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FICHA TÉCNICA

Disciplina positiva
INSTRUMENTO DE MEDICIÓN DE HABILIDADES
Formato individual para padres, madres o cuidadores Mi Familia
Formato para infancia y adolescencia - NNA igual o mayores de 12 a 17 años

DIRECCIÓN DE FAMILIAS Y COMUNIDADES


Angélica González; Juliana Moreno; Mayra Pacheco; Ana Carrero; Diego Villamizar.
Grupo de Gestión de Conocimiento
Nathaly Molano; Martha Movilla; Douglas López.
Subdirección de Gestión Técnica para la Atención a la Familia y Comunidades
Descripción general de la habilidad
¿Qué es la disciplina positiva y las prácticas parentales?
La disciplina positiva o crianza respetuosa se puede considerar como
una forma no violenta y respetuosa de interactuar con los niños, niñas y
adolescentes. Es una manera de aproximación que le permite a los padres
y madres ayudar, enseñar, orientar y relacionarse con los NNA de forma
que puedan tener el apoyo y la información necesaria para su desarrollo
(Durrant, 2011). Estas formas de aproximarse se pueden analizar a través de
las prácticas que los padres aplican para interactuar en la crianza de sus
hijos.

La crianza de los hijos ha sido objeto de investigaciones de múltiples


disciplinas dado el rol que juega en el desarrollo de los niños, niñas y
adolescentes; en ese sentido, los investigadores han estudiado el efecto que
tienen tanto las prácticas parentales y maternales, como las dimensiones
parentales o los estilos de parentalidades en el desarrollo de los niños, niñas
y adolescentes (Kuppens &Ceulemans, 2018).

Se puede comprender entonces que las prácticas parentales son el conjunto


de actitudes y comportamientos específicos que utilizan los padres/
madres para interactuar con sus hijos e hijas (Kuppens & Ceulemans, 2018;
Hernández-Guzman, González, Bermúdez-Ornelas, &Alcázar-Olán, 2012).

Estas prácticas se pueden asociar en dos dimensiones: apoyo o control. Las


prácticas parentales de apoyo están asociadas a la relación natural entre los
padres y los hijos que se expresa a través de muestras de involucramiento,
aceptación, disponibilidad emocional, cariño y receptividad (Kuppens
& Ceulemans, 2018, pág. 168). Mientras que las prácticas parentales de
control se dividen en dos tipos: de comportamiento y psicológicas. Las de
comportamiento son aquellas que buscan controlar, manejar o regular la
conducta de los niños, niñas y adolescentes, ya sea imponiendo exigencias
o reglas, a través de estrategias de disciplina, con premios o castigos o
con acciones de supervisión. Las psicológicas son prácticas invasivas que
buscan controlar o manipular los pensamientos, emociones y sentimientos
de los NNA(Kuppens &Ceulemans, 2018, pág. 169).

Es importante precisar que los ejemplos aquí citados son prácticas que no
se recomiendan utilizar y solo se mencionan para efectos de la medición,
ya que estos generan afectaciones negativas en la conducta y forma de
relacionamiento entre los hijos e hijas y padres y madres.

En palabras simples, “disciplina” significa “enseñar”. La disciplina positiva


es la forma más amorosa de enseñanza. Involucra la crianza, confianza,
conexión, habilidades para compartir y crear un ambiente donde los niños
puedan desarrollar sus capacidades y confianza. La disciplina positiva está
soportada sobre la enseñanza, entendimiento, motivación y comunicación,
no en el castigo. El castigo busca que los niños y niñas “paguen” por lo que
han hecho. La disciplina está diseñada para ayudar a los niños y niñas a
aprender de lo que han hecho (Nelsen, Erwin, &Duffy, 2015).

