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La diferentes poblaciones humanas, a partir de sus contextos culturales, han comprendido y

enfrentado el problema de enfermedad y salud, buscando soluciones desde sus propios


parámetros comunitarios.

Hoy en día podemos hablar de dos tipos de medicinas, la científica, que es la que predomina
en nuestro sistema de salud, y la otra medicina que es la popular, con sus propias
características, de acuerdo a las realidades o cosmovisiones de cada región y que
fundamentalmente de hace presente en zonas rurales, campesinas, étnicas y se transmite de
generación en generación cómo un tesoro vivo.

Una de las razones de subsistencia o supervivencia de la medicina popular, es la memoria


histórica y colectiva de los antepasados que sigue viva, la práctica constante de diferentes
tipos de terapias, no solo con el uso de plantas medicinales sino también a través de un
sistema de manifestaciones culturales, organizacionales y vínculos de armonía de relación de
las personas con la naturaleza y con todo.

Por ello, la memoria histórica es uno de los elementos que nos permite seguir el camino a los
miembros de una población, por eso cada sociedad dirige su visión de acuerdo a su capital
simbólico del pasado, del ahora y al futuro, que le permite planificar y transformar, sus niveles
de vida, sus formas de acción y organización.

La concepción de salud y enfermedad para el mundo de la medicina académica.

Los diferentes riesgos y enfermedades que enfrenta el individuo se fundamenta en el estudio


de las enfermedades, la causa biológicas que las originan, la sintomatología que producen, la
forma de tratar estos síntomas o causas biológicas y como reparar el daño causado por la
enfermedad.

La OMS define la salud “cómo un estado de completo bienestar físico mental y social y no solo
un estado de ausencia de enfermedad”, según la ideología dominante en el mundo occidental,
la salud sigue siendo esencialmente un estado ideal de ausencia de enfermedad. Está forma de
entender la salud impide ver y entender los complejos entretejidos e interacciones de los
factores que determinan la salud y la enfermedad simplificando al ser humano a un cuerpo
material que puede ser reparada por partes. Aún así da resultados muy positivos en muchos
casos y ayuda a mejorar la calidad de vida en algunos sectores de la sociedad.

La salud y enfermedad desde la perspectiva de la medicina andina.

El hombre es un ser que por su naturaleza juega un papel importante en las relaciones de
equilibrio con los espíritus que animan la realidad del cosmos.

La primera responsabilidad para el hombre originario es la de resguardar la relaciones de


armonía con su comunidad para lo cual debe cumplir con todos los ritos referentes a su
religiosidad comunitaria y familiar. Ritos que garantizan aquella armonía con los espíritus que
lo rodean y lo protegen. Dónde debe existir el cariño por su entorno.

Toda ruptura de esa armonía es el principio de los males que aquejan al hombre y a su
comunidad, males que son una consecuencia de una ruptura de la relaciones de reciprocidad
que rigen la convivencia humana y armonía de las relaciones con todos los seres de su entorno
(cerros, El sol, la luna, estrella, rayos, piedras, plantas, vertiente, ríos, árboles, animales,
ancestros); espíritus que son solidarios con la comunidad y el hombre, constituyentes
fundamentales de la naturaleza cómo totalidad, articulada y armónica.

Las enfermedades no escapan a este principio de ruptura de la armonía del cosmos.

Dentro de este cosmovisión la enfermedad es un momento de desequilibrio el cual debe ser


encaminado a buscar su complemento, que es la salud, el bienestar físico y espiritual. El
hombre andino, frente a la enfermedad, no reacciona de manera negativa y fatal, sino más
bien es una oportunidad para encontrar un momento de diálogo e intercambio con todo
aquello que participa de la vida, es hacer un alto en la acciones realizadas, pues el
desequilibrio es provocado por transgresiones de espacios ajenos, por irrumpir en la vida de
los demás seres y este momento de desequilibrio le permite encaminarse en la vida de
reciprocidad y respeto con los demás.

