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Matricula: 23804
Grado: 2° Trimestre
DESARROLLO
En el trabajo grupal, existen dinámicas que determinan el movimiento que
origina e institucionaliza una serie de técnicas, las que, apoyadas en la teoría,
otorgan herramientas para operacionalizar el trabajo con grupos pequeños, en pro
del logro de metas preestablecidas, Kurt Lewin, quien inaugura una escuela
científica nos entrega herramientas que permiten la comprensión y el manejo
técnico de grupos (la psicología de los grupos).
Para Lewin, el grupo es un ser vivo, ya que se desarrolla y está en constante
cambio, evolución y adaptación con el medio ambiente, compuesto por diferentes
partes, las que se influyen mutuamente, de ahí que la dinámica de grupos, viene a
regular y llevar a un mejor fin el trabajo desarrollado por cada miembro del grupo
mediante un conjunto de técnicas que se utilizan para la intervención grupal, estas
técnicas grupales operan desde la teoría, para un correcto uso y aplicación de la
dinámica.
En suma, “las dinámicas grupales, son espacios para desarrollar y
emprender acciones de aprendizaje colectivo, de forma entretenida y didáctica,
permitiendo a los individuos desplegar habilidades relacionales, desarrollando
actitudes sociales y psicológicas más positivas” (Prado Berrios, 2004, pág. 50).
Considero que el entramado de dinámicas que se manejan al interior del
grupo, brindan la seguridad necesaria para afianzar la interacción de forma
colectiva, participar y dar solución a las actividades en un marco de confianza,
respeto y dinamismo.
A partir de este momento es necesario contemplar la animación sociocultural
pues representa una de las metodologías de trabajo grupal más recientes e
innovadoras, busca y reconoce la importancia de los grupos en el entramado social,
por ello, su foco de estudio y de intervención no serán los individuos asilados sino
de agrupaciones.
La animación propone junto con la integración generar una animación
institucionalizada, que promueva las relaciones de cooperación y el encuentro entre
los individuos a través de las relaciones sociales para que pasen de ser relaciones
de cohabitación a relaciones de cooperación.
Justo en este momento nace el rol del animador siendo el actor clave en este
trayecto de trabajo grupal, para que los esfuerzos sean canalizados de manera
colectiva, su papel es fundamental ya que, como agente transmisor y mediador,
establece el contacto directo con las personas.
Un animador, debe ser empático, flexible, capaz de adaptarse a diferentes
situaciones y contextos, siendo tolerante y comprensivo, con una alta vocación de
ayudar a los otros y ser una persona dinámica, que atraiga y entusiasme a la gente
a participar y a emprender nuevos desafíos, “el buen animador de grupo es aquel
que ayuda a madurar al grupo, entendiendo por grupo maduro el que se gobierna y
funciona por sí mismo” (Prado Berrios, 2004, pág. 60).
De lo anterior citado se puede considerar que el papel del animador es
relevante pues demarca los límites de trabajo al grupo, así como el de saber guiar,
animar, motivar y darle aliento en los momentos críticos y oportunos.
Por lo que respecta a las participaciones, deberá cuidar de que se tomen en
cuenta todas las opiniones, en los encuentros grupales, siempre debe transmitir
ánimo y seguridad, deberá evitar intervenciones que descalifiquen o culpabilicen a
las personas, ya que la discusión y el debate deben hacerse siempre de forma
amistosa.
Por otra parte, resulta bastante interesante resolver problemas y/o desarrollar
actividades de forma colaborativa, ya que todo trabajo grupal debe formalizar sus
intervenciones en un proceso de planeación (Propuesta de trabajo grupal), en ella
deberá establecerse un diagnostico que determine su situación actual, seguido de
una formulación de objetivos y metas, indicando un destino, una finalidad que logre
alcanzar la acción coordinada de los integrantes del grupo.
La planeación como tal exige la participación activa de sus integrantes, ya
que se deben definir las actividades y/o medios para lograr un aprovechamiento
óptimo de los recursos del grupo (tiempo, cronograma, recursos, etc.).
Así mismo respecto a las normas que regirán al grupo, deben establecerse
las que apunten a una mejor convivencia, a comprometerse con un estilo de trabajo
y de relaciones que permitan un mejor desempeño y un mejor clima de trabajo socio
afectivo, ya que estas respaldarán y darán confianza al momento de las
evaluaciones finales, las cuales se caracterizan por ser más rigurosas y profundas,
pues es necesario evaluar, los objetivos, las metas logradas en función del proceso
y desarrollo grupal, tanto a nivel conjunto como personal.
En todo proceso grupal es notorio comentar que, “en los grupos pequeños,
es preferible que las decisiones que se tomen sean respaldadas por el mayor
número de individuos, pues serán mejores, en el sentido de que dichas decisiones
reflejan más fielmente lo que piensa el grupo” (Prado Berrios, 2004, pág. 81).
Del texto citado, es importante mencionar que por un lado cuando se suscitan
discusiones o conflictos y estos son solucionados al interior del mismo grupo, este
se fortalece conociéndose aún más sus límites y/o fortalezas, existiendo a su vez
un mayor sentido de pertenencia y cohesión, y por otro lado la toma de decisiones
se deberá dar de una forma casi natural, donde la mayoría este convencido de
decidir en torno a situaciones complejas.
CONCLUSIÓN
En síntesis, desde el inicio de este pequeño ensayo, se ha comentado que
los grupos representan un espacio fundamental en las relaciones diversas del ser
humano, por lo que es imposible pensar en estructuras sociales sin ellos.
El individuo es incomprensible si se separa del grupo que integra, y a la vez, los
grupos responden a la naturaleza de los individuos que los componen. El grupo,
es el eslabón entre el individuo y la sociedad, y desde esta perspectiva, para la
comprensión de la conducta social, es imprescindible el paso por el grupo. (Prado
Berrios, 2004, pág. 88).
Lo anterior citado resulta relevante, siempre y cuando las dinámicas, roles y
estructuras del grupo, ya sean formales o informales conlleven al manejo e
implementación de normas y valores, se socialicen y se interioricen, para que por
ende se logren los frutos de las buenas tomas de decisiones en los planos
estratégicos iniciales, en el desarrollo de actividades y más aún en los procesos de
evaluación constante.
Prueba fiable de que, en el ámbito de la gestión escolar, existe una diversidad
de grupos y en los cuales están determinados por algún tipo de dinámica
anteriormente expuesta, todos los actores del proceso, llámeseles docentes,
administrativos, personas de apoyo, padres de familia, alumnos e incluso
exalumnos, deberán fungir y desarrollar un rol como tal y en el cual, se deberán
establecer dinámicas que fomenten el encuentro, la cooperación y la participación
en pro de lograr grupos sanos y capaces de conseguir las metas necesarias para la
labor y el desarrollo institucional.
BIBLIOGRAFIA
Prado Berríos, M. (2004). El grupo pequeño: “Teoría y técnicas para la acción”. CHILE:
Universidad de Chile. Recuperado de:
https://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/113387/cs39-
pizarrom66.pdf?sequence=1&isAllowed=y