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CAPILLA DE LA RESURRECCIÓN DEL SEÑOR

HORA SANTA 4

“NUEVO PENTECOSTÉS”
GUÍA: Pentecostés es el domingo más importante después del domingo de Pascua. Este día
concluimos la cincuentena pascual y se cierra el ciclo Resurrección-Ascensión-Venida del Espíritu
Santo. Es fiesta de la Iglesia, que nos recuerda lo que estamos llamados a ser: “unos enviados”
con la fuerza del Espíritu.

El Espíritu Santo ha sido derramado en nuestros corazones, con la gracia que nos ha sido dada
en el bautismo: Reunámonos hoy en esta Hora Santa para prepararnos a la fiesta del nuevo
Pentecostés, y en ella suplicarle al Cristo que, con la renovación de la gracia del Espirítu Santo,
nos regale sus sagrados dones.

Somos la familia del Resucitado que buscamos sinceramente ser sus testigos. Estamos aquí con
todo lo que somos y poseemos. Con todo lo que nos falta, el Señor nos conoce, con nuestras
virtudes y defectos, con nuestras alegrías y fracasos, con nuestros sueños y nuestras caídas……
aun así Él nos ama. Él con su infinito poder nos habita en lo más profundo.
Hoy para nosotros este templo es otra vez el Cenáculo. Vigilar es hacer presente el espíritu de la
primera comunidad que “perseveraba en la oración” (cfr. Hechos 1, 14) aguardando el
cumplimiento de la promesa de Jesús: el Espíritu Santo. En Pentecostés la Iglesia emprende su
camino misionero. Bautizados y enviados, hemos de proseguir la heroica tarea de los Apóstoles
que, motivados con la fuerza del Espíritu Santo, abrieron caminos de esperanza y fueron
evangelizadores que llevaron la luz de la verdad a las culturas y a los pueblos en los que
proclamaron la Pascua del Señor Jesús.
Dispongámonos a este encuentro con el Señor y participemos con atención y devoción.

Nos ponemos de rodillas para realizar en silencio de manera personal e interior nuestro acto de
adoración inicial.

CANTO Y EXPOSICIÓN
GUÍA: En los cielos y en la tierra sea por siempre alabado.
TODOS: El corazón amoroso de Jesús Sacramentado.

GUÍA: Nos narra el primer libro de la Biblia llamado Génesis, es decir el inicio; que Dios creador,
concluida su obra maestra: el ser humano, lo amó tanto. El planeta tierra era armonía, luz y el
Espíritu de Dios aleteaba por encima del mundo. Dios confiaba en su creatura y desde ese
momento, el hombre y la mujer, creatura predilecta de Dios se ha empeñado en modificar su
palabra haciendo un mundo muy distinto, escuchemos en silencio y observemos lo que pasa a
nuestro alrededor...

PARTICIPANTE: LECTURA DEL GENESIS (2, 1-3)

Así pues, los cielos y la tierra y todo su ornato quedaron terminados. Para el día séptimo había
terminado Dios las obras que había hecho, ese día séptimo descanso del todo el trabajo que
había hacho. Y bendijo el día séptimo y lo declaró santo; porque ese día había dejado Dios de
trabajar en todas las obras que había creado y hecho. Palabra de Dios.
TODOS: Te alabamos Señor.
LECTURA REFLEXIVA
GUÍA: Sin embargo, el hombre y la mujer dicen:
PARTICIPANTE:
O D I O: El hombre y la mujer dijeron: que haya gran división entre los pueblos. Que se pongan de
un lado naciones a mi favor y del otro las que están contra mí. Y hubo buenos y malos. Y la
compasión y el perdón desaparecieron de la tierra, así fue el día sexto antes del fin…….. momento
de silencio.

PARTICIPANTE:
M U E R T E: Y el hombre y la mujer dijeron: Matemos a aquellos que no piensan como nosotros,
que no son de nuestra raza, ni de nuestro credo religioso, a los que son distintos….. Y la sombra
de la muerte apareció más negra que nunca sobre la faz de la tierra y el hombre y la mujer le
rindieron culto a la muerte en la droga, la corrupción, el aborto, el terrorismo, la guerra y los
defendieron con uñas y dientes, creyéndose señores y dueños de la vida y de la muerte. Así fue el
quinto día antes del fin. ……..momento de silencio.

