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El Consultor de los Ayuntamientos, Nº 18, Sección Consultas, Quincena del 30 Sep. al 14 Oct. 2015,
No, aunque la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno (LA
LEY 19656/2013) (LTBG), prevé la utilización, con carácter preferente, de la vía electrónica a través del Portal de
Transparencia, en este caso, a diferencia de lo que sucede con las obligaciones de publicidad activa, la vía electrónica
no se constituye como una vía exclusiva del derecho de acceso; salvo cuando no sea posible o el solicitante haya
señalado expresamente otro medio. La Ley contempla expresamente la posibilidad de presentar una solicitud de acceso
por cualquier medio que permita tener constancia de la identidad del solicitante, la información que se solicita, una
Por tanto, las solicitudes de acceso a la información pública de los ciudadanos podrán presentarse en soporte papel en
el registro de los órganos administrativos a los que se dirijan, y en cualquiera de los demás medios habilitados al efecto
por el art. 38.4 de la Ley 30/1992, de 26 de noviembre, de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del
Procedimiento Administrativo Común (LA LEY 3279/1992). Sin poder introducir ningún tipo de restricción a aquéllos que
La Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno (LA LEY
19656/2013) (LTBG), guarda silencio sobre este aspecto. Limitándose a señalar, en su art. 17, que la solicitud podrá
presentarse por cualquier medio que permita tener constancia de la identidad del solicitante; silencio que habrá de
entenderse como una respuesta negativa a la exigencia de sistemas de certificación de firma electrónica.
Administración General del Estado ha optado por articular el acceso a través del sistema cl@ve. Éste no es el modelo a
seguir. Tal y como señala la Defensora del Pueblo, se trata de garantizar «un acceso electrónico fácil, rápido, efectivo y
práctico a la información pública, exigiendo constancia de los datos identificativos de los ciudadanos, con los mismos
requisitos pero no más que en el acceso no telemático, sin controles ni comprobaciones añadidas».
No es ésta la opción por la que han apostado otras normativas, como las autonómicas, o la Ordenanza Tipo FEMP, que
se limita a requerir a los solicitantes de acceso a la información pública más datos sobre su identidad que los
3. ¿Pueden los concejales utilizar la vía de la Ley de Transparencia para solicitar información?
No, con matices. Los Concejales como titulares de un derecho cualificado de acceso a la información no son, en principio,
destinatarios de la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno
(LA LEY 19656/2013) (LTBG), dado que la disposición adicional primera dispone que se regirán por su normativa
específica, y por la LTBG con carácter supletorio, aquéllas materias que tengan un régimen jurídico de acceso a la
información.
Este es el caso de los miembros de la Corporación; cuyo derecho aparece recogido en el art. 77 de la Ley 7/1985, de 2
de abril, reguladora de las Bases del Régimen Local (LRBRL (LA LEY 847/1985)) y cuyo ejercicio se regirá por lo
dispuesto en los arts. 14 (LA LEY 2574/1986) a 16 del Real Decreto 2568/1986, de 28 de noviembre, por el que se
aprueba el Reglamento de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Entidades Locales (LA LEY
2574/1986), a salvo de regulación propia autonómica o el Reglamento Orgánico Municipal de la entidad respectiva.
Considerando los términos más restrictivos de los preceptos reglamentarios, no hay duda de que habrá supuestos en
los que su ejercicio estaría más limitado que el de un ciudadano. De ahí que las solicitudes de información de los
concejales hayan de ser examinados a la luz de los principios, filosofía y contenido normativo de la LTBG, para impedir la
contradicción que supondría denegar determinada información que, sin embargo, sería de libre acceso para cualquier
ciudadano. La conexión del derecho a la información con el ius in officium de que son titulares, hace imposible que los
