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IDENTIDAD Y VIDA

UNIVERSITARIA

Módulo 1 – Unidad 1

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UNIDAD 1. IDENTIDAD Y VIDA UNIVERSITARIA ................................................................................... 3

1.1. MISIÓN Y VISIÓN INSTITUCIONAL .............................................................................................. 3

1.2. OBJETIVOS INSTITUCIONALES..................................................................................................... 6

1.3. DEPARTAMENTOS Y FUNCIONES ................................................................................................ 9

1.4. PROYECTOS INSTITUCIONALES .................................................................................................14

1.5. APORTE DE LA UNIVERSIDAD EN LA SOCIEDAD ...................................................................19

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Unidad 1. Identidad y Vida Universitaria

1.1. Misión y visión institucional


De acuerdo con Maragno, De Souza y Lunkes (2014): “la misión representa la “razón de ser”
de una organización. O sea que es una declaración esencial para establecer los objetivos y
formular las estrategias, metas y políticas, concibiendo la asignación de recursos y la
motivación de los empleados” (p. 469). Esto significa, que la misión expresa el propósito
principal de una entidad y la distingue de las demás organizaciones frente a sus agentes
internos y la sociedad en general.

Para cumplir su función, el enunciado de la misión debe ser lo más corto posible, pero debe
contener con claridad y precisión el quehacer de la institución, en concordancia con sus
políticas, valores y objetivos. La misión orienta las actividades de una organización y es el
marco de referencia de la misma, por tanto, debe formularse según los principios filosóficos
adecuados, de forma coherente con los recursos, las metas, la visión, los objetivos y los
proyectos.

En términos del Instituto de Altos Estudios Nacionales (IAEN, 2011), la misión institucional
debe orientarse hacia los propósitos siguientes:
Incorporar valores de la institución, identificar el ámbito de acción de la entidad,
transmitir lo que define a la institución, lo que le diferencia de otras entidades que
trabajan en las mismas temáticas; ser clara y positiva; y atraer la comprensión y el apoyo
de entidades externas. (p. 38)

Independientemente del tipo de institución, la misión es fundamental para el correcto


funcionamiento de cualquier organización, ya que es clave para alcanzar los objetivos,
mejorar la calidad de los productos o servicios y unificar la actuación del personal. Desde
esta perspectiva, para las universidades la misión proyecta el campo de acción, enfoca las
ventajas competitivas y es la fuente de las estrategias a implementar, conciliando en todo

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momento lo que se pretende hacer con lo que se puede y debe hacer para cumplir con el
enunciado establecido.

Desde esta perspectiva, la misión de la UDI es: “impulsar el desarrollo de las personas a
través de experiencias innovadoras que les permitan desempeñarse en escenarios
cambiantes” (UDI, 2020a, p. 3). Esta declaración contiene los siguientes aspectos claves: la
Universidad busca promover el desarrollo personal y profesional de sus estudiantes, a
través de un modelo educativo moderno donde el proceso de enseñanza y aprendizaje
permita aprehender competencias útiles para responder ante las demandas de un mundo
en constante cambio.

La misión antes enunciada indica el para qué existe la universidad, es decir, la formación de
las personas. De allí, el valor de la innovación y la consideración del dinamismo permiten
formular la visión, los objetivos institucionales y los proyectos educativos, que permitan
cumplir con la misión, articulando la acción y cooperación de todos los integrantes de la
comunidad universitaria (estudiantes, docentes y personal administrativo), sin dejar de
considerar las interrelaciones con su entorno, el cual involucra aspectos económicos,
sociales, políticos y ambientales.

En cuanto a la visión, IAEN (2011) indica que: “es una imagen proyectada del futuro deseado
por la organización, es una declaración general que describe el estado al que la institución
desea llegar dentro de los próximos años” (p. 37). Al igual que la misión, la visión debe ser
comprensible, precisa y ajustada a la realidad, de forma tal que pueda cumplirse en el lapso
estimado, además de ser entendida y compartida por los miembros de la organización y los
agentes externos.

En términos generales, según IAEN (2011), la visión debe presentar las características
siguientes: “es positiva, alentadora y comunica entusiasmo; apela a valores e intereses
comunes; proyecta sueños, persigue un futuro mejor; dimensiona el tiempo, propone un
tiempo para alcanzar el futuro deseado; y es realista, en la medida de lo posible” (p. 37).

