Está en la página 1de 64

HONDURAS: CRECIMIENTO, POBREZA E

INEQUIDAD

Pedro Morazán
Instituto SUEDWIND

Primer Borrador

Siegburg Julio de 2004


Contenido

Introducción ......................................................................................................................... 3
I. Contexto Histórico y Condiciones Iniciales ................................................................ 5
1.1. Inequidades y el Acceso a la Tierra .................................................................. 5
1.2. Industrialización y la Estrategia de Sustitución de Importaciones ................ 6
1.3. Primeras Reformas Estructurales .................................................................... 9
1.4. Relación General entre Crecimiento, Pobreza e Inequidad ............................ 11
II. Análisis del Crecimiento, su Impacto en la Distribución y la Pobreza en Honduras . 12
2.5. Pobreza y Estadísticas en Honduras ................................................................ 12
2.6. El Impacto del Crecimiento ............................................................................. 12
2.7. Perfil de la Pobreza y Correlaciones Clave de la Pobreza ................................ 17
2.8. Pobreza e Inequidad ........................................................................................ 19
III. Factores que Afectan la Participación de los Pobres en el Crecimiento ..................... 24
3.9. Introducción ..................................................................................................... 24
3.10. Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) ........................................................ 24
3.11. Participación de los Pobres en el Desarrollo Rural ......................................... 26
3.12. Participación de los Pobres en el Mercado Laboral Urbano ........................... 28
3.13. Gasto Público y Condiciones Sociales .............................................................. 30
3.14. Las Instituciones y la Economía Política ......................................................... 31
3.15. Género e Inequidad .......................................................................................... 32
IV. Intercambios entre el Crecimiento y el Crecimiento a Favor de los Pobres ............... 33
4.16. Crecimiento a Favor de los Pobres en Honduras ............................................ 33
4.17. Descomposición del Crecimiento: Cambios en la Pobreza e Inequidad ......... 34
V. Comentarios y Recomendaciones para la Definición de Políticas .............................. 39
5.18. Recomendaciones para la Definición de Políticas ........................................... 39
5.19. ¿Sufrimiento en la Actualidad y Esperanza en el Futuro? .............................. 42
5.19.1. ¿Cómo se mide la pobreza? ............................................................... 43
5.19.2. Crecimiento a Favor de los Pobres y la Visión del Desarrollo
Humano ............................................................................................. 45
5.19.3. Crecimiento a Favor de los Pobres y Globalización .......................... 45
Referencias ............................................................................................................................ 47
Tablas .................................................................................................................................... 50

2
Introducción
Un país con sólo aproximadamente 6 millones de habitantes y una economía fundamentada
en el café, bananos y productos de Zonas de Procesamiento de Exportaciones generalmente
se encuentra como beneficiario de las estructuras del comercio y de las finanzas globales. Los
acreedores de cerca del 70% de la deuda de Honduras son el Banco Mundial y el FMI, así
como otros bancos multilaterales de desarrollo.

Este estudio de las políticas de “crecimiento a favor de los pobres” de Honduras concluye que
el país requiere revolucionar sus políticas financieras, comerciales y distributivas con el
propósito de cumplir con las Metas de Desarrollo del Milenio (MDM) y asegurar el
cumplimiento de los postulados fundamentales de los Derechos Humanos económicos,
sociales y culturales.

Este demuestra que simplemente un acceso socialmente más equitativo a recursos como la
tierra, crédito, educación, salud y agua, podría ser un factor de crecimiento formidable
tomando en cuenta su historia reciente. Los ministerios, tribunales, policía, bancos, y una
administración y gobiernos locales descentralizados podrían haber motivado este crecimiento
desde abajo, si hubiesen sido más transparentes, participativos, descentralizados y
democráticos, y si hubiesen entregado a los pobres los reducidos recursos que se les habían
confiado. También, es urgente un proceso de apropiamiento social de abajo hacia arriba en
la definición de políticas fiscales, financieras y comerciales.

Es necesario priorizar en el presupuesto el financiamiento de los costos anuales de las


acciones para satisfacer las MDM antes de asegurar el pago del servicio de la deuda. Sería
aún mejor que Honduras buscara una solución para la reestructuración ordenada de sus
deudas insostenibles. La creación de flujos externos no consistentes en deuda, como las
remesas, la inversión externa directa (IED) o la asistencia oficial para el desarrollo (AOD)
deben ser priorizadas en lugar de otros tipos de flujos externos. Cuando se compara con el
nivel de ingresos fiscales, el costo del Gobierno y de la administración en Honduras es
demasiado alto. Es urgente ampliar la base impositiva y el aumento de los ingresos. Las
políticas de creación de demanda pueden producir mayores retribuciones a los pobres en
Honduras si son complementadas con un reordenamiento institucional adecuado, como un
sistema bancario con dos niveles eficientes que dé un tratamiento preferencial a los sectores
más pobres. El Estado debe asumir un papel más activo en el diseño y desarrollo de políticas
de crecimiento. Debe proteger su liquidez externa por medio del control del capital. Debe
proteger las industrias nuevas a través de aranceles y subsidios, mientras que al mismo
tiempo realiza acercamientos para la definición de acuerdos bilaterales de liberalización
comercial con países con niveles similares de productividad y desarrollo.

¿Porqué una organización de desarrollo originada de una Iglesia protestante participa en la


discusión sobre el crecimiento a favor de los pobres?

Hoy en día, las iglesias están conscientes de las causas y determinantes de la pobreza.
Mientras que siempre han apoyado el apropiamiento de los pobres en sus propios asuntos, su
perspectiva limitada de cambio demandaba la toma de las medidas adecuadas, como por
ejemplo, una perspectiva global. El surgimiento de plataformas nacionales de participación
en las discusiones sobre políticas, y la aplicación de programas como las ERP o los
Documentos de Estrategia de País y los Programas Nacionales de Indicadores (CSP/NIP) han
apoyado este proceso. Mediante la participación en discusiones multilaterales sobre el
crecimiento a favor de los pobres, el Servicio de las Iglesias Evangélicas en Alemania para el
Desarrollo (EED), espera contribuir a largo plazo con el surgimiento de una herramienta
flexible para la construcción de políticas macroeconómicas por parte de la Sociedad Civil.

3
Peter Lanzet
Asesor Principal de Políticas
EED
12 de julio de 2004

4
I. Contexto Histórico y Condiciones Iniciales
Cuando se discute sobre el contexto histórico del crecimiento, se debe analizar la herencia de
la época colonial, especialmente el tema de la propiedad de la tierra, así como las condiciones
específicas mediante las cuales las antiguas colonias se integraron en la economía mundial en
el siglo XIX. La estructura de las economías centroamericanas estaba esencialmente
determinada por, tanto la existencia de extensas fincas con una baja productividad, como la
alta dependencia en los dos productos principales de exportación: café y bananos.

Mientras que las fincas tradicionales se convirtieron en plantaciones para la exportación de


café en Guatemala y El Salvador, en Honduras se mantuvieron las estructuras tradicionales
(Torres-Rivas, E., 1971). Los cultivos de banano para exportación se establecieron en
Honduras en 1889, y rápidamente alcanzaron una influencia significativa en la economía y
política hondureña, lo que originó su famoso seudónimo de la “República Bananera”. Se
produjo un proceso de modernización y monopolización a partir de 1900, lo que llevó a la
producción bananera bajo el total control de dos consorcios internacionales, la United
Brands Company (Chiquita) y la Standard Fruit Company (Dole), que establecieron las
plantaciones bananeras más grandes del mundo durante esa época. Algunos años después,
durante los sesentas, sus inversiones se expandieron más allá de las plantaciones bananeras,
y comenzaron a controlar segmentos significativos de la banca, industrias manufactureras y
de telecomunicaciones (Morazán, 1992).

Para propósitos de este estudio, es importante destacar que la producción bananera se


consolidó como una economía de enclave a lo largo del área costera de Honduras, creando
allí un dinámico polo de desarrollo (un “sector moderno”) con un reducido impacto en el
resto de la economía, y por lo tanto no fue capaz de lograr una transformación de los otros
sectores (“tradicionales”). La modernización de la infraestructura realizada por medio de la
introducción de ferrocarriles y la construcción de carreteras no se extendió al resto del país.
Al contrario, esta infraestructura estaba disponible solamente para las compañías bananeras
en el Norte, que establecieron altas tarifas para su uso e hicieron que fuera demasiado
costosa para otros usuarios. Hasta 1960, la industria bananera fue la fuente principal de
empleo y divisas para el país, mientras que el café, que aún se cultivaba, tenía un papel
secundario. El cultivo del café se desarrolló después que la exportación de bananos entró en
crisis, especialmente debido al brote de la enfermedad de la sigatoka (Morazán, 1992).

1.1. Inequidades y el Acceso a la Tierra

En el sector agrícola, las condiciones iniciales en Honduras no fueron diferentes a aquellas en


el resto de Centroamérica: una estructura inequitativa de la propiedad de la tierra. Los
primeros tres censos agrícolas (1952, 1974 y 1993) demuestran altos niveles de inequidad, y
este factor fue fundamental para su consolidación durante las últimas cinco décadas. De
acuerdo al PNUD, más del 75% de las propiedades cuentan con menos de 6 hectáreas de
tierra, que solamente es el 16.1% del total del área agrícola, mientras que las grandes
propiedades, que representan un 6.1% del total de propiedades, cuentan con más del 60% de
la tierra. En general, el coeficiente Gini de la distribución de la tierra en Honduras alcanza
un 77% (PNUD, 1998, 105).

El cuadro 1.1 incluye una comparación de los datos obtenidos por los tres censos. En
términos generales, puede decirse que los pobres carecen de un adecuado acceso a su recurso
más importante: la tierra.

Durante este período (1950-1990), no existía la voluntad política suficiente para promover
una reforma agraria que beneficiara a los campesinos pobres, a pesar del hecho que el país
contaba con un gran potencial debido a la existencia de enormes parcelas propiedad del
Estado y de gobiernos locales. En lugar de ello, a finales de los cincuentas, los reclamos de

5
los campesinos por una reforma agraria fueron rechazados debido a que muchos gobiernos
represivos los consideraron como parte de campañas comunistas (POSCAE/UNAH, 33).

Cuadro 1.1. Honduras: Evolución de la Propiedad Rural y el Acceso a la Tierra


(1952-1993)

1952 1974 1993


Absoluto % Absoluto % Absoluto %
Sectores (Número de (Número de (Número de
Propiedades) Propiedades) Propiedades)

Total 195,952 100 303,291 100 465,582 100


Trabajadores Bananeros 20,800 11 18,000 6 22,000 5
Sin Tierra 19,077 10 89,955 30 126,383 27
Menos de 1 hectárea 15,394 8 33,771 11 80,088 17
1 a 5 hectáreas 73,617 38 91,010 30 147,573 32
5 a 50 hectáreas 60,464 31 62,654 21 77,701 17
50 o más hectáreas 6,600 3 7,901 3 11,837 3

Fuente: Censos Nacionales Agropecuarios 1952, 1974 y 1993.

Posteriormente, después de fuertes protestas, el gobierno militar de Oswaldo López Arellano


inició un proceso de reforma de tierras: entre 1962 y 1990, el Instituto Nacional Agrario
(INA) entregó 376,457 hectáreas a un total de 66,076 beneficiarios, equivalente a un 10% del
total de la superficie agrícola, con un promedio de 5.7 hectáreas por cada favorecido. Más de
un 80% de las tierras entregadas fueron granjas comunitarias (Moreno, 1993, 17). En
opinión de muchos expertos, la reforma agraria no satisfizo las necesidades para un
desarrollo sostenible debido a la falta de medidas complementarias efectivas: fortalecimiento
de capacidades, asistencia técnica y acceso a créditos. En consecuencia, muchos beneficiarios
perdieron nuevamente la tierra que se les había otorgado.

1.2. Industrialización y la Estrategia de Sustitución de Importaciones

Sustitución de Importaciones

Bajo la influencia de la CEPAL, se implementó la estrategia de sustitución de importaciones


en Honduras entre 1950 y 1989. El desarrollo del sector industrial fue el núcleo de esta
estrategia, mientras que la agricultura desempeñó un papel secundario como el proveedor de
materias primas y granos básicos baratos para el sector industrial y las áreas urbanas. Las
siguientes fueron las medidas más importantes ejecutadas por el gobierno (Sierra y Ramírez,
1994, 55):

• El sector industrial recibió un tratamiento preferencial y fue protegido intensamente;


se priorizaron las empresas creadas durante este período.

• La promoción de nuevos productos agrícolas para la exportación con un alto potencial


de comercialización en los mercados mundiales, como el algodón, ganado y azúcar.

• Una activa participación en el Mercado Común Centroamericano (integración


regional).

• La transformación de las estructuras agrícolas para crear una estabilidad social y para
promover una economía de mercado en el sector rural.

Durante los sesentas, se aplicó una “estrategia hacia adentro” en Honduras. El sector público
cumplía con su función estratégica de estimular un proceso de industrialización a través de
diversas medidas, como la introducción de barreras arancelarias, la sobre-valoración de la

6
tasa de cambio, y la restricción del circulante a favor de las importaciones de capital. La
agricultura, como proveedor de materias primas, la mano de obra y los superávit financieros
logrados por medio de la exportación de productos tradicionales, tenían solamente un papel
secundario.

Durante mucho tiempo, la base de la estructura económica fue influenciada por la


producción bananera en el norte del país. Consecuentemente, se formaron dos polos de
desarrollo, uno en el norte y otro en el centro, con Tegucigalpa como la capital política. Con
la construcción de la Carretera del Norte, se estableció una importante conexión entre la
capital política del país y San Pedro Sula-Puerto Cortés en la región bananera. Vastas zonas
geográficas en el occidente del país, donde se concentraba la mayoría de la población, fueron
excluidas de los beneficios que se lograron durante la primera etapa de exportación de
productos tradicionales. Con la creación de Zonas de Libre Comercio (ZOLI) en 1976, se
promovieron las primeras áreas de libre exportación.

La nueva estrategia tuvo efectos negativos en el sector agrario porque la intervención del
Estado en el control de los precios a través del Instituto Hondureño de Mercadeo Agrícola
(IHMA) distorsionó el mercado de productos agrícolas. Por lo tanto, el índice estándar de
precios para el productor agrícola se redujo en un 3% anual, provocando una reducción de
más de 30% de los precios relativos. La producción de este sector apenas creció un 2.6%
anual, mientras que la de productos tradicionales aumentó sólo un 1.6% (BCH, Honduras en
Cifras). Los productores a larga y mediana escala se beneficiaron de la constancia de los
precios debido a que, a diferencia de los productores a pequeña escala, ellos tenían mayor
acceso a los centros de compra y almacenamiento (Thorpe, 1995, 84/85). El reducido
crecimiento del producto nacional bruto agrícola produjo una reducción sustancial de los
ingresos del sector y un aumento de la pobreza rural.

Crédito y Desarrollo Rural

El financiamiento del sector agrario demuestra una gran concentración en el sector agrícola y
ganadero para la exportación, que absorben hasta un 80% de los créditos proporcionados,
mientras que el rubro de granos básicos que comprende más de un 20% de la producción
agrícola recibió sólo un 11.6% de la cartera de préstamos.

Cuadro 1.2. Destino de los Préstamos Agrícolas


(como porcentaje del total de préstamos)

Rubro 1970 1975 1980 1989 Promedio


Granos Básicos 9.6 16.5 13.1 9.9 11.6
Agricultura de Exportación 37.6 29.8 51.8 32.9 38.0
Ganadería 43.9 41.8 24.9 41.7 38.1
Otros 8.9 11.9 10.2 15.5 11.6

Fuente: Wattel, C., (1994): Financiamiento rural alternativo

En Honduras, la cobertura del financiamiento bancario para el sector de granos básicos fue el
más bajo en Centroamérica durante las últimas cuatro décadas, a pesar del hecho que en el
mismo período su economía tuvo el mayor nivel de monetización. Esto ocasionó un
incremento de los préstamos informales de usura (Wattel, págs. 28/29). Las funciones del
crédito como herramienta para el desarrollo fueron generalmente malinterpretadas durante
ese período. Las instituciones internacionales priorizaron los márgenes de ganancia y el
financiamiento de actividades para la exportación, mientras que las instituciones
gubernamentales ignoraron la situación de la agricultura de subsistencia, facilitando
subsidios implícitos al sector agrícola a larga escala.

7
Aspectos Institucionales

El Estado controlaba el proceso de sustitución de importaciones. Por una parte, su


intervención consistía en un control directo de los recursos estratégicos por parte de la
Corporación Hondureña de Desarrollo Forestal (COHDEFOR) para el sector forestal, del
Instituto Nacional Agrario (INA) para el sector agrícola, del Banco Nacional de Desarrollo
Agrícola (BANADESA) que proveía créditos al sector agrícola, etc. Un aspecto importante de
la intervención estatal fue la comercialización de productos agrícolas para el consumo
interno, que se originaban generalmente de empresas pequeñas y medianas. Por otro lado, el
gobierno congeló los precios y monopolizó la comercialización en el mercado interno. Esto
causó la disminución de las ganancias de las actividades de cosecha y ganadería, una
contracción de las economías rurales, y un aumento de la pobreza rural.

Durante este período, la administración de bosques por la COHDEFOR no fue efectiva para la
prevención de la deforestación: entre 1964 y 1986, casi dos millones de hectáreas de bosque
fueron destruidas debido a la tala de árboles e incendios, así como al contrabando de parte de
compañías madereras (Gobierno de Honduras, 1992).

Industrialización y Desarrollo Urbano

Se crearon nuevas posibilidades de empleo cuando se expandió la producción de bienes


agrícolas para exportación. Sin embargo, este hecho no motivó la integración de varios
sectores al mercado nacional (Morazán, 1992, pág. 90 y subsiguientes). La migración de
población rural a centros urbanos contribuyó al crecimiento de éstos y al aumento de la
pobreza rural, debido a que los mercados laborales de las ciudades no pudieron absorber a
los recién llegados (Cuadro 1.3).

Cuadro 1.3. Crecimiento de la Población Urbana en las Ciudades Principales

Ciudad 1950 1961 1967


Absoluto % Absoluto % Absoluto %
Tegucigalpa 72,385 42.9 134,075 44.8 188,044 44.7
San Pedro Sula 21,139 12.5 58,632 19.6 102,182 24.3
Otras 74,983 44.6 106,366 35.6 130,573 31.0
Total 168,507 100 299,073 100 420,799 100

Fuente: Murga Frassinetti (1975)

La estrategia de sustitución de importaciones estimuló un relativo crecimiento industrial,


especialmente entre 1960 y 1975. Sin embargo, este crecimiento no fue capaz de absorber a
la creciente fuerza laboral disponible, y estaba profundamente concentrado. En 1968, sólo
existían 498 compañías industriales que empleaban un promedio de 42 personas. En
conjunto, el sector textil absorbía sólo el 39% de la fuerza laboral, mientras que el sector de
artesanía empleaba al 61%, con una productividad laboral mucho menor (ver Murga
Frassinetti, 1975, pág. 76).

Es importante señalar que este proceso motivó el crecimiento del llamado sector urbano
informal. A medida que los bajos niveles de industrialización en las ciudades y las bajas tasas
de exportación limitaron la absorción de la población que emigraba de las áreas rurales a las
urbanas, surgieron fuentes de trabajo informal, particularmente en las dos ciudades más
grandes del país: Tegucigalpa y San Pedro Sula.

8
Cuadro 1.4. Honduras: Empleo en el Sector Industrial, Producción y Productividad de
acuerdo a los Sectores Productivos

PIB Industrial Empleo en el Sector Productividad


(1,000 pesos Industrial (pesos centroamericanos
centroamericanos de 1970) (1,000 empleados) de 1970)
Total Industria Artesanía Total Industria Artesanía Total Industria Artesanía
1962 57.5 34.4 23.1 44.9 15.3 29.6 1,281 2,248 780
1968 92.3 65.6 26.7 57.3 20.9 36.4 1,611 3,139 734
1975 133.3 112.0 21.3 78.7 36.8 41.9 1,694 3,043 508

Fuente: PREALC (1986)

Subempleo, Ingreso y Pobreza en el Sector Urbano

De acuerdo a la definición del PREALC, por una parte el subempleo consiste en la falta de
oportunidades para obtener un empleo a tiempo completo, y por otra, a aquellos que a pesar
que trabajan durante una semana laboral completa, no logran el ingreso necesario para
satisfacer sus necesidades básicas.

Para el año 1982, el Sector Urbano Informal (SUI) empleaba a más de un tercio de las
personas con empleo en áreas urbanas en Honduras. Los problemas principales de los
productores y empresarios a pequeña escala del SUI en Honduras se relacionan con sus
posibilidades de obtener los recursos que requieren para producir (créditos, capacitación,
equipo y materias primas), y con el nivel de demanda de sus productos y a las leyes existentes
(PREALC, 1986).

1.3. Primeras Reformas Estructurales

Durante las décadas de los setentas y ochentas, se manifestaron los primeros síntomas
evidentes de la emergente crisis de la estrategia de sustitución de importaciones, en la cual el
Estado era el principal inversionista. La economía y la agricultura en Honduras fueron
afectadas por una gran crisis en los ochentas. Con una tasa de crecimiento promedio de 9%
en los setentas, el sector agrícola sólo creció un 0.6% durante la primera mitad de los
ochentas. Las exportaciones de bienes y servicios disminuyeron un 0.7% en el mismo
período, aunque previamente habían experimentado un crecimiento promedio de 9.8% hacia
finales de los setentas (Banco Central de Honduras). Una de las principales causas de esta
crisis fue la fluctuación de los precios del café y banano, los principales productos de
exportación de la economía hondureña hasta esa época.

Sin embargo, muchas reformas fueron pospuestas debido a la crisis política que afectaba a la
región centroamericana (INTERFOROS, 2001, 29). No fue sino hasta principios de los
noventa que Honduras inició un proceso de reformas estructurales, a partir de 1992 con la
devaluación del Lempira, y el comienzo de la privatización y liberación del comercio y las
finanzas.

En el Sector Agrícola:

En economías como la hondureña, existen dos hipótesis que explican el estancamiento del
sector agrícola: i) la falta de incentivos para los productores, y ii) la inseguridad de la
tenencia y propiedad de la tierra (POSCAE/UNAH, 83). La Ley de Modernización Agrícola
aprobada en 1992 (conocida como la Ley Norton, quien fue la persona comisionada por la
USAID para su redacción) interrumpió el intento de redistribución por medio de la reforma
agraria. Esta pretendía resolver uno de los problemas del sector agrícola: la producción
insuficiente, pero al mismo tiempo, agravó el otro grave problema: la inequidad en el sector
rural.

9
De acuerdo a la Ley Norton, se aplicó una acelerada liberalización del sector, priorizando la
producción a gran escala para la exportación, en detrimento de la producción de granos
básicos a pequeña escala, para resolver el fracaso de las políticas de intervención estatal de
años anteriores. Simultáneamente, el principal producto tradicional, el café, era víctima de la
irregularidad de los precios del mercado internacional: solamente en 1992, las pérdidas de
los productores de café llegaron a un 21% a consecuencia de la reducción de los precios.
Respecto a la elaboración de la Ley Norton y su proceso de aplicación, se pueden establecer
las siguientes conclusiones:

• No existe apropiamiento, porque la Ley Norton fue elaborada casi exclusivamente por
la USAID, con el beneplácito del FMI, del BM y del BID. El gobierno no contaba con
el recurso humano con la suficiente experiencia para intervenir adecuadamente, e
incorporar su propia visión.

• Existen considerables conflictos de intereses entre las diferentes instituciones


gubernamentales, y casi no ha habido discusión alguna entre ellos sobre el impacto de
esta ley.

• La FENAGH (la organización de los grandes propietarios de tierras y ganaderos)


apoyó la aprobación de esta ley.

• Los campesinos, tradicionalmente bien organizados pero considerablemente


divididos, reaccionaron de diversas maneras: un grupo de organizaciones campesinas
(CNTC, ACAN, ANACH) se opusieron completamente al llamado consenso agrario,
mientras otros expresaron su apoyo (COCOCH, CONCADH).

Finanzas:

Históricamente, el sistema financiero en Honduras ha sido enormemente regulado. Al


mismo tiempo, en 1992 se dio la liberalización de las tasas de intercambio y de intereses sin
el establecimiento de una adecuada estructura institucional. Las tasas de mercado
aumentaron de un 17% a un 28% en término de un año mientras que las tasas de ahorro se
mantuvieron estáticas en casi un 9% (Thorpe, 1996, 230). Sólo existía un mecanismo de
intervención a disposición del Banco Central (BCH), el ajuste del encaje legal (que consiste en
una forma de requisito de reserva)1, que resultó ser poco efectivo, debido a que los bancos
crearon entidades financieras fuera del control del BCH. A finales de 1995, más del 20% de la
oferta monetaria (M2) era manejada por entidades financieras ilegales controladas por
bancos privados. No fue sino hasta pasada la mitad de los noventas que se realizaron
esfuerzos para crear instituciones reguladoras en concordancia con los bancos privados. Sin
embargo, esto no previno el colapso del sistema financiero (Evans T., pág. 41).

Por otro lado, tanto el Banco Mundial como el BID influyeron decididamente para la
privatización del Banco Nacional de Desarrollo Agrícola (BANADESA), cuya cartera se había
deteriorado debido a la mora de grandes créditos proveídos particularmente a productores a
gran escala, lo que afecta también a los créditos menores al sector agrícola. Con la reducción
del canon de la reserva legal que se acordó con los bancos, la mayor parte del crédito se dirige
hacia la importación de bienes de consumo, que produce las ganancias más altas, mientras
que el sector agrícola sufre de la falta de acceso al crédito y al financiamiento.

1 Cuando se llega a un determinado nivel de aumento, los bancos están obligados a colocar un monto mayor de
depósitos en el Banco Central.

10
1.4. Relación General entre Crecimiento, Pobreza e Inequidad

El crecimiento económico estimulado por la estrategia de sustitución de importaciones no


redujo la inequidad social, aunque disminuyó escasamente los niveles de pobreza. En lugar
de promover la interacción entre diversos sectores, amplió la brecha entre los sectores
urbanos y rurales. Los mercados internos se desarticularon en lugar de integrarse, y el
sobreprotegido sector industrial produjo beneficios para los grupos de ingresos altos y
medios. Utilizando las asequibles políticas crediticias, el gobierno le facilitó gran parte de los
beneficios y privilegios a los agricultores a gran escala, ampliando así aún más la brecha entre
la agricultura comercial a gran escala y la de los pequeños campesinos (Moreno A., 1994, pág.
12).

11
II. Análisis del Crecimiento, su Impacto en la Distribución y
la Pobreza en Honduras
El cálculo de los indicadores de pobreza e inequidad depende de cómo se definen los
conceptos riqueza y bienestar, y los métodos estadísticos que son aplicados. En consecuencia
es muy importante iniciar con un análisis de las cifras existentes. Uno de los progresos de la
ERP es que por primera vez se ha intentado utilizar una definición multidimensional de
pobreza en Honduras. Aunque las estimaciones oficiales del gobierno y de los organismos
internacionales que contribuyeron en la elaboración de la ERP –y las reformas
macroeconómicas apoyadas por el PRGF– facilitaron información clave sobre el estado de la
pobreza, no dieron explicaciones claras sobre el tema de inequidad, especialmente la
económica. Para ser específicos en cuanto al crecimiento a favor de los pobres, es necesario
analizar el crecimiento y sus componentes, así como su impacto en la pobreza y la inequidad.

2.5. Pobreza y Estadísticas en Honduras

Los métodos utilizados para calcular los indicadores de pobreza influencian la evaluación del
impacto del crecimiento sobre la pobreza e inequidad. Cada año, la Secretaría de
Planificación (SECPLAN) que forma parte del Ministerio de la Presidencia realiza un análisis
de los niveles relativos de pobreza, en el cual los hogares a nivel nacional son calificados
como “por debajo de la línea de pobreza” (subdivididos a su vez en “indigentes” y “pobres”) y
“no pobres”. Entre los principales índices analizados están los precios de la canasta básica de
consumo (divididos por región), un censo anual de gasto de los hogares, la proporción de los
gastos totales en alimentos para el consumo en el hogar, ingresos reportados y estimados no
reportados, e ingreso real ajustado por región.

Con la ejecución de la ERP, la Unidad de Asistencia Técnica (UNAT) del Ministerio de la


Presidencia ha tenido un papel más activo en la elaboración del estudio de pobreza en
Honduras. Estas evaluaciones proveen las cifras oficiales que son incluidas en los
documentos ERP aprobados por el Banco Mundial. Ellas están basadas en el método de
definición de una línea de pobreza, a pesar que el Banco Mundial y el PNUD consideran
también otras dimensiones de pobreza que han incluido en su metodología de Necesidades
Básicas Insatisfechas (NBI) y en su metodología integrada.

La base estadística principal para estas metodologías es la Encuesta Permanente de Hogares


de Propósitos Múltiples (EPHPM), que se realiza dos veces al año por el Instituto Nacional de
Estadística (INE). En el presente estudio, utilizaremos los mismos datos estadísticos con la
única diferencia que nuestro análisis se basa en la línea de pobreza calculada por CEPAL (ver
CEPAL, 2001), en lugar de la que emplea el Banco Mundial.

2.6. El Impacto del Crecimiento

El crecimiento en términos del PIB per cápita en Honduras durante los noventas ha sido muy
lento e irregular. El crecimiento per cápita alcanzó su clímax en 1993 con un 3.3%, mientras
que en 1994 disminuyó considerablemente en 4%, y también en 1999 en 4.3%. Entre 1991 y
2002, la tasa promedio de crecimiento del PIB per cápita fue de apenas un 0.3% (ver ERP,
pág. 21 y CEPAL, 2003b, cuadro 1).

12
Cuadro 2.1. Tasa de Crecimiento del PIB, Población y PIB Per Cápita (en %)

Año Población PIB PIB per cápita


1991 3.0 3.3 0.3
1992 2.9 5.6 2.6
1993 2.9 6.2 3.3
1994 2.8 -1.3 -4.0
1995 2.7 4.1 1.3
1996 2.7 3.6 0.9
1997 2.6 5.0 2.3
1998 2.5 2.9 0.3
1999 2.5 -1.9 -4.3
2000 2.4 5.0 2.5
2001 2.5 2.6 -0.7
2002 2.6 2.5 -0.8
Promedio 2.7 3.1 0.3

Fuente: ERP (pág. 21), en base a cifras de SECPLAN/DGEC.

En 2003, el crecimiento del PIB en Honduras fue de sólo 2.5%, lo que nuevamente significó
una reducción de los términos per cápita ya que la tasa de crecimiento poblacional fue más
alta. El crecimiento PIB per cápita en Honduras fue uno de los más bajos de América Latina,
sobrepasando solamente las tasas de crecimiento de Nicaragua y Haití, y similar a la lograda
por Bolivia. El crecimiento en Honduras depende significativamente de factores externos,
como el desarrollo de la economía de EE.UU. y, en menor medida, de la inversión interna. La
reciente disminución de las tasas de crecimiento está asociada con la caída de los precios
internacionales del café, así como con la contracción del crecimiento en la economía de
EE.UU. (CEPAL, 2003b). El comportamiento de las exportaciones como el café o artículos
de maquila depende principalmente de la demanda internacional que a su vez está
relacionada con el desarrollo en EE.UU., y sólo depende marginalmente de la tasa de
intercambio real. A pesar que se apreciaron algunas señales de recuperación de las
exportaciones, los sectores que producen para el mercado interno todavía no han alcanzado
un nivel adecuado. Esto demuestra que el desarrollo del sector externo no manifiesta un
resultado adecuado en la demanda interna, como resultado de la falta de interacción entre los
sectores de mercado de exportaciones y el de la economía interna.

Formación de Capital Bruto

En relación con los determinantes del crecimiento durante los noventas, el papel
fundamental en términos de la demanda fue desempeñado por la formación de capital bruto
(FCB) y las exportaciones. El dinamismo de la FCB fue determinado esencialmente por el
significativo crecimiento de los flujos de capital externo que Honduras recibió en 1995,
presumiblemente como resultado del establecimiento de las primeras maquilas para la
exportación, la apertura de las cuentas de capital y los procesos de privatización que se
iniciaron en ese entonces. La liberalización de las cuentas de capital y la estabilidad política
en los noventas produjo un aumento de la IED con tasas de crecimiento relativamente
dinámicas (ver cuadro 2.2).

Cuadro 2.2. Inversión Extranjera Directa y Cartera de Inversiones en Honduras


(millones de US$)

Año Total Inversión Extranjera Cartera de


Directa Inversiones
1980 5.7 5.8 -0.1
1981 -3.9 -3.6 -0.3
1982 13.6 13.8 -0.2
1983 21.2 21.0 0.2
1984 18.6 20.5 -1.9
1985 28.7 27.5 1.2

13
Año Total Inversión Extranjera Cartera de
Directa Inversiones
1986 29.0 30.0 -1.0
1987 39.2 38.6 0.6
1988 48.1 48.3 -0.2
1989 51.1 51.0 0.1
1990 43.6 43.5 0.1
1991 52.2 52.1 0.1
1992 47.7 47.6 0.1
1993 52.1 52.1 ---
1994 41.5 41.5 ---
1995 69.4 69.4 ---
1996 90.0 90.0 ---
1997 127.7 127.7 ---
1998 99.0 99.0 ---
1999 237.3 237.3 ---
2000 262.0 262.0 ---
2001 195.0 195.0 ---
(%)
1980-1990 22.6 22.3 ---
1990-2000 19.6 19.7 ---
1980-2000 21.1 21.0 ---

Fuente: CEPAL, en base a cifras oficiales, CEPAL, 2003a.

Un análisis detallado de los principales productos de exportación con destino a EE.UU.


demuestra que la producción maquiladora ha sido más importante en la economía
hondureña bajo una perspectiva socioeconómica y geográfica: el valor agregado contribuyó
con más de un 6% al PIB en 2002 (BCH, 2003), y con un promedio del 71.6% de la inversión
interna bruta entre 1990 y 2001, más del 5.5% de los empleos directos, 27.7% de los
dependientes directos y el 55.4% de los empleos indirectos en relación con la población
económicamente activa están relacionados con la maquila. Además, más del 68.7% de las
exportaciones hondureñas hacia EE.UU. en los diez años entre 1990 y 2000 fueron de
maquila (CEPAL, 2004).

Desde inicios de los ochentas, se ha dado tanto un alto porcentaje de importaciones en la


oferta total (OT), lo que demuestra una aplicación relativamente baja de la estrategia de
industrialización para la sustitución de importaciones (ISI), y una disminución de la
proporción de los bienes semi-terminados especialmente los bienes de capital, lo que no es
congruente con el aumento de la IED que se mencionó anteriormente. Esto puede significar
que la IED ha sido orientada especialmente a la compra de empresas existentes, dentro del
enfoque del proceso de privatización. Es importante señalar que la disminución relativa de la
inversión productiva fue resultado de la reducción de las importaciones de petróleo y
combustibles, mientras que la importación de inversiones intermedias especialmente para las
industrias maquiladoras pudo haberse mantenido en niveles altos (cerca de un 40%).

El Banco Mundial ha dicho: “El hecho que en Honduras el crecimiento económico es


importante para la reducción de la pobreza no significa que el crecimiento debe ser
promovido independientemente de su redistribución. Se pueden hacer dos consideraciones
en cuanto al papel de la redistribución en relación con el crecimiento. En primer lugar, una
alta inequidad inicial puede resultar en un subsiguiente crecimiento bajo, y en consecuencia
en una limitada reducción de la pobreza durante el período. Esto se debe en parte a que bajo
una alta inequidad, el acceso al crédito y a otros recursos se concentra en manos de los
privilegiados, lo que evita que los pobres puedan invertir o protegerse de situaciones
adversas. En segundo lugar, altos niveles de inequidad reducen los beneficios del
crecimiento para los pobres. Esto se debe a que una alta inequidad inicial reduce la
proporción de ganancias del crecimiento hacia los pobres. En un extremo, si una persona
cuenta con la totalidad de recursos, entonces cualquiera que sea la tasa de crecimiento, la
pobreza nunca se reducirá como resultado del crecimiento. En otras palabras, un alto nivel

14
de inequidad podría reducir (en términos absolutos) la elasticidad de la reducción de la
pobreza con relación al crecimiento. Estas dos consideraciones sugieren que en lugar de
entorpecer el crecimiento, unas políticas redistributivas bien diseñadas pueden promover el
crecimiento y aumentar los beneficios del crecimiento a favor de los pobres” (ver Banco
Mundial, 2000). Con estas consideraciones iniciales contradictorias, necesariamente surge
la siguiente pregunta: ¿cuál de las dos alternativas debería ser aplicada?

Cuadro 2.3. ERP de Honduras – Metas de Crecimiento y Gasto Social

Meta Indicador Información Años


Básica 2001 2002 2003 2004 2005 2015
PIB Real Tasa de 5.0 3.5 4.0 4.5 4.5 5.1 5.6
crecimiento del
PIB (2000)
PIB per cápita PIB/Población 2.5 1.1 1.6 2.1 2.2 2.7 3.7
(2000)
Población Tasa de 2.5 2.4 2.4 2.4 2.3 2.3 1.9
crecimiento
poblacional (2000)
Gasto Social Como % del gasto 44.0 45.0 46.0 47.0 48.0 50.0 50.0
total (2000)
Reducir la Tasa de pobreza 66.0 63.0 61.5 60.0 58.5 57.0 42.0
pobreza en un (1999)
24% Tasa de pobreza 49.0 47.0 45.0 43.0 41.0 39.0 25.0
extrema (1999)

Fuente: ERP, Honduras

Las metas de crecimiento económico establecidas en la ERP – Proyecciones para Honduras


(2001) fueron demasiado ambiciosas, especialmente si tomamos en cuenta el desarrollo de la
economía hondureña hasta la fecha. Se supone que el PIB crezca un 4.5% en 2004 y 2005, de
acuerdo a lo estipulado en la Carta de Intenciones aprobada por el FMI (pág. 5). El potencial
de tal crecimiento se basa en la probable participación de Honduras en el Tratado de Libre
Comercio entre Centroamérica y Estados Unidos (CAFTA). En el otro lado de la moneda, y
de acuerdo a proyecciones de expertos del FMI, el CAFTA provocará una disminución de 200
millones de Lempiras en recaudación de impuestos (FMI, 2004).

Efectos Sectoriales del Crecimiento

El sector manufacturero en Honduras se divide en tres segmentos: a) alimentos, bebidas e


industrias procesadoras de ropa, b) industrias procesadoras de bienes tradicionales de
exportación, y c) las industrias maquiladoras, que se han expandido dramáticamente en los
noventas pero que se han orientado principalmente hacia la producción de textiles con
reducida diversificación (más del 61.5% de su producción se relaciona con la producción de
textiles y ropa). Honduras cuenta con las industrias maquiladoras más grandes de
Centroamérica. En 2003, más de 252 compañías operaron en Honduras, empleando a más
de 105,556 personas (ver BCH, 2003).

Sin lugar a dudas, los cambios estructurales en Honduras durante los últimos 20 años fueron
muy modestos: la participación de los sectores comerciales solamente aumentó
marginalmente (de 16.2% en 1980, a 39.3 en 1990 y 39.8% en 2000) debido a un incremento
menor del PIB agrícola –entre un 19% y 20%– y un reducido aumento del peso de la
industria manufacturera (de 16.2% en 1980, a 17.1% en 1990 y 18.7% en 2000). Este último
aspecto se debe probablemente a la acentuación de la importancia de las industrias
maquiladoras de exportación las que, aparte de generar empleo, casi no tienen ningún efecto
en el valor agregado en el país. Con respecto a los no comerciales, se ha dado un amplio
incremento de la contribución relativa del rubro de transporte y telecomunicaciones (de 3.8%
en 1980, a 4.9% en 1990 y 5.4% en 2000) como resultado del proceso de privatización

15
aplicado durante los noventas. De igual forma, ha habido un aumento significativo de la
contribución de los servicios financieros (de 10.1% en 1980, a 12.4% en 1990 y 15.4% en
2000) coincidente con la apertura de las cuentas de capital, como resultado de una reducción
significativa de las contribuciones de los sectores de construcción, comercio y turismo,
particularmente de los servicios comunitarios y personales (ver Ros, J. 2004).

Exportaciones y Remesas

Las exportaciones fueron la otra fuente dinámica de crecimiento desde la perspectiva de la


demanda agregada. El cuadro 2.4 demuestra la evolución de las exportaciones en relación
con el PIB durante las últimas dos décadas. Esta evolución presenta claras tendencias:
Honduras vio la disminución de sus coeficientes de exportaciones a un 39.6% en 2000.

Cuadro 2.4. Honduras: La Importancia del Sector Externo

Año Exportaciones/PIB Importaciones/PIB (Exportaciones +


Importaciones)/PIB
1980 56.6 61.2 117.8
1981 56.8 52.9 109.7
1982 51.5 40.8 92.3
1983 52.2 42.1 94.2
1984 50.2 47.1 97.2
1985 52.2 45.8 98.0
1986 52.2 47.4 99.6
1987 50.9 46.1 97.0
1988 48.1 47.3 95.4
1989 48.1 45.6 93.7
1990 48.4 44.4 92.8
1991 46.2 45.8 92.0
1992 47.1 46.5 93.6
1993 43.5 46.5 90.0
1994 39.9 47.9 87.8
1995 43.7 48.1 91.8
1996 45.6 47.5 93.1
1997 44.0 44.6 88.6
1998 43.3 46.5 89.7
1999 39.0 49.2 88.2
2000 39.6 48.7 88.3
2001 40.1 49.1 89.2

Fuente: CEPAL, 2003b

Un análisis más profundo de las estructuras de exportación impuestas a consecuencia de la


apertura de las cuentas corrientes demuestra que el factor dinámico, especialmente en los
noventas, es la exportación de compañías maquiladoras que producen manufacturas en
menoscabo de la importancia de las exportaciones tradicionales agrícolas (ver cuadro 2.5).
Las exportaciones tradicionales hondureñas han enfrentado la disminución de sus términos
de intercambio (bananos y café), pero se han diversificado en otros productos como el
camarón, pero no previno la disminución de su importancia relativa. Las manufacturas,
particularmente de las maquilas, han aumentado notablemente su peso relativo de 0% en
1990 a 28.8% en 2000, así como el incremento de las exportaciones de productos de minería
(ver cuadro 2.5).

16
Cuadro 2.5. Honduras: Estructura de las Exportaciones, 1980, 1990 y 2000
(en millones de US$ a precios de 1995)

1980 1990 2000


Millones de % Millones de % Millones %
US$ US$ de US$
Exportaciones de 21.5 2.4 3.7 0.3 653.1 31.0
manufacturas
Maquila --- --- --- --- 605.0 28.8
No maquila 21.5 2.4 3.7 0.3 48.1 2.3
Exportaciones primarias 677.7 76.9 1,085.9 82.1 865.1 41.1
Agricultura 624.6 70.9 104.2 75.9 806.4 38.3
Minería 53.1 6.0 81.7 6.2 58.7 2.8
Otros (remesas) 182.1 20.7 232.7 17.6 586.1 27.9
Total 881.3 100.0 1,322.3 100.0 2,104.3 100.0

Fuente: CEPAL (2002), sobre la base de cifras oficiales.

Con la eliminación de las cuotas desde 1995 y el final de los Acuerdos Multifibras (AMF) en
2005, se espera que las importaciones de textiles de Asia, especialmente de China, aumenten
sustancialmente su aportación en las importaciones de EEUU a corto plazo. Además,
considerando que la demanda de bienes de la industria textil se reducirá a mediano plazo,
países como Honduras enfrentarán una competencia más intensa en esos mercados.

El factor productividad en el sector maquila y en los no comerciales relacionados con ella ha


aumentado, lo que ha generado diferencias significativas de la productividad tanto en el
sector de exportación de manufacturas modernas y en el sector tradicional de la economía
relacionado con la maquila. El resultado de ello ha sido la creación de un nuevo sector de
“enclave” con alta productividad y una escasa relación con el resto de la economía doméstica.
Esto ha tenido un profundo impacto en la distribución de ingresos así como en la
recuperación del crecimiento económico en los noventas, lo que ha afectado negativamente
en los índices de pobreza.

Remesas

Cuando se perciben los flujos de capital que ingresan al país, es importante considerar el
monto de las remesas enviadas por trabajadores migrantes del exterior. La “exportación de
la fuerza laboral” a través de la migración internacional ha producido un considerable
aumento de las remesas al país. Al mismo tiempo, el gobierno ha intentado utilizar una tasa
de cambio nominal con respecto al US$ para controlar la inflación. Sin embargo, los flujos de
remesas y la IED han puesto presión para la devaluación de la moneda nacional. Esto podría
ocasionar una considerable fluctuación en el sector externo generando una sobrevaloración
de la tasa de cambio real, y por lo tanto, aumentaría la presión para un ajuste estructural.
Esto ocasionaría un deterioro en la distribución de los ingresos y disminuiría el poder de
compra de los salarios.

2.7. Perfil de la Pobreza y Correlaciones Clave de la Pobreza

Para obtener resultados comparables, hemos utilizado el método más común para estimar los
dos indicadores principales de pobreza con relación a los ingresos en Honduras. Calculando
la población (Po), la brecha de pobreza (P1) y la severidad de la pobreza (P2), esta
investigación demuestra los resultados obtenidos de esta evaluación en relación al ingreso
per cápita de los hogares hondureños. Este ejercicio toma en cuenta solamente el ingreso.
Los estimados están basados en las líneas de pobreza utilizadas por CEPAL:

Se logró progreso en cuanto a la reducción a la pobreza especialmente al inicio de los


noventas, mientras que a finales de esta década, la pobreza aumentó nuevamente como

17
resultado del impacto negativo del huracán Mitch. Los resultados del Banco Mundial
muestran un progreso menor para la reducción de la pobreza que los cálculos del gobierno
porque ellos ajustan sus cifras en los casos que no existe información disponible, lo que es
muy común en las encuestas de hogares (por ejemplo, algunos sectores, como los niños de la
calle, generalmente no son incluidos). Por lo tanto, entre 1990 y 1999 ha habido cambios
menores sobre la situación de pobreza en Honduras si las cifras son ajustadas al consumo y a
la falta de información. Obviamente, las estadísticas para el año 1999 son influenciadas por
el impacto del huracán Mitch en los hogares hondureños.

Cuadro 2.6. Mediciones de Pobreza, no ajustadas (como % de la población total)

Extrema Moderada
Brecha de Índice de Brecha de Índice de
Población Pobreza Severidad Población Pobreza Severidad
Po P1 P2 Po P1 P2
Mayo 1990 65.07 35.88 24.06 84.80 56.47 42.44
Mayo 1993 52.58 25.03 15.16 80.42 46.90 32.34
Oct. 1995 62.88 37.98 28.46 83.67 56.88 44.21
Sept. 1996 60.65 30.93 19.64 82.40 51.19 36.72
Junio 1997 58.07 29.34 18.73 82.87 50.99 36.50
Sept. 1997 59.51 33.54 23.72 82.50 53.34 40.07
Mayo 1998 59.48 34.25 24.74 81.85 53.42 40.56
Sept. 1998 56.74 32.01 22.90 79.88 51.27 38.42
Mayo 1999 60.36 34.49 24.84 82.13 53.81 40.86
Sept. 1999 57.07 33.41 24.45 79.74 51.86 39.48
Mayo 2001 42.49 21.67 14.06 66.34 38.72 27.31
Sept. 2001 49.77 27.29 18.46 72.27 44.96 32.99
Mayo 2002 45.68 23.11 14.92 70.21 41.41 29.18
Sept. 2002 47.08 25.69 17.47 70.48 42.92 31.29
Marzo 2003 48.16 25.26 16.57 71.66 43.52 31.24
Sept. 2003 45.73 21.95 13.54 68.03 40.92 28.41

Fuente: SUEDWIND, estimaciones del autor utilizando las EPHPM y las líneas de pobreza de CEPAL.

Como puede apreciarse, la reducción de la pobreza aparece aquí en proporciones más altas
que los cálculos realizados por el gobierno. Los niveles de pobreza son considerablemente
más altos en nuestros cálculos: en 1990, el índice de pobreza moderada era de 84.1%, y de
extrema pobreza de 65.1%. En 1999, cerca del 80% de la población era afectada por la
pobreza y no sólo el 48.7% como fue estimada por el gobierno de Honduras. Tal diferencia se
debe parcialmente a las líneas de pobreza utilizadas como base para los cálculos, así como a
posibles errores estadísticos de la EPHPM en sus años iniciales, los que se han reducido en
años más recientes como resultado de una mejor aplicación de las técnicas de recolección de
datos.

18
Cuadro 2.7. Coeficientes de Bienestar y Mediciones de Pobreza, Nacional

No Ajustadas No Ajustadas Ajustadas al Consumo Ajustadas al Consumo


Extrema Moderada Extrema Moderada
W Po P1 P2 W Po P1 P2 W Po P1 P2 W Po P1 P2
INGRESO LABORAL
May 1.94 49.0 26.2 18.2 1.15 68.1 39.8 28.4 2.84 35.5 18.54 13.25 1.68 54.81 29.6 20.6
90 9 0 6 3 6 5 6 5 7
Sep 1.96 49.71 26.4 18.13 1.16 69.2 40.2 28.5 2.83 37.0 18.75 12.97 1.68 55.5 30.2 20.8
90 2 9 8 9 9 6 0 6
May 1.89 45.0 22.5 15.32 1.12 66.8 36.5 25.0 2.70 31.05 15.79 11.16 1.60 52.9 26.5 17.97
91 9 3 7 6 9 3 5
Sep 1.94 46.5 23.0 15.57 1.15 67.51 37.11 25.5 2.55 35.2 17.47 12.07 1.51 55.9 29.3 19.8
91 3 6 6 2 9 2 0
Mar 2.13 39.77 19.43 12.99 1.26 62.4 32.6 21.92 2.78 30.2 14.56 10.0 1.65 50.3 25.2 16.76
92 4 7 6 7 4 4
Sep 2.26 40.71 20.9 14.3 1.34 60.5 33.2 23.0 2.71 34.2 17.57 12.17 1.61 53.7 28.4 19.54
92 0 8 1 9 8 7 0 2
Mar 2.57 34.6 16.70 11.47 1.52 56.2 28.7 19.17 2.76 31.41 15.45 10.75 1.64 53.3 26.7 17.82
93 2 4 4 2 9
Oct 2.53 36.7 18.2 12.4 1.50 58.0 30.1 20.4 2.74 33.5 16.85 11.51 1.62 54.6 28.0 18.97
94 3 8 0 4 9 6 6 2 5
Mar 2.62 36.5 17.93 12.11 1.55 56.2 29.6 20.1 2.52 37.6 18.67 12.57 1.49 57.61 30.6 20.8
95 9 0 2 0 8 7 6
Oct 2.59 37.76 19.8 13.67 1.53 55.31 30.9 21.6 2.36 41.2 21.51 14.8 1.40 59.4 33.2 23.41
95 4 3 8 0 4 0 2
Mar 2.44 39.2 20.5 14.2 1.45 59.04 32.4 22.6 2.44 39.2 20.5 14.17 1.45 58.9 32.3 22.5
96 3 4 0 4 3 3 0 8 9 9
Sep 2.27 38.6 18.0 11.69 1.35 59.3 30.9 20.4 2.48 35.0 16.32 10.6 1.47 56.2 28.5 17.7
96 5 3 9 3 6 0 5 0 0 0
Jun 2.56 33.6 17.06 11.64 1.52 53.4 28.2 19.18 2.59 33.3 16.8 11.51 1.54 53.0 27.9 18.9
97 9 0 4 3 6 7 4 6
Mar 2.81 35.3 19.71 14.54 1.67 52.4 29.6 21.43 2.75 35.8 20.0 14.76 1.63 53.57 30.1 21.79
98 2 9 2 5 5 2
Sep 2.60 36.0 19.8 14.47 1.55 53.6 30.2 21.6 2.57 36.2 20.0 17.6 1.53 54.0 30.5 21.8
98 8 2 4 6 8 7 1 0 8 4 9
Mar 2.53 37.72 20.6 15.0 1.50 55.79 31.34 22.5 2.51 37.81 20.8 15.15 1.49 56.15 31.59 22.71
99 9 4 3 6
TODAS LAS FUENTES DE INGRESO
Jun 2.85 29.4 13.0 7.73 1.69 49.4 24.2 15.17 2.88 29.21 12.8 7.60 1.71 49.07 23.8 14.95
97 9 0 4 0 0 9
Mar 3.18 30.9 15.69 10.5 1.88 47.72 25.3 17.34 3.11 31.44 16.0 10.8 1.84 48.83 25.8 17.69
98 3 9 3 2 2 2
Sep 2.97 31.8 15.77 10.52 1.76 49.0 26.0 17.63 2.93 32.19 15.96 10.6 1.74 49.48 26.3 17.83
98 8 8 8 5 5
Mar 2.86 32.6 16.11 10.73 1.70 50.9 26.61 17.97 2.83 32.7 16.27 10.8 1.68 51.18 26.8 18.15
99 0 2 0 4 5

Fuente: Estimaciones del Banco Mundial utilizando las EPHPM.

Cuando no se hacen ajustes por la falta de información sobre el ingreso en las encuestas,
parece que la pobreza ha disminuido casi un 16% entre 1990 y 2003. Sin embargo, si se
hacen los ajustes necesarios para que los resultados de la encuesta se acerquen a los niveles
de los indicadores de ingreso en las cuentas nacionales, especialmente las calculadas por el
Banco Central, los resultados no son nada espectaculares. Las evaluaciones del Banco
Mundial demuestran que la pobreza casi no se ha reducido de 1991 a 1999, cuando los niveles
de ingreso en las encuestas son ajustados para reflejar el PIB per cápita en las cuentas
nacionales (Banco Mundial, ii).

Todo parece indicar que la relativa disminución de la pobreza que se indicaba en la


recolección de datos de este período se debe más a las políticas de asistencia social (FHIS)
más que a los efectos directos del crecimiento.

2.8. Pobreza e Inequidad

La inequidad, medida por el ingreso per cápita ha sido amplificada por el nuevo modelo
económico de crecimiento en los noventas y a inicios del presente siglo. Honduras es un país

19
con altos niveles de pobreza y bajos índices de crecimiento económico. En consecuencia,
intuitivamente se puede llegar a la conclusión que el enfoque en el crecimiento económico
automáticamente reduce la pobreza. Esta sugestiva conclusión llevó a muchas instituciones
de cooperación internacional a subestimar los otros aspectos determinantes de la pobreza, es
decir, la inequidad.

El Banco Mundial también considera que en Honduras el crecimiento es más importante que
la redistribución para superar la pobreza: “Aún, mientras que la pobreza depende tanto de la
cantidad de ingreso disponible en una economía y en la distribución de estos recursos entre
la población, debe enfatizarse que en un país pobre como Honduras, el crecimiento es más
importante que la redistribución (aunque la redistribución pudiera motivar al crecimiento).
Esta conclusión ha sido incluida en muchos estudios, incluyendo un informe del Instituto de
Investigación Económica Aplicada (IPEA) (1999) y en la ERP Interina del gobierno de
Honduras.” (BM, 2000). Considerando el hecho que Honduras está entre los países
latinoamericanos con mayores índices de inequidad, todavía debe analizarse si las
implicaciones directas de los conceptos orientados al crecimiento realmente inciden en la
reducción de la pobreza.

Esta tendencia puede observarse utilizando las tres mediciones de la inequidad –Gini,
Atkinson y Theil. Puede además apreciarse que el comercio externo y otras reformas de
ajuste estructural han tenido también efectos negativos en la inequidad, lo que ha
neutralizado los efectos de las políticas sociales que las complementan. Los tres índices más
comunes de inequidad se medirán y calcularán con la asistencia del programa Análisis
Distributivo de la Universidad de Laval en Canadá. Se puede observar que la inclinación
hacia la inequidad tiende a permanecer constante cuando se utiliza el índice Gini, que
mantiene una sensibilidad a la distribución en el ingreso elevado.

Cuadro 2.8. Mediciones de Inequidad, Nacional, Urbano y Rural

Año NACIONAL URBANO RURAL


Gini Atkinson Theil Gini Atkinson Theil Gini Atkinson Theil
1990 60.82 61.58 82.90 57.02 61.31 71.85 56.33 54.22 71.38
1991 56.71 58.75 68.50 54.91 62.22 58.83 52.11 50.78 66.39
1992 56.71 57.68 62.89 53.90 59.26 55.40 51.35 49.06 51.00
1993 56.36 58.01 67.38 52.08 56.70 52.06 51.56 52.33 59.48
1994 57.12 56.89 65.27 54.22 55.11 58.75 55.95 54.28 62.26
1995 58.24 58.60 70.76 52.54 53.99 56.80 58.93 56.46 80.38
1996 54.65 52.88 61.79 51.41 54.30 54.86 50.31 44.64 52.81
1997 55.32 55.51 62.22 51.64 55.34 53.29 53.92 51.26 62.59
1998 57.20 61.82 63.36 50.26 50.67 47.45 57.30 63.36 67.85
1999 57.76 61.97 64.15 52.05 53.94 51.25 55.23 60.41 58.95

Fuente: SUEDWIND, en base a las EPHPM.

Lo que es más alarmante desde el punto de vista social es que el índice Atkinson tiende a
aumentar, especialmente durante los últimos años. Esto puede ser un indicador que la
inequidad ha crecido en los niveles más bajos de distribución del ingreso, lo que implica un
declive de las condiciones de vida de la gente con relación a las condiciones de pobreza
crónica.

Otros análisis que se fundamentan en el ingreso laboral han llegado a las mismas
conclusiones (ver Cuesta, Sánchez). Estas conclusiones corresponden a nuestros cálculos. Ni
las reformas económicas, o los recientes cambios en la composición de los coeficientes, ni los
“éxitos” de exportación de las zonas de producción de exportaciones (maquilas) han tenido
éxito para compensar la disminución de los ingresos como producto de los shocks externos y
las catástrofes naturales como el huracán Mitch y los efectos de El Niño.

20
La evidencia estadística demuestra que la pobreza afecta especialmente a aquellos hogares
encabezados por mujeres. Esto se debe al hecho que el trabajo femenino generalmente es
peor pagado que el del hombre, y también al hecho que –a excepción de las maquilas– no
existen fuentes de trabajo disponibles para las mujeres. Con respecto a la satisfacción de las
necesidades básicas, se han realizado cálculos para los siguientes indicadores: agua,
salubridad y electricidad.

Algunas referencias a las necesidades básicas en servicios e infraestructura también


demuestran que la incidencia de la pobreza es más alta en las áreas rurales que en las
urbanas. Debido a que los servicios son proveídos por las redes de distribución (de agua y
electricidad) que son más efectivas en las ciudades, muchos hogares con medianos ingresos
en áreas rurales tienen menor acceso a estos servicios que los hogares pobres en áreas
urbanas.

La relación entre el crecimiento y la pobreza también depende del método de evaluación de la


pobreza. Generalmente, el método de bienestar es usado ya sea por medio del ingreso per
cápita o el gasto. Las limitaciones de este método son bien conocidas, debido a que no provee
suficiente información sobre los bienes públicos y los no comerciales, como la seguridad,
libertad, salud, paz, etc. (ver Duchos, 2001). Por esta razón, es necesario tomar en cuenta los
aspectos multidimensionales de la pobreza, especialmente cuando se relaciona con el
crecimiento.

Cuando se habla de los efectos directos del crecimiento en la pobreza, no es suficiente tomar
en cuenta sólo el promedio de número de pobres a nivel nacional, ya que tiene las mismas
limitaciones que el método de bienestar para medir la pobreza, especialmente en Honduras
con sus altos niveles de inequidad. Estimaciones oficiales del Banco Mundial llegan a la
conclusión que un 1% de crecimiento económico sin cambiar los índices de inequidad
(medida a través del coeficiente Gini), podría originar de hecho un 4% de reducción del
índice de pobreza en Honduras. A nivel nacional, la elasticidad de la reducción de la pobreza
en relación al crecimiento es mucho menor, ya que un aumento de 1% del ingreso per cápita
(por ejemplo, un crecimiento de 1%) contribuiría a una reducción de la pobreza y extrema
pobreza de un 0.5%.

Cuadro 2.9. Líneas Nacionales de Pobreza* (Lempiras por mes por persona)

Línea de Pobreza Extrema Línea de Pobreza Moderada


1990 95.21 190.42
1993 169.00 338.00
1995 279.72 559.44
1996 346.29 692.58
1997 416.59 833.18
1998 473.66 947.32
1999 528.61 1,057.22
2001 643.66 1,287.32
2002 693.22 1,386.44
2003 746.60 1,493.21

Fuente: Estimados del autor, en base a información de CEPAL y del Banco Central de Honduras.

* Las líneas nacionales de pobreza son estimadas como un promedio ponderado de la población de las líneas de
pobreza urbana y rural utilizando las tasas de inflación.

Para adoptar una política adecuada, el concepto de medición de la pobreza y crecimiento


necesita ser modificado. El cálculo de las necesidades básicas constituye un progreso en este
contexto (ver cuadro de Infraestructura Básica). Aún más completo es el cálculo relacionado
con las funcionalidades y capacidades básicas como fueron propuestas por Sen (Sen, A,
1997). Existe una relación estrecha entre este método y el fundamentado en las Necesidades
Básicas, y precisamente por esta razón es importante destacar las diferencias (Duclos).

21
Con respecto a la relación entre liberalización del comercio y reducción de la pobreza y
extrema pobreza, parece que en el caso de Honduras no existe una evidencia empírica sólida
para sostener la tesis que la liberalización sólo tiene un impacto positivo en la reducción de la
pobreza. En consecuencia, es oportuno considerar la teoría que “no existe un apoyo teórico o
empírico que explique una relación causal positiva entre la liberalización del comercio y la
reducción de la pobreza absoluta. Sin embargo, se puede argumentar que intentar diseñar
estrategias de liberalización comercial con el propósito de reducir la pobreza absoluta no es
un objetivo de política prioritario. En lugar de ello, el diseño de un programa de
liberalización comercial y el establecimiento de las condiciones para que los pobres
maximicen su participación en el crecimiento económico deben ser objetivos separados,
pero complementarios.” (Ron Duncan y Doan Quang (2003): Liberalización Comercial,
Crecimiento Económico y Estrategias de Reducción de la Pobreza). Este aspecto tiene una
especial relevancia si se quiere alcanzar un cambio en las discusiones sobre los Lineamientos
de Planificación de Políticas (PPG).

Tanto la iniciativa de reducción de la deuda (HIPC) como las estrategias de reducción de la


pobreza (ERP) no han logrado satisfacer las expectativas. El gobierno de Honduras
menciona en el último documento ERP: “Por tanto, podemos concluir, que el documento
original era demasiado optimista con respecto a la programación y ejecución de nuevos
programas y proyectos. Las tasas proyectadas de ejecución para proyectos preexistentes se
establecieron al 100% del presupuesto, sin aplicar factor alguno para la falta de ejecución (a
pesar que la programación financiera normalmente proyecta no más que una tasa de
ejecución de un 80% para los programas de capital). Además el documento original no fue
aprobado hasta finales de 2001, cuando era poco probable que las nuevas inversiones se
concretizaran para ese año. A pesar de ello, se propusieron US$ 34 millones en nuevos
programas y proyectos (no relacionados con HIPC) para el 2001. Además, 2002 fue el
primer año de una nueva administración gubernamental y el correspondiente proceso de
instalación y orientación de los nuevos directores de las instituciones responsables de la
ejecución del programa, dificultó el inicio de nuevos programas.” (ver PSRP, Honduras,
2004). Esencialmente, el incumplimiento de las metas se debe a la falta de buena
gobernabilidad, a pesar que la cooperación internacional también tuvo sus dificultades en ese
aspecto. Con respecto a la reconstrucción después del huracán Mitch, los desembolsos por
parte de la cooperación internacional fueron relativamente lentos. Solamente la tercera parte
de lo acordado había sido desembolsado hacia finales de 1999 (US$ 492 millones). La
decisión de conceder al país una moratoria para los pagos de la deuda externa no resultó en
una cancelación sustancial de la deuda. Por esta razón, se requieren nuevas negociaciones de
alivio de la deuda. Este alivio debe ir más allá de las condiciones actuales de HIPC para
Honduras, y deben incluir una reducción de la deuda multilateral más significativa, para que
se reduzca la carga de la deuda (valor presente neto) a menos del 25% del PIB en 2005, en
lugar de sólo un 29% en 2006 como fue propuesto por el FMI. Las condicionalidades del
FMI, que demandan el congelamiento de los ya reducidos salarios de los maestros y
trabajadores de la salud para reducir el gasto público, contradicen las metas establecidas en
la ERP.

En particular, los pequeños productores rurales, que son de hecho el grupo más grande de
pobres en Honduras enfrentan una grave amenaza para su supervivencia. Hasta ahora sólo
existen planes inciertos “que el gobierno tiene el propósito de revisar, con el apoyo de la AIF,
el impacto que el CAFTA podría tener en los más pobres y en los grupos sociales más
vulnerables para poder diseñar las acciones compensatorias adecuadas” (ver Carta de
Intenciones, 10). Los subsidios para el sector agrícola en EE.UU. continúan siendo altos y
produce una reducción de los precios reales. Honduras sufrirá una pérdida de un 6.7% con
relación al PIB en un período de 10 años cuando los aranceles de importación para los
productos provenientes de EE.UU. sean eliminados. Solamente hace cinco años, los
aranceles de importación en Honduras totalizaban más de un 35% de los ingresos tributarios

22
totales, comparado con sólo un 5% en la actualidad, de acuerdo a lo que han anunciado las
autoridades de la DEI (Dirección Ejecutiva de Ingresos).

Además el documento ERP no menciona los altos riesgos de la industria de la “maquila”


debido a la expiración del Acuerdo Multifibras en el marco de la OMC que ha establecido
cuotas para las exportaciones textiles de la industria “maquiladora”.

A pesar que la reforma al sistema de recolección de impuestos ha sido considerada, no se han


estipulado objetivos concretos para los ingresos tributarios de parte de la industria de la
“maquila”. El gobierno conoce al menos 1,600 casos de evasión de impuestos. También es
necesario mencionar la impunidad de los crímenes financieros relacionados con la quiebra
de entidades financieras, que han costado al Estado más de US$ 20 millones, que pudieron
haber sido utilizados para el financiamiento de programas de reducción de la pobreza.

23
III. Factores que Afectan la Participación de los Pobres en el
Crecimiento
3.9. Introducción

Indudablemente, unas de las manifestaciones más importantes de la pobreza es el reducido


acceso a los servicios sociales básicos como educación, salud, vivienda y otros servicios
importantes como agua, energía, seguridad laboral y regímenes de pensiones. El énfasis
estratégico definido en la ERP de Honduras destaca el mejoramiento de la calidad de esos
servicios básicos. De hecho, estos documentos definen como su principal objetivo mejorar el
acceso a la educación y salud para los pobres, tanto en cantidad como en calidad. Estos
mismos objetivos han sido propuestos por Organizaciones de Sociedad Civil (ver
INTERFOROS y FOSDEH). Sin embargo, aunque existe consenso sobre estos objetivos
generales, existen importantes diferencias en cuanto a las estrategias para lograrlos. Los
aspectos controversiales se refieren a los siguientes temas:

• Fortalecer el papel del gobierno para la facilitación de servicios básicos.


• Política presupuestaria.
• El papel del sector privado.
• La definición de eficiencia para la oferta de esos servicios.
• La reducción del servicio de la deuda externa.

Han surgido serias restricciones sobre la necesidad de reducir el gasto público, en detrimento
de los servicios de educación y salud que necesitan ser mejorados con urgencia.
Considerando estas dificultades, existe un permanente conflicto entre las medidas de
austeridad requeridas por el FMI, y las políticas de reducción de la pobreza incluidas en la
ERP. El gobierno de Honduras ha enfrentado protestas de los maestros del nivel primario y
secundario, quienes demandan un aumento de sus salarios, que garantizaría un nivel de
subsistencia mínima para las personas empleadas en los sistemas de educación y salud.

3.10. Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI)

El ingreso es solamente una dimensión de la pobreza que resulta de la falta de capacidades


para satisfacer las necesidades por medio del ingreso. Sin embargo también es importante
analizar el fenómeno de la pobreza con respecto a la falta de capacidad para satisfacer un
conjunto de necesidades básicas materiales, entre las que pueden encontrarse la vivienda,
agua potable y servicios de salubridad básicos (procesamiento de desechos humanos), así
como el acceso a los servicios de educación y salud.

Cuadro 3.1a. Tendencia de las necesidades básicas insatisfechas,


porcentaje de hogares, 1990-1997

Nacional Urbano Rural


1990 1993 1997 1990 1993 1997 1990 1993 1997
Ninguna necesidad básica 33 47 53 50 57 65 20 38 42
insatisfecha
Una necesidad básica 25 28 26 24 23 22 26 32 29
insatisfecha
Dos necesidades básicas 20 15 13 13 11 8 26 19 18
insatisfechas
Tres o más 22 10 8 13 9 3 28 11 11

Fuente: Banco Mundial, 2000, y Gobierno de Honduras (2000)

En la encuesta de hogares, la calidad de vivienda es calificada en base a los materiales


utilizados para su construcción. Generalmente, la necesidad es considerada insatisfecha si la

24
vivienda es “provisional”. En áreas urbanas y rurales, esta categoría incluye las viviendas
construidas directamente en la tierra, con piso de tierra, así como aquellas construidas con
materiales de desecho o inadecuados.

Con relación al agua potable, en áreas urbanas, la necesidad es considerada insatisfecha


cuando el líquido no ha sido obtenido por medio de tubería o cañería instalada dentro de la
casa, cuando ha sido obtenido a través de tubería o cañería fuera de la casa pero dentro de un
edificio, o si ha sido extraída de un pozo. En áreas rurales, la necesidad es considerada
insatisfecha cuando el agua es obtenida por medio de camiones de distribución, vagones,
“pipas”, “ojos de agua”, riachuelos, fuentes, lagos, manantiales o lluvia.

Cuadro 3.1b. Acceso al Agua por Grupos de Ingreso (Deciles), Urbano/Rural, 2003

Decil de Ingreso 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Urbanas
Acceso a agua 87.2 89.9 93.6 89.8 93.1 95.4 96.8 97.0 96.8 99.1
Ninguno 12.1 10.1 6.4 10.2 6.9 4.6 3.1 3.0 3.2 0.9
Áreas Rurales
Acceso a agua 68.9 62.6 68.0 67.3 69.0 70.4 71.4 71.3 74.3 82.3
Ninguno 31.1 37.4 32.0 32.7 31.0 29.6 28.6 28.7 25.7 27.7

Fuente: SUEDWIND, en base a las EPHPM, 2003

En cuanto a salubridad básica, la necesidad es considerada insatisfecha si la vivienda carece


de servicios sanitarios o si el sistema no está compuesto de alcantarillado, pozos sépticos o
letrinas. Es importante destacar que esta última opción fue excluida para las áreas urbanas,
por ejemplo, el uso de letrinas en estas zonas es considerada como necesidad insatisfecha.

Cuadro 3.2. Acceso a Electricidad por Grupos de Ingreso (Deciles), Urbano/Rural, 2003

Decil de Ingreso 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Urbanas
Electricidad 82.6 86.3 92.8 94.7 96.9 97.3 98.0 97.4 98.0 98.5
Ninguno 17.4 13.7 7.2 5.3 3.1 2.7 2.0 2.6 2.1 1.5
Áreas Rurales
Electricidad 21.1 18.2 22.0 31.4 34.8 34.5 33.6 40.9 46.6 49.5
Ninguno 78.9 81.8 78.0 68.6 65.2 65.5 66.4 59.1 53.4 50.5

Fuente: SUEDWIND, en base a las EPHPM, 2003

Disponibilidad de electricidad. De acuerdo a algunas estimaciones, la disponibilidad de


energía eléctrica es vista como una necesidad básica. Como todas las encuestas de hogares
han incluido información relacionada, se han cuantificado los niveles de insatisfacción.

Cuadro 3.3. Acceso a Instalaciones Sanitarias por Grupos de Ingreso (Deciles),


Urbano/Rural, 2003

Decil de Ingreso 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Urbanas
Inodoro 46.6 50.4 57.7 63.5 69.4 75.6 79.0 80.8 89.0 93.8
Letrina 53.4 49.6 42.3 36.5 30.6 24.4 21.0 19.2 11.0 6.2
Áreas Rurales
Inodoro 9.7 10.9 11.6 14.0 19.0 14.7 21.6 18.6 26.4 24.7
Letrina 90.3 89.1 88.4 86.0 81.0 85.3 78.4 81.4 73.6 75.3

Fuente: SUEDWIND, en base a las EPHPM, 2003

Además, es importante identificar otros factores que afectan la participación de los pobres en
el crecimiento, que están relacionados tanto con la acumulación de capital como con la
productividad de los factores. En lugar de superar las disparidades existentes, las reformas

25
económicas parecen haber consolidado la heterogeneidad estructural entre los sectores
“moderno” y “tradicional” de la economía, entre las áreas urbanas y rurales, entre los sectores
orientados a la exportación y al mercado interno, y entre las regiones costeras (puertos y
grandes ciudades) con el interior del país.

3.11. Participación de los Pobres en el Desarrollo Rural

Exportaciones (tradicionales y no tradicionales)

Las reformas económicas, aplicadas desde 1992, pretendían consolidar al sector exportador
no tradicional, y superar la excesiva dependencia en las exportaciones de bananos y café. Sin
embargo, las exportaciones agrícolas continúan siendo volátiles y han sufrido el deterioro de
su competitividad a nivel internacional. Esto ha tenido un impacto en los niveles reales de
ocupación e ingreso de la población que participa en actividades agrícolas. De hecho, el
sector agrícola de exportación demuestra capacidad para la absorción de la fuerza de trabajo
que la agricultura de subsistencia sólo puede lograr en temporadas de bonanza. Aunque es
verdad que el desempleo es relativamente bajo, es necesario contrastar estos datos con las
altas tasas de subempleo y empleos inapropiados para tener una idea de los efectos del
mercado laboral en el empleo del sector agrícola.

La liberalización encontró a los pequeños y medianos productores rurales desprotegidos ante


la importación frecuentemente subsidiada de bienes agrícolas extranjeros. Su falta de
competitividad no podía ser superada ya que nunca ha existido política de asistencia alguna
para la producción de parte del Estado. Debido a que los campesinos pequeños dependen de
la agricultura de subsistencia, su expulsión del mercado es acompañada por el deterioro de la
seguridad y soberanía alimentaria, y la pérdida de acceso a la tierra.

Otro aspecto negativo de las políticas macroeconómicas actuales es su preferencia por la


agricultura de exportación, en detrimento de la producción de bienes necesarios para reforzar
la seguridad alimentaria. Aunque han existido tímidos intentos de promover la producción
de granos básicos por medio de la creación del Fondo Nacional de Garantías, sus resultados
no han sido satisfactorios. Una vez más, los productores con mayores recursos financieros
han sido los principales beneficiarios de tales medidas, aunque originalmente pretendían
financiar hasta un 70% de la producción y comercialización de granos básicos.

Agricultura Autosuficiente y Participación de los Pobres Rurales en el


Mercado Laboral

En el sector agrícola, el ingreso salarial representa solamente un tercio del ingreso total. Esto
significa que las áreas rurales tienen un número más elevado de trabajadores familiares que
trabajan por su cuenta y que no reciben salario alguno (ERP Interina, 26). Además, se ha
observado que la población del sector agrícola no ha podido mejorar sustancialmente su
acceso a servicios básicos de salud y educación.

De acuerdo a la clasificación elaborada en base al censo agrícola de 1993 (Baumeister, 1996),


más del 64% de las fincas rurales trabajan con personal no asalariado. Este tipo de fincas
controlan más de un tercio de las tierras rurales. Los campesinos sin o con poca tierra son en
parte trabajadores temporales asalariados, y además son productores rurales autosuficientes.
Casi el 70% de los productores pequeños son forzados a buscar otras fuentes de ingreso por
medio de la venta de su fuerza de trabajo, generalmente en el sector agrícola modernizado o
en el sector informal urbano porque sus propias fincas son muy pequeñas y poco productivas
debido a la mala calidad de sus suelos.

A consecuencia de su reducida educación, su estrategia consiste en incorporar la mayor


cantidad de miembros de su familia como sea posible en el mercado laboral. El empleo de las
mujeres aumentó en un 6.5% por año entre 1989 y 1997, mientras que el empleo de hombres

26
solamente un 3.6%. Por lo tanto, el crecimiento a favor de los pobres confronta el reto de
ofrecer oportunidades de trabajo a estos campesinos que dependen de ingresos salariales
adicionales, si no es posible incrementar sus posibilidades de acceso a la tierra (sería
interesante realizar una comparación en base a género tomando en cuenta las solicitudes de
empleo recibidas).

La seguridad alimentaria para la mayoría de los pequeños productores solamente puede


lograrse a través de la autosuficiencia. Hay dos tipos de granos básicos que son cultivados
por los campesinos pobres: maíz y frijoles. Generalmente, emplean tecnologías primitivas
que no requieren de una inversión elevada, porque no tienen acceso a crédito (Baumeister,
1996).

Vulnerabilidad Ecológica y Agricultura Sostenible

En Honduras existen experiencias excelentes de agricultura sostenible implementadas por


pequeños productores, pero debido a la falta de financiamiento y apoyo institucional, todavía
no ha sido posible transferirlas exitosamente hacia otras regiones con baja productividad de
suelos. Estas prácticas han sido aplicadas casi exclusivamente por organizaciones privadas
de desarrollo con recursos de capital escasos. Por lo tanto, una recomendación importante
consiste en motivar este tipo de agricultura en el marco de la Dirección de Ciencia y
Tecnología Agropecuaria (DICTA). Sin embargo, es necesario destacar que el huracán Mitch
claramente demostró que este tipo de agricultura también puede sufrir los efectos de la
vulnerabilidad ecológica causada por la degradación de los recursos forestales a nivel
nacional, y el efecto invernadero a nivel mundial.

Acceso a la Tierra y Participación en los Mercados de Propiedad de Tierras

El mercado de la tierra ha sido limitado por la falta de una tenencia legalmente reconocida y
políticas orientadas a promover transacciones de tierra legales. Un factor de enorme
importancia es la falta de voluntad de los grandes terratenientes para comercializar sus
tierras inactivas, pero altamente fértiles.

Existe un mercado informal de tierras que no cuentan con títulos legales especialmente entre
pequeños y medianos productores. Diversos estudios demuestran que el mercado informal
de la tierra (principalmente los terrenos propiedad del Estado) es más común entre las
parcelas de menos de 10 hectáreas. Los campesinos más pobres sin acceso a crédito se ven
continuamente presionados a vender sus tierras. De acuerdo a varias estimaciones, la
comercialización de la tierra en el marco de la Ley Norton tiende a forzar a los pequeños
productores a ofrecer su fuerza de trabajo al eliminar la poca tierra que poseen y a aumentar
las capacidades de los productores medianos, mientras que los grandes terratenientes no
participan activamente en el mercado informal de la tierra (Salgado, R. en Baumeister, 1996).

El reducido acceso a la tierra se evidencia en la falta de títulos de propiedad. La política


ejecutada por el gobierno y la USAID dentro del marco de la Ley Norton ha consistido en la
titulación de tierras para un reducido número de pequeños productores (Proyecto de
Titulación de Tierras para los Pequeños Productores) (Moreno A., 1994). De acuerdo a esta
ley, la adquisición de tierras debe ser facultad de los mecanismos del mercado sin la
intervención del Estado (artículo 69). Después de algunos años de ejecución, las opiniones
sobre su impacto son muy variadas (Banco Mundial, 2000). De acuerdo a los datos de
algunas encuestas, no ha habido progreso en el crédito ni en el acceso a tecnología a través de
la titulación (ver PNUD, 1998). Esto se debe a las limitaciones macroeconómicas del ajuste
estructural, particularmente la oferta monetaria y la liberalización y desregulación del
sistema financiero. El sistema de microcrédito rural (cajas rurales), a pesar de ser una buena
herramienta, no puede compensar los riesgos de la liberalización económica que afecta a los
pequeños productores.

27
3.12. Participación de los Pobres en el Mercado Laboral Urbano

Trabajo y Productividad Laboral

En primer lugar, la productividad promedio de un trabajador hondureño no sobrepasa los


US$ 4,800 (US$ Paridad del Poder Adquisitivo) por año, que es más baja que la
productividad promedio en América Latina (US$ 11,000) (ver ERP Interina, 2000). Debido
a esta baja productividad, es necesario considerar dos determinantes: la calidad de la fuerza
del trabajo (habilidades) y la calidad de los empleos. A diferencia de otros autores,
consideraremos que la principal determinante de la productividad laboral es el nivel de
educación.

Cambios en la Estructura Ocupacional y de Empleos

En segundo lugar, se debe considerar si la estrategia orientada a las exportaciones ha


producido cambios en las habilidades de los diferentes sectores productivos. El cuadro 3.4
muestra que a excepción del período post-Mitch, la fuerza laboral hondureña ha aumentado
rápidamente durante los noventas, sin lugar a dudas, como resultado del crecimiento
demográfico y las apremiantes condiciones de pobreza. Como producto del incentivo de la
producción maquiladora, los incrementos en la demanda de fuerza de trabajo han aumentado
la participación femenina (Cuesta, 2002).

Cuadro 3.4. Indicadores del Mercado Laboral, 1990-1999

INDICADOR 1990-93 1994-97 1998-99 1990-99


Tasa de crecimiento anual de la fuerza 4.8 5.0 3.8 4.7
laboral en %
Tasa de participación femenina en % 85.7 86.8 86.9 86.4
Tasa de participación masculina en % 34.0 37.7 41.7 35.4
Tasa de crecimiento anual del empleo 4.6 5.4 3.8 4.8
en %
Tasa de subempleo, % sin empleo 47.9 38.0 40.8 42.6
Tasa de subempleo, % sin fuerza 4.6 3.8 3.3 3.9
laboral
Coeficiente de empleo en sectores 54.2 55.5 51.6 54.2
comerciales, % sin empleo
Coeficiente de empleo de baja 41.2 38.0 36.9 39.1
calificación, % sin empleo
Tasa anual de crecimiento del -0.2 -1.6 -4.2 -1.5
producto por trabajador, %
Tasa de crecimiento anual del costo 2.0 2.2 6.2 3.0
unitario del trabajo, %

Fuente: Banco Central de Honduras, Gobierno de la República de Honduras (2001), estimaciones de los autores
en base a datos de las EPHPM del INE.

En cualquier caso, la evolución del mercado laboral en Honduras indica que la estrategia de
crecimiento orientada a las exportaciones no generó las suficientes oportunidades de empleo,
más allá de la absorción de los recién llegados al mercado laboral y la capacidad de los bienes
comerciales de ajustarse a sí mismos por medio de los cambios de sus niveles de subempleo
(Cuesta, 2002).

Mercados Laborales y Shocks Macroeconómicos

De igual manera, a pesar de un relativo incremento del sector manufacturero durante la


década, la proporción de trabajadores calificados en relación a los no calificados no es
sustancialmente más alta que la de los sectores no exportadores. En otras palabras, los
sectores exportadores también fracasaron en propiciar una transformación hacia una
economía de alta calidad.

28
Efectos de los Shocks Externos en el Mercado Laboral

Cuadro 3.5. Efectos Simulados en los Indicadores Económicos Agregados y el Mercado


Laboral (como porcentaje de la variación del contexto base)

Simulaciones PIB Exporta- Déficit del Ahorro Déficit Empleo Ingreso


ciones Balance Externo Fiscal Laboral
Comercial
Shocks Externos
PCOFCUT -0.12 -1.5 2.26 2.32 8.88 -0.11 -0.1
(caída de precios del café)
TIDISHOCK -0.31 -2.4 2.38 3.65 19.78 -0.3 -0.28
(caída de 10% de precios del café
y 10% de aumento de precios del
petróleo)
PIMPINC -6.94 -4.5 -29.09 3.8 155.3 -9.24 -8.23
(aumento de 10% de precios de
importaciones)
AHEXINC 2.06 -3.4 17.43 10 -28.09 2.98 3.09
(aumento de 10% de ahorro
externo)
Prodinc1 21.85 10 31.86 13.13 -323.12 16.59 18.29
(aumento de 10% de la
productividad)
Prodinc2 0.65 5.21 -10.55 -6.69 -33.27 0.66 0.67
(aumento de 10% de la
productividad de la producción de
exportaciones)
WAGEINC1 -1.59 -0.76 -0.18 -0.25 53.92 -2.33 0.44
(aumento de 10% de los salarios)
WAGEINC2 -0.25 0.06 -0.45 -0.07 7.78 -0.38 -0.12
(aumento de 10% de los salarios
en la maquila)
Políticas Comerciales
DEVAL -10.42 15.5 -75.69 -44.47 102.7 -13.87 -14.55
(devaluación nominal de 10%)
ALCASIM 1.21 0.7 6.51 3.19 9.29 1.71 1.76
(ALCA)
OMCSIM 2.17 9.8 -5.23 -9.91 13.87 3.13 2.56
(OMC)
TARCUT1 1.87 1.3 9.5 4.39 22.63 2.61 2.32
(caída de 50% de los aranceles)
TARCUT2 1.74 0.99 9.94 4.55 17.93 2.43 2.19
(caída de 50% de los aranceles y
aumento de 10% de la
productividad)
TARCUT3 23.69 11.16 44.52 18.37 -297.99 18.97 20.46
(caída de 50% de los aranceles y
aumento de 10% de la
productividad)
TARINC -1.9 -1.4 -8.57 -4.01 -19.45 -2.59 -2.32
(aumento de 50% de los
aranceles)
ESUBNIC -0.04 0.2 -0.48 -0.27 1.46 -0.06 -0.06
(aumento de 50% de la
sustitución de exportaciones)

Fuente: Cuesta, J. (2002): Crecimiento Exportador, Distribución y Pobreza en Honduras, PNUD.

La Producción Maquiladora

La maquila se ha convertido en uno de los factores principales para la generación de empleo


en Honduras. En 2002, la maquila empleó a 105,556 personas, lo que implicó un aumento
de 11.8% en relación al 2001, y 11,140 nuevos empleos.

29
Cuadro 3.6. Personal Empleado en la Industria Maquiladora por Género

Años Personal Empleado Variación Tasa de Participación %


Mujeres Hombres Total Relativa Mujeres Hombres
1993 25,332 7,999 33,331 22.5 76.0 24.0
1994 30,204 12,337 42,541 27.6 71.0 29.0
1995 37,736 17,259 54,995 29.3 68.6 31.4
1996 46,804 19,146 65,950 19.9 71.0 29.0
1997 59,639 23,825 83,464 26.6 71.5 28.5
1998 72,523 26,382 98,905 18.5 73.3 26.7
1999 73,035 30,236 103,271 4.4 70.7 29.3
2000 67,677 38,853 106,530 3.2 63.5 36.5
2001 57,424 36,992 94,416 -11.4 60.8 39.2
2002 p/ 60,588 44,968 105,556 11.8 57.4 42.6

Fuente: BCH, 2003

A pesar que más de la mitad (57.4%) de los trabajadores de maquila son mujeres, debe
destacarse que, en los últimos cuatro años, ha habido un acelerado incremento de la
participación de hombres como resultado de la diversificación de la producción en otros
rubros además del textil, que todavía contribuye con el 61.5% de la producción del sector.
Más del 30% del total de mujeres empleadas en actividades de manufactura alrededor del
país encuentran un empleo en el sector maquila (BCH, 2003).

Muchos estudios en el país indican que la producción maquiladora estimula una fuerte
migración desde las regiones más pobres en el occidente hacia el norte del país, lo que ha
causado cambios en las estructuras sociales y familiares tradicionales (PNUD, 2003).
Además, debe resaltarse que las condiciones de trabajo en este sector no cumplen con los
requerimientos internacionales mínimos, lo que indica que no puede esperarse un
mejoramiento del capital humano o un impulso significativo al desarrollo humano.

3.13. Gasto Público y Condiciones Sociales

En Centroamérica, prevalece la preocupación en cuanto a los efectos de las políticas


tributarias en la redistribución. En el caso de Honduras, en 2004 se ha acordado con el FMI
un considerable aumento del ISV de 12% a 15%, con el propósito de equipararse con otros
países centroamericanos y para aumentar los ingresos públicos de 2% a 3%. Este incremento
afectará directamente a aquellos segmentos de población de más bajos ingresos, y también
tendrá un impacto negativo en la distribución del ingreso, en la medida que grandes
porciones del ingreso de los ricos continúan exentos de impuestos. Además, un aumento de
los precios de las medicinas y útiles escolares por medio del incremento del ISV contradice
los objetivos de la ERP. Los consumidores deben pagar más impuestos, mientras que, por
ejemplo, el sector comercial generalmente no cumple con el pago del ISV porque no existe un
sistema de control adecuado. Indudablemente, esto no solamente es un problema técnico,
sino que también político. En alguna medida, el gobierno ha intentado resolver este
problema estableciendo un control aleatorio, la llamada “lotería fiscal”, pero este sistema fue
eliminado completamente, y en la actualidad los comerciantes disfrutan de una completa
libertad (INTERFOROS, 2001).

De hecho, la política fiscal no ha logrado establecer un sistema tributario que produzca una
redistribución del ingreso. Al contrario, los ricos se benefician de dos maneras. En primer
lugar, continúan evadiendo impuestos, y los impuestos para los sectores más ricos se han
reducido, mientras que simultáneamente el ISV ha aumentado, lo que ha afectado a los
pobres que no disfrutan de mecanismos de exención de impuestos. Además el gasto en
servicios básicos dirigido a la población pobre absorbió un promedio de 47% del total del
gasto público social durante el período 1990-1998. Esta cifra se redujo a 38.8% en 1998, en

30
parte como resultado del huracán Mitch. El siguiente cuadro muestra las tendencias de gasto
en servicios sociales básicos durante los noventas, a precios constantes de 1996.

Cuadro 3.7. Gasto Social en Servicios Sociales Básicos

1990 1993 1996 1998


Millones % Millones % Millones % Millones %
de de de de
Lempiras Lempiras Lempiras Lempiras
de 1996 de 1996 de 1996 de 1996
Sector Educación 830 58.4 1,288 64.9 972 57.8 886 63.6
Sector Salud 347 24.4 488 24.6 572 34.0 435 31.2
Otros 245 17.2 206 10.5 137 8.2 73 5.2
Total de Gasto 1,422 100.0 1,982 100.0 1,681 100.0 1,394 100.0
Social

Fuente: ERP, Honduras, 2000

Un análisis del gasto en educación ha concluido que los recursos humanos y físicos en el nivel
primario no han sido asignados donde son más requeridos. Como resultado, no han incidido
en un incremento sustancial de la cobertura, calidad o eficiencia del sistema, particularmente
en el sector público. Es necesario destacar que los niveles de cobertura neta y bruta
continúan siendo bajos. Las proporciones de estudiantes/maestros y estudiantes/centros de
enseñanza demuestran un deterioro en todos los niveles durante el período 1990-1997. Esto
limita la posibilidad de aumentar la matrícula, y así reducir el déficit actual.

Además una comparación entre los sectores público y privado demuestran lo siguiente: a) en
el nivel primario, la tasa de repetición de grado es de 9.7% en las escuelas públicas y de 2.9%
en escuelas privadas; b) en el nivel secundario, la diferencia es menor, de 10.3% en el sector
público y 8.7% en escuelas privadas; y c) en el nivel superior la tasa de repetición en el sector
público (UNAH) es de 17%, casi un 100% más alto que en el sector privado, que presenta una
tasa de 8.6%. Estas diferencias cualitativas pueden atribuirse a un financiamiento más alto
en el sector privado.

Sin embargo, estimaciones de los costos por estudiante en el sector público en los diferentes
niveles refleja cantidades similares a aquellas en escuelas privadas. Ocurre lo opuesto en
relación a la recuperación de estos costos, particularmente en el nivel superior, donde el
costo promedio por estudiante en la UNAH es casi equivalente al costo en varias
universidades privadas.

3.14. Las Instituciones y la Economía Política

Un proceso participativo para la definición y ejecución de un crecimiento a favor de los


pobres necesita considerar las estructuras nacionales de hegemonía, que se derivan de
diferentes condiciones de producción, y que se reflejan en la hegemonía política: los grandes
terratenientes, grupos étnicos dominantes, banqueros, burócratas públicos corruptos, etc.,
tienen diferentes percepciones sobre cómo debe ser una política económica enfocada en la
pobreza, que los campesinos pequeños, productores pequeños, asalariados y trabajadores de
maquila. Utilizando su hegemonía política, los primeros intentarán –y además tienen el
poder– de imponer sus opiniones con la ayuda de la maquinaria estatal. En este contexto, el
consenso –que también debe ser la base conceptual de un apropiamiento de país– no puede
considerarse como un balance de intereses, en lugar de ello, debido a las diferentes
posibilidades de influenciar el proceso político, se producen disputas sociales en condiciones
inequitativas. El propio gobierno, responsable de una elaboración participativa de la ERP y
de políticas nacionales, tradicionalmente apoya los intereses de las ricas y poderosas elites
políticas y económicas, y el concepto de reducción de la pobreza basada en el crecimiento
incentivan esta política.

31
En consecuencia, el obstáculo más importante para una efectiva participación de la sociedad
civil es la hegemonía política a lo interno de sus países, y la forma en que los gobiernos
definen este proceso, a los actores para la construcción de consensos, y la selección de lo que
ellos consideran como sociedad civil. Esta es una interrogante enteramente política, en
donde una estructura hegemónica será determinada por los sectores dominantes, y a medida
que afectan los privilegios y beneficios de las clases gobernantes, deben estar muy
conscientes de las críticas que recibirán y de los cambios estructurales que apoyarán.

Sin embargo, creemos que las demandas esenciales de la organización campesina Comité
Coordinador de Organizaciones Campesinas de Honduras (COCOCH) han sido incluidas en
la ERP: la posesión excesiva de tierras no cultivadas de parte de grandes terratenientes, debe
ser limitada mediante la creación de sobretechos. Ciertamente, este es el mecanismo clave
para la redistribución de la propiedad. Sin embargo, debido a que el Congreso Nacional es la
única institución estatal con la facultad de presentar proyectos de ley o modificar las leyes, la
propuesta presentada en la ERP continúa siendo solamente una solicitud del Ejecutivo.
También debemos tomar en cuenta que el Congreso Nacional está conformado por algunos
grandes terratenientes y sus aliados, quienes se han opuesto persistentemente a la
implementación de una reforma agraria. Además, la nueva administración que asumió el
poder en enero de 2002 no podría sentirse obligada a cumplir lo estipulado en la ERP. Pero,
aún si se superarán todos estos obstáculos todavía debe definirse el procedimiento para su
aplicación. A pesar, que efectivamente el “Programa de Acceso a la Tierra” menciona la
participación de las organizaciones campesinas, no especifica cómo se concretará esta
participación (INTERFOROS).

3.15. Género e Inequidad

Como ha sido expresado por organizaciones feministas y de mujeres, no se han logrado


cambios sustanciales para la reducción de la brecha entre la participación social y política de
hombres y mujeres. El índice de potenciación de género en Honduras es el más bajo en
Centroamérica (1999: 0.450). La participación política de las mujeres en las posiciones más
altas de una democracia representativa es baja. Es así que, la participación de las mujeres en
diferentes instituciones políticas y sociales nunca ha superado el 13%, comparada con la
participación de los hombres que oscila entre el 90.6% y el 86.9%.

Con respecto a la mujer, las causas de la pobreza están presentes en tres niveles: en el nivel
social donde todavía existe una discriminación institucionalizada, incluyendo al mercado
laboral y el poder político; en el nivel comunitario, donde las normas sociales tienen un
impacto en los papeles y responsabilidades de los hombres y mujeres; y finalmente en el
hogar, donde se presenta una relación inequitativa de poder de acuerdo al sexo y la edad.

Por otro lado, las mujeres tienen menos oportunidades de transformar su trabajo en ingresos,
debido a sus responsabilidades reproductivas, su enfoque en el sector informal y la idea que
sus actividades productivas solamente “asisten” al hombre. Además si la mujer tuviera un
ingreso, sería más difícil para ellas decidir independientemente en que se utilizaría. Las
percepciones sobre el valor y la contribución en el hogar, las normas sociales y el nivel de
autonomía tienen un impacto en su capacidad de participar en el proceso de toma de
decisiones en cualquier nivel.

32
IV. Intercambios entre el Crecimiento y el Crecimiento a
Favor de los Pobres
4.16. Crecimiento a Favor de los Pobres en Honduras

Para encontrar los intercambios entre el crecimiento y la pobreza, existen diferentes


estrategias relacionadas con diferentes instrumentos políticos. Uno de ellos es el
“crecimiento a favor de los pobres”. Para nosotros, el concepto de 'crecimiento a favor de los
pobres' significa la necesidad de un crecimiento económico fundamentado en la fuerza de
trabajo, que por lo tanto, genere empleos que se concentren en áreas rurales o en actividades
y productos importantes para los pobres, y para mejorar sus condiciones de vida. En nuestra
opinión, inducir un crecimiento orientado hacia una producción a gran escala, a la
agricultura de exportación, o a aumentar los niveles de educación para las elites no debe ser
definido como 'crecimiento a favor de los pobres'.

No cualquier crecimiento fundamentado en las estructuras tradicionales de ampliación de la


acumulación de capital y crecimiento de la productividad de los diferentes factores puede ser
considerado crecimiento a favor de los pobres. Tampoco, un crecimiento basado en
exportaciones a larga escala acompañado de medidas de compensación social que financien
programas de educación, salud e infraestructura social no es suficiente para ser catalogado
como “a favor de los pobres”. La redistribución es un aspecto central del crecimiento a favor
de los pobres. Por lo tanto, la tradicional curva de Kusnetz, que presupone un crecimiento
temporal de la inequidad, no es aceptable en el análisis del crecimiento a favor de los pobres.

Es muy complicado realizar un estimado de los intercambios entre el crecimiento y el


crecimiento a favor de los pobres en Honduras, dados los escasos resultados del crecimiento
durante el período estudiado, y la enorme influencia de los factores macroeconómicos en el
desempeño de la economía, particularmente en el caso del huracán Mitch a finales de octubre
de 1998. Como ha sido presentado en el capítulo 2, Honduras ha experimentado un bajo
incremento del ingreso bruto per cápita en la década de los noventas (0.5%).

La aplicación de las reformas económicas dictadas por el Consenso de Washington desde


1991 ha tenido pobres resultados con respecto al crecimiento económico (0.5% durante toda
la década). Las medidas de compensación social (FHIS) que se han aplicado para atenuar los
efectos sociales negativos de tales reformas no pudieron prevenir el aumento de las
desigualdades, aunque lograron impedir una acentuación exagerada de la pobreza (ver
Morazán, 1995).

Particularmente, las reformas comerciales debieron haber causado los mayores efectos
redistributivos dentro de todas las reformas aplicadas. Parece que la liberalización de las
cuentas de capital pudo haber equilibrado estos impactos positivos, mientras que el resto de
reformas pudieron haber producido solamente efectos insignificantes en la redistribución.
Investigaciones anteriores han indicado que la reducción en los términos de intercambio
solamente pudo haber sido compensada por medio del ahorro externo y una consecuente
inclinación al endeudamiento externo (Cuesta, m 21-22).

Con respecto a los efectos de la política monetaria, es importante señalar que las
devaluaciones contribuyeron a la contracción del PIB (Cuesta) y, como resultado, al aumento
de la deuda externa. Esto implica que el mejoramiento de la productividad ha sido más
efectivo para estimular el crecimiento del PIB. En cuanto al crecimiento económico, la
devaluación ha causado una reducción de un 14.6%, en las tasas de empleo, relacionado con
una reducción del ingreso laboral de 14.6% (ver Cuesta, 21) que pudo haber sido compensado
con las reducciones de las barreras arancelarias. Sin embargo, la baja productividad del
trabajo no corresponde al incremento de los salarios. Por lo tanto, sería importante procurar

33
un incremento de la productividad por medio del fortalecimiento de las capacidades de los
pobres y de los trabajadores en el sector exportador y particularmente en el no exportador.

El mejoramiento del acceso a servicios básicos, como la educación primaria y la salud


generalmente han sido incluidos en la ERP, tanto cualitativa como cuantitativamente. Pero
una vez más, su estructura ha sido determinada por los factores macroeconómicos, que
frecuentemente priorizan los conceptos de recuperación de costos y tarifas, a pesar que su
impacto negativo en los pobres es muy evidente.

Los procesos de privatización no han mejorado la situación de los pobres. Las privatizaciones
fueron contaminadas con corrupción y además se complementaron con un aumento de
precios que limitó el acceso a servicios sociales básicos para los segmentos más pobres de la
población. Lo mismo puede decirse con respecto a los despidos masivos que han tenido un
impacto negativo en las tasas de desempleo. La promesa del aumento de la eficiencia de los
servicios nunca llegó a concretarse, debido a que las compañías no pudieron obtener las
ganancias esperadas.

4.17. Descomposición del Crecimiento: Cambios en la Pobreza e Inequidad

Existen dos mecanismos posibles para determinar los efectos del crecimiento y la
redistribución en la pobreza. El primero dispersa su contribución por medio de cambios
regresivos en la pobreza, crecimiento e inequidad durante el tiempo, mientras que el otro
intenta predecir cambios futuros a través de un cálculo matemático de las elasticidades de la
pobreza con respecto al crecimiento e inequidad. Las elasticidades muestran la reducción
(aumento) de la pobreza causada por un incremento (disminución) del ingreso promedio –
crecimiento– y una reducción (aumento) de la inequidad cuando la distribución y el ingreso
se mantienen relativamente constantes. Ellos proveen una información similar, pero no
exactamente la misma, debido al hecho que durante el tiempo las regresiones ciertamente
“explicarán” mejor las características de una economía que las elasticidades calculadas a
través de un análisis estático que predecirá el comportamiento de los cambios de la pobreza
basados en los posibles cambios en el crecimiento e inequidad siguiendo un patrón
determinado.

Consideramos que la definición de Kakwani de Crecimiento a Favor de los Pobres es mucho


más consistente que la concepción de un crecimiento que beneficia desproporcionadamente a
los pobres y no a los ricos, a diferencia de la perspectiva de Ravallion y Chen (2003), que
establece que el crecimiento es a Favor de los Pobres si reduce la pobreza.

El Índice de Crecimiento a Favor de los Pobres es definido por Kakwani y Pernia como:

Φ= 1+R/G Cuando G < 0 (crecimiento positivo)

Φ = G / (G + R) Cuando G > 0 (recesión)

Donde G es el cambio porcentual de la pobreza como resultado del crecimiento cuando la


distribución del ingreso no cambia, y R es el cambio resultado de la redistribución del ingreso
cuando el ingreso total no cambia. Por lo tanto un cambio de la pobreza se compone de la
adición de estos dos efectos siguiendo una simple relación que evita residuales difícilmente
interpretables:

ΔPα = G + R

ΔPα “es el porcentaje de cambio de la pobreza cuando la distribución del ingreso no cambia,
donde R es el cambio de la pobreza cuando la inequidad cambia en ausencia de crecimiento.
G siempre será negativo porque el crecimiento positivo siempre reduce la pobreza si la
distribución permanece constante. R puede ser negativo o positivo dependiendo si el

34
crecimiento es acompañado por un mejoramiento o empeoramiento de la inequidad.”
(Kakwani y Pernia, 2000).

Crecimiento Positivo

“Si R es negativo, significa que el crecimiento ha producido un cambio en la distribución del


ingreso a favor de los pobres, y por lo tanto se reduce la pobreza. Tal crecimiento puede ser
caracterizado como a favor de los pobres. Si R es positivo, el cambio en la distribución de
ingresos es a favor de los ricos: los ricos se benefician proporcionalmente más que los
pobres.” (Kakwani y Pernia, 2000).

“Φ será mayor que uno cuando R < 0. Por lo tanto, el crecimiento será a favor de los pobres
cuando Φ > 1, lo que significa que los pobres se benefician proporcionalmente más que los no
pobres, y el crecimiento resulta en una redistribución a favor de los pobres. Este sería el
resultado ideal. Cuando 0 < Φ < 1, el crecimiento no es estrictamente a favor de los pobres
(el crecimiento provoca una redistribución en contra los pobres) aunque todavía reduce la
incidencia de la pobreza. Esta situación se denomina generalmente como crecimiento de
goteo. Si Φ < 0, el crecimiento económico provoca un incremento de la pobreza.” (Kakwani y
Pernia, 2000).

En base a esta definición, el crecimiento puede ser clasificado de la siguiente manera:

Φ>1 Crecimiento a favor de los pobres

0<Φ<1 Crecimiento de goteo

Φ<0 Crecimiento a favor de los ricos

Otras clasificaciones con respecto a Φ entre 0 y 1 como diferentes grados de crecimiento a


favor de los pobres no están de acuerdo con la definición, y por lo tanto no son utilizadas en
este análisis.

Recesión

“Durante una recesión, la tasa de crecimiento observado es negativa, lo que resulta en un


aumento de la incidencia de la pobreza, lo que significa que ΔPα y G son positivos. Si no se
produce una redistribución del ingreso debido a la recesión, la incidencia de la pobreza
aumentaría por G por ciento (debido a una disminución de 1% en la tasa de crecimiento),
mientras que el aumento real de la pobreza es de ΔPα por ciento. Por lo tanto, la recesión
será a favor de los pobres si ΔPα < G, y será a favor de los ricos si ΔPα > G.” (Kakwani y
Pernia, 2000). Se debe tomar en cuenta que aunque la recesión sea a favor de los pobres, no
significa que la pobreza se reduzca. La inequidad puede disminuir mientras que el
crecimiento negativo puede producir una reducción total de la pobreza.

En consecuencia, una recesión puede ser calificada como a favor de los pobres o a favor de los
ricos dependiendo del valor de Φ:

Φ>1 Recesión a favor de los pobres

Φ<1 Recesión a favor de los ricos

Estimación de G y R

Para los diferentes períodos, G y R son calculados usando la metodología de Shapley,


adaptada por Kakwani (1997) por medio del Software para un Análisis Distributivo
desarrollado por Jean-Yves Duclos, Abdelkrim Araar y Carl Fortin. Debido a que esta

35
metodología utiliza una línea de pobreza constante y el presente estudio contempla cambios
de esta línea durante cada período, los ingresos del primer año de cada período han sido
ajustados a la línea de pobreza del segundo período. Ambos ingresos han sido ajustados al
efecto de la falta de información hasta 1999 –el cual ha tenido un papel menor en el
transcurso de los años tomando en cuenta el mejoramiento de las técnicas de encuesta,
considerando el PIB real.

Cuadro 4.1. Descomposición de la Pobreza en Crecimiento y Redistribución (%)

Período Línea % de Pobres (P0) % Brecha de Pobreza (P1) % Severidad (P2)


de P0 (t1) P0 ΔP0 P1 (t1) P1 (t2) ΔP1 P2 P2 (t2) ΔP2
Pobreza (t2) (t1)
Línea de Pobreza Extrema
1993-95 279.72 55.94 61.63 5.70 27.06 37.00 9.94 16.64 27.72 11.08
1995-96 346.29 61.63 63.20 1.57 37.00 33.52 -3.48 27.72 21.65 -6.07
1996-97 416.59 63.20 58.61 -4.59 33.52 29.69 -3.83 21.65 18.99 -2.66
1997-98 473.66 58.61 58.93 0.31 29.69 33.70 4.01 18.99 24.33 5.34
1998-99 528.61 58.93 59.94 1.01 33.70 35.60 1.89 24.33 26.13 1.80
1999-01 643.66 59.94 42.50 -17.44 35.60 21.67 -13.92 26.13 14.06 -12.07
2001-02 693.22 42.50 45.68 3.19 21.67 23.11 1.44 14.06 14.92 0.87
2002-03 746.60 45.68 48.74 3.06 23.11 26.09 2.98 14.92 17.50 2.58
Línea de Pobreza Moderada
1993-95 559.44 82.27 82.93 0.66 49.31 55.82 6.51 34.48 43.22 8.74
1995-96 692.58 82.93 85.77 2.84 55.82 55.14 -0.68 43.22 40.46 -2.76
1996-97 833.18 85.77 83.12 -2.65 55.14 51.38 -3.77 40.46 36.86 -3.60
1997-98 947.32 83.12 81.19 -1.92 51.38 52.80 1.43 36.86 40.00 3.14
1998-99 1,057.22 81.19 82.14 0.95 52.80 54.39 1.59 40.00 41.76 1.76
1999-01 1,287.32 82.15 66.34 -15.82 54.39 38.72 -15.67 41.76 27.31 -14.45
2001-02 1,386.44 66.34 70.61 4.27 38.72 41.41 2.69 27.31 29.18 1.87
2002-03 1,493.21 70.61 71.98 1.37 41.41 44.15 2.74 29.18 32.00 2.83

Fuente: SUEDWIND, en base a las EPHPM, con Kakwani (Shapley) hasta DAD ajustada para Z2, tomando la
Línea de Pobreza del segundo año y ajustando el primer año por Z2/Z1. 1999 ha sido ajustado 0.913.

36
Cuadro 4.2. Evaluación de “a Favor de los Pobres” en base al Índice y Criterios de
Crecimiento a Favor de los Pobres de Kakwani

En caso de crecimiento: En caso de recesión:


Φ>1 Crecimiento a favor de los pobres Φ>1 Recesión a favor de los pobres
0 < Φ < 1 Crecimiento de goteo Φ<1 Recesión a favor de los ricos
Φ<0 Crecimiento a favor de los ricos

Período Promedio Número de Pobres Brecha de Pobreza Severidad (P2)


Línea de (P0) (P1)
Pobreza* Φ Crecimiento Φ Crecimiento Φ Crecimiento
a “favor de a “favor de a “favor de
los pobres” los pobres” los pobres”
Línea de Extrema Pobreza
1993-95 279.12 1.02 Recesión a 0.39 Recesión a 0.26 Recesión a
favor de los favor de los favor de los
pobres ricos ricos
1995-96 346.29 1.24 Recesión a - 0.46 Recesión a - 0.20 Recesión a
favor de los favor de los favor de los
pobres ricos ricos
1996-97 416.59 1.58 Crecimiento 1.58 Crecimiento a 1.43 Crecimiento a
a favor de favor de los favor de los
los pobres pobres pobres
1997-98 473.66 - 0.28 Crecimiento - 4.09 Crecimiento a - 7.30 Crecimiento a
a favor de favor de los favor de los
los pobres ricos ricos
1998-99 528.61 1.47 Recesión a 0.66 Recesión a 0.53 Recesión a
favor de los favor de los favor de los
pobres ricos ricos
1999-01 643.66 1.02 Crecimiento 1.19 Crecimiento a 1.38 Crecimiento a
a favor de favor de los favor de los
los pobres pobres pobres
2001-02 693.22 1.06 Recesión a 1.45 Recesión a 1.74 Recesión a
favor de los favor de los favor de los
pobres pobres pobres
2002- 746.60 0.23 Recesión a 0.17 Crecimiento a 0.15 Recesión a
03 favor de los favor de los favor de los
pobres ricos ricos
Línea de Pobreza Moderada
1993-95 559.44 5.20 Recesión a 0.67 Recesión a 0.46 Recesión a
favor de los favor de los favor de los
pobres ricos ricos
1995-96 692.58 0.52 Recesión a - 2.49 Recesión a - Recesión a
favor de los favor de los 0.58 favor de los
ricos ricos ricos
1996-97 833.18 1.23 Crecimiento a 1.48 Crecimiento a 1.50 Crecimiento a
favor de los favor de los favor de los
pobres pobres pobres
1997-98 947.32 1.95 Crecimiento a - 1.31 Crecimiento a - 3.17 Crecimiento a
favor de los favor de los favor los ricos
pobres ricos
1998-99 1,057.22 1.25 Recesión a 0.90 Recesión a 0.74 Recesión a
favor los favor de los favor de los
pobres ricos ricos
1999-01 1,287.32 1.02 Crecimiento a 1.09 Recesión a 1.16 Crecimiento a
favor de los favor de los favor de los
pobres pobres pobres
2001-02 1,386.44 0.75 Recesión a 1.01 Recesión a 1.21 Recesión a
favor de los favor de los favor de los
ricos pobres pobres
2002-03 1,493.21 0.44 Recesión a 0.23 Recesión a 0.19 Recesión a
favor de los favor de los favor de los
ricos ricos ricos
Fuente: SUEDWIND, en base a las EPHPM

* Línea de Pobreza Promedio (en Lempiras, por mes, por persona) entre los dos períodos.

37
Cuadro 4.3. Descomposición de la Pobreza en Crecimiento y Redistribución
con Kakwani

Período Línea de % Número de Pobres % Brecha de % de Severidad (P2)


Pobreza* (P0) Pobreza (P1)
G R ΔPo G R ΔP1 G R ΔP2
Línea de Pobreza Extrema
1993-95 279.72 5.79 -0.09 5.70 3.86 6.09 9.94 2.87 8.21 11.08
1995-96 346.29 1.95 -0.38 1.57 1.60 -5.09 -3.48 1.24 -7.31 -6.07
1996-97 416.59 -2.89 -1.69 -4.59 -2.43 -1.40 -3.83 -1.86 -0.80 -2.66
1997-98 473.66 -1.10 1.41 0.31 -0.98 4.99 4.01 -0.73 6.06 5.34
1998-99 528.61 1.48 -0.47 1.01 1.26 0.64 1.89 0.96 0.84 1.80
1999-01 643.66 -17.17 -0.27 - - -2.27 - -8.75 -3.32 -12.07
17.44 11.65 13.92
2001-02 693.22 3.36 -0.18 3.19 2.09 -0.65 1.44 1.51 -0.64 0.87
2002-03 746.60 0.69 2.37 3.06 0.51 2.47 2.98 0.38 2.20 2.58
Línea de Pobreza Moderada
1993-95 559.44 3.43 -2.77 0.66 4.34 2.17 6.51 3.98 4.76 8.74
1995-96 692.58 1.47 1.37 2.84 1.69 2.37 -6.68 1.60 4.36 -2.76
1996-97 833.18 -2.16 -0.50 -2.65 -2.55 -1.22 -3.77 -2.40 -1.20 -3.60
1997-98 947.32 -0.99 -0.94 -1.92 -1.09 2.52 1.43 -0.99 4.13 3.14
1998-99 1,057.22 1.19 -0.24 0.95 1.43 0.16 1.59 1.30 0.46 1.76
1999-01 1,287.32 -17.17 -0.27 - - -1.25 - - -2.04 -14.45
15.82 14.42 15.67 12.41
2001-02 1,386.44 3.22 1.05 4.27 2.73 - 2.69 2.26 -0.39 1.87
0.04
2002-03 1,493.21 0.60 0.77 1.37 0.64 2.10 2.74 0.55 2.28 2.83

Fuente: SUEDWIND, en base a las EPHPM

* Línea de Pobreza Promedio (en Lempiras, por mes, por persona) entre los dos períodos.

Evidentemente, la insuficiencia del crecimiento para un efectivo combate a la pobreza se debe


principalmente a las profundas inequidades que caracterizan a Honduras y al resto de países
de la región centroamericana. Para evaluar las Metas del Milenio con respecto a la reducción
de la pobreza a la mitad de los niveles de 1990 para el 2015, la Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL, IPEA, PNUD, 2002) ha concluido que considerando los
actuales coeficientes Gini para Honduras, se requerirían 240 años para lograr las Metas del
Milenio. Este largo período es resultado de los lentos ritmos de crecimiento y los altos
índices de inequidad. Podría argumentarse, como ha sido sugerido por estudios recientes
sobre los efectos del crecimiento en la pobreza, que los bajos valores de las elasticidades están
asociados con los altos valores del coeficiente Gini.

Con este cálculo, es muy complicado determinar hasta qué punto los componentes de
crecimiento e inequidad en los cambios de niveles de pobreza se influencian entre sí. De
acuerdo a MacCulloch y Baulch, es posible calcular simplemente “una medida intuitiva del
sesgo de la pobreza en el crecimiento” (MacCulloch, Baulch, 5) (PBG), calculando la
diferencia entre la reducción de la pobreza con el crecimiento neutro distribucional y la
reducción de la pobreza que realmente ocurrió.

38
V. Comentarios y Recomendaciones para la Definición de
Políticas
5.18. Recomendaciones para la Definición de Políticas

El crecimiento es un factor necesario, pero no suficiente para la reducción de la pobreza, y


demostrará su condición en pro de los pobres solamente si se toman en cuenta tasas de
crecimiento cuantitativas con aspectos cualitativos de redistribución e igualdad. La
experiencia ha demostrado que una orientación exclusiva en el crecimiento, incluyendo
medidas como la liberalización comercial y la privatización, han aumentado la brecha de
ingresos y pobreza en muchas áreas, y ha fracasado en asegurar un crecimiento a favor de los
pobres o un efecto de goteo.

A nivel nacional, las relaciones inequitativas de poder se relacionan con un desigual acceso a
oportunidades, las que han profundizado las relaciones de discriminación y las estructuras
generadoras de pobreza. Esto es particularmente cierto para las mujeres, que son aún más
discriminadas, al igual que las minorías étnicas, niños, ancianos y personas discapacitadas.
Además, estas relaciones inequitativas de poder se expresan en la falta de descentralización y
de participación, la fragilidad de la Constitución, la violación de derechos humanos,
instituciones públicas parcializadas, corrupción y falta de democracia. La inequidad a nivel
nacional es también consecuencia de la inequidad a nivel mundial, que incide en Honduras
por medio de la geopolítica global, así como con las estructuras comerciales y financieras.

Cómo Superar la Inequidad

• Honduras presenta un enorme problema de crecimiento y pobreza. Sin embargo, en


nuestra opinión, su problema principal es la inequidad. Aún no se ha logrado un
crecimiento rápido y sostenible porque la inequidad es una de sus limitaciones
fundamentales. Por esta razón, sugerimos la aplicación de estrategias de promoción
de una distribución más equitativa del crecimiento para operacionalizar un
crecimiento a favor de los pobres. Las siguientes medidas podrían ayudar a superar
las inequidades verticales:

o La redistribución de los activos, como la tierra y los derechos de propiedad, y


reforma agraria que incluya la legalización de los derechos de propiedad
especialmente para los grupos étnicos postergados como los Lencas en el
occidente, los Tepemechines y Garífunas en el norte, y también para diversos
grupos campesinos que ocupan tierras comunitarias y ociosas. Es necesario
impulsar nuevas oportunidades para fundaciones que beneficien a personas que
trabajan en el sector informal urbano: programas especiales de crédito y medidas
de fortalecimiento de capacidades a través de la expansión de las operaciones del
INFOP.
o Acceso a crédito (por medio de programas especiales, como cajas rurales
especializadas o corporaciones agrícolas de crédito, asociaciones cooperativas de
crédito, y programas de microcrédito e instituciones similares para el sector
informal con bajas tasas de interés y reducidos requisitos colaterales). El impacto
de los programas de crédito agrícola debe ser evaluado periódicamente
considerando su incidencia en el crecimiento del ingreso de los hogares más
pobres.
o Intervención fiscal, por ejemplo a través del subsidio de los impuestos,
especialmente del transporte urbano en Tegucigalpa y San Pedro Sula, para
permitir a los más pobres tener mejores condiciones para participar en los
mercados laborales.
o Inequidades de género: a pesar que generalmente incluyen una perspectiva de
género, muchas ERP no contienen una propuesta estratégica sobre cómo afrontar

39
la inequidad de género directamente y lograr una reducción de la pobreza relativa
al género; en algunos casos, ni siquiera se han planteado indicadores fijos. La
revisión del gasto público podría también incluir un análisis sobre género. En
ambos casos, la condición inicial es mejorar la base de datos desde una
perspectiva de género, por ejemplo, a través de un presupuesto en base a género
del gasto público, así como a su posterior monitoreo. No solamente mejorando la
situación educativa de las mujeres, pero también promoviendo programas
especiales de creación de actividades productivas capaces de generar ingresos
para las mujeres, priorizando a las mujeres jefes de familia. Debe prestarse una
atención especial al cumplimiento de los principios laborales fundamentales de
las mujeres que trabajan en la maquila (zonas de producción de exportaciones).

• Promover el fortalecimiento de las capacidades del capital humano.

• Establecer una política salarial dentro del marco de los límites salariales de las
maquilas en toda la región.

• Establecer una infraestructura de servicios sociales (salud, educación, centros de


enseñanza preescolar, fondos de pensión, etc.) (PNUD, 58).

Reformas Institucionales

• En concordancia con la lógica de los Términos de Referencia facilitados a los 15


estudios de país, los ciclos de pobreza perpetuados por las políticas macroeconómicas
identificadas como parte de las condiciones iniciales del análisis y sus dinámicas
modificaciones durante el tiempo hubieran sido sujetos a la definición de políticas de
crecimiento a favor de los pobres en los capítulos subsiguientes. El análisis de las
condiciones iniciales tiene sentido solamente si se encuentran mecanismos para
eliminar sus impactos negativos y procurar encontrar posibilidades de estimular los
factores condicionantes positivos. Por lo tanto, es importante tomar en cuenta las:

o Experiencias negativas y positivas de la Estrategia de Sustitución de


Importaciones.
o Consecuencias negativas y positivas del Nuevo Modelo Económico aplicado en los
noventas en Honduras y otras partes del mundo.

• Honduras es un país con altos niveles de corrupción y clientelismo político. Las


promesas electorales y políticas populistas influencian negativamente al gasto
público. Desafortunadamente, los programas sociales importantes como el FHIS son
manipulados por las elites políticas con fines proselitistas. Un proceso de
apropiamiento social desde abajo debe ser acompañado por políticas de
descentralización, participación, transparencia para principalmente supervisar los
poderes discrecionales de los funcionarios públicos, y la definición de políticas fiscales
y financieras.

• El problema del servicio de la deuda externa de Honduras continúa siendo grave. La


reducción de la deuda en el marco de la Iniciativa HIPC es mínima y demasiado lenta,
solamente US$ 80 millones de los aproximadamente US$ 960 millones que fueron
anunciados al inicio han sido condonados. Un futuro análisis de sostenibilidad de la
deuda deberá enfocarse más en los efectos de la deuda en el incremento del gasto
fiscal, como por ejemplo, el servicio de la deuda como porcentaje de los ingresos. Si
los ambiguos objetivos de la ERP son cumplidos por Honduras, el total de la deuda
multilateral debe ser cancelado. Un análisis de sostenibilidad de la deuda debe
considerar:

40
o La brecha fiscal.
o La brecha de ahorros.
o La brecha externa.
o La carga de las políticas tributarias en los ingresos.
o El financiamiento de los costos anuales para lograr las MDM debe ser priorizados
en el presupuesto antes de garantizar el servicio de la deuda. Sería aún mejor que
Honduras busque una solución para la reestructuración ordenada de sus deudas
insostenibles.

• Cuando se compara con el nivel de ingresos fiscales, el costo de la gestión y


administración gubernamental es demasiado alta. Con respecto al gasto, pueden
encontrarse cifras perturbadoras, debido a que los salarios del sector público alcanzan
unos 9,600 millones de Lempiras, mientras que solo hace cinco años el gasto de los
salarios del gobierno superaba solamente los 3,000 millones de Lempiras. Este
extraordinario y acelerado incremento no requiere ser comentado, principalmente
porque Honduras ha sufrido una crisis interna y conflictos externos que han afectado
su capacidad de generar y obtener recursos.

• Las medidas para establecer un balance fiscal no pueden contradecir los objetivos de
la ERP, y esta es la razón por la cual es importante explorar mecanismos para reducir
el tamaño de la burocracia sin afectar a los sectores sociales.

• Es aún más importante identificar los sectores que pueden contribuir a aumentar la
base tributaria y así aumentar los ingresos. No hay duda que los mecanismos de
recolección de impuestos deben ser perfeccionados. El director de la DEI ha
confirmado que, “en el caso del impuesto sobre la renta, solamente paga el 2.5% de la
población”, lo que significa que 134,000 contribuyentes deben cumplir con esta
responsabilidad. “Existen un total de 131,000 empresas en el país, de las cuales
solamente 18,000 cumplen con el pago de este impuesto.”

• El reajuste de la equidad requiere evitar que los pobres y muy pobres sean afectados
por las nuevas reformas monetarias orientadas a aumentar los ingresos tributarios.

Pobreza y Políticas Sociales

La privatización de los bienes públicos (agua, electricidad, comunicaciones, etc.) es la base de


las reformas de segunda generación. De acuerdo al modelo, la privatización tendría al menos
dos efectos positivos: i) aumentar la cobertura de los servicios a través del incremento de la
inversión extranjera, y ii) reducción de los costos del consumidor por medio del aumento de
la eficiencia. Para los estratos sociales de bajos ingresos, los servicios de educación y salud
deben ser mejorados sustancialmente, para superar los efectos negativos de la liberalización
comercial. Sin embargo, aunque existan altas tasas de matrícula en el nivel de educación
primaria sin un papel regulatorio determinante del Estado, estas reformas beneficiarán
nuevamente a los ricos y discriminarán a los pobres.

• Las tasas de matrícula son un criterio necesario, pero no suficiente para la medición
de un mejor acceso a la educación. La eficiencia y calidad de la enseñanza y de las
herramientas educativas deben ser mejoradas. Lo mismo debe suceder en el nivel
secundario.

• La situación es similar en el sector salud. Las políticas de privatización del sector


salud deben ser descartadas. Actualmente, los servicios de salud están muy lejos de
proveer un acceso equitativo a los estratos sociales de ingresos altos y bajos.

41
El Concepto General de Crecimiento

Las medidas macroeconómicas apoyadas por el Banco Mundial y el FMI pretenden estimular
el crecimiento. Su impacto en los niveles de pobreza e inequidad es todavía indeterminado.
Las frustradas reformas y las reformas de baja intensidad no fueron capaces de eliminar la
nefasta relación entre las distorsiones fiscales crónicas, que produjeron y mantuvieron altas
tasas de interés e inflación. En consecuencia, la relación entre el crecimiento y estabilidad
macroeconómica debe ser revisada especialmente en los siguientes aspectos:

o Ahorro e Inversión: La relación entre ahorro e inversión.


o Política Fiscal: Los flujos externos que no producen deuda, como las remesas, la
inversión externa directa o la AOD deben ser priorizados sobre otros tipos de
flujos externos. El tratamiento del total de la deuda multilateral es crucial. Un
financiamiento del crecimiento con deuda en denominación doméstica debe ser
solamente una de las opciones. Es aceptable una tasa de inflación de 4% a 5%. El
propósito es lograr una desvalorización a su debido tiempo. Se deben considerar
los potenciales efectos macroeconómicos negativos del financiamiento externo del
presupuesto. Por lo tanto, los fondos provenientes del extranjero deben ser
invertidos en proyectos a favor de los pobres, y deben estar relacionados con un
sustancial alivio de la deuda.
o Política Cambiaria: Los shocks externos son inevitables para los Países Menos
Desarrollados (LDC), y es por ello que una tasa de cambio firme provee un
propósito claro, y además sirve para minimizar el impacto adverso de los shocks
de la demanda externa, así como para la aplicación de políticas que contrarresten
estas consecuencias.

El Estado debe asumir un papel activo en el diseño de políticas de crecimiento y desarrollo en


los LDC (Herr, H.; Priewe, J., 2003):

o Debe proteger el mercado de crédito interno por medio del control de capital.
o Debe proteger las industrias nuevas a través de aranceles y subsidios, y al mismo
tiempo debe realizar acercamientos para la definición de acuerdos bilaterales de
liberalización comercial con países con niveles similares de productividad y
desarrollo para fortalecer la capacidad competitiva de la industria, comercio y
servicios a nivel nacional.

Para ofrecer bienes públicos y para asegurar el éxito del proceso de redistribución, se deben
tomar en cuenta los riesgos característicos del mercado mundial para operacionalizar el
crecimiento a favor de los pobres. Existen muy pocos análisis sobre las consecuencias en la
pobreza debido a la volatilidad, el desarrollo de los mercados internacionales, la apertura del
mercado interno, los shocks externos, y a los restringidos recursos fiscales resultantes.

5.19. ¿Sufrimiento en la Actualidad y Esperanza en el Futuro?

La operacionalización del crecimiento a favor de los pobres no es posible dentro del marco de
la visión neoclásica de la economía, debido a que, por definición, esto provoca un modelo de
crecimiento convencional con efectos de goteo. La evidencia empírica ha demostrado que
este modelo ha propiciado la perpetuación de la inequidad, como se ha visto en el caso de
Honduras y en la mayoría de países con economías abiertas. Si se quiere definir el
crecimiento a favor de los pobres, se debe tomar en cuenta que el mercado y la economía de
libre competencia no pueden convertirse en el sistema de referencia absoluta para todas las
acciones del Estado, que a su vez son reducidas por la concepción neoliberal de conformidad
con el mercado. La libre competencia –igual que el neoliberalismo– no debe ser entendida
como un programa de activismo social, sino como una premisa de descontento con la acción
económica. Este último concepto no está en capacidad de asumir su tarea ética social

42
(Becker, 1965, traducido por el autor), y, por lo tanto, contradice el concepto de crecimiento a
favor de los pobres.

La operacionalización del crecimiento a favor de los pobres implica asumir la alternativa de


una estrategia de desarrollo que logra establecer una relación entre la eficiencia y la justicia.
Invertir en las actividades de los pobres para eliminar las inequidades significa que la justicia
es la premisa necesaria para lograr la eficiencia, y se renuncia a establecer una total libre
competencia como la única referencia para el crecimiento. Esto presupone la definición de
una política macroeconómica que, por un lado, relacione las libertades políticas y humanas
que las personas requieren para tener éxito, y por el otro, que articule los diferentes niveles
de producción: la manufactura a gran escala con la de pequeña escala, la industria agrícola de
producción con la producción para el consumo interno y la orientada a la exportación,
siempre favoreciendo la participación de los pobres en todos los niveles, ya sea mediante la
creación de empleos o un mayor acceso a los recursos productivos.

Además, significa que el Estado asume un papel activo en el establecimiento de las


condiciones institucionales para que los pobres participen eficientemente en los mercados.
El sector público es también importante para garantizar tanto el fortalecimiento del capital
humano de los pobres, como el acceso a los recursos y activos que puedan asegurar la
obtención de ingresos permanentes. Esto implica abordar los procesos de privatización
desde una nueva perspectiva, especialmente los procesos de privatización de los bienes
colectivos, como el agua y la electricidad.

5.19.1.¿Cómo se mide la pobreza?

Debido a que el crecimiento a favor de los pobres va más allá de garantizar un cierto nivel de
ingreso a las personas que viven por debajo de la línea de pobreza, es necesario analizar las
numerosas determinantes de las situaciones de desventaja en las que se encuentran los
grupos sociales menos favorecidos. Esto también está relacionado con los conceptos básicos
utilizados para medir la pobreza. Limitar la definición de crecimiento a favor de los pobres a
un concepto de pobreza entendido como la insuficiencia de ingresos conlleva a la formulación
de políticas públicas que han sido extensamente discutidas por muchos autores. Una
definición reduccionista de crecimiento económico origina la formulación de medidas de
política en donde los medios se confunden con las finalidades, debido a que generalmente se
olvida, no solamente en la práctica, que las vidas de las personas son la prioridad
fundamental, y que la producción y la prosperidad material son simplemente instrumentos
para lograr esta meta.

Por esta razón, el punto de referencia más adecuado es aquel que se basa en una definición de
pobreza como la falta de oportunidades de realización personal (Sen, 2000). Estas
oportunidades no solamente se relacionan con el acceso a la satisfacción de las necesidades
básicas, pero también con aquellas relacionadas con el ingreso. Además de las oportunidades
de realización personal, se pretende una expansión de las capacidades, habilidades o
predisposiciones (capacidades para escoger alternativas de forma deliberada) de los pobres
(Sen, 2000, 14-15). Dentro de estas, las más importantes son el acceso a la educación, salud,
vivienda adecuada, electricidad, agua potable, etc., y también la libertad de participar en la
vida política y social de su entorno.

Dentro de esta visión, la expansión de las capacidades se convierte en el principal objetivo del
desarrollo, y por consiguiente, del crecimiento. Es obvio que el ingreso per cápita está
relacionado positivamente con la reducción de la pobreza. Lo que se cuestiona es la
reducción de la esencia del problema al crecimiento de los ingresos sin darle la importancia
debida a los otros determinantes de la pobreza. En consecuencia, es importante refutar la
definición de calidad de vida (más allá de la simple concepción de vida) que se fundamenta
en los siguientes enfoques tradicionales:

43
• El que se basa en los bienes que las personas poseen y utilizan (considerando su nivel
y sus mecanismos de distribución); y

• El que se determina con respecto a la “utilidad” (como ha sido definida por los
neoclasicistas y los llamados “medidores de placer”) proveída por los bienes y
servicios, que también está definida en base a indicadores cuantitativos de los bienes
a los que las personas tienen acceso.

¿Cómo se supera la inequidad?

La definición de crecimiento a favor de los pobres implícitamente supone el rechazo a la


visión de crecimiento de Kusnetz. Por lo tanto, debe discutirse una definición alternativa de
pobreza, así como una nueva teoría de inequidad de acuerdo al actual proceso de
globalización, es decir, las posibilidades con que cuentan los países pobres con economías
abiertas de eliminar sus inequidades internas y combatir las inequidades externas.

Con respecto a esto último, es importante mencionar los dos fundamentos de justicia de
acuerdo a John Rawls (1993), que son los siguientes:

• Cada persona tiene el mismo derecho de disfrutar sus libertades fundamentales.


• Las inequidades sociales y económicas deben ser ajustadas de forma que, a) sea
razonable considerar que son de beneficio para todos y cada uno, y b) estén
relacionadas con posiciones y roles accesibles para todos.

Consecuentemente, estos fundamentos contradicen la opción de crecimiento inflexible,


debido a que ubican a la justicia como un asunto esencial, no solamente en el ámbito político,
pero también a nivel social y económico. Las inequidades existentes en Honduras y en la
mayoría de los países en desarrollo (el sufrimiento de la actualidad) no pueden ser
justificadas en beneficio de la eficiencia y el crecimiento, considerados como la tierra
prometida (la esperanza en el futuro), que consiste en una previsión que es al menos incierta,
sino imposible. Además, este concepto de desarrollo considera a las inequidades como un
obstáculo para alcanzar el crecimiento, y por lo tanto, a una reducción de la pobreza, en lugar
de “un mal necesario” dentro de la lógica de Kusnetz. Sin embargo, a pesar que ciertamente
es complicado identificar las inequidades, el reto de eliminarlas es inmenso, debido a que
implica la alteración de la actual correlación de fuerzas, no sólo a lo interno de los países, sino
también a nivel internacional. Aún durante los períodos cuando esto fue intentado en
Honduras, mediante reformas (más o menos profundas) a inicios de 1972, fue evidente que el
problema de las inequidades es mucho más complejo de lo que se esperaba en primera
instancia.

Una operacionalización del crecimiento a favor de los pobres debe también incluir la esfera
social y política. Esto también incluye la consideración de las relaciones de poder dentro de
las sociedades que se han priorizado, debido a que un obstáculo esencial para el pleno
ejercicio de las capacidades de los pobres está fundamentado en la escasa valoración de los
derechos básicos dentro del país. La discriminación interna (en base a clase social, género,
origen étnico, etc.) constituye un factor de trascendental importancia para explicar el fracaso
para poner en práctica estas capacidades. La alternativa de procurar un desarrollo enfocado
solamente en “obtener la acumulación óptima de capitales” sin que incluya el concepto de
capital social no puede ser catalogada como a favor de los pobres. Algunos estudios han
intentado probar que, en el caso de Honduras, la concentración de capitales durante los
noventas se ha reducido a 26, que es el número de familias que controlan las principales
fuentes de acumulación de capitales. Esto impone serias limitaciones a una inversión en
capital social que podría originar una ampliación de la base productiva.

44
Existe suficiente evidencia empírica que comprueba la teoría que un desarrollo social que
surge de medidas distributivas estimula el crecimiento económico si es acompañado de
políticas de incentivo de mercados que fomentan la expansión económica (Bruno, Ravallion,
Squire, 1996). Con respecto al tema tratado en el presente estudio, los efectos de la
inequidad económica están directamente relacionados con el ingreso y la distribución de
tierras.

5.19.2. Crecimiento a Favor de los Pobres y la Visión del Desarrollo Humano

La operacionalización del concepto de crecimiento a favor de los pobres implica la realización


de un análisis exclusivamente basado en la medición del PIB per cápita, extendiéndose hacia
el estudio de las capacidades humanas y sus funcionalidades como ha sido propuesto por
Sen. Considerando esta perspectiva, se ha establecido un vínculo entre el crecimiento a favor
de los pobres y el concepto de desarrollo humano del PNUD. Sin embargo, para que logren
ser políticamente relevantes, es necesaria su apertura para una continua discusión entre los
diferentes actores sociales. Esta evaluación analítica periódica requerirá, sin embargo, que
sea extendida a las instituciones internacionales de cooperación bilaterales y multilaterales.

Entre los indicadores intermedios para evaluar el progreso de la dimensión del crecimiento a
favor de los pobres, debe establecerse cuáles corresponden a donaciones (Sen, 2000), y que
por lo tanto están relacionados a las llamadas “condiciones iniciales”. Debido a que en
América Latina existen sociedades extremadamente inequitativas, es necesario referirse al
tema de cómo mejorar la efectividad de estas donaciones. El caso de acceso a títulos de
propiedad de tierras como objetivo no debe ser confundido con el acceso a tierras para una
ocupación esporádica. Las donaciones deben ser desarrolladas hacia la titulación, que
también pueden ser operacionalizadas en un sistema de crecimiento a favor de los pobres (un
ejemplo de esto es el catastro para la titulación de tierras dentro del marco de la Ley de
Modernización Agrícola). Estos derechos de utilización de tierras –que se derivan
parcialmente de las donaciones– están protegidos por el derecho consuetudinario, ya sea
legalmente porque constituyen propiedad privada (garantizada por el Estado, y que pueden
ser respaldados en los tribunales), o porque son socialmente legítimos (en el caso de los
bienes públicos, subsidios, donaciones, mecanismos de reciprocidad entre familias, o
sistemas de distribución dentro de las familias).

Para tomar en cuenta los efectos negativos de la globalización, es necesario extender el


enfoque de revisión con el objeto de incluir a las instituciones responsables de tales políticas
a nivel internacional, como la OMC y el FMI.

5.19.3. Crecimiento a Favor de los Pobres y Globalización

La discusión sobre las mejores estrategias de desarrollo y crecimiento para los países pobres
en la literatura especializada es extensa. Las contribuciones recientes, con posterioridad al
“Consenso de Washington”, están orientadas hacia un modelo neoclásico que potencia: la
promoción de la base del desarrollo, y la creación de estabilidad económica. Tales
contribuciones se fundamentan en la presunción que la apertura al comercio internacional es
la condición primordial para el fortalecimiento de las estructuras internas. Los programas de
ajuste estructural (PAE) de primera y segunda generación fracasaron en beneficiar a los
pobres anticipadamente. El temor que las nuevas estrategias ERP y sus programas de
financiamiento PRGF enfrenten el mismo destino es razonable. Imponerse al “Consenso de
Washington” es un requisito indispensable, e implica enfrentar al modelo neoclásico de
estabilización económica e integración radical de la economía mundial.

Uno de estos aspectos es el papel que debería ser desempeñado por el Estado. Es
generalmente conocido que existen condiciones específicas bajo las cuales los mercados
funcionan eficientemente, pero no puede ignorarse que también existen ejemplos drásticos y
profundos del colapso de mercados. Dentro de los primeros, pueden encontrarse

45
depresiones y recesiones económicas, mientras que dentro de los segundos se pueden
encontrar especialmente problemas de inequidad y pobreza. El Estado puede (y debería)
hacer mucho más para reducir los efectos negativos del mercado y para permitir la creación
de una sociedad eficiente y verdaderamente humanitaria.

El problema de la generalización de las prescripciones del Consenso de Washington ha sido


reconocido. Cada país cuenta con estructuras diferentes y complejas que deben tomarse en
cuenta al momento de operacionalizar el crecimiento a favor de los pobres (Stiglitz, 2002,
pág. 250). Los países pobres son estructuralmente vulnerables en la economía mundial y,
por lo tanto, no pueden ser forzados a entrar en un proceso de liberalización sin que se hayan
garantizado las condiciones institucionales para protegerse. Tanto la Gran Bretaña como el
propio Estados Unidos han aplicado restricciones a la filosofía de “libre mercado” a su debido
tiempo (Gray, J., 2001) para ser capaces de fortalecer sus propias estructuras. Para
beneficiarse de un acceso más amplio a los mercados y las tecnologías dentro del marco de la
globalización, previamente se requiere haber fortalecido las capacidades y oportunidades de
realización propia de las personas, o de otra manera, enfrentar sus efectos negativos. La
historia ha demostrado que aquellos países que han tomado una ruta más progresista,
generalmente en contradicción con las recomendaciones del FMI, han logrado aplicar
reformas más profundas (Stiglitz, 2002, pág. 209 y subsiguientes).

46
Referencias
BCH (2003): Actividad Maquiladora en Honduras 2002 Actividad Maquiladora en Honduras
2002 y perspectivas para 2003, Tegucigalpa.

Banco Mundial (2001): Honduras Poverty Diagnostic 2000 Report No. 20531-HO,
Washington

Becker, H.-P. (1965): Die Soziale Frage im Neoliberalismus, Heidelberg.

Bruno, M., L. Squire, y M. Ravallion (1998): “Equity and Growth in Developing Countries:
Old and New Perspectives on the Policy Issues,” en Tanzi, V. y K.

Chu (eds.) Income Distribution and High-Quality Growth. Cambridge.

Baumeister, E. y otros (1996): “El agro hondureño y su futuro”, Centro de Estudios para el
Desarrollo Rural, Tegucigalpa.

CEPAL (2001): Achievements and challenges in the fight against poverty, Santiago

CEPAL (2003a): Trabajo, desigualdad y pobreza. Tendencias recientes en la región norte de


América Latina, LC/MEX/L.553, México.

CEPAL (2003b): Honduras: Evolución económica durante 2002 y perspectivas para 2003,
México.

CEPAL (2004): La competitividad de la industria maquiladora de exportación en Honduras.


Condiciones y retos ante el CAFTA, México.

Cuesta, J. (2002): Crecimiento exportador, distribución y pobreza en Honduras, PNUD,


Tegucigalpa.

Dollar D. y A. Kraay (2002): “Growth is Good for the Poor.” Journal of Economic Growth
7:195-225.

Duncan, R. y Quang, D. (2003): Trade Liberalisation, Economic Growth and Poverty


Reduction Strategies)

Eastwood R. y M. Lipton (2001): “Pro-poor growth and pro-growth poverty reduction:


meaning, evidence and policy implications.” Asian Development Review 19:1-37.

Evans, T. (1998): Liberalización financiera y capital bancario en América Central, CRIES,


Managua.

FOSDEH (2002): El desafío ciudadano: Cambiar las intenciones de la carta con el Fondo
Monetario Internacional, Tegucigalpa.

Gobierno de la República de Honduras (2000): Documento de Estrategia de Reducción a la


Pobreza Interino, Tegucigalpa

Gobierno de la República de Honduras (2003): Estrategia de Reducción a la Pobreza, Primer


Informe de Progreso, Tegucigalpa

47
Herr, H.-J., Priewe, J. (2003): “The Macroeconomic Framework of Poverty Reduction. An
Assessment of the IMF/World Bank Strategy”, FHW, Berlín.

INTERFOROS (2001): Estrategia de combate a la pobreza. Propuesta de INTERFOROS,


Instancia de la sociedad civil, Tegucigalpa.

Klasen, S. (2003): “In Search of the Holy Grail: How to Achieve Pro-Poor Growth?”
Proceedings of ABCDE-Europe.

Knoke, I.; Morazán, P. (2002): PRSP: Beyond the Theory. Practical Experiences and
Positions of Involved Civil Society Organisations, Institut SÜDWIND, Siegburg.

Kakwani N. y E. Pernia (2000): “What is Pro-poor growth?” Asian Development Review 18:1-
16.

López. H. (2003): “Macroeconomics and Inequality. Preliminary draft.” Mimeografeado.


World Bank.

McCulloch, N. and B. Baulch (1999): “Tracking pro-poor growth.” ID21 insights No. 31.
Sussex: Institute of Development Studies.

Morazán, P. (1992): Ursachen für das Anwachsen der Armut in Honduras. Die
Zusammenhänge zwischen Armut, sozialer Differenzierung Migration und abhängiger
Industrialisierung, Lit-Verlag, Hamburg, Münster.

Morazán, P. (1995): “Der Sozialfonds in Honduras. Zusammenfassung von vier


Positionspapieren“, (Manuskript), im Auftrag des BMZ – Arbeitskreises
„Armutsbekämpsfung durch Hilfe zur Selbsthilfe”, Siegburg.

Moreno, A. (1994): Ajuste estructural y modernización agrícola en Honduras: Una visión


crítica, Procaplan, Tegucigalpa.

Perdomo, R. (1999): Impacto socioeconómico de las remesas. Perspectiva global para una
reorientación productiva de las remesas en Honduras, CEPAL, México.

PNUD (1998): Informe sobre el desarrollo humano. Honduras 1998. Por un desarrollo
incluyente, Tegucigalpa.

PNUD (2003): Informe sobre Desarrollo Humano Honduras 2003

PREALC (1986): “Cambio y polarización ocupacional en Centroamérica”, OIT, San José.

Ravallion, M. (2001): Growth, Inequality and Poverty: Looking Beyond Averages. World
Development 29:1803-1815.

Ravallion, M. y S. Chen. (2003): “Measuring pro-poor growth.” Economics Letters 78: 93-99.

Ravallion y Datt (2000): “When is Growth Pro-poor?” Mimeógrafo. World Bank.

Ros, J. (2004): El crecimiento económico en México y Centroamérica: desempeño reciente y


perspectivas, Serie Estudios y Perspectivas, 18, CEPAL, México.

Secretaría de Finanzas, República de Honduras (1999): Memoria 1998. Tegucigalpa,


Honduras.

48
Sen, A. (2002): Ökonomie für den Menschen. Wege zu Gerechtigkeit und Solidarität in der
Marktwirtschaft, dtv, München.

Son, H. y N. Kakwani (2003): “Poverty Reduction: Do Initial Conditions Matter?”


Mimeografeado. World Bank.

Son, H. (2003). “Pro-poor growth: definition and measurement.” Mimeografeado. World


Bank.

Stiglitz, J. (2002) : Die Schatten der Globalisierung, Siedler, Berlín.

Torres-Rivas, E. (1971): “Interpretación del desarrollo social Centroamericano”, EDUCA, San


José.

Thorpe, A. et A. (1995): Impacto del ajuste en el agro hondureño, POSCAE/UNAH,


Tegucigalpa

Thorpe, A. (1996): Honduras, The New Economic Model and Poverty, in Bulmer-Thomas
(Edit.): The New Economic Model in Latin America and its Impact on Income
Distribution and Poverty, London.

Wattel, C., Ruben, R., Caballero, E., Krikke, E. (1994): “Financiamiento rural alternativo”,
Tegucigalpa.

Watts, H.W., 1968. “An economic definition of poverty.” In: Moynihan, D.P (Ed.), On
Understanding Poverty. Basic Books, New York.

49
Cuadros
Cuadro 1.1. Honduras: Evolución de la Propiedad Rural y el Acceso a la Tierra (1952-
1993) …………………………………………………………………………………………………………. 6
Cuadro 1.2. Destino de los Préstamos Agrícolas (como porcentaje del total de
préstamos) …………………………………………………………………………………………………. 7
Cuadro 1.3. Crecimiento de la Población Urbana en las Ciudades Principales …………… 8
Cuadro 1.4. Honduras: Empleo en el Sector Industrial, Producción y Productividad
de acuerdo a los Sectores Productivos …………………………………………………………… 9
Cuadro 2.1. Tasa de Crecimiento del PIB, Población y PIB Per Cápita (en %) …………… 13
Cuadro 2.2. Inversión Extranjera Directa y Cartera de Inversiones en Honduras
(millones de US$) ……………………………………………………………………………………….. 14
Cuadro 2.3. ERP de Honduras – Metas de Crecimiento y Gasto Social ……………………. 15
Cuadro 2.4. Honduras: La Importancia del Sector Externo …………………………………….. 16
Cuadro 2.5. Honduras: Estructura de las Exportaciones, 1980, 1990 y 2000 (en
millones de US$ a precios de 1995) ………………………………………………………………. 17
Cuadro 2.6. Mediciones de Pobreza, no ajustadas (como % de la población total) …….. 18
Cuadro 2.7. Coeficientes de Bienestar y Mediciones de Pobreza, Nacional ……………….. 19
Cuadro 2.8. Mediciones de Inequidad, Nacional, Urbano y Rural …………………………… 20
Cuadro 2.9. Líneas Nacionales de Pobreza* (Lempiras por mes por persona) ………….. 21
Cuadro 3.1a. Tendencia de las necesidades básicas insatisfechas, porcentaje de
hogares, 1990-1997 ……………………………………………………………………………………… 24
Cuadro 3.1b. Acceso al Agua por Grupos de Ingreso (Deciles), Urbano/Rural, 2003 …. 25
Cuadro 3.2. Acceso a Electricidad por Grupos de Ingreso (Deciles), Urbano/Rural,
2003 ………………………………………………………………………………………………………….. 25
Cuadro 3.3. Acceso a Instalaciones Sanitarias por Grupos de Ingreso (Deciles),
Urbano/Rural, 2003 ……………………………………………………………………………………. 25
Cuadro 3.4. Indicadores del Mercado Laboral, 1990-1999 ……………………………………… 28
Cuadro 3.5. Efectos Simulados en los Indicadores Económicos Agregados y el
Mercado Laboral (como porcentaje de la variación del contexto base) ……………… 29
Cuadro 3.6. Personal Empleado en la Industria Maquiladora por Género ………………… 30
Cuadro 3.7. Gasto Social en Servicios Sociales Básicos …………………………………………… 31
Cuadro 4.1. Descomposición de la Pobreza en Crecimiento y Redistribución (%) ……… 36
Cuadro 4.2. Evaluación de “a Favor de los Pobres” en base al Índice y Criterios de
Crecimiento a Favor de los Pobres de Kakwani ………………………………………………. 37
Cuadro 4.3. Descomposición de la Pobreza en Crecimiento y Redistribución con
Kakwani …………………………………………………………………………………………………….. 38

50
ANEXOS

Tabla A1. Escolaridad por género y edad, septiembre 2003 (áreas rurales)

Áreas Rurales
Varones por grupo de edad Niñas por grupo de edad
6a9 10 a 14 15 a 17 6a9 10 a 14 15 a 17
¿Están ellos
recibiendo educación
en algún centro de
enseñanza
actualmente?
Si 85 80.2 36 84.9 81.8 42.3
No 15 19.8 64 15.1 18.2 57.7
Razones para no
asistir a la escuela (%)
Ninguna 9 6.6 9.7 8.7 7.4 13.6
Estudios ya finalizados --- 0.9 1.2 0.5 1.4 1.2
No quería continuar 2.9 28.3 29.3 0.5 16.2 21.5
estudiando
Tenía que comenzar a 0.5 9.1 19.8 --- 1.4 3
trabajar
Tenía que ayudar en las 1 2.2 0.8 1 9.5 10.6
labores del hogar
No había centro de 4.8 6 4.6 5.8 4.6 5.3
enseñanza cercano
Problemas de salud 4.8 6 2.4 3.4 8.1 1.6
Problemas familiares 5.7 3.8 1.8 3.4 4.6 2.8
Matrimonio o embarazo --- --- 0.2 --- 0.7 6.9
Creía ser muy viejo para --- 0.6 0.8 1 0.4 1.2
estudiar
Falta de recursos 14.3 30.8 26.5 11.6 34.5 29.1
económicos
Todavía muy joven 45.7 --- 0.2 56 0.7 ---
Otros 10.5 5.3 2.2 7.7 10.2 2.8
No sabe / No responde 1 0.3 0.4 0.5 0.4 0.5

Fuente: SUEDWIND, en base a las EPHPM, 2003

51
Tabla A2. Escolaridad por género y edad, septiembre 2003 (áreas urbanas)

Áreas Urbanas
Varones por grupo de edad Niñas por grupo de edad
6a9 10 a 14 15 a 17 6a9 10 a 14 15 a 17
¿Están ellos
recibiendo educación
en algún centro de
enseñanza
actualmente?
Si 91 90.4 66.2 90 91.6 67
No 9 9.6 33.8 10 8.4 33
Razones para no
asistir a la escuela (%)
Ninguna 2.4 2.9 2.6 5.4 1.9 3.1
Estudios ya finalizados --- --- --- --- --- 0.8
No quería continuar 7.1 21.4 44.7 3.2 24.8 29.5
estudiando
Tenía que comenzar a --- 3.8 18.3 1.1 5.7 12.8
trabajar
Tenía que ayudar en las --- --- 0.4 --- 6.7 7.4
labores del hogar
No había centro de --- 0.5 0.4 --- --- 0.4
enseñanza cercano
Problemas de salud 1.2 7.6 3 5.4 6.7 5
Problemas familiares 8.2 8.6 4.9 10.8 13.3 5
Matrimonio o embarazo --- --- 0.4 --- --- 9.7
Creía ser muy viejo para --- 0.5 1.7 1.1 --- 0.4
estudiar
Falta de recursos 24.7 22.9 20.4 23.7 30.5 21.7
económicos
Todavía muy joven 49.4 20.5 --- 43 --- ---
Otros 4.7 10 3.4 4.3 9.5 3.5
No sabe / No responde 2.4 1.4 --- 2.2 1 0.8

Fuente: SUEDWIND, en base a las EPHPM, 2003

52
Tabla A3. Nivel de alfabetización y educación por género y área,
septiembre 2003

¿Tiene conocimientos de Rural Urbana


lectura y escritura? Hombres Mujeres Hombres Mujeres
Si 59.18 58.92 75.57 77.32
No 40.82 41.08 24.30 22.68
Nivel educativo Rural Urbana
Hombres Mujeres Hombres Mujeres
Ninguno 34.59 34.66 22.83 21.09
Educación primaria 58.93 57.46 45.22 43.65
Educación secundaria 5.67 7.36 23.9 27.46
(ciclo común)
Educación secundaria 0.57 0.34 7.73 7.63
(diversificado)
No sabe / No responde 0.23 0.17 0.31 0.18

Fuente: SUEDWIND, en base a las EPHPM, 2003

Tabla A4. Acceso a servicios de infraestructura básica por grupos de ingreso


(deciles), urbano/rural, 1999

Decil de Ingreso 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Urbanas
Acceso a Agua
Fuente pública 23.90 29.90 36.10 42.30 49.60 56.20 60.90 70.30 69.00 84.60
Fuente privada o colectiva 54.30 50.20 49.20 44.60 38.40 32.20 31.00 24.90 23.90 13.80
Pozo con bomba 8.70 8.40 6.20 6.80 7.30 6.80 3.90 3.10 4.20 1.10
Río 12.00 11.20 7.40 6.00 3.40 3.60 3.00 0.60 1.30 0.20
Otro 1.10 0.40 1.20 0.30 1.30 1.20 1.20 1.20 1.50 0.40
Instalación Sanitaria
Inodoro 24.80 26.10 26.10 34.70 39.40 45.20 54.50 61.80 68.70 85.30
Letrina 39.20 40.90 42.50 45.30 43.60 42.50 35.30 33.40 26.60 12.60
Ninguna 36.00 33.00 31.40 20.00 17.10 12.30 10.20 4.90 4.70 2.00
Electricidad
Servicio público 27.90 39.40 44.50 59.60 67.30 76.10 79.80 85.20 86.30 92.80
Colectivo 0.10 0.10 0.10 0.20 0.20 0.00 0.30 0.40 0.70 0.20
Individual 0.40 0.00 6.00 0.40 0.30 0.50 0.30 0.50 0.30 0.30
Ninguno 71.60 60.40 54.80 39.90 32.30 23.40 19.70 13.90 12.70 6.70

Fuente: SUEDWIND, en base a las EPHPM, 2003

53
Tabla A5. Honduras: Acceso a servicios de infraestructura básica por grupos de
ingreso (deciles), urbano/rural, 1999

Decil de Ingreso 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Urbanas
Acceso a Agua
Fuente pública 76.50 81.20 86.00 85.80 86.80 90.60 88.30 94.30 96.50 96.90
Fuente privada o colectiva 16.20 15.90 8.90 11.00 7.20 7.50 9.50 4.00 2.70 1.70
Pozo 3.90 1.70 3.40 1.60 3.40 0.30 0.60 0.10 --- 0.80
Río 0.90 --- --- 0.20 --- 0.40 --- 0.20 --- ---
Otro 2.50 1.30 1.60 1.40 2.70 1.10 1.60 1.40 0.80 0.60
Instalación Sanitaria
Inodoro 48.10 52.80 54.50 57.80 67.80 71.00 72.20 80.90 89.00 95.90
Letrina 37.90 37.40 38.80 35.70 27.70 28.00 26.80 17.50 10.80 3.00
Ninguna 14.00 9.70 6.70 6.50 4.50 1.00 1.00 1.70 0.20 1.20
Electricidad
Servicio público 86.40 92.20 93.50 97.60 96.10 96.50 98.30 99.90 100.0 100.0
Colectivo 0.20 --- --- --- 0.30 --- --- --- --- ---
Ninguno 13.30 7.80 6.50 2.40 3.60 3.50 1.70 0.10 --- ---
Áreas Rurales
Acceso a Agua
Fuente pública 21.60 16.20 18.50 25.60 20.20 20.90 21.40 26.50 32.60 29.20
Fuente privada 56.90 58.80 58.50 55.50 63.90 60.30 59.70 56.50 58.30 58.40
Pozo 8.70 8.70 10.00 8.20 7.70 9.00 12.40 8.50 6.30 8.90
Río 12.30 16.00 13.00 10.40 7.30 9.80 5.20 8.40 2.10 2.60
Otro 0.50 0.30 0.00 0.20 0.80 0.00 1.40 0.20 0.70 1.00
Instalación Sanitaria
Inodoro 18.50 19.30 20.40 19.70 27.60 22.00 28.10 33.00 40.90 50.90
Letrina 41.10 36.00 46.10 45.10 41.10 53.40 46.70 46.90 46.80 39.70
Ninguna 40.50 44.70 33.50 35.20 31.30 24.60 25.20 20.10 12.30 9.30
Electricidad
Servicio público 21.90 21.40 28.50 35.00 37.90 42.10 49.20 53.30 63.40 63.10
Colectivo 0.00 0.00 0.10 0.10 0.20 0.10 0.30 0.30 0.70 1.60
Individual 0.60 0.10 0.00 0.70 0.90 0.60 0.60 1.10 0.90 1.10
Ninguno 77.60 78.50 71.40 64.30 61.00 57.10 49.90 45.30 35.00 34.20

Fuente: SUEDWIND, en base a las EPHPM, 2003

54
Tabla A6. Acceso a servicios de infraestructura básica por grupos de ingreso
(deciles), nacional, 2002

Decil de Ingreso 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10

Acceso a Agua
Fuente pública 11.40 13.00 14.40 25.40 32.90 35.60 45.70 50.40 50.70 56.60
Fuente privada o colectiva 49.70 49.40 48.20 46.70 45.00 45.80 40.00 37.10 38.90 36.20
Pozo 2.50 2.80 3.10 3.50 3.60 2.70 1.90 1.90 1.50 0.70
Pozo con bomba 1.20 2.10 2.00 3.20 2.80 2.20 2.80 2.20 1.90 1.60
Río 28.00 25.80 25.20 14.30 8.90 6.20 4.60 2.80 4.20 2.90
Carro cisterna 0.40 0.60 0.60 1.70 2.10 2.80 2.20 2.90 1.50 1.10
Otros 6.80 6.40 6.50 5.30 4.60 3.70 2.80 2.70 1.20 0.90
Instalación Sanitaria
Sanitario conectado a 4.70 6.20 6.20 17.10 23.10 29.10 36.70 47.10 52.00 67.40
alcantarilla
Inodoro (conectado a tanques 2.70 3.40 4.00 8.30 11.50 13.20 13.80 13.90 15.40 12.40
sépticos)
Inodoro (hacia el río) 0.70 0.70 0.80 1.40 1.50 1.40 1.70 1.40 1.70 1.00
Letrina con cierre hidráulico 12.30 13.90 14.40 12.10 10.70 9.30 8.50 6.10 5.00 4.00
Letrina (con tanque séptico) 13.90 12.70 13.00 11.60 11.80 11.70 9.80 9.30 7.50 5.20
Letrina (con tanque de aguas 22.70 23.30 24.40 25.90 25.00 23.10 21.70 17.60 12.70 6.30
negras)
Ninguna 43.00 39.90 38.20 23.70 16.50 12.20 7.80 4.80 5.70 3.80
Electricidad
Servicio público 22.10 26.90 28.70 53.50 66.90 75.20 83.10 88.10 85.80 88.90
Colectivo 0.20 0.40 0.40 1.00 0.70 0.70 1.20 1.20 1.70 1.80
Individual 0.10 0.20 0.20 0.20 0.40 0.40 0.20 0.40 0.50 0.40
Energía solar 0.50 0.40 0.30 0.40 0.50 0.40 0.40 0.50 0.50 0.30
Velas 7.30 5.70 7.50 7.70 5.70 4.60 3.30 2.00 2.00 1.60
Lámpara de aceite 42.20 42.20 40.80 29.50 21.10 15.50 10.00 6.80 6.90 4.90
Leña 27.10 43.60 21.50 7.00 4.10 2.70 1.40 0.70 2.50 2.10
Otros 0.50 0.50 0.50 0.70 0.40 0.50 0.30 0.30 0.20 0.10

Fuente: SUEDWIND, en base a las EPHPM, 2003

55
Tabla A7. Acceso a servicios de infraestructura básica por grupos de ingreso
(deciles), urbano, 2002

Decil de Ingreso 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Urbanas
Acceso a Agua
Fuente pública 61.05 61.11 58.05 59.47 64.52 66.27 65.64 67.84 68.23 69.07
Fuente privada o colectiva 25.13 26.20 29.52 30.70 25.58 26.28 26.66 28.43 28.73 28.92
Pozo 1.32 1.25 2.14 0.66 0.83 0.63 0.76 0.48 0.27 0.24
Pozo con bomba 1.00 1.10 1.69 0.81 1.58 1.22 1.79 0.64 0.77 0.53
Río 1.89 1.12 0.60 0.33 0.54 0.46 0.30 0.00 0.10 0.19
Fuera de propiedad 1.99 3.65 3.50 4.10 3.21 3.23 3.00 1.72 1.16 0.73
Otro 7.62 5.57 4.51 3.93 3.74 1.90 1.84 0.89 0.74 0.32
Electricidad
Servicio público 79.14 86.97 92.03 94.52 95.03 96.23 97.40 97.67 98.15 98.12
Colectivo 0.49 0.86 0.44 0.49 0.57 0.85 0.77 1.13 1.06 1.00
Individual 0.11 0.00 0.00 0.10 0.00 0.13 0.09 0.00 0.00 0.08
Energía solar 0.00 0.32 0.18 0.21 0.11 0.03 0.00 0.00 0.00 0.39
Velas 6.29 4.67 3.39 2.11 1.62 1.26 0.56 0.51 0.31 0.39
Lámpara de aceite 10.92 6.02 3.27 2.20 2.21 1.04 1.18 0.42 0.37 0.33
Leña 2.83 0.68 0.35 0.10 0.00 0.07 0.00 0.00 0.11 0.00
Otro 0.22 0.48 0.34 0.28 0.46 0.38 0.00 0.26 0.00 0.07
Instalación Sanitaria
Conexión por tubería 28.89 39.00 41.59 48.88 50.77 57.03 63.75 67.71 77.12 83.11
Inodoro (conectado a tanques 7.19 8.78 11.00 11.17 11.72 10.85 11.04 12.17 10.04 8.86
sépticos)
Inodoro (hacia el río) 2.44 2.66 2.25 1.76 2.01 1.61 1.37 1.61 1.10 0.93
Letrina (hidráulica) 9.08 7.13 7.31 5.51 4.89 4.05 2.85 2.45 2.19 1.06
Letrina (con tanque séptico) 9.37 6.95 6.99 7.25 6.12 6.3 4.40 5.13 3.44 2.03
Letrina (con tanque de aguas 27.24 25.01 23.90 20.30 19.52 17.49 14.47 9.64 5.35 3.39
negras)
Ninguna 15.79 10.47 6.96 5.13 4.97 2.65 2.11 1.29 0.76 0.61

Fuente: SUEDWIND, en base a las EPHPM, 2003

56
Tabla A8. Acceso a servicios de infraestructura básica por grupos de ingreso
(deciles), rural, 2002

Decil de Ingreso 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Rurales
Acceso a Agua
Fuente pública 3.12 1.39 1.94 3.48 3.65 3.47 6.50 7.86 9.14 8.51
Fuente privada o colectiva 53.55 55.13 54.32 53.47 55.50 58.67 61.76 64.62 66.24 65.03
Pozo 1.62 3.97 2.84 3.98 4.94 5.19 5.21 5.37 4.26 3.62
Pozo con bomba 0.95 1.82 2.34 3.20 3.25 4.62 4.16 4.14 4.70 4.94
Río 33.89 31.10 31.85 29.82 26.41 22.82 16.86 13.72 10.64 13.89
Carro cisterna 0.00 0.19 0.25 0.34 0.30 0.47 0.65 1.18 1.19 1.58
Otro 6.87 6.40 6.45 5.70 5.95 4.78 4.87 3.09 3.84 2.44
Electricidad
Servicio público 12.72 12.00 14.43 19.69 24.75 32.54 41.55 51.82 61.98 55.37
Colectivo 0.23 0.11 0.40 0.34 0.91 1.06 1.02 1.05 2.39 3.89
Individual 0.11 0.12 0.47 0.18 0.23 0.48 0.80 0.80 0.83 1.66
Energía solar 0.81 0.45 0.63 0.12 0.14 0.42 0.94 0.52 1.64 1.41
Velas 7.77 5.89 6.37 9.61 10.45 9.56 8.34 7.52 5.81 6.13
Lámpara de aceite 45.52 50.46 47.87 49.71 47.24 44.70 38.99 31.78 23.72 22.43
Leña 32.45 30.19 29.19 19.86 15.83 10.52 7.81 5.80 3.21 8.92
Otro 0.39 0.72 0.64 0.48 0.45 0.72 0.55 0.71 0.41 0.23
No sabe / No responde 0.00 0.07 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00
Instalación Sanitaria
Inodoro (con alcantarillado) 0.53 0.50 0.47 0.88 1.15 1.98 3.54 4.72 6.96 10.08
Inodoro (tanque séptico) 2.28 2.34 2.27 3.83 5.69 8.56 12.29 15.62 20.30 24.94
Inodoro (hacia un río) 0.56 0.23 0.62 0.21 0.56 0.70 0.56 1.04 1.24 1.65
Letrina (con cierre hidráulico) 14.11 11.99 15.79 16.16 14.81 15.39 14.52 14.27 14.85 12.07
Letrina (con tanque séptico) 16.53 13.21 13.16 13.23 14.72 14.03 16.50 17.05 18.74 15.34
Letrina (con tanque de aguas 20.60 24.18 21.52 24.87 26.27 27.18 26.52 27.60 24.23 19.50
negras)
Ninguna 45.39 47.55 46.17 40.82 36.79 32.15 26.07 19.70 13.68 16.41

Fuente: SUEDWIND, en base a las EPHPM, 2003

57
Tabla A9. Acceso a servicios de infraestructura básica por grupos de ingreso
(deciles), urbano, 2002

Decil de Ingresos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Urbanas
Acceso a Agua
Fuente pública 61.05 61.11 58.05 59.47 64.52 66.27 65.64 67.84 68.23 69.07
Privada o colectiva 25.13 26.20 29.52 30.70 25.58 26.28 26.66 28.43 28.73 28.92
Pozo 1.32 1.25 2.14 0.66 0.83 0.63 0.76 0.48 0.27 0.24
Pozo con bomba 1.00 1.10 1.69 0.81 1.58 1.22 1.79 0.64 0.77 0.53
Río 1.89 1.12 0.60 0.33 0.54 0.46 0.30 0.00 0.10 0.19
Afuera de propiedad 1.99 3.65 3.50 4.10 3.21 3.23 3.00 1.72 1.16 0.73
Otros 7.62 5.57 4.51 3.93 3.74 1.90 1.84 0.89 0.74 0.32
Electricidad
Servicio público 79.14 86.97 92.03 94.52 95.03 96.23 97.40 97.67 98.15 98.12
Colectivo 0.49 0.86 0.44 0.49 0.57 0.85 0.77 1.13 1.06 1.00
Individual 0.11 0.00 0.00 0.10 0.00 0.13 0.09 0.00 0.00 0.08
Energía solar 0.00 0.32 0.18 0.21 0.11 0.03 0.00 0.00 0.00 0.39
Candela 6.29 4.67 3.39 2.11 1.62 1.26 0.56 0.51 0.31 0.39
Lámpara de aceite 10.92 6.02 3.27 2.20 2.21 1.04 1.18 0.42 0.37 0.33
Leña 2.83 0.68 0.35 0.10 0.00 0.07 0.00 0.00 0.11 0.00
Otros 0.22 0.48 0.34 0.28 0.46 0.38 0.00 0.26 0.00 0.07
Instalación Sanitaria
Conexión de Tubería 28.89 39.00 41.59 48.88 50.77 57.03 63.75 67.71 77.12 83.11
Inodoro (con tanque séptico) 7.19 8.78 11.00 11.17 11.72 10.85 11.04 12.17 10.04 8.86
Inodoro (al río) 2.44 2.66 2.25 1.76 2.01 1.61 1.37 1.61 1.10 0.93
Letrina (hidráulica) 9.08 7.13 7.31 5.51 4.89 4.05 2.85 2.45 2.19 1.06
Letrina (con tanque séptico) 9.37 6.95 6.99 7.25 6.12 6.33 4.40 5.13 3.44 2.03
Letrina (con tanque de aguas 27.24 25.01 23.90 20.30 19.52 17.49 14.47 9.64 5.35 3.39
negras)
Ninguno 15.79 10.47 6.96 5.13 4.97 2.65 2.11 1.29 0.76 0.61

Fuente: SUEDWIND, usando las EPHPM, 2003

58
Tabla A10. Acceso a servicios de infraestructura básicos por grupo de ingreso
(deciles), rural, 2002

Decil de Ingresos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Rurales
Acceso a Agua
Fuente pública 3.12 1.39 1.94 3.48 3.65 3.46 6.50 7.86 9.14 8.51
Privada o colectiva 53.55 55.13 54.32 53.47 55.50 58.67 61.76 64.62 66.24 65.03
Pozo 1.62 3.97 2.84 3.98 4.94 5.19 5.21 5.37 4.26 3.62
Pozo con bomba 0.95 1.82 2.34 3.20 3.25 4.62 4.16 4.14 4.70 4.94
Río 33.89 31.10 31.85 29.82 26.41 22.82 16.86 13.74 10.64 13.89
Carro cisterna 0.00 0.19 0.25 0.34 0.30 0.47 0.65 1.18 1.19 1.58
Otros 6.87 6.40 6.45 5.70 5.95 4.78 4.87 3.09 3.84 2.44
Electricidad
Servicio público 12.72 12.00 14.43 19.69 24.75 32.54 41.55 51.82 61.98 55.37
Colectivo 0.23 0.11 0.40 0.34 0.91 1.06 1.02 1.05 2.39 3.86
Individual 0.11 0.12 0.47 0.18 0.23 0.48 0.80 0.80 0.83 1.66
Energía solar 0.81 0.45 0.63 0.12 0.14 0.42 0.94 0.52 1.64 1.41
Candela 7.77 5.89 6.37 9.61 10.45 9.56 8.34 7.52 5.81 6.13
Lámpara de aceite 45.52 50.46 47.87 49.71 47.24 44.70 38.99 31.78 23.72 22.43
Leña 32.45 30.19 29.19 19.86 15.83 10.52 7.81 5.80 3.21 8.92
Otros 0.39 0.72 0.64 0.48 0.45 0.72 0.55 0.71 0.41 0.23
No sabe / No responde 0.00 0.07 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00
Instalación Sanitaria
Inodoro (conectado a 0.53 0.50 0.47 0.88 1.15 1.98 3.54 4.72 6.96 10.08
alcantarilla)
Inodoro (con tanque séptico) 2.28 2.34 2.27 3.83 5.69 8.56 12.29 15.62 20.30 24.94
Inodoro (río) 0.56 0.23 0.62 0.21 0.56 0.70 0.56 1.04 1.24 1.65
Letrina (con cierre hidráulico) 14.11 11.99 15.79 16.16 14.81 15.39 14.52 14.27 14.85 12.07
Letrina (con tanque séptico) 16.53 13.21 13.16 13.23 14.72 14.03 16.50 17.05 18.74 15.34
Letrina (con tanque de aguas 20.60 24.18 21.52 24.87 26.27 27.18 26.52 27.60 24.23 19.50
negras)
Ninguno 45.39 47.55 46.17 40.82 36.79 32.15 26.07 19.70 13.68 16.41

Fuente: SUEDWIND, usando las EPHPM, 2003

59
Tabla A11. Acceso a servicios de infraestructura básica por grupo de ingreso
(en deciles)

Decil de Ingresos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Urbanas y Rurales
Acceso a Agua
Fuente pública 15.90 15.50 21.10 22.70 24.90 30.50 37.20 39.10 42.80 50.40
Privada o colectiva 46.70 48.60 46.10 48.10 46.70 45.10 41.30 42.50 40.80 37.00
Pozo 6.30 4.90 5.60 6.10 4.60 3.70 4.70 6.50 5.60 3.70
Pozo con bomba 2.90 2.70 3.20 2.70 3.30 2.40 2.10 2.50 1.20 2.90
Río 20.40 20.80 16.60 13.50 11.50 12.20 10.00 5.90 6.20 3.90
Carro cisterna 0.60 0.70 1.60 1.00 2.50 2.40 2.60 1.10 1.60 0.70
Pick-up con drones o barriles 0.40 0.10 0.50 0.40 0.40 0.20 0.40 0.40 0.40 0.40
Otros 6.80 6.60 5.20 5.50 6.20 3.50 1.70 2.00 1.20 1.00
Instalación Sanitaria
Inodoro (conectado a 12.90 11.00 18.10 22.60 25.10 31.80 40.30 45.80 55.40 74.80
alcantarilla)
Inodoro (con tanque séptico) 8.70 9.90 10.70 10.90 12.50 13.50 12.70 14.20 10.90 7.80
Inodoro (con drenaje a río. 0.80 1.80 0.80 1.90 1.60 2.20 1.20 1.30 2.30 0.90
laguna o mar)
Letrina (con drenaje a río. 0.80 0.20 1.00 0.10 0.50 0.60 0.40 0.30 0.30 0.10
laguna o mar)
Letrina (con cierre 28.00 27.30 24.10 21.60 20.60 12.60 11.40 9.00 5.40 1.50
hidráulico)
Letrina (con tanque séptico) 11.00 12.00 9.90 10.30 9.70 7.70 6.50 7.10 5.40 2.90
Letrina (con tanque de aguas 37.90 37.80 35.50 32.60 30.00 31.40 27.50 22.40 20.30 11.90
negras)
Electricidad
Servicio público 34.80 35.70 49.90 57.50 58.40 68.00 73.70 78.70 81.90 86.20
Colectivo 1.00 0.40 0.50 1.00 0.50 1.00 2.10 1.10 2.00 2.10
Individual 0.10 0.10 0.60 0.20 0.80 0.50 0.20 1.10 1.10 1.10
Energía solar 0.10 0.40 0.50 0.20 0.10 0.20 0.50 0.80 0.60 1.00
Velas 8.30 10.00 8.60 8.80 5.60 5.40 5.90 5.40 5.40 3.20
Lámpara de aceite 38.70 35.20 28.10 22.50 23.40 16.90 13.60 9.80 7.10 4.90
Madera 16.80 17.30 11.50 9.00 10.70 7.60 3.70 3.00 1.70 1.40
Otros 0.10 0.90 0.40 0.70 0.40 0.40 0.20 0.10 0.10 0.10

Fuente: SUEDWIND, usando las EPHPM, 2003

60
Tabla A12. Acceso a servicios de infraestructura básica por grupo de ingreso
(deciles), urbano 2003

Decil de Ingresos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Área Urbana
Acceso a Agua
Fuente pública 50.80 51.20 49.00 53.70 53.10 58.00 57.30 57.40 53.70 61.00
Privada o colectiva 31.60 32.90 38.70 34.20 39.00 35.10 37.10 36.20 40.00 36.10
Pozo 3.70 5.10 4.40 1.40 0.50 1.90 2.20 3.20 1.80 1.40
Pozo con bomba 1.10 0.70 1.50 0.50 0.50 0.50 0.20 0.20 1.30 0.50
Río 1.80 1.40 0.50 0.50 1.00 - 0.20 0.20 0.30 -
Carro cisterna 2.10 2.70 3.00 5.50 2.40 3.10 1.50 2.10 1.00 0.70
Pick-up con drones o barriles 0.80 0.20 0.20 0.50 0.20 0.50 0.20 0.50 0.50 -
Otros 8.20 5.80 2.70 3.60 3.30 1.00 1.20 0.20 1.50 0.20
Instalación Sanitaria
Inodoro (conectado a 31.70 39.60 44.30 49.60 53.90 60.80 67.50 69.20 77.70 89.00
alcantarilla)
Inodoro (con tanque séptico) 12.50 10.30 11.90 11.60 14.00 13.10 10.60 9.50 9.50 4.80
Inodoro (con drenaje a río. 2.40 0.50 1.50 2.30 1.50 1.70 1.00 2.10 1.80 -
laguna o mar)
Letrina (con drenaje a río. 0.90 1.60 0.80 0.80 1.00 0.20 0.70 - 0.50 -
laguna o mar)
Letrina (con cierre 16.20 12.20 9.80 6.60 6.30 4.60 4.70 3.20 0.50 -
hidráulico)
Letrina (con tanque séptico) 9.10 8.90 9.30 9.10 7.50 4.40 5.70 4.60 3.10 2.40
Letrina (con tanque de 27.10 26.80 22.40 20.00 15.80 15.10 9.90 11.30 6.90 3.80
aguas negras)
Electricidad
Servicio público 80.80 84.80 91.10 93.50 96.20 94.70 97.30 96.10 94.70 97.10
Colectivo 1.80 1.00 1.70 1.20 0.70 1.90 0.50 1.10 1.80 1.00
Individual - 0.50 - - - 0.70 0.20 0.20 0.80 0.20
Energía solar - - - - - - - - 0.80 0.20
Candela 5.80 6.50 3.40 2.70 1.70 2.40 0.70 1.60 0.80 0.70
Lámpara de aceite 8.90 6.00 3.00 2.20 1.20 - 1.20 0.90 1.00 0.70
Leña 1.80 1.00 0.50 0.50 - - - - 0.30 -
Otros 0.80 0.20 0.20 - 0.20 0.20 - - - -

Fuente: SUEDWIND, usando las EPHPM, 2003

61
Tabla A13. Acceso a servicios de infraestructura básica por grupo de ingreso
(deciles), rural, 2003

Decil de Ingresos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Rurales
Acceso a Agua
Fuente pública 3.00 3.40 3.90 3.80 3.20 4.20 3.40 3.60 5.40 4.10
Privada o colectiva 53.40 50.60 56.50 54.10 53.40 55.80 56.10 54.30 50.50 56.40
Pozo 8.70 4.80 5.00 5.40 7.10 7.10 7.30 8.30 12.40 14.20
Pozo con bomba 3.80 3.80 2.80 4.10 5.30 3.40 4.70 5.20 6.00 7.50
Río 24.70 30.20 25.90 25.70 23.90 22.50 21.00 24.30 21.80 23.30
Carro cisterna 0.30 0.20 - 0.50 0.80 - 0.30 1.00 1.00 0.80
Pick-up con drones o barriles 0.30 - - 0.80 0.30 0.80 0.30 0.30 - 0.80
Otros 6.00 7.00 6.10 5.70 6.10 6.30 7.00 3.10 2.80 2.80
Instalación Sanitaria
Inodoro (conectado a 2.20 3.10 2.10 0.80 4.90 2.40 5.30 5.30 6.90 7.00
alcantarilla)
Inodoro (con tanque séptico) 6.60 7.40 8.70 12.10 11.80 9.90 14.50 11.30 18.60 14.90
Inodoro (con drenaje a río. 0.90 0.40 0.80 1.10 2.30 2.40 1.80 1.60 0.90 2.80
laguna o mar)
Letrina (con drenaje a río. 0.90 - - - - - - - - -
laguna o mar)
Letrina (con cierre hidráulico) 31.90 31.10 37.30 37.00 25.90 34.10 27.20 23.90 18.90 14.10
Letrina (con tanque séptico) 14.20 12.10 11.60 10.20 11.40 10.20 9.20 9.10 7.40 8.50
Letrina (con tanque de aguas 43.40 45.90 39.40 38.90 43.70 41.00 42.00 48.40 47.30 52.70
negras)
Electricidad
Servicio público 19.80 18.00 20.90 29.70 33.20 33.00 31.70 37.50 41.20 38.60
Colectivo 0.80 - 0.30 0.30 0.30 0.50 0.30 1.60 2.30 4.70
Individual 0.30 - 0.30 0.80 0.50 0.50 1.60 0.50 1.30 3.90
Energía solar 0.30 0.20 0.60 0.50 0.80 0.50 - 1.30 1.80 2.30
Candela 10.30 8.40 12.70 9.50 11.10 9.70 9.40 9.30 13.70 16.30
Lámpara de aceite 45.30 50.10 43.80 41.60 37.60 38.70 37.90 33.10 31.60 25.90
Leña 23.30 22.80 20.70 17.00 15.80 16.20 18.70 16.00 7.80 7.80
Otros - 0.50 0.80 0.50 0.80 0.80 0.50 0.80 0.30 0.50

Fuente: SUEDWIND, usando las EPHPM, 2003

62
Tabla A14. Acceso a servicios de infraestructura básica por grupo de ingreso
(en deciles), urbano y rural, 2003

Decil de Ingresos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Urbanas y Rurales
Acceso a Agua
Fuente pública 15.9 15.5 21.1 22.7 24.9 30.5 37.2 39.1 42.8 50.4
Privada o colectiva 46.7 48.6 46.1 48.1 46.7 45.1 41.3 42.5 40.8 37
Pozo 6.3 4.9 5.6 6.1 4.6 3.7 4.7 6.5 5.6 3.7
Pozo con bomba 2.9 2.7 3.2 2.7 3.3 2.4 2.1 2.5 1.2 2.9
Río 20.4 20.8 16.6 13.5 11.5 12.2 10 5.9 6.2 3.9
Carro cisterna 0.6 0.7 1.6 1 2.5 2.4 2.6 1.1 1.6 0.7
Pick-up con drones o barriles 0.4 0.1 0.5 0.4 0.4 0.2 0.4 0.4 0.4 0.4
Otros 6.8 6.6 5.2 5.5 6.2 3.5 1.7 2 1.2 1
Instalación Sanitaria
Inodoro (conectado a 12.9 11 18.1 22.6 25.1 31.8 40.3 45.8 55.4 74.8
alcantarilla)
Inodoro (con tanque séptico) 8.7 9.9 10.7 10.9 12.5 13.5 12.7 14.2 10.9 7.8
Inodoro (con drenaje a río. 0.8 1.8 0.8 1.9 1.6 2.2 1.2 1.3 2.3 0.9
laguna o mar)
Letrina (con drenaje a río. 0.8 0.2 1 0.1 0.5 0.6 0.4 0.3 0.3 0.1
laguna o mar)
Letrina (con cierre hidráulico) 28 27.3 24.1 21.6 20.6 12.6 11.4 9 5.4 1.5
Letrina (con tanque séptico) 11 12 9.9 10.3 9.7 7.7 6.5 7.1 5.4 2.9
Letrina (con tanque de aguas 37.9 37.8 35.5 32.6 30 31.4 27.5 22.4 20.3 11.9
negras)
Electricidad
Electricidad 36 36.6 51.5 58.9 59.8 69.7 76.6 81.7 85.6 90.4
Ninguno 64 63.4 48.6 41.1 40.2 30.3 23.4 18.3 14.4 9.6

Fuente: SUEDWIND, usando las EPHPM, 2003.

63
Tabla A15. Porcentaje precios de venta de Dólar en el sistema financiero

Series Mensuales, 1992-2004 (en Lempiras)


Mes 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002 2003 2004
Enero 5.48 5.92 7.36 9.31 10.58 13.08 13.27 14.0 14.72 15.33 16.13 17.15 17.98
Febrero 5.48 5.94 7.54 9.19 10.8 12.85 13.32 14.06 14.79 15.38 16.25 17.23 18.06
Marzo 5.48 5.95 7.66 9.24 11.03 12.93 13.37 14.13 14.83 15.43 16.32 17.31 18.14
Abril 5.48 6.00 7.89 9.21 11.18 12.84 13.36 14.19 14.87 15.49 16.40 17.38 18.22
Mayo 5.48 6.15 8.19 9.25 11.31 13.21 13.43 14.26 14.94 15.54 16.48 17.43
Junio 5.54 6.33 8.58 9.39 11.64 13.23 13.48 14.33 14.97 15.62 16.57 17.49
Julio 5.59 6.95 8.83 9.53 12.11 13.24 13.53 14.39 15.03 15.67 16.64 17.56
Agosto 5.65 7.00 8.97 9.66 12.41 13.24 13.58 14.43 15.08 15.71 16.73 17.65
Septiembre 5.71 7.00 9.10 9.79 12.57 13.24 13.67 14.52 15.15 15.77 16.82 17.73
Octubre 5.85 7.02 9.21 9.93 12.71 13.25 13.73 14.56 15.21 15.86 16.93 17.80
Noviembre 5.93 7.22 9.34 10.17 12.76 13.25 13.83 14.61 15.27 15.97 17.00 17.88
Diciembre 5.93 7.38 9.47 10.36 12.93 13.26 13.92 14.66 15.31 16.05 17.07 17.93
Porcentaje 5.63 6.57 8.51 9.59 11.84 13.14 13.54 14.35 15.01 15.65 16.61 17.54 18.10

Fuente: Banco Central de Honduras

Tabla A16. Fuerza laboral en la agricultura (miles de personas)

1989 1992
Sectores Miles % Total Miles % Total
Moderno 114.8 8.2 166 10.5
Tradicional 513.6 36.9 422.4 26.6
Rural total 628.4 45.1 588.4 37.1
Otros sectores 764.6 54.9 998.7 62.9
Economía Nacional 1393 100 1587.1 100

Fuente: Banco Central de Honduras

64

También podría gustarte