannabis, varios de los cuales inciden en el efecto.
La designación de un efecto como beneficioso o perjudicial y como buscado o
no deseado depende de la situación y objetivo del uso. Es así, que el trastorno de la
memoria es el efecto buscado en el Trastorno de Stress Postraumático (TSP), pues se
trata de que la persona pueda olvidar y/o desapegarse emocionalmente de la situación
traumática que le causa el trastorno. Así, un efecto perjudicial deviene en beneficioso.
DERIVADOS DE LA VÍA DE USO
a. Vía respiratoria (inhalatoria)
1. 1. Inhalación del humo producto de la combustión de flores y hojas
(fumar)
2. 2. Inhalación de vapores (con dispositivos especiales)
b. Vía oral o digestiva (ingestión con deglución de preparados)
c. Vía percutánea (aplicación en la piel de parches y cremas)
d. Vía sublingual (sprays y tinturas de aplicación sublingual)
e. Vía rectal (uso de supositorios)
Seguramente, en el futuro, a medida que avance la tecnología aplicada a estos productos
se pueda contar con más vías de administración, como las gotas oftálmicas y soluciones
inyectables.
La elección de una vía se hace teniendo en cuenta distintos aspectos. Algunas son las
elegidas para lograr un efecto sistémico (general) como por ejemplo para el tratamiento
de la epilepsia, enfermedades neurodegenerativas, náuseas y vómitos, TSP, trastornos
inmunitarios y el dolor crónico. Estas son las vías inhalatoria, oral, sublingual y rectal.
El uso tópico es de elección en el tratamiento de los trastornos de la piel como el acné, o
de algunas que se manifiestan en ella como la psoriasis. También pueden ser utilizadas
en casos de dolor muscular o articular localizado.
Por último, en algunos cuadros clínicos puede ser necesario o más beneficioso el uso de
la vía sistémica y tópica de forma complementaria, como por ejemplo en la artrosis y
poliartritis reumatoide.
Cada vía sistémica tiene un inicio y duración de la acción diferente. Esto debe ser tenido
en cuenta a la hora de definir una estrategia terapéutica. La vía inhalatoria tiene un
inicio de acción rápido y duración del efecto corta, por lo que se necesita repetir las
dosis con frecuencia. Por el contrario, la vía digestiva tiene un inicio de acción tardío,
pudiendo llegar hasta las dos horas, pero la duración del efecto es de muchas horas, por
lo que la administración es de dos a tres veces por día.
Cada vía tiene sus pros y contras, utilidad y aplicación, pero la vía fumada,
decididamente no es una forma de administración aconsejable por la misma razón que
fumar tabaco: produce compuestos cancerígenos y otros trastornos de salud.
DEPENDIENTES DE LA SALUD MENTAL
a. Acción sobre estructura psicopatológicamente sana
b. Acción sobre estructura psicopatológica vulnerable o enferma
Este aspecto no es menor. La acción del cannabis y los cannabinoides, particularmente
el THC, no es la misma en una y otra estructura psicopatológica. Por ejemplo el temido
efecto “esquizofrenizante” que se le atribuye, no se presenta en todas las personas sino
en aquellas que tienen la vulnerabilidad, pudiendo adelantar el inicio de la enfermedad.
A pesar de los riesgos del consumo de THC por personas con ciertas vulnerabilidades,
algunos cannabinoides como el CBD tienen efecto terapéutico en ciertos trastornos de
salud mental: ansiedad, depresión, ataques de pánico y psicosis, es decir en personas
que tienen un trastorno mental de base.
Por lo tanto, no se trata solamente de la estructura de base, sino también del
cannabinoide y asociación de cannabinoides que se utilice. Las variedades de alta
potencia psicoactiva, son más proclives a dar efectos adversos en la esfera mental. A
esto debemos agregar que también dependerá de las dosis utilizadas: no son infrecuentes
los casos de personas que previamente habían consumido cannabis en muchas ocasiones
con fines lúdicos sin efectos adversos, y que frente a una dosis excesiva han tenido
episodios psicóticos pasajeros.
Es necesario aclarar que el uso de cannabis con fines medicinales por una persona con
estructura psicopatológicamente vulnerable, aunque debe ser manejado con mucha
cautela, no tiene porqué inexorablemente acompañarse de efectos adversos.
Finalmente, se debe considerar también la posibilidad de reacciones idiosincráticas:
reacciones que no son esperables o propias del producto, pero que en algunas personas
pueden presentarse efectos no previsibles. Por todo lo expuesto, se recomienda a las
personas que comienzan a utilizar cannabis, sea con el fin que sea, un uso inicial a bajas
dosis y de ser necesario ir incrementando lentamente hasta encontrar la dosis adecuada
al objetivo con los menores efectos adversos.
DEPENDIENTES DEL USO
a. Medicinal (en casos de enfermedad con objetivos terapéuticos)
b. No-medicinal (adulto y recreativo)
Resulta interesante evidenciar que los efectos también pueden ser distintos según el tipo
de uso. Por distintas razones que incluyen al propio producto, la forma de
administración y las dosis, la patología a tratar, la susceptibilidad a los efectos del
cannabis de las distintas personas, en el uso medicinal bien conducido por un
profesional capacitado y experimentado, en términos generales no suelen presentarse los
efectos que se reconocen en el uso no-médico. Tal es el caso de la dependencia. En mi
experiencia clínica es por demás infrecuente. Igualmente, los efectos psicoactivos
pueden ser evitados aún cuando se utilice THC.
DEPENDIENTES DEL SET (estado de la persona) Y EL SETTING (contexto)
Estos factores –set y setting– se refieren sobre todo a aspectos de la persona y del
contexto de uso en un momento dado. Los efectos del cannabis no serán los mismos en
un contexto seguro, un lugar agradable y acompañado por personas con buena sintonía,
que en una escena de prohibición y censura con presencia policial. La probabilidad de
un efecto adverso con sentimientos de persecución son mayores en el segundo
escenario.
