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nasta el punto de que l'uka, tras cegarse una y otra vez a partici -
par en \a¡¡ sesiones experimentales, desarrolló conductas autodes-
lructivas sintomáticas de un profundo trastorno, y finalmente se mos a ~nalizar el uso de esta interesante palabra resultan aleccionadoras.
volvió letároir, "com t • A t · ·· Ante todo, existen ciertos precedentes bien fundamentados y realmen -
o·--. osa . n e esta s1tuac1on, Le Vasseur, temien .
do que el desenlace iba .. ser la muene y sabiendo que no había iey te venerables para llamar a los seres no humanos "personas".
a la que acudu, se creyó autorizado, en d-,fensa de los intereses Uno de ellos tiene que ver con las personas de la Sanúsima Trinidad
del bienestar de los dellines, a libe!7.rlos. La liberación no fue un y, sobre todo, con la persona de Dios. Otro es el caso de las "personas
r~bo del cu~ Le Vasseur pretendiera sacar algo en ,beneficio pro- · legales", de las corporaciones tales como ciudades o colegios, que eq ~i -
pio. Pretend1a poner de ,nanifiesto las condiciones del laboratorio., valen a personas para distintos propósitos, tales como demandar o s~r
demandado. Como dice Blackstone, estas "corporaciones o cuerpos polí-
:ero,.¿podí~ ser un delfín ese "otro"? El juez pensó que no. Dijo que ticos se forman y crean por leyes humanas con fines sociales y guber-
el otro tendria que haber sido otra persona, y definió a los delfines como namentales", a diferencia de las "persona.• naturales", que sólo pueden
funa propiedad, no como personas, como una cuestión jurídica. Un del- ser creadas por Dios. La ley, por tanto, si quiere· puede crear personas;
no ~ a ser "otra persona" según el código penal. La defensa inten- no es un simple registro pasivo de la presencia de éstas (como desde
tó descalificar al juez por prejuicios sin llegar a conseguirlo. Solicitó enton- luego dio a entender el juez Doi al convertir su decisión en una cues-
ces acudir a la Corte Federal para reclamar que aplicasen a los delfines tión de derecho y no de hecho). En tercer lugar, y lo que puede parecer
los derechos de la Tercera tnmienda sobre servidumbre involuntaria. Sin más cercano a los delfines, los zoólogos utilizan la palabra para referir-
er.ibargo, el juez Doi rechazó el alegato de la defensa: se a los miembros individuales de un organismo compuesto o colonial,
como es el caso de una medusa o un corál, cada uno de los cuales posee,
Tenemos los delfines, tenemos los orangutanes, los chi~pancés, como señala con acierto el diccionario, "una vida más o menos inde-
los perros, los gatos. No sé dónde está el límite a partir del cual según pendiente".•
usted la inteligencia no es suficiente para considerar que ese anim;,J
No hay nada forzado ni paradójico en estos usos, porque la palabra
o cosa, o como quiera llamarlo, sea un ser humano según el código no significa en origen "ser humano" ni nada parecido. Significa másca-
pen.,l. Declaro que no están bajo el códi.,->o penal y ésta es mi respuesta.•' ra, y su sentido general básico procede del teatro. Las "máscaras• de
una obra de teatro son los personajes que aparecen en ella. Así, citando
_Sobre este extremo que determinó el resultado final del juicio algo pare-
de nuevo el Oxford Dictionary, el vocablo *máscara" significa "papel o per-
cia perfectamente obvio para el juez en el significado de las palabras
sonaje actuado, alguien que interpreta un papel, personaje, relación o
"otro" Y "persona". lQué era> Y, éhasta qué punto resulta obvio oa.ra
·capacidad de actuar, ser que posee dereéhoolegáles,\P"rsona jurídica".
ios d~~ás? En su respuesta. s>.1gicre la posibtlida.::I de que pudiera ser.una
Los dos últimos significados dejan clara la diferencia entre esta idea y
c_uesti~n de inteligencia, sin embar~o. termina por rechazarla. No se nece-
la del ser hamano. No lodos los humanos necesitan ser personas. La pala-
s'.ta, dice, tal consideración. La cuestiór. es bastante si mple; no.hay nece-
bra persona en latín no se aplica a los esclavos, aunque sí se aplica al
sidad de prnebas. La palabra "persona" sólo significa ser humano .
