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¿Qué clase de entidades son aquellas de las que trata la matemática? Si decimos que esto:
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es un cinco, deberíamos decir que esto:
hipopótamo
es un hipopótamo. Pero no, no decimos que es un hipopótamo, decimos que es un signo que usamos para
hablar de los hipopótamos, unos animales grandotes que se bañan en los ríos de África y llegan a vivir
hasta 30 años. Con el mismo criterio, entonces, deberíamos decir que “5” es un signo que usamos para
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referirnos... ¿a los cincos? ¿Y cómo son los cincos? ¿Son grandes o pequeños?, ¿dónde se bañan los
cincos?, ¿cuánto tiempo vive un cinco?
Los antiguos egipcios desarrollaron una matemática práctica diseñada para las necesidades de su
agrimensura y su arquitectura. Los antiguos griegos consiguieron despegarse de la realidad sensible y
elaboraron una matemática abstracta desligada de toda aplicación; se interesaron, por ejemplo, en que
cinco es un número primo o que se puede demostrar que sólo existe un poliedro regular con caras de cinco
lados (el dodecaedro); ellos descubrieron la demostración, noción
central de las ciencias formales.
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tratamiento médico o la seguridad de un viaje en avión. De acuerdo con la concepción actual de las ciencias
formales, podemos estar absolutamente seguros de que, por ejemplo, cinco más cinco son diez, si
aceptamos que eso no dice nada acerca del mundo, que los cincos no están en el mundo. Pero, entonces,
¿qué son los cincos?, o mejor, ¿qué es el cinco? Y, ¿en qué sentido es verdad que cinco más cinco son
diez?
Los tratados sobre este tema generalmente adoptan una posición formalista: las ciencias formales
contienen fórmulas “vacías”: los signos que las forman no se refieren a nada, no significan nada. La
palabra “verdad” está impuesta por la costumbre, pero significa sólo “se deduce de los axiomas”.
Actualmente no se admite, como en la antigüedad, la evidencia intuitiva como criterio de verdad, al menos
en una ciencia. Sin embargo, algunos filósofos de la matemática sostienen la realidad de un “mundo” no
espacial ni temporal en el que existen las entidades de la matemática como el cinco y el pentágono. Esa
realidad no sería accesible a los sentidos, pero sí a la razón.
Aquí, ya que no pretendemos ser muy rigurosos, adoptaremos una posición cómoda para
nuestra comprensión: los signos de una ciencia formal son
creaciones abstractas de nuestra mente y sus enunciados son
verdaderos en virtud de cómo definimos esos signos, es decir, son
verdaderos por convención. Es por convención que aceptamos
como verdaderos enunciados como “Los unicornios tienen un
cuerno en la frente”, y “Los centauros tienen cola de caballo”
aunque nadie haya visto un unicornio ni un centauro. También es
por convención que es verdadero el enunciado “Todos los
cuadrúpedos tienen cuatro patas”, por eso a nadie se le ocurriría someter este enunciado a una
contrastación empírica.
La afirmación de la geometría elaborada por Euclides “Desde un punto a otro se puede trazar una línea
recta” es verdadera simplemente por lo que significan “punto” y “línea recta” en el contexto de la
geometría euclidiana. La afirmación de la geometría elaborada por Riemann “Desde un punto a otro se
puede trazar más de una línea recta” es verdadera por lo que significan “punto” y “línea recta” en el
contexto de la geometría de Riemann. Y en el contexto de cualquiera de esas geometrías, la afirmación
“Desde una línea recta a otra se puede trazar un punto” es falsa, si es que tiene algún sentido. 1 + 1 = 2 es
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verdad en un sistema de numeración de base 10, y 1 + 1 = 10 es verdad en un sistema de numeración de
base 2; y la elección de la base del sistema de numeración es una convención: nosotros la elegimos. En
cambio, la verdad de “Todos los metales se dilatan con el calor” depende de lo que ocurra con los objetos
metálicos cuando se calientan; no depende de una elección nuestra que se dilaten con el calor.
