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MÓDULO 1: Discurso Narrativo


MÓDULO

OBJETIVO GENERAL DEL MÓDULO

Analizar el discurso narrativo considerando diversos elementos del mundo representado, tales
como la disposición temporal de los acontecimientos, las características de la secuencia
narrativa, así como el papel del narrador y los personajes en la historia, con la finalidad de
enriquecer tu comprensión de este tipo de textos literarios.
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MÓDULO 1: Discurso Narrativo
CONOCIMIENTOS PREVIOS RECURSO DIDÁCTICO

Antes de comenzar las actividades propuestas, Gabriel García Márquez (Aracataca, 1927 –
reflexiona sobre tus conocimientos previos en México D.F., 2014)
torno al discurso narrativo. Escritor y periodista colombiano. Nació en
Aracataca, estudió derecho en la Universidad
Piensa en un cuento o novela, leyenda o mito, Nacional de Colombia, pero la abandonó para
que hayas leído, en cualquier momento de tu dedicarse al periodismo. A partir de 1946, fue
vida. redactor de los periódicos colombianos El
Universal, El Heraldo y El Espectador, en
 ¿Fue una experiencia similar a la Bogotá. Entre 1959 y 1961, trabajó para la
lectura de un poema o una noticia? agencia cubana de noticias, La Prensa, en su
país, en la Habana y en Nueva York. Debido a
 ¿Qué elementos del relato fueron más sus ideas políticas izquierdistas, se enfrentó
fáciles de abordar? con el dictador Laureano Gómez y con su
sucesor, el general Gustavo Rojas Pinilla, y
 ¿Qué desafíos te presentó la lectura? tuvo de pasar las décadas de 1960 y 1970 en
un exilio voluntario en México y España. Entre
 ¿Cómo los resolviste? sus novelas más conocidas se encuentran: Cien
años de soledad (1967), El otoño del patriarca
1. Mientras lees, busca el significado de las (1975), Crónica de una muerte anunciada
palabras que aparecen destacadas. Al finalizar, (1981), El amor en los tiempos del cólera
escribe una oración con cada una de ellas, (1985) y El general en su laberinto (1989).
considerando: También es autor de varios libros de cuentos
 Que las oraciones estén completas y como La increíble y triste historia de Eréndira y
terminen una idea. de su abuela la desalmada (1972) o Doce
 Que no haya demasiadas cláusulas en cuentos peregrinos (1992). Su obra ha
una oración. despertado admiración por la especial mezcla
 Que el sujeto concuerde con el verbo. de realidad y fantasía de sus narraciones,
Para finalizar, pide a tu compañero que revise situadas en Macondo, una imaginaria ciudad
las oraciones que escribiste y realiza los de su país. Recibió el Premio Nobel de
cambios necesarios. Literatura en 1982.
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MÓDULO 1: Discurso Narrativo
RECURSO DIDÁCTICO 1

