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Historia

-síntesis de la revolución francesa y de la revolución industrial-


Hola a todas y todos, espero se encuentren bien.

Para empezar, vamos a revisar lo que hicimos hasta ahora: vimos la revolución francesa y la revolución industrial. Ambas
revoluciones fueron cambios muy grandes y significativos para toda la humanidad. Recordemos que una revolución es un
cambio rápido, violento y profundo en la forma de organización de una sociedad humana.

La revolución francesa represento un cambio en la forma de organizar la política, es decir, un cambio en la participación de las
personas en los gobiernos. Surgió la idea de ciudadanos, las personas se convirtieron en sujetos con derecho a decidir cómo
organizar la sociedad y con derechos en relación a como se vive, a como se relacionan, se ira dejando de lado la idea de un
soberano o rey que decide sobre todas las personas y quedara la idea de que todos y todas deben decidir cómo vivir en
sociedad. Y esta idea se ira desparramando por casi todas las sociedades del mundo.

La revolución industrial, que acontece en Inglaterra, represento un cambio en la forma de vivir en relación a como se producen
los objetos que necesitan las personas para llevar a cabo su vida. Anteriormente la producción de objetos era artesanal, la
realizaban las personas de forma individual o agrupadas en pequeños talleres, la producción solía ser cara y se producía en
pequeñas cantidades. Por otra parte, esta forma de producir hacía que las personas manejaran sus tiempos de trabajo y
tuviesen una relativa autonomía. Con el surgimiento de las fábricas, aparecerá la producción industrial, se producirá en grandes
cantidades y a precios bajos. Pero la fábrica necesita de obreros, de personas que hagan funcionar las maquinas. Los artesanos y
campesinos no se verán interesados en cambiar su forma de vida, nadie quería ir a trabajar a una fábrica. ¿Como se soluciona
ese problema? Los burgueses, los nuevos ricos, dueños de las fábricas se apropiarán de las tierras y las cercaran, de esa forma
miles y miles de campesinos se encontraron sin tierras donde vivir y producir, no les quedaría más que una opción: ir a trabajar a
las fábricas por sueldos miserables y vivir en condiciones horribles. De esta forma surge el sistema capitalista y una nueva forma
de producir que se basa en la existencia de dos clases sociales: los burgueses dueños de las fábricas y los obreros que solo son
dueños de su capacidad de trabajar. Este cambio en la forma de producir también ocasiono cambios en la sociedad. De esta
forma Inglaterra será una potencia industrial poderosa que posee muchísimos productos para vender, por lo tanto necesita que
los países del mundo le compren sus productos y también necesitan que les vendan materias primas para sus fábricas.

Los cambios económicos y sociales de Europa afectaran la vida de América. Ahora bien, teniendo en cuenta lo dicho, saldremos
de Europa y llegaremos Buenos Aires. Empezaremos a ver este proceso con un hecho histórico: las invasiones inglesas a Buenos
Aires.

Las invasiones inglesas


Cuando Buenos Aires fue colonia británica.
Durante 1806 y 1807 se producen las Invasiones Inglesas al Virreinato del Río de la Plata. El 27 de junio de 1806 los
ingleses izaron la bandera británica y por el plazo 46 días gobernaron la ciudad de Buenos Aires.

Planes británicos en América: Las disputas de las potencias europeas por las colonias americanas se enmarcaban en el proceso
europeo de las guerras napoleónicas. Dos de las principales potencias (Francia y Gran Bretaña) se enfrentaban en el continente
europeo y en las colonias. La independencia de las trece colonias americanas apoyada por Francia y España marcaron el inicio de
estas disputas. Esta rivalidad fue leída por un grupo de latinoamericanos que solicitaron a Gran Bretaña su apoyo para la
liberación de los realistas. Gran Bretaña garantizaría el libre comercio de las colonias liberadas.

La derrota de las tropas francoespañolas en Trafalgar (1805) por los ingleses fortalecieron los intereses británicos en las colonias
españolas. Ante una Europa devastada por la guerra y los bloqueos que interrumpían el comercio, las colonias se convirtieron en
botín de estas disputas.

La primera invasión a Buenos Aires: Inglaterra envió un batallón de infantería ligera: el regimiento 71 de Cazadores escoceses
(Highlanders). Al mando de la operación se designó a Guillermo Carr Beresford y la flota se completaba con 5 buques de guerra y
5 veleros; en ella viajaban 1.500 soldados y seis oficiales.

