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Semana 3

DISTRIBUCIÓN Y
ADMINISTRACIÓN
FÍSICA DE
ALMACENES

Unidad 5
Estructura,
capacidad de
almacenamiento y
seguridad.

Material compilado con fines académicos, se prohíbe su reproducción total o parcial sin
la autorización de cada autor.
5 Estructura, capacidad de almacenamiento y seguridad
Los almacenes son estructuras físicas que proveen la infraestructura necesaria a
las empresas para poder recibir, almacenar y surtir materiales cuando estos son
requeridos. Es por ello que, los almacenes deben ser diseñados de tal forma que
su estructura provea la capacidad de almacenamiento y seguridad requerida por la
empresa para los materiales.

Como lo hemos visto en los bloques anteriores, los almacenes deben tener un diseño
pensado para aprovechar de la mejor forma posible el espacio disponible, así como
para minimizar la utilización de recursos mientras se maximiza la capacidad de sus
operaciones. El diseño del espacio dentro de un almacén debe estar planeado de la
mejor forma posible, para cubrir con los requerimientos del negocio y de los productos
permitiendo una máxima rotación del inventario.

De forma general, existen tres tipos de estructuras de almacenes:

El almacén general: es aquel que provee espacio para la gran mayoría de los bienes
y productos; este almacén, al igual que sus productos, no requiere
características especiales de temperatura humedad o presión.

Almacén con temperatura controlada: este tipo de almacén requiere dentro de su


estructura la integración de servicios y de los sistemas que regulan la temperatura,
ya que el tipo de productos y materiales que alberga requieren de este tipo de
consideraciones.

Almacén con humedad controlada: al igual que el almacén de temperatura controlada,


requiere que dentro de su estructura se consideren sistemas y servicios que regulen
la humedad para proteger a los productos, pues sus características requieren de
estas consideraciones.

De acuerdo con el tipo de almacén y el tipo de productos que se vayan a albergar,


se deberá considerar la estructura que los contenga. La persona o departamento
que haga el diseño del almacén se debe enfocar en hacer sus espacios funcionales
y eficientes. Debe proveer un ambiente cómodo y seguro, tanto para los materiales
como para el personal que los maneje. Diseñar y construir un espacio con un acomodo
y una imagen segura, confortable y estética son factores claves para el buen manejo
y desempeño dentro de estas áreas.

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Dentro de un almacén, por lo regular, se pueden encontrar los siguientes tipos de
espacios:

Espacio de recibo de materiales: es todo el espacio destinado a la llegada y movimientos


de manejo y desembarque de los materiales.

Espacio de almacenamiento: el espacio destinado a ubicar cuidar y mantener los


materiales.

Espacio de oficinas: el espacio en donde se encuentran las oficinas o cubículos del


personal, así como sus computadoras y sistemas de telecomunicaciones.

La capacidad de almacenamiento de un almacén va a depender de diversos factores,


desde la capacidad económica de la empresa para poder comprar o rentar un
espacio con el tamaño necesario para almacenar el 100% de sus
requerimientos, hasta los almacenes o espacios disponibles en las instalaciones de la
empresa, considera ubicaciones y características de tamaño, peso, volumen y
dimensiones de los materiales o bienes que la propia empresa comercia.

De igual forma, las cualidades de seguridad del almacén van en función de las limitaciones
o capacidades económicas de la empresa, así como del valor de los productos y de
su facilidad o complejidad al robar y revender de forma ilegal.

La configuración o diseño de los espacios se debe hacer tomando en cuenta las


siguientes consideraciones:

• Atender el manejo de materiales de la mejor forma posible y siguiendo las prácticas


establecidas por la empresa

• Asegurar en todos los lugares en todo momento la seguridad del personal, así
como también de los materiales

• Tener en consideración el tipo de materiales que se está manejando y las


consideraciones de riesgo y seguridad para estos. Las instalaciones deben estar
bien diseñadas, con la capacidad e instalaciones para tratar los riesgos de incendios,
fugas o derrames de materiales y los diferentes métodos para la contención de
estos incidentes

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El diseño estructural y la capacidad de estos lugares, además de funcional, también
hacerse para perdurar a lo largo del tiempo. Respecto a la inversión de un espacio
físico que no es un almacén y cuya estructura requiere de no poca cosa, se debe
siempre buscar que el diseño de la estructura y las herramientas permitan que lo
construido perdure a lo largo de los años, es decir, que la infraestructura y las
herramientas estén diseñadas y planeadas para el continuo y constante manejo de
grandes cantidades de cargas y volúmenes, así como para el almacenamiento de
grandes cantidades de materiales.