RECURSO DIDÁCTICO 1

TÍTULO

La siesta del martes


Gabriel García Márquez

El tren salió del trepidante corredor de rocas bermejas, penetró en las plantaciones de banano,
simétricas e interminables, y el aire se hizo húmedo y no se volvió a sentir la brisa del mar. Una
humareda sofocante entró por la ventanilla del vagón. En el estrecho camino paralelo a la vía
férrea había carretas de bueyes cargadas de racimos verdes. Al otro lado del camino, en
intempestivos espacios sin sembrar, había oficinas con ventiladores eléctricos, campamentos
de ladrillos rojos y residencias con sillas y mesitas blancas en las terrazas, entre palmeras y
rosales polvorientos. Eran las once de la mañana y aún no había empezado el calor.
—Es mejor que subas el vidrio —dijo la mujer—. El pelo se te va a llenar de carbón.
La niña trató de hacerlo pero la persiana estaba bloqueada por óxido.
Eran los únicos pasajeros en el escueto vagón de tercera clase. Como el humo de la locomotora
siguió entrando por la ventanilla, la niña abandonó el puesto y puso en su lugar los únicos
objetos que llevaban: una bolsa de material plástico con cosas de comer y un ramo de flores
envuelto en papel de periódicos. Se sentó en el asiento opuesto, alejada de la ventanilla, de
frente a su madre.
Ambas guardaban un luto riguroso y pobre.
La niña tenía doce años y era la primera vez que viajaba. La mujer parecía demasiado vieja para
ser su madre, a causa de las venas azules en los párpados y del cuerpo pequeño, blando y sin
formas, en un traje cortado como una sotana. Viajaba con la columna vertebral firmemente
apoyada contra el espaldar del asiento, sosteniendo en el regazo con ambas manos una cartera
de charol desconchado.
Tenía la serenidad escrupulosa de la gente acostumbrada a la pobreza.
A las doce había empezado el calor. El tren se detuvo diez minutos en una estación sin pueblo
para abastecerse de agua. Afuera, en el misterioso silencio de las plantaciones, la sombra tenía
un aspecto limpio. Pero el aire estancado dentro del vagón olía a cuero sin curtir. El tren no
volvió a acelerar. Se detuvo en dos pueblos iguales, con casas de madera pintadas de colores
vivos. La mujer inclinó la cabeza y se hundió en el sopor. La niña se quitó los zapatos. Después
fue a los servicios sanitarios a poner en agua el ramo de flores muertas.
Cuando volvió al asiento la madre la esperaba para comer. Le dio un pedazo de queso, medio
bollo de maíz y una galleta dulce, y sacó para ella de la bolsa de material plástico una ración
igual. Mientras comían, el tren atravesó muy despacio un puente de hierro y pasó de largo por
un pueblo igual a los anteriores, sólo que en éste había una multitud en la plaza. Una banda de
músicos tocaba una pieza alegre bajo el sol aplastante. Al otro lado del pueblo, en una llanura
cuarteada por la aridez, terminaban las plantaciones.
La mujer dejó de comer.
—Ponte los zapatos —dijo.
La niña miró hacia el exterior. No vio nada más que la llanura desierta por donde el tren
empezaba a correr de nuevo, pero metió en la bolsa el último pedazo de galleta y se puso
rápidamente los zapatos. La mujer le dio la peineta.
—Péinate —dijo.
El tren empezó a pitar mientras la niña se peinaba. La mujer se secó el sudor del cuello y se
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limpió la grasa de la cara con los dedos. Cuando la niña acabó de peinarse el tren pasó frente a
las primeras casas de un pueblo más grande pero más triste que los anteriores.
—Si tienes ganas de hacer algo, hazlo ahora —dijo la mujer—. Después, aunque te estés
muriendo de sed no tomes agua en ninguna parte. Sobre todo, no vayas a llorar.
La niña aprobó con la cabeza. Por la ventanilla entraba un viento ardiente y seco, mezclado con
el pito de la locomotora y el estrépito de los viejos vagones. La mujer enrolló la bolsa con el
resto de los alimentos y la metió en la cartera. Por un instante, la imagen total del pueblo, en el
luminoso martes de agosto, resplandeció en la ventanilla. La niña envolvió las flores en los
periódicos empapados, se apartó un poco más de la ventanilla y miró fijamente a su madre. Ella
le devolvió una expresión apacible. El tren acabó de pitar y disminuyó la marcha. Un momento
después se detuvo.
No había nadie en la estación. Del otro lado de la calle, en la acera sombreada por los
almendros, sólo estaba abierto el salón de billar. El pueblo flotaba en el calor. La mujer y la niña
descendieron del tren, atravesaron la estación abandonada cuyas baldosas empezaban a
cuartearse por la presión de la hierba, y cruzaron la calle hasta la acera de sombra.
Eran casi las dos. A esa hora, agobiado por el sopor, el pueblo hacía la siesta. Los almacenes, las
oficinas públicas, la escuela municipal, se cerraban desde las once y no volvían a abrirse hasta
un poco antes de las cuatro, cuando pasaba el tren de regreso. Sólo permanecían abiertos el
hotel frente a la estación, su cantina y su salón de billar, y la oficina del telégrafo a un lado de la
plaza.
Las casas, en su mayoría construidas sobre el modelo de la compañía bananera, tenían las
puertas cerradas por dentro y las persianas bajas. En algunas hacía tanto calor que sus
habitantes almorzaban en el patio. Otros recostaban un asiento a la sombra de los almendros y
hacían la siesta en plena calle.
Buscando siempre la protección de los almendros la mujer y la niña penetraron en el pueblo sin
perturbar la siesta. Fueron directamente a la casa cural. La mujer raspó con la uña la red
metálica de la puerta, esperó un instante y volvió a llamar. En el interior zumbaba un ventilador
eléctrico. No se oyeron los pasos. Se oyó apenas el leve crujido de una puerta y en seguida una
voz cautelosa muy cerca de la red metálica: “¿Quién es?”
La mujer trató de ver a través de la red metálica.
—Necesito al padre —dijo.
—Ahora está durmiendo.
—Es urgente —insistió la mujer.
Su voz tenía una tenacidad reposada.
La puerta se entreabrió sin ruido y apareció una mujer madura y regordeta, de cutis muy pálido
y cabellos color de hierro. Los ojos parecían demasiado pequeños detrás de los gruesos cristales
de los lentes.
—Sigan —dijo, y acabó de abrir la puerta.
Entraron en una sala impregnada de un viejo olor de flores. La mujer de la casa las condujo
hasta un escaño de madera y les hizo señas de que se sentaran. La niña lo hizo, pero su madre
permaneció de pie, absorta, con la cartera apretada en las dos manos. No se percibía ningún
ruido detrás del ventilador eléctrico.
La mujer de la casa apareció en la puerta del fondo.
—Dice que vuelvan después de las tres —dijo en voz muy baja—. Se acostó hace cinco minutos.
—El tren se va a las tres y media —dijo la mujer.
Fue una réplica breve y segura, pero la voz seguía siendo apacible, con muchos matices. La
mujer de la casa sonrió por primera vez.
—Bueno —dijo.
Cuando la puerta del fondo volvió a cerrarse la mujer se sentó junto a su hija. La angosta sala
de espera era pobre, ordenada y limpia. Al otro lado de una baranda de madera que dividía la
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habitación había una mesa de trabajo, sencilla, con un tapete de hule, y encima de la mesa una
máquina de escribir primitiva junto a un vaso con flores. Detrás estaban los archivos
parroquiales.
Se notaba que era un despacho arreglado por una mujer soltera.
La puerta del fondo se abrió y esta vez apareció el sacerdote limpiando los lentes con un
pañuelo. Sólo cuando se los puso pareció evidente que era hermano de la mujer que había
abierto la puerta.
—¿Qué se le ofrece? —preguntó.
—Las llaves del cementerio —dijo la mujer.
La niña estaba sentada con las flores en el regazo y los pies cruzados bajo el escaño. El
sacerdote la miró, después miró a la mujer y después, a través de la red metálica de la ventana,
el cielo brillante y sin nubes.
—Con este calor… —dijo—. Han podido esperar a que bajara el sol.
La mujer movió la cabeza en silencio. El sacerdote pasó del otro lado de la baranda, extrajo del
armario un cuaderno forrado de hule, un plumero de palo y un tintero, y se sentó a la mesa. El
pelo que le faltaba en la cabeza le sobraba en las manos.
—¿Qué tumba van a visitar? —preguntó.
—La de Carlos Centeno —dijo la mujer.
—¿Quién?
—Carlos Centeno —repitió la mujer.
El padre siguió sin entender.
—Es el ladrón que mataron aquí la semana pasada —dijo la mujer en el mismo tono—.
Yo soy su madre.
El sacerdote la escrutó. Ella lo miró fijamente, con un dominio reposado, y el padre se ruborizó.
Bajó la cabeza para escribir. A medida que llenaba la hoja pedía a la mujer los datos de su
identidad, y ella respondía sin vacilación, con detalles precisos, como si estuviera leyendo. El
padre empezó a sudar. La niña se desabotonó la trabilla del zapato izquierdo, se descalzó el
talón y lo apoyó en el contrafuerte. Hizo lo mismo con el derecho.
Todo había empezado el lunes de la semana anterior, a las tres de la madrugada y a pocas
cuadras de allí. La señora Rebeca, una viuda solitaria que vivía en una casa llena de cachivaches,
sintió a través del rumor de la llovizna que alguien trataba de forzar desde afuera la puerta de
la calle. Se levantó, buscó a tientas en el ropero un revólver arcaico que nadie había disparado
desde los tiempos del coronel Aureliano Buendía, y fue a la sala sin encender las luces.
Orientándose no tanto por el ruido de la cerradura como por un terror desarrollado en ella por
veintiocho años de soledad, localizó en la imaginación no sólo el sitio donde estaba la puerta
sino la altura exacta de la cerradura. Agarró el arma con las dos manos, cerró los ojos y apretó
el gatillo. Era la primera vez en su vida que disparaba un revólver. Inmediatamente después de
la detonación no sintió nada más que el murmullo de la llovizna en el techo de cinc. Después
percibió un golpecito metálico en el andén de cemento y una voz muy baja, apacible, pero
terriblemente fatigada: “Ay, mi madre”. El hombre que amaneció muerto frente a la casa, con
la nariz despedazada, vestía una franela a rayas de colores, un pantalón ordinario con una soga
en lugar de cinturón, y estaba descalzo. Nadie lo conocía en el pueblo.
—De manera que se llamaba Carlos Centeno —murmuró el padre cuando acabó de escribir.
—Centeno Ayala —dijo la mujer—. Era el único varón.
El sacerdote volvió al armario. Colgadas de un clavo en el interior de la puerta había dos llaves
grandes y oxidadas, como la niña imaginaba y como imaginaba la madre cuando era niña y
como debió imaginar el propio sacerdote alguna vez que eran las llaves de San Pedro. Las
descolgó, las puso en el cuaderno abierto sobre la baranda y mostró con el índice un lugar en la
página escrita, mirando a la mujer.
—Firme aquí.
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La mujer garabateó su nombre, sosteniendo la cartera bajo la axila. La niña recogió las flores, se
dirigió a la baranda arrastrando los zapatos y observó atentamente a su madre.
El párroco suspiró.
—¿Nunca trató de hacerlo entrar por el buen camino?
La mujer contestó cuando acabó de firmar:
—Era un hombre muy bueno.
El sacerdote miró alternativamente a la mujer y a la niña y comprobó con una especie de
piadoso estupor que no estaban a punto de llorar. La mujer continuó inalterable:
—Yo le decía que nunca robara nada que le hiciera falta a alguien para comer, y él me hacía
caso. En cambio, antes, cuando boxeaba, pasaba hasta tres días en la cama postrado por los
golpes.
—Se tuvo que sacar todos los dientes —intervino la niña.
—Así es —confirmó la mujer—. Cada bocado que me comía en ese tiempo me sabía a los
porrazos que le daban a mi hijo los sábados a la noche.
—La voluntad de Dios es inescrutable —dijo el padre.
Pero lo dijo sin mucha convicción, en parte porque la experiencia lo había vuelto un poco
escéptico, y en parte por el calor. Les recomendó que se protegieran la cabeza para evitar la
insolación. Les indicó bostezando y ya casi completamente dormido, cómo debían hacer para
encontrar la tumba de Carlos Centeno. Al regreso no tenían que tocar. Debían meter la llave
por debajo de la puerta, y poner allí mismo, si tenían, una limosna para la iglesia. La mujer
escuchó las explicaciones con atención, pero dio las gracias sin sonreír.
Desde antes de abrir la puerta de la calle el padre se dio cuenta de que había alguien mirando
hacia adentro, las narices aplastadas contra la red metálica. Era un grupo de niños. Cuando la
puerta se abrió por completo los niños se dispersaron. A esa hora, de ordinario, no había nadie
en la calle. Ahora no sólo estaban los niños. Había grupos bajo los almendros. El padre examinó
la calle distorsionada por la reverberación, y entonces comprendió. Suavemente volvió a cerrar
la puerta.
—Esperen un minuto —dijo, sin mirar a la mujer.
Su hermana apareció en la puerta del fondo, con una chaqueta negra sobre la camisa de dormir
y el cabello suelto en los hombros. Miró al padre en silencio.
—¿Qué fue? —preguntó él.
—La gente se ha dado cuenta.
—Es mejor que salgan por la puerta del patio —dijo el padre.
—Es lo mismo —dijo su hermana—. Todo el mundo está en las ventanas.
La mujer parecía no haber comprendido hasta entonces. Trató de ver la calle a través de la red
metálica. Luego le quitó el ramo de flores a la niña y empezó a moverse hacia la puerta. La niña
la siguió.
—Esperen a que baje el sol —dijo el padre.
—Se van a derretir —dijo su hermana, inmóvil en el fondo de la sala—. Espérense y les presto
una sombrilla.
—Gracias —replicó la mujer—. Así vamos bien.
Tomó a la niña de la mano y salió a la calle.