Estado como persona corporativa. Los esclavos no tienen, por así decir,
un papel h~.blado en el drama; no figuran en él; son extras. Existen
\
¿QUÉ SON LAS PERSONAS? otros ej.-mplos interesantes sobre las mujeres. Veamos uno :
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;u,¡ I IH fH "UIH US,J\ 1' 1.f"-"'il t XA '
por supuesto era la Corle Suprema del Estado quien lenia que
vdttaminar si ÚZ paúzbra 'persorui' como st usa (tn tl ~t,ituto) u limita
a los h~mbres, y si se admile que las mujeres practiquen el derecho es el ejemplo del contrato social- es desastroso. Los inte!ectu~ son pro-
en esa comunidad". La cuestión sobre si se debía enlender que pensos a cometer tales errores, por lo que deben lene.- cuidado. Srn e~bar-
las mujeres estaban incluidas en la palabra vptrsona.s" se prolon- go, cuand o no S encon •-amos
u anle casos más _ graves, donde
• la variedad
gó incluso a lo largo del siglo XX. [ . .. [ En un caso de Massachus- es mayor -casos como el aborto, la eutanasia~ el tr~ aado a otr~ espe-
sets de 1931 se negó a las mujeres su elegibilidad para formar par- cies- este tipo de error es todavía más paralizante. Esta es •~ razo~ por
te del jurado, aunque el estatuto afirmara que toda vpersona la que estos casos ayudan de tal manera a elucidar otros_m_as cruciales.
cualificada para votar" era también elegible. La Corte Suprema de Es evidente que, en relación con las mujeres, quienes lm11taron el uso
, Massachussets declaró : ~oe la omi sión de la palabra hombre no del concepto "persona" sentían esta dificultad. No pretend1an negar por
: se puede deducir intención alguna de incluir a las mujeres"S_ completo que las mujeres fueran personas, dad~ que en los_ acto~ d~ la
vida privada las mujeres tenían un papel p~om1~ente. La vida _publica,
sin embargo, era un escenario distinto, cuyas reglas y convenaones las
l;:L DESCUBRIMIENTO DEL VERDADERO DRAMA excluían -a excepción de las reinas- de forma tan absoluta como a los
elefantes O a los ángeles. El hecho de que la vida privada siempre afec-
¿Qué es lo que eslá pasando aquí? No lo entenderemos, creo, a menos te a la pública era una cuestión informal y podía no afectar a esta nor-
que comprendamos hasta qué punto el drama se entreteje en nuestro pen- ma. Es lo mismo que en Roma. donde también está claro que los escl~-
vos realmente tuvieron un papel importante en la vida. En la comedia
samiento, hasta qué punto sus categorias conforman íntimamente nues-
tras ideas. Quienes hablan de este modo tienen una idea clara del dra- griega y romana suelen figurar esclavos ingeniosos, tanto ~om_bres como
mujeres, como personajes centrales, quienes organizan la mtrtga Y apor-
ma que según ellos se está desarrollando a su alrededor. Saben quién se
tan el cerebro del que los mismos héroes o heroínas desafortunadamen-
supone que está dentro y quién está fuera. Se irritan ante cualquier inten-
te carecen. Esto, sin embargo, no implicaba que tuvieran derechos le~-
to de .introducir nuevos personajes. Se inclinan a rechazar tajantemente
les. Las fronteras entre situaciones particulares e instituciones servian
semejantes pretensiones por considerarlas claramente absurdas y para-
para compartimentar el pensamiento y para evitar qu_e las personas se
dójicas. Llegados a este punto, la cuestión de quién es o no una persona
