En muchas ocasiones has de decir “no” 1

En muchas ocasiones has

de decir “no”

“Lo más importante que aprendí a hacer después de los cuarenta años fue a decir
que no cuando es no”.
GABRIEL GARCÍA MÁRQUEZ

Esto es algo que a mí sí. Solo digo sí a las cosas que

particularmente me ha costado mucho
trabajo aprender. He tenido durante
toda mi vida una inclinación innata a
tener una respuesta positiva a casi
todas las peticiones razonables que me
han ido haciendo, y con ello he ido
adquiriendo innumerables
compromisos que me han llevado a
situaciones de gran estrés personal y
poco acercamiento a mis objetivos
vitales.
Como muchas veces en la vida,
aprendí a decir no en base a la
experiencia y además en mí caso de
forma ligeramente traumática; un buen
día vi que la cantidad de compromisos
que manejaba estaban afectando a mi
salud y a mi vida personal, que son dos
puntales primordiales en mis objetivos
de vida. En aquel momento descubrí
que detrás de cada “sí” que iba diciendo
a los demás, me estaba diciendo un
“no” a mí mismo, y a partir de entonces
me di cuenta de lo egoístas que somos
todos, y me incluyo, porque de forma
inconsciente, a veces consciente,
pedimos mucho siempre a los mismos,
llenándoles de carga de trabajo.
A partir de entonces, tanto en la
vida laboral como en la personal, soy
mucho más selectivo a la hora de decir
realmente me apetecen hacer y a
aquellas que me acerquen a mis
objetivos laborales y/o personales, que
como ya he dejado claro no siempre
tienen que ver con la productividad, sino
también con las relaciones personales,
el ocio y la solidaridad con los demás.
Esto no es una apología de
irresponsabilidad, de eludir
responsabilidades porque sí. Creo que
todos debemos contribuir y
comprometernos con los demás, pero
acuérdate de la metáfora del
malabarista: cuando te echan una sola
bola más a la rueda es posible que se te
terminen cayendo todas.
Pues eso es lo que nos puede
pasar con nuestra vida, que si metemos
demasiadas tareas en nuestro día a día
podemos colapsar.
Otra vez más, como las tareas que
caben en una jornada son limitadas,
hemos de seleccionar muy bien las que
escogemos y las que dejamos fuera, y
pensad que cada vez que estamos
diciendo que “sí” a algo, estamos
diciendo que “no” a otra cosa.
Por cierto, si te cuesta decir no, te
aconsejo que aprendas nociones
básicas de asertividad (ver lectura
recomendada)

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