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En esta epopeya se les estará dando a conocer acerca de la historia José Francisco Antonio
Peña Gómez, a también conocido por el pueblo dominicano, únicamente como Peña Gómez.
Amado y elogiado por muchos, odiado y humillado por muchos otros. Este se comenzó a
hacer notar luego que desde una emisora local este llamara la atención de muchos
ciudadanos después de hacer un llamado a la insurrección popular contra de la dictadura
militar y a favor del retorno de Bosch.
Pero ¿Quién era exactamente Peña Gómez? Fue un político y abogado de ascendencia
haitiana, ocupo el puesto como líder del Partido Revolucionario Dominicano (PRD) tras al
golpe de Estado de Juan Bosch en el año 1963, fue candidato a la presidencia durante 3
ocasiones (1990, 1994, 1996) y fue exalcalde de la provincia de Santo Domingo durante
1982-1986.
01
Era el 6 de marzo de 1937, en la ciudad de Santa de Mao, en la provincia de Valverde hijo de
humildes emigrantes haitianos que debieron huir del país pocos meses después de su
nacimiento, cuando el dictador Rafael Leónidas Trujillo desató una campaña de odio en
contra de los haitianos. Fue adoptado por una familia dominicana.
No se ha sabido con certidumbre el destino de los padres de José Francisco Peña Gómez,
pero sí se entiende que debieron dejar su hogar de forma imprevista y rápida, dejando el
niño, con apenas 6 meses de nacido, al cuidado de una prima hermana de la madre, la cual
tenía entonces apenas unos 15 años de edad. La criatura fue escondida en un bohío algo
lejano del predio asaltado, en el núcleo de una familia dominicana, siempre al cuidado de su
prima. La prima del recién nacido José Francisco pudo acercarse a Mao, siendo protegido
primero por la familia del agricultor Américo Torres y, definitivamente adoptado por el
hogar de los pequeños comerciantes campesinos don Regino Peña y doña Fermina Gómez,
quienes dieron sus apellidos definitivos. Sus nuevos protectores eran rubios y de ojos azules
y José Francisco pudo asistir a la escuela de Hato Nuevo, donde cursó sus primeros estudios,
radicándose luego en el propio pueblo de Mao. La quiebra que sobrevino a sus padres
adoptivos obliga a José Francisco a desempeñar los más variados oficios: dependiente de
colmado, aprendiz de barbero, zapatero, limpiabotas y mecánico.
Mientras trabajaba como colmadero José Francisco consiguió un gran amigo llamado Pedro,
este se encargaba de aconsejarlo y ayudarlo en todo lo que podía, como Francisco creció
siendo un niño discriminado por todos los demás niños y adolescentes tan solo por sus
orígenes, este se sentía sumamente contento por tener a un amigo tan leal y que lo apreciara
tanto, tenía tantos planes a futuro que quería cumplir con este sin saber que un día la tragedia
los golpearía y de la manera más letal.
Peña Gómez como cualquier otro día, llegaba a atender el colmado, cuando se encuentra al
Sr. Santana, el dueño del local, quien no lo esperaba con buenas noticias...
- Buenos días, Señor Santana, ¿cómo se encuentra esta mañana? -comentaba un
animado joven mientras saludaba al propietario sin imaginar la noticia que le
esperaba-…
02
El joven notaba a su mayor un tanto nervioso, este temblaba y su semblante se veía más serio
y triste que de costumbre, no se esperaba nada bueno, ya estaba pensando en su posible
despido, ya pasaban por su mente ¿Que pudo haber hecho mal?
- Hola Francisco, yo estoy más o menos, creo que tenido días mejores – el señor se veía
sumamente triste, esto ya estaba preocupando al pobre Francisco -
- Señor, ¿acaso se encuentra usted bien? ¿de casualidad le paso algo? - comento el
joven Francisco, ya algo contornado -
- Si, yo solo quería darte una noticia, solamente no sé de qué manera decirle esto...
- Señor, si hice algo mal en algún momento y eso amerita mi despido, lo comprenderé y
no reclamare
- No, no es nada de eso...
- ¿Entonces? ¿Qué sucedió?
- Ayer... asesinaron a Pedro...
Francisco no sabía ni cómo reaccionar, no sabía que hacer, ni que decir, ¿debía ir a casa de
su mejor amigo? ¿Derrumbarse y llorar? O preguntarle al señor delante del cómo había
sucedido todo. Este opto por lo último.
- En cuanto me entere vine lo más rápido - comento Francisco- Yo... lo siento tanto.
- No te disculpes, no es tu culpa. -Fueron las palabras de la mujer viendo al joven-
Francisco se quedó en la casa de su amigo hasta que comenzó a caer el atardecer, se despidió
de las personas que aún estaban ahí y se dirigió a su casa, aun con el dolor de perder a su
amigo.
03
Después de la trágica muerte de su mejor amigo, el joven Francisco se veía contraído y
depresivo, varios de sus allegados habían notado los cambios en las actitudes y
apariencia del joven, se notaba más ido y desorientado, comía muy poco, le costaba
levantarse es las mañanas, siempre estaba desanimado y se comenzó a ver más
desaliñado.
La mujer tomo rumbo hacia el comedor, en donde su familia los esperaba para desayunar.
Toda la familia estaba preocupada por José, este había cambiado mucho su forma de ser de
la noche a la mañana, extrañaban mucho al antiguo José, solo esperaban que después de un
tiempo este vuelva a ser mismo.
