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LA PSICOLOGÍA EN LA MUJER

La psicología de la mujer es diferente de la del hombre, se dirige al desarrollo de la


identidad femenina. Actualmente no existe un concepto claro y bien definido de lo
que es la identidad femenina más allá de la maternidad o de la lozanía, la belleza y
el atractivo sexual. La psicología de la mujer requiere especialmente comprender su
mundo emocional, y los profundos condicionamientos sociales de los que la mujer
ha sido victima durante generaciones. La mujer es la madre y la maestra del mundo,
su condición natural es la de pilar fundamental de las culturas. las sociedades y los
hombres. Se imparten conferencias y talleres en los que se tratan los elementos
técnicos de la psicología de la mujer, y las barreras que impiden a las mujeres el
desarrollo de una identidad femenina fuerte.

La psicología de la mujer encierra el misterio de la identidad femenina y su


desarrollo. El desarrollo de la identidad femenina se puede comprender como el
proceso de transformación de una mujer en bruto en una dama. El concepto de "dama
de honor", en su sentido filosófico, se ha borrado de nuestra cultura, y las mujeres
carecen de referencias claras y concretas acerca de lo que es su identidad psicológica,
su fuerza femenina y sus roles culturales, más allá de los asignados
convencionalmente como madre, nodriza, objeto erótico, o figura delicada y
hermosa a la que hay que proteger. En estas sesiones educativas acerca del desarrollo
de la feminidad se exponen los elementos técnicos para el desarrollo de la identidad
femenina. el trabajo del mundo emocional e intelectual de la mujer, y el desarrollo
del carácter femenino que revista a la mujer de su dignidad y su honor naturales.

La psicología de la mujer implica un trabajo muy concreto, tanto del mundo interno
como de las relaciones con el mundo externo. Esto reporta una serie de beneficios
entre los que pueden contarse:
1. Desarrollo de la identidad femenina más allá de la identificación de la misma con
la belleza física, el atractivo erótico o la maternidad.

2. Comprender lo que es la feminidad auténtica y el hecho de Ser mujer más allá de


la imagen narcisista a la que los medios de comunicación conducen a la mujeres.

3. Comprender lo que es la fuerza femenina y cómo aplicarla para ser feliz. Se


tratan las bases para el.

4. Tener autocontrol, comprender el mundo emocional y tener dominio de las propias


emociones e impulsos, de manera que se pueda ir limpiando los aspectos negativos
del corazón.

5. Liberarse de las inhibiciones, miedos, inseguridades y la represión. Estos están


asociados al rol de criatura delicada y débil que se ha obligado a adoptar a la mujer.

6. Desarrollar el intelecto femenino en su totalidad, no en un sentido exclusivamente


académico sino también en el esfuerzo por conocerse y comprenderse a si misma a
través del análisis del mundo interno.

7. Comprender al hombre y lo que necesita de una mujer, y que el hombre te


comprenda y entienda Jo que necesitas de él.

8. Comprender que el atractivo personal es una cuestión de magnetismo y no del


físico, ya que el magnetismo surge en el desarrollo de la auténtica feminidad.

9. Disfrutar de una sexualidad satisfactoria en una relación afectiva y sincera con el


hombre mas allá de los bloqueos sexuales derivados del narcisismo personal.

10. Dejar de vivir para los demás y la vida de los demás, empezar a vivir la vida
propia. Este es un elemento cultural y educativo que tiene especial tuerza en la
psicología de la mujer que hay que comprender.
LA PSICOLOGÍA TRANSCULTURAL

La psicología transcultural estudia las diferencias y similitudes del


funcionamiento psicológico entre grupos de distinta etnocultura. Se trata de un
área psicosocial que se enfoca en analizar de qué manera nos influye
pertenecer a una u otra cultura.

Esta disciplina también estudia las relaciones entre factores psicológicos,


socioculturales, biológicos y ecológicos intra e interculturalmente. Así, los
objetivos principales de la psicología transcultural son los siguientes:

• Comprobar modelos y teorías psicológicas en diferentes culturas.


• Descubrir variaciones culturales y psicológicas que pueden o no
estar presentes en nuestra propia experiencia cultural.
• Integrar los descubrimientos comunes para construir una psicología
más universal.

Además, para entender la psicología transcultural hay que tener en cuenta dos
aspectos fundamentales. Por un lado, que los procesos psicológicos
básicos (atención, memoria, motivación, aprendizaje, etc.) son comunes para
toda la humanidad. Y por otro, que la cultura es la fuente de la variedad
comportamental que da forma a las características personales.