Si se provoca desequilibrio, es importante buscar las causas y restablecer ese desequilibrio,


para de esta manera volver al equilibrio vital, que significa vivir en armonía complementaria.

Cuando alguien cometida un error en el mundo andino los ancianos le recordaban “cómo tú
siendo el mismo te excluyes y quebrantas la unidad y la armonía del gran todo, viniste a la
existencia para ser un transmisor de la armonía universal, retoma la consciencia y deja la
ignorancia, se un cumplidor de la gran tarea”.

Curaciones nativas para fortalecer el espíritu y la salud.

El saber local para tratar enfermedades en la comunidades rurales de los andes, es muy
variado y tiene connotaciones profundamente espirituales.

Algunos conceptos comunes

Estar unidos con todos. La salud se basa sobre el principio de estar unidos con todos para vivir
bien y mejor. Eso significa caminar en armonía con la familia, la comunidad, con la
Pachamama, con Dios y con todos los seres que nos rodean.

La enfermedad es Dada por un desequilibrio de esa interrelación, dónde el estado de salud de


uno de los miembros de una comunidad interesa a todos y viceversa.

Es por esta vía razón que solo se puede curar con la ayuda de todos, teniendo en cuenta los
tres reinos: vegetal, animal y mineral.

Restaurar el balance.

La concepción del bien y del mal, igual como de salud y enfermedad, es como dos fases de un
mismo rostro. Los opuestos pueden ser fracturados en su equilibrio dinámico, produciendo
enfermedades. restituir la salud, entonces, es buscar la restauración de dicho equilibrio roto
por la indebidas acción humana..

Enfermedad cómo persona.

La enfermedad estaría considerada como persona, pues ella se alimenta, acompaña, firma si
hogar es conocida, sabe agarrar, levantarse, sentarse, subir mñ también se baja o se escapa. La
en nenas escucha tan igual que una persona está de paso o puede regresar o ya no regresa mñ
nos hace quedar y compartir el día; es decir, con sentimiento, emoción, con sensibilidad; en
ciertas oportunidades se considera si presencia como necesaria.
En la relación de parentesco espiritual, a la enfermedad de la conoce como compadre, que
visita a las familias. Se sabe entre las familias rurales que muchas de las enfermedades andan
acompañadas. Estos acompañantes en generalmente son las fiebres, que entonces retiren
mayor cuidado, buen trato, mucho amor. Suplicándole con cariño, la enfermedad se va.

Pero también existen casos en que hay que gritar o insultar a la enfermedad par que deje al
enfermo, sintiendo fuerza rigor y poder, entonces la enfermedad suelta y se escapa. Así ocurre
con la enfermedades provocadas por malos parajes o resultante de la mala influencia de algún
contrario.

Enfermedad y alimentos.

Por ello la continuidad de la vida depende de la relación en entre alimentación y enfermedad.


Cualquier desmonta del cuerpo de expresa como enfermedad. También recuerda a la persona
que se decidió y se enfermó su lugar de armonizarse nuevamente. De dice que” la comida hace
caminar bien a la gente”…” la persona es tal como se alimenta”…” somos lo que comemos”

Causa sobrenaturales.

Se han diferenciado tres causa de en Nerja m más sobre naturales. Primero existen las en
Bermúdez meses provocadas por castigos sobrenaturales. Está son provocadas por
acumulación de pecados, debido al incumplimiento de las normas de la comunidad o la
cultura. Don enfermedades impuestas por Dios. Se las reparaciones mediante ofrendas y ritos
terapéuticos.

Otra clase de en nenas sobrenaturales son las provocadas por personas desequilibradas. Se
refiere especialmente a prácticas negativas en la vida sentimental, cómo los deseos de
venganza, de porciones o de envidia. Estás enfermedades son consideradas como enfermedad
puestas, enfermedades de daño o enfermedades del hombre.

Pérdidas de ánimo.

La tercera clase de enfermedades sobrenaturales de conoce como pérdida de ánimo. Los


síntomas más frecuente son: dolores de cabeza, de estómago, escozor en todo el cuerpo,
aparición de ronchas p pequeñas inflamaciones cutáneas. En los niños se manifiesta en los
llantos permanentes especialmente de noche.