- ¿En serio crees que bajara? -Pregunto el padre de Francisco a la mujer que sentaba
junto a él.
- Verdaderamente, lo dudo mucho - Contesto con cierto tono de tristeza en su voz-
- Pues tiene que, porque, si el no baja por cuenta propia yo mismo iré y lo bajare a las
malas.
- No deberíamos presionarlo tanto...
- ¿Presionarlo? Solamente intento que mi hijo que mi hijo no se mate de hambre y no se
quede estancado en esa tragedia.
- Y lo entiendo, pero creo que deberíamos ponernos en su lugar y darle su espacio
Cuando la pareja iba a seguir con su pequeña conversación, escucharon un fuerte estruendo
proveniente de cierta habitación.
04
Se dispuso a arreglarse para dirigirse hacia el comedor hasta que de la nada a este le
comenzó a dar un dolor de cabeza horrible, no era un dolor de cabeza normal como
cualquier otro que le hubiera dado, este era uno excesivamente fuerte, y posterior a
esto, comenzó a ver borroso hasta que perdió el conocimiento de todo lo que paso a
continuación.
Un tiempo después
Este comenzó a despertar poco a poco, sin entender absolutamente nada de lo que
sucedía, cuando logro enfocar su vista los primeros rostros a lo que vio fueron los de
sus padres, ambos se veían sumamente preocupados y juraría que vio a su madre al
borde de las lágrimas.
- ¿Q-que me paso?
- Te desmayaste, probablemente por los malos hábitos que estabas llevando
últimamente – respondió su padre, con cierto tono desaprobado
- Y-yo
- Cariño, solo nos preocupamos por ti, desde la muerte de tu amigo no has vuelto a ser
el mismo, entendemos que la pérdida de un ser tan querido es dura, pero no puedes
sumergirte en la depresión absoluta solo por eso
- …
El joven no sabía que decir, estaba consciente que desde que perdió a su amigo había
cambiado mucho su forma de ser, pero no sabía que también estaba afectando a su familia
con su cambio de actitudes.
05
José se quedó pensativo después de las palabras de su madre, sus padres aun seguían en su
habitación, pero este seguía ido en sus pensamientos. Un carraspeo lo saco de su ensoñación
el cual provenía de su padre.
- Mira José, entendemos que quieras un momento para ti, para sobre llevar el luto, pero
más que tratar de superar pareciera que tratas de encerrarte en ello, ya no sales, no
comes con nosotros, ya no eres tan dedicado a tus estudios y solo vas a trabajar de vez
en cuando, ¿te parece bien todo lo que estas perdiendo solo por eso?
- Yo no...
- Cariño, solo queremos lo mejor para ti
- Y lo sé, créanme que lo sé, pero
- Pero solo quieres quedarte encerrado y eso no es para nada algo sano
- …
- Mira, te dejaremos un momento a solas, trata de pensar en lo que te dijimos y elige lo
que decidas que está bien, no te vamos a presionar para que salgas ni nada de eso, pero
por al menos intenta animarte un poco más, ¿sí?
- Si
Después de charlar con sus padres, José se volvió a quedar pensativo, sus padres tenían
razón, hace días no comía como se debía, había bajado sus calificaciones, ya casi no iba a
trabajar, Dios, estaba tan mal y no lo había notado, este debía poner su vida en rumbo
nuevamente.
Se alisto para ir a desayunar con su familia, estaba dispuesto a volver a ser del de antes, este
se bañó, se cepillo, se cambió y peino, iba a volver a poner su vida en rumbo.
Cuando sus padres vieron que este se sentó con ellos a desayunar se emocionaron, su padre
dudaba que iba a bajar, pero se alegraba de que lo haya hecho.
Después de desayunar, José les pidió un permiso a sus padres para ir hacia al colmado, le
debía una disculpa al señor Santana, este había confiado en el para dejarlo trabajar a ir,
asegurándole que sea puntual y responsable en todo cuando no fue así.
En su transcurso hacia el colmado se topó con un grupo de jóvenes, había caras que conocía,
había otras que no, José iba a rodear al grupo para seguir con su camino hasta que oyó como
alguien de dicho grupo lo llamaba.
Este se giró para ver quien lo estaba llamando, y cuando lo noto este no dudo en acercarse a
saludar.
Juan era un amigo suyo y de Pedro, este se había mudado a Santo Domingo con su familia
debido a una mejor oferta de trabajo que su padre había recibido, había pasado alrededor de
un año desde que se fue.
- Es bueno verte por aquí, ya hacían falta tus travesuras por el barrio
- Uf, me imagino que Doña María no pensaría lo mismo que tu
- Y no la culpa, tenías atormentada a la pobre señora
- ¡Ay! Así como lo dices parecería que yo era el malo cuando esa mujer tampoco era tan
fácil de llevar
Este quería seguir hablando con su amigo, hasta que recordó porque había encaminado su
camino y se despidió de su amigo y su grupo y se dispuso a seguir su recorrido.
07
Después de 5 minutos de camino más, había por fin llegado al colmado, este vio al señor
Santana atendiendo el solo el local, se sentía verdaderamente pésimo, le había quedado mal
en varias ocasiones, no dudaba que este se hubiera visto en varias situaciones más
complicadas y apretadas que en este momento.