preguntaran sobre los derechos y las condiciones ~e qmenes por lo gene-
parece bastante simple y clara. Bertie Wooster simplemente no es un per-
sonaje C:e Machtth y se acabó. ral no eran tenidos en cuenta en los asuntos cru.c,ales. _ _
Creo que, a este respecto, seria provechoso ahondar un poqmt~ mas
Mi principal objetivo aquí es resaltar que ésta es una actitud demasia-
en los límites aceptados del uso de la palabra persona. ¿Hasta qu~ pon-
do tosca. La pre¡;uat.a es realmeole dificil;~" parece mucho más a ¿q.,ién
to es completo su vinculo con la forma corporalmente humana? iQué
es importanle? que a ¿quién tiene dos piernas? Si preguntáramos ¿quién es
pasa, por ejemplo, coa los seres alienígenas inteiigentes? iPodemos lla-
importante?, descubririamos que necesitamos hacer otras preguntas, empe-
tnarlos personas? Si no es así, entonces cuando en°:emos en contacto ~n
zando por ¿importante para qué? La vida no contiene un solo propósi -
ellos -lo que realmentt es concebible- seguramente necesitemos acunar
to o un solo drama. sino m:,chos y entretejidos. Difcr<'ntes personajes
una nueva palabra que pueda realizar · e 1 tra b aio
· b astante sutil que aho-
.
importan de modos diterentes. Seres que figuran en al¡,'lmos dramas están
ausentes de otros. Es más, podemos tener dife rentes papeles en distin -
tos libretos.
------:------ -~
ra tiene la palabra "per,<cna". Nuestra idea de persona, en el sen«:ido
~a~~!~ni<:~ q_"~ ~e~~i~_:~ ~-: ..~~<...~ª_?:;:s_l~~?,esarro <iota<ÍOde·dii::-
idea de un ser racional, capaz de efeg,r y, por tanto:
Incluso en la vida humana cotidi a na, res ulta fatal ignorarlo . Preten - -- . ••- - -- · ·- ··--- -- ~ -- - --- -------- -· -- ---- ---- al ue s1em-
der reducir todas las relacion es a las prescritas por un único drama -tal rlad,_~ _e Í-~c:_e ~-()1:._ de_! ~sp~o. c¡u~ _t~ ~~~-ul_d.~<:c_li_º _:;_~ ~ d ~ o s-fines
l~•~ s_~ ~eEe~ nsi<!_e.r:': u_11_f~~ en__s, ~''!"º~ no s~l~u-~- -- ~ ____!:_____
de los de más.
I.J )
ª
Debido que esta definición trata solam .
les, no hace men . . al ente de cualidades racion:1.-
cion guna a la fom1a h .
el espíritu que ·subyac · · umana o al origen humano, y Kant consiguió hacer algunos espléndidos a.gumen!os morales qt..e toda .
e en e 11 a no nos perm ·ti - .
los alienigeñas inl 1· . ' na en realidad excluir a vía nos resultan vitales sobre el respeto absoluto que >e debe a todo ser
. e •gentes mas de lo qu . 1 ..
mcorpéreos. Por tanto 1 . r . e exc umamos a los espíritus humano libre y racional. Sin embargo, la deslumbrante y brillante lu z
na", según nuestros a:luasale•mp ,cac10neskmorales de la palabra "persa-
s pnnc1p10s anti d . que aplica en estas situaciones oscurece p o r compl e to los casos inter -
cularse a la palabra d . anos, lo av,a han de vin- medios. Tampoco un ratón es una cosa., por no habla. de los delfin es.
nas. CS. Lewis en un!: po. na~os acuñar para incluir a los alieníge-
. ' escnpoon de un planeta d d h Me pa.ece interesante que, de la misma manera que los tribunales no r-
raaonales distintas I h . . on e ay tres especies teamericanos podían no est.ac muy convencidos cuando defendían qu e
• es ace ulihzar la palab 1,
condición que todos ra nau para referirse a la las mujeres no eran personas, puede que Kant tampoco estuviera con -
comparten y t t · .