En Buenos Aires, el virrey del Río de la Plata, Sobremonte, desconfiaba de los rumores del ataque británico, pensando que sólo
atacarían Montevideo. Por lo tanto, ante la presencia de las tropas inglesas intervino de forma improvisada. no presentó
resistencia y se retira hasta Córdoba para organizar las tropas desde ahí.
Cerca del mediodía del 27 de junio de 1806, Beresford se dirigió al fuerte y asumió el gobierno en nombre del rey Jorge de
Inglaterra. Durante 46 días, la bandera británica flameó en Buenos Aires. A pesar de esto, decide mantener en funciones el
Cabildo, la protección del obispo, las pertenecías de la iglesia y las garantías civiles.

Libre comercio y esclavitud: Entre las principales medidas que tomó, reglamentó el libre comercio y la dependencia inglesa. El
Reglamento de Comercio establecía la abolición de los impuestos internos de exportación, pero también garantizaba lo mismo
para la importación (predominantemente británica). Esta medida afectó a los sectores monopolistas españoles, por esto, Martín
de Álzaga será uno de los principales comerciantes españoles que organiza la resistencia.

La defensa de Buenos Aires: “Fue sólo cuando Beresford indicó claramente que lo único que podía otorgar era el status de
colonia inglesa en cambio del de colonia española, cuando el celo patriota consideró oportuno expulsar al intruso británico” (M.
Peña, 1973)

La cita de Peña explica que el problema de fondo no fue que la clase dominante criolla estuviera en contra del protectorado
inglés (aunque manteniendo su autonomía), sino que no estaba dispuesta a mantener la situación colonial.

La defensa de Buenos Aires contó con tres principales actores: Martín de Álzaga, Santiago de Liniers y Martín de Pueyrredón.
Liniers fue el comandante de la resistencia reclutando tropas en Buenos Aires y Montevideo. Si bien este aspecto es el más
destacado en el relato histórico de impronta militarista; hay una combinación de distintas acciones: la organización de la recluta
de gauchos y paisanos de la campaña y la formación de guerrillas populares urbanas (3 mil hombres y mujeres, entre las que
destacó Manuela Pedraza).

Para la derrota de las tropas británicas se produjeron distintas acciones: luchas en la campaña y la ciudad, la entrada de las
tropas de Liniers por el norte de la ciudad, las de Pueyrredón en las costas (donde participó Güemes), con importantes
movilizaciones populares y la organización de los vecinos desde sus viviendas.

El 12 de agosto, Beresford se rindió acorralado por la multitud en el Fuerte. Luego, en las primeras horas de la tarde, entre los
acordes de las gaitas escocesas, entregaron al Cabildo las armas y la bandera del regimiento 71. La defensa de Buenos Aires dejó
un saldo de 49 muertos de las tropas británicas y 58 de los defensores.

Una salida medida por el Cabildo y militarista: durante tres días se festejó la reconquista. Sobremonte pretendió arrogarse el
triunfo a pesar de no haber participado, hecho que generó un amplio repudio entre los sectores que habían enfrentado a las
tropas británicas quienes pidieron su destitución. El 14 de agosto se celebró un Cabildo abierto, afuera una multitud de 4.000
pobladores pedía la renuncia del virrey. A pesar de esto, los cabildantes optaron por una forma mediada: Sobremonte continuó
con el cargo de virrey, pero fue despojado del poder militar (otorgado a Liniers) y el político que recayó en la Audiencia.

La destitución del virrey hubiese significado la pronta organización de una nueva forma de gobierno y el predominio de los
grupos burgueses que estaban adquiriendo más peso no solo económico sino militar. Es la elite criolla dominante (expresada en
el Cabildo) la que otorgó a Liniers un rol protagónico (al menos por un corto tiempo). En sus facultades, convocó a todos los
hombres de entre 16 y 50 años para sumarse a los distintos batallones que cuidarían a la ciudad ante posibles ataques de las
potencias extranjeras. Se conformaron 10 batallones (5 de criollos y 5 de españoles). Además de los Cuerpos de Marina,
Artillería, Caballería, Blandengues, Dragones entre otros. Otro agrupamiento como la Legión Patricia al mando de Cornelio
Saavedra, es considerado como los antecedentes directos del Ejército Nacional.

El 7 de noviembre de 1806 los jefes de los cuerpos pidieron al Cabildo que ordenara que todos los que no se habían alistado lo
hicieran en un plazo de 4 días sin excepción, sino serían sospechosos para la patria. De esta forma se efectúo un
empadronamiento forzoso de los sectores populares que habían defendido a Buenos Aires de la invasión inglesa, para ponerlos
al servicio de los intereses de los grupos dominantes.
Artículo de divulgación escrito por Hernán Perriere

La resistencia popular durante las invasiones inglesas


Más allá de los adulones y acomodaticios de siempre, la mayoría de la población, que era hostil a los invasores ingleses y estaba
indignada por la ineptitud de las autoridades españolas, decidió prepararse para la resistencia. Los ranqueles (como se llamaba a
los tehuelches araucanizados) fueron de los primeros en reaccionar contra la invasión: enviaron una delegación a Córdoba para
entrevistarse con Sobremonte y ofrecerle sus mejores lanceros.

Por aquellos días apareció en Buenos Aires el primer ensayo de guerrilla urbana de nuestra historia, representado por un grupo
de criollos y catalanes que se reunía en la librería de don Tomás Valencia, en la clandestinidad. Encabezados por Felipe
Sentenach, ingeniero y matemático, y Gerardo Esteve y Llach, propusieron volar el fuerte y las posiciones inglesas. Prepararon
explosivos que debían estallar debajo del fuerte de Buenos Aires, residencia de Beresford y los oficiales invasores, y del Teatro
de la Ranchería, que habían transformado en el cuartel general. Para cumplir su propósito, alquilaron una casa vecina a La
Ranchería y desde allí iniciaron las excavaciones.

Otro de los catalanes del grupo, José Fornaguera, propuso organizar una banda de cuchilleros para pasar a degüello a los
ingleses. Los subversivos distribuyeron un manifiesto firmado por Sentenach: “Si tenemos la fortuna de conseguir la reconquista
hemos de establecer una mesa redonda en que todos seamos iguales y no haya alguno superior a los demás y gobernemos con
igualdad de carácter o autoridad los integrantes de las juntas. Cuando los complotados tenían todo listo para los atentados,
apareció Santiago de Liniers con su tropa y se suspendieron los atentados. Liniers se trasladó a Montevideo y desde allí se
embarcó con un millar de hombres, entre ellos varios franceses comandados por Hipólito Bouchard, y avanzó desde Tigre. A
medida que se acercaba a la ciudad, los vecinos se unían a sus tropas. Cuando llegó a los Corrales de Miserere –hoy Plaza
Miserere o Plaza Once– intimó al jefe inglés a que se rindiera.

Allí ocurrió el episodio de Manuela Pedraza, “La Tucumana”, mujer de un cabo, que entró a la plaza con su marido, mató con sus
manos al primer inglés que tuvo al alcance y, apoderándose de su fusil, siguió la lucha entre los “tiradores”. Liniers la recomendó
al rey, y Carlos IV la nombró subteniente de infantería con uso de uniforme y goce de sueldo.

A fines de junio de 1806, una bajante del Río de la Plata había dejado varado al buque inglés Justine y el jefe de la defensa,
Santiago de Liniers, ordenó atacar el barco a un grupo de jinetes, que en pocos minutos lograron la rendición de los marinos. El
jefe del operativo se llamaba Martín Miguel de Güemes.

Un caso curioso es el Martina Céspedes, dueña de un pequeño despacho de bebidas de San Telmo que, junto con sus tres hijas,
ideó la forma de contribuir a la lucha. Los ingleses llegaban con sed y venían tomándose todo lo que encontraban a su paso. Así
fue como doce invasores tuvieron la mala idea de golpear la puerta del boliche de Martina. La dueña de casa les abrió y les dijo
que los atendería con la condición de que entraran de a uno. A medida que fueron ingresando se iban convirtiendo en
prisioneros de Martina y sus hijas mientras en los alrededores las tropas inglesas capitulaban frente a Liniers. Martina entregó a
once de los prisioneros ingleses a Liniers, quien le otorgó el grado y uniforme de sargento mayor. ¿Qué pasó con el inglés que
faltaba? Josefa, una de las valientes hijas de Martina, se enamoró de su prisionero inglés y la historia terminó en casamiento.
Artículo de divulgación para diario clarín escrito por Felipe Pigna

Actividades

A) Lee de forma atenta los dos artículos sobre las invasiones inglesas.
B) Responde las siguientes preguntas:
1) ¿Cuál es el objetivo de los ingleses al invadir Buenos Aires? (recuerda lo que vimos en el TP de revolución
industrial sobre cómo se relaciona Inglaterra con el mundo)
2) ¿Quienes participan de la resistencia? (no se trata de responder con nombres, hay que responder con
grupos sociales, por ejemplo: los pueblos originarios, los sectores acomodados…)
3) ¿Cuáles fueron los métodos de la resistencia? (tengan en cuenta que hay un sector del pueblo que tiene
una propuesta y el ejercito que tiene otra) ¿con cuál de los métodos te sientes identificado y porque?
4) ¿Cuál es la importancia de las mujeres en la resistencia? (los textos dan un par de ejemplos para que
ustedes puedan construir una opinión, pero para que esa opinión tenga fundamentos validos deberán
investigar sobre el tema por su cuenta)
5) ¿Podes diferenciar entre los intereses de los sectores poderosos y los intereses de los sectores
populares? (los sectores populares es la mayoría del pueblo: los trabajadores y pueblos originarios)

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