Ahora se planteaba el sí debía o no entrar al colmado, estaba seguro de que el Señor Santana
probablemente no lo quería ver ni siquiera en pintura, también sumándole que se veía muy
ocupado, sin duda era mejor volver en algún otro momento, tal vez cuando tuviera más
ánimo y el señor Santana estuviera menos ocupado.
Este se dispuso a darse la vuelta y marcharse hasta que escucho como el Señor Santana lo
estaba llamando, este se acercó al mostrador bastante avergonzado y con la cabeza agachada.
- Vaya, dudaba mucho que te volviera a ver por aquí -Comento el mayor-
- Es que yo-
- No te preocupes José, no necesitas darme explicaciones, yo entiendo cómo te estabas
sintiendo, aunque en los primeros días si me sentía un tanto molesto contigo, pero
luego de ponerme en tu lugar y tratar de entenderte pude medio comprenderte
José estaba al borde de las lágrimas, este se sentía verdaderamente mal por la manera en que
se había centrado solo en él y no pensó en nadie más.
- Tal vez no tenga por qué excusarme, pero si le debo una disculpa, no tenía por qué
desatender mis actividades con usted, le di mi palabra de que lo ayudaría y no fue así
- Ay niño, no seas duro contigo mismo, y por mi parte no te preocupes, estas más que
perdonado
Después de arreglar las cosas con el señor Santana y pedirle una segunda oportunidad este se
dirigió a su casa, más feliz de lo que pudo imaginar.
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Luego de haber regresado a su casa, este le contó a su madre como había transcurrido
su día, el cómo había solucionado las cosas con su jefe y el que se topó con Juan,
cuando le comento lo último a su madre a esta le cambio completamente la cara una
mucho más seria.
- ¿Qué sucede?
Le pregunto a su madre cuando vio su cara tan seria, esta rara vez estaba de esta manera y
eso no le daba buena espina
Este lo dejo a criterio de su madre, verdaderamente tampoco creía que Doña María se
estuviera inventado algo tan serio, pero tampoco había notado ninguna actitud rara en
su amigo, así que no sabía que pensar.
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Después de volver a su rutina diaria, este se comenzó a encontrar más seguido con su antiguo
amigo y su grupo, las conversaciones con su amigo no habían pasado a más allá que un
saludo.
Un día cualquiera en el que estaba trabajando en el colmado, esta nota como el señor Santana
no dejaba de ver algo por la pequeña ventanilla del local. Se veía bastante preocupado
- No puede ser
- ¿Qué sucede señor?
- Nada de lo que debas preocuparte José, solo son los jóvenes que anda asustando a todo
el barrio
Cuando este se acercó a observar por la ventana, no pudo creer lo que veía, ahí estaba Juan
con todo su grupo, su madre no se equivocaba cuando le estaba advirtiendo acerca de Juan,
era justo como se lo había contando su madre, este no andaba en buenos pasos y su grupito
de amigos muchos menos.
- ¿Los conoces?
- Si señor…
- Pues espero que no andes en los mismo pasos que esos muchachos, eres un joven muy
bueno para que arruines tu vida de esa forma
- No lo haré señor, estoy seguro de eso
- Pues así espero
Después de esta conversación, Jose siguió trabajando sin poder dejar de pensar en el rumbo
que cogió la vida de su amigo, le costaba imaginarse que el niño con el que antes solía jugar
estuviera hecho un vago que vivía de atormentar a las personas.
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Era un nuevo día en la vida de José, este se había quedado pensativo desde lo que vio el día
de ayer, se estaba alistando para ir a la escuela, después de su “pequeño”bajón académico
este se propuso a mejorar sus calificaciones como se lo había prometido a su madre y pues
así fue.
- Te ves hermoso mi niño – dijo su madre con una gran sonrisa en su rostro-
- Ay mamá, esta no es la primera vez que me ves con el uniforme de la escuela
- Obviamente no, pero todos los días que te veo con el es como si fuera el primero
- Ay, eres tan sentimental -le contestó José a su madre con una risa vergonzosa-
- Ay ya, se ve que contigo no se puede hablar -dijo su madre con un tono de reproche
divertido- mejor termina ya de alistarte para que bajes a desayunar
- Pero si ya estoy listo -contestó el joven confundido-
- ¿Acaso piensas irte a la escuela sin zapatos?
Después de esto el joven miro hacia sus pies, notando que aun no tenía los zapatos de la
escuela puestos, esté rápidamente prosiguió a ponérselos mientras su mamá salía de su
cuarto mientras reía
Verdaderamente, no imaginaba que sería de su vida sin esa mujer, es la persona la cuál más
la ha apoyado en todo momento, a pesar de que este no fuera su hijo biológico, se encontraba
muy agradecido con ella por tratarlo como si lo fuera.
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Había un famoso dicho que Jose se había inventado el cual decía “Un día más, es como si
fuera un día menos en la escuela”, y aunque la frase pareciese un poco muy cruel, para José
era la verdad.
Y a ver, no era que odiara la escuela ni nada por el estilo (Tal vez un poco si) el problema
eran los largos horarios que para él simple no tenían sentido. Iniciar la escuela desde muy
temprano hasta salir hasta tan tarde no tenía sentido.
Aparte que la convivencia escolar tampoco era la mejor si se lo preguntaban a él, aunque no
lo hayan hecho con palabras este sabía que lo juzgaban, maestros, alumnos, autoridades de la
institución, es más, hasta creía que era capaz de que hasta los conserjes los juzgaban.