García Márquez, G. (1962). La siesta del martes.


En: Los funerales de la mamá grande. México: Universidad Veracruzana.
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SESIÓN 1: Secuencia Narrativa
SESIÓN 1

OBJETIVO DE LA SESIÓN

Analizar el papel del conflicto narrativo sobre la historia, considerando su efecto sobre el orden
en que se presentan los acontecimientos.

PREPARA TU APRENDIZAJE RECURSO COMPLEMENTARIO

Reconocer las etapas principales de la El relato que leerás a continuación forma parte
secuencia narrativa es un elemento clave para del libro de cuentos Los funerales de la mamá
comprender este tipo de textos. grande, escrito entre 1959 y 1962. Aunque en
ellos se narran diversas historias, tienen en
Todos los acontecimientos que se muestran en común el situarse en la mágica aldea de
un relato están conectados entre sí. La tarea Macondo. Además, se presentan personajes,
del lector consiste en explorar sus relaciones. como el coronel Aureliano Buendía y su
hermano José Arcadio, que aparecerán
Para orientarte en el desarrollo de la secuencia después en Cien años de soledad, la obra
narrativa, debes evaluar la importancia de fundamental del escritor colombiano. La siesta
cada hecho. del martes, primera narración de la obra,
cuenta el viaje de una madre y su hija a
De este modo, podrás saber qué importancia Macondo, en busca de la tumba de su hijo y
tienen los hechos en cada etapa del relato y de hermano, quien fuera asesinado mientras
qué manera se relacionan para provocar el intentaba robar en casa de la señora Rebeca
desenlace de la historia. Buendía.
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SESIÓN 1: Secuencia Narrativa
CONTENIDO 1

EXPLORA EL TEXTO PROFUNDIZA TU CONOCIMIENTO

1. Escoge seis (6) acontecimientos presentes 2. Marcando con una X la casilla


en el relato y resúmelos en cada recuadro. correspondiente, señala a qué etapa de la
secuencia narrativa pertenece cada uno de los
ACONTECIMIENTOS DEL RELATO hechos que escogiste.
Justifica tu respuesta, señalando qué palabras
1 te permitieron reconocer dicha relación.
2
INICIO DESARROLLO DESENLACE RECURSOS
3
4 1
2
3
4

CONSOLIDA TUS APRENDIZAJES MEJORA TU DESEMPEÑO

3. ¿Qué acontecimiento de los que escogiste 4. ¿Qué pasaría si este hecho no estuviera
tiene mayor influencia en el desenlace de la presente? ¿En qué cambiaría la historia?
historia?
______________________________________ ______________________________________
______________________________________ ______________________________________
______________________________________ ______________________________________
______________________________________ ______________________________________
______________________________________ ______________________________________
______________________________________ ______________________________________
______________________________________ ______________________________________
______________________________________ ______________________________________
1° Medio
SESIÓN 1: Secuencia Narrativa
DIAGNÓSTICA
1° Medio
SESIÓN 1: Secuencia Narrativa
EVALUACIÓN DIAGNÓSTICA

2. En muchos textos literarios los acontecimientos no se muestran según una secuencia lógica.
En tales casos, los hechos y acciones de los personajes se organizan modificando el orden
temporal y espacial de la historia.
Como leíste anteriormente, La siesta del martes cuenta el viaje de una madre y su hija en busca
de la tumba de su hijo y hermano asesinado. Si siguiéramos esta secuencia lógica, el relato
debería comenzar narrando las circunstancias de la muerte de Carlos Centeno, la forma en que
sus familiares se enteran de la noticia y, luego, el viaje que emprenden en su búsqueda y su
resultado.
Te proponemos que compruebes si el relato sigue el orden de la historia. Para ello, durante la
lectura, completa el siguiente cuadro:

Acontecimiento ¿En qué lugar de la historia se ubica? ¿En qué lugar del relato se ubica?
Muerte de Al comienzo. Es el hecho del cual se Al finalizar. Cuando el narrador nos
Carlos Centeno derivan lógicamente los demás. explica por qué la madre de Carlos
Centeno dijo al sacerdote: "—Es el
ladrón que mataron aquí la semana
pasada —dijo la mujer en el mismo
tono—. Yo soy su madre”.

1. Completa la siguiente línea de tiempo considerando el desarrollo lógico de los


acontecimientos y no el orden en que aparecen en la narración.
1 2 3 4 5 6 7
La señora Rosario mata La madre va al
a Carlos Centeno, cementerio junto a la
porque intentó robar en niña.
su casa.

1. ¿Qué ambiente se describe en el primer párrafo?


2. ¿Por qué la niña evita la ventanilla?

 ¿Qué elementos del contexto permiten entender el significado de la palabra "escueto"?


3. ¿Cómo responde la niña a las ordenes de su madre? ¿Qué nos dice la relación entre los
personajes?
4. ¿Qué información nos da el narrador sobre los personajes? ¿Qué aspectos destaca con mayor
frecuencia, físicos o psicológicos?
• ¿Qué sentido tiene la expresión "el aire estancado dentro del vagón olía a cuero sin
curtir?
5. ¿Qué descripción del pueblo se hace en el relato? ¿Por qué crees que el narrador lo describe
de esa forma?
6. ¿Por qué la madre se sienta sólo después de oír la respuesta? ¿Crees que sospechaba que le
negarían la visita al sacerdote?
 Explica con tus palabras la siguiente frase: "Su voz tenía una tenacidad reposada".
 ¿Por qué el narrador dice que la madre permaneció "absorta"? ¿Qué rasgo de su
personalidad se destaca con esta palabra?
7. ¿Para qué pide las llaves del cementerio la madre?
1° Medio
SESIÓN 1: Secuencia Narrativa
LOCALIZA Y REGISTRA RELACIONA INFORMACIÓN

1. 3.

a) a)
b) b)
c) c)
d) d)

2. 4.

a) a)
b) b)
c) c)
d) d)

INTERPRETA EL TEXTO REFLEXIONA SOBRE LO LEÍDO

5. 7.

a) a)
b) b)
c) c)
d) d)

6. 8.

a) a)
b) b)
c) c)
d) d)
1° Medio
SESIÓN 2: Narrador
SESIÓN 2

OBJETIVO DE LA SESIÓN

Analizar textos narrativos, considerando cómo influye en el relato la narración en primera o


tercera persona.

