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Si bien es cierto que la capacitación no es el único camino por medio del cual se
garantiza el correcto cumplimiento de tareas y actividades, si se manifiesta como un
instrumento que enseña, desarrolla sistemáticamente y coloca en circunstancias de
competencia a cualquier persona. Bajo este marco, la capacitación busca
básicamente:
Con la finalidad de que los centros de trabajo identifiquen y apliquen los aspectos
mínimos necesarios que deben ser considerados para emprender un proceso de
capacitación organizado, que involucre como actividad natural del mismo el dar
cumplimiento a las disposiciones legales que se establecen en la materia, las fases
sugeridas son las siguientes:
Entre los beneficios que tiene la empresa con la capacitación se pueden enumerar los
siguientes
Entre los beneficios que obtienen los colaboradores con la capacitación están:
Elimina los timones de incompetencia
Sube el nivel de satisfacción con el puesto
Desarrolla un sentido de progreso
Considerar cada uno de los aspectos anotados, y muchos otros más, debe representar
para toda organización el punto de partida en la definición de cualquier proyecto de
trabajo que se emprenda.
Por ello, es necesario que antes de tomar alguna decisión al respecto se lleve a cabo
un estudio que permita identificar la situación real que en términos generales
prevalece en el centro de trabajo.
A partir del análisis que realice la empresa de los aspectos antes anotados, se
obtendrá información de las dificultades que enfrentan las áreas que la componen.
Los puntos débiles o deficiencias encontradas deben ser cuidadosamente estudiadas
a fin de establecer con claridad los problemas que pueden y deben ser resueltos con
capacitación
Diagnóstico de Necesidades
Artículo 95. LEY FEDERAL DEL TRABAJO CAPITULO III BIS. De la capacitación y
adiestramiento de los trabajadores. Todo trabajador tiene el derecho a que su patrón le
proporcione capacitación o adiestramiento en su trabajo que le permita elevar su nivel
de vida y productividad, conforme a los planes y programas formulados, de común
acuerdo, por el patrón y el sindicato o sus trabajadores y aprobados por la Secretaría
del Trabajo y Previsión Social.
(Aguilar, 2013)