La psicología cultural estudia cómo las tradiciones y prácticas sociales


transforman y regulan el funcionamiento psicológico. En cambio, la psicología
transcultural considera que, debido a las experiencias culturales, existen
diferencias predecibles y significativas entre grupos etnoculturales distintos.
LOS 5 SENTIDOS EN PERCEPCIÓN

Los seres humanos siempre hemos considerado los sentidos una puerta de acceso
al mundo exterior, a través de los cuales explorábamos nuestro entorno y
obteníamos información sobre él, básica para poder velar por nuestra
supervivencia. Aristóteles clasificó esos rádares naturales del organismo en
cinco: vista, oído, gusto, tacto y olfato. Y a esos, hemos ido añadiendo,
recientemente, otros como el sentido del equilibrio, la temperatura, el dolor, la
posición corporal y el movimiento.

No obstante, nuestros sentidos, como ya sospechaba Descartes –quien afirmaba


que no podíamos fiarnos de ellos para conocer el mundo– no son
simples captadores de la realidad: transforman los fotones en imágenes, las
vibraciones, en sonido y las reacciones químicas en olores y sabores. Tampoco
las percepciones que recrea el cerebro a partir de esos estímulos identifican el
mundo exterior tal y como es. De hecho, aquello que nos rodea y la imagen
mental que tenemos no tienen mucho que ver.

“¿Y qué nos importa si la realidad difiere de lo que construimos mentalmente?”,


pregunta desafiante el psicobiólogo Ignacio Morgado, quien acaba de
publicar Cómo percibimos el mundo (Ariel). “Para cada uno de nosotros, lo más
importante es lo que percibe nuestro cerebro, lo que sentimos, lo que captamos
de eso que llamamos realidad, que no es otra cosa que un concepto filos ófico; el
medio en que vivimos es pura materia y energía.”

Cómo percibimos Mientras usted lee este artículo, todo su organismo está atento
a los diferentes estímulos que hay en el ambiente. Para empezar, sus ojos están
recogiendo la información visual y enviándola al cerebro; sus manos están
sosteniendo el suplemento, sienten el tacto del papel en las yemas de los dedos;
sus oídos están rastreando, quizás de forma inconsciente, el entorno en busca
de variaciones, oyen a los niños en la habitación contigua, quizás el silbido de
la cafetera alertando de que ya está el café; de la misma forma que su nariz
también está atenta a cualquier cambio. Todos sus sentidos envían información
al cerebro continuamente y con ella, éste se hace un mapa de la situación.

Para poder sobrevivir en el entorno en que viven, todos los organismos necesitan
poder reconocer las características de ese entorno; percibir el mundo que los
rodea a través de los sistemas sensoriales y crearse una representación del mismo
que les permita hacer valoraciones rápidas, detectar posibles depredadores,
peligros, si éste o aquel alimento es dañino, etcétera.
El sistema perceptivo del ser humano es, seguramente, el más complejo en su
conjunto de todos los animales. Y es el salvavidas que nos ha permitido llegar
hasta aquí. Quizás, si no hubiéramos sido capaces de detectar sabores amargos,
nos hubiéramos extinguido hace miles de año al ingerir frutas o plantas
venenosas. Y de descifrar la información que envían los sensores se encarga la
mente. No registra todo lo que hay fuera de nosotros, sino que selecciona aquello
que considera importante para la supervivencia y la reproducción. A todo lo
demás le hace mucho menos caso. Y con la información que recoge teje una
representación del mundo.

Cuando una de las células sensibles o receptores sensoriales que recubren


nuestro cuerpo detecta un estímulo en el ambiente, lo capta y para poder enviarlo
al cerebro, lo traduce en una señal eléctrica.
LAS PARAFILIAS
Las parafilias consisten en la presencia de frecuentes e intensas conductas o
fantasías sexuales de tipo excitatorio que implican objetos inanimados, niños o
adultos que no consienten, o el sufrimiento o la humillación de uno mismo o de
la pareja. Los trastornos parafílicos son parafilias que causan angustia o
problemas de funcionamiento en la persona afectada o que perjudican o puedan
perjudicar a otra persona.

Existen muchas parafilias. La parafilia puede centrarse en numerosos objetos,


situaciones, animales o personas (como los niños o en los adultos que no
consienten). La excitación sexual de la persona depende de la utilización o
presencia del foco en el que se centra. Una vez establecidos estos patrones de
excitación sexual, por lo general en los últimos años de la infancia o al inicio de
la pubertad, suelen perdurar durante toda la vida.

En las relaciones y fantasías sexuales de adultos sanos es frecuente que exista


cierto grado de variedad. Algunas conductas sexuales de naturaleza poco
frecuente, pero que no implican riesgo lesivo, pueden formar parte de una
relación de afecto y amor, si ambas personas consienten en su práctica. Sin
embargo, cuando las conductas sexuales causan angustia o daño o alteran la
capacidad de una persona para funcionar en sus actividades diarias, se consideran
un trastorno parafílico. El malestar puede ser el resultado de las reacciones de la
gente ante su comportamiento o del sentimiento de culpa por el hecho de hacer
algo que resulta socialmente inaceptable.

Los trastornos parafílicos pueden perjudicar gravemente la capacidad de


mantener una relación sexual recíprocamente afectuosa.

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