Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
TEMA 1.2
LA ORGANIZACIÓN TERRITORIAL
DEL ESTADO EN LA
CONSTITUCIÓN ESPAÑOLA DE
1978: COMUNIDADES AUTÓNOMAS
Y ADMINISTRACIÓN LOCAL.
AYUDANTES DE MUSEOS: TEMA 1.2
2. COMUNIDADES AUTÓNOMAS.
3. ADMINISTRACIÓN LOCAL.
La idea de región es conocida en Europa desde muy antiguo. Esta noción nació en
Roma, aunque con un sentido muy diferente al actual. La región para los romanos no
hacía referencia al “gobierno”, y mucho menos al “autogobierno”, sino que su sentido era
el de delimitación territorial. Tan es así que la organización regional coincide con las
fases más centralistas del Imperio Romano: la organización de Augusto y la unificación
administrativa de Diocleciano. La región no se correspondía con ninguna institución
administrativa o gubernamental; era un límite administrativo, una delimitación para el
ejercicio del poder central en el marco territorial.
Cuando cae el Imperio Romano, cae también la idea de una organización amplia
de carácter centralizado. España conoce a partir del siglo XVI un lento proceso de
centralización al término del cual los antiguos Reinos pierden poco a poco su autonomía
y sus restos son transformados en provincias. Después de las guerras napoleónicas, se
culmina el proceso: el Decreto de 30 de noviembre de 1833 fija las grandes líneas de la
división actual en provincias, que fueron el instrumento del poder central contra las
autonomías territoriales. Después de esto, la voluntad centralizadora no será puesta en
cuestión más que en tres épocas, la primera república, 1873-1874, la segunda, 1931-1939
y en la época actual. Este último periodo se ha inspirado en algunos puntos en el
precedente, si bien ha innovado sustancialmente el sentido y la filosofía de la
descentralización.
En nuestro sistema, tanto las nacionalidades como las regiones se integran dentro
del concepto de Comunidades Autónomas. Aunque fue muy discutido, sobre todo en los
primeros momentos, la diferencia terminológica, lo cierto es que a efectos de régimen
jurídico, especialmente a medio plazo, no existen diferencias.
sino que es precisamente dentro de éste donde alcanza su verdadero sentido, como
expresa el artículo 2 de la Constitución. De aquí que el artículo 137 de la Constitución
delimite el ámbito de estos poderes autonómicos, circunscribiéndolos a la gestión de sus
respectivos intereses, lo que exige que se dote a cada Ente de todas las competencias
propias y exclusivas que sean necesarias para satisfacer el interés respectivo”.
En este sentido, el artículo 152 de la Constitución disponía que “En los Estatutos
aprobados por el procedimiento a que se refiere el artículo anterior, la organización
institucional autonómica se basará en una Asamblea Legislativa, elegida por sufragio
universal, con arreglo a un sistema de representación proporcional que asegure, además,
la representación de las diversas zonas del territorio; un Consejo de Gobierno con
funciones ejecutivas y administrativas y un Presidente, elegido por la Asamblea, de entre
sus miembros, y nombrado por el Rey, al que corresponde la dirección del Consejo de
Gobierno, la suprema representación de la respectiva Comunidad y la ordinaria del Estado
en aquélla. El Presidente y los miembros del Consejo de Gobierno serán políticamente
responsables ante la Asamblea.
Nada decía la Constitución respecto de las demás Comunidades, esto es, las que
accedieron a su autonomía por la vía del artículo 143. A pesar de algunas dudas iniciales,
lo cierto es que éstas adaptaron el mismo modelo que acaba de quedar expuesto: es decir,
existen en todas las Comunidades Autónomas una Asamblea Legislativa, un Consejo de
Gobierno y, en el sentido antes indicado, un Tribunal Superior de Justicia.
3) Vías especiales: Las Cortes Generales, mediante ley orgánica, podrán por
motivos de interés nacional:
Los Estatutos de Autonomía son las normas fundamentales de relación entre los
ordenamientos estatal y autonómico. Como dicen los profesores García de Enterría y
Tomás Ramón Fernández, “Se ha discutido... si los Estatutos son normas del Estado o
normas autonómicas ellas mismas. Son las dos cosas, con toda claridad, dado su origen,
su aprobación y su posición con respecto a la Constitución”. Así, los Estatutos de
Autonomía son el punto de encuentro entre los dos ordenamientos, estatal y autonómico.
Desde el punto de vista estatal, los Estatutos de Autonomía son Leyes orgánicas
cualificadas por su procedimiento de aprobación (sustancialmente, artículos 143 y 151 de
la Constitución) y reforma (los Estatutos, según el artículo 147.3 de la Constitución sólo
pueden reformarse por el procedimiento establecido en los mismos y requerirá, en todo
caso, aprobación de las Cortes mediante Ley orgánica). Desde el punto de vista de las
Comunidades Autónomas son, como dice expresivamente el artículo 147.1 de la
Constitución, “la norma institucional básica de cada Comunidad Autónoma”. Por esto
mismo, dispone el párrafo segundo del artículo últimamente citado que los Estatutos de
Autonomía deben contener:
b) La delimitación de su territorio.
