Está en la página 1de 13

ESPACIOS

INTERIORES,
EXTERIORES
Y RECURSOS
TÉCNICOS
Arquitectura del Paisaje

Bloque 4

APA0420
ARQUITECTURA DEL PAISAJE

El presente material recopila una serie de definiciones, explicaciones y ejemplos prácticos de autores especiali-
zados que te ayudarán a comprender los temas principales de este bloque.

Las marcas usadas en la antología son única y exclusivamente de carácter educativo y de investigación, sin fines
lucrativos ni comerciales.

2
ARQUITECTURA DEL PAISAJE

Espacios interiores, exteriores y recursos técnicos

5. Recursos técnicos
En un proyecto, la asignación de los recursos disponibles se debe realizar de acuerdo con las característi-
cas, las necesidades y, sobre todo, con los objetivos principales que hay que cumplir. Todo esto nos ayuda
a desarrollar adecuadamente las tareas que se desempeñarán para cumplir con lo deseado.

Una vez que tenemos una propuesta clara del proyecto a realizar y después de tener el visto bueno del
cliente o de los involucrados en el mismo, debemos llevar a la realidad tal propuesta; sin embargo, no
podremos empezar a ejecutar nuestro trabajo sin antes haber analizado y asignado los recursos y cada
una de las tareas necesarias.

Es de suma importancia conocer la claridad de las tareas que se ejecutarán, así como el alcance que
se desee obtener, sin olvidar los materiales a emplear, el cronograma de actividades y el presupuesto
disponible con el que se cuenta. Los recursos que harán posible una correcta operación en el proyecto
se pueden dividir en cuatro grupos: recursos humanos, recursos materiales, recursos financieros y re-
cursos técnicos, siendo este último del cual hablaremos en este bloque.

Los recursos técnicos los podemos definir como aquellas herramientas o instrumentos auxiliares que
ayudan a la coordinación de otros recursos simplificando las tareas de los mismos. Este tipo de recursos
nos permiten satisfacer alguna necesidad y generalmente es la tecnología la que entra en este campo.

Los recursos técnicos nos ayudan en el aprovechamiento práctico del conocimiento científico con el fin
de cumplir los objetivos que nos planteamos. Éstos pueden subdividirse en dos vertientes: la tangible
(por ejemplo, la herramienta utilizada para abordar las actividades) y la intangible (que se refiere a los
procesos, sistemas o teorías que facilitan el trabajo).

5.1. Elementos técnicos en diversas culturas

El paisaje cultural refleja, muchas veces, las técnicas específicas relacionadas con la explotación de la
tierra. Cada región de cada país tiene sus propias particularidades, empezando por los climas que uno
puede encontrar en éstas, sus características, su entorno, el medio natural en el que se desarrolla y la
manera de proceder con sus técnicas en cuanto a paisajismo se refiere. Existe gran variedad de paisajes
que se han visto influenciados por el desarrollo a lo largo de su historia por las diferentes sociedades,
siendo estas mismas, las que se han tenido que adaptar o, en muchos otros casos, han adaptado su
entorno a sus necesidades.

3
ARQUITECTURA DEL PAISAJE

Por lo tanto, muchos paisajes pueden definir ampliamente las características de un pueblo o de una
región; ya que en estos espacios podemos observar el modus vivendi de la cultura con tan sólo mirar su
entorno paisajístico, su flora y su fauna. La riqueza cultural de muchos países no sólo está representada
en objetos o en su historia, sino también proviene de su naturaleza.

Por otro lado, cuando hablamos del entorno urbano, podemos ver que la contaminación de algunas
ciudades del mundo es alarmante; las emisiones de CO2 han superado con creces los máximos niveles
establecidos por las organizaciones reguladoras, y debido a esto, muchos países han tomado medidas
ambientales con el fin de frenar el deterioro del medio ambiente. Es en Europa donde se ha visto un gran
avance en las medidas ambientalistas, siendo una de las primeras regiones en implementar espacios verdes.

Existen muchos elementos técnicos, pero en la actualidad, la sociedad, ante la falta de espacios, ha
tenido que incorporar jardines en la azotea. Un ejemplo de ello lo tenemos en Francia, que a través de
sus leyes ha obligado a integrar este tipo de elementos en los edificios de nueva construcción. Colocar
plantas en lo más alto de los edificios es una de las maneras que se ha encontrado para ayudar a mitigar
el incremento del dióxido de carbono en el ambiente. En Copenhague, ciudad nombrada Capital Verde
Europea en 2014, ha propuesto iniciativas para mejorar la calidad del aire a través de techos y muros
verdes implementados en la infraestructura.