Se recomienda que los almacenes y sus espacios estén diseñados y construidos para:

• Soportar diferentes cambios de temperatura desde fuertes nevadas hasta


temperaturas elevadas y lluvias torrenciales

• Soportar fuertes vientos que puedan dañar las estructuras inmateriales en los techos

• Tener un material, diseño y acabado con pisos perfectamente lisos y alineados,


así como antiderrapantes

El diseño y construcción de todos estos espacios debe asegurar que no se presente


ninguna interferencia con problemas de espacio al momento de que el personal, por
los medios de transporte y movimiento de materiales, realice sus operaciones, es
decir, los pasillos deberán ser suficientemente anchos, las puertas suficientemente
anchas y altas, las rampas con los tamaños e inclinaciones adecuadas; todo esto,
buscando siempre una eficiencia energética, la menor utilización de recursos y la
seguridad, salud y confort de todo el personal.

Por último, pero, no por ello menos importante, al momento de diseñar los almacenes
se deben tener en consideración las posibles nuevas herramientas y tecnologías,
así como los posibles crecimientos y expansiones de la empresa y la capacidad de
los almacenes.

5.1 Áreas funcionales y operativas


Las tareas dentro de un almacén se dividen en áreas funcionales y áreas operativas.
Las áreas operativas son todas aquellas en las que se llevan a cabo las operaciones
propias de un almacén, es decir, el recibo de materiales, el transporte, acomodo,
almacenamiento, recolección y envío. Las áreas operativas van a ser todos los espacios

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dentro del almacén, destinados a este tipo de operaciones. Las áreas funcionales
son el resto de las áreas de un almacén en donde se desempeñan funciones
departamentales, administrativas, de recursos humanos, comunicaciones, mantenimiento
y/o todas aquellas funciones adicionales, complementarias o de soporte a las actividades
centrales del almacén.

El diseño adecuado de todas estas áreas es de gran importancia para su desempeño.


La configuración de estos espacios se debe hacer con las siguientes consideraciones
en mente:

• Optimizar la configuración de las diferentes zonas del almacén para una adecuada
operación, incluyendo una circulación eficiente, facilidad de manejo materiales y
de los procesos de almacenamiento de los mismos

• Permitir un flujo interrumpido y sencillo de los materiales, del personal y de los


equipos a lo largo de todo los procesos y todas las instalaciones

• Delimitar perfectamente las diferentes áreas separarlas para evitar la mezcla


confusión o congestión de materiales en momentos de cargas elevadas

5.2 Procesos operativos


Como se mencionó en el tema anterior, los procesos operativos son todos
aquellos procedimientos centrales y clave en las operaciones del almacén, es
decir, todas aquellas operaciones que hacen que un espacio sea un almacén, las
cuales se verán a continuación:

Proceso de recepción: involucra todas las actividades y operaciones en las que los
materiales llegar a las instalaciones, se descargan, se reciben, en algunos casos
inspeccionan y registran. En este proceso es sumamente importante poner la
atención en cuidados necesarios para verificar que el material sea el correcto, que la
cantidad será la adecuada y que las características y condiciones del empaque y
el material también sean las correctas. Una vez validado esto, es también muy
importante identificarlo y/o registrarlo en los diferentes sistemas de forma
correcta.

Asignación de lugar y custodia: una vez recibido y verificado el material se le


identifica y, de acuerdo al método o sistema, se le asigna un lugar adonde el
material será ubicado y permanecerá resguardado o custodiado hasta ser
solicitado.

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Control físico: todos los bienes dentro del almacén se controlan físicamente, tanto
por cuestiones de seguridad y prevención debido al material que contienen
como para cuantificar y validar las cantidades, volúmenes y contenidos existentes
en cada uno de los empaques. Si bien, los códigos de barras y las tecnologías y
sistemas ayudan de manera importante a este control físico, es importante y se
recomienda que los almacenes lleven a cabo al menos un control o inventario
físico por año, para validar el inventario que indican los sistemas y tener un mejor
control físico de los materiales.

