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ATRIBUTOS
Una persona que razona de esta manera, se le llama en lenguaje vulgar una
“mina de dinero”. Al darse cuenta de esta inconsistencia, lo lógico es que revise sus
preferencias para actuar consistentemente2. Este punto, es un punto muy fuerte a favor de
2
Howard Raiffa en su libro “Análisis de la Decisión Empresarial”, Deusto, 1978, tiene muy buenos
ejemplos sobre este punto.
3 TM-DC-001
Parece lógico pensar que para poder tomar una decisión correcta, es
necesario considerar todas las alternativas factibles. Difícilmente una decisión será
correcta, si es que se elige sin considerar todas las alternativas factibles para un decisor,
dado que entre las alternativas factibles que no hemos considerado, podría haber alguna
que sea mejor que la alternativa elegida. Por otro lado, la decisión tampoco sería correcta,
si la decisión que se toma no es una decisión factible para ese decisor. Lamentablemente,
este error es muy frecuente en las decisiones que tomamos a menudo y tiene su origen en
un estudio poco riguroso del problema “a priori”. Es por ello que el hecho de razonar
rigurosamente acerca de cuáles alternativas son factibles para el decisor, en el momento en
que debe tomarse la decisión, es de por sí mismo, un ejercicio intelectual de gran ayuda en
la resolución del problema.
3
Generalmente, estos esquemas los verán en los torsos de Comportamiento Humano en la Organización.
4
Ver TM-DC-021 “ Nociones fundamentales sobre probabilidad”.
4 TM-DC-001
Figura 1
0.60 600
A
0.40 -200
0.50 500
B
0.50 -300
Si éste fuese el tipo de problema al cual nos enfrentamos cada vez que
tenemos un problema de decisión con incertidumbre, nuestro problema sería fácilmente
resoluble. La decisión correcta a tomar, solamente analizando con rigurosidad el esquema,
y sin realizar ningún cálculo más, es la decisión A. ¿Está claro por qué?. Enseguida lo
veremos. ¿Qué pasaría si variamos ligeramente nuestro problema de decisión, como se
aprecia en las figuras 2, 3 y 4?. Bueno, encontraríamos que ya no es tan sencillo tomar una
decisión, y que tenemos que realizar algún otro cálculo, para poderlo hacer.
Figura 2
0.40 600
A
0.60 -200
0.50 500
B
0.50 -300
5 TM-DC-001
Figura 3
0.60 600
A
0.40 -200
0.50 900
B
0.50 -300
Figura 4
0.60 600
A
0.40 -200
0.80 500
B
0.20 -300
La figura 2, muestra las mismas alternativa con una pequeña variación. Las
consecuencias monetarias de ambas alternativa son las mismas que en la figura 1, pero
ahora la probabilidad de ganar 600 con A es 0.40, siendo ahora menor que la probabilidad
de ganar 500 con B, que sigue siendo 0.50. Indudablemente, este problema es distinto del
problema anterior. No se puede hablar en este caso de que una alternativa domine a la
otra. Lo mismo ocurre con los problemas de decisión que se presentan en las figuras 3 y 4.
En ninguno de estos casos es posible de hablar de dominancia, por lo que para poder
decidir debemos considerar otro criterio, que nos ayude a resolver nuestro problema.
Aquel criterio que elijamos debe considerar, de alguna manera, los elementos importantes
de nuestro problema; es decir debe incorporar las consecuencias monetarias posibles de
cada alternativa, junto con la incertidumbre de que estas consecuencias ocurran. Si el
criterio que escogiésemos dejara de lado uno de estos elementos, sería un criterio
incompleto, ya que no estaría considerando una parte vital de nuestro problema.
Estos resultados nos servirán para explicar un punto que no siempre es del
todo claro. Fíjese, amigo lector, que en el problema de la figura 2, jamás podremos obtener
un valor de 120. Lo que puede ocurrir es que gane 600 o pierda 200, si elijo A; o que gane
500 o pierda 300, si elijo B. Si elijo A, no obtendré nunca su VME, que es 120; lo mismo
ocurrirá si elijo B, tampoco obtendré su VME que es 100... Entonces ¿qué representa el
VME? ....La respuesta es sencilla. Representa el valor promedio esperado que obtendré, si
enfrentado al mismo problema una cantidad “n” de veces, siempre escojo la misma
alternativa.
7 TM-DC-001
Lo que debe quedar claro es que si bien el punto anterior es una debilidad
del VME, esto no valida los otros criterios que frecuentemente se usan como sustitutos del
VME, (minimax, maximin, etc.). Dichos criterios, al no considerar las probabilidades de
ocurrencia de cada consecuencia, son menos completos que el VME, y por lo tanto su
aplicación, en lugar del VME, nunca está justificada. Con esto queremos decir, que si bien
el criterio del VME no está libre de críticas, es el mejor criterio de todos los conocidos
hasta ahora5.
Por último, otra utilidad del VME es que nos sirve como referencia para
valorizar en cuánto podemos vender nuestro derecho de propiedad en una situación
incierta. Supongamos que tenemos los derechos de perforación sobre dos pozos petroleros,
A y B, y que después de un estudio sismográfico de ambos pozos, tenemos la situación
descrita en la figura 56. Si perforamos el pozo A, podemos perder US$600.000 si es que
está seco, ganar US$1'400.000 si encontramos destilado o ganar 3'400.000 si encontramos
petróleo7. Una situación parecida tenemos si decidimos perforar el pozo B, aunque las
cantidades monetarias y sus probabilidades de ocurrencia son distintas.
5
En realidad esto es cierto siempre que hablamos de neutralidad frente al riesgo. Para casos en que esta
neutralidad no sea válida, existe otro criterio más útil qua lo estudiaremos más adelante en el curso.
6
A fin de no complicar la explicación presentamos un ejemplo sencillo; sin embargo un problema real de
análisis en la industria del petróleo es mucho más complicado.
7
Estas cantidades son utilidades a las qua se le han deducido todos los gastos.
8 TM-DC-001
Figura 5
800
PERFORAR A Destilado 0.3 1,400
NO PERFORAR
Seco -600
0.35
750
PERFORAR B Destilado 800
0.45
8
Nuevamente estamos asumiendo que somos neutrales frente al riesgo; si esto no fuese así nuestro
razonamiento no sería válido.