En China se concibió siempre a la naturaleza como un organismo que funciona y evoluciona por sí mis-
mo en el que el hombre, lejos de estar separado de este continuo fluir, es una parte integrada dentro del
mismo (Mezcua, 2007). El paisaje en aquel país, y en general de toda la cultura asiática, recae en diseñar
los jardines para que parezcan más grandes de lo que son; se aplican detalles técnicos como ilusiones
ópticas para ampliar los sitios ocupando ornamentaciones básicas como la piedra, el agua y elementos
vegetales. En este tipo de jardinería no faltan pasillos artificiales como son los puentes incorporados al
entorno o sus quioscos colocados y armados con base en sus creencias religiosas.

Hacer uso del paisaje natural es otra de las técnicas a la que ellos recurren para construir sus jardines.
Esta técnica consiste en crear colinas artificiales y canalizar arroyos, o bien usando piedras de lago. En la
Figura 1 se puede ver el manejo de los recursos de paisaje en los jardines chinos, la mezcla de cuerpos
de agua con elementos vegetales para enmarcar el paisaje de su propia arquitectura.

Figura 1. Jardines chinos

Fuente: Bonells (2016).

4
ARQUITECTURA DEL PAISAJE

Los jardines ingleses (Figura 2) se han caracterizado por su elegancia y hermosura; este tipo de lugares
fue creado, principalmente, buscando la imitación y la instauración de las características de la natura-
leza, es decir, adaptándose a su entorno. Los jardines ingleses permiten que los elementos naturales
puedan crecer de manera libre. Entre los elementos más utilizados podemos encontrar la maleza, los
arbustos, los accidentes naturales del terreno, además de la irregularidad de la misma naturaleza, junto
a los caminos y las sendas de vegetación para mostrar un sitio natural. Los setos, como característica
principal, deben crecer libremente con pocos cuidados, teniendo una gran variedad de especies sin
respetar el orden de su acomodo. En cuanto a los elementos técnico-artificiales que pueden existir en
esta clase de paisajismo, encontramos: puentes, ruinas, estatuas, mobiliario propio del sitio que están
siempre a la par con la naturaleza del lugar.

Figura 2. Jardines ingleses

Fuente: Plantas y Jardín (2011).

5.2. Recursos técnicos aplicados a la arquitectura del paisaje

Existen distintas formas de emplear este tipo de recursos en la arquitectura de paisaje, su aplicación depende
de la cultura, la región, el clima y el terreno; en general, cada característica física que podamos encontrar
en el sitio. Pero existen básicamente dos estilos en los que se puede llevar este tipo de arquitectura:

— Formal: basado en uso de formas geométricas como círculos, cuadrados, elipses, además
de composiciones horizontales para pavimentos, muros o cualquier superficie plana. Suelen
combinarse estas dos técnicas en el formato de jardines; en general, al estar orientados de norte
a sur, se logra un crecimiento homogéneo, los elementos verticales se colocan equidistantes y se
meten figuras como conos, esferas, cilindros, etcétera, permitiendo que se adapten a cualquier
tipo de terreno (Martínez, 2012).
— Informal: al estar cercano a áreas naturales se convierte en un paisaje que fluye a su exterior. La
naturaleza es la que da el control total del proyecto. No existe mucho material o formas logradas
por el hombre porque se busca algo más rústico y que vaya acorde con el entorno, se adapta a
terrenos irregulares o con pendientes considerables (Martínez, 2012).

5
ARQUITECTURA DEL PAISAJE

¿Cuáles son los elementos que determinan el diseño de un jardín?