Surtido: en el momento en que la siguiente operación o cliente interno o externo lo


requiere, el material es ubicado primero mediante el sistema y después físicamente,
para posteriormente ser recolectado y surtido a quien lo requiere.

Embarque: el embarque es el proceso que va a continuación de la operación de


surtido, en donde el material se carga al medio de transporte que lo entregará en
la siguiente operación o al cliente interno o externo que lo solicitó. Una vez surtido
y embarcado, el material y la cantidad deben ser registrados en el sistema y en el
inventario, pues ya ha salido del inventario y del almacén.

5.3 Procesos administrativos


Dentro de los procesos que se llevan a cabo en los almacenes, también están los
procesos administrativos, que son procesos adicionales o complementarios a los
operativos pero que tienen la misma importancia, ya que sin ellos la adecuada
gestión de los materiales no sería posible.

Validación contra orden de compra y remisión: todos los materiales que entran y
salen de un almacén deben ser validados contra una orden de compra y/o una
remisión. El almacén es un centro de resguardo físico que responde a las operaciones
de planeación de una empresa. Estas tareas de planeación, junto con las áreas de
compras y ventas, son las que dan las órdenes de compra, venta o remisión a los
almacenes, para que estos reciban o envíen los materiales solicitados. Por lo
general, de acuerdo a los procedimientos de la gran mayoría de las empresas, ningún
almacén recibe o envía productos sin validarlo primero.

Registro de entrada: los materiales son escaneados o identificados para registrar su


entrada física en el almacén e inventario. Este registro permite tener, observar,
analizar y comunicar el número de materiales existentes o disponibles en el
inventario.

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Control teórico: los registros de entrada permiten tener un control teórico del
número de piezas disponibles en el inventario. Este control teórico es el que se
sugiere validar mediante un control físico de inventario al menos una vez por año. De
igual forma, el control teórico permite dar visibilidad de la disponibilidad de materiales
a las diferentes áreas de la organización, con lo que éstas pueden analizar,
hacer estimaciones y tomar decisiones sobre las diferentes operaciones de la
empresa.

Facturación: Todos los bienes materiales que ingresan en un almacén tienen un


costo. El registro de entrada y el control teórico junto con el valor individual de cada
uno de los bienes disponibles en el almacén permiten obtener un costo total de
facturación de los bienes en un almacén en un punto de tiempo determinado,
información que es vital para los flujos de defectivo de la compañía, así como
también para las decisiones que ésta tome con respecto a los mismos.

Registro de salida: como se mencionó en el tema anterior, una vez surtido y embarcado
el material, debe ser registrarse su salida para restarla del inventario y para que
el resto de las áreas que tienen acceso a la disponibilidad del mismo puedan
observar la cantidad de piezas disponibles en cada momento y después de la
salida de los materiales.

El siguiente video se presenta como complemento de estos temas:


Escanea el siguiente código
QR para ver el video relacionado

https://player.vimeo.com/video/492185871

Como se puede observar en el video, las diferentes operaciones y su correcta gestión


permiten gestionar de forma exitosa los materiales.

5.4 Cálculo de la capacidad de almacenamiento requerida


El cálculo de la capacidad de un almacén, de acuerdo a los requerimientos de una
empresa, se puede hacer considerando diferentes factores y siguiendo diferentes
procedimientos. De forma general, se recomienda seguir los siguientes pasos:

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1. La capacidad de almacenamiento requerida va a depender directamente del
número de artículos, la cantidad o volumen de estos artículos en un periodo de
tiempo determinado y las dimensiones de los mismos. Lo primero que hay que
hacer es determinar estas cantidades, el número de SKU o artículos que se requieren
almacenar de acuerdo a las necesidades de los procesos y el contenido de los
pronósticos o estimaciones de ventas de cada uno de los artículos. Al obtener
estas estimaciones se deben considerar tanto los promedios como los mínimos
y máximos.

2. Ya que se tiene la estimación de los artículos y la cantidad que se requiere, se


debe calcular el espacio que ocupan estos artículos, es decir, el espacio cúbico
requerido por las unidades de estos artículos almacenados. En este punto es muy
importante considerar no sólo el espacio que ocupan los artículos, sino también,
el espacio requerido para su transporte y para los estantes o racks donde los
artículos serán almacenados.

