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LICENCIATURA EN CRIMINOLOGIA, CRIMINALISTICA E INVESTIGACION

CRIMINAL

ALUMNO:
OSCAR CERINO DE LA CRUZ

ASIGNATURA:
CRIMINOLOGIA Y DELITO SEXUAL

PROFESORA:
NORMA LETICIA LEON CORZO

ENSAYO:
PARAFILIAS Y AGRESIONES SEXUALES

VILLAHERMOSA, TABASCO A 25 DE NOVIEMBRE DE 2023


INTRODUCCIÓN
La sexualidad humana es un fenómeno complejo y diverso que abarca una amplia
gama de comportamientos, deseos y orientaciones. Dentro de esta complejidad,
surgen las parafilias, definidas como patrones sexuales atípicos donde la
excitación, el placer o la satisfacción sexual se obtienen a partir de estímulos no
convencionales. Estos patrones pueden involucrar objetos, situaciones o prácticas
que se desvían de las experiencias sexuales consideradas normales por la
sociedad. Sin embargo, cuando estas inclinaciones sexuales desviantes se
entrelazan con la agresión sexual, emergen problemas serios y profundamente
preocupantes.

LAS PARAFILIAS Y LAS AGRESIONES SEXUALES


Las parafilias consisten en la presencia de conductas o fantasías sexuales de tipo
excitatorio frecuentes e intensas que implican objetos inanimados, niños o adultos
que no consienten, o el sufrimiento o la humillación de la propia persona o de la
pareja. Los trastornos parafílicos son parafilias que causan angustia o problemas
de funcionamiento en la persona afectada o que perjudican o puedan perjudicar a
otra persona.
Existen muchas parafilias. La parafilia puede centrarse en numerosos objetos,
situaciones, animales o personas (como los niños o en los adultos que no
consienten). La excitación sexual de la persona depende de la utilización o
presencia del foco en el que se centra. Una vez establecidos estos patrones de
excitación sexual, por lo general en los últimos años de la infancia o al inicio de la
pubertad, suelen perdurar durante toda la vida.

Los trastornos parafílicos más frecuentes son:


Voyeurismo: El voyeurismo consiste en obtener
excitación sexual mientras se observa a alguien
desprevenido que se está desvistiendo, que está
desnudo o en plena actividad sexual. El trastorno
voyeurista consiste en responder a los impulsos y
fantasías voyeuristas o en estar angustiado o ser incapaz de funcionar a causa de
esos impulsos y fantasías. En el voyeurismo, es el acto de mirar el que produce la
excitación y no el hecho de mantener una relación sexual con la persona
observada. Los voyeurs no buscan el contacto sexual con las personas
observadas. Cuando observan a personas sin que estas consientan, pueden tener
problemas legales.
El trastorno voyeurista es una de las parafilias más frecuentes y tiene una
incidencia mucho mayor entre los varones. La proporción de voyeurs entre
hombres y mujeres se encuentra entre 2: 1 y 3: 1. Lo poco que se sabe sobre el
trastorno voyeurista se obtiene en gran medida de las personas que han sido
encarceladas por este comportamiento
Exhibicionismo: El exhibicionismo consiste
en la exposición de los genitales para
excitarse sexualmente o en la existencia de
un fuerte deseo de ser observado por otras
personas durante la actividad sexual. El
trastorno exhibicionista consiste en
responder a los impulsos y fantasías
exhibicionistas o estar angustiado o ser incapaz de funcionar normalmente a
causa de esos impulsos y fantasías.
Frotismo (o froteurismo): El frotismo
(froteurismo) es una excitación sexual
intensa que se produce al tocar o frotarse
contra una persona de forma no consentida.
El trastorno frotista (froteurista) se
diagnostica cuando una persona ha
actuado de acuerdo con estos impulsos sexuales o cuando dichos impulsos
causan un malestar significativo o un deterioro del funcionamiento. Muchos
afectados por trastorno frotista (froteurista) (llamados "frotteurs") parecen excitarse
por el riesgo de ser sorprendidos en un lugar público.
La mayoría de los casos de frotismo (froteurismo) ocurren cuando los hombres
tocan a las mujeres, aunque ha habido casos de mujeres que tocan a hombres o a
mujeres o de hombres que tocan a hombres. También ha habido casos de adultos
de ambos sexos que tocan a niños. Cuando este comportamiento es cometido por
adultos, se considera un delito porque es una forma de sexo sin consentimiento.
Masoquismo: El masoquismo sexual comporta
actos en los que una persona experimenta
excitación sexual al ser humillada, golpeada,
atada o sometida a maltratos. El trastorno de
masoquismo sexual es el masoquismo sexual
que provoca un malestar significativo o que
afecta sustancialmente al funcionamiento diario. La mayoría interactúan con una
pareja que da su consentimiento, que puede tener sadismo sexual. En estas
relaciones, la humillación y los golpes son simples actuaciones, donde los
participantes saben que es un juego y evitan cuidadosamente la humillación real o
las lesiones a menudo utilizando una "palabra de seguridad" acordada
previamente. Sin embargo, algunos masoquistas aumentan la intensidad de su
actividad con el tiempo y pueden dejar de usar su palabra de seguridad para
protegerse, lo que puede conducir a lesiones graves o a la muerte.
Sadismo sexual: El sadismo sexual
comporta actos en los que la persona
experimenta excitación sexual al infligir
sufrimiento físico o psicológico a otra
persona. El trastorno de sadismo sexual
es el sadismo sexual que provoca
malestar significativo, afecta sustancialmente al funcionamiento diario, daña a otra
persona o afecta a alguien que no ha dado su consentimiento.
Cuando se practica con parejas no consentidoras, el sadismo sexual se considera
delito y es probable que continúe hasta que el sádico sea aprehendido. El sadismo
sexual es particularmente peligroso en personas que también sufren trastorno de
personalidad antisocial.
Pedofilia: El trastorno pedófilo se caracteriza por la presencia de fantasías,
impulsos o comportamientos sexualmente excitantes recurrentes e intensos
relacionados con los niños (por lo general hasta los 13 años de edad).
El hecho de que el interés sexual o las
relaciones entre dos personas se
considere un trastorno pedófilo depende
de la edad de las personas involucradas.
En las sociedades occidentales, un
diagnóstico de trastorno pedófilo
requiere que la persona que lo padece
sea mayor de 16 años y al menos 5 años mayor que el niño que es objeto de las
fantasías o actividades sexuales. Sin embargo, la implicación sexual entre un
adolescente de más edad (17 a 18 años) y un niño de 12 o 13 años no se puede
considerar un trastorno. Los criterios de edad utilizados para identificar cuándo
dicha actividad se considera un delito pueden diferir entre las culturas.
Fetichismo: El fetichismo es el uso de un objeto físico (el fetiche) como la manera
preferida de excitarse sexualmente. El
trastorno fetichista se produce cuando
la excitación sexual intensa y
recurrente que surge por el uso de un
objeto inanimado o por el hecho de
tener una fijación en una parte del
cuerpo no genital (por ejemplo, un pie)
provoca un malestar significativo,
afecta de forma importante al funcionamiento diario o perjudica o puede perjudicar
a otra persona.
Travestismo: El término travestido se utiliza generalmente para referirse a las
personas con travestismo. Travesti es un término menos aceptable y se considera
ofensivo. El hecho de travestirse no se
considera en sí mismo un trastorno de
la salud mental. El travestismo ocurre
tanto en hombres heterosexuales como homosexuales, siendo mucho menos
frecuente en mujeres. Las personas no binarias que se visten con ropa asociada a
un sexo diferente al asignado al nacer por lo general no realizan "travestismo" con
fines de excitación sexual.
Los varones heterosexuales que se visten con ropa de mujer suelen comenzar
este tipo de comportamiento durante la segunda infancia. Este comportamiento
está asociado, al menos inicialmente, con una intensa excitación sexual.