— Clima: es el factor más determinante para el diseño de un jardín. Este es un elemento que cambia
según el lugar, los rangos de temperatura, la precipitación pluvial, la humedad relativa, los factores
de viento y su soleamiento. Se pueden generar microclimas independientes a la región por eso
siempre será vital su estudio antes de iniciar cualquier proyecto (Martínez, 2012).
— Topografía: este aspecto determina el diseño del jardín, ya que en él influyen la vista, la
orientación y ubicación de elementos constructivos. Es un factor que define también los caminos.
Mientras que en la topografía plana hay libertad de posibilidades, en los terrenos inclinados se
deben tomar en cuenta las pendientes del sitio, además de planificar un buen drenaje, una buena
irrigación, y llevar a cabo un estudio de iluminación para no concentrarla en un sólo punto, sino
que rote alrededor de todos los ángulos del jardín. Lo mejor es dejar la topografía natural y sembrar
conforme nos lleven sus curvas, evitándose así los deslizamientos (Martínez, 2012).
— Tierra: elemental para el diseño y plantación del jardín, de ella depende la acidez o alcalinidad
del suelo, característica que nos indica qué es lo que más conviene sembrar. Las rocas ígneas
como el granito y las rocas arenosas producen tierra ácida, mientras que la roca caliza da tierra
alcalina. El barro tiene poco drenaje y eso evita la penetración del agua para el sembrado. La tierra
arenosa drena rápido ya que está conformada por partículas más grandes, pero se calentará con
mayor velocidad ocasionando daño a raíces superficiales. Si sus nutrientes son lavados, será una
tierra pobre que necesitará continuamente refuerzo artificial para fortalecerla. La tierra ideal es una
mezcla de arena y barro, con alto contenido de materia orgánica. Una forma sencilla de conocer
las características del suelo es tomando un poco del suelo y apretarlo en la mano, si está suelta es
buena, si queda hecha bola es barro. La tierra óptima es oscura con olor dulzón. Existe una escala
que va del 1 al 14 para medir el pH del suelo, es decir, si es alcalino o ácido. Cuando el suelo posee
un pH entre 8 y 14 se dice que es alcalino; si tiene un pH de 7 es neutro y si está entre el 1 y el 3
es ácido. El cero es considerado como acidez absoluta. La mejor tierra debe tener un pH entre 4
y 6 (Martínez, 2012).

Las diferentes técnicas que existen en la actualidad han hecho que el campo del paisajismo sea un aba-
nico de opciones, a continuación, veremos algunas de ellas:

— Los jardines rocosos: añaden un estilo especial al jardín, involucrándose con la naturaleza al
mezclar piedras con las mismas rocas del terreno para crear el efecto de montañas. Se usa esta
técnica para darle al jardín un diseño informal pero que vaya acorde con las características de ese
tipo de paisajes rurales. Al añadir rocas se debe tener cuidado con el impacto visual que tendrá
el elemento para que no se vea artificial. Este recurso es de bajo costo y de poco mantenimiento,
ideal para espacios pequeños. Son fáciles de construir pese a malas condiciones de la tierra,
usados para terrenos con pendientes, colocados muchas veces en conjunto con estanques para
lograr unidad entre los elementos, así como en sus texturas.
— Jardines acuáticos: son jardines donde el uso de agua es el elemento clave. Se vale de los
sonidos, de las sensaciones de humedad. Las plantas crecen en su interior y suele utilizarse ninfas,
lotos o lirios. Su aspecto fundamental es que debe planificarse para que al menos reciba seis horas
de luz para hacer florecer la vegetación. Su costo es elevado y se deben estudiar los materiales

6
ARQUITECTURA DEL PAISAJE

a implementar en él, pero debemos tener cuidado en colocar plantas que oxigenan el jardín para
encontrar un balance en el mismo.
— Jardines desérticos: no se necesita mucha agua y la colocación de sus elementos en alto es
esencial para un buen drenaje. Requiere de mezclar tierra negra y arena blanca, en general van
pegadas con cemento para evitar deslaves. Al sembrar las plantas se suele poner un piedrín
decorativo o similar para tapar la tierra y arena, y así crear la sensación de desierto. Se permite la
siembra de cactáceas y suele usarse en terreno áridos.

6. Análisis para el diseño de espacios


exteriores e interiores
Diseñar espacios interiores o exteriores requiere de un estudio previo, además de un proyecto que nos
dé las pautas para cumplir con las necesidades del sitio y del usuario, como los objetivos a lograr. Nada
es más gratificante que ver terminado el proyecto, que inicia desde que se ve el sitio y se estudia el lugar
para comenzar el proceso de diseño.

