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una introducción a la teoría arquitectónica:

de 1968 al presente

Harry F. Mallgrave & David J. Goodman

edición: MEME XXI


publicación: Vardo, 2022
traducción: Ana Brandoni // Sivardo A.Lanfrit
de la edición actual edición original
Una introducción a la teoría H.F. Mallgrave & David J.
arquitectónica: de 1968 al presente . Goodman An Introduction to
Architectural Theory: from 1968 to
Vardo, 2022 the Present.
Edición tapa rústica, 14x21, 320 Wiley-Blackwell, 2011, ISBN
págs. // primera edición de 25 978-1-4051-8063-4 // ISBN
números 978-1-4051-8062-7

de la editorial: Vardo es una microeditorial artesanal fundada en 2019 en La


Plata (Argentina), dedicada a la edición, traducción y compilación de textos
sobre Historia y Teoría de la Arquitectura y la Ciudad.

vardovardovardo.myportfolio.com // vardovardovardo21@gmail.com

traducción a cargo de: Ana Brandoni y Sivardo A. Lanfrit


ilustraciones: florales de guarda, Hierbas y Zorro por Ana Brandoni

este libro es un objeto artesanal hecho a mano sin ISBN


INDICE
GLOBAL

PRELUDIO: los '60 .11

PARTE 1: los años '70 .29


1. pars destruens: 1968-1973 .31
2. la crisis del significado .57
3. posmodernismo inicial .79
4. el modernismo resiste .97

PARTE 2: los años '80


.31 1. posmodernismo y regionalismo crítico
.57 2. tradicionalismo y Nuevo Urbanismo
.79 3. la edad dorada de la teoría
.97 4. deconstrucción

PARTE 3: los '90 y el presente


1. el despertar de la tormenta .31
2. pragmatismo y poscrítica .57
3. minimalismos .79
4. sostenibilidad y más allá .97
1 INTRO. A LA T.A.

estudiantes de arquitectura en los ‘60 sentían una particular simpatía por las
ideas dedalianas de Fuller, especialmente porque Bucky, a su vez, elogiaba al
arquitecto como el último de los pensadores comprensivos, incluso como la
última gran esperanza de la humanidad.

los fundamentos sociales del modernismo


Si nos fijamos en el componente sociológico de este fervor
tecnológico, encontramos una advertencia recurrente a esta visión
reformista -la falta popularidad general del modernismo con el público.
Sin embargo, nada de esto era especialmente nuevo. Las formas austeras
de los primeros modernistas no fueron particularmente bien recibidas en
Alemania durante los ‘20, y mucho menos en Gran Bretaña en la siguiente
década, cuando arribaron en los portfolios de los arquitectos alemanes que
buscaban asilo. El crítico inglés J. M. Richards, identificó este hecho en 1940
cuando inició su libro An Introduction to Modern Architecture reconociendo
el disgusto del público por el nuevo estilo. Sin embargo, él creía que el
20

público se acercaría cuando se diera cuenta de los fundamentos estéticos y


constructivos del modernismo.19 No obstante el problema persistió, tanto
que en 1947 Richards una vez más llamó la atención del CIAM sobre el
asunto, que, luego de una cordial discusión, planteó el tema.
La situación era similar en Norteamérica, aunque el mundo
corporativo en particular fue rápido en adoptar las ventajas económicas de
las nuevas tecnologías de acero y vidrio -edificios altos con muro cortina.
En los Estados Unidos, la oposición a la cara principalmente europea
del modernismo internacional tenía en realidad dos raíces. Una era el
modernismo alternativo que había estado evolucionando en Norteamérica
desde 1890, primero con las escuelas de Louis Sullivan y Frank Lloyd Wright,
y luego con las varias interpretaciones regionales del modernismo en el Sur
y a lo largo de la Costa Oeste. Otra fuente de descontento puede hallarse
en las estrategias “modernas” de diseño urbano de los años de posguerra.
Pocos recuerdan hoy que muchos de los supuestos de la renovación urbana
que se les atribuyen generalmente a los programas de la “Great Society” de