En principio, existen dos sistemas para repartir las competencias entre los poderes
regionales y el poder central:
En el sistema español no se sigue uno de los dos modelos, sino que los combina.
En algunos casos hay un reparto horizontal y en otros hay un reparto vertical. Hay
ocasiones en las que se atribuye a las Comunidades Autónomas unas competencias sobre
una materia (por ejemplo, ejecución), mientras que en otros casos disponen de todas las
competencias sobre una materia (legislación y ejecución). De este modo la Constitución
ha concedido un ámbito de poder a cada instancia de forma concreta y específica, sin
partir de una opción previa y general de distribución, ni horizontal ni vertical. Por ello
hay que acudir al listado concreto de competencias para precisar cuáles son las que tienen
tanto el Estado como las Comunidades Autónomas en cada caso.
Del sistema anterior, se sigue que en nuestra Constitución hay varios tipos de
competencias:
a) Competencias exclusivas: son aquéllas en las que un ente aglutina todas las
facultades posibles sobre una misma materia, como ocurre en el artículo 149.1
CE con las materias de relaciones internacionales, justicia, nacionalidad, ... No
obstante, hay quienes entienden que la exclusividad se predica de la existencia
de dos criterios: tanto cuando un ente aglutina la totalidad de facultades sobre
la materia, como cuando conserva todas las facultades de la misma calidad
sobre aquélla, como puede ser la legislación, o la ejecución. E incluso se
sostiene que existe competencia exclusiva cuando se ostenta con exclusividad
una facultad sobre una materia (competencia exclusiva sobre la normativa
básica, sobre la legislación de desarrollo, ...).
En el artículo 141, por su parte, se regula la provincia. Ésta “es una entidad local
con personalidad jurídica propia, determinada por la agrupación de Municipios y división
territorial para el cumplimiento de las actividades del Estado. Cualquier alteración de los
límites provinciales habrá de ser aprobada por las Cortes Generales mediante Ley
orgánica. El gobierno y la administración autónoma de las provincias estarán
encomendados a Diputaciones u otras Corporaciones de carácter representativo. Se
podrán crear agrupaciones de Municipios diferentes de la Provincia. En los archipiélagos,
las Islas tendrán además su administración propia en forma de Cabildos o Consejos”.
El último artículo del capítulo segundo del Título VIII, el 142, cierra la normativa
disponiendo que “las Haciendas locales deberán disponer de los medios suficientes para
el desempeño de las funciones que la Ley atribuye a las Corporaciones respectivas y se
Hay otras referencias a los entes locales en la Constitución española, pero con un
alcance mucho menor. Tal es el caso de la participación de los entes locales en la creación
de las Comunidades Autónomas, aspecto en el que inciden varios artículos del capítulo
tercero del Título VIII y algunas Disposiciones transitorias.
a. El Municipio.
b. La Provincia.
c. La Isla en los archipiélagos balear y canario.
La diferencia entre las Entidades locales territoriales y las demás Entidades locales
estriba en que mientras las primeras tienen todas las potestades de actuación reconocidas
en el artículo 4 LRBRL (reglamentaria y de autoorganización; tributaria y financiera;
programación o planificación; expropiatoria y de investigación, deslinde y recuperación
de oficio de sus bienes; presunción de legitimidad y la ejecutividad de sus actos; ejecución
forzosa y sancionadora; revisión de oficio de sus propios actos; inembargabilidad de sus
bienes y derechos y las prelaciones y preferencias y demás prerrogativas reconocidas a la
Hacienda pública para los créditos de la misma), las Entidades no territoriales sólo tienen
las potestades que les atribuyan, dentro de la anterior lista, las Comunidades Autónomas.
Las leyes de las Comunidades Autónomas sobre régimen local regularán los entes
de ámbito territorial inferior al Municipio, que carecerán de personalidad jurídica, como
forma de organización desconcentrada del mismo para la administración de núcleos de
población separados.
3.4. El Municipio.
3.4.1. Organización.
3.4.2. Competencias.
Las Entidades Locales solo podrán ejercer competencias distintas de las propias y
de las atribuidas por delegación cuando no se ponga en riesgo la sostenibilidad financiera
del conjunto de la Hacienda municipal, de acuerdo con los requerimientos de la
legislación de estabilidad presupuestaria y sostenibilidad financiera y no se incurra en un
supuesto de ejecución simultánea del mismo servicio público con otra Administración
Pública.
Las competencias propias de los Municipios, las Provincias, las Islas y demás
Entidades locales territoriales sólo podrán ser determinadas por Ley. Se ejercen en
régimen de autonomía y bajo la propia responsabilidad, atendiendo siempre a la debida
coordinación en su programación y ejecución con las demás Administraciones públicas.
Se pueden distinguir dos direcciones en este campo:
3.5. La Provincia.
3.5.1. Organización.
3.5.2 Competencias.
A los efectos de lo dispuesto en las letras a), b) y c) anteriores (en donde se recogen
las competencias más importantes y características de la Provincia), la Diputación o
entidad equivalente: