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De las reformas a la crisis del pacto colonial

El proceso de re­ Revolución Francesa y

forma del Estado


español en Indias guerras europeas

-bajo el cual, el La revolución de la independencia de las

Río de la Plata colonias inglesas De América del Norte, en

había alcanzado . 1776, mostró la existencia de una alternati­


un considerable va al dominio colonial y al régimen monár­
desarrollo- co­ quico. Sin embargo, su alcance fue limitado
menzó a resque­ -en buena medida, a causa de la marginali­
dad de la región donde se produjo la revolu­
brajarse a partir ciÓn-. El estallido de la Revolución France­
del nuevo ciclo de sa, en cambio, hizo tambalear, de manera
guerras europeas dramática, el conjunto de los fundamentos
desencadenado de las monarquías absolutas y su funciona­
la
i:on Revoludón miento efectivo. La Revolución Francesa se
Francesa. convirtió, entonces, para muchos, en un e­
jemplo o, para buena parte de las monarquí­
as europeas, en un peligro que debía ser
conjurado.
En Europa, el proceso político francés o­
"
torgó legitimidad y eficacia práctica a un
.(
conjunto de principios e instituciones con­

La Revolución Francesa proclamó, entre otros principios,


la soberanía de la nación (en' lugar del absolutismo real),
'trarios a aquellos sobre los cuales descansa­
las libertades de opinión, de religión y de prensa, la liber­ ban las monarquías absolutas, incluida la es­ 11

tad económica y la igualdad de los ciudadanos ante la ley pañola. En América, la influencia de la Re­
(finalizando con los privilegios del clero y la nobleza). volución Francesa se manifestó en fonna ra­
dical en la rebelión de la colonia francesa de
Santo Domingo. En el resto del continente,
la nueva corriente de ideas surgida con la
Tambalean 105 regímenes coloniales revolución sólo alcanzó a grupos muy redu­
cidos y no significó, en lo inmediato, una a­
En 1791 se rebelaron los esclavos de la colonia francesa de Santo Domin­ menaza para el orden colonial.
go. Luego de años de lucha, en 1804, proclamaron el Estado de Haití, que se El conflicto militar que acompañó la ex­

convirtió en la primera república negra de América.


Las medidas llevadas a cabo por la nueva república sacudieron los regí­ pansión de la Revolución Francesa tuvo un

menes coloniales. El historiador John Lynch en "Los orígenes de la indepen­ efecto más decisivo para América: la parti­

dencia hispanoamericana" (en Leslie Bethell, editor. Historia de América Lati­ cipación militar de España en las guerras re­

na de la Universidad de Cambridge. Barcelona, Crítica, 1991.) señala:


"Haití [oo.] constituyó un ejemplo y un aviso para la América española. Los volucionarias y napoleónicas alteró de ma­

criollos ahora podían ver lós resultados inevitables pr'oduciUo~ por la falta nera drástica sus vínculos con las colonias.

de unidad en la metrópoli, por la pérdida de energia iJar parte.ere las autori­ Los ensayos de los Borbones para recu­

dades y por la pérdida del control por parte de la clase .Hrigente colonial.
Haití no solo representaba la independencia sino la revolución, no sólo la li­
perar el poderío del imperio se derrumbaron

bertad sino también la igualdad. El nuevo régimen exterminó sistemática­ al cambiar el equilibrio europeo. Frente a la

mente a los blancos que quedaban [...] reconocía como haitiano a cualquier nueva situación internacional, la monarquía

negro y mulato descendiente de africano nacido en otras colonias, fuera es­ española mantuvo una actitud ambigua, que

clavo o libre, y se les invitó a desertar..."


puso en evidencia su debilidad. Así, entre

1793 y 1795, España se sumó a la coalición

hh n • . . _ •• __ •... , .•. -oo." __ o _ •• o _ .....


monárquica y se convirtió en aliada de In­
glaterra. Más tarde, la presión francesa pro­
vocó el cambio de rumbo de la monarquía
española, que se alineó detrás del liderazgo
napoleónico.
La convergencia entre un nuevo contexto
ideológico y cultural-que ponía en duda la
legitimidad monárquica-, la evolución de la '

situación política y militar europea, y el so- \


metimiento a la política francesa -que hacía
evidente la debilidad de España- fue erosio­
nando el dominio español sobre sus colo­
nias, que paulatinamente se vieron obliga­
das a confiar en sus propias fuerzas.