Aunque eso también pudiera ser culpa dr su paranoia, ¿Pero acaso pueden culparlo? Desde
que era más pequeño donde sea que vaya siempre era juzgado, ya sea por sus orígenes o
color de piel.
Siempre, pero SIEMPRE a tenido que aguantarse apodos como “Hey tu el negrito” o “Hay
viene el haitiano ese” y no lo malinterprete, no era que se sintiese menos orgulloso de su
color de piel o de sus orígenes, para el estos eran un gran orgullo, solamente estaba cansado.
Cansado de no poder ir a ningún lugar sin ser señalado, cansado de tenerse que aguantar a
apodos discriminatorios porque al fin y al cabo son eso “simples apodos”
Le iba a tocar a vivir con eso toda su vida, los maltratos, ser juzgado, señalado y más,
únicamente por sus orígenes. Algún día le gustaría que su situación cambiara, y no solo para
el, sino para todas las personas que eran como el.
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Una día más en el que veía el sol amanecer, ¿Acaso no era este uno de los momentos más
hermosos? Le encantaba ver los amaneceres, y no era porque tuviera la costumbre de estar
despierto antes de que el sol saliera, solamente que curiosamente, por obra y gracia del
destino José en la mayoría de los casos se encontraba despierto antes de los amaneceres.
Y eso no era porque fuera un madrugador de corazón, lo era por obligación. Debía estar
despierto desde muy temprano si se quería alistar a tiempo para ir a la escuela, porque no era
que esta quedará precisamente cerca de su casa, si no al contrario, este le quedaba bastante
lejos. Y por desgracia del destino, José no contaba con la suerte de tener un carro ni nada por
el estilo.
- Vaya José, ya ni siquiera saludas a tu viejo amigo, hasta pareciera que me ignoras
- No lo hago
- ¿Entonces? ¿Por qué pasas a mi lado y ni siquiera un hola me regalas?
- …
- Es más, hasta me atrevería a decir que tu cara cambia totalmente cuando pasas junto a
mi, ¿acaso tan malo soy que no me merezco ni un saludo del gran José?
- Juan, ya debo irme -Dijo José tratando de salir de la incómoda conversación-
- ¿Es eso o solo quieres escapar de mis preguntas?
- Tal vez sean ambas – Y posteriormente este se dispuso a esquivar a Juan y seguir con
su camino, dejando al primero con las palabras en la boca-
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Era un día más en la vida del joven José, y por suerte para este, era fin de semana, sus dos
días favoritos de la semana por fin habían llegado.
Aunque podría pasársela durmiendo esos dos días seguidos, este tenía un trabajo con el cual
cumplir, ayudar ak Sr. Santana con su local. Como no podía trabajar desde temprano los días
de escuela, el señor Santana atendía el local hasta que el llegara de la escuela, mientras que
los fines de la semana le tocaba a José administrar el local de 8 A.M hasta las 7 P.M..
Ahora que el José lo pensaba, su horario de trabajo era aún peor que su horario escolar, pero
que se podría hacer, el señor Santana le pagaba medianamente bien para lo que cobra un
colmadero, más que llevar un poco de ahorro extra a su casa era bastante bueno.
Pero volviendo a lo que estaba haciendo ahora, este se encontraba en rm mostrador del local,
atendiendo a unas cuantas personas, eran casi las 12 del día y sin duda alguna, esta era la
hora más concurrida en el negocio. Muchas señoras comprando condimentos y de más para
cocinar y varios niños y jóvenes haciéndole mandados a sus madres para cocinar.
Aunque había muy pocas ocasiones en donde también iban hombres a hacerle los mandados
a sus esposas, pero eran muy pocas debido a que en ma mayoría de los casos los hombres
para esta hora se encontraban trabajando.
Después de terminar de atender a tantas personas el día transcurrió con total notoriedad,
atendió a unas cuantas personas más en el transcurso del día, hasta que llego la hora de cerrar
y el señor Santana apareció para hacer las cuentas y el inventario de materiales.
Cuando este termino se despidieron el uno del otro, José iba feliz ya que iba a su casa a
descansar sin saber lo que le pasaría.
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José se encontraba haciendo la trayectoria hacia su casa, hasta que un golpe bastante fuerte
en su hombro lo caso de si, este había sido proporcionado por uno de los amigos de Juan,
este lo reconoció del día en el que se encontró con su amigo, este no estaba solo si no que se
encontraba con otros dos chicos más, no dudaba que también fueran amigos de Juan.
Después de decir esto, José se encontraba dispuesto a rodear al grupo hasta que un puñetazo
lo hizo caer al piso y, posteriormente a esto comenzó a recibir varias patadas es abdomen y
estómago, este intentaba cubrirse la casa y tratar de salir de esa situación, pero le era inútil.
Cuando el trío de jovenes de cansó de golpearlo, uno de ellos se acercó a José y me dijo
Para después irse con su grupo riéndose y dejando al pobre José tirado sin más.
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Jamás en su vida le habían pegado una paliza tan brutal como esa, es más, no recordaba si
algún momento le hubieran pegado una paliza. Este intentaba llegar a su hogar y sus cálculos
eran correctos debía darse prisa porque no dudaba que el ejercito Trujillista estaría haciendo
guardia por su barrio en un rato, y encontrarse a un joven golpeado a dicha hora no daría la
mejor impresión.
