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La familia como sistema relacional describe tres aspectos clave de la terapia sistémica aplicada a la familia: 1) ver a la familia como un sistema en constante transformación que busca asegurar la continuidad y el crecimiento social, 2) considerar la autogestión de la familia como sistema que define sus propias reglas a través de prueba y error, y 3) entender que la familia es un sistema abierto en relación con otros sistemas como la escuela y el barrio, cuyas interacciones influyen en su dinámica.
Descripción original:
ensayo sobre la familia desde el punto de vista sistemico
La familia como sistema relacional describe tres aspectos clave de la terapia sistémica aplicada a la familia: 1) ver a la familia como un sistema en constante transformación que busca asegurar la continuidad y el crecimiento social, 2) considerar la autogestión de la familia como sistema que define sus propias reglas a través de prueba y error, y 3) entender que la familia es un sistema abierto en relación con otros sistemas como la escuela y el barrio, cuyas interacciones influyen en su dinámica.
La familia como sistema relacional describe tres aspectos clave de la terapia sistémica aplicada a la familia: 1) ver a la familia como un sistema en constante transformación que busca asegurar la continuidad y el crecimiento social, 2) considerar la autogestión de la familia como sistema que define sus propias reglas a través de prueba y error, y 3) entender que la familia es un sistema abierto en relación con otros sistemas como la escuela y el barrio, cuyas interacciones influyen en su dinámica.
Este capítulo plantea las bases necesarias para el desarrollo de la terapia sistémica, consiste análogamente de los mismo supuestos de la teoría general de sistemas. Esta visión pone el acento en la suma de las partes con lo que pierden importancia la estructura interna de las distintas partes. La búsqueda de lo que ocurre entre las unidades del sistema y la modalidad de sus relaciones es la tarea del terapeuta sistémico. El autor plantea los tres aspectos principales de la terapia sistémica aplicada a la familia, creo que estos son útiles para comprender el significado de una terapia familiar. El primero es mirar a la familia como un sistema en constante transformación, su finalidad es asegurar la continuidad y crecimiento social. El autor remarca la tendencia homeostática y la capacidad de transformación de la familia, estas, aunque aparentemente en oposición son la forma general en la que se da el desarrollo de la familia a través de sus diferentes estadios. Una de las principales críticas hecha a la terapia familiar parte de aquí, pues frente a la presencia de algún malestar en cualquiera de los miembros del sistema podría ser que la familia lo adapte a los modelos de comportamiento correspondientes a estereotipos individuales. El segundo consiste en el autogobierno de la familia como sistema, de modo que la dinámica interna de la familia defina como reglas, mediante ensayo y error, aquellos comportamientos legítimamente válidos, de ser así resultaría arbitrario cualquier intento de moralización de las reglas. El cambio en la dinámica familiar correspondería a un proceso de adaptación de reglas. Frente a la ruptura del orden establecido por las reglas, el trabajo del terapeuta consistirá en ubicar los factores perturbadores. El tercero es que la familia es un sistema abierto en relación con otro sistema, porque la familia no permanece aislada, sino que a su vez entra en una dinámica mucho mayor. Sus miembros poseen cierta multimodalidad formando sistemas como la escuela el barrio etcétera. Estas relaciones condicionan el despliegue dinámico pues cada uno de los sistemas buscara mantener su estabilidad interna. Pero es importante decir que, en un estudio sistémico, la familia es el sistema principal, pues habilita a sus miembros para formar parte de otros sistemas. El comportamiento dentro de otros sistemas se explica y regula por el comportamiento del sistema familiar. Si se aceptan las tres premisas anteriores, resulta claro que para la explicación de los comportamientos individuales es imprescindible la observación de las interacciones que ocurre en los diversos miembros de la familia. El requerimiento de algunos de estas interacciones precisa la observación directa del contexto, del espacio vital donde se desarrollan los individuos. Frente a la terapia tradicional, en enfoque sistémico no aísla al elemento perturbador, sino que, a partir de su interacción con los otros elementos dentro del ambiente preciso busca establecer respuestas dinámicas a los problemas concretos. La terapia sistémica pretende librar al elemento perturbador del aislamiento, pues este podría sugerir un estado de “enfermedad” lo que ocasionaría rechazo familiar o social, así como la irrisión y burla. Juntamente pretende remediar los desajustes de manera consistente y no sólo como un artificio mágico o inverosímil. Utilizando los métodos que más se ajusten a la naturaleza del sistema. La terapia sistémica también busca que el elemento que se presenta desajustado no experimente nunca rechazo, pues la perturbación se da en todo el sistema. Es un verdadero reto para el terapeuta sistémico realizar una sesión terapéutica, ha de cuidar toda forma de peligrosidad para los individuos estableciendo un ambiente de confianza y apoyo mutuo siendo él mismo un apoyo. El enfoque sistémico favorece la formación de una conciencia solida sobre la pertenencia a la comunidad, podría decirse que es una cierta terapia social pues al incidir en los miembros individuales, produce emisarios activos para la solución de las problemáticas de otros sistemas humanos a los que pertenece.