19  Ver el capítulo inicial, “Why a ‘Modern’ Architecture?” en Richards, J. M., An Introduction
to Modern Architecture (Harmondsworth, Penguin Books Limited, 1940). Versión traducida:
Introducción a la arquitectura moderna (Buenos Aires, Infinito, 1959).
PRELUDIO: LOS ‘60

los ‘60 de Lyndon Johnson, fueron implementados por primera vez durante
las administraciones de Kennedy y Eisenhower. Y fue la demolición de los
tejidos urbanos de muchas ciudades norteamericanas durante estos años
-junto con las barreras sociales de las autopistas usualmente impuestas
por aparatos políticos- lo que contribuyó al rápido declive urbano de los
‘60. Los “proyectos” de rascacielos que los arquitectos aceptaron con
facilidad se convertirían en solo una década en los fallidos guetos urbanos
que muestran todos los problemas concomitantes de segregación racial,
pobreza, asistencia social, y crimen.
De hecho, solo en los ‘60 los arquitectos y los críticos comenzaron
a reconocer las serias limitaciones de dichas estrategias o a cuestionar la
racionalidad de su existencia. The Death and Life of Great American Cities
de Jane Jacobs (1961), con su ataque devastador a la “ciudad jardín bella
y radiante” (Radiant Garden City Beautiful) abrió el camino e inauguró lo
que podría llamarse una revisión de apelación de la teoría urbana. De
hecho, fue precedida en este tema en ocasiones por Lewis Mumford, pero
también por The Image of the City de Kevin Lynch (1960), el cual -a través
de su análisis cognitivo de una “imaginabilidad” de la ciudad- desafió la
normalización visual del entorno urbano del modernismo. Herbert Gans, en

21
Urban Villagers (1962), describió vívidamente la vibrante vida social de una
de las comunidades de inmigrantes italianos de Boston -en vísperas de su
erradicación por parte de las iniciativas de “renovación urbana”. The Federal
Bulldozer, de Martin Anderson (1964), con su serio análisis estadístico,
desmontó fríamente las falacias sociales y económicas de tales políticas.
Y para mediados de los ‘60, científicos sociales como Edward T. Hall,
Robert Sommer, y Oscar Newman se encontraban exponiendo las fallas
sociales y físicas de los centros urbanos en decadencia desde perspectivas
antropológicas, psicológicas y arquitectónicas. Sin embargo, pocos de estos
estudios tuvieron algún efecto en aquellos que tomaban las decisiones
políticas en Washington, o en cualquier otro lugar, sea el caso.
Un primer e interesante estudio sobre este tema fue el pequeño
libro Community and Privacy (1963), coescrito entre Serge Chermayeff
y Christopher Alexander. El ruso Chermayeff había llegado a la Harvard
University vía Gran Bretaña y el Institute of Design de Chicago, y su principal
interés era la sociología de la vivienda masiva. La intención declarada del
libro era sentar las bases para “el desarrollo de una Ciencia del Diseño
Ambiental”, una disciplina arquitectónica que aprovecharía e integraría la
1 INTRO. A LA T.A.

investigación analítica de otras ciencias.20 Se trata también de uno de los


primeros estudios ecológicos de los años de posguerra, ya que los autores
ponen mucho énfasis en oponerse a la fuga urbana hacia los suburbios y
en abordar el estrés de la vida moderna. Sin embargo, sufría de un defecto
fatal -la creencia manualística de que el “gusto” humano es en general
maleable, y que todo lo que se necesita para alterar el comportamiento
humano es un poco de persuasión gubernamental.
A pesar de todo, la segunda parte del libro se convirtió en el
trampolín para la evolución del trabajo de Christopher Alexander. El
austriaco había emigrado a Inglaterra con su familia durante la guerra,
y eventualmente había estudiado matemáticas y arquitectura en la
Cambridge University. A fines de los ‘50 comenzó sus estudios doctorales
en Harvard, y en Community and Privacy complementó el trabajo de
Chermayeff estableciendo 33 variables proyectuales para viviendas urbanas
prototípicas que organizó (con la ayuda de 704 computadoras de IBM)
en secuencias de grupos. Según Alexander, esta estrategia de diseño
paramétrico, fue necesaria por los “niveles indisolubles de complejidad de
hoy”, también fue la base para su tesis doctoral, “The Synthesis of Form;
Some Notes on a Theory”, finalizada en 1962.21 La tesis fue impresa dos
22

años después bajo el título Notes on the Synthesis of Form.