PREPARA TU APRENDIZAJE RECURSO COMPLEMENTARIO

Para conocer las características del narrador,


debes considerar estas dos dimensiones:

1. El grado de conocimiento que tiene sobre los


hechos y acontecimientos de la historia. En
este caso, se puede distinguir un narrador
omnisciente, que sabe todo lo que ocurre
(incluso las motivaciones internas de los
personajes), y otro de conocimiento relativo,
que no conoce todos los detalles de la historia.

2. El grado de participación que tiene en los


hechos, su relación con los personajes y su
papel en el conflicto. En este caso, el narrador
puede ser protagonista, testigo o secundario,
si participa de estos acontecimientos. Si no lo
hace, se trata de un narrador externo u
objetivo, que no tiene incidencia en la historia.
1° Medio
SESIÓN 2: Narrador
CONTENIDO 2

EXPLORA EL TEXTO PROFUNDIZA TU CONOCIMIENTO

1. Dibuja un retrato del narrador del texto, tal 2. Revisa los párrafos del texto y señala con
como lo imaginas. una X si está presente o no la voz del narrador.
Luego, explica cómo pudiste identificarlo.

Párrafo Narrador Explicación


1 Sí / No
2 Sí / No
3 Sí / No
4 Sí / No
5 Sí / No
6 Sí / No

CONSOLIDA TUS APRENDIZAJES MEJORA TU DESEMPEÑO

3. Revisa los párrafos del texto y señala con 4. Considerando la información anterior,
una X si está presente la voz de otro personaje. escribe una descripción del narrador,
Luego, explica cómo pudiste identificarlo. pensando cómo crees que se sintió en cada
momento de la narración.
Párrafo Personaje Explicación
1 Sí / No Párrafo Descripción del narrador
2 Sí / No 1 [Ampliar espacio]
3 Sí / No 2
4 Sí / No 3
5 Sí / No 4
6 Sí / No 5
6
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SESIÓN 2: Narrador
FORMATIVA 1

EVALUACIÓN FORMATIVA

1. Discute con el curso:


a) ¿Es posible mantener un vínculo de solidaridad después de la muerte?
b) ¿En qué consistiría este vínculo? ¿Se trataría sólo de sentimientos?
c) ¿En qué ocasiones has realizado una acción solidaria sin que se encuentren las personas que
la motivaron? ¿Qué nos dice esto sobre el sentido de la solidaridad?

LOCALIZA Y REGISTRA RELACIONA INFORMACIÓN

1. 3.

a) a)
b) b)
c) c)
d) d)

2.

a)
b)
c)
d)
1° Medio
SESIÓN 2: Narrador
INTERPRETA EL TEXTO REFLEXIONA SOBRE LO LEÍDO

4. 5.

a) a)
b) b)
c) c)
d) d)
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SESIÓN 3: Personajes
SESIÓN 3

OBJETIVO DE LA SESIÓN

Analizar los personajes de un texto narrativo, considerando su relación con otros personajes
(qué dicen, qué se dice de ellos), así como sus acciones, motivaciones, convicciones y dilemas
que enfrentan.

PREPARA TU APRENDIZAJE RECURSO COMPLEMENTARIO

Para conocer y comprender el rol de los . Reflexiona con tu compañero sobre las
personajes en un texto narrativo, debes características de los personajes y el efecto de
considerar dos elementos: sus acciones en la narración. Luego, completen
la tabla.
1. Sus características físicas, psicológicas (que Personaje Característica principal Efecto de sus accio
influyen en su manera de pensar y actuar), así la historia
como su complejidad (si posee muchas o pocas
características) y cambios (si se transforma o Madre
no durante la historia). Estos rasgos te
permitirán construir un perfil de cada 4. Discute con tu curso la siguiente afirmación
personaje. sobre el relato. Luego, escribe un texto breve
donde des cuenta de tu postura personal
2. Su grado de participación en los hechos y el frente a ella. Recuerda argumentar con
efecto de sus acciones, las relaciones con otros ejemplos del relato.
personajes, etc. En ese caso, los personajes  "El tema central del relato es la
pueden clasificarse en protagonistas, que solidaridad entre una madre y sus
inciden en el desenlace de la historia, o hijos"
secundarios, que contribuyen al desarrollo de
la historia, pero no determinan su rumbo.
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SESIÓN 3: Personajes
CONTENIDO 3

EXPLORA EL TEXTO PROFUNDIZA TU CONOCIMIENTO

1. Completa la lista de los personajes del 2. Escoge una acción de la historia en que
relato, marcando con una X todos los párrafos estén involucrados cuatro (4) personajes,
en que es mencionado o realiza alguna acción. indicando su grado de participación.
Observa el ejemplo y utiliza tantas filas como Personaje 3
sea necesario. Participación

Párrafos
Personajes Personaje 1 Hecho: Personaje 2
1 2 3 4 5 6
Participación _______ Participación
Ngen X X X X

Personaje 4
Participación

CONSOLIDA TUS APRENDIZAJES MEJORA TU DESEMPEÑO

3. Considerando la información de la actividad 4. Inventa un nuevo personaje que participe


anterior, señala qué ocurriría si cada uno de del hecho escogido en las actividades
los personajes involucrados en el hecho anteriores. Luego, escribe nuevamente la
escogido, ya no participara de la historia. escena descrita en el relato, considerando las
acciones de este nuevo agente.
Personaje Efecto ______________________________________
______________________________________
1 ______________________________________
2 ______________________________________
______________________________________
3 ______________________________________
4 ______________________________________
1° Medio
SESIÓN 3: Personajes
FORMATIVA 2

EVALUACIÓN FORMATIVA

LOCALIZA Y REGISTRA RELACIONA INFORMACIÓN

1. 2.

a) a)
b) b)
c) c)
d) d)

3.

a)
b)
c)
d)

INTERPRETA EL TEXTO REFLEXIONA SOBRE LO LEÍDO

4. 5.

a) [ ] [ ]
b)
c) Respuesta esperada:
d)
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SESIÓN 6: Intertextos
RECURSO DIDÁCTICO 2

RECURSO DIDÁCTICO 2

¿Cuánta tierra necesita un hombre?


León Tolstoi

León Tolstoi (Rusia, 1828 – 1910)


Novelista ruso, una de las figuras más representativas de la narrativa realista. Entre sus
obras destacan las novelas Guerra y Paz (1869), una visión épica de la sociedad rusa entre
1805 y 1815, antes de la invasión napoleónica, y Ana Karenina (1877), donde la pasión
adultera de la protagonista se opone a la plenitud social de la vida rural. También son
importantes sus cuentos La muerte de Iván Ilich (1886), que narra la conversación de un
hombre que enfrenta la muerte, y La sonata de Kreutzar (1889), que aborda el tema de la
educación sexual y el matrimonio.
El cuento ¿Cuánta tierra necesita un hombre? (1886), obra fundamental de la narrativa
breve de León Tolstoi, desarrolla la historia de un campesino que, tras convertirse en un
próspero terrateniente, se deja llevar por una ambición sin límites.

