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INEQUIDAD
Pedro Morazán
Instituto SUEDWIND
Primer Borrador
Introducción ......................................................................................................................... 3
I. Contexto Histórico y Condiciones Iniciales ................................................................ 5
1.1. Inequidades y el Acceso a la Tierra .................................................................. 5
1.2. Industrialización y la Estrategia de Sustitución de Importaciones ................ 6
1.3. Primeras Reformas Estructurales .................................................................... 9
1.4. Relación General entre Crecimiento, Pobreza e Inequidad ............................ 11
II. Análisis del Crecimiento, su Impacto en la Distribución y la Pobreza en Honduras . 12
2.5. Pobreza y Estadísticas en Honduras ................................................................ 12
2.6. El Impacto del Crecimiento ............................................................................. 12
2.7. Perfil de la Pobreza y Correlaciones Clave de la Pobreza ................................ 17
2.8. Pobreza e Inequidad ........................................................................................ 19
III. Factores que Afectan la Participación de los Pobres en el Crecimiento ..................... 24
3.9. Introducción ..................................................................................................... 24
3.10. Necesidades Básicas Insatisfechas (NBI) ........................................................ 24
3.11. Participación de los Pobres en el Desarrollo Rural ......................................... 26
3.12. Participación de los Pobres en el Mercado Laboral Urbano ........................... 28
3.13. Gasto Público y Condiciones Sociales .............................................................. 30
3.14. Las Instituciones y la Economía Política ......................................................... 31
3.15. Género e Inequidad .......................................................................................... 32
IV. Intercambios entre el Crecimiento y el Crecimiento a Favor de los Pobres ............... 33
4.16. Crecimiento a Favor de los Pobres en Honduras ............................................ 33
4.17. Descomposición del Crecimiento: Cambios en la Pobreza e Inequidad ......... 34
V. Comentarios y Recomendaciones para la Definición de Políticas .............................. 39
5.18. Recomendaciones para la Definición de Políticas ........................................... 39
5.19. ¿Sufrimiento en la Actualidad y Esperanza en el Futuro? .............................. 42
5.19.1. ¿Cómo se mide la pobreza? ............................................................... 43
5.19.2. Crecimiento a Favor de los Pobres y la Visión del Desarrollo
Humano ............................................................................................. 45
5.19.3. Crecimiento a Favor de los Pobres y Globalización .......................... 45
Referencias ............................................................................................................................ 47
Tablas .................................................................................................................................... 50
2
Introducción
Un país con sólo aproximadamente 6 millones de habitantes y una economía fundamentada
en el café, bananos y productos de Zonas de Procesamiento de Exportaciones generalmente
se encuentra como beneficiario de las estructuras del comercio y de las finanzas globales. Los
acreedores de cerca del 70% de la deuda de Honduras son el Banco Mundial y el FMI, así
como otros bancos multilaterales de desarrollo.
Este estudio de las políticas de “crecimiento a favor de los pobres” de Honduras concluye que
el país requiere revolucionar sus políticas financieras, comerciales y distributivas con el
propósito de cumplir con las Metas de Desarrollo del Milenio (MDM) y asegurar el
cumplimiento de los postulados fundamentales de los Derechos Humanos económicos,
sociales y culturales.
Este demuestra que simplemente un acceso socialmente más equitativo a recursos como la
tierra, crédito, educación, salud y agua, podría ser un factor de crecimiento formidable
tomando en cuenta su historia reciente. Los ministerios, tribunales, policía, bancos, y una
administración y gobiernos locales descentralizados podrían haber motivado este crecimiento
desde abajo, si hubiesen sido más transparentes, participativos, descentralizados y
democráticos, y si hubiesen entregado a los pobres los reducidos recursos que se les habían
confiado. También, es urgente un proceso de apropiamiento social de abajo hacia arriba en
la definición de políticas fiscales, financieras y comerciales.
Hoy en día, las iglesias están conscientes de las causas y determinantes de la pobreza.
Mientras que siempre han apoyado el apropiamiento de los pobres en sus propios asuntos, su
perspectiva limitada de cambio demandaba la toma de las medidas adecuadas, como por
ejemplo, una perspectiva global. El surgimiento de plataformas nacionales de participación
en las discusiones sobre políticas, y la aplicación de programas como las ERP o los
Documentos de Estrategia de País y los Programas Nacionales de Indicadores (CSP/NIP) han
apoyado este proceso. Mediante la participación en discusiones multilaterales sobre el
crecimiento a favor de los pobres, el Servicio de las Iglesias Evangélicas en Alemania para el
Desarrollo (EED), espera contribuir a largo plazo con el surgimiento de una herramienta
flexible para la construcción de políticas macroeconómicas por parte de la Sociedad Civil.
3
Peter Lanzet
Asesor Principal de Políticas
EED
12 de julio de 2004
4
I. Contexto Histórico y Condiciones Iniciales
Cuando se discute sobre el contexto histórico del crecimiento, se debe analizar la herencia de
la época colonial, especialmente el tema de la propiedad de la tierra, así como las condiciones
específicas mediante las cuales las antiguas colonias se integraron en la economía mundial en
el siglo XIX. La estructura de las economías centroamericanas estaba esencialmente
determinada por, tanto la existencia de extensas fincas con una baja productividad, como la
alta dependencia en los dos productos principales de exportación: café y bananos.
El cuadro 1.1 incluye una comparación de los datos obtenidos por los tres censos. En
términos generales, puede decirse que los pobres carecen de un adecuado acceso a su recurso
más importante: la tierra.
Durante este período (1950-1990), no existía la voluntad política suficiente para promover
una reforma agraria que beneficiara a los campesinos pobres, a pesar del hecho que el país
contaba con un gran potencial debido a la existencia de enormes parcelas propiedad del
Estado y de gobiernos locales. En lugar de ello, a finales de los cincuentas, los reclamos de
5
los campesinos por una reforma agraria fueron rechazados debido a que muchos gobiernos
represivos los consideraron como parte de campañas comunistas (POSCAE/UNAH, 33).
Sustitución de Importaciones
• La transformación de las estructuras agrícolas para crear una estabilidad social y para
promover una economía de mercado en el sector rural.
Durante los sesentas, se aplicó una “estrategia hacia adentro” en Honduras. El sector público
cumplía con su función estratégica de estimular un proceso de industrialización a través de
diversas medidas, como la introducción de barreras arancelarias, la sobre-valoración de la
6
tasa de cambio, y la restricción del circulante a favor de las importaciones de capital. La
agricultura, como proveedor de materias primas, la mano de obra y los superávit financieros
logrados por medio de la exportación de productos tradicionales, tenían solamente un papel
secundario.
La nueva estrategia tuvo efectos negativos en el sector agrario porque la intervención del
Estado en el control de los precios a través del Instituto Hondureño de Mercadeo Agrícola
(IHMA) distorsionó el mercado de productos agrícolas. Por lo tanto, el índice estándar de
precios para el productor agrícola se redujo en un 3% anual, provocando una reducción de
más de 30% de los precios relativos. La producción de este sector apenas creció un 2.6%
anual, mientras que la de productos tradicionales aumentó sólo un 1.6% (BCH, Honduras en
Cifras). Los productores a larga y mediana escala se beneficiaron de la constancia de los
precios debido a que, a diferencia de los productores a pequeña escala, ellos tenían mayor
acceso a los centros de compra y almacenamiento (Thorpe, 1995, 84/85). El reducido
crecimiento del producto nacional bruto agrícola produjo una reducción sustancial de los
ingresos del sector y un aumento de la pobreza rural.
El financiamiento del sector agrario demuestra una gran concentración en el sector agrícola y
ganadero para la exportación, que absorben hasta un 80% de los créditos proporcionados,
mientras que el rubro de granos básicos que comprende más de un 20% de la producción
agrícola recibió sólo un 11.6% de la cartera de préstamos.
En Honduras, la cobertura del financiamiento bancario para el sector de granos básicos fue el
más bajo en Centroamérica durante las últimas cuatro décadas, a pesar del hecho que en el
mismo período su economía tuvo el mayor nivel de monetización. Esto ocasionó un
incremento de los préstamos informales de usura (Wattel, págs. 28/29). Las funciones del
crédito como herramienta para el desarrollo fueron generalmente malinterpretadas durante
ese período. Las instituciones internacionales priorizaron los márgenes de ganancia y el
financiamiento de actividades para la exportación, mientras que las instituciones
gubernamentales ignoraron la situación de la agricultura de subsistencia, facilitando
subsidios implícitos al sector agrícola a larga escala.
7
Aspectos Institucionales
Durante este período, la administración de bosques por la COHDEFOR no fue efectiva para la
prevención de la deforestación: entre 1964 y 1986, casi dos millones de hectáreas de bosque
fueron destruidas debido a la tala de árboles e incendios, así como al contrabando de parte de
compañías madereras (Gobierno de Honduras, 1992).
Es importante señalar que este proceso motivó el crecimiento del llamado sector urbano
informal. A medida que los bajos niveles de industrialización en las ciudades y las bajas tasas
de exportación limitaron la absorción de la población que emigraba de las áreas rurales a las
urbanas, surgieron fuentes de trabajo informal, particularmente en las dos ciudades más
grandes del país: Tegucigalpa y San Pedro Sula.
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Cuadro 1.4. Honduras: Empleo en el Sector Industrial, Producción y Productividad de
acuerdo a los Sectores Productivos
De acuerdo a la definición del PREALC, por una parte el subempleo consiste en la falta de
oportunidades para obtener un empleo a tiempo completo, y por otra, a aquellos que a pesar
que trabajan durante una semana laboral completa, no logran el ingreso necesario para
satisfacer sus necesidades básicas.
Para el año 1982, el Sector Urbano Informal (SUI) empleaba a más de un tercio de las
personas con empleo en áreas urbanas en Honduras. Los problemas principales de los
productores y empresarios a pequeña escala del SUI en Honduras se relacionan con sus
posibilidades de obtener los recursos que requieren para producir (créditos, capacitación,
equipo y materias primas), y con el nivel de demanda de sus productos y a las leyes existentes
(PREALC, 1986).
Durante las décadas de los setentas y ochentas, se manifestaron los primeros síntomas
evidentes de la emergente crisis de la estrategia de sustitución de importaciones, en la cual el
Estado era el principal inversionista. La economía y la agricultura en Honduras fueron
afectadas por una gran crisis en los ochentas. Con una tasa de crecimiento promedio de 9%
en los setentas, el sector agrícola sólo creció un 0.6% durante la primera mitad de los
ochentas. Las exportaciones de bienes y servicios disminuyeron un 0.7% en el mismo
período, aunque previamente habían experimentado un crecimiento promedio de 9.8% hacia
finales de los setentas (Banco Central de Honduras). Una de las principales causas de esta
crisis fue la fluctuación de los precios del café y banano, los principales productos de
exportación de la economía hondureña hasta esa época.
Sin embargo, muchas reformas fueron pospuestas debido a la crisis política que afectaba a la
región centroamericana (INTERFOROS, 2001, 29). No fue sino hasta principios de los
noventa que Honduras inició un proceso de reformas estructurales, a partir de 1992 con la
devaluación del Lempira, y el comienzo de la privatización y liberación del comercio y las
finanzas.
En el Sector Agrícola:
En economías como la hondureña, existen dos hipótesis que explican el estancamiento del
sector agrícola: i) la falta de incentivos para los productores, y ii) la inseguridad de la
tenencia y propiedad de la tierra (POSCAE/UNAH, 83). La Ley de Modernización Agrícola
aprobada en 1992 (conocida como la Ley Norton, quien fue la persona comisionada por la
USAID para su redacción) interrumpió el intento de redistribución por medio de la reforma
agraria. Esta pretendía resolver uno de los problemas del sector agrícola: la producción
insuficiente, pero al mismo tiempo, agravó el otro grave problema: la inequidad en el sector
rural.
9
De acuerdo a la Ley Norton, se aplicó una acelerada liberalización del sector, priorizando la
producción a gran escala para la exportación, en detrimento de la producción de granos
básicos a pequeña escala, para resolver el fracaso de las políticas de intervención estatal de
años anteriores. Simultáneamente, el principal producto tradicional, el café, era víctima de la
irregularidad de los precios del mercado internacional: solamente en 1992, las pérdidas de
los productores de café llegaron a un 21% a consecuencia de la reducción de los precios.
Respecto a la elaboración de la Ley Norton y su proceso de aplicación, se pueden establecer
las siguientes conclusiones:
• No existe apropiamiento, porque la Ley Norton fue elaborada casi exclusivamente por
la USAID, con el beneplácito del FMI, del BM y del BID. El gobierno no contaba con
el recurso humano con la suficiente experiencia para intervenir adecuadamente, e
incorporar su propia visión.