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La misión y la visión conforman el conjunto estratégico inicial de toda organización, el cual
dirige el accionamiento de la misma. Por lo general, ambos enunciados son formulados por
la gerencia o las autoridades de una institución, sin embargo, deben ser dadas a conocer y
sobre todo a comprender por el resto del personal, a fin de compartir la razón y la
visualización de la entidad.

Por otro lado, no basta con declarar y comunicar la visión de una empresa para alcanzar sus
metas. Para que un equipo de trabajo puede participar con motivación e inspiración en un
contexto real que permita cumplir la visión, esta debe corresponderse con la identificación
de las capacidades del personal y de sus expectativas, mediante la dirección constante de
los líderes de la organización, los cuales deben velar por el mantenimiento y mejoramiento
continuo de las condiciones que permitan cumplir la misión y alcanzar la visión.

Desde este enfoque, se establece como visión de la UDI: “Liderar la evolución y el acceso al
aprendizaje, de manera disruptiva y con solidez académica” (UDI, 2020a, p. 3). Esta
proyección implica mejorar los índices de competitividad institucional y posicionarse como
la universidad líder de Panamá, de forma consolidada y mediante experiencias que brinden
una imagen afianzada en valores inquebrantables y un modelo educativo innovador.

La misión y visión antes expuestas se sustentan en los valores definidos en UDI (2015); estos
son:
Fraternidad: Incentivamos el sentido de familia y pertenencia, promoviendo el bienestar
y satisfacción de nuestra comunidad académica, siendo este el mecanismo para nuestro
desarrollo integral.
Innovación: Implementamos un sistema universitario creativo, eficiente, novedoso y de
alto impacto tanto para el estudiante como para nuestros colaboradores.
Compromiso: Formamos profesionales de excelencia que brinden respuesta a las
necesidades del mundo actual.
Flexibilidad: Desarrollamos servicios educativos que se adaptan a las necesidades de la
comunidad universitaria, en el marco de una accesibilidad responsable, equitativa y justa.

Con base en lo anteriormente expuesto, la misión y la visión de la institución son claras,


precisas, innovadoras y representan un gran reto para el personal de la institución. Estas

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son compartidas por el personal de la universidad y los socios de dicha organización. En
ambos casos, se destacan la confianza organizacional, el espíritu de mejora, la fortaleza
académica, la vocación de servicio del personal, la competitividad, la motivación y la
innovación, entre otros.

Cabe destacar que la misión y la visión no deben usarse como sinónimos ni confundirse con
la filosofía de la empresa. La visión es la meta global a largo plazo que pretende alcanzar la
institución; la misión es la razón de existencia de la misma, y la filosofía es un conjunto de
principios humanísticos sobre los cuales se sustenta el funcionamiento de la empresa. De
ambos aspectos (misión y visión), depende en gran medida el éxito de la organización, así
mismo, los dos enunciados deben estar fundamentados en la filosofía y la política de la
empresa.

1.2. Objetivos institucionales


De acuerdo con IAEN, los objetivos institucionales deben responder a las siguientes
preguntas y consideraciones (como se muestra en la imagen 1):
¿Qué es lo que se desea o se debe lograr para alcanzar un cambio sustancial en el sector?
(considerando la visión de la institución) ¿Cuáles son las prioridades de la institución?
¿Qué debe ser resuelto con urgencia? Los Objetivos Estratégicos Institucionales deben
ser consistentes con la Misión y ser el desglose de la Visión. Además, deben cumplir
ciertas características como: estar claramente definidos, ser medibles, realistas y
coherentes. (p. 40)

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Imagen 1. Objetivos institucionales
Fuente: Elaboración propia a partir de IAEN (2011, p. 40).

Una vez definidos los objetivos, se deben relacionar los aspectos siguientes para la
elaboración de los planes de acción: tiempo de acción, actividades, resultados esperados,
metas, indicadores, responsabilidades, recursos requeridos y estrategias. Por cada objetivo
formulado, se deben desprender un conjunto de acciones concretas, las cuales al igual que
los objetivos, deben estar claramente enunciadas, ser medibles y ajustarse a la realidad.

Con relación a los objetivos institucionales, la UDI presenta una propuesta de modelo
educativo caracterizado por los objetivos siguientes, los cuales conforman la guía para el
desarrollo de los procesos tácticos y los proyectos estratégicos e la institución:

• Propiciar el crecimiento y el desarrollo económico del país mediante la oferta de


planes de estudios que consideren las tendencias regionales y mundiales de
formación de profesionales.
• Establecer mecanismos de interacción y comunicación directa con diferentes
empleadores del mercado laboral para determinar las características del profesional
que requieren sus organizaciones.
• Fomentar el desarrollo de las habilidades blandas y específicas que permitan a los
estudiantes la compleción efectiva de las funciones propias de la disciplina y el

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desarrollo armonioso de sus labores profesionales mediante establecimiento de
relaciones interpersonales adecuadas.
• Facilitar el acceso a la educación universitaria a los ciudadanos del país para el
cumplimiento de sus metas y planes de realización personal y profesional,
promoviendo la diversidad e inclusión.
• Brindar oportunidades de realizar estudios universitarios o de formación continua,
mediante la oferta de planes académicos en diferentes modalidades, especialmente
considerando las limitaciones o dificultades laborales y de transporte que algunos
estudiantes podrían presentar.
• Concebir el proceso de enseñanza-aprendizaje con los estudiantes como el eje central
para la compleción efectiva de las actividades de aprendizaje y evaluación, mediante
la guía y el apoyo del docente y la interacción respetuosa, dinámica, activa y
responsable” (UDI, 2020a, p. 4).

Los objetivos antes mencionados se corresponden con lo establecido en la Constitución de


la República de Panamá (citada en CONEAUPA, 2010), en su Capítulo V (Educación), donde
se señala que: “la educación es democrática y está fundamentada en principios de
solidaridad humana y justicia social y la finalidad de la educación panameña es fomentar en
el estudiante una conciencia nacional basada en el conocimiento de la historia y los
problemas de la patria” (p. 2).

Así mismo, los objetivos antes descritos se encuentran alineados a la Ley 30 (citada en,
CONEAUPA, 2010), donde se destacan los objetivos siguientes para asegurar la calidad de
la educación universitaria:

• Fomentar y desarrollar una cultura de evaluación que asegure la calidad de la


educación superior universitaria.
• Promover el mejoramiento continuo del desempeño y la calidad de las instituciones
universitarias y de sus programas.
• Dar fe, ante la sociedad panameña, de la calidad de las instituciones universitarias y
de los programas que en ellas se desarrollan, mediante el dictamen de la acreditación.

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• Contribuir al mejoramiento de la calidad de la educación superior universitaria,
mediante la regulación de los procedimientos y de los requisitos necesarios para la
creación y el funcionamiento de las universidades.
• Promover la articulación entre las diferentes modalidades del sistema de educación
superior. (p. 4)

En síntesis, los objetivos de la UDI describen los resultados que la institución aspira alcanzar
en un tiempo determinado, indicando cómo deben enfocarse las estrategias e
implementarse los recursos para cumplir las metas. Estos objetivos responden a las bases
legales correspondientes dadas por la Constitución y el Ministerio de Educación, así como
al modelo educativo adoptado por la universidad, fundamentado en competencias y
funciones de la institución.

1.3. Departamentos y Funciones


Para que una institución alcance sus objetivos debe organizarse a través de departamentos
con funciones específicas, los cuales permiten la división de actividades mediante
asignación de roles o responsabilidades acorde con cada área de servicio o producción.
Estos departamentos son los encargados de coordinar las acciones individuales y colectivas
de cada unidad académica o administrativa, con la finalidad de hacer posible el
cumplimiento de tareas que conducen al logro de los objetivos institucionales y por ende a
la competitividad de la organización.

En palabras de Planes (2017):

Un departamento es una unidad académica básica constituida por un colectivo de


trabajadores que tiene la responsabilidad de dirigir de manera integrada y bajo criterios
de calidad, pertinencia, eficiencia y eficacia las funciones de docencia, investigación y
extensión en la Educación Superior propias del área de conocimiento en cuestión, en
correspondencia con las necesidades, demandas y expectativas de la sociedad. (p. 71)

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Debido a que las universidades se encuentran constantemente en procesos de
transformación, para poder responder a las demandas y desafíos que la sociedad exige, las
instituciones deben organizarse en función de departamentos. Tal como lo expresa Pérez
(2017): “los departamentos tienen funciones diferentes de las facultades. De forma
simplificada podemos decir que las facultades aseguran el cumplimiento del plan de
estudios, y los departamentos la actividad investigadora y todo lo relacionado con la
producción del conocimiento” (p. 58).

En este sentido, los retos de la universidad recaen fundamentalmente sobre los


departamentos. Por ejemplo, un departamento docente es una unidad donde se
concentran las funciones de los profesores encargados de la formación; un departamento
de investigación se encarga de las actividades científicas para la ejecución de proyectos y
solución de problemas; y un departamento administrativo se responsabiliza de los
procedimientos y trámites requeridos para el desarrollo de los procesos sustantivos de la
institución.

Generalmente, en orden jerárquico, los departamentos se ubican en una línea intermedia


entre el equipo directivo o autoridades y el personal de apoyo. Dentro de las autoridades
se encuentran rector, consejo académico, secretario, socios y vicerrectores. Por su parte,
en las unidades de apoyo se encuentra el personal especializado que tiene la función de
brindar asesoría o servicio a los departamentos o línea de autoridades.

Específicamente, la Universidad del Istmo (UDI) está conformada por los departamentos
siguientes:

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• Departamento de Admisiones:

“encargado de brindar asesoría personalizada a los estudiantes ingresantes. Los


asesores de admisiones están preparados para poder orientar de la mejor forma
posible a los interesados en conocer las diferentes opciones que la Universidad del
Istmo tiene como oferta académica” (UDI, 2015).

• Departamento de Registro y Control:

Responde a la Secretaría General y es la unidad responsable de generar, divulgar,


controlar y custodiar la información correspondiente a las calificaciones y todos
aquellos documentos que certifican la vida académica del estudiante desde el
momento que ingresa a la universidad hasta finalizar la carrera. (UDI, 2015)
• Departamento de servicio al estudiante:

Encargado de coordinar con las diferentes áreas las necesidades de los estudiantes y
qué acciones o procesos impactan en forma positiva y cuáles no, de esta manera es
posible el levantamiento de planes de acción de mejora continua que llevarán a la
Universidad a la excelencia en servicio al estudiante en cada uno de los procesos a lo
largo de su vida académica. (UDI, 2015)

En cuanto a las funciones, el Departamento de Registro y Control tiene las


responsabilidades siguientes:

• Facilitarle a los estudiantes la gestión de documentos oficiales, a través de los


servicios de: convalidaciones, reclamos de nota, retiro e inclusión de materias,
generación de certificaciones, créditos y diplomas, revisión de expedientes de
graduación y generación de listados oficiales.
• Apoyar a los Decanos de Facultad, Directores de Carreras y Directores de Sede, en la
consecución de toda la información necesaria para la gestión académica. (UDI,
2015)

Asimismo, UDI (2015) expresa que el departamento de servicio al estudiante se encarga de


supervisar los procesos internos de bienestar, apoyo financiero al estudiante, admisiones,
servicios generales, registro y control para el cumplimiento eficaz de los compromisos

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asumidos con los estudiantes, tanto en la responsabilidad de recibir una educación de
calidad como en la asesoría para apoyar a los aspirantes en la revisión y selección de los
programas y modalidades de estudio de acuerdo con las competencias y condiciones de
cada individuo.

En relación con lo antes descrito, UDI (2020a) describe las funciones sustantivas siguientes:

• Docencia y procesos de formación: “los procesos de formación de la universidad


colocan al estudiante como sujeto del desarrollo profesional, buscando que sean
individuos reflexivos, críticos, autónomos e independientes como base de la
estructura de su propio saber” (p. 7).

• El estudiante como centro: “para la UDI el propósito del quehacer institucional son
los estudiantes, quienes constituyen el centro de las acciones y del proceso de
formación, reconociéndolos como personas activas y considerando sus
particularidades como punto de partida” (p. 8).

• Investigación y gestión del conocimiento e innovación: “en la UDI, la Investigación


está concebida como el proceso creativo, metódico y sistemático de producción,
desarrollo y validación de conocimiento, tecnología e innovación” (p. 8).

• Responsabilidad social y desarrollo sostenible: “la universidad lidera y promueve


iniciativas donde el ser humano es el centro, asegurando la inclusión, el desarrollo
del pensamiento crítico y la conciencia social” (p. 9).

• Programas especiales y educación continua: “plataforma que busca actualizar y


fortalecer las habilidades de los perfiles profesionales, en pro de mejorar la calidad
de vida de las personas que hacen parte de la comunidad académica y la sociedad
civil” (p. 9).

• Internacionalización y pensamiento global: “la filosofía institucional se alinea para


dar respuesta a las necesidades del país, entre las cuales prevalece el desarrollo de

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una ciudadanía global. La institución cree firmemente que esta ciudadanía global
contribuye al desarrollo integral de su comunidad académica” (p. 10).

• Vida universitaria, comunidad y convivencia: “formación integral, desarrollo


humano, reconocimiento, fortalecimiento y satisfacción de las necesidades
pedagógicas, sociales y culturales de la comunidad universitaria; especialmente en
los ambientes que se proyectan más allá del aula, persiguiendo la transformación
sostenible en la sociedad como fin último” (p. 11).

• Buen gobierno, evaluación y mejora permanente: “la UDI cuenta con procesos de
dirección, administración y gestión participativos, de consenso, deliberativos,
transparentes, responsables, eficaces y eficientes en su estructura, con un gobierno
que considera la responsabilidad a través de sus áreas académicas” (p. 11).

• Capital humano: “para la UDI es indispensable su capital humano, compuesto por


docentes, administrativos y directivos, como factor prioritario para brindar una
experiencia de calidad a sus estudiantes, quienes son el centro de la organización”
(p. 12).

• Infraestructura: “en la UDI, la infraestructura física es acorde para asegurar el


desarrollo de las funciones sustantivas declaradas y pertinente para el enfoque
académico establecido en el Modelo Educativo, con el fin de lograr la formación
integral de toda la comunidad” (p. 13).

Una organización como la UDI, con objetivos diversos e integrales y con proyección de
crecimiento permanente, requiere de un desarrollo adecuado de todos sus departamentos,
de forma tal que las funciones se cumplan de forma efectiva y coherente con los valores
que se pretenden fomentar tanto en los estudiantes como en el personal de la institución.
Por lo tanto, es necesaria una revisión constante de las unidades básicas de funcionamiento
para adaptarse a las exigencias que la sociedad presenta ante la universidad.

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Desde esta perspectiva, el correcto funcionamiento de los departamentos constituye un
reto para las autoridades y todo el personal de la universidad, ya que los cambios constantes
y las demandas sociales exigen cada día nuevas habilidades y transformaciones estratégicas
tanto académicas como administrativas. Para Planes (2017): “tales desafíos recaen
fundamentalmente en los departamentos docentes como unidades básicas donde se
concentran los colectivos de profesores en los que recae la responsabilidad de la formación,
la superación, la investigación y la extensión en universitaria” (p. 70).

1.4. Proyectos institucionales


Para Castro y Castro (2013) un Proyecto Educativo Institucional (PEI) es:
Un instrumento de planificación y gestión que requiere del compromiso de todos los
miembros de una comunidad educativa, que permite en forma sistematizada hacer viable
la misión de un establecimiento, que requiere de una programación de estrategias para
mejorar la gestión de sus recursos y la calidad de sus procesos, en función del
mejoramiento de los aprendizajes. (p. 41)

Bajo este concepto, un PEI es un proceso complejo que debe desarrollarse con base en la
misión y visión de la institución. El mismo debe ser elaborado y ejecutado por un equipo
integral que agrupe personas de cada área de la entidad, de forma tal que el diagnóstico de
las necesidades se ajuste totalmente a la realidad y permita plantear estratégicamente
objetivos pertinentes según las competencias internas y los factores externos. Un modelo
a seguir para la sistematización adecuada de un PEI se muestra en la Imagen 2.

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Imagen 2. Esquema de las etapas de un PEI
Fuente: Castro, F. y Castro, J. (2013, p. 51).

Cualitativamente, Castro y Castro (2013) destacan las características siguientes como base
para el desarrollo de un buen PEI, las cuales se integran en la Imagen 3:

- Integralidad: Esto significa que debe afectar a la globalidad de la institución escolar. En


él se integra el quehacer de la comunidad educativa, incluyendo la gestión
administrativa, todo en función de la misión educativa.
- Coherencia: Se puede decir que el PEI otorga coherencia en la práctica del
establecimiento educacional, en función de la misión educativa.
- Pro-actividad: Se refiere a la capacidad de la comunidad educativa para proyectarse a
un futuro deseado, plantearse mecanismos de acción orientados hacia ese futuro y de
llevar a cabo una gestión cuya mira esté siempre puesta hacia esa meta final.
- Autogeneración: Esto significa que el PEI es generado por la propia comunidad
educativa, atendiendo a lo que le es característico y propio.
- Participación: Aquí el concepto de participación significa que los diferentes actores se
involucran en ella, tanto internos como externos a la unidad educativa.
- Carácter Público: El carácter público o comunicativo significa que el establecimiento
tiene una capacidad de dar a conocer el tipo de educación que ofrece a todos los actores
de la comunidad de donde forma parte la unidad educativa.

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- Evaluabilidad: Esta característica se refiere al proceso de reflexionar críticamente y
revisar de forma periódica la validez, pertinencia y efectividad de la opción del
Proyecto Educativo Institucional. (p.52)

Imagen 3. Características de un buen PEI


Fuente: Castro, F. y Castro, J. (2013, p. 51).

Respecto a los proyectos especiales, UDI (2020b) resalta la Olimpiada Panameña de


Informática mediante los términos siguientes:

Tiene sus inicios a partir de 2019 en la Universidad del Istmo, cuando esta institución
educativa decide apostar por ayudar a formar el pensamiento estructurado y
computacional como una competencia básica de nuestro sistema educativo. Siendo la
única Olimpiada en su categoría que se realiza en el territorio nacional y que permite
seleccionar a los alumnos que representarán al país en futuras versiones de la Olimpiada
Internacional de Informática y en competencias regionales preparatorias. (UDI, 2020b)

Según, UDI (2020b) esta competencia fortalece la relación entre estudiantes e


investigadores de la UDI, con la finalidad de mejorar las aplicaciones computacionales,
incrementar el número de estudiantes en programas de tecnología y apoyar al Ministerio

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de Educación en sus propósitos de convertir a Panamá en un Hub Digital, es decir, en una
unidad de innovación digital.

Así mismo, UDI (2020b) destaca que La Olimpiada Panameña de Informática tiene entre sus
objetivos principales los siguientes:

• Fortalecer las competencias en pensamiento estructurado y computacional en los


estudiantes de formación media de centros educativos de todo el país.
• Proveer las bases para que los estudiantes se preparen para competencias
internacionales.
• Mejorar la competitividad del país al brindar retroalimentación y apoyo para la
actualización de los procesos de enseñanza con Tecnologías de Información y
Comunicación (TICs), a través del perfil docente, la infraestructura y los currículums.
• Dar mayor exposición a los centros educativos en el ecosistema tecnológico del país.
• Promover el interés por la tecnología como dinamizador de la economía y el perfil de
todo profesional, potenciando así a Panamá como Hub Digital de la región. (UDI,
2020b)

Por otra parte, UDI (2020b) cuenta entre sus proyectos al Observatorio de Responsabilidad
Social Empresarial (ORSE), definido como:
Una iniciativa conjunta entre Universidad del Istmo y SUMARSE, alianza sellada con un
acuerdo firmado el 7 de agosto de 2018. El ORSE fue lanzado el 29 de noviembre de 2019,
como una instancia de investigación que pretende entregar anualmente un informe de
las acciones de Panamá en cuanto a Responsabilidad Social Empresarial, cumpliendo así
con uno de los compromisos del país con miras al logro de los Objetivos de Desarrollo
Sostenible en el 2030. (UDI, 2020b)

Desde este enfoque, el ORSE representa una herramienta para contribuir al equilibrio entre
sociedad, economía y ambiente, lo cual constituye un desafío mundial que ha sido difícil de
alcanzar pero que requiere el compromiso de todas las instituciones, especialmente de las
universidades, las cuales deben poner al servicio de la sociedad sus conocimientos y
habilidades para velar por el ambiente y brindar soluciones económicamente factibles ante
cualquier problemática.

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En el contexto socioeconómico, UDI (2020b) presenta el proyecto ISTMOLAB, el cual se
caracteriza como un:

Centro de Estudios de la Universidad del Istmo donde se generan análisis en temas


económicos y sociales con el fin de brindar apoyo a instituciones, organismos y empresas
en la toma de decisiones, así como en la identificación, formulación, implementación y
evaluación de políticas públicas. (UDI, 2020b)

Adicionalmente, UDI (2020b) describe a ISTMOLAB como una dependencia privada de


carácter académico, la cual tiene como objetivo brindar asesoría multidisciplinaria y
acompañamiento en la búsqueda de soluciones a problemas de interés nacional, a través
de áreas temáticas específicas y la participación del personal académico, profesionales y
estudiantes.

Cabe destacar que ISTMOLAB, según UDI (2020b), es el primer laboratorio de innovación
dirigido al sector público de Panamá, como un proyecto estratégico de índole científica que
pretende fomentar la articulación de representantes de diversos sectores (comunidad,
universidad y empresa) en la generación de soluciones cooperativas, creativas e
innovadoras.

Actualmente, la Universidad lleva a cabo el PEI, el cual según UDI (2020a): “reitera el
compromiso asumido con la sociedad panameña de seguir creciendo y mejorando
continuamente como muestra de su responsabilidad social y de aportes a la transformación
del país” (p. 2). Este proyecto global reafirma la responsabilidad de la Universidad para
contribuir al progreso de Panamá mediante el desarrollo de funciones académicas tanto a
nivel nacional como internacional.

En este marco, la UDI con base en su modelo educativo, prepara permanentemente ofertas
académicas alineadas con el desarrollo económico, social y científico del país, a través de
convenios y asociaciones con instituciones del Estado, empresas, organizaciones civiles y
redes académicas nacionales e internacionales (UDI, 2020a, p. 3).

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Específicamente, desde la perspectiva pedagógica y curricular, UDI (2015) destaca en su
modelo pedagógico que:

La Universidad del Istmo pretende la formación de un pensamiento global y crítico que


permita a sus estudiantes – luego profesionales – actuar de manera reflexiva, bajo
autonomía moral e intelectual con el objetivo de jugar un papel decisivo e innovador
frente a los requerimientos de la sociedad como contribución al desarrollo del país y la
región. Desde allí configura su proceso formativo bajo una mirada prospectiva que se
articula a partir una apuesta pedagógica y curricular en congruencia con el Sello
Transformador institucional. (p. 6)

Las premisas anteriores indican que la UDI articula tres ejes fundamentales: el estudiante
como centro de las funciones sustantivas de la universidad; los docentes como sembradores
de conocimientos, habilidades y valores; y la sociedad como una fuente de experiencias
diversas y oportunidades para la transformación en pro del bienestar integral y el desarrollo
sostenible de la nación.

Legalmente, todos los proyectos de la UDI se encuentran enmarcados en los principios para
el mejoramiento de la calidad de la educación superior universitaria, según el artículo 4 la
Ley 30 (citada en CONEAUPA, 2010): “Respeto irrestricto a la autonomía universitaria.
Mejoramiento continuo de la calidad académica. Reconocimiento de la diversidad de
instituciones universitarias y sus diferentes modalidades de enseñanza” (p. 6).

1.5. Aporte de la Universidad en la Sociedad


Con base en Brito, Quezada y Gordillo (2018) la universidad tiene la responsabilidad social
de:
Formar y superar profesionales capaces de enfrentar problemas sociales, económicos,
científicos y culturales heterogéneos que satisfagan las demandas crecientes de la
humanidad. En ella, la producción de conocimiento en su vínculo con la comunidad es
una fuente inagotable para la generación de bienestar, la paz, el desarrollo sostenible y
el buen vivir. (p. 15)

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En este sentido, Brito et al. (2018) afirman que:

La universidad debe de ser un eslabón entre la educación y el desarrollo, entre el


individuo y la sociedad, para reconocer la relevancia de promover y diversificar las
acciones encaminadas a la internacionalización y de esta manera insistir en los grandes
compromisos de las instituciones de educación superior. Esto resulta vital para crear
nuevas y promisorias oportunidades que permitan vincular a las instituciones con sus
pares en el mundo a través de redes, con la expectativa de propiciar sinergias que
permitan el esfuerzo mancomunado que privilegie la cooperación, la solidaridad y la
convivencia hacia una nueva cultura de excelencia. (p. 25)

Conceptualmente, Brito et al. (2018) definen la vinculación universidad - sociedad como la


función sustantiva de la universidad que históricamente ha sido la menos atendida en las
instituciones de educación superior. Por lo tanto, se debe reflexionar sobre la necesidad de
transformar esta función en una estrategia impostergable para el desarrollo sustentable de
las universidades y el bienestar de la sociedad (pp. 28-29).