En cuanto al set, a modo de ejemplo, no es aconsejable consumir cannabis si se tienen
expectativas negativas o temores pues aumentan la probabilidad de efectos adversos de
la esfera psicológica.
DEPENDIENTES DEL ORIGEN
a. Cannabinoides naturales en extractos de la planta
b. Cannabinoides naturales purificados en preparados artificiales
c. Cannabinoides sintéticos en formulaciones farmacéuticas
d. Cannabinoides sintéticos de uso lúdico
Existen tanto en el uso medicinal como no-medicinal efectos, tolerancia y riesgos
distintos para estos cuatro tipos de productos, siendo los productos sintéticos los de
mayores riesgos y efectos adversos, algunos de los cuales pueden ser severos y con
riesgo vital por sus efectos cardiovasculares. Es el caso de cannabinoides sintéticos
usados con fines lúdicos que integran el grupo de las sustancias llamadas “legal highs”
(viajes legales). Los cannabinoides sintéticos ya aceptados como medicamentos
(dronabinol, nabilona), también presentan efectos adversos, pero no son de igual riesgo
que los del mercado clandestino.
Como se puede ver, hablar de los efectos no es tan simple ni tan absoluto como se suele
plantear.
Tal es por ejemplo el caso de la dependencia química (DQ). El potencial adictivo del
Cannabis ha sido estimado en el 9%, bastante menor por cierto, que el de cualquier otra
sustancia psicoactiva incluyendo el de muchos psicofármacos de uso terapéutico muy
extendido como las benzodiacepinas. El desarrollo de la dependencia al cannabis se
verifica casi exclusivamente en el uso adulto, pero casi nunca en aquellas personas con
uso medicinal y menos aún si el tratamiento es conducido adecuadamente, inclusive
cuando los preparados contengan THC, el cannabinoide al que se atribuye la generación
de la DQ. En estos casos, en general no sólo no se tiende a aumentar la dosis para lograr
el mismo efecto por la tolerancia, base del fenómeno de la dependencia, sino que con la
mejoría de los síntomas, los pacientes tienden a disminuir o discontinuar su uso sin que
se presenten elementos clínicos del síndrome de abstinencia. Con los opiáceos y
benzodiacepinas no resulta igual.
Aprovecho el tema para llamar a la reflexión sobre la importancia desmesurada que se
le suele dar a la cuestión de la DQ en el contexto del uso médico. En general, el uso de
cannabinoides y también el de opiáceos, suelen aplicarse a patologías graves con gran
sufrimiento para pacientes y sus familiares. Nuestra cultura parece tolerar muy mal la
DQ a sustancias psicotrópicas aún en contexto de enfermedad. Si bien no banalizamos
el desarrollo de una DQ, se trata de pensar en términos de relación costo-beneficio.
No es lo mismo con el THC, cuyo uso debe ser evitado o utilizado con extrema
precaución por personas con estructuras de personalidad con tendencia o antecedentes
familiares de psicosis, y usando variedades o preparados que tengan concentraciones
bajas de THC y altas de CBD.
En la depresión, algunos pacientes se benefician con el uso adicional de preparados de
Cannabis, pero también hay quienes muestran signos de depresión. Aunque hay algunas
evidencias interesantes, como por ejemplo que mejora el sueño en estos cuadros, y en
las depresiones ansiosas, no se ha llegado aún al nivel de conocimiento que permita
sistematizar su uso con parámetros claros de dosis, tipos de depresión, etc.. Por lo tanto,
la investigación científica deberá decir en el futuro la seguridad y eficacia para estas
aplicaciones y bajo qué condiciones de uso pueden obtenerse beneficios. En mi
experiencia clínica, los cuadros depresivos asociados a enfermedades crónicas como el
Parkinson, mejoran con el uso de cannabinoides. Si bien podemos presumir que su
efecto antidepresivo ha contribuido a la mejoría del estado de ánimo del paciente, no lo
podemos asegurar categóricamente pues posiblemente también se deba a la mejoría de
los síntomas y de la calidad de vida.
En cuanto a los ataques de pánico también estarían vinculados a una vulnerabilidad
preexistente, pero también pueden jugar un papel el estado anímico previo al uso del
THC (temores, tristeza, etc.). El CBD y algunas variedades naturales que contienen casi
exclusivamente este cannabinoide, pueden ser usados para el tratamiento de trastornos
por ansiedad. Estos cuadros también pueden presentarse en PQUC habitualmente pero
que en esa ocasión consumieron dosis mayores de THC o lo asociaron a otras drogas
(policonsumo).
Se ha dicho que produce cáncer. Los dos cannabinoides más importantes de la planta ya
han sido demostrados con acciones antitumorales y antimetastásicas para muchos tipos
de tumores, y se han identificado claramente los mecanismos a través de los cuales
tienen estos efectos por investigadores de la talla de M. Guzmán, C. Sánchez y M.
Nabissi entre otros. Estos mecanismos incluyen la muerte de células tumorales por
apoptosis, la inhibición del factor angiogénico (factor que promueve el desarrollo de
vasos en el tumor) y del factor de migración celular. Al presente se cuenta con estudios
de investigación básica, preclínica y observacionales que muestran que en un futuro
estos compuestos podrían ser utilizados como agentes antitumorales, pero aún hay muy
pocos ensayos clínicos que evalúen la eficacia. Sí se cuenta con estudios que muestran
que asociado a la quimioterapia mejora los resultados de esta.
Lo que puede producir cáncer es la vía de uso fumada, como cualquier otra sustancia
orgánica consumida bajo la modalidad de combustión incompleta. Algunos estudios
muestran que las PQUC de forma intensa por vía fumada, suelen tener bronquitis
crónica, pero no parecen tener más incidencia en cáncer que los no usuarios de
Cannabis. Entonces la cultura de uso debería ir cambiando hacia la vaporización para
disminuir los riesgos de fumar. Aspiro a que las PQUC puedan introducir cambios en
este sentido y que las nuevas generaciones que ingresen en el consumo se inicien con
estos nuevos rituales.