Se contrae está en mente por haberse asustado, pisado un hormiguero, o cuando aparece de
repente una víbora. Los bebés o niños contraen la en nenas al dormir,. Entre piedras o árboles”
egoístas”, o cuando se asustan. También cuando se firme por primera vez vez en un lugar
desconocido o cuando beben agua de una vertiente desconocida.

Estás enfermedades de curan de diversa formas en los distintos lugares por un curandero.

Plantas medicinales.

La Medicina Natural de la Cultura Andina, comprende que los vegetales


como las hierbas y plantas medicinales, son seres vivos, conscientes y
sintientes, por lo tanto, debemos entender que No es el cuerpo físico de las
plantas lo que cura, ni sus componentes químicos, sino el Espíritu Guardián
que obra en los Mundos (PACHA) sutiles.
Si bien los componentes químicos o principios activos de las hierbas y
plantas medicinales tienen un efecto en el cuerpo físico humano y afectan
a las otras partes constituyentes de nuestro Ser, el restablecimiento de la
«relación armónica con la naturaleza», es decir, la salud, depende del
Espíritu, ya que la nuestra, a la larga, es una «relación espiritual».

Pero también debe ser el Ser o Espíritu del Practicante el que establezca la
«relación» con el Espíritu Guardián de la Planta, para solicitarle que actúe
en el enfermo. En otras palabras, no es la relación de la persona con la
planta, ni de la persona con el Espíritu de la Planta, sino del Espíritu de la
persona con el Espíritu Guardián de la Planta.

Es el Ser Espiritual, quien debe realizar el Ritual Sagrado de amarrar al


Guardián de la Planta con el órgano enfermo, y una vez obrada la cura, se
debe liberar al Guardián.

Según la Cosmovisión Espiritual de la Cultura Andina (o Cosmovisión


Andina), cada Guardián (de cada Planta) es diferente, por ende hay para
cada uno, un Ritual diferente. Los procedimientos precisos los brinda
la PACHAMAMAmisma.

Sólo si el practicante está en armonía con PACHAMAMA, agradeciendo en


forma constante, reciprocando, ofrendando, cuidando, protegiendo,
cuidando a la Madre, sólo así puede ser instruido para los procedimientos
correctos.

En los Andes, una de las clasificaciones más usuales de plantas, es:


«Calientes» y «Frías».

Entre las plantas Calientes encontramos Amaranto, Arrayán, Cedrón,


Guayusa, Yerba Buena, Manzanilla, Marco, Orégano, Ortiga, Ruda, Toronjil,
etc.

Entre las Plantas Frías encontramos: Chukirawa, Cola de Caballo,


Escancel, Lengua de Vaca, Lutu Yuyo, etc.

Las plantas «calientes» son generalmente de sabor, olor y estructura


fuertes, mientras las frescas carecen de esas cualidades.

Además, las plantas «calientes» crecen en su mayoría en sitios de clima


frío, entre vegetación virgen y lejos del hombre, en tanto las «frescas» se
encuentran más en climas cálidos y entre vegetación cultivada y
fuertemente modificada por el hombre.

Excepciones a esta regla son el tabaco (Nicotina tabacum), el hayo


(Erythroxylon novogranatense), la Koka (Erythroxylum coca), la altamisa
(Altamisa acsitisium) y la ruda (Ruta graveolens), que a pesar de ser plantas
de mucho «calor», son sembradas por el hombre.
Las hierbas y plantas medicinales se administran o aplican en forma de
tomas, infusiones, baños y cataplasmas.

Si se administran para ingerir, las plantas frescas se hierven, mientras las


plantas calientes se echan al agua cuando ya ha dejado de hervir.

Todo esto, previo Ritual de Toma (Consciente, Visualizando, Vocalizando y


Activando, tanto al agua como al Espíritu Guardián Vegetal)

Espero que este resumen te sirva para aclarar algunos aspectos de


las Hierbas y Plantas Medicinales en la Cultura Andina.

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