Estas personas también pueden, sin embargo, travestirse por otras razones
además de la de obtener estimulación sexual, por ejemplo para reducir su
ansiedad, para relajarse o, en el caso de los varones travestidos, para
experimentar el lado femenino de su personalidad por lo demás masculina.

La intersección entre las parafilias y las agresiones sexuales plantea serias


implicaciones en términos de consentimiento y límites sexuales. Las personas que
padecen parafilias a menudo tienen dificultades para respetar los límites y el
consentimiento de los demás, lo que puede llevar a comportamientos sexuales
agresivos y violaciones.
Los factores subyacentes a la conexión entre las parafilias y las agresiones
sexuales pueden ser diversos. Algunos investigadores sugieren que ciertos
traumas infantiles o disfunciones cerebrales pueden estar relacionados con el
desarrollo de parafilias que posteriormente se manifiestan en actos agresivos.
Además, la influencia del entorno social y cultural también puede desempeñar un
papel significativo en la formación de estas conductas.

CONCLUSIÓN
La comprensión de la relación entre las parafilias y las agresiones sexuales es
crucial para abordar y prevenir estos comportamientos. Es necesario profundizar
en la investigación y promover una educación sexual más completa y compasiva
que no solo se centre en la diversidad sexual, sino que también enseñe sobre los
límites, el consentimiento y el respeto mutuo.
En última instancia, trabajar en la identificación temprana, la prevención y la
intervención terapéutica puede ayudar a reducir el riesgo de comportamientos
agresivos asociados con las parafilias. Además, es imperativo promover una
sociedad que fomente la aceptación y la comprensión de las diferentes
expresiones sexuales, al tiempo que se protege la integridad y la seguridad de
cada individuo.

Bibliografía
Brown, G. R. (Julio de 2023). Obtenido de Manual MSD :
https://www.msdmanuals.com/es-mx/hogar/trastornos-de-la-salud-mental/
parafilias-y-trastornos
J. M. Farré Martí, M. G. (s.f.). Trastornos de la inclinación sexual. Del estigma a la clínica: las
parafilias. Tratado de Psiquiatría, Cap. 30.

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