Este libro, con su modelo analítico y sintético para diseñadores,
representa otra cara de los ‘60: el deseo de encontrar una metodología
de diseño sofisticada para acomodar las numerosas variables sociales que
deben tenerse en cuenta. Su método era localizar los posibles parámetros
de diseño, sintetizarlos en subconjuntos y diagramas de árbol, y trabajar a
través de todos los potenciales “inadaptados”, o interacciones insatisfactorias
entre forma y contenido. También distinguió entre el diseño “autoconsciente”
e “inconsciente”, mediante los cuales desafió aquello que los arquitectos
occidentales creían que era el buen diseño (para Alexander, la perfecta
correspondencia entre forma y contenido) con ejemplos de culturas indígenas
o del tercer mundo. Allí, decía, las tradiciones de construcción existentes y
los materiales locales tendían a filtrar las desviaciones culturales. El libro y la

20  Chermayeff, Serge y Alexander, Christopher, Community and Privacy: Toward a New
Architecture of Humanism (Garden City, NJ, Doubleday Anchor, 1965), p. 20. Versión traducida:
Comunidad y privacidad: hacia una arquitectura humanista (Buenos Aires, Nueva Visión, 1977).
21  Alexander, Christopher, “The Synthesis of Form; Some Notes on a Theory,” (conferencia
posdoctoral, Harvard University, 1962), p. 3. Ver también: Notes on the Synthesis of Form
(Cambridge, MA, Harvard University Press, 1964). Versión traducida: Ensayo sobre la síntesis
de la forma (Buenos Aires, Infinito, 1986).
PRELUDIO: LOS ‘60

conferencia concluyeron con un apéndice que contenía 141 parámetros de


diseño para proyectar una “aldea india”.
El modelo inductivo de Alexander, como él mismo diría
posteriormente, tenía un problema: la fase programática de su proceso de
diseño era ampliamente subjetiva. Pero también había otro problema. En
la reunión del Team X en 1962, Alexander había presentado su trabajo sobre
la aldea india y se enfrentó en una acalorada discusión con Aldo van Eyck,
quien también estaba interesado en una arquitectura basada en ideales
humanistas.22 El incidente llevó a Alexander a reflexionar sobre sus propios
diagramas de árbol, y en un ensayo de 1965, “A City is Not a Tree”, corrigió
su primer modo de diagramación en favor de una estructura semirreticular,
en la que las ramas pueden superponerse unas con otras de múltiples
maneras.23 Para Alexander, ejemplos del pensamiento en forma de árbol,
fueron muchas de las nuevas ciudades que se habían iniciado o construido
en los últimos años -Columbia y Greenbelt en Maryland, las New Towns
británicas, Chandigarh, y Brasilia. Todas habían fallado, decía Alexander,
debido a su separación funcional de partes y estructuras jerárquicas. Su
ejemplo contrario (antimoderno) de una ciudad semirretículo o “natural” era
Cambridge, Inglaterra, donde las facultades, en lugar de formar un campus

23
definido y separado de las actividades de la ciudad, están entremezclados
entre los cafés de alrededor, los pubs, comercios, y los alojamientos
para estudiantes. Dicha riqueza o ambigüedad, sugiere Alexander, es la
naturaleza de la vida humana.
El artículo de Alexander representó un interesante punto de
quiebre en su desarrollo teórico. Hasta ese momento, su trabajo había caído
en gran parte en la categoría positivista de la metodología del diseño, pero
con la creación del Center for Environmental Structure en Berkeley en 1967,
desplazó sus labores a la creación de patterns (patrones) para el diseño
arquitectónico. Los símbolos matemáticos y los diagramas de retículo,
fueron reemplazados por una idea más flexible de un “patrón” descriptivo
–una solución del tipo “si/entonces” a un problema particular, basada en
un contexto y respaldada por la investigación. Estos patterns podrían ser

22  Para algunas observaciones sobre el debate, ver: Smithson, Alison (ed.), Team 10 Meetings
1953–1984 (Nueva York, Rizzoli, 1991), pp. 68–69, 78, y Strauven, Francis, Aldo van Eyck: The
Shape of Reality (Amsterdam, Architectura & Naturi, 1998), pp. 397–398.
23  Alexander, Christoper “A City is Not a Tree,” parte uno en Architectural Forum (abril, 1965),
pp. 58–62, y parte dos en Architectural Forum (mayo, 1965), pp. 58–61. Existe una versión
traducida: “Una ciudad no es un árbol”, en Cuadernos Summa-Nueva Visión, año 1, N° 9,
septiembre de 1968.
1 INTRO. A LA T.A.

