Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
SUMARIO
Introducción. 1.-Antecedentes: Transición de la escritura a la oralidad. 2.-Fun-
damentos sobre la introducción de las técnicas de interrogatorio: 2.1.-Funda-
mentos de la relación procesal penal. 2.2.-Garantías Constitucionales del proce-
so penal. 2.3.-Fundamentos de Derecho Internacional de Derechos Humanos.
3.-El nuevo rol de los intervinientes en el proceso penal. 3.1.-Actividad de las
partes. 3.2.-Pasividad del juez. 4.-Las técnicas de oralidad en el proceso penal.
4.1.-El relato y otras distorsiones al sistema adversativo. 4.2.-El interrogatorio en
el sistema adversativo. 4.3.- Otras consideraciones técnicas: Las reglas del com-
portamiento forense. 5.-Reflexión final. Bibliografía.
INTRODUCCIÓN
∗
Publicado en la Revista Justicia de Paz No. 9, Proyecto de Asistencia Técnica
a los Juzgados de Instrucción y Tribunales de Sentencia, Cooperación Espa-
ñola/CSJ, san Salvador, mayo-agosto, 2001. Trabajo presentado en el Semi-
nario de Derecho Procesal Penal, impartido por el Doctor Gilbert ARMIJO
SANCHO, en el Posgrado de Administración de Justicia de la Universidad Na-
cional de Costa Rica, Heredia, noviembre de 2000, corregido y ampliado de
su versión original.
**
Juez del Tribunal de Sentencia. San Vicente, El Salvador.
será esta última, es decir, la que sustenta que la cultura inquisitiva1
sigue pesando en el actuar diario de nuestros tribunales de justi-
cia, situación a la que coadyuva la persistencia en el nuevo Códi-
go Procesal Penal de algunos principios del sistema anterior, como
es el caso, por ejemplo, del art. 352, sobre la posibilidad del tri-
bunal de sentencia de acordar prueba de oficio para mejor proveer.
1
BINDER, Alberto M., Límites y posibilidades de la simplificación del proceso, en Derechos
fundamentales y Justicia penal, Juricentro, San José, 1992, p. 175. De igual forma: BINDER, Al-
berto M., Perspectivas de la Reforma procesal penal en América Latina, en Justicia Penal y Es-
tado de Derecho, Ad-Hoc s.r.l., Buenos Aires, 1993, p. 204.
2
Antes de la reforma, era el equivalente al art. 352 CPP de Costa Rica.
Corte Suprema
d
e Justicia
3
"En su sentido más puro, significa que sólo lo que lo que haya sido expuesto y presentado
oralmente en el debate puede ser admitido como fundamento de la sentencia. Originalmente
se pretendió con este postulado: 1) evitar que la parte que no supiera leer ni escribir resultara
perjudicada, 2) conceder a las partes la oportunidad de discutir y rebatir verbalmente todo
aquello que se relacione con el litigio ante el tribunal competente, 3) acelerar el curso del pro-
ceso y 4) otorgar a la opinión pública la oportunidad de controlar la actividad de los tribunales
de justicia (en este sentido es el principio de publicidad hermano de la oralidad)", RIVERO SÁN-
CHEZ, Juan Marcos, en Proceso, democracia y humanización, en Nuevo proceso penal y consti-
tución, IJSA, 1ª Edición, San José, 1998, p. 78.
4
Como son los criterios de oportunidad, el procedimiento abreviado –plea beargining y guilty
plea- y específicamente en el caso salvadoreño, existen añejas instituciones de raigambre nor-
teamericana como son el tribunal del Jurado (art. 189 Cn.) y la inaplicabilidad de leyes por par-
tuvo como base las técnicas de oralidad y del interrogatorio segui-
das en Puerto Rico, con la ventaja de presentar dichas técnicas en
castellano.
te de los jueces por ser contrarias a la Constitución, forma de control difuso de constitucionali-
dad (art. 185 y 149 Cn.).
5
Se afirma que "la palabra escrita ha sido la tradición en los procesos legales y es difícil abando-
nar las tradiciones; lo innovador generalmente causa incertidumbre, y consecuentemente re-
chazo hasta que se comprueba que produce frutos (…)", en QUESADA PACHECO, Jorge Arturo,
Análisis del discurso oral en el proceso penal, EUNED, San José, 1998, p. 4.
Corte Suprema
d
e Justicia
6
Ver: VÉLEZ MARICONDE, Alfredo, Derecho Procesal Penal, Tomo II, Lerner, Córdova, 3ª Edición,
1ª Reimpresión, 1981, pp. 173-243.
7
Que comprende los subprincipios de estatalidad, oficiosidad, legalidad, indeclinabilidad de la
acción, improrrogabilidad de la jurisdicción y la indisponibilidad de la pretensión.
8
Que comprende los subprincipios de inmediación de la prueba –oralidad, continuidad, identi-
dad física del juzgador-, publicidad del debate, impulso e investigación judicial autónoma, li-
bertad de prueba, comunidad de prueba y libre convicción.
9
Que comprende los subprincipios de intervención, contradicción, imputación, intimación
originaria, ampliación de la acusación, intimación complementaria, correlación entre acusación
y sentencia o congruencia, reparación del daño y motivación de la sentencia.
De igual forma, la doctrina10 distingue entre garantías prima-
rias y secundarias, siendo las garantías primarias las que se refie-
ren a la formulación de la imputación, a la carga de la prueba y al
derecho de defensa; y las garantías secundarias o de segundo ni-
vel, las que se refieren a la publicidad, la oralidad, la legalidad y a
la motivación de la decisión.
a) Verdad Real
no existe libertad para investigar, pues existen limitaciones legales tanto para el uso de medios
de prueba como las que restringen la formación de prueba. Y la tercera, que se muestra favora-
ble a la obtención de la verdad, tanto por su posibilidad teórica, como lo muestran las orienta-
ciones modernas a favor de la verdad jurídica, como lo sostienen el realismo crítico, el empi-
rismo interno y el relativismo epistemológico; como por su posibilidad práctica, pues se afirma
que frente a las objeciones a los límites de las reglas legales, se sostiene que hay que ponderar
en su justa dimensión la incidencia de las normas legales en la actividad probatoria, pues son
esencialmente residuales y porque se disminuye su impacto con la libertad de prueba y su libre
valoración; así como la que afirma que estamos en presencia de una verdad relativa, pues hay
una limitación de instrumentos cognoscitivos, y porque además es una verdad relativa a su con-
texto, que dependerá de los medios cognoscitivos disponibles, así como de la estructura de re-
ferencia, como son las presuposiciones, los conceptos, las nociones y las reglas que se tengan
respecto de la realidad que se pretende indagar. Por otra parte, quienes se postulan a favor de la
posibilidad de encontrar la verdad real, sostienen su conveniencia ideológica, pues ello garan-
tizarían decisiones justas, parten de que el hecho es necesario para la aplicación de la conse-
cuencia jurídica consagrada en la norma (constatación fáctica del supuesto hipotético previa-
mente), así como porque es una garantía para la aplicación de la norma penal. Finalmente, en
cuanto a la valoración de la prueba, se parte de la base de un sistema de inferencias probabilís-
ticas para la declaración de la verdad, en la que ya no se habla simplemente de deducción o
inducción, sino de abducción del hecho respecto de la norma y de la decisión de la constata-
ción de la realidad y la aplicación de la norma al caso concreto. IGARTÚA SALAVERRÍA, Juan, Va-
loración de la prueba, motivación y control en el proceso penal, Tirant lo blanch, Valencia,
1995, pp. 19-29.
15
FERRAJOLI, Luigi, Derecho y Razón…, p. 50.
16
Siguiendo las distintas nociones del término ‘prueba’ que propone CAFFERATA. Ver CAFFERATA
NORES, José I., “La prueba en el proceso penal”, Depalma, Buenos Aires, 1988, pp. 14 y ss.
Por ello, dentro del esquema garantista, es necesario que el
proceso sea un proceso de verificación como parte de la epistemo-
logía acusatoria o falsacionista, sujeta a prueba (modus ponens) y
a refutación (modus tollens), es decir, al contradictorio. Para ello
es necesario que se respete la defensa material y técnica del impu-
tado17.