Ni siquiera es un requisito que esos términos se refieran a algo que tenga alguna analogía con nuestra
experiencia sensorial; por ejemplo, si “Todo A es B” es verdadero en algún sistema de convenciones,
significa simplemente que parte del significado de A, es ser también B, sean lo que sean A y B. La
diferencia que establecemos entre las ciencias formales y las ciencias fácticas es, entonces:
Si una disciplina científica contiene solamente enunciados cuya verdad depende de convenciones,
se trata de una ciencia formal.
Actualmente se espera que una ciencia formal esté construida como un sistema axiomático.
Un sistema axiomático es un conjunto de enunciados de los cuáles algunos –los axiomas– se toman como
puntos de partida, y de ellos se deducen los demás –los teoremas–. Para ser algo más rigurosos, un sistema
axiomático queda determinado dando:
a) Un lenguaje,
b) Un conjunto de axiomas y
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No es posible definir todos los términos de un lenguaje. De ningún lenguaje, formal o no. Simplificando,
supongamos que podemos definir A a partir de un solo término, B; definimos A a partir de B, pero si
quisiéramos definir todos los términos, tendríamos que definir B; lo definimos a partir de C… y nunca
terminaríamos de definir todo. Caemos en un imposible regreso infinito. Esquemáticamente:
A←B←C←…
Las reglas de formación indican qué expresiones tienen sentido dentro el sistema; se las llama “fórmulas
bien formadas” (se abrevia fbf). Si se emplea un lenguaje natural, son las reglas gramaticales de ese
lenguaje. En un lenguaje formalizado como el de la aritmética esas reglas indican, por ejemplo, que
3+)= (+
3+4 = 12
sí es una fbf, tiene sentido en la aritmética, pero no es ni un axioma ni un teorema, es decir, no pertenece
al sistema. También podemos decir que es falsa respecto del sistema decimal pues se puede demostrar que
contradice a sus axiomas.
Así como no se pueden definir todos los términos de un sistema, y por un motivo totalmente análogo, no
se pueden demostrar todos sus enunciados: caeríamos en un imposible regreso infinito o en
demostraciones circulares que no pueden demostrar nada, pues de enunciados falsos se pueden inferir
válidamente enunciados verdaderos o falsos. Algunas fbf se eligen sin demostración; se eligen
convencionalmente como punto de partida: los axiomas del sistema.
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EJEMPLO 1
A3. Existe P.
Vemos que P y Q son elementos primitivos y que “incide” es una relación primitiva.
Las reglas de transformación indican qué razonamientos admite el sistema como válidos para inferir unas
fbf a partir de otras fbf. En general se presupone la lógica clásica (la que hemos estudiado en la primera
parte), y estas reglas son reglas de inferencia como el modus ponens o el modus tollens.
Los enunciados del sistema son, entonces, los axiomas y todas las demás fbf que se demuestren a partir
de ellos por aplicación de las reglas de transformación: los teoremas.
Del ejemplo anterior, del primer axioma se obtiene como teorema el siguiente enunciado:
Para pensar este paso de manera sencilla pensemos que el primer axioma dice que todo P incide
con más de 5Q, por lo cual seguro que incide con más de 4Q.
(En términos más concretos, si uno pensara que todos los niños de una sala tienen más de 5 años,
entonces tienen más de 4.)
Por lo cual, si tomamos como verdadero A1 entonces obtenemos como verdadero T1.
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Las fbf que no sean axiomas o teoremas, o bien son falsas, o bien afirman cosas que no se pueden decidir
con esos axiomas.
Para el mismo sistema, podemos darnos cuenta y demostrar que el siguiente enunciado es falso:
Vemos que el enunciado E1 es falso porque todos los P inciden con más de 5Q.
resulta ser un enunciado verdadero. Es decir que podemos saber que si un enunciado es falso, su
negación es un teorema, y si un enunciado es un teorema, su negación es falsa.
Pero podría haber enunciados para los que no podemos decidir sobre su valor de verdad sobre la
base de la información de los axiomas. Por ejemplo, el siguiente enunciado:
Ni el enunciado E2 ni su negación podemos garantizar que sea verdadero o que sea falso. Los
axiomas permiten que sea verdadero pero podría ser falso.