PARTICIPANTE:
G U E R R A: Y el hombre y la mujer dijeron fabriquemos armas que puedan destruir grandes
multitudes, el hombre creo los submarinos nucleares que surcan los mares y los misiles que
surcan el firmamento y toda clase de armas para la muerte. Y aparecieron los tanques de los
poderosos y el mundo se convirtió en un campo de batalla y el hombre y la mujer lo vieron y se
enorgullecieron de lo que habían hecho. Así fue el cuarto día antes del fin. ……..momento de
silencio.

PARTICIPANTE:
M E N T I R A: El hombre y la mujer dijeron: que sea delito pensar de modo distinto al jefe, al
poderoso aceptemos lo que está de “moda”, lo que produzca sexo desenfrenado, placer y poder.
Y la mentira y la confusión corrieron veloz por todos los rincones de la tierra y se habló de guerras
justas y justas sentencias de muerte; y la mentira apareció en las ideologías de derechas y en las
izquierdas, la ideología de género, en los periódicos y en las radios, en la televisión, en el internet,
en las redes sociales, en las calles y en las fábricas y el hombre y la mujer lo vieron y lo
encontraron normal. Así fue el tercer día antes del fin. ……..momento de silencio.

PARTICIPANTE:
P O D E R: El hombre y la mujer dijeron: Que posea todo el poder en el cielo y en la tierra. Y con
el poder el hombre y la mujer sembraron en la tierra los campos de corrupción. La opresión se
derramó en los ríos de sangre, abriendo cárceles, silenciando a los disidentes, condenando a los
inocentes y secando con sentencias arbitrarias la libertad y el talento. Así fue el segundo día antes
del fin, el mundo quedo dividido en dos bloques. El hombre y la mujer vieron que tenía que ser así.
……..momento de silencio.

PARTICIPANTE:
A B U S O: El hombre y la mujer dijeron: Hagamos de la propaganda y el engaño un “Dios” a
nuestra imagen y semejanza, que actúe como actuamos nosotros, que piense como pensamos
nosotros, que quiera lo que nosotros queremos. Y el hombre y la mujer lograron manipular todas
las necesidades de sus semejantes, provocando miseria, pobreza, explotación y destruyendo
toda la naturaleza… y el hombre y la mujer vieron todo lo que habían hecho y estaban muy
satisfechos de todo ello. ……..momento de silencio.
GUÍA: Así acabaron el hombre y la mujer con el cielo y la tierra, la tierra volvió a hacer un mundo
vació y sin orden, toda la superficie del océano se cubrió de oscuridad y el Espíritu de Dios
aleteaba sobre las aguas.

¿Por qué Señor?, ¿por qué nuestro mundo se encuentra plagado de esto, por qué nuestro mundo
creado perfecto está en caos, acaso Señor nos has olvidado, ¿no nos miras?, ¿Por qué? ¿El
hombre y la mujer siendo imagen y semejanza tuya pueden cometer tantas injusticias, ser
creadores del mal, del odio, del abuso, explotar y humillar, por qué Señor? ¿Acaso no nos miras?
¿Acaso no atiendes nuestra suplicas? (silencio)...
CANTO
Mientras se da lectura entra el cirio Pascual encendido por el pasillo y se coloca a un lado
del altar.

PARTICIPANTE: Lectura de los Hechos de los Apóstoles 2, 1-13:


Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos juntos en el mismo lugar. De repente vino del cielo
un ruido, semejante a un viento impetuoso, y llenó toda la casa donde se encontraban. Entonces
aparecieron lenguas como de fuego, que se repartían y se posaban sobre cada uno de ellos.
Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en lenguas extrañas, según el
Espíritu Santo los movía a expresarse. Se hallaban por entonces en Jerusalén judíos piadosos
venidos de todas las naciones de la tierra. Al oír el ruido, acudieron en masa y quedaron
estupefactos, porque cada uno los oía hablar en su propia lengua. Todos, atónitos y admirados,
decían: - ¿No son galileos todos los que hablan? Entonces, ¿cómo es que cada uno de nosotros
los oímos hablar en nuestra lengua materna? Partos, medios, elamitas, y los que viven en
Mesopotamia, Judea y Capadocia, el Ponto y Asia, Frigia y Panfilia, Egipto y la parte de Libia que
limita con Cirene, los forasteros romanos, judíos y prosélitos, cretenses y árabes, todos los oímos
proclamar en nuestras lenguas las grandezas de Dios.

Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos,
y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.
Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día. Mas
esto es lo dicho por el profeta Joel: Y en los postreros días, dice Dios. Derramaré de mi Espíritu
sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; v vuestros jóvenes verán visiones,
y vuestros ancianos soñarán sueños; y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos
días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán, y daré prodigios arriba en el cielo, y señales abajo
en la tierra. Sangre y fuego y vapor de humo; el sol se convertirá en tinieblas y la luna en sangre
antes que venga el día del Señor grande y manifiesto. Palabra de Dios.
TODOS: Te alabamos Señor.

GUÍA: Podemos leer en silencio nuevamente la lectura y decir en voz alta la frase que mas ha
llegado a nuestro corazón. (pasa la cartulina y al llegar al altar, se adora al Santísimo y se prende
la vela, esto con cada mención)

Respondemos a cada invocación:


TODOS: “ENVIA SEÑOR TU ESPIRITU A RENOVAR LA FAZ DE LA TIERRA”

PARTICIPANTE: Señor fortalécenos con el don de la PIEDAD, para que podamos ver en el otro tu
rostro, para que podamos perdonar y amar al prójimo, PIEDAD pedimos Señor para con nosotros
y para con los otros.
TODOS: “ENVIA SEÑOR TU ESPIRITU A RENOVAR LA FAZ DE LA TIERRA”

PARTICIPANTE: Padre Santo esta tarde te pedimos para que el don del TEMOR DE DIOS nos
inunde y sobrepasa, pero no un temor a un Dios castigador, sino el temor de poder ofenderte,
ofenderte en el hermano que pisoteamos, temor de matar a la creación más perfecta que has
hecho Señor, el mismo ser humano, Señor te pedimos TEMOR DE DIOS, temor de tener una
ausencia total de ti.
TODOS: “ENVIA SEÑOR TU ESPIRITU A RENOVAR LA FAZ DE LA TIERRA”

PARTICIPANTE: Señor, padre bueno y misericordioso, te pedimos el don de la INTELIGENCIA,


para poder discernir entre los impulsos del Espíritu que pones y poseemos cada uno de nosotros y
que solo proviene de ti y los impulsos del maligno o de nosotros mismo, de nuestro egoísmo,
INTELIGENCIA para decidir crear la paz y no la guerra.
TODOS: “ENVIA SEÑOR TU ESPIRITU A RENOVAR LA FAZ DE LA TIERRA”

PARTICIPANTE: Ante la mentira, solo tu CIENCIA, ante el miedo a ser diferente solo tu CIENCIA,
Señor que no me empeñe tanto en omitir palabras que dañen, si no de hacerme pequeño para
que tu crezcas, para que tu hables por mi, Señor tócame con tu don de la CIENCIA para poder
entender “Que mis pensamientos no son tus pensamientos y que tus caminos no son mis
caminos”.
TODOS: “ENVIA SEÑOR TU ESPIRITU A RENOVAR LA FAZ DE LA TIERRA”

PARTICIPANTE: Padre escóndeme en tu mano, si anqué parezca cobardía no importa, esta tarde
te pido el don de la FORTALEZA, para poder abatir al enemigo que en mucho de los casos soy yo
mismo, mi ansia y desesperación de obtener a cambio de los que sea, obtener aquello que según
yo me da derecho de estar por encima del hermano, Padre FORTALEZA para entender mis
debilidades y sacar a flote todo lo bueno que has puesto en mí.
TODOS: “ENVIA SEÑOR TU ESPIRITU A RENOVAR LA FAZ DE LA TIERRA”

PARTICIPANTE: Señor, mi Dios, estoy ante altar para pedirte aquello que el rey Salomón te pidió,
y por lo cual obtuvo la capacidad de poder ejercer su reinado libre de abusos, libre de derrotas y
libre de ataduras a este mundo, si Señor te pido aquello que los profetas obtuvieron desde el
momento en que tu los pensaste, en que los creaste, el don de la SABIDURIA.
TODOS: “ENVIA SEÑOR TU ESPIRITU A RENOVAR LA FAZ DE LA TIERRA”

PARTICIPANTE: Por último, Señor, el don del CONSEJO para comunicar tu palabra, tus
mandatos, tu amor y no todo lo malo que tengo en mi, para alentar, para levantar y construir, para
animar y crear, para que, por medio de mi lengua, de mi amor y mi testimonio te conozcan a ti.
TODOS: “ENVIA SEÑOR TU ESPIRITU A RENOVAR LA FAZ DE LA TIERRA”

GUÍA: Ven Espíritu Santo, envía tu luz desde el cielo. Padre amoroso del pobre; don, en tus
dones espléndido; luz que penetra las almas; fuente del mayor consuelo.
Ven, dulce huésped del alma, descanso de nuestro esfuerzo, tregua en el duro trabajo, brisa en
las horas de fuego, gozo que enjuga las lágrimas y reconforta en los duelos.
Entra hasta el fondo del alma, divina luz y enriquécenos. Mira el vacío del hombre si Tú le faltas
por dentro; mira el poder del pecado cuando no envías tu aliento.
Riega la tierra en sequía, sana el corazón enfermo, lava las manchas, infunde calor de vida en el
hielo, doma el espíritu indómito, guía al que tuerce el sendero.