17
FERRAJOLI, Luigi, Derecho y Razón..., p. 606.
18
BERGMAN, Paul, La defensa en juicio. La defensa penal y la oralidad, 2ª Edición, Abeledo-
Perrrot, Buenos Aires, 1989, p. 17.
19
Así, en la Resolución 2000-735, pronunciada por el Tribunal de Casación Penal de Costa Rica,
integrado por los jueces DALL’ANESE, LLOBET y OBANDO, de 25 de setiembre de 2000, en el en
el recurso de Casación interpuesto en el caso Costa Rica contra Arce Arista, el Tribunal señala:
“(...) (ii) El examen del testimonio no puede olvidar su proceso de formación, comenzando con
la recepción de datos objetivos por medio de los sentidos, la percepción o la idea a partir de la
información recibida sensorialmente, y la comunicación de esa idea que tiene su propio proce-
so. Este desarrollo puede llevar a la persona a hacer un relato alejado de la verdad objetiva sin
incurrir en falso testimonio, pues se basa en su percepción (subjetiva) de los datos objetivos re-
cibidos por medio de los sentidos, o en obstáculos propios del proceso de comunicación; para
ello debe explicarse someramente. Consciente o inconscientemente, de modo constante los
sentidos reciben información objetiva del entorno: colores, sombras, destellos, silencio, ruido,
música, sabores, texturas, temperatura, olores. El dato recibido es objetivo, no tiene imputa-
ción. Pero, inmediatamente, el cerebro echa mano de los prejuicios (datos precedentes) acerca
de la realidad, interpreta la información y la califica e imputa. (…) El otro problema es el de la
comunicación, pues tiene su propio proceso, constante de tres elementos: mensaje, emisor y
receptor. El primero de ellos es la idea traducida a una forma de comunicación (palabra habla-
da o escrita, mímica, gráficos, dibujos, etc.); el emisor es el testigo que trasmite su relato y el
receptor es el tribunal y las partes. Si el emisor no tiene dominio del idioma —aunque su idea
de la realidad sea muy precisa— no podrá exponerla con precisión; y si el receptor no tiene la
preparación para interpretar adecuadamente la comunicación del emisor, tampoco percibirá el
mensaje. (iii) Por otra parte, existe la memoria del pasado reciente y la memoria del pasado
remoto. Cuando apenas ha transcurrido un corto período entre el hecho y la declaración, la
memoria podría abarcar lo central como lo periférico; pero si ha corrido mucho tiempo entre
ambos eventos, los detalles que no dejan impronta tienden a olvidarse (...) De manera que la
Corte Suprema
d
e Justicia
Por tal razón, algunos autores sugieren que las técnicas ad-
versativas oscurecen todavía más la realidad, pues puede afirmarse
que cuando los abogados escogen los hechos a demostrar y prepa-
ran a los testigos, y desarrollan un interrogatorio en determinado
sentido, se "engaña al juez" acerca de lo que realmente sucedió21.
valoración del testimonio es harto complicada, pues la confianza o crédito en el declarante de-
pende en gran medida del interrogatorio periférico. Y a lo anterior debe sumarse que el centro
de interés de la persona podría tener tal relevancia —ser el objeto de la agresión, la impresión
por el acometimiento contra otro, etc.— que no permite asimilar lo periférico, por lo que tam-
poco quedará grabado en la memoria del pasado reciente."
20
BERGMAN, Paul, La defensa en juicio…, 18.
21
En contra de este sistema adversativo, sobre todo por la forma de llegar a la "verdad", se postula
abiertamente IGARTÚA SALAVERRÍA, al referirse a los dos modelos de fines del proceso, ya sea
que con él se declare la verdad de los hechos, o que el proceso sea un medio de solución de
conflictos. El proceso visto como medio de solución de conflictos, busca una aceptable compa-
ginación de intereses, pretendiendo el equilibrio más satisfactorio a los intereses de las partes o
al contexto social en que ha surgido el conflicto, haciendo énfasis en la eficacia pacificadora del
proceso, con un rechazo a la verdad. Con el sistema que hace énfasis en el proceso como for-
ma de llegar a la verdad de los hechos, pero de una forma desentendida de la búsqueda de la
verdad real, afirma que en este modelo "se colocan en la bóveda axiológica los valores de la li-
bertad, la autonomía y la iniciativa de las partes, síguese de ahí que éstas (cada una de ellas
por su lado) pelean por la victoria o por el compromiso (en el peor de los casos), pero nunca
por la desinteresada investigación de la verdad. A mayor abundancia, si el juez debe limitarse
a escoger entre las versiones que le procuran las partes, queda fuera de su horizonte buscar por
su cuenta una reconstrucción objetiva de los hechos"; IGARTÚA SALAVERRÍA, Juan, Valoración de
la prueba..., pp. 22-23. Sin embargo, las técnicas de interrogatorio propios del sistema adversa-
tivo y acusatorio adoptado por el legislador salvadoreño, exigen un rol pasivo al juez y mayor
actividad de las partes, renunciando a aquella búsqueda de la verdad real, a cualquier costo -
incluso torturando, o para decirlo en palabras precisas: aplicando tormento-, propia del sistema
inquisitivo. Por el contrario, el juez debe ser ahora, un sujeto imparcial, pues no es titular de
pretensión alguna, tal como se desarrollará más adelante; y la verdad ha de surgir de la confron-
tación, la contradicción, el debate, propio del sistema democrático y republicano.
22
BERGMAN, Paul, La defensa en juicio…, 18.
nio, a través del contrainterrogatorio23.
23
De ahí que el contrainterrogatorio sea el mejor método para cuestionar la credibilidad del dicho
del testigo, siendo la confrontación y el careo (art. 218-220 CPP) un resabio del inquisitivo en el
afán de llegar a la verdad real, poniendo a dos personas que sostienen versiones diametralmen-
te opuestas, a carearse y confrontarse, para que “libremente traten de ponerse de acuerdo” so-
bre cómo ocurrieron los hechos, o determinar cuál de ellas dice la verdad y cuál miente. No só-
lo me parece que el resultado puede ser engañoso, pues el testigo hábil y mendaz puede hacer
creer que dice la verdad, mientras que el inexperto, falto de carácter pero veraz, podrá parecer
que miente. De ahí que resulta inseguro su resultado, inútil su práctica y anacrónico dicho pro-
cedimiento en el modelo adversativo acusatorio adoptado, y que tiene en el contrainterrogato-
rio el momento culminante de la verificación de la veracidad o mendacidad de la prueba testi-
monial o pericial, sin necesidad de acudir a dicho careo. El testigo declara bajo juramento, y es
sometido a presiones en el contrainterrogatorio; si se sostiene en determinada afirmación, será
el juez quien valore la credibilidad de tal dicho, frente al otro testigo que sostiene todo lo con-
trario.
24
FERRAJOLI señala la diferencia de llegar a la verdad real en los sistemas inquisitivo y acusatorio:
Mientras que en el inquisitivo, la investigación y búsqueda de prueba era libre (permitiéndose
el tormento y cualquier forma que fuese útil para llegar descubrir la verdad real), su valoración
estaba limitada por la ley (prueba tasada). En cambio en el sistema acusatorio, la investigación y
formación de prueba es legal (prohibiciones probatorios, necesidad de orden judicial, método
legal de formación de prueba), pero su valoración es libre para el Juez. FERRAJOLI, Luigi, Dere-
cho y Razón..., p. 612.
25
A partir de la inevitabilidad de la persecución del delito, derivado del subprincipio de oficiosi-
dad, y éste a su vez de la oficiliadad, como lo enuncia VÉLEZ MARICONDE, Alfredo, Derecho
Procesal Penal, obra citada, pp. 173 y ss.
26
Así, arts. 285, 286, 287, 290, 291 CPP de Costa Rica.
Corte Suprema
d
e Justicia
les27.
27
Ver: FERRAJOLI, Luigi, Derechos y garantías. La ley del más débil, Trotta, Madrid, 1999.
28
FERRAJOLI, Luigi, Derecho y Razón..., p. 608.