En ese sentido, se habla de crianza respetuosa, a través de la cual se


busca promover prácticas que permitan conocer, comprender y responder
adecuadamente a las necesidades de las hijas e hijos. Establece una relación
basada en el buen trato, donde las madres y padres se convierten en modelos
y guías para las niñas y los niños con el establecimiento de normas y límites
claros a través del afecto y firmeza, sin utilizar ningún tipo de violencia. La
crianza respetuosa facilita la interaccióndiaria conlos niños y niñas y ayuda a
construir una relación con ellos donde se fortalece la autoestima, seguridad,
independencia y autocontrol, las cuales son herramientas esenciales para
la vida1.

¿Para qué sirve?


Según Kuppens & Ceulemans (2018) las prácticas parentales juegan un rol
importante en el desarrollo de la capacidad de auto regulación emocional de
los niños, niñas y adolescentes, es decir, con la habilidad para entender sus
emociones y la de los demás y adaptar su comportamiento a la demanda del
entorno (pág. 168). De hecho, Dennis (2006) y Forst, Worthman y Reifel (2008)
muestran que la calidad de las emociones que se involucran en la relación
padres e hijo influye en la capacidad de los NNAde regular sus emociones;
mostrando efectos negativos entre la exposición a relación adversas con
ansiedad, depresión, tristeza, nerviosismo y rabia (Clark & Watson, 1991).
Esto quiere decir que entre mayor involucramiento tengan los padres y
madres con los hijos e hijas, los NNA tendrán un manejo más asertivo de
sus emociones y las formas en que expresan estas a las demás personas,
brindándoles la posibilidad de aumentar sus habilidades sociales.

Relación de esta habilidad con el desarrollo de los NNA


De acuerdo con Donovick y Domenech (2013) la relación padre/madre e hijo/
hija es crítica en el desarrollo temprano de la socialización y el sistema social
de los niños, niñas y adolescentes, ésta se nutre continuamente a través de
relaciones diarias que se generan. De hecho, existe evidencia de la relación
entre las prácticas parentales con el bienestar emocional y comportamental
de los niños, niñas y adolescentes (Escribano &Aniorte, 2013).

1
https://alvarobilbao.com/ejemplos-para-educar-segun-la-disciplina-positiva
De acuerdo con las investigaciones (Barnes & Farrell, 1992; Coie & Dodge,
1998; Galambos et al., 2003; Patterson et al., 1984), una apropiada cantidad de
“control” parental tiene efectos positivos en el desarrollo de los niños, niñas
y adolescentes; sin embargo, insuficiente control o pobres prácticas de
monitoreo, así como el excesivo uso de castigo físico o prácticas de control
psicológico, se han asociado frecuentemente con resultados negativos
en el desarrollo de los niños, niñas y adolescentes, como por ejemplo,
con problemas de conducta, depresión, ansiedad, entre otros (Kuppens &
Ceulemans, 2018, pág. 169).

De hecho, a través de la crianza respetuosa no se habla de “control” sino


de establecer normas y límites a las niñas, niños y adolescentes de forma
respetuosa consigo mismos, con los demás y con su entorno, así como la
función de protección, tanto física como psicológica y emocional. Las normas
son un conjunto de acuerdos (reglas) que se aceptan de forma conjunta en
las sociedades y permiten que esta exista. En las familias, las normas pueden
variar, segúnconcepciones de tipocultural, de credo, entre otras. Por ejemplo,
para una familia la norma puede ser bañarse en horas de la mañana y para
otra en la noche. Por otro lado, los límites se establen como acuerdos que no
se pueden romper o sobrepasar, ya que estos afectan la vida de otra persona
o la misma, por ejemplo, un límite es no golpear cuando estamos enojados.

La importancia de estas prácticas puede ser:

f Anivel personal: ayudan a reaccionar frente a situaciones de


frustración y/o el enojo.
f Anivel social: permiten el manejo de situaciones estresantes de
forma adecuada sin hacer daño o hacerse daño.

De igual forma, en los casos de los niños y las niñas en primera infancia
los límites tienen una función relevante en su integridad física, ya que por
su corta edad a veces pueden realizar actividades en donde su seguridad
se pueda afectar, como saltar de un lugar alto o cruzar una avenida. Estas
prácticas ayudan, en general, a desarrollar las habilidades sociales de los
niños, niñas y adolescentes, por estar acotadas enunentornofamiliar seguro.