Érase una vez un campesino llamado Pahom, que había trabajado dura y honestamente para su
familia, pero que no tenía tierras propias, así que siempre permanecía en la pobreza. "Ocupados
como estamos desde la niñez trabajando la madre tierra -pensaba a menudo- los campesinos
siempre debemos morir como vivimos, sin nada propio. Las cosas serían diferentes si tuviéramos
nuestra propia tierra."
Ahora bien, cerca de la aldea de Pahom vivía una dama, una pequeña terrateniente, que poseía
una finca de ciento cincuenta hectáreas. Un invierno se difundió la noticia de que esta dama iba a
vender sus tierras. Pahom oyó que un vecino suyo compraría veinticinco hectáreas y que la dama
había consentido en aceptar la mitad en efectivo y esperar un año por la otra mitad.
"Qué te parece -pensó Pahom. Esa tierra se vende, y yo no obtendré nada."
Así que decidió hablar con su esposa.
-Otras personas están comprando, y nosotros también debemos comprar unas diez hectáreas. La
vida se vuelve imposible sin poseer tierras propias.
Se pusieron a pensar y calcularon cuánto podrían comprar. Tenían ahorrados cien rublos.
Vendieron un potrillo y la mitad de sus abejas; contrataron a uno de sus hijos como peón y
pidieron anticipos sobre la paga. Pidieron prestado el resto a un cuñado, y así juntaron la mitad
del dinero de la compra. Después de eso, Pahom escogió una parcela de veinte hectáreas, donde
había bosques, fue a ver a la dama e hizo la compra.
Así que ahora Pahom tenía su propia tierra. Pidió semilla prestada, y la sembró, y obtuvo una
buena cosecha. Al cabo de un año había logrado saldar sus deudas con la dama y su cuñado. Así
se convirtió en terrateniente, y talaba sus propios árboles, y alimentaba su ganado en sus propios
pastos. Cuando salía a arar los campos, o a mirar sus mieses o sus prados, el corazón se le llenaba
de alegría. La hierba que crecía allí y las flores que florecían allí le parecían diferentes de las de
otras partes. Antes, cuando cruzaba esa tierra, le parecía igual a cualquier otra, pero ahora le
parecía muy distinta.
Un día Pahom estaba sentado en su casa cuando un viajero se detuvo ante su casa. Pahom le
preguntó de dónde venía, y el forastero respondió que venía de allende el Volga, donde había
estado trabajando. Una palabra llevó a la otra, y el hombre comentó que había muchas tierras en
1° Medio
SESIÓN 6: Intertextos
venta por allá, y que muchos estaban viajando para comprarlas. Las tierras eran tan fértiles,
aseguró, que el centeno era alto como un caballo, y tan tupido que cinco cortes de guadaña
formaban una gavilla. Comentó que un campesino había trabajado sólo con sus manos, y ahora
tenía seis caballos y dos vacas.
El corazón de Pahom se colmó de anhelo.
"¿Por qué he de sufrir en este agujero -pensó- si se vive tan bien en otras partes? Venderé mi
tierra y mi finca, y con el dinero comenzaré allá de nuevo y tendré todo nuevo".
Pahom vendió su tierra, su casa y su ganado, con buenas ganancias, y se mudó con su familia a su
nueva propiedad. Todo lo que había dicho el campesino era cierto, y Pahom estaba en mucha
mejor posición que antes. Compró muchas tierras arables y pasturas, y pudo tener las cabezas de
ganado que deseaba.
Al principio, en el ajetreo de la mudanza y la construcción, Pahom se sentía complacido, pero
cuando se habituó comenzó a pensar que tampoco aquí estaba satisfecho. Quería sembrar más
trigo, pero no tenía tierras suficientes para ello, así que arrendó más tierras por tres años. Fueron
buenas temporadas y hubo buenas cosechas, así que Pahom ahorró dinero. Podría haber seguido
viviendo cómodamente, pero se cansó de arrendar tierras ajenas todos los años, y de sufrir
privaciones para ahorrar el dinero.
"Si todas estas tierras fueran mías -pensó-, sería independiente y no sufriría estas
incomodidades."
Un día un vendedor de bienes raíces que pasaba le comentó que acababa de regresar de la lejana
tierra de los bashkirs, donde había comprado seiscientas hectáreas por sólo mil rublos.
-Sólo debes hacerte amigo de los jefes -dijo. Yo regalé como cien rublos en vestidos y alfombras,
además de una caja de té, y di vino a quienes lo bebían, y obtuve la tierra por una bicoca.
"Vaya -pensó Pahom-, allá puedo tener diez veces más tierras de las que poseo. Debo probar
suerte."
Pahom encomendó a su familia el cuidado de la finca y emprendió el viaje, llevando consigo a su
criado. Pararon en una ciudad y compraron una caja de té, vino y otros regalos, como el vendedor
les había aconsejado. Continuaron viaje hasta recorrer más de quinientos kilómetros, y el séptimo
día llegaron a un lugar donde los bashkirs habían instalado sus tiendas.