Reparte tus Siete Dones según la fe de tus siervos. Por tu bondad y tu gracia dale al esfuerzo su
mérito; salva al que busca salvarse y danos tu gozo eterno.
CANTO

GUÍA: Cuando aceptamos al Espíritu de Dios en nuestras vidas y dejamos que nos posea, él nos
transforma en seres nuevos, necesitamos ser liberados, levantados, necesitamos ser hombres y
mujeres libres, felices, valientes, capaces de ser transformados y transformadores de una
sociedad invadida por egoísmos, divisiones, falsedades, vacíos, confusiones y esclavitudes….

PARTICIPANTE: A M O R: En este tiempo como en todos los tiempos, los ricos dominan el
mundo. Los corazones de los hombres eran capaces de producir violencia, desprecios, odios...
pero entonces vino Jesús y dijo: “Amaos unos a otros como yo os he amado”, “dichosos los
misericordiosos porque ellos alcanzarán misericordia”, “ama a tu prójimo como a ti mismo”.

PARTICIPANTE: V I D A: En este tiempo como en todos los tiempos, la vida no es respetada y


muchos no gozan de una vida digna: pero Jesús nos dice “No matarás” “yo soy la vida” “nadie
tiene más amor que el que da la vida por sus amigos”

PARTICIPANTE: P A Z: En este tiempo como en todos los tiempos, las torturas, las guerras y la
violencia han llegado a ser vistas como algo normal en la vida de los hombres, pero Jesús nos
dice: “yo soy el príncipe de la paz” “mi paz os dejo mi paz os doy” “dichosos los que trabajan por la
paz, porque ellos se llamaran hijos de Dios”

PARTICIPANTE: V E R D A D: En este tiempo como en todos los tiempos, la mentira se


empleaba para hacer triunfar los intereses de los astutos, ahogando hasta el más mínimo
escrúpulo, pero vino Jesús y predicaba: “Yo soy la verdad” “dichosos vosotros cuando os insulten,
os persigan y os calumnien, de cualquier modo, por mi causa, estad alegres y contentos por Dios”

PARTICIPANTE: J U S T I C I A: En este tiempo como en todos los tiempos, la palabra justicia


suena muy bien, pero muchas veces sirve de poco o no sabemos distinguir que es lo justo de lo
injusto, pero Jesús dice “No basta decir señor, señor, para entrar en el reino de los cielos”
“dichosos los que tienen hambre y sed de justicia porque ellos quedaran saciados”

PARTICIPANTE: PERDÓN: En este tiempo como en todos los tiempos, el perdón sirve de poco
cuando no se hace de corazón, olvidando el pasado, pero Jesús dice “Deben perdonar hasta
setenta veces siete”, es decir siempre.

PARTICIPANTE. C A M I N O: En estos tiempos como en todos los tiempos, las ansias de dinero,
de dominio y de poder se adueñan del corazón de los hombres. Pero Jesús nos dice: “Yo soy el
camino” “nadie va al Padre sino por mi” “dichosos los pobres en el Espíritu porque de ellos es el
reino de los cielos”

CANTO

PARTICIPANTE: Lectura del libro de Isaías:


El pueblo que caminaba en tinieblas vio una luz intensa, habitaban tierras de sombras y una luz
les brillo. Dice una voz: Grita, respondió: ¿Qué debo gritar? Súbete a un monte elevado heraldo de
Sión; alza fuerte la voz heraldo de Jerusalén; alza, no temas, día a las ciudades de Judá “aquí
esta nuestro Dios”. Consolad, consolad a mi pueblo dice vuestro Dios; habla al corazón de
Jerusalén; alza no temas di a las ciudades de Judá: “aquí esta vuertro Dios”. Consolad, consolad a
mi pueblo, dice vuestro Dios hablad al corazón de Jerusalén gritadle: que se ha cumplido su
servicio y esta pagado su crimen Decid a los cautivos: “Salid”; a los que están en tinieblas: “Venid
a la luz”. ¡Espabílate, espabílate, ponte en pie, Jerusalén! Palabra de Dios.
TODOS: Te alabamos Señor.