29
Ver: MONTERO AROCA, Juan; ORTELLS RAMÓN, M.; GÓMEZ COLOMER, José Luis; Derecho Juris-
diccional, Bosch Editor, 3ª Edición, Barcelona, 1993, Tomo I, Parte General, pp. 498-503. En el
mismo sentido, MONTERO AROCA, Juan, Introducción al Derecho Procesal, jurisdicción, acción
y proceso, Tecnos, Madrid, 1976, pp. 244-256. Y, GIMENO SENDRA, José Vicente, Fundamentos
de Derecho Procesal, jurisdicción, acción y proceso, Civitas, Madrid, 1981, pp. 183-187.
La defensa material y la defensa técnica30. La primera, con la que
se garantiza la presencia física del imputado y la segunda, la de su
abogado defensor. Ello, con todas las manifestaciones antes men-
cionadas.
30
LLOBET RODRÍGUEZ, Javier, Proceso penal comentado, Imprenta y Litografía Mundo Gráfico, San
José, 1998, p. 126-134.
31
Institución criticada por FERRAJOLI al tocar el tema de la legitimidad democrática del juez a
partir de su función cognoscitiva y decisora, señalando: “(…) me parecen inaceptables y peli-
grosas para las garantías del justo proceso y, sobre todo, del proceso penal, las doctrinas “con-
sensualistas” y “discursivas” de la verdad que –nacida en el contexto de disciplinas muy dife-
rentes, como la filosofía de las ciencias naturales (Kuhn) o la filosofía moral o política (Haber-
mas)- algunos penalistas querrían importar ahora en el proceso penal, quizá para justificación
de esas instituciones aberrantes que son las negociaciones sobre la pena. En efecto, ningún
consenso –ni el de la mayoría, ni el del imputado- puede valer como criterio de formación de
prueba. Las garantías de los derechos no son derogables ni disponibles. (…)”, en Derechos y ga-
rantías. La ley del más débil, Trotta, Madrid, 1999, p. 27.
Corte Suprema
d
e Justicia
32
Ver: GARCÍA DE ENTERRÍA, Eduardo, La Constitución como norma y el Tribunal Constitucional,
Civitas, Madrid, 3ª Edición, 1991.
33
Art. 246 de la Constitución de la República de El Salvador: “Los principios, derechos y obliga-
ciones establecidos por esta Constitución no pueden ser alterados por las leyes que regulen su
ejercicio.
La Constitución prevalecerá sobre todas las leyes y reglamentos. El interés público tiene prima-
cía sobre el interés privado.”
34
SMEND, Rudolf, Constitución y Derecho Constitucional, Centro de Estudios Constitucionales,
Madrid, 1985, p. 63.
35
HESSE, Konrad, Escritos de Derecho Constitucional, Centro de Estudios Constitucionales, Ma-
drid, 1992, p. 65.
36
Art. 16 de la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano.
37
TINETTI, José Albino, Los fundamentos del valor normativo de la Constitución, Revista de Cien-
cias Jurídicas No. 2, PRJ, San Salvador, 1992, pp. 198-199.
38
Ver: LÓPEZ GUERRA, Luis; y otros, Derecho Constitucional, Tirant lo blanch, Valencia, 1991,
Tomo I, pp. 29 y 30.
el fundamento de tales límites los derechos fundamentales deriva-
dos de la dignidad humana, y a partir de ahí, se configuran una
serie de garantías que la Constitución plantea respecto al ejercicio
del ius puniendi.
a) Presunción de inocencia
39
BINDER, Alberto M., Introducción al derecho procesal penal, Ad-Hoc s.r.l., Buenos Aires, 1993,
pp. 109-204.
40
“Debiendo todo hombre presumirse inocente mientras no sea declarado culpable, si se juzga
indispensable arrestarlo todo rigor innecesario para apoderarse de su persona debe ser severa-
mente reprimido por la ley”, en LLOBET RODRÍGUEZ, Javier, Proceso penal comentado..., p. 92.
41
Así, en El Salvador, lo adoptan tanto la Constitución como el Código Procesal Penal, así:
Art. 12 de la Constitución de la República de El Salvador: “Toda persona a quien se le impute
un delito, se presumirá inocente mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley y en
juicio público, en el que se le aseguren todas las garantías necesarias para su defensa.”
Art. 4 CPP: “Presunción de Inocencia
Art. 4.- Toda persona a quien se impute un delito, se presumirá inocente, y será tratada como
tal en todo momento, mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley y en juicio
público, en el que se le aseguren las garantías del debido proceso. La carga de la prueba
corresponde a los acusadores.”
42
Art. 8.2 CADH: “Toda persona inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocen-
cia mientras no se establezca legalmente su culpabilidad (...).”
Art. 14.2 PIDCP: “Toda persona acusada de un delito tiene derecho a que se presuma su ino-
cencia mientras no se pruebe su culpabilidad conforme a la ley.”
Corte Suprema
d
e Justicia
b) Carga de la prueba
43
Ver: MONTAÑÉS PARDO, Miguel Ángel, La presunción de inocencia, Aranzadi, Madrid, 1999, p.
43 y ss.
44
Citado por LLOBET RODRÍGUEZ, Javier, Proceso penal comentado..., pp. 91 y ss.
45
La mínima actividad probatoria, tiene que cumplir, al menos cuatro elementos básicos, como
son: a) que la prueba sea directa o indirecta (indiciaria); b) Inequívoca, es decir, congruente con
la pretensión y que resista la confrontación con la prueba de descargo; c) Unívoca, que se de-
rive de ella una verdad única (no ambigua) que permita una reconstrucción lógica del pasado; y
d) Legítima, es decir, que tanto en su obtención como en su incorporación, no revista el carác-
ter de ilícita. En relación con la actividad mínima probatoria de cargo: “La mínima actividad
En las técnicas de interrogatorio, la carga de la prueba se tra-
duce en que a quien le corresponde probar o acreditar las afirma-
ciones de la acusación, es a la Fiscalía, al querellante, al actor civil
o la víctima, pero especialmente a la Fiscalía, quien es el titular de
la pretensión punitiva, conforme al ordenamiento jurídico salva-
doreño46.
probatoria de cargo puede consistir en: a) que haya pruebas para inculpar al encausado... b)
que haya pruebas congruentes para condenar al procesado... c) que haya pruebas congruentes
suficientes para castigar al reo.” IGARTÚA SALAVERRÍA, Juan, “Valoración de la prueba, motiva-
ción y control en el proceso penal”, Tirant lo blanch, Valencia, 1995, pp. 39. (Resaltado en ne-
gritas mío)
46
“Art. 193.- Corresponde al Fiscal General de la República: (...)
3º Dirigir la investigación del delito con la colaboración de la Policía Nacional Civil en la
forma que determine la ley.
4º Promover la acción penal de oficio o a petición de parte.”
47
“Una relación triangular entre tres sujetos, dos de los cuales son partes en la causa, y el tercero
super-partes: El acusador, el defensor y el juez”, FERRAJOLI, Luigi, Derecho y Razón. , p. 581.
48
FERRAJOLI resalta al menos cuatro poderes que le corresponden al juez: 1) De interpretación de
las leyes o verificación jurídica, 2) de valoración de la prueba o verificación fáctica, 3) la conno-
tación equitativa y 4) la disposición discrecional. FERRAJOLI, Luigi, Derecho y Razón…, p. 574.
Además, señala FERRAJOLI que el poder judicial se configura “como un contra-poder, en el do-
ble sentido que tiene encomendado el control de la legalidad, es decir, la validez de los actos
legislativos tanto como el de los administrativos, y la tutela de los derechos fundamentales de
los ciudadanos frente a las lesiones que pudieran provenir del estado. «Para que no se pueda
abusar del poder», escribió Montesquieau, «es preciso que, por la disposición de las cosas, el
poder frene al poder»”, Ibídem, p. 580.
49
Art. 186 inciso 5° de la Constitución de la República: “La ley deberá asegurar a los jueces
protección para que ejerzan sus funciones con toda libertad, en forma imparcial y sin influen-
cia alguna en los asuntos que conocen; y los medios que les garanticen una remuneración justa
Corte Suprema
d
e Justicia
CPP50.
Eduardo M., La prueba en materia penal, Rubinzal-Culzoni Editores, Santa Fe, Argentina, 1992,
p. 26. VÉLEZ MARICONDE, Alfredo, Derecho Procesal Penal..., pp. 173-243.