Si pensamos en los efectos sobre la concentración, coeficiente intelectual y memoria
a corto plazo, el Cannabis puede afectarlos dependiendo de qué, cuánto y con qué
frecuencia se consuma. Luego de un uso prolongado, estas alteraciones suelen revertir al
cesar el uso. Cuando se la usa de manera ocasional y a bajas dosis, el efecto se limita y
de manera parcial al momento del uso. Este efecto adverso, en general no es referido
por pacientes de uso médico y en caso de presentarse mejora simplemente reduciendo la
dosis.
Si hablamos de los efectos sobre la coordinación motora y la capacidad para
conducir, obviamente, no se recomienda bajo ningún concepto desarrollar esta
actividad bajo efectos de Cannabis ni de ninguna otra substancia psicoactiva. Sin
embargo, es interesante analizar el fenómeno, pues, a la inversa de lo que ocurre con la
concentración y memoria, en las personas que tienen un uso crónico, se desarrolla una
compensación al efecto sobre la coordinación motora, pero aquellas que lo usan de
forma espaciada, presentan la alteración bajo sus efectos. Esto no significa que haya que
usar con frecuencia para acostumbrarse, sino por el contrario, con un criterio de salud,
usar espaciando y no conducir vehículos y maquinaria. Cabe señalar que existe una
diferencia muy grande entre los efectos del alcohol y la cocaína que generan además de
exaltación del estado de ánimo, tendencia a la irritabilidad, pérdida de autocrítica y
sentimientos de omnipotencia, y en función de esto la tendencia a conducir de manera
osada y sin cuidados para sí y terceros, y los del Cannabis. Además de que el “viaje” es
completamente distinto, si las personas no están cursando un mal viaje o un cuadro
psicótico agudo, no pierden la conciencia de estar bajo sus efectos. Debe quedar muy
claro que esto no justifica su uso en situaciones que pueden suponer un riesgo para sí o
para terceros.
Además de todos estos efectos, el uso de cannabinoides puede acompañarse de efectos
adversos no graves: cansancio, sedación y somnolencia, mareos, taquicardia, hipo o
hipertensión, hipotensión ortostática, sequedad de boca, disminución del lagrimeo,
relajación muscular, aumento del apetito, inyección conjuntival.
No hay registro de un solo caso de sobredosis letal en base a Cannabis exclusivamente.
Es necesario saber que los Cannabinoides tienen un efecto bimodal. Esto significa que a
una dosis tienen un efecto y a otra pueden tener el efecto contrario.
Un efecto secundario a tener en cuenta por las posibles consecuencias es la
hipoglicemia, la que si es muy pronunciada puede determinar un mareo severo y
determinar pérdida de conocimiento y caídas. Es importante tener siempre a mano
dulces o comida rica en glucosa para rápidamente revertir la situación.
En cuanto a los efectos cardiovasculares debe tenerse especial precaución en personas
con trastornos cardiovasculares y también en aquellas PQUD que mezclan cocaína y sus
derivados con Cannabis, pues el riesgo de fallo cardíaco, arritmias o infarto aumenta al
potenciarse el efecto sobre la frecuencia cardíaca. No es lo mismo el efecto subjetivo de
sentirse mejor al usarlos simultáneamente, que los efectos que se operan sobre órganos
y sistemas.
Sin duda, deben tenerse precauciones estrictas en caso de embarazo, niños, adolescentes
y ancianos y personas con terreno cardiovasclar, pero en mi opinión no son
contraindicaciones absolutas del uso medicinal, sino que dependerá de los
cannabinoides que se usen y la gravedad del cuadro que se pretende tratar. A modo de
ejemplo, es de todos conocido el tratamiento con CBD de la epilepsia y el trastorno de
espectro autista en niños y en algunos casos también con THC sumado al CBD.
De acuerdo a todo lo visto más arriba, debe entenderse que los efectos adversos deben
ser evaluados teniendo en cuenta al paciente y situación clínica, el contexto de uso, el
tipo de cannabinoides y sus dosis.
Sin embargo, el Cannabis y los cannabinoides pueden tener muchas aplicaciones
beneficiosas en el uso médico para enfermedades en órganos y sistemas funcionales
muy distintos, cumpliendo acciones diferentes que se derivan de sus propiedades.
Además, teniendo muchas veces efectos potentes, su uso se ubica en niveles de
seguridad más que aceptables.
¿Cómo puede comprenderse esto? Es posible a partir del descubrimiento del sistema
fisiológico endocannabinoide y comprendiendo su funcionamiento, lo que no es
sencillo, más lo que aún falta por descubrir y comprender.
El Cannabis y los cannabinoides tienen efectos en el cuerpo humano, a nivel de los
órganos periféricos y del Sistema Nervioso Central (SNC), y por lo tanto, también a
nivel mental, lo que se pone en evidencia por sus efectos en múltiples situaciones de
enfermedad con diferentes causas, fisiopatologías y síntomas, y por aquellos a nivel
mental referidos comúnmente como el "viaje".
Que es el sistema endocannabinoide?
El Sistema Endocannabinoide (SEC) es un sistema de comunicación intercelular. Su
función es equilibrar los procesos metabólicos y mejorar las funciones de nuestro
cuerpo. Se trata de un sistema más, como puede ser el sistema circulatorio. El SEC
juega un papel fundamental en la regulación de nuestra fisiología, así como de nuestro
estado de ánimo. Sin embargo, es muy posible que nunca hayas oído hablar de él. Esto
se debe a que su descubrimiento es bastante cercano. En los años 90, durante un estudio
sobre los fitocannabinoides, se descubrió que la mayoría de los mamíferos, entre los que
se incluye el ser humano, contamos con receptores cannabinoides en nuestros cuerpos.
A partir de entonces, la investigación fue profundizando hasta dar en 1992 con el primer
cannabinoide producido por el organismo de forma natural: la anandamida, conocida
como la molécula de la felicidad. Estos descubrimientos, el de los receptores
cannabinoides y el de la anandamida, provocaron el hallazgo del Sistema
Endocannabinoide.

