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Ma.

Guadalupe Durán Alcántara


25 de noviembre de 2020

El voyeurismo

Diversas teorías psicoanalíticas, el ser humano nace con la necesidad de mirar, de


analizar su contexto a través de la mirada. A esto lo llamarían pulsión escópica,
que no es otra cosa que el mirar y relacionarlo a lo imaginario y a su vez gozarlo.

Cuando este goce de mirar al otro se convierte en excitación sexual, entonces ya


podemos hablar de voyeurismo.

La palabra voyeur, de origen francés, y su traducción literal es “el que ve”. Un


voyeurista es aquella persona que busca obtener excitación sexual observando a
personas desnudas o que realizan alguna actividad sexual, sin embargo, esta
conducta no implica ninguna actividad sexual posterior por parte de la persona que
observa.

El voyeurismo puede llegar a alcanzar el grado de parafilia, las cuales son


conductas o fantasías sexuales de tipo excitatorio, considerándose en ocasiones
como un trastorno. El llamado trastorno de voyeurismo implica llevar a cabo los
impulsos y fantasías de tipo voyeurista sin el consentimiento de la otra persona;
experimentando un malestar significativo o un deterioro funcional debido a tales
deseos o impulsos.

Estas conductas tienen a comenzar en la época adolescente o a principios de la


vida.
Síntomas o señales

una persona voyeurista tiende a observar la escena sexual desde cierta distancia
y, ocasionalmente, escondido. Observando a través, de resquicios o cerraduras o
mediante la utilización de objetos como espejos o cámaras.

Este comportamiento en ocasiones se lleva con actividades de masturbación; pero


no es una condición necesaria para la práctica del voyeurismo, el riesgo de ser
descubierto actúa como potenciador de la excitación.

Muchas veces el voyeurista se acompaña de tendencias exhibicionistas, la


persona disfruta de mostrarse semidesnudo o completamente desnudo. Tanto el
voyeurismo como el exhibicionismo poseen un gran componente compulsivo e
irrefrenable.

Es importante mencionar la diferencia de voyeurismo y la sola excitación por


contemplar un cuerpo desnudo. La principal diferencia es que en el voyeurismo no
existe conocimiento y/o consentimiento por parte de la persona observada,
mientras que en el resto de actividades sexuales se da por entendido que sí que la
hay consentimiento.

Las características de personalidad de una persona voyeurista, suelen


relacionarse con personas que han sido tímidas durante la adolescencia, siendo
necesario destacar que no son sujetos propensos a poseer rasgos especialmente
patológicos

Tratamiento

son pocas las personas con gustos voyeristas en las que la conducta acaba
derivando en trastorno; ya que para la gran mayoría de ellos estos
comportamientos no suponen un problema ni en su vida diaria ni para su salud
psicológica.

Por tanto, también son pocas las personas que se derivan a los centros de
psiquiatría o salud mental. En la mayoría de los casos estos pacientes son
derivados a estas unidades tras haber infringido la ley y haber sido condenados
como agresores sexuales.
En este caso, el trastorno por voyeurismo tiene dos vías de actuación:

 Psicoterapia junto con asistencia a grupos de apoyo e inhibidores selectivos de la


recaptación de serotonina (ISRS), estos últimos para paliar los actos compulsivos
de mirar.
 Medicamentos anti andrógenos en casos muy graves.

Sanciones a las conductas voyeuristas

En algunos lugares el voyeurismo está considerado una perversión y en varios


países se califica como un delito sexual.

 Reino Unido agregó este comportamiento al Sexual Offences Act of 20013,


criminalizando así el acto de observar a alguien sin su consentimiento.
 Canadá promulgó una ley similar, declarando el voyeurismo como un delito
sexual.
 Estados unidos de América también penaliza esta práctica en nueve de sus
estados.

Referencias

Sociedad española de medicina interna

Muse, M., & Frigola, G. (2003). La evaluación y tratamiento de trastornos


parafílicos. Cuadernos de médicina psicosomatica y psiquiatría de enlace, 65, 55-
72

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