Centeno: planta de tallo delgado, fuerte y flexible, de uno a dos metros de altura, parecida al
trigo.
Guadaña: instrumento para cortar plantas, formado por una hoja larga y curvilínea, puntiaguda
por un lado y sujeta por el otro, más ancho, por un mango.
Gavilla: porción atada de mieses, lino, hierbas, leñas u otras cosas semejantes.
Bicoca: cosa de poca estima y aprecio.
En cuanto vieron a Pahom, salieron de las tiendas y se reunieron en torno al visitante. Le dieron
té y kurniss, y sacrificaron una oveja y le dieron de comer. Pahom sacó presentes de su carromato
y los distribuyó, y les dijo que venía en busca de tierras. Los bashkirs parecieron muy satisfechos y
le dijeron que debía hablar con el jefe. Lo mandaron a buscar y le explicaron a qué había ido
Pahom.
El jefe escuchó un rato, pidió silencio con un gesto y le dijo a Pahom:
-De acuerdo. Escoge la tierra que te plazca. Tenemos tierras en abundancia.
-¿Y cuál será el precio? -preguntó Pahom.
-Nuestro precio es siempre el mismo: mil rublos por día.
Pahom no comprendió.
-¿Un día? ¿Qué medida es ésa? ¿Cuántas hectáreas son?
-No sabemos calcularlo -dijo el jefe-. La vendemos por día. Todo lo que puedas recorrer a pie en
un día es tuyo, y el precio es mil rublos por día.
Pahom quedó sorprendido.
1° Medio
SESIÓN 6: Intertextos
-Pero en un día se puede recorrer una vasta extensión de tierra -dijo.
El jefe se echó a reír.
-¡Será toda tuya! Pero con una condición. Si no regresas el mismo día al lugar donde comenzaste,
pierdes el dinero.
-¿Pero cómo debo señalar el camino que he seguido?
-Iremos a cualquier lugar que gustes, y nos quedaremos allí. Puedes comenzar desde ese sitio y
emprender tu viaje, llevando una azada contigo. Donde lo consideres necesario, deja una marca.
En cada giro, cava un pozo y apila la tierra; luego iremos con un arado de pozo en pozo. Puedes
hacer el recorrido que desees, pero antes que se ponga el sol debes regresar al sitio de donde
partiste. Toda la tierra que cubras será tuya.
Pahom estaba alborozado. Decidió comenzar por la mañana. Charlaron, bebieron más kurniss,
comieron más oveja y bebieron más té, y así llegó la noche. Le dieron a Pahom una cama de
edredón, y los bashkirs se dispersaron, prometiendo reunirse a la mañana siguiente al romper el
alba y viajar al punto convenido antes del amanecer.
Pahom se quedó acostado, pero no pudo dormirse. No dejaba de pensar en su tierra.
"¡Qué gran extensión marcaré! -pensó. Puedo andar fácilmente cincuenta kilómetros por día. Los
días ahora son largos, y un recorrido de cincuenta kilómetros representará gran cantidad de
tierra. Venderé las tierras más áridas, o las dejaré a los campesinos, pero yo escogeré la mejor y la
trabajaré. Compraré dos yuntas de bueyes y contrataré dos peones más. Unas noventa hectáreas
destinaré a la siembra y en el resto criaré ganado."
Por la puerta abierta vio que estaba rompiendo el alba.
-Es hora de despertarlos -se dijo-. Debemos ponernos en marcha.
Se levantó, despertó al criado (que dormía en el carromato), le ordenó uncir los caballos y fue a
despertar a los bashkirs.
-Es hora de ir a la estepa para medir las tierras -dijo.
Los bashkirs se levantaron y se reunieron, y también acudió el jefe. Se pusieron a beber más
kurniss, y ofrecieron a Pahom un poco de té, pero él no quería esperar.
-Si hemos de ir, vayamos de una vez. Ya es hora.
Los bashkirs se prepararon y todos se pusieron en marcha, algunos a caballo, otros en carros.
Pahom iba en su carromato con el criado, y llevaba una azada. Cuando llegaron a la estepa, el
cielo de la mañana estaba rojo. Subieron una loma y, apeándose de carros y caballos, se
reunieron en un sitio. El jefe se acercó a Pahom y extendió el brazo hacia la planicie.
-Todo esto, hasta donde llega la mirada, es nuestro. Puedes tomar lo que gustes.
A Pahom le relucieron los ojos, pues era toda tierra virgen, chata como la palma de la mano y
negra como semilla de amapola, y en las hondonadas crecían altos pastizales.
El jefe se quitó la gorra de piel de zorro, la apoyó en el suelo y dijo:
-Ésta será la marca. Empieza aquí y regresa aquí. Toda la tierra que rodees será tuya.
Pahom sacó el dinero y lo puso en la gorra. Luego se quitó el abrigo, quedándose con su
chaquetón sin mangas. Se aflojó el cinturón y lo sujetó con fuerza bajo el vientre, se puso un
costal de pan en el pecho del jubón y, atando una botella de agua al cinturón, se subió la caña de
las botas, empuñó la azada y se dispuso a partir. Tardó un instante en decidir el rumbo. Todas las
direcciones eran tentadoras.
-No importa -dijo al fin-. Iré hacia el sol naciente.
Se volvió hacia el este, se desperezó y aguardó a que el sol asomara sobre el horizonte.
"No debo perder tiempo -pensó-, pues es más fácil caminar mientras todavía está fresco."
Los rayos del sol no acababan de chispear sobre el horizonte cuando Pahom, azada al hombro, se
internó en la estepa.
Pahom caminaba a paso moderado. Tras avanzar mil metros se detuvo, cavó un pozo y apiló
terrones de hierba para hacerlo más visible. Luego continuó, y ahora que había vencido el
entumecimiento apuró el paso. Al cabo de un rato cavó otro pozo.
1° Medio
SESIÓN 6: Intertextos
Miró hacia atrás. La loma se veía claramente a la luz del sol, con la gente encima, y las relucientes
llantas de las ruedas del carromato. Pahom calculó que había caminado cinco kilómetros. Estaba
más cálido; se quitó el chaquetón, se lo echó al hombro y continuó la marcha. Ahora hacía más
calor; miró el sol; era hora de pensar en el desayuno.
-He recorrido el primer tramo, pero hay cuatro en un día, y todavía es demasiado pronto para
virar. Pero me quitaré las botas -se dijo.
Se sentó, se quitó las botas, se las metió en el cinturón y reanudó la marcha. Ahora caminaba con
soltura.
"Seguiré otros cinco kilómetros -pensó-, y luego giraré a la izquierda. Este lugar es tan promisorio
que sería una pena perderlo. Cuanto más avanzo, mejor parece la tierra."
Siguió derecho por un tiempo, y cuando miró en torno, la loma era apenas visible y las personas
parecían hormigas, y apenas se veía un destello bajo el sol.
"Ah -pensó Pahom-, he avanzado bastante en esta dirección, es hora de girar. Además estoy
sudando, y muy sediento."
Se detuvo, cavó un gran pozo y apiló hierba. Bebió un sorbo de agua y giró a la izquierda.
Continuó la marcha, y la hierba era alta, y hacía mucho calor.
Pahom comenzó a cansarse. Miró el sol y vio que era mediodía.
"Bien -pensó-, debo descansar."
Se sentó, comió pan y bebió agua, pero no se acostó, temiendo quedarse dormido. Después de
estar un rato sentado, siguió andando. Al principio caminaba sin dificultad, y sentía sueño, pero
continuó, pensando: "Una hora de sufrimiento, una vida para disfrutarlo".
Avanzó un largo trecho en esa dirección, y ya iba a girar de nuevo a la izquierda cuando vio un
fecundo valle. "Sería una pena excluir ese terreno -pensó-. El lino crecería bien aquí.". Así que
rodeó el valle y cavó un pozo del otro lado antes de girar. Pahom miró hacia la loma. El aire
estaba brumoso y trémulo con el calor, y a través de la bruma apenas se veía a la gente de la
loma.
"¡Ah! -pensó Pahom-. Los lados son demasiado largos. Este debe ser más corto." Y siguió a lo
largo del tercer lado, apurando el paso. Miró el sol. Estaba a mitad de camino del horizonte, y
Pahom aún no había recorrido tres kilómetros del tercer lado del cuadrado. Aún estaba a quince
kilómetros de su meta.
"No -pensó-, aunque mis tierras queden irregulares, ahora debo volver en línea recta. Podría
alejarme demasiado, y ya tengo gran cantidad de tierra.".
Pahom cavó un pozo de prisa.
Echó a andar hacia la loma, pero con dificultad. Estaba agotado por el calor, tenía cortes y
magulladuras en los pies descalzos, le flaqueaban las piernas. Ansiaba descansar, pero era
imposible si deseaba llegar antes del poniente. El sol no espera a nadie, y se hundía cada vez más.
"Cielos -pensó-, si no hubiera cometido el error de querer demasiado. ¿Qué pasará si llego
tarde?"
Miró hacia la loma y hacia el sol. Aún estaba lejos de su meta, y el sol se aproximaba al horizonte.
Pahom siguió caminando, con mucha dificultad, pero cada vez más rápido. Apuró el paso, pero
todavía estaba lejos del lugar. Echó a correr, arrojó la chaqueta, las botas, la botella y la gorra, y
conservó sólo la azada que usaba como bastón.
"Ay de mí. He deseado mucho, y lo eché todo a perder. Tengo que llegar antes de que se ponga el
sol."
El temor le quitaba el aliento. Pahom siguió corriendo, y la camisa y los pantalones empapados se
le pegaban a la piel, y tenía la boca reseca. Su pecho jadeaba como un fuelle, su corazón batía
como un martillo, sus piernas cedían como si no le pertenecieran. Pahom estaba abrumado por el
terror de morir de agotamiento.
Aunque temía la muerte, no podía detenerse. "Después que he corrido tanto, me considerarán un
tonto si me detengo ahora", pensó. Y siguió corriendo, y al acercarse oyó que los bashkirs
1° Medio
SESIÓN 6: Intertextos
gritaban y aullaban, y esos gritos le inflamaron aún más el corazón. Juntó sus últimas fuerzas y
siguió corriendo.
El hinchado y brumoso sol casi rozaba el horizonte, rojo como la sangre. Estaba muy bajo, pero
Pahom estaba muy cerca de su meta. Podía ver a la gente de la loma, agitando los brazos para
que se diera prisa. Veía la gorra de piel de zorro en el suelo, y el dinero, y al jefe sentado en el
suelo, riendo a carcajadas.
"Hay tierras en abundancia -pensó-, ¿pero me dejará Dios vivir en ellas? ¡He perdido la vida, he
perdido la vida! ¡Nunca llegaré a ese lugar!"
Pahom miró el sol, que ya desaparecía, ya era devorado. Con el resto de sus fuerzas apuró el
paso, encorvando el cuerpo de tal modo que sus piernas apenas podían sostenerlo. Cuando llegó
a la loma, de pronto oscureció. Miró el cielo. ¡El sol se había puesto! Pahom dio un alarido.
"Todo mi esfuerzo ha sido en vano", pensó, y ya iba a detenerse, pero oyó que los bashkirs aún
gritaban, y recordó que aunque para él, desde abajo, parecía que el sol se había puesto, desde la
loma aún podían verlo. Aspiró una buena bocanada de aire y corrió cuesta arriba. Allí aún había
luz. Llegó a la cima y vio la gorra. Delante de ella el jefe se reía a carcajadas. Pahom soltó un grito.
Se le aflojaron las piernas, cayó de bruces y tomó la gorra con las manos.
-¡Vaya, qué sujeto tan admirable! -exclamó el jefe-. ¡Ha ganado muchas tierras!
El criado de Pahom se acercó corriendo y trató de levantarlo, pero vio que le salía sangre de la
boca. ¡Pahom estaba muerto!
Los bashkirs chasquearon la lengua para demostrar su piedad.
Su criado empuñó la azada y cavó una tumba para Pahom, y allí lo sepultó. Dos metros de la
cabeza a los pies era todo lo que necesitaba.