Desde otro punto de vista, Morales et al. sostienen la vinculación de la universidad con la
sociedad a partir de la premisa siguiente:

El nivel de desarrollo de una región o nación está fundamentado en la calidad y formas


de interacción de sus instituciones, por lo tanto, resulta necesario entender la relación
entre los principales actores regionales involucrados con la ciencia, la tecnología y la
innovación de una sociedad, a partir del cual es posible la construcción de economías en
constante crecimiento” sino también entornos y ambientes saludables y sostenibles, en
la relación sociedad y la biodiversidad. (en Brito et al., 2018, p. 29)

Bajo dicha premisa, según Brito et al. (2018) diferencian tres modelos para el aporte de la
universidad a la sociedad: el triángulo de Sábato, que incluye tres partes fundamentales
(gobierno, universidad y empresa); triple hélice, conformado por las mismas partes, pero
con el dominio de la participación empresarial; y tetra hélice, al cual se agrega la sociedad
como un cuarto elemento que representa al usuario del conocimiento generado en la
universidad (pp. 29-30).

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Como es evidente, Brito et al. (2018) afirman que el modelo de cuatro hélices es el vigente,
ya que permite una comprensión más efectiva de la función social de la universidad en
relación con el resto de los actores. En esta teoría, la universidad se considera como el
agente principal para la producción y transferencia del conocimiento, destacando los
principios de creatividad e innovación (p. 30).

Independientemente del modelo, el desarrollo sostenible y sobre todo el bienestar social


requieren las funciones sustantivas de la universidad; esto implica hacer énfasis en la
vinculación universidad – sociedad. Por lo tanto, para trascender más allá de las aulas
educativas y posicionarse como líder en educación, todas las universidades deben reforzar
sus aportes a la sociedad, tal como lo establecen los marcos legales vigentes de educación
superior a nivel nacional e internacional, y como se representa en la Imagen 4.

Imagen 4. Vinculación de la universidad con la sociedad


Fuente: Brito, L. et al. (2018, p. 48)

Ante esta realidad, La Constitución de la República de Panamá (citada por CONEAUPA,


2010), en su capítulo V (Educación), destaca los principios de democracia, solidaridad
humana y justicia social. Así mismo, se hace referencia a la educación panameña como un
instrumento para fomentar en el estudiante una conciencia nacionalista basada en el
reconocimiento de la historia y los problemas de la patria (p. 2).

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En efecto, UDI (2020) ratifica su responsabilidad social mediante la siguiente afirmación:

La comunidad académica de la Universidad del Istmo, compuesta por Estudiantes,


Graduados, docentes, Directivos y Administrativos, comparte un sentido de compromiso
con la sociedad en la que interactúa, no solo a nivel local sino también regional e
internacional. Ésta, caracterizada por la pasión y la empatía, impulsa acciones
responsables y sostenibles con el fin de generar soluciones creativas, innovadoras, y de
impacto positivo, basadas en el real entendimiento de las necesidades de las
comunidades. (p. 9)

Estructuralmente, el modelo educativo universitario (2015) de la UDI: “dinamiza la relación


Universidad-Empresa y Universidad-Comunidad en términos de acción social, de tal manera
que las decisiones académicas sean fruto de un diálogo reflexivo con la sociedad civil” (UDI,
2015, p. 12).

En consecuencia, para una relación sustentable entre la sociedad y la universidad, deben


converger esfuerzos de ambas partes, apoyados en otros actores como el gobierno y el
sector empresarial. De allí, los valores de justicia, equidad, identidad, respeto y
responsabilidad son indispensables para responder adecuadamente ante problemas
sociales, económicos, ambientales, culturales y políticos de las comunidades. En la sociedad
se encuentran las bases para el desarrollo de los proyectos institucionales, las exigencias
para los cambios del currículo y los recursos para la transformación del rol de la universidad
moderna.

En conclusión, los aportes de la universidad a la sociedad deben constituir estrategias de la


institución, las cuales requieren articular la docencia, la participación de los estudiantes, la
investigación y la transferencia de los conocimientos. De esta forma, la vinculación
universidad social implica la formación de individuos críticos, responsables, reflexivos y
comprometidos con la justicia, el bienestar social, la socialización de la ciencia y la
innovación tecnológica.

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