(En una interpretación concreta podríamos pensar que todos los niños de la sala tienen más de 5
años y tienen menos de 9 años, pero eso no nos da información para garantizar que existe un niño
de 7 años exactamente. Tampoco nos da información para decir que no hay ninguno con esa edad
en el grupo),
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Características de los sistemas axiomáticos
Un sistema es consistente o, en otras palabras, no contradictorio cuando los axiomas no se contradicen
entre sí; entonces tampoco habrá contradicciones entre los teoremas: si el enunciado E es teorema, su
negación, el enunciado ~E no lo será y viceversa. Si en un sistema se pueden demostrar como teoremas
un enunciado, E, y su negación, ~E, el sistema es inconsistente: también será teorema el enunciado “E
~E”, que tiene la forma “p ~p” (“p y no p”) que es una contradicción.
Se puede demostrar que de una contradicción se puede deducir cualquier fbf del sistema, y ocurre que “la
mitad” de las fbf son la negación de “la otra mitad”. Toda fbf es afirmada y negada en un sistema
inconsistente; toda fbf es teorema. Un sistema así no tiene ninguna utilidad.
EJEMPLO 2
Pero vemos que T2 es la negación de T1. Hemos obtenido como teoremas un enunciado y su
negación. Y esto fue posible porque ya los axiomas contenían información incompatible. La
inconsistencia estaba en las afirmaciones iniciales tomadas en conjunto.
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La consistencia o coherencia es una característica que esperamos de cualquier discurso. En las ciencias
formales se considera una característica imprescindible. En las ciencias fácticas, como hemos visto, no
puede asegurarse: en cualquier momento se encuentra una anomalía de una teoría, es decir, un enunciado
que describe un hecho que contradice a la teoría.
Si un axioma puede deducirse de los otros el sistema no es independiente; de ese axioma también se dice
que no es independiente; es redundante: podría eliminárselo de la lista de axiomas sin modificar el sistema,
ya que estaría como teorema. Esta característica no es necesaria, pero sí resulta conveniente para
simplificar el sistema.
EJEMPLO 3
A3. Existe P.
Como ya habíamos visto en los ejemplos anteriores, el A2 puede obtenerse del A1, por lo cual no
está introduciendo información diferente de la que ya estaba en el A1.
El sistema no es inconsistente a pesar de que el A2 pone menos restricciones que el A1. Toda la
información del sistema es que existen casos P y que todos los P inciden con más de 5Q. Lo demás
no suma nada.
(En la interpretación concreta, todos los niños de esa sala tienen más de 5 años, además tienen más
de 4, lo cual es obvio, y la última información es que la sala no está vacía).
Un sistema es completo si es teorema del sistema cualquier fbf o su negación. Se trata de la disyunción
“o” tal como está definida en la unidad 2.1, que admite la posibilidad de que sea teorema cualquier fbf y
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también su negación; en ese caso, el sistema es completo e inconsistente: en un sistema inconsistente todas
las fbf son teorema, y en ese sentido es que todo sistema inconsistente es completo.
1) en el caso de los sistemas consistentes, cuando ocurre que cualquier fbf es teorema, o bien es teorema
su negación, pero no ambas a la vez.
2) en el caso de los sistemas inconsistentes, porque siempre ocurre que cualquier fbf es teorema y, a la
vez, son teoremas las negaciones de esas fbf.
EJEMPLO 4
A3. Existe P.
No hay ninguna fbf que no sea un teorema o que sea falsa. Ver los siguientes enunciados:
…..
…..
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Si el enunciado E no es teorema y ~E tampoco lo es, el sistema es incompleto, y hay “algo” de lo que no
es posible saber si es verdadero o falso respecto de ese sistema. Esto es lo que ocurre en el ejemplo 1 visto
más arriba.
En un sistema completo, todo lo que puede expresarse en el lenguaje del sistema tiene valor de verdad, es
decir, es verdadero o falso. Este tampoco es un requisito imprescindible y, de hecho, sólo los sistemas más
sencillos son completos.
Por ejemplo, el sistema axiomático formal para el orden (lo abreviaremos SAFO) es consistente, no es
independiente y no es completo. Sin ser muy riguroso, el lenguaje de SAFO se compone de los elementos
de un cierto conjunto C y una relación diádica R. Sus reglas de formación se entienden con los ejemplos
(como se hace en álgebra). Sus reglas de transformación son las reglas de inferencia de la lógica clásica.
Tiene tres axiomas:
Esto es para todo x, para todo y, para todo z, donde x, y y z son variables que representan cualquier elemento
del conjunto C.
Estas propiedades las posee todo conjunto de objetos que estén ordenados como los números, “en una
hilera”. Por ejemplo, si los x, los y y los z son números enteros y la relación R es “ser mayor que”, esto se
puede leer
A2. Si un número x es mayor que otro número y, entonces el número y no es mayor que el número x
A3. Si el número x es mayor que el número y, y el número y es mayor que el número z, entonces, el
número x es mayor que el número z.
Este sistema es consistente pues los axiomas no se contradicen. Se puede demostrar A2 a partir de A1 y
A3, por lo que el sistema no es independiente. El sistema no es completo: la fbf “xy (xRy yRx)” no
es teorema y tampoco lo es su negación. Por eso podemos construir un sistema de orden más exigente, el
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sistema axiomático formal para el orden total (lo abreviaremos SAFOT), agregando esa fbf como cuarto
axioma:
A4. Dados dos números distintos, uno de ellos es mayor que el otro
SAFO SAFOT
Sistema axiomático formal para el orden Sistema axiomático formal para el orden total
A2. Propiedad asimétrica: xRy ⊃ (yRx) A2. Propiedad asimétrica: xRy ⊃ (yRx)
A3. Propiedad transitiva: (xRy yRz) ⊃ xRz A3. Propiedad transitiva: (xRy yRz) ⊃ xRz
Interpretaciones y modelos
Puede hacerse que un sistema axiomático se refiera a la realidad interpretándolo. Los axiomas son
definiciones implícitas de los términos que contienen, pero definiciones parciales. En una interpretación
fáctica, completamos su significado haciendo que se refieran a entidades, propiedades y relaciones del
mundo. Basta con dar ese significado a los términos primitivos: los términos definidos adquirirán
significado porque se definen a partir de los primitivos.
(Cada vez que en los ejemplos anteriores hablábamos de una interpretación concreta, hemos usado la
interpretación de que los P eran niños, los Q eran los años de edad, y la relación de incidencia era estar
en esa sala)
En una interpretación, los axiomas se transforman en enunciados con referencia fáctica, se refieren al
mundo; y serán fácticamente verdaderos o falsos y esa es ahora una cuestión empírica. Dejando de lado
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la compleja cuestión de la verdad o falsedad de los enunciados con referencia fáctica, que hemos tratado
en otro lugar, si los axiomas se transforman en enunciados verdaderos, tendremos una interpretación que
es modelo del sistema. Los teoremas se deducen de los axiomas, por lo que también serán verdaderos.
También es posible la operación inversa: formalizar una teoría fáctica. Al hacerlo, se obtiene el
“esqueleto” o estructura lógica de la teoría, y es posible estudiarla con las rigurosas herramientas de las
ciencias formales.
Esa posibilidad de encontrar modelos de un sistema axiomático nos dice que esos sistemas son
consistentes, pues en un sistema inconsistente los axiomas se contradicen, y ninguna interpretación puede
hacerlos simultáneamente verdaderos a todos. Es decir: si un sistema es inconsistente, no puede tener
modelos.
Consideremos un sistema axiomático, que simbolizaremos [A1, A2], con los siguientes axiomas:
A1. Todo A es B
No seremos muy rigurosos. Los A, los B y los C son los términos primitivos de este sistema, las reglas de
formación admiten enunciados de las formas “Todo A es B”, “Ningún A es B”, “Existe un A que es B” y
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“Existe un A que no es B” (las proposiciones categóricas de la lógica clásica en su versión moderna), y
las reglas de transformación son las reglas de inferencia de la lógica clásica (en su versión moderna).
Este es un sistema parcialmente formalizado similar a los que veremos en los ejercicios que haremos; es
muy sencillo y no tiene ninguna utilidad fuera de ejemplificar los conceptos que estamos tratando.
UNA DIGRESIÓN
En la lógica tal como se la entiende actualmente, la lógica moderna, hay algunas precisiones con respecto
de la lógica clásica. Una de ellas: los enunciados universales de la forma “Todo A es B” significan “Si
algo es A, también es B”, pero no aseguran que los A existan, no tienen contenido existencial. En cambio,
los enunciados existenciales sí aseguran existencia, sí tienen contenido existencial. Por este motivo,
razonamientos de la forma
Todo A es B. .