Adicionalmente, las prácticas parentales juegan un rol importante en la


inteligencia emocional de los niños, niñas y adolescentes, es decir, con
la habilidad para entender sus emociones y la de los demás y adaptar su
comportamiento a la demanda del entorno. En este mismo sentido, la calidad
de las emociones que se involucren en la relación de padres y madres
con sus hijos e hijas se relaciona, en estos últimos, con la posibilidad de
experimentar o no síntomas de ansiedad, depresión, tristeza, nerviosismo o
rabia (Dennis, 2006; Forst &Worthman, 2008).
Principales características
Generalidades del instrumento ¿A quién se aplica?
Para medir prácticas parentales Mi Familia utiliza la adaptación en español de la Este instrumento de auto reporte
escala de Alabama Parenting Questionnaire (Orpinas, Rico, & Martínez-Cox, 2012). es multifuente, es decir, está di-
El instrumento cuenta con 29 afirmaciones que miden 4 prácticas específicas:
Parentalidad positiva (6 afirmaciones); Involucramiento parental (10 afirmaciones); rigido a los padres, las madres o
Bajo monitoreo o supervisión (10 afirmaciones); y Castigo físico (3 afirmaciones). quien ejerza este rol y a los ado-
lescentes entre los 12 y los 17 años,
Es importante precisar que el instrumento busca identificar el tipo de prácticas que con el objetivo de obtener una
utilizan los padres y madres en el acompañamiento a sus hijos e hijas; sin embargo, perspectiva bidimensional de las
esto no implica que Mi Familia promueva el castigo físico como forma de crianza,
ni ningún otro trato humillante contra las niñas, niños y adolescentes, ya que estos prácticas parentales.
tienen afectaciones severas en su desarrollo, además de estar en contravía a la
protección integral de los NNA. Por el contrario, se busca identificar si se utilizan
alguna de estas prácticas para poder orientar de forma pedagógica a los padres y
madres en la transformación de las mismas a través del desarrollo de habilidades
orientadas a la crianza respetuosa y a la promoción del desarrollo y protección de
los NNA.

¿Qué mide?
La actitudes y tendencias del comportamiento de los padres y madres en la interacción con
sus hijos a través de la perspectiva de los padres y de los/as hijos/as, las cuales permiten
clasificar el comportamiento de los padres en cuatro prácticas específicas:.

1. Parentalidad positiva: mide el nivel de prácticas relacionadas con reforzamiento


positivo a los niños, niñas y adolescentes.
f Tiene charlas amistosas con su hijo.

Preguntas formulario individual padres, madres y cuidadores:


5; 8; 14; 16; 18; 20; 24; 25;26 y 28.
Preguntas formulario individual NNA:
7; 12; 21; 23; 26; 28; 33; 34; 35 y 37.

2. Involucramiento parental: mide el nivel en el que los padres y madres se involucran


con las actividades de los niños, niñas y adolescentes.
f Le hace saber a su hijo cuando está haciendo un buen trabajo.

Preguntas formulario individual padres, madres y cuidadores:


1; 3; 6; 7; 9; 11; 12; 17; 19 y 21.
Preguntas formulario individual NNA:
1; 2; 4; 5; 8; 9; 10; 11; 13; 14; 16; 17; 18; 19; 24; 25; 27; 29 y 30.

3. Bajo monitoreo: mide que tanto los padres y madres monitorean o supervisan las
actividades de los niños, niñas y adolescentes.
f Su hijo no la deja notas ni le dice adónde va.

Preguntas formulario individual padres, madres y cuidadores:


5; 8; 14; 16; 18; 20; 24; 25; 26 y 28.
Preguntas formulario individual NNA:
7; 12; 21; 23; 26; 28; 33; 34; 35 y 37.