Son tres los pasos fundamentales que tenemos que tomar en cuenta para abordar el diseño del espacio:

— Análisis: la evaluación de terreno o del sitio, la recolección de información respecto a cada aspecto
fundamental en él, como: el clima, la topografía, las plantas existentes, las construcciones en el
interior y aledañas, caminos, suelo, tipo de tierra, etc. Quizá sea más sencillo diseñar un espacio
interior donde podamos controlar los elementos, pero la gran desventaja que tenemos en muchos
casos es la carencia de iluminación natural que es necesaria para la mayoría de las plantas. Pese a
que existen aquellas que no necesitan una gran cantidad de luz, su implementación debe ser más
cuidadosa para adaptarlas al medio interior donde se establecerá.
— Evaluación: se busca un orden de prioridades teniendo en cuenta toda la información obtenida
en el paso interior. Se comienza a establecer en el terreno o sitio buscando las mejores opciones
como propuesta el diseño.
— Síntesis: se obtienen datos más concisos sobre qué tipo de plantas son las mejores, empezando
por el género de jardín que se desea y ver si se cumple con las necesidades y objetivos previamente
establecidos. En esta fase se tiene la información del tipo de suelo que existe o se necesita y de
cada factor previamente analizado.

Diseñar el paisaje es, por lo tanto, una materia compleja y comprometida, cuyos efectos a mediano y
largo plazo son casi imposibles de prever, porque estamos tratando con factores bióticos de los cuales
no tenemos el control en la mayoría de los casos. Diseñar un paisaje es, ante todo, colaborar con la natu-
raleza, pues ella es quien compone la materia prima y establece las condiciones básicas como el suelo,
el clima y las plantas, e intenta crear algo mucho más allá de sólo producir un placer estético.

7
ARQUITECTURA DEL PAISAJE

Las reglas las establecen los factores junto a la naturaleza, así que un diseñador de paisaje se rige en
gran medida por el buen análisis que haga de cada uno de los elementos mencionados, de esta manera
logrará producir un buen diseño que perdure con el tiempo.

6.1. Datos a considerar

Al diseñar un paisaje, el paso más importante es poner un plan en papel. El desarrollo de un proyecto
nos ahorra tiempo y dinero, además de que con mayor facilidad lograremos nuestros objetivos. Esto
se desarrolla a través de un proceso de diseño, un método que paso a paso considera las condiciones
ambientales con los elementos propios del paisajismo y los principios de diseño. Como hemos visto, el
objetivo es organizar las características naturales y artificiales para tener un paisaje estético, funcional
y ambientalmente sostenible.

A partir de la síntesis del proyecto se debe hacer un diagrama de funcionalidad para ubicar los espacios
y las actividades que se llevarán en él. Una vez hecho, se desarrolla un plan conceptual para dar paso al
diseño final que incluye todos los detalles de construcción y de plantación necesarios para la ejecución.
A lo largo de todo esto recuerda que debemos tener algunos datos a considerar:

— Comprender el sitio para la selección de las plantas y la ubicación de ellas dependiendo de la


actividad y las necesidades.
— Debemos tener en cuenta el estilo que se necesite o el que el terreno nos marque para determinar
las formas y organizar los espacios.
— Considerar la función de plantas tanto el medio ambiente como para el usuario.
— Crear y enlazar espacios.
— Prestar atención a los detalles.
— Tomar el tiempo en cuenta para el crecimiento de las plantas y su mantenimiento.
— Proteger los recursos utilizando prácticas de diseño sostenible.

6.2. Factores concurrentes

Dentro de los factores concurrentes, existen aquellos elementos que son fundamentales a la hora de
diseñar, por ejemplo: masa, forma, línea, textura y color.

El color y la textura agregan interés y riqueza a un diseño, mientras que la masa, la línea y la forma son
fundamentales para organizar el espacio y proporcionar estructura al proyecto. Comprender estos
conceptos es clave para crear un paisaje armonioso y unificado que nos permita cumplir con nuestros
objetivos.

8
ARQUITECTURA DEL PAISAJE

Masa

La estabilidad y la variedad en masa de las plantas se logra a través de una mezcla de hojas perennes y
hojas caducas, no es extraño que en los proyectos se muestre una mezcla de ambos y no sólo de una
especie (Buscador de Arquitectura, s. f.).

Cualquier masa o composición depende de su ubicación en relación con diversos factores, como lo es
la proximidad de otros grupos. La masa puede ser de cualquier tamaño, pero las más pequeñas no son
tan efectivas como las de mayor tamaño.

Forma

La forma está relacionada con el volumen natural de la planta; en otras palabras, estamos hablando del
follaje de la misma. Algunas de ellas tienen su crecimiento de forma horizontal, mientras que otras lo
hacen de manera vertical. Dentro del primer grupo encontramos a los arbustos.