Existe un A que es B
Ningún A es B .
Existe un A que no es B
Sigamos. Los axiomas nos dicen que, en el contexto de este sistema, si algo es un A, también es un B, y
que existe algo que es un C y que también es un A. El segundo axioma le da contenido existencial a todos
los términos primitivos del sistema.
El axioma A1 no dice nada de los C y el A2 no dice nada de los B, así que los axiomas no se contradicen
ni se deduce alguno del otro: este sistema es consistente e independiente. No es obvio de un vistazo, pero,
como veremos, es incompleto.
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Interpretamos el sistema dando significado fáctico a los términos primitivos. Si estas interpretaciones
hacen fácticamente verdaderos a los axiomas, son modelo de este sistema.
A cordobés león
B argentino mamífero
C músico felino
El enunciado E1: “Existe un C que es B” se deduce de los axiomas: es teorema de [A1, A2].
El sistema [A1, A2, E1] es consistente, pues a [A1, A2] no le hemos agregado algo que lo contradiga.
Es tan incompleto como [A1, A2] porque no le hemos agregado nada nuevo: E1 ya estaba, como teorema,
entre los anunciados de [A1, A2].
Las interpretaciones I.1 e I.2 hacen fácticamente verdaderos a A1 y a A2, por lo tanto, hacen verdadero a
E1, pues se deduce de A1 y A2. Es decir, I.1 e I.2 son modelo de [A1, A2, E1].
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EJEMPLO DE SISTEMA AXIOMÁTICO 3
E1 se deduce de [A1, A2], es teorema de [A1, A2], por lo tanto, E2 contradice al sistema [A1, A2]. E2 no
sólo no es teorema, sino que contradice a los axiomas de [A1, A2].
Si ahora agregamos E2 como tercer axioma a [A1, A2], obtenemos un sistema independiente e
inconsistente.
Todas las fbf de son teorema de [A1, A2, E2], es decir, [A1, A2, E2] es completo.
El enunciado E3: “Todo C es B”, no contradice a [A1, A2], ni es teorema de ese sistema.
Si agregamos E3 a [A1, A2] como tercer axioma, obtenemos el sistema [A1, A2, E3]
Este sistema es consistente, independiente y, con más información que [A1, A2], pues ahora “dice” que
Todo C es B, algo que [A1, A2] no lo “decía”. Sigue siendo incompleto, pero tampoco es obvio de un
vistazo (no son teoremas “Todo B es C” ni su negación).
La interpretación I.2 es modelo de [A1, A2, E3], pero no lo es la interpretación I.1, porque, bajo esta
interpretación, el tercer axioma, E3, se transforma en “Todo músico es argentino”, que es fácticamente
falso.
La negación de E3 es E4: “Existe un C que no es B” (no “Ningún C es B”). E4, como E3, no se deduce
de ni contradice a los axiomas A1 y A2, es decir, no es teorema ni contradice a [A1, A2]. Como antes, el
sistema [A1, A2, E4] es consistente, independiente; es también un sistema con más información que [A1,
A2], pero también es incompleto (no son teoremas “Todo B es C” ni su negación).
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[A1, A2, E3] tiene como modelo a I.2, pero no a I.1; E4 es la negación de E3, de modo que [A1, A2, E4]
tiene como modelo a I.1, pero no a I.2.
E3 y E4 son la negación uno del otro y ninguno es teorema de [A1, A2]: eso es lo que indica que [A1, A2]
es incompleto.
Veamos esto con los sistemas interpretados fácticamente. El sistema [A1, A2] bajo la interpretación I.1
no me “dice” si todo músico es argentino o existe alguno que no lo es, pues ninguna de estas afirmaciones
es teorema ni contradice a los axiomas. El sistema [A1, A2, E3] bajo la interpretación I.1 “dice” que todo
músico es argentino, pero como sabemos que esta afirmación es falsa, I.1 no es modelo de [A1, A2, E3].
Material didáctico producido para los cursos de la Cátedra Miguel de Introducción al Pensamiento Científico del
CBC de la Universidad de Buenos Aires.
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