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“LA REFLEXIÓN DE LAS APARIENCIAS”

Había una vez un joven llamado Juan, la cual vivía en la gran ciudad de
Tarapoto. Juan es un joven la cual sufre de algunas discapacidades
mentales, pero a pesar de su situación Juan es muy capaz de aprender y
ayudar a su familia. La familia de juan no tenía una posición estable pues
debido a su bajo nivel de economía y su gran nivel de humildad. Es ahí
donde Juan al igual que su hermano y su mamá deciden salir adelante con
la venta callejera, ofreciendo choclos dulces, bocaditos entre otros. Pues
conste a que el trabajo era muy agotador ya que tenían que caminar por
distintos lugares, calles avenidas, plazas, y restaurantes.

Un día lunes Juan decide salir a vender sus productos por la tarde ya que
como también era estudiante de la institución educativa Ofelia Velásquez
tenía sus tiempos limitados, pero como ya se le era de costumbre tenía sus
puntos claves de venta, ya que no en todos los lugares tenía buen trato
ciudadano. Entonces Juan muy entusiasmado comienza con su recorrido
hacia un parque muy conocido llamado(suchiche), pues la mayoría de
pobladores que vivían ahí ya conocían perfectamente a Juan, sabían su hora
de llegada su recorrido de todo el parque y era muy querido por todos allí.
Luego de haber recorrido y vendido casi todos sus productos Juan se
percata que aún le faltaba vender un choclo y muy tranquilo se acercó a un
señor a ofrecerle si deseaba cómprale un choclo la cual no ofendía a nadie,
pero cuando de pronto el señor se percató que Juan se le había acercado
hizo un gesto de desprecio hacia el y con mucha ira el señor le dijo: ¡¡¡Que
acaso los ladrones no deberían estar en la cárcel que hace un muchacho
apestoso y pobre aquí largase!!! Exclamo muy alterado el señor, la cual a
Juan lo puso muy triste y nervioso a la vez. Inmediatamente un vecino al
ver la situación se acercó y trato de calmar al señor y tranquilizar a Juan
que estaba muy asustado, pero el señor seguía muy alterado y seguía
diciendo cosas muy hirientes para Juan. Lo cual el vecino le miro a los ojos
fijamente, puso un tono de voz más grave y le dijo: Mire señor el
muchacho no está haciendo algo de malo, no está robando, no te está
insultando y mucho menos faltando el respeto para que usted venga y trate
de esa forma a este humilde muchacho que su única intención es venderle
un choclo, uste no sabe por lo que este niño vive el por qué está a qui
vendiendo y no está en casa con su familia, no todos tenemos la suerte de
tener todo lo que queremos, comprarnos lo que se nos antoje decir y
humillar a quien queramos, este muchacho honrado y trabajador solo está
haciendo un buen acto la cual es ayudarle a su familia con lo poco que tiene
quiere sacar adelante a las personas que más ama eso no se da cuenta
señor?; el señor muy conmovido pensó y reflexionó lo que le generó una
angustia para que le pidiera una sincera disculpa. Tienes razón señor
muchas veces juzgamos a las personas solo por sus apariencias e hijo mío
te debo una disculpa, por ser una persona egoísta y malcriada contigo, no
sabía lo muy importante que era ponerse en los zapatos del otro exclamo el
señor muy arrepentido de su mal acto.
Consejo: NO JUZGUES A LAS PERSONAS POR SUS APARIENCIAS.

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