Los avatares del Estos cambios fueron una consecuencia


de la incapacidad de la monarquía española
Este grabado muestra las
terribles condiciones en
comercio libre para mantener en vigor el lazo colonial. las que viajaban los ne­
gros durante los meses
Frente a la nueva coyuntura política y eco­
que duraba la travesía del
Durante el período de guerras originadas nómica, los comerciantes de Buenos Aires­ Atlántico. Los esclavos
por la Revolución Francesa -que, desde fi­ buscaron nuevas alternativas, que incluye­ se ubicaban en la bodega,
nes del siglo XVIII, estuvieron marcadas por ron desde el comercio con los Estados Uni­ inmovilizados con colla­
el liderazgo militar y político de Napoleón dos hasta el tráfico negrero organizado por res para el cuello y braza­
Bonaparte-, Francia logró el dominio del Tomás Romero, el más audaz de los comer­ letes para las muñecas y
los pies.
continente europeo eJnglaterra, el control ciantes porteños y el único de ellos que se
de ios mares.. ' dedicaba a este tipo de tráfico (los barcos
. El dominio· inglés del océano Atlántico que fletó entre 1797 y 1809 transportaron,
int6rrumpió los intercambios comerciales sobre todo al Brasil, 200.000 cueros para ser
regulares entre España y sus colonias ame­ cambiados por esclavos). Sin embargo, las
ricanas. Esta interrupción del tráfico impi­ alternativas comerciales ensayadas por las
'dió la llegada a España de la plata america­ autoridades fueron precarias e insuficientes
na y, al mismo tiempo, perjudicó el normal y el debilitado vínculo con España no fue
abastecimiento de las colonias -la escasez sustituido por una nuev~ organización de
de los productos europeos hizo elevar rápi­ los intercambios intern~ionales.
damente sus precios-o Para la corona española, una de las razo­
Ante las quejas de los comerciantes, fun­ nes que justificaba las medidas de liberali­
damentalmente españoles, y con el fin de zación del comercio era la necesidad de
evitar el contrabando, las autoridades colo­ mantener, económicamente, el aparato ad­
niales decidieron una mayor liberalización ministrativo colonial. Este mantenimiento
del sistema comercial. Esta tendencia se dependía, en gran medida, delos impuestos
manifestó en el Río de la Plata -yen todo al comercio. Por lo tanto, una disminución
el mundo colonial- en una serie de medidas del comercio tornaba crítica la situación de
de excepción que alteraban el monopolio la administración civil y militar y, en el Río
español. Así, en 1791 se autorizó la libre in­ de la Plata, la del conjunto de la actividad
troducción de esclavos (esta medida favore­ económica. Quedó establecida, entonces,
ció la salida de productos locales, que eran una situación paradójica que reflejaba la de­
transportados en las bodegas de los barcos. . bilidad española: para mantener el dominio
que regresaban a sus países de origen); en cQlonial, la corona debía consentir un con­
1796, se autorizó a los buques y comercian~' iunto de,' medidas de liberalización comer­
tes rioplatenses a comerciar con colonias cnll ...ue~ implicaban el reconocimiento de la
extranjeras (aquellos productos que no sig­ fragilidad del vínculo con las colonias y
nificasen una competencia con España); en que, por consiguiente, la alejaban de la posi­
1797, se permitió el comercio con país~s bilidad de restaurarlo cuando las condicio­
neutrales. nes internacionales cambiaran.

DE LAS REFORMAS A LA CRISIS DEL PACTO COLONIAL 67


E
.