Finanzas:
Por otro lado, tanto el Banco Mundial como el BID influyeron decididamente para la
privatización del Banco Nacional de Desarrollo Agrícola (BANADESA), cuya cartera se había
deteriorado debido a la mora de grandes créditos proveídos particularmente a productores a
gran escala, lo que afecta también a los créditos menores al sector agrícola. Con la reducción
del canon de la reserva legal que se acordó con los bancos, la mayor parte del crédito se dirige
hacia la importación de bienes de consumo, que produce las ganancias más altas, mientras
que el sector agrícola sufre de la falta de acceso al crédito y al financiamiento.
1 Cuando se llega a un determinado nivel de aumento, los bancos están obligados a colocar un monto mayor de
depósitos en el Banco Central.
10
1.4. Relación General entre Crecimiento, Pobreza e Inequidad
11
II. Análisis del Crecimiento, su Impacto en la Distribución y
la Pobreza en Honduras
El cálculo de los indicadores de pobreza e inequidad depende de cómo se definen los
conceptos riqueza y bienestar, y los métodos estadísticos que son aplicados. En consecuencia
es muy importante iniciar con un análisis de las cifras existentes. Uno de los progresos de la
ERP es que por primera vez se ha intentado utilizar una definición multidimensional de
pobreza en Honduras. Aunque las estimaciones oficiales del gobierno y de los organismos
internacionales que contribuyeron en la elaboración de la ERP –y las reformas
macroeconómicas apoyadas por el PRGF– facilitaron información clave sobre el estado de la
pobreza, no dieron explicaciones claras sobre el tema de inequidad, especialmente la
económica. Para ser específicos en cuanto al crecimiento a favor de los pobres, es necesario
analizar el crecimiento y sus componentes, así como su impacto en la pobreza y la inequidad.
Los métodos utilizados para calcular los indicadores de pobreza influencian la evaluación del
impacto del crecimiento sobre la pobreza e inequidad. Cada año, la Secretaría de
Planificación (SECPLAN) que forma parte del Ministerio de la Presidencia realiza un análisis
de los niveles relativos de pobreza, en el cual los hogares a nivel nacional son calificados
como “por debajo de la línea de pobreza” (subdivididos a su vez en “indigentes” y “pobres”) y
“no pobres”. Entre los principales índices analizados están los precios de la canasta básica de
consumo (divididos por región), un censo anual de gasto de los hogares, la proporción de los
gastos totales en alimentos para el consumo en el hogar, ingresos reportados y estimados no
reportados, e ingreso real ajustado por región.
El crecimiento en términos del PIB per cápita en Honduras durante los noventas ha sido muy
lento e irregular. El crecimiento per cápita alcanzó su clímax en 1993 con un 3.3%, mientras
que en 1994 disminuyó considerablemente en 4%, y también en 1999 en 4.3%. Entre 1991 y
2002, la tasa promedio de crecimiento del PIB per cápita fue de apenas un 0.3% (ver ERP,
pág. 21 y CEPAL, 2003b, cuadro 1).
12
Cuadro 2.1. Tasa de Crecimiento del PIB, Población y PIB Per Cápita (en %)
En 2003, el crecimiento del PIB en Honduras fue de sólo 2.5%, lo que nuevamente significó
una reducción de los términos per cápita ya que la tasa de crecimiento poblacional fue más
alta. El crecimiento PIB per cápita en Honduras fue uno de los más bajos de América Latina,
sobrepasando solamente las tasas de crecimiento de Nicaragua y Haití, y similar a la lograda
por Bolivia. El crecimiento en Honduras depende significativamente de factores externos,
como el desarrollo de la economía de EE.UU. y, en menor medida, de la inversión interna. La
reciente disminución de las tasas de crecimiento está asociada con la caída de los precios
internacionales del café, así como con la contracción del crecimiento en la economía de
EE.UU. (CEPAL, 2003b). El comportamiento de las exportaciones como el café o artículos
de maquila depende principalmente de la demanda internacional que a su vez está
relacionada con el desarrollo en EE.UU., y sólo depende marginalmente de la tasa de
intercambio real. A pesar que se apreciaron algunas señales de recuperación de las
exportaciones, los sectores que producen para el mercado interno todavía no han alcanzado
un nivel adecuado. Esto demuestra que el desarrollo del sector externo no manifiesta un
resultado adecuado en la demanda interna, como resultado de la falta de interacción entre los
sectores de mercado de exportaciones y el de la economía interna.
En relación con los determinantes del crecimiento durante los noventas, el papel
fundamental en términos de la demanda fue desempeñado por la formación de capital bruto
(FCB) y las exportaciones. El dinamismo de la FCB fue determinado esencialmente por el
significativo crecimiento de los flujos de capital externo que Honduras recibió en 1995,
presumiblemente como resultado del establecimiento de las primeras maquilas para la
exportación, la apertura de las cuentas de capital y los procesos de privatización que se
iniciaron en ese entonces. La liberalización de las cuentas de capital y la estabilidad política
en los noventas produjo un aumento de la IED con tasas de crecimiento relativamente
dinámicas (ver cuadro 2.2).
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Año Total Inversión Extranjera Cartera de
Directa Inversiones
1986 29.0 30.0 -1.0
1987 39.2 38.6 0.6
1988 48.1 48.3 -0.2
1989 51.1 51.0 0.1
1990 43.6 43.5 0.1
1991 52.2 52.1 0.1
1992 47.7 47.6 0.1
1993 52.1 52.1 ---
1994 41.5 41.5 ---
1995 69.4 69.4 ---
1996 90.0 90.0 ---
1997 127.7 127.7 ---
1998 99.0 99.0 ---
1999 237.3 237.3 ---
2000 262.0 262.0 ---
2001 195.0 195.0 ---
(%)
1980-1990 22.6 22.3 ---
1990-2000 19.6 19.7 ---
1980-2000 21.1 21.0 ---
14
de inequidad podría reducir (en términos absolutos) la elasticidad de la reducción de la
pobreza con relación al crecimiento. Estas dos consideraciones sugieren que en lugar de
entorpecer el crecimiento, unas políticas redistributivas bien diseñadas pueden promover el
crecimiento y aumentar los beneficios del crecimiento a favor de los pobres” (ver Banco
Mundial, 2000). Con estas consideraciones iniciales contradictorias, necesariamente surge
la siguiente pregunta: ¿cuál de las dos alternativas debería ser aplicada?
Sin lugar a dudas, los cambios estructurales en Honduras durante los últimos 20 años fueron
muy modestos: la participación de los sectores comerciales solamente aumentó
marginalmente (de 16.2% en 1980, a 39.3 en 1990 y 39.8% en 2000) debido a un incremento
menor del PIB agrícola –entre un 19% y 20%– y un reducido aumento del peso de la
industria manufacturera (de 16.2% en 1980, a 17.1% en 1990 y 18.7% en 2000). Este último
aspecto se debe probablemente a la acentuación de la importancia de las industrias
maquiladoras de exportación las que, aparte de generar empleo, casi no tienen ningún efecto
en el valor agregado en el país. Con respecto a los no comerciales, se ha dado un amplio
incremento de la contribución relativa del rubro de transporte y telecomunicaciones (de 3.8%
en 1980, a 4.9% en 1990 y 5.4% en 2000) como resultado del proceso de privatización
15
aplicado durante los noventas. De igual forma, ha habido un aumento significativo de la
contribución de los servicios financieros (de 10.1% en 1980, a 12.4% en 1990 y 15.4% en
2000) coincidente con la apertura de las cuentas de capital, como resultado de una reducción
significativa de las contribuciones de los sectores de construcción, comercio y turismo,
particularmente de los servicios comunitarios y personales (ver Ros, J. 2004).
Exportaciones y Remesas
16
Cuadro 2.5. Honduras: Estructura de las Exportaciones, 1980, 1990 y 2000
(en millones de US$ a precios de 1995)
Con la eliminación de las cuotas desde 1995 y el final de los Acuerdos Multifibras (AMF) en
2005, se espera que las importaciones de textiles de Asia, especialmente de China, aumenten
sustancialmente su aportación en las importaciones de EEUU a corto plazo. Además,
considerando que la demanda de bienes de la industria textil se reducirá a mediano plazo,
países como Honduras enfrentarán una competencia más intensa en esos mercados.
Remesas
Cuando se perciben los flujos de capital que ingresan al país, es importante considerar el
monto de las remesas enviadas por trabajadores migrantes del exterior. La “exportación de
la fuerza laboral” a través de la migración internacional ha producido un considerable
aumento de las remesas al país. Al mismo tiempo, el gobierno ha intentado utilizar una tasa
de cambio nominal con respecto al US$ para controlar la inflación. Sin embargo, los flujos de
remesas y la IED han puesto presión para la devaluación de la moneda nacional. Esto podría
ocasionar una considerable fluctuación en el sector externo generando una sobrevaloración
de la tasa de cambio real, y por lo tanto, aumentaría la presión para un ajuste estructural.
Esto ocasionaría un deterioro en la distribución de los ingresos y disminuiría el poder de
compra de los salarios.
Para obtener resultados comparables, hemos utilizado el método más común para estimar los
dos indicadores principales de pobreza con relación a los ingresos en Honduras. Calculando
la población (Po), la brecha de pobreza (P1) y la severidad de la pobreza (P2), esta
investigación demuestra los resultados obtenidos de esta evaluación en relación al ingreso
per cápita de los hogares hondureños. Este ejercicio toma en cuenta solamente el ingreso.
Los estimados están basados en las líneas de pobreza utilizadas por CEPAL:
17
resultado del impacto negativo del huracán Mitch. Los resultados del Banco Mundial
muestran un progreso menor para la reducción de la pobreza que los cálculos del gobierno
porque ellos ajustan sus cifras en los casos que no existe información disponible, lo que es
muy común en las encuestas de hogares (por ejemplo, algunos sectores, como los niños de la
calle, generalmente no son incluidos). Por lo tanto, entre 1990 y 1999 ha habido cambios
menores sobre la situación de pobreza en Honduras si las cifras son ajustadas al consumo y a
la falta de información. Obviamente, las estadísticas para el año 1999 son influenciadas por
el impacto del huracán Mitch en los hogares hondureños.
Extrema Moderada
Brecha de Índice de Brecha de Índice de
Población Pobreza Severidad Población Pobreza Severidad
Po P1 P2 Po P1 P2
Mayo 1990 65.07 35.88 24.06 84.80 56.47 42.44
Mayo 1993 52.58 25.03 15.16 80.42 46.90 32.34
Oct. 1995 62.88 37.98 28.46 83.67 56.88 44.21
Sept. 1996 60.65 30.93 19.64 82.40 51.19 36.72
Junio 1997 58.07 29.34 18.73 82.87 50.99 36.50
Sept. 1997 59.51 33.54 23.72 82.50 53.34 40.07
Mayo 1998 59.48 34.25 24.74 81.85 53.42 40.56
Sept. 1998 56.74 32.01 22.90 79.88 51.27 38.42
Mayo 1999 60.36 34.49 24.84 82.13 53.81 40.86
Sept. 1999 57.07 33.41 24.45 79.74 51.86 39.48
Mayo 2001 42.49 21.67 14.06 66.34 38.72 27.31
Sept. 2001 49.77 27.29 18.46 72.27 44.96 32.99
Mayo 2002 45.68 23.11 14.92 70.21 41.41 29.18
Sept. 2002 47.08 25.69 17.47 70.48 42.92 31.29
Marzo 2003 48.16 25.26 16.57 71.66 43.52 31.24
Sept. 2003 45.73 21.95 13.54 68.03 40.92 28.41
Fuente: SUEDWIND, estimaciones del autor utilizando las EPHPM y las líneas de pobreza de CEPAL.
Como puede apreciarse, la reducción de la pobreza aparece aquí en proporciones más altas
que los cálculos realizados por el gobierno. Los niveles de pobreza son considerablemente
más altos en nuestros cálculos: en 1990, el índice de pobreza moderada era de 84.1%, y de
extrema pobreza de 65.1%. En 1999, cerca del 80% de la población era afectada por la
pobreza y no sólo el 48.7% como fue estimada por el gobierno de Honduras. Tal diferencia se
debe parcialmente a las líneas de pobreza utilizadas como base para los cálculos, así como a
posibles errores estadísticos de la EPHPM en sus años iniciales, los que se han reducido en
años más recientes como resultado de una mejor aplicación de las técnicas de recolección de
datos.
18
Cuadro 2.7. Coeficientes de Bienestar y Mediciones de Pobreza, Nacional
Cuando no se hacen ajustes por la falta de información sobre el ingreso en las encuestas,
parece que la pobreza ha disminuido casi un 16% entre 1990 y 2003. Sin embargo, si se
hacen los ajustes necesarios para que los resultados de la encuesta se acerquen a los niveles
de los indicadores de ingreso en las cuentas nacionales, especialmente las calculadas por el
Banco Central, los resultados no son nada espectaculares. Las evaluaciones del Banco
Mundial demuestran que la pobreza casi no se ha reducido de 1991 a 1999, cuando los niveles
de ingreso en las encuestas son ajustados para reflejar el PIB per cápita en las cuentas
nacionales (Banco Mundial, ii).
La inequidad, medida por el ingreso per cápita ha sido amplificada por el nuevo modelo
económico de crecimiento en los noventas y a inicios del presente siglo. Honduras es un país
19
con altos niveles de pobreza y bajos índices de crecimiento económico. En consecuencia,
intuitivamente se puede llegar a la conclusión que el enfoque en el crecimiento económico
automáticamente reduce la pobreza. Esta sugestiva conclusión llevó a muchas instituciones
de cooperación internacional a subestimar los otros aspectos determinantes de la pobreza, es
decir, la inequidad.
El Banco Mundial también considera que en Honduras el crecimiento es más importante que
la redistribución para superar la pobreza: “Aún, mientras que la pobreza depende tanto de la
cantidad de ingreso disponible en una economía y en la distribución de estos recursos entre
la población, debe enfatizarse que en un país pobre como Honduras, el crecimiento es más
importante que la redistribución (aunque la redistribución pudiera motivar al crecimiento).
Esta conclusión ha sido incluida en muchos estudios, incluyendo un informe del Instituto de
Investigación Económica Aplicada (IPEA) (1999) y en la ERP Interina del gobierno de
Honduras.” (BM, 2000). Considerando el hecho que Honduras está entre los países
latinoamericanos con mayores índices de inequidad, todavía debe analizarse si las
implicaciones directas de los conceptos orientados al crecimiento realmente inciden en la
reducción de la pobreza.
Esta tendencia puede observarse utilizando las tres mediciones de la inequidad –Gini,
Atkinson y Theil. Puede además apreciarse que el comercio externo y otras reformas de
ajuste estructural han tenido también efectos negativos en la inequidad, lo que ha
neutralizado los efectos de las políticas sociales que las complementan. Los tres índices más
comunes de inequidad se medirán y calcularán con la asistencia del programa Análisis
Distributivo de la Universidad de Laval en Canadá. Se puede observar que la inclinación
hacia la inequidad tiende a permanecer constante cuando se utiliza el índice Gini, que
mantiene una sensibilidad a la distribución en el ingreso elevado.
Lo que es más alarmante desde el punto de vista social es que el índice Atkinson tiende a
aumentar, especialmente durante los últimos años. Esto puede ser un indicador que la
inequidad ha crecido en los niveles más bajos de distribución del ingreso, lo que implica un
declive de las condiciones de vida de la gente con relación a las condiciones de pobreza
crónica.
Otros análisis que se fundamentan en el ingreso laboral han llegado a las mismas
conclusiones (ver Cuesta, Sánchez). Estas conclusiones corresponden a nuestros cálculos. Ni
las reformas económicas, o los recientes cambios en la composición de los coeficientes, ni los
“éxitos” de exportación de las zonas de producción de exportaciones (maquilas) han tenido
éxito para compensar la disminución de los ingresos como producto de los shocks externos y
las catástrofes naturales como el huracán Mitch y los efectos de El Niño.
20
La evidencia estadística demuestra que la pobreza afecta especialmente a aquellos hogares
encabezados por mujeres. Esto se debe al hecho que el trabajo femenino generalmente es
peor pagado que el del hombre, y también al hecho que –a excepción de las maquilas– no
existen fuentes de trabajo disponibles para las mujeres. Con respecto a la satisfacción de las
necesidades básicas, se han realizado cálculos para los siguientes indicadores: agua,
salubridad y electricidad.
Cuando se habla de los efectos directos del crecimiento en la pobreza, no es suficiente tomar
en cuenta sólo el promedio de número de pobres a nivel nacional, ya que tiene las mismas
limitaciones que el método de bienestar para medir la pobreza, especialmente en Honduras
con sus altos niveles de inequidad. Estimaciones oficiales del Banco Mundial llegan a la
conclusión que un 1% de crecimiento económico sin cambiar los índices de inequidad
(medida a través del coeficiente Gini), podría originar de hecho un 4% de reducción del
índice de pobreza en Honduras. A nivel nacional, la elasticidad de la reducción de la pobreza
en relación al crecimiento es mucho menor, ya que un aumento de 1% del ingreso per cápita
(por ejemplo, un crecimiento de 1%) contribuiría a una reducción de la pobreza y extrema
pobreza de un 0.5%.
Cuadro 2.9. Líneas Nacionales de Pobreza* (Lempiras por mes por persona)
Fuente: Estimados del autor, en base a información de CEPAL y del Banco Central de Honduras.
* Las líneas nacionales de pobreza son estimadas como un promedio ponderado de la población de las líneas de
pobreza urbana y rural utilizando las tasas de inflación.
21
Con respecto a la relación entre liberalización del comercio y reducción de la pobreza y
extrema pobreza, parece que en el caso de Honduras no existe una evidencia empírica sólida
para sostener la tesis que la liberalización sólo tiene un impacto positivo en la reducción de la
pobreza. En consecuencia, es oportuno considerar la teoría que “no existe un apoyo teórico o
empírico que explique una relación causal positiva entre la liberalización del comercio y la
reducción de la pobreza absoluta. Sin embargo, se puede argumentar que intentar diseñar
estrategias de liberalización comercial con el propósito de reducir la pobreza absoluta no es
un objetivo de política prioritario. En lugar de ello, el diseño de un programa de
liberalización comercial y el establecimiento de las condiciones para que los pobres
maximicen su participación en el crecimiento económico deben ser objetivos separados,
pero complementarios.” (Ron Duncan y Doan Quang (2003): Liberalización Comercial,
Crecimiento Económico y Estrategias de Reducción de la Pobreza). Este aspecto tiene una
especial relevancia si se quiere alcanzar un cambio en las discusiones sobre los Lineamientos
de Planificación de Políticas (PPG).
En particular, los pequeños productores rurales, que son de hecho el grupo más grande de
pobres en Honduras enfrentan una grave amenaza para su supervivencia. Hasta ahora sólo
existen planes inciertos “que el gobierno tiene el propósito de revisar, con el apoyo de la AIF,
el impacto que el CAFTA podría tener en los más pobres y en los grupos sociales más
vulnerables para poder diseñar las acciones compensatorias adecuadas” (ver Carta de
Intenciones, 10). Los subsidios para el sector agrícola en EE.UU. continúan siendo altos y
produce una reducción de los precios reales. Honduras sufrirá una pérdida de un 6.7% con
relación al PIB en un período de 10 años cuando los aranceles de importación para los
productos provenientes de EE.UU. sean eliminados. Solamente hace cinco años, los
aranceles de importación en Honduras totalizaban más de un 35% de los ingresos tributarios
22
totales, comparado con sólo un 5% en la actualidad, de acuerdo a lo que han anunciado las
autoridades de la DEI (Dirección Ejecutiva de Ingresos).
23
III. Factores que Afectan la Participación de los Pobres en el
Crecimiento
3.9. Introducción
Han surgido serias restricciones sobre la necesidad de reducir el gasto público, en detrimento
de los servicios de educación y salud que necesitan ser mejorados con urgencia.
Considerando estas dificultades, existe un permanente conflicto entre las medidas de
austeridad requeridas por el FMI, y las políticas de reducción de la pobreza incluidas en la
ERP. El gobierno de Honduras ha enfrentado protestas de los maestros del nivel primario y
secundario, quienes demandan un aumento de sus salarios, que garantizaría un nivel de
subsistencia mínima para las personas empleadas en los sistemas de educación y salud.
24
vivienda es “provisional”. En áreas urbanas y rurales, esta categoría incluye las viviendas
construidas directamente en la tierra, con piso de tierra, así como aquellas construidas con
materiales de desecho o inadecuados.
Cuadro 3.1b. Acceso al Agua por Grupos de Ingreso (Deciles), Urbano/Rural, 2003
Decil de Ingreso 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Urbanas
Acceso a agua 87.2 89.9 93.6 89.8 93.1 95.4 96.8 97.0 96.8 99.1
Ninguno 12.1 10.1 6.4 10.2 6.9 4.6 3.1 3.0 3.2 0.9
Áreas Rurales
Acceso a agua 68.9 62.6 68.0 67.3 69.0 70.4 71.4 71.3 74.3 82.3
Ninguno 31.1 37.4 32.0 32.7 31.0 29.6 28.6 28.7 25.7 27.7
Cuadro 3.2. Acceso a Electricidad por Grupos de Ingreso (Deciles), Urbano/Rural, 2003
Decil de Ingreso 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Urbanas
Electricidad 82.6 86.3 92.8 94.7 96.9 97.3 98.0 97.4 98.0 98.5
Ninguno 17.4 13.7 7.2 5.3 3.1 2.7 2.0 2.6 2.1 1.5
Áreas Rurales
Electricidad 21.1 18.2 22.0 31.4 34.8 34.5 33.6 40.9 46.6 49.5
Ninguno 78.9 81.8 78.0 68.6 65.2 65.5 66.4 59.1 53.4 50.5
Decil de Ingreso 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Urbanas
Inodoro 46.6 50.4 57.7 63.5 69.4 75.6 79.0 80.8 89.0 93.8
Letrina 53.4 49.6 42.3 36.5 30.6 24.4 21.0 19.2 11.0 6.2
Áreas Rurales
Inodoro 9.7 10.9 11.6 14.0 19.0 14.7 21.6 18.6 26.4 24.7
Letrina 90.3 89.1 88.4 86.0 81.0 85.3 78.4 81.4 73.6 75.3
Además, es importante identificar otros factores que afectan la participación de los pobres en
el crecimiento, que están relacionados tanto con la acumulación de capital como con la
productividad de los factores. En lugar de superar las disparidades existentes, las reformas
25
económicas parecen haber consolidado la heterogeneidad estructural entre los sectores
“moderno” y “tradicional” de la economía, entre las áreas urbanas y rurales, entre los sectores
orientados a la exportación y al mercado interno, y entre las regiones costeras (puertos y
grandes ciudades) con el interior del país.
Las reformas económicas, aplicadas desde 1992, pretendían consolidar al sector exportador
no tradicional, y superar la excesiva dependencia en las exportaciones de bananos y café. Sin
embargo, las exportaciones agrícolas continúan siendo volátiles y han sufrido el deterioro de
su competitividad a nivel internacional. Esto ha tenido un impacto en los niveles reales de
ocupación e ingreso de la población que participa en actividades agrícolas. De hecho, el
sector agrícola de exportación demuestra capacidad para la absorción de la fuerza de trabajo
que la agricultura de subsistencia sólo puede lograr en temporadas de bonanza. Aunque es
verdad que el desempleo es relativamente bajo, es necesario contrastar estos datos con las
altas tasas de subempleo y empleos inapropiados para tener una idea de los efectos del
mercado laboral en el empleo del sector agrícola.
En el sector agrícola, el ingreso salarial representa solamente un tercio del ingreso total. Esto
significa que las áreas rurales tienen un número más elevado de trabajadores familiares que
trabajan por su cuenta y que no reciben salario alguno (ERP Interina, 26). Además, se ha
observado que la población del sector agrícola no ha podido mejorar sustancialmente su
acceso a servicios básicos de salud y educación.
26
solamente un 3.6%. Por lo tanto, el crecimiento a favor de los pobres confronta el reto de
ofrecer oportunidades de trabajo a estos campesinos que dependen de ingresos salariales
adicionales, si no es posible incrementar sus posibilidades de acceso a la tierra (sería
interesante realizar una comparación en base a género tomando en cuenta las solicitudes de
empleo recibidas).
El mercado de la tierra ha sido limitado por la falta de una tenencia legalmente reconocida y
políticas orientadas a promover transacciones de tierra legales. Un factor de enorme
importancia es la falta de voluntad de los grandes terratenientes para comercializar sus
tierras inactivas, pero altamente fértiles.
Existe un mercado informal de tierras que no cuentan con títulos legales especialmente entre
pequeños y medianos productores. Diversos estudios demuestran que el mercado informal
de la tierra (principalmente los terrenos propiedad del Estado) es más común entre las
parcelas de menos de 10 hectáreas. Los campesinos más pobres sin acceso a crédito se ven
continuamente presionados a vender sus tierras. De acuerdo a varias estimaciones, la
comercialización de la tierra en el marco de la Ley Norton tiende a forzar a los pequeños
productores a ofrecer su fuerza de trabajo al eliminar la poca tierra que poseen y a aumentar
las capacidades de los productores medianos, mientras que los grandes terratenientes no
participan activamente en el mercado informal de la tierra (Salgado, R. en Baumeister, 1996).
27
3.12. Participación de los Pobres en el Mercado Laboral Urbano
Fuente: Banco Central de Honduras, Gobierno de la República de Honduras (2001), estimaciones de los autores
en base a datos de las EPHPM del INE.
En cualquier caso, la evolución del mercado laboral en Honduras indica que la estrategia de
crecimiento orientada a las exportaciones no generó las suficientes oportunidades de empleo,
más allá de la absorción de los recién llegados al mercado laboral y la capacidad de los bienes
comerciales de ajustarse a sí mismos por medio de los cambios de sus niveles de subempleo
(Cuesta, 2002).
28
Efectos de los Shocks Externos en el Mercado Laboral
La Producción Maquiladora
29
Cuadro 3.6. Personal Empleado en la Industria Maquiladora por Género
A pesar que más de la mitad (57.4%) de los trabajadores de maquila son mujeres, debe
destacarse que, en los últimos cuatro años, ha habido un acelerado incremento de la
participación de hombres como resultado de la diversificación de la producción en otros
rubros además del textil, que todavía contribuye con el 61.5% de la producción del sector.
Más del 30% del total de mujeres empleadas en actividades de manufactura alrededor del
país encuentran un empleo en el sector maquila (BCH, 2003).
Muchos estudios en el país indican que la producción maquiladora estimula una fuerte
migración desde las regiones más pobres en el occidente hacia el norte del país, lo que ha
causado cambios en las estructuras sociales y familiares tradicionales (PNUD, 2003).
Además, debe resaltarse que las condiciones de trabajo en este sector no cumplen con los
requerimientos internacionales mínimos, lo que indica que no puede esperarse un
mejoramiento del capital humano o un impulso significativo al desarrollo humano.
De hecho, la política fiscal no ha logrado establecer un sistema tributario que produzca una
redistribución del ingreso. Al contrario, los ricos se benefician de dos maneras. En primer
lugar, continúan evadiendo impuestos, y los impuestos para los sectores más ricos se han
reducido, mientras que simultáneamente el ISV ha aumentado, lo que ha afectado a los
pobres que no disfrutan de mecanismos de exención de impuestos. Además el gasto en
servicios básicos dirigido a la población pobre absorbió un promedio de 47% del total del
gasto público social durante el período 1990-1998. Esta cifra se redujo a 38.8% en 1998, en
30
parte como resultado del huracán Mitch. El siguiente cuadro muestra las tendencias de gasto
en servicios sociales básicos durante los noventas, a precios constantes de 1996.
Un análisis del gasto en educación ha concluido que los recursos humanos y físicos en el nivel
primario no han sido asignados donde son más requeridos. Como resultado, no han incidido
en un incremento sustancial de la cobertura, calidad o eficiencia del sistema, particularmente
en el sector público. Es necesario destacar que los niveles de cobertura neta y bruta
continúan siendo bajos. Las proporciones de estudiantes/maestros y estudiantes/centros de
enseñanza demuestran un deterioro en todos los niveles durante el período 1990-1997. Esto
limita la posibilidad de aumentar la matrícula, y así reducir el déficit actual.
Además una comparación entre los sectores público y privado demuestran lo siguiente: a) en
el nivel primario, la tasa de repetición de grado es de 9.7% en las escuelas públicas y de 2.9%
en escuelas privadas; b) en el nivel secundario, la diferencia es menor, de 10.3% en el sector
público y 8.7% en escuelas privadas; y c) en el nivel superior la tasa de repetición en el sector
público (UNAH) es de 17%, casi un 100% más alto que en el sector privado, que presenta una
tasa de 8.6%. Estas diferencias cualitativas pueden atribuirse a un financiamiento más alto
en el sector privado.
Sin embargo, estimaciones de los costos por estudiante en el sector público en los diferentes
niveles refleja cantidades similares a aquellas en escuelas privadas. Ocurre lo opuesto en
relación a la recuperación de estos costos, particularmente en el nivel superior, donde el
costo promedio por estudiante en la UNAH es casi equivalente al costo en varias
universidades privadas.
31
En consecuencia, el obstáculo más importante para una efectiva participación de la sociedad
civil es la hegemonía política a lo interno de sus países, y la forma en que los gobiernos
definen este proceso, a los actores para la construcción de consensos, y la selección de lo que
ellos consideran como sociedad civil. Esta es una interrogante enteramente política, en
donde una estructura hegemónica será determinada por los sectores dominantes, y a medida
que afectan los privilegios y beneficios de las clases gobernantes, deben estar muy
conscientes de las críticas que recibirán y de los cambios estructurales que apoyarán.
Sin embargo, creemos que las demandas esenciales de la organización campesina Comité
Coordinador de Organizaciones Campesinas de Honduras (COCOCH) han sido incluidas en
la ERP: la posesión excesiva de tierras no cultivadas de parte de grandes terratenientes, debe
ser limitada mediante la creación de sobretechos. Ciertamente, este es el mecanismo clave
para la redistribución de la propiedad. Sin embargo, debido a que el Congreso Nacional es la
única institución estatal con la facultad de presentar proyectos de ley o modificar las leyes, la
propuesta presentada en la ERP continúa siendo solamente una solicitud del Ejecutivo.
También debemos tomar en cuenta que el Congreso Nacional está conformado por algunos
grandes terratenientes y sus aliados, quienes se han opuesto persistentemente a la
implementación de una reforma agraria. Además, la nueva administración que asumió el
poder en enero de 2002 no podría sentirse obligada a cumplir lo estipulado en la ERP. Pero,
aún si se superarán todos estos obstáculos todavía debe definirse el procedimiento para su
aplicación. A pesar, que efectivamente el “Programa de Acceso a la Tierra” menciona la
participación de las organizaciones campesinas, no especifica cómo se concretará esta
participación (INTERFOROS).
Con respecto a la mujer, las causas de la pobreza están presentes en tres niveles: en el nivel
social donde todavía existe una discriminación institucionalizada, incluyendo al mercado
laboral y el poder político; en el nivel comunitario, donde las normas sociales tienen un
impacto en los papeles y responsabilidades de los hombres y mujeres; y finalmente en el
hogar, donde se presenta una relación inequitativa de poder de acuerdo al sexo y la edad.
Por otro lado, las mujeres tienen menos oportunidades de transformar su trabajo en ingresos,
debido a sus responsabilidades reproductivas, su enfoque en el sector informal y la idea que
sus actividades productivas solamente “asisten” al hombre. Además si la mujer tuviera un
ingreso, sería más difícil para ellas decidir independientemente en que se utilizaría. Las
percepciones sobre el valor y la contribución en el hogar, las normas sociales y el nivel de
autonomía tienen un impacto en su capacidad de participar en el proceso de toma de
decisiones en cualquier nivel.
32
IV. Intercambios entre el Crecimiento y el Crecimiento a
Favor de los Pobres
4.16. Crecimiento a Favor de los Pobres en Honduras
Particularmente, las reformas comerciales debieron haber causado los mayores efectos
redistributivos dentro de todas las reformas aplicadas. Parece que la liberalización de las
cuentas de capital pudo haber equilibrado estos impactos positivos, mientras que el resto de
reformas pudieron haber producido solamente efectos insignificantes en la redistribución.
Investigaciones anteriores han indicado que la reducción en los términos de intercambio
solamente pudo haber sido compensada por medio del ahorro externo y una consecuente
inclinación al endeudamiento externo (Cuesta, m 21-22).
Con respecto a los efectos de la política monetaria, es importante señalar que las
devaluaciones contribuyeron a la contracción del PIB (Cuesta) y, como resultado, al aumento
de la deuda externa. Esto implica que el mejoramiento de la productividad ha sido más
efectivo para estimular el crecimiento del PIB. En cuanto al crecimiento económico, la
devaluación ha causado una reducción de un 14.6%, en las tasas de empleo, relacionado con
una reducción del ingreso laboral de 14.6% (ver Cuesta, 21) que pudo haber sido compensado
con las reducciones de las barreras arancelarias. Sin embargo, la baja productividad del
trabajo no corresponde al incremento de los salarios. Por lo tanto, sería importante procurar
33
un incremento de la productividad por medio del fortalecimiento de las capacidades de los
pobres y de los trabajadores en el sector exportador y particularmente en el no exportador.
Los procesos de privatización no han mejorado la situación de los pobres. Las privatizaciones
fueron contaminadas con corrupción y además se complementaron con un aumento de
precios que limitó el acceso a servicios sociales básicos para los segmentos más pobres de la
población. Lo mismo puede decirse con respecto a los despidos masivos que han tenido un
impacto negativo en las tasas de desempleo. La promesa del aumento de la eficiencia de los
servicios nunca llegó a concretarse, debido a que las compañías no pudieron obtener las
ganancias esperadas.
Existen dos mecanismos posibles para determinar los efectos del crecimiento y la
redistribución en la pobreza. El primero dispersa su contribución por medio de cambios
regresivos en la pobreza, crecimiento e inequidad durante el tiempo, mientras que el otro
intenta predecir cambios futuros a través de un cálculo matemático de las elasticidades de la
pobreza con respecto al crecimiento e inequidad. Las elasticidades muestran la reducción
(aumento) de la pobreza causada por un incremento (disminución) del ingreso promedio –
crecimiento– y una reducción (aumento) de la inequidad cuando la distribución y el ingreso
se mantienen relativamente constantes. Ellos proveen una información similar, pero no
exactamente la misma, debido al hecho que durante el tiempo las regresiones ciertamente
“explicarán” mejor las características de una economía que las elasticidades calculadas a
través de un análisis estático que predecirá el comportamiento de los cambios de la pobreza
basados en los posibles cambios en el crecimiento e inequidad siguiendo un patrón
determinado.
El Índice de Crecimiento a Favor de los Pobres es definido por Kakwani y Pernia como:
ΔPα = G + R
ΔPα “es el porcentaje de cambio de la pobreza cuando la distribución del ingreso no cambia,
donde R es el cambio de la pobreza cuando la inequidad cambia en ausencia de crecimiento.
G siempre será negativo porque el crecimiento positivo siempre reduce la pobreza si la
distribución permanece constante. R puede ser negativo o positivo dependiendo si el
34
crecimiento es acompañado por un mejoramiento o empeoramiento de la inequidad.”
(Kakwani y Pernia, 2000).
Crecimiento Positivo
“Φ será mayor que uno cuando R < 0. Por lo tanto, el crecimiento será a favor de los pobres
cuando Φ > 1, lo que significa que los pobres se benefician proporcionalmente más que los no
pobres, y el crecimiento resulta en una redistribución a favor de los pobres. Este sería el
resultado ideal. Cuando 0 < Φ < 1, el crecimiento no es estrictamente a favor de los pobres
(el crecimiento provoca una redistribución en contra los pobres) aunque todavía reduce la
incidencia de la pobreza. Esta situación se denomina generalmente como crecimiento de
goteo. Si Φ < 0, el crecimiento económico provoca un incremento de la pobreza.” (Kakwani y
Pernia, 2000).
Recesión
En consecuencia, una recesión puede ser calificada como a favor de los pobres o a favor de los
ricos dependiendo del valor de Φ:
Estimación de G y R
35
metodología utiliza una línea de pobreza constante y el presente estudio contempla cambios
de esta línea durante cada período, los ingresos del primer año de cada período han sido
ajustados a la línea de pobreza del segundo período. Ambos ingresos han sido ajustados al
efecto de la falta de información hasta 1999 –el cual ha tenido un papel menor en el
transcurso de los años tomando en cuenta el mejoramiento de las técnicas de encuesta,
considerando el PIB real.
Fuente: SUEDWIND, en base a las EPHPM, con Kakwani (Shapley) hasta DAD ajustada para Z2, tomando la
Línea de Pobreza del segundo año y ajustando el primer año por Z2/Z1. 1999 ha sido ajustado 0.913.
36
Cuadro 4.2. Evaluación de “a Favor de los Pobres” en base al Índice y Criterios de
Crecimiento a Favor de los Pobres de Kakwani
* Línea de Pobreza Promedio (en Lempiras, por mes, por persona) entre los dos períodos.
37
Cuadro 4.3. Descomposición de la Pobreza en Crecimiento y Redistribución
con Kakwani
* Línea de Pobreza Promedio (en Lempiras, por mes, por persona) entre los dos períodos.
Con este cálculo, es muy complicado determinar hasta qué punto los componentes de
crecimiento e inequidad en los cambios de niveles de pobreza se influencian entre sí. De
acuerdo a MacCulloch y Baulch, es posible calcular simplemente “una medida intuitiva del
sesgo de la pobreza en el crecimiento” (MacCulloch, Baulch, 5) (PBG), calculando la
diferencia entre la reducción de la pobreza con el crecimiento neutro distribucional y la
reducción de la pobreza que realmente ocurrió.
38
V. Comentarios y Recomendaciones para la Definición de
Políticas
5.18. Recomendaciones para la Definición de Políticas
A nivel nacional, las relaciones inequitativas de poder se relacionan con un desigual acceso a
oportunidades, las que han profundizado las relaciones de discriminación y las estructuras
generadoras de pobreza. Esto es particularmente cierto para las mujeres, que son aún más
discriminadas, al igual que las minorías étnicas, niños, ancianos y personas discapacitadas.
Además, estas relaciones inequitativas de poder se expresan en la falta de descentralización y
de participación, la fragilidad de la Constitución, la violación de derechos humanos,
instituciones públicas parcializadas, corrupción y falta de democracia. La inequidad a nivel
nacional es también consecuencia de la inequidad a nivel mundial, que incide en Honduras
por medio de la geopolítica global, así como con las estructuras comerciales y financieras.
39
la inequidad de género directamente y lograr una reducción de la pobreza relativa
al género; en algunos casos, ni siquiera se han planteado indicadores fijos. La
revisión del gasto público podría también incluir un análisis sobre género. En
ambos casos, la condición inicial es mejorar la base de datos desde una
perspectiva de género, por ejemplo, a través de un presupuesto en base a género
del gasto público, así como a su posterior monitoreo. No solamente mejorando la
situación educativa de las mujeres, pero también promoviendo programas
especiales de creación de actividades productivas capaces de generar ingresos
para las mujeres, priorizando a las mujeres jefes de familia. Debe prestarse una
atención especial al cumplimiento de los principios laborales fundamentales de
las mujeres que trabajan en la maquila (zonas de producción de exportaciones).
• Establecer una política salarial dentro del marco de los límites salariales de las
maquilas en toda la región.
Reformas Institucionales
40
o La brecha fiscal.
o La brecha de ahorros.
o La brecha externa.
o La carga de las políticas tributarias en los ingresos.
o El financiamiento de los costos anuales para lograr las MDM debe ser priorizados
en el presupuesto antes de garantizar el servicio de la deuda. Sería aún mejor que
Honduras busque una solución para la reestructuración ordenada de sus deudas
insostenibles.
• Las medidas para establecer un balance fiscal no pueden contradecir los objetivos de
la ERP, y esta es la razón por la cual es importante explorar mecanismos para reducir
el tamaño de la burocracia sin afectar a los sectores sociales.
• Es aún más importante identificar los sectores que pueden contribuir a aumentar la
base tributaria y así aumentar los ingresos. No hay duda que los mecanismos de
recolección de impuestos deben ser perfeccionados. El director de la DEI ha
confirmado que, “en el caso del impuesto sobre la renta, solamente paga el 2.5% de la
población”, lo que significa que 134,000 contribuyentes deben cumplir con esta
responsabilidad. “Existen un total de 131,000 empresas en el país, de las cuales
solamente 18,000 cumplen con el pago de este impuesto.”
• El reajuste de la equidad requiere evitar que los pobres y muy pobres sean afectados
por las nuevas reformas monetarias orientadas a aumentar los ingresos tributarios.
• Las tasas de matrícula son un criterio necesario, pero no suficiente para la medición
de un mejor acceso a la educación. La eficiencia y calidad de la enseñanza y de las
herramientas educativas deben ser mejoradas. Lo mismo debe suceder en el nivel
secundario.
41
El Concepto General de Crecimiento
Las medidas macroeconómicas apoyadas por el Banco Mundial y el FMI pretenden estimular
el crecimiento. Su impacto en los niveles de pobreza e inequidad es todavía indeterminado.
Las frustradas reformas y las reformas de baja intensidad no fueron capaces de eliminar la
nefasta relación entre las distorsiones fiscales crónicas, que produjeron y mantuvieron altas
tasas de interés e inflación. En consecuencia, la relación entre el crecimiento y estabilidad
macroeconómica debe ser revisada especialmente en los siguientes aspectos:
o Debe proteger el mercado de crédito interno por medio del control de capital.
o Debe proteger las industrias nuevas a través de aranceles y subsidios, y al mismo
tiempo debe realizar acercamientos para la definición de acuerdos bilaterales de
liberalización comercial con países con niveles similares de productividad y
desarrollo para fortalecer la capacidad competitiva de la industria, comercio y
servicios a nivel nacional.
Para ofrecer bienes públicos y para asegurar el éxito del proceso de redistribución, se deben
tomar en cuenta los riesgos característicos del mercado mundial para operacionalizar el
crecimiento a favor de los pobres. Existen muy pocos análisis sobre las consecuencias en la
pobreza debido a la volatilidad, el desarrollo de los mercados internacionales, la apertura del
mercado interno, los shocks externos, y a los restringidos recursos fiscales resultantes.
La operacionalización del crecimiento a favor de los pobres no es posible dentro del marco de
la visión neoclásica de la economía, debido a que, por definición, esto provoca un modelo de
crecimiento convencional con efectos de goteo. La evidencia empírica ha demostrado que
este modelo ha propiciado la perpetuación de la inequidad, como se ha visto en el caso de
Honduras y en la mayoría de países con economías abiertas. Si se quiere definir el
crecimiento a favor de los pobres, se debe tomar en cuenta que el mercado y la economía de
libre competencia no pueden convertirse en el sistema de referencia absoluta para todas las
acciones del Estado, que a su vez son reducidas por la concepción neoliberal de conformidad
con el mercado. La libre competencia –igual que el neoliberalismo– no debe ser entendida
como un programa de activismo social, sino como una premisa de descontento con la acción
económica. Este último concepto no está en capacidad de asumir su tarea ética social
42
(Becker, 1965, traducido por el autor), y, por lo tanto, contradice el concepto de crecimiento a
favor de los pobres.
Debido a que el crecimiento a favor de los pobres va más allá de garantizar un cierto nivel de
ingreso a las personas que viven por debajo de la línea de pobreza, es necesario analizar las
numerosas determinantes de las situaciones de desventaja en las que se encuentran los
grupos sociales menos favorecidos. Esto también está relacionado con los conceptos básicos
utilizados para medir la pobreza. Limitar la definición de crecimiento a favor de los pobres a
un concepto de pobreza entendido como la insuficiencia de ingresos conlleva a la formulación
de políticas públicas que han sido extensamente discutidas por muchos autores. Una
definición reduccionista de crecimiento económico origina la formulación de medidas de
política en donde los medios se confunden con las finalidades, debido a que generalmente se
olvida, no solamente en la práctica, que las vidas de las personas son la prioridad
fundamental, y que la producción y la prosperidad material son simplemente instrumentos
para lograr esta meta.
Por esta razón, el punto de referencia más adecuado es aquel que se basa en una definición de
pobreza como la falta de oportunidades de realización personal (Sen, 2000). Estas
oportunidades no solamente se relacionan con el acceso a la satisfacción de las necesidades
básicas, pero también con aquellas relacionadas con el ingreso. Además de las oportunidades
de realización personal, se pretende una expansión de las capacidades, habilidades o
predisposiciones (capacidades para escoger alternativas de forma deliberada) de los pobres
(Sen, 2000, 14-15). Dentro de estas, las más importantes son el acceso a la educación, salud,
vivienda adecuada, electricidad, agua potable, etc., y también la libertad de participar en la
vida política y social de su entorno.
Dentro de esta visión, la expansión de las capacidades se convierte en el principal objetivo del
desarrollo, y por consiguiente, del crecimiento. Es obvio que el ingreso per cápita está
relacionado positivamente con la reducción de la pobreza. Lo que se cuestiona es la
reducción de la esencia del problema al crecimiento de los ingresos sin darle la importancia
debida a los otros determinantes de la pobreza. En consecuencia, es importante refutar la
definición de calidad de vida (más allá de la simple concepción de vida) que se fundamenta
en los siguientes enfoques tradicionales:
43
• El que se basa en los bienes que las personas poseen y utilizan (considerando su nivel
y sus mecanismos de distribución); y
• El que se determina con respecto a la “utilidad” (como ha sido definida por los
neoclasicistas y los llamados “medidores de placer”) proveída por los bienes y
servicios, que también está definida en base a indicadores cuantitativos de los bienes
a los que las personas tienen acceso.
Con respecto a esto último, es importante mencionar los dos fundamentos de justicia de
acuerdo a John Rawls (1993), que son los siguientes:
Una operacionalización del crecimiento a favor de los pobres debe también incluir la esfera
social y política. Esto también incluye la consideración de las relaciones de poder dentro de
las sociedades que se han priorizado, debido a que un obstáculo esencial para el pleno
ejercicio de las capacidades de los pobres está fundamentado en la escasa valoración de los
derechos básicos dentro del país. La discriminación interna (en base a clase social, género,
origen étnico, etc.) constituye un factor de trascendental importancia para explicar el fracaso
para poner en práctica estas capacidades. La alternativa de procurar un desarrollo enfocado
solamente en “obtener la acumulación óptima de capitales” sin que incluya el concepto de
capital social no puede ser catalogada como a favor de los pobres. Algunos estudios han
intentado probar que, en el caso de Honduras, la concentración de capitales durante los
noventas se ha reducido a 26, que es el número de familias que controlan las principales
fuentes de acumulación de capitales. Esto impone serias limitaciones a una inversión en
capital social que podría originar una ampliación de la base productiva.
44
Existe suficiente evidencia empírica que comprueba la teoría que un desarrollo social que
surge de medidas distributivas estimula el crecimiento económico si es acompañado de
políticas de incentivo de mercados que fomentan la expansión económica (Bruno, Ravallion,
Squire, 1996). Con respecto al tema tratado en el presente estudio, los efectos de la
inequidad económica están directamente relacionados con el ingreso y la distribución de
tierras.
Entre los indicadores intermedios para evaluar el progreso de la dimensión del crecimiento a
favor de los pobres, debe establecerse cuáles corresponden a donaciones (Sen, 2000), y que
por lo tanto están relacionados a las llamadas “condiciones iniciales”. Debido a que en
América Latina existen sociedades extremadamente inequitativas, es necesario referirse al
tema de cómo mejorar la efectividad de estas donaciones. El caso de acceso a títulos de
propiedad de tierras como objetivo no debe ser confundido con el acceso a tierras para una
ocupación esporádica. Las donaciones deben ser desarrolladas hacia la titulación, que
también pueden ser operacionalizadas en un sistema de crecimiento a favor de los pobres (un
ejemplo de esto es el catastro para la titulación de tierras dentro del marco de la Ley de
Modernización Agrícola). Estos derechos de utilización de tierras –que se derivan
parcialmente de las donaciones– están protegidos por el derecho consuetudinario, ya sea
legalmente porque constituyen propiedad privada (garantizada por el Estado, y que pueden
ser respaldados en los tribunales), o porque son socialmente legítimos (en el caso de los
bienes públicos, subsidios, donaciones, mecanismos de reciprocidad entre familias, o
sistemas de distribución dentro de las familias).
La discusión sobre las mejores estrategias de desarrollo y crecimiento para los países pobres
en la literatura especializada es extensa. Las contribuciones recientes, con posterioridad al
“Consenso de Washington”, están orientadas hacia un modelo neoclásico que potencia: la
promoción de la base del desarrollo, y la creación de estabilidad económica. Tales
contribuciones se fundamentan en la presunción que la apertura al comercio internacional es
la condición primordial para el fortalecimiento de las estructuras internas. Los programas de
ajuste estructural (PAE) de primera y segunda generación fracasaron en beneficiar a los
pobres anticipadamente. El temor que las nuevas estrategias ERP y sus programas de
financiamiento PRGF enfrenten el mismo destino es razonable. Imponerse al “Consenso de
Washington” es un requisito indispensable, e implica enfrentar al modelo neoclásico de
estabilización económica e integración radical de la economía mundial.