4. Castigo fisico: mide el nivel de prácticas relacionadas con el uso del castigo físico para
regular el comportamiento de los niños, niñas y adolescentes.
f Golpea a su hijo con un cinturón u otro objeto cuando hace algo maloa.

Preguntas formulario individual padres, madres y cuidadores:


23; 27 y 29.
Preguntas formulario individual NNA:
32; 36 y 38.
¿Cómo se mide?
El instrumento cuenta con 29 ítems, cada uno asociado a una de las cuatro prácticas descritas
y con una escala de respuesta tipo Likert que va desde 1 =“Nunca” hasta 5 =“Siempre”.
Escala de respuesta
El nivel de cada práctica se determina sumando las respuestas de cada una de las preguntas
asociadas a las prácticas y dividiéndola por el máximo puntaje posible. 1 =Nunca
Este instrumento no tiene determinado unas categorías específicas para clasificar niveles
2 =Casi Nunca
óptimos de cada una de las prácticas, por esa razón se habla del nivel en porcentaje, teniendo 3 =Aveces
en cuenta el sentido de la dimensión, debido a que hay prácticas que entre más puntaje es
menos adecuado para el desarrollo de los NNA. 4 =Amenudo
El siguiente cuadro resume para cada una de las prácticas el número de preguntas asociadas, 5 =Siempre
el máximo puntaje posible y la orientación de la dimensión.

Práctica Sub-escala Número de ítems Orientación de la práctica ¿Aquién está dirigido?


Parentalidad positiva 6 Positivo: a mayor puntaje o
Involucramiento 10 porcentaje más deseable Padres, madres (o quien ejerza el rol) y
Bajo monitoreo y supervisión 10 Negativo: a mayor puntaje o adolescentes entre los 12 y 17 años
Castigo físico 3 porcentaje menos deseable

Adicionalmente, este instrumento permite evidenciar inconsistencias entre las prácticas parentales que ejerce la madre y el padre, lo que puede ser
objeto de trabajo en algunas familias, toda vez que esta inconsistencia puede tener efectos negativos en el comportamiento de los niños, niñas y
adolescentes.

Recomendaciones para la captura de la información


Este instrumento cuenta con dos formularios, uno dirigido a los adultos (padres/
madres/cuidador con este rol) y otro dirigido a los y las adolescentes entre los 12 y
los 17 años, por esa razón es importante aplicar el formulario correcto de acuerdo con
la persona que responde.
Acontinuación, se describen algunas recomendaciones generales:
1. Este instrumento se debe aplicar tanto a la madre como al padre, en los casos
en los que ambos padres convivan en el mismo hogar. Si alguno de los dos se
encuentra ausente en las visitas, por ejemplo, porque trabaja en la zona rural de
municipio o en otro municipio, se debe aplicar en lo posible vía telefónica.
2. Es importante recordar que los padres, madres y cuidadores deben responder en
referencia a todos los hijos e hijas y no sobre uno en específico.
3. Este instrumento debe ser respondido en todas las familias por la madre y/o padre
o cuidador principal, aun cuando en el hogar no haya adolescentes entre los 12 y
17 años.
4. En el cuestionario dirigido a los niños, niñas y adolescentes se encuentran 18
preguntas en las que se indaga por la relación del adolescente con su padre y
madre, de manera diferenciada. En los casos en los que el adolecente no viva
con alguno de sus padres se permite la opción de respuesta N/A (No Aplica) en
el aplicativo. Estas preguntas se encuentran identificadas con un asterisco en el
formulario impreso y allí se deberá marcar No Aplica.
5. Es importante explicar a la persona a la que se va a aplicar el instrumento que no
existen respuestas correctas o incorrectas, sino que uno de los propósitos es que
el profesional de acompañamiento pueda identificar el tipo de interacción que se
establecen entre los padres (madre y padre) y los y las adolescentes. Es posible
que se identifiquen prácticas negativas como el castigo físico, los tratos crueles
y humillantes que deberán servir de insumo para la construcción del abordaje y
del trabajo con la familia puesto que de ninguna forma se busca promover este
tipo de prácticas.
RECOMENDACIONES PARA LA INTERPRETACIÓN
DE LOS RESULTADOS
Este instrumento permite medir las actitudes y tendencias del comportamiento de los padres y madres (o cuidador
con este rol) en la interacción con sus hijos e hijas y se aplica tanto a los padres (mamá y papá, por separado)
como a los y las adolescentes entre 12 y 17 años, lo que permite analizar las prácticas desde ambas perspectivas,
identificar posibles inconsistencias y contrastar diferentes perspectivas en las relaciones entre padres e hijos.