en la moralidad d d ' es e emuno es naturalmente básico
e to os ellos.' vencido del todo al decir lo que su teoría realmente suponía, esto e s,
Ahora bien, si la inteligencia es 1 . ~ ~. ~os animales eran cosas. Dice que ... no son conscieotes de si mismos
asunto, no es de extra - rea mente lan importante en este
nar que se produzc . . . y q u e ~ i o s para un fin", siendo esos fines los nues-
preguntamos d.00d . a cierto vert1go cuando nos lros.8 Sin emba.go, no los denomina realmente cosas, ni tampoco des-
e trazar la lmea, ya J · 1· .
tióo de grad D 1 . , que a mte 1genc1a no es una cu es-
o. · ª a casualidad de qu al ·h • . carta sus intereses. De hecho, condena enfáticamente su trato cruel e
neta, entre los cuales s . el I e gunos ab,tantes de nuestro pia- instrumental. No obstante·, como otros muchos humanos que se apegan
do ser mucho más bril; m u¡e~ as ballenas y los delfines, han resulta- a una teoría moral inadecuada, da razones ingeniosas pero poco con -
nos es dific•I b antes e o que se pensaba en el pasado. Todavía
• sa er con segu "dad · vincentes. Dice -lo que no ha dejado de repetirse desde entonces- que
de que nunca lo se n . su ruvel de brillantez. Desde luego, pue- sólo debemos evitar la crueldad porque su empleo contra los animales
tez a . pamos, debido a las diferencias en el tipo de brillan-
puede desembocar en crueldad hacia los humanos, o degradamos, o con-
mos :~p1adtarnapara seres con clases de vida tan diferentes. ¿Cómo pode-
ren os a semejante situación? vertirse en signo de una mala conducta moral.
Esto significa que si conseguimos demostrar, por ejemplo, que des-
cargar nuestro mal humor sobre un perro evitará hacedo sobre nues-
tras familias, o si logramos obtener certificados que demuestren que en
HAY TERRENOS PROPICIOS
general somos gente de firme conducta moral, que no se degrada con
Lo . . facilidad, podremos seguir adelante coa la conciencia tranquila.. Pegarle
. pamer~ que necesitamos es sin duda abandonar la única simple y
ta~ante anlites1s con la nzab • a un perro, si se hace <iebidameme, podria equi"aler a una fomta legíti-
que come a Kanl la antítesis entre oersonas
y cosas. La mayoria d~ los d •- • ma de terapia., como la jardinería, la alfareria o la.espartería. En ningún
....: _ . - argumentos e t\.ar.t Sf: ocupctrun en esta cues-
uon, J m1eniras se caso se tendrían realmente en c..:tnsideración los materiales fisicos .afec-
sutil Las ~antuvc en eUa no necesitó hacer distinciones más
tados, ya que toJos por igual serían sencillaarient~ ubjetos, no sujetos. Y
es. cosas-,;ostiene- se pueden utilizar debidamente como medios
no hay nada degradante en golpear simples objetos.
paraLasconsegui, fin~,s humanos, lo que no se puede hace, con· las perso-
na.L cosas no tienen fi · , A pesar de la espantosa crueldad que los seres humanos muestran hacia
Tratar - la mes propios; no son sujetos, sino objetos. los animales en todo el mundo, no parece probable que nadie los con-
un atro ~I gente como si fueran cosas es explotación y opresión. Es
!iidere consistentemente segú.n esta perspectiva, esto es, como objetos.
Lo . pe o porque, como exclama Kant. "un hombre no es una cosa"
s sen ores venden escla v . 1 b . Los brotes de consideracióo. ~ernura, camaradería e incluso veneca-
súbdit . 1 . os, os go ernantes engañan y manipula n a su s ción. alternan con la crueldad irreflexiva, y parecen conformar la típica
os. os cmpresanos t ar • -
¡- . Al r an a sus secrctanas como parte del mobi - ,,ctitud humana hacia e llos. Y esta ahemancia suele ser muy similar ~n
1ano. abundar,e l . 1
· n e Simp e Y escueto contr<lste presentado aquí,
l'I tntlo que damos a nuestro s congeneres humanos. Así pues. puede
que Csta no sea re alm e nte una actitud que reservemos a las cosas. En rea-
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111·:UlNI~ s1-:xo y \rn,W(A.s
'4 9
dar de c,10, pero puede no ser central. Ya sabemos que los simios y los
delfines tienen este tipo de complejidad social y emocional.