¿Cómo interactúa el CBD con el Sistema Endocannabinoide?


La función de los cannabinoides, como el CBD, es enlazar y activar los receptores. El
CBD provoca que se mejore la función del sistema endocannabinoide para que este
equilibre el resto de nuestros órganos. Lo que hace es potenciar los efectos de los
endocannabinoides, que ya están presentes de por sí en nuestro organismo. Es
importante tener claro que todos contamos con un sistema endocannabinoide y que está
activo. El CBD lo único que hace es potenciar sus efectos.
¿Cómo funciona el Sistema Endocannabinoide?
Muchas veces, para explicar cómo funciona el Sistema Endocannabinoide, se utiliza la
analogía de la llave y la cerradura. Es la forma más fácil de entender cómo funciona
para todos aquellos que no han estudiado neurociencia. Los endocannabinoides y
receptores actúan como si fueran una llave y una cerradura. De tal forma que los
receptores serían la cerradura y los endocannabinoides serían su llave. Los receptores
son proteínas presentes en la membrana celular y son la cerradura de los
endocannabinoides (cannabinoides que produce nuestro cuerpo de forma natural). Los
endocannabinoides actúan como una llave que se une a los receptores para activarlos.
La activación de los receptores producen cambios dentro de las células que actúan en el
Sistema Endocannabinoide, lo que repercute en los procesos fisiológicos del cuerpo. Por
su parte, los fitocannabinoides (cannabinoides producidos por planta) se unen a esta
cerradura para potenciar y mejorar los efectos de los endocannabinoides.
El sistema endocannabinoide, que muestra la complejidad de este sistema fisiológico de
regulación de la homeostasis del cuerpo humano, pero de forma comprensible. Como
puede verse, tanto los cannabinoides endógenos (producidos por nuestro organismo)
como sus receptores pueden encontrarse en todo el cuerpo humano. Si hay sitios de
acción (receptores) en prácticamente todo el organismo, es fácil comprender que puedan
actuar a todos los niveles. En cada uno de estos tejidos, órganos y sistemas, los
cannabinoides endógenos pueden cumplir funciones distintas, pero siempre orientadas a
la regulación de la estabilidad y salud del medio interno. Por ejemplo, mientras que en
células normales mantienen el balance en los procesos de síntesis y degradación, en
células tumorales determinan su muerte. También participan en los mecanismos de
comunicación y coordinación entre distintos tipos de células, regulan la respuesta
inflamatoria a la injuria y modulan procesos de reparación, entre otros. Son
antioxidantes neutralizando el efecto de los radicales libres. Sus acciones a nivel del
SNC incluyen sus efectos sobre distintos procesos mentales como por ejemplo la
conducta promoviendo la socialización, la hilaridad y la creatividad, además de aquellos
otros sobre la memoria y concentración que se comentaran en la segunda entrega de este
artículo. Entre los efectos beneficiosos por su acción a nivel del SNC son de particular
importancia aquellos sobre la percepción del dolor, las convulsiones, el estado de ánimo
y el tono muscular.
Brevemente, y pudiendo pensar en todos los procesos que esto supone, las acciones de
los cannabinoides, tanto de la planta como endógenos, han sido resumidas por los
angloparlantes en eat, sleep, relax, protect and forget, y que en español sería
comer, dormir, relajarse, proteger y olvidar.
Lo que hoy resulta claro es que para mantener el equilibrio de la salud es necesario un
sistema endocannabinoide funcionando adecuadamente. En todas las etapas de la vida
están involucrados acompañando los procesos de adaptación del organismo a los
cambios ambientales y a mantener la salud, desde el inicio de la vida durante la
gestación hasta la muerte.
Al tomar conocimiento de tantas condiciones clínicas tan disímiles que son
potencialmente beneficiarias del uso de cannabinoides, inmediatamente surgen dos
preguntas:
1. ¿Acaso muchas enfermedades podrían tener como causa la falla o desregulación
del sistema endocannabinoide?
2. En consecuencia, podría ser beneficioso proveer cannabinoides exógenos o
suplementarios para mejorar la salud, tratando, paliando o previniendo la
enfermedad?
.
¿En qué condiciones clínicas suele encontrarse beneficio con su uso medicinal? Éstas se
infieren por las propiedades de los cannabinoides.
Es por estas propiedades que se explica la extensa lista de enfermedades y condiciones
fisiopatológicas en las que pueden tener uso medicinal.
Otra cuestión de interés que se deriva de la cantidad de efectos potencialmente
beneficiosos, es que mientras los cannabinoides pueden definirse como drogas multi-
impacto o multitarget. Esto significa, que con un mismo producto podemos atender
múltiples propósitos terapéuticos. Es frecuente que los pacientes que han consultado por
una enfermedad dada, en la evolución refieran la mejoría de otras dolencias y síntomas
vinculados a otros motivos de la consulta original.
A continuación se presenta el listado de enfermedades en las que, con distinta calidad de
evidencia, pueden obtenerse beneficios de distinto grado, pudiendo ir desde una mejoría
de la calidad de vida, pasando por el alivio de algunos síntomas, hasta el control clínico
de algunos de ellos como por ejemplo, la espasticidad, el dolor y las convulsiones.
1. Enfermedades Neurológicas:
a. Degenerativas: Esclerosis Múltiple, Enfermedad de Parkinson, Corea de
Huntington, Alzheimer
b. Epilepsia
c. Síndrome de Tourette
2. Enfermedades y condiciones del Aparato Digestivo:
a. Enfermedad de Crohn, Colitis Ulcerosa Crónica, Colon Irritable
b. Náuseas, vómitos, pérdida del apetito
3. Condiciones clínicas que involucran el Sistema Inmunitario:
a. Enfermedades Autoinmunes: Poliartritis Reumatoide, Lupus Eritematoso
Sistémico, Diabetes tipo I, Tiroiditis, Psoriasis y teóricamente, también
podrían tratarse otras patologías resultantes de una alteración de la
respuesta inmunitaria que comportan una autoagresión
b. Modulación de la respuesta inmunitaria en otras condiciones clínicas
4. Enfermedades de la Piel: Dermatitis (algunas), Acné
5. Trastornos de Salud Mental:
a. Adicciones a sustancias químicas
b. Insomnio, Síndrome de Estrés Postraumático, Psicosis, Depresión,
Anorexia nerviosa
6. Dolor Crónico:
a. Migraña y Fibromialgia
b. Dolor Neuropático (de causa neurológica)
c. Dolor metastásico
d. Dolor crónico en general
7. Afecciones del Sistema Osteoarticular:
a. Artrosis
b. Osteoporosis
8. Cáncer:
a. Tratamiento de efectos adversos de la quimioterapia: náuseas y vómitos
b. Acompañamiento de la quimioterapia u otros tratamientos antitumorales
9. Cuidados Paliativos en estados terminales de distintas causas
10. HIV-SIDA en vistas a mejorar condiciones generales de los pacientes y tratar
algunos síntomas
11. Glaucoma de ángulo abierto
No todas estas enfermedades se tratan con los mismos cannabinoides y las mismas
dosis. La posibilidad de disponer de distintos preparados derivados del Cannabis en la
farmacopea podría ayudar a paliar y tratar muchas enfermedades para las que la
Medicina convencional no siempre tiene respuestas eficaces.
Al presente no son muchos los países que cuentan con esta posibilidad, pero
progresivamente se han ido sumando más jurisdicciones con diferentes modelos
regulatorios para el uso medicinal que van desde la habilitación a múltiples formas de
acceso incluyendo el autocultivo, hasta los que sólo permiten la elaboración de
productos de calidad farmacéutica. No obstante, en la amplia mayoría de los países las
regulaciones vigentes alejan a las personas en sufrimiento de disponer de estos
tratamientos por razones políticas, religiosas, morales y económicas. La Medicina y la
ciencia no se basan en valores morales, sino éticos. Los valores de la ética humanitaria y
la salud pública, así como la deontología médica, suponen contribuir para que las
personas que buscan alivio cuenten con garantías para poder calmar su sufrimiento de
manera segura, con control de calidad y cumpliendo todos los estándares que se
requieren para este fin.
Sin duda alguna, se requiere avanzar mucho en la investigación sobre el Cannabis
buscando más evidencias de sus efectos para mejorar padecimientos, y también para
gestionar los riesgos y reducir daños derivados del uso no-médico. Este avance se hace
perentorio en cuanto a los ensayos clínicos de modo de poder evidenciar la seguridad y
eficacia en distintas condiciones clínicas. Sin embargo, esto no es tan fácil de lograr,
pues existen muchos obstáculos para alcanzar este nivel de evidencia científica.
Mientras se van generando los cambios para que las personas puedan contar con
productos con control de calidad que permitan una dosificación conocida, debe tenerse
presente que, a pesar de las bondades de estos compuestos, no están exentos de efectos
adversos e interacciones con otros medicamentos. Es necesario comprender que estos
tratamientos deben conducirse con la misma seriedad y precauciones que otros
tratamientos médicos, algo que el estatuto legal del Cannabis y los cannabinoides en
muchos países no facilita. Por lo tanto, se recomienda a las personas que decidan
comenzar a utilizar productos en base a Cannabis primero tener buena información,
tratando de que ésta provenga de sitios e impresos que ofrecen referencias académicas y
no sólo comerciales. Asimismo, se debería intentar consultar al médico tratante
siguiendo las recomendaciones que se ofrecen en El abordaje clínico en Medicina
Cannábica. Si este no está de acuerdo o no sabe, se recomienda buscar uno que esté
dispuesto a acompañar el proceso. Siempre hay algún colega trabajando en este campo.
Con frecuencia no es posible acceder a productos testados (dentro o fuera del país del
paciente) que ofrezcan información sobre su contenido y composición así como los
resultados del testeo de pesticidas, metales pesados y contaminantes biológicos.
Entonces, se recomienda que se pida al proveedor que haga el estudio analítico y que le
brinde toda la información que las personas merecen para el cuidado de su salud. Es
responsabilidad de quien comercializa estos productos, y que suele tener un beneficio
económico sustantivo, hacer el testeo y ofrecer a sus clientes un mínimo de garantías.

¿Qué Son y Qué Hacen los Cannabinoides?


Los cannabinoides están presentes de forma natural en las plantas de la especie
Cannabis Sativa L. Los absorbemos cuando consumimos cannabis, dependiendo de
lo que se consuma exactamente y de cómo. El cuerpo humano también los produce.
En el futuro, es probable que descubramos otras características, beneficios y
formas de cannabinoides.
Los cannabinoides son compuestos químicos que actúan sobre los receptores
cannabinoides presentes en el cuerpo humano, así como en el organismo de otros
mamíferos. Los receptores cannabinoides tienen un efecto directo sobre la liberación de
neurotransmisores en el cerebro. En otras palabras, influyen en la forma en que el
cerebro procesa la información y los compuestos químicos.
Los principales receptores cannabinoides que conocemos han recibido el nombre de
CB1 y CB2. Se encuentran en diferentes áreas del cerebro y del sistema nervioso, lo que
significa que pueden controlar diferentes funciones y tener un efecto sobre diferentes
aspectos de la salud (aunque se sabe que ambos receptores trabajan juntos en ciertos
casos).
Los cannabinoides más populares en la actualidad son el THC, conocido por sus
propiedades psicoactivas, y el CBD, famoso por sus potenciales beneficios
medicinales que no dejan de aumentar. Hay muchísimos otros cannabinoides: hasta
ahora, la investigación científica ha identificado 113 cannabinoides diferentes.

¿Dónde se encuentran los cannabinoides?


1. En las plantas
Los cannabinoides se pueden encontrar en mayor o menor cantidad en todas las
variedades de la planta de Cannabis Sativa L. Hay otras plantas que también producen
cannabinoides, pero no en la misma medida (y no de la misma manera) que el cannabis
o el cáñamo.
2. En el cuerpo humano
Los cannabinoides producidos naturalmente por el cuerpo humano se llaman
endocannabinoides. Esta red de cannabinoides y sus correspondientes receptores
cannabinoides se denominan sistema endocannabinoide. Este sistema es absolutamente
esencial para el funcionamiento correcto de nuestro organismo. Se ha relacionado una
deficiencia clínica del sistema endocannabinoide con una serie de enfermedades y
trastornos. Por ejemplo, la fibrosis quística (FQ) podría deberse a un sistema
endocannabinoide disfuncional.
¿Qué hacen los cannabinoides?
Primeras etapas de desarrollo
La investigación ya ha demostrado que los cannabinoides son una parte intrínseca de las
funciones más esenciales de nuestro cuerpo, desde las primeras etapas de la vida. De
hecho, un sistema endocannabinoide que funcione correctamente es esencial para la
implantación del embrión, así como para que se desencadene la respuesta instintiva del
amamantamiento que conduce a la lactancia materna. Estos son solo algunos de los
muchos componentes vitales del desarrollo inicial de un ser humano que están
directamente relacionados con el sistema endocannabinoide.

Propiedades neuroprotectoras y estimulantes del apetito


Las investigaciones actuales sobre enfermedades como la demencia u otros trastornos
neurodegenerativos han confirmado los efectos neuroprotectores del cannabis. Se ha
relacionado a varios cannabinoides, principalmente psicoactivos, con
la neuroprotección, sobre todo el THC, el THCA y posiblemente la THCV. Los dos
últimos tienen una estructura muy parecida a la del THC.
También se sabe que la THCV reduce el apetito, una propiedad compartida por otros
cannabinoides como la anandamida. Se sabe que la anandamida, un análogo endógeno
del THC, junto con 2-AG, interactúa con los receptores CB en el sistema nervioso
central y en el periférico.
Y hay más…
Se pueden atribuir muchas más propiedades al THC y al CBD, así como a todos los
cannabinoides antes mencionados: mitigan las náuseas, reducen la inflamación, alivian
los espasmos, etc. De hecho, se ha relacionado a los cannabinoides con diversas
enfermedades importantes, como la esclerosis múltiple, el alzhéimer, la enfermedad de
Parkinson, el síndrome de Tourette, la epilepsia, el asma, y muchas más.
Disponemos de información sobre otros cannabinoides en los que la investigación no se
está centrando actualmente. Algunos de estos son el cannabinol (CBN),
el cannabigerol (CBG), la cannabidivarina (CBV) y el cannabiciclol (CBL). En la
mayoría de los casos, estos cannabinoides comparten propiedades que ya se han
confirmado en cannabinoides más potentes (como el THC y el CBD, los preferidos por
los medios). Sin embargo, de momento no se están investigando lo suficiente, lo que
significa que ¡tendremos que esperar para saber más de estos misteriosos compuestos!
Vaporizar
Vaporizar el cannabis es, hasta donde sabemos, el mejor método para optimizar la
absorción de cannabinoides. Además, es un método de consumo más saludable que
puede satisfacer a la mayoría, incluidos aquellos que no pueden fumar cannabis debido
a problemas médicos relacionados con los pulmones.
Investigación cannabinoide frente a prohibición
Los cannabinoides forman parte de una amplia gama de investigaciones. Por desgracia,
debido a la situación de ilegalidad actual de la planta de cannabis en la mayoría de
países, puede resultar complicado encontrar material vegetal que se pueda utilizar
legalmente para realizar investigaciones.
n numerosos países, las asociaciones, y hasta los partidos políticos, intentan centrarse en
los avances en la investigación de los cannabinoides. Los profesionales médicos
reclaman más información, más ensayos clínicos o cualquier otra cosa que pueda
ayudarles a asesorar mejor a sus pacientes.
A pesar de ello, a día de hoy, sólo están disponibles un puñado de medicamentos a base
de cannabinoides para los pacientes. Aunque la legalización del cannabis avanza a gran
velocidad, por lo menos si se compara con la situación de hace una década, pueden
pasar otras cuantas décadas más hasta que las cosas cambien de verdad, y los
cannabinoides sean socialmente aceptables, sin que les pese ningún tipo de chiché
asociado al cannabis.
Hasta entonces, los test de drogas estándar siguen incluyendo el cannabis, por lo que el
tema de cómo eliminar el cannabis de nuestro sistema es muy popular.

¿Qué Son los Terpenos y Cuáles Son Sus Usos Medicinales?


Los terpenoides y los terpenos son compuestos aromáticos que se encuentran en
miles de especies de plantas, y son responsables de los diferentes sabores y aromas
del cannabis. Hemos sabido de su presencia en el cannabis desde hace décadas,
pero sólo recientemente ha comenzado a ampliarse el conocimiento de sus
potenciales propiedades terapéuticas.
Los terpenos son una amplia clase de compuestos orgánicos de origen natural. Los
terpenos y los terpenoides son solo ligeramente diferentes entre sí y los términos se usan
indistintamente.
Los terpenos son hidrocarburos básicos orgánicos que se encuentran en las plantas,
incluido el cannabis. Los consumidores habituales los conocerán mejor como los aceites
esenciales que provienen de las pegajosas glándulas de resina de la flor.
Los terpenoides, también llamados isoprenoides, contienen más elementos químicos
(átomos) que han sufrido oxidación.
Básicamente, los terpenos son la versión húmeda. Los terpenoides son en lo que los
terpenos se convierten una vez que el cannabis se ha secado y curado.
La regla del isopropeno y su importancia para los terpenos
El limoneno, que se compone de dos unidades de isopreno enlazadas, se puede expresar
como (C₅H₈)₂, lo que equivale a C₁₀H₁₆. Hay otros terpenos que también tienen esta
estructura, pero las dos unidades de isopreno están dispuestas de manera diferente. En
conjunto, se conocen como monoterpenos (el prefijo mono- se refiere al número de
unidades de terpeno completas, es decir, una unidad de terpeno es igual a dos unidades
de isopreno).
Los terpenoides con tres unidades de isopreno enlazadas son conocidos como los
sesquiterpenos (sesqui- significa 1,5). Los que tienen cuatro son diterpenos, y así
sucesivamente. La fórmula (C₅H₈)n, donde n es el número de unidades de isopreno
enlazadas, se conoce como la regla del isopreno, y es un componente o elemento
constitutivo muy común en la naturaleza.
La planta de cannabis produce cannabinoides a través de una complicada serie de
reacciones químicas en las que se cree que están implicados los terpenos como
«elemento constitutivo». Los cannabinoides se conocen como compuestos
terpenofenólicos, ya que se componen de bloques de terpeno unidos a grupos de fenol
(C₆H₆O). Y puesto que los terpenos y los cannabinoides comparten el mismo precursor,
una gran cantidad de terpenos generalmente suele ser indicio de altos niveles de
cannabinoides.
¿Qué terpenos se encuentran en el cannabis?
Se cree que el cannabis contiene más de 120 terpenos, aunque muchos de ellos se
encuentran en pequeñas cantidades y puede que sus efectos sean insignificantes, o
inexistentes.
Los terpenos y los terpenoides primarios que se han identificado en el cannabis son el
limoneno, mirceno, pineno, linalol, eucaliptol, γ-terpineno, β-cariofileno, óxido de
cariofileno, el nerolidol y el fitol.
Estos compuestos, a diferencia de los cannabinoides, no son exclusivos del cannabis
(aunque actualmente existen indicios de que otras especies vegetales contiene algunos
fitocannabinoides) y muchos nos resultan de hecho muy familiares. Los 4 terpenos más
comunes del cannabis son:
1. Limoneno
El limoneno es el monoterpeno principalmente responsable de la fragancia de las frutas
cítricas, concretamente, el isómero D. El D-limoneno posee una fuerte fragancia a
naranja en su forma aislada. Se usa de manera generalizada como aditivo del sabor en la
producción de alimentos y como compuesto aromático en perfumería.
¿Qué usos medicinales puede tener el limoneno?
El limoneno se utiliza en la medicina alternativa, debido a que se ha observado que
puede reducir la acidez y el reflujo del ácido gástrico.
La investigación ha demostrado que el limoneno puede ser eficaz tanto para la
quimioprevención como para la quimioterapia del cáncer. Al menos, ese es el caso de
este estudio sobre los efectos del tratamiento de cánceres de mama, pulmón y estómago
en roedores.
Otro estudio muy reciente (2018) verificaba lo mismo de nuevo con respecto al cáncer
de pulmón en ratones. Se demostró que el limoneno puede promover la autofagia, lo que
desencadena la muerte de las células cancerosas del pulmón.
Además de esto, el limoneno se utiliza como disolvente natural y renovable en
productos de limpieza, ya que puede disolver aceites (¡incluso puede disolver el
petróleo en una media hora en las condiciones adecuadas!) y otros lípidos. Los seres
humanos deben manejar el limoneno con precaución, ya que en altas concentraciones
puede producir irritación.
Actualmente, también se añade D-limoneno a los extractos de cannabis como
potenciador del sabor, ya que muchos de los terpenos existentes se pierden en el
procesamiento.
2. Mirceno
El mirceno es otro monoterpeno, y es el terpeno más abundante encontrado en el
cannabis, lo que representa más del 60 % del aceite esencial de algunas variedades.
También se encuentra en las hojas de laurel, en el tomillo, lúpulo, ylang-ylang, citronela
o hierba de limón y verbena.
El mirceno es responsable del «aroma verde a lúpulo» encontrado en las cervezas
elaboradas con la técnica dry-hooping (cervezas a las que se añade lúpulo después de
finalizar la fermentación a bajas temperaturas, para aportarle un mayor aroma a
«lúpulo»). El propio aroma se describe como resinoso, a hierbas y ligeramente metálico;
y muy penetrante en altas concentraciones.
Otra planta que contiene mirceno de forma significativa
es Myrcia sphaerocarpa (Myrcia es el género por el que el mirceno recibe su nombre).
Es un pequeño arbusto con hojas y raíces astringentes, originario de Brasil, y que se ha
utilizado durante mucho tiempo allí como tratamiento para la diarrea, la diabetes y la
hipertensión.

¿Qué usos medicinales puede tener el mirceno?


Se ha demostrado que el mirceno produce efectos analgésicos en pruebas de laboratorio
con ratas. Si se usa con limoneno, junto con el terpenoide citral (que se encuentra en
muchas frutas cítricas, como el limón mirto, la citronela y la verbena de limón) se ha
descubierto que tiene efectos sedantes y relajantes en el sistema locomotor en ratones. 
3. Pineno
El pineno es otro monoterpeno, que se produce naturalmente como dos isómeros
(moléculas con la misma fórmula química, pero diferentes estructuras). Estos isómeros
son conocidos como α-pineno y β-pineno. Por lo general, provienen de la trementina o
aguarrás (producida por la destilación en seco de la resina o miera de las plantas
coníferas) y constituyen el 58-65 % y alrededor del 30 % de su volumen total,
respectivamente.
Tanto α- como β-pineno se encuentran en los pinos y en otras coníferas, además de en
la Salvia(salvia), Artemisia(artemisa), y Eucaliptus. A-pineno también se encuentra en
el aceite de oliva, romero, sasafrás y bergamota. Es el terpeno natural más extendido. B-
pineno también se encuentra en el lúpulo y en el comino.
A-pineno es conocido por su efecto inhibitorio sobre el crecimiento de las raíces en
muchas especies de plantas, lo que se cree que ocurre a través de la producción de
especies reactivas al oxígeno que provocan estrés oxidativo en el sistema de la raíz. Se
cree que muchas especies de plantas lo exudan de sus hojas como herbicida natural,
impidiendo que otras plantas compitan contra ellas por los recursos.
¿Qué usos medicinales puede tener el pineno?
En pequeñas dosis, también actúa como broncodilatador en los seres humanos,
y presenta propiedades antiinflamatorias, antibacterianas y antibióticas.
4. Linalol
El linalol es un monoterpenoide cuya fórmula química es C₁₀H₁₈O. Se encuentra en
cientos de especies de plantas que incluyen la menta, el laurel, la canela, el abedul, y
algunos cítricos. El linalol es una molécula quiral, lo que significa que tiene dos
enantiómeros, o dos isómeros ópticos que son imágenes especulares no superponibles.

El enantiómero «izquierdo» se conoce como S-linalol, se encuentra en el cilantro, la


palmarosa y en la naranja dulce. Tiene un aroma dulce y floral. El enantiómero
«derecho» se conoce como R-linalol y se encuentra en la lavanda, la albahaca y el
laurel. Cuenta con un aroma astringente a madera.
¿Qué usos medicinales puede tener el linalol?
La principal función medicinal del linalol es la de ansiolítico; es una sustancia que
reduce la ansiedad. La lavanda se ha utilizado como calmante durante miles de años, y
los últimos ensayos en ratas han confirmado sus efectos para modular la locomoción y
los movimientos motores.

Otros terpenos y terpenoides del cannabis dignos de mención


 Eucaliptol: El eucaliptol, un monoterpenoide, abunda en la naturaleza. Además
de en el cannabis, se encuentra en el eucalipto, el árbol de té, las hojas de laurel,
la albahaca y la salvia. Es muy conocido por sus propiedades antisépticas,
antibacterianas y antiinflamatorias.
 G-terpineno: Se sabe que G-terpineno, un monoterpeno encontrado en varias
frutas cítricas y hierbas como el orégano y la mejorana, tiene propiedades
antioxidantes.
 Fitol: El fitol, un diterpenoide, es utilizado por los insectos como un disuasivo
para depredadores, y también se utiliza en diferentes productos para el hogar
como detergentes y jabones.
 B-cariofileno: B-cariofileno, un sesquiterpeno que se encuentra en el clavo, el
romero y el lúpulo, presenta efectos antiinflamatorios y se ha demostrado que
actúa como agonista selectivo del receptor CB₂ (no se han encontrado otros
terpenos o terpenoides que afecten a los receptores CB). El óxido cariofileno es
la sustancia presente en el cannabis que identifican los perros detectores de
drogas.    
 Nerolidol: El nerolidol, presente en el neroli o flores de naranjo, jengibre y
jazmín, es un sesquiterpenoide con un aroma a madera fresco. Se está
investigando en la actualidad tanto como facilitador para la administración
transdérmica de fármacos (por su capacidad de penetrar en la piel) y
como inhibidor de los protozoos de Leishmania.
 Guaiol: El guaiol es un sesquiterpenoide que se encuentra en el ciprés y el
Guaiacum (un género de cinco arbustos de crecimiento lento y árboles nativos
de las Américas tropicales). El propio Guaiacum se ha utilizado
como tratamiento para aliviar el dolor y los espasmos musculoesqueléticos de la
parte superior de la espalda, y para la sífilis durante siglos. El Guaiacum también
se ha utilizado para hacer que la tos sea más productiva (al reducir la mucosidad
en las vías respiratorias).
 Eudesmol: El eudesmol, otro sesquiterpenoide, se usa como fijador en
perfumería, mientras que el trans-ß-farneseno actúa como insecticida natural en
muchas especies de plantas, incluida la patata.
Diferencias en terpenos en las variedades índica y sativa
Por supuesto, la concentración de terpenos y terpenoides variará entre variedades, entre
plantas individuales emparentadas. Puede variar incluso entre dos clones de un mismo
individuo, si se les somete a diferentes condiciones ambientales durante su crecimiento.
Comprender qué terpenos/terpenoides contiene una variedad puede ser importante, ya
que el tipo y la concentración de cada uno afectarán a la subida o efecto cerebral que
genera. Por ejemplo, aquí vamos a echar un vistazo a la principal diferencia entre los
terpenos dominantes en las variedades de tipo índica y las de tipo sativa:
Indica
Las variedades índicas parecen estar dominadas por la presencia de β-mirceno, con α-
pineno o limoneno presentes en concentraciones un poco más bajas. Al tener altas
concentraciones de mirceno, estas variedades probablemente tendrán un efecto relajante
y calmante.
Sativa
Los perfiles terpénicos de las variedades de tipo sativa no se caracterizan por ser fiables,
ya que sus perfiles no son tan predecibles. Al igual que las variedades índicas, pueden
presentar β-mirceno como el terpenoide dominante, con una abundancia de α-pineno o
α-terpinoleno en segundo lugar. Pero el α-pineno o α-terpinoleno también puede ser el
terpeno dominante en algunos casos.
En este último caso, la variedades probablemente producirán un efecto más típico de
euforia, de subida estimulante.
Sin embargo, aquí es donde se complica la cosa. Mientras que sí, se sabe que las
variedades índicas suelen tener una alta concentración de mirceno, los investigadores
han observado que no siempre es así. Han descubierto que es más probable que las
plantas de hoja ancha de Cannabis indica de tipo afgano contengan altas proporciones
de guaiol, isómeros de eudesmol y de otros compuestos no identificados.
Y las plantas de hoja estrecha de tipo C.  Indica, que son autóctonas de los valles de la
cordillera del Himalaya, tienen un mayor contenido en trans–β-farneseno.
Los beneficios para la salud de estos compuestos no se comprenden totalmente, pero
pueden contribuir a las diferencias en las propiedades medicinales encontradas entre los
diferentes subtipos de cannabis. A medida que nuestra comprensión aumente, también
sabremos cómo desarrollar y utilizar mejor las nuevas variedades medicinales.
¿Cómo hacer microdosis de cannabis?

Lo primero es contar con una planta 🙂 y la misma en proceso de floración. Usamos la


planta hembra de la cannabis, aunque con el macho también funciona. Usamos la
totalidad de la planta, y recién colectada, para que preserve todas sus cualidades
medicinales.
Cortamos una “rama” que contenga cogollo, hojas y tallos…llenamos un frasco de
vidrio, hasta arriba, con toda las partes de la planta: cogollo/flor, ramas/tallos, hojas…
presionando suavemente… acá usamos frascos de vidrio, tipo el de mermeladas o más
pequeño… se llena de planta el frasco y se le agrega alcohol etílico, (96% en Vol. uso
medicinal), hasta cubrir toda la planta… se la tapa firmemente y se cubre el frasco con
un papel que mantenga fuera de la luz el líquido.
Etiquetamos el recipiente con nombre, fecha y alguna descripción de la planta, por
ejemplo dónde la colectamos.
Se lo agita diariamente (o cuando uno se acuerda)..
A partir del séptimo día la tintura en proceso ya está lista para ser colada. Si se la deja
más tiempo, unos veinte días, también está bien.
Una vez colada y obtenida la Tintura, etiquetamos y volvemos a envolver el frasco,
ahora de Tintura, con un papel que impida el paso de la luz.
Las Tinturas son tóxicas.
Si la conservamos en lugar fresco, oscuro y tranquilo duran muchos años.
Para hacer la microdosis de cannabis, necesitamos ahora preparar aparte,
el Vehículo sobre el que se va a diluir la Tintura.
El Vehículo es una solución de alcohol y agua… una parte de alcohol de 96% y tres
partes de agua (potable, si es de vertiente mejor)… es decir si vamos a preparar un litro
de vehículo necesitamos 250 ml de alcohol y 750 ml de agua… Lo etiquetamos
como Vehículo o tintura madre.
Para obtener la microdosis de cannabis, ponemos en un frasco de vidrio de 20 ml (tipo
gotero) 40 gotas (ó 2 ml) de la Tintura de cannabis, y completamos el resto con el
Vehículo.
Es decir, en un gotero de vidrio de 20 ml ponemos 2 ml de Tintura de cannabis, y
completamos con el Vehiculo… y obtenemos la microdosis de cannabis.
Las propiedades de las microdosis son las propiedades de la planta, por lo que la
microdosis de cannabis es eficiente para tratar epilepsias, convulsiones, parkinson,
artrosis, artritis, fibromialgia, depresión, insomnio, trastornos alimentarios, el mal
humor, el dolor. La cannabis relaja el sistema nervioso central.
Administración de las microdosis:
Al iniciar una toma:
-el primer día (impregnacion): 2 gotas cada 2 horas, hasta la noche.
-los días siguientes, 2 gotas, cuatro veces por día.
Toma de crisis: se pueden tomar dos gotas cada 10 minutos durante el lapso de una
hora… el dolor va a desaparecer a la tercera o cuarta toma. Recuerde que las microdosis
no tienen contraindicaciones.
Si està tomando medicamentos farmaceùticos separar la toma de las microdosis unos 15
minutos. Las microdosis no tienen efectos nocivos sobre el organismo. Los remedios si.
Para administrar más de una microdosis, es el mismo procedimiento, dos gotas en la
punta de la lengua de cada uno de las microdosis, sólo hay que dejar transcurrir un
minuto o menos entre cada microdosis. Se pueden tomar cinco, seis o más microdosis,
sin presentar ningún riesgo.
Gracias! Abrazo circular

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