Cuando las formas se colocan de manera horizontal, como es el caso de los setos, decimos que tomaron
un perfil horizontal. Aquella vegetación que cae en líneas colgantes, como son las enredaderas, com-
parten un perfil vertical.

Línea

La línea es un elemento indispensable en el diseño del paisaje, se utiliza para conducir la mirada a través
de un conjunto de plantas y crear una conexión espacial entre el usuario y la vegetación. Las líneas ver-
ticales son usadas en espacios pequeños; las horizontales son para espacios más amplios (Buscador
de Arquitectura, s. f.).

Las líneas también pueden provocar respuestas emocionales: líneas rectas representan formalidad,
líneas curvas se asocian a cosas naturales y más suaves. Es por eso que el diseño curvilíneo se asocia
con líneas dramáticas y expresivas, pero sus bordes suaves no son visualmente interesantes como lo
podría dar una línea recta. Sin embargo, las curvas nos invitan a vivir el espacio.

Las líneas en ángulos rectos nos marcan el paisaje, nos dan oportunidad de enmarcar los bordes de la
pavimentación o sugerir movimientos rápidos y directos. De la misma forma, este elemento nos ayuda
a dirigir la atención de la mirada del espectador a un punto focal (Buscador de Arquitectura, s. f.).

Textura

Se relaciona con la tosquedad o figura de la hoja, la rugosidad y suavidad de la corteza o la ligereza del
follaje junto a otros componentes utilizados en el paisaje (Buscador de Arquitectura, s. f.). La textura casi
siempre depende de la distancia del observador y debe equilibrarse con los ejes de las masas u otros
elementos.

9
ARQUITECTURA DEL PAISAJE

Color

El color siempre nos ayudará a añadir un atractivo visual al paisaje, pero su uso incorrecto nos puede llevar
al caos, además de tener como resultado un espacio confuso para el usuario. En la Figura 3 podemos
dar muestra del colorido del paisaje usando color en la vegetación para añadir contrastes.

Los colores brillantes, como el amarillo, naranja y rojo, en un jardín pueden saltar a la vista haciendo que
un jardín lejano parezca cercano, o bien, pueden hacer que un jardín pequeño luzca aún más pequeño.
Las plantas amarillas o rojas colocadas en las esquinas nos ayudan a cuadrar el espacio. Los colores
fuertes contrastan con los paisajes haciendo sentir emociones al usuario; usando rojo en su jardín puede
llamar la atención inmediatamente.

No olvidemos que el color es emoción, crea un estado de ánimo y tiene el potencial de reflejar nuestros
pensamientos más profundos.

Figura 3. Color en jardines

Fuente: García (2015).

6.3. Factores de corrección

Existen otro tipo de factores que se enfocan en la base conceptual de los atributos del paisaje y nos re-
presentan la oportunidad para determinar su estado actual, nos sirven para corregir a través de ellos el
paisaje y tomar acciones determinantes para el diseño. Para Briceño, Contreras y Owen (2012), éstos son:

10
ARQUITECTURA DEL PAISAJE

— Jerarquía de componentes: referida a la función, ubicación y primacía de los componentes formales


y funcionales, naturales y urbanos.
— Fronteras ecológicas: delimitan unidades espaciales naturales y urbanas desde sus posibles interac-
ciones y articulaciones a través de ejes o corredores de conexión.
— Diversidad de especies: la diversidad a partir de la determinación de necesidades.
— Armonía y proporción: es la tendencia a la integración, interrelación y concordancia de un elemento
con otro, o de los elementos como un todo. Es la correspondencia dimensional entre las partes consigo
mismas, con el conjunto y, en el espacio y tiempo donde se han de ubicar.
— Equilibrio visual: es el estado de estabilidad perceptiva fundamental de la composición que implica un
paralelismo entre el peso visual de los elementos que se organizan en el espacio urbano.
— Ritmo recurrente: es la sucesión o repetición constante, o alterna de elementos según su color, tex-
tura, forma, posición, tamaño y perfil, agrupados de acuerdo a la proximidad de unos con otros y a las
características visuales que comparten.
— Contraste y variedad: consiste en la diferencia notable que existe entre los elementos, para romper
con la monotonía y simplicidad de la composición que puede ocasionar el ritmo recurrente. Se relaciona
con la jerarquía de cada componente a la vez que permite la relación de diversos y distintos elementos.
— Base Geométrica: es la base ordenadora de toda composición. Se ocupa de las propiedades, medidas
y relaciones de magnitudes en el espacio entre puntos, líneas, ángulos, superficies y cuerpos. Orgánica
o no, todo precisa de las leyes de la geometría en relación con la escala humana (p. 45).