Corte Suprema
d
e Justicia
Como puede advertirse del texto del art. 8.2.f CADH, se es-
tablece el "derecho de la defensa de interrogar a los testigos pre-
sentes en el tribunal y de obtener la comparecencia, como testi-
gos o peritos, de otras personas que puedan arrojar luz sobre los
hechos", restringiéndose el derecho de interrogar a los testigos de
cargo únicamente a la defensa, entendiéndose que quien la ejerce
es un defensor ajeno a la persona acusada.
57
"Art. 144.- Los tratados internacionales celebrados por El Salvador con otros estados o con
organismos internacionales, constituyen leyes de la República al entrar en vigencia, conforme a
las disposiciones del mismo tratado y de esta Constitución.
La ley no podrá modificar o derogar lo acordado en un tratado vigente para El Salvador. En
caso de conflicto entre el tratado y la ley, prevalecerá el tratado."
58
Aunque jurídicamente sea posible y permisible que el imputado pueda contrainterrogar a los
téstigos de cargo en su contra, técnicamente no es recomendable; pues el dominio de las técni-
cas de interrogatorio requiere de un conocimiento especializado que el imputado no tiene; por
ello es aconsejable que “haga interrogar” al testigo, por medio de su abogado defensor, sobre
los puntos que él quiere cuestionar en su defensa.
Corte Suprema
d
e Justicia
59
Art. 172: " (…) Corresponde exclusivamente a este Organo la potestad de juzgar y hacer ejecu-
tar lo juzgado (…)".
Art. 14: "Corresponde únicamente al Organo Judicial la facultad de imponer penas (…)"
60
Art. 193: "Corresponde al Fiscal General de la República: (…)
3º Dirigir la investigación del delito con la colaboración de la Policía Nacional Civil en la
forma que determine la ley.
4º Promover la acción penal de oficio o a petición de parte."
61
Art. 11: "Ninguna persona puede ser privada del derecho a la vida, a la libertad, a la propiedad
y posesión, ni de cualquier otro de sus derechos sin ser previamente oída y vencida en juicio
con arreglo a las leyes; ni puede ser enjuiciada dos veces por la misma causa (…)."
Art. 12: "Toda persona a quien se le impute un delito, se presumirá inocente mientras no se
pruebe su culpabilidad conforme a la ley y en juicio público, en el que se le aseguren todas las
garantías necesarias para su defensa.
La persona detenida debe ser informada de manera inmediata y comprensible, de sus derechos
y de las razones de su detención, no pudiendo ser obligada a declarar. Se garantiza al detenido
la asistencia de defensor en las diligencias de los órganos auxiliares de la administración de jus-
ticia y en los procesos judiciales, en los términos que la ley establezca.
Las declaraciones que se obtengan sin la voluntad de la persona carecen de valor; quien así las
obtuviere y empleare incurrirá en responsabilidad penal".
62
Art. 194. II: "Corresponde al Procurador General de la República:
2° Dar asistencia legal a las personas de escasos recursos económicos, y representarlas judi-
cialmente en la defensa de su libertad individual (…)".
63
La jurisprudencia de la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia, tuvo un enor-
me protagonismo a fin de adecuar la anacrónica legislación, a las nuevas exigencias del marco
normativo constitucional, en supuestos tales como a la excepcionalidad de la detención provi-
sional como medida cautelar (HC 9-V-94 8:50 hrs. 17-nov-94), la prueba prohibida (HC 6-H-95
9:00 hrs. 29-ago-95), la dirección funcional de la fiscalía en la policía de investigaciones (HC 6-
B-96 13:30 hrs. 23-ene-96) y otros aspectos procesales y dogmático penales en la Sentencia de
Inconstitucionalidad de la Ley transitoria de emergencia contra la delincuencia y el crimen or-
ganizado (I 15-96 Ac. 15:00 hrs. 14-feb-97), etc.
realizó la concreción legislativa con la entrada en vigencia del
Código Procesal Penal, que desarrolla tanto las disposiciones cons-
titucionales, dando a los intervinientes 'nuevos roles' frente a las
actuaciones que venía realizando con el Código Procesal Penal de
1974, ahora derogado.
64
FERRAJOLI, Luigi, Derecho y Razón..., p. 623.
Corte Suprema
d
e Justicia
65
“Dirección de la Audiencia
Art. 336.- El presidente del tribunal dirigirá la audiencia, ordenará las lecturas necesarias, hará
advertencias legales, recibirá los juramentos y declaraciones y moderará la discusión, impidiendo
intervenciones impertinentes o que no conduzcan al esclarecimiento de la verdad, sin coartar por
ello el ejercicio de la acusación y la amplitud de la defensa.
El tribunal en pleno resolverá cuando una decisión del Presidente sea impugnada.”
observador minucioso de los elementos de prueba que se están
produciendo frente a él, para decidir el litigio.
66
“Interrogatorio
Art. 348.- El presidente del tribunal, después de interrogar al perito o testigo sobre su identidad
personal y las circunstancias generales para valorar su testimonio, le concederá la palabra para que
informe todo lo que sabe acerca del hecho propuesto como objeto de la prueba. Al finalizar el
relato o si el testigo no puede o no quiere hacerlo o le resulta dificultoso, permitirá el interrogatorio,
comenzando por quien lo propuso y continuando con las otras partes, en el orden que considere
conveniente. Por último, el mismo Presidente y los miembros del tribunal podrán interrogar al
perito o al testigo.
El Presidente del tribunal moderará el interrogatorio y evitará que el testigo conteste a preguntas
capciosas, sugestivas o impertinentes, procurando que el interrogatorio se conduzca sin presiones
indebidas y sin ofender la dignidad del declarante. Las partes podrán interponer la revocatoria de
las decisiones del presidente del tribunal que limiten el interrogatorio u objetar las preguntas que se
formulen.
Los peritos y testigos expresarán la razón de sus informaciones y el origen de las noticias,
designando con la mayor precisión posible a los terceros que se las hayan comunicado. El perito
tendrá, en todo caso, la facultad de consultar documentos, notas escritas y publicaciones, las que
podrán leerse en la vista o incluirse en la prueba, incluso de oficio.
Los testigos podrán reconocer personas u objetos durante la audiencia.”
Corte Suprema
d
e Justicia
67
Ver: GOLDBERG, Steven H., Mi primer juicio oral. ¿Dónde me siento? ¿Y qué diré?, 1ª Edición,
Heliasta, Buenos Aires, 1994, p. 147 y ss. BERGMAN, Paul, La defensa en juicio…, p. 47-55.
68
MARROQUÍN GALO, José Fernando, ¿Existe conflicto entre las técnicas de interrogatorio directo y
de contrainterrogatorio y el art. 348 del Nuevo Código Procesal Penal?, folleto inédito prepara-
do para las sesiones del curso Capacitación complementaria a capacitadores sobre técnicas de
oralidad, ESCUELA DE CAPACITACIÓN JUDICIAL del Consejo Nacional de la Judicatura de la Repú-
blica de El Salvador, San Salvador, enero de 1998, p. 4.
69
MIRA Y LÓPEZ, Emilio, Manual de Psicología Jurídica, Salvat Editores, Madrid, 1932, p. 149.
70
MARROQUÍN GALO, José Fernando, ¿Existe conflicto…., p. 4.
proyecta sobre el juicio penal, y en especial en la prueba, que
tiene una naturaleza controversial, lo que implica un combate de
posiciones, una confrontación de teorías sobre la realidad ontoló-
gica, ya que el proceso es inter partes, contradictorio, dialéctico;
por lo que es preferible, para efectos de la estrategia del caso plan-
teado por las partes, que la información que fluye del testigo o
perito no sea espontánea, desordenada, impertinente, sino que es
preferible que esa información surja en forma ordenada, y con-
forme a los hechos y circunstancias que la parte quiere establecer
conforme a su estrategia71. Tales estrategias se ven enormemente
afectadas, si se permite el relato espontáneo del testigo o perito.
71
Entre ellas se señala el método cronológico y el de primacía, impacto y novedad, como estrate-
gias del interrogatorio, como se verán más adelante.