Luces del Plata tU

En el Río de la Plata, el movi­ Belgrano no consideraba contradictorio


miento iluminista alcanzó un de­ sentir simpatía por la Revolución Francesa de
sarrollo limitado. Sus principales y, al mismo tiempo, estar al servicio de la as
exponentes tuvieron como cam­ Corona como secretario del Consulado de eu
po preferencial el pensamiento Buenos Aires, cargo que ocupó desde ro
económico, sostenido por el in­ 1794. Como muchos otros, consideraba de
tento de aplicar, a las condicio­ que la acción de la monarquía ilustrada
era un medio adecuado para llevar adelan­ fa
nes del Río de la Plata, las ideas
de los economistas europeos te las transformaciones que, a su juicio, el lu
contemporáneos. mundo colonial requería. Esta confianza m
La trayectoria de Manuel flaqueó cuando Be/grano conoció a los co­ de
Belgrano' -una de las figuras merciantes que integraban el Consulado, E~
principales de la Ilustración "...para quienes no había más razón, ni más h2
rioplatense- ejemplifica los di­ justicia, ni más utilidad, ni más necesidad que tre
lemas de un economista ilustrado su interés mercantil; cualquiera cosa que choca­
Prensa de la en el mundo colonial. Hijo de un prós­ O
primera ra con él, encontraba un veto, sin que hubiese
pero comerciante italiano, Belgrano estu­ recurso para atajarlo".
te:
imprenta de
Buenos Aires.
dió en las universidades de Salamanca y s<
de Valladolid, donde se graduó de aboga­ Así, desde su trabajo en el Consulado, m
La imprenta se do en 1793. En España se familiarizó con Belgrano experimentó los límites de la ac­
instaló en m
las doctrinas económicas prevalecientes ción reformista de la Corona y fue desarro­
1780 en la ;en especial con las fisiocráticas, que enfa­ llando una visión crítica del vínculo colo­ el
C¡lsa de Niñoli tizaban el papel de la agricultura en la ri­ nial. La crisis de la monarquía española ar
Expósitos: queza nacional- y con el pensamiento de -sobre todo, desde 1808- reveló a los eco­ v,
la Ilustración. Durante su estadía en Euro­ nomistas ilustrados del Río de la Plata que
pa, también recibió el impacto de los idea­ la Corona había dejado de ser un factor u
les de la Revolución Francesa, como seña­ político central con el que podían contar
In
ló en su Autobiografía: en sus proyectos de transformaciones. Es­
ta diferente apreciación se manifestó, prin­ PI
"Como en la época de 1789 me hallaba en
cipalmente, en el terreno del pensamiento F
España y la revolución de la Francia hiciese tam­
económico, a través de una defensa más N
bién la variación de ideas y particularmente en
fervorosa alel liberalismo, como lo de­ OJ
los hombres de letras con quienes trataba, se a­
muestra la Representación de los hacenda­
poderaron de mi las ideas de libertad, igualdad, f(
seguridad, propiedad, y sólo veía tiranos en los
dos, redactada por Mariano Moreno en
1809. rr
que se oponían a que el hombre, fuese donde
u
fuese, nOdisfrutase de unos derechos que Dios
y la naturaleza le habían concedido, y aún las rr
mismas sociedades habían acordado en su esta­

••••••• blecimiento directa e indirectamente".

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El Telégrafo Mercantil fue el primer periódico impreso ~~I Río Manuel
J" la Plata. Comenzó apublicarse el l.' de abril de 1801 y se Belgrano,
preocupó por defender la libertad de comercio. Contó entre sus según un
colaboradores aManuel Belgrano, Juan José Castelli y Manuel óleo de
Medrana, entre otros. Charbonier.

68 DE LAS REFORMAS A LA CRISIS DEL PACTO COLONIAL


nizar la defensa de la ciudad ante la posibili­
El principio del fin: los dad de un segundo ataque.
ingleses en Buenos Aires En efecto, en febrero de 1807, tropas bri­
tánicas -mucho más numerosas que las de
El Virreinato del Río de la Plata, en don­ la Primera Invasión Inglesa- al mando del
de el dominio español parecía firmemente general John Whitelocke tomaron Montevi­
asentado, sufrió directamente las conse­ dro y meses más tarde, en junio, desembar­
cuencias de la expansión de las guerras eu­ caron por segunda vez en Buenos Aires.
ropeas al espacio atlántico -que, desde la Luego de eludir a las fuerzas de Liniers, los
derrota francoespañola en la batalla de Tra­ ingleses entraron en la capital. Pero allí se
falgar, en 1805, había quedado bajo el abso­ encontraron frente a la defensa organizada
luto dominio inglés-o En 1806, una fuerza por Martín de Álzaga, próspero comerciante' Oficial de infantería del
ejército inglés, según una
militar inglesa, que acababa de apoderarse español y alcalde de primer voto del Cabil­ acuarela de A. Leone\.
de la colonia holandesa del Cabo de Buena do de Buenos Aires.
Esperanza (en el sur de África), se dirigió Whitelocke no estuvo dispuesto a entrar
hacia el Río de la Plata. El 27 de junio, las en un combate con inciertas perspectivas y
tropas inglesas bajo el mando de William se rindió.
Carr Beresford tomaron, sin encontrar resis­ La victoria de Buenos Aires fue militar,
tencia, la ciudad de Buenos Aires. El virrey pero sobre todo política, en la medida e~
Sobremonte, junto con buena parte de la ad­ que los invasores no pudieron contar con el
ministración española, abandonó la ciudad, apoyo de los grupos locales. Como el co­
mientras que los representantes de los prin­ mandante británico seí1aló en un informe
cipales grupos e instituciones locales se enviado a sus superiores:
apresuraro!\ a mostrar obediencia a las nue­ "Tuve que evacuar una provincia porque con la
vas autoridades. " fuerza que se me autorizó contar no pude mantenerme
Sin embargQ:este acatamiento duró poco. en ella, y porque la muy hostil disposición de sus ha­
Un primer intento de expulsar a las fuerzas bitantes hacía que no valiera la pena conservarla",
inglesas, llevado a cabo por Juan Martín de
Pueyrredón y un grupo de paisanos, fracasó.
Finalmente, las tropas provenientes de . .
Montevideo al mando de Santiago de Li­ los efectos de la Reconquista
niers, un oficial francés al servicio de la co­
rona española, iniciaron la resistencia; si­ "Uno de los efectos inmediatos de la reconquista, fue el espíritu guerrero
multáneamente, se organizaron las milicias que despertó en todas las clases; pero en un sentido diametralmente opues­
to a las reglas disciplinarias de la milicia regular, ese espíritu refiuía sobre el
urbanas. Los ingleses se vieron superados orden político. Era el producto de las fuerzas sociales llamadas a la acción,
militarmente y el 12 de agosto se rindieron. que se condensaban, armaban y regimentaban, animadas de un espíritu cívi­
Finalizada la Reconquista, el 14 de agos­ co, que improvisaba por instinto y bajo los auspicios de la victoria una mili­
cia popular, que llevaba en germen la institución democrática de la Guardia
to, los funcionarios y principales vecinos, Nacional en los pueblos libres. Contribuía a exaltar este sentimiento, la nuli­
reunidos en Cabildo abierto, decidieron pri­ dad manifiesta de las antiguas reputaciones militares de la Colonia, y la in­
var a Sobremonte del mando militar y con­ significancia de los elementos regularizados que habían concurrido a la ac­
ción. Los antiguos generales españoles que componían el Estado Mayor del
virtieron a Liniers en el gobernador militar Río de la Plata [oo.] habían mostrado unos su incapacidad y otros su cobardía
de Buenos Aires. También resolvieron orga- en los días de la conquista, y rendidos en su mayor parte al enemigo, no fi­
guraron en la reconquista. [oo.] El pueblo armado lo había hecho todo, y sin él
nada se habría hecho."

BARTOLOMÉ MITRE.
Historia de Be/grano y de /a Independencia Argentina.
Buenos Aires, Librería La Facultad, 1927. t.1 (l. a ed. 1856).

• Bartolol)1é M~tre fue el primer gran historiador argentino. En sus principales


'. obras¡estableció una interpretación de los orígenes de la nación que tuvo
gl'añ influencia en la historiografía posterior.
- ¿Cuáles fueron, para Mitre, las consecuencias inmediatas de la Reconquista
de Buenos Aires?

- ¿Quién fue, para él, el responsable del triunfo militar?

Marcha de las tropas inglesas sobre Buenos Aires, según


un grabado publicado ep Londres, en 1806.

DE LAS REFORMAS A LA CRISIS DEL PACTO COLONIAL 69


nes por la Junta de Guerra del 10 de febreró
Un nuevo equilibrio político de 1807. La totalidad de las funciones del
cargo fue asumida por Liniers.
Las Invasiones Inglesas al Río de la Plata El Cabildo de Buenos Aires -<:lominado
pueden ser consideradas un episodio menor, por los comerciantes peninsulares- fue una
si se las analiza desde la perspectiva de las de las fuerzas que creció en importancia.
acciones inglesas en la guerra europea. Sin Este crecimiento lo condujo a un enfrenta­
embargo, para el dominio español en el Río miento con el nuevo virrey.
de la Plata, las invasiones tuvieron conse­ Pero la innovación más importante que
cuencias profundas. introdujo el proceso iniciado a partir de las
Unifonne del Por una parte, el imperio español en el Invasiones Inglesas fue la creación de un
Regimiento de húsares. Río de la Plata, incapaz de defender el vi­ nutrido cuerpo de milicias. Las necesidades
rreinato en el terreno militar o de tomar la de la defensa de la ciudad habían llevado a
dirección política de la resistencia, mostró Liniers y al Cabildo a esforzarse en crear un
su debilidad. Como resultado de esta inca­ cuerpo de milicias que, como lo mostró el
pacidad, se estableció un nuevo equilibrio rechazo de la Segunda Invasión Inglesa,
entre las instituciones y los grupos de poder cumplió con éxito su objetivo. Finalizado el
del virreinato que reemplazó el hasta enton­ conflicto militar, estas milicias transfirieron
ces incuestionado orden político, adminis­ su decisiva importancia del plano militar al
trativo y militar español. de la vida política interna. Las milicias se
La nota saliente de este cambio fue el volvieron un factor político que los poderes
desplazamiento del virrey Sobremonte, pri­ establecidos no podían ignorar y que iba a
mero relevado del mando militar por el Ca­ tener consecuencias decisivas en la política
bildo abierto de 14 de agosto del 1806, y, rioplatense luego de la abdicación de la mo­
más tarde, declarado cesante en sus 'funcio- narquía española.

Los cuerpos militares

"La militarización comienza por crear organismos todavía cercanos a las milicias regulares -de las que se distinguen por el carácter
voluntario del enrolamiento-, que se ejercitan los domingos y en horas tempranas el resto de la semana. Estos se constituyen sobre ba­
se regional: cuerpos de patricios (oriundos de la Intendencia de Buenos Aires), de ~rribeños, de oriundos de varias regiones peninsulares
(gallegos, catalanes, andaluces, cántabros, vizcaínos ...). Entre estos últimos, los núcleos de grandes comerciantes que dominan las pe·
queñas colectividades regionales orientan sin esfuerzo la organiza-' .
ción de los cuerpos (aunque no siempre sean comandados por inte· ...,." . ¡
grantes de esos núcleos; así, el de gallegos tendrá por jefe a Pedro
Cerviño, que ocupa un lugann la alta burocracia). Esa base regional
está destinada -se asegura- a usar constructivamente rivalidades
preexistentes, puestas al servicio de un propósito común. No es de­
masiado malicioso asignarles -la finalidad adicional de asegurar un
cierto equilibrio militar entre peninsulares y americanos. En todo ca­
so, sólo entre estos últimos, con una base potencial de reclutamien·
to más amplia, el control de los elementos ajenos a la élite convoca­
dos a las armas podría plantear problemas.[oo.]
A comienzos de 1807, la segunda Invasión inglesa toma Montevi­