6.4. Recomendaciones

En los proyectos de zonas, la arquitectura del paisaje debe considerar la preservación y protección de
paisajes seminaturales, el restablecimiento de los cursos naturales de agua, el cuidado de las estructuras
vegetales importantes de la periferia, el uso de especies nativas y otros factores específicos del paisaje
local. Se deben proyectar mitigaciones que creen nuevas zonas verdes y donde sea posible decidir sobre
sus materialidades, usos y funciones en su diseño (Torres, 2003).

Como hemos visto a lo largo de los bloques y de estos últimos temas, el paisajismo es un arte multi-
disciplinario que involucra ciencia, artes, matemáticas, tecnologías, ingeniería y muchas otras ramas
relacionadas con el medio ambiente. Un arquitecto paisajista tiene que aprovechar tanto luces como
sombras naturales, además de contrarrestar texturas y saber cómo y cuándo usarlas en cada uno de los
elementos a emplear; la selección de colores se vuelve importante junto a las especies vegetales que
tomó en cuenta para constituir el proyecto, recordando siempre la interacción e interrelación de cada
uno de los factores que existen.

Es necesario utilizar la apariencia, además de tomar en cuenta el tamaño presente y futuro de toda la
vegetación, el uso correcto de la escala en todos los proyectos es de vital importancia en ellos. Todo esto
imprime calidad al espacio; recordemos que de manera visual el tamaño de un árbol o planta, resulta

11
ARQUITECTURA DEL PAISAJE

relativo ya que dependerá del objeto con el que se esté comparando o la distancia que hay entre uno y
otro, un detalle de escala común en la arquitectura de paisaje.

Quizá la recomendación más importante es la selección de vegetación, ya que viene con diversos com-
ponentes a los que debemos de prestar atención tales como: su dureza (resistencia a la temperatura,
precipitación y tipo de suelo, forma y estructura (crecimiento, altura, tiempo de maduración), el follaje,
flor o fruto que puede tener y desarrollar a lo largo de su vida.

Mientras tanto la vegetación, como hemos visto, nos puede proporcionar límites visuales en espacios
interiores y exteriores, valiendo de los siguientes recursos: el efecto de horizontalidad como barrera
a través de árboles o matorrales; y el efecto de verticalidad donde el follaje tupido se compone como
nuestra mejor arma.

La arquitectura de paisaje tiene el propósito de crear entornos armoniosos, haciendo que perdure el
elemento de diseño en su creación, tomando en cuenta los elementos como el terreno, el suelo, los ac-
cidentes, el clima, las elevaciones, el agua, la iluminación; cuidando que los elementos construidos por
el hombre se asocien a la vegetación y a la naturaleza sin imponerse a esta.

Son demasiadas las estrategias y recomendaciones que se pueden dar para la arquitectura de paisaje,
pero todo parte del correcto análisis del sitio y de sus elementos, de las observaciones que hagamos
con el sitio más su estudio que nos permitirá el correcto planteamiento de herramientas y recursos para
lograr cumplir con las necesidades y objetivos.

12
REFERENCIAS

Bonells, J. (2016). El arte tradicional de los jardines chinos. Jardines sin fronteras. Recuperado de

Briceño, M., Contreras, W. y Owen, M. (2012). Atributos eco-estéticos del paisaje urbano. Luna Azul, 34,
pp. 26-49. Recuperado de

Buscador de Arquitectura. (s. f.). Elementos claves en el diseño de paisajes. Recuperado de

García, C. (2015). Colores y diseño de jardines con identidad propia. Casa y Diseño. Recuperado de

Martínez, A. (2012). Manual de criterios de diseño en jardines urbanos (Tesis de licenciatura). Universidad
de San Carlos, Guatemala.

Mezcua, L. (2007). El concepto de paisaje en China. España: Editorial de la Universidad de Granada.

Plantas y Jardín. (2011). Jardines ingleses. Recuperado de

Torres, A. (2003). El paisaje, objeto del diseño. Proyecto de desarrollo. Palermo: Universidad de Palermo.

13

También podría gustarte