4. La denegación del acceso a la información por la falta de motivación ¿puede estar justificada?
La Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno (LA LEY
19656/2013) (LTBG), generaliza como norma la innecesariedad de motivar la solicitud de acceso a la información, frente
a regulaciones anteriores, como el propio Real Decreto 2568/1986, de 28 de noviembre, por el que se aprueba el
Reglamento de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico de las Entidades Locales (LA LEY 2574/1986) (ROF);
que en su art. 230, establecía este requisito con carácter obligatorio. Sin embargo, no podemos perder de vista que el
art. 17.3 LTBG establece que el solicitante podrá exponer los motivos por los que solicita la información y que podrán
Es decir, no pero sí. Aunque la norma establece claramente que la ausencia de motivación no puede ser por si sola
causa de rechazo de la solicitud, el hecho de que las razones en las que se basa la solicitud pueden marcar la diferencia
entre la concesión o no, resta rotundidad a la afirmación de la innecesaria motivación de las solicitudes de acceso; e
induce a pensar en una penalización oculta a la falta de exposición de las causas en las que se basa la solicitud de
información.
información?
Los límites previstos en el art. 14 de la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información
pública y buen gobierno (LA LEY 19656/2013) (LTBG), no operan automáticamente a favor de la denegación, ni
absolutamente en relación con sus contenidos. Así lo ha afirmado el propio Consejo de Transparencia y Buen Gobierno
Para resolver una eventual colisión, será necesario aplicar los criterios de proporcionalidad y ponderación. Siendo
necesario aplicar el test del daño, que permita acreditar la existencia de un daño concreto, definido y evaluado y el test
del interés público. Es decir, que no exista un interés público que justifique la publicidad o acceso. Aun cuando resulte
acreditada dicha colisión, habrá de ponderarse la posibilidad de conceder el acceso parcial previa omisión de la
información afectada, siempre que no resulte información distorsionada o que carezca de sentido.
Para garantizar la adecuada fiscalización sobre estos supuestos, la LTBG obliga a hacer públicas las resoluciones que se
dicten en aplicación de los límites de acceso; previa disociación de los datos personales y tras la notificación a los
interesados.
6. ¿Quién sería el responsable de una sanción derivada del incumplimiento de los plazos de resolución de
En su art. 20.6, la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno
(LA LEY 19656/2013) (LTBG), atribuye al incumplimiento reiterado de la obligación de resolver en plazo, la consideración
de infracción grave, a los efectos de la aplicación a sus responsables del régimen disciplinario previsto en la
correspondiente normativa reguladora. Sin embargo, todavía no se ha aprobado la normativa reguladora del régimen
sancionador en materia de transparencia, más allá de lo previsto en la normativa autonómica; escenario que dificulta la
A ello debemos añadir la consideración de que la resolución por silencio, en este caso negativo, supone siempre el
incumplimiento de un deber legal, el de resolver, impuesto por la Ley 30/1992, de 26 de noviembre (LA LEY 3279/1992),
de Régimen Jurídico de las Administraciones Públicas y del Procedimiento Administrativo Común (LRJAP (LA LEY
3279/1992)). Al margen del juicio crítico que dicha opción merece, por ofrecer una vía fácil de solución ante las
solicitudes «incómodas», ésta vía debería suponer una penalización legal, que podría aplicarse por el cauce del régimen
sancionador; pues si el retraso en la resolución es merecedor de sanción, mayor juicio crítico deberá recibir la falta de
resolución. Habrá que esperar al desarrollo del necesario régimen sancionador para comprobar su verdadero alcance.
La implantación de la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno
(LA LEY 19656/2013) (LTBG), y el cumplimiento de las obligaciones que impone, está más relacionada con aspectos
organizativos que con aspectos normativos. Pero esto no significa que la aprobación de una ordenanza de
Antes de adoptar esta decisión, será necesario revisar la normativa municipal; en la que, con toda probabilidad,
existirán disposiciones con incidencia en esta materia, como puede ser el reglamento de participación ciudadana, la
ordenanza de administración electrónica o el reglamento orgánico municipal, entre otros. Su modificación y adaptación a
la LTBG puede resultar suficiente para introducir las modulaciones que faciliten el cumplimiento de las obligaciones
legales.