Además, el instrumento permite evidenciar el uso de prácticas nocivas para la crianza, representadas en las
subescalas de bajo monitoreo y castigo físico, razón por la cual, los resultados de estas dos subescalas deben
interpretarse de manera inversa, es decir, mayor puntaje implica prácticas menos deseables por lo deben ser
abordados en las visitas domiciliarias para evitar los tratos crueles y humillantes, fortalecer desde el respeto y la
participación, las habilidades y herramientas de supervisión y, así mismo, promover las capacidades familiares.

Esteinstrumentonopermiteunamedidaagregadasinomedidaspor subescala; paralasprácticasdeinvolucramiento


y parentalidad positiva un mayor porcentaje representa un nivel más deseable para la crianza de los niños, niñas y
adolescentes; estas dos subescalas se van a representar en color azul. Mientras que, para las subescalas de bajo
monitoreo y castigo físico, mayores porcentajes demuestran niveles menos deseables para la crianza. La siguiente
gráfica muestra como ejemplo los resultados exante y expost para un padre, jefe de hogar y su hijo de 15 años.

Resultados instrumento Disciplina positiva –Padre e hijo

100
Padre 100
Adolescente (hombre)
Inv. Parental Bajo monitoreo
% Iniciales: 34 % Iniciales: 64
75 % Finales: 60 75 % Finales: 60

50 50

25 25

0 0
Involucramiento Parentalidad Bajo Castigo EX-ANTE EX-POST Involucramiento Involucramiento Parentalidad Bajo Castigo
parental positiva monitoreo físico parental parental positiva monitoreo físico
Madre Padre

Se puede observar que al inicio del acompañamiento el padre tenía unas prácticas de involucramiento con su
hijo de 34% y al finalizar aumentó 26 puntos porcentuales, pasando a un nivel de 60%. En cuanto a parentalidad
o reforzamiento, el padre presentó un nivel inicial de 35% y aumentó a 61% al finalizar el acompañamiento. Para
las subescalas inversas, se observa que al inicio del programa el bajo monitoreo del padre tenía un nivel inicial de
46%; sin embargo, aumenta este porcentaje a 62%al finalizar el acompañamiento, por lo que es necesario seguir
fortaleciendo las prácticas de monitoreo y supervisión. Al cierre del programa el padre no muestra cambios en el
uso de castigo físico, manteniéndose en 22%.

Las lecturas de los resultados iniciales, obtenidas durante el proceso de caracterización y diagnóstico, permiten
identificar las sub-escalas que puntúan en rangos menos deseables, los cuales sirven para proyectar, con la
familia, las posibles hipótesis de trabajo a abordar en el acompañamiento psicosocial. A partir de ello, se puede
indagar con la familia sobre sus imaginarios e historias de vida para comprender las pautas relacionales actuales
y construir otras formas de relacionamiento. Ahora bien, las sub-escalas que puntúen en rangos más deseables,
desde un enfoque apreciativo, pueden evidenciar recursos de la familia, los cuales podrán ser puntos de partida
para el fortalecimiento familiar.

Es importante tener presente en la interpretación de los resultados que en las acciones a realizar con la familia
se debe propender por la protección integral de los niños, niñas y adolescentes, y aunque no se pretende juzgar
las prácticas dañinas en la crianza, como el uso del castigo físico, maltrato y negligencia, si se busca que se
construyan nuevas alternativas de interacción y con ello se utilicen otras herramientas para orientar a los niños,
niñas y adolescentes en sus procesos de socialización dentro de la familia y en otros entornos. Esto con el propósito
de que estas malas prácticas no se vuelvan reiterativas y no afecten la integridad física y psicológica de los NNA.

