Materia: manufactura Tarea: integradora 2 El término ‘tratamiento de superficie’ engloba una parte muy importante de algunos tratamientos que actualmente son imprescindibles en todas las industrias en general y en particular en las empresas de fabricación, transformación o montaje de todo tipo de máquinas y productos donde emplean materiales como metales férricos o no férricos, plásticos, vidrios, maderas, etc. Esto es así porque las nuevas tecnologías requieren que en la construcción, manipulación, ensamblaje, o acabado decorativo de cualquier pieza, se tengan que hacer diversos tratamientos intermedios o de acabado final. Los tratamientos de superficie incluyen procesos diversos como fundir todo tipo de materiales, desbarbarlos, pulirlos, tratarlos térmica o químicamente, acondicionarlos con lavados, fosfatados, pasivados, etc, para después ser pintados, lacados, plastificados, vulcanizados, o bien tratados termoquímicamente mediante deposiciones de carbono, nitruro, vapores para azulados, pavonados, entre otros. También se emplean hornos de atmósfera o de vacío, para superponer en las superficies capas antidesgaste o de características mecánicas especiales.
Igualmente existen tratamientos superficiales electroquímicos, como son los cincados,
cromados, plateados, niquelados, anodizados...o de superposición térmica mediante la adición de finas capas superficiales de cerámica, tungsteno, grafito, plata e incluso diamante, en estado de plasma.
Para todo ello se precisan diversos tipos de máquinas o instalaciones específicas
como:
Máquinas para tratar superficies: lavar, desengrasar, fosfatar, pasivar, pulir,
secar... Hornos y estufas industriales: para nitrurar, cementar, templar, secar, fundir, galvanizar... Instalaciones de pintura: lavado, fosfatado, pintado, secado, plastificado, teflonado... Instalaciones de galvanotecnia: plateado, cromado, cincado, pavonado... Muchas de las propiedades de los diversos materiales que se emplean en la industria en general resultan críticas de cara a su empleo, bien sea por las especiales características que han de tener —ya sean mecánicas, de resistencia a la corrosión, de fricción, de adherencia, de resistencia al ataque químico— o simplemente por su aspecto exterior decorativo.
Para conseguir estas particulares características hay que esforzarse en conseguir la
correcta elección de los materiales a utilizar, así como de los tratamientos superficiales que se van a realizar, ya que estos son los que en definitiva modificarán las superficies dándoles las propiedades que precisen para cada caso en particular.
Así, los tratamientos superficiales pueden clasificarse según la naturaleza de los
mismos en:
1) Tratamientos de superficie que no alteran la composición del material base:
Tratamientos mecánicos de: granallado, pulido... Tratamientos químicos de: desengrase, lavado, fosfatado... 2) Tratamiento de superficie que alteran la composición del material base:
Tratamientos termo-químicos de nitruración, carbonitruración, sulfinización...
3) Tratamientos de superficie con formación de una nueva capa sobre el material base
Recubrimientos por deposición física, química, de vapor o por plasma. Recubrimientos por solapado térmico de otros materiales fundidos sobre el material base, como son: cerámicas, carbono, plata, titanio y otros tipos de aleaciones. Recubrimientos de pinturas, lacas, plastificados, teflón, etc..