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I)ERl-:(ìHO ROltÀ\o ,tu,\\ l(;t.t:st^s
La tcurla dc las pct'sonas físicas o naturale,i implica cl cxamcn dcl .sfotus
pcrsonorutn u àominum, cs decir, dc la co¡rdición L.n qllc sc cncuentra una
persona resprto de una dcterminada situación
-.rturu.s. Ia situación el .sto-
tu.s- pucdc afctt¡rr tìc+isivamente a la capacidad juridicn, cn cuanto que no
lioza dc ósta quit:n no ticnc libertad statu.s liòerl<¡1i.s- r¡ la ciudodania
.s¿olu.s c¡uifolL.r. Dc otr-il partc, solo l¿r tìistinta s.ituaciún er la fa¡¡¡ilia -no la
situación f¿uniliar misma, cl .çtoh/.s/omi¡ioe influye en la capacidarl juritli-
ca. En efecto, tanto el homo sui i¡¡ris, como el homo afteni iuri.r, tienen un
.sfohrs/orniüoe, pcro r'rnicalnente el primcro cs câpaz de pìeno.
$ 3r. Pcreonas ñsicå.E. Existencia del hr¡mtrrc
Nacimiento y mucúe señalan el comicnzo y el fin dc la ¡ærsnna tlsic¿, dcl
hombre.Iìn ordcn al nacimiento, se cxigcn por lu lcy ìoÉi siguicntes rcquisitos:
1." Nacimicnto efectivo, esto es, total desprendimiento dcl cìaustro
materno: partus ante4uam edafut nlulderis' por¿io c.st uel uisce-
runr,'u porfu.s norulum edínts honto non recle fuisse drc'itur' (por-
que el quc todavía no ha sido dado a lrrz, sc considera porción de la
mujer o de sr¡s visccras; pucs cl quc aún no ha sido dado a luz no sc
dice, cun razón, <1uc sea homlrre).
2." Nacimicnto con vida: qui mortui na.scutlfirr, neque nati tteque pro-
creati uidentur'' (los que nacen muertos no sc consideran ni naci-
rlos niprccreados).
En cuanto a la prueba de Ia vida, entendian los proculeyancrs que era
necesaria la emisión de gritos, micntr¿rs los sabinianos consideraban que bas-
taba cualquier signo o manifestación, etsi uocem non enlisit (C. 6, zg, 3).''
3.o Forma humana del nacido: mulier si monstnrosunl aut prodigío-
.srrm eni¡o nt:, nihil proJicit.' nr¡n sunt anim liberi, quí contrafor-
mam humani gerreris procreuntar'a (si una mujer hubiese dado a
luz algo monstruoso o prodigioso, rada ss provechoso; porque no
son hijos los que son procreados con forma contraria a la deì góne-
ro humano).
El que ha de nacer -no.çcitunrs-- no cs congiderado hombrc, aunque tal
se af¡rme en un adlgio lulgar: nasciturus pro iom nûto habelur. Iil coneebi-
do no está todavia ín rebus humanrs, in rerum nah¡r'o,\5 y de él solo cabe
tlecir que mulíerís Ttortío est.'ó Ahora bien, no siendo el concebido sujeto de
derecho,la ley tiene en cuenta su futura humanidad, dispcnsancio antici¡rada
protección, en su plopio y exclusivo beneficio, a dcrechos que le co-
rresponrìerán una vez que acâezca el nacimiento." Se admitió, en efecto, que
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el magistnrdo nontbrase, a peliciórr dc la rnacìre, un c.lrútor' -cur'(¡¿or r.rcr¡-
¡ris- , co¡r la ñnalidad especial de salva¡iuardar los intelese s del nc.ccilur¿rs,''
Pudo éste seli¡r-stituido heredero cn testame¡rto, confìriendo la posesión dc
los bients a ìa mujer encinta mi.ccio ir¡ po-sses.cion¡'m upnt¡'is r¡orrri¡re. linal-
mente, el st(rtus¡xrrsononrm u homin¡¡m se rexueh'e para el nacido con re-
ferencil al momenlo en quc solo cra concebido.'o
De tales prirrci¡rios, entro¡lc¿rdos en el flt'recho cliiçico, nuce la le¡1la
I,eneral la legislación justinianea, estableciénrlose <¡ue siernpre que se tñrte
del provecìro del colrcebido -cunt de þ.sius iurc, quaeritur" quotiens (lc
crr¡uno¿li.s þ.sius parf us quuerilur"-, se reput¿r que irr rcnrrn n(rt¿¡/'ü ú¡-.sc.'1
Nacido r'¡n hombre, en las condiciones antr'diclr¿s, el Dere':ho ro¡nano no
le cortfiere, sin nús, la capacidad jur'ídica. Llo¡rtrariamente a lo que sucede e¡r
Ins lcgislnciones nìodernâs, donde persona
-sujeto capaz- es el honìbre, por
el rclo hecho cìcl nacimicnto, exfg<se en Roma que el nacido sca libre
-sta-
hrs liôcrf¿tl'.ç- y ciudadano st(Ìfus ciuitotrs.
!i gs. (Statu^s libertutis>. Libres y esclavos"J
L Lo esclctvilu<Ì. Sítuación jurítlicu tlcl esclauo
tsn la disciplina de la ley roman¿rt lo.s hombrrx se dividen en libres" y
esclavos.
Esclavo es cl hombre:rl que la nornra positiva -no Ia nalulaleza- priva
de libertad. Su destino, por imperio legal, no es otro que el de sewir al hom-
bre libre, y tal destirro, y no cl hecho mis¡no de estar someti<lo al domi¡rio de
aquéì
-lo que, siendo normal, no siempre ocurr€ -, definc su estldo perso-
nal, Signiñcamos, ante todo, que no es exåctu la defi¡rición tle esclavitud cual
ondición clel hombre que está en propiedad de otro,'s ya que, si existen
esclavos con dueño, los hay que carecen de él
-seruí síne dorni¡to.ált¡ verda-
dero es que cl esclavo se haìla destinado a sewir de modo permanente, y que,
siniendo o no, solo cesa su stdtus cuando se lieva a câbo una declar¿ción de
libertad.
la institrrción de la esclavitud -no privativa de los romanos, sino común
a los pueblos antiguos-, tuvo en los primeros tiempos de Roma un carácter
distinto de aquel con que sc presenta en époea histórica. De una parte, su
imlxrrtancia fue escasa en los oúgenes, v no solo ¡rolque faltasen los esclavos
dentro de la familia pìebeya, que se bastaba a sl ¡nisma, en el cultivo del
fundo, con los miembros libres, sino también porque el antiguo patriciado
recurría preferenternente a los servicios de los clientes;t de otru, aun exis-
tiendo esclavos en la viqia casa roûrana, su posición no tlebiír de ser ditèren-
te de aquella en que se encontraban ios rniembrns familiares sometidos a la
monris -- ¡nder único e indiviso del pater. En una estrecha comunidad de
vida y de vicisitrrdes, de afanes y traba.ios, participaban todos, librcs y no
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