72
El rol e imparcialidad del Juez en Puerto Rico al interrogar ha tenido un diferente tratamiento
jurisprudencial, como puede verse: RESUMIL DE SANFILIPPO, Olga Elena, Derecho Procesal penal,
Práctica jurídica de Puerto Rico, Tomo 1, Follows Equity Law Publishing Company, Orford,
New Hampshire, pp. 65-67.
Corte Suprema
d
e Justicia
73
Con relación al tema central y al tema periférico, en la Resolución 2000-735, pronunciada por
el Tribunal de Casación Penal de Costa Rica, integrado por los jueces DALL’ANESE, LLOBET y
OBANDO, el 25 de setiembre de 2000, en el en el recurso de Casación interpuesto en el caso
Costa Rica contra Arce Arista, el Tribunal señala "(i) Todo acontecimiento de la vida tiene un
tema central y un tema periférico, uno es el principal y el otro es el que rodea la situación. (…)
En términos generales la congruencia de los relatos en lo central y en lo periférico, da crédito a
los declarantes individualmente considerados y permite reconstruir la especie bajo investiga-
ción judicial; pero en particular, la coherencia en el tema central permite establecer el hecho
histórico, en tanto la consistencia en los aspectos periféricos prueba la confiabilidad del testigo.
Esto último con alguna dificultad, porque el tema periférico puede ser común a todos los decla-
rantes, particular de cada uno o combinado. El examen del testigo supone un interrogatorio
central (sobre el tema central) y un interrogatorio periférico (acerca del tema periférico común
o particular), con la finalidad de establecer la credibilidad del declarante y a partir de allí obte-
ner elementos probatorios para determinar el hecho investigado. Por ello constituye un vicio de
algunos tribunales, impedir a las partes el interrogatorio periférico y limitar sus preguntas al
tema central; con esa forma de actuar se omite el examen sobre la confiabilidad del testigo."
quienes decidirán el litigio74.
74
Para salvaguardar la facultad del Jurado a interrogar al testigo, perito o imputado, sobre las
dudas que tenga respecto a los hechos, podría sugerirse que el Jurado redacte por escrito sus
preguntas, se las pase al Juez, y antes de formularlas, en una reunión privada con las partes, el
Juez deseche las preguntas inadmisibles, y distribuya las preguntas admisibles a las partes, a
efecto de que éstas las formulen en un nuevo interrogatorio. Con tal procedimiento, se salva-
guardaría el trabajo de las partes con sus interrogatorios, no se ganarían la apatía o antipatía del
Jurado al objetar las preguntas inadmisibles, el Juez ejercería un control sobre dicho interrogato-
rio, que sería realizado por las partes. Sin embargo, para el que escribe, lo ideal es que el Jura-
do no pregunte, se limite a percibir y valorar los elementos de prueba producidos a través del
interrogatorio de las partes, y si tiene dudas respecto de los hechos o circunstancias, aplique el
in dubio pro reo.
75
La ley no detalla la forma de presentación de dichas preguntas al juez, si en forma oral o por
escrito, ni el momento de dicha presentación; pero se entiende que las preguntas del contrain-
terrogatorioy recontrainterrogatorio, han de presentarse hasta después de escuchadas las res-
puestas del menor, luego del directo y redirecto, respectivamente.
76
MARROQUÍN GALO, José Fernando, ¿Existe conflicto…., p. 7.
Corte Suprema
d
e Justicia
Por ello fue necesario reformar el referido art. 348 CPP, ade-
cuándolo al sistema adversativo, pues tal redacción distorsionaba
el sistema contradictorio y comprometía gravemente la imparciali-
dad del juez.
82
RAMOS GONZÁLEZ, Carlos, y VÉLEZ RODRÍGUEZ, Enrique, Teoría y práctica…, p. 56.
83
MARROQUÍN GALO, José Fernando, ¿Existe conflicto…., p. 10.
Corte Suprema
d
e Justicia
84
“Interrogatorio
Art. 348.- El presidente del tribunal, después de preguntar al testigo cuáles son sus generales, le
concederá la palabra a la parte que lo presentó, para que formule su primer interrogatorio; si la par-
te contraria manifiesta que desea contrainterrogar al testigo, le concederá la palabra al efecto. La
parte que lo sometió al primer interrogatorio, podrá interrogarlo nuevamente, después del contrain-
terrogatorio; así como también, la parte contraria podrá someterlo a nuevo contrainterrogatorio, a
continuación del precedente. Estas dos últimas intervenciones, deberán limitarse a preguntar sobre
materias nuevas procedentes del interrogatorio inmediatamente anterior.
El Presidente del tribunal, moderará el examen del testigo y evitará que conteste a preguntas cap-
ciosas e impertinentes, procurando que el interrogador no ejerza presiones indebidas ni ofenda la
dignidad del declarante. En el interrogatorio directo, por regla general, estarán prohibidas además
las preguntas sugestivas; sin embargo, el presidente del tribunal podrá permitir la sugestividad en el
interrogatorio directo, cuanto el testigo sea hostil, cuando se interrogue a la parte contraria, al testi-
go identificado con ésta, a una persona que en virtud de su mayor edad, limitada educación o cau-
sa semejante, tenga dificultad de expresión, o que por razones de pudor esté renuente a deponer li-
bremente.
Las respuestas de los testigos, deberán ser directas y concretas a las preguntas que se les formulen.
El presidente del tribunal podrá autorizar al perito o testigo que consulte documentos, notas escritas
o publicaciones, cuando por la naturaleza de la pregunta tal consulta fuere necesaria, sin que por
este solo hecho, tales documentos puedan incorporarse como prueba a la vista pública.
Las partes podrán interponer revocatoria de las decisiones del presidente del tribunal que limiten
sus interrogatorios u objetar las preguntas que se formulen en los mismos.
El presidente y los otros miembros del tribunal, podrán interrogar al perito o testigo, pero con las
limitaciones que el deber de imparcialidad les impone.”
Reformado por D.L. 418, de fecha 1 de octubre de 1998, publicado en el D.O. No. 198, Tomo
No. 341, del 23 de octubre de 1998.
85
De igual forma, hay reglas de comportamiento forense, que han de ser respetadas, como son la
reverencia al juez, el control del lenguaje no verbalizado (demeanor) y la conversación trinagu-
lar por las partes, de dirigir el debate hacia el juez.
con la actividad de las partes86, el juez debe conocerlas y dominar-
las, pues es de recordar que como árbitro y director del proceso, a
él le corresponde decidir qué elementos de prueba pueden ingre-
sar al juicio y qué no, resolviendo los incidentes planteados por
las partes por medio de las objeciones.
a) Alegatos iniciales
Las partes han de llegar ante el tribunal con una historia le-
gal, verosímil y persuasiva87, deben preparar lo que se conoce
como la teoría del caso, es decir, una especie de cuento o recrea-
ción de los hechos pasados, los cuales tienen una implicación ju-
rídica88.
86
Sobre la técnica y práctica de la oralidad ver además, GOLDBERG, Steven H., Mi primer juicio
oral. ¿Dónde me siento? ¿Y qué diré?, 1ª Edición, Heliasta, Buenos Aires, 1994.
87
BERGMAN, Paul, La defensa en juicio…, p. 25-26.
88
BERGMAN, Paul, La defensa en juicio…, p. 133-243.
89
Evidencia afirmativa se refiere a hechos que tienden a demostrar la exactitud de una proposi-
ción fáctica, de una afirmación; por lo general le corresponde acreditar tal hecho mediante la
prueba, a quien afirma un hecho determinado. BERGMAN, Paul, La defensa en juicio…, p. 26. En
cuanto a tal obligación de probar las afirmaciones, tenemos como excepción a la inocencia,
que es una presunción iuris tamtum, y mientras no se destruya, se mantiene vigente.
90
Evidencia de refutación o de contradicción, es la que establece hechos que contradicen con el
del adversario; es prueba contradictoria, que tiene por objeto minar o contradecir la prueba del
contrario, BERGMAN, Paul, La defensa en juicio…, p. 27. En este punto, es importante aclarar
que la parte que inició la presentación de la prueba afirmativa, tendrá una segunda oportunidad
de presentar prueba para rehabilitar la que le ha sido rebatida.
91
Evidencia de credibilidad, la que establece hechos que afectan favorable o desfavorablemente
la verosimilitud y el carácter más o menos fidedigno de los relatos. BERGMAN, Paul, La defensa
en juicio, , p. 28.
92
Evidencia explicativa es una forma de evidencia afirmativa que pretende indicar al juzgador
‘por qué’ los hechos de una historia sucedieron como uno afirma que fue el caso. BERGMAN,
Paul, La defensa en juicio…, p. 28.
Corte Suprema
d
e Justicia
93
Evidencia emocional es una forma de evidencia afirmativa o de refutación que apela tanto al
corazón como a la mente del juzgador. BERGMAN, Paul, La defensa en juicio…, p. 26.
94
Habrá que reflexionar si el tratamiento que se le da al testigo o perito es aplicable al imputado,
en cuanto al interrogatorio y juramento, para determinar si riñe con la Constitución de la Repú-
blica y que exigiría una reforma legal al respecto (art. 262 CPP). Ello debido que en el sistema
adversativo acusatorio anglosajón, se requiere juramento al imputado si éste decide declarar.
Sin embargo, esto choca con la concepción del modelo continental que es el que tradicional-
mente ha tenido mayor influencia en nuestro sistema procesal.
La Constitución de la República establece la presunción de inocencia (art. 12 Cn.), y derivado
de dicha presunción, el que la carga de la prueba corresponda a quien acusa, el derecho del
imputado a no autoincrimarse, a no ser obligado a declarar en su contra, a abstenerse de decla-
rar y a que su silencio no se presuma en su contra. Se hace necesario analizar si tales garantías
le dan derecho al imputado a mentir durante su declaración o a declarar en el juicio sin respon-
sabilidad alguna; gozando de un trato privilegiado, aún después de haber decidido renunciar a
su derecho al silencio.
Una de las razones que ha influido en nuestro medio, y en general en el modelo continental, a
reconocer el derecho del imputado a mentir o a abstenerse parcialmente de declarar cuando él
quiera y sobre lo que él quiera al ser contrainterrogado por la parte acusadora, obedece, a mi
juicio, a la influencia que ha dejado el sistema inquisitivo y la recientemente superada práctica
judicial y policial: La sola denominación de la declaración del imputado, como “declaración
indagatoria”, encierra un significado cuya idea fundamental es la búsqueda de la verdad real, a
partir de esa primera indagación que se le hace al imputado. De ahí, que frente a ese sistema
que privilegia la búsqueda de la verdad real a cualquier costo o a costos sumamente gravosos
contra la dignidad humana como lo supuso el inquisitivo, se hayan levantado barreras y garan-
tías para proteger a la persona sometida al proceso; siendo la abstención total o parcial y la de-
claración sin que se le requiera juramento o promesa, algunas de esas manifestaciones (el art.
262 CPP regula que el requerirse juramento o promesa al imputado, un método prohibido para
su declaración). Así PAGANO, citado por FERRAJOLI (Derecho y Razón, p. 608), considera que el
que se requiera Juramento al imputado para declarar, constituye una “tortura espiritual”; por
otra parte, el que se le exija al imputado no mentir durante su declaración, puede entenderse
derivado del puritanismo inglés. Lo cierto es que en el sistema adversativo y acusatorio, no se
privilegia excesivamente la situación del imputado con el mismo tratamiento que en modelo
continental: Obviamente él tiene derecho de abstenerse de declarar, derecho que es disponible;
y puede decidir renunciar a él por razones y necesidades estratégicas y tácticas de defensa ma-
terial y técnica, a su propio riesgo, en cuyo caso asume la responsabilidad del testigo al ser in-
terrogado sobre hechos que le constan.
Además, al analizar las consecuencias que le acarrearía al imputado mentir bajo juramento
luego de haber renunciado a su silencio, se puede afirmar que no podría considerarse como de-
lito (No sólo la conducta es atípica sino que el tratar de evitar e impedir una pena, sería un su-
puesto de no exigibilidad de otra conducta que le excluiría de culpabilidad), pero las afirmacio-
nes, incoherencias y contradicciones de lo declarado podrían ser consideradas como indicios
en su contra. Ese pues sería el coste de renunciar a su derecho al silencio y declarar: Coste que
debe medir el abogado defensor, antes de hacer subir al estrado a su defendido a declarar como
imputado.
De tal forma, la deposición del imputado debería ser tratada y estructura de la misma manera
que la del testigo o perito, no siendo admisible el relato (art. 261 y 340 inc. 2 y ss. CPP), de-
biendo ser interrogado en el directo por su abogado defensor y pudiendo ser sometido al con-
trainterrogatorio sin que pueda ampararse ya en su derecho al silencio, el cual dispuso y el que
libre y voluntariamente renunció.
Ya se ha aclarado por qué es necesario e conveniente que el
testigo o perito no relate su versión acerca de los hechos, sino que
la información que aporte sea producto del interrogatorio realiza-
do tanto por la parte que lo ha ofrecido, como por la contraparte.
Podría afirmarse que ello no va con nuestra tradición jurídica porque la declaración del impu-
tado es un medio de defensa (FERRAJOLI, idem.) y que no puede apreciarse en su perjuicio o que
es una interpretación lesiva de los derechos fundamentales; pero habrá que analizarlo dentro
del marco constitucional, a ver si ello riñe o no con la Constitución.
Esta disyuntiva es producto de la colisión de las dos grandes tradiciones jurídicas, como son el
modelo continental y el modelo anglosajón. En el modelo adversativo-acusatorio se abandona
la figura de la declaración indagatoria, nacida en el seno del sistema inquisitivo, así como algu-
nos de los derechos, garantías y privilegios surgidos como barreras frente al inquisidor; teniendo
en común muchos derechos fundamentales, pero en el caso específico se establece que si el
imputado renuncia a su silencio, debe declarar bajo juramento y lo que diga puede ser usado
en su contra.
Por otra parte, me parece impráctica la actual regulación de la declaración del imputado, pues
sus incoherencias, contradicciones y mentiras no pueden ser valoradas, a menos que confiese.
Para efectos prácticos, debiera pregutársele únicamente si se considera inocente o culpable, no
siendo en este caso que tal respuesta la dé bajo juramento, quedando aún su admisión de cul-
pabilidad sujeta a confirmación con los elementos de prueba a producirse en el juicio. Pero si
decide declarar, debería hacerlo bajo juramento y bajo la forma y tratamiento del interrogatorio
del testigo o perito.
Particularmente me inclino por la opción del sistema adversativo acusatorio. Sin embargo,
considero necesario reflexionarse el tema con mayor profundidad, desde la perspectiva del
marco constitucional.
Corte Suprema
d
e Justicia
i) Interrogatorio directo
95
Y como afirma BERGMAN, “las preguntas son importantes en el interrogatorio directo, no porque
ellas mismas posean un significado probatorio, sino porque son el instrumento que uno utiliza
para determinar el contenido y alcance de las respuestas de los testigos, y por consiguiente, in-
fluir sobre el efecto y credibilidad del testimonio”, BERGMAN, Paul, La defensa en juicio…, p.
80.
96
La estrategia a través del método cronológico aconseja que el interrogatorio se oriente en el
siguiente orden: 1) Presentar al testigo como una persona creíble; 2) Descripción de la escena;
3) La ocurrencia del evento o acción, que es la etapa culminante en que el testigo describe y
narra lo que ocurrió; 4) Descripción de los efectos de la acción; y 5) La conclusión por la que el
testigo debe presentar su testimonio con seguridad y firmeza.
de decidir el caso97.
97
BERGMAN, Paul, La defensa en juicio…, p. 67 y ss.
98
BERGMAN, Paul, La defensa en juicio…, p. 88.
99
BERGMAN, Paul, La defensa en juicio…, p. 89.
100
BERGMAN, Paul, La defensa en juicio…, p. 81.
101
BERGMAN, Paul, La defensa en juicio…, p. 83.
102
La inconveniencia técnica que señala BERGMAN al interrogatorio sugestivo en el directo, es que
un interrogatorio hecho en el que el testigo se limita a responder “sí” a todo, puede ser fuerte-
mente atacado en el alegato final por el abogado de la contraparte, al recordarle al juez o al ju-
rado, que lo único que aportó el testigo con sus respuestas fue “sí”.
Corte Suprema
d
e Justicia
ii) El Contrainterrogatorio
103
La pertinencia o no de la pregunta se relaciona tanto con el tema central o medular, como con
el tema periférico, como se ha indicado supra, aconsejándose que a efecto de que a la parte
que interroga no le “telegrafíen el golpe”, las objeciones sobre pertinencia e impertinencia de la
pregunta sean resueltas cerca del estrado del juez, para que el testigo no oiga qué es lo que pre-
tende acreditarse o desacreditarse con la pregunta objetada de impertinente; ello es lo que se
denomina ‘sentar las bases’ sobre el interrogatorio que continuará a la pregunta objetada.
104
La repetitividad de las preguntas ha de referirse a temas ya agotados en el interrogatorio, y no
debe confundirse con el examen que hace la contraparte en el contrainterrogatorio, en el que
ha de permitirse que interrogue sobre tales puntos o extremos acreditados en el interrogatorio
directo, hasta que hayan sido suficientemente examinados, ya a juicio del interrogador como a
juicio del juez al resolver la objeción por repetitividad como se verá más adelante.
interrogatorio directo, es decir, por la contraparte. Es el mecanis-
mo legal más grandioso para el descubrimiento de la verdad, y se
presenta como una 'lucha entre el abogado y el testigo', siendo el
contrainterrogatorio un 'juego de presión'. Hay que recordar que
el art. 348 CPP señala que el juez debe procurar que el interroga-
dor no ejerza presiones indebidas ni ofenda la dignidad del decla-
rante. A contrario sensu, hay ciertas presiones al testigo que se con-
sideran 'permitidas', durante el contrainterrogatorio.
testigo.
go se contrasta la versión anterior con la que está formulando en
ese momento. Mediante el carácter o conducta específica, atacan-
do su veracidad, señalando su mendacidad, pudiendo acreditar la
forma de opinión o reputación por prueba ofrecida en su oportu-
nidad. Por parcialidad o interés en el caso en concreto, o por con-
dena anterior respecto del hecho con que se cuestiona su credibi-
lidad.
107
Las preguntas de máxima seguridad o muy seguras, son aquellas cuando uno puede refutar una
respuesta desfavorable con una declaración precedente del testigo o con una evidencia fuerte y
que Usted sabrá qué respuesta obtendrá del testigo, sin ninguna duda. BERGMAN, Paul, La de-
fensa en juicio…, p. 148-157.
108
Las preguntas de mediana seguridad son las que pueden resultar con respuestas más o menos
seguras, pero en la medida que las fuentes extrínsecas de refutación son recusables, tal vez no
se tenga la certeza con respecto a que el juez acepte la versión al adversario, por lo que la téc-
nica implica una seguridad mediana. BERGMAN, Paul, La defensa en juicio…, p. 158.
109
Son preguntas mínima seguridad o de pesca preguntas cuya respuesta no puede refutar, aconse-
jándose en estos casos prestar atención a los temas que el testigo no quiere tocar, buscar temas
en los que el testigo no muestra seguridad y evitar los ataques frontales al testimonio; dedicán-
dose a interrogar esperando que ‘pesque’ algo en que pueda cuestionar y atacar el testimonio o
al testigo. BERGMAN, Paul, La defensa en juicio…, p. 167-168.
110
BERGMAN, Paul, La defensa …, p. 169.
Corte Suprema
d
e Justicia
El inciso primero del art. 348 CPP, regula este tipo de inter-
rogatorio al plasmar “(…) La parte que lo sometió al primer interro-
gatorio, podrá interrogarlo nuevamente, después del contrainterro-
gatorio; (…)”.
111
BERGMAN, Paul, La defensa …, p. 171.
112
BERGMAN, Paul, La defensa …, p. 172.
113
BERGMAN, Paul, La defensa …, p. 173-183.
sistema adversativo, de aportar prueba de apoyo para rescatar o
fortalecer la credibilidad del testigo. En el interrogatorio redirecto
se busca pues, rehabilitar el dicho del testigo y su credibilidad,
buscando prueba orientada a restarle eficacia a aquellos aspectos
impugnatorios que surgieron en el examen del contrainterrogato-
rio. La respuesta en el redirecto puede tomar la forma de explica-
ción o calificación de los hechos, o aspectos sustantivos solicita-
dos en el contrainterrogatorio.
gado.
iv) El Recontrainterrogatorio
c) La objeción114:
i) Noción conceptual
114
BERGMAN, Paul, La defensa en juicio…, p. 247-254.
que la prueba en cuanto a su ofrecimiento y oposición es función
de los adversarios; y la adjudicación o resolución en cuanto a la
admisibilidad sobre ésta, le corresponde al tribunal.
ii) Características.
iii) Requisitos
115
Constitución de la República: “Art. 189.- Se establece el Jurado para el juzgamiento de los
delitos comunes que determine la ley.” Dicho jurado está integrado por cinco ciudadanos, a
quienes se selecciona de un listado de 20 personas que son citadas para ese efecto, que se en-
cuentran registradas en el padrón electoral. Luego de una Audiencia de Selección de Jurados,
en la que las partes interrogan a los ciudadanos convocados a efecto de medir su capacidad de
decisión y en especial su imparcialidad, pudiendo recusar a quienes consideran no reúnen di-
chas características; y de los que quedan, se escogen cinco propietarios y un suplente, por sor-
teo, al azar, recibiéndoles el Presidente la protesta de ley sobre el cumplimiento fiel y legalmen-
te del cargo de jurado. Ver arts. 366 al 378 CPP. Sobre las consideraciones metodológicas y
técnicas de dicha Audiencia de Selección del Jurado, ver además: ESCUELA DE CAPACITACIÓN JU-
DICIAL del Consejo Nacional de la Judicatura, Prontuario No. 3: Vista Pública. Compendio de
actos para su desarrollo, Imprenta Criterio, San Salvador, junio de 1999, p. 41-48. Tal técnica es
conocida como “Voire dire” del jurado: Ver: BERGMAN, Paul, La defensa en juicio…, p. 258-
262.
116
Código Procesal Penal
“Tribunal del Jurado
Art. 52.- Corresponderá al tribunal del jurado el juzgamiento, en vista pública de todos los
delitos, salvo aquéllos en que sea competente el tribunal de sentencia.”. Y son casos que van a
conocimiento del Tribunal de Sentencia, en forma colegiada, como regula el art. 53 CPP, los si-
guientes: (1) Homicidio simple y agravado; (2) Secuestro simple y agravado, (3) Hurto, robo y
extorsión; (4) Defraudaciones; (5) Delitos relativos al honor y la intimidad; (6) Delitos de acción
privada; (7) Delitos relativos al orden socioeconómico; (8) Delitos relativos al medio ambiente;
(9) Delitos previstos en la Ley Reguladora de las Actividades Relativas a las Drogas; (10) Delitos
relativos a la fe pública; (11) Delitos menos graves; (12) Delitos sancionados sólo con pena no
privativa de libertad; y, (13) Delitos conexos con los señalados en los numerales anteriores. Con
tegia, o porque las argumentaciones son extensas o prolongadas,
de carácter técnico jurídico, por razones éticas o de carácter legal
o constitucional, es preferible plantear la objeción únicamente al
juez, solicitando al tribunal se autorice acercarse junto a la con-
traparte, planteando y resolviendo la objeción sin que el jurado se
entere de tales puntos, debiendo explicar el Presidente del Tribu-
nal, sucintamente lo ocurrido;
v) Clasificación
tantas excepciones planteadas en el art. 53 CPP, prácticamente los casos que van a Tribunal de
sentencia se convierten en la regla general, mientras que los que van a jurado la excepción. So-
bre el estudio de los casos de conocimiento y decisión al Jurado, ver SÁNCHEZ ESCOBAR, Carlos
Ernesto, Revista Divulgación jurídica, Unidad Técnica Ejecutiva del Sector Justicia (UTE), núme-
ro 4, año 6, San Salvador, agosto de 1999.
117
Motivos de forma o de fondo.