deo, adonde se ha enviado lo que queda de la tropa veterana esta·

cionada en Buenos Aires. Para suplir la ausencia de ésta, se trata de

hacer de los nuevos cuerpos un ejército, más bien que una milicia

voluntaria. Es entonces cuando el equilibrio militar se altera decisi·

vamente: los cuerpos criollos se adaptan sin dificultades a esa trans­

formación, que supone el acuartelamiento de las tropas y el pago de

soldadas completas; entre kJs de peninsulares, sólo el de andaluces

se transforma exitosamente a lo largo de esas líneas; los r~stantes


Unifonnes de los regimientos y cuerpos que actuaron en las Inva·
no pueden hacerlo porque los soldados a los que en(ualirqn~on de­
siones Inglesas.
masiado prósperos para abandonar sus tareas civiles por una solda­

da de doce pesos mensuales."

TUllo HALPERIN DONGHI.

"Élite, facciones, grupos populares". En José L. Romero y Luis A. Romero (directores).

Buenos Aires Historia de cuatro siglos. Buenos Aires, Abril, 1983.

70 DE LAS REFORMAS A LA CRISIS DEL PACTO COLONIAL


j
o
~l ¡La caída de la monarquía
1
poleón, que no le permitió estabilizar su do­
miQio. Esta oposición se organizó en juntas
que derivaban su legitimidad de la represen­
o
Si bien las Invasiones Inglesas abrieron tación de grupos locales. Estas juntas con­
a
una nueva etapa en la relación entre España fluyeron en una Junta Central, primero esta­
L
y el Río de la Plata, esta relación no llegaba blecida en Aranjuez y luego en Sevilla.
a cuestionar los parámetros fundamentales .Caída la monarquía absolutista y recha­
del pacto colonial. El factor que modificó 2lado José Bonaparte, el problema que se
e
de raíz esos parámetros estaba relacionado presentaba a la resistencia española y ameri­
s
con la evolución de las guerras europeas. cana era el de establecer un gobierno legíti­
11
En 1808, los ejércitos napoleónicos en­ mo: decidir quién gobierna y en representa­
s
traron en España, con la misión de cruzar el ción de quién lo hace. Las juntas actuaban
:1
territorio español y llegar a Portugal, que en nombre del rey, pero se constituían de En este retrato de Fernan­
amenazaba con revitalizar su tradicional acuerdo con principios representativos. do VII, Francisco Gaya
alianza con Inglaterra y se había opuesto a Esta tensión entre la apelación a la legiti­ pintó al rey con un cam­
cerrar sus puertos a los buques ingleses (Na­ midad monárquica y el origen representati­ pamento militar al fondo,
aunque no participó en
poleón había declarado el bloqueo continen­ vo de las juntas fue más grave para Améri­ ninguna campaña.
tal a Inglaterra). La monarquía española au­ ca. Cuando llegaron las noticias de la abdi­
torizó el paso de los ejércitos franceses, que cación de Fernando VII, la reacción de las­
terminaron por volverse contra ella. España, autoridades coloniales fue mantenerse leales
aliada de Francia desde 1795, fue sometida a la monarquía depuesta. Pero, al igual que
por Napoleón. En marzo, un motín popular en la península, los grupos locales conside­
obligó a Carlos IV a abdicar en favor de su raron necesario establecer instituciones que
hijo Fernan9o. Los franceses ocuparon Ma­ los representaran.
drid y' Carlos y Ferh;nd~ partieron a Bayo­
na (uña Iocalid~d de los Pirineos franceses).
Allí Napoleón los forzó a renunciar a la co­
Noticias del otro lado del mar
rona y proclamó a su hermano, José Bona­
parte, como rey de España y de las Indias.
La abdicación forzada de Carlos IV y de "La confusión que reinó en América en el verano de 1S0S en cuanto a la
su hijo Fernando VII, significó el fin de la verdadera situación militar y política de la Península nos lleva a hacer algu­
nas consideraciones sobre un factor físico, la distancia, que va a desempeñar
monarquía absolutista española y, en conse­ un gran papel en la evolució~ de las relaciones entre España y América. Su
cuencia, implicó la crisis del lazo colonial. primera consecuencia es el carácter particular de la circulación de la informa­
En toda España se organizó un movimiento ción entre ambas riberas dt!1 Atlántico. Acostumbrados en nuestros días a
una información rápida, regular y continua, nos es dificil imaginar las conse·
de resistencia al monarca impuesto por Na- cuencias de una información que es, por el contrario, lenta, aleatoria, discon­
tinua e incierta. No sólo los plazos de transmisión se cuentan siempre por
meses -de dos meses para México a cinco para el Perú- sino que esos plazos
son también variables, como variable es el lugar de donde proceden los bar­
cos y las noticias. Por otra parte, cuando las noticias llegan, llegan todas jun­
tas -paquetes de cartas, despachos y gacetas...- y la prensa va después di­
fundiéndolas poco a poco, en espera de la siguiente llegada. Según la mane­
ra en que se recompone esta información confusa y desordenada, pueden re­
construirse versiones muy diferentes de los sucesos más fundamentales.
Quedan, en fin, las noticias falsas, que siempre existen y son inverificables
durante largos períodos de tiempo. Y lo mismo pasa en la Península con las
noticias llegadas de América.
[...] Todas estas dificultades de comunicación. [...] se convierten en facto­
res muy graves en tiempos de guerra y de crisis política. Las decisiones se
toman a ambos lados del océano a partir de una información muy parcial.
Las hipótesis, la imaginación y los rumores desempeñan un papel tan grande
. ..
torno la realidad
, de hechos que se conocen mal."
.¡ FRAN\:OIS - XAVIER GUERRA.
~,' Modernidad e independencias. Ensayos sobre las revoluciones hispánicas.
Los fusilamiemos de la Mone/oa. Óleo de Francisco Ga­
Madrid, Mapfre, 1992.
ya, 1814.