década de 1850, a lo largo del ferrocarril Submarino , a veces
Si preguntamos cuáles son los elementos centrales de las "personas•
ocurría que los jurados se negaban a condenar a la.s persona.s acu •
para que las consideremos dignas de consideración moral, pienso que
sadas de liberar subrepticiamente esclavos. Ésta íue la da.se de rei •
podemos dar al¡:una respuesta comparando las pretensiones de estas cria-
vindicación que Le Vasseur y Sipman estaban buscando. (... f No
turas sodales sensibles con las d~ un ordenador de última generación,
se consideraban criminales. De hecho a.sumieron la idea de que,
pro~ado par~_que ,ea merecedor de ser llamado "inteligente", según
si habia un crimen, era el de retener delfines -criatura.s inteligen-
el polem1co uso de nuestros días, y que evidentemente sea capaz de
tes y muy conscientes, sin antecedente criminal alguno- confiil~.-
ejecutar cálculos imposibles para los seres humanos. Un ordenador seme-
dos en solitario, en diminutos tanques de hormigón construido,
jant\~º p_erturb: nuestro sueño con reclamación moral alguna, por
con el fin de realizar repetidos experimentos, para toda su vida".'º
"_'UY mteli~~nle que llegue a ser, a menos que a la larga se tome cons-
ciente, senSttivo y dotado de emodones.
Si retomamos por un momenlo a los seres alienígenos y pensamos en
Si se llegara a esta situación, tendríamos un problema serio de "fran-
"''ª'~'-
...-,...,.. ,o" -a muchos creadores de monstruos de nuestros días les gus-
ke._ la idea de que sus representantes más inteligentes pudier..n tener dere-
cho a retener en esas condiciones a un visitante humano, con indeper~-
laria con~olar la extraordinaria impaciencia con la que Frankens-
dencia de su estupidez, incluso aquellos de nosotros menos partidario:
tein dmg,o sus investigaciones hasta desembocar en este desastre-. Pese
de los astronautas podríamos comenzar a considerar lo que Le Vasseur
a todo, los que en el momento actual hacen hincapié en la inteligencia
y Sipman estaban defendiendo. Es algo que seguramente no se pued e
d~ los ordenadores no ven razón alguna para querer llamarlos personas,
rechazar simplemente atrincherando la-ley en la definición de la pala-
ru para considerarlos miembros de una comunidad moral. Sólo el habla,
bra "persona". Necesitamos nuevas ideas, nuevos conceptos )' nueva...
P_~r tanto, no seria suficiente para que los simios consiguieran esta posi-
palabras, no sólo, naturalmente, sobre los animales sino también sobre
"'.º~·Lo que está en cuestión es el hecho ya evidente, y que el habla impe-
toda nuestra relación con el mundo no humano. No estarnos menos capa-
dina finalmente negar, de que perciben lo que les ocurre, de que son seres
sociales muy sensibles. ci¡ados que las personas de la década de 1850, de manera que deberi~-
m6s emprender la tarea.
Pie11s0 que est.a.3 considt!raciones no son únicamente cosa de excén-
tricas o ex!cen:.isQS. Hoy en día parecen bien extendidas, y probable-
mente se nos ocurran en ocasiones a todos nosotros, a pesar de lo inde-
cisos que estemos respecto de qué hacer con ellas. Si es así, y si la ley
realrr.ente no le: co:icede importancia alguna. entonces p~ece c¡ue hemos
llegado a un punto en el cual la ley ha de ser modific-;;d;._ pues escui-
daliz.a a la moralidad. Hay un claro precedent_e, al que los libertadores
de delfines trataron de apelar: