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POLICIA NACIONAL DEL PERÚ

DIRECCIÓN DE EDUCACIÓN Y DOCTRINA


Escuela Técnica Superior
SAN BARTOLO

TRABAJO APLICATIVO

CURSO :

TEMA :

CATEDRÁTICO :

SECCIÓN :

ALUMNA :

LIMA - PERÚ
2022

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DEDICATORIA

Este trabajo se lo dedicamos a Dios por


darnos la inteligencia para realizarlo, a
nuestros padres y docentes porque  son
una fuente de apoyo incondicional para
nuestro aprendizaje y formación
profesional.

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INDICE

DEDICATORIA..................................................................................................................................2

INTRODUCCION..............................................................................................................................4

MARCO TEÓRICO............................................................................................................................5

VIOLENCIA INTRAFAMILIAR......................................................................................................5

VIOLENCIA DE GÉNERO............................................................................................................7

LA VIOLENCIA FAMILIAR EN TIEMPOS DE CUARENTENA....................................................8

EL IMPACTO PSICOLÓGICO DE LA CUARENTENA..............................................................10

Duración de la cuarentena......................................................................................................10

Miedo a la infección................................................................................................................11

Frustración y aburrimiento......................................................................................................11

Ansiedad.................................................................................................................................11

Información inadecuada..........................................................................................................11

DEBIDO AL AISLAMIENTO SE MULTIPLICÓ LOS LLAMADOS A SISTEMAS DE ATENCIÓN


A VÍCTIMAS................................................................................................................................11

EL CONFINAMIENTO DEMUESTRA QUE EL HOGAR ES EL LUGAR DE MAYOR


VIOLENCIA DE GÉNERO..........................................................................................................12

ANÁLISIS........................................................................................................................................13

CONCLUSIONES............................................................................................................................14

RECOMENDACIONES...................................................................................................................15

BIBLIOGRAFIA...............................................................................................................................16

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INTRODUCCION

El presente trabajo monográfico que me ha tocado por desarrollar lleva por


título “VIOLENCIA FAMILIAR EN TIEMPOS DE PANDEMIA Y
CONFINAMIENTO”.

La COVID-19 es una enfermedad


que, con los profundos cambios que ha introducido en las vidas de
todos y todas, ya cuenta con múltiples vacunas; sin embargo, sobre
otros males que se han convertido en nuevas pandemias del siglo
XXI, parecemos bastante alejados de encontrar una gran solución.

Entre los múltiples efectos derivados de la pandemia, encontramos uno


en especial que suele caracterizarse por ser bastante próximo a nuestros
entornos más cercanos, pues puede llegar a reproducirse al interior de las
cuatro paredes de un hogar, sin mayor distinción de estrato social o nivel
socioeconómico, y afectando a todos sus miembros, aunque de forma
especial a la población de mujeres. La violencia de género, ese fenómeno
ampliamente visibilizado en las agendas de gobierno de diversos países,
representa un enorme reto para las políticas de Estado durante la pandemia

pues al haberse aplicado medidas de “confinamiento”, “aislamiento” o


“distanciamiento social”, que implican un traslado de gran parte de las
actividades socioproductivas hacia el espacio doméstico, también se ha
generado transformaciones en la dinámica de los comportamientos y rutinas
de las familias, perturbando a aquellos espacios que ya padecían o se veían
afectados por la violencia de género, provocando además efectos sobre
ambientes en los que pudieron no manifestarse estas formas de violencia.

La violencia de género, esa otra pandemia que se pone de manifiesto


en las casas de todo el mundo, afectando especialmente a mujeres de
toda edad, sin distinción de estrato socioeconómico, credo, lengua o
condición étnica, ha encendido las alarmas de muchas instituciones y
organismos internacionales, quienes han alzado la voz pidiendo a los
Estados, la realización de acciones más contundentes.

El nivel de violencia ha aumentado a medida que las familias se ven obligadas


a quedarse en casa debido a la pandemia del COVID-19. Solamente entre el
10 de marzo, cuando comenzó la cuarentena, hasta el 10 de mayo, más de
30,000 llamadas saturaron la línea de ayuda para denunciar violencia
doméstica.

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MARCO TEÓRICO

VIOLENCIA DE GÉNERO Y CONFINAMIENTO


El estudio de las características de estos 2 elementos, por un lado la violencia
de género y por otro el confinamiento, ayudan a entender el impacto que
producen sobre las mujeres y la sociedad como consecuencia de su
interacción.

Confinar a las mujeres maltratadas en el lugar donde sufren la violencia y al


lado de quien la ejerce tiene como consecuencia directa el incremento de la
violencia y de la impunidad del agresor, como resultado del refuerzo de los
3 elementos que la caracterizan: el componente estructural, que sitúa en la
figura del hombre la referencia de las decisiones y la necesidad de mantener el
orden impuesto bajo su criterio; el aislamiento, como consecuencia de la
barrera material para salir de ella.

VIOLENCIA DE GÉNERO 
La definición más aceptada de violencia de género es la propuesta por la ONU
en 1995, que plantea que es todo acto de violencia sexista que tiene como
resultado posible o real un daño físico sexual o psíquico. Incluye las amenazas,
la coerción o la privación arbitraria de libertad, ya sea que ocurre en la vida
privada o en la pública, la coacción física o psíquica ejercida sobre una persona
para limitar su voluntad y obligarla a ejecutar un acto específico. Esta violencia
puede adoptar formas diferentes, entre ellas, física, verbal, psíquica, sexual,
social y económica. Es válido decir que unas formas de coacción se ejercen en
mayor o menor medida a lo largo de la historia.

El maltrato a la mujer se entiende como el resultado de la interacción de varios


factores, entre ellos, la historia individual de la víctima y el maltratador; el
macrosistema que incluye mitos sobre la violencia y la cultura machista; el
exosistema que abarca el estrés, la respuesta de las instituciones ante las
denuncias de la víctima y las redes sociales; y por último el microsistema que
se refiere a los conflictos entre cónyuges [9]. Para entender la violencia de
género de manera integral, es de suma importancia que ésta sea entendida

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con una perspectiva multicausal en la que se tome en cuenta los factores
culturales, históricos políticos y socioeconómicos que han dado paso a un
contexto en el que la superioridad del género masculino ha sido reafirmada y
es muy difícil de erradicar. Existen también, otros factores que aportan para
que la violencia de género no pueda ser erradicada, como la publicidad y las
nuevas tecnologías.

Normalmente, los modelos teóricos sobre violencia de género proponen teorías


asentadas en rasgos de tipo individual, como alteraciones de la personalidad,
disposiciones biológicas o experiencias violentas a temprana edad que puedan
explicar las reacciones violentas. Estas explicaciones que tienden a buscar una
causa externa a las conductas de agresión, reduciendo el grado de
responsabilidad de la persona que lleva a cabo la acción. También, se atribuye
al perfil del maltratador características en su pasado como el rechazo y el
maltrato del padre, el apego inseguro a la madre y también se menciona la
influencia de la cultura machista.

Por otro lado, las teorías sociales y culturales apoyan la idea de la existencia
de valores culturales que legitiman el control del hombre sobre la mujer. Pues,
ni las mujeres nacen víctimas ni los varones están predeterminados para actuar
como agresores. Son justamente estos estereotipos de género, sobre cómo
uno y otro debe comportarse, lo que refuerza la aparición de conductas
estereotípicas. Además, la estructura social ha contribuido a que se originen
patrones de violencia a lo largo de nuestro ciclo vital.

No se puede hablar de violencia de género sin hablar de sus efectos, los cuales
son devastadores. Algunos autores, han llegado a un consenso de que es muy
probable que la violencia de género tenga como consecuencia el desarrollo de
un trastorno de estrés postraumático u otros problemas psicológicos como
ansiedad y depresión.  Otros efectos en este tipo de violencia son además
pérdida de la autoestima, sentimiento de culpa, aislamiento social y
dependencia ante el abusador.  Además, se ha demostrado que tiene
implicaciones negativas en el día a día y que la salud también puede verse
afectada, apareciendo somatizaciones, insomnio, abuso de medicamentos,
entre otros. Las mujeres víctimas de violencia, podrían experimentar un
decremento de comportamientos de autocuidado o sensación de capacidad,
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así como la justificación de la violencia el retirarle la culpa al agresor o incluso
aparecen comportamientos de protección hacia él.

Se debe tener en consideración que todas estas consecuencias negativas no


afectan solo a la mujer, sino a sus hijos e hijas, en quienes también pueden
aparecer problemas como la dificultad de hacer planes a futuro o la creencia de
no ser capaces de vivir sin el abusador o el violentado. Los hijos y las hijas de
mujeres víctimas de violencia perpetrada por su pareja son víctimas también,
porque ven, oyen y hasta intervienen en estos episodios de violencia. A
menudo los padres también han hecho uso de los hijos para controlar y dañar a
la madre, deteriorando la autoridad materna. Los menores pueden mostrar
síntomas de estrés postraumático, baja competencia social y problemas
emocionales y conductuales.

ALCANCE DE LA VIOLENCIA DE GÉNERO CONTRA LAS MUJERES EN EL


CONTEXTO DE LA PANDEMIA
OMS en función a los alarmantes niveles que venía registrando la enfermedad
COVID-19, así como por la inacción que se venía presentando, determinó que
esta enfermedad correspondía a una pandemia (OMS, 2020b). Las
implicancias de esta declaración, formulada el 11 de marzo de 2020, se
tradujeron en la adopción por parte de los Estados de diversas medidas,
centradas en evitar la propagación de la enfermedad (cuarentenas y
confinamientos de las personas). Estas medidas, en algunos casos, se
implementaron de manera opcional y en otros de manera obligatoria.

Las medidas, principalmente, las que significaron el confinamiento, el


distanciamiento físico y las restricciones de movilidad, trajeron consigo a nivel
mundial, y sobre todo, sobre todo en América Latina y el Caribe, la
intensificación de la violencia de género contra las mujeres y niñas (CEPAL,
2020a), puesto que, según los organismos de Naciones Unidas, al mismo
tiempo, limitaron el recurso de las redes de apoyo y el acceso a los servicios
esenciales. Estos impactos de la COVID-19 fueron alertados por la ONU, al
considerar que se tendrían implicaciones de género de gravedad, entre estas el
aumento de los niveles de violencia de género hacia las mujeres, hasta
configurar una amenaza en lo que respecta a lo avanzado en la reducción de

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las brechas de género de cara a la igualdad entre hombres y mujeres,
aumentando la vulnerabilidad de las mujeres y niñas (ONU Mujeres, 2020a).

MINISTERIO DE LA MUJER Y POBLACIONES VULNERABLES


El Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, a través del Programa
Nacional para la Prevención y Erradicación de la Violencia contra las Mujeres e
Integrantes del Grupo Familiar – AURORA, brinda servicios dirigidos a las
mujeres e integrantes del grupo familiar víctimas de violencia familiar y sexual.
Dentro de los servicios se encuentran la línea telefónica de ayuda (Línea 100) y
el servicio por medio de redes sociales (Chat 100). En cuanto a servicios
presenciales, destacan la atención de los Centros Emergencia Mujer (CEM) y
el Servicio de Atención Urgente (SAU).

Tal como quedó evidenciado en otros países, durante la pandemia se han


observado cambios importantes en los registros telefónicos de las líneas de
ayuda disponibles para los casos de violencia contra las mujeres. El caso
peruano no es la excepción, ya que los registros de llamadas por medio de la
Línea 100 evidencian un incremento de casi el doble durante los meses de
mayo a octubre del 2020. Al realizar una comparación entre la proyección de
las llamadas en base a años pasados (2017 – 2019) y el comportamiento
registrado en el 2020 producto de la pandemia, se observa un incremento por
encima de las 50 mil llamadas.

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Del mismo modo, también se observa un incremento de las consultas
realizadas por el Chat 100, estas se sextuplicaron en los meses de mayo y
junio de 2020, y aunque disminuyeron abruptamente durante los meses
posteriores, aún son el triple de lo que eran años atrás. Al realizar una
comparación entre la proyección de las consultas por el Chat 100 en base a
años pasados (2018 y 2019) y el comportamiento registrado en el 2020
producto de la pandemia, se observa un incremento de casi 11 mil
comunicaciones.