El 2 de mayo de 1808 el pueblo de Madrid se sublevó


• ¿Cómo afectaba la distancia a la toma de decisiones políticas a ambos
contra las tropas francesas que ocupaban el país. La
lados del Atlántico?
revuelta, violentamente reprimida, marcó el comienzo

de la guerra española contra la invasión napoleónica.

n~ A~ R~~nRMA~ A LA CRISIS DEL PACTO COLONIAL


I 7¡
o
~l La caída de la monarquía poleón, que no le penniiió estabilizar su do­
miQio. Esta oposición se organizó en juntas
que derivaban su legitimidad de la represen­
o
Si bien las Invasiones Inglesas abrieron tación de grupos locales. Estas juntas con­
a
una nueva etapa en la relación entre España fluyeron en una Junta Central, primero esta­
l.
y el Río de la Plata, esta relación no llegaba blecida en Aranjuez y luego en Sevilla.
a cuestionar los parámetros fundamentales ,Caída la monarquía absolutista y recha­
del pacto colonial. El factor que modificó zado José Bonaparte, el problema que se
e
de raíz esos parámetros estaba relacionado presentaba a la resistencia española y ameri­
s
con la evolución de las guerras europeas. cana era el de establecer un gobierno legíti­
11
En 1808, los ejércitos napoleónicos en­ mo: decidir quién gobierna y en representa­
S
traron en España, con la misión de cruzar el ción de quién lo hace. Las juntas actuaban
:l
territorio español y llegar a Portugal, que en nombre del rey, pero se constituían de En este retrato de Fernan­
1
amenazaba con revitalizar su tradicional acuerdo con principios representativos. do VII, Francisco Goya
l
alianza con Inglaterra y se había opuesto a Esta tensión entre la apelación a la legiti­ pintó al rey con un cam­
cerrar sus puertos a los buques ingleses (Na­ midad monárquica y el origen representati­ pamento militar al fondo,
aunque no participó en
poleón había declarado el bloqueo continen­ vo de las juntas fue más grave para Améri­ ninguna campaña.
1
tal a Inglaterra). La monarquía española au­ ca. Cuando llegaron las noticias de la abdi­
torizó el paso de los ejércitos franceses, que cación de Fernando VII, la reacción de las..­
terminaron por volverse contra ella. España, autoridades coloniales fue mantenerse leales
aliada de Francia desde 1795, fue sometida a la monarquía depuesta. Pero, al igual que
por Napoleón. En marzo, un motín popular en la península, los grupos locales conside­
obligó a Carlos IV a abdicar en favor de su raron necesario establecer instituciones que
hijo FernaQ!Jo. Los franceses ocuparon Ma­ los representaran.
drid y' CarJos y ferh~do partieron a Bayo­
na (ul'la localid<!d de los Pirineos franceses).
Allí Napoleón los forzó a renunciar a la co­
Noticias del otro lado del mar
rona y proclamó a su hennano, José Bona­
parte, como rey de España y de las Indias.
La abdicación forzada de Carlos IV y de "La confusión que reinó en América en el verano de 1808 en cuanto a la
su hijo Fernando VII, significó el fin de la verdadera situación militar y política de la Península nos lleva a hacer algu­
nas consideraciones sobre un factor físico, la distancia, que va a desempeñar
monarquía absolutista española y, en conse­ un gran papel en la evolució~ de las relaciones entre España y América. Su
cuencia, implicó la crisis del lazo colonial. primera consecuencia es el carácter particular de la circulación de la informa­
En toda España se organizó un movimiento ción entre ambas riberas del Atlántico. Acostumbrados en nuestros días a
una información rápida, regular y continua, nos es dificil imaginar las conse­
de resistencia al monarca impuesto por Na- cuencias de una información que es, por el contrario, lenta, aleatoria, discon­
tinua e incierta. No sólo los plazos de transmisión se cuentan siempre por
meses -de dos meses para México a cinco para el Perú- sino que esos plazos
son también variables, como variable es el lugar de donde proceden los bar­
cos y las noticias. Por otra parte, cuando las noticias llegan, llegan todas jun­
tas -paquetes de cartas, despachos y gacetasoo.- y la prensa va después di­
fundiéndolas poco a poco, en espera de la siguiente llegada. Según la mane­
ra en que se recompone esta información confusa y desordenada, pueden re­
construirse versiones muy diferentes de los sucesos más fundamentales.
Quedan, en fin, las noticias falsas, que siempre existen y son inverificables
durante largos períodos de tiempo. Ylo mismo pasa en la Península con las
noticias llegadas de América.
[...] Todas estas dificultades de comunicación. [oo.] se convierten en facto­
res muy graves en tiempos de guerra y de crisis política. Las decisiones se
toman a ambos lados del océano a partir de una información muy parcial.
Las hipótesis, la imaginación y los rumores desempeñan un papel tan grande
,(omo la.realidad
., de hechos que se conocen maL"
,/

.¡ FRANr;:OI5 - XAVIER GUERRA.


~ ;~ Modernidad e independencias. Ensayos sobre las revoluciones hispánicas.
Losfusilamiemos de la Mone/oa. Óleo de Francisco Go­
Madrid, Mapfre, J 992.
ya, 1814.

El 2 de mayo de 1808 el pueblo de Madrid se sublevó


• ¿Cómo afectaba la distancia a la toma de decisiones políticas a ambos
contra las tropas francesas que ocupaban el país. La
lados del Atlántico?
revuelta, violentamente reprimida, marcó el comienzo

de la guerra española contra la invasión napoleónica.

nF I A<; RFFnRMA~ A LA CRISIS DEL PACTO COLONIAL 71

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