En tanto esta medición entrega información del sistema parento-filial, permite comparar las respuestas de los
padres entre sí, las diferencias o similitudes en percepción entre los diferentes hijos/as y entre los resultados
observados entre padres e hijos/as. Así mismo, los resultados de estas sub-escalas invitan a realizar preguntas
sobre las prácticas de interacción, de modo que se pueda ampliar la información y así comprender elementos que
tienen que ver con las formas de relación que se presentan con los hijos menores de 12 años, que no contestan el
instrumento.

También es necesario que estos resultados se interpreten de manera conjunta con el resto de los instrumentos
que se utilizan en el programa y las observaciones directas, con el fin de hacer una lectura adecuada de la familia
y un abordaje pertinente durante todo el proceso del acompañamiento familiar psicosocial. En cuanto a recursos
que ofrece la modalidad orientados a fortalecer esta habilidad se pueden tener en cuenta las siguientes temáticas:

1. Ciclo básico: Comunicación PazSiente, a través de la cual se aborda la comunicación asertiva para la resolución
de conflictos interpersonales.
2. Ciclo básico: Crianza positiva está dirigida a identificar estrategias de crianza que facilitan la satisfacción de
necesidades de cuidado y bienestar entre los distintos integrantes de la familia.
3. Ciclo básico: Familias democráticas, que permite diseñar estrategias para la organización de la vida cotidiana,
la definición de roles y la participación de todos los integrantes de la familia.
4. Ciclo básico: Expresar sin herir trabaja con la familia conocimientos y herramientas prácticas para identificar
conductas desadaptativas ante el enojo y estrategias para modificarlas.
5. Ciclo de profundización: Cuenta conmigo, Involucramiento parental en la que se pueden identificar diferentes
formas de involucramiento al interior de la familia, que permitan explorar nuevas formas de relacionarse, a
través de la empatía, calidez, confianza y solidaridad.
6. Ciclo de profundización: Participación infantil aborda conceptos básicos sobre la participación infantil y sugiere
ejerciciosprácticosquepuedenrealizarseconlasfamiliasparaqueestasescuchenasusniños, niñasyadolescentes.

No olvide socializar los resultados con las familias con el fin de generar conversaciones
que permitan reflexiones acerca de cómo los perciben y de qué forma se pueden
fortalecer.
Referencias

Clark, L. A., &Watson, D. (1991). Tripartite model of anxiety and depression: Psychometric
evidence and taxonomic implications.

Dennis, T.(2006). Emotional self-regulationinpreschoolers: Theinterplayof childapproach


reactivity, parenting, and control capacities.

Donovick, M., &Domenech, M.(2013). Parentingpractices amongfirst generationSpanish-


speaking Latino Families: ASpanish version of Alabama Parenting Questionnaire.

Durrant, J. E. (2011). Positive Discipline. What is and How to do it? Sweden: Save the
children .

Escribano, S., & Aniorte, J. &. (2013). Factor structure and psychometric properties of
Spanish version of Alabama Parenting Questionnaire.

Forst, J., &Worthman, S. &. (2008). Play and child development.

Hernández-Guzman, González, Bermúdez-Ornelas, & Alcázar-Olán. (2012). Parental


practices scale for children. .

Kuppens, &Ceulemans. (2018). Parenting Styles: Acloser look at a well-known concept.

Nelsen, J., Erwin, C., &Duffy, R. A. (2015). Positive Disipline: The First Three Years. NewYork:
Harmony Book.

Orpinas, P., Rico, A., &Martínez-Cox, L. (2012). Latino Families and Youth: ACompendium
of Assessment Tools. University of Georgia.

https://alvarobilbao.com/ejemplos-para-educar-segun-la-disciplina-positiva Año 2020

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