LA VIOLENCIA FAMILIAR EN TIEMPOS DE CUARENTENA


Todos los efectos de la COVID-19 han hecho aún más evidentes las
desigualdades en el mundo, entre ellas, las de género. Para muchas mujeres y
niñas la violencia doméstica es una amenaza que se agrava en estos tiempos
de aislamiento.
El 60% de feminicidios en Perú ocurren en el hogar, de acuerdo con el
Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público. En emergencias como
esta, según ONU Mujeres y el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD), los riesgos de violencia contra las mujeres y las niñas
aumentan en este espacio privado.

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El Estado peruano está liderando importantes esfuerzos para frenar esta
violencia doméstica durante la crisis sanitaria. A 23 días de que decretase el
estado de emergencia, atendió más de 8000 llamadas a través de la Línea 100,
unas 360 llamadas cada día. Además, trasladó a 36 personas a hogares de
refugio temporal y atendió a 43 mujeres víctimas de violencia sexual, 27 de
ellas más de la mitad eran niñas. Sin embargo, la acción de los gobiernos
locales también resulta indispensable y por mucho necesaria.
Desde el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en
alianza con las Municipalidades se  implementó una iniciativa para llegar
adentro de los hogares de las familias de los diferentes distritos durante la
crisis, con mensajes y acciones de sensibilización para prevenir la violencia y
promover la igualdad.
No es fácil en este contexto de aislamiento llegar con información respecto a
temas que involucran la privacidad del hogar. Sin embargo, se está
encontrando diferentes caminos.
Uno de estos son las canastas de víveres que las municipalidades entregan
con el presupuesto transferido por el gobierno central. Estas canastas están
llevando mensajes sobre violencia basada en género, responsabilidades
compartidas, masculinidades y maternidades sanas, los cuales también se
dirigirán a través de las redes comunitarias preexistentes en cada distrito.
Otro camino son los actores que están en la primera línea de la respuesta
frente esta pandemia: las recolectoras y los recolectores de residuos sólidos y
la Policía Nacional del Perú.
Son muchas veces invisibilizados, ambos actores tienen un rol esencial en las
dinámicas de nuestras ciudades y mantienen un vínculo con las familias en
cuarentena. Por tanto, son estratégicos para llegar con los mensajes a estos
hogares, permitiendo que este modelo sea replicable en otros gobiernos
locales durante la cuarentena.
Tanto las recolectoras y los recolectores como la Policía Nacional del Perú son
fortalecidos y sensibilizados en enfoque de género, y para brindar información
sobre los servicios de atención frente a la violencia doméstica. De este modo,
los camiones recolectores se transformarán en vehículos de comunicación a la
ciudadanía. En tanto, las comisarías de cada sector operarán un protocolo de

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visita casa por casa, de acuerdo con el seguimiento georreferenciado de las
medidas de protección.
A esta intervención integral se suma el apoyo del PNUD a la Municipalidad
Metropolitana de Lima para la implementación de un albergue para mujeres
víctimas de violencia, a través de asistencia técnica y el vínculo con la empresa
privada.
La participación e involucramiento de la comunidad es clave para una
respuesta eficaz e integral frente a la violencia y la desigualdad de género
sobre todo en estos tiempos. Hoy hemos iniciado con las familias en los
distritos de Lima, San Juan de Miraflores y Villa El Salvador. En futuro muy
próximo esperamos sumar más gobiernos locales por la igualdad.

EL IMPACTO PSICOLÓGICO DE LA CUARENTENA


En lo psicológico, la cuarentena es a menudo una experiencia desagradable y
estresante que implica separación de los seres queridos, pérdida de la libertad,
incertidumbre sobre el estado de la enfermedad, entre otros factores cuyas
consecuencias pueden impactar negativamente de diversas maneras. El uso
exitoso de la cuarentena como medida de salud pública obliga a reducir, en la
medida de lo posible, los efectos negativos asociados a ella.

Brooks et al (2020) realizaron una revisión de estudios basados en situaciones


de confinamiento por epidemias anteriores (como los casos de ébola, SARS y
la gripe H1N1, entre otros), e identificaron los siguientes factores estresantes
durante períodos de cuarentena:

Duración de la cuarentena.
Los estudios mostraron que las duraciones más largas de la cuarentena se
asociaron positivamente con un deterioro de la salud mental, síntomas de
estrés postraumático, conductas de evitación y enojo. Aunque en la mayoría de
los estudios analizados por el autor no se determina claramente la duración de
la cuarentena, algunos estudios coinciden en que las personas que vivieron en
situación de cuarentena por más de 10 días mostraron síntomas de estrés
postraumático significativamente más altos.

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Miedo a la infección.
Los participantes en los estudios analizados manifestaron temor por su propia
salud y la de sus familiares. Se exacerbó la preocupación por síntomas físicos
potencialmente relacionados con la infección que desencadenó la cuarentena.

Frustración y aburrimiento.
El confinamiento, la pérdida de la rutina habitual y la reducción del contacto
social y físico con los demás con frecuencia provocaron sentimientos de
aburrimiento, frustración y una sensación de aislamiento del resto del mundo.
Esta frustración se exacerbó al no poder participar en las actividades cotidianas
habituales, como concurrir al trabajo, estudios o hacer las compras diarias.

Ansiedad.
El temor a la escasez o falta de suministros básicos como atención médica,
recetas, medicamentos, comida, agua, o artículos de limpieza e higiene
personal se asoció significativamente con un aumento de síntomas de
ansiedad y enojo, que persistieron incluso algunos meses después de la
liberación.

Información inadecuada.
Muchos participantes señalaron a la información deficiente como un factor
estresante, especialmente relacionada con las pautas claras sobre las acciones
a tomar y confusión sobre el propósito de la cuarentena. En muchos casos esto
se manifestó en la dificultad para cumplir con los protocolos de cuarentena y
fue un predictor significativo de síntomas de estrés postraumático.

DEBIDO AL AISLAMIENTO SE MULTIPLICÓ LOS LLAMADOS A SISTEMAS


DE ATENCIÓN A VÍCTIMAS
Durante el confinamiento, los servicios de ayuda y protección se han tenido que
reinventar. En Perú, por ejemplo, al estar cerrados los casi
cuatrocientos Centros de Emergencia Mujer, debieron organizarse cerca de
200 equipos itinerantes para socorrer a las víctimas en sus residencias. El 60
% de los feminicidios en este país sudamericano ocurren en el hogar, de
acuerdo con el Observatorio de Criminalidad del Ministerio Público.

También se reforzó otro sistema clave en todos los países para socorrer a las
mujeres abusadas: las líneas telefónicas de denuncia. En ese país, la Línea

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100, que antes de la emergencia sanitaria recibía más de 12.000 llamadas al
mes, ha tenido un incremento de un 43,2 % en el número que recibe durante la
cuarentena.

EL CONFINAMIENTO DEMUESTRA QUE EL HOGAR ES EL LUGAR DE


MAYOR VIOLENCIA DE GÉNERO
Lo que ocurre en Perú se replica en varios países de la región y las medidas de
contención contra el coronavirus pusieron de relieve que el ámbito doméstico
es precisamente donde se produce gran parte de la violencia contra las
mujeres, la mayoría de veces dentro del propio entorno familiar.

En el caso particular de las violaciones, "lamentablemente el agresor suele ser


muy cercano a la familia o incluso parte de ella. En algunos casos ha sido el
vecino, pero en otros el padrastro, el abuelo, el tío e incluso el propio padre".

El Gobierno peruano estableció un decreto a finales de abril para que los


jueces puedan otorgar medidas de protección urgentes, como el retiro del
agresor del hogar, sin necesidad de hacer audiencias durante esta emergencia
sanitaria.

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ANÁLISIS

La pandemia del COVID-19 muestra que las poblaciones vulnerables como


mujeres y niños, a nivel doméstico, podrían encontrarse en situaciones de
riesgo ante la presencia de un agresor. Esta vulnerabilidad se ve reforzada
ante desventajas económicas y el distanciamiento geográfico.

