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INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................... 4
UNIDAD I ............................................................................................................................................... 7
1.1.- Estado Absolutista y Sociedad ....................................................................................................... 7
1.2.- Las Transformaciones en el pensamiento .................................................................................... 16
1.3.- La Ilustración ............................................................................................................................... 17
1.4.- Las Revoluciones Burguesas ....................................................................................................... 20
1.5.- La Revolución Industrial ............................................................................................................... 22
1.6.- La Revolución de 1830 ................................................................................................................ 27
1.7.- La “Primavera de los Pueblos” ..................................................................................................... 28
1.8.- Capitalismo e Industrialización ..................................................................................................... 38
1.9.- La consolidación de la burguesía ................................................................................................. 40
1.10.- La Clase Obrera ......................................................................................................................... 41
1.11.- Enfrentamientos entre Aristócratas y Campesinos ..................................................................... 42
1.12.- El paso al Imperialismo .............................................................................................................. 42
1.13.- Liberalismo y democracia .......................................................................................................... 44
1.14.- Socialismo y Revolución ............................................................................................................ 45
Repaso ................................................................................................................................................ 47
Lecturas Obligatorias ........................................................................................................................... 48
UNIDAD II ............................................................................................................................................ 49
2.1.- Las transformaciones desde 1914 ............................................................................................... 49
2.2.- La Primera Guerra Mundial .......................................................................................................... 50
2.3.- La sociedad ................................................................................................................................. 57
2.4.- La crisis económica mundial ........................................................................................................ 58
2.5.- Los años ´20 ................................................................................................................................ 59
2.6.- Patrón Oro y expansión económica ............................................................................................. 61
2.7.- La evolución en las diferentes economías europeas y extra europeas ......................................... 61
2.8.- La Gran Depresión ....................................................................................................................... 62
2.9.- La respuesta de J.M. Keynes ....................................................................................................... 63
2.10.- Los Totalitarismos ...................................................................................................................... 64
2.11.- La Segunda Guerra Mundial y los cambios en la economía internacional .................................. 67
2.12.- La expansión económica de posguerra ...................................................................................... 73
2.13.- Evolución económica de los países centrales ............................................................................ 76
2.14.- Europa del Este ......................................................................................................................... 77
2.15.- Cambios Sociales ...................................................................................................................... 78
Repaso ................................................................................................................................................ 80
Lecturas Obligatorias ........................................................................................................................... 80
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Actividad Grupal.
Actividad Individual.
Atención.
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Glosario.
Sugerencia.
Video.
En el siglo XVIII los estudios históricos tuvieron, impulsados por la Ilustración, un gran auge. En ese
contexto se añadió a lo literario la explicación racional e intelectual. Montesquieu, Condorcet, Edward
Gibbon, y Voltaire figuran entre sus máximos exponentes. De todas formas, habrá que esperar hasta el
siglo XIX para hablar de estudios científicos de Historia.
En el siglo XIX, principalmente después de la segunda mitad, tuvo amplia difusión la Historia Diplomáti-
ca, que se enfocaba en cuestiones de Política Exterior de los Estados y, por ende, en sus agentes.
En el siglo XIX, más allá de las Historia Diplomática, la Historia en general tuvo un enfoque internacio-
nalista debido a que la escuela alemana encabezada por Ranke -que dio inicio al pasaje de la Historio-
grafía hacia la Ciencia Histórica gracias al establecimiento de una rigurosa metodología para abordar
los acontecimientos históricos- otorgaba un gran privilegio al análisis político-diplomático orientado a
exaltar la ideología nacionalista. Como reacción a esta postura, pero sobre todo al Positivismo y el ape-
go que se tenía al tiempo cronológico, al estudio objetivo del acontecimiento, y a los documentos escri-
tos, surgió en Francia la Escuela de los Annales encabezada por Bloch y Febvre. Estos autores, y otros
de generaciones posteriores que existieron dentro de la escuela, pusieron atención en los fenómenos
colectivos y no tanto en las guerras y tratados. La escuela francesa tomó en cuenta “desde las técnicas
agrícolas hasta las opiniones populares, desde las formas de vestir hasta las opiniones populares, des-
de los componentes privados hasta la psicología de las plazas” 1. Con los Annales se abrió paso a una
ciencia histórica interdisciplinaria, con fuerte presencia de la Economía en algunos enfoques y de Socio-
logía en otros -hubo intensos debates sobre cuál de estos dos enfoques debía prevalecer-, pero sobre
todo hacia una concepción de la Historia como algo más que simplemente aquello que estudia el pasa-
do. La Historia pasó a ser concebida como “Ciencia del perpetuo cambio de las sociedades humanas,
de su perpetuo y necesario reajuste a nuevas condiciones de existencia material, política, moral, religio-
sa, intelectual” 2.
Hay que reconocer que aún durante el apogeo de los Annales también cobraron vigor las indagaciones
desde la perspectiva de la Filosofía de la Historia, como la monumental obra de Arnold Toynbee, Estu-
dio de la Historia (años 1934-1961) 3.
A partir de los años ’60 y ’70 hubo un renovado interés hacia la Historia Política. Dentro del grupo de los
historiadores marxista británicos, una tradición que tomando como centro de análisis la lucha de clases
trataron de trascenderla y solucionar el problema de la superestructura 4, se destaca el análisis interna-
En la actualidad hay una tendencia a la vuelta del estudio del personaje, del hombre en términos indivi-
duales para comprender los procesos históricos. En definitiva, la Historia es protagonizada y escrita por
sujetos.
Esta materia trata sobre la Historia Social y Económica Universal, en la cual se abordarán los procesos
antes que los acontecimientos, se indagarán las causas y consecuencias de dichos procesos y su im-
pacto en todas las manifestaciones sociales del hombre, entendiéndose a la Historia, como disciplina,
como “…una historia global de la “sociedad en movimiento” 5. No nos detendremos, por lo tanto, en
cuestiones relativas a los hechos puntuales, sino en la evolución de esos hechos, enmarcándolos en
sus respectivos contextos para marcar así tanto rupturas como continuidades.
El presente material de estudio está dividido en cuatro capítulos, correspondientes a las cuatro unidades
del programa de estudio. Debe quedar muy en claro que el módulo es una guía y orientación para el
estudio, que deberá ser complementada por la bibliografía digitalizada obligatoria que la cátedra pondrá
a su disposición. Si bien es cierto que todos los puntos del programa son tratados en el módulo, el tra-
tamiento es sintético y tiene la finalidad de poner en claro las ideas principales de los ejes temáticos
abordados, pero de ninguna manera es suficiente para la comprensión de la materia si no se acude a la
lectura del material bibliográfico indicado.
5. Bianchi, Susana. Historia social del mundo occidental. Del Feudalismo a la sociedad contemporánea. Universidad
Nacional de Quilmes, Bernal, 2009. Pág. 12.
Ahora bien, a este punto de partida no se llegó de manera abrupta, sino que fue fruto
de un largo proceso cuyo origen empezó a manifestarse en la sociedad feudal. Como
dijimos en la introducción de este material de estudio, la historia será abordada aquí
no como una sucesión de acontecimientos sino como un proceso en el cual buscare-
mos las razones que provocaron dichos acontecimientos y qué consecuencias se deri-
varon de ellos.
Esta concepción sobre el Estado Absolutista deriva de una serie de cambios trascen-
dentales que se dieron ya en el Medioevo. Como escapa a nuestro programa, simple-
mente se señalarán los hitos más importantes empezando por crisis del Feudalismo.
La sociedad feudal era una sociedad estamental, en donde el poder residía en múltiples
sectores, de modo tal que era policéntrico (ver Ilustración 1.1). Los grandes protagonis-
tas eran los Señores Feudales, poseedores de territorios más o menos extensos y de
ejércitos privados que ponían a servicio del Rey. Los Señores Feudales eran los propie-
tarios de los medios de producción y admitían en sus territorios a los campesinos quie-
nes, a cambio de protección, trabajan la tierra y les pagaban impuestos. Estos Señores
eran Vasallos del Rey, pero podían ser más ricos y más poderosos que éste, al disponer
de los recursos mencionados (militares y económicos). Los Reyes eran poderosos, en-
tonces, en la medida en que también eran grandes Señores Feudales, de lo contrario
estaban en una situación de vulnerabilidad.
6. Esta concepción no es compartida por toda la historiografía. En las últimas décadas surgió una corriente que contradice la
idea del surgimiento de un Estado Absolutista Moderno entre los siglos XV y XVIII y entiende más bien que lo que suele lla-
marse Estado es más bien un conjunto de redes de micro política conformadas por lazos personales que giran en torno a las
“cortes”. Para profundizar esta perspectiva ver Reindhard, Wolfgang (Edit). Power elites and state building. The origin of
the Modern State in Europe, 13th and 18th centuries. Oxford University Press, New York, 1996.
Fuente: http://raulrv.blogspot.com
7. Se refiere a la acción de labrar la superficie del terreno por primera vez dándole una profundidad lo suficientemente adecua-
da para oxigenar el terreno y permitir otorgarle mayor fertilidad.
8. Consiste en la alternancia plantas de diferentes familias y con necesidades nutritivas diferentes en un mismo lugar durante
distintos ciclos, evitando que el suelo se agote y que las enfermedades que afectan a un tipo de plantas se perpetúen.
9. Belloc, Hilaire. Las cruzadas. Emecé, Buenos Aires, 1944. Pág. 94.
Por paradójico que pueda parecer, el freno a la expansión del Siglo XI es también un
hito para el reemplazo del sistema feudal por el del sistema estatal, puesto que a partir
de este momento se produce un declive del poder de los Señores Feudales y una
oportunidad para los monarcas de concentrar el poder que se encontraba disperso.
Se habla de crisis en este siglo debido a que el cambio climático generó una importan-
te baja de las temperaturas afectando así a las cosechas que, como se dijo, eran la
base económica por excelencia. En esta pequeña edad de hielo 10, se frenaron las ro-
turaciones, y los suelos, debido a que no descansaban, fueron empobreciéndose. El
crecimiento demográfico, por otra parte, no solo era humano, sino también animal. Así,
en un período de escasez de alimentos, el ganado competía con los seres humanos
por acceder a ellos. También había un faltante de madera y, para colmo, la tecnología
jugaba en contra; el desarrollo de nuevas técnicas para la producción de textiles (acti-
vidad hasta entonces artesanal) aumentó la producción y, por lógica 11, cayeron los
precios.
Desde el punto de vista financiero también hay una crisis importante en el sistema
feudal. La expansión hacia Europa Oriental se había detenido y las Cruzadas estaban
paralizadas, no había, pues, fuentes externas de creación de riqueza. Las monedas
escaseaban en los feudos y tuvo que acudirse a la aleación (fusión con otros metales
de menor valor) produciéndose, consecuentemente, una depreciación de la moneda.
Los Señores Feudales (entre ellos el Rey) tuvieron que solicitar préstamos para man-
tener a sus ejércitos y sus constantes guerras. ¿Quiénes disponían del dinero para
facilitárselos?: Los comerciantes, es decir, los burgueses, que a partir de allí fueron
incursionando en la actividad bancaria e incrementando su influencia económica.
10. Se trata de un período frío que abarcó desde comienzos del siglo XIV hasta mediados del XVI y que pasó por varios picos.
Durante este período fue constante el avance de los glaciares, y fue bastante común que casas y pueblos de las montañas
fueran directamente arrasados por ellos. El frío extremo puso punto final a una era calurosa que se conoce como óptimo
climático medieval y que había permitido la expansión agrícola.
11. En la economía, la ley de la oferta y la demanda señala que cuando la oferta excede a la demanda el precio tiende a la
baja; a la inversa, si la demanda supera a la oferta, el precio del bien se incrementa.
También hubo un cambio importante en las mentalidades. La peste negra fue entendi-
da como una castigo divino, tomando fuerte cuerpo la idea de un Dios que amonesta a
los seres humanos por sus faltas. La muerte es entendida como algo externo al ser
humano y frente a ella caben dos actitudes: a) No pecar y por lo tanto salvar el alma
de una forma pura, o b) disfrutar de la vida, de lo efímero y tener una actitud hedonis-
ta.
El debilitamiento de los Señores Feudales durante la crisis del Siglo XIV favoreció el
fortalecimiento de los comerciantes quienes empezaron a tomar conciencia de clase y
se empezó a delinear así un nuevo estamento: la burguesía. Las ciudades experimen-
taron una expansión, como así también los barrios, de modo que las autoridades, fren-
te a los peligros de nuevas pestes, tomaron medidas para fomentar el decoro y la hi-
giene.
12. Eran una especie de corporación que reunía a los artesanos que compartían un mismo oficio (hiladores, alfareros, etc.). El
sistema estaba compuesto por un taller, propiedad del maestro, sus oficiales y los aprendices. Existía una estricto control
de la actividad de los artesanos de modo tal que la función del taller llegó a ser la de conseguir un equilibrio entre la de-
manda de obras y la oferta (número de talleres activos), garantizando el trabajo de sus miembros al igual que su fuente de
recursos.
Entre los siglos XV y XVII se conformaron, según la historiografía tradicional, los Esta-
dos Modernos Absolutistas. La crisis del Siglo XIV condujo a una expansión en el XVI
fruto de nuevos descubrimientos impulsados por una nobleza decadente en busca de
oportunidades. Los portugueses llevaron adelante una expansión marítima y los caste-
llanos una terrestre. El contexto de esta expansión se dio en torno al sistema mercanti-
lista. El pensamiento económico imperante era que la riqueza no se creaba sino que
se acumulaba, de modo tal que los monarcas debían hacer todo lo posible por ateso-
rar esas riquezas (metales preciosos). Los territorios de ultramar constituían una opor-
tunidad importante. También es cierto que la expansión del Imperio Otomano hacia
Europa y el control del Mediterráneo generaron la necesidad de encontrar nuevas ru-
tas hacia Oriente para sostener la actividad comercial. Los portugueses circunnavega-
ron África para llegar a las Indias Orientales; los castellanos tratando de encontrar
nuevas rutas se toparon con América. Los grandes “descubrimientos” fueron, según
algunos autores, los que sentaron las bases para el sistema capitalista mundial.
La agricultura volvió a vivir una fase de gran expansión, pues las tierras abandonadas
fueron pasibles de nuevas roturación. Además, se relajaron los controles demográfi-
cos, lo que hizo posible el aumento de la población y del consumo. Apareció también
el concepto de actividad agropecuaria, pues la agricultura y la ganadería no tenían que
ser excluyentes, de manera tal que se introdujo la práctica de la rotación de tierras
para la agricultura y el pastoreo. También se extendieron las tierras hasta Europa
Oriental (que no obstante continuó bajo un sistema feudal clásico), que fue aprove-
chada como plataforma para la exportación.
Por qué o cómo surge el Estado Moderno son preguntas difíciles de responder. Dos
corrientes pueden señalarse al respecto. La primera sostiene que hay que partir de la
base que el Estado no fue un concepto universal, sino que sirve para indicar y descri-
bir una forma de ordenamiento político que se dio en Europa, desde el Renacimiento
hasta inicios del Siglo XIX, por motivos específicos de la historia del viejo continente y
que, desde entonces, se ha generalizado a todo el mundo civilizado. La segunda co-
rriente sostiene que fue más bien una respuesta natural a las necesidades humanas
que son comunes a todas las culturas. El hecho es que más allá de tales discusiones,
por su fuerza, importancia, influencia y poderío, el modelo de Estado Moderno europeo
fue el que se impuso a todo el resto del mundo.
13. Bianchi, Susana, Historia Social del mundo occidental. Del Feudalismo a la sociedad contemporánea. Universidad
Nacional de Quilmes, Bernal, 2009. Pág. 76.
14. Bobbio, Norberto; Mateucci, Nicola; Pasquino, Gianfranco. Manual de Política. Tomo I. Siglo XXI, México D.F., 1998. Pág.
564.
El elemento clave del Estado absolutista pasaba por el concepto de soberanía, intro-
ducido por Jea Bodin en 1577, al definirla como “Poder absoluto y perpetuo del Esta-
do”. El calificativo de absoluto no era igual, en su lenguaje, al de ilimitado, cosa que sí
sucedía en otro autor de influencia notable como Tomas Hobbes. Además, la sobera-
nía era indivisible, puesto que en ese momento histórico había una identificación entre
el Estado y el Rey 15.
El argumento central para el Establecimiento del Estado Absolutista fue ofrecido por
Hobbes en El Leviatán, obra en la cual sostiene que existía entre los hombres un es-
tado de naturaleza en donde su condición malvada lo introducía en una guerra perma-
nente de unos contra otros; para remediar esta situación, los hombres, a través de una
suerte de contrato, se organizan en una sociedad en la que el poder es otorgado a un
monarca para que a cambio les otorgue paz y seguridad. En el ejercicio de sus funcio-
nes el monarca ejerce el poder de manera absoluta y el Estado de conforma como una
especia de gran Leviatán 16 capaz de contener ese estado en donde el hombre es “el
lobo del hombre” 17.
A partir del Siglo XVI puede observarse la configuración del Estado como una organi-
zación política y jurídica compuesta por una población, un territorio, un gobierno y so-
beranía. Algunos autores añaden la finalidad de bien común y otros la capacidad de
mantener relaciones con otros Estados. Como veremos, estos elementos condujeron a
que se conforme una suerte de sistema en donde el poder se organizó a través de
funcionales bien delimitadas: militares, fiscales, diplomáticas, administrativas. Aparece,
pues una nueva forma de organización que reemplazó a la del sistema feudal y que
fue evolucionando a lo largo de los siglos. En este sistema las relaciones de vasallaje
dan paso a las de monarca-súbdito y, si bien la nobleza es el grupo preeminente, se
consolida el derecho de los príncipes a concentrar ellos mismos el poder supremo de
la comunidad, monopolizar el recurso al derecho y organizar la vida militar, económica
y religiosa del Estado.
15. Bobio, Norberto. La teoría de las formas de gobierno en la historia del pensamiento político. Fondo de Cultura Econó-
mica, México D.F., 2000. Págs. 81-85.
16. El Leviatán es, según el libro del Génesis, una bestia marina (Gen., 1:21). Suele ser asociada a menudo con el demonio y
se utilizó figurativamente para referirse a un monstruo o una bestia gigante.
17. Hobbes, Tomas. El Leviatán. Cap. XIII.
Fuente: Castro, Román (Coord.). Temas clave de Ciencia Política. Gestión 2000, Barce-
lona, 1995.Pág. 88.
El poder central del monarca se topaba con los Consejos Reales, o con los Regentes,
quienes ejercían presión para la toma de decisiones. Los campesinos se alzaban en
contra de los abusos y los burgueses buscaban más prerrogativas. Las necesidades
de los monarcas, que tenían que sostener a sus ejércitos para llevar adelante sus gue-
rras (en su mayoría dinásticas, es decir por herencias) los hacía prácticamente depen-
dientes de los créditos de los ricos burgueses, de modo tal que se impuso la práctica
de la venta de cargos y títulos, y esos otrora comerciantes extranjeros, casi desprecia-
dos, pasaron a formar parte de una nobleza sin origen de sangre pero muy rica y pron-
to muy influyente. Fueron los burgueses los grandes sostenedores del poder absoluto
de los monarcas pero también de sus límites.
Mire el fragmento que transcurre entre los minutos 8:00 y 18:44 del
video de la película El Rey Baila, cuyo link cuyo link se publica en es-
te espacio e intercambie con sus compañeros comentarios sobre:
1.- ¿Qué se quería mostrar con la puesta en escena que hacía el jo-
ven Rey?
2.- ¿Qué reacción adoptan los nobles frente a la decisión de Luis XIV
de gobernar por sí mismo?
http://www.youtube.com/watch?v=iswWGVsnbrM
“[…]
A la hora de delimitar la actividad diplomática y su desarrollo en el siglo XVI, po-
demos definirla como un sistema de relaciones entre centros de poder de distinto
nivel y, para ser más precisos, entre cortes, tal y como especifica el título del ma-
nuscrito que hemos utilizado para introducir el tema, lo cual nos obliga a enmarcar
el desarrollo de las relaciones exteriores con una forma peculiar de organización
política y social: la corte.
Desde los trabajos pioneros de Norbert Elias, la corte se ha venido definiendo co-
mo una formación social específica donde se establecen relaciones entre los indi-
viduos, ligados por un entramado de dependencias recíprocas que generan códi-
gos y comportamientos propios de la misma. El modelo de sociedad predominante
en Europa Occidental, en el siglo XVI es el de una sociedad dotada de una corte y
organizada a partir de ella como un lugar central donde confluyen las redes de re-
laciones sociales. Es decir, el dominio de un príncipe sobre el país era una segre-
gación y ampliación de su casa y corte. Los ministros y oficiales que atendían las
materias de administración y gobierno eran sus servidores. Coperos, senescales, Retrato del Arco
mayordomos, cumplían funciones de servicio al príncipe sin diferenciarse las acti- Iris
vidades concernientes a la casa con las de lo “público’. (Isaac Oliver)
[…]
Observar y ser observado, ejercitar la vigilancia a la par que no traslucir los pro-
pios intereses son actividades características de la vida cortesana, siendo ésta la
razón de que uno de los elementos más llamativos de la cultura política del siglo
XVI sea el enorme relieve que adquieren la teoría y la práctica del disimulo, como
lo testimonia la obra de Maquiavelo, Giucciardini, Montaigne, Guevara, Lisio, Gra-
cia, Bacón o Boccalini; este último acuñó una expresión que hizo fortuna, al califi-
car a la corte como botteghe di maschere, porque la vida en la corte implicaba un
código de conducta fundamentado en el autocontrol, en la ocultación de las pro-
pias intenciones tras la máscara del “ fingimiento’, utilizada como instrumento de
ACTIVIDAD Nº 1
En esas Cortes no todos los integrantes tenían el mismo estatus, pero sí eran todos
privilegiados en mayor o menor medida. Los burgueses buscaron acceder a esos privi-
legios ingresando a la nobleza, primero a través de la compra de títulos y luego con
alianzas matrimoniales. Buscaron también, al igual que el Rey, mostrar su esplendor, y
lo hicieron convirtiéndose en grandes mecenas de las artes, fueron quienes, en gran
medida, subsidiaron el Renacimiento.
La sociedad volvió a ser, en esta etapa, una sociedad con gran movilidad, con grandes
contrastes de riqueza y pobreza pero en donde la riqueza imperante (gracias al metáli-
co de las nuevas colonias) daba hasta a los vagabundos una posibilidad de sostenerse
económicamente. En las ciudades que ya no estaban amuralladas (la utilización de la
pólvora con fines bélicos hizo inútiles a las murallas) fueron escenario de entrecruza-
miento y contacto de saltimbanquis, mercenarios, peregrinos, piratas, corsarios, etc. El
rigorismo estatal fue, entonces, un instrumento para reprimir ese estado de ebullición.
ACTIVIDAD DE REFLEXIÓN Nº 1
- http://www.youtube.com/watch?v=KWOaP17JFEQ
- http://www.youtube.com/watch?v=grGwqLqpiz8
- http://www.youtube.com/watch?v=d36hzt2YxGo
- http://www.youtube.com/watch?v=j_kR-nL4-Sc
1.3.- LA ILUSTRACIÓN
El surgimiento de lo que se conoce como Ilustración fue el resultado de un lento deve-
nir desde la ruptura del Feudalismo y su ideal universal sometido a las figuras del Pa-
pa en lo religioso y el Emperador en lo político, pasando por el advenimiento de Esta-
dos Nacionales en donde no hay autoridad superior a la del Rey y, a la par, por la for-
mación de Iglesias Nacionales que estaban cercadas entre la obediencia hacia Roma
o hacia el Monarca. La Reforma y las guerras de religión desencadenadas en conse-
cuencia estimularon aún más a las iglesias nacionales y el Rey pasó a ser la cabeza
de la iglesia local. El Renacimiento introdujo al Humanismo y al Naturalismo y con
ellos se dio cabida al erotismo y a la estética mundana en detrimento de la divina. Em-
pezó a cuestionarse sobre cuál era el lugar del hombre y el lugar de Dios en la socie-
En el Espíritu de las Leyes, Montesquieu limita más el poder soberano del monarca al
sostener que éste debía estar limitado por una división de poderes en vez de la con-
centración que lo caracterizaba. Para Montesquieu había tres formas de gobierno:
republicano, monárquico y despótico y añadía que “Cuando en la república, el poder
supremo reside en el pueblo entero, es una democracia. Cuando el poder supremo
está en manos de una parte del pueblo, es una aristocracia” 21. Montesquieu prefería a
la aristocracia de esas dos, no obstante no se oponía a la monarquía si ésta se encon-
traba limitada o sujeta a leyes; de hecho para él era la mejor y lo argumentaba opo-
niéndola al despotismo:
18. Matemático, astrónomo, físico, jurista, entre otras profesiones, Copérnico se dedicó a demostrar la teoría heliocéntrica del
sistema solar (modelo según el cual la tierra y los planetas se mueven alrededor del sol). Es considerado el padre de la as-
tronomía moderna. Comúnmente se habla de revolución copernicana cada vez que se plantea realizar un cambio radical de
los paradigmas; esto tiene su origen en el hecho que plantó la sustitución de la concepción medieval de un cosmos cerrado
y jerarquizado, con el hombre como centro, por un universo homogéneo e indeterminado (y a la postre incluso infinito), si-
tuado alrededor del sol.
19.Kepler fue quien estableció las leyes sobre el movimiento de los planetas en su órbita alrededor del sol. Su primera ley plan-
tea que os planetas tienen movimientos elípticos (en forma de elipse) alrededor del Sol.
20.Astrónomo, filósofo, físico y matemático italiano que estableció la ley del movimiento que apoyaba la teoría copernicana.
Fue el inventor del telescopio, instrumento con el que podía corroborar sus afirmaciones. Fue sometido a juicio por el Santo
Oficio debido a que se consideraba que un instrumento tal solo podía ser obra del demonio. Tuvo que retractarse para ob-
tener el perdón y evitar el castigo.
21.Citado Por Bobbio, Norberto. Op. Cit. Pág. 126.
22.Ídem. Pág. 133.
Jean-Jaques Rousseau tenía otra visión. Para él el estado de igualdad era el estado
de naturaleza, en la cual el hombre era un “buen salvaje”; la sociedad había sido la
responsable de corromperlo. ¿Cómo recuperaría la libertad el hombre? Para Rous-
seau, a través de un contrato social, en el cual se establezcan leyes no ya como la
expresión de los deseos del Rey, sino como expresión de la voluntad general.
Esto, reiteramos, no debe llevar a pensar que la Ilustración era un bloque monolítico
de pensamiento, como bien sostiene Todorov:
En el caso de Inglaterra hay que tener en cuenta que el poder del Rey nunca fue abso-
luto. Ni los Tudor ni los Estuardo, por más que se esforzaron, lograron imponerse al
Parlamento sin hacer concesiones. Los Lores (la nobleza) ejercían un fuerte poder de
veto y lo negociaba a cambio de beneficios o prerrogativas. Este sistema llegó al ex-
tremo de la rivalidad entre el Parlamento y el Rey durante el reinado de Carlos I, a tal
punto que se desató una guerra civil entre los partidarios del monarca (los Caballeros)
y los partidarios del Parlamento (los Cabezas Redondas). Entre 1642 y 1649 se dio un
enfrentamiento prolongado que se precipita cuando hubo un intento de arreglo entre
algunos parlamentarios y el Rey. Olivero Cormwell, unos de los partidarios parlamen-
tarios perteneciente a la cámara de los Comunes, tomó las riendas de los ejércitos de
los Cabezas Redondas y derrocó al Rey e instaló una república. Cromwell hizo una
gran reforma pues suprimió a la cámara de los Lores y creó un Consejo de Estado, no
obstante tuvo resistencias internas, pero sobre todo tuvo que hacer frente a varias
guerras: contra escoceses, irlandeses y españoles, lo que llevaron a agotar sus arcas
y necesitar de la aprobación parlamentaria para más gastos. Si bien los consiguió,
murió en 1658 y delegó el poder en su hijo Richard Cromwell, quien terminó abdicando
en 1659. En su reemplazo el Parlamento eligió designó a Carlos II como Rey, quien
prometió respetar los derechos del Parlamento, volviendo a intentar un equilibrio, aun-
que al final de su reinado hubo importantes pujas de poder. Al carecer de hijos legíti-
mos su sucesión fue un verdadero problema pues el catolicismo del Duque de York,
Jacobo II, generaba discusiones respecto de su derecho al trono inglés. Finalmente
Jacobo II asumió, pero pretendió llevar adelante una política absolutista y se apoyó en
Luis XIV de Francia para ello, lo que generó el rechazo de los parlamentarios. Es así
como un grupo de se pone en contacto con Guillermo de Orange, holandés y que tam-
bién tenía derechos sobre el torno inglés (era nieto de Carlos I), para que vaya en
ayuda de los protestantes de Inglaterra en contra de las políticas de Jacobo II. El ejér-
cito de Jacobo es derrotado y éste huye hacia Francia, donde fue asilado por Luis XIV.
Guillermo, por su parte, no quiere aparecer como usurpador de la corona, de modo tal
que hace que los Lores le confíen el gobierno provisional y convoca a un Parlamento
Convención; se declara que el trono estaba vacante y Guillermo y su esposa son pro-
clamados Rey y Reina de Inglaterra. Éstos asumen en nombre del Parlamento, y se
emite una Declaración de derechos en las cuales se expresan los deberes del Rey y
del Parlamento.
La Revolución de los Estados Unidos en 1776 se produjo por múltiples causas, pero
uno de los grandes detonantes fue el económico. Apremiados por las guerras en el
continente, el Rey de Inglaterra, que también era monarca de las Colonias, estableció
un impuesto al té, vidrios, plomo y pintura sin que haya pasado por el tamiz del Parla-
mento, tal como se vio anteriormente, un derecho que se había consolidado por escrito
con la Gloriosa Revolución de 1688. Pese al boicot a los productos ingleses por parte
de las colonias, la recaudación se incrementó y el Rey prosiguió con su política contra-
ria al principio de que “no hay impuesto sin representación” (es decir sin aprobación
parlamentaria, donde están los representantes del pueblo). El puerto y la ciudad de
Boston eran los centros de resistencia más importantes a las políticas del monarca y
muy pronto se convocaron asambleas coloniales, como el Boston Tea Party (Fiesta del
té de Boston), que no eran reconocidas como legítimas por las autoridades británicas.
Fue en este contexto en el que aparecieron las figuras de los ideólogos de la Revolu-
ción Norteamericana, como Hamilton, Jefferson, Adams, Franklin, entre otros.
26. Citado por Bennassar, et al. Historia Moderna. Akal, Madrid, 1998. Pág. 653.
27. Johnson, Paul. Estados Unidos. La historia. Vergara, Buenos Aires, 2001. Pág. 151.
Poco podemos decir sobre la Revolución Francesa que no esté dicho ya en grandes
obras, tratados y manuales. Creemos conveniente remitir la lectura a la bibliografía
digitalizada obligatoria y simplemente dejar un material para que sistematicen la infor-
mación allí expresada.
ACTIVIDAD DE REFLEXIÓN Nº 2
Como hemos vistos hasta este punto, hubo un largo devenir desde el Siglo XI que
desembocó, en el siglo XVIII, en la Primera Revolución Industrial. Desde la incorpora-
ción de nuevos instrumentos de labranza, pasando por la utilización de molinos de
agua, la invención de la contabilidad de doble partida, las bolsas de valores, hasta la
industria a domicilio, todo favoreció para que haya un impulso productivo que acompa-
ñe a la expansión demográfica y al incremento del comercio comercial. Emergía una
Más allá de las múltiples interpretaciones, lo más característico de este fenómeno fue
el desarrollo de la industria fabril y el reemplazo de la tracción a sangre por la máquina
como fuerte de energía en el proceso productivo 33. Esto conllevó, entonces, un cambio
económico, tecnológico, organizativo y social.
Desde el punto de vista económico, como se viene anunciando con insistencia, hay una
disminución de la participación de la agricultura en la economía, así como también de la
mano de obra ocupada en el sector primario de la economía. En contrapartida, hubo una
expansión del sector de los servicios (transportes, comercio, etcétera).
El sistema fabril implicaba una mecanización con la producción, que empezó en los
textiles y luego se expandió hacia otros productos. La novedad consistía en la incorpo-
ración de máquinas impulsadas por energía animada o inanimada que no requerían de
mayores habilidades para generar el producto. Las fuentes de energía inanimada eran,
fundamentalmente, la energía hidráulica y la de vapor, siendo esta última la más esta-
ble y la que más se expandió puesto que no dependía de los avatares climáticos.
Todos estos cambios, como eran de esperarse, trajeron como consecuencia una nue-
va forma de organización del trabajo. El obrero (trabajador de la fábrica) cumplía su
tarea durante un lapso aproximado de 14 hs., percibiendo un salario por dicha jornada
de trabajo, de modo tal que no existían incentivos para el ausentismo laboral. Es im-
28. Citado por Barbero, María Inés, et al. Historia Económica Mundial. Del Paleolítico a Internet. Emecé, Buenos Aires,
2007. Pág. 75.
29. Op. Cit. Pág. 84.
30. Ídem.
31. Ídem. Pág. 85.
32. Ídem.
33. Ídem.
La máquina consagró, además, la división del trabajo. El trabajo era simple, estaba
estandarizado, era menos pesado que antes y, en términos generales, igualaba a los
trabajadores por cuanto se requerían las mismas habilidades elementales para el pro-
ceso productivo. Obviamente, el incremento de la producción aumentó la oferta de
bienes pero, al no requerirse tanta mano de obra como antes, se generó desempleo,
había, pues un incremento de la oferta de trabajo (personas que quieren trabajar) que
era superior a la cantidad de puestos de trabajos disponibles; el resultado: caída del
precio del trabajo, en otras palabras, salarios más baratos.
Muchos son los factores que confluyeron para que se produzca esta revolución en el
campo económico, algunos de ellos más tangibles que otros, pero todos igualmente
importantes. Estos factores son: población, recursos naturales, tecnología y factores
institucionales 34.
Los recursos naturales son igualmente importantes ya que ellos son la base de la in-
dustria. Madera, carbón, hierro, etc. son la materia prima básica para producir en ma-
sa.
La tecnología quizás sea el factor clave, pues ella implica tanto a los bienes tangibles
(tecnología dura) como al know how (tecnología blanda). Obviamente que no es algo
que se de de manera aislada, sino que está relacionada con la inversión que el Estado
haga en educación y en la ciencia. Esa tecnología puede permitir el desarrollo de in-
ventos nuevos, pero también posibilita dar sus nuevos a inventos ya existentes; inven-
ción e innovación, por lo tanto, están íntimamente ligados con este factor.
Finalmente no deben olvidarse los factores institucionales. Con ellos nos referimos a
un marco jurídico estable que consagre y respete los derechos de propiedad, un sis-
tema tributario coherente, un sistema arancelario consensuado y la presencia de sóli-
das instituciones financieras que inviertan en las grandes obras que necesitaba esta
revolución (ferrocarriles, servicios públicos, etc.).
Esta primera etapa no fue tan radical como la segunda, no obstante sentó sus bases y
explica en gran medida los cambios sociales que se venían observando.
Los sectores claves de esta fase son el algodón y la metalurgia, no obstante no debe
desestimarse la importancia de la agricultura, pues las buenas cosechas que se produ-
jeron entre 1740 y 1780, gracias a la incorporación de nuevo instrumental (segadoras
y trilladoras) y tecnología (nuevos cultivos y selección de semillas) generaron un exce-
Fuente: Deane, Phillip. The Evidence of Early British National Income Estimates. En Fer-
nández, Antonio. Historia Universal. Edad Contemporánea. Vicens Vives, Barce-
lona, 1994. Vol. IV. Pág. 28.
Las consecuencias sociales fueron muy significativas. Hubo una mayor urbanización,
puesto que la población se aglutinaba en torno a la fábrica, pero a costa de condicio-
nes de vida paupérrimas, hacinamiento y miseria. Las ciudades, a diferencia de las
ciudades renacentistas, cambiaron su estética artística por una estética fabril, se torna-
ron grises, contaminadas y poco ornamentadas. El trabajo era precario, especialmente
el de los niños, pero también el de las mujeres, aunque se puede decir que la situación
de precariedad descripta fue incubando el sentido de pertenencia a una clase obrera
que luego reclamará por mejoras en sus condiciones de vida.
35. Fernández, Antonio. Historia Universal. Edad Contemporánea. Vicens Vives, Barcelona, 1994. Vol. IV. Pág. 29.
Así como la Primera Revolución Industrial se expandió desde Inglaterra hacia otros
países de Europa, especialmente Francia, Bélgica, Alemania y Holanda, la Segunda
Revolución Industrial salió de las fronteras del viejo continente y llegó hasta Estados
Unidos y Japón. Esta fase de la Revolución se apoya, al igual que su antecesora, en
los mismos factores, no obstante aquí deben destacarse tres ejes: Transportes, Tec-
nología y Recursos 36.
1.6.1.- Nacionalismo
1.6.2.- Romanticismo
Ninguna de estas ideologías fueron masivas porque las aspiraciones tanto liberales
como nacionalistas habían prendido sólo en una minoría instruida, pero los problemas
económicos suscitados (elevado precio del pan, desempleo, alta desigualdad) produc-
to de la poca rentabilidad que tuvieron en los primeros años las grandes inversiones
de la Revolución Industrial, generaron problemas en los sectores agrícolas, industria-
les y financieros e impulsaron a estas ideologías. Estaban echadas las raíces para
nuevas revoluciones, que se extendieron por Francia, Alemania, Bélica, Polonia e Ita-
lia.
Tras la caída de Napoleón, los sectores absolutistas buscaron tomar el poder, pero las
libertades conquistadas eran irreversibles.
En Febrero de 1848 Luis Felipe abdicó y se creó una República con un gobierno provi-
sional a cargo de Alphonse Lamartine. El gobierno de Lamartine estaba conformado
por un grupo muy ecléctico que lo apoyó en su origen: demócratas, liberales, socialis-
tas y obreros parisinos. No es de extrañar, entonces, que su programa de gobierno se
haya sustentado en el sufragio universal, la abolición de la esclavitud en las colonias,
la libertad de prensa y de reunión, la abolición de la pena de muerte, la consagración
del derecho de trabajo, la libertad de huelga y la jornada limitada de trabajo 38.
Pese a ese núcleo de coincidencias básicas había problemas que resolver y sobre los
cuales no había una postura unívoca. Era necesario definir la política exterior frente a
las monarquías vecinas, solucionar la crisis financiera (los bancos permanecían cerra-
Los resultados hicieron creer a Lamartine que la sociedad francesa temía al Socialis-
mo, por lo que hizo un giro conservador en su gobierno. Se reformó la Constitución
Nacional dándole fuertes poderes al presidente, pero las medidas tomadas no sirvie-
ron sino para generar un estado de ebullición y un estallido severamente reprimido. La
suerte de Lamartine estaba echada.
En las elecciones presidenciales triunfó el Partido del Orden, apoyado por los monár-
quicos, que, como puede verse, todavía eran un influyente sector en la política france-
sa y europea. El elegido fue Luis Napoleón Bonaparte, sobrino de Napoleón Bonapar-
te, quien instituyó una república conservadora, eliminando el sufragio universal, res-
tringiendo el derecho de asociación y disponiendo la vuelta de la guillotina. Las pers-
pectivas de reelección, que se plantearía en 1852, llevó a Napoleón a disolver la
Asamblea y a restablecer el sufragio universal, en un intento por ganarse la adhesión
popular y enfrentarlo con sus representantes.
Los movimientos como el francés se replicaron por toda Europa, como en Italia (el
Papa tiene que huir), Prusia (el Rey se vio obligado a sancionar una Constitución) o
Austria (el Canciller Matternich huye).
No obstante y pese a todo, la “Primavera de los Pueblos” dejó sentadas las bases para
cambios inexorables, como el sufragio universal, y afianzó el impulso nacionalista que,
a la postre, desembocó en la unificación de Italia y Alemania, Naciones que hasta en-
tonces estaban atomizadas.
La segunda, que es ya hora de que los comunistas expresen a la luz del día
y ante el mundo entero sus ideas, sus tendencias, sus aspiraciones, salien-
do así al paso de esa leyenda del espectro comunista con un manifiesto de
su partido.
Dondequiera que se instauró, echó por tierra todas las instituciones feuda-
les, patriarcales e idílicas. Desgarró implacablemente los abigarrados lazos
feudales que unían al hombre con sus superiores naturales y no dejó en pie
más vínculo que el del interés escueto, el del dinero contante y sonante, que
no tiene entrañas. Echó por encima del santo temor de Dios, de la devoción
mística y piadosa, del ardor caballeresco y la tímida melancolía del buen
burgués, el jarro de agua helada de sus cálculos egoístas. Enterró la digni-
dad personal bajo el dinero y redujo todas aquellas innumerables libertades
escrituradas y bien adquiridas a una única libertad: la libertad ilimitada de
comerciar. Sustituyó, para decirlo de una vez, un régimen de explotación,
velado por los cendales de las ilusiones políticas y religiosas, por un régi-
men franco, descarado, directo, escueto, de explotación.
Hemos visto que los medios de producción y de transporte sobre los cuales
se desarrolló la burguesía brotaron en el seno de la sociedad feudal. Cuan-
Las armas con que la burguesía derribó al feudalismo se vuelven ahora con-
tra ella.
Y la burguesía no sólo forja las armas que han de darle la muerte, sino que,
además, pone en pie a los hombres llamados a manejarlas: estos hombres
son los obreros, los proletarios.
Al principio son obreros aislados; luego, los de una fábrica; luego, los de to-
das una rama de trabajo, los que se enfrentan, en una localidad, con el bur-
gués que personalmente los explota. Sus ataques no van sólo contra el ré-
gimen burgués de producción, van también contra los propios instrumentos
de la producción; los obreros, sublevados, destruyen las mercancías ajenas
que les hacen la competencia, destrozan las máquinas, pegan fuego a las
fábricas, pugnan por volver a la situación, ya enterrada, del obrero medieval.
En esta primera etapa, los obreros forman una masa diseminada por todo el
país y desunida por la concurrencia. Las concentraciones de masas de
obreros no son todavía fruto de su propia unión, sino fruto de la unión de la
burguesía, que para alcanzar sus fines políticos propios tiene que poner en
movimiento -cosa que todavía logra- a todo el proletariado. En esta etapa,
Sin embargo, el desarrollo de la industria no sólo nutre las filas del proleta-
riado, sino que las aprieta y concentra; sus fuerzas crecen, y crece también
la conciencia de ellas. Y al paso que la maquinaria va borrando las diferen-
cias y categorías en el trabajo y reduciendo los salarios casi en todas partes
a un nivel bajísimo y uniforme, van nivelándose también los intereses y las
condiciones de vida dentro del proletariado. La competencia, cada vez más
aguda, desatada entre la burguesía, y las crisis comerciales que desenca-
dena, hacen cada vez más inseguro el salario del obrero; los progresos in-
cesantes y cada día más veloces del maquinismo aumentan gradualmente
la inseguridad de su existencia; las colisiones entre obreros y burgueses
aislados van tomando el carácter, cada vez más señalado, de colisiones en-
tre dos clases. Los obreros empiezan a coaligarse contra los burgueses, se
asocian y unen para la defensa de sus salarios. Crean organizaciones per-
manentes para pertrecharse en previsión de posibles batallas. De vez en
cuando estallan revueltas y sublevaciones.
Los obreros arrancan algún triunfo que otro, pero transitorio siempre. El ver-
dadero objetivo de estas luchas no es conseguir un resultado inmediato,
sino ir extendiendo y consolidando la unión obrera. Coadyuvan a ello los
medios cada vez más fáciles de comunicación, creados por la gran industria
y que sirven para poner en contacto a los obreros de las diversas regiones y
localidades. Gracias a este contacto, las múltiples acciones locales, que en
todas partes presentan idéntico carácter, se convierten en un movimiento
nacional, en una lucha de clases. Y toda lucha de clases es una acción polí-
tica. Las ciudades de la Edad Media, con sus caminos vecinales, necesita-
ron siglos enteros para unirse con las demás; el proletariado moderno, gra-
cias a los ferrocarriles, ha creado su unión en unos cuantos años.
Esta organización de los proletarios como clase, que tanto vale decir como
partido político, se ve minada a cada momento por la concurrencia desatada
entre los propios obreros. Pero avanza y triunfa siempre, a pesar de todo,
cada vez más fuerte, más firme, más pujante. Y aprovechándose de las dis-
cordias que surgen en el seno de la burguesía, impone la sanción legal de
sus intereses propios. Así nace en Inglaterra la ley de la jornada de diez ho-
ras.
Además, como hemos visto, los progresos de la industria traen a las filas
proletarias a toda una serie de elementos de la clase gobernante, o a lo
menos los colocan en las mismas condiciones de vida. Y estos elementos
suministran al proletariado nuevas fuerzas.
De todas las clases que hoy se enfrentan con la burguesía no hay más que
una verdaderamente revolucionaria: el proletariado. Las demás perecen y
desaparecen con la gran industria; el proletariado, en cambio, es su produc-
to genuino y peculiar.
Max Webber entiende que hay Capitalismo “…donde quiera que se realiza la satisfac-
ción de necesidades de un grupo humano, con carácter lucrativo y por medio de em-
presas” 42.
42. Citado por Dobb, Maurice. Estudios sobre el desarrollo del Capitalismo. Siglo XXI, México D.F., 1996. Pág. 19.
43. Ídem. Pág. 21.
Para Wallerstein hay cuatro etapas en lo que él llama “sistema mundial”: 1º) 1450-
1640 (nacimiento); 2º) 1640-1815 (consolidación); 3º 1815-1917 (expansión) y 4º)
44. Ídem.
45. Valor que el trabajador asalariado genera por encima de su fuerza de trabajo, pero que no le es retribuido porque el empre-
sario (capitalista) se apropia de él.
46. Dobb, Maurice. Op. Cit. Pág. 22.
47. Bianchi, Susana. P. Cit. Pág. 155.
48. Arrighi, Giovanni. El largo siglo xx. Akal, Madrid, 1999. Pág. 19.
Lo que nos debe interesar a nosotros de esta periodización es que en el siglo XIX
hubo una expansión entre 1850 y 1873 que trajo como consecuencia un incremento de
los precios y del salario y que entre 1873 y 1896 hubo una retracción puesto que la
aparición de nuevos polos industriales generó más competencia que se traducía en
baja de precios, lo que se acentuaba aún más debido a los rendimientos decrecientes
del capital y una consecuente mayor caída de precios y salarios. Esta crisis, llamada
por algunos Gran Depresión puso fin a las prácticas librecambistas irrestrictas y, a
contramano, se impulsaron medidas proteccionistas en donde las economías se na-
cionalizaron y se reorganizaron internamente: el capital pasó a concentrarse cada vez
en menos manos (aunque se producía más) y se incentivaba la innovación técnica y
tecnológica para lograr una ventaja competitiva sobre los competidores, que ya no
eran solo las otras empresas sino los otros países.
Así pues, en el seno del sistema capitalista, podían convivir tendencias liberales y pro-
teccionistas porque su esencia, reiteramos, pasaba por la búsqueda de mayor ganan-
cia y mejor rendimiento del capital.
En el caso de la burguesía se trataba del grupo dominante e influyente pues eran los
propietarios del capital. Claro que no había una sola clase de burgueses, sino que
dentro de este sector se podían identificar distintas capas. En la cúspide se encontra-
ban los grandes propietarios de empresas industriales y financieras, eran los que,
además, tenían poder político dentro de la sociedad. En el escalón de más abajo se
encontraban los rentistas, quienes tenían actividades económicas modestas y cuya
influencia política era casi nula. De todas formas había una conciencia de pertenecer a
una misma clase y compartían algunos valores o creencias. Con ciertos matices, los
burgueses abrazaban el Liberalismo, defendían la propiedad privada, creían firmemen-
te en el Capitalismo, en la ciencia y en el progreso.
49. Wallerstein, Immanuel. El moderno sistema mundial. Tomo I. Siglo XXI, 2007. Pág. 17.
Los obreros tuvieron, a partir de esta organización, una mayor posibilidad de reclamar
por sus derechos, logrando así mejoras en materia de higiene, salarios, reducción de
horas de trabajo e inclusive en Alemania algunas medidas de seguridad social. No
obstante será la Internacional Socialista (1864) la que de un definitivo impulso a esta
clase, aunque bien es cierto que aglutinó a diferentes personalidades en su seno, co-
mo Marx (comunista) y Bakunin (anarquista), por ejemplo.
Los aristócratas seguían siendo una parte influyente de la sociedad burguesa, en parte
porque al poseer grandes extensiones de tierra poseían también riquezas y en parte
porque tenían prestigio derivado de su origen noble y educación, lo que hacía que
frente a las crisis políticas siempre se pensaba en ellos como remedio. Ciertamente
que utilizaron a los matrimonios como instrumentos para sus objetivos ya sea políticos
o económicos. Así, pudieron sobrevivir y poner de manifiesto que las conquistas bur-
guesas tenían ciertos límites.
En muchas ocasiones suele ser confundido con el Colonialismo, pero debe quedar
claro en que hay una diferencia debido a que éste es un “…sistema en virtud del cual
un Estado mantiene bajo su dependencia a territorios habitualmente no contiguos y
cuyos habitantes poseen diferencias en desarrollo político, económico o cultural” 55.
De modo tal que puede decirse que el Colonialismo fue imperialista en la medida en
que por medio de territorios se busca una política de poder ilimitado; mientras que el
Imperialismo es Colonialista en la medida en que sus aspiraciones de poder lo condu-
cen a conquistar otras regiones habitadas por otros pueblos 56.
La ventaja tecnológica que la Revolución Industrial dio a los europeos los impulsó a
expandirse hacia territorios de ultramar (Asia y África) para sostener el sistema capita-
lista que se encontraba en problemas. El Imperialismo europeo del Siglo XIX adquirió,
entonces, la forma de un Imperialismo Colonialista, que luego también aplicaron Japón
y Estados Unidos. Como puede observarse en el mapa 1.1, prácticamente el 90% del
territorio estaba sometido al Imperialismo Colonialista. De hecho, en el caso europeo
el área terrestre controlada pasó del 35% en 1800 al 84,4% en 1914 58, y eso que las
colonias americanas ya se habían independizado.
54. Amadeo, Mario. Manual de Política Internacional. Los principios y los hechos. Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1979.
Pág. 388.
55. Ídem.
56. Ídem. Págs. 388.389.
57. Headrick, Daniel. El Poder y el Imperio. La tecnología y el Imperialismo de 1400 a la actualidad. Crítica, Barcelona,
2010. Pág. 11.
58. Fideldhouse, D. K. Economics and Empire. Cornell University Press, Ithaca, 1973. Pág. 3. Citado por Headrick, Daniel,
Op. Cit. Pág. 10.
Las causas de este impulso hay que buscarlas en la Revolución Industrial y su crisis.
Hacían falta nuevos territorios para ampliar los mercados y poder vender esos produc-
tos excedentes, como así también hacía falta materia prima para sostener la innova-
ción tecnológica y la producción en masa. Marx encuentra en esta práctica una lógica
capitalista típica y Lenin sentencia que el Imperialismo es la fase superior del Capita-
lismo. Los factores económicos explican solo en parte este fenómeno. Hay que tener
también en cuenta la necesidad de los europeos de desahogar el continente de las
guerras, es decir, cambiaron el escenario europeo de las guerras (napoleónicas, fran-
co-prusiana, balcánicas, etc.) por el escenario colonial. También había un fundamento
ideológico, pues se veía a esta colonización como una misión que tenía que cumplir el
hombre blanco. ¿Cuál era la misión? Llevar el progreso, la cultura y la moralidad a las
tierras conquistadas.
Los países Europeos se repartieron prácticamente Asia y África, pero ello no quiere
decir que no las disputas hayan desaparecido. Todo lo contrario, había una fuerte
competencia entre las potencias que se enfrentaban a través de las colonias. El Impe-
rialismo Colonialista no fue uniforme, cada país ejerció un modelo de acuerdo a su
idiosincrasia nacional, no obstante puede decirse que el sistema dejó algunas conse-
cuencias generales aplicable a todos los casos.
Fruto del Imperialismo del Siglo XIX se fortalecieron las grandes empresas monopóli-
cas, se expandió el capital financiero (que sostenía monetariamente el sistema), los
productos exóticos se constituyeron en fuente de apetencias (el marfil por ejemplo) y
se llevó la educación occidental hacia los nuevos territorios. También se incentivó el
Nacionalismo, pues cada Nación demostraba su prestigio a través de la posesión de
un Imperio más extenso y rico que el de sus rivales. Esta competencia imperialista
conducirá, como veremos en la Unidad II, a la Primera Guerra Mundial.
El eje de la vida política pasa, para el Liberalismo, por el parlamento, donde están pre-
sentes diversas corrientes que controlan la gestión gubernamental y sancionan las
leyes. Todo el sistema tiende a limitar los excesos de poder.
El Liberalismo hace una cerrada defensa de los derechos humanos de primera gene-
ración, es decir d los derechos políticos, como la libertad religiosa, de cultos, de pren-
sa, de expresión, pero también de la libertad de industria y la propiedad privada. La
Constitución de EE.UU. de 1787 recepta la ideología liberal, como así también la
Constitución Argentina de 1853, que tomó como modelo a la estadounidense. Se po-
dría decir que una buena síntesis del pensamiento liberal está presente en el artículo
19 de nuestra Constitución Nacional:
“Las acciones privadas de los hombres que de ningún modo ofendan al or-
den y a la moral pública, no perjudiquen a un tercero, están sólo reserva-
das a Dios, y exentas de la autoridad de los magistrados. Ningún habitante
de la Nación será obligado a hacer lo que no manda la ley, ni privado de lo
que ella no prohíbe”.
En cuanto al rol del Estado, los liberales defienden a un Estado mínimo, es decir, que
no se entrometa sino sólo para aquellas funciones que sean necesarias y que no pue-
dan ser suministrada por los privados (seguridad, salud, educación). Su lema desde lo
económico es laissez faire, laissez passer, (dejar hacer, dejar pasar), que significa que
los desequilibrios se acomodan automáticamente y que toda intervención para subsa-
narlos es distorsionadora.
La primera corriente es la del llamado Socialismo Utópico. Es con esta corriente con la
cual empezó a utilizarse el término Socialismo. Era sostenida por pensadores como
Fourier (1772-1837), quien denunciaba la propiedad privada y el libre comercio y, co-
mo contrapartida, buscaba una sociedad armónica y racional basada en la coopera-
ción. Otro representante importante fue Louis Blanc (1811-1882), quien proponía su-
primir los monopolios de la burguesía y crear talleres sociales y cooperativas que ten-
drían como objetivo emancipar al proletariado 59. Claro que el Socialismo Utópico no
era un grupo homogéneo y se podían divisar sectores internos que pujaban por el lide-
59. Dentro de esta corriente utópica hay muchos otros representantes de gran importancia, como Saint Simon (1760-1825) o el
inglés Robert Owen (1771-1858).
También debe mencionarse a los sectores anarquistas, cuya idea central es la exis-
tencia de una sociedad sin autoridad. Estos sectores adquirieron una coherencia teóri-
ca a partir de la obra de Prohudon ¿Qué es la propiedad? El autor consideraba que
la propiedad privada implicaba la negación de la libertad y de la igualdad y que había
de reemplazarla por una organización mutualista, es decir solidaria. En esta sociedad
el Estado Nacional desaparecería y en su lugar se debería consagrar la autogestión
economía y la administración política local.
La corriente que se impuso fue la del Socialismo Científico, cuyos máximos exponen-
tes fueron Marx y Engels. Estos dos pensadores, autores del Manifiesto Comunista,
parten de la base ya estudiada: Los burgueses explotan a los proletarios y se quedan
con la plusvalía. Para acabar con esta situación es necesaria una revolución proletaria
que lleve a los obreros al poder e imponga una dictadura provisoria para transformar el
sistema aboliendo la propiedad privada y colectivizando los medios de producción.
Una vez alcanzadas esas metas, el paso siguiente sería la abolición del Estado, que
no era otra cosa que una máquina que permitía la opresión de los pobres.
Cuando escribió su obra más influyente, El Capital, Marx lo hacía sobre la bases de
su experiencia de vida en Londres, pero pensaba en que la revolución debía empezar
en Alemania, puyes era la mejor preparada debido a su base industrial, y que debía
extenderse desde allí hacia los otros Estados europeos. Esta fue la versión del Socia-
lismo que se impuso, aunque debe advertirse que después de la muerte de Marx su
pensamiento fue fruto de diversas interpretaciones a lo largo de toda Europa; así, el
Marxismo no se constituyó como un pensamiento unívoco o uniforme, sino que más
bien puede hablarse de corrientes marxistas que en ocasiones difieren profundamente
en cuestiones centrales.
Teniendo en cuanta que para Marx la revolución debía empezar por Alemania, no de-
be resultar extraño que hayan sido los socialistas alemanes (Partido Socialdemócrata
alemán) quienes hayan elaborado un programa de de acción en consonancia con esta
idea. Su autor, Kautsky, apelaba a la revolución ideológica, es decir, en las mentes del
proletariado, para darle conciencia de clase; a la necesidad de reformas políticas; a la
reivindicación de la revolución mundial y la dictadura del proletariado. De todas mane-
ras se podía vislumbrar que había tensiones dentro del socialismo alemán; por un lado
estaban los moderados, que buscaban una reforma y los radicales, que buscaban una
revolución violenta.
Siguiendo una lógica cronológica, sería más adecuada la inclusión de este tema en
la Unidad II, dado que la Revolución Rusa se llevó adelante en el contexto de la
Primera Guerra Mundial. De todas formas, creemos conveniente ubicarla en este
apartado para ilustra cómo fue decantando el proceso revolucionario desde 1830
hasta la Revolución de 1917 (Revolución Rusa o Bolchevique), que fue la primera
revolución proletaria que triunfó y se asentó, sirviendo de inspiración para otros
proceso a lo largo de aproximadamente seis décadas 61.
Al igual que en el caso de las otras grandes revoluciones que se analizan en este
módulo (Revolución Francesa y Revolución Industrial), nos remitimos a la bibliogra-
fía digitalizada obligatoria para su estudio.
REPASO
A modo de resumen ponemos a su disposición una serie de mapas conceptuales Ha-
cer clic aquí para visualizar el material (resumen_Unidad_1.pps) tomados de las
siguientes fuentes:
ESTUDIO DE CASO
ACTIVIDAD Nº 3
LECTURAS OBLIGATORIAS
Completar el desarrollo de esta Unidad con la siguiente bibliografía digitalizada:
- Barberó, María Inés, et al. Historia Económica Mundial. Del Paleolítico a Internet.
Emecé, Buenos Aires, 2007. Págs. 71 a 77, 83 a 147 y 190 a 209.
- Bianchi, Susana. Historia social del mundo occidental. Del Feudalismo a la so-
ciedad contemporánea. Universidad Nacional de Quilmes, Bernal, 2009. Págs. 56 a
64, 71 a 99, 120 a 134, 149 a 187 y 204 a 211.
- Fernández, Antonio. Historia Universal. Vol. IV. Vicens Vives, Barcelona, 1994.
Págs. 114 a 124, 134 a 144 y 238 a 254
Hacia principios del Siglo XX el mundo occidental vivía una suerte de bonanza econó-
mica y en un estado de confianza sobre el futuro que nadie preveía una conflagración
como la que se terminó desencadenando.
12000
10000
8000
6000
Habitantes
4000
2000
0
año 1 d.C año 1805 año 1900 año 1950 año 1975 año 2000 año 2020
62. Hobsbawm, Eric. Historia del Siglo XX. Crítica, Barcelona, 2005. Pág. 13.
El desarrollo de la prensa popular, por otra parte, acentuó el peso de la opinión públi-
ca, de modo tal que cada vez se hacía más fuerte la presión de los sectores obreros
para obtener participación política.
63. No solamente se trataba de nuevas potencias industriales, sino que también se constituyeron en polos culturales con gran
influencia en las artes, especialmente la literatura. Poco a poco el centro se iba desplazándose de Europa Occidental tanto
hacia el Este como hacia el Oeste.
64. De hecho el primer combate de la Primera Guerra Mundial aconteció en cercanías a las Islas Malvinas
Imperio Alemán: Deseaba la paz para poder crecer; seguir desarrollándose económi-
camente; incrementar su presencia naval y aislar a Francia (tradicional rival) del con-
cierto europeo.
Imperio Austro-Húngaro: Sin dudas el más débil de los imperios europeos, necesita-
ba controlar los Balcanes para sostener a la dinastía de los Hasburgo y con ella garan-
tizar la subsistencia del Imperio.
Imperio Ruso: Tener presencia naval en el Mediterráneo (lo que le garantizaría acce-
so a rutas navales de comercio mucho mejores que las que disponía); desarrollarse
militar e industrialmente; controlar los Balcanes y los estrechos para acceder a las ru-
tas hacia Medio Oriente.
Italia: Deseaba obtener territorios y constituirse en una potencia imperial, al igual que
sus pares de Europa. Buscaba controlar el Mediterráneo Central y el Norte de África.
Todo ello conduciría, en definitiva, a desarrollarse económicamente.
Como podemos ver, las aspiraciones de estos Estados muchas veces chocaban entre
sí y en algunas otras ocasiones encontraban puntos de contacto. Es así como, hacia
1882 estos Estados conformaron alianzas que consolidaron las rivalidades y que, con
algunos cambios, se materializarían en la Primera Guerra Mundial.
65. Durante el transcurso de la Guerra, la Triple Alianza pasó a llamarse Potencias Centrales e incorporó al Imperio Turco Oto-
mano mientras que Italia cambió de bando. La Triple Entente, a su vez, pasó a denominarse Aliados, a los que se sumaron
luego, además de Italia, Estados Unidos y Japón.
66. Congreso que se celebró después de la derrota de Napoleón y que sentó las bases del sistema de equilibrio de poderes en
la Europa del Siglo XIX:
Si observamos el Mapa 2.1 podemos ver cómo, tras esta Primera Guerra Mundial, el con-
tinente europeo cambió de una manera radical. Desaparecieron los imperios y surgieron
una serie de Estados menores, especialmente en la región de los Balcanes.
Mapa 2.1.-
Fuente: http://histgeosecucacha.blogspot.com.ar/2010/10/primera-guerra-mundial-
1914-1918.html
Desde el punto de vista material el balance de la guerra fue sombrío para Europa:
67. Barbero, María Inés, et al. Historia Económica Mundial. Del Paleolítico a Internet. Emecé, Buenos Aires, 2007. Pág.
274.
ACTIVIDAD Nº 4
Tras la derrota de las Potencias Centrales, el gran vencedor de la guerra fue Estados
Unidos, que se afianzó como la principal economía del mundo, aunque no debe olvi-
darse a Japón, que se consolidó como la gran potencia del Pacífico.
Con respecto a América Latina cabe decir que algunos países con cierta base indus-
trial, como Argentina, Brasil y México, se vieron favorecidos porque pudieron amentar
sus exportaciones puesto que Europa, envuelta en una depresión económica, no po-
día proveer a los otros países de América Latina de todos los productos manufactura-
dos que ésta necesitaba. Así empezó la política económica de Industrialización por
Sustitución de Importaciones (ISI).
La paz entre los Aliados y el Imperio Alemán se firmó en Versalles 68. El tratado firmado
establecía pesadas cargas sobre una Alemania derrotada, pero aún así no resultaba
del todo satisfactorio para las partes vencedoras, de allí que se lo señale como “la”
causa de la Segunda Guerra Mundial.
68. El Tratado de Saint Germain selló la paz entre Aliados y Austria-Hungría; el de Trianon la paz con Hungria; el de Sèvres
con Turquía y el de Neuilly con Bulgaria.
Resulta evidente que para los alemanes era una paz inaceptable pues todos los cos-
tos de la guerra recaerían sobre las espaldas del pueblo alemán. No obstante no había
otro remedio, lo que no quiere decir que no se haya puesto en tela de juicio al Tratado,
como lo ilustra el siguiente video.
Claro que Alemania no era la única insatisfecha. Italia también lo estaba porque, pese
a haber apoyado a los aliados, no obtuvo todos los beneficios territoriales que supuso
recibiría. Francia, a su vez, creía que se había sido demasiado blando con Alemania y
Gran Bretaña que se había sido demasiado duro, en definitiva, la primera posguerra
no sería nada fácil para los países europeos, ni, como veremos, para Estados Unidos.
Como corolario de este tratado se establecieron los “Catorce Puntos” del presidente
Wilson. El presidente de Estados Unidos propuso 14 medidas para reorganizar el
mundo tras la posguerra, cuyo último punto consistía en la creación de una organiza-
ción internacional para mantener la paz y la seguridad internacionales: la Sociedad de
las Naciones. Curiosamente el Congreso estadounidense vetó la propuesta y Estados
Unidos no fue parte de ella; Rusia fue expulsada y Japón la abandonó, de modo tal
que al poco tiempo se volvió inoperante. Con el estallido de la Segunda Guerra Mun-
dial quedaría abolida de hecho y luego sería reemplazada por la Organización de las
Naciones Unidas (ONU).
69. Tratado de Versalles. Parte VIII. Reparaciones. Citado por Fernández, Antonio. Historia Universal. Edad Contemporánea.
Vol. IV. Vicens Vives, Barcelona, 1994. Pág. 427.
Fuente: http://alerce.pntic.mec.es/~pong0000/doc12-mundo.htm
ACTIVIDAD Nº 5
2.3.- LA SOCIEDAD
La sociedad occidental en torno a la Primera Guerra Mundial era una sociedad con
alta movilidad, si bien existía una fuerte polarización entre ricos y pobres. Las disputas
entre burguesía y aristocracia prácticamente estaban diluidas, aunque habrá que es-
perar hasta la segunda posguerra para que quede definitivamente atrás. La educación
popular hizo posible la profesionalización de los burgueses de las capas inferiores,
quienes accedieron a títulos universitarios que les permitían desempañar profesiones
liberales (sin relación de dependencia, como abogados, por ejemplo) o acceder a
puestos gerenciales en las grandes fábricas, lo que los ubicaba en una posición de
gran influencia porque, para esa época, ya se distinguía dentro de la fábrica entre la
figura del propietario y la del gerente.
La utilización del cine con fines ideológicos o políticos no tardaría en llegar, así, El aco-
razado Potempkin de Serguei Eisenstein fue una película símbolo de la Revolución
Rusa (aunque trata sobre un motín en contra del Zar durante 1905) y Adolf Hitler, en la
década del 30, utilizó el cine para sostener culturalmente su régimen 70.
En el ámbito de las ciencias, la Sociología tuvo un gran auge con figuras como Max
Weber (1864-1920) o Émile Durkheim (1858-1917). Existía la necesidad de estudiar
científicamente a la sociedad, con el mismo rigor de las ciencias naturales o la Física.
En este contexto, que subrayaba la preocupación por estudiar científicamente al hom-
bre en sociedad, Sigmund Freud (1856-1939) fundó el psicoanálisis y sus estudios
sobre el inconsciente y, con ellos, se ponía en tela de juicio el carácter absoluto de la
razón. La sociedad en torno a la Primera Guerra Mundial era una sociedad en trans-
formación.
En primer lugar hay que tener en cuenta que se trataba de una guerra no tanto ideoló-
gica como imperialista, que se manifestaba tanto el ámbito político como económico,
de modo que, de acuerdo a la definición que dimos sobre Imperialismo en la Unidad I,
“perseguía objetivos ilimitados” 71.
70. Sin dudas que fueron las películas de Leni Reifenstahl las que más se destacaron dentro de la filmografía nazi. Se discute
sobre su colaboracionismo con el nazismo, pero no puede discutirse sobre la calidad artística de sus obras que, ciertamen-
te, apuntalaron al régimen. Basta ver el documental Olimpia, sobre los Juegos Olímpicos de Berlín, para darse cuenta de
ello.
71. Hobsbawm, Eric. Op. Cit. Pág. 37.
Evidentemente, el sector externo fue el más afectado. Gran Bretaña, hasta la guerra,
era el gran prestamista de los países aliados, pero desde 1917 no podía sostener los
créditos, de modo tal que para continuar la guerra los aliados tuvieron que recurrir al
único que estaba en condiciones de reemplazar a los británicos: Estados Unidos.
El gobierno estadounidense, más inclinado hacia los aliados debido a sus lazos tradi-
cionales con Gran Bretaña, pero también debido a que su intercambio comercial era
mucho más fluido con los aliados que con las potencias centrales, presionó a sus ban-
cos para que concedan créditos a los países europeos. Claro que la declaración de
guerra submarina a ultranza por parte de los alemanes fue una excusa más para em-
pujar a los estadounidenses hacia el bando aliado, ya que sus buques fueron hundidos
“por error” en varias ocasiones. Alemania, a su vez, intentó una alianza con México a
cambio de devolverle territorios perdidos a manos de Estados Unidos; la idea era ge-
nerar una amenaza continental que mantuviera a los estadounidenses concentrados
en el continente americano. La retirada de Rusia de la guerra, luego de que triunfó la
Revolución Bolchevique, también influyó porque crecía el temor de una Alemania ven-
cedora, de modo tal que Estados Unidos ingresó en la guerra y con su ingreso también
lo hicieron los créditos y bienes manufacturados que le dieron respiro a los aliados y
que, a la postre, serían decisivos para la derrota de las Potencias Centrales.
Pese a la victoria, toda Europa estaba en dificultades. El Gasto Público se había in-
crementado notablemente, los créditos resultaban imparables y la emisión monetaria
generaba inflación que se acentuaba con el control de precios. Europa estaba, pues,
sumida en la depresión económica.
Había una nueva organización del trabajo y las mujeres se rehusaban a abandonar los
puestos de trabajo a los que habían accedido como consecuencia de la conscripción
de hombres para que vayan a la guerra. Se organizaron, en consecuencia, grupos
feministas que bregaban por la liberalización femenina, manifestada a través de la
moda, el maquillaje, su lugar en la familia, etc.
Obviamente, había sectores excluidos, entre ellos las actividades rurales, de modo tal
que había una auténtica puja entre sectores modernistas (urbanos) y tradicionalistas
(rurales).
Los medios de comunicación se volvieron masivos y así, tanto el cine como la radio o
los periódicos, difundían este estilo de vida, coronado por nuevos bailes como el char-
leston, o nuevos ritmos musicales como el jazz 74.
73. Argentina era otro país en los que se construían palacios y, en las zonas rurales, grandes estancias
74. En Argentina despuntó el tango, aunque en sus orígenes estaba reservado a los arrabales, es decir, no era un baile para
los sectores sociales tradicionales sino más bien para sectores marginales.
Después de la guerra hubo una súbita expansión económica, lo que resultaba lógico
en función de la contracción que se había establecido durante el conflicto bélico.
No obstante, ese retorno a la prosperidad sería muy efímero y pronto las políticas eco-
nómicas adoptadas para desmantelar los controles de la economía de guerra degene-
raron en subidas de precios que iniciaron brotes inflacionarios, a lo que se sumaban
los gastos para mantener los niveles de ocupación de los ahora ex soldados y la espe-
culación con respecto a las inversiones monetarias. La necesidad de proteger las ba-
lanzas comerciales, y por lo tanto importar menos y exportar más, llevó a que muchos
países devalúen sus monedas (lo que hace que sus exportaciones sean más baratas).
Esta medida, si bien tiene impacto positivo en el sector externo, en el mercado interno
significa que el poder adquisitivo de las personas se deteriora (se puede comparar
menos que antes con la misma cantidad de dinero) y es un fuerte incentivo para la
emisión monetaria sin respaldo, que termina desembocando en mayor inflación. La
expansión en Europa, entonces, fue breve, casi efímera a pesar de que hay que tener
en cuenta las particulares experiencias de cada Estado.
Los países europeos que se habían visto envueltos en la guerra estaban tremenda-
mente endeudados y el gran acreedor era Estados Unidos. A su vez, habían indicado
que Alemania debía pagarles a los aliados la reparación de guerra, pero Alemania no
tenía medios para hacer frente a esa erogación. Pronto había cesación de pagos y los
más afectados fueron los bancos estadounidenses. ¿Por qué? Porque básicamente
los prestamistas fueron los bancos privados, no el gobierno de Estados Unidos y así,
frente a la perspectiva de no poder cobrar, se instaló la desconfianza, subieron las
tasas de interés y las empresas norteamericanas empezaron a tener problemas para
poder financiar sus actividades. La bonanza económica había inducido a los privados
a comprar acciones en la bolsa de comercio pues había perspectiva de un buen ren-
dimiento; a tal punto se confiaba que algunas personas llegaron a contraer créditos
para comprar acciones. Cuando, frente a la perspectiva de falta de pagos se instaló la
desconfianza, el precio de esas acciones de desplomaron. Eso fue lo que sucedió con
el crack de la bolsa de Nueva York el fatídico “jueves negro” (24 de Octubre de 1929).
- Gran Depresión
http://www.youtube.com/watch?v=W_be72oyGJE
En 1936 el economista británico John Maynard Keynes le dio forma teórica a esta
nueva forma de entender el Capitalismo económico. La publicación de su obra Teoría
General de la Ocupación, el Interés y el Dinero puso de relieve una dura crítica a
las premisas casi dogmáticas del Liberalismo: No era central mantener el nivel de pre-
cios para lograr el desarrollo económico, sino que la clave pasaba por la producción y
el empleo. Par Keynes, los clásicos hicieron sus teorizaciones suponiendo que la eco-
nomía estaba en plena ocupación, cosa que no siempre es cierta y que la oferta crea
su propia demanda Ley de Say), cosa que tampoco es cierta. Puede suceder, decía
Keynes, que se generen rentas (ingresos) que no se destinen al consumo en su inte-
gridad, sino que se ahorren, de manera tal que no puede suponerse que el ahorro sea
igual a la inversión, ya que es más bien un drenaje de dinero que sale del circuito eco-
nómico y que impide que se estimule la producción y el consumo 78. ¿Por qué pasa
esto? Porque la tasa de ahorro no depende del tipo de interés, como sostenían los
clásicos, sino de la renta. Si no tengo ingresos ¿qué puedo ahorrar por más que la
tasa de interés sea baja?
77. Al mantener el valor de la libra y el franco, respectivamente, Gran Bretaña y Francia querían evitar la pérdida de capacidad
adquisitiva. Pero, como contrapartida, la moneda no es competitiva porque los bienes británicos y franceses eran caros
comparativamente con los bienes de los otros países, de modo que sus exportaciones eran caras y, por lo tanto, disminuye-
ron. Al caer las importaciones, a su vez, los países ven limitadas sus fuentes de ingreso de divisas.
78. Martín Martín, Victoriano (Coord.). Lecciones de Historia Económica. McGraw-Hill, Buenos Aires, 2006. Págs. 236-237
[…]
La crisis del Liberalismo no fue únicamente económica, sino que también fue una pro-
funda crisis política. Se produjo el “hundimiento de los valores e instituciones de la
civilización liberal […] el respeto del sistema constitucional con gobiernos libremente
elegidos y asambleas representativas que garantizaban el imperio de la ley” 80.
Sucedía que los regímenes democráticos liberales habían sido señalados como los
responsables de la guerra y todas sus catástrofes. Resulta paradójico, pero el propio
sistema democrático contenía el peligro de su derrumbe puesto que, al permitir que
todas las voces expresen todas las ideas, dio pie a que grupos no democráticos tanto
de derecha como de la izquierda expresaran sus hostilidades o desconfianzas hacia el
sistema vigente. El período que transcurre entre la Primera y Segunda Guerra Mundial
asistió se vio envuelto en una oleada de regímenes autoritarios que pronto fueron re-
emplazando a las viejas democracias liberales en casi toda Europa y también en Amé-
rica Latina, ya sea a través del voto popular, ya sea a través de golpes de Estado.
79. Mochón Francisco; Beker, Víctor. Economía. Principios y Aplicaciones. McGraw-Hill, Buenos Aires, 1997.. Pág. 650.
80. Hobsbawm, Eric. Op. Cit. Pág. 117.
2.10.2.- Fascismos
Los regímenes fascistas triunfaron en Europa luego del ascenso de Hitler, aunque el
movimiento que inspiró a sus colegas fue el Fascismo italiano liderado por Benito
Mussolini.
El fascismo toma su nombre del término fascio, que puede ser traducido como unión.
Una de sus ideas centrales era la férrea oposición al concepto de lucha de clases del
Marxismo. Tanto Italia como Alemania y Japón tuvieron regímenes fascistas durante el
período de entreguerras 86, de allí que hayan conformado una alianza para imponer su
doctrina tanto en Occidente como en Oriente. Las experiencias de cada país, no obs-
81. Overy, Richard. Atlas Histórico del Siglo XX. Akal, Madrid, 2009. Pág. 67.
82. Hobsbawm, Eric. Op. Cit. Pág. 119.
83. Ídem. Pág. 120.
84. Ídem.
85. Ídem. Págs. 120-121.
86. También hubo experiencias similares en Hungría y Croacia, o influencia en otros regímenes, como en algunos latinoameri-
canos (Colombia, por ejemplo).
PARTICIPACIÓN EN EL FORO Nº 2
El tratado de Versalles (película)
http://www.youtube.com/watch?v=7YYD3jHUj9I&feature=player_
embedded#!
Todo parece indicar que estos regímenes no podrían haber alcanzado la trascenden-
cia mundial de no haberse producido la Gran Depresión 88, ya que tanto Italia como
Alemania no habían sentido tanto sus efectos como los otros Estados capitalistas de-
mocráticos 89. De todas formas, y como leerán en el material de la bibliografía digitali-
zada obligatoria, tanto Hitler como Mussolini accedieron al poder con la bendición de
las urnas, es decir, fueron elegidos por los ciudadanos de sus países, son la expresión
del descontento hacia la clase política tradicional y se apoyaron fundamentalmente en
la clase media para poder sostenerse.
Los fascistas no solo tenían un discurso belicoso, sino también tenían unos objetivos
de expansión claramente desarrollados desde sus orígenes. En el caso de Mussolini,
habíamos dicho, se trataba de recrear una suerte de Imperio Romano; Hitler, por su
parte, había adoptado toda una base teórica para sostener su política exterior: la teoría
del Espacio Vital.
ACTIVIDAD Nº 7
Al igual que en la Primera Guerra había dos bandos claramente formados: Los Esta-
dos Totalitarios (Alemania, Italia y Japón) y los Regímenes Democráticos (Francia,
Reino Unido, entre otros). Al igual que en la Primera Guerra Mundial, la intervención
de los Estados Unidos fue tardía (1942) y también decisiva para el futuro de la guerra,
aunque en esta oportunidad más importante fue la intervención de la Unión Soviética,
luego de que, en 1941, Alemania decidiera la invasión rompiendo así con el pacto de
El ingreso de Estados Unidos, luego del ataque japonés a Pearl Harbor fue decisivo
para la derrota alemana, no así, en principio, para la derrota de Japón. A partir de
1942, entonces, todas las principales potencias industriales estaban en guerra. En
1943, tras la ocupación de Sicilia y la muerte de Mussolini a manos de la resistencia 93,
Italia firmó la capitulación y se puso del lado de los aliados. Mientras Alemania firmaba
su rendición en Mayo del ’45, los japoneses resistieron en el pacífico férreamente has-
ta Agosto. Finalmente el presidente Roosevelt dio la orden de utilizar la bomba atómi-
ca, primero sobre Hiroshima y luego sobre Nagasaki y Japón se vio forzado a firmar la
capitulación. Terminaba así la Segunda Guerra Mundial, el conflicto más mortífero en
el que se vio envuelto la humanidad, dejando un saldo de alrededor de 50 millones de
víctimas fatales, 35 millones de heridos, 3 millones de desaparecidos, a lo que se aña-
de la sobremortalidad debido a la subalimentación y a enfermedades contagiosas,
como así también cuantiosos daños materiales 94. Políticamente dejó como saldo un
nuevo sistema internacional emergente: el Bipolarismo.
93. Il Duce había sido apresado por orden del Rey Víctor Manuel III, cuando se produjo el ingreso de las tropas aliadas y se
firmó la capitulación, pero fue rescatado por tropas alemanas y dio un golpe de Estado que abolió la monarquía formando
una República Fascista con él como Presidente. Cuando los soviéticos entraron en Berlín, en 1945, Mussolini intentó huir,
pero fue capturado y fusilado por la guerrilla de la resistencia.
94. Aracil, Rafeael; Oliver, Joan; Segura, Antoni. El Mundo Actual. Ediciones Universitat de Barcelona, Barcelona, 1998. Pás.
17 y 18.
95. Austria sufrió la misma suerte que Alemania y quedó fraccionada en cuatro sectores.
Fuente: http://latinajadediogenes.blogspot.com.ar/2011/04/el-bloqueo-de-berlin-un-
episodio-de-la.html
PARTICIPACIÓN EN EL FORO Nº 3
Fuente: http://mateocolegiolachinka.blogspot.com.ar/
La Guerra Fría pasó por diferentes períodos, de mayor o de menor tensión, e inclusive
estuvo a punto de estallar una confrontación armada entre las dos superpotencias en
1962, con la crisis de los misiles cubanos 96. No obstante, el estallido no se produjo y la
rivalidad se mantuvo en los planos antes mencionados hasta que, a partir de la década
de 1980, el modelo soviético no se sostenía económicamente y el régimen empezó a
implosionar.
Una vez concluida la Segunda Guerra Mundial las potencias vencedoras decidieron
crear una nueva organización que se encargase del mantenimiento de la paz y seguri-
dad internacionales; se creó la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que re-
emplazó a la Sociedad de las Naciones que había fracasado en su intento de evitar
otro estallido bélico de magnitudes globales.
96. Luego de que la Revolución encabezada por Fidel Castro triunfara, el líder cubano expresó su adhesión al sistema comunista,
constituyéndose así en una amenaza dada la corta distancia que separaba a la isla del territorio Estadounidense. En 1962 aviones
espías estadounidenses fotografiaron en el territorio cubano la instalación de bases para el emplazamiento de misiles, los cuales
serían llevados desde la Unión Soviética. El presidente estadounidense, John Fitzgerald Kennedy ordenó bloquear el paso de los
barcos soviéticos en aguas internacionales, lo que era una clara violación al derecho internacional. El mundo estuvo en vilo duran-
te un lapso de aproximadamente una semana, en donde se temía por una agresión nuclear entre ambos Estados. Finalmente el
líder soviético Nikita Kruschev cedió y desistió de la instalación de los misiles. Seis meses más tarde, Estados Unidos desmanteló
los misiles que tenía emplazados en Turquía, y que eran una amenaza para Unión Soviética.
“Bretton Woods
97. Tampoco lo hicieron otros países, como Argentina, por ejemplo. Para esa época el país estaba gobernado por Juan Domin-
go Perón y su visión del Peronismo como una ideología superadora de la lucha Capitalismo versus Comunismo lo llevaron
a adoptar la denominada Tercera Posición y negarse a participar de los organismos internacionales de crédito. Tras su de-
rrocamiento en 1955 el país recién ingresó al orden de Bretton Woods.
En primer lugar el desarrollo tecnológico, que no se detuvo durante las guerras sino
todo lo contrario, se aceleró ya que la necesidad de contar con armas más destructi-
vas estimuló al desarrollo científico y tecnológico que luego se redirigió hacia activida-
des no bélicas. El modelo fordista fue reemplazado por el modelo toyotista (modelo
japonés) en donde la gran fábrica dejó de ser el símbolo de la industrialización y fue
reemplazada por el concepto de portabilidad. Los países invirtieron cada vez más en
Investigación y Desarrollo (I+D), logrando así producir bienes con mayor valor agrega-
do, lo que orientó la mano de obra hacia sectores más especializado y con mejores
remuneraciones. A su vez, el comercio se expandió nuevamente, tanto por las prácti-
cas liberales como por los transportes más baratos y más rápidos, generando así dis-
ponibilidad de divisas que se reinvertían en actividades productivas.
La Revolución Verde o Revolución Agrícola también fue muy importante ya que, gra-
cias a los pesticidas, fertilizantes, invernaderos, etc., se garantizaba la estabilidad de
los cultivos y, por consiguiente, la alimentación de la población. Se produjo, nueva-
mente, a una explosión demográfica que en esta oportunidad iba acompañada con
tasas más bajas de mortalidad infantil. La industria del plástico, la electrónica y la revo-
lución en las telecomunicaciones acompañaron este proceso de notable expansión
económica sustentada en el estímulo del consumo de masas y la innovación perma-
nente.
El Plan Marshall, ideado por Estados Unidos para que Europa se levante rápidamente
de la guerra y pueda pagar los créditos contraídos con los bancos estadounidenses e
importar las mercancías norteamericanas, estimuló aún más el comercio internacional.
El plan se trataba de una ayuda económica brindada por Estados Unidos para que
Europa adquiera bienes estadounidenses y de sus aliados en la guerra (Canadá, Aus-
tralia, Brasil, entre otros) para recomponer su aparato productivo y no caer en la de-
presión. También había un interés político en esta ayuda, pues era una forma de poner
un freno a la influencia soviética en Europa Occidental 99. Lo cierto es que la inyección
de más de 12.000 millones de dólares fue un alivio tanto para Europa como para los
países que exportaban sus productos hacia el viejo continente.
Mapa 2.4.-Principales
Beneficiados con el Plan
Marshall.
Fuente: http://e-ducativa.catedu.es/44700165/aula/archivos/repositorio//
1250/1302/html/12_del_plan_marshall _a_la_cee.html
La Edad Dorada lo fue para todos los países; también para los que estaban insertos
en el sistema comunista. A diferencia de los países capitalistas, aquí la iniciativa priva-
da no tenía lugar y todo estaba planificado por el Estado a través de los planes quin-
quenales que estipulaban metas de crecimiento cada cinco años. La base de la ex-
pansión económica no era el consumo sino el desarrollo de las industrias pesadas, lo
que iba acompañado por una fuerte inversión en I+D. La propiedad privada no existía,
sino la colectivización de la propiedad (todo era de todos) y el Estado ejercía una ple-
na vigilancia en un sistema en el que el Estado era el Empresario, el empleador, el
controlador y el innovador. El sustento de este sistema no era, pues, la libertad de ini-
ciativa sino la igualdad, siendo el Estado el garante de ella.
Como la Unión Soviética se opuso a que los países de Europa Oriental participen del
Plan Marshall idearon un sistema de ayuda, la CAMECOM, aunque su impacto no fue el
mismo, en parte porque muchas industrias de Europa Oriental, especialmente Alemania,
fueron desmanteladas y trasladadas al territorio soviético. Así y todo, entre la década de
1950 y 1960 el bloque comunista se puso a la par del capitalista, mostrando, en algunos
sectores, rendimientos mayores que el de sus rivales.
100. Aracil, Rafeael; Oliver, Joan; Segura, Antoni. Op. Cit. Págs. 177-178.
Fuente: http://correosemanal.blogspot.com.ar/2012_10_01_archive.html
Para ver la evolución de los principales países, caso por caso, remitimos a la bibliogra-
fía digitalizada obligatoria.
Si bien es cierto que al principio la reconstrucción fue más lenta que en Europa Orien-
tal, a partir de los ’50 “el producto interior aumentó a un ritmo del 7% anual, cuando
Europa occidental crecía a un ritmo de poco más del 4,6%” 101. Casi la totalidad de la
renta era generada por los sectores socializados en un modelo en el cual el Estado
planificaba y centralizaba toda la actividad económica que se veía favorecida por la
aplicación de la innovación tecnológica que incrementaba la productividad. Claramente
se trataba de una economía que no priorizaba el consumo sino la producción –
industrial- para el fortalecimiento del Estado, aunque manteniendo el pleno empleo. La
combinación de estas dos prioridades, mantener el pleno empleo pero sin estimular el
Para analizar la evolución socioeconómica país por país, los remitimos, como en el
apartado anterior, a la bibliografía digitalizada obligatoria.
Rock & Roll en los años ’60 Movimiento Hippie en los ‘60
La televisión fue, quizás, uno de los símbolos más notables de la cultura de la socie-
dad de masa de la segunda posguerra. A diferencia del cine no había que trasladarse
hasta el lugar de esparcimiento, sino que era el esparcimiento el que se trasladaba
hasta el hogar de las personas. A través de la televisión, la radio, pero también de la
moda (aunque pasó a ser una industria) y el cine, se difundía el estilo de vida esta-
dounidense, el american way of life, que se erigía como una aspiración para todas las
sociedades occidentales.
http://www.profesorenlinea.cl/universalhistoria/IGMMC.html
http://finea.wordpress.com/2011/03/15/mapa-conceptual-crisis-
1929/
ESTUDIO DE CASO
ACTIVIDAD Nº 8
Investigar sobre la historia Argentina en este período y responder:
LECTURAS OBLIGATORIAS
Completar el desarrollo de esta unidad con la siguiente bibliografía digitalizada:
- Aracil, Rafael; Oliver, Joan; Segura, Antoni. El Mundo Actual. Ediciones Universitat
de Barcelona, Barcelona, 1998. Págs. 200 a 239 y 333 a 357.
- Barbero, María Inés, et al. Historia Económica Mundial. Del Paleolítico a Internet.
Emecé, Buenos Aires, 2007. Págs. 287 a 298 y 303 a 336.
- Bianchi, Susana. Historia social del mundo occidental. Del Feudalismo a la sociedad
contemporánea. Universidad Nacional de Quilmes, Bernal, 2009. Págs. 211-216.
- Martín Martín, Victoriano (Coordinador). Lecciones de Historia Económica. McGraw-
Hill, Madrid, 2006. Págs. 499 a 517, 544 a 561 y 701 a 715.
Estos recursos se concentran, en su mayoría, en los países del Medio Oriente (Ver
gráfico 3.1 y Mapa 3.1), una región del planeta muy inestable políticamente y en la que
confluyen intereses económicos de todas las potencias mundiales.
Reservas de petróleo %
3% 3% 2% 2%
Arabia Saudí
3%
Irak
EAU
5%
24,8; 28% Kwait
5%
Irán
8% Venezuela
Rusia
12%
9% México
10% 10% USA
Libia
Fuente: Cadón, Raúl. La Crisis del Golfo Pérsico y las Naciones Unidas. Abeledo-
Perrot, Buenos Aires, 1993. Pág. 119.
104. Rifkin, Jeremy. La Tercera Revolución Industrial. Paidós, Buenos Aires, 2011. Pág. 28.
Fuente: http://www.bbc.co.uk/spanish/specials/1421_petroleo/index.shtml
105. Aracil, Rafael; Oliver, Joan; Segura, Antoni. El Mundo Actual. Ediciones Universitat de Barcelona, Barcelona, 1998. Pág.
367.
Ese año se produjo la Revolución Iraní 106, uno de los principales productores y expor-
tadores de petróleo como se pudo observar en el gráfico 3.1. Hasta ese momento, Irán
estaba gobernado por el Sha Reza Pahlavi, hombre sostenido por Estados Unidos a
cambio de importantes concesiones a las empresas transnacionales norteamericanas
para que exploten el petróleo. Cuando la revolución se puso en marcha, encabezada
por un líder religioso, el Ayatola Khomeini, se produjo un súbito incremento del precio
del crudo. Cuando triunfó la revolución, se reforzó la tendencia. Sucede que Khomeini
instaló un régimen hierocrático 107 que se oponía tanto al “libertinaje” de Occidente co-
mo al “ateísmo” de Oriente. Era una revolución que se concretó al margen de la lógica
de la guerra fría y ponía de manifiesto que había una alternativa frente al Bipolarismo.
Khomeini no sólo impuso la ley coránica 108 en Irán, sino que nacionalizó las empresas
de petróleo, generándose así desconfianza en los mercados internacionales que in-
crementarían aún más el precio del petróleo y, con él, la tasa de interés. El miedo a
una extensión de la revolución en los otros países de la región causó alarma en los
mercados internacionales y disparó la especulación y la subida de precios, con la con-
siguiente parálisis de la economía. Políticamente, tanto la Unión Soviética como Esta-
dos Unidos alentaron a Saddam Hussein, presidente de Irak, a declarar la guerra a
Irán y tratar de detener así la expansión de la revolución islámica.
El balance de la segunda crisis del petróleo fue más negativo que el de la primera. Los
problemas energéticos pusieron al descubierto los límites y las debilidades del Estado
de Bienestar y generaron, en los países en vías de desarrollo, una presión inflacionaria
que duró prácticamente una década. El precio del crudo llegó a los $ 32 dólares el
barril, lo que acentuó la recesión en los países desarrollados cuya tasa de crecimiento
de PBI llegó a ser negativa en 1982 (cayó el 0,5%) 109. De todas formas, los países
centrales, afectados en una primera instancia, encontraron proveedores sustitutos de
la OPEP (Nigeria, Noruega, Rumania, entre otros) o desarrollaron fuentes alternativas
de energía (atómica, eólica, solar), de modo que el shock fue de corta duración. El
106. Muhammad Reza Pahlavi fue proclamado Sha de Irán en 1941. En 1953 el depuesto Primer Ministro Muhammad Hidayat
Musaddaq, llevó adelante un golpe que obligó a Pahlavi a abandonar su país, pero fue restaurado con la ayuda de Esta-
dos Unidos. Su régimen fue acusado de favorecer los intereses estadounidenses. En 1979, unos revolucionarios islámi-
cos, seguidores del exiliado Ayatolá (líder religioso) Ruhollah Khomeini, acabaron con la monarquía laica y proclamaron
la República Islámica de Irán.
107. Gobierno de los sacerdotes.
108. El sistema legislativo se basaba en las disposiciones del Corán, libro sagrado de los musulmanes.
109. Aracil, Rafael; Oliver, Joan; Segura, Antoni. Op. Cit. Pág. 369.
ACTIVIDAD DE REFLEXIÓN Nº 1
3.2.- ENDEUDAMIENTO DE
LAS ECONOMÍAS CENTRALES Y PERIFÉRICAS
Las crisis del petróleo trajeron aparejadas el problema de la deuda para las economías
periféricas y un consecuente cambio de los flujos financieros internacionales. El proce-
so de endeudamiento se produjo, en términos simplificados, por el excedente de dine-
ro que recibieron los países productores y exportadores de petróleo como consecuen-
cia del incremento del precio del crudo. Es decir, los exportadores de petróleo dispo-
nían de una renta tres veces superior a la que tenían hacía muy poco tiempo. Ese ex-
ceso de dinero fue colocado por lo general en bancos europeos y estadounidenses los
que, a su vez, se vieron en la posesión de excedentes monetarios para otorgar crédi-
tos. Lo hicieron a tasas bajas, pero variables, y quienes contrajeron esos créditos fue-
ron los países en vías de desarrollo, fundamentalmente latinoamericanos, algunos
asiáticos y unos pocos africanos. La cifra de préstamos concedidos entre 1976 y 1980
fue de $ 296.7000 millones de dólares 110.
110. Barbero, María Inés, et al. Historia Económica Mundial. Del paleolítico a Internet. Emecé, Buenos Aires, 2007. Pág.
419.
111. El dólar se apreció, es decir, salía más caro, y eso era perjudicial para los países deudores, que ahora tenían que desti-
nar más de sus monedas locales para comprar dólares.
Como puede observarse en la cita precedente, ahora los países periféricos o en vías
de desarrollo eran quienes transferían recursos a los países desarrollados.
ACTIVIDAD Nº 9
Los países de América Latina, a su vez, en la década de 1980 tuvieron que hacer fren-
te a altos índices de inflación y sus economías se vieron paralizadas. El proceso de
estanflación impactó a lo largo de toda la década, en la cual el PBI per cápita se con-
trajo. De allí que sea señalada como la década perdida para América Latina. Los cua-
dros 3.1 y 3.2 son ilustrativos de la situación de deterioro que describimos.
Cuadro 3.1 Evolución por países del PIB por habitante (1981-1989)
Argentina -23,5 Haití -18,6
Bolivia -26,6 Honduras -12,0
Brasil -0,4 México -9,2
Chile 9,6 Nicaragua -33,1
Colombia 13,6 Panamá -17,2
Costa Rica -6,1 Paraguay 0,0
Cuba - Perú -24,7
Ecuador -1,1 Rep. Dominicana 2,0
El Salvador -17,4 Uruguay -7,2
Guatemala -18,2 Venezuela -29,0
Fuente. CEPAL. En Aracil, Rafael; Oliver, Joan; Segura, Antoni. Op. Cit. Pág. 466.
113. Aracil, Rafael; Oliver, Joan; Segura, Antoni. Op. Cit. Pág.468.
114. Bleger, Leonardo. Deuda externa y soberanía. Análisis y lecciones de la reciente reestructuración argentina. En Girón,
Alicia; Correa, Eugenia. Del Sur hacia el Norte. Economía política del orden económico internacional emergente.
CLACSO, buenos Aires, 2007. Pág. 174.
Cuando Ronald Reagan llegó a la Casa Blanca, en 1980 aplicó un plan destinado a
presionar a la Unión Soviética lo máximo posible. A su entender, después de la guerra
de Vietnam Estados Unidos se había replegado y había dejado a los soviético el con-
trol de prácticamente las dos terceras partes del territorio mundial. Durante su go-
bierno, “América estaba de regreso” 115 y desafiaría a la Unión Soviética. Así, impulsó
una Iniciativa de Defensa Estratégica, más conocida como guerra de las galaxias 116, a
la que los soviéticos no pudieron seguir. El líder soviético se reunió con Reagan para
disuadirlo ya que la superioridad que adquirida Estados Unidos pondría fin al sistema
bipolar.
115. America is back fue el eslogan de campaña que utilizó Reagan en las campañas presidenciales.
116. Consistía en un sistema de defensa que interceptaría en el espacio los misiles intercontinentales que eventualmente se
lanzasen contra el territorio estadounidense.
10
0
1991 1992 1993 1994 1995 1996 Crecimiento
PBI
-5
-10
-15
-20
Gráfico 3.1 Crecimiento Anual del PBI (%) y Gasto Militar (% PBI)
Fuente: Aracil, Rafael; Oliver, Joan; Segura, Antoni. Op. Cit. Pág. 672.
PARTICIPACIÓN EN EL FORO Nº 4
El líder soviético, Mijaíl Gorbachov, llevó adelante una política de transparencia (glas-
nost) y reestructuración (perestroika) del sistema político comunista soviético, pero
poco hizo con respecto a la economía, pues era un convencido de las bondades del
sistema comunista. La situación económica se tornaba desesperante para 1989,
cuando más de la mitad de la población vivía por debajo de los umbrales de la pobre-
za 117. Cuando el nuevo Presidente estadounidense, George Bush (padre), visitó Ale-
mania, hizo un discurso en el que apeló a la demolición del Muro de Berlín 118. Al poco
tiempo, miles de manifestantes se reunieron en las calles y en horas, lo que había sido
un símbolo -sino el símbolo- de la guerra fría, fue derribado por la muchedumbre. Se
iniciaba, casi inesperadamente, una serie de acontecimientos que pondrían fin al Bipo-
larismo y a la existencia de la Unión Soviética.
Para analizar más en detalle las implicancias económicas del derrumbe soviético los
remitimos a la bibliografía digitalizada obligatoria.
117. Aracil, Rafael; Oliver, Joan; Segura, Antoni. Op. Cit. Pág. 672.
118. El muro se había construido, por iniciativa del líder de Alemania Oriental, Eric Honecker, en 1961 para separar Berlín
Oriental del Occidental, es decir, la zona comunista de la capitalista. Familias enteras se vieron separadas por una cons-
trucción caprichosa que se erigió como símbolo del antagonismo Este-Oeste.
ACTIVIDAD Nº 10
Preste atención al video sobre la Caída del Muro de Berlín a partir del
minuto 30 y responda:
Los dirigentes soviéticos, que durante muchos años se consideraron los amos del
movimiento y los intérpretes de su dogma, llegaron a advertir poco a poco que la
pureza sólo podía buscarse a través de las riñas sectarias entre partidos comunis-
tas. La insistencia en la pureza significaría, en forma inevitable, el final de la uni-
dad. Pero la unidad sólo podía conservarse al precio de la pureza, con la doctrina
común diluida hasta su mínimo denominador común. -como es probable que su
propia fe declinara tanto, y como de todos modos su control efectivo sobre el mo-
vimiento internacional iba debilitándose, a la larga los dirigentes del Kremlin opta-
ron por la unidad antes que por la pureza.
Con la finalización de la guerra fría había desaparecido el concepto del Segundo Mun-
do, y los otros dos fueron reemplazados por otros términos, como Países Menos Ade-
lantados o Países en Desarrollo. Independientemente de la denominación, lo que in-
teresa es que detrás de ellos se manifiesta una polarización entre países desarrollados
y subdesarrollados.
Más allá de las explicaciones teóricas, a la hora de analizar los casos concretos las
etiquetas suelen ser insuficientes. Los países subdesarrollados no pertenecen a una
misma clase, sino que hay una estratificación. Algunos tienen base industrial y otros
son eminentemente agrícolas; algunos tienen altas tasa de mortalidad infantil y otros
tienen tasas comparables con los países desarrollados; algunos países tienen ingre-
sos medios altos y otros ingresos muy bajos. En definitiva, se evidencia una
“…creciente inadecuación de las antiguas teorías a una realidad cada vez más cam-
biante y compleja” 119.
A partir del proceso de descolonización, estos países empezaron a reunirse para de-
fender sus intereses comunes y manifestar que estaban por afuera de la lógica de la
guerra fría. Así, se celebraron conferencias en Bandung (1955); Belgrado (1961); el
Cairo (1964), Argel (1973), que se hicieron en nombre del Movimiento de Países No
Alineados (MPNA). Este movimiento ponía de manifiesto que los países integrantes no
estaban ni con uno ni con otro bloque. Claro que, en muchos casos, la declaración de
la no alineación era más testimonial, pues dentro de ese heterogéneo grupo estaban
países como Cuba o Pakistán.
119. Aracil, Rafael; Oliver, Joan; Segura, Antoni. Op. Cit. Pág. 501.
Fuente: http://www.nuestraseguridad.gob.ec/articulo/mnoal-compromisos-
permanentes-de-paz-seguridad-y-desarrollo
A partir de la década de 1970 los No Alineados buscaron que se cambie el orden in-
ternacional económico vigente por uno nuevo que ayude a los países pobres a alcan-
zar los umbrales del desarrollo. Obviamente no fueron escuchados.
Después del fin de la guerra fría la existencia de este grupo se mantiene, si bien ha
perdido el carácter político que tenía tiempo atrás. Sucede que el conflicto entre el
Este y Oeste, que era un conflicto más que nada ideológico, se transformó en un con-
flicto entre el Norte y el Sur, es decir, entre los desarrollados y subdesarrollados.
El reemplazo del Estado de Bienestar por el Neoliberal agudizó los problemas del
desarrollo y así surgió el concepto de Cuarto Mundo, para aquellas regiones en donde
ya no hay pobreza sino indigencia. Y decimos regiones porque otra característica muy
notable a partir de los años ’80 es que la pobreza y la indigencia también se instalaron
en los países desarrollados, es decir, hay un Sur dentro del Norte producto de la ex-
clusión.
La globalización económica tiene una fuerte incidencia en este problema, tanto dentro
de los países como entre países. Si el ingreso del 20% más rico del planeta supera en
37 veces el ingreso del 20% más pobre 120 no debe resultar extraño que existan mu-
chos conflictos derivados de la desigualdad, como las guerras, migraciones, brotes
120. Toledo, Victor F. Introducción al estudio e las Relaciones Internacionales. Eucasa, Salta, 2006. Pág. 198.
Muchas veces, las empresas se han localizado allí donde la mano de obra es barata,
de modo que abandonaron a su suerte aquellos países en los que se les exigía ciertos
parámetros de ingresos y se radicaron en otros países en donde generan trabajo, pero
precario. Por otra parte, para atraer a estos capitales, los países subdesarrollados sue-
len hacer concesiones impositivas o medioambientales que, a la larga, redundan más
en perjuicios que en beneficios.
En definitiva, queda claro que ni el modelo capitalista y el comunista fueron útiles para
conducir a los países del Tercer Mundo hacia el desarrollo. Desde 1990 hasta la crisis
de 2008 hubo un crecimiento económico comparable con la Edad de Oro en todo el
mundo, pero el crecimiento no es sinónimo de desarrollo. Para hablar de desarrollo
hay muchas variables como la educación, salud, transparencia política, entre otros,
que deben ser tenidos en cuenta y que, lamentablemente, suelen pasarse por alto.
Aún así, hay una forma de producción que ha cambiado desde los años 70, cuando la
electrónica se incorporó los procesos productivos y se produjo la llamada Revolución
Tecnotrónica:
PARTICIPACIÓN EN EL FORO Nº 5
3.7.- GLOBALIZACIÓN
Mucho se ha escrito y dicho sobre la globalización. No hay acuerdo sobre sus oríge-
nes ni tampoco sobre su futuro. Desde nuestra óptica, el proceso denominado globali-
zación puede ser utilizado, con propiedad, a partir de la década de 1970, pues es allí
cuando se produce la auténtica interdependencia. Hasta ese momento, la historia ha
demostrado que había países independientes (los desarrollados) y otros dependientes
(los subdesarrollados). Pero la crisis del petróleo puso en evidencia que los países
desarrollados también dependían de los subdesarrollados (exportadores de petróleo).
Además, la Revolución Tecnotrónica fue esencial para la economía financiera, pues
`Del entramado global’, escribe Zygmunt Bauman, ‘se aíslan símbolos culturales y se
tejen identidades de varia índole. La industria de la autodiferenciación local se con-
vierte en uno de los rasgos distintivos (globalmente determinados) de las postrimerías
del siglo XX….Los mercados globales de bienes de consumo, junto con las informa-
ciones, hacen indispensable elegir lo que se debe absorber, pero la manera y modo
de la elección se decide a nivel local o comunitario para asegurar nuevos distintivos
simbólicos para las identidades extinguidas y resucitadas, o reinventadas o hasta
ahora solamente postuladas…’.
[…] `La globalización y la localización pueden ser las dos caras inseparables de la
misma medalla, pero las dos partes de la población mundial viven en lados distintos y
ven sólo un lado – así como vemos y observamos desde la Tierra un solo lado de la
Luna. Los unos son los auténticos moradores del globo; los otros están simplemente
encadenados a su puesto… La glocalización es, fundamentalmente, un nuevo reparte
de, a la vez, privilegios y ausencia de derechos, riqueza y pobreza, posibilidades de
triunfo y falta de perspectivas, poder e interdependencia, libertad y falta de libertad”.
ACTIVIDAD Nº 11
1.- Explique con sus palabras a qué se refiere Ullrich Beck cuando
utiliza el término globalización.
Para una sistematización del significado de la globalización hacer clic aquí (globali-
zación.pps).
http://bejomi1.wordpress.com/2012/06/02/19-mapas-murales-de-mapas-
conceptuales-sobre-historia-de-4x3-hojas-carta/unidad-18-la-creqacion-de-la-
unidad-europea/
ESTUDIO DE CASO
ACTIVIDAD Nº 12
Investigar sobre la historia Argentina en este período y responder:
LECTURAS OBLIGATORIAS
Completar el desarrollo de esta unidad con la siguiente bibliografía digitalizada:
- Aracil, Rafael; Oliver, Joan; Segura, Antoni. El Mundo Actual. Ediciones Universitat
de Barcelona, Barcelona, 1998. Págs. 664 a 673.
- Barbero, María Inés, et al. Historia Económica Mundial. Del Paleolítico a Internet.
Emecé, Buenos Aires, 2007. Págs. 429 a 438.
Esta lógica no sólo es interna sino también internacional. A partir de 1970 la brecha
entre países ricos (desarrollados) y pobres (subdesarrollados o en vías de desarrollo)
se profundizó tanto que el enfoque del conflicto ideológico entre el Este (países socia-
listas) y Oeste (países capitalistas) viró hacia el conflicto entre Norte (desarrollados) y
Sur (países subdesarrollados).
Los países marginados, que forman parte del denominado Sur, comparten algunas
características generales:
122. Aracil, Rafael; Segura, Antoni; Oliver, Joan. El Mundo Actual. Universitat de Barcelona, Barcelona, 1997. Pág. 502
Fuente: http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Percentage_population_living_on_
less_than_1_dollar_day_2007-2008.png
ACTIVIDAD Nº 13
Desde su creación, a mediados del Siglo XX, los organismos internacionales de crédi-
to han tenido una activa participación en la economía internacional y en la configura-
ción del sistema capitalista. El Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional
(FMI) se constituyeron en los pilares de los organismos internacionales de crédito,
aunque la finalidad básica es muy diferente; mientras que el FMI otorga créditos para
que los Estados equilibren sus cuentas fiscales, el BM hace lo propio pero para asun-
tos productivos. Debe quedar en claro que el entramado de instituciones crediticias
internacionales no se agota en estos dos organismos, sino que hay una vasta red,
especialmente en el ámbito regional, como por ejemplo el Banco Interamericano de
Desarrollo (BID).
Los organismos internacionales de crédito actúan como promotores del desarrollo; bási-
camente justifican sus funciones argumentando que éstas constituyen caminos para
superar el subdesarrollo. Dicho criterio implica, por lo tanto, sostener que la cuestión del
desarrollo y subdesarrollo es una cuestión de grado o de atraso que tienen los países
subdesarrollados con respecto a los desarrollados. A raíz de la crisis de la deuda exter-
na del tercer mundo, estos organismos reciben cada vez más cuestionamientos pues
han contribuido, con sus políticas, a potenciar el fenómeno que en vez de fomentar el
desarrollo constituye una pesada carga que lo obstaculiza.
Desde mediado de los ’60, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) planteó
metas y mecanismos para superar el subdesarrollo de los Estados, otorgando un pa-
pel destacado a estos organismos. Así surgieron los denominados “decenios” de Na-
ciones Unidas, que buscaban el crecimiento y el desarrollo ya sea a través de metas
cuantitativas (primer y segundo decenio) o cualitativas (tercero y cuarto). El fracaso de
esos decenios ha sido notable, por ello, en el año 2000 se viró hacia lo que recibe el
nombre de “Objetivos del Milenio”, al que los Estados deben propender a alcanzar en
el 2015. Los ejes de dichos objetivos son: erradicación de la pobreza extrema y el
hambre; educación universal; igualad de géneros; reducción de la mortalidad infantil;
combatir el VIH/SIDA; sostenibilidad del medio ambiente; Fomento de una alianza
mundial para el desarrollo. 123
123. http://www.un.org/spanish/millenniumgoals/poverty.shtml
Casi todos los órganos de las Naciones Unidas orientados a combatir el hambre
han establecido importantes programas sociales para promover la seguridad ali-
mentaria de los sectores más pobres de la población, particularmente en las zonas
rurales. La organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricul-
tura (FAO) (www.fao.org) trabaja desde su creación para aliviar la pobreza y el
hambre mediante la promoción del desarrollo agrícola, la mejora de la nutrición y
la búsqueda de la seguridad alimentaria, es decir, el acceso físico y económico de
todas las personas y en todo momento a alimentos sanos, nutritivos y suficientes
para satisfacer sus necesidades dietéticas y sus preferencias alimentarias, de mo-
do que puedan llevar una vida activa y saludable.
Fuente: ABC de las Naciones Unidas. Siglo XXI, Buenos Aires, 2012. Págs.
247-248.
ACTIVIDAD DE REFLEXIÓN Nº 1
- ¿Por qué cree Ud. que, habiendo comida para alimentar a todos los
seres humanos, hay tantas millones de personas que padecen
hambre?
Milton Friedman, uno de los principales exponentes del Monetarismo, entendía que la
mejor política económica era la no intervención estatal; la función del Estado es, en
todo caso, mantener un ritmo estable de expansión de la cantidad de circulante mone-
tario (dinero).
Robert Lucas es el representante de otra corriente teórica que confluye con el Moneta-
rismo. Lucas tomó como eje de análisis a las “expectativas racionales”; según su opi-
nión, los mercados contaban con la información suficiente para prever el comporta-
miento de las autoridades económicas y neutralizar las medidas gubernamentales, por
lo que no sirve la intervención del Estado.
La solución que brindan los monetaristas y los teóricos de las expectativas racionales
es estimular no ya el consumo y el gasto público, sino la inversión y el ahorro mediante
la baja de impuestos a las empresas y sectores con ingresos altos, pues ello repercute
favorablemente en la producción. El Estado podrá mantener un presupuesto equilibra-
do si disminuye el Gasto Público (especialmente seguridad social) y otorga rebajas a
los empresarios; a largo plazo, estos beneficios se derramarán en forma de ingreso
genuino a todos los sectores.
124. Martín Martín, Victoriano (coord.). Lecciones de Historia Económica. McGraw-Hill, Madrid, 2006. Pág. 243.
125. Friedman, Milton. Citado por Martín Martín, Victoriano (coord.). Op. Cit. Pág. 243.
Desde esa época se aplicó, casi a modo de receta, y especialmente en los países
subdesarrollados y en vías de desarrollo, lo que se conoce como el “Consenso de Wa-
shington”, una serie de medidas diseñadas por el economista John Williamson, que
debían adoptar estos países para obtener ayuda de los organismos internacionales de
crédito y salir del subdesarrollo:
Las medidas, si bien sirvieron para estabilizar las variables macroeconómicas de los
países afectados por la crisis de la deuda y el fenómeno de la hiperinflación que se
produjo en la década de 1980 (ver Unidad 3), trajeron aparejadas consecuencias so-
ciales indeseables, desde el alto desempleo que ya se mencionó, hasta los bolsones
de marginación y exclusión como no se habían visto desde hacía siglos. Como dice
bien Barbero:
“La globalización sin control, sujeta al libre accionar del capital transnacional, genera
con harta frecuencia realidades de superexplotación e injusticia que alejan a los países
pobres de toda posibilidad de desarrollo real, viéndose además afectados por situacio-
126. Casilda, Ramón. “América Latina: Del Consenso de Washington a la Agenda de Desarrollo de Barcelona”. Documento de
Trabajo 10/2005. Instituto Real Elcano de Estudios Internacionales y Estratégicos, 28 de Febrero de 2005. En
http://www.realinstitutoelcano.org/ documentos /177/ Casilda %20pdf.pdf. (Acceso 11 de Octubre de 2012).
No es una novedad sostener que bajo el Neoliberalismo el mundo se volvió más rico
pero también más desigual que nunca. Obviamente que no hay una causa, sino múlti-
ples factores que lo explican y, entre ellos, no puede omitirse que “…la política neoli-
beral -disminución de impuestos a los ricos, reducciones de gasto social, privatización
de los servicios sociales, flexibilización de los controles a los empresarios y a las insti-
tuciones financieras- lo ha favorecido” 128
Esta situación condujo, no sólo a los movimientos de protestas de los que se da cuen-
ta al inicio de esta Unidad, sino también de problemas en los mismos países desarro-
llados, en donde la exclusión y la marginación son emergentes de un modelo econó-
mico que no se preocupa por la contención social.
A partir del 2008 la crisis económica encontró su epicentro en los países desarrolla-
dos: Estados Unidos y Europa, y se ha extendido hasta la actualidad (año 2012), y
todo hace prever que no llegará a su fin en el corto plazo. La crisis, originada por una
burbuja inmobiliaria 129, puso de manifiesto problemas estructurales de muchos de los
países desarrollados, como ser el severo endeudamiento externo superior al PBN,
déficit fiscal y elevado índice de desempleo (especialmente juvenil). Así como las polí-
ticas económicas keynesianas fueron inconducentes para solucionar los problemas
estructurales del Estado de Bienestar, las políticas económicas monetaristas fueron
inapropiadas para resolver los problemas estructurales del Estado Neoliberal.
Los distantes orígenes de este libro se encuentran en un artículo titulado “¿El fin
de la Historia?”, que escribí para la revista The National Interest en el verano de
1989. En él argumentaba que un notable consenso respecto a la legitimidad de la
democracia liberal como sistema de gobierno había surgido en el mundo, durante
127. Barbero, María Ines; et al. Historia Económica Mundial. Del Paleolítico a Internet. Emecé, Buenos Aires, 2007. Pág.
436.
128. Béjear, María Dolores. Historia del siglo XX. Europa, América, Asia, África y Oceanía. Siglo XXI, Buenos Aires, 2012.
Pág. 430.
129. El buen desempeño económico de los años ’90 tuvo impactó positivamente en las expectativas de los consumidores
estadounidenses y europeos. En el caso de Estados Unidos, donde se originó la crisis, los bancos concedieron créditos a
personas poco solventes. El crecimiento de la demanda de créditos, especialmente hipotecarios, subió el precio de las vi-
viendas a niveles exorbitantes, como así también las acciones de las compañías dedicadas a estas operatorias. Cuando
a partir de 2007 la economía norteamericana se empieza a resentir debido a su excesivo gasto (especialmente el gasto
militar) ciertos sectores de la población dejaron de contar con los ingresos suficientes para hacer frente a sus créditos, y
con ello llegaron las pérdidas de viviendas de los consumidores y la quiebra de los bancos menos blindados. Según el
análisis de Nouriel Roubini los estadounidenses se involucraron “…en hipotecas que equivalían al 70% de la riqueza na-
cional de EEUU. Debido a que los precios habían caído entre un 20% y un 30% de su punto más alto, a los americanos
no les compensaba pagar por una casa que se había depreciado, de modo que estaban empleando el simpático método
del jingle mail, es decir, «el correo campanilleante», que consiste en meter las llaves de casa en un sobre, y enviárselas
al banco que les había concedido la hipoteca. Y todo eso se debía a que los bancos habían prestado alegremente el di-
nero a clientes denominados Ninja (No Income, no Jobs, no Asset, sin dinero, sin trabajo, sin propiedades)”. Salas, Car-
los. “¿Pero es que nadie predijo todo esto?”. El Mundo. Madrid, 16 de Noviembre de 2008. En http://mundo-edicion-
impresa.vlex.es/vid/es-nadie-predijo-44393776 (Acceso 20 de Noviembre de 2008).
Pero lo que yo sugería que había llegado a su fin no era la sucesión de aconteci-
mientos, incluso de grandes y graves acontecimientos, sino “la historia”, es decir,
la historia entendida -tomando en consideración la experiencia de todos los pue-
blos en todos los tiempos- como un proceso único, evolutivo, coherente. Esta ma-
nera de entender la historia está estrechamente relacionada con el gran filósofo
alemán G. W. F. Hegel y se convirtió en parte de nuestra atmósfera intelectual co-
tidiana gracias a Karl Marx, que tomó de Hegel esta concepción de historia, y está
implícita en nuestro empleo de palabras como “primitivo” o “avanzado”, “tradicio-
nal” o “moderno”, al referirnos a distintos tipos de sociedades humanas.
[…] Nos hemos acostumbrado tanto a suponer que el futuro contendrá malas noti-
cias respecto a seguridad y salud de las prácticas políticas decentes, liberales,
democráticas, que nos es difícil darnos cuenta de las buenas noticas cuando las
hay.
Pero, con todo, ha habido buenas noticias. Lo más notable del último cuarto de siglo
ha sido la revelación de la enorme debilidad en el centro de las que parecían ser las
más poderosas dictaduras del mundo, tanto como si eran del tipo militar-autoritario
de derechas, como del tipo comunista-totalitario de izquierdas. Desde América Lati-
na a Europa del Esta, desde la Unión Soviética a Oriente Medio y Asia, en las últi-
mas dos décadas han ido cayendo los gobiernos fuertes. Y si bien no siempre han
dejado paso a democracias liberales estables, la democracia liberal es la única aspi-
ración política coherente que abarca las diferentes culturas y regiones del planeta.
Además, los principios liberales en economía –el ”mercado libre”- se han extendido y
han conseguido producir niveles sin precedentes de prosperidad material, lo mismo
en países industrialmente desarrollados que en países que al terminar la segunda
guerra mundial formaban parte del Tercer Mundo. Una revolución liberal en econo-
mía ha precedido a veces y a veces ha seguido la marcha hacia la libertad política
en todo el mundo.
“El mundo enfrena, por primera vez desde la Segunda Guerra Mundial, una recesión
simultánea en sus tres polos de crecimiento más significativo: Japón, Europa occiden-
tal y Estados Unidos.
Para China, la crisis es a un tiempo una amenaza y una oportunidad […] vive eviden-
temente de vender productos al resto del mundo, y ha utilizado ese gigantesco supe-
rávit comercial para modernizarse a un ritmo sin precedentes en la historia de la hu-
manidad. Es previsible que el ritmo de sus exportaciones baje, lo que probablemente
los obligará a un doble movimiento: por una parte posicionarse en los mercados emer-
gentes, y por la otra, impulsar de una manera más agresiva si cabe su mercado in-
terno” 130.
El inicio del siglo XXI muestra que por primera vez en la historia los países del Tercer
Mundo son los responsables de más de la mitad de todo el PBN mundial. Mientras las
economías europeas y estadounidense languidecen, el crecimiento económico mundial
está motorizado por países como Brasil, Rusia, India y China (BRIC), y nuevas poten-
cias emergentes como México, Indonesia, Malasia, Turquía, entre otras.
Los denominados ahora países emergentes se caracterizan por poseer una población
superior a los 100 millones de habitantes en la mayoría de los casos; recursos natura-
les abundantes y vastas extensiones geográficas. Sobre China se especula que en el
2030 desplazará a EE.UU. como primera potencia económica mundial (actualmente es
la segunda); pero que en el 2050 será reemplazada por India. Juntas, China e India,
aglutinan a cerca de los 2.400 millones de los 7.000 millones de habitantes que hoy
tiene la tierra. Obviamente, no todo son luces, pues la deuda y postergación social es
muy importante en estos países. Cada vez que China crece a tasas superiores al 9%
se calcula que 30 millones de chinos pobres dejan de serlo y pasan a formar parte de
la clase media; aún así, el PBI per cápita chino no llega a los 4.500 dólares anuales
(menos de la mitad del de Argentina) 131, es decir que se mantiene dentro de los están-
130. Navalón, Antonio. Paren el mundo que me quiero enterar. Guía para comprender los conflictos de nuestro tiempo.
Debate, Buenos Aires, 2010. Pág. 297.
131. http://www.imf.org/external/pubs/ft/weo/2012/02/weodata/index.aspx
Fuente: http://abordodahistoria.blogspot.com.ar/2010/09/infografico-terrorismo.html
“Es posible que el gobierno iraquí suministrara algún tipo de asistencia al reciente ata-
que sufrido por los Estados Unidos. Pero aun si las pruebas no acabaran vinculando
directamente a Irak con el ataque, toda estrategia tendiente a la erradicación del terro-
rismo y de sus patrocinadores tiene que incluir un resuelto esfuerzo por derrocar a
Saddam Hussein en Irak. Fracasar en ese esfuerzo significaría una temprana y tal vez
decisiva rendición en la Guerra contra el terrorismo internacional. Por eso los Estados
Unidos deben proporcionar pleno apoyo militar y financiero a la oposición iraquí. La
fuerza militar norteamericana debería usarse para lograr una ‘zona segura’ en Irak,
una zona desde la que la oposición pudiera operar. Y las fuerzas norteamericanas
PARTICIPACIÓN EN EL FORO Nº 6
http://www.youtube.com/watch?v=btE04hGAChE
133. Texto citado en Proyecto para el Nuevo Siglo Norteamericano (disponible en: http://www.new
amercancentury.org/Bushletter.htm). Op. Cit. Pág. 417.
134. Todorov, Tzvetan. El nuevo desorden mundial. Península, Barcelona, 2008. Pág. 23.
LECTURAS OBLIGATORIAS
Completar el desarrollo de esta unidad con la siguiente bibliografía digitalizada:
- Barbero, María Inés, et al. Historia Económica Mundial. Del Paleolítico a Internet.
Emecé, Buenos Aires, 2007. Págs. 442 a 461
- Hobsbawm, Eric. Guerra y Paz en el siglo XXI. Crítica, Barcelona, 2007. Págs. 19 a
40 y 131 a 151.
- Martín Martín, Victoriano (Coordinador). Lecciones de Historia Económica.
McGraw-Hill, Madrid, 2006. Págs. 233 a 243.
135. El presente glosario fue elaborado sobre la base de: es.wikipedia.org.; Bobbio, Norberto; Mateucci, Nicola; Paquino, Gian-
franco. Op. Cit. y Mochón, Francisco; Beker, Víctor. Op. Cit.
BIBLIOGRAFÍA
- ABC de las Naciones Unidas. Siglo XXI, Buenos Aires, 2012.
- Amadeo, Mario. Manual de Política Internacional. Los principios y los hechos.
Abeledo-Perrot, Buenos Aires, 1979.
Edición © UCASAL
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