aplicados a edificios individuales, a partes pequeñas de un edificio, o a


ciudades en su conjunto.
El sistema hizo su aparición en 1968 con A Pattern Language Which
Generates Multi-Service Centers, pero quizás el impulso más influyente para su
desarrollo fue la participación de Alexander en un proyecto de viviendas de las
Naciones Unidas para Lima, Perú, para el cual el arquitecto Peter Land estaba
trabajando como Gerente de Proyecto. Land era egresado de la Architectural
Association de Londres y luego se unió al cuerpo docente de la Yale University.
En 1966 convenció al gobierno peruano y a las Naciones Unidas para patrocinar,
entre otros proyectos, un concurso internacional masivo para una exposición de
proyectos de vivienda, el Proyecto Experimental de Vivienda (PREVI), que buscaría
soluciones prototípicas para la vivienda del tercer mundo. En contraposición
al planteo de “superbloques” tan evidente en los ‘60, el plan de Land de 1970
pedía realizar un desarrollo compacto, de alta densidad, con viviendas de baja
altura que separaran a los peatones de los automóviles y contenía una columna
vertebral peatonal interna, alrededor de la cual se amontonaban equipamientos
comunitarios, jardines, y vecindarios individuales totalizando 450 unidades. La
disposición de las viviendas agrupadas incluía patios interiores, ventilaciones
cruzadas, y sistemas ampliables, con construcción de bajo costo y resistente
24

a los terremotos. Veinticuatro firmas contribuyeron al proyecto -12 equipos


peruanos y 12 firmas internacionales, incluyendo la oficina de Alexander.24
Alexander y sus asociados respondieron no solo con planos, sino
con otro libro de 67 patterns, Houses Generated by Patterns (1969), en gran
parte concebido a partir de la investigación de campo llevada a cabo en
Perú. Los patterns, que Alexander esperaba que “pudieran comenzar a definir
una nueva arquitectura indígena para Perú”, incorporaban características
como la agrupación, las “células” de vivienda orientadas hacia el interior,
los estacionamientos (en pequeños lotes), y un énfasis en los caminos
peatonales. Sus patterns eran particularmente interesantes por su sensibilidad
hacia los hábitos culturales peruanos, como la necesidad de un salón de baile
nocturno, escuelas atravesables, gradientes estrictos de intimidad, y entradas
transicionales dentro del trazado de las viviendas individuales. Fueron menos
exitosas en términos constructivos, así como también en su intención general
por restablecer las tradiciones “vernaculares”. Sin embargo, se convirtieron en
la base para sus estudios altamente influyentes de la década siguiente, a los
cuales nos referiremos más adelante.

24  Agradezco a Peter Land por mostrarme muchos de sus documentos relacionados con el
proyecto PREVI.
PARTE UNO

también señala la Maison de Verre en París de Pierre Chareau, y su rol en


el “romance de la estética de la máquina” o, como dice acerca del acero
expuesto del atrio del edificio: “en el centro, el interior del edificio se abre
al cielo a través de un patio cuadrado de vidrio y metal que contiene una
escalera inspirada por el constructivismo; y así la imagen maquinista en su
momento más dinámico es encerrada en una jaula metálica que se eleva.”52
A principios de los ‘80, Maki describía su interpretación poética de
la tecnología como “vernácula industrial “. Por ejemplo, la piel “flotante”
de las dos cubiertas del Fujisawa Gymnasium (1980-1984) está construida
en acero inoxidable de 0.4 milímetros o 1/64 pulgadas de espesor: lo
suficientemente delgada como para ondularse. Este efecto decorativo que
se produce, explica Maki, es necesario no solo para reparar el “insoportable
vacío” del ornamento perdido de la arquitectura, sino también “para dar
ritmo y escala a la extensa cubierta”. También señala que el “borde del
techo del campo de juego más grande, cuando es visto desde abajo, es
transparente como las alas de una libélula”, mientras que la forma del techo
al mismo tiempo evoca “un casco de un caballero medieval y una nave
espacial.”53 La misma cualidad “flotante” se puede encontrar en la fachada
120

de aluminio del Wacoal Media Center de Maki -el Espiral (1982-1985)- uno
de los proyectos más cautivantes de esta década. Aquí, los paneles de
aluminio y otras terminaciones metálicas se acoplan a los diferentes planos
de vidrios transparentes y translucidos en lo que equivale a una sinfonía
visual de efectos superpuestos. Este “alto nivel de detalle”, que evoca la
noción de transparencia de Rowe y Slutzky, “solo puede ser logrado hoy
cuando la tecnología industrial se alía con la devoción por la artesanía
tradicional”, y para Maki este “romanticismo transparente” constituía el
rechazo japonés al historicismo posmodernista.54

el caso especial de Alexander


Christopher Alexander no cuadra dentro del marco tecnológico
de este capítulo, pero su trabajo representa el eslabón perdido del
pensamiento antropológico modernista que había alcanzado tanta gloria

52  Maki, Fumihiko, An Aesthetics of Fragmentation (Nueva York, Rizzoli, 1988), p. 51.
53  Maki, Fumihiko, “City, Image, Materiality” (1986) en An Aesthetics (nota 51), pp. 12.
54  Maki, Fumihiko, “City, Image, Materiality” (1986) en An Aesthetics (nota 51), p. 11, 15.
EL MODERNISMO RESISTE

en los ‘60. Casi en solitario dentro de su generación, Alexander no se centró


en la forma compositiva o el significado simbólico de los edificios, sino en
cómo sus usuarios experimentaban la arquitectura. En este sentido, su
trilogía de libros, que apareció en la segunda mitad de los ‘70, cuestionaba
no solo el valor de la tecnología como herramienta para el progreso, sino
también las premisas altamente conceptualizadas del posmodernismo.55
La pieza fundacional de su trilogía es The Timeless Way of Building
(1979), que -con un carácter literario tipo zen y una descripción amorfa de
cualidades tan escurridizas como vitalidad, totalidad, y belleza- impresionó a
muchos en su momento como un ejercicio de esoterismo. Cuando los lectores
descubrieron que la “intemporalidad” era un atributo que se encontraba
menos en las creaciones arquitectónicas contemporáneas y mucho más
en los edificios y ciudades más antiguas, sin duda a algunos les pareció una
nostalgia pintoresca. Pero el libro tiene importantes análisis empíricos,
así como carácter, y de hecho Alexander -un hombre que dedicó su vida a
discernir los “patrones de vida” de un entorno arquitectónico exitoso- tiene
muchas ideas bien pensadas, si no profundas. Tomemos esta observación
aparentemente directa sobre cómo los instintos tecnológicos y estéticos de
los arquitectos modernos han oscurecido un aspecto crucial del diseño:

121
Y, de hecho, hay una diferencia fundamental entre aquellas sociedades en las
cuales las personas son capaces de hacer que su entorno esté vivo, y aquellas en
las cuales las ciudades y los edificios están muertos.56

Con toda su simplicidad, esta afirmación contiene muchas


implicaciones. ¿Cómo se diseña un edificio o una ciudad que está viva,
en oposición a una que está muerta? ¿Cómo es que la arquitectura, o
la planificación, mejoran o empeoran el bienestar de sus habitantes?
Alexander aborda nociones tan antiguas como la “belleza” de una manera
más pintoresca de lo que a la mayoría de arquitectos, por formación, se

55  Alexander, Christopher; Silverstein, Murray; Angel, Shlomo; y Ishikawa, Sara y Abrams, Denny,
The Oregon Experiment (Nueva York, Oxford University Press, 1975); Alexander, Christopher;
Ishikawa, Sara; Silverstein, Murray con Jacobson, Max; Fiksdahl-King, Ingrid y Angel, Shlomo,
A Pattern Language: Towns, Buildings, Construction (Nueva York, Oxford University Press, 1977);
Alexander, Christopher, The Timeless Way of Building (Nueva York, Oxford University Press, 1979).
Versiones traducidas: Urbanismo y participación: el caso de la Universidad de Oregón (Barcelona,
Gustavo Gili, 1976); Un lenguaje de patrones: ciudades, edificios y construcción (Barcelona,
Gustavo Gili, 1980); y El modo intemporal de construir (Barcelona, Gustavo Gili, 1979).
56  Alexander, The Timeless Way… (nota 54), p. 229.
PARTE UNO

les permite considerar, pero también subraya que, así como la naturaleza
tiene su morfología subyacente o su estructura geométrica que la dota de
soporte, la arquitectura también debería tenerla. Y lo que diferencia a la
teoría de Alexander de muchas otras de este periodo, es su creencia de que
esta cualidad de “vitalidad” no se encuentra en la teorización formalista o
abstracta, sino más bien en el genoma del organismo humano. Por lo tanto,
en el fondo se trata de una teoría biológica del diseño originada tiempo atrás
en sus estudios cognitivos de los ‘60, aunque este hecho no se haría evidente
por completo hasta su último y mucho más intelectualmente ambicioso
cuadrunvirato, The Phenomenon of Life: Nature of Order (2001-2004).
La culminación de su primera investigación aparece en A Pattern
Language (1977), un libro escrito en colaboración cercana con Sara Ishikawa
y Murray Silverstein. En esta presentación de 253 patterns, Alexander aspira
nada menos que a un manual completo de diseño -desde la visión general
del trazado de una ciudad, hasta el rincón más mínimo de un espacio vital.
Sin duda se trata de una empresa titánica, que de nuevo (a pesar de la
influencia contracultural de Berkeley en esta época) se distingue del tenor
laxo de la época. Uno puede criticar muchos de estos patterns en varios
122

niveles (uno de ellos, su aborrecimiento nativista de los edificios de más


de cuatro pisos), pero muchas de las observaciones -sobre la distribución
de las casas, las características de las habitaciones, la luz natural, las vistas,
las entradas, los patios, los jardines, los barrios y la complejidad espacial y
antropológica de las ciudades- de hecho, parecen atemporales.
Dentro del desierto sociológico del momento, un lejano
compatriota de Alexander fue el arquitecto Herman Hertzberger, quien,
siguiendo las ideas anteriores de su compatriota Aldo van Eyck, produjo en
1973 un número especial de la revista holandesa Forum titulado “Homework
for More Hospitable Form”.57 Hertzberger se embarca en una crítica
bastante extensa de los fracasos de la ciudad moderna y las formas frías
e inflexibles de los edificios, que han llevado a una sensación general de
malestar. Entre otras cosas, responde sugiriendo un mayor respeto por el
tejido urbano existente, un esfuerzo sincero por identificar “arquetipos”
más auténticos, un desglose de las formas de construcción más grandes en
formas más pequeñas, y un diseño abierto de los espacios para que puedan
ser cambiados o modificados por los habitantes a lo largo del tiempo.
Y luego estaba la segunda edición del libro de Hassan Fathy

57  Hertzberger, Herman, “Homework for More Hospitable Form” en Forum, XXIV (33) (1973).
EL MODERNISMO RESISTE

Architecture for the Poor, que también apareció en 1973.58 El arquitecto


egipcio había sido formado originalmente en la práctica occidental,
pero para finales de los ‘30 se dio cuenta del fracaso del modernismo en
Egipto -es decir, su destrucción desenfrenada de las formas tradicionales,
su falta de estrategias de control climático, y su indiferencia hacia la
jerarquía cultural de los espacios vitales. Durante los años de la guerra,
Fathy comenzó a trabajar en el pueblo nubio de Nueva Gourna, en el cual,
rechazando ahora por completo el vocabulario modernista, recurrió a la
construcción con ladrillos de barro y técnicas de abovedados indígenas, a
dispositivos tradicionales de oscurecimiento y ventilación, y a los históricos
patios. El resultado, argumentó, no solo fue una población mucho más feliz,
ahora deseosa de recuperar los vestigios de una tradición casi extinguida,
sino también viviendas mucho más humanas y confortables construidas
a una fracción del costo de los proyectos de viviendas “modernos”. El
argumento de Fathy a favor de la técnica indígena era convincente y
descaradamente antimoderno, aunque sus consecuencias completas no se
harían sentir hasta dentro de algunos años.

123

58  La primera edición, Gourna: A Tale of Two Villages (Cairo, Ministry of Culture, 1969) no se
distribuyó mucho. Ver: Architecture for the Poor (Chicago, University of Chicago Press, 1973).
Versión traducida: Arquitectura para los pobres (Buenos Aires, Extemporáneos, 1982).

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