Siendo el tema de violencia un problema importante de salud pública, llama la


atención la carencia de planes colaterales a las estrategias de mitigación para
reducir los casos de transmisión de COVID-19, en relación a los efectos de la
cuarentena en poblaciones vulnerables. El hallazgo de esta carencia en la
presente revisión, podría estar resaltando la necesidad de reforzar la
visibilizacion de los problemas de violencia doméstica y principalmente,
violencia hacia la mujer como temas prioritarios en la agenda de salud pública
a nivel nacional.

El aumento de la violencia contra las mujeres se debe solucionar de manera


urgente con medidas integradas en el apoyo económico y paquetes de
estímulo acordes con la gravedad y la magnitud del reto que reflejen las
necesidades de las mujeres que se enfrentan a diversas formas de
discriminación.

El acceso a plataformas virtuales seguras, amigables y disponibles


permanentemente se presenta como una alternativa de comunicación para las
víctimas ante la ausencia de redes de apoyo y aislamiento físico. Sin embargo,
la conexión a servicios de Internet no es accesible para todos. Por lo tanto, la
generación de canales de apoyo en donde estructuras y miembros de la
comunidad (como por ejemplo, farmacias o bodegas cercanas) estén
involucrados sería beneficioso.

Entonces las estrategias para combatir esta epidemia de violencia deben ser
dirigidas tanto a la víctima como al victimario con el objetivo de generar
conciencia, sensibilidad pero también una institucionalización de la protección
hacia las poblaciones más vulnerables.

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CONCLUSIONES

 La violencia es un problema de salud pública, es definitivamente una


violación a los derechos humanos. Los efectos y repercusiones que tienen
tanto la violencia de género como la intrafamiliar se ve reflejado en todas las
áreas de la vida de quienes son víctimas de éstas, dando paso a problemas
emocionales, conductuales e incluso trastornos mentales como depresión y
ansiedad.
 La violencia de género e intrafamiliar siempre están presentes, sin embargo
no siempre es evidenciada debido a varios factores como miedo,
inseguridad y su dependencia con su agresor. Pero también debido a la
ineficacia de los sistemas de protección ante las denuncias de las víctimas.
 Los datos de violencia intrafamiliar constituyen un indicador que urge a
implementar acciones públicas para evitar y atender los daños que ésta
ocasiona.
 La pandemia por COVID-19 ha profundizado la gravedad de esta
problemática social ya que víctima y abusador se encontrarán por lo regular,
aislados juntos, con poca posibilidad de acudir a sus redes de apoyo o ante
las entidades que puedan brindarle protección.
 Las implicaciones sociales y económicas causadas por la crisis sanitaria por
COVID-19 han añadido al hogar miedo, estrés y ansiedad; lo que aumenta
la probabilidad de que aparezcan conductas de maltrato de las que mujeres
y jóvenes son víctimas. 

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RECOMENDACIONES

 En Perú, por ejemplo, al estar cerrados los casi cuatrocientos Centros de

Emergencia Mujer, debieron organizarse cerca de 200 equipos itinerantes

para socorrer a las víctimas en sus residencias.

 Garantizar que los sistemas judiciales sigan procesando a los abusadores.

 Establecer sistemas de alerta de emergencia en farmacias y tiendas de

comestibles.

 Declarar los centros de acogida como servicios indispensables.

 Crear formas seguras para que las mujeres busquen apoyo, sin alertar a

sus abusadores.

 Evitar la liberación de prisioneros condenados por cualquier tipo de

violencia contra la mujer.

 Ampliar las campañas de concienciación pública, en particular las dirigidas

a hombres y niños.

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BIBLIOGRAFIA

Bandura. “Aggression. A social learning theory,” New Jersey: Prentice-Hall,


1973. 

E. González. “La definición y la caracterización de la violencia desde el punto


de vista de las ciencias sociales,” Arbor, vol. 167, no. 657, pp. 153-185, 2000.

ONU Mujeres (2020, Mayo) Impacto de COVID-19 en la violencia contra las


mujeres en América Latina y el Caribe

Ruiz  y  G. Pastor, (2020).”Medidas de contención de la violencia de género


durante la pandemia de COVID-19,” Gaceta Sanitaria, pp. 1-22, 2020.

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