Desde lo que paso con su amigo, Pedro, este le tenía mayor miedo a dicho ejercito desde
entonces. Pónganse en su lugar, si a su amigo únicamente le dispararon a quema ropa por
estar en la calle fuera del toque de queda, no queriendo ni imaginarse que sería de el estando
fuera de este y encima golpeado, sumándole que precisamente el ejército Trujillista no era el
más amante de las personas haitianas o de origen haitiano.
Con mucha dificultad este llegó hacia su casa, pudo observar desde la ventana como su
madre se veía bastante consternada y su padre trataba de consolarla, no dudaba que ambos
estuviesen imaginando lo peor, y no los culpaba, la situación del momento tampoco era muy
favorable que digamos.
Este toco la puerta de su hogar esperando a que alguno de sus padres le abriera, hasta que de
un momento a otro todo se volvió oscuro y sintió un golpe seco. Se había desmayado.
Lo último que pudo escuchar antes de perder por completo el conocimiento es un grito
desgarrador el cual provenía de su madre.
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José pudo percibir un aroma amargo, muy parecido al del alcohol epiléptico, dicho aroma
provoco que poco a poco este recuperara la conciencia. Tuvo que parpadear varias veces
para poder acostumbrarse a la luz.
Cuando este se comenzó a despertar, lo primero que observó fue a su padre el cual se había
encargado de acercar los algodones con alcohol a sus fosas nasales, y a su madre la cual se
veía consternada al borde de las lágrimas.
José intentó sentarse pero el fuerte dolor si lo impidió, nunca en su vida había sentido algo
así de fuerte.
Veía a sus padres molestos, los veía con una cara que nunca había visto jamás, al
menos una que recordara, esto se pondría bastante feo.
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- Esos jovencitos ya me tienen cansada, todos los días están haciendo destrozos y
molestando a todos en este barrio.
- Ya lo creo, no hay día en donde no hagan destrozos por todo rl barrio y mo hay día en
donde no oiga quejas de ellos.
- Pero no es culpa de Juan.
- ¿No? ¿Entonces de quien es culpa?
- José, se que no quieres aceptarlo, pero Juan no era el mismo niño dulce que era antes.
- Concuerdo con lo que dice tu madre, no nos mintamos a nosotros mismos, desde
chiquito era revoltoso, pero ahora empeoro, anda por malos pasos, y-
- ¿Y?
- No dudo de que el allá enviado a sus amigos s golpearte.
- N-no, Juan nunca haría eso
- ¿Y como lo sabes?
- Hace mucho no hablan, no sabes es que pasos ande.
- Y te puedo asegurar que por unos buenos no anda.
- José, lo único que te pedimos es que ya no te juntes con el.
- No queremos que te arrastre con el sea cual sea el camino por el cual ande.
- Eres un niño muy bueno y no queremos que arruines tu futuro.
- ¿Nos prometes ya no juntarte con el?
- Lo prometo.
Después de esta plática con sus padres, su madre le dio las buenas noches y se dirigió a su
cuarto para dormir, mientras que su padre lo llevaba hacia su cuarto, lo recostaba en su cama
y de igual manera le dio las buenas noches.
Este se quedó pensando en todo lo que le habían dicho sus padres, estos tenían razón en que
Juan no seguía siendo el mismo, ¿pero que lo mande a golpea? Este tenía muchas cosas en
las que pensar.
Capítulo 2
01
Aunque seguía teniendo sueños (o más bien pesadillas) de todo lo que sucedió
con sus viejos amigos, este había aprendido a conllevarlo de la mejor manera, o
al menos eso creía creer.
02
Era un nuevo día para José, este se había despedido bastante temprano ese día, ya que la
universidad les había organizado un viaje hacia el juzgado de paz, este se encontraba muy
(por no decir bastante emocionado).
Esta era mi primera vez desde la primaria que hacía un viaje en alguna de las instituciones en
donde estudiaba y eso lo ponía muy feliz, más que le emocionaba mucho conocer el juzgado
de la paz.
José se esté terminando de alistar para ir al punto se encuentro con sus compañeros y
maestros, no podía contener su emoción por más que tratara.
- Un rato después-
José ya se encontraba en el lugar en el cual se encontraría con sus compañeros, había algunos
reunidos en grupos con sus amigos, otros estaban esperando a sus amigos que aún no
llegaban y otros se encontraban confirmando varias cosas.
José se encontraba charlando con varios de sus amigos, confesando su emoción con el viaje,
cuando un maestro se acercó a ellos para comentarles que ya era momento de acomodarse
para comenzar su viaje, esto sería muy interesante.
El recorrido había transcurrido con total calma, no era un viaje ruidoso, pero tampoco era un
totalmente silencioso, era el ambiente ideal para un viaje grupal.
Aunque el ambiente no era igual que la comodidad que se había pues, sin duda el espacio en
el transporte era algo que daba bastante por desear, pensando en lo más económico para el
bolsillo de todos, la universidad había contratado una guaguita para que fuera su medio de
transporte en su recorrido, aunque de alguna manera se veía muy tacaño de su parte, se igual
manera no había razón para gastar tanto dinero en una guagua de mayor tamaño, o eso
pensaba José.
Se encontraba mirando el paisaje a través de la ventana, a pesar de que este no fuese d Eli
más llamativo ni atractivo, era una manera de mantener su mente entretenida y distraída. El
paisaje era de lo más monótono y aburrido, todas las casas se veían de igual manera, con
colores opacos y poco llamativos, todas las casas y edificios por esa área se veían de la
misma manera, lo cual lo volvía casando a la vista, no entendía el cómo las personas que
residían por esa zona no se aburrían de eso. Pero quien el para juzgarlos, verdad?
El camino continuo de manera tranquila, sin contratiempos ni problemas hasta que llegaron a
un alto, pudieron observar a algunos miembros de la policía vial haciendo paro de vehículos,
esto simplemente no significaba nada bueno.
Pudo ver como estos sacaban a las personas de un auto y hacían revisión del vehículo,
bolsos, mochilas, prendas e incluso revisión de las misma personas, solo podía significar dos
cosas, estaban haciendo su trabajo en serio o simplemente querían un soborno por partes de
las personas, no era algo tan raro de ver ya que estos siempre buscaban una manera de
beneficiarse a manos de los demás.
El hombre de mediana edad, por su uniforme denotaba que era otro de esos policías se
encontraba a pocos centímetros del grupo que se encontraba para hacer el recorrido, había
algunas personas nerviosas y otras tranquilas, sin duda las emociones se encontraban muy
dividida entre ese grupo de personas. José se encontraba de manera serena, no estaba
preocupado, sus padres siempre le habian instruido con que si en algún momento se llegaba a
encontrar a un grupo de policías sean cuales sean se mantuviera calmado y no perdiera la
cabeza, si te pones nervioso y ellos lo notan serás una presa fácil para ellos.
Este noto como ya el policía se encontraba hablando con el conductor, por la expresión en el
rostro de este no era nada bueno, y estuvo seguro que no era el único que lo notó cuando un
profesor, más específicamente, el profesor Soto, quien impartía la materia de Historia se
acercó a ellos.
El señor Soto era un hombre mayor, tenía 62 años, muy cerca de su jubilación, pero muy
apasionado a su trabajo a pesar de su edad, algo que lo caracterizaba en la universidad era
que le gustaba que las cosas que asignaba transcurriera de la manera que el asignaba y como
le gustaba, en total calma.
- Solo estamos haciendo una revisión general señor, hemos estado teniendo problemas
con el tráfico de sustancias por toda la provincia y queremos asegurarnos de que este
seguro.
- En serio ustedes creen, que estudiantes universitarios, con un brillante futuro por
delante serían capaces de arriesgar su carrera y reputación, encima manchar el nombre
de nuestra universidad únicamente por una par de pesitos y un momento de
adrenalina?
- Si.
- Mire señor, yo solo hago lo que se me ordena, si cree que hay algo
mal con la manera en que hago mi trabajo puede irse a quejar en el ministerio.
- Mire, señor, vuelvo y reitero que yo solo hago mi trabajo, también que a ninguno de
ustedes se le acuso de posesión de sustancias, simplemente en una revisión obligatoria.
El maestro quiso seguir refutando, hasta que por llamado del conductor tuvo que parar y con
eso se procedió a hacer el chequeo
Después del tenso intercambio con el maestro, los estudiantes se vieron obligados a ceder
ante la situación. Mientras el oficial realizaba el chequeo, el ambiente en el autobús era
denso, cargado de sospechas y desconfianza.
Después de que todos los pasajeros hayan salido limpios de la revisión, el viaje pudo
continuó con total tranquilidad, aunque sin alejar totalmente el ambiente tenso que había
entre ellos, simplemente era un momento algo incómodo estar en ese lugar, aunque todos
hayan salido limpios, las sospechas y dudas quedan plantadas entre todos
A medida que el autobús avanzaba por la carretera, el silencio entre los pasajeros se volvía
más palpable. Algunos intentaban retomar sus actividades normales, sumergiéndose en libros
o dispositivos electrónicos, pero la incomodidad persistía.
En un esfuerzo por aligerar el ambiente, alguien propuso iniciar una actividad grupal o jugar
a algún juego. Aunque la participación fue tímida al principio, gradualmente la gente se
involucró, permitiendo que la tensión se disipara un poco.
A medida que avanzaba el viaje, los lazos entre los pasajeros se fortalecieron de manera
inesperada. Las risas y conversaciones distendidas comenzaron a reemplazar la
incertidumbre inicial. Aunque la sombra de las acusaciones permanecía, el grupo encontró
una manera de superar el malestar y concentrarse en disfrutar el resto del viaje. Sin duda este
ambiente era uno más cómodo para estar a vista de José, donde todos se comportaban como
amigos, sin esa incomodidad que había en el principio, sin duda alguna, eso era algo muy
bueno.
07
Al llegar, fueron recibidos por el guía del recorrido, quien compartió detalles sobre las
actividades planificadas y los puntos de interés. A pesar de que algunos todavía mantenían
reservas, el cambio de escenario parecía haber influido positivamente en el ánimo del grupo.
El maestro, decidido a dejar atrás las discordias del viaje, animó a los estudiantes a
aprovechar la experiencia al máximo. La primera actividad fue una caminata exploratoria por
el lugar, donde todos tuvieron la oportunidad de apreciar la belleza del entorno y relajarse.
Con el transcurso del día, las tensiones del viaje se desvanecieron gradualmente. Los
estudiantes compartieron risas, anécdotas y se sumergieron en las actividades programadas,
creando recuerdos que eclipsaban el incidente inicial.
A medida que el sol se ponía, el grupo se reunió para una cena grupal. La comida y las
charlas amigables contribuyeron a cerrar la brecha que se había formado durante el viaje. Al
final del día, la mayoría de los pasajeros se sintieron agradecidos por la oportunidad de
reconstruir la camaradería y disfrutar de la experiencia juntos.
Un rato después
José llegó a su casa exhausto, había sido un día bastante cansado y entretenido, pero estaba
muerto del sueño. Este se dirigió hacia su cuarto, con el propósito de echarse una siesta
cuando de pronto sintió un pequeño mareo, no le dio mucha importancia, simplemente creyó
que sería una secuela de su viaje, hasta que de la nada dejó de sentir sus extremidades baja y
todo se volvió negro.
08
Cuando José recuperó la conciencia, se encontró en una especie de niebla difusa. Aunque
confundido, pronto notó la figura familiar de su mejor amigo, quien había fallecido en un
trágico accidente hace algunos años. El fantasma de su amigo sonrió cálidamente y le
aseguró que todo estaría bien.
Con sorpresa y asombro, José intentó entender la situación. Su amigo le explicó que había
venido para ayudarlo a comprender lo que estaba experimentando. Le dijo que lo que vivió
no era simplemente un mareo, sino una conexión especial que les permitía comunicarse en
ese momento.
Mientras charlaban en ese extraño lugar entre la realidad y el más allá, el amigo de José le
transmitió un mensaje de tranquilidad y aliento. Le instó a prestar atención a su bienestar
físico y a no ignorar señales importantes de su salud. José, aunque inicialmente abrumado,
encontró consuelo en la presencia de su amigo y en sus palabras sabias.
Trató de calmarse, pero este simplemente no lo conseguía, porque que intentara relajarse, no
podía, trato de olvidarse lo que acaba de pasar, pero simplemente tampoco podía, era tan
confuso lo real que se sintió la aparición de su amigo que este seguía asustado.
09
Después del sueño de ese día, se había más frencuente tener ese tipo de sueños o
alucinaciones, ahora no solo tenía apariciones donde este estaba estático, aveces estaba
realizando cosas, aveces sentado, saltando, o haciendo otras cosas, eso lo estaba aterrando,
no sabía si este intentaba decirle algo o simplemente ya se estaba volviendo loco.
La línea entre la realidad y la fantasía se volvía borrosa para José, quien comenzaba a
cuestionar su propia cordura. Buscó respuestas en libros sobre sueños, consultó a
profesionales de la salud mental y consideró la posibilidad de que su mente estuviera
procesando el duelo de una manera inusual.
Luego de unas semanas más teniendo los mismos sueños y esto sin duda alguna era un
milagro, había durado días sin dormir de la manera correcta y eso lo estaba desquiciando ya
que prácticamente estaba viviendo a base de café y estaba seguro que prontamente estaría a
nada de darle una taquicardia.
La falta de sueño comenzó a afectar gravemente la salud de José. Sus ojeras eran profundas,
su energía estaba agotada y su mente se volvía cada vez más nebulosa. La obsesión por
descifrar el significado detrás de las visiones de su amigo fallecido lo llevaba a la incesante
búsqueda de respuestas, sumergiéndolo en una espiral de agotamiento físico y mental.
Después de ese día, los sueños simplemente dejaron de ocurrir, de una día a otro, esto de
alguna manera lo aliviaba, pero igual seguía preocupado, aunque volverse a encontrar con su
amigo, aunque fuera en sueños de la misma manera que le aterraba, también me
tranquilizaba. Siempre sintió que nunca pudo despedirse de el de la manera que correspondía
y esto recuerdar eso simplemente hacía que me doliera como ese día que su amigo partió,
aún puede recordar el funeral, tantas personas lamentándose, la depresión en la que cayó y
todo eso simplemente por la desigualdad que existía en su país, y eso era lo que más le dolía.
José estaba dispuesto a cambiar la manera de ver las cosas en su país, aunque cambien su
perspectiva, pero esto claramente no pasaría con un país que vivía en dictadura, no lo haría
hasta que el pueblo se alzara la voz y rompiera las cadenas que los ataban.
11
5 años después de haber terminando de cursar la universidad y uno que otro trabajo de
profesor, el cual le permitió conocer a nuevas personas que lo ayudarían a poner un pie en lo
que era el mundo de la política, como lo era su buen amigo Juan Bosch. José es preparaba
para su primer día de trabajo como ascesor en campaña política, aunque había puestos más
importantes e interesantes, José no se quejaba, y era una buena manera de comenzar en ese
nuevo mundo.
Su amistad con Juan Bosch se convirtió en un pilar clave, brindándole orientación y apoyo
en los momentos más críticos. La campaña, aunque desafiante, también le ofreció la
oportunidad de forjar nuevas alianzas y ampliar su red de contactos en el ámbito político.
A medida que se acercaba el día de las elecciones, José reflexionaba sobre el camino que lo
llevó desde la docencia hasta la arena política. Con determinación y gratitud por las
oportunidades que se le presentaron, estaba listo para enfrentar lo que vendría a continuación
en esta nueva etapa de su vida.
12
El día de las elecciones finalmente llegó, y la emoción estaba palpable en el aire. José,
junto con el equipo de campaña, observaba con nerviosismo el desarrollo de la jornada
electoral. A medida que se contaban los votos, la tensión aumentaba, pero también se
percibía la esperanza de un cambio positivo.
A lo largo del día, José recibió mensajes de apoyo de amigos, antiguos colegas y estudiantes
que lo conocieron durante sus días como profesor. La red de conexiones que había cultivado
se manifestaba como un respaldo valioso en este nuevo capítulo de su vida.
Cuando los resultados finales fueron anunciados, la alegría inundó el cuartel de campaña. La
campaña en la que José desempeñó un papel vital había tenido éxito, y su candidato emergió
victorioso. La celebración fue una mezcla de euforia y gratitud por el trabajo arduo y la
colaboración del equipo.
A partir de ese momento, José se encontró en una posición más influyente dentro del ámbito
político. Mientras asumía sus responsabilidades como asesor, se dio cuenta de que este era
solo el comienzo de su carrera en el mundo de la política. Con determinación y humildad,
estaba listo para enfrentar los retos que le deparaba el futuro, sabiendo que cada experiencia,
desde la docencia hasta su papel actual, había contribuido a su crecimiento y éxito.
Habían pasado días varios días desde que José había comenzado con su trabajo
en la política, y podía decir que no se le daba nada mal. Había tenido algunas
reuniones, juntas con el pueblo, entre otras cosas, sentía que su vida iba por el
rumbo correcto, aunque de igual manera sentía que le faltaba algo, no sabía el
que exactamente, pero sabía que le faltaba algo. Sentía que le faltaba ese algo a
su corazón, ese alguien que le hacía latir su corazón de una manera bastante
rápida, que lo haga temblar de la emoción con solo saludarle, que hiciera que se
derritiera por ella, que le haga sentir chispas… ese alguien que lo hiciera sentir
enamorado.
A medida que su relación con Valentina crecía, José exploró las diversas
dimensiones del amor. Descubrió la importancia de la comunicación, el
apoyo mutuo y la complicidad en la construcción de una conexión
significativa. Aunque había llegado a la experiencia del enamoramiento un
poco más tarde que muchos de sus amigos, José se dio cuenta de que cada
historia de amor tiene su propio tiempo y ritmo.
Se sentía en las nubes, en una nube de amor, pero había algo que aún le
preocupaba, el que si lo llegaba a arruinar todo, al ser su primera relación,
le daba miedo llegar a estropearlo.
José juraba que seguía durmiendo, se tuvo que frotar los ojos varias veces
para asegurarse que esto no era un sueño, cuando este lo confirmó y su
asombro pasó, este pegó un grito de aquí al cielo, llamando la atención de
la criatura frente a él.
- Así que como escucho me buen hombre, soy un hada del amor, tengo el
deber de ayudar a dos corazones a unirse completamente, despejando
dudas, miedos o curando corazones heridos.
- ¿A qué te refieres?
- Pues si…
Con el paso de los días, la pequeña hada, a la cual José decidió llamar Flora, se
estuvo familiarizando más con el entorno con José, sus amistades, trabajo,
hobbies y aún más importante, en su relación con Valentina.
Con el paso de los días, Flora, la pequeña hada que se había convertido en una
compañera constante para José, se familiarizó con cada aspecto de su vida.
Observó cómo José se desenvolvía en su trabajo, compartía risas con amigos y se
sumergía en sus pasiones. Sin embargo, fue en la relación de José con Valentina
donde Flora notó un matiz particular, una melodía de emociones que añadía
complejidad al dulce compás de su amor.
Para Flora, la relación de José y Valentina emanaba una belleza y encanto que
llenaban el aire con una energía especial. Sin embargo, a medida que exploraba
las emociones que rodeaban sus corazones, captó la presencia de dudas sutiles.
En medio de las risas y los gestos cariñosos, Flora detectó la sombra de preguntas
sin respuesta que se manifestaban en las miradas fugaces y los suspiros
contenidos.
José, aunque había llegado a la experiencia del enamoramiento más tarde que muchos
de sus amigos, no sentía ninguna prisa por seguir un guion preestablecido. Valentina,
con su paciencia y amor, le recordó que cada historia de amor tenía su propio tiempo y
ritmo. Juntos, enfrentaron desafíos y celebraron triunfos, construyendo una base sólida
para su relación.
José se dio cuenta de que no importaba cuándo llegó al enamoramiento, sino cómo lo
cultivó y cuidó con el tiempo. Su historia con Valentina les enseñó que el amor
verdadero no se rige por un calendario, sino por la autenticidad y el compromiso
constante. Juntos, continuaron escribiendo capítulos significativos de su historia de
amor, sabiendo que cada página estaba impregnada de la magia única que solo ellos
dos compartían.
La magia de Flora, aunque sutil, seguía presente. La pequeña hada se había convertido
en un símbolo tangible de la magia que compartían José y Valentina. Su presencia
recordaba a la pareja la importancia de mantener viva la chispa del enamoramiento,
incluso cuando los años continuaban su marcha.
A medida que envejecían juntos, José y Valentina descubrieron una belleza única en la
madurez de su amor. Habían superado los desafíos, celebrado los triunfos y, lo más
importante, habían construido una vida llena de amor y significado compartido. Sabían
que su historia era una obra maestra en constante creación, y cada día escribían nuevos
capítulos llenos de experiencias compartidas y aprendizajes mutuos.