De optar por aprobar una disposición propia, puede utilizarse como referente la Ordenanza Tipo de Transparencia,
Acceso a la Información y Buen Gobierno de la FEMP, como documento base a partir del cual introducir las peculiaridades
de cada entidad, simplificando o ampliando sus contenidos en función de los medios y voluntad de implantación.
8. ¿La LTBG exige la creación de una unidad de información para cumplir con las obligaciones en materia de
publicidad pasiva?
La exigencia legal de unidades especializadas que se recoge en el art. 21 de la Ley 19/2013, de 9 de diciembre, de
transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno (LA LEY 19656/2013) (LTBG), se circunscribe al ámbito de
la Administración General del Estado; y en el caso de las demás administraciones públicas, la obligación se limita
funcionamiento de su organización interna. Será cada entidad local, en el ámbito de su potestad de autoorganización,
la que determine los mecanismos para garantizar el ejercicio del derecho de acceso.
En la actualidad, son numerosos los ayuntamientos que cuentan con potentes y polivalentes servicios de atención
ciudadana —nacidos del germen de la «Oficina de Información» prevista en el art. 230 del Real Decreto 2568/1986, de
28 de noviembre, por el que se aprueba el Reglamento de Organización, Funcionamiento y Régimen Jurídico de las
Entidades Locales (LA LEY 2574/1986) (ROF)— y que serían las destinatarias naturales de esta obligación. Pero también
abundan aquellos en los que el servicio de atención al público es prácticamente el encargado del registro. Por tanto, las
soluciones a adoptar variarán en función de la dimensión y disponibilidad de recursos de cada entidad, que, en todo
caso, deberán prever las herramientas precisas para la efectividad del derecho.
9. ¿Qué régimen de recursos procede contra la denegación del acceso a la información pública?
Debemos puntualizar que la interposición de recurso frente al Consejo de Transparencia y Buen Gobierno puede
producirse no sólo contra la denegación del acceso a la información, sino también ante los supuestos de inadmisión a
trámite de la solicitud, falta de respuesta en plazo o respuesta incompleta o insatisfactoria. No obstante, la legitimación
será no sólo para el solicitante, sino también para cualquier la persona que haya resultado afectada por la solicitud de
Contra la resolución, o la ausencia de resolución, podrá interponerse reclamación en el plazo de un mes contado desde
el día siguiente a aquel en que se recibió la respuesta a la información solicitada o desde el día siguiente al último del
mes que tiene para resolver el órgano al que se solicitó la información. Contra la resolución, puede ser objeto de
recurso contencioso-administrativo, en el plazo de dos meses o, en su caso, recurso potestativo de reposición ante
reposición ante la Presidenta del Consejo de Transparencia y Buen Gobierno, en el plazo de un mes a contar desde el
10. ¿Cómo deben tramitarse las solicitudes de aquella información que ya ha sido objeto de publicación?
Ante la existencia de solicitudes individuales de acceso a la información, puede suceder que dicha información ya esté
disponible en el Portal de Transparencia de la entidad; por dos razones: bien por tratarse de información sujeta a las
obligaciones de publicidad activa, es decir, entre las recogidas en los arts. 6 (LA LEY 19656/2013) a 8 de la Ley
19/2013, de 9 de diciembre, de transparencia, acceso a la información pública y buen gobierno (LA LEY 19656/2013)
(LTBG) o en otra normativa sectorial que imponga la obligación de publicidad; o bien por tratarse de información que la
entidad considera relevante o que es objeto de mayor acceso por los ciudadanos.
En estos casos, puede optarse, bien por facilitar al solicitante directamente el acceso, o bien por indicar al solicitante
cómo acceder a la información; por entender que a través de ambas vías se cumple con la finalidad de la norma. Ahora
bien, esta situación no exime a la entidad de proceder a la correspondiente tramitación del expediente administrativo
iniciado por la solicitud y dictar resolución. Sin perjuicio de que en ésta se ponga de manifiesto cualquiera de las dos