Centeno: planta de tallo delgado, fuerte y flexible, de uno a dos metros de altura, parecida
al trigo.
Guadaña: instrumento para cortar plantas, formado por una hoja larga y curvilínea,
puntiaguda por un lado y sujeta por el otro, más ancho, por un mango.
Gavilla: porción atada de mieses, lino, hierbas, leñas u otras cosas semejantes.
Bicoca: cosa de poca estima y aprecio.
Carromato: carro grande de dos ruedas, con dos varas para enganchar una caballería.
Azada: instrumento para cavar tierras blandas.
Alborozado: alegre.
Uncir: atar o sujetar al yugo bueyes, mulas u otros animales de carga.
Lino: planta de tallo recto y hueco, como de un metro de alto y ramoso en su extremidad,
utilizado para producir hilo.
Fuelle: instrumento para recoger aire y lanzarlo con una dirección determinada.
Chasquido: ruido que se produce con la lengua al separarla súbitamente del paladar.

Investiga T2
1. Averigua quiénes son los bashkirs y cómo es su cultura. ¿Cómo imaginas el ambiente en
que se desarrolla esta parte de la historia?
2. Busca en internet o en una enciclopedia a qué tipo de trago corresponde el Kurniss. ¿Por
qué, según el texto, los bashkirs lo beben con tanta frecuencia?

Tolstoi, León (1886), Cuánta tierra necesita un hombre. Recuperado el 29 de Abril de 2015 de:
http://www.ciudadseva.com/textos/cuentos/rus/tolstoi/cuanta_tierra_necesita_un_hombre.htm
1° Medio
SESIÓN 4: Acciones y Desenlace
SESIÓN 4

OBJETIVO DE LA SESIÓN

Analizar textos narrativos, considerando la relación entre un fragmento de la obra con el total.
1° Medio
SESIÓN 4: Acciones y Desenlace
PREPARA TU APRENDIZAJE RECURSO COMPLEMENTARIO

Las acciones que forman parte de la historia Funcionalidad(es):


que se cuenta en un texto narrativo, tienen Columnas 1 x 1: Video 1 + Video 2
efectos distintos sobre el curso del relato. Video 1:
https://www.youtube.com/watch?
Algunas son decisivas, porque determinan v=1hFOTRfEWgg
cómo se resolverá el conflicto, el destino de un (0:00 – 0:53)
personaje o el problema que se plantea. Video 2:
Podemos denominarlas acciones principales. https://www.youtube.com/watch?
v=1hFOTRfEWgg
Otras, no son decisivas, pues no alteran el (0:53 – 1:57)
curso de la historia. Pero no por eso son
menos importantes: sin acciones secundarias, Texto: ¿Qué elementos caracterizan la
que vayan apuntalando las acciones situación comunicativa que se presenta en
principales y acercándonos poco a poco al cada fragmento?
desenlace de la historia, no puede haber un
adecuado desarrollo del discurso narrativo. Receptáculo:
Situación comunicativa 1 Situación
1. ¿Qué diferencia hay entre la situación comunicativa 2
comunicativa que se muestra al comienzo de la [1] Alguien, de noche junto al fuego, cuenta la
obra con la que se encuentra al final? historia de “su señor”. [2] Encuentro entre un
a) En la primera, el personaje narra los señor y un jefe bashkirs para la compraventa
hechos desde la primera persona, en de tierras.
cambio al final lo hace en tercera [3] Relato en estilo indirecto. [4] Relato en
persona. estilo directo.
b) Al comienzo, el personaje se [4] Monólogo. [5] Diálogo entre personajes.
encuentra sólo. Luego se ve que se
encontraba frente a la tumba del Elementos arrastrables (horizontal):
señor. [6] Diálogo entre personajes.
c) Ninguna, pues el personaje que [4] Relato en estilo directo.
relata la historia se encuentra en el [2] Encuentro entre un señor y un jefe bashkirs
mismo lugar. para la compraventa de tierras.
2. ¿Qué efecto tiene el fragmento final para la [5] Monólogo.
comprensión de toda la obra? [3] Relato en estilo indirecto.
a) Entrega información valiosa para [1] Alguien, de noche junto al fuego, cuenta la
saber qué le ocurrió finalmente al historia de “su señor”.
señor.
b) Permite comprender que el
personaje narraba la historia después
de enterrar a su señor y frente a su
tumba.
c) Ofrece una visión crítica sobre la
ambición del señor y sus
consecuencias.
1° Medio
SESIÓN 4: Acciones y Desenlace
CONTENIDO 4

EXPLORA EL TEXTO PROFUNDIZA TU CONOCIMIENTO

1. 1. Observa las palabras destacadas en 2. 2. Reúnan el curso en grupos y


negrita en el texto y completa la siguientereflexionen en torno al título del relato.
tabla, escribiendo una oración con cada unaLuego, propongan una respuesta a la
de ellas. interrogante que plantea y discútanla en
Palabra Oración conjunto. Para finalizar, elijan las tres
mejores respuestas y anótenlas en el
Mieses: cereal de cuya El campesino cultivó con
pizarrón.
semilla se hace el pan.

CONSOLIDA TUS APRENDIZAJES MEJORA TU DESEMPEÑO

3. 4.
1° Medio
SESIÓN 4: Acciones y Desenlace
FORMATIVA 3

EVALUACIÓN FORMATIVA

LOCALIZA Y REGISTRA RELACIONA INFORMACIÓN

1. 2.

a) a)
b) b)
c) c)
d) d)

INTERPRETA EL TEXTO REFLEXIONA SOBRE LO LEÍDO

3. 5.

a) [ ] [ ]
b)
c) Respuesta esperada:
d)

4.

a)
b)
c)
d)
1° Medio
SESIÓN 5: Visión del Mundo
SESIÓN 5

OBJETIVO DE LA SESIÓN

Analizar textos narrativos, considerando las creencias, prejuicios y estereotipos presentes en el


relato, a la luz de la visión de mundo de la época en la que fue escrito y su conexión con el
mundo actual.