3. Calcular la ocupación física de los materiales en el almacén. La ocupación física


teórica de los materiales puede ser una, pero al incluir el tamaño del almacén y
cuestiones como pasillos, vueltas, altura de techos y desniveles, la capacidad
puede cambiar. Es importante validar tanto teórica como físicamente los volúmenes
reales de los empaques, así como los espacios físicos donde estos serán almacenados.
Además de lo anterior, también es muy importante considerar las capacidades, el
espacio carga y peso de los estantes o racks, que dependiendo de sus características,
diseños y materiales van a tener diferentes capacidades de carga vertical.

4. Evaluar o determinar la utilización física del almacén. Esto se hace mediante


la comparación del volumen físico requerido por los materiales contra el espacio
existente o disponible del almacén, sin considerar los pasillos, entradas, salidas o
espacios no utilizados. Esta proporción permitirá observar el volumen aproximado
de espacio que se está ocupando en el almacén, lo que permitirá tomar decisiones
sobres si el espacio actual es suficiente, si se requiere más o si está muy subutilizada.
Esto permitirá buscar nuevas y mejores formas de aprovechar y optimizar el
espacio de un almacén.

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5.5 Infraestructura tecnológica
Al igual que con prácticamente cualquier otra área o rubro de una empresa o negocio,
la tecnología brinda un gran abanico de oportunidades de potencializar las capacidades
de los humanos, de los equipos y de los métodos o sistemas.

La infraestructura tecnológica de un área de almacén puede ir desde simplemente


el uso de escáner para identificar o leer los códigos de barras en las etiquetas hasta
almacenes completamente automatizados en los que a partir de una orden de compra
confirmada en el sistema se genera un gran desfile de movimientos automatizados a
través de los cuales los equipos o robots de recolección se coordinan con computadoras y
sistemas para llevar un producto desde un anaquel hasta las manos de su cliente final.

Esta infraestructura depende de diversos factores, pero, principalmente, de la capacidad


de inversión de la empresa para invertir en nuevas herramientas y tecnologías, así
como en la visión de quienes gestionan la empresa para usar dichas tecnologías a
su favor y, sobre todo, obtener buenos resultados haciéndolo.

Toda infraestructura, ya sea sólo de telecomunicaciones hasta la automatización más


avanzada debe de estar muy bien analizada e integrada en el diseño del almacén, así
como en la definición de las operaciones o actividades de dicha área. Los sistemas
de gestión de almacenes o WMS son herramientas tecnológicas muy poderosas en
la búsqueda de una mejor gestión de un almacén. Estos sistemas permiten gestionar
de mucho mejor forma los recursos y realizar las actividades de forma mucho más
ágil y eficiente.

Un WMS presenta diversos beneficios, entre los que se encuentran:

• Agilidad en la gestión de documentación e ingreso de información

• Agilidad en la identificación de órdenes y recolección de artículos

• Reducción de los tiempos desaprovechados e incremento de la productividad


en el área

Adicional a un WMS, existen varias tecnologías que, en los últimos años, han incrementado
considerablemente su uso en este tipo de áreas. Algunas de las tecnologías más
desatacadas son:

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Equipos de recolección automáticos: estos equipos simplifican la operación de
recolección, al mismo tiempo que la hacen mucho más eficiente, permitiéndole a una
persona recolectar más productos de forma mucho más sencilla en menor tiempo.

Equipos guiados o dirigidos automáticamente: muy similares a los anteriores, estos


equipos pueden simplificar las operaciones de forma similar a los equipos de recolección
automática. Estos vehículos se pueden mover a lo largo de un área determinada con
la guía o manejo de una persona.

Plataformas automatizadas de gestión de inventarios: estas infraestructuras permiten


acomodar, almacenar y recolectar bienes de forma mucho más rápida y eficiente
sin la necesidad de que una persona o un equipo de recolección tripulado como un
montacargas tenga que recolectar el material.

Sistemas automatizados de almacenamiento y recolección: similares a los anteriores,


estos sistemas, aunque aparentemente costosos, pueden mejorar la precisión y los
resultados de un almacén de forma significativa.

Internet de las cosas: el internet de las cosas es la intercomunicación entre computadoras,


servidores, sistemas y equipos y la acción o respuesta automática y autogestionada
de los mismos a partir de estas intercomunicaciones. Es decir, equipos comunicándose
con otros equipos de forma autónoma y reaccionando o respondiendo; todo, sin la
necesidad de una ejecución por parte de un ser humano.

Robots: los robots se abren camino cada día en un sin fin de operaciones de negocios
e industriales, siendo la gestión de los almacenes una de las áreas en las que más
han avanzado y en la que día con día participan ya en la gestión de miles y millones
de productos a nivel mundial.

Si bien, éstas no son todas las herramientas tecnológicas que existen o que se pueden
emplear en un almacén, sí son las que en los últimos años han tenido una mejor
integración y desempeño. No se puede conocer lo que los almacenes vayan a poder
realizar el día de mañana con ayuda de las diferentes herramientas tecnológicas
que existen y las que se desarrollarán; sin embargo, es muy importante empezar a
considerar todas estas opciones si es que queremos seguir siendo competitivos y
relevantes en un panorama y mercado mundial que cada día lo, es más.

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Como forma de complemento de este tema, se presenta el siguiente video de un
almacén automatizado:

Escanea el siguiente código


QR para ver el video relacionado

https://player.vimeo.com/video/492186683

Como se puede apreciar en el video, los productos recorren gran parte del almacén
de forma automática y con muy poca interacción humana.

5.6 Orden, limpieza y seguridad industrial


En todas las operaciones de negocios e industriales es de vital importancia asegurar el
orden, la limpieza y la seguridad con el personal, así como con los equipos y productos.
Tener un área limpia y ordenada genera varias situaciones positivas para dicha área,
puesto que evita problemas o daños por situaciones de tropiezos, resbalones o
caídas, facilita realizar las actividades sin tener objetos que estorben, además
evita que el personal que labora en dichas áreas tenga riesgos en su salud.

El orden, limpieza y seguridad industriales son una parte importante en todas las
organizaciones y forman parte incluso de los requerimientos por parte de diferentes
segmentos y países para el funcionamiento de las empresas. A estas áreas se les
conoce como Seguridad e Higiene (S&H).

Se entiende por seguridad e higiene al conjunto de leyes, normas, políticas y previsiones


estipuladas por los organismos y autoridades nacionales, regionales, de cada tipo
de sector o industria para garantizar la seguridad, salud y bienestar de todos los
colaboradores, clientes, proveedores y de toda persona, animal o medio ambiente
que entre en contacto con una empresa, sus insumos y/o productos.

Dentro de nuestro país, existen varios organismos y leyes que regulan la seguridad
e higiene, los cuales veremos a continuación.

El artículo 123 de la Constitución mexicana estipula que: “Toda persona tiene derecho
al trabajo digno y socialmente útil; al efecto, se promoverán la creación de empleos
y la organización social de trabajo, conforme a la ley”. Este mismo artículo, en su

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apartado A, dispone de las características que debe tener todo contrato de trabajo
dentro de las cuales destacan:

• Jornada laboral máxima de ocho horas

• No está permitido que trabajen los menores de 15 años de edad

• Después de cada seis días de trabajo, el trabajador tiene derecho a un día de


descanso

• Las mujeres no deberán realizar trabajos que exijan esfuerzo durante su embarazo

• El salario que puedan percibir hombres y mujeres deberá ser el mismo (Constitución
Mexicana, articulo 123)

El artículo 132 de la Ley Federal del Trabajo expone sobre los derechos y obligaciones
de los patrones dentro de los que destaca:

I. Cumplir las disposiciones de las normas de trabajo aplicables a sus empresas o


establecimientos.

II. Pagar a los trabajadores los salarios e indemnizaciones, de conformidad con las
normas vigentes en la empresa o establecimiento.

III. Proporcionar oportunamente a los trabajadores los útiles, instrumentos y materiales


necesarios para la ejecución del trabajo, debiendo darlos de buena calidad, en
buen estado y reponerlos tan luego como dejen de ser eficientes, siempre que
aquéllos no se hayan comprometido a usar herramienta propia. El patrón no podrá
exigir indemnización alguna por el desgaste natural que sufran los útiles, instrumentos
y materiales de trabajo.

IV. Proporcionar local seguro para la guarda de los instrumentos y útiles de trabajo
pertenecientes al trabajador, siempre que deban permanecer en el lugar en que
prestan los servicios, sin que sea lícito al patrón retenerlos a título de indemnización,
garantía o cualquier otro. El registro de instrumentos o útiles de trabajo deberá
hacerse siempre que el trabajador lo solicite.