Uno de estos aspectos es el papel que debería ser desempeñado por el Estado. Es
generalmente conocido que existen condiciones específicas bajo las cuales los mercados
funcionan eficientemente, pero no puede ignorarse que también existen ejemplos drásticos y
profundos del colapso de mercados. Dentro de los primeros, pueden encontrarse
45
depresiones y recesiones económicas, mientras que dentro de los segundos se pueden
encontrar especialmente problemas de inequidad y pobreza. El Estado puede (y debería)
hacer mucho más para reducir los efectos negativos del mercado y para permitir la creación
de una sociedad eficiente y verdaderamente humanitaria.
46
Referencias
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Understanding Poverty. Basic Books, New York.
49
Cuadros
Cuadro 1.1. Honduras: Evolución de la Propiedad Rural y el Acceso a la Tierra (1952-
1993) …………………………………………………………………………………………………………. 6
Cuadro 1.2. Destino de los Préstamos Agrícolas (como porcentaje del total de
préstamos) …………………………………………………………………………………………………. 7
Cuadro 1.3. Crecimiento de la Población Urbana en las Ciudades Principales …………… 8
Cuadro 1.4. Honduras: Empleo en el Sector Industrial, Producción y Productividad
de acuerdo a los Sectores Productivos …………………………………………………………… 9
Cuadro 2.1. Tasa de Crecimiento del PIB, Población y PIB Per Cápita (en %) …………… 13
Cuadro 2.2. Inversión Extranjera Directa y Cartera de Inversiones en Honduras
(millones de US$) ……………………………………………………………………………………….. 14
Cuadro 2.3. ERP de Honduras – Metas de Crecimiento y Gasto Social ……………………. 15
Cuadro 2.4. Honduras: La Importancia del Sector Externo …………………………………….. 16
Cuadro 2.5. Honduras: Estructura de las Exportaciones, 1980, 1990 y 2000 (en
millones de US$ a precios de 1995) ………………………………………………………………. 17
Cuadro 2.6. Mediciones de Pobreza, no ajustadas (como % de la población total) …….. 18
Cuadro 2.7. Coeficientes de Bienestar y Mediciones de Pobreza, Nacional ……………….. 19
Cuadro 2.8. Mediciones de Inequidad, Nacional, Urbano y Rural …………………………… 20
Cuadro 2.9. Líneas Nacionales de Pobreza* (Lempiras por mes por persona) ………….. 21
Cuadro 3.1a. Tendencia de las necesidades básicas insatisfechas, porcentaje de
hogares, 1990-1997 ……………………………………………………………………………………… 24
Cuadro 3.1b. Acceso al Agua por Grupos de Ingreso (Deciles), Urbano/Rural, 2003 …. 25
Cuadro 3.2. Acceso a Electricidad por Grupos de Ingreso (Deciles), Urbano/Rural,
2003 ………………………………………………………………………………………………………….. 25
Cuadro 3.3. Acceso a Instalaciones Sanitarias por Grupos de Ingreso (Deciles),
Urbano/Rural, 2003 ……………………………………………………………………………………. 25
Cuadro 3.4. Indicadores del Mercado Laboral, 1990-1999 ……………………………………… 28
Cuadro 3.5. Efectos Simulados en los Indicadores Económicos Agregados y el
Mercado Laboral (como porcentaje de la variación del contexto base) ……………… 29
Cuadro 3.6. Personal Empleado en la Industria Maquiladora por Género ………………… 30
Cuadro 3.7. Gasto Social en Servicios Sociales Básicos …………………………………………… 31
Cuadro 4.1. Descomposición de la Pobreza en Crecimiento y Redistribución (%) ……… 36
Cuadro 4.2. Evaluación de “a Favor de los Pobres” en base al Índice y Criterios de
Crecimiento a Favor de los Pobres de Kakwani ………………………………………………. 37
Cuadro 4.3. Descomposición de la Pobreza en Crecimiento y Redistribución con
Kakwani …………………………………………………………………………………………………….. 38
50
ANEXOS
Tabla A1. Escolaridad por género y edad, septiembre 2003 (áreas rurales)
Áreas Rurales
Varones por grupo de edad Niñas por grupo de edad
6a9 10 a 14 15 a 17 6a9 10 a 14 15 a 17
¿Están ellos
recibiendo educación
en algún centro de
enseñanza
actualmente?
Si 85 80.2 36 84.9 81.8 42.3
No 15 19.8 64 15.1 18.2 57.7
Razones para no
asistir a la escuela (%)
Ninguna 9 6.6 9.7 8.7 7.4 13.6
Estudios ya finalizados --- 0.9 1.2 0.5 1.4 1.2
No quería continuar 2.9 28.3 29.3 0.5 16.2 21.5
estudiando
Tenía que comenzar a 0.5 9.1 19.8 --- 1.4 3
trabajar
Tenía que ayudar en las 1 2.2 0.8 1 9.5 10.6
labores del hogar
No había centro de 4.8 6 4.6 5.8 4.6 5.3
enseñanza cercano
Problemas de salud 4.8 6 2.4 3.4 8.1 1.6
Problemas familiares 5.7 3.8 1.8 3.4 4.6 2.8
Matrimonio o embarazo --- --- 0.2 --- 0.7 6.9
Creía ser muy viejo para --- 0.6 0.8 1 0.4 1.2
estudiar
Falta de recursos 14.3 30.8 26.5 11.6 34.5 29.1
económicos
Todavía muy joven 45.7 --- 0.2 56 0.7 ---
Otros 10.5 5.3 2.2 7.7 10.2 2.8
No sabe / No responde 1 0.3 0.4 0.5 0.4 0.5
51
Tabla A2. Escolaridad por género y edad, septiembre 2003 (áreas urbanas)
Áreas Urbanas
Varones por grupo de edad Niñas por grupo de edad
6a9 10 a 14 15 a 17 6a9 10 a 14 15 a 17
¿Están ellos
recibiendo educación
en algún centro de
enseñanza
actualmente?
Si 91 90.4 66.2 90 91.6 67
No 9 9.6 33.8 10 8.4 33
Razones para no
asistir a la escuela (%)
Ninguna 2.4 2.9 2.6 5.4 1.9 3.1
Estudios ya finalizados --- --- --- --- --- 0.8
No quería continuar 7.1 21.4 44.7 3.2 24.8 29.5
estudiando
Tenía que comenzar a --- 3.8 18.3 1.1 5.7 12.8
trabajar
Tenía que ayudar en las --- --- 0.4 --- 6.7 7.4
labores del hogar
No había centro de --- 0.5 0.4 --- --- 0.4
enseñanza cercano
Problemas de salud 1.2 7.6 3 5.4 6.7 5
Problemas familiares 8.2 8.6 4.9 10.8 13.3 5
Matrimonio o embarazo --- --- 0.4 --- --- 9.7
Creía ser muy viejo para --- 0.5 1.7 1.1 --- 0.4
estudiar
Falta de recursos 24.7 22.9 20.4 23.7 30.5 21.7
económicos
Todavía muy joven 49.4 20.5 --- 43 --- ---
Otros 4.7 10 3.4 4.3 9.5 3.5
No sabe / No responde 2.4 1.4 --- 2.2 1 0.8
52
Tabla A3. Nivel de alfabetización y educación por género y área,
septiembre 2003
Decil de Ingreso 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Urbanas
Acceso a Agua
Fuente pública 23.90 29.90 36.10 42.30 49.60 56.20 60.90 70.30 69.00 84.60
Fuente privada o colectiva 54.30 50.20 49.20 44.60 38.40 32.20 31.00 24.90 23.90 13.80
Pozo con bomba 8.70 8.40 6.20 6.80 7.30 6.80 3.90 3.10 4.20 1.10
Río 12.00 11.20 7.40 6.00 3.40 3.60 3.00 0.60 1.30 0.20
Otro 1.10 0.40 1.20 0.30 1.30 1.20 1.20 1.20 1.50 0.40
Instalación Sanitaria
Inodoro 24.80 26.10 26.10 34.70 39.40 45.20 54.50 61.80 68.70 85.30
Letrina 39.20 40.90 42.50 45.30 43.60 42.50 35.30 33.40 26.60 12.60
Ninguna 36.00 33.00 31.40 20.00 17.10 12.30 10.20 4.90 4.70 2.00
Electricidad
Servicio público 27.90 39.40 44.50 59.60 67.30 76.10 79.80 85.20 86.30 92.80
Colectivo 0.10 0.10 0.10 0.20 0.20 0.00 0.30 0.40 0.70 0.20
Individual 0.40 0.00 6.00 0.40 0.30 0.50 0.30 0.50 0.30 0.30
Ninguno 71.60 60.40 54.80 39.90 32.30 23.40 19.70 13.90 12.70 6.70
53
Tabla A5. Honduras: Acceso a servicios de infraestructura básica por grupos de
ingreso (deciles), urbano/rural, 1999
Decil de Ingreso 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Urbanas
Acceso a Agua
Fuente pública 76.50 81.20 86.00 85.80 86.80 90.60 88.30 94.30 96.50 96.90
Fuente privada o colectiva 16.20 15.90 8.90 11.00 7.20 7.50 9.50 4.00 2.70 1.70
Pozo 3.90 1.70 3.40 1.60 3.40 0.30 0.60 0.10 --- 0.80
Río 0.90 --- --- 0.20 --- 0.40 --- 0.20 --- ---
Otro 2.50 1.30 1.60 1.40 2.70 1.10 1.60 1.40 0.80 0.60
Instalación Sanitaria
Inodoro 48.10 52.80 54.50 57.80 67.80 71.00 72.20 80.90 89.00 95.90
Letrina 37.90 37.40 38.80 35.70 27.70 28.00 26.80 17.50 10.80 3.00
Ninguna 14.00 9.70 6.70 6.50 4.50 1.00 1.00 1.70 0.20 1.20
Electricidad
Servicio público 86.40 92.20 93.50 97.60 96.10 96.50 98.30 99.90 100.0 100.0
Colectivo 0.20 --- --- --- 0.30 --- --- --- --- ---
Ninguno 13.30 7.80 6.50 2.40 3.60 3.50 1.70 0.10 --- ---
Áreas Rurales
Acceso a Agua
Fuente pública 21.60 16.20 18.50 25.60 20.20 20.90 21.40 26.50 32.60 29.20
Fuente privada 56.90 58.80 58.50 55.50 63.90 60.30 59.70 56.50 58.30 58.40
Pozo 8.70 8.70 10.00 8.20 7.70 9.00 12.40 8.50 6.30 8.90
Río 12.30 16.00 13.00 10.40 7.30 9.80 5.20 8.40 2.10 2.60
Otro 0.50 0.30 0.00 0.20 0.80 0.00 1.40 0.20 0.70 1.00
Instalación Sanitaria
Inodoro 18.50 19.30 20.40 19.70 27.60 22.00 28.10 33.00 40.90 50.90
Letrina 41.10 36.00 46.10 45.10 41.10 53.40 46.70 46.90 46.80 39.70
Ninguna 40.50 44.70 33.50 35.20 31.30 24.60 25.20 20.10 12.30 9.30
Electricidad
Servicio público 21.90 21.40 28.50 35.00 37.90 42.10 49.20 53.30 63.40 63.10
Colectivo 0.00 0.00 0.10 0.10 0.20 0.10 0.30 0.30 0.70 1.60
Individual 0.60 0.10 0.00 0.70 0.90 0.60 0.60 1.10 0.90 1.10
Ninguno 77.60 78.50 71.40 64.30 61.00 57.10 49.90 45.30 35.00 34.20
54
Tabla A6. Acceso a servicios de infraestructura básica por grupos de ingreso
(deciles), nacional, 2002
Decil de Ingreso 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Acceso a Agua
Fuente pública 11.40 13.00 14.40 25.40 32.90 35.60 45.70 50.40 50.70 56.60
Fuente privada o colectiva 49.70 49.40 48.20 46.70 45.00 45.80 40.00 37.10 38.90 36.20
Pozo 2.50 2.80 3.10 3.50 3.60 2.70 1.90 1.90 1.50 0.70
Pozo con bomba 1.20 2.10 2.00 3.20 2.80 2.20 2.80 2.20 1.90 1.60
Río 28.00 25.80 25.20 14.30 8.90 6.20 4.60 2.80 4.20 2.90
Carro cisterna 0.40 0.60 0.60 1.70 2.10 2.80 2.20 2.90 1.50 1.10
Otros 6.80 6.40 6.50 5.30 4.60 3.70 2.80 2.70 1.20 0.90
Instalación Sanitaria
Sanitario conectado a 4.70 6.20 6.20 17.10 23.10 29.10 36.70 47.10 52.00 67.40
alcantarilla
Inodoro (conectado a tanques 2.70 3.40 4.00 8.30 11.50 13.20 13.80 13.90 15.40 12.40
sépticos)
Inodoro (hacia el río) 0.70 0.70 0.80 1.40 1.50 1.40 1.70 1.40 1.70 1.00
Letrina con cierre hidráulico 12.30 13.90 14.40 12.10 10.70 9.30 8.50 6.10 5.00 4.00
Letrina (con tanque séptico) 13.90 12.70 13.00 11.60 11.80 11.70 9.80 9.30 7.50 5.20
Letrina (con tanque de aguas 22.70 23.30 24.40 25.90 25.00 23.10 21.70 17.60 12.70 6.30
negras)
Ninguna 43.00 39.90 38.20 23.70 16.50 12.20 7.80 4.80 5.70 3.80
Electricidad
Servicio público 22.10 26.90 28.70 53.50 66.90 75.20 83.10 88.10 85.80 88.90
Colectivo 0.20 0.40 0.40 1.00 0.70 0.70 1.20 1.20 1.70 1.80
Individual 0.10 0.20 0.20 0.20 0.40 0.40 0.20 0.40 0.50 0.40
Energía solar 0.50 0.40 0.30 0.40 0.50 0.40 0.40 0.50 0.50 0.30
Velas 7.30 5.70 7.50 7.70 5.70 4.60 3.30 2.00 2.00 1.60
Lámpara de aceite 42.20 42.20 40.80 29.50 21.10 15.50 10.00 6.80 6.90 4.90
Leña 27.10 43.60 21.50 7.00 4.10 2.70 1.40 0.70 2.50 2.10
Otros 0.50 0.50 0.50 0.70 0.40 0.50 0.30 0.30 0.20 0.10
55
Tabla A7. Acceso a servicios de infraestructura básica por grupos de ingreso
(deciles), urbano, 2002
Decil de Ingreso 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Urbanas
Acceso a Agua
Fuente pública 61.05 61.11 58.05 59.47 64.52 66.27 65.64 67.84 68.23 69.07
Fuente privada o colectiva 25.13 26.20 29.52 30.70 25.58 26.28 26.66 28.43 28.73 28.92
Pozo 1.32 1.25 2.14 0.66 0.83 0.63 0.76 0.48 0.27 0.24
Pozo con bomba 1.00 1.10 1.69 0.81 1.58 1.22 1.79 0.64 0.77 0.53
Río 1.89 1.12 0.60 0.33 0.54 0.46 0.30 0.00 0.10 0.19
Fuera de propiedad 1.99 3.65 3.50 4.10 3.21 3.23 3.00 1.72 1.16 0.73
Otro 7.62 5.57 4.51 3.93 3.74 1.90 1.84 0.89 0.74 0.32
Electricidad
Servicio público 79.14 86.97 92.03 94.52 95.03 96.23 97.40 97.67 98.15 98.12
Colectivo 0.49 0.86 0.44 0.49 0.57 0.85 0.77 1.13 1.06 1.00
Individual 0.11 0.00 0.00 0.10 0.00 0.13 0.09 0.00 0.00 0.08
Energía solar 0.00 0.32 0.18 0.21 0.11 0.03 0.00 0.00 0.00 0.39
Velas 6.29 4.67 3.39 2.11 1.62 1.26 0.56 0.51 0.31 0.39
Lámpara de aceite 10.92 6.02 3.27 2.20 2.21 1.04 1.18 0.42 0.37 0.33
Leña 2.83 0.68 0.35 0.10 0.00 0.07 0.00 0.00 0.11 0.00
Otro 0.22 0.48 0.34 0.28 0.46 0.38 0.00 0.26 0.00 0.07
Instalación Sanitaria
Conexión por tubería 28.89 39.00 41.59 48.88 50.77 57.03 63.75 67.71 77.12 83.11
Inodoro (conectado a tanques 7.19 8.78 11.00 11.17 11.72 10.85 11.04 12.17 10.04 8.86
sépticos)
Inodoro (hacia el río) 2.44 2.66 2.25 1.76 2.01 1.61 1.37 1.61 1.10 0.93
Letrina (hidráulica) 9.08 7.13 7.31 5.51 4.89 4.05 2.85 2.45 2.19 1.06
Letrina (con tanque séptico) 9.37 6.95 6.99 7.25 6.12 6.3 4.40 5.13 3.44 2.03
Letrina (con tanque de aguas 27.24 25.01 23.90 20.30 19.52 17.49 14.47 9.64 5.35 3.39
negras)
Ninguna 15.79 10.47 6.96 5.13 4.97 2.65 2.11 1.29 0.76 0.61
56
Tabla A8. Acceso a servicios de infraestructura básica por grupos de ingreso
(deciles), rural, 2002
Decil de Ingreso 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Rurales
Acceso a Agua
Fuente pública 3.12 1.39 1.94 3.48 3.65 3.47 6.50 7.86 9.14 8.51
Fuente privada o colectiva 53.55 55.13 54.32 53.47 55.50 58.67 61.76 64.62 66.24 65.03
Pozo 1.62 3.97 2.84 3.98 4.94 5.19 5.21 5.37 4.26 3.62
Pozo con bomba 0.95 1.82 2.34 3.20 3.25 4.62 4.16 4.14 4.70 4.94
Río 33.89 31.10 31.85 29.82 26.41 22.82 16.86 13.72 10.64 13.89
Carro cisterna 0.00 0.19 0.25 0.34 0.30 0.47 0.65 1.18 1.19 1.58
Otro 6.87 6.40 6.45 5.70 5.95 4.78 4.87 3.09 3.84 2.44
Electricidad
Servicio público 12.72 12.00 14.43 19.69 24.75 32.54 41.55 51.82 61.98 55.37
Colectivo 0.23 0.11 0.40 0.34 0.91 1.06 1.02 1.05 2.39 3.89
Individual 0.11 0.12 0.47 0.18 0.23 0.48 0.80 0.80 0.83 1.66
Energía solar 0.81 0.45 0.63 0.12 0.14 0.42 0.94 0.52 1.64 1.41
Velas 7.77 5.89 6.37 9.61 10.45 9.56 8.34 7.52 5.81 6.13
Lámpara de aceite 45.52 50.46 47.87 49.71 47.24 44.70 38.99 31.78 23.72 22.43
Leña 32.45 30.19 29.19 19.86 15.83 10.52 7.81 5.80 3.21 8.92
Otro 0.39 0.72 0.64 0.48 0.45 0.72 0.55 0.71 0.41 0.23
No sabe / No responde 0.00 0.07 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00
Instalación Sanitaria
Inodoro (con alcantarillado) 0.53 0.50 0.47 0.88 1.15 1.98 3.54 4.72 6.96 10.08
Inodoro (tanque séptico) 2.28 2.34 2.27 3.83 5.69 8.56 12.29 15.62 20.30 24.94
Inodoro (hacia un río) 0.56 0.23 0.62 0.21 0.56 0.70 0.56 1.04 1.24 1.65
Letrina (con cierre hidráulico) 14.11 11.99 15.79 16.16 14.81 15.39 14.52 14.27 14.85 12.07
Letrina (con tanque séptico) 16.53 13.21 13.16 13.23 14.72 14.03 16.50 17.05 18.74 15.34
Letrina (con tanque de aguas 20.60 24.18 21.52 24.87 26.27 27.18 26.52 27.60 24.23 19.50
negras)
Ninguna 45.39 47.55 46.17 40.82 36.79 32.15 26.07 19.70 13.68 16.41
57
Tabla A9. Acceso a servicios de infraestructura básica por grupos de ingreso
(deciles), urbano, 2002
Decil de Ingresos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Urbanas
Acceso a Agua
Fuente pública 61.05 61.11 58.05 59.47 64.52 66.27 65.64 67.84 68.23 69.07
Privada o colectiva 25.13 26.20 29.52 30.70 25.58 26.28 26.66 28.43 28.73 28.92
Pozo 1.32 1.25 2.14 0.66 0.83 0.63 0.76 0.48 0.27 0.24
Pozo con bomba 1.00 1.10 1.69 0.81 1.58 1.22 1.79 0.64 0.77 0.53
Río 1.89 1.12 0.60 0.33 0.54 0.46 0.30 0.00 0.10 0.19
Afuera de propiedad 1.99 3.65 3.50 4.10 3.21 3.23 3.00 1.72 1.16 0.73
Otros 7.62 5.57 4.51 3.93 3.74 1.90 1.84 0.89 0.74 0.32
Electricidad
Servicio público 79.14 86.97 92.03 94.52 95.03 96.23 97.40 97.67 98.15 98.12
Colectivo 0.49 0.86 0.44 0.49 0.57 0.85 0.77 1.13 1.06 1.00
Individual 0.11 0.00 0.00 0.10 0.00 0.13 0.09 0.00 0.00 0.08
Energía solar 0.00 0.32 0.18 0.21 0.11 0.03 0.00 0.00 0.00 0.39
Candela 6.29 4.67 3.39 2.11 1.62 1.26 0.56 0.51 0.31 0.39
Lámpara de aceite 10.92 6.02 3.27 2.20 2.21 1.04 1.18 0.42 0.37 0.33
Leña 2.83 0.68 0.35 0.10 0.00 0.07 0.00 0.00 0.11 0.00
Otros 0.22 0.48 0.34 0.28 0.46 0.38 0.00 0.26 0.00 0.07
Instalación Sanitaria
Conexión de Tubería 28.89 39.00 41.59 48.88 50.77 57.03 63.75 67.71 77.12 83.11
Inodoro (con tanque séptico) 7.19 8.78 11.00 11.17 11.72 10.85 11.04 12.17 10.04 8.86
Inodoro (al río) 2.44 2.66 2.25 1.76 2.01 1.61 1.37 1.61 1.10 0.93
Letrina (hidráulica) 9.08 7.13 7.31 5.51 4.89 4.05 2.85 2.45 2.19 1.06
Letrina (con tanque séptico) 9.37 6.95 6.99 7.25 6.12 6.33 4.40 5.13 3.44 2.03
Letrina (con tanque de aguas 27.24 25.01 23.90 20.30 19.52 17.49 14.47 9.64 5.35 3.39
negras)
Ninguno 15.79 10.47 6.96 5.13 4.97 2.65 2.11 1.29 0.76 0.61
58
Tabla A10. Acceso a servicios de infraestructura básicos por grupo de ingreso
(deciles), rural, 2002
Decil de Ingresos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Rurales
Acceso a Agua
Fuente pública 3.12 1.39 1.94 3.48 3.65 3.46 6.50 7.86 9.14 8.51
Privada o colectiva 53.55 55.13 54.32 53.47 55.50 58.67 61.76 64.62 66.24 65.03
Pozo 1.62 3.97 2.84 3.98 4.94 5.19 5.21 5.37 4.26 3.62
Pozo con bomba 0.95 1.82 2.34 3.20 3.25 4.62 4.16 4.14 4.70 4.94
Río 33.89 31.10 31.85 29.82 26.41 22.82 16.86 13.74 10.64 13.89
Carro cisterna 0.00 0.19 0.25 0.34 0.30 0.47 0.65 1.18 1.19 1.58
Otros 6.87 6.40 6.45 5.70 5.95 4.78 4.87 3.09 3.84 2.44
Electricidad
Servicio público 12.72 12.00 14.43 19.69 24.75 32.54 41.55 51.82 61.98 55.37
Colectivo 0.23 0.11 0.40 0.34 0.91 1.06 1.02 1.05 2.39 3.86
Individual 0.11 0.12 0.47 0.18 0.23 0.48 0.80 0.80 0.83 1.66
Energía solar 0.81 0.45 0.63 0.12 0.14 0.42 0.94 0.52 1.64 1.41
Candela 7.77 5.89 6.37 9.61 10.45 9.56 8.34 7.52 5.81 6.13
Lámpara de aceite 45.52 50.46 47.87 49.71 47.24 44.70 38.99 31.78 23.72 22.43
Leña 32.45 30.19 29.19 19.86 15.83 10.52 7.81 5.80 3.21 8.92
Otros 0.39 0.72 0.64 0.48 0.45 0.72 0.55 0.71 0.41 0.23
No sabe / No responde 0.00 0.07 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00 0.00
Instalación Sanitaria
Inodoro (conectado a 0.53 0.50 0.47 0.88 1.15 1.98 3.54 4.72 6.96 10.08
alcantarilla)
Inodoro (con tanque séptico) 2.28 2.34 2.27 3.83 5.69 8.56 12.29 15.62 20.30 24.94
Inodoro (río) 0.56 0.23 0.62 0.21 0.56 0.70 0.56 1.04 1.24 1.65
Letrina (con cierre hidráulico) 14.11 11.99 15.79 16.16 14.81 15.39 14.52 14.27 14.85 12.07
Letrina (con tanque séptico) 16.53 13.21 13.16 13.23 14.72 14.03 16.50 17.05 18.74 15.34
Letrina (con tanque de aguas 20.60 24.18 21.52 24.87 26.27 27.18 26.52 27.60 24.23 19.50
negras)
Ninguno 45.39 47.55 46.17 40.82 36.79 32.15 26.07 19.70 13.68 16.41
59
Tabla A11. Acceso a servicios de infraestructura básica por grupo de ingreso
(en deciles)
Decil de Ingresos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Urbanas y Rurales
Acceso a Agua
Fuente pública 15.90 15.50 21.10 22.70 24.90 30.50 37.20 39.10 42.80 50.40
Privada o colectiva 46.70 48.60 46.10 48.10 46.70 45.10 41.30 42.50 40.80 37.00
Pozo 6.30 4.90 5.60 6.10 4.60 3.70 4.70 6.50 5.60 3.70
Pozo con bomba 2.90 2.70 3.20 2.70 3.30 2.40 2.10 2.50 1.20 2.90
Río 20.40 20.80 16.60 13.50 11.50 12.20 10.00 5.90 6.20 3.90
Carro cisterna 0.60 0.70 1.60 1.00 2.50 2.40 2.60 1.10 1.60 0.70
Pick-up con drones o barriles 0.40 0.10 0.50 0.40 0.40 0.20 0.40 0.40 0.40 0.40
Otros 6.80 6.60 5.20 5.50 6.20 3.50 1.70 2.00 1.20 1.00
Instalación Sanitaria
Inodoro (conectado a 12.90 11.00 18.10 22.60 25.10 31.80 40.30 45.80 55.40 74.80
alcantarilla)
Inodoro (con tanque séptico) 8.70 9.90 10.70 10.90 12.50 13.50 12.70 14.20 10.90 7.80
Inodoro (con drenaje a río. 0.80 1.80 0.80 1.90 1.60 2.20 1.20 1.30 2.30 0.90
laguna o mar)
Letrina (con drenaje a río. 0.80 0.20 1.00 0.10 0.50 0.60 0.40 0.30 0.30 0.10
laguna o mar)
Letrina (con cierre 28.00 27.30 24.10 21.60 20.60 12.60 11.40 9.00 5.40 1.50
hidráulico)
Letrina (con tanque séptico) 11.00 12.00 9.90 10.30 9.70 7.70 6.50 7.10 5.40 2.90
Letrina (con tanque de aguas 37.90 37.80 35.50 32.60 30.00 31.40 27.50 22.40 20.30 11.90
negras)
Electricidad
Servicio público 34.80 35.70 49.90 57.50 58.40 68.00 73.70 78.70 81.90 86.20
Colectivo 1.00 0.40 0.50 1.00 0.50 1.00 2.10 1.10 2.00 2.10
Individual 0.10 0.10 0.60 0.20 0.80 0.50 0.20 1.10 1.10 1.10
Energía solar 0.10 0.40 0.50 0.20 0.10 0.20 0.50 0.80 0.60 1.00
Velas 8.30 10.00 8.60 8.80 5.60 5.40 5.90 5.40 5.40 3.20
Lámpara de aceite 38.70 35.20 28.10 22.50 23.40 16.90 13.60 9.80 7.10 4.90
Madera 16.80 17.30 11.50 9.00 10.70 7.60 3.70 3.00 1.70 1.40
Otros 0.10 0.90 0.40 0.70 0.40 0.40 0.20 0.10 0.10 0.10
60
Tabla A12. Acceso a servicios de infraestructura básica por grupo de ingreso
(deciles), urbano 2003
Decil de Ingresos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Área Urbana
Acceso a Agua
Fuente pública 50.80 51.20 49.00 53.70 53.10 58.00 57.30 57.40 53.70 61.00
Privada o colectiva 31.60 32.90 38.70 34.20 39.00 35.10 37.10 36.20 40.00 36.10
Pozo 3.70 5.10 4.40 1.40 0.50 1.90 2.20 3.20 1.80 1.40
Pozo con bomba 1.10 0.70 1.50 0.50 0.50 0.50 0.20 0.20 1.30 0.50
Río 1.80 1.40 0.50 0.50 1.00 - 0.20 0.20 0.30 -
Carro cisterna 2.10 2.70 3.00 5.50 2.40 3.10 1.50 2.10 1.00 0.70
Pick-up con drones o barriles 0.80 0.20 0.20 0.50 0.20 0.50 0.20 0.50 0.50 -
Otros 8.20 5.80 2.70 3.60 3.30 1.00 1.20 0.20 1.50 0.20
Instalación Sanitaria
Inodoro (conectado a 31.70 39.60 44.30 49.60 53.90 60.80 67.50 69.20 77.70 89.00
alcantarilla)
Inodoro (con tanque séptico) 12.50 10.30 11.90 11.60 14.00 13.10 10.60 9.50 9.50 4.80
Inodoro (con drenaje a río. 2.40 0.50 1.50 2.30 1.50 1.70 1.00 2.10 1.80 -
laguna o mar)
Letrina (con drenaje a río. 0.90 1.60 0.80 0.80 1.00 0.20 0.70 - 0.50 -
laguna o mar)
Letrina (con cierre 16.20 12.20 9.80 6.60 6.30 4.60 4.70 3.20 0.50 -
hidráulico)
Letrina (con tanque séptico) 9.10 8.90 9.30 9.10 7.50 4.40 5.70 4.60 3.10 2.40
Letrina (con tanque de 27.10 26.80 22.40 20.00 15.80 15.10 9.90 11.30 6.90 3.80
aguas negras)
Electricidad
Servicio público 80.80 84.80 91.10 93.50 96.20 94.70 97.30 96.10 94.70 97.10
Colectivo 1.80 1.00 1.70 1.20 0.70 1.90 0.50 1.10 1.80 1.00
Individual - 0.50 - - - 0.70 0.20 0.20 0.80 0.20
Energía solar - - - - - - - - 0.80 0.20
Candela 5.80 6.50 3.40 2.70 1.70 2.40 0.70 1.60 0.80 0.70
Lámpara de aceite 8.90 6.00 3.00 2.20 1.20 - 1.20 0.90 1.00 0.70
Leña 1.80 1.00 0.50 0.50 - - - - 0.30 -
Otros 0.80 0.20 0.20 - 0.20 0.20 - - - -
61
Tabla A13. Acceso a servicios de infraestructura básica por grupo de ingreso
(deciles), rural, 2003
Decil de Ingresos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Rurales
Acceso a Agua
Fuente pública 3.00 3.40 3.90 3.80 3.20 4.20 3.40 3.60 5.40 4.10
Privada o colectiva 53.40 50.60 56.50 54.10 53.40 55.80 56.10 54.30 50.50 56.40
Pozo 8.70 4.80 5.00 5.40 7.10 7.10 7.30 8.30 12.40 14.20
Pozo con bomba 3.80 3.80 2.80 4.10 5.30 3.40 4.70 5.20 6.00 7.50
Río 24.70 30.20 25.90 25.70 23.90 22.50 21.00 24.30 21.80 23.30
Carro cisterna 0.30 0.20 - 0.50 0.80 - 0.30 1.00 1.00 0.80
Pick-up con drones o barriles 0.30 - - 0.80 0.30 0.80 0.30 0.30 - 0.80
Otros 6.00 7.00 6.10 5.70 6.10 6.30 7.00 3.10 2.80 2.80
Instalación Sanitaria
Inodoro (conectado a 2.20 3.10 2.10 0.80 4.90 2.40 5.30 5.30 6.90 7.00
alcantarilla)
Inodoro (con tanque séptico) 6.60 7.40 8.70 12.10 11.80 9.90 14.50 11.30 18.60 14.90
Inodoro (con drenaje a río. 0.90 0.40 0.80 1.10 2.30 2.40 1.80 1.60 0.90 2.80
laguna o mar)
Letrina (con drenaje a río. 0.90 - - - - - - - - -
laguna o mar)
Letrina (con cierre hidráulico) 31.90 31.10 37.30 37.00 25.90 34.10 27.20 23.90 18.90 14.10
Letrina (con tanque séptico) 14.20 12.10 11.60 10.20 11.40 10.20 9.20 9.10 7.40 8.50
Letrina (con tanque de aguas 43.40 45.90 39.40 38.90 43.70 41.00 42.00 48.40 47.30 52.70
negras)
Electricidad
Servicio público 19.80 18.00 20.90 29.70 33.20 33.00 31.70 37.50 41.20 38.60
Colectivo 0.80 - 0.30 0.30 0.30 0.50 0.30 1.60 2.30 4.70
Individual 0.30 - 0.30 0.80 0.50 0.50 1.60 0.50 1.30 3.90
Energía solar 0.30 0.20 0.60 0.50 0.80 0.50 - 1.30 1.80 2.30
Candela 10.30 8.40 12.70 9.50 11.10 9.70 9.40 9.30 13.70 16.30
Lámpara de aceite 45.30 50.10 43.80 41.60 37.60 38.70 37.90 33.10 31.60 25.90
Leña 23.30 22.80 20.70 17.00 15.80 16.20 18.70 16.00 7.80 7.80
Otros - 0.50 0.80 0.50 0.80 0.80 0.50 0.80 0.30 0.50
62
Tabla A14. Acceso a servicios de infraestructura básica por grupo de ingreso
(en deciles), urbano y rural, 2003
Decil de Ingresos 1 2 3 4 5 6 7 8 9 10
Áreas Urbanas y Rurales
Acceso a Agua
Fuente pública 15.9 15.5 21.1 22.7 24.9 30.5 37.2 39.1 42.8 50.4
Privada o colectiva 46.7 48.6 46.1 48.1 46.7 45.1 41.3 42.5 40.8 37
Pozo 6.3 4.9 5.6 6.1 4.6 3.7 4.7 6.5 5.6 3.7
Pozo con bomba 2.9 2.7 3.2 2.7 3.3 2.4 2.1 2.5 1.2 2.9
Río 20.4 20.8 16.6 13.5 11.5 12.2 10 5.9 6.2 3.9
Carro cisterna 0.6 0.7 1.6 1 2.5 2.4 2.6 1.1 1.6 0.7
Pick-up con drones o barriles 0.4 0.1 0.5 0.4 0.4 0.2 0.4 0.4 0.4 0.4
Otros 6.8 6.6 5.2 5.5 6.2 3.5 1.7 2 1.2 1
Instalación Sanitaria
Inodoro (conectado a 12.9 11 18.1 22.6 25.1 31.8 40.3 45.8 55.4 74.8
alcantarilla)
Inodoro (con tanque séptico) 8.7 9.9 10.7 10.9 12.5 13.5 12.7 14.2 10.9 7.8
Inodoro (con drenaje a río. 0.8 1.8 0.8 1.9 1.6 2.2 1.2 1.3 2.3 0.9
laguna o mar)
Letrina (con drenaje a río. 0.8 0.2 1 0.1 0.5 0.6 0.4 0.3 0.3 0.1
laguna o mar)
Letrina (con cierre hidráulico) 28 27.3 24.1 21.6 20.6 12.6 11.4 9 5.4 1.5
Letrina (con tanque séptico) 11 12 9.9 10.3 9.7 7.7 6.5 7.1 5.4 2.9
Letrina (con tanque de aguas 37.9 37.8 35.5 32.6 30 31.4 27.5 22.4 20.3 11.9
negras)
Electricidad
Electricidad 36 36.6 51.5 58.9 59.8 69.7 76.6 81.7 85.6 90.4
Ninguno 64 63.4 48.6 41.1 40.2 30.3 23.4 18.3 14.4 9.6
63
Tabla A15. Porcentaje precios de venta de Dólar en el sistema financiero
1989 1992
Sectores Miles % Total Miles % Total
Moderno 114.8 8.2 166 10.5
Tradicional 513.6 36.9 422.4 26.6
Rural total 628.4 45.1 588.4 37.1
Otros sectores 764.6 54.9 998.7 62.9
Economía Nacional 1393 100 1587.1 100
64