118
Aunque no están regladas en la ley, en la práctica se han utilizado y seguido las “Reglas de
evidencia” de Puerto Rico, así como la clasificación doctrinaria que se hace de las mismas,
atendiendo el Juez los criterios de razonabilidad. Sin embargo, para efectos de uniformar la
admisibilidad de los elementos de prueba (y no sólo de los medios, como lo regula el Código
Procesal Penal), se hace necesario la adopción de Reglas de Evidencia semejantes, para evitar
tratamientos desiguales en la práctica diaria en los tribunales, respecto a la admisibilidad de los
elementos de prueba.
Corte Suprema
d
e Justicia
119
Como se ha indicado supra, sobre la pertinencia o impertinencia del interrogatorio con el
objeto de prueba, debe serse cuidadoso a efecto de que el interrogador pueda explorar y exa-
minar los temas centrales y periféricos del hecho.
Corte Suprema
d
e Justicia
sidente del tribunal que limiten sus interrogatorios u objetar las pre-
guntas que se formulen en los mismos.” Aunque el citado artículo
no hace referencia al trámite de la objeción y la revocatoria, puede
darse el caso que el Presidente la decida en forma inmediata y sin
que la parte fundamente la objeción, dada la evidencia del vicio; o
que solicite que la objeción sea fundamentada resolviendo luego; o
que antes de resolver, dé audiencia a la parte contraria. Puede ser
también que dada la complejidad de la pregunta, el vicio y su obje-
ción, no resuelva únicamente el Presidente, sino el tribunal en pleno
o en forma colegiada, en los mismos supuestos antes indicados.
120
Véase el trámite propuesto en la publicación de la ESCUELA DE CAPACITACIÓN JUDICIAL del
Consejo Nacional de la Judicatura, Prontuario No. 3: Vista Pública. Compendio de actos para
su desarrollo…, p. 49.
Por su parte, el art. 415 inciso segundo CPP, señala: “Durante las audiencias el recurso se
interpondrá verbalmente, inmediatamente después de la decisión recurrida.”
De igual forma, el art. 416 CPP enuncia:
“La resolución que recaiga causará ejecutoria, a menos que el recurso haya sido interpuesto, en
el mismo momento y en forma, con el de apelación subsidiaria y éste sea procedente.”
121
Art. 353 inciso último CPP.
122
En este punto, es importante recordar el cuidado que deben tener tanto el juez como las partes,
especialmente en caso de Jurado, sobre el uso de las falacias en los razonamientos, que consti-
tuyen ‘ideas equivocadas’ o ‘creencias falsas’ acerca de determinadas proposiciones sobre una
realidad concreta. Así, las falacias formales se dividen en falacias de atingencia lógica, en la
que las premisas carecen de atingencia respecto de la verdad o falsedad de las conclusiones
que se pretenden establecer; y las falacias de ambigüedad, en el que se usan palabras o frases
cuyo significado cambia u oscila de una manera más o menos sutil en el curso del razonamien-
to, y por lo tanto, lo puede volver falaz. Las falacias de atingencia, a su vez, pueden ser: 1)
Conclusión inatingente, que se comete cuando un razonamiento que se supone dirigido a esta-
blecer una conclusión particular es usado para probar una conclusión diferente; 2) Argumentum
ad baculum, que es cuando se apela a la fuerza o a la amenaza de fuerza para la aceptación de
una conclusión; 3) Argumentum ad hominem (ofensivo), cuando se ataca la validez del razo-
namiento o de la conclusión, atacando a la persona que la afirma, independientemente de la
validez del razonamiento; 4) Argumentum ad hominem (circunstancial), cuando apela al hom-
ción y preparación del juicio.
bre, que puede ser circunstancial, cuando se invoca la validez o verdad de un razonamiento
dadas las cualidades personales de quien las afirma; y 5) Argumentum ad ignorantiam, que es
cuando se sostiene la verdad de una proposición, porque no se ha comprobado que es falsa
(Acá cabe la presunción de inocencia, estatuida como garantía y límite al poder penal del Esta-
do); 6) Argumentum ad misericordiam, cuando se apela a la piedad para que se acepte o admita
determinada conclusión; 7) Argumentum ad populum, cuando se invoca la validez de la con-
clusión o razonamiento, mediante un llamado emocional ‘al pueblo’ a ‘la galería’, con el fin de
ganar su asentimiento para una conclusión que no está sustentada en un razonamiento válido;
8) Argumentum ad verecundiam, o apelación a la autoridad, cuando se invoca al sentimiento
de respeto por una persona famosa o prestigiosa para ganar el asentimiento a una conclusión; 9)
Causa falsa, que puede ser de dos tipos, la primera, formulada como ‘non causa, pro causa’,
que consiste en el error de tomar como causa de un efecto, algo que no es su causa real; y la
segunda, formulada como ‘post hoc ergo propter hoc’, que designa la inferencia de que un
acontecimiento es la causa de otro simplemente sobre la base de que el primero es anterior al
segundo; 10) Pregunta compleja, cuando no se percibe la pluralidad de preguntas y se exige o
se da, una respuesta única a una pregunta compleja; y 11) Falacia de generalización apresura-
da, que a través de una generalización, hace recaer en determinados individuos o especies, los
atributos o características que no tienen, mediante la generalización. Y las falacias de ambigüe-
dad, que como ya se indicó, en ellas se usan palabras o frases cuyo significado cambia u oscila
de una manera más o menos sutil en el curso del razonamiento, y por lo tanto, lo puede volver
falaz. Entre ellos están: 1) La falacia de equívoco, En el que se utilizan las palabras con más de
un significado literal; 2) La falacia de anfibología, cuando se usan premisas cuya formulación es
ambigua debido a su estructura gramatical, teniendo un significado confuso; 3) La falacia de én-
fasis, cuando se recalca o destaca determinada palabra o parte de la proposición, para hacer va-
ler una conclusión, aunque el razonamiento resulte equívoco; 4) La falacia de composición,
que puede ser de dos tipos: la primera, cuando las propiedades o cualidades de las partes se
atribuyen al todo (distributivamente); y la segunda, cuando a partir de las cualidades o propie-
dades de los individuos de una determinada clase o colección, se concluye que las poseen to-
dos los miembros de esa clase o colección (colectivamente); y, 5) La falacia de división, que es
inversa a la anterior y también es de dos clases: la primera, por la que se afirma que lo que es
cierto para el todo, es cierto para cada una de sus partes (distributivamente); y la segunda, que
en la que se deducen de la propiedad de una colección de elementos, las propiedades de los
elementos mismos (colectivamente). Ver, COPI, Irving M., Introducción a la lógica, Editorial
Universitaria de Buenos Aires (EUDEBA), Buenos Aires, 1969, pp. 59-91.
Corte Suprema
d
e Justicia
a) Reverencia al Juez.
123
GOLDBERG, Steven H., Mi primer juicio oral..., p. 15.
124
Lo compara con un "teatro" porque la "verdad” -lo que sucedió realmente- carece de significa-
do independiente. En tal punto, es de recordar lo que se ha afirmado supra sobre el problema
de la verdad real, a quien de corresponde acreditarla y cuál es la función del juez respecto de
dicha actividad: Valorar las pruebas.
Corte Suprema
d
e Justicia
Por ello el Juez debe ejercer un control a las partes, para evi-
tar que a través del lenguaje no verbalizado (miradas, gestos,
ademanes) las partes y representantes se comuniquen entre sí, y
aún más, se impida cualquier tipo de amenaza o coacción a testi-
gos, peritos y jurados; pero sobre todo, el juez debe ejercer un
auto control, para dar además, apariencia de imparcialidad, como
ha sido expuesto antes.
c) La comunicación triangular.
5. REFLEXIÓN FINAL
La acreditación del testigo por parte del Juez, el uso del 'rela-
to' por parte del testigo o perito, el interrogatorio por parte
del juez sobre los 'hechos', la prohibición del uso del inter-
rogatorio sugestivo en el contrainterrogatorio, son parte de
las distorsiones al sistema adversativo que aún perviven en la
legislación y prácticas procesales, que deben ser desechadas
con la adopción de las técnicas de oralidad y de interrogato-
rio, propias del sistema adversativo y acusatorio.
BIBLIOGRAFÍA
Salvador, 1992.
Legislación
Jurisprudencia