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V. Mantener el número suficiente de asientos o sillas a disposición de los trabajadores
en las casas comerciales, oficinas, hoteles, restaurantes y otros centros de trabajo
análogos. La misma disposición se observará en los establecimientos industriales
cuando lo permita la naturaleza del trabajo.

VI. Guardar a los trabajadores la debida consideración, absteniéndose de mal trato


de palabra o de obra.

VII. Expedir cada quince días, a solicitud de los trabajadores, una constancia escrita
del número de días trabajados y del salario percibido. (Ley Federal del Trabajo,
2018, Artículo 132)

La misma ley, en su artículo 134 estipula las obligaciones de los trabajadores, dentro
de las que se incluyen:

I. Cumplir las disposiciones de las normas de trabajo que les sean aplicables.

II. Observar las disposiciones contenidas en el reglamento y las normas oficiales


mexicanas en materia de seguridad, salud y medio ambiente de trabajo, así como
las que indiquen los patrones para su seguridad y protección personal.

IV. Ejecutar el trabajo con la intensidad, cuidado y esmero apropiados y en la forma,


tiempo y lugar convenidos.

VII. Observar buenas costumbres durante el servicio. (Ley Federal del Trabajo,
2018, artículo 134)

En su artículo 512, esta ley establece que “se fijarán las medidas necesarias para prevenir
los riesgos de trabajo y lograr que éste se preste en condiciones que aseguren la
vida y la salud de los trabajadores”. (Ley Federal del Trabajo, 2018, artículo 512)

La Ley Orgánica de Administración Pública Federal, en su artículo 40, da la facultad a la


Secretaria del Trabajo y Previsión social del estudio y ordenamiento de la seguridad
e higiene, así como de las medidas requeridas para la protección de los trabajadores.

El Reglamento Federal de Seguridad y Salud en el Trabajo, en su artículo 10, establece


la facultad de la Secretaria de Trabajo y Previsión social de expedir normas para
cuidar la seguridad, salud en el trabajo y que eviten riesgos a la salud y vida de los

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colaboradores de una empresa.

La Ley Federal Sobre Metrología y Normalización define, en sus artículos 38, fracción
II; 40, fracción VII; 43, 44, 45, 46 y 47, la competencia que tienen las diferentes
dependencias en nuestro país para expedir y gestionar las normas relacionadas a
los ámbitos que les competen.

En cuanto a normas, la Secretaria del Trabajo y Previsión Social (STPS) es la responsable


de emitir o gestionar con otros organismos que se emitan las Normas Oficiales
Mexicanas (NOM), que son la referencia y dictan las características mínimas aceptables
de trabajo de todo colaborador dentro de una empresa. Las normas oficiales mexicanas
más relevantes en lo referente a estos temas son:

Figura 1. Normas de Seguridad. Fuente: (STPS, 2012)

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Figura 2. Normas de Salud y Organización. Fuente: (STPS, 2012)

Figura 3. Normas especí icas. Fuente: (STPS, 2012)

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En nuestro país, el estado regula la seguridad e higiene en el trabajo, mediante leyes
incluidas en la Constitución; además de la Constitución, S&H se regula por la Ley
Federal del Trabajo, la Ley Orgánica de administración pública, el Reglamento Federal
de Seguridad y Salud en el Trabajo y la Ley Federal sobre Metrología y Normalización.

Son estas leyes en estos documentos los que definen el marco legal sobre el cual
toda operación comercial que se desempeñe dentro del territorio nacional deberá
tener. En la siguiente pirámide de Kelsen se muestra el orden o jerarquía jurídica de
las leyes, normas y reglamentos mencionados anteriormente:

Figura 4. Pirámide jurídica de Kelsen S&H. Fuente: Elaboración propia

Cada una de las instituciones encargadas y responsables de la emisión y gestión de


dichos documentos, normas y leyes mencionadas anteriormente es también responsable
de ver que se cumplan y respeten, con el apoyo y soporte de los tres poderes:

Poder ejecutivo: Poder encargado de hacer las leyes.


Poder legislativo: Poder encargado de aprobar, rechazar o corregir las leyes.

Poder judicial: Poder encargado de asegurar el cumplimiento de las leyes.

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Fallar al cumplir con lo especificado en las normas y leyes mencionadas puede implicar:

• Multas económicas

• Pago de los daños y/o afectaciones

• Órdenes para terminar operaciones (Clausura)

• Prisión a los representantes legales por los daños causados

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