PREPARA TU APRENDIZAJE RECURSO COMPLEMENTARIO

Toda narración presenta un conflicto. Video: https://www.youtube.com/watch?


v=1hFOTRfEWgg
En la etapa inicial del relato, se presentan las (4:03 – 5:31)
fuerzas que se enfrentarán o el problema que
las confronta. Texto: Compara la frase final del señor al llegar
al completar su recorrido y la reacción del jefe
En la etapa intermedia o desarrollo del relato, bashkirs.
estas fuerzas se oponen y su conflicto se hace
cada vez más agudo y manifiesto. Cuestionario abierto:
1. ¿Dan el mismo sentido al desenlace de la
En la etapa final o desenlace, estas fuerzas historia?
resuelven su conflicto o problemas, dando [Respuesta: el primero expira celebrando su adquisición de tierras
lugar a un nuevo escenario. hecho contradictorio, porque ya no tendrá vida para disfrutarla].

El narrador, los personajes, sus acciones y el 2. ¿Qué diferencia sus visiones acerca de la
orden en que se presentan los propiedad de la tierra?
acontecimientos, están en función del [Respuesta: Para el señor la tierra es propiedad del individuo, para
desarrollo de este conflicto. propiedad de quien la utiliza].
1° Medio
SESIÓN 5: Visión del Mundo
CONTENIDO 5

EXPLORA EL TEXTO PROFUNDIZA TU CONOCIMIENTO


1. El autocontrol es la capacidad que tienen los
seres humanos para moderar sus instintos, - ¿Por qué nadie le advirtió del peligro de su
controlar sus impulsos y no dejarse llevar ambición?
siempre por ellos. El manejo de los impulsos - ¿Es posible afirmar que Pahom fue absorbido
influye no sólo en cómo nos comportamos, por su ambición?
sino que también marca quiénes somos y - ¿Cómo vieron los bashkirs la muerte de
cómo nos ven los demás. Pahom? ¿Qué concepción tenían ellos sobre la
Reúnan el curso en grupos y discutan en torno tierra?
a las siguientes preguntas: Finalmente, expongan sus resultados al curso y
- ¿Por qué Pahom no pudo controlar su lleguen a una interpretación común sobre la
ambición? forma en que se aborda el tema del
- ¿Qué podría haber hecho para evitar ese autocontrol y la identidad personal en el
desenlace? relato.
CONSOLIDA TUS APRENDIZAJES MEJORA TU DESEMPEÑO

3. Genera una escala para determinar la 4. Considerando el resumen que hiciste en la


importancia de los personajes del relato, actividad 1, juega a cambiar el orden de las
según su influencia en el desenlace de la etapas del relato. Cuando te decidas por uno
historia. Debes justificar cada elección. de los cambios posibles, reescribe el relato.

Personaje
Importancia Justificación
1
2 Finalmente, responde: ¿en qué cambió la
3 historia con este nuevo orden del relato?
4 ______________________________________
5 ______________________________________
______________________________________
1° Medio
SESIÓN 5: Visión del Mundo
FORMATIVA 4

EVALUACIÓN FORMATIVA

LOCALIZA Y REGISTRA RELACIONA INFORMACIÓN

1. Lee el siguiente fragmento:

a)
b)
c) 3.
d)
a)
2. b)
c)
a) d)
b)
c)
d)

INTERPRETA EL TEXTO REFLEXIONA SOBRE LO LEÍDO

Lee el siguiente fragmento: Lee el siguiente fragmento:

4. 5.

a) a)
b) b)
c) c)
d) d)
1° Medio
SESIÓN 6: Intertextos
SESIÓN 6

OBJETIVO DE LA SESIÓN

Analizar las relaciones intertextuales de los textos narrativos leídos con otras obras,
considerando personajes tipo, símbolos y tópicos literarios presentes.

PREPARA TU APRENDIZAJE RECURSO COMPLEMENTARIO

Los relatos mitológicos y leyendarios poseen


un propósito común: explicar el origen de
fenómenos naturales o sociales que los seres
humanos, en el origen de su tiempo histórico,
no eran capaces de explicar científicamente.

Por ello, cuando tengas que leer y analizar este


tipo de textos, considera siempre las
siguientes preguntas orientadoras:

1. ¿Qué fenómeno de la naturaleza o de la


sociedad intenta explicar?
2. ¿Qué papel cumplen los personajes en la
historia? ¿Qué fuerzas representan?
3. ¿Qué conocimientos aporta el narrador?
¿De qué manera hace que su relato sea
creíble?
1° Medio
SESIÓN 6: Intertextos
CONTENIDO 6

EXPLORA EL TEXTO PROFUNDIZA TU CONOCIMIENTO

1. No sucede sólo en cuentos T2 Has un resumen del relato y luego describe


Diariamente conocemos historias donde la una situación en la que la ambición haya
ambición lleva a las personas a cometer actos conducido a una persona a una tragedia.
que atentan contra su propio bienestar. Durante la redacción del artículo, dedica
Te invitamos a realizar un breve artículo para especial atención al lenguaje que utilizas.
un diario en el que hagas una breve reseña del Subraya las palabras que se repiten o que
cuento leído, comparándolo con una historia necesitan precisión y luego, con la ayuda de un
de la vida real que pueda motivar a otros a que diccionario o el procesador de textos, buscan
lean el relato. El título del artículo debe ser mejores alternativas de vocabulario para que
“No sucede sólo en cuentos”. tu texto sea más convincente.

CONSOLIDA TUS APRENDIZAJES MEJORA TU DESEMPEÑO

4.
1° Medio
SESIÓN 6: Intertextos
SUMATIVA

EVALUACIÓN SUMATIVA

1. ¿Por qué crees que Pahom es tan pesimista sobre su destino? ¿Qué situación le hace
pensar así?
2. ¿Piensas que el ser propietario de tierras cambiará la vida de Pahom y su familia?
3. ¿Qué deseo generó en Pahom ser propietario de tierras? ¿Hasta dónde crees que será
capaz?
4. ¿Cuál crees que es el motivo de la búsqueda de Pahom: acumular mayor cantidad de
dinero o poseer más tierras para trabajar?
5. ¿Cómo influyen las condiciones del trato que ofrecen los bashkirs en el
comportamiento de Pahom?
6. ¿Qué pensamiento impulsa a Pahom a continuar su marcha?
7. ¿Crees que Pahom encontrará dificultades en su viaje? ¿Se dirige en la dirección
correcta?

1. ¿Qué significado tiene la palabra “desperezar” en el contexto?

8. ¿Cómo se transformó el viaje de Pahom? ¿Qué sensación le persigue antes de llegar?


9. ¿Por qué le preocupa tanto a Pahom que el sol se ponga?

1. ¿Cuál es el conflicto que se manifiesta en el viaje de Pahom?


2. ¿Cómo se manifiesta visual y físicamente este conflicto, a partir de la lectura?
3. ¿Cómo se plasma el paralelismo entre lo que ocurre en la realidad y en la consciencia
de Pahom?
4. ¿Crees que los bashkirs sabían lo que le esperaba a Pahom? ¿Por qué?
1° Medio
SESIÓN 6: Intertextos
LOCALIZA Y REGISTRA RELACIONA INFORMACIÓN

1. 6.

a) a)
b) b)
c) c)
d) d)

2. 7.

a) a)
b) b)
c) c)
d) d)

3. 8.

a) a)
b) b)
c) c)
d) d)

4. 9.

a) a)
b) b)
c) c)
d) d)

5. 10.

a) a)
b) b)
c) c)
d) d)
1° Medio
SESIÓN 6: Intertextos
INTERPRETA EL TEXTO REFLEXIONA SOBRE LO LEÍDO

11. 16.

a) a)
b) b)
c) c)
d) d)

12. 17.

a) a)
b) b)
c) c)
d) d)

13. 18.

a) a)
b) b)
c) c)
d) d)

14. 19.

a) a)
b) b)
c) c)
d) d)

15. 20.

a) a)
b) b)
c) c)
d) d)

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