GUÍA: El Espíritu Santo actúa de muchas maneras. Su modo de obrar es infinito, porque Él es
muy creativo. Por eso para cada situación y para cada persona actúa, se manifiesta, irrumpe con
su manera particular, única, irrepetible, así como somos cada uno de nosotros.
Sin embargo, a todos nos impulsa a ser testigos de Jesús Resucitado, ser testigo implica abrazar
el Evangelio para que transforme y fermente tu existencia. Solo así podrás irradiar tu fe con
coherencia ante todos y a cualquier precio. El testimonio de vida es acción del Espíritu Santo. Es
lo que experimentaron los mártires que, para ser coherentes con su fe y fieles a la justicia,
“perdieron” la propia vida. Ellos fueron capaces de darse, de amar hasta el extremo a Dios y a los
hermanos. Por eso el martirio ha sido considerado don supremo del Espíritu Santo.

El mismo Jesús enseña que esta capacidad de testimoniar la da el Espíritu Santo: “Cuando os


lleven a las sinagogas, ante los magistrados y las autoridades, no os preocupéis de cómo o con
qué os defenderéis, o qué diréis, porque el Espíritu Santo os enseñará en aquel mismo momento
lo que conviene decir…” (Lc 12,11-12). No se puede entonces dar testimonio de Jesús sin la
fuerza del Espíritu Santo (Cf. 1Co 12,3).

A veces en el día a día se te puede hacer difícil ser testigo del Resucitado. Y te das cuenta de que
tienes la tentación de que tu fe vaya por un lado y tu vida por otro. Pero el Espíritu Santo viene en
tu ayuda y te capacita para que des testimonio de dos formas muy concretas:
Esto significa que va formando a Cristo en ti. Te hace un resucitado, es decir, hace presente a
Jesús Resucitado en tu vida. Y tú empiezas a asumir el modo de hablar, de pensar, de sentir, de
actuar, de amar… de Jesús. Y de esa manera eres transparencia suya para cada una de las
personas con las que te relacionas.

Entonces tus acciones comienzan a mostrar la misericordia de Dios, su perdón, su paciencia, su


generosidad, su respeto por nosotros, su decisión de hacernos felices y de aceptar nuestra
libertad…
Cuando dejas que el Espíritu Santo te cristifique empiezas a vivir como hermano, como servidor. Y
crecen en ti la ternura, la amabilidad, el compromiso, el sacrificio, la entrega, la generosidad y
tantos otros tantos valores que caracterizan la propuesta de vida de Jesús.
Por supuesto que esto supone un arduo trabajo de tu parte. Pero nunca lo podrías hacer sin la
acción del Espíritu Santo. Él es quien formará a Cristo en ti, así como lo formó en el seno de la
Virgen María.

Ahora mientras escuchas el canto, si lo deseas te acercarás al altar y si así lo quieres podrás tocar
al Jesús Sacramentado para orar e implorar que te conceda su Santo Espíritu, y poner en su
corazón tus necesidades, problemas, anhelos, sueños, proyectos…..

CANTO

GUÍA: Nuevamente nos acercamos al altar formando un semicírculo, alrededor de Jesús,


recordando el cenáculo donde los apóstoles recibieron al Espíritu Santo, oraremos encendiendo
nuestras velas.
Ven, Dios Espíritu Santo y envíame desde el cielo tu luz para iluminarme.
Ven ya Padre los pobres, Luz que penetra en la mi alma, Dador de todos los dones.
Ven Fuente de todo mi consuelo. Amable huésped de mi alma, Paz en mis horas de duelo.
Eres pausa en mi trabajo; Brisa, en un clima de fuego; Consuelo, en medio de mi llanto.
Ven, luz santificadora y entra hasta el fondo de mi alma, de todos los que te adoran.
Sin tu inspiración divina nada puedo y el pecado me domina.
Lava mis inmundicias, fecunda mis desiertos, y cura mis heridas.
Doblega mi soberbia, calienta mi frialdad, endereza mis sendas.
Concede aquellos que ponemos en ti nuestra fe y nuestra confianza tus siete sagrados dones.
Dame virtudes y méritos, dame una buena muerte y contigo el gozo eterno. Amén.

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