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Sala Político Administrativa Sentencia 16 Del 14-01-2009 Jubilación y Pensión de Invalidez - Discapacitados No Pueden Reingresar
Sala Político Administrativa Sentencia 16 Del 14-01-2009 Jubilación y Pensión de Invalidez - Discapacitados No Pueden Reingresar
http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/spa/enero/00016-14109-2009-2007-0986.HTML
Exp. Nº 2007-0986
El 29 de enero de 2008, se fijó el quinto (5º) día de despacho para que tuviese lugar
el acto de informes, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 19 de la Ley Orgánica
del Tribunal Supremo de Justicia de la República Bolivariana de Venezuela.
Realizado el estudio de las actas procesales que integran el expediente, esta Sala
Político-Administrativa pasa a decidir, previas las siguientes consideraciones:
II
Expresó, que desde el 16 de noviembre de 1979 hasta el 30 de ese mismo mes y año
se desempeñó como docente adscrito al Ministerio de Educación (dedicación: 24 horas
semanales) y, simultáneamente, prestó servicios en la Universidad Nacional Abierta (UNA)
a tiempo convencional.
Que “para la fecha en que fue solicitada la pensión de invalidez, no había vencido el
lapso de cinco (5) años ininterrumpidos para otorgarle el mencionado beneficio que
establece el artículo 15 del Reglamento de Jubilaciones y Pensiones para el Personal
Académico de la UNIVERSIDAD NACIONAL ABIERTA, ya que para la fecha en que fue
dictado el acto administrativo impugnado -22 de junio de 2004- había transcurrido el
lapso de cinco (5) años antes referido, dejándosele en estado de indefensión por cuanto
aún no había decidido renovar el contrato el cual se prorroga automáticamente ya que no
hubo respuesta del Coordinador del Centro Local Táchira”.
Precisó que se verificaron los dos supuestos que establece la norma para otorgar la
pensión de invalidez, esto es, los cinco (5) años de servicio y la incapacidad del solicitante
comprobada por la evaluación médica efectuada por la doctora María H. Estaba, a petición
del Consejo Directivo de esa casa de estudios.
Al respectó señaló que existe una excepción “…y es evidente que la Ley del Estatuto
sobre el Régimen de Jubilaciones y Pensiones de los Funcionarios o Empleados de la
Administración Pública Nacional de los Estados y los Municipios y su Reglamento y así
también lo establecía la Ley de Carrera Administrativa, como son los cargos académicos,
asistenciales, Docentes, mi representado se encuentra en el cargo de personal académico y
por esta razón no se le aplican las mencionadas normas”.
III
Alegó que “el lapso ininterrumpido de los 5 años exigido por el Reglamento de
Jubilaciones y Pensiones para el Personal Académico, los cumplía el recurrente el 5 de
enero del (sic) 2004, esto es, 5 días después de la fecha en que venció el último de los
contratos convenidos entre él y la UNA, tal como lo admite la propia apoderada del
recurrente (pag. 2 in fine del escrito del recurso)”, y “no habiendo manifestado el Consejo
Directivo su voluntad de prorrogar el contrato, como lo admite la apoderada del
recurrente éste se extinguió de pleno derecho”.
Señaló que el recurrente puede solicitar una pensión por incapacidad al Instituto
Venezolano de los Seguros Sociales, de conformidad con el artículo 29 de la Ley del
Estatuto sobre el Régimen de Jubilaciones y Pensiones de los Funcionarios o Empleados de
la Administración Pública Nacional, de los Estados y de los Municipios, “pues
aparentemente, esta pensión, por estar prevista en la Ley del Seguro Social, sí es
compatible con la pensión de jubilación que le otorgó el Ministerio de Educación”.
Contradijo la incongruencia como vicio intrínseco de la sentencia “toda vez que los
fundamentos que conforman la parte narrativa y motiva de la sentencia recurrida,
evidencian que las Sentenciadoras realizaron un análisis exhaustivo y valoraron los
elementos alegados por la Representación Judicial del Querellante en lo relativo al
Recurso Contencioso Administrativo de Nulidad (…) podemos concluir que las
Sentenciadoras resolvieron todas las peticiones y solicitudes que se formularon en el curso
del proceso, por lo cual no hay incongruencia del fallo, como lo alega la apelante y lo
contradecimos y rechazamos la conclusión a la que llega en cuanto haya habido
vulneración del Principio de Exhaustividad y así solicito, sea declarado por esta
honorable Sala, ya que las Juezas cumplieron con su deber de resolver todas y cada una de
las alegaciones que constan en el expediente (…)”. (Sic). (Resaltado del escrito).
Adujo que el a quo no vulneró el artículo 13 de la Ley del Seguro Social, ya que en
el fallo apelado se sostiene la procedencia del otorgamiento de la pensión de invalidez por
el ente para el cual el recurrente prestó sus servicios y por el Instituto Venezolano de los
Seguros Sociales, siempre y cuando se cumplan los requisitos previstos en la Ley.
VI
Por su parte, la apoderada judicial del apelante denunció que el a quo al dictar la
decisión recurrida infringió el artículo 148 de la Constitución de la República Bolivariana
de Venezuela, puesto que no se percató que el referido dispositivo constitucional establece
una excepción que permite el disfrute de la jubilación y una pensión, en la que se encuentra
-en palabras del recurrente- subsumida su situación jurídica.
Al respecto, advierte esta Sala que para constatar si la decisión del a quo estuvo o
no ajustada a derecho, debe precisar si el disfrute simultáneo -por parte de un docente- de la
jubilación otorgada por el hoy Ministerio del Poder Popular para la Educación y la eventual
pensión de invalidez por la Universidad Nacional Abierta (UNA), vulnera el artículo 148 de
la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, o si por el contrario, la situación
bajo análisis se subsume dentro de la excepción a que alude esa norma.
Visto que el punto neurálgico del caso de autos es precisar si el otorgamiento de la
pensión de invalidez al recurrente, siendo ya beneficiario de una pensión de jubilación,
contraría el precepto constitucional referido a que: “Nadie podrá disfrutar más de una
jubilación o pensión, salvo en casos expresamente determinados en la ley”, esta Sala
considera pertinente: primero, realizar algunas precisiones generales sobre el sistema de
seguridad social porque en él se encuentra inmersa la figura jurídica de la jubilación y la
pensión a través del Régimen Prestacional de Pensiones y otras Asignaciones Económicas;
segundo, indicar los requisitos de procedencia de la jubilación y la pensión de invalidez;
tercero, realizar algunas reflexiones sobre el contenido y el alcance del artículo 148 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela; para finalmente, en el marco de
esos planteamientos, pronunciarse sobre los alegatos expuestos por la parte recurrente en el
recurso de apelación contra la sentencia recurrida, esto es, determinar si la decisión
adoptada por la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo se encuentra ajustada o no
a derecho.
Tiene como finalidad garantizar el derecho a las personas dentro del territorio
nacional, a acceder a las políticas, planes, programas, proyectos y acciones que el Estado
desarrolle en materia de vivienda y hábitat, dando prioridad a las familias de escasos
recursos y otros sujetos de atención especial definidos en la Ley que regule el Régimen
Prestacional de Vivienda y Hábitat.
Este sistema está financiado con los aportes fiscales, los remanentes netos de capital
destinados a la seguridad social, los aportes parafiscales y las cotizaciones obligatorias a
cargo del empleador y los trabajadores y con relación de dependencia y demás afiliados, los
cuales serán considerados ahorros de carácter obligatorio para garantizar el acceso a una
vivienda a las personas de escasos recursos y a quienes tengan capacidad de amortizar
créditos con o sin garantía hipotecaria.
1.3.- Del Sistema Prestacional de Previsión Social.
Será financiado mediante cotizaciones obligatorias a cargo del empleador que serán
determinadas en función de los niveles de peligrosidad de los procesos productivos de
conformidad con lo previsto en la Ley Orgánica de Prevención, Condiciones y Medio
Ambiente de Trabajo; y de financiamiento fiscal para cubrir lo concerniente a los
programas de recreación, utilización del tiempo libre, descanso y turismo social.
1.3.4.- Régimen Prestacional de Pensiones y otras Asignaciones Económicas:
tiene por objeto garantizar a las personas contribuyentes las prestaciones dinerarias que les
correspondan, de acuerdo con las contingencias amparadas por este régimen y conforme a
los términos, condiciones y alcances previstos en esa Ley y las demás leyes que las regulan.
Las contingencias reguladas en este instrumento normativo son las que se enumeran
de seguida:
d.-Los subsidios que establezca la ley que regula ese Régimen Prestacional.
Por otra parte, la pensión de vejez o jubilación será financiada con las
contribuciones de los empleadores y trabajadores, así como de los trabajadores no
dependientes con ayuda eventual del Estado en los casos en que sea procedente, conforme a
lo establecido en la ley que regule ese Régimen Prestacional.
Aquellas personas que no estén vinculadas a alguna actividad laboral con capacidad
contributiva podrán afiliarse al Sistema de Seguridad Social y cotizarán los aportes
correspondientes y, en consecuencia, serán beneficiarios de la pensión de vejez.
La base contributiva para el cálculo de las cotizaciones tendrá como límite inferior
el monto del salario mínimo obligatorio y como límite superior diez salarios mínimos, los
cuales podrán ser modificados gradualmente conforme a lo establecido en las leyes de los
regímenes prestacionales.
En este orden de ideas cabe destacar que la Sala Constitucional de este Máximo
Tribunal, en la sentencia N° 3 del 25 de enero de 2005, expresó que el límite mínimo
establecido en el citado dispositivo debe ser respetado por todos los regímenes alternativos
tanto de jubilaciones como de pensiones creados por las distintas personas jurídicas de
derecho público y privado, con base en los siguientes argumentos:
Asimismo, cabe destacar que la Ley Orgánica del Sistema de Seguridad Social en su
artículo 70 reitera la prohibición constitucional de percibir más de una jubilación o pensión,
al señalar expresamente que: “Nadie podrá disfrutar más de una jubilación o pensión, salvo
en casos expresamente determinados en la ley”.
Por otra parte, se observa que el artículo 134 del mencionado cuerpo normativo
establece que hasta tanto se promulgue la Ley que regule el Régimen Prestacional de
Pensiones y otras Asignaciones Económicas, se mantiene vigente la Ley del Estatuto sobre
el Régimen de Jubilaciones y Pensiones de los Funcionarios o Empleados de la
Administración Pública Nacional, de los Estados y de los Municipios, publicada en la
Gaceta Oficial de la República de Venezuela N° 3.850 Extraordinario, de fecha 18 de julio
de 1986 y su reglamento, en cuanto sus previsiones no contraríen lo dispuesto en esa Ley.
El Estado debe garantizar el disfrute de dicho beneficio, pues éste busca otorgar un
subsidio perenne e intransferible al funcionario, quien previa constatación de los requisitos
exigidos en la ley, es acreedor de un derecho para el sustento de su vejez por la prestación
del servicio de la función pública durante un número considerable de años. Es por ello, que
la jubilación debe privar sobre los actos administrativos de remoción, retiro o destitución,
aun cuando éstos se dicten en ejercicio de potestades disciplinarias. (Vid. Sentencia de la
Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia N° 1.518 del 20 de julio de 2007).
No obstante lo anterior, los funcionarios jubilados puedan volver a desempeñar
funciones públicas, dicha posibilidad, en criterio de esta Sala, debe contemplarse como una
manifestación del mandato constitucional de no limitar la voluntad de todo ciudadano que
desee trabajar y que se encuentre apto para ello, así como por la circunstancia referida a que
un funcionario que haya sido objeto de un beneficio por el transcurso de los años de
servicio prestados, debe considerarse como un baluarte de experiencia y conocimientos que
no deben desperdiciarse en áreas tan importantes como la académica, de investigación,
asesoramiento o, inclusive, en prestación directa de funciones específicas en las cuales los
cánones de mayor rendimiento y capacidad sean los requeridos. (Vid. Sentencia de esta
Sala N° 01022 de fecha 31 de julio de 2002, caso: Carmen Susana Urea Melchor contra la
Dirección General Sectorial de los Servicios de Inteligencia y Prevención).
En este orden de ideas, en la mencionada decisión del 31 de julio de 2002, esta Sala
estableció que los requisitos para el reingreso de los funcionarios públicos que hayan
obtenido una jubilación, serán los siguientes:
Cabe destacar que a diferencia de aquel que goza del derecho a la jubilación, el
trabajador que recibe la pensión de invalidez por incapacidad permanente se encuentra
imposibilitado de reingresar a la Administración Pública a desempeñar sus funciones
habituales, al encontrarse mermada su capacidad de trabajo.
En este orden de ideas, se aprecia que la jubilación responde a un derecho que tiene
el funcionario luego de cumplidos los requisitos de edad y años de servicio legales y
reglamentarios, mientras que la pensión de invalidez se le otorga al trabajador que ve
disminuida su capacidad de trabajo, siempre y cuando se cumplan los extremos
establecidos en la Ley para que nazca el derecho o sea procedente la pensión,
respectivamente; es decir, que el pago de cada uno de los conceptos antes explicados
procede por la configuración de situaciones jurídicas disímiles, aunque persigan el mismo
fin, cual es -se reitera- mantener la calidad de vida de los ciudadanos que se encuentren en
esos supuestos de hecho.
3.- Nadie podrá disfrutar más de una jubilación o pensión, salvo los casos
expresamente determinados en la ley.
Con relación a este presupuesto debe advertirse que sólo mediante el análisis de las
particularidades de cada caso se podrá precisar si un determinado supuesto fáctico es
subsumible dentro de la excepción a la prohibición de disfrutar más de una jubilación o
pensión establecida en el segundo párrafo del artículo 148 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela.
Así, esta Sala considera que resulta oportuno reseñar, a fines ilustrativos, algunos
casos que fueron sometidos al conocimiento de órganos administrativos y jurisdiccionales
en los que se estableció que no se infringía ninguna de las prohibiciones contenidas en el
precitado dispositivo (anterior artículo 123 de la Constitución de 1961), o dicho de otro
modo, ciertos supuestos que resultaban compatibles con lo dispuesto en dicha norma:
Las circunstancias de hecho que dieron lugar a la decisión, fueron las siguientes:
Cabe destacar que aun cuando se trata de una sentencia dictada bajo la vigencia de
la Constitución de 1961, la parte de las normas que sirvió de base a la decisión fue
reproducida en los mismos términos en la Constitución de 1999, por lo que el razonamiento
sería extrapolable mutatis mutandi a la actualidad.
Debe tenerse en cuenta que el Reglamento al que hace alusión el dictamen citado,
aprobado por la Corte en Pleno el 6 de abril de 1995, fue reformado según la Gaceta Oficial
de la República Bolivariana de Venezuela N° 36.904 del 2 de marzo de 2000. Sin embargo,
no fue alterada la redacción del anterior artículo 37 (actualmente artículo 38) del
mencionado instrumento normativo, el cual reza lo siguiente:
Por otra parte, deben destacarse dos casos en los cuales se determinó que tampoco
existía una contravención a lo dispuesto en el artículo 148 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela, pero en los que. a diferencia de los ejemplos
anteriores, los supuestos de hecho se refieren al disfrute simultáneo de una pensión de
jubilación, con la percepción de una remuneración por el desempeño de otro cargo:
(ii) Disfrute de una pensión de jubilación otorgada por una Empresa del
Estado conjuntamente con la remuneración proveniente del ejercicio de un cargo
docente en una institución universitaria. (Sentencia de la Sala Constitucional N° 471
del 28 de marzo de 2008).
Una vez expuesto lo anterior esta Alzada debe enfatizar que, a los efectos de
constatar la no contravención de la prohibición contenida en la segunda parte de la norma,
se deberá verificar, en cada caso, lo siguiente: primero, si se pretende el cobro simultáneo
de dos jubilaciones o pensiones; segundo, si se trata de uno de los supuestos permitidos por
la Ley; y tercero, si los años de servicio en ambos destinos públicos han transcurrido de
forma diferenciada, ya que no deberán computarse doblemente los años de antigüedad para
obtener el beneficio de jubilación, con base en un mismo período.
Bajo las anteriores premisas debe esta Alzada pronunciarse sobre el recurso de
apelación interpuesto por el ciudadano Pedro Antonio Pernía Soto contra la sentencia N°
2007-866 del 18 de abril de 2007, dictada por la Corte Primera de lo Contencioso
Administrativo, en la que declaró sin lugar el recurso contencioso administrativo de nulidad
interpuesto contra la Resolución N° C.D.- 1233 de fecha 22 de junio de 2004, dictada por el
Consejo Directivo de la Universidad Nacional Abierta (UNA).
Antes de pasar a analizar los alegatos planteados por la parte apelante, esta Sala
advierte que la afirmación realizada por el a quo relativa a que “la Universidad Nacional
Abierta se encuentra adscrita al Ministerio de Educación, Cultura y Deportes”, constituye
una aseveración errónea, dado que esa institución es una persona jurídica creada de
conformidad con el artículo 10 de la Ley de Universidades y mediante Decreto Presidencial
N° 2.398 dictado el 27 de septiembre de 1977, publicado en la Gaceta Oficial de esa misma
fecha.
La casa de estudios recurrida, como todas las Universidades Nacionales, tiene
personalidad jurídica propia, autonomía organizativa, académica, administrativa,
económica y financiera, así como patrimonio distinto e independiente del Fisco Nacional.
(Vid. Artículos 8, 9 y 12 de la Ley de Universidades, y la sentencia de esta Sala N° 4.550
del 22 de junio de 2005, caso: Elaine Claret contra la Universidad Nacional Experimental
“Rafael María Baralt”).
En este orden de ideas se tiene que la Universidad Nacional Abierta (UNA) es una
persona jurídica de derecho público, descentralizada funcionalmente, es decir, no se
encuentra adscrita a ningún órgano de la Administración Central, como erróneamente fue
expresado en el fallo apelado. Así se establece.
Ahora bien, la parte apelante alegó que el a quo al dictar la decisión recurrida
infringió el artículo 148 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela,
puesto que no se percató que el referido dispositivo constitucional establece una excepción
que permite el disfrute de la jubilación y una pensión, en la que se encuentra -en palabras
del recurrente- subsumida su situación jurídica.
Ahora bien, esta Alzada constata que cursa al folio 26 del expediente judicial un
comprobante de pago -en original- emitido por la identificada Universidad, en el que se
leen los montos que le deducían al ciudadano Pedro Antonio Pernía Soto por concepto de
aporte al fondo de jubilaciones y pensiones de esa casa de estudios. Dicho documento no
fue impugnado ni cuestionado por la Institución académica recurrida, por lo que se le da
pleno valor probatorio.
Sobre este particular la Sala observa que la universidad prenombrada tiene un fondo
de pensiones y jubilaciones cuya base normativa de creación es la Resolución del Consejo
Nacional de Universidades de fecha 5 de febrero de 1976, publicada en la Gaceta Oficial de
la República de Venezuela N° 30.937 del 9 de marzo de 1976, contentiva de las “Pautas
Reglamentarias sobre Jubilaciones y Pensiones del Profesorado de las Universidades
Nacionales”, que en su artículo 8 dispone lo siguiente:
De allí, cabe afirmar que -en este caso concreto- el goce concurrente de una
jubilación y de una pensión de invalidez, ambas por el desempeño de un cargo docente, no
constituye una vulneración del dispositivo constitucional bajo análisis. Esta afirmación es
aun más convincente cuando se aprecia que el recurrente en su condición de docente
universitario cotizaba para un sistema alternativo de seguridad social, esto es, el Fondo de
Jubilaciones y Pensiones de la Universidad Nacional Abierta.
Sobre la base de las consideraciones expuestas considera esta Alzada que el a quo:
(i) le atribuyó de manera errónea a la Universidad Nacional Abierta (UNA) la naturaleza de
un instituto universitario dependiente del identificado Ministerio; (ii) obvió que el
recurrente había ejercido simultáneamente la actividad docente para un órgano de la
Administración Central (el entonces Ministerio de Educación, Cultura y Deportes) y para
una persona jurídica descentralizada funcionalmente (Universidad Nacional Abierta); y (iii)
no tomó en cuenta que la pensión de invalidez y la de jubilación tienen unos requisitos de
procedencia diferentes y responden a dos situaciones jurídicas disímiles, así como que
tienen como fin mantener la calidad de vida de los ciudadanos que se encuentran en ese
supuesto de hecho.
Por lo tanto, resulta forzoso para esta Alzada declarar con lugar el recurso de
apelación interpuesto por la apoderada judicial del ciudadano Pedro Antonio Pernía Soto,
contra la decisión N° 2007-866 de fecha 18 de abril de 2007 dictada por la Corte Primera
de lo Contencioso Administrativo, la cual se revoca. Así se decide.
Revocada la decisión apelada, esta Sala debe pasar a pronunciarse sobre el fondo del
asunto, y al respecto observa que la apoderada judicial de la parte accionante denunció que
la Universidad erró al sostener en el acto administrativo impugnado que el otorgamiento de
la pensión de invalidez solicitada contraría las normas constitucionales y legales antes
identificadas, puesto que su situación jurídica se encuentra subsumida en la excepción a que
alude ese dispositivo constitucional.
Con relación a este alegato debe este Órgano Jurisdiccional dar por reproducidos los
argumentos que se acaban de exponer, los cuales llevaron a concluir que el disfrute
simultáneo de la pensión de invalidez por parte de la Universidad Nacional Abierta (UNA)
y el derecho a la jubilación concedida por el hoy Ministerio del Poder Popular para la
Educación, no comporta –en este caso particular- una vulneración a los precitados
artículos, como equivocadamente lo sostuvo en el acto recurrido el Consejo Directivo de la
Universidad Nacional Abierta (UNA).
Juzga esta Sala que el error en el que incurrió el prenombrado Consejo Directivo -al
igual que el a quo- al establecer que el disfrute simultáneo del derecho a la jubilación y la
pensión de invalidez constituye una vulneración de los artículos antes identificados, hace
que se configure el vicio de falso supuesto de derecho del acto administrativo, puesto
que el mencionado órgano le dio a esas normas un sentido que no tienen (véanse, entre
otras, sentencias de esta Sala Nos 01194 y 01284 del 4 y 18 de julio de 2007,
respectivamente). Así se decide.
A pesar de la anterior determinación este Órgano Jurisdiccional observa que la
Administración, en la Resolución impugnada, le negó la pensión de invalidez a la parte
actora y que ésta en su escrito recursivo solicitó, además de la declaratoria de nulidad del
acto administrativo, el restablecimiento de la situación jurídica infringida mediante el
otorgamiento de la pensión. Es por ello que en aras de garantizar el derecho de la tutela
judicial efectiva esta Sala pasa a pronunciarse sobre el segundo alegato del recurrente,
relativo al cumplimiento de los requisitos exigidos en el Reglamento de la Universidad
Nacional Abierta, para que le sea concedido el referido beneficio.
Ahora bien, pasa esta Sala a verificar si en el presente caso se configuran los dos
extremos del dispositivo bajo estudio y, a tal efecto, observa que el segundo requisito
exige “la comprobación por parte del Consejo Directivo de la Universidad Nacional
Abierta de la incapacidad alegada por el recurrente”.
De tal manera, que los miembros del personal académico que presten sus servicios
en la Universidad recurrida por un período de cinco (5) años y vean limitada su capacidad
para desempeñar de forma permanente las funciones inherentes a su cargo, tendrán derecho
a la pensión de incapacidad, siempre y cuando esta última sea comprobada mediante
examen médico.
En tal sentido, juzga esta Sala que el Consejo Directivo de la Universidad recurrida
interpretó erróneamente el dispositivo antes citado, al sostener que el personal académico
de esa casa de estudios tendrá el derecho a una pensión de invalidez una vez cumplido
cinco (5) años de servicios ininterrumpidos, ya que la regla transcrita supra no dispone
nada en cuanto al cumplimiento del tiempo establecido en forma estrictamente continua.
En ese contexto, se aprecia que el ciudadano Pedro Antonio Pernía Soto ingresó a la
Universidad Nacional Abierta (UNA), como asesor, desde el 16 de noviembre de 1979
hasta el 31 de octubre de 1982, y luego, en calidad de profesor, desde el 1° de noviembre de
1982 hasta el 19 de octubre de 1994, para nuevamente prestar servicios en esa casa de
estudios, también como profesor contratado, desde el 5 de enero de 1999 hasta el 31 de
diciembre de 2003, tal como se desprende de la copia certificada de la “Relación Laboral”
emanada de la Dirección de Recursos Humanos del Vicerrectorado Administrativo de la
identificada casa de estudios, el 26 de febrero de 2003, cursante a los folios 1, 2 y 3 del
expediente administrativo.
Observa esta Sala que no existe un desacuerdo en cuanto al tiempo en el que trabajó
el recurrente en la Universidad, puesto que las fechas indicadas en la copia certificada de la
“Relación Laboral” coinciden con las señaladas en el acto administrativo por el Consejo
Directivo de la identificada casa de estudios, así como con las expresadas por el recurrente
en el escrito recursivo, de modo que el tiempo laborado por aquél en esa Institución de
Educación Superior, no es un hecho controvertido en el caso de autos.
De tal manera, que el ciudadano Pedro Antonio Pernía Soto trabajó un poco más de
diecinueve (19) años y once (11) meses en la Universidad Nacional Abierta (UNA), cotizó
para el fondo de pensiones y jubilaciones de esa Institución y, una vez reconocido el
derecho a la jubilación por el hoy Ministerio del Poder Popular para la Educación, e incluso
después de detectada la enfermedad que le disminuyó su capacidad laboral, continuó
laborando en esa casa de estudios.
VII
DECISIÓN
1.- CON LUGAR el recurso de apelación interpuesto por la apoderada judicial del
ciudadano PEDRO ANTONIO PERNÍA SOTO, contra la sentencia N° 2007-866 de
fecha 18 de abril de 2007, dictada por la Corte Primera de lo Contencioso Administrativo,
por lo tanto, se REVOCA el fallo apelado.
La Presidenta
EVELYN MARRERO ORTÍZ
La
Vicepresidenta
YOLANDA JAIMES
GUERRERO
Los Magistrados,
La Secretaria,
En catorce (14) de enero del año dos mil nueve, se publicó y registró la anterior
